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Se le acercó uno de los escribas y le preguntó:
"¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?"
Y Jesús contestó:
"El primero es: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Y el segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo
Mayor que éstos no hay mandamiento alguno".
(Mc 12,28-31)
INTRODUCCIÓN
Un religioso ha muerto y se presenta ante Dios quien le pregunta: "Dime, ¿qué hiciste
de tu vida?" Él respondió:
"Senor, Tú lo sabes todo y te habrás dado cuenta que durante todos los días
de mi vida cumplí fielmente mis votos" –y prosiguió- "Obedecí a mis
superiores aunque no estuviese de acuerdo, viví con lo necesario aunque
añorara muchas cosas y guardé la castidad aunque me abrasara por
dentro".Dios le miró con compasión durante unos segundos que parecieron
siglos y dijo: "Es una pena que hayas perdido tu vida". Este hombre abrió
sus ojos ante el desconcierto de aquellas palabras y objetó con un porqué.
Dios continuó diciendo: "Porque confundiste lo que es una verdadera
consagración. Quien pretenda seguir mi llamado deberá amar con
intensidad a todos a aquellos que pasen por su vida en derroche de
generosidad y sirviendo con alegría".
2
El presente escrito es una propuesta dentro de la línea antropológica porque
estamos convencidos de la importancia que tiene considerar lo "humano" de la persona
a la hora de establecer un proceso de formación para la vida religiosa. Ahora bien, de
esta base queremos rescatar el componente de la afectividad y la sexualidad como lo
más humano que poseemos todos y que merece ser trabajado a conciencia dentro de
una intención seria de acompañamiento. No podemos negar que durante mucho tiempo
este tema era vetado-e incluso en algunos contextos y comunidades lo sigue siendo-, se
consideraba un tabú y muy pocos se atrevían a decir una palabra precisa y objetiva
frente a las inquietudes que surgieran en una persona o en un grupo. Fácilmente se
desviaban las dudas o los fenómenos hacia el nivel de lo moral y lo religioso
argumentándose con textos del magisterio de la iglesia o haciendo una manipulación
del evangelio. Las situaciones por las que pasa el individuo a nivel humano deben ser
trabajadas y orientadas desde este nivel con la ayuda de ciencias como la psicología, la
sociología, la pedagogía, la comunicación, la biología, la fisioanatomía humana y la
medicina entre otras cosas.
Es conveniente decir que todo lo que aparece aquí ha sido el fruto de un trabajo
intenso a través de los últimos años con jóvenes religiosos que se encontraban en sus
diferentes etapas de formación inicial, con jóvenes que hacían sus últimos años de
secundaria o sus estudios universitarios y de una manera especial, de la oportunidad de
haber compartido con una cuarentena de formadores provenientes de todas las latitudes
del mundo, muchos de ellos con una experiencia significativa en el acompanamiento de
formandos religiosos.
3
sexualidad a partir de la importancia que debe tener en la formación. Se propone un
programa de sexualidad seguido por los elementos más importantes del desarrollo
psicosocial y psicosexual de la persona. Ademas, en el capítulo cuarto se hace una
propuesta de trabajo de los procesos personales como la autoimagen, el autoconcepto,
la autoestima y la autonomía a partir de ejercicios que pueden ser implementados ya a
nivel individual ya a nivel grupal. De la misma forma se proponen otros medios para
trabajar los procesos dialógicos y grupales considerando la construcción de vínculos, la
amistad, el enamoramiento, los duelos afectivos, los juegos de grupo, la comunicación
y el conflicto, la asertividad, la clarificación de valores y la aceptación del grupo. Por
último, el capítulo quinto tiene como intención hacer caer en la cuenta de que el
ambiente que hay en una comunidad o grupo humano es tremendamente influyente en
la manera como se vive la afectividad y la sexualidad y, por eso, los espacios y tiempos
comunitarios deben contribuir a la generación de un ambiente afectivo.
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CAPÍTULO UNO
LA AFECTIVIDAD Y LA SEXUALIDAD COMO REALIDAD
ANTROPOLÓGICA
Salta a la vista para cualquier persona que tenga que ver con el hombre y su
mundo que es necesaria una formación de la afectividad y, si esta es la expresión
humana de la sexualidad, entonces, por ende, tambien se hace necesaria una formación
de la sexualidad donde quiera se encuentre o se vaya a encontrar.
1
PUJOL, Jaume, fsc.Vocación, fidelidad y cambio. Madrid: San Pío X, 1988.p. 24-26.
5
Así es que podríamos explicitar como causas o manifestaciones de las crisis
vocacionales en edad adulta:
1. El «vacío afectivo» producido por tensiones provocadas precisamente como
consecuencia de una intensa dedicación vocacional, cuando la persona tiene la
impresión de que su labor no llega a ser reconocida...
2. La pérdida de ilusión en el ministerio por creer que carece de sentido y de utilidad lo
que se realiza...
3. Una evolución racional a nivel de ideología y de creencias que ha sometido a crítica
toda la ideología que sostenía su existencia vocacional...
4. El hecho de haber adquirido una personalidad con dificultad de someterse al sistema
institucional...
5. Deficiencias afectivas arrastradas desde antiguo y nunca debidamente resueltas...
6. La aparición, con los años, de nuevas exigencias afectivas que producen vértigo en
la persona y parecen exigirle el tomar decisiones...2.
Nótese que por lo menos tres de ellas, sino todas, tienen relación con la afectividad
ya sea porque: 1. Falla la autoestima; 2. Ha habido deficiencia de ésta desde antes de
ingresar a la comunidad; 3. Está implicada la personalidad en su identidad y
orientación; 4. Ha habido una eclosión en el proceso de madurez afectiva; o 5. Lo que
daba sentido a la existencia ya no lo da.
Hasta el momento va quedando claro que la afectividad es una dimensión que está
inmersa en toda la personalidad, por tanto, no se puede caer en el reduccionismo de
afirmar que hay problemas con la afectividad cuando el religioso se ha enamorado o se
sale para contraer matrimonio. De hecho, la afectividad se manifiesta en los contextos
en los cuales se mueve el religioso como el ministerial y el comunitario.
Hablando de los consagrados que han conflictuado su estado con su intensa entrega
pastoral o ministerial, Pujol dice:
2
Ibíd., p. 94-95
6
Esta situación les ha producido tensión que ha repercutido en su vida
afectiva...
La principal consecuencia que se sigue de ello es el debilitamiento de la
relación afectiua, digamos de comunión... Las situaciones de desconfianza,
angustia distanciamiento que se siguen no benefician en modo alguno ni el
necesario dialogo ni el equilibrio personal3.
En el contexto comunitario bastaría con mirar la vida misma y darse cuenta que
cuando dos o más personas se reúnen bajo un mismo techo y ponen todos sus esfuerzos
para construir una comunidad desde una verdadera fraternidad, las dificultades afloran
porque la diversidad que puede llevar a la unidad es la misma que lleva a la
desintegración. Esto se debe a la actitud desde la cual asume cada uno la realidad del
otro y su aceptacion. Esto lo previó Juan Bautista De La Salle, fundador de una
comunidad religiosa, cuando dice:
No es posible que uarias personas uiuan unas con otras sin tener que sufrir
unas de otras. El uno tendrá un carácter atrabiliario; el otro será de genio
contrario; éste tendrá maneras poco delicadas; aquél de mal genio; el de más
allá será demasiado complaciente; quién manifestará fácilmente lo que
piensa; quién será hasta reservado y disimulado; quién tendrá espíritu de
crítica. Difícil el que esta diversidad de caracteres y genios tan diferentes no
ocasionen molestias entre los Hermanos; y tanto, que si la gracia no les
sostiene, es casi imposible se acomoden los unos a los otros y que la caridad
no sufra grave detrimento4.
Véase la sabiduría del hombre que es capaz de expresar con claridad para
su tiempo y para el nuestro, haciendo las debidas actualizaciones, el reto de
construir comunidad en la caridad desde la propia singularidad de cada uno
de sus miembros. En fin de cuentas, ¿no es acaso la afectividad el
fundamento para lograr este cometido? No es atrevido decir que, en
condiciones naturales, la gracia no actúa si el hombre no le deja un espacio
para que lo haga. Le corresponde a la persona que ha optado por la vivencia
de la fraternidad poner de su parte y amar, con todo lo que este verbo implica,
a aquellos que comparten su vida. Esto tambien es un aprendizaje.
3
Ibíd., p. 88.
4
DE LA SALLE, Juan Bautista. Meditaciones. 74.1. Madrid: Bruño, 1970
7
Cuando no se da lo anterior, la afectividad se abre camino por cualquier
vertiente y genera otras situaciones. Una de ellas es la crisis sentimental que
parte desde la misma sexualidad y desemboca de diferentes maneras: soledad,
retiro, frustración, matrimonio...etc. Arriba se decía que casi siempre se
reducía el problema afectivo a lo sentimental, ahora es bueno precisar que
este reduccionismo se debe en un alto porcentaje a la crisis que genera una
ruptura y que, en muchos casos, termina en un compromiso de pareja. Aquí
no se pretende señalar cuál es la causa o el efecto ya que podría resultar un
sofisma y a la postre sólo se puede determinar en cada caso particular. A este
respecto retomemos un comentario de Pujol sobre su investigación con el
grupo de «salidos» de la vida consagrada:
Ya desde el inicio de la cita aparece algo que no se puede olvidar y que vendrá de
nuevo por ser la realidad para la cual se hace esta propuesta. Las personas que están
entrando a la vida religiosa son jóvenes que se encuentran dentro de una etapa llamada
adolescencia tardía. Son adolescentes porque permanecen en ellos algunos rasgos
propios de esta etapa aunque se haya dado su desarrollo físico-psíquico en una gran
proporción. Este proceso inacabado se constituye en una oportunidad o en una amenaza
según el ambiente y la formación que se les prodigue. Hay que tener bien claro que una
casa de formación no es un lugar terapéutico que da solución a conflictos estructurales
de la personalidad, pero sí es el lugar donde se siguen consolidando procesos
5
PUJOL, Op. Cit. p. 110-111.
8
inherentes a la persona como su identidad, su orientación, su capacidad comunicativa y
relacional y, además, es el ambiente donde se inician otros procesos que se pueden
expresar en ritmos, hábitos y comportamientos según sea el caso y que corresponden a
los elementos constitutivos de la vocación religiosa: lo espiritual, lo comunitario, lo
ministerial y lo consacratorio.
También, suena idealista querer prever el proceso afectivo de toda la vida desde
las etapas de formación, ya que cada día se nace a nuevas formas de existir, de
amar y de sentir. Las circunstancias cambian y esto hace que el hombre tenga que
jugar el papel de resignificar sus valores, sus convicciones, sus opciones y la forma
como se relaciona consigo mismo y con los otros. Esto no contradice lo que ya se
había dicho, antes bien, respeta el misterio de la vida misma y la libertad de la
persona humana, base de su autonomía.
De otra parte, la afectividad exige del hombre una respuesta. Si ésteno la da, ella
se expresa de diferentes maneras. Aparte de las nombradas anteriormente es
conveniente recordar cómo en la vida religiosa las «compensaciones» llegan a
solucionar el problema hasta cierto punto y conducen a la persona hacia un
laberinto de difícil salida. En el juego de demanda de respuesta y de respuesta no
satisfactoria los comportamientos compensatorios se hacen más acuciantes hasta
llegar a un sentimiento profundo de frustración personal. Esto se debe a que el
objeto-sujeto (que pueden ser personas, animales, cosas, actividades, etc) sobre el
cual se vierte el afecto no tiene la conciencia o la capacidad de responder
afectivamente, entre otras, porque el afecto de una compensación es eminentemente
posesivo.
Hasta aquí dos conclusiones que van de la mano: la necesidad de una formación
que aborde directamente la afectividad y la sexualidad, y la función importantísima
que debe asumir el mismo formador.
9
La formación afectiva sentimental y sexual, tiene mucha importancia en esta
etapa del proceso de afirmacion del yo y de crecimiento por el despertar
psicológico. Además de procurarles educación sexual será muy importante
crear un clima humano en el que el despertar a la afectividad y a la
sexualidad pueda ser asumido normalmente por cada candidato mediante la
adecuada orientación de los superiores. Jamás los miedos, las prohibiciones,
los fantasmas, los prejuicios o las proyecciones deberán formar parte de los
medios de la formación... por el contrario, estas situaciones negatiuas
impiden el proceso dinámico de vivir y de asumir la propia afectividad y la
sexualidad6.
Pasando a la perspectiva idealista ya se decía que son muchos los textos que
justifican educar al hombre en la afectividad y en la sexualidad. Como más adelante se
hace un desarrollo de la afectividad desde las perspectivas psicológica, filosófica y
teológica, viene a continuación la voz de la Iglesia que no ha olvidado que lo
plenamente espiritual es plenamente humano, y no se puede llegar a lo primero
olvidando lo segundo.
6
Ibíd., p.84
7
JUAN PABLO II. Vía Consecrata. No. 71. Ciudad del Vaticano: Editricie Vaticana, 1996. p.
128-129 (206).
10
didáctico sobre el tema, ni tampoco a brindar un par de lecturas que brinden
información sexual, ni tampoco señalar en el cronograma
Esta tarea no olvida que a su lado hay otros-yo que tienen igual intención y, por
tanto, se conforma la estructura llamada comunidad. Visto de esta manera, la
comunidad formada por los jóvenes que inician su formación y por los hermanos que
hacen las veces de formadores y acompanantes, es una fortaleza. No es por nada que la
8
Cfr. Perfectae Caritatis No. 12. Vaticano II. Bilbao: Mensajero, 1986. p. 318.
11
formación se de en el modus vivendi de ser religioso y sea con aquellos que desde ese
momento son y serán sus hermanos.
12
Conservar la unidad entre afectividad y sexualidad es garantizar el puente que
unifica al mismo hombre y le permite establecer una relación sólida y sana consigo
mismo, con los demás, con el mundo y con el Trascendente.
En sintesis, este binomio es una fuerza poderosa que lleva a que el hombre se
personalice. No es gratuito que expertos en varias ramas humanistas señalen el amor
como el único camino que lleva a la plenitud y a la realización del mismo hombre.
13
Figura No. 1
La sexualidad parte de un sustrato que es propio de todos los seres animales
superiores: el sexo. El hombre comparte este elemento con los otros seres de la
naturaleza dándole la potencialidad para conservarse y diferenciarse de las otras
especies. Ademas, el sexo Ie confiere las dotaciones tendenciales como respuesta al
ambiente en el cual vive y se desarrolla.
14
lugar y se constituyen las gónadas masculinas (testículos) o las gónadas femeninas
(ovarios).
Cada forma de expresión del sexo casi que genera conceptos diferentes, pero no
se puede olvidar que todo ellos forman parte de un único concepto. Además, es
necesario profundizar las ideas que se han presentado ya que nos son más que un
esbozo. También hay que decir que otros autores agregan otras categorías como: sexo
genital interne (caracteres sexuales terciarios), sexo genital externo (órganos genitales
externos), sexo morfológico (aspecto corporal externo), sexo psicológico (identidad
sexual o convencimiento que tiene la persona de su sexo), sexo social (conjunto de
rasgos conductuales que indican la pertenencia a determinado sexo), sexo legal (el que
aparece en los documentos de identificación) y sexo como dimensión espiritual (que
ayuda a descubrir la verdadera profundidad de la persona).
15
El proceso de identidad es la síntesis entre tradición (bagaje familiar, cultural y
social), generación (forma típica de comportamiento de un grupo de individuos en un
tiempo y espacio determinado) y genera (configuración del sexo biológico con el
psiquico y el socio-cultural).
Ahora bien, dejar la sexualidad en este nivel sería truncar el tercer componente
al cual ella da lugar y sin el cual ninguna persona podría lograr la plenitud de su vida:
sentido. La sexualidad le da sentido a la vida porque le permite a la persona regir su
existencia en la autonomía y la autodestinación, y lograr tener conciencia de lo que es,
de lo que quiere ser y de la forma como ha de lograr este recorrido entre ser y deber-
ser.
16
sexualidad está fundamentada en los mismos procesos que le permiten al hombre y a la
mujer tener autonomía sobre sí mismo(a).
Figura No. 2
17
Entonces, la sexualidad responde a tres procesos básicos que, a su vez, son
paralelos e integrados.-pensar, sentir y actuar. Cuando se cae en el error de olvidar
alguno o de reducir el hombre a uno de ellos, es cuando aparecen las deformaciones del
mismo hombre y de la sexualidad. Por ejempio, si se hace una reducción al «hombre
que piensa» aparece el racionalismo de la vida, de la vida religiosa, de los votos, de la
consagración. Si se hace una reducción al «hombre que siente» fácilmente se cae en el
hedonismo, en el placer, en darle rienda suelta a los «instintos» y en reducir la
sexualidad a genitalidad. Y, si se hace al «hombre que actúa» se llega al voluntarismo o
a las prácticas sin sentido, a la rutina misma de la vida sin saber el porqué.
Tener conocimiento del ideal pero vivir su vida con otros valores, es decir, habrá
unos valores en la razón que inclusive son defendidos en el discurso pero en la
práctica, en la vida, salen a jugar parte los valores que han recibido significado por
parte del individuo. Si, por el contrario, los desarrollos cognoscitivos y valorativos
están integrados, de la misma manera estarán los estilos cognoscitivos y vivenciales. El
estilo es la forma como se asume la vida, es la misma personalidad. Y de estos estilos
se llega a la autonomía como fin, pero que de alguna manera ha estado presente desde
el principio mismo de la experiencia.
18
afectiva, los temores, las formas de distraerse (cines, espectáculos, lecturas, imagenes)
y los objetos por los cuales se tienen aprecio.
9
FROMM, Erich. El arte de amar. España: Paidós, 1994. p. 19.
19
La dimensión afectiva encierra en sí misma toda la realidad del individuo como
ser que se ubica frente a sí mismo y frente al otro para salir del fenómeno de la soledad.
Es la expresión de esta dimensión la que hace que él salga de sí para lograr una unión
interpersonal, la fusión con otra persona en el amorysolucionar con plenitud el
problema de la separatidad.
Un ser humano que quiera desarrollar la dimensión afectiva debe dar ya que «el
amor es dar, esto produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino
porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad»10 . La vida del hombre se
hace y se construye cuando es capaz de amar dando de sí, sin reservas ni
condicionamientos. Cuando es capaz de integrar los elementos pilares del amor: el
cuidado, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento.
