En enero de 2009, una década después de acontecido el derrame, Shell propone a la pequeña ciudad un acuerdo por medio del cual se compromete a otorgar al Municipio US$ 9,5 millones con la condición de que el municipio desista de cualquier reclamo y libere a Shell de cualquier responsabilidad sobre los impactos ambientales y sociales que generaron sin reconocer la existencia de los enormes daños causados a la sociedad. En lugar de ello, se compromete "colaboración desinteresada" y a guiar un plan de mejoramiento urbanístico e industrial sin inluir ningún aspecto relacionado con la recuperación del ecosistema dañado.
En enero de 2009, una década después de acontecido el derrame, Shell propone a la pequeña ciudad un acuerdo por medio del cual se compromete a otorgar al Municipio US$ 9,5 millones con la condición de que el municipio desista de cualquier reclamo y libere a Shell de cualquier responsabilidad sobre los impactos ambientales y sociales que generaron sin reconocer la existencia de los enormes daños causados a la sociedad. En lugar de ello, se compromete "colaboración desinteresada" y a guiar un plan de mejoramiento urbanístico e industrial sin inluir ningún aspecto relacionado con la recuperación del ecosistema dañado.
En enero de 2009, una década después de acontecido el derrame, Shell propone a la pequeña ciudad un acuerdo por medio del cual se compromete a otorgar al Municipio US$ 9,5 millones con la condición de que el municipio desista de cualquier reclamo y libere a Shell de cualquier responsabilidad sobre los impactos ambientales y sociales que generaron sin reconocer la existencia de los enormes daños causados a la sociedad. En lugar de ello, se compromete "colaboración desinteresada" y a guiar un plan de mejoramiento urbanístico e industrial sin inluir ningún aspecto relacionado con la recuperación del ecosistema dañado.