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rT uno, dos, tres OCEANO _ INTRODUCCION Este es un pequefio libro sobre Matematicas Absolutamente Elementales (mac); también lo es sobre los numeros naturales, el cero, los numeros negativos y las fracciones. No es un libro escolar, ni un tratado, ni tampoco una muestra rapida. Me gustaria pensar que esta obra actuara como un apoyo para mis otros libros sobre matematicas. Los matematicos siempre han imaginado que las matematicas son como una ciudad, cuyo horizonte esta dominado por tres grandes torres, los ministerios estatales de una poderosa cultura intelectual; de hecho, nuestra propia cultura. Estos tres enormes edificios estan dedicados a la geometria, al andlisis y al algebra: el estudio del espacio, el del tiempo y el de simbolos y estructuras. Imponentes como los zigurats babilonios, estos edificios transmiten un aire sagrado. El terreno comtn en que se encuentran es también sagrado: lo sacralizan las marcas de los pies humanos. Este es el dominio de las matematicas absolutamente elementales. Muchas partes de las matematicas tienen un brillo cautivador: son exoticas. Por otra parte, las matematicas elementales evocan las cosas de la vida diaria: como se pagan las cuentas, se planifican los cumpleafios, se dividen las deudas, se corta el pan y se miden las distancias. Es terrena. Si los libros escolares desaparecieran mafiana, y con ellos los tesoros que contienen, nos tomaria cientos de afios redescubrir el calculo, pero sdlo unos dias recordar nuestras deudas y, con ellas, los numeros que las expresan. Las matematicas elementales, como se ensefian con frecuencia, y a veces se usan, requieren una inmersion en el desorden. Se exige paciencia y se difiere el placer. Los puntos decimales parecen vagar sin rumbo fijo, los numeros negativos se convierten en positivos y, de repente, las fracciones se vuelcan de cabeza. Y g~qué clase de cosa es tres cuartos dividido entre siete octavos? La calculadora ha permitido a casi todos resolver problemas como éste con despreocupada indiferencia. Rapida, exacta y barata, lo hace todo mucho mejor que los hombres y las mujeres de hace cien afios que luchaban por hacerlo bien. La sensacién de que en las matematicas elementales las cosas son familiares —medio olvidadas, medio recordadas— es reconfortante, y asi lo son también la calculadora y la computadora, fieles en extremo, pero la memoria y la tecnologia plantean una cuestion obvia: gpara qué molestarse en aprender lo que ya sabemos 09, al menos, pensamos que ya sabemos? Este asunto encierra una confusién. Las técnicas de las matematicas elementales son una cosa, pero sus explicaciones son otra muy distinta. Todos pueden sumar dos simples numeros naturales, por ejemplo, dos mas dos. Es mucho mas dificil decir qué significa la suma y por qué se justifica. Los matematicos explican el significado y proporcionan la justificacion. Las teorias resultantes exigen la misma combinacion de arte y refinamiento que es caracteristica de todo proceder intelectual. Esto hubiera podido ser, muy facilmente, de otra manera. Las matematicas elementales, aunque apremiantes en sus urgencias, hubieran podido negarse a formar una unidad en su teoria, de modo que, vistas desde fuera, se asemejarian a un mapa donde los caminos se separan por razones inexplicables 0 acaban en un desesperante revoltijo. Pero la teoria que explica las matematicas elementales y justifica sus técnicas es intelectualmente coherente. Es poderosa. Tiene sentido. No es nunca contraintuitiva. Y, por lo tanto, es apropiada para su tema. Si cuando se trata de las operaciones matematicas mas simples —de nuevo, la suma— queda algo que seguimos sin entender, es sdlo porque no hay nada en la naturaleza (o en la vida) que comprendamos de manera tan completa como quisiéramos. Sin embargo, la teoria resultante es radical. No lo dude. Los restos de conocimientos que recibimos en la educacién en los afios de la infancia han desaparecido en la noche de los tiempos. Una idea ha quedado, y es la que predomina: que los calculos y los conceptos de las matematicas