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Para niños que presenten el trastorno de hiperactividad con déficit atencional, se recomiendan
algunos ejercicios que se pueden trabajar en casa:
1. Pedir al niño que coloree con crayones un papel, sin dejar espacios en blanco. Empezar
este ejercicio con hojas de papel A4 e ir aumentando el tamaño hasta medio pliego. Es
posible que, la primera vez que hace este ejercicio, el niño no pueda terminar el trabajo. Un
adulto debe supervisar esta actividad y debe alentar al niño a completar toda la hoja. Es un
ejercicio que debe hacerse cotidianamente, empezando dos veces por semana y
aumentando paulatinamente hasta hacerlo a diario.
2. Conseguir planchas de corcho y un punzón (apropiado para niños, sin punta). Pedir al niño
que perfore toda la plancha, haciendo la mayor cantidad de huecos posible y lo más
próximos entre sí. Igual que en el ejercicio anterior puede empezar con planchas pequeñas e
ir aumentando el tamaño.
Cualquier actividad que realice un niño con trastorno de hiperactividad con déficit atencional
(HDA). Los padres deben estimularlo a terminar lo que ha comenzado, inclusive pueden
premiar las conductas en las que demuestre constancia y concentración. No se recomienda
castigar al niño ni retarlo por distraerse.
Es importante que los padres le den un ambiente de cariño y estabilidad, deben tener
horarios y cierta regularidad en las actividades como comer, dormir, ver televisión, realizar
tareas, etc.
Deportes en equipo:
Beisbol, basquetbol, futbol, casi cualquier deporte en equipo que sea una actividad
altamente física y requiera total involucramiento, es una buena oportunidad para aprender
habilidades sociales y tomar modelos de comportamiento.
Boy Scouts
Sigo pensando que el participar en actividades con los boy scouts es la major actividad
actualmente disponible para el niño con TDAH. Para que esto sea más efectivo, los
líderes scouts deben tener entrenamiento sobre cómo trabajar con el niño, y uno de los
padres puede participar como miembro activo en la tropa.
Actuación
El escenario y el teatro son extraordinarios para el niño con TDAH. Tener la oportunidad
de actuar diferentes personajes y escenas es un una magnífica salida para la imaginación
creativa del niño con TDAH.
Modelos a escala, escultura, trabajo con madera o actividades mecánicas
A la mayoría de los niños con TDAH les gusta resolver problemas o rompecabezas.
Ayudarlos a aprender cómo cambiar sus ideas en realidades concretas y terminar
completamente un proyecto que empezaron, es extremadamente recompensante para
todos los involucrados, pero especialmente para el niño con TDAH. Una vez que la tarea
se completa, el niño tiene un éxito sólido y visible, y puede decir: ¡Yo puedo hacerlo!
Natación
Es una actividad de inmersión total que requiere un esfuerzo físico y total concentración,
con el plus de que es divertido.
ACTIVIDADES A EVITAR
Excesiva Televisión
Videojuegos
Las investigaciones nos muestran que en el cerebro del TDAH, estos juegos reducen la
línea base de actividad cerebral. El resultado puede ser un cerebro hiper-enfocado, que
vuelve al niño adicto a los juegos, que hacen que el niño no tenga límites razonables. El
estar buscando la recompensa de hacer algo bien en el juego para compensar su bajo
nivel de dopamina puede llevar al niño a sentirse bien.
EN RESUMEN
Los niños con TDAH pueden ser excitantes, interesados en la vida, inteligentes y capaces.
Todo en la vida puede interesarles y engancharlos si se les presenta en el contexto
correcto. Estos niños quieren el éxito. ¡Hay que darles la oportunidad!
Por ejemplo, si debe pintar un círculo de color rojo, se le da a elegir entre dos lápices de
colores diferentes, y una vez ha elegido el de color rojo, se le retira el otro lápiz.
Por ejemplo, evitar que esté sentado en el centro del aula, ya que desde esa situación la
amplitud del espacio se percibe mayor.
Siguiendo estas 2 pautas básicas que ayudan a disminuir el movimiento del niño
proponemos las siguientes recomendaciones o pautas que ayudan a controlar la conducta
de estos alumnos.
1. Para disminuir los estímulos visuales y auditivos ubicamos al niño en una zona
del aula donde existan menos estímulos.
- Mesa y la silla cerca de una pared si puede ser vacía, sin cuadros, carteles, abrigos o
mochilas colgadas, ni otro tipo de objetos.
- Apartado de las ventanas del aula, allí siempre hay más ruido y suele ser un estímulo
que invita a mirar por la ventana.
- Cerca de compañeros trabajadores, pero a ser posible en una mesa para él, y a una
distancia de las otras mesas suficiente para no distraerse con los demás.
- La mesa de trabajo ordenada con la tarea que va a hacer y nada más. El material
necesario para hacer el trabajo y nada más.