Sin lugar a duda, la dimensión afectiva como todas las dimensiones, evoluciona a partir
de ejes axiológicos que forman una sola unidad. No es acaso concebir el cuidado como
la preocupación activa po la vida y el crecimiento de lo que amamos, la
responsabilidad como la respuesta a las necesidades expresadas por el otro; el respeto
como la capacidad de ver a una persona tal cual es; y el conocimiento como el
trascender la preocupación por sí mismo y ver a la otra persona en sus propios
terminos11 lo que constituye en esencia el eje axiológico de la dimensión afectiva.
Aquí hay que entender la voluntad como el deseo de intensidad suficiente para
traducirse en acción. Una acción capaz de llevar a la persona humana a crecer con el
otro de manera integral. Esta voluntad es la que lleva a que la persona no mitifique la
expresión del amor dentro de la dimensión afectiva: no hay falsos romanticismos, ni
dependencias parasitarias, ni autosacrificios, ni confusión con meros sentimientos.
10
Iíd., p.32
11
Cfr. Ibíd., p. 34-37.
12
PECK, Scout M. La nueva psicología del amor. Argentina: Emecé, 1994.p. 83.
20
El hombre que posee la voluntad de amar es aquel que es capaz de comprometerse
porque:
13
Ibíd., p. 144.
14
Ibíd., p. 100.
15
FRANKL, Víctor. El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder, 1994. p. 110.
21
del hombre. Optar por el afecto y el amor es estar seguro de sí y llegar a brindar
seguridad al otro.
Dar respuesta a este cuestionamiento existencial es abrir la ventana para que los
elementos que pueden dar luz entren por ella y vislumbren una respuesta que nunca
será acabada. Muchos de estos elementos se tejen dentro del eje afectivo porque
reflexionar en torno a lo que es el hombre es tener en cuenta esta dimensión.
16
BUBER, Martín. Qué es el hombre. México: Fondo deCultura Económica, 1980.p. 151.
17
SCHELER, Max. Esencia y formas de la simpatía. Ed. 3. Buenos Aires: Losada, 1957. p.
169.
22
El hombre tiene una disposición natural para el afecto pero la afectividad es
construida a través de un sano aprendizaje del amor. No se puede llegar a creer que el
hombre trae consigo un depósito predeterminado de afecto y, que dependiendo de las
circunstancias, abre la llave para que salga ya sea de manera escasa, racionada o
abundante. Por eso no se debe malentender la palabra «dotados» como algo que viene
innato con el hombre, sino como la construcción, el crecimiento o la constitución que
hace el mismo hombre a través del tiempo.
Hasta aquí se podría pensar que los filósofos lanzan sus ideas acerca de la
afectividad hacia un plano de difícil entendimiento. Pero, no es así, ya que el mismo
Scheler lo dice de esta forma: «E1 amor sexual, aun en sus más nobles y más puras
manifestaciones pertenece radical e indeclinablemente a la esfera vital del hombre»18.
La sexualidad es existencialidad, el amor es propio del hombre, la afectividad le da
razón a su vida y la simpatía es la garantía de su propia personalización.
Queridos míos, am’emonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios.
Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha
conocido a Dios, pues Dios es amor... El que dice «Yo amo a Dios» y odia a su
hermano es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ve, si no ama
a su hermano, a quien ve?19.
18
Ibíd., p. 151.
19
1 Juan 4, 7-8.20.
23
Lo anterior nos da claridad sobre dos ideas: la primera, que desde la óptica de la
fe, el amor es el camino que lleva al conocimiento de Dios. Conocer en el lenguaje
bíblico es compartir la naturaleza de, es decir, que amando es como el hombre llega a
vivir su imagen y semejanza de Dios. A través del amor el hombre se hace trascendente
como el Jesús que ha trascendido el tiempo haciéndose presente entre los hombres de
hoy. Y, la segunda, que el amor no es un etéreo, sino que es la expresión del hombre
que se personaliza en el mismo hombre.
San Pablo es un convencido del amor, por eso dice que no hay nada más perfecto.
A la luz de sus escritos podemos decir que el hombre que quiera orientar su dimensión
afectiva por los caminos del amor deberá cultivar dentro de sí muchas actitudes y,
viceversa, si posee el amor se manifestará en multitud de actitudes.
Después de un texto tan profundo se entiende porqué el amor hace del hombre un
ser cercano a la perfección. Frente a esto puede haber dos acciones: desilusión por la
inalcanzabilidad de la meta viendo el amor como un sueño al cual pueden acceder sólo
los santos o una actitud de compromiso por asumir dentro de la propia personalidad
cada rasgo que le puede llevar a ser un hombre de afectividad equilibrada y evolutiva.
24
sincere don de sí mismo. En este sentido la persona se realiza mediante el
amor21.
21
JUAN HABLO II. Cruzando el umbral de la esperanza. Bogotá: Norma, 1994.p. 207-208.
25
Raths y sus colaboradores expresaron en sus primeras colaboraciones
su intención de ayudar al desarrollo del proceso de valoración, de modo
que el individuo llegue a tener la habilidad de darse cuenta de lo que él
realmente aprecia y quiere, y así pueda actuar en conformidad con sus
propias decisiones y no quede a merced de las influencias e
imposiciones del ambiente. Se trata de que el lugar o foco de valoración
se encuentre en la propia persona y no en otros. Reconocen la
importancia que tiene en la conducta humana el nivel intelectual y la
afectiuidad pero consideran que estos dos factores no son los únicos que
determinan el comportamiento, puesto que este depende de la claridad o
confusión de las metas que se pretende lograr22.
Si una persona sabe bien los valores que mueven su vida -su vida afectiva- su
conducta será normalmente decidida, coherente, productiva; mientras que si no tiene
claridad en lo que quiere conseguir ni en los valores que lo fundamentan, su conducta
será dispersa, desorganizada e ineficaz.
La escuela hace otro tanto a través de sus propios medios. La vida se normatiza
y se regula hasta el extremo. La obediencia es una verdadera virtud y la aplicación en
22
PASCUAL, Antonia. Clarificación de valores y desarrillo humano. Madrid: Narcea, 1988.
p. 34.
26
la adquisición de contenidos es el mérito. Las relaciones entre profesores y alumnos
son frías y funcionales. El afecto es algo que puede llegar a ser mal visto si llegara a
ocurrir. Por ejempio, el joven no tiene derecho a sentir ni a expresar emociones. Si ríe
es un burletero, si llora es una «nena», si grita es un revolucionario, si saluda a su
compañero con afecto es «un tipo raro», pero si lo hace fuertemente es un «patán». La
escuela es el mundo de las contradicciones afectivas.
23
RATHS, Op. Cit. p. 30.
27
autoconcepto y autoestima, se abra a su propia experiencia y se escuche para darse
cuenta de lo que realmente quiere porque es autónomo.
CAPÍTULO 2
INTEGRACIÓN DE LA SEXUALIDAD Y LA AFECTIVIDAD Y SU
28
RELACIÓN CON EL PROYECTO PERSONAL DE VIDA
Durante mucho tiempo, aunque no de manera explícita, la represión fue la forma como
se trató la sexualidad y sus fenómenos. Pero, ¿qué es la represión? Es un mecanismo
de defensa por el cual el individuo excluye de la conciencia contenidos psíquicos
(ideas o impulsos) con el fin de evitar el ansia. Se puede excluir lo que una vez era
consciente o también sofocar ideas y sentimientos antes que puedan llegar a la
consciencia24.
29
dormido» que en algún momento, el menos esperado, puede despertar y hacer trizas al
hombre débil, casi incapaz frente al instinto sexual.
25
Cfr. Ibíd., p. 339.
30
Dentro del contexto de la vida religiosa, Javier Garrido263 ha diferenciado la
sublimación de dos formas: la sublimación-trasvase donde se da una especie de
transferencia y Dios sería el símbolo del objeto-afecto humano; y,la sublimación
cultural donde se subordina la satisfacción del placer inmediato en aras de una
gratificación (que corresponde a lo expuesto anteriormente).
Pero, el mismo Garrido hace caer en la cuenta del peligro que tiene sublimar la
sexualidad cuando se pretende llegar a ideales inalcanzables y comprometiendo la
afectividad.
La vida religiosa no escapa a esto y por eso se proponen cuatro elementos básicos
para que la sublimación tenga éxito -si se permite la expresión-: en la línea del yo, una
autoafirmación; en la línea de tú, estableciendo relaciones personales equilibradas; en
la línea de la misión, construyendo la cultura; y en la línea del Trascendente, el amor a
Cristo.
26
GARRIDO, Javier. Grandeza y miseria del celibato crisitiano. Santander: Sal Terrae,
1987.p. 109.
27
Ibíd.,p. 115.
31
De todas formas la sublimación sigue siendo un concepto que se queda corto
frente a la sexualidad y no se piense que es por ser del psicoanalisis, ya que el mismo
Ackerman, psicoanalista puro, le hizo la crítica a Freud diciendo que éste no
comprendió la fuerza creativa del amor, que se escapa de la líbido, y no depende
necesariamente de este monismo impulsivo.
28
FRANKL, Víctor. La voluntad de sentido. Barcelona: Herder, 1994. p.106 ss.
32
En el quinto presupuesto subyace la diferencia entre la psicología existencial, la
psicología psicoanalítica y la psicología individual. Porque la primera, a diferencia de
la segunda que aspira al placer y deja al hombre que sea impulsado por la líbido y a
diferencia de la tercera que le da supremacía al condicionamiento social, pone su
centro en los valores. Y, además, enfatiza que ser hombre es ante todo ser libre y
responsable.
33
queremos. En condiciones normales -no hablamos de psicoterapia-, el hombre está en
la posibilidad de lograr la integración de su sexualidad con sus propios recursos y
desde su estado de vida.
El celibato tiene unos presupuestos psico-afectivos29 que no serían otros que los
rasgos que revelan una sexualidad integrada.
- Autenticidad: Esta comienza con la decisión de tomar la vida en las propias manos y
se alimenta de la conciencia de ser, de no tener miedo a la verdad. La autenticidad
permite al religioso basar su afectividad en la alianza de amor entre el, Dios y sus
Hermanos y va más allá del cumplimiento de unas normas.
El cuerpo nos permite ser persona porque nos da identidad. Es la forma de ser
hombre o de ser mujer en el mundo. Es lo visible de la sexualidad conel cual puedo
llegar a conocerme y a conocer a los demás. Inclusive, a través de la corporalidad
sexual y el hombre desea afectivamente a la otra persona. Si esto no se da, hay un
rompimiento que lleva a la persona a una dicotomía entre el ser ideal y el ser objeto.
29
Cfr. GARRIDO. Op. Cit. p. 99-107
34
- Integración de la pulsión de agresiviuidad-autoafinnacion: Aquella energía vital
de la cual hablaba Freud, la líbido, que emerge desde lo más profundo de la persona
debe ser integrada al proceso de afirmación. La persona que no logra este cometido
hace de ella una fuerza que le «quema» expresándola en la agresión al otro. Dicha
agresividad puede ser pasiva o activa y busca la reafirmación inadecuada del individuo.
Tendencia a la misoginia, machismo-feminismo, neurosis obsesiva, compulsiva o
depresiva, o ataque frontal a aquello que siente quitarle piso a su identidad. La
autoafirmación se da en el equilibrio interno y externo, y en la aceptación del sí-mismo
y del otro.
- Vivencia significativa del tú: Ya se ha dicho anteriormente que la persona -aún mas, la
que opta por la vida religiosa- tiene la oportunidad frecuente de relacionarse con otras
personas. Es la relación ego-alter-ego que le permite ser persona, según Buber. Por eso,
si el tú se hace significativo, está abriendo camino para su propia realización y del otro.
No son pocos los casos en los que, por motivos interiores (miedos, inseguridad y
dependencia) y por la dinámica de las comunidades religiosas donde son frecuentes los
cambios de comunidad y de lugar de trabajo, el consagrado puede llegar a un
agotamiento relacional. Pierde fuerzas para volver a empezar, construir comunidad e
iniciar nuevas relaciones de amistad. Esto lo hace apático a lo humano y se encierra en
las cosas. Lo que hace cobra más valor que las personas con las cuales vive. Esto es lo
que hay que evitar comprendiendo que la significatividad no acaba en la no-presencia
del otro con el cual se ha relacionado. En cambio, si su corazón es fuente de amor, cada
tu que irrumpe en su vida será una oportunidad para extender su afectividad en una
experiencia siempre diferente porque cada persona es única y singular.
- Dramática existencial: La grandeza del hombre incluye su finitud porque responde a
una inmanencia que no niega la trascendencia. Esta finitud le da límites a la libertad y
por ello el hombre debe responder a unas leyes universales y naturales de las cuales no
puede salirse, si lo hiciera su existencia menguaría o acabaría. También dicha fIe da al
hombre la experiencia de la frustración, de sentir que en muchas ocasiones la vida no
se da como quisiera por más que ha puesto todo lo que está a a su alcance.
35
- Integracion de la soledad: Cualquiera que sea el estado de vida la persona se ve
enfrentada a vivir la soledad. Se puede hacer la diferencia entre el estar solo y el
sentirse solo. La primera responde más a una situación espacio-temporal en donde no
hay presencia visible de un «tú». La segunda es la situación dada por la falta de
experiencias significativas con un «tú» teniendo el sentimiento de abandono.
Sin pretender ser minimistas, la soledad del que ha optado por la soltería es
diferente a la del que ha optado por vivir en pareja y del que se definió por la vida
religiosa. En los dos primeros estados de vida la soledad se da y se entiende -aunque
no se acepte- porque en la soltería no hay un «tú» y en el segundo sólo hay un «tú» (no
se hace alusión a las muchas posibilidades que se pueden dar en uno y otro caso
resultado de una manera de concebir la libertad, el compromiso y la fidelidad, y que
son la carta de cada día en estos tiempos postmodernos).
En la vida religiosa se vive una de las paradojas más particulares: sentirse solo sin
estarlo. Parece increíble, pero es real. El religioso deberá aceptar aunque viva en
comunidad con otras personas, compartiendo un proyecto común, unidos por el mismo
carisma, responsables de la misma misión, compartiendo la misma espiritualidad y
estando bajo el mismo techo, tendrá la experiencia de la soledad. Deberá asumirla con
tranquilidad y dar un paso ineludible, encontrar la presencia de Dios en ella. De no
hacerlo vendrá el ostracismo o el escapismo en una desmesurada vida social que luego
irá en detrimento de la misma fraternidad.
Más adelante vendrán algunas pistas para iluminar este punto que es de suma
importancia, pero no se debe considerar que optar por la vida religiosa es optar por la
soledad, no es así. En realidad, la soledad es una experiencia existencial de toda
persona humana.
36
de vida. El proyecto de vida no es un esquema abstracto de ideas que embridan o
atenazan las iniciativas que permanentemente brotan en la vida; no predetermina nada
ni es carril obligatorio.
2. Un propósito hacia el futuro: La palabra Proyecto revela esta intencion, pro: hacia
delante, a favor de; yectar: lanzar, dirigrse a. El Proyecto de Vida genera una tension
hacia el future, pone de relieve las expectativas del porvenir, exige y ayuda a buscar
una orientacion para la propia vida. Es el marco teleologico del crecimiento propio.
30
Cfr. SOVERNIGO, José. El proyecto de vida. En busca de mi identidad. Madrid: Sociedad
de Educación, 1990. p. 46-47.
37
El Proyecto de Vida favorece la integración de dos elementos que pueden ser
distantes: El yo real y el yo ideal. El yo real se puede entender como lo que yo soy
ahora, la situación personal del individuo: valores, defectos, los problemas que tiene,
su historia compuesta de acontecimientos, experiencias, equivocaciones y conquistas.
Y el yo ideal representa lo que yo quiero ser, el motivo por el cual se vive, las metas
propuestas para ser hombre en las circunstancias adyacentes. Elaborar un Proyecto de
Vida conlleva por eso mismo, partir de lo que uno es y concretar poco a poco lo que se
ha de ser.
38
determinado por los valores que se pretende alcanzar. Se hace proyecto para conseguir
valores. El sentido de los valores es correlativo al sentido humano y cristiano de la
dignidad de la persona»31. Los valores aseguran que la persona no llegue a un vacío
existencial, al contrario, que alcance una dignidad.
LA DIMENSIÓN PROFESIONAL
Pareciera que una sociedad donde el sistema capitalista neoliberal rige las vidas
de las personas, de las instituciones, empresas y macro-grupos humanos, la dimensión
profesional fuera la más importante. De hecho, muchos proyectos de vida se han
31
MARTÍNEZ, Mariano. Cmf. Los proyectos personales y comunitarios. Madrid:
Publicaciones Claretianas, 1992. p. 61.
32
Cfr. MEZA, José Luis. La afectividad en el proyecto personal de vida. Bogotá: Libros y
Libres, 1996.
39
reducido a esta dimensión haciendo que la persona busque afanosamente
oportunidades para estudiar una carrera, para encontrar un trabajo y para ganar dinero.
A este respecto es fácil encontrar instituciones educativas que han generado todo un
proceso de orientación profesional para los jóvenes que cursan sus últimos aos de
secundaria. Aparecen psicólogos, orientadores, test de aptitudes, charlas con
profesionales-.etc, para asegurar que cada individuo tome la mejor opción de acuerdo
con sus capacidades y limitaciones. La dimensión profesional no puede absorber la
fuerza que tienen las demás dimensiones. No puede hacer del sujeto un homo-faber
que reduce su existencia a hacer... hacer para ganar... y subsistir.
LA DIMENSIÓN POLÍTICA
Cuando se menciona una dimensión de esta naturaleza no se hace referencia a
los movimientos políticos, ni a pertenecer a un partido político, sino que se refiere al
espíritu que impulsa cualquier acción política del hombre: el que lleva a hacer de él un
sujeto que se interrelaciona con los otros para buscar el bien común de todos.
40
Dentro de la dimensión política se encuentran los valores del servicio, la
solidaridad, el compromiso, la honestidad, el respeto por el otro, la tolerancia y todos
aquellos que hacen que el hombre pueda vivir en la sociedad de la cual forma parte.
Los valores de lo político hacen del joven un sujeto crítico frente a las
situaciones que se le presenta al grupo social del cual forma parte. Se habla del grupo
social sin determinar su extensión porque puede ser tan grande como lo conciba la
conciencia política que tiene el individuo que pertenece a ella. En un nivel mínimo
podríamos hablar de familia; si ampliamos un poco, pasaríamos a considerar el sector,
el barrio, la ciudad, la región, la nación o el mundo.