absolutamente elementales se controlan por el solo acto de contar de uno en uno. En este analisis hay una economia de efecto y una reduccién de la experiencia a lo mas esencial, tan radical como cualquiera que se puede hallar en las ciencias fisicas. Esto no fue comprendido sino hasta finales del siglo xix. Un siglo mas tarde, aun no se ha comprendido ampliamente. La instruccién escolar es de poca ayuda. “Por favor, olvide todo lo que aprendid en la escuela”, escribid el matematico aleman Edmund Landau en su libro Foundations of Analysis; “usted no lo ha aprendido”. En ocasiones, pediré al lector que también se olvide de algo. Ahora tengo que revelar un secreto. Es familiar a cualquiera que escribe sobre matematicas o imparte clases de matematicas: que la asignatura les gusta a muy pocas personas. Es mejor decirlo de una vez. Al igual que el ajedrez, las matematicas tienen el poder de producir obsesi6n mas a menudo que infundir afecto. éA qué se debe esto (el odio hacia las matematicas)? Hay dos razones obvias. Los matematicos reciben al principiante con un aura de extrafieza, mas o menos en proporcién a sus arcanos simbolos. Hay algo en el simbolismo matematico, una especie de irritacién, que si bien exige paciencia, dificilmente promete placer. ¢Para qué molestarse? Si el aparato simbolico de las matematicas es un obstaculo para apreciarlas, los argumentos que plantea son otros. Las matematicas se basan en la demostracion. Pero la certeza cuesta caro. Incluso en un simple razonamiento matematico hay, con frecuencia, un elevado nivel de detalle y, lo que es peor, una enloquecedora diferencia entre la complicada estructura de una demostracion y lo simple y obvio de lo que se pretende demostrar. No hay ningun numero natural entre cero y uno. ¢Quién podria dudarlo? Sin embargo, esto debe ser mostrado y demostrado paso por paso. Se requieren ideas dificiles. éPara qué molestarse? Inevitablemente, se recurre a una astuta artimafha. En matematicas es preciso invertir algo antes de ganar, y lo que se gana nunca es tan palpable como lo que se invierte. Es ese regateo lo que rechazan muchos hombres y mujeres. ¢éPara qué molestarse, entonces? La pregunta no es ociosa, merece una respuesta. En el caso de muchas partes de las matematicas, las respuestas son obvias. La geometria es el estudio del espacio, ese algo misterioso que esta entre puntos. Sentir indiferencia hacia la geometria es sentirla también hacia el mundo fisico. Esta es una de las razones por las que los alumnos de la escuela secundaria, tradicionalmente, han aceptado a regafiadientes a Euclides, pues saben que se les obliga a aprender algo que necesitan saber. zY el algebra? La repugnancia que (en la escuela secundaria) esta asignatura provoca siempre ha sido equilibrada por la sensacién de que sus simbolos poseen el poder magico de controlar el flujo y el reflujo de las cosas. Granjeros y fertilizantes eran los ingredientes basicos de los libros antiguos. Pero son la energia y la masa las que figuran en los modernos. Einstein sdlo necesito el algebra de la escuela secundaria para postular la teoria de la relatividad, pero necesitd e/ algebra de la escuela secundaria, y hubiera estado perdido sin ella. El andalisis matematico llegd a la madura atencion de los matematicos europeos como calculo. Casi en seguida comprendieron que habian recibido el salvoconducto de la primera y, en algunos aspectos, la mas importante de las teorias cientificas. Sorprenderse ante la importancia del andlisis o burlarse de sus demandas es ignorar el cuerpo mas rico y mas intensamente desarrollado del conocimiento adquirido por el género humano. Si, si, todo esto es muy edificante, pero... ~matematicas absolutamente elementales? Hace no mucho tiempo, el matematico francés Alain Connes inventd el término matematicas arcaicas para describir el lugar donde las ideas son primigenias y atin no se han separado en ramas. Es una frase elegante, una descripcion valida; e indica con precision por qué las matematicas elementales, vistas como es debido, poseen la grandeza de lo absoluto. Son fundamentales y, como el lenguaje, son una manifestacion instintiva del género humano. La teoria de las matematicas absolutamente elementales es un recuento, en términos modernos, de algo que yace en lo profundo de la imaginacion. Su desarrollo durante siglos representa un extraordinario ejercicio de autoconciencia. Es esto lo que justifica la molestia, el sentimiento de que, al ver un lugar viejo y familiar con ojos matematicos, podemos ganar el poder de verlo por vez primera. Y esto no es poco. Paris, 2010 Una oveja, dos ovejas, tres. Sigue la lana... Nameros Los numeros naturales 1, 2, 3,... desempefian un doble papel en nuestros asuntos ordinarios. Sin ellos no se podria contar y, por lo tanto, no se podria responder a la pregunta gcuantos? Un hombre incapaz de decir si esta mirando una o dos ovejas no puede identificar una oveja. Lo mas que hace es ver lana sobre patas. Son los numeros naturales los que lo liberan de esa ausencia de ovejas. “La creacién de los numeros”, sefiald Thierry de Chartres en el siglo xi, “fue la creacion de cosas”. Como contar las cosas les otorga su identidad, les impone también su diferencia. Tres ovejas son tres cosas. Los numeros naturales son la expresién en la naturaleza de la division y la distincion. Entre el nmero uno y el numero dos, después de todo, no hay nada, como tampoco hay nada entre las cosas que son distintas entre si, por mas que se asemejen en diversos aspectos. La discrecién de los numeros naturales es tan absoluta como la de la superficie de nuestra piel, que permite el contacto, pero no compenetracion. Es cierto que en el mundo existen sustancias que no pueden ser contadas, por ejemplo, el lodo. La palabra Jodo parece designar indiferentemente el lodo dondequiera que esté y comoquiera que pueda ser hallado. Pero tan fuerte es el impulso intelectual de subordinar la experiencia a la accidn de contar, que el idioma provee herramientas gracias a las cuales hasta el lodo puede ser contado: una mancha de lodo, o una huella, o un monton, con lo cual ya se puede hablar de una mancha, dos huellas o tres montones. El mismo uno, dos, tres que se utilizo para contar ovejas se emplea también para diferenciarlas. Los numero naturales son los que hacen posible que un pastor de ovejas espanol, con la cara curtida por el sol, las mejillas hundidas y dos dientes de oro imponga orden en su ganado ovejuno y, por lo tanto, en su vida. La primera es mia, hombre, dicen estos pastores de ovejas, la segunda es tuya y la tercera es de él. El arte de los escribas Los sumerios instruian a sus hijos en las mae, hace mas de cinco mil afios, cuando el sol del desierto era nuevo y no habia aun nada viejo en el mundo. Los nifios sumerios aprendian lo basico; sus maestros habian aprendido lo esencial. No lo consideraban facil. Los escribas sumerios estudiaban durante afios, desde la infancia, para trazar sobre tablas de arcilla anotaciones sobre impuestos, demandas en asuntos de negocios, cddigos legales y transacciones de bienes inmobiliarios. Dejaron tras de si las huellas de su quehacer matematico, las primeras en la historia. Un inadecuado sentido de su vocacién no formaba parte de sus aflicciones. “El arte de los escribas”, manifestd uno de ellos, “es la madre de todas las artes’. Sélo los escribas, afadié, podian “escribir [grabar] sobre un obelisco, hacer el dibujo de un campo o llevar las cuentas”. Aqui el texto se interrumpe, hay una pausa en su flujo. Y luego sigue una frase aislada, sin principio ni fin, algo sugestivo sobre la grandeza intelectual de los escribas: ... e/ palacio... Al final del tercer milenio antes de nuestra era, el imperio sumerio desapareci6 entre las arenas del desierto, derrotado por el tiempo. Llevado por el viento, supongo, 0 por alguna otra calida corriente de pensamiento, los conocimientos que los escribas tenian de las mae pasaron a los mandarines chinos, embriagados por su nuevo poder sobre los pictogramas, y también a los babilonios, de modo que aparecen casi en todo el mundo antiguo. Diferentes sociedades utilizaron las mac, cada una a su manera y para sus propios fines. Cada sociedad paso por alto algo y ninguna, ni siquiera la nuestra, las han conocido por completo. Un hombre singular Leopold Kronecker naciéd en 1823, en la pequefia ciudad de Liegnitz, en Prusia Oriental. Estremecida por los tanques rusos a finales de 1944, Liegnitz es conocida hoy como Legnica y forma parte de Polonia. Prusia Oriental desaparecio. El rostro de Kronecker no es facil de distinguir en una fotografia. Excesiva iluminacién y una exposicién demasiado extendida oscurecieron y profundizaron cada uno de sus rasgos faciales. Las facciones adustas sugieren una relacién de parentesco no reconocida entre Leopold Kronecker y el general William Tecumseh Sherman. Ambos presentan una frente alta, el pelo muy corto, casi “a cepillo”; ambos tienen los ojos muy hundidos y melancdlicos. Con todo y eso, Kronecker se ve completamente prusiano y austero, pero su nariz tiene su propia e inconfundible vida racial; es muy hundida en el puente y luego se curva hacia su acanalada punta. Menciono todo esto no para divertirme a costa de la nariz de otra persona —después de todo, mi propia nariz es también sobresaliente— sino para transmitir algo de la capacidad de Kronecker de mantenerse aparte de otros matematicos y, sin embargo, ser uno de ellos. Kronecker fue un personaje raro en la historia del pensamiento, un escéptico matematico que no deseaba aceptar ideas que no podia comprender por completo, y fue muy rapido en llegar a la conclusion de que no podia comprender por completo la mayoria de las ideas. Si bien Kronecker el Triste era famoso por decir no —no a los numeros negativos, no a los numeros reales, no a los conjuntos—, también lo era por decir si a los numeros naturales, un gran y optimista si a esos antiguos objetos del pensamiento y de la experiencia, un si desbordante a cualquier construccién matematica que volviera a los numeros naturales por medio de una serie finita de pasos. Kronecker, el hombre de los mil no, y Kronecker, el hombre a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book Esposas, chivos, numeros Los numeros naturales empiezan por el uno; aumentan de uno en uno; y asi hasta el infinito. El conocimiento de que esto es asi es una herencia del género humano. Es verdad que los antropdlogos informan que algunas tribus carecen del sentido completo de los numeros. Que los hombres cuentan “uno, dos, muchos” y se refieren a cualquier numero mayor que dos_ diciendo, apesadumbrados, que son muchos. Un jefe, dos chivos, muchas esposas, podria decir un gran jefe de tribu. Soy escéptico respecto a tales informes porque siento, casi con certeza, que si alguien le roba una de las esposas, esto puede hacer que el jefe observe que posee una menos que muchas esposas. Si es capaz de determinar que tiene una esposa menos que las que pudiera necesitar, es igualmente capaz de determinar que tiene una esposa mas de las que pudiera desear. Presionado de esta manera por las exigencias de su vida tribal, podria contar enumerando con creciente descontento: muchas esposas, una mas que muchas esposas, una mas que una mas que muchas esposas, y asi en adelante, hacia una franca pesadilla doméstica. En el sentido contrario, podria contar disminuyendo hasta llegar al fondo, el numero uno, momento en que podria comparar el numero de sus pendencieras esposas con el numero de jefes: uno en ambos casos. Es un sistema trabajoso, sin duda, pero los trabajadores intelectuales muchas veces son indiferentes frente a las preocupaciones practicas. La labor de Dios Si bien es dificil decir qué son los numeros, también lo es decir cémo se usan. La manera mas familiar de contar un numero pequefio de ovejas es igualar estas ovejas con las puntas de los dedos cuando se separan del resto que forma un pufio. Esto es lo que solemos hacer cuando queremos contar ovejas. Pero como una explicacién de lo que es contar ovejas, es facil llegar a la a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book sus colegas y al mundo, en los comienzos del siglo ix, les dijo que este sistema era “el método mas rico, el mas rapido, el mas facil de comprender y el mas facil para calcular’. Es sumamente util, afiadio, “en casos de herencias, legados, particiones y comercio”. Rindamos el merecido homenaje a al-Juwarismi, un hombre para todos los simbolos y, por lo tanto, un hombre para todos los tiempos. Notacion posicional Los numerales arabes son nueve formas sinuosas, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9. Los numerales del uno al nueve son basicos y a la vez primitivos: basicos porque necesitamos algo con que empezar, y primitivos porque como simbolos no pueden ser descompuestos en algo mas simple. Lo que falta todavia es un modo de utilizar estos simbolos para designar los numeros mas alla de nueve. Con sus propios recursos, desde luego, los nueve numerales dificilmente podrian designar otra cosa que nueve numeros. Un mercader de Bagdad, especialmente ingenioso, podria designar el numero diez como 9 + 1. El numero siguiente se designaria como 9 + 1 + 1. Esto dificilmente podria contribuir a la solucién de los problemas practicos del mercader, ya que una cuenta por ciento setenta dracmas ocuparia paginas y paginas. La soluci6n a este problema surgié por etapas, de la manera que suelen surgir soluciones en las matematicas, una estrategia improvisada seguida de una limpieza cuidadosamente llevada a cabo. De este modo, los mercaderes con negocios mas urgentes que la notacién matematica desde hacia mucho tiempo expresaban sus cuentas de carga y de venta escribiendo 1 mas X cuando querian decir diez, o simplemente 1X, donde el simbolo 1, por medio de su nueva y desacostumbrada posicién, designaba el numero diez, y donde X servia simplemente de indicador de lugar, un simbolo que significaba que nada podia agregarse a diez. A partir de entonces, este mismo esquema pudo abarcar los numeros siguientes, o sea, el numero once se expresaba como 1X mas 1, u 11. Espero que aquel mercader de Bagdad, sintiendo que habia descubierto algo profundo, haya notado con satisfaccion que al a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book primitiva que la de responder a la pregunta de si algo pertenece o no pertenece. En la idea de un conjunto hay, con toda evidencia, un grado extraordinario de libertad. Esta libertad dota al mas simple de los conjuntos de un peligroso impulso reproductivo. Después de haber vivido durante tanto tiempo como ovejas, tres ovejas pueden ahora concebirse como un tedrico conjunto de ganado, que es un hecho que los matematicos simbolizan escribiendo sus nombres entre llaves: {Oveja 1, Oveja 2, Oveja 3}. Si antes teniamos tres ovejas, 0 sea, tres cosas, ahora tenemos cuatro: las tres ovejas y el conjunto que las une. Este conjunto es también un objeto del pensamiento. Si esto no es asi, entonces en qué estabamos pensando? Ahora el universo incluye el conjunto {{Oveja 1, Oveja 2, Oveja 3}}, cuyo Unico miembro es el conjunto de tres ovejas, cuyos miembros, a su vez, son las mismas tres dichosas ovejas. Hay cinco objetos en el universo donde un momento antes sdlo habia un grupito de tres ovejas. Este es un proceso que se puede continuar hasta el infinito. Los conjuntos son libertinos y se multiplican por iteracion, lo cual no es un proceso Unicamente matematico. De hecho, dificilmente podria calificarse de matematico. En un comentario ante una congregacién religiosa en la ciudad de Qom, V. S. Naipaul expresO que “una fe como esta...”, y luego, por carecer de palabras para describir lo creyentes que eran los creyentes, agrego: “fe en la fe”, y asi sugirid que la fe, al igual que la operacién que forma los conjuntos, puede ser autoaplicada: fe en la fe, que se diferencia de la fe como tal. Estas iteraciones contienen algo de locura, ya que no sugieren ningun patron de control. {Existe para el creyente una fe en la fe en la fe? “Afortunados de veras son los creyentes”, como observa enigmaticamente el Coran en la sura 23.1. Unico en su especie El conjunto de ovejas tiene ovejas como miembros; el conjunto de a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book relacion de la Tierra como un todo con los cielos tomados como un todo”. El segundo asunto mas importante es describir “los movimientos del Sol y de la Luna’, y el tercero es dar una descripcion de las estrellas. A continuacion, Ptolomeo resume sus conclusiones. “Los cielos [son] esféricos en su forma y se mueven como una esfera; la Tierra, también, es bastante esférica en su forma, cuando se toma como un todo; la posicién en que se encuentra es en medio de los cielos, muy similar a su centro; en su tamafio y distancia tiene la proporcién de un punto en relacion con la esfera de las estrellas fijas, y no se mueve de un lugar a otro”. “Absolutamente todos los fendmenos”, afiade Ptolomeo sombriamente, “estan en contradiccién con cualquiera de las nociones alternativas antes propuestas”. Nada humano es cierto Durante mil quinientos afios el Almagesto parecia tan firme y sdlido como el hierro colado; la teoria que expresaba respondia brillantemente a las demandas de los nuevos datos astronémicos, tales como el movimiento retrogrado de los planetas, por medio de un elaborado sistema de epiciclos y deferentes. Hasta bien entrado el siglo xvi, las ventajas del sistema de Copérnico auin no estaban claras, y sus desventajas eran considerables. Los astronomos partidarios de Copérnico no podian explicar de manera convincente por qué si la Tierra se movia alrededor del Sol, nadie en su superficie jamas lo habia advertido. Y, sin embargo, poco tiempo después, la astronomia de Ptolomeo fue descartada, incluso ridiculizada a causa de las mismas técnicas que, supuestamente, aseguraban su precision. Hoy en dia es una leccion, y por lo tanto una advertencia de como los hechos al final se vuelven contra la teoria: —La Tierra no es el centro del sistema solar. —El Sol no se mueve. —Los planetas no describen circulos en el cielo. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book La tercera Stanley tiene el apellido Thompson. La conclusién Richard tiene el apellido Thompson. Y aqui, Church agrega otro completamente distinto: Laprimera Numeros complejos con razones positivas reales premisa: tienen la misma amplitud. La segunda: i-N3/3 y w son numeros complejos con razones positivas reales. La tercera w tiene amplitud 2177/3. La I " ‘ ey i —v3/3 tiene la amplitud 2177/3. conclusién: En ambos argumentos las premisas pasan a _ sus conclusiones, pero como el segundo argumento trata con una rama de las matematicas conocida como analisis complejo, hubiera podido perfectamente escribirse en la lengua warlpiri. No tiene nada que ver con los Thompson —herederos de una pistola ametralladora francesa— o con las mae. Sin embargo, estos dos argumentos tienen la misma forma, y el hecho de que el segundo sea incomprensible no le resta nada de su validez. Y ahora pasamos a la segunda idea de Aristoteles: la validez es condicional; es un hecho que reconocemos apelando a lo que no es necesariamente real en pro del argumento. Un argumento es valido en el caso de que, si sus premisas fuesen ciertas, su conclusion seria cierta también; lo que gobierna ahora en la discusién es el imperativo contrafactual (si fuese asi) y el imperativo modal (seria as/). Un argumento valido no hace nada para garantizar la verdad viva de sus premisas. La ldgica es el asunto de los ldgicos; dejan la verdad a otros. He aqui, de nuevo, el primer argumento de Church: a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book hacen, y proposicionales debido a lo que conectan. En el lenguaje ordinario, mas alla de lo hipotético, hay muchos conectores como éstos. Para los propésitos del andlisis l6gico, los mas importantes son no (negacién), y (conjuncidn), y o (disyuncién). Conectores como aunque, pero, en caso de que y si y solo si son variantes que expresan la exuberancia natural del lenguaje ordinario. La ldgica que gobierna las proposiciones no basta para controlar el flujo de la inferencia en las matematicas, incluso en las mac. Para decir simplemente que no existen numeros naturales entre cero y uno se necesitan recursos que expresen los matices de la cuantificacion. Aunque los ldgicos del siglo xx nos han proporcionado estos recursos, aun persisten grandes misterios referentes a la forma.” Si no hay numeros naturales entre cero y uno, tampoco hay dignatario electo entre el presidente y el vicepresidente: inferencias sobre numeros e inferencias sobre politicos suscitan con mucha frecuencia proposiciones similares. Pero en las matematicas conducen a la certeza; en la politica, no. Y tampoco hay continuum entre estos casos. Las matematicas son un mundo aparte, en su lenguaje, en sus propdsitos y, por supuesto, en la certidumbre que proporcionan sus demostraciones. * Véase el capitulo 8. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book “Desde el principio de la humanidad”, observé Abelardo con cierta aspereza en su autobiografia Historia Calamitatum, “las mujeres [han] llevado a la ruina a los mejores hombres”. “Hubo entonces en Paris”, escribe Abelardo, “una joven que se llamaba Eloisa’. Nacida en 1100, Eloisa crecié en algun lugar fuera de Paris y se educo en la abadia de Notre-Dame en Argenteuil. Cuando la nifia dejaba de serlo para cubrirse de la suave envoltura de un cuerpo de mujer, Abelardo, convertido en hombre, dejaba de ser el irritable adolescente que habia sido, doble metamorfosis, supongo, por lo que sucedié algo que confirmaba por entero la idea aristotélica sobre un acontecimiento casual donde dos mariposas, que habian dejado de ser crisdlidas, se encuentran en medio de su vuelo. Me parece verlos a los dos desde mi ventana, Eloisa caminando con pasos rapidos y airosos en una direccién, mientras un bronceado Abelardo, vestido con ropa ancha, su tunica al viento, tropieza con ella andando en la direccién contraria; ella da un paso hacia un lado para evadirlo, é/ se para en seco, como hace todo hombre cuyos sentidos han recibido una violenta sacudida. Al instante se sintid “invadido de deseo por esta joven”. Eloisa vivia con su tio, el candénigo Fulberto, en una casa junto al muelle. La casa original fue destruida desde hace mucho tiempo, a excepcidn de algunas solidas vigas medievales, pero un letrero nos hace recordar el gran drama romantico que se desarroll6 en este lugar en ese entonces. La seduccién procede por medio de una serie de pasos destinados a promover a Abelardo de ldgico en casa, a amante a la mano. “Yo era”, escribe Abelardo, “joven y excepcionalmente bien parecido, y gozaba de gran reputacion”. Se recurrié a amigos mutuos. Estos ponderaron la magnifica reputacibn de Abelardo como maestro y su incorruptible continencia. “Nos unimos”, escribe Abelardo, “primero bajo un mismo techo, después, con nuestros corazones, y luego, con nuestras lecciones como pretexto; nos abandonamos por completo a nuestro amor”. El tio Fulberto, aunque nunca se distinguid por su inteligencia, tuvo que percatarse en algtin momento de los gemidos y apasionados susurros que provenian de /e grenier, con su camastro cubierto de paja, paredes negras de hollin y unas pequefias ventanas que daban al oscuro rio alla abajo. Al parecer, Fulberto era bastante lento en comprender. Citando con satisfacci6n a san Geronimo, Abelardo escribe que “siempre somos los Uultimos en enterarnos del mal que ocurre en nuestra casa”. Pero si bien Fulberto no se percatd del humo, tuvo que persuadirse al fin y al cabo de que lo que estaba viendo era fuego, en gran parte porque, como sefala Abelardo sin mucha delicadeza y con cierto tenaz orgullo, él y Eloisa fueron “sorprendidos en el acto”. “Ambos seremos destruidos”, expreso Eloisa con palabras citadas por Abelardo. “Todo lo que nos queda es un sufrimiento tan grande como fue nuestro amor.” Tenia toda la razén. La pasién que los estaba abrasando acab6 por consumirlos de verdad. A Abelardo y Eloisa los separaron, pero ellos volvieron a unirse. Sus historias y evasiones se volvian cada vez mas complicadas. Y mientras tanto, el tio Fulberto, desconcertado por los sucesos e impotente para controlarlos, echaba humo y vapor y no dejaba de tejer intrigas, hasta que, ciego de furia, contrat una banda de rufianes y puso en marcha los acontecimientos que condujeron a la terrible mutilacion de Abelardo. Después de esto, tanto Abelardo como Eloisa entraron en la vida religiosa, Abelardo porque se veia incapaz de concebir ningun otro plan, y Eloisa porque fue obligada por Abelardo. La joven hizo sus votos monasticos sin ningtin deseo. Sabia perfectamente que la iban a atar por toda la vida, y fue esto lo que sucedid. Abelardo se refugid en la gran frialdad que siempre formo parte de su personalidad. Dedico el resto de sus dias a una serie de contiendas. Eloisa se negaba a sofocar el amor que habia iluminado su vida: “Oh, piensa en mi”, escribia a Abelardo, afadiendo la suplica que conocen todos los amantes: “No me olvides”. Y mas tarde: “jAdids para siempre!”. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 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your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book La notacion nada tiene que ver con todo esto. Lo que no son las fracciones Las fracciones como un medio o nueve décimos no son ni pueden ser numeros enteros. Un esquema que abarca los numeros positivos, el cero y los numeros negativos no abarca las fracciones. Esto es extrafio. La fraccién un medio es el numero uno y el numero dos, es decir, una composicioén de dos nimeros enteros. La aleacion resultante es diferente a los metales que la forman. Las fracciones tienen una naturaleza que los numeros enteros no comparten. El numero dos es lo que es; es Unico, y ningun otro numero puede ocupar su posicidn en la torre de los numeros naturales. Las fracciones no son tan estables. Después de todo, la fraccién un medio es lo mismo que la fraccién dos cuartos, y también es lo mismo que la fraccidn tres sextos, y otras mas; son infinitas las que comparten la misma identidad. Si bien las fracciones poseen una identidad, ésta se distribuye entre muchas fracciones que significan lo mismo, es una gran reunion donde todas significan lo mismo. Esta es una manera de considerar las fracciones, como pares de numeros enteros, si, pero también como conjuntos de pares, es decir el conjunto de todas las fracciones equivalentes a una fraccion dada. Las fracciones no son numeros enteros en su identidad; tampoco son numeros enteros en otro sentido: los numeros positivos estan aislados, ya que cada uno de ellos aparece en la recta numérica como un breve y limpido pico, solo e indiferente hacia los numeros que estan junto a él. Las fracciones son diferentes. Crecen como los nuimeros naturales lo hacen, esto es, al igual que los numeros enteros positivos, tienen el poder de aumentar infinitamente. Y también pueden disminuir infinitamente. Pero esto es algo que los numeros enteros positivos no pueden hacer. Al disminuir hasta el numero uno, enfrentan un abismo en el cero. Ademas de ser doblemente infinitas, las fracciones son infinitas también en otro sentido, que también esta negado a los numeros positivos: son fecundas. Entre cada dos fracciones siempre hay una tercera. Estos puntos de diferencia entre los numeros enteros y las fracciones se pueden reducir a un par de proposiciones: no existen numeros enteros positivos entre 0 y 1, cada numero, como el Cortés del poema de Keats, guarda silencio sobre una cima en Darién. Pero entre dos fracciones cualesquiera existe siempre una tercera. éExiste una demostracion de que esto es asi? Existe. Realmente existe. Por una parte... El espacio entre cero y uno esta vacio. No hay ningun numero natural entre ellos. Los numeros 0, 1, 2, 3... son discretos e incorruptibles en su aislamiento. Para demostrar que entre el cero y el uno no hay nada en absoluto, se necesitan fuertes principios. El matematico puede proporcionarlos. El principio del buen orden es uno de ellos. En la teoria de conjuntos se da por sentado que, segun el principio del buen orden, todo subconjunto de los numeros naturales que incluye al menos un miembro incluye un miembro mas pequefio que todos.” Utilizando el principio del buen orden —‘para ilustrar su fuerza”, como lo dijeron Birkhoff y Mac Lane— es posible probar con facilidad que entre cero y uno no hay ningun entero. Supongamos que hay un numero natural x alli donde la intuicién nos dice que no debe haber nada. El numero x es mayor que 0 pero menos que 1; expresado en el lenguaje de los simbolos seria:O

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