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LA ETERNA POLEMICA Py VS 2 bite coa oh Or ais de una década el enemigo publico al. El solo pudo defenderse con sus CO ORU ESERIES ALLIS explica, durante un encuentro en Nueva York conel escritor mexicano Alvaro Enrigue, por qué no piensa rendirse ante la intolerancia y el odio. Tow AZ Ce LL oad ulén sabe que razones tuvo Anis Khaligi Dehlavi para eambiarse el nombre. Eraun joven millon lode una familiadeabolengo musulmén de Bombay y un estudioso serio del islam -aun si era militantemente ateo-. An- tes de tenerhijos, se Hamé a si mismo Anis Rushdie en honor de su fildsofo preferido, hn Rushd, aquien los occidentales conoce- mos por laversién latinizada desu apelatvo, dado que era cordobes: Averoes. El cambio denombre results vistonario,aunqueel don profético de Anis no se manifestaria hasta lasiguiente generacién. Durante los 1 aios que durélafarwa que lasautoridadesiranies n sobre él, Salman Rushdie el hijo de Anis, encarné Ia defensa de los ideales seculares dell tolerancia yla libertad de ex- presion contra las definiciones solo religio sas del mundo. Borges se preguntaba en £1 Golem si hay impusie tal que altera la visién. Nueva York es, en sos dias, un espejismo, en el peor sentido de la palabra: se ve toda come detrés de los hhumos deune turbina de avin, Rushdie es un hombre de su genera. ci6n. Apesar de a absoluta inclemencia del tiempo, leg6 ala entrevistade camisa, saco y pantalones de lana -todo ligero, pero in- aguantable en esos dias: formalidad con la que un escritor britanico de su edad ~68 afios- habria conversacién pactada, Se quité el sombre roy se senté en el silldn principal de la sala em la que se han firmado los contratos mas ccaros dela historia de la literatura. Fue has noté que los cimientos de su traje no correspondian al resto de su apariencia: llevaba unos zapatos tenis blan: ‘cos masivos -tal vez In aportacion de Nueva Yorka su look y no tralia calcetines. Es ahi abajo, en lo que esta tan al principio que ya Iba vestidocon la asistido a.una twentonces cuand ead tess vst Li aly Dag ESCRIBOHOY NO ssa aM Cd ah ee €l bélsbol todos los dias, aistir al parque con frecuencia, “Adoro el bélsbol”, dijo. “La experiencia del estadio es interesantisima, pero lo que de verdad me gusta es, al final de un dia de trabajo, poner el juego de los Yankees y sentarme a v Te descomprime, te vas quedando dormido, desenredindote Jo durante horas, Es un hombre de estatura mediana, con el pelo ya muy ralo por la edad. Sus parpa doseaidos-sonuuna condicién, noun estado ‘moral~ lo ponen en situacién dle mirar con cierta distancia aun cuando est atentisimo alaconversacién. No tarda nada en olvidar se dequees el autor en una entrevista para ponerse aplaticar con soltura sobreesa cosa al final tan rara que es ser escritor: contar historias como profesién. “Es lo tinieo que hago. Me despierto en la mafiana, me sien toyeseribodurante el dia. Veoa los amigos de Ia palabra “rosa’. ellido Rushdie? Como Tbn Rush, el eseritor inglés padecié una persecuciin desproporcionada por soste- ner una visién racionalista del mundo —Ton Rush fue traductor de Aristteles-. Ambos fueron enclaustrados, ambos vieron arder sus libros en pitas, Averroes recuperé la Ii bertad en 1197 y dejé Al-Andalus, Murié en el exilio en 1198, Salman Rushdie ha tenido mejor suerte; desde marzo de 2002 va libre yen paz porel mundo. Es un hombre alegre. Bastan unos minutos en su presencia f contagiarse delentusiasmo cast infantil con aque ve las cosas. Entrevisté a Salman Rushdie en la oficl na