El hombre debe ser consciente que cualquier cosa que haga o deje de hacer
afecta positiva o negativamente a los otros en los diferentes niveles. Ese hacer puede ir
desde un sembrar un árbol hasta dar un voto, o desde tirar un papel a la calle hasta
colocar una bomba en un sitio transitado.
LA DIMENSIÓN AFECTIVA
Los valores de la dimensión afectiva tienen que ver con el conocimiento de sí
mismo y el valor de la vida, la autoimagen, el autoconcepto, la autoestima y la
autonomía. Además, el valor que un individuo da a su existencia y a la existencia de los
demás.
El amor por la vida tiene que ver con la sexualidad, suya y la del otro. La
afectividad se pone a prueba en las diferentes expresiones de la sexualidad que se dan
en las situaciones de la vida cotidiana como la identidad sexual, los roles sexuales, el
noviazgo, el embarazo no deseado, la posibilidad de aborto, la droga, las conductas
sexuales excepcionales, el acoso sexual, etc.
Todos somos conscientes que la vida está llena de decisiones que se dan en cada
momento, pero las decisiones que se toman en la vida afectiva - a, nuestro parecer- son
41
las más trascendentales de todas. De hecho, el éxito en esta dimensión genera en la
persona una sensación de plenitud y realización. O, lo contrario, las «embarradas»
afectivas han llevado a la consumación total, la depresión, el suicidio como "solución"
extrema o a un giro de 180 grados en el proyecto personal de vida.
Valdría la pena preguntarse cómo vive un hombre que se siente amado y que
ama. ¿No es acaso un hombre que se vuelve altamente productivo? que piensa en el
bien del otro? que es comprensivo, optimista y alentador? Que tiene un espíritu en paz
y alegría, y estrecha sus lazos con el Dios de su fe? Pero, yendo al otro extremo, cómo
vive un hombre que no ama y se siente rechazado por el otro - o en el peor de los casos,
odiado-. ¿No es aquel que reniega de lo que hace? que se vuelve neurótico en la
sociedad? Que se siente solo y abandonado? que no tiene metas o ideales? que hace de
Dios una blasfemia?
LA DIMENSIÓN TRASCENDENTE
La dimensión trascendente, sin duda, forma parte del proyecto vital de una
persona. Esta convicción está fundamentada en la fe que profesa el hombre y que
anima su vida, Es la convicción del hombre como ser perfectible que se mueve dentro
de la continua inmanencia-trascendencia: un hombre que está sujeto al tiempo y al
espacio y un hombre que transpasa los límites que ponen estas dos variables.
Nótese que no hay ningún valor evangélico que se quede dentro de una relación
simbiótica cerrada entre el hombre y Dios. Todos los valores trascienden a los demas
hombres. Por eso, la dimensión espiritual o trascendente le da sentido a muchas de las
cosas que hace el hombre y a su propia vida.
42
Para el hombre y la mujer que optan por la vida religiosa hay un proyecto de
vida que afina cada una de las dimensiones anteriores convirtiéndolas en identidades
entendidas como la realización de los elementos de cada dimensión que forma parte de
la persona humana33 sin olvidar que la afectiva incide en todas las identidades porque la
vida religiosa es una opción en, por y para el amor.
Hoy más que nunca el religioso debe estar atento a renovar de manera
permanente su saber en virtud del profetismo por el cual el mundo le pide una palabra
como respuesta a la realidad que vive. Se ha dicho que el mundo demanda de la vida
religiosa testimonio y fidelidad, pero no hay que olvidar que el mundo también
reconoce para sí la eficacia y la competitividad. Si hay religiosos que por su vida activa
se relacionan con el mundo, ellos deben ser excelentes profesionales en lo que les toca
-sin caer en el profesionalismo-.
33
Cfr. MARTÍNEZ. Op. Cit. p. 89-125.
43
Aunque sea la dimensión política del religioso, va más allá del concepto
señalado arriba, porque es la acción que éste hace convencido de que es un avance
hacia el Reino de Dios. Es el «grano de arena» para lograr que en el mundo y en esa
parte concreta de la humanidad haya justicia, paz, igualdad, amor, perdon, progreso y
dignificación.
Hasta aquí se ha hablado en singular, pero hay dos cosas en las cuales no se
puede caer: un protagonismo individual y un activismo sin sentido. El primero es el
olvido de que hay una comunidad que sostiene, una congregación que posee un
carisma y una Iglesia que promueve. Por tanto, no se hacen las cosas para llegar a una
gloria personal, sino la de Dios. En lo segundo se da una priorización por la eficiencia
-incluso ni siquiera esto y el desgaste de energía en muchas cosas que no tienen
sentido.
Antes de hablar de cada una de las identidades se decía que la vida religiosa es
una cuestión de amor y que el amor está presente en cada dimensión. El amor hacia
Dios (espiritual), el amor a los hermanos (comunitaria), el amor a sí mismo (formativa)
y el amor hacia aquellos en los cuales se vierte el ministerio (ministerial). También, por
esto, se decía que la afectividad es una dimensión envolvente y llega a cada una de las
otras dimensiones haciendo que la persona se sienta plena.
44
El religioso podrá vivir su afectividad plenamente cuando sea capaz de vivir la
fraternidad que no es otra cosa que amar -no se le quite fuerza al verbo remplazándolo
por otros- a aquellos con los cuales vive. En otras palabras, se trata de vivir una
experiencia significativa y profunda de amistad donde es posible el diálogo, el perdón,
la aceptación, la empatía, el respeto, la estima y el reconocimiento.
La fraternidad puede ser mucho más exigente que la misma vida matrimonial
porque demanda el esfuerzo de amar más de un tú. Los tiempos modernos han hecho
que en las comunidades se reduzca considerablemente el número de sus miembros.
Esta condición puede beneficiar grandemente la calidad de las relaciones fraternas y la
manera como se puede hacer realidad esta forma de amar.
34
JUAN PABLO II. Op. Cit. p. 51.
35
Ibíd., p.109.
45
A su vez, permite al hombre partiicpar del Dios Padre, Dios Bueno que también
ama desde siempre, que se comunica con el Espíritu en cada uno de sus dones. Es este
amor y el sentido lo que hace que el hombre responda con el mismo lenguaje, el
lenguaje del amor. Amar a cada persona con la cual tiene la oportunidad de vivir, de
compartir, de trabajar y de ser interpelado.
Cuando se logra este amor surge la virginidad como don y virtud.Antes podría
ser considerada como un voto muy cercano a la ley y que, por consiguiente, nopuede
ser trasgredido.La virginidad es el efecto de amar a Dios profundamente y sentirse
amado por Él. Por tanto, de reconocer existenicalmente la presencia de Dios en la
propia vida.
Si Dios está presente es necesario comnicarse con El, por eso, aparece la oración
como el diálogo íntimo que el hombre hace con Dios para ofrecerle su vida, su historia,
sus proyectos y, en fin, su humanidad. La acción de gracias, la petición, el perdón o la
alabanza brotan naturalmente porque se sabe que en la intimidad nada queda
escondido, no hay por qué temer, el Señor lo sabe y lo recibe. La debilidad humana e
sfortaleza.
Por esta razón desde hace algunos años se ha venido dando una revisión
profunda de la afectividad de la vida comunitaria dentro del estado religioso. La vida
afectiva se encuentra a menudo ignorada y a veces suscita desconfianza; en nuestros
46
días los religiosos viven una relación con el exterior frecuente y variada; faltos de
formación personal en la vida afectiva y en la responsabilidad, se dan en las
comunidades religiosos «solterones» o adolescentes prolongados; para los religiosos
jóvenes las causas más frecuentes de las salidas se encuentran en la soledad y en la
falta de amistad; la forma como se vive la afectividad no facilita la castidad.
Los medios para llevar a cabo están sugeridos en el esfuerzo que hace la
comunidad por vivir en espíritu de familia; en el dar a sus miembros, especialmente a
jóvenes y a ancianos, la compañía y la atención que necesitan; en invitar a cada uno a
considerar su responsabilidad en la animación de la vida de comunidad; en cuidar las
relaciones interpersonales; y en dar importancia a las expresiones de fraternidad como
la atención a las necesidades de los demás, acogida, capacidad de escuchar,
participación en las penas y alegrías, franqueza y lealtad en las relaciones.
47
ardor apostólico siempre renovado, el servicio fraterno y la comunion en el
amor36.
48
El segundo interrogante es «¿Qué quiero ser?». Este cuestionamiento lanza a la
persona hacia la trascendencia dentro de un proceso de constante crecimiento en todas
las dimensiones. Es la invitación a salir de su refugio, no ignorar las potencialidades
que lleva dentro de sí y ser fiel a sí mismo.
Esta dinámica de proyectarse vitalmente requiere de la autenticidad y esta no es otra
cosa que el coraje para vivir a fondo siendo el mismo en la libertad.
49
Garrido37 señala algunos criterios de madurez humana de forma selectiva como
los siguientes:
- Conciencia de autoestima y limitación: Es la conciencia de la finitud del hombre la
que le lleva a superar el conflicto entre el yo ideal y el yo real que a su vez se sustenta
en la capacidad que tiene de estimarse. La autoestima descansa en el conocimiento
propio y en la aceptación que tiene de dicho conocimiento. Conocerse y aceptarse es
poseerse en lo que se es verdaderamente. Es la superación de la fantasía del deseo,
propia de la etapa adolescencial donde se lucha por lograr una imagen o alcanzar unas
metas que son sólo sueños muy distantes de la realidad.
37
Cfr. GARRIDO, Javier. Adulto y cristiano. Crisis de realismo y madurez cristiana.
Santander: Sal Terrae. 1989.p. 11-14
38
Cfr. LACASSE, Micheline. De la cabeza al corazón. El camino más largo del mundo.
Santander: Sal Terrae. 1992
50
- Autoafinnación y vivencia de la sexualidad: Al respecto hemos hablado de la
integración de la sexualidad (ver apartado 2.1). Es aquí donde logra su mayor culmen
porque se ha ido mas allá de la moralización de los actos, no se tiene miedo al
impulso sexual y hay un verdadero gusto por el ser personal empezando por la
corporalidad. No se niega la sexualidad, al contrario, esta dimensión cobra su manera
específica de darse en la vida religiosa.
Mucho se ha dicho sobre la realización personal como meta última del hombre y
de su existencia. Además, aparece con frecuencia desde el inconsciente colectivo sin
importar las condiciones en las cuales se encuentre el individuo. Pero, ¿qué podríamos
entender por realización personal en la vida religiosa?
Si vamos al otro lado del péndulo para preguntarnos cuándo una persona en la
vida religiosa no ha llegado a su realización -en ocasiones resulta más fácil hacerlo- se
podrían señalar algunas características que llegan a ser patógenas: 1. Cuando en el
individuo hay un sentimiento de que tuvo que destruir o mutilar su yo personal por
39
Cfr. APARICIO, Angel y Joan CANALS. Diccionario teológico de la vida consagrada.
Madrid: Publicaciones Claretianas, 1989. p. 1516-1522.
51
cumplir con las exigencias de su opción; 2. Cuando lleva una doble vida de signo
contrario, ya de forma sincrónica o alternante y que puede vivir desde una consciencia
en conflicto hasta la pacificación racionalizada de su fidelidad; 3. Cuando soporta la
vida religiosa como una pesado fardo que hay que cargar porque no tiene la valentía o
la seguridad para tomar una decisión diferente o porque el tiempo ha pasado y es
demasiado tarde para buscar algo que le dé seguridad; 4. Y cuando no hay un
sentimiento de gozo ni de plenitud realizadora, ni se comparten las alegrías y los
sufrimientos y no hay creatividad en el trabajo.
Viktor Frankl dice que el mayor síntoma - tal vez el único- de la no realización
humana es el vacío existencial40, resultado de una vida sin sentido o como decía Albert
Einstein «Quien siente su vida vacía de sentido, no solamente es desgraciado sino
apenas es capaz de sobrevivir». A propósito de esto el mismo Frankl puntualiza el
vacío existencial bajo tres modalidades: El conformismo entendido como el hombre
que quiere hacer lo que los demás hacen, el totalitarismo que es hacer lo que los
demás quieren y la neurosis noógena que es la falta de la voluntad de sentido 41. Hoy es
significativa la cantidad de individuos que andan por las calles viviendo cualquiera de
estas modalidades haciendo de su vida un «trajín» rutinizado sin el más mínimo sabor.
Para lo que nos interesa, queremos resaltar la segunda posibilidad ya que es aquí
donde se enraiza la vida religiosa (y cualquier opción relacional). Es el encuentro con
ese Alguien llamado Dios y con el otro alguien llamado «tú» o «hermano» donde
tenemos la preciosa oportunidad de dar sentido a nuestra vida y lograr nuestra propia
realización.
40
Cfr. FRANKL, Viktor. Op. Cit. p. 143.
41
Cfr. Ibíd., p.16
52
Y precisamente entiendo bajo autotrascendencia el hecho fundamental de
que ser hombre significa estar orientado siempre hacia algo más allá de sí
mismo, algo que no es él mismo, alguien: un sentido que lo colma u otro ser
humano a cuyo encuentro va con amor... La autotrascendencia de la
existencia humana se realiza en el servicio a una causa o en el amor a
alguien, o sea al logos en sí y como tal a un logos encarnado42.
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO 3
53
ministerio, su vida comunitaria y su consagración- o lo contrario, llevarlo a la
frustración.
Es bastante fácil aceptar y comprobar que nos movemos en tres niveles que
están unidos entre sí: físico, psíquico y espiritual. En primera instancia, el niuel físico
está determinado por la corporalidad de la persona, -o como diría Xabier de Zubiri- la
corporeidad es una nota esencial del ser persona y va más allá de lo biológico. Todos
tenemos un cuerpo que de alguna forma tiene la configuración de la persona. Si
recordamos, la visión hebrea de la persona entiende el cuerpo como una forma de ver
la persona.
En cambio, los griegos platónicos separan de tal modo el cuerpo del espíritu que ya no
se puede pensar en la unidad. Hasta hoy tenemos las consecuencias de esta visión
dualista.
54
El nivel psíquico es la dimensión de los sentimientos, de los afectos, de la
comunicación entre las personas y de las emociones que surgen frente a situaciones
muy concretas. Es también el campo de la razón, de las conquistas científicas, de las
decisiones intelectuales y del aprehender el mundo. Traspasa los límites de espacio y
tiempo. Su contenido está dado por el consciente y el inconsciente y, por tanto, una
buena parte de él se escapa |del dominio del mismo hombre, por lo menos en
condiciones normales; |Pero sobre él descansa la forma de pensar y de sentir de la
persona. Hay quienes le dan tanta importancia a este nivel que ubican en él la propia
personalidad.
55
perfeccionista, moralista-amoralista, inflexible y con un desplazamiento de su
afectividad hacia campos vanales o materiales.
56
que lo informativo no suple lo formativo y que todo, en su conjunto, tiene que ver con
la realidad bio-psíquica-espiritual del hombre.
Cuando se trabaja con jóvenes que ingresan al primer año de formación no se puede
dejar de lado la edad en la que se encuentran. Por el promedio de edad pueden ser
fácilmente ubicados en la etapa Ilamada adolescencia tardía. Ellos se encuentran en el
umbral de la etapa adulta y, aunque hayan tomado la decisión de entrar a la vida
religiosa, conservan algunos rasgos del gran universo de jóvenes que se haya en esta
edad. Vamos a mirar algunas de estas características y su especificación al interés de
este trabajo.
Algunos jóvenes toman las riendas del adulto con decisiones no viables o
abruptas desafiando a las personas con las cuales mantienen una línea de autoridad.
Algunas de estas decisiones o comportamientos tienen que ver con la sexualidad:
relaciones prematuras, paternidad y embarazo, matrimonio, etc. El problema de su
vida sexual les causa seria ansiedad.
El adolescente en esta etapa puede comportarse como un adulto joven
controlando su propia vida y tomando decisiones en un sano ejercicio de su
autonomía. Otros, en cambio, tendrán actitudes pasivas y heteronomas, dejando la
carga de sus decisiones al grupo de personas de las cuales depende. Y otros pueden
vivir el estado ambivalente de autonomía heteronomfa con juego de roles en
ocasiones contradictories.
57
Ahora bien, el joven que ingresa a la vida religiosa debe continuar su proceso
de crecimiento hacia una madurez humana que conjugue sanamente su autoimagen,
autoconcepto, autoestima y autonomía. La
formación debe generar el ambiente y los espacios para que esto ocurra. Si volvemos
al objeto de este apartado, se hace imprescindible que el formador sepa comprender y
acompañar al joven formando en aquellas situaciones que de por sí son conflictivas,
más aún, cuando se enmarcan dentro del contexto de lo religioso. Un ejemplo que
puede ayudar a entender esto es el del joven que viviendo procesos finales de
identidad se siente confundido sobre su orientación sexual (cree ser homosexual) u,
otro ejemplo, es el joven que sintiendo ansiedad frente a algunas responsabilidades
asignadas se masturba como forma de escape. En estas particularidades es necesario
el conocimiento y la prudencia.
Todo lo anterior da lugar para decir que se hace necesario desarrollar con los
jóvenes de primeros años de formación un programa que vaya directamente a los
contenidos de la sexualidad partiendo de los componentes biológico-físico y
psicológico. Podríase suponer que ellos llegan a la casa de formación con estos
conocimientos ya que han terminado su secundaria, pero es necesario asegurarse de
esto. Por eso, a continuación se presenta un programa base con los contenidos que el
joven debe saber y, si no fuera así, que se deben desarrollar en una primera etapa.
3.2.2 Contenido
Síntesis de la unidad:
58
El contenido incluye las funciones de las hormonas masculinas y femeninas,
enfatizando el papel que juega cada una de ellas en la reproducción. Conocer el
proceso de la concepción junto con los conceptos de fecundidad y esterilidad
(incluyendo los factores en hombres y mujeres que contribuyen a estas condiciones).
Cubrir los puntos básicos de la genética y la asignación del sexo por los factores X y Y
(teniendo en cuenta los mitos a este respecto). Conocer lo concerniente al proceso de
embarazo y parto, la compatibilidad sanguínea, problemas en el embarazo, desórdenes
del sistema reproductivo en la mujer (quistes ováricos, fibromas, cáncer vaginal,
cervical y uterino, y otros) y en el hombre (cáncer en los testículos, problemas
glandulares y de la próstata y otros).
Temas y conceptos:
59
2. Descripción de los métodos anticonceptivos: funcionamiento y eficacia, ventajas y
desventajas.