- La silla y la mesa tienen que ser de material consistente para que no se desplacen con
el movimiento del niño, así evitaremos ruido, o para que al levantarse no caigan al suelo.
- Las patas de la mesa y la silla tienen que estar recubiertas con filtro u otro tipo de
material que evita ruidos cuando se mueva.
- Sentarse en una mesa solo. O bien en una mesa con muy pocos niños y marcar en la
mesa con pintura la zona de trabajo de cada uno, que va a representar el límite de su
espacio. Ese espacio no se debe cruzar.
- La mesa adecuada es la mesa de tablero, sin cajones, ni repisas para guardar las cosas,
ya que eso distrae al niño. Reducir el espacio en la mesa es simplemente poner una mesa
de tablero y sin accesorios.
- La silla debe ser cómoda, tanto el asiento como el respaldo. Las sillas con brazos de
apoyo si son anchas ayudan a mantener al niño controlado ya que marcan el espacio
donde está sentado, si son estrechas aumentan la actividad del niño al estar incómodo.
Estas son algunas de las recomendaciones para reducir estímulos, que han resultado
eficaces con estos niños.
Para aumentar los estímulos de las tareas que debe realizar en clase y poder así
centrarse mejor en sus deberes, lo más eficaz es adaptar las tareas escolares para que
puedan atender con mayor facilidad y distraerse menos.
Para aumentar los estímulos hay que adaptar las tareas escolares para facilitar la
atención y concentración. Es un trabajo que deben realizar los profesores. Lo más
importante es adaptar el tiempo que debe dedicar el niño a la tarea. La adaptación de la
dificultad de la tarea dependerá de la dificultad de cada niño.
- Para adaptar el tiempo del ejercicio que tiene que realizar un niño hiperactivo se
secuencia la tarea en tiempos cortos. Si tiene que pintar o rellenar tres figuras, en lugar de
darle una ficha con tres figuras le damos tres fichas, primero una, la pinta, después otra,
la pinta y después la tercera. Así reducimos el tiempo sin cambiar el ejercicio. En realidad
lo que hacemos es presentar tareas cortas, es posible que el tiempo real sea más largo al
presentarlas por separado, al reducir los estímulos en una lámina reducimos el tiempo o lo
secuenciamos en tiempos cortos que es lo que facilita la atención y en general evita la
dispersión.
Esta es una forma de aumentar los estímulos a los que debe atender, al reducirlos a
menos estímulos.
- Si es un alumno que está iniciando las sumas sencillas, y debe hacer seis sumas,
haremos lo mismo, le presentamos las sumas distribuidas en diferentes hojas, en cada
hoja pondremos dos o tres sumas, o una, dependerá de cada niño. Por ejemplo, tres
sumas, tres hojas y una suma por hoja. Podemos hacer que repase los números mientras
los verbaliza en voz alta, primera fase de la tarea y puede ponerse un punto o gomet al
lado de refuerzo. Segundo paso de la tarea, sumar.
- Intercalar actividades de trabajo cortas, con actividades lúdicas, también cortas. Por
ejemplo, resolver un problema, en la siguiente hoja hacer un dibujo, en la siguiente hoja
otro problema y así sucesivamente.
- Hacer una actividad corta y otra distinta. Por ejemplo, solucionar un problema corto, y
después copiar una frase, después solucionar otro problema.
Y para finalizar, decir que existen una serie de programas que han sido utilizados con
bastante eficacia para el entrenamiento de profesores y padres. Son programas de
entrenamiento que ayudan a conocer a estos niños y a elaborar estrategias de apoyo en
el aula.
Usted debe aceptar el hecho de que su niño es intrínsecamente activo y enérgico, muy posiblemente así será
siempre. Es probable además que esta característica le conllevara grandes ventajas en su vida.
Nada es mas útil para un niño hiperactivo que el tener un padre tolerante y paciente que lo sepa comprender y
que sepa contener o encauzar ese torrente de energía que tienen los niños con déficit de atención. .
Si no es posible tener a disposición un gran cuarto de juegos, de pronto el garaje puede ser una buena
solución.
Lo anterior no quiere decir que debamos estimular demostraciones inapropiadas de actividad, simplemente
queremos canalizar la energía del niño. Los adultos debemos cuidarnos de no generar excesivos roces con
estos niños por exceso de ordenes o por querer imponer patrones rígidos de comportamiento. Los hermanos
deberán tener prohibido el estimular conductas inadecuadas por ejemplo: el "oye tu cógeme" o "juguemos a
pegarnos" no deben tolerarse porque el niño hiperactivo no sabe cual es el limite hasta donde puede llegar y
en donde detenerse siendo esta una fuente de disgustos y peleas. El dar alguna gratificación a la conducta
brusca de un niño lo llevara la adopte como un patrón de interacción con la otra gente, lo cual puede ser
francamente inadecuado.
El quitar importancia al comportamiento del niño durante los viajes en carro o en los supermercados ayuda a
reducir fricciones innecesarias entre el niño y sus padres.
Después del que el niño desarrolle adecuadas conductas de auto control en la casa las actividades anteriores
pueden ser gradualmente introducidas .
Necesitan, mucho más que cualquier niño promedio, una disciplina precisa y firme, cuidadosamente planeada
y consistentemente llevada a cabo.
Las reglas deben ser promulgadas principalmente para prevenir peligros al niño o a otras personas.
Conductas agresivas o manipuladoras no deben ser aceptadas de ningún modo en el niño hiperactivo como
tampoco en el niño normal. Aunque las conductas agresivas puedan ser expresión de hiperactividad deben
ser totalmente eliminadas. También deben haber reglas claras que prevengan la destrucción de cosas que
sean importantes para la familia o para alguno de sus miembros.
Reglas innecesarias, sin embargo, deben ser evitadas. Estos niños son menos tolerantes. La familia necesita
unas cuantas normas claras para funcionar, esas deben ser cumplidas. Otras, pueden ser añadidas en la
medida en que el ritmo del niño lo permita. Los padres no deben estar detrás de su hijo todo el tiempo con
correcciones o regaños innecesarios.
En el hogar, este rincón podría estar localizado en la alcoba del niño. Lograr éxito en el manejo de niños
hiperactivos sin contar con un sitio en el cual podamos aislarlo, es poco probable.
El castigo físico debe ser evitado a toda costa. Lo anterior es válido para todos los niños pero particularmente
en los hiperactivos. El hacerlo es enseñarles que a través de la agresión podemos lograr cosas y que en
determinados casos esta puede ser aceptable.
Para poder aprender a ser menos agresivos, estos niños necesitan modelos adultos que les enseñen auto
control y tranquilidad.
Un buen ejemplo es mostrarle láminas o dibujos en un libro. Si permanece atento podemos premiarlo con un
abrazo o con una frase de alabanza. Luego podemos leerle historias. Más adelante estimularle el colear
dibujos y premiarle por ello.
Otro ejemplo es el jugar con bloques y luego progresar eventualmente a jugar dominó, cartas o dados. O el
juego de parejas que es un excelente modo de ir construyendo su memoria y su capacidad de concentración.
En general, aquellos juegos en los cuales hay un grado de dificultad progresivo son recomendados porque le
permite al niño avanzar de cosas sencillas a otras más difíciles.
Los juguetes del niño no deben ser excesivos en número porque esto puede aumentar su distracción. Además
deben ser seguros y relativamente indestructibles.
Considerando que esta época es ideal para practicar natación y ejercicios en el agua, la sicóloga
Laura Traverso sugiere este medio especialmente para niños hiperactivos, extravertidos o con
déficit atencional: el agua los relaja y los ayuda a poner orden y atención, mientras que los
deportes colectivos, como el fútbol o el vóleibol, los dejan más excitados o ansiosos. Para los
niños un poco agresivos, el karate o las artes marciales en general pueden ayudarlos a aprender
normas de autocontrol y disciplina, bajando sus niveles de agresividad.
Menores tímidos
Las actividades colectivas y de interacción social, como el fútbol o el hockey son aconsejables
para niños con personalidad media, es decir, un poco tímidos, pero que cuando se motivan,
responden en forma positiva. Ahora, en la experiencia de Laura Traverso en el Stadio Italiano, a
los niños tímidos o poco hábiles no es bueno hacerlos participar en deportes colectivos, porque
sus compañeros los excluyen: "Para ellos son mejores los individuales, como gimnasia o atletismo,
y de a poco motivarlos por otros más interactivos".
Según la visión de Marcia Aure, sicóloga corporal en Biosíntesis, una terapia que integra lo
corporal y mental con las emociones, es importante considerar el juego en la práctica deportiva
infantil, ya que estimula las relaciones interpersonales y desarrolla la capacidad de concentración
y el esfuerzo.
Nadar, subir cerros, salir a correr con el papá al parque o andar en bicicleta pueden ser buenos
ejercicios, según Aure, ya que también son una instancia para compartir en familia, donde los
menores de a poco van teniendo conciencia de su cuerpo y de sus emociones.
Para las niñas más grandes o adolescentes, la especialista recomienda actividades como la danza
flamenca, donde la bailarina se pone seria y firme, zapateando y moviéndose. "Para una joven
que le cueste poner límites y estar seria, puede ser una actividad que ayude a concentrar su
energía, fortalecer la mirada y su postura".
Los deportes competitivos, en cambio, según la sicóloga, permiten estar más alerta, "con el
cuerpo y la mente en el mismo lugar". Así ocurre en actividades como el básquetbol o tenis,
donde es posible desarrollar también la intuición y la fuerza interna, como les ocurrió a los
medallistas olímpicos Nicolás Masú y Fernando González, comenta la sicóloga corporal.