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Discurso sobre Violencia

En el contexto de el 8 de marzo de 2005, se dio el siguiente discurso


ante 300 mujeres de la comunidad de San Juan Zitaltepec, con el
apoyo de la Sindica de ese momento Belem Rodríguez.
Ese día se repartieron trípticos, se hizo un squech, y se recolectaron
firmas para la creación de un centro de atención a la violencia.

El equipo fue presentado como representantes de MUJER*ES ya que la


revista tiene prestigio y reconocimiento en esta comunidad.

Bienvenida y exposición de motivos


(Maryvel Cruz)

Buenas tardes a todas y todos los y las


presentes, soy Maryvel Cruz Olguín,
pertenezco a un grupo de personas
interesadas en la defensa de los
derechos de las mujeres, para nosotras
este evento representa un triunfo
obtenido a fuerza de perseverancia y
trabajo.

Y aunque para muchas y muchos hoy 8


de marzo, no sea más que un día
cualquiera, para las que componen
este equipo de trabajo, es un día para
hablar, levantar la voz, gritar,
concientizar. Luchar para ejercer e
institucionalizar el derecho que
tenemos las mujeres a vivir sin miedo,
violencia, culpa, cargas, angustia e
incertidumbre. En general, luchamos
por el derecho que tenemos a vivir con respeto, equidad, tolerancia,
salud, reconocimiento, goce y buen trato.

La actual campaña de conscientización está enfocada hacia la


violencia de género, en ésta exigimos el respeto que merecemos las
mujeres al circular por la calle, al trabajar o desenvolvernos en
nuestras actividades diarias, queremos centrarnos en a la necesidad
de recibir un buen trato, de hombres, mujeres, instituciones,
autoridades, servidores(as) públicos, transeúntes, transportistas, en
fin un respeto de la sociedad en general.

Un respeto que se olvida y atropella cada vez que somos victimas de


algún delito, de esos en que más del 90% son sufridos por mujeres
por ejemplo: violencia familiar, abuso sexual, violación, acoso,
violencia económica etc.
Estos delitos, la mayor parte de ocasiones, no son reconocidos como
tal o bien son minimizados, ya sea por autoridades, instituciones,
personas que rodean a la victima o, por la misma persona que los
sufre, lo cual es preocupante, indignante e inaceptable, pues al
parecer acciones como mirar de manera irrespetuosa, tocar, agredir
verbal o físicamente a una mujer en la calle, el hogar, la oficina, el
transporte, la consulta médica, durante la prestación de servicios
públicos etc. Es un ejercicio considerado como “natural”, sin serlo,
común, sin importancia, en fin una travesura, aunque nuestras leyes
y el sentir de las mujeres que son violentadas diga que es un delito.

Aunado a lo anterior, tenemos que la legislación penaliza con más


fuerza el robo de un samphoo que tocar a una mujer en la calle, es un
delito considerado como menor, es decir es más grave robarte unos
cacahuates que violentar, insultar y agredir a una mujer. Además los
trámites obstaculizan que se lleve acabo rápida y eficaz mente un
juicio justo, por ejemplo, antes de que el sujeto agresor sea
sancionado, la mujer tiene que comprobar el delito, ¿tienes huellas
visibles en el cuerpo?,
¿testigos?, ¿video?,
¿fotos? Etc.

Muchas de nosotras
hemos vivido algún tipo
de violencia, no estamos
aquí para defender los
derechos de gente extraña
que vive en Tumbuctú, la
violencia emocional,
sexual, física y económica
están presentes en
nuestra sociedad y las
vivimos todos los días, tu,
yo, ella, las calles no son
seguras a ninguna hora
del día para las mujeres,
nuestros agresores no
tienen un horario único
para hacerlo, lo hacen
todo el tiempo, no
necesitamos salir a las 11
de la noche con una
minifalda para ser agredidas, a las 12 del día y con el pants más viejo
y guango nos han agredido diciéndonos mamacitas o tocándonos, o
en casa nuestro esposo nos ha dicho gorda, fea, fodonga etc.

En nuestro entorno la violencia parece algo muy natural, sin embargo


no lo es, es un acto conciente y decidido el cual podemos controlar.
Sabemos que forma parte de un problema social; mal de muchos…
justificación de tontos.
Yo defino la violencia como un acto de cobardía, ¿por qué?, porque no
te estas defendiendo de nada, estás atacando por que tu lo decides, y
atacas a alguien que crees inferior y eso es una cobardía, atacas y
violentas a quienes no tienen la posibilidad de defenderse.

Es por eso que hoy venimos a denunciar de manera pública los actos
violentos-cobardes que se cometen en contra de las mujeres.
Consideramos que es nuestro derecho y deber invitar a la denuncia
publica ó anónima, la violencia no debe ser algo que se oculte, pues
eso es invisibilizarla y entonces nos convertirnos en cómplices de
ella.

Las que vivimos aquí parecemos estar estáticas pensando que la


violencia contra las mujeres solo existe y se ejerce en CD Juárez,
pensar que aquí no pasa nada es mentirnos y mentir a nuestras
próximas generaciones.

La violencia de genero afecta a toda la sociedad, yo quisiera


preguntar a ustedes ¿cuantas veces han tenido que abogar para que
su hijo no vaya a parar a la procuraduría acusado de violentar a una
mujer?, ¿cuantas veces su hija ó ustedes mismas ha pedido ayuda
para salir de una situación de violencia?, ¿cuantas veces han
acompañado a sus hij@s al ministerio publico para presentarse como
denunciantes ó denunciados?.

Nosotras no somos un grupo que solo


critique y exija, proponemos un trabajo
que comprometa a sociedad y gobierno
de manera equitativa, estamos
proponiendo reformas a las leyes,
espacios, una nueva sociedad que no
sobre valore a hombres o mujeres, la
propuestas es mirar a l@s demás como
personas, seres humanos que sienten
trabajan, sufren, lloran, disfrutan,
crecen y viven juntos en armonía.

Las mujeres no deseamos ser victimas


de la violencia en las calles, el hogar, la
oficina o en ningún otro sitio.

Las mujeres no queremos ser vistas como mercancía pornográfica,


utensilios del hogar o como objetos sexuales.

Las mujeres no aceptamos toda la carga moral, afectiva y económica


de la familia.
Estamos luchando por vivir en una sociedad renovada y equitativa,
estamos a favor de la familia que respeta, quiere y acepta a las
mujeres como personas.

No estamos dispuestas a seguir sufriendo humillaciones, malos tratos,


vejaciones, abusos, rechazo y violaciones a nuestros derechos
humanos, cívicos y profesionales.

No vamos a tolerar que nuestras hijas, hermanas, sobrinas etc.


Hereden una sociedad discriminativa e injusta.

Las mujeres somos personas independientes, dignas, con deseos,


necedades, gustos y diferencias exigimos ser vistas y tratadas así
(con derechos y obligaciones justas).

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