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FILOSOFIA Y TEOLOGÍA

CONTROVERSIA ENTRE LA FE Y LA RAZÓN


Por: Salverman

El gran padre de la filosofia, Aristóteles, decía que “el hombre es un ser filosofo por
naturaleza”. Cosa cierta, ya que el ser humano desde que tiene uso de razón, comienza a
cuestionarse sobre temas como el Sentido de la vida, de donde venimos o a donde
vamos, Sobre la existencia de Dios o del Alma…y sobre los demás enigmas de la vida.
Ante ello busca respuestas mediante razonamientos lógicos. Trata de comprender la
realidad y tiene una sed natural de buscar la verdad, la felicidad…para darle sentido a su
vida y a sus actos.

El hombre, es un ser compuesto de alma y cuerpo, tiene limitaciones. Nuestra capacidad


intelectual tiene límites, no podemos llegar al conocimiento total de toda la realidad.
Hay verdades que rebasan nuestra inteligencia. Pero, no por el hecho que no podemos
comprenderlo o conocerlo totalmente dejen de existir esas verdades no evidentes ante
nuestra mente. La verdad no depende de nosotros, no lo hace el hombre, sino que es
universal, eterno e inmutable. Por ello aunque no pueden ser demostradas lógicamente o
demostradas dejen de ser reales. Justamente por esto, por no comprender o aceptar esta
limitación del hombre nace la controversia ente la fe y la razón, entre la ciencia y la
religión, entre la filosofia y la Teología. Porque donde acaba el campo del estudio de
una ciencia, empieza la de la otra.
Ante ello, queremos decir que tanto la filosofia y la teología son ciencias, cada uno tiene
su campo de estudio, no habría confrontaciones si la una no se entrometiera en el campo
de la otra.

La filosofia utiliza la razón para dar una explicación lógica a las cosas. En cambio la
Teología utiliza la fe para comprender los grandes enigmas del mundo. Es así que,
donde acaba el campo de la Filosofia, comienza el ámbito de la teología.
Cuentan que una vez, que Agustín de Hipona, uno de los grandes filósofos, se paseaba
por la playa, “rompiéndose la cabeza” para comprender como esque la Iglesia decía que
el Hijo era Dios, el Padre era Dios, el Espíritu Santo era Dios….pero que solo existía un
único solo Dios. Cuando estaba ensimismado con estos razonamientos, vio a un niño
que jugaba en la arena, había hecho un pequeño hoyo a la orilla del mar y con una
pequeña concha iba y venia trayendo agua al hoyo. Entonces, Agustín de Hipona,
movido por la curiosidad le pregunta al pequeño que es lo que estaba haciendo. Este le
responde: -Quiero meter en este hoyo toda el agua del mar. Ante esto, el Filósofo le
dice: - Eso es imposible, jamás podrás hacerlo. Pero ante su sorpresa, el niño le
responde: - “Y tu con esa pequeña cabecita quieres llegar a comprender la naturaleza de
Dios”. Y luego el niño desapareció.

Justamente con este relato queremos decir, que nuestra inteligencia es limitada, y hay
verdades como el tema de Dios que sobrepasan nuestro entendimiento.
Por tanto, la fe no es contraria a la razón. Creer no significa abdicar de la razón.
Tampoco la Fe puede ser contraria a la Ciencia, pues lo verdadero no puede contradecir
a lo verdadero. La verdad tiene una misma fuente que es Dios y Dios no puede
contradecirse.
Ante ello querido lector, te invito, te reto a conocer la verdad. No tu verdad, no mi
verdad, sino la Verdad, esa verdad que es única, eterna, universal. Pero para llegar a ello
tenemos que pagar el precio: investigar, pasarnos horas y horas dedicándonos a la
lectura y a la investigación. Recurriendo a los grandes sabios que nos han dejado ese
legado, producto de su esfuerzo y su dedicación.

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