de su agente, Andrew Wylie. Pudimos juntamos para hablar durante los dias dela caniculade la Costa Este de Estados Unidos, en los que hace tanto calor y la humedad es nno lo vemosamenos que pongamos mucha atencién, donde al vez sedefinatodo. Rush: die parece lo que uno espera de él, pero de cerca esti claro que no lo es. Me pregunt ‘8 qué equipo de beisbol sigo. Le dije que a los Orioles. “Entonces lamento informarte ine dijo, “que somos rivales: soy fan de los Yankees Cuando los personajes de R luido Joseph Anton, el de sus memorias recuerdan la India, tarde o temprano regre- san al placer de jugar al criquet por latarde cen las calles cle Bombay. Salis de su pais de ‘acimiento a los 13 afos, para acudir al co: Iegio como interno en Inglaterra, y nunca volvi6; estudié Historia en Cambridge, fue publicista en Londres, pertenece a una ge neraclén de escritores deslumbrante: Amis, ushdie, “in Hitchens, Barnes, McEwan. Uno se puede esperar lo que sea de &l cementegringa de todas las actividades: ver © el béisbol cuando termina mi jornada’ En Jeseph Anton (2012), su autobiografia, Rushdie drelecontaba las fabulas e historias miticas de Ia vasta tradicion literaria india. ¥ dice una cosa clave: que escuchandolas apren- dié que as historias son de todos y estén ahi para recomponerlasyy contarlas como auno ledé lagana, Cuando conversamos le dije que Dos ‘itos, acho mesesy veintiocho moches, su nie- vo libro que publica en Espaiia Seix Barra, no parecia producto de esas jornadas carte sianas que me describi6, Es una novela muy novela, pero, como as Mily una noches alas {que se refiere su titulo, esté compuesta por una serie de relatos fantésticos que rebo- ta que, cuando era nifie, su pa tan, seatan y desatan, van y vuelven sin un orden convencional por el tempo y la geo fla. Lo pens6 un poco y me dijo: “Es mi prop lo que escribo no responde a ‘ingin plan general. Cuando era més joven necesitaba una arquitectura bien trabajada antes de poder escribir una novela, porque si ‘no me pordia. Ahora tengo unos personajes Y unas ideas y los pongo en juego, veo adén. de mellevan. Descubro el libro, en lugar de hacerlo antes de hacerlo”. La novela es, al ‘mismo tiempo, una piezade escritura litera ria contemporanea, un libro de cienciaefic~ cidn contado mil atosdespuésdelos hechos que rolata, yuna coleccién de relatos sobse loquesueederia siel mundode losgeniosde Oriente seenconaracontralaNueva York de nuestro tiempo. Rushdie se extiende hablando de las raices de su método de trabajo con fruicién Infanti: "En India, las historias todavia son tuna versi6n de la historia. Hay contadores de historias que juntan a grandes cantida- des de gente y cuentan cuentos de una ma- nera muy poco convencional. Ustalmente empiezancon unaangedota mitolégica, que luego se conecta con un evento politico can tempordneo, que radia hacia una historia personal, que puede Hegar a transformarse enuna cancioneita. No hay reglas. Cualquier cosa puede pasar en cualquier momento” Escuchandolo hablar entendi que en la smaneradecontarsu nueva novelasi habia un plan aunque no fuera evidente ~es,al final, el Dritinico con zapatillas de basquetbolista- ‘Loque se despliega frenteal lector es eleuen- to de la destruccion mitiea de Nueva York, contada mil aftos después por uno de estos narradores. “Cuando hablamos del futuro me dijo, “hay una hermosa mezela de lo que essélidoy loque es liquido, asi que pensé: si trato al presente como solemos tratar al fu turo, nuestro presente adquiriria esa textura, seria muestro presente y al mismo tiempo se- Hiaficticio” Mas adelante confirm que no se ve a si mismo como un escritor solo fantastico: “Kundera dice que Ia novela tiene dos pa: des: uno de ellos es la Clarissa de Samuel Richardson, yelotro,el Tristram Shandy de Laurence Stern, Yo vengo de dos tradicio- nes: las fabulas magicas del Este, pero tam= bién fui un estudiante de Historia, Lo que ‘me interesa esjuntar ambos caminos”. Dos alos, cho meses y veintiocho noches comienza en Lucena, en la Espana del siglo XI, donde Tn Rushd, ya vieo, vive exiliado enuna comunidad judia quese pretende con- versa al slam. Ahies visitado un dia por una adolescente quese quedacon éleumpliendo lasfuncionesdeamadecasayamante. + 63 Rushd era el epitome de la racionalidad en su tlempo, asi que nunca se dio cuenta de que Dunia, la mujer con la tuvo decenas de hijos, era una yiniri, una genio. Mucho ‘menos sospeché que, cuando 900 ios mas tarde comenzarala Brade la Extrafezay los yinn matos y buenos regresaran al mundo, seran los descendientes mestizos del fildso- fo y Dunia los que podran negociar la per sistencia del mundo tal camo le conocemes. Uno de ellos, e seior Gerdnimo, jardinero de Long Island, absolutamente ignorante no solo de que es descendiente de Averroes, sino deque es idéntico aéles tambien la pi ‘mera vietima del sentido del humor salvaje con que atacan los yinn: a partir de cierta ‘mafiana ya ne puede hacer su trabajo por {que ha sido abandonado por la gravedad, Ca ‘mina, duermey se sienta unoscinco milime- trosporarriba de la superficie de contacto. Hay mucho del propio Rushdie en el se- or Gerdnimo, obligado a lidiar con la tolerancia de Ios yinn; algo de esos zapatos tenis gigantes en la lotacién desu personae. “MMi vida", dice, “siemprese ha caracterizado por el movimiento, he estado en muchos I~ ares. A veoes envidio a esos escritores que ‘han pasado toda su vida en un solositio ylo conocen magnificamente. Faulkner trabajé con un pedacitode terreno, Me interesan las cosas con rafces profundas, pero al final tie~ nes que trabajar con lo que tienes, yloquea ‘mime fue dado como artista es lo opuesto, luna vida que ha sucedido aqui alld. Parte en India, parte en Inglaterra, parte en Esta dos Unidos. Me ha dado oteas posibilidades ylas uso" Salman Rushdie es a celebridad litera riapor excelencla: hasido, tal vez, eleseritor mas famoso del mundodurantetoda mi vida profesional, que, debido a esa movilidad de locos que invocé en nuestra conversacién, Io ha rozado siempre. La primera flesta Ii teraria realmente glamurosa a la que fui invitado-una ceneen casa de Carmen Bou: Hosa, hace poco menos de veinte aos, a la ‘que asisti6 todo el radical chic de a Ciudad de México lo tenia como invitado central. Por entonces todavia estaba protegido por ‘umaparato de seguridad intimidante. Enla fiesta, elescritor briténico pasaba de grupo cen grupo ala velocidad de un angel. Yo, que probablemente munca he hablado con un es critor extranjero, no me atrevi a acerearme. ‘Lo vi muchas veces despues de esa primera, cen distintas cludades del mundo, y siempre me pareci6 que se movia demasiado répido para atraparlo, 0 tiene un talento natural para desplazarse por e! mundo como una celebridad, oa pertenecido durante tanto tlempoa la camarilla minima de losautores ‘mis famosos del mundo que ccupa los espa clos centrales a los que es dificil acercarse con naturalidad porque siente que debe es tarenellos En el dltimo Hay Festival de Xalapa lo vileer una conferencia en un auditorio in mensoy repleto; lo ven lacena del Conseja Buitdnico, al mero centro de una mesa tan larga que ocupaba todoun