Dice hace muchos aos viva un viejito en el corazn de un
Apu alto y muy ancho. Desde all maneja el tiempo. Sus ojos cambian de color segn las estaciones. En el invierno eran grises. En el otoo eran dorados. En la primavera eran verdes. En el verano eran azules. La gente de los ande le llaman el machu Wataq, el hombre viejo que amarra el ao. Cada primero de marzo, bajaba a la pampa, desde all manda a sus emisarios los Siwar para recordarles a los alcaldes o varayoq, que salen de los cerros del Per, a que asistan a la ceremonia, desde la costa, sierra y selva asisten. Cada alcalde representa un mes y son doce alcaldes llegan con sus hondas adornadas de flores. Con ellos se presentan cuatro doncellas muy bonitas, que son las estaciones. Con montera o sombrero de cintas verdes la primera; de cintas naranjas, la segunda; de cintas de oro, la tercera, y la cuarta, de cintas blancas como la nieve. Todos bailan, cada doncella con sus tres alcaldes. Hasta que el Wataq, el dueo del tiempo, amarra en su puo sus hondas de flores. Cada mes suelta una honda y un alcalde se va, y con el tercero una doncella. As de uno, se van todos, hasta que vuelven para el ao que viene a bailar otra vez.