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nes colectivas de cédigos y sistemas de imagenes sociales que per- mean las actividades econémicas, sociales y politicas, tiene en 10s, procesos de didlogo e interaccién, Si en ei pasado reciente la na- cidn ha sido el parémetro més significativo para encuadrar la accién de actores y movimientos sociales, los procesos regionales en curso, al proporcionar un nuevo encuadre o marco para la ac- cin, traen como consecuenca la posibilidad de modificar o ant pliar sus marcos de identificacién, organizacién y negociacién, El Programa ha realizado y realiza estudios que abarcan las fronteras, los movimientos sociales (de mujeres, obreros, de dere- chos humans, entre otros), as migraciones en el Cono Sur y los intercamibios culturales entre los paises de la regién, Para elto, ha desarrollado un programa de investigaciones, ha otorgado becas y suubsidios con los que se han apoyado diversos proyectos indivi- duales y colectivos, y ha organizado seminarios internacionales para desarrotlar una perspectiva comparada de estos procesos en iferentes bloques regionales (Mercosur, Nafta, Union Europea). Estas tareas'han sido posibles gracias al apayo de la Fundacign Rockefeller, a través de su Humanities Fellowships Program, y de fa Agencia Nacional de Promocién Cientifica y Tecnolégica, que subsidia un proyecto de irvestigaciin y que ha‘apoyado la realiza- ‘i6n del Seminario internacional “Fronteras, naciones e identida- des" Agradecemos a estas instituciones, a todos'los miembros del IDES y a los colegas y amigos, por ef apoyo y el aliento que hacen posible este programa, Elizabeth Jelin Coordinadora Académica del Programa de Investigaciones Socioculiurales en el Mercosur Fronteros naciontse dentidatas Introduccién éFronteras politicas versus fronteras culturales?: weraha devenido un concepto clave en los relatos y expli- caciones de los procesos culturales contempordneos. Los anélisis econdmicos o simbélicos— de la lamada “globalizacion" se refieren, una y otra vez, alos limites, fos bordes, las zonas de contacto, Sin embargo, el concepto.de frontera sigue siendo difu- 39 lanto en cierfg retérice diplomatica corno en gran parte de los ‘ensayos socialds y estudios culturales. Justamente, una de sus ca racteristicas es la duplicidad: froncere fue y es simulténeamente un abjeto/concepto y un concepto/metéfora. De una parte parece haber Ironteras fisicas,teritorales; de le otra, ronteras cultura- les, simblcas. La polisemia de frontera no se limita a fa duplicidad territorio/ mmetafera, En términos terrtoriales, y limiténdonos a la época de fos estados-nactén, se plantea la imprescindible distincién entre limite entre estedos y linea de expansion interna de! Estado-na- cidn, La distincién en inglés entre frontier y border alude a esa dualidad, una frontera en expansion (con su asimetria estructu- ral entre una sociedad nacional y un Estado de wn lado, y una so- ciedad aborigen del otro, constituida muchas veces como désier- to) y Frontera politica (con una simetria minima formal entre * Asradezco los comentarios de Eluabeth Jlin y Gastén Gordillo a este tra bajo Intraueién. Frontera polises vera ronteroseulturales? 5 fee estados y poblaciones), Esa distincién es util analiticamente, ya que se refiere a fendmenos histéricos y sociales especificos. Sin embargo, no siempre es tan clara en ciertas regiones, La relacién compleja entre border y frontier se analiza en diversos trabajos (wéanse Gordillo, Escolar en este votumen)*y exige un uso de he- srramientas conceptuales forjadas en otros contextos de relacio- nes interéinicas. Este libro retine trabajos de investigacién desarrollados en y sobre ciertos espacios geograficos constituidos como fronteras po~ liticas. Esas fronteras entre estados y, supuestamente, entre "na- clones” son limites materiales cargados de sentidos diversos. La combinacién de estas potisemias con la relevancia politica y cultur ral ha convertido a las fronteras en una herremienta y un centro de disputas teéricas. Al mismo tiempo, nos interrogamos acerca de qué nos dicen y qué podemos aportar desde el estudio de fronte- ras tervitoriales alas teorias de las fronteras metaféricas, Los trabajos reunidos muestran que el estudio de estos espa- Cios resulta particutarmente productivo para avancar en la com- Prensién de las transformaciones socioculturales contempord- ‘eas, en especial de los modos en que se imaginan las relaciones entre “nosotros” y “los otros", y sus consecuencias politcas. Des- de fines de los afios setenta una serie de trabajos antropoldgicos ha desafiado, a través de la investigacion de las experiencias per- sonales y los imaginarios colectivos en la frontera, as visiones del limite politico como limite cultural (vedse una sintesis en Vidal, 4996). Es decir, frente al sentido comiin que buscan imponer ios estados nacionales de la frontera politica como divisién cultural se mostrd la existencia de numerosos circuitos de intercambio, ‘édigos e historias compartidas, dando cuenta del carécter socio. histérico del limite, Actualmente, esos enfogues parecen comple~ ‘mentarse con estudios que muestran los efectos materiales y sim- bélicos que implicé 1a facién de limites coneretos entre los estados-nacién, sus dispositivos culturales y politicos. La confor- macién de las subjetividades de los pobtadores fronterizos dificil ‘mente pueda resultar inmune a tos procesos de nacionalizaci6n y Jas polticas nacionalistas. 