patiodel restordn. Lego, en el edctel dela editorial mexicana ‘Sexto Piso ~siempre la festa més rumbosa- estaba ocupando una mesa que hubierasido apropiada paral seftor Gerdnimo:estaba tal ver un metro porartiba de todaslas demés. Cuando conversé con él en la oficina de Andrew Wylie, insistisoloen eltema dela mo- villdad. “Voy muchisimo a Espatia”, me dijo “Voy mucho. Es por eso que tantos paisajes de sis novelas estin ahi. Son sitios en los que he estado en persona y en mis libros porque el petiodo arabe de Espaiia ha sido siempre ‘muy interesante para mi"; Carmen Boul: sa recuerda haber viajado.con é! a Cholula y ‘Oaxaca, haber visitado mas sitios arqueol6- slcos de los que se podria recordar. mismo ‘me cont de una viafea Tequila, Jalisco, que ‘hizo con Carlos Fuentes. Entorné los oos us- toantesdeasrancarse con a histoviay prefitid sguardrsela: "Acabamos muy mal". Conoce Nicaragua a la perfeccién, habla de Buenos ‘Aires con familiaridad, Aprovech# el momento para preguntarle sobre su relacion con la literatura latinoa- ‘mericana: Carlos Fuentes esti presentisimo cen su Hijo de ia media nocite (1980); Garcia ‘Marquezes la figura totémica que respira de~ Dajo de la decisiva Los versos satdnicos (1988) ylamis reciente Dos aos, acho mesesy ven ocho noches. “Una de las cosas que siento sobre Latinoamérica como lugar, pero tam- ign como-casalteraria,es que tiene muchas similitudes con India’, dijo. “Ambas son re sglones que padecieron un sistema colonial fuerte, en ambos casos una lengua europea se desarrollé de manera vigorosa, la religion cs importantisima, tienen problemas pol 0s similares. Son regiones con diferen abjsmales entrerricos y pobres, ylavida en la villa la ciudad es diametralmente distinta Recuerdo que cuando empecé a leer literatu- ra latinoamericana tuve un shack de recono: cimiento. Son mundos parecidos también en el hecho de que la literatura se mueve libre 'mente por ambas regiones En todas las ocasiones en que vi a Rush- die antes de poder hablar con él, me parecis ‘un hombre potente, ubicuo, cinético, engan- chado en Jo que estaba haciendo con todo su vigor. Durante los aflos en que Rushdie fue el presidente del Festival de Voces del ‘Mundo del PENen Nueva York, este pasé de ser una reunién de lectores con curiosidad Sobre las literaturas extranjeras a una ma- quinarla que detiene la cludad una semana alafie. Es ademds un hombre con un entre- 64 namiento medidtico perfecto. Cuando le progunté eémo veia su condena a muerte a \Saosdesu cancelacién, merespondié con cortesta tan exquisita como tajante:“Unade las cosas buenas de escribir mis memorias ‘ae quitarme al mono de encima: no te que volver a hablar de esos aiios. Puse 600 paginas sobre la mesa: si alguien quiere hablar de eso, que vaya a esa ventanilla Sabe dirigi, perfecta y gentilmente, un con. Hace unos meses lo vi esperando para cruzarla garitadeentrada a Estados Unidos en el acropuerto JFK. Estibamos ambos cn la triste fila de residentes en el pais que ameritan una segunda inspeccién, Son filas. lentas y él no sabia quién era yo, asi que lo pude estudiar con cierta impunidad. Ah solo y borroso, me pareci6, por primera vez, un hombre ya mayor al que le pesaba seguir arrastrando una maletita escualida yun blazer arrugado. Tal vez este perfil se tempez6 a cocinar ahi: era mis viejo de lo ‘que yo pensabay estaba cansado, pero tenta luna vida interlor mucho més vastaquelade los pasajeros que lo rodeaban. No miraba al vacio. Murmuraba, hacia pequeftos gestos. Clarament staba pensando, tal ver discu tendo con uninterlocutor