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Nuestro deseo, cada vez ms profundo porque ha sido frecuentemente acallado, era

liberar a los peridicos del dinero y de brindar un tono y una verdad que colocaba al
pblico lector a la altura de eso que los beneficiaba. Comnmente pensamos que un pas
vale por su prensa. Si es verdad que los peridicos son la voz de una nacin, nosotros
estamos decididos, desde nuestro lugar y de nuestra pequea parte, a elevar ese pas
elevando su lenguaje.
(Camus, 1944: 266)

La tarea de cada uno de nosotros es pensar bien lo que pretendemos decir, modelar poco a
poco el espritu de nuestra prensa que es nuestro propio espritu, de escribir con atencin y
jams perder de vista esta inmensa necesidad de regresar a un pas su voz profunda. Si
hacemos que esta voz permanezca llena de energa ms que de odio [], de humanidad
ms que mediocridad, entonces muchas cosas sern salvadas y no las demeritaremos.
(Camus, 1944: 266)

Queremos informar velozmente en lugar de informar bien. La verdad no gana.


(Camus, 1944: 266)

Por otra parte, el periodista puede ayudar a la comprensin de las noticias a travs de un
conjunto de comentarios u observaciones sobre el alcance de la informacin que brinda,
cuando ni la fuente ni la intencin de la nota sean del todo evidentes. Por ejemplo, puede
relacionar los comunicados de distintas agencias que se contradicen y ponerlos en duda.
Tambin, puede aclarar al pblico la probabilidad que es conveniente darle a tal
informacin, sabiendo que proviene de tal o cual agencia o fuente.
(Camus, 1944: 267)

Como vemos, esto es exigirle a los artculos de fondo que tengan antecedentes y que las
noticias falsas o dudosas no sean presentadas como noticias verdaderas. Es a este conjunto
de comentarios a lo que llamamos periodismo crtico.
(Camus, 1944: 267)

Albert Camus, Actuelles I, Le journalisme critique Combat, 8 de septiembre de 1944,


dit. La Pliade, Gallimard, p. 266-267.

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