2 Para simplificar ls citas de autores, en est Itroducl6n, cvando hacemos Feferencia aun trabejo incluo en ese iro na sedalaremos el af, Frontera, naclonese Mentitodes Por ell, los discursos periodisticos, politicos y académicos qui afirman la desaparicion de las naciones, la comunicacién sin fron. Teras, la globalizacién como proceso de uniformizacién, son des mentidos por la investigacién empirica de las fronteras. Los traba- js reunidos muestran que las fronteras continian siendo beereras| arancelarias, migratorias © identirarias (véanse Gordillo, Vidal, Grimson). Segin esos discursos, también tos proyectos de “integracion re-| sional” estarian provocando la desaparicién de las fronteras. Sin ‘embargo, tos procesos parecen ser mucho mas complejos, contra- dictorios y conflictivas que to que muestran las retéricas diploma: teas, Aunque Europa se presenta como el modelo del “fin de las fronteras", no deberian olvidarse una serie de elementos clave Primero, el supuesto “fin de tas fronteras" esta lejos de consumar: Se’para cuestiones claves como migracién y ciudadania dentro de la Unién Europea (UE). Segundo, en ciertas fronteras criticas los ‘oblernos han reforzado las fortificaciones militares y el papel de| la frontera como realidad y simbolo de soberania (véase Wilson). Tercero, la flexibilizacion de las fronteras internas de la UE es acompafada por un aumento de control y regulacién de sus fron- teras externas, particularmente de las fronteras con Africa (véase Driessen, 1998) y de restricciones para el acceso a la cludadania de descendientes de emigrantes europeos. Cuarto, cabe sertalar que las politics de “identidad europea” también twopiezan con el he- ‘ho de que en diversos paises y sectores sociales la afliaci6n na- ional no deja de constituir un centro de ias lealtades poticas (Witson; véase también Schlesinger, 1996), Por ultimo, Ia UE no barca un espacio histérico (Europa), sino s6lo aquellos paises eu- ropeos que aceptan un acuerdo politico y econdmico (una parte de Etropa sigue siendo excluida o autocxcluida de la UE) “e Si Europa es el paradigma de la integracion, zqué esperar del Mercosur y el narra? Hasta fines de 1998 el, optimismo sobre los avances ininterrumpidos del Mercosur (a nivel de grandes transac- ciones comerciales y ciestos acuertios politicos) oscurecia el hecho e que la constitucin de bloques regionales es un proceso atrave- sailo'no sélo por Ia negociacin, sino también por el conflicto. En 1999 la combinacién de la devaluacion brasilena con la decision argentina de mantener a rajatabla la paridad peso/dolar se tradu- JP.en un fuerte descenso del comercio inizarregional (de 15,000 a 11.200 millones de délares aproximadamente). En un marco critic, Intieduecton.zfronerns patie vera rontereaculturates? diversos sectores industriales de la Argentina y del Brasil presio- naron para aplicar medidas pararancelarias, Estos conflictos eco- nOmicos -y otros politicas— fueron acompanados répidamente Por sectores que, formados en ef cortoplacismto de las politicas re- sionales, insinuaron el fin del Mercosur. Aquel optimigmo y este pesimismo impiden visualizar le complejidad de los procesos so- ciales inaugurados por el giro en las relaciones internacionales en 21 Cono Sur, Esa complejidad se refiere, justemente, & que no hay ni podria haber una linealidad de ta regionalizacién, Pobladores de espa- ios fronterizos gon libre intercambio de praductos durante déca- das.ven aparecer refuerzos en los puestos aduaneros 0 de gendar- meria. Perciben nuevos controles migratorios. Los estados llegen con fuerzas renovadas a las fronteras a partir de la “integracién’ Ejercen un control inédito sobre algunas poblaciones fronterizas. Muchas veces desconocen y tratan de anvlar las historias y tradi- iones locales. Asi, en muchas de las fronteras del Cono Sur ef abandono de las hipdtesis de conflicto belico fue seguido de una desmilitarizacion a la vez.que de nuevos controles al movimiento de mercaderias, personas y simbolos. Esto,ltimo es visible tanto en las dificultades que migrantes boliviand’ y pobladores fronte- riaos argentinos encuentran para ingresar Jos,trajes del carnaval, como en fa exigencia de un aduanero argeniino a un violinista brasileno para que le muestre la factura de uh Stradivarius con el que iba a participar de un concierto en la ciudad vecina, La sus- pensiGn de aquel concierto debido a las trabas aduaneras es una metéfