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MUROS DE SOSTENIMIENTO
1. INTRODUCCIÓN
Es frecuente encontrarse con el problema de tener que establecer dos niveles geométricos de
servicio a distinta cota y próximos entre si. Este desnivel puede establecerse de modo suavizado
mediante un talud, o bien puede obtenerse disponiendo un cambio brusco con discontinuidad
vertical. Esta última solución se impone frecuentemente debido a la pérdida de espacio que
supone la ejecución de un talud, o por las condiciones de seguridad para las obras situadas en el
nivel superior.
El terreno superficial no suele tener, en general, resistencia suficiente para soportar una
discontinuidad vertical, por lo que se hace necesario disponer de una obra de fábrica, o de
hormigón entre los dos niveles de servicio que asegure la resistencia y el funcionamiento del
conjunto. La misión del muro, por tanto es servir de elemento de contención de un terreno, que
en ocasiones es un terreno natural y en otras un relleno artificial, o de elemento de contención de
un material almacenable.
Además, en ciertos casos el muro desempeña una segunda misión, que es la de transmitir cargas
verticales al terreno, desempeñando también la función de cimiento.
2.1. INTRODUCCIÓN
Las formas de funcionamiento de los muro de la figura 1 son diferentes, en el caso a) se
comporta como un voladizo empotrado en el cimiento, mientras que en los casos b) y c), el muro
se encuentra apuntalado por los forjados, en éste caso el cuerpo del muro funciona como una losa
de uno o varios vanos en lo que se refiere a empujes horizontales, mientras que en sentido
vertical funciona como una viga de cimentación de gran canto.
En las figuras 2 y 3 se pueden observar otros tipos de estructuras de contención además de las
comentadas en la figura 1.
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Figura 3. Sistema de contención a base de pantallas. Fuente14
Los distintos elementos que componen las estructuras de contención se designarán como se
muestra en la figura 4.
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En general, son los que más se emplean; a falta de un estudio para cada caso en particular, según
la bibliografía consultada, se podría decir que están indicado hasta alturas de 10 ó 12 m.
En cuanto a la forma a adoptar, el caso general se muestra en la figura 4., a partir de éste surgen
diversas variantes, algunas de las cuales pueden verse en la figura 6, ya que se pueden
construirse en T con o sin tacón, o bien en L con puntera o con talón.
Además, éstos pueden ser de espesor constante (frecuente en el caso de alturas pequeñas) o de
espesor variable.
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Constituyen una evolución de los muros en ménsula. Para disminuir los espesores del alzado se
colocan contrafuertes. Esta solución implica una labor de ferralla y encofrados más costosa, sin
embargo, a falta de un estudio específico, para alturas superiores a los 10-12 m puede resultar
una solución más económica que los anteriores.
Los contrafuertes pueden colocarse en el trasdós o en el intradós, sin embargo suele ser peor
opción la solución b) de la figura 11.7 por dos motivos, uno estético, ya que causa mala
sensación unos contrafuertes vistos y otro porque se dispone el alzado del muro en la zona
traccionada.
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El sistema consiste en crear una red espacial, a base de piezas prefabricadas de hormigón. Dicha
red espacial se rellena con el propio suelo.
Existen varios sistemas de muros prefabricados, que en general se corresponden con los sistemas
de muros en ménsula con contrafuertes, o del tipo de tierra armada.
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3. EL EMPUJE DE TIERRAS
El empuje sobre el trasdós de una estructura proviene del desequilibrio tensional creado al
realizar la obra que separa los dos niveles de diferente cota que definen la altura del muro.
Supongamos un suelo en el que no se ha realizado ninguna obra (figura 12a), considerando una
línea vertical AA´, un elemento diferencial de terreno situado junto a dicha línea y a una
profundidad z, estará sometido a las tensiones verticales σov’ y horizontales σoh’.
- Estado inicial. Supongamos que la línea AA´ la sustituimos por una pantalla indefinida de
espesor inapreciable, pero de rigidez muy grande, de forma que no se altere el estado de
tensiones, esta situación la denominaremos Estado inicial.
- Estado activo: si eliminamos el terreno situado a la izquierda de la pantalla, esta se verá
sometida a las tensiones que había antes a la derecha, pero con el inconveniente de no existir
terreno a la izquierda para mantener el equilibrio, con lo que la pantalla tenderá a moverse bajo
las tensiones iniciales - o empujes iniciales - , por lo que el terreno de la derecha experimentará
una relajación. Como consecuencia de esta relajación disminuirán las tensiones horizontales en
el terreno próximo a la pantalla hasta alcanzar unos valores permanentes σHa’, correspondientes a
un estado llamado Estado activo.
- Estado pasivo: por el contrario, si hubiésemos movido la pantalla hacia el terreno de la
derecha, las presiones sobre la línea AA´ aumentarían, debido a la reacción del terreno que se
opone al movimiento. También llegaríamos a un estado de tensiones permanente, σ Hp’,
correspondiente a un Estado pasivo.
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La presión del terreno sobre un muro está fuertemente condicionada por la deformabilidad del
muro, entendiendo por tal no sólo la deformación que el muro experimenta como pieza de
hormigón, sino también la que produce en el muro la deformación del terreno de cimentación.
En la interacción entre el muro y el terreno sobre el que se cimienta puede ocurrir que las
deformaciones sean prácticamente nulas, diciéndose que la masa de suelo se encuentra en estado
de reposo y se está en el caso de empuje al reposo. Algunos muros de gravedad y de sótano
pueden encontrarse en ese caso.
En la figura 14. se muestran las acciones a considerar en un muro de contención en ménsula.
En el caso de un muro de contención interesa conocer el empuje activo, pero en el caso de una
pantalla contínua (figura 15.), en que parte de la estructura está enterrada, en la zona inferior,
ésta empujará al terreno, por lo que se necesitará conocer el empuje pasivo, como límite de la
reacción con la que se puede contar.
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Si el muro se desplaza permitiendo la expansión lateral del suelo, se produce un fallo por corte
del suelo, la cuña de rotura avanza hacia el muro y desciende. En éste caso, el empuje se reduce
desde el valor del empuje al reposo hasta el valor del empuje activo, que es el mínimo valor
posible del empuje activo. (Figura 16. a).
Por el contrario, si se aplican fuerzas al muro de forma que éste empuje al relleno, el fallo se
produce mediante una cuña mucho más amplia, que experimenta un ascenso. Este valor recibe el
nombre de empuje pasivo y es el mayor valor que puede alcanzar el empuje. (Figura 16. b).
Figura 16. Rotura del suelo para a) empuje activo y b) empuje pasivo. Fuente 3
En el estado actual de conocimientos se pueden calcular los empujes del terreno con razonable
precisión en el caso de suelo granulares. Para otros tipos de suelo la precisión es poco
satisfactoria.
Existen diversas teorías para la determinación del empuje activo, entre las que destacan las
debidas a Coulomb y Rankine. En ambas teorías se establecen diversas hipótesis simplificativas
del problema, que conducen a cierto grado de error, pero producen valores de empuje que entran
dentro de los márgenes de seguridad.
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3.2.1.1.Resolución gráfica
En el caso de un terreno con superficie irregular, la resolución gráfica (figura 17.) es la más
adecuada. Suponiendo una línea de ruptura recta, tendrá que estar en equilibrio el peso de la cuña
de suelo (W), la reacción del muro contra el suelo (P), igual y contraria al empuje activo, y la
reacción del terreno sobre la cuña (Q), que formará con la normal a la línea de rotura un ángulo
igual al de rozamiento interno del terreno, ϕ.
El método consiste en proceder por tanteos sucesivos, elegido el punto 1, como posible origen
de la cuña de deslizamiento, se calcula el peso de la cuña (W), y en el polígono vectorial de
fuerzas se enlazan los vectores P y Q correspondientes, ambos de direcciones conocidas. El valor
de P se lleva a un origen convencional.
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3.2.1.2.Resolución analítica
Para el caso de la superficie del relleno limitada por una línea recta, el procedimiento analítico a
seguir es el siguiente:
H2 sen( α + β )
W =γ sen( α + θ ) Ec. 1
2 * senα sen(θ − β )
Si construimos el polígono de fuerzas que se muestra en la figura 18. y aplicando el teorema del
seno a dicho polígono, podremos deducir una expresión del empuje (P) en función del ángulo
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que forma el plano de deslizamiento con la horizontal (θ ) y el peso de la cuña (W). Como el
peso de la cuña también es función del ángulo θ, podremos deducir una única expresión del
empuje (P), en función de una única variable, el ángulo θ.
Derivando respecto a θ e igualando a cero esta expresión, obtendremos el valor del ángulo θ que
proporciona el máximo empuje.
Tras sustituirlo en la expresión del empuje, obtendremos entonces el máximo empuje. Para ello
se procede de la siguiente forma:
Aplicando el teorema del seno al triángulo de fuerzas de la figura 17, se obtiene la relación:
P W W * sen(θ − ϕ )
= ⇒P= Ec.2
sen(θ − ϕ ) sen(180 − α − θ + ϕ + δ ) sen(180 − α − θ + ϕ + δ )
H 2
sen( α + β ) sen(θ − ϕ )
P = γ sen( α + θ ) * Ec.3
2 * senα sen(θ − β ) sen(180 − α − θ + ϕ + δ )
Como podemos observar en la ecuación 3, el empuje activo es función del ángulo θ; derivando la
misma con respecto a θ e igualando a cero esta expresión, obtendremos el valor del ángulo θ que
proporciona el máximo empuje. Una vez obtenido el valor de θ, lo sustituimos en la ecuación 3,
obteniendo la siguiente expresión:
1 sen 2 ( α + ϕ )
P= γ *H2
sen( ϕ + δ ) * sen( ϕ − β )
2
2 Ec. 4
sen α * sen( α − δ ) * 1 +
2
sen( α − δ ) * sen( α + β )
1
P= *γ * H 2 *λ Ec. 5
2
Siendo λ el coeficiente de empuje activo, el cual viene dado por la siguiente expresión:
sen 2 ( α + ϕ )
λ=
sen( ϕ + δ ) * sen( ϕ − β )
2
Ec. 6
sen α * sen( α − δ ) * 1 +
2
sen( α − δ ) * sen( α + β )
La distribución del empuje activo a lo largo del muro se obtiene derivando la ecuación 5 con
respecto a H:
dP
=γ * H *λ Ec. 7
dH
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Como suele ser habitual operar con las componentes horizontal y vertical del empuje y el ángulo
que forma éste con la horizontal vale 90 - α + δ, tenemos que:
1 1
PH = P * cos( 90 − α + δ ) = γ * H 2 * λ * sen( α − δ ) = γ * H 2 * λ H Ec. 9
2 2
1
PV = P * sen( 90 − α + δ ) = γ * H 2 * λV Ec. 10
2
sen 2 ( α + ϕ )
λ H = λ * sen( α − δ ) =
sen( ϕ + δ ) * sen( ϕ − β ) Ec. 11
sen 2α * 1 +
sen( α − δ ) * sen( α + β )
λV = λ H * cot ( α − δ ) Ec.12
Los coeficientes de empuje activo λH y λV se pueden obtener en las tablas 2 y 3 para diferentes
valores de ϕ, δ, β y α.
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3.2.1.3. Resolución analítica para el caso de una carga uniformemente repartida sobre el
terreno.-
Figura 19. Método de Coulomb para un terreno con una carga uniformemente repartida.
Fuente 3.
El peso de la cuña del terreno, incluida la sobrecarga correspondiente, viene dada por la siguiente
expresión:
Igualando el peso (W) al de una cuña NMC de un relleno virtual de densidad ficticia γ 1 , se
obtiene la siguiente expresión:
Con lo cual ya podemos establecer analogía con el caso anterior, ya que una vez incluido el peso
de la sobrecarga en el de la cuña, el empuje ha de ser el mismo, con lo cual:
Donde:
Sustituyendo γ1 por su valor tenemos:
En los terrenos permeables anegados el empuje total será la suma de los siguientes empujes
parciales (fig. 20):
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2º.- Empuje hidrostático del agua en la zona sumergida, se obtendrá según la siguientes:
3º y 4º.- El empuje del terreno por encima de la zona sumergida, y el provocado por la carga
uniformemente repartida en caso de existir, se calcularán según las fórmulas expuestas
anteriormente para los terrenos sin nivel freático.
Incluyendo éstos empujes parciales en la misma expresión, los empujes a una profundidad z
quedan del siguiente modo:
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Figura 21. Cálculo del empuje debido a cargas puntuales o concentradas en áreas reducidas.
Fuente 3.
Se expone a continuación el método seguido por el Civil Engineering Code of Práctice, según el
cual se determina el punto A trazando por el centro O, de aplicación de la resultante de la carga
repartida, N, la recta ON, formando 40º con la horizontal.
Si el corte se produce en el trasdós por debajo de la base del muro, el efecto de la carga N, puede
ser despreciado.
El empuje equivalente es:
PH = λ H ·N
siendo N la resultante de la carga sobre el terreno, y éste se reparte en un ancho:
b+x
El inconveniente de éste método es sólo permite calcular los esfuerzos a que está sometido el
muro en su arranque. A éste empuje debido a la carga concentrada deberá sumársele el debido al
peso del relleno contra el trasdós, con lo cual, los valores del empuje activo vendrán
determinados por las siguientes expresiones:
Este valor del empuje puede producirse cuando la deformabilidad del muro es extremadamente
pequeña. El valor de λ es difícil de evaluar, pero en arenas suele variar entre 0,4 y 0,6. En
terrenos granulares suele estimarse mediante la expresión:
λ = 1− senϕ
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Un método aproximado de uso frecuente es el que se recoge en la figura 22. Para el caso en que
no haya carga sobre el relleno, el diagrama triangular de presiones se sustituye por uno
rectangular de valor dos tercios de la presión máxima de empuje activo, pero calculado con:
λ = 1− senϕ
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Las fuerzas que se oponen al deslizamiento son el rozamiento entre la base del muro y el terreno
de cimentación y el eventual empuje pasivo Ep frente a la puntera del muro.
Donde:
En general será el resultado del correspondiente estudio geotécnico. A falta de datos más
precisos, puede tomarse μ=tan ϕ, siendo ϕ, el ángulo de rozamiento interno del terreno base. En
la tabla 6. tomada de Calavera3, se indican valores del coeficiente de rozamiento para algunos
tipos de suelo.
El valor del empuje pasivo en la puntera puede ser estimado conservadoramente mediante la
fórmula de Rankine:
No se debe considerar el empuje pasivo a nivel superior de la puntera, ya que éste terreno ha sido
excavado para la ejecución de la misma.
En cuanto a los valores a adoptar para el coeficiente de seguridad a deslizamiento, una posible
solución es garantizar el valor Csd> 1 suponiendo Ep = 0 en es decir, no considerando el empuje
pasivo en el estado de servicio y garantizar Csd> 1,5 contando con Ep en estado límite último.
La profundidad de cimentación (D) no suele ser inferior a 1,00 m y en el caso de tener en cuenta
el empuje pasivo en los cálculos, el proyectista debe el asegurarse de que el terreno existe frente
al muro en una distancia suficiente, que suele estimarse en el doble de la profundidad de
cimentación ( 2D ) y que esta existencia queda asegurada durante la vida del muro.
Donde:
• N’ : resultante de los pesos del muro y las zonas de terreno situadas verticalmente sobre
la puntera y el talón (zonas 1, 2 3) en la figura 24.
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donde:
• N’ : resultante de los pesos del muro, cargas en coronación (si hubiese) y las zonas de
terreno situadas verticalmente sobre la puntera y el talón (zonas 1, 2 3) en la
figura 25.
• Nc: resultante de todas las fuerzas verticales que actúan sobre el cimiento.
• PV : componente vertical del empuje activo.
• PH : componente horizontal del empuje activo.
• ep : excentricidad de N´ respecto al punto medio de la base del cimiento.
• en : excentricidad de N respecto al punto medio de la base del cimiento.
• x: excentricidad del punto de aplicación de PV , respecto al punto medio de la base del
cimiento. Se introduce en la fórmula con su signo, siendo positiva si cae del lado de la
puntera del muro.
• y: profundidad del punto de aplicación del empuje activo.
• H: altura total del muro.
En función del valor que tome en en relación a la sexta parte del ancho del cimiento,a´/6 , nos
encontramos con dos casos:
1º.- Carga actuando con una excentricidad reducida:
en ≤ a´/6 (resultante dentro del núcleo central)
En éste caso la distribución de presiones bajo el terreno es una distribución trapezoidal (figura
26) y las presiones en los bordes de la zapata se obtienen mediante la ecuación:
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En éste caso, se obtiene una distribución triangular (figura 27) , pues no es posible que se
produzcan tracciones bajo la zapata.
En este caso, la presión máxima en el borde de la zapata vale:
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tolerándose en el borde una presión algo mayor que la admisible del terreno.
4.3. DIMENSIONAMIENTO DE LA ARMADURA (CÁLCULOS ESTRUCTURALES)
4.3.1. Deformada del muro
Para realizar un armado correcto en este tipo de elementos es fundamental tener en cuenta su
deformada, ésta nos indicará las zonas traccionada y comprimidas.
En las figuras 28 a 30. se muestra la armadura tipo y las zonas traccionadas y comprimidas en
distintas tipologías de muros en ménsula.
Figura 28. Armadura tipo y deformada en muros con puntera y talón. Fuente7.
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Generalmente nos vamos a encontrar con el Caso 1 de flexión simple (Md ≤ 0.375U0 d), en el
cual no es necesaria armadura de compresión por cálculo, ( 2, 0 As v = ), con lo cual no será
necesario disponer por cálculo de armadura vertical en la cara comprimida.
Sin embargo, para controlar la figuración producida por la retracción y esfuerzos térmicos, será
preciso disponer una armadura vertical mínima en la cara comprimida que vendrá determinada
por cuantías, generalmente por la cuantía geométrica mínima.
4.3.2.2. Armadura vertical con el alzado trabajando a flexión compuesta
En muchas ocasiones se emplea armadura simétrica como simplificación constructiva, sin
embargo, puede ser importante, por el ahorro que ello conlleva, buscar un par de armaduras
As v As v 1, , 2, tal que resulte óptima la suma de ambas.
En el caso de buscar una distribución óptima de armaduras, podremos aplicar el método que se
expone a continuación:
- Flexión compuesta en sección rectangular con distribución óptima de armaduras:
En el caso de estructuras de contención, dada la marcada dirección y sentido del momento
flector, existiendo en el muro una cara claramente más traccionada (o menos comprimida) que la
otra, se puede buscar el par de armaduras As1,v , As2,v , tal que resulte mínima la suma de
ambas.
El método de cálculo que más se ajusta al comportamiento real se basa en el Diagrama parábola
rectángulo del hormigón, e implica un proceso laborioso de resolución de ecuaciones.
