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El reciclaje por muchos aos no fue reconocido como una actividad que contribua
al manejo, conservacin y gestin de los recursos naturales. Esto llevo a que
inicialmente un alto porcentaje de personas de manera informal y desorganizada
se dedicaron al reciclaje convirtindolo en fuente de trabajo que les permita
obtener unos pocos ingresos con los cuales cubrir algunas de sus necesidades.
Claro que para lograrlo como en muchas partes del mundo, en Bucaramanga las
condiciones son infrahumanas. Deben empezar desde la madrugada hasta donde
puedan para recoger lo necesario para alcanzar la meta del da y poder llevar el
da que para este 2015 es de treinta mil pesos (30.000)
Deben recorrer grandes distancias, en el caso de Floridablanca caminan por la
Cumbre, Lagos, bucarica y caaveral, los cuales son considerables kilmetros a
pie. Esto no implica que obtengan grandes ganancias pues al ser empricos
depende de quien llega primero.
En la labor del reciclaje se encuentra que deben trabajar ms horas por poco
sueldo, nulo cubrimiento de seguridad social, alimentacin desbalanceada, alto
riesgo de contaminacin y desgaste fsico excesivo.
La situacin crtica y las situaciones desfavorables llevo a que muchos
recicladores se comenzaron a organizar y constituir las primeras cooperativas y
pre-cooperativas que agruparon a los recicladores informales.
Si bien estas cooperativas sirvieron para generar lazos de solidaridad y permitir
pensar en organizaciones gremiales para dar mayor cobertura laboral a los
recicladores. Tambin se debe entender que estas cooperativas se convirtieron en
un gran problema para los recicladores informales, de los cuales como narra la
familia Guevara se encontraban en una situacin sin salida, pues desde la una de
la maana inician su peregrinaje para recoger el peso necesario para poder llegar
a los cien mil pesos mensuales, sin embargo la organizacin de las cooperativas
arrasa con todo el reciclaje, lo que ha llevado que la familia como muchas otras
nos llegue a lo requerido y se tengan que acomodar con lo que se pueda recoger,
que al fin de mes muchas veces le toco sesenta mil pesos o incluso menos.
Con toda la situacin la familia Guevara como muchas otras familias tuvo que
vincularse, segn sus propias palabras, a esas cooperativas. Quienes no los
hicieron siguen como recicladores informales, aunque en el caso de Bucaramanga
cada vez son menos.