3. Ètica de la utilización de los métodos anticonceptivos
Síntesis de la unidad:
Los jóvenes deben poseer una idea sobre las disfunciones sexuales (condiciones
que inhiben la satisfacción sexual) y los desórdenes sexuales (anormalidad física de un
órgano que imposibilita la función sexual). De nuevo, es importante disipar los mitos
sobre la sexualidad masculina y femenina.
Para completar esta unidad, no hay que olvidar examinar en detalle los factores que
contribuyen al cuidado del cuerpo. Debe hacerse una revisión de los hábitos personales
60
de salud e higiene que se aprendieron anteriormente y que ellos practican de manera
rutinaria. Además, los exámenes médicos periódicos y los signos de infección en el
área genital (enfermedades de transmisión sexual) junto con el enfoque preventivo.
Temas y conceptos:
Síntesis de la unidad:
El contenido de esta unidad pretende ser el enlace para lo que sigue a
continuación en la propuesta. Se parte de que los jóvenes formandos han dejado hace
poco tiempo el mundo juvenil que pretendemos comprender. Inclusive, es un mirar lo
que ellos mismos vivieron (o están viviendo) al entrar a la vida religiosa.
61
como hombre en la sociedad. Esta búsqueda de identidad se hace en el crecimiento de
cuatro procesos básicos que perdurarán durante toda la vida: autoimagen,
autoconcepto, autoestima y autonomía.
Temas y conceptos:
3. Necesidades relacionales
1. Decisiones sexuales
2. Sexo pre-marital
3. Conflictos generacionales
4. Influencia cultural
5. Medios de comunicación social
62
1. Vida matrimonial
Naturaleza, finalidad, situaciones, fundamentos y realidad
2. Vida religiosa
3. Vida celibataria
Con respecto al desarrollo psicosexual Erikson hace una de las propuestas más
interesantes ya que ofrece una visión psicosocial de la vida en desarrollo y busca los
extremos, uno positive y otro negativo. Su modelo se centra en la búsqueda de
identidad y dentro del proceso de crecimiento no se puede pasar a la siguiente etapa sin
completar la anterior. Otra cosa importante es que Erikson arranca desde el inicio de la
vida y va hasta la muerte. De alguna forma es también epigenético y ontogenético.
Erikson distingue ocho etapas en la vida del hombre, cinco hasta la adolescencia
inclusive y tres de adulto. Cada etapa está atravesada por un conflicto, expresado
bipolarmente que, si se resuelve positivamente, origina el fruto positivo de la etapa al
cual se le ha llamado virtud. Esto da lugar a la fase siguiente. Su modelo es dinámico
por cuanto integra la visión de madurez (procesos internos) y tiempo (variable externa).
Una presentación breve es la siguiente:
63
aprobado, originando dependencia hacia las expectativas externas y en su interior habrá
duda.
3. etapa. Iniciativa vs culpabilidad (4-5 años). Edad del juego. La virtud es la finalidad
o el propósito en cuanto voluntad no sólo autoafirmativa sino creadora. Es importante
que el niño tenga suficiente libertad para ejercitar las iniciativas, conocimientos,
imaginación, vivacidad, espontaneidad, actividad, pequeñas responsabilidades en
forma gradual -según sus capacidades-, sin percibir demasiado sus errores, sin exigir
más de lo que es capaz a su edad, sin generarle sentimiento de «lo malo».
4. etapa. Industria vs inferioridad (6-11 años): Edad escolar. La virtud es la
competencia, en el doble sentido de valer y de afirmar el propio valer. Cuando el niño
no ha conseguido resolver bien los conflictos anteriores, la escuela puede ser campo de
batallas donde no va a vencer, será el típico niño falto de iniciativa que evita toda
competición en el juego o en la clase y se le achaca pereza y falta de motivación. Si es
lo contrario, la escuela va a ser campo de aprendizaje, haciendo con gozo y alegría las
cosas, confirmando su sentimiento personal de valor, de cooperación con el grupo y
con la familia para desarrollar sus capacidades y admitir sus límites. Tendrá un
desarrollo del pensamiento abstracto ligado a horizontes amplios de pensamiento.
64
7. etapa. Generatividad vs estancamiento (35-65 años). Edad adulta o adultez madura.
La virtud es el cuidado o la solicitud, en cuanto responsabilidad profunda para una
entrega más honda y de autodonación. Se expresa en la capacidad de orientar a otras
personas, a otras generaciones a través de ideas, experiencias y valores. Hay estabilidad
y creatividad, visión de conjunto con perspectiva de futuro. La persona que no
consigue eso se preocupa únicamente de sí misma, toma la vida por su cuenta,
tendencia al egocentrismo, a abandonar las responsabilidades, a prescindir del futuro y
a tener una sensación de confusión y de sin-sentido de la vida.
8. etapa. Integridad vs desesperanza, disgusto. (De los 65 anos en adelante). La vejez.
La virtud es la sabiduría. La integridad del yo se concretiza en la persona que ha
resuelto satisfactoriamente los conflictos precedentes, o sea, está satisfecho consigo
mismo, ha tenido experiencias de intimidad, ha podido tener cuidado hacia las personas
y las cosas. Por su sabiduría consigue integrar los aspectos positivos y negativos,
desprenderse de sí mismo y de su vida para aceptar con tranquilidad la muerte. Mira su
pasado como algo valioso y reconoce la ambigüedad de los logros. Goza de lo vivido y
de lo que tiene con la paz del desasimiento de si. Pero, los que no saben para qué han
vivido y tienen la sensación de haber «perdido el tiempo», le temen a la muerte, viven
en irritabilidad ansiosa por no poder amar ni gozar de nada. Es la desesperación.
43
Cfr. GARRIDO. Javier. Adulto y crisitano. ed. 3. Santander: Sal Terrae, 1989. p. 32-42.
65
LA PSICOSEXUALIDAD
El ciclo vital completado
Estadios Estadios Crisis Radio de Virtud o Patología Principios
O y modos psicosocia relacione valor básica relaciona
etapas psicosocial les s Antipatía dos de
es significati s orden
vas social
I Oral- Confianza Persona Esperanza Retraimie Orden
INFANCI respiratorio, básica maternant nto cósmico
A sensorial- vs e
kinestésico desconfianz
(modos a básica
incorporativ
os)
II Anal-uretral, Autonomía Personas Voluntad Compulsió “Ley y
NIÑEZ muscular vs parentales n orden”
TEMPRA (Retentivo vergüenza,
NA eliminatorio duda
)
III Genital- Iniciativa Familia Finalidad Inhibición Prototipos
EDAD infantil, vs básica ideales
DE locomotor culpa
JUEGO (intrusivo,
inclusivo)
IV “latencia” Industria vs Vecindad y Competen Inercia Orden
EDAD culpa escuela cia tecnológic
ESCOLA o
R
V Pubertad Identidad Grupos de Fidelidad Repudio Cosmovisi
ADOLES vs pares y ón
- confusión exogrupos; ideológica
CENCIA de modelos
identidad de
liderazgo
VI Genitalidad Intimidad Partícipes Amor Exclusivid Pautas de
JUVENT vs en ad cooperació
UD aislamiento amistad, ny
sexo, competició
competició n
66
ny
cooperació
n
VII Procreativid Generativid Trabajo Cuidado Actitud Corrientes
ADULTE ad ad vs dividido y rechazant de
Z estancamie casa e educación
nto compartid y de
a tradición
VIII Generalizaci Integridad “Especie Sabiduría Desdén Sabiduría
VEJEZ ón de los vs humana”
modos desesperan “Mi
sensuales za especie”
Cuadro No. 1
67
68
VIII Integridad vs
Vejez desesperanza
SABIDURÍA
VII Creatividad vs
Adultez estancamiento
CUIDADO
VI Intimidad vs
Juventud aislamiento
AMOR
V Identidad
Adolescenci vs
a confesión
FIDELIDAD
IV Industria vs
Edad inferioridad
escolar COMPETENCIA
III Iniciativa vs
Edad de culpa
juego FINALIDAD
II Autonomía
Niñez vs
temprana vergüenza
VOLUNTAD
I
Infancia Confianza vs
desconfianza
ESPERANZA
La confusión tiene que ver con el futuro y el joven duda de lo que ha sido
evidente. Esta situación afecta su autoimagen porque tambien ha sido afectada la
autopercepción que respondía desde una identificación idealista. La crisis de
autoimagen se da por el choque entre el ideal del yo y el yo real.
69
- Ciclo del joven adulto (entre los 25 y los 40 años): Crisis de realismo. La persona
tiene un proyecto estable de vida y la tarea de construirlo en el futuro que se hace
presente. Está lanzado a vivir generosamente en las iniciativas, las responsabilidades,
los vínculos y la actividad.
Ahora bien, si la tarea es hecha con responsabilidad, si hay entereza ante las
dificultades, si los vínculos se viven en la polivalencia propia, si hay un conflicto entre
intimidad y acción, si los fracasos golpean la certeza de la opción, entonces, hacia los
35 años adviene la crisis del realismo. Es más radical que la anterior.
- Ciclo del adulto maduro (entre los 40 y los 55 años): Crisis de reducción. El
proyecto de vida se vuelca sobre sí mismo y el hombre no se plantea una meta sino la
validez de dicha meta. No se trata de conquistar la realidad sino de aceptarla. Esto no
es fácil porque se da como una segunda adolescencia en la cual el hombre se siente
confuso e inseguro. “¿Merecería la pena tanto esfuerzo, tanta esperanza?”.
70
-Ciclo del adulto anciano (a partir de los 55 años): Crisis de impotencia. La edad es
relativa y podría señalarse más aquella en la cual el sistema social y la vida misma se
caracteriza por el retiro profesional, la disminución física, se vive de recuerdos y la
muerte es una realidad. Hay un sentimiento de empobrecimiento de recursos que señala
la cadencia de la curva vital.
La crisis de impotencia está marcada por interrogantes como ¿En qué consiste la
existencia? ¿Para qué vivir si el destino es morir? ¿Merece la pena creer, esperar y
amar? Y sin embargo, es una época de serenidad y sabiduría, de libertad interior en la
simplicidad de la mirada, en el corazón intacto, liberado de todo egocentrismo. La
existencia se basa en la confianza y hay una verdadera paz espiritual.
71
descubrimiento les puede fascinar: se miran, corren desnudos y se inspeccionan.
Preguntan, adquieren vocabulario sexual, hacen juegos sexuales con sus hermanos y
pares (juegan al papá y a la mamá, a los doctores y a las enfermeras). En esta época los
ninos son muy sensibles a las reacciones de sus padres. Así, padres que manifiesten
disgusto o sorpresa pueden causar regresión del niño a la primera fase. Si las
reacciones son de calma y tranquilidad, se facilitará el desarrollo psicosexual. Si el
niño en otras áreas no-sexuales no experimenta suficiente éxito o placer, fácilmente
puede acudir a una fijación sexual. Los adultos fijos en esta fase prefieren contactos
con personas de su propio sexo o con niños, y si lo hacen con el otro sexo sólo es de
manera no duradera (complejo de Edipo). Los candidatos religiosos que se han fijado
en esta fase tienden a sentirse inadecuados, con sexualidad amenazante por no ser
explorada.
- Fase 3. Sexualidad oculta (de los 7 a los 12 años). Debido a que los comportamientos
sexuales comunes de los niños durante la fase anterior suscitan mucha ansiedad en los
adultos, los niños aprenden que es mejor hacer las cosas «clandestinamente». Llegamos
a la etapa en que aparentemente no hay interés por el sexo opuesto (latencia), pero de
hecho sí hay interés. Si no hay un desarrollo saludable, el niño aprende a ocultar su
sexualidad. Los candidatos religiosos jóovenes y otros adultos fijos en esta etapa son
sexuales secretamente (tienen miedo a que alguien se entere de su sexualidad). Así se
crean mitos, tabúes y miedos que desembocan en autodiscriminación, desvalorización
y autovergüenza.
72
fijan aquí, no maduran hacia un compromiso emocional con el otro y una de las
razones podría ser la posesividad de los padres que le impiden la heterosexualidad.
Candidatos religiosos fijos aquí usualmente están preocupados por el sexo tanto en su
vida privada como social; el sexo es su marco de referencia continuo que les impide
ver otros valores. Hay una tensión crónica entre el voto de castidad y la sexualidad
aumentada. Llega a permitirse expresiones de sexualidad que luego le causan
sentimientos de culpa, confusión de roles, tensiones en la comunidad, etc.
-Fase 2. Integración psicosexual (hacia los 30 años). Etapa que dura hasta la muerte.
Las necesidades psicosexuales toman su lugar «dentro de otros valores» y otras
necesidades igualmente innportantes o más importantes. Compromiso vital de la
persona. La sexualidad está integrada a la persona de modo que todos sus actos son
sexuados biológica y psicológicamente. El religioso(a) la acepta y la ofrece por amor al
Reino.
73
CAPÍTULO 4
FORMACIÓN DE LA AFECTIVIDAD
74
4.1.1 Autoimagen
45
Cfr. GIMEO-BAYON, Ana. Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la personalidad.
Col. Serenipity, Bilbao: Desclée de Brouwer, 199.p. 73-77.
46
LOWEN citado por GIMENO BAYON. Ibíd., p. 75.
75
El cuerpo como lenguaje, memoria y encuentro nos permite darnos cuenta de
nuestro estado de ánimo, de nuestra forma de comportarnos, de nuestras reacciones
frente a los sucesos previstos o inesperados, de nuestra capacidad de ser afectados por
el medio ambiente, de la posibilidad de trascender e ir más allá del mismo límite
corporal. La sensualidad le da esta posibilidad cuando los sentidos se constituyen en
canales de comunicación entre él y su mundo.
2. Cada persona dispone de la hoja "Mi mapa corporal" donde se encuentra el dibujo
de un desnudo (equivalente a su edad) en el cual tiene la oportunidad de señalar las
partes de su cuerpo que le gustan y las que no (ver anexo 1).
3. Acto seguido la persona reflexiona y escribe las razones por las cuales dichas partes
le gustan o le disgustan.
4. Como actividad complementaria se les invita a recordar su etapa de adolescencia y a
señalar en la misma hoja los cambios que fueron aceptados positivamente y los que
se dieron negativamente. De igual manera, determinar las razones que los hicieron
posititvos o negativos.
5. La socialización en parejas, pequeños grupos o en grupo general es importante. Se
les invita a que compartan lo que deseen de su mapa corporal. Esto genera confianza y
es un paso que permite concebir el cuerpo como algo natural, incluso cuando se habla
de las partes genitales.
76
1. Se hace una motivacion a partir de la importancia de nuestro cuerpoy de la
aceptación que debemos tener hacia él. Una parte de nuestro cuerpo nos es dada por via
genética y la otra, de alguna manera, se ha hecho por el cuidado, la nutrición y la salud.
2. Se le facilita a cada uno una masa de plastilina para que ellos la moldeen hasta lograr
la representación más cercana de su cuerpo. Aunque no haya mayores cualidades
artísticas debe haber buena voluntad para hacerlo lo mejor posible. No es válido hacer
una representación simbólica.
3. Cuando se ha finalizado puede haber un tiempo de observación por parte de los otros
participantes. El punto central e importante es que haya una presentación verbal de
cada uno con la ayuda de la representación en plastilina donde se exponga « ¿Quién
soy yo a través de mi cuerpo?»
4. Algunas de las preguntas para la reflexión y el diálogo son: ¿Me siento satisfecho
con mi representación? ¿Qué partes de mi cuerpo fueron fáciles de moldear? ¿Cuáles
fueron difíciles? ¿Por qué? ¿Estas partes coinciden con las que me gustan y me
disgustan de mi cuerpo? ¿La representación la hice vestida o desnuda? ¿Por qué?
77
por sí mismos. Si se hace el ejercicio con esta variante valdría la pena revisar lo que
hay subyacente como prejuicios, temores o inseguridades.
EJERCICIO 4: UNA CARTA A MI CUERPO47
1. Para facilitar el desarrollo del ejercicio se necesita de un espacio amplio y que cada
persona pueda contar con dos sillas. Cada quien visualiza mentalmente su cuerpo.
Emplea unos minutos en recorrerlo con la imaginación y observar cómo se siente con
respecto a él y cada una de sus partes. Luego lo ubica en la silla que ha colocado al
frente suyo.
2. Al principio cada quien ha recibido dos hojas. En una de ellas escribe una carta a su
cuerpo en donde explica todo lo que aprecia de él y los resentimientos que pueda tener
con respecto a él.
3. Terminado el punto anterior, se cambia a la otra silla y se imagina que ahora es «su
cuerpo» que le escribe a él. En esta carta de contestación «su cuerpo» le cuenta todos
los agradecimientos y resentimientos que guarda por la manera cómo él lo trata.
4. Se reflexiona en torno a las siguientes preguntas: ¿has aprendido algo de tu manera
de vivir tu dimensión corporal? ¿Quiéres cambiar algo de ello? ¿Cómo lo harás?
1. Se ha dicho que el cuerpo y sus partes tienen lenguaje y comunican formas de ser.
Las otras personas hacen lectura de nuestra personalidad a través de nuestro cuerpo.
Por eso, vamos a trabajar este ejercicio por parejas (preferiblemente con aquella
persona con la cual tengamos un buen conocimiento).
2. A cada persona se le entrega la hoja “mi cuerpo habla de mí” (Ver anexo 2). Esta
hoja tiene tres columnas. En la primera aparecen las siguientes partes o acciones del
cuerpo: cabello, ojos, labios, manos, brazos, pechos, piernas, constitución física,
manera de sentarme y manera de andar (es posible añadir otras).
47
Ibíd., p. 96.
78
4. Acabada esta primera parte, la persona le entrega su hoja a su compañero de trabajo
(doblada de tal forma que no vea lo que ha escrito). Ella responderá a la misma
pregunta en tercera persona, por ejemplo «¿Qué dice su cabello acerca de él?». Las
respuestas deben ser breves y sinceras.
5. Al finalizar la segunda parte, intercambian de nuevo las hojas y leen lo escrito.
¿Dónde hay coincidencias? ¿Dónde hay divergencias? ¿Qué descubrió de las partes de
su cuerpo?
1. Este ejercicio es una variante del anterior. Los sentidos forman entre sí una red de
expresión. Ellos hablan de la persona y la relacionan con el mundo. Nuestra mirada,
nuestra voz y el movimiento de nuestro cuerpo son reveladores de lo que pensamos,
sentimos y actuamos. Se invita al grupo para que cada uno se sienta consciente de lo
que viene a continuación.