ausente. Rushdieesunhombrequesehapasadola vida dando guerra, Su critica al Gobierno y fAgurade Indira Gandhi en Hijosde a media noche produjo una demanda por difama: ign de la primera ministra. Recien se enzarz6 en una polémica brutal contra media Repiiblica de las Letras neoyorquina, defendiendoun premio quela organizacién PEN les entregé a los supervivientes del ataque terrorista a Charlie Febdo. Cuando a pacas horas de lafarwa con la que el aya told Jomeini reclams su vida por considerar blasfemoun episodio de Losversossaténicos, suprimera declaracidn en una entrevistate levisada fue: “Ojalé hubiera eserito un ibro mucho mis citico” sa habilidad para meterse en proble: mas viene de una valentia cuando menos notable: habladeloquele da laganacon una claridad supina, igual rlendo a la agenda politica de Ios otros que cuando habla desu propio trabajooel desus colegas. En nuestra conversacién me dijo al pasa, por ejemplo, sobre Roberto Bolasio “Fue muy majadero con Garcia Marquez yfue muy grosero conmigo, asi que estoy prejul ando se esta ref ciado contra él”. La implicacién dela frase tera que no se ba a molestar en leerlo, Su ex mS ar pay Rad yy bt LSS a Sy SITIOY LOCONOCEN NaN a Cee Preece eet tica del otro autor de moda en nuestros dias ida -hablaba: ‘mos de la vietorla absoluta del realismo en la itoratura inglesa e hispana-. Dija: “Tod est homogenizado, Estamos antela vietorta deKnausgrd, esta autoficeién que consiste enccontarcémo lavas la ropa’ Sospecho que Rushdie se ve a si mism: como un sobreviviente, pero no por a ob: vledad de haber ibrado una farwa particu larmente eneamizada ypersistonte, sino por su devocién a un tipo de eseritor mas com: P fio desu propia persona, masdiligente para opinar de asuntos politicos ur para entregar un relato enano y exquisito, metido con la literatura que con el dise tes que escritores con ambiciones extraordinarias Un tipo deautores que tal vez ya no existan, oguesalen tan caros queel aparato editorial global mejorse lo ahorra. Desde que a muer C Rushdie tal vez se te se llevé a Ginter Grass, Carlos Fuentes y Gabriel Garcia Mérquez, slenta un poco solo -me preguato si serfa con sus fantasmas con los que discutia en IFK-. Habla de ellos y de Kundera con un respeto que no le concede a nadie mis. Sus bros pueden gustar ono, pero nose puede decirde él quesea irelevante, “Cuando estaba creciendo, en Inglaterra dijo, “hubo un eambio de humer y mi gene racidn se benefieié de eso, de una urgencia, por leer cosas nuevas. Durante 20 afios fue ast y de pronto smo més bobo”. A veces le brilian los ojos detras de los parpados dormidos. Enton. ces habla el Rushdie mas profundo, el del principio, No el historiador briténico, ni el neoyorquinoque vee! sino el nifio de Bombay que escuchaba, alu cinado, las historias miticas que le contaba ‘su padre: "Pero hay una cosa que he apren: éishol porlas noches, dido dela literatura’, concluyé, "yes que e cilia’. ¥ se dia supernatural, prima hermana de la dk los angeles y gentos que pueblansuslibros, Cuando nos despedimos me pregunts conansiedad notableporlatraducciéndest novela al castellano, Ledijeque estaba muy bien, aunque era un libro difill. Anoté, ce rrandose|os botonesdel saco como siafuera nohicieran 40 grados: "Lo raro esque, mien- tras mas viejo, el momento de lanzamiento se vuelve misy méspreocupante”.Insistien ‘que Javier Calvo, su nuevo traduetor al es pafiol, habia hecho un muy buen trabajo. Se paso el sombrero. "La traduccion al inglés también es bastantebuens”, responds @

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