Sin embargo, para simplificar el problema, podemos obtener las capacidades mecánicas de la
armadura (US1,US 2 ) como si se tratara de un problema de flexión simple y después aplicar el
teorema de Ehlers. Para ello se sustituye el momento de cálculo, (Md ) por Nd × et , siendo t e la
excentricidad con respecto a la armadura de tracción; se calcula como si se tratase de un
problema de flexión simple, y luego se determina la armadura correspondiente a la flexión
compuesta según las expresiones expuestas en el apartado c). Los pasos a seguir son los
siguientes:
f) Determinación del momento de cálculo a flexión simple:
g) Obtención de la armadura a partir del cálculo a flexión simple. (EHE, Anejo 8.3)
h) Obtención de la armadura correspondiente a flexión compuesta.
US = AS × f yd − Nd 1 1
US = AS × f yd 2 2
En el caso de cargas en coronación reducidas, nos vamos a encontrar con que no es necesaria
armadura de compresión, ( 2, 0 As v = ), con lo cual no será necesario disponer por cálculo de
armadura vertical en la cara comprimida, pero al igual que el caso del alzado trabajando a flexión
simple, será necesaria disponer una armadura mínima por cuantías para controlar la fisuración
por retracción y esfuerzos térmicos.
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4.3.2.5. Solape de la armadura del alzado con las esperas de la cimentación. (figura 31.)
a) Longitud básica de anclaje:
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Siendo:
• Lb: Longitud de básica de anclaje.
• α : coeficiente numérico definido en la tabla 9.
tabla 9
Según lo expuesto en éste apartado, las longitudes de solapo, Ls1 y Ls2 , que se muestran en la
figura 31. toman el siguiente valor:
c) Longitud de solapo en la cara traccionada ( Ls1 ):
Donde α , en función de la distancia entre empalmes toma el valor de 2 ó 1,4, ya que se trata de
barras trabajando a tracción.
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La distancia horizontal y vertical entre dos barras consecutivas será igual o superior a los tres
valores siguientes:
- 2 cm
- Diámetro de la mayor
- 1,25 veces el tamaño máximo de árido
La distancia entre dos barras longitudinales no debe ser inferior a:
- 30 cm
- Tres veces el espesor bruto de la sección.
En la coronación del muro debe disponerse una armadura mínima para controlar la fisuración,
ver figura 30, según la bibliografía consultada, para muros de menos de 5 m de altura lo habitual
es disponer 2 redondos de diámetro variable según la altura del muro
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Figura 38. Funcionamiento del sistema de drenaje con geocompuestos y tubos porosos de
drenaje.
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EJERCICIOS RESUELTOS
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Figura 2. Geometría.
Datos:
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Consideramos una longitud unitaria de muro, es decir, lo calculamos por metro lineal.
1.1. COEFICIENTES PARCIALES DE SEGURIDAD
b) Empuje activo:
Despreciamos el empuje activo en el talón.
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a) Estabilidad a vuelco:
Para comprobar la estabilidad a vuelco tomamos momentos con respecto al punto A (figura
.1.4).
Donde:
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b) Estabilidad a deslizamiento:
- Fuerza desestabilizante: la única fuerza que tiende a hacer deslizar la estructura es el empuje
horizontal.
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• Axil en el plano de cimentación (NC): en éste caso se tiene en cuenta el axil debido a la carga
de nieve, ya que actúa con efecto desfavorable.
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a) Axil de cálculo:
Como acciones verticales actuantes sobre el fuste únicamente tenemos la carga en coronación del
muro y el peso propio del mismo, encontrándose la sección más desfavorable situada en la unión
del fuste con la cimentación y existiendo únicamente una combinación de acciones posible:
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Se deben al empuje horizontal provocado por el relleno del terreno contra el tasdós del muro, en
la
figura 1.6. se muestra el valor característico de la carga y de las solicitaciones, como puede
observarse, la sección más desfavorable se encuentra en la unión del fuste con la cimentación.
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a) A tracción:
b) A compresión:
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Para ello tenemos en cuenta la armadura necesaria por cálculo y las cuantías máximas y
mínimas.
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Como podemos observar, el momento que actúa en la sección de referencia es menor que el del
alzado, con lo cual, la armadura de la puntera consistirá en la prolongación de la armadura
vertical del alzado (figura 1.9).
A continuación se realiza la comprobación del momento que es capaz de resistir la puntera al
disponerse en ella la misma armadura que en el alzado. Dicha comprobación se realiza a modo
de
ejemplo, ya que como hemos comentado, el armado será suficiente.
Donde:
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Comprobamos que cumple la cuantía geométrica, al ser la sección en la puntera mayor que en el
alzado:
Se debe cumplir además que la armadura transversal sea igual o superior al 20% de la armadura
longitudinal, en éste caso cumple.
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Para ello tenemos en cuenta la armadura necesaria por cálculo y las cuantías mínimas.
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Se debe cumplir además que la armadura transversal sea igual o superior al 20% de la armadura
longitudinal, en éste caso cumple.
1.8.6. Comprobación a cortante. (EHE Art. 44.2.3.2 y 44.2.3.2.1)
Siendo:
• Vd: valor de cálculo del esfuerzo cortante en la sección de referencia S.
• Vrd: esfuerzo cortante efectivo de cálculo.
• Vu2: esfuerzo cortante de agotamiento por tracción en el alma.
Donde:
1.9.1. Longitud de solape de la armadura de tracción del alzado, ls1 (figura 1.9.)
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Siendo:
Siendo:
Limitaciones, EHE, Art. 66.5.1., las cuales afectan a la longitud de solapo al omitir el cálculo de
la longitud neta de anclaje, y según las cuales, la longitud de solapo no debe ser inferior a los tres
valores siguientes:
1.9.2. Longitud de solape de la armadura de compresión del alzado, ls2 (figura 1.9.)
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Limitaciones, según las cuales, la longitud de solapo no debe ser inferior a los tres valores
siguientes:
Siendo
• AS : Sección de armadura necesaria por cálculo.
• AS ,real : armadura real.
• β =1, coeficiente EHE, tabla 66.5.2.b, anclaje en prolongación recta.
- Limitaciones, EHE, Art. 66.5.1., según el cual la longitud de anclaje no debe de ser inferior a
los siguientes valores:
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En el empotramiento, la armadura del talón deberá ir anclada en una longitud igual a la longitud
neta de anclaje, contada a partir del eje del muro.
En el extremo del talón deberá ir anclada en una longitud igual a la longitud neta, contada a
partir de un canto útil del empotramiento. Comprobamos si existe espacio suficiente en el talón
para anclar la armadura en prolongación recta.
Siendo:
Siendo
• AS : Sección de armadura necesaria por cálculo.
• AS ,real : armadura real.
• β =1, coeficiente EHE, tabla 66.5.2.b, anclaje en prolongación recta.
• Mu : momento que es capaz de resistir la sección.
• Md : momento de cálculo al que se encuentra sometida la sección.
- Limitaciones, EHE, Art. 66.5.1., según el cual la longitud de anclaje no debe de ser inferior a
los siguientes valores:
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En el extremo de la puntera deberá ir anclada en una longitud igual a la longitud neta, contada a
partir de un canto útil del empotramiento. Comprobamos si existe espacio suficiente en la
puntera para anclar la armadura en prolongación recta.
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Calcular las componentes del empuje activo y pasivo en el muro de contención de la figura 3.1.
Datos:
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En éste caso Z=D (profundidad de la puntera). Nos interesa sólo la parte que actúa en el frontal
de la puntera, derivando la expresión anterior con respecto a z, obtenemos el valor del empuje a
una profundidad dada.
Para z=D (profundidad del plano de la cimentación en la puntera), el empuje pasivo vale:
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Para z= (D-h) (profundidad del punto superior de la puntera), el empuje pasivo vale:
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