2. Mi mirada: ¿Soy consciente de que mis ojos hablan? ¿Qué expresan? ¿Bondad,
dulzura, comprensión? ¿Juicio, reprobación, amenaza? ¿Alegría, tristeza? ¿Qué dicen
mis ojos? ¿Soy capaz de percibir lo que transmiten a las personas? ¿Cómo es mi
mirada? ¿Directa, intensa, huidiza, turbada?
3. Mi voz: ¿Soy capaz de abrir mi boca? ¿En qué situaciones el sonido de mi voz sale
claro, firme, seguro? ¿En cuáles me quedo mudo? ¿El tono de mi voz es fuerte,
tajante, brusco, autoritario? Cuando hablo, ¿qué sensación me produce la reacción de
mis oyentes?
1. Esta es una técnica de interiorización que ayuda al reconocimiento del propio cuerpo
y la manera como se puede integrar a la vida afectiva facilitando la vivencia de la
castidad consagrada. Se facilita un ambiente de tranquilidad con el suficiente espacio
para tomar la posición más cómoda. La música adecuada (agua que corre,
instrumental) puede ser un medio de ayuda eficaz.
48
LACASSE, Micheline. De la cabeza al corazón. Bilbao: Sal Térrae, 1995. p. 60-62.
49
Cfr. PRADA. OP. Cit. p. 179-183
79
2. El animador utiliza el tono de voz adecuado y puede seguir el guión siguiente:
Cierra los ojos y siéntete tranquilo. Respira suave y profundamente. En este momento
tu cerebro está produciendo ondas alfa, que son ondas de descanso y relajación.
Quédate tranquilo. Inhala el aire por la nariz y exhálalo por la boca.
Imagina el número 3, bien grande y brillante. Significa relajación física. Respira en
profundidad. Ahora imagina tu pie derecho y comienza a relajarlo. Siente cómo la
sangre bulle por tu pie. Los músculos se sueltan. Se siente bien. La relajación va
subiendo a la rodilla. Siente cómo tu pierna se relaja. Haz lo mismo con tu pierna
izquierda... Siente tus piernas como una gelatina. Se siente agradable. Concéntrate en
tu mano derecha. Aflójala y haz que tu sangre corra por las venas sin dificultad. Haz
lo mismo con la mano izquierda. No olvides respirar profundamente.
Imagina ahora tus glúteos y relájalos. Tus caderas y relájalos. Tus órganos sexuales y
relájalos. Se siente bien. Respira. Concéntrate ahora en tu estómago...órganos
digestivos... pancreas... riñones...hígado... pulmones... pecho... corazón... Se siente
bien, muy agradable. Concéntrate ahora en tu espalda y columna vertebral. Suelta los
músculos, las vértebras y los ligamentos. Relaja tu cuello. Imagínate que le están
dando un masaje suave. Ahora concéntrate en tu cabeza. Siente un aire fresco que
recorre tu cara. Suelta el mentón... los pómulos... tu boca... tu nariz... tus párpados
están pesados... tu frente tersa... tu cuero cabelludo está relajado. Respira
profundamente. Te imaginas ahora que de tu cuerpo sale una energía positiva, como
una ola que se derrama por todo el cuerpo hasta tus pies mientras te repites «Yo soy
energía». Cinco veces. Una... dos...
Pasamos ahora al plano básico. Imagina el número 1 bien grande y brillante. Este
número significa relajación profunda, laboratorio donde puedes trabajar tus
problemas anteriores, condicionarte positivamente para el futuro y vivir tus
experiencias actuales de manera positiva. Imagina una escalera con diez peldaños,
vamos bajando poco a poco, cada escala significa un nivel más profundo de
relajación. Escalas 10, 9, 8... Relájate... respira... escalas 7, 6, 5... Relájate... (Hasta
llegar a la última).
Con este ejercicio vas a lograr reconocer y aceptar tu cuerpo un poco más. Vamos a
volver sobre él repasando cada una de sus partes como si tu vista fuera un rayo de luz.
80
Vamos a ir desde los pies hasta la cabeza. Mira tus pies, ¿te gustan? ¿Por qué te
gustan/ disgustan? Dale gracias a tus pies porque con ellos has podido caminar,
correr, bailar...y diles «Quiero seguir contando con ustedes. Los voy a cuidar. No se
van a enfermar. Forman parte de mí y así los quiero» (Y así se nombra cada parte
preguntándose si le agrada o no, dándole gracias por la función que ha prestado y
expresando un sentimiento positivo hacia ellos. No se olvide nombrar las partes
genitales).
Vamos finalizando, has trabajado muy bien. Este ejercicio lo puedes hacer tú mismo
para seguir aceptando tu propio cuerpo. Recuerda decirte cosas positivas. Respira.
Voy a contar de uno a tres y saldrás de tu estado de relajación. Te vas a sentir muy
bien y con mucha energía. Mueve poco a poco tu cuerpo, tu cabeza, respira y abre los
ojos. Muy bien.
4.1.2 Autoconcepto
81
En las primeras etapas el joven religioso debe iniciar su crecimiento en su
opción y por eso debe construir un autoconcepto como consagrado. El formador debe
potenciar dicho crecimiento respetando la singularidad del individuo y reconociendo
cada una de sus características. En ocasiones ocurre que el formador o el grupo hacen
un señalamiento sobre alguna de estas características o sobre algún comportamiento y
se «bautiza» al individuo incluso cuando se quiere resaltar algo positivo. Por ejemplo,
aquel joven que demuestra virtud espiritual o intelectual le apodan el «santo» o el
«sabio». Más aún, cuando se trata de algo negativo dicho señalamiento va a estar
martillándole de forma desagradable sin darle espacio para cambiar o para demostrar
otras cualidades.
Esta teoría nos sirve para comprender cómo estas mismas ideas o creencias que
poseemos también determinan nuestro autoconcepto. Ellis las ha llamado «ideas no-
racionales»51 y son las siguientes:
1. «Para ser feliz es necesario que todas las personas que están en mi entorno me
amen, me tengan simpatía y me aprueben».
2. «Para considerarme valioso debo ser profundamente competente, adecuado y capaz
de conseguir los objetivos en todos los aspectos posibles».
4. «Cuando las cosas no salen como yo las deseo es algo espantoso y catastrófico».
5. «Mi felicidad tiene su fuente en el exterior y en los acontecimientos que suceden y
tengo poco o ningún control sobre mis penas y mis trastornos emotivos».
50
Cfr. ELLIS, Albert y HARPER, R. A new guide to racional living. Wilshire books. North
Hollywood. California,1975. ELLIS, Albert. Razón y emoción en psicoterapia. Bilbo: Desclée
de Brouwer, 1980.
51
Cfr. AUGER, Lucien. Ayudarse a sí mismo. Una terapia de la razón. Santander: Sal Terrae,
987. –ÁLVAREZ, Ramiro. Para salir del laberinto. Santander: Sal Terrae, 1992. p. 119-149.
82
6. «Si algo puede resultar peligroso o espantoso, me debo preocupar terriblemente por
ello y atormentarme sin cesar por tal eventualidad».
7. «Es más fácil rehuir las eventualidades de la vida e intentar evadirme de las propias
responsabilidades que hacerles frente».
8. «Mi vida pasada es el determinante supremo de mi acción presente y, dado que
algún elemento ha afectado profundamente mi vida, es inevitable que ese influjo
dure para siempre».
9. «Hay siempre una solución buena, precisa y perfecta para mis problemas, y es una
catástrofe no dar con esa solución».
Nótese que cada idea no-racional lleva implícita una manera de concebirse a sí
mismo y una forma de alimentar el autoconcepto. Si las vemos en su conjunto se revela
la dependencia en los otros, la hiper-autocrítica, la supravaloración de los
acontecimientos, la heteronomía, el desconocimiento de capacidades, el «anclaje»
asfixiante a la historia personal, la ansiedad en la competencia y la falta de valoración
del ser. Valdria la pena detenerse en cada una pero lo importante es hacer que la
persona reconozca la idea no-racional con la cual está "casado" permitiendo que se
oxigene su autoconcepto.
1. Una de las formas más ricas y naturales para saber qué visión tenemos de nosotros
mismos es expresarnos libremente sobre nuestro yo. De hecho es una propuesta
utilizada cuando se quiere salir de la estructura de un test o de cualquier instrumento
con respuestas predefinidas y espacio limitado que podría ser más práctica a la hora de
sistematizar la información.
83
3. Si el ejercicio se hace en grupo, entonces, no tendráa que imaginar al interlocutor
porque es real. El trabajo puede realizarse en parejas, pequeños grupos o en el gran
grupo. Siempre será conveniente que el registro lo haga uno de los que escucha.
1. Nombrar las características que poseemos puede ser más facil. Para ello se le pide a
la persona que elabore dos listas. La primera será la de todas aquellas que considera
cualidades o factores personales positivos: atributos físicos, habilidades, talentos,
dones.
1. Todo hombre posee una historia que ha determinado su ser actual. Esa historia le
permite comprender muchos rasgos de su personalidad. El siguiente ejercicio es una
ayuda para recuperar dicha historia aceptándola con afecto. No estamos diciendo «para
apegarnos a ella», o anorar lo que pudo haber sido y nunca fue o cultivar un
determinismo sobre el presente y el futuro.
2. En un ambiente tranquilo y, tal vez, después de una técnica de relajación se le
entrega a cada persona el instrumento "Yo soy mi historia personal" para ser
diligenciado (ver anexo 3). Dicho instrumento es una rejilla que cruza las grandes
52
Cfr. POEWLL, John. La felicidad es una tarea interior. Santander: Sal Terrae, 1996. p. 35.
84
etapas de crecimiento con la propia vida a través de las personas, los lugares y
acontecimientos y su repercusión en la propia existencia.
3. Es posible que el espacio sea insuficiente. Para ello basta prever hojas que se puedan
anexar al instrumento. También es conveniente que el joven sepa que la información es
de carácter personal.
4. Una variante de este instrumento sería la especificación por años considerando las
relaciones familiares y sociales, las experiencias educativas, religiosas y culturales53.
53
MEZA, José Luis. La afectividad y el proyectovpersonal de vida. Bogotá: Libros y Libres,
1996.p. 135-37.
54
CENCINI, A. y MANENTI. Psicología y Formación. México: Paulinas, 1994. p. 41-43.
85
2. «De pequeño siempre le tuve miedo a mi padre, por eso, hoy le tengo miedo a
aquellas personas que tienen autoridad sobre mí».
3. «Es tal el miedo que tengo fracasar en el examen, que no logro dormir».
15. «En la reunión comunitaria estaba desesperado. Por eso me puse a hacer monitos en
mi agenda y a leer una revista»
16. «E1 acto fue un desastre porque no comenzamos a la hora y se extendió más del
tiempo previsto»
17. «EI error que cometí nos ha costado una demanda. ¡Qué estúpido he sido! Voy a
renunciar»
18. «Cuando estaba en la universidad mi maestro de Biblia era aburrido y
dogmático, por eso, nunca me gustará la teología»
19. «No tengo fuerzas en absoluto para asumir lo que me ha encomendado el
provincial»
86
20. «Es preciso que le encuentre la solución al problema que tenemos. De lo
contrario todo puede venir abajo».
4.1.3 Autoestima
Si el autoconcepto es la identificación de nuestras características autoestima es
la valoración que hacemos de las mismas. Es el sentido de verse a sí mismo con
bondad y valor que se concreta en confianza y seguridad en sí mismo. "Es la
satisfacción personal del individuo consigo mismo, la eficacia de su propio
funcionamiento y una evaluativa aprobación que él siente hacia sí mismo"55.
55
OÑATE, María Pilar de. El Autoconcepto. Madrid: Nancea, 1989. p. 78
87
eso, dentro de la formación han de tenerse en cuenta algunos criterios para potenciar
una sana autoestima como:
1. La competitividad, entendida como la capacidad para llevar a cabo algo
reconociendo los límites y las dificultades. La competitividad lleva a un
reconocimiento personal sano. No se confunda con competencia que produce roces
entre las personas y un afán por sobresalir sobre los otros.
2. La libertad para tomar decisiones significatiuas incluso cuando la elección lleve a
cometer errores.
3. El respeto, ya que el otro es alguien importante y merece ser reconocido en su valor.
88
altos niveles de autoestima, dicho nivel fluctúa de acuerdo con las circunstancias que
ocurren. Es humano ser susceptible a las cosas que nos pasan, sean positivas o
negativas y la diferencia radica en que el grado de afectación varía de una persona a
otra, es decir, una misma situación puede afectar grandemente a una persona y
mínimamente a otra.
4. A continuación aparece una lista de veinte situaciones (las primeras diez son
negativas y las otras diez positivas) para ser leídas dejando el tiempo necesario de tal
manera que la persona se haga la pregunta y proceda a rellenar la respectiva barra. Es
necesario evitar al máximo la racionalización de la respuesta.
Situaciones negativas
Situaciones positivas
89
1. Un estudiante se me acercó y me dio las gracias por un consejo que le di hace unos
días y con el cual pudo resolver su problema.
2. Recibí la noticia de que en mi casa uno de mis hermanos se va a casar (o se va a
graduar como universitario).
3. Ganamos un partido importante de fútbol con el equipo al cual pertenezco.
4. Obtuve una excelente nota en una sustentación a la cual le dediqué mucho tiempo de
preparación.
5. Esta semana se me acercó un grupo de padres de familia y me dijo que era
«carismático» en mi trabajo y que me hacía querer de los estudiantes.
6. Mis hermanos de comunidad celebraron mi cumpleaños y las palabras de uno de
ellos fueron muy significativas. 7. Me gané una beca para hacer un curso que deseaba
hacer.
8. Fui delegado por la comunidad para representarla en un evento nacional.
9. Una persona a la cual admiro me dijo que sería un gran religioso.
10) La comunidad recibió un premio por su misión apostólica en el país.
56
Cfr. POWELL. Op. Cit. p. 34.
90
3. Agrega: «Ahora, te vas a imaginar que viene otra persona. Eres tú mismo. Se sienta
en la silla y se observan mutuamente. Date cuenta de cómo está, de los gestos que hace
y de su postura. Vas a pedirle que hable de ti y que responda a las siguientes preguntas:
¿Qué es lo que más le gusta de ti? ¿Qué es lo que menos te gusta de ti? ¿Qué le
gustaría que aceptaras de ti mismo? ¿Qué es lo que te hace agradable/ desagradable
frente a los demás? Escucha cada respuesta con atención y no la olvides.
4. Las preguntas se refieren a todas las dimensiones, no sólo a lo físico. Es posible
agregar o suprimir alguna de ellas. Después, se pide a cada uno que haga un registro de
la experiencia. Y, si es posible, se puede compartir.
4.1.4 Autonomia
91
decisión o actuación. Por el contrario, una ética de responsabilidad se pregunta de
manera realista por las consecuencias de la acción y asume su propia responsabilidad.
Con lo anterior estamos diciendo que la autonomía es una meta que se puede
conseguir en la medida en que estos ambientes se inter-relacionen y se integren
mutuamente para hacer que el sujeto se haga autónomo. A su vez, la autonomía es una
estrategia, es una forma de actuar, una técnica, un procedimiento que adopta el
formador para facilitar que el sujeto desarrolle una capacidad dialógica y un juicio
moral con el que pueda hacer sus opciones vitales con la máxima responsabilidad.
Aparece la pregunta ¿Qué tiene que ver lo dicho anteriormente con el Proyecto
Personal de Vida, la dimensión afectiva y la vivencia de la sexualidad? La autonomía
es el alma que sustenta un Proyecto de Vida comprometido. Establecer un proyecto es
tener vision de futuro. Tener una visión de futuro implica realizar las acciones que
llevan a él, y no se realizan acciones si no se toman decisiones. En síntesis, la
autonomía se expresa en la capacidad de tomar decisiones y en el empeño que se pone
para lograrlas.
92
presentando para ser coherente con la opción que ha tornado. Es por todo esto que la
vida religiosa es en sí misma un valor para ser interiorizado y asumido. Al respecto de
la autonomía aparecen algunos cuestionamientos que deben resueltos: ¿Quién toma las
decisiones de mi vida? ¿Qué decisiones he tomado (voy a tomar) con respecto a mi
proyecto personal de vida? ¿Qué valores he clarificado para mi propia vida? ¿Qué nivel
de responsabilidad veo implicado en las decisiones que voy tomando?
93
7- ¿Qué hay que favorecer en la vida religiosa (vida comunitaria) para llegar a un real
conocimiento del otro?
3. Se puede hacer una selección de las preguntas que se proponen o incluir otras
que ayuden al reconocimiento de valores. Es conveniente conectar el mensaje de la
caricatura, el diálogo y el contexto real en el que se encuentra el formando.
3. Se pide a cada persona que lleve un registro sobre la expansión de cada día:
¿la logró? ¿En qué consistió? ¿Se siente satisfecho? ¿Fue como quería? o ¿no la logró?
¿Qué lo impidió? ¿Lo reintentó al siguiente día?
57
Cfr. POWELL. Op. Cit. p. 111
94
1. La autonomía puede definirse como la capacidad que tiene la persona para orientar
su propia vida dentro de la toma de decisiones. A diario lo estamos haciendo. Tomamos
decisiones sobre asuntos prácticos de rutina y tomamos decisiones trascendentales que
pueden cambiar el rumbo de nuestra existencia. Es necesario ser conscientes de que
detrás de la autonomía hay un sistema de valores, de que detrás de una decisión
siempre hay un valor que se pretende salvaguardar.
2. Este ejercicio busca que la persona decida qué posición tiene frente a algunas
afirmaciones que se relacionan con la afectividad, la sexualidad y la vida religiosa.
Para ello proponemos dos formas:
Forma 1
Se le entrega a cada persona la hoja donde aparecen las afirmaciones y sobre las cuales
toma posición sobre cinco posibilidades: Totalmente de acuerdo (TA), de acuerdo (A),
indeciso (I), en desacuerdo (D) y totalmente en desacuerdo (TD). Es conveniente que
evite al máximo posicionarse en "indeciso" porque a la larga es precisamente una falta
de decisión. Se da el tiempo suficiente para responder. Al final se abre un diálogo sobre
las afirmaciones que pueden ser pertinentes al grupo o al proceso.
Forma 2
Es importante que cada grupo se escuche. Al final, los que están en la zona de
los "estoy inseguro" pueden pasar a alguna de las otras dos zonas. También es
95
importante que cada quien sepa dar razón de su decisión y que la cantidad mayoritaria
de personas en una zona no significa que ellas posean la verdad. Lo esencial es estar
atento a las argumentaciones y a las confrontaciones que pueden resultar. Quien dirige
debe tener cuidado de no presentar su posición como la respuesta válida.
96
26-Cuando una persona entra en una comunidad pierde su libertad.
27-La comunidad ha de favorecer el proyecto personal de cada miembro sobre el
proyecto comunitario.
28-El/la religioso/a que evita el trato con personas del otro sexo cumple mejor su voto
de castidad.
29-A las mujeres religiosas se les facilita más la vivencia de su consagración que a los
hombres religiosos.
30-Un religioso puede tener relaciones sexuales porque su opción no le ha quitado su
naturaleza humana.
3. Nótese que algunas afirmaciones se pueden agrupar por temas específicos dándole
mayor riqueza de contenido a los diálogos, detectar niveles de coherencia o
contradicción y las tendencias sobre dicho tópico. Por último, el orientador debe
confrontar para clarificar valores y suscitar una reflexión que incida en la propia vida.
Siempre será interesante que cada quien descubra su propio sistema de valores y la
forma como ejerce su autonomía.
Al respecto la teoría vincular dice que un vínculo resulta cuando las personas
ejercen sus roles y sólo en la medida en que lo hagan. En otras palabras, un vínculo no
resulta porque alguien se de a sí mismo el título de un rol. De otra parte, el rol sólo
tiene sentido cuando se vive el vínculo. Un ejemplo podría ser el siguiente: una mujer
ejerce el rol de madre, pero es madre en la medida que vive su relación maternal con su
hijo, y el niño vive su rol de hijo en cuanto tiene un vínculo filial con la mujer que le ha
dado a luz. Otro ejemplo, lo da el binomio educador-educando: ser educador sólo tiene
sentido si hay alguien a quien educar y la única posibilidad es tejer un vínculo con el
97
educando para lograr este propósito, y alguien es educando porque cuenta con un
educador dentro de su proceso de formación.
Lo dicho anteriormente tiene gran importancia para la vida religiosa porque sólo
somos cuando vivimos lo que decimos ser. En la vida religiosa las personas se llaman
"hermanos" o "hermanas" pero no por el hecho de llamarse así ya lo son. Esto significa
que cuando se vive el vínculo de ser- hermano-con-otro se pueden llamar hermanos,
de lo contrario no es más que un formalismo.
98
soporte estas relaciones aún cuando éstas supongan sacrificio y renuncia". Visto así, la
intimidad trae consigo una gran exigencia para las personas por eso puede resultar más
fácil evitarla.
Ahora bien, esta es la justificación del miedo, pero la razón verdadera es la falta
de confianza en nosotros mismos para poder sobrellevar la influencia de los demás.
Porque es cierto que cuando hay un vínculo con el otro y, además, es un vínculo
afectivo, existen tres posibilidades: la confirmación de lo que uno es, el
descubrimiento de nuevas potencialidades y el cambio personal. Es por esto que la
vida comunitaria vivida en plenitud es el ambiente más favorable para llevar a cabo un
cambio. Lo contrario, una vida comunitaria esclerótica produce la anomia de sus
miembros y la "muerte" de su propio crecimiento.
99
director-súbdito, comprador-vendedor, rector-profesor. En cambio, se da o debería
darse en la relación hermano-hermano.
59
Cfr. Ibíd., p. 127
60
Ibíd., p. 129.
100
idealismo o de una relación universal, sino de personas específicas que ponen todo lo
que está a su alcance para que haya un vínculo fuerte.
Por último, es necesario precisar que el vínculo se estrecha cuando hay una
verdadera significatividad. El "yo" se hace significativo para el "otro- yo" cuando
adquiere un lugar dentro de su mundo afectivo y, sin poseerlo, se constituye en un
núcleo esencial y particular que le permite crecer afectivamente. Esto tiene su
repercusión práctica en la vida comunitaria, en la vida de pareja, en la amistad y en la
espiritualidad. Si el otro –persona o Dios- es significativo) para mí no habrá ningún
recurso negado y, al contrario, se dará un total desprendimiento
4.2.2 Amistad
Desde tiempos antiguos hasta nuestros días la amistad ha sido un tema de interés
para el hombre. Mucho se ha dicho sobre la amistad a través de la filosofía, la teología
y la psicología. Se encuentran tratados enteros sobre cómo definirla, sus características,
su importancia en la realización del hombre e, incluso, hay quienes proponen maneras
para construirla. Por eso, en este apartado no vamos a hacer una exposición en este
sentido sino que trataremos de desarrollar algunas ideas acerca de la amistad en la vida
religiosa.
La vida religiosa es una opción por el amor, para el amor y en el amor. En este
juego de palabras subyace la verdad de la amistad. La amistad no es otra cosa que la
forma como se vive el amor dentro de la opción que hacemos. Esto es válido para
aquellos que han decidido comprometerse en el matrimonio y para los que se
consagran a Dios en un ministerio. En el caso que nos atañe queremos hablar de la
amistad ad intra y ad extra de la opción religiosa.
61
Cfr. San Agustín. De diversis quaest, 83,71,1.
101
que no tengan que buscar fuera de la comunidad lo que en ella misma
deberían encontrar como primer tesoro62.
Dentro de la vida religiosa y fuera de ella siempre será conveniente tener lazos de
amistad ya que son una contribución para vivir con plenitud la propia consagración,
tener bienestar físico, psíquico y espiritual, y para la realización del gran mandamiento
del amor. Incluso, nos atreveríamos a decir que el religioso que no vive en la amistad,
que no tiene amigos, está lejos de vivir en plenitud su opción y denota un síntoma -tal
vez grave- de desintegración personal.
De las características arriba nombradas quisiéramos rescatar dos que no son rnás
importantes que las otras pero que dan pistas para vivir la amistad en lavida religiosa:
la gratuidad, y la comunicación. La primera, la gratuidad, es la que lleva a dar sin
62
APARICIO, A. y J. CANALS. Op. Cit. p. 34.
63
Cfr. JIMÉNEZ, Álvaro. Aportes de la psicología a la vida religiosa. Bogota: San Pablo,
1993. p.106.
102
esperar nada a cambio, o mejor dicho, si se espera algo, que la amistad se acreciente un
poco más. La gratuidad es el signo de una afectividad madura "Me aman porque amo",
no de una afectividad infantil "Amo porque me aman." La gratuidad es la exaltación
del otro y por eso nada es más importante que la persona.
Ahora bien, cada religioso debe ayudarse del discernimiento personal para saber
si tal o cual amistad conservan su bondad. Ya lo hemos dicho y lo seguiremos diciendo,
todos contamos con un poderoso instrumento que nos permite ser conscientes de la
intencionalidad de nuestros actos, la conciencia. No podemos negar que todo lo
concerniente a la afectividad intrinca de una manera especial los mecanismos de
defensa para auto- engañarnos y, por eso, fácilmente una amistad que ha tornado otro
rumbo puede ser racionalizada, negada o proyectada. Pero, al final, nosotros mismos
nos daremos cuenta que el autoengaño es una cobertura que se desvanece
enfrentándonos a las consecuencias de nuestros actos.
103
7. ¿Es una relación libremente elegida, es decir, no manipulada ni elegida?
8 ¿Está ausente de sentimentalismos (regalos excesivos y costosos, correspondencia
exagerada, llamadas y citas frecuentes) y de pasión?
9 ¿Es no excluyente, es decir, otras personas tienen cabida sin que surjan celos o afanes
posesivos?
10 ¿Es un espacio de crecimiento espiritual?
11 ¿Tiene intenciones o intereses subyacentes?
4.2.3 Enamoramiento
La psicología ha hecho esfuerzos abismales por comprender a la persona, sin
embargo, pareciera que siempre queda algo de su complejidad por abordar. Dentro de
una lógica mecánica podríamos decir que la opción es el acto de elegir algo
renunciando a otras posibilidades y que el hombre debería detenerse y valorar aquello
que ha elegido sin añorar las posibilidades a las que ha renunciado. Pero, la vida tiene
una dinámica que va más allá de esta lógica porque el hombre tiene la capacidad de
transformar, transformarse y ser transformado por sus experiencias y por la forma
como se posiciona frente a las circunstancias.
104
De otra parte, decíamos en el apartado sobre la amistad, al religioso le
corresponde vivir un sano equilibrio entre su consagración a Dios (amor a Dios), su
relación con la comunidad y su relación con las personas que entran en contacto con él
(amor al hombre). Es en este juego donde tiene lugar el enamoramiento. Pensemos en
los casos que conocemos y nos daremos cuenta que muchos de ellos se dieron con
personas que pertenecían al ambiente de vida o de trabajo del religioso. Tal vez no fue
algo buscado pero el estado personal y las circunstancias ad intra y ad extra de la
comunidad lo propiciaron o lo favorecieron. Decimos "propiciar" o "favorecer" para
descartar que sean las circunstancias las que detenían y definen el que un religioso se
enamore. Esto lo hace la persona porque es ella y sólo ella la que decide dar vía libre al
sentimiento primigenio de atracción teniendo como resultado el enamoramiento y todo
lo que puede ocurrir a partir de allí.
105
mismo y que este acto (o manera de vivir) tendrá consecuencias que deberán ser
asumidas.
2. Estar atento a las señales de enamoramiento no significa tener una actitud policiaca y
obsesiva frente a las personas desconfiando de cualquier cosa. Siempre será más
importante confiar en la persona y creer en su palabra.
3. Es un tema que debe ser tratado con naturalidad en el grupo favoreciendo la
participación de los formandos desde su experiencia y lo que ellos conocen.
4. El enamoramiento es una experiencia enriquecedora porque permite el
descubrimiento de sí mismo y de la otra persona. Además, hay quienes dicen haber
106
fortalecido su vocación y fraguado sus convicciones. Otros reconocen haber
descubierto su verdadera vocación con la cual se sienten felices.
5. El formador deberá tratar dicha situación con la persona implicada de manera
individual (nunca en grupo y menos a base de indirectas). Acompañar al individuo para
que haga su proceso de discernimiento y resignificacion. A propósito de esto, el
diálogo clarificador es una excelente ayuda. Y evitar al máximo la moralización
culpabilizadora
en la persona que no haría más sino aumentar la ansiedad.
6. El enamoramiento puede ser "el resultado de...". No existen causas únicas para todos
los casos. Es conveniente revisar el contexto, las situaciones, las convicciones y las
intenciones. No podemos olvidar que el mundo de hoy da la iniciativa a hombres y
mujeres y que el
religioso no puede ser ingenuo. Por su formación, sus hábitos, sus valores, los
religiosos resultan atrayentes para los demás. También es conveniente revisar si es una
experiencia repetitiva aunque cambien las condiciones.
Los sentimientos no pueden ser el fundamento para tomar decisiones. Por eso, tomar
decisiones desde el "sentirse enamorado" será un riesgo. Por su unilateralidad o
bilateralidad disfuncional, el enamoramiento se desvanece cuando desaparece el
objeto-sujeto de atracción o cuando el sujeto descubre las causas y/o las intenciones y
las integra a su experiencia.
8. Se cree que teniendo ocupados a los formandos en multitud de actividades, su mente
estará atenta a responder a lo que se les pide y no se "distraerán" pensando en la
atracción que tienen -o podrían tener- con alguna persona del sexo opuesto. Esta
medida preventiva o curativa debe ser considerada ya que no va mas allá de lo que vive
el individuo. Es más conveniente revisar las lagunas en la experiencia comunitaria o
causas predisponentes (por ejemplo, la relación madre- religioso) o la forma como la
comunidad vive los tiempos de fragilidad afectiva como los fines de semana, los
tiempos de descanso o al finalizar cada jornada.
Nada de lo aquí expuesto es una fórmula mágica. Todo son posibilidades de trabajo
para ser validadas en la vida misma. Le corresponde a cada persona, formador o
formando, permitir o permitirse su ayuda.
107
significatividad que una persona tiene con respecto a otra en el desempeño de
determinado rol. Para la vida religiosa se entiende como el afecto y la amistad que
viven los miembros de una comunidad porque son conscientes de su fraternidad y de lo
que significa.
Pasando a la relación yo-tú, hay por lo menos tres situaciones que pueden hacer
que un vínculo se corte o se transforme: el cambio de comunidad, el retiro de la
comunidad o la muerte. Es aquí en donde el religioso no puede negar su naturaleza
humana y vivir un proceso llamado "duelo
afectivo" porque en algo se asemeja al duelo que vive aquel que guardaba un
compromiso afectivo con alguien que ha desaparecido. Al respecto es posible que
alguien señale como exagerada esta apreciación, entonces, valdría la pena que esa
misma persona reflexione sobre la calidad y la intensidad de su vida afectiva con las
personas que comparten su existencia. Al respecto podemos traer a colación la
conocida frase de Voltaire cuando hace una crítica a las comunidades religiosas
diciendo: "Se reúnen sin conocerse, viven sin amarse y mueren sin llorarse".
El religioso está llamado al amor universal y por eso pone todo lo que está a su
alcance para amar a Dios, a sus hermanos, a las personas en su ministerio y a sí mismo.
Este ideal abarca una realidad más humana como es la amistad que se genera en la
comunidad. Es natural que viviendo juntos, trabajando en equipo, compartiendo un
proyecto, orando sus experiencias y dándose mutuamente, dicha relación de amistad se
haga fuerte y transparente. Pero, ocurriendo la ruptura del vínculo por alguna de las
situaciones ya nombradas, también es natural vivir algunas fases como de tristeza,
enojo, inconformismo, negación, no aceptación e introversión. Al respecto, tenemos la
impresión de que en muchos casos este proceso se ha racionalizado impidiéndole su
evolución.
108
El formador debe tener en cuenta el duelo afectivo en la formación afectiva de los
nuevos religiosos. Hacer un acompañamiento en el momento en que se presenta es
altamente positivo. Sin negar lo que es propio a los sentimientos y las emociones del
individuo, también es conveniente hacerle caer en la cuenta de que en la ausencia hay
presencia (se pasa de una presencia-presencia a una ausencia-presencia, ya no está en
el nivel físico, pero sí en el psíquico y espiritual), sobre todo si se trata de un cambio de
comunidad y está la posibilidad de seguir compartiendo la vida. La vida religiosa tiene
la fortaleza del re-encuentro, de la posibilidad de vivir juntos, de ser-juntos y de hacer-
juntos. Aunque sea más dificil, también es posible configurar un vínculo de otra
naturaleza con los que se retiran o con los que mueren a través de la comunicación y la
oración.
109
Desde que el joven formando entra a una comunidad, sus formadores le insisten
sobre la necesidad de tener un acompañante espiritual, un confesor o simplemente que
tenga un estrecha relación de acompañamiento con su formador. Dependiendo de las
circunstancias y la presentación de este recurso, también ocurre que el joven formando
busca en su acompañante el consejo a seguir y la total confianza basada en la
experiencia hace que sea un acto más de heteronomía. En esto hay que tener especial
cuidado porque habría una clara dependencia del uno hacia el otro.
Hay un hábito que puede ser obstáculo para llevar a cabo un buen diálogo
clarificador: el de dar respuestas, fórmulas o tomar la vía rápida para solucionar los
problemas diciendo lo que hay que hacer. Es posible que la solución resulte pero se ha
mandado al traste la autonomía que se pretende formar y, en cambio, sí se está
construyendo un individuo heterónomo.
El diálogo clarificador no se queda en preguntas de forma, al contrario, son de fondo:
SUJETO: Insulté a mi hermana "tal" de mi comunidad
Esto hace que se revele la carga valorativa y emocional que active dicha
conducta. Hay que tener en cuenta que las preguntas deben ser lo más honestas posible
para asegurar una respuesta sincera. Hay que evitar al máximo hacer preguntas que
enjuicien o reprueben, ya que provocaría una respuesta a la defensiva.
66
RATHS, Luis. El sentido de los valores y la enseñanza. México, 1967. p. 55.
110
Esto se explica mejor con una situación en donde el orientador puede responder
de distintas maneras a alguien que puede estar tomando una opción de vida en su
Proyecto personal:
ORIENTADOR: Respuesta 1:
¿Como?/?/
Respuesta 2:
¿Y eso, cuando?
Respuesta 3:
(¿Has pensado en tu papá y en tu mamá?
Respuesta 4:
Maravilloso, me parece muy bien.
Respuesta 5:
¿Has tenido en cuenta otras alternativas?
111
3. No es insistente ni coactivo. Permite al formando valorar su duda, su inquietud, sin
presiones externas.
4. El diálogo clarificador no pretende ser el principio de grandes proyectos. No trata de
hacer caer en la cuenta al otro de lo grande que puede ser. Es el gesto sencillo,
cotidiano y acumulativo que genera proceso y estimula la búsqueda de posibilidades.
5. No es un interrogatorio ni una entrevista. Las preguntas no se lanzan con el fin de
obtener una información, sino para confrontar la vida del otro.
6. Cuando se trata de clarificar valores el diálogo no debe ser largo ni extenso, pues
normalmente se termina adoctrinando.
7. El diálogo clarificador debe ser personalizado y personalizante. Solamente en un
ejercicio grupal bien motivado puede emplearse a nivel masivo.
8. No puede ser una actitud obsesiva del formador el pretender hacer un diálogo de
este tipo en toda circunstancia.
10. El diálogo clarificador no responde a una fórmula mecánica. Cada persona y cada
situación son diferentes. Exige originalidad y sabiduría. Cuando una respuesta ayuda a
un sujeto a hacer más claro para él su modo de pensar o de actuar puede considerarse
eficaz.
La comunidad es un imaginario que debe ser construido día a día sobre la base
indiscutible de que sus miembros son personas y como tales comparten la naturaleza
humana en toda su extensión. La comunidad pueda ser vista como un grupo y, sin
embargo es más que un grupo pero para lo que nos atañe en este apartado, queremos
hacer caer en la cuenta que todo lo dicho por la psicología y la sociología sobre
dinámica de grupos puede ser una fuente valiosa para comprender y para iluminar los
procesos de comunidad.
112
A continuación aparecen algunos aspectos que bien pueden ser considerados
durante la formación de los religiosos que viven en comunidad y que también, porqué
no, trabajan en equipo. No nos vamos a detener en la teoría de grupos pero debemos
tener claridad en los elementos que le son propios.
113
rodea de gente dependiente y persigue al perseguidor. Y, éste último necesita que le
teman, establece límites injustos y minusvalora las necesidades de los demás.
i
Estos roles cambian dentro de una misma situación haciendo posible que una
persona juegue en tiempos diferentes los tres roles. Es tan cotidiano que puede ser visto
como normal y no hay realidad de interacción humana que no se vea matizada por este
juego psicológico (comunidad, pareja, grupo de amigos, equipo de trabajo, etc.)
Todo esto lo hemos dicho para ubicar un fenómeno que se conoce como el
"chivo expiatorio". La vida comunitaria no se libra de este fenómeno y por eso
queremos enfatizar su existencia dando alguna luz sobre cómo trabajarlo. Lo primero
que debemos tener en cuenta es que en una comunidad se dan conflictos cuando no se
precede de la mejor manera para solucionarlos. En ocasiones se hacen alianzas y
coaliciones defensivas, se retiran los afectos de las personas, hay dispersión o fuga, se
dan las luchas reiteradas o sencillamente la resignación.
70
MANENTI, Alessandro. Vivir en comunidad. Aspectos psicológicos. ed. 3. Santander: Sal
Terrae, 1983. p. 38.
114
darle al contenido la envergadura real evitando las exageraciones que van acompañadas
por "Es que a mí siempre...o nunca...tal cosa"
3. Confrontar con una pregunta puede ayudar a clarificar no sólo el contenido de lo que
se está diciendo sino el rol que asume determinado miembro ayudándole a cambiar. Por
ejemplo, al perseguidor se le pregunta "¿Cómo te sentirías en su lugar? ¿Qué te
gustaría que hicieran los demás por ti en un caso así?". Al Salvador: "Y tú, qué
necesitas y deseas para ti ahora?". Y a la víctima: "¿Qué puedes hacer por ti en este
momento? ¿Qué soluciones ves a tu problema?"71.
Por último, cuando las personas conocen no sóo este fenómeno sino todo lo
relacionado con los mecanismos de defensa, esto ayuda a tener conciencia de cuándo
ocurre. Por esto, una sugerencia válida es que los formandos y el formador conozcan
con propiedad esta dimensión del yo ayudándose de estudios y aportes como los de
Powell72 quien habla sobre la dificultad que tenemos para darnos a conocer, para
aceptar que el otro "invada" mi yo colocando máscaras y actuando de tal manera que
podamos tener dominio de las personas y de las situaciones.
115
1) ¿Cómo empieza todo? (cebo)
2) Entonces, ¿Qué sucede? (flaqueza)
3) Después, ¿Qué ocurre? (respuestas)
4) ¿Qué pasa luego? (cambio-cruce)
5) ¿Qué sorpresa me llevo? (chasco)
6) ¿Cómo me siento al acabar? ¿Cómo supongo que se siente la otra persona? (saldo)
74
WHITEHEAD, Evelyn y James WHITEHEAD. Community of faith. Crafting Christian
communities today. Twenty- third publications. Chicago, 1992. p. 140.
116
Cuando compartimos nuestras ideas, sin miedo ni temor, cuando abrimos el
espacio para dar a conocer nuestros valores y necesidades, y nuestras ideas y
sentimientos, estamos creciendo en la empatía. Pero, lo que sucede es que caemos en la
trampa de la "seguridad completa" y nos permitimos hacer silencio de aquello que está
en nosotros hasta cuando estemos seguros y no haya confusiones. Realmente este
sofisma nunca llegará, en cambio, sí nos privará de comunicarnos con los demás.
Obviamente existe otra circunstancia que puede mediar la empatía y es el respeto por
lo que el otro dice o, mejor aún, la valoración que damos a lo manifestado.
117
comenzar por una exploración de las circunstancias que han hecho que una persona
actuara de determinada manera y no por el juicio anticipado de dicho comportamiento.
Sin embargo, el conflicto no debe ser tornado corno un síntoma terrible sino
corno una dinámica normal de las relaciones interpersonales. Inclusive, puede ser un
síntorna de salud y de revelación de algo significativo que está ocurriendo. La razón es
dada en la diversidad de los miembros de un grupo que pretenden la unidad. Esta
diversidad genera el conflicto por discrepancia (cuando hay diferentes significados
ante una misma realidad), por expectativa (cuando suceden cosas que no se esperaban
o cuando las personas no hacen lo que debían hacer), por necesidad (cuando hay
carencia de algo que parece evidente) o por la misma naturaleza humana (cuando hay
abuso de confianza o no se tiene en cuenta el poder de las palabras que usamos).
Otra clave de caracter preventivo del conflicto, es que una comunidad debe
reconocer las áreas potenciales donde puede surgir. A lo cual se le añade el estado
subjetivo que "dispara" o acrecienta el conflicto. Por ejemplo, una comunidad que
descubre que la responsabilidad en la animación de la oración es una área potencial de
conflicto y que en los tiempos de mayor stress o cansancio hay más propensión a que
este ocurra, tiene en sus manos un punto de partida para hallar la manera de cómo hay
que actuar para poder continuar la marcha sin que se dé una situación conflictiva.
Señalar las causas y las circunstancias en que se presenta también es un buen punto de
partida más si hay un acuerdo común sobre este análisis.
118
Ejercicio 1: SOLUCIONANDO UN CONFLICTO
1. Recuerda dentro de tu comunidad/familia un conflicto que se haya presentado y que
haya sido resuelto positivamente. Reconstruye los hechos y piensa en las circunstancias
y las causas. Determina las estrategias utilizadas para lograr su solución. Recuerda
cómo se sentían -cada uno- al ver que el conflicto fue solucionado positivamente.
2. Haz lo mismo con uno que haya sido solucionado negativamente y haz lo mismo que
aparece en el punto anterior.
3. En tu situación actual, señala un conflicto que estés viviendo actualmente y
determina los mismos elementos del punto 1. Si no vives un conflicto actual, determina
las áreas potenciales de conflicto de tu comunidad y conociendo a sus miembros,
señala cuál sería la manera de dar solución a los conflictos que se pueden presentar.
119
El dilema estará por resolverse en cada situación y con cada individuo. Creemos
que una persona vale más que una estructura, una función, un bien material o un
proyecto. Pero, aunque en ocasiones se le dé más relevancia a estos, lo más complejo
será cuando se han implicado a otras personas bajo graves perjuicios. Cualquier
decisión deberá favorecer en el respeto y la justicia a cada una de las partes si se
pretende actuar de forma correcta y en virtud del mismo hombre.
4.3.4 Asertividad
Sólo quien posee una alta autoestima, quien se aprecia y valora a sí mismo,
podrá relacionarse con los demás en el mismo plano, reconociendo a los que
son mejores en alguna habilidad, pero no sintiéndose inferior ni superior a
otros... La asertividad es la
capacidad de autoafirmar los propios derechos sin dejarse manipular y sin
manipular a los demás75.
120
pena dialogar. La segunda es la tendencia a comunicarnos de forma reactiva con el
afán de imponer nuestra idea o sentimiento frente al otro porque estamos seguros de
tener la razón. Ambas tendencias se dan en planos de desigualdad, es decir, o nos
creemos inferiores o superiores frente al otro.
Entonces, para que una interacción personal resulte satisfactoria depende de que
nos valoremos a nosotros mismos y a los demás y, además, también depende de que
poseamos una serie de habilidades para responder correctamente y una serie de
convicciones o esquemas mentales que nos hagan sentir bien a nosotros mismos. A
veces se confunde la sinceridad como la capacidad de decir las cosas tal cual como nos
parecen sin importarnos para nada la manera como lo hacemos y sin medir las
consecuencias que tiene lo que decimos en la vida y en las relaciones con las otras
personas. Es aquí donde aparece el reto de ser asertivos en la comunicación.
76
Ibíd., p. 95-99.
121
corporal) debe ser un conjunto coherente, sin ironía ni contradicciones y
tampoco sin lamentaciones.
3. Respuesta asertiva con conocimiento: Cuando hay un reconocimiento de la otra
persona y el planteamiento de nuestros derechos e intereses.
4. Asertividad subjetiva: Ocurre cuando se hace una descripción del comportamiento
del otro, sin condenarlo y una descripción objetiva del efecto que ha producido
-produce- dicho comportamiento. Incluye, además, la expresión de los propios
sentimientos y de lo que uno desea de la otra persona.
Nótese que estas modalidades forman una escala en donde el nivel de exigencia
para la persona que pretende ser asertiva es cada vez más fuerte. Es necesario aprender
a controlar y equilibrar los estados de ánimo y lo que se quiere decir para llegar a lo
que se pretende lograr.
Por último, agregamos a la luz de lo dicho algunas conductas que también pueden
constituirse en reglas comunicativas que favorecen la asertividad: es mejor hacer una
petición que dar una orden; es mejor hacer una pregunta que una acusación; es mejor
hablar de lo que se hace y no de lo que es; no es conveniente acumular emociones
negativas; es mejor dialogar los temas uno a uno; no es bueno hacer generalizaciones
ni fiarse de la excesiva sinceridad; y debe haber un acuerdo entre la comunicación
verbal y la no-verbal.
Creemos que una comunidad que es asertiva prodiga para sí misma un ambiente
eficaz para crecer personal y grupalmente. Ya lo dijimos, es un reto y un aprendizaje
122
porque en nuestras culturas nos hemos acostumbrado a callar aguantando pasivamente
lo que sucede, o a estallar agresivamente desgastando exageradamente nuestras
energías o, lo que podría ser peor, ser indiferentes renunciando a comunicarnos.
Dice Raths que el dilema "consiste en una declaración o exposición que incita a
pensar y discutir'77 y Kohlberg afirma que "... crea un conflicto negativo donde los
formandos tienen que pensar la solución de un problema moral y pensar las razones
conflictivas ensu propia mente”78.
Puede tener varias maneras de aplicación, desde una narración del hecho hasta
una lectura del que lo expone. Los elementos que forman parte del dilema pueden ser
modificados de acuerdo con la realidad particular que vive el sujeto y el grupo. De
hecho, puede incluir vivencias propias de la edad.
La clave del éxito del dilema está en la forma como se plantean las preguntas.
Estas deben ser de calidad, no superficiales. Deben movilizar al individuo en su mente,
en su sentimiento y en su acción. Lo anterior garantiza una confrontación de altura en
el grupo.
77
RATHS. Op. Cit. p. 89.
78
KERSHREIMER. El crecimiento moral de Piaget a Kolhberg. Madrid: Marcea, 1984.p. 110.
123
El dilema siempre propone implícitamente dos o más soluciones por donde se
puede enfocar. No es el formador el llamado a señalar la solución. Es cada persona
quien, con su carga valórica, con la luz que arroja cada comentario y con cada
participación en la discusión, el que toma posición y concluye. Lo importante es que su
posición debe tener alguna fundamentación.
124
relaciones sexuales. Gilbert tiene la convicción de que mientras esté en el
estado sacerdotal no las tendrá. Es por esto que ha pensado en pedir la
dispensa de sus votos y de su ministerio. Al tratar de hablar con su superior,
éste intuyó claramente su situación y le ofreció un cambio para que fuera a
trabajar con un proyecto que tiene la congregación en una zona necesitada
aunque esto requiriera hacer otros cambios para no debilitar el equipo de la
parroquia.
125
"romanticismo". Además, alguna "ya le ha informado a ia superiora" que falta
a la oración y que pretende cambiar todo de la noche a la mañana.
A lo lejos divisó un barco que llegó hasta la isla de Juana. Ella habló con el
capitán para pedirle el favor de pasarla hasta la otra isla, a lo cual el capitán
respondió: "Con mucho gusto, pero si se acuesta conmigo y hacemos el amor".
Juana estaba desesperada, no sabía qué hacer. Corrió a donde su mamá para que
le dijera lo que debía hacer. La madre le respondió: "Hija mía, ya eres una mujer
grande, ya debes saber qué hacer. Tú decides".
126
Después de mucho pensar, Juana optó por aceptar la propuesta del capitán con tal
que éste la pasara. Efectivamente, el capitán cumplió su palabra después de
acostarse con ella. Al llegar a la otra isla, Juan estaba aguardando. Se abrazaron,
pero por las mejillas de Juana rodaron unas lágrimas. Ella pensó: "No se lo puedo
ocultar". Y se lo dijo.
En ese momento Juan se llenó de indignación, tomó a Juana por los brazos, la
miró con desprecio y la cacheteó. Pasaba por allí un caballero inglés, de los que
tienen por oficio defender a las damas, desenfundó su espada y mató a Juan.
Esto se pone en común tratando de que los formandos expresen los valores que
reconocen en cada uno de los personajes y sus acciones.
127
4. (Si estás a favor de robar el medicamento para un extraño). Supongamos que se trata
de un animal que él quiere, ¿Debe robar la droga para salvar al animal?
5. ¿Por qué debe la gente hacer cualquier cosa para salvar la vida de otro de todas
formas?
6. Está contra la ley que Heinz robe. ¿Esto lo hace moralmente malo?
7. De todos modos, ¿Por qué la gente generalmente hace todo lo que puede para evitar
ir contra la ley?
8. ¿Cómo se relaciona la pregunta anterior con el caso de Heinz?
Un aspecto interesante del trabajo con estos dilemas y otros que contemplen
elementos de la dimensión afectiva y la vivencia de la sexualidad, es la imposibilidad
de dejar de integrarlos con otras dimensiones. Sencillamente porque el hombre es un
todo que revela sus valores en torno a lo social, lo cultural, lo profesional, lo espiritual
y lo afectivo. Además, revela el grado de desarrollo moral en el cual se encuentra la
persona (su relación con lo legal o normativo, la autoridad, el valor del hombre, etc.)
128
La dinámica de la técnica puede ser descrita como una curva ascendente-
descendente que se repite tantas veces como el núero de participantes. El punto
máximo se puede considerar como el momento de catarsis emocional en donde aparece
la expresión de los sentimientos en su estado más puro y de mayor intensidad (alguien
pudiera resultar llorando, gritando o saliéndose de la sala), por eso debe haber una
excelente preparación y motivación por parte del animador y habilidad para responder
a los comportamientos que ocurran.
l. paso: Motivación
El animador pone en clima de confianza la actividad retomando la importancia de
conocerse a sí mismo y a los demás, de respetar y profundizar las relaciones con el
otro, de la serenidad con la cual debemos comunicar lo que sentimos (no se debe
confundir serenidad con racionalidad), de la escucha y receptividad cuando los otros
me hablan y de la posibilidad para crecer un poco más.
2. paso: Representación gráfica (elaboración de la "hoja" de mi Átomo Social)
El animador les dice que cada quien es como un núcleo alrededor del cual giran los
"elementos" que forman parte de su vida. Dichos elementos pueden ser personas,
cosas, actividades, valores.-.etc. Según sea el propósito se pueden colocar límites pero
siempre será conveniente delimitar el número de elementos (10 como máximo). Se
pueden considerar:
• Los compañeros de grupo
• Todos los compañeros de grupo y el director
• Todos los miembros de la comunidad (formandos y formadores)
• Las personas que tienen para mí significancia afectiva (comunidad, familia,
compañeros de trabajo...)
• Las personas y/o seres-actividades que forman parte de mi vida (perro, hobbies,
oración, apostolado...)
Para lo que se pretende vamos a tomar el primer item, el que se circunscribe a los
compañeros de grupo, y el animador le dirá a los participantes que elaboren en una
hoja su 'Átomo Social" en donde cada uno se ubica en el centro y los demás a
determinada distancia de él. Pero, ¿qué determina la distancia? Hay tres preguntas que
debe responderse para cada uno: ¿Quién es? ¿Qué tipo de emoción me genera? y ¿Con
129
qué intensidad? Es la respuesta a esta última la que dará la distancia entre ese elemento
y el núcleo. No hay que olvidar que detrás está el sentimiento, no una elaboración
racional.
Se deja el tiempo necesario para que cada quien elabore su "átomo social"
procurando que no sea excesivamente largo para evitar racionalizaciones.
(Véase un ejemplo en el anexo 7).
130
Se hace la invitación para que alguien trabaje su átomo social asumiendo el rol
de su dibujo. Esta es la fase más larga de todo el ejercicio en la cual el animador debe
tener tacto. El voluntario se ubica en el centro y, mientras hace lo que se describe a
continuación, Simula su presencia con una silla.
El voluntario comienza por ubicar a cada una de las personas que están en su
hoja a la distancia que le es proporcional. Cuando esta técnica se hace con personas
que no se conocen, los participantes asumen el rol y la descripción que el sujeto-núcleo
da de ellos. La manera de representar la línea en este cuadro humano se hace utilizando
posiciones, gestos, movimientos periódicos, lenguaje no-verbal, etc. Cuando el sujeto-
núcleo considere que cada quien tiene la representación que él siente hacia cada uno de
ellos, entonces, se ubica en el centro de nuevo.
Como este ejercicio se propone para un contexto en donde los formandos llevan
determinado tiempo conociéndose, es posible que haya situationes molestas, risas o
comentarios. Es conveniente que el animador enfatice en la seriedad del trabajo y no
permita que esto disipe la atención de todo el grupo. Es importante el respeto que cada
quien debe dar a su propio papel.
131
Cuando está claro el sentimiento viene todo el diálogo que ayuda a confrontara
la persona. Algunas preguntas pueden ser: ¿Qué es realmente lo que te hace actuar así?
¿Verdaderamente es negativa la forma como esta persona actúa? ¿No pertenece a su
forma de ser? ¿No es posible que seas tu quien actua de una forma precipitada,
inconveniente? ¿No serán prejuicios o una idea prefabricada que no te deja encontrar
otras cosas?
Incluso se puede ir más allá. Todos sabemos que los acontecimientos que
forman parte de nuestra historia han marcado inconscientemente algunas normas de
conducta que se repiten con los demas aunque sean personas diferentes y en situaciones
diversas. Por ejemplo, se conoce el caso de un joven que vive solitario y se queja de
que los demás no lo tienen en cuenta. Revisando su historia personal, cuando era un
niño de unos 10 años, su familia cambió de casa dejando así a sus amigos de vecindad
y de escuela con las cuales se las llevaba muy bien. Esto produjo tanto dolor en el que
inconscientemente tomó la decisión de no relacionarse con los demás para evitar
futuras rupturas. Este ejemplo de la vida real es sólo uno de todos aquellos que forman
parte de la vida de todas las personas. Entonces, el animador podría interpelar al sujeto-
núcleo para que éste trate de identificar aquella situación de su historia que hoy hace
que se comporte de determinada forma. También, es posible que "algo" que la otra
persona hace le recuerde, por ejemplo, a un hermano, a su papá u otra persona con la
cual la relación afectiva fue traumática. En la medida en que cada quien reconozca que
esto puede ser la razón y no el otro sujeto en sí mismo, vendrá una nueva manera de
verlo.
Acabado el trabajo con este primer voluntario se sigue con el siguiente hasta cuando
todos hayan pasado. Si el clima es favorable y la dinámica se ha llevado en un
ambiente de confianza, al final todos pasarán al centro. No se necesita obligar a
ninguno.
132
1. El animador debe tener claro el propósito de la técnica. No es un juego para pasar el
rato. Hay otras mucho más ágiles y hasta divertidas que pueden aportar conocimiento
personal.
2. El animador debe suponer que el desgaste de su propia energía será real. Por eso, es
bueno tener ciertas condiciones personales que le ayuden a llegar hasta el final: reglas
claras, preparación anticipada de recursos, tranquilidad, espacio sereno, etc. y que el
mismo grupo no se encuentre en un momento de ansiedad por algo que ocurrió o que
está pronto a ocurrir.
3. El animador debe correr el riesgo de que los participantes no sean honestos o
prefieran trabajar relaciones que no son tan conflictivas. 0 que asuman respuestas de
indiferencia ante lo que es evidente. Por ejemplo, un número mayoritario de personas
ha coincidido en que "X" persona está alejada del grupo y ésta no reconoce que sea un
problema. Entonces, el animador le puede preguntar "¿Por qué te sientes bien cuando
todo el mundo te ignora?"
4. El animador puede decidir llegar hasta el segundo paso donde cada quien dibuja su
átomo social y se pregunta lo que siente por cada uno. Además, se le puede pedir que
guarde la hoja y la deje "olvidada". Más adelante (dos o tres meses después) se puede
volver a repetir la técnica y comparar las dos hojas para analizar cómo continúan las
relaciones con los demás.
CAPÍTULO 5
133
HACIA LA GENERACIÓN DE UN AMBIENTE AFECTIVO
En este capítulo pretendemos una propuesta que vaya más allá de un plan de
trabajo en donde se integren un sinnúmero de temas importantes y para ser
desarrollados a partir de conferencias, talleres, guías de reflexión, técnicas de grupo y
lecturas. Queremos hacer una propuesta que involucre la vida misma, la vida que se da
en la comunidad a través de sus diferentes momentos y en la sucesión de cada una de
las etapas.
El religioso que decide ingresar a una comunidad está haciendo sobre su opción
esencial del seguimiento de Cristo, su opción afectiva, la de ser hermano. En otras
palabras, ser hermano de Jesús, el Señor, ser hermano de aquellos con los cuales va a
compartir su vida en la comunidad y ser hermano de las personas que le necesitan
dentro de su carisma. Esto es fácil escribirlo en unas cuantas líneas, el reto es hacerlo
realidad, por eso, la fraternidad en nuestros días es un verdadero desafío.
134
El mundo de hoy con todos los fenómenos de no-relación está atento a aquellas
realidades donde sí existe. Son muchos los jóvenes que admiran cómo un grupo de
personas de diferente edad, generación, cultura, y raza llegan a amarse como una
familia a base de tener una espiritualidad, un ministerio y un proyecto común. No se
puede negar que en algunas personas ha sido el signo para suscitar su propia vocación.
79
DE LA SALLE, J. Meditaciones 91,2.
80
APARIICO, Ángel y JOAN Canals. Diccionario teológico de la vida consagrada. Madrid:
Publicaciones Claretianas, 1989.p. 755.
135
2. Establecer un proyecto común que tenga en cuenta los proyectos personales. Un
proyecto que vaya más allá de las funciones, las actividades, el cronograma... que
involucre al mismo espíritu y el deseo fehaciente de ser hermanos.
5. Ser descaradamente hermanos. Que no se llegue a pensar que los tiempos, los
recursos y los compromisos que van en favor del amor fraterno son perdidos. Al
contrario, cualquier pretexto puede ser bueno si se trata de compartir juntos ya sea en
alguna convivencia o celebración, alguna cena, alguna liturgia donde se señale un signo
especial o sencillamente reunirse para compartir lo que se ha vivido durante la semana.
81
CASTELLANOS, Nicolás. Proyecto y comunidad de vida. Madrid:Ed. Paulinas, 1973.p.
234.m
82
ARRIETA, Lola. Convivir con la afectividad. Instituto Teológico de vida religiosa. Vitoria.
España. Frontera Hegian, 1994. p. 33-51.
136
5.2. CONSTRUCCIÓN DEVÍNCUL0S Y SENTIDO DE PERTENENCIA
En un apartado anterior señalábamos la importancia de construir vínculos en una
comunidad. Un vínculo es entendido como la relación que se da entre un sujeto y otro
haciendo que entre los dos haya significatividad. Es este conjunto de relaciones lo que
hace que al final haya una red de sostenimiento de la misma comunidad. El ejemplo no
es exacto pero nos podría servir para ilustrar lo que hemos dicho: ¿Què es una viga
para sostener un gran edificio? Nada. Pero la viga es un puente entre columna y
columna que unida a otras vigas y columnas forman una estructura tan fuerte que es
capaz de sostener toneladas de cemento fundido y otros materiales.
Nadie niega que la comunidad sea un don del espíritu pero, a su vez, es una
experiencia de convivencia entre personas humanas y con su dinámica propia. La
comunidad es más que un grupo. Pero, siendo más que un grupo debe tener sus
características como el llegar a producir un «nosotros» en donde cada quien se hace
sensible a las actitudes y los sentimientos de los demás. Es este nosotros lo que da
pertenencia y no una simple referencia de grupo.
Uno de los elementos que hace que una comunidad sea más que un grupo es que
no se queda en ella misma sino que es trascendente. Valdría la pena recobrar un
diálogo tenido entre un periodista y la madre Teresa de Calcuta cuando aquel le
preguntó más o menos en estas palabras «¿Por qué su comunidad se dedica a cuidar
leprosos y personas en estado terminal?». Y ella le respondió: «Perdóneme pero su
pregunta está mal formulada, no es 'porqué', sino 'por quién' hacemos esto?» Dichas
estas palabras el periodista entendió que su respuesta iba hasta el nivel espiritual
pasando por lo antropológico y social. Es algo así. Una comunidad tiene un fin y por
eso tiene sentido reunirse y vivir en comunidad.
Alday dice que la pertenencia consiste en una sensación de participar y de ser bien
aceptado por un grupo y que se logra a través del contacto, la identificación con los
137
valores, las normas y las actitudes, y la homogeneidad83. El sentido de pertenencia lleva
a una interdependencia en donde una decisión grupal modifica el comportamiento
individual o, lo contrario, una decisión individual afecta el clima grupal.
Si nos vamos para el otro polo preguntándonos ¿qué pasa cuando una comunidad
aglutina individuos sin sentido de pertenencia? Las palabras podrían ser más pero
cualquiera de ellas es suficiente en sí misma para decir que por allí se vence la
estructura que más adelante quedará reducida a polvo: desafección, indiferencia,
menosprecio, recelo, agresividad o pasividad. Nuestro idioma nos permite jugar con
dos verbos «ser» y «estar». Entre uno y otro hay una diferencia abismal a la hora de
aplicarlos a la comunidad. Es muy diferente «estar en una comunidads a «ser de una
comunidad». La diferencia es que la primera desliga cualquier compromiso llevando a
que la persona no sienta ningún afecto hacia los éxitos o fracasos de la comunidad o
83
Cfr. ALDAY, Josu. cmf. El sentido depertenencia y de adhesión congregacional.
Extractum ex Claretianum, vol. XXXIV, 1994, p. 406.
84
Ibíd., p. 408.
138
por conveniencia podría aceptar los primeros y criticar lo segundos como una
consecuencia de la cual no tiene responsabilidad. Más aún, frente a cualquier situación
es completamente indiferente actuando ya de manera pasiva o agresiva. Los ejemplos
sobran pero piénsese en la animación litúrgica, el cuidado de los bienes materiales, la
celebración de lo social y demás.
139
Lograr el conocimiento del otro debe ser una tarea a iniciar desde la formación.
Incluso, debe darse dentro de un clima natural y persiguiendo otros fines. Por eso,
nuestra propuesta es que el formador suscite el encuentro de los formandos con metas
específicas y en las diferentes dimensiones con la posibilidad de que, en un momento
posterior, haya el tiempo para la retroalimentación y la reflexión personal donde se
descubra el avance obtenido en el conocimiento del otro. Además, donde se revisen las
propias actitudes que favorecieron u obstaculizaron dicho conocimiento.
El formador deberá estar atento para saber en qué momento debe haber un
cambio de grupos o parejas interactivas. El cambio constante, en ocasiones, sólo
permite relaciones superficiales, de igual manera una estructura rígida que no permite
cambiar los puede llevar a un empobrecimiento en las posibilidades de conocer,
compartir y trabajar con otras personas.
5.4 LA ORACIÓN
Sin pretender hacer un tratado sobre la importancia de la oraicón y la
espiritualidad, queremos dejar en claro que la oración es una expresión de amor entre el
140
hombre y Dios. Dios ama al hombre y éste también lo ama y se siente amado. De su
corazón surge como una fuente la necesidad de estar con el Absoluto y extasiarse en El
para hallar el sentido y la razón de su vida.
Por eso, desde el comienzo debe existir una propiciación para encontrar el valor
de la oración como algo indispensable dentro de la maduració personal afectiva que
merece ser compartido con los demás dentro de la sinceridad y la tranparencia.
141
personas particulares. Además, agregamos que el acompañamiento debe tocar el
corazón de las personas (del formador y del formando) de tal forma que se llega a una
transformación interior.
Por último, son muchas las recomendaciones que se hacen para tener un
acompañamiento eficaz pero consideramos que la prudencia y la reserva
142
son de vital importancia. El contenido que se comparte en el acompañamiento va
ligado en muchas ocasiones con la propia intimidad, por eso no puede ser divulgado
como quien comunica una anécdota o una noticia ya que daría lugar a un sentimiento
de «traición» en la persona implicada. Entre el acompañante y el acompañado debe
haber una mutua confianza.
Además, los tiempos de ocio poseen una naturaleza informal que permite el
despliegue de algunas cualidades personales que quedan «dormidas» frente al estudio y
al trabajo. En el análisis transaccional se diría que son las oportunidades que tenemos
para que el yo-niño salga a flote permitiendo un conocimiento de aquello que podemos
hacer en la alegría y el gozo del juego, la recreación y el cambio de rutina.
5.7 LA SOLEDAD
143
cualquier estado de vida por el cual opte. Algunos sociólogos han hablado de la soledad
como la gran paradoja del cambio siglo. Nunca antes el hombre había tenido tanto
medios para comunicarse con los demás -la lista se haría interminable de todo lo que la
tecnología pone a disposición- y nunca antes el hombre se ha sentido tan solo.
Aquí aparece el verbo «sentirse» sobre el cual hay que hacer una diferencia a la
hora de verlo desde el lente existencial. Porque una cosa es «estar» solo y otra es
«sentirse» solo. La primera categoría alude a una situación espacio -temporal donde
nuestra razón enfoca a un individuo que ha tomado la decisión de no entrar en contacto
con otras personas o establecer relaciones con ellas, ya sea de forma temporal o
definitiva. Puede ser visto como una exterioridad. La segunda categoría se propone
como un estado que surge de los más profundos de la persona y se ubica como un
sentimiento -por demás terrible cuando no se quiere- que hace del hombre un individuo
aislado de y por los demás y su entorno. Es una vivencia interior. Nos vamos a referir a
la segunda categoría hablando de la soledad y lo que ésta implica para el hombre
religioso.
144
sentimiento o un análisis por parte de la misma comunidad que detecta este síntoma en
uno o varios de sus miembros y, por tanto, se fortalezcan estrategias de encuentro entre
sí. Pero, también es posible que se intensifique el sentimiento de soledad en dicho
individuo y se dé un canal que sirva de escape a tal situación.
Si seguimos hacia una zona que no sea de penumbra como esta, podemos decir
que la soledad también es el resultado de buscarla conscientemente, mejor dicho, de
saber con claridad que va a ocurrir por abandono, marginación, repulsión o
indiferencia. En la vida cotidiana podemos encontrar su representación fácilmente.
Pensemos en los religiosos que son sacerdotes y ejercen su ministerio con un interés
metálico. Al final, los fieles lo van a ver como un funcionario al cual se le ha
contratado por un servicio. Esto crea el imaginario en las personas «No te necesito, no
te llamo». 0, los religiosos educadores que han reducido su ministerio a cumplir un
horario y dar unas clases de religión. El trato hacia los alumnos es como el de un
maestro más en donde el rigor académico es más importante que la realidad humana. A
un religioso así no acuden los alumnos. 0, si se quiere, miremos un ejemplo de la vida
comunitaria y pensemos en aquel religioso que nunca tiene tiempo para las actividades
de comunidad por estar ocupado con los libros o la TV y sus hermanos se han
acostumbrado ya a su constante negativa a cualquier proposición y, por eso, en
adelante no lo invitan más. Estas y muchas otras situaciones no son extrañas porque se
pueden constatar en la vida religiosa.
145
Junto con la soledad -hemos dicho- va la esterilidad. Este binomio puede ser
detectado según para donde fluya la corriente. Podemos decir que hay un paso de la
esterilidad a la soledad cuando el hombre se ve abocado a buscar compensaciones
afectivas. Es la tendencia simbiótica y el afán de generar dependencia lo que lo
conduce a una crisis afectiva y sexual porque siempre habrá movimiento de ruptura por
parte de los otros (a menos que asuman las consecuencias de este juego). Pero, también
podemos decir que hay un paso de la soledad a la esterilidad cuando vemos a un
religioso que se limita a cumplir las normas, la regla es vista como conjunto de
preceptos que deben ser cumplidos y en la observancia está su omnipotencia. Su
seguridad está en no traspasar los límites. Se le ve frío en su exterior y, sin embargo,
podría estar abrasado en su interior. De todas formas y en cualquiera de estos dos
movimientos, una soledad así es un síntoma de inmadurez afectiva.
Ahora bien, hasta aquí la soledad puede ser vista como un enemigo del cual hay que
huir o por lo menos no demostrar frente a los demas. Ya dijimos que la soledad no es el
problema, sino lo que la origina, la manera como la vivimos y las consecuencias. Dar
una fórmula para evitarla sería una seudoverdad. La soledad es inherente a la
naturaleza humana y por eso, siguiendo la propuesta gestáltica, cuando la curva
experiencial alcance su más bajo nivel debemos ayudarnos para emerger tomando para
nosotros lo mejor que ella nos puede aportar.
Por último, la soledad puede ser un llamado, sí", el Ilamado a amar a una
persona viva, no a enamorarse de una idea. La sexualidad en la persona es una fuerza
que lo lleva a relacionarse con alguien semejante y solo revela todos los dinamismos y
85
CENCINI. Amedeo. Por amor con amor en el amor. Libertad y madurez afectiva en el
celibato consagrado. Madrid: Atenas, 1996. p.914
146
toda su riqueza cuando se vive dentro de una relación totalmente interpersonal86. No
olvidemos que el religioso opta por Alguien y cobra su rostro en el mundo de los otros-
alguien.
CONCLUSIÓN
86
Cfr. Ibíd.,p. 906
147
religiosas que, habiendo logrado esto en su propia opción, reflejen alegría, equilibrio y
transparencia en su forma de ser para que el mundo vea que es posible llegar a la
realización dentro de la vocación religiosa, o mejor todavía, que ésta tiene sentido.
Finalmente, queremos enfatizar una vez más sobre la importancia que tiene la
afectividad dentro del proyecto personal de vida del religioso. Es necesario vivirla
porque ella misma es expresión de la sexualidad que, a su vez, es una dimensión
inherente a la naturaleza humana. Negarla es una posibilidad, pero sus consecuencias
tienen un costo muy alto para la vida misma. Al religioso le corresponde la tarea
personal y permanente de integrar su sexualidad sabiendo que cuenta con los otros para
lograrlo.
BIBLIOGRAFÍA
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148
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149
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POWELL. John. ¿Por qué temo decirte quien soy? 5a. ed. Sal Terrae. Santander. 1992.
150
Anexos
Anexo 1
151
MI MAPA CORPORAL
Autoimagen
Anexo 1-b
MI MAPA CORPORAL
Autoimagen
152
Estimada formanda: El presente instrumento pretende ayudarte a reconocer la
imagen que tienes de ti misma partiendo de la corporalidad. Por eso, te invitamos
a señalar las partes de tu cuerpo con las cuales te sientes a gusto escribiendo un
signo positivo y con las cuales no te sientes a gusto escribiendo un signo
negativo. En el espacio en blanco trata de escribir las razones.
Anexo 2
MI CUERPO HABLA DE MI
Autoimagen
153
Estimado(a) formando: En el ejercicio siguiente vas a tratar de descubrir lo que
expresa tu corporalidad de ti mismo(a). Para ello te proponemos diez partes o
acciones de tu cuerpo que aparecen en la primera columna. Entonces:
3o. En un tercer tiempo, despliega la hoja y compara las respuestas. Espera las
demás instrucciones de orientador.
Anexo 3
YO SOY MI HISTORIA PERSONAL
154
Estimado(a) formador: A continuación encontrarás una rejilla que te ayudará a
recuperar tu historia personal teniendo en cuenta tres elementos básicos: los
acontecimientos, las personas y la repercusión que dichos acontecimientos
tuvieron en tu vida. Y esto a lo largo de las diferentes etapas por las que has
pasado. Si el espacio es insuficiente puedes anexar una hoja.
Anexo 4
AUTOESTIMA Y VIDA COTIDIANA
Gráfica de incidencia
155
Estimado(a) formador: De acuerdo con el concepto dado sobre la autoestima, te
invitamos a hacer un ejercicio en dónde vas a tratar de “vivenciar” una serie de
situaciones que ocurren en la vida de las personas y que de alguna manera
afectan –afectarían- negativa o positivamente tu autoestima. Escucha
atentamente cada situación y rellena la columna del número correspondiente
hasta el grado que tú consideras como el nivel de incidencia o afectación que has
tenido al vivir –si vivieras- dicha situación. Primero trabajaremos las situaciones
negativas (del eje horizontal hacia abajo) y luego las positivas (del eje horizontal
hacia arriba).
Escala positiva
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Escala negativa
156
Anexo 5
DESCUBRIENDO VALORES
Trabajo con caricaturas
157
Anexo 6
DESCUBRIENDO VALORES
Trabajo con caricaturas (2)
158
Anexo 7
EL ÁTOMO SOLAR
Ejemplo de una hoja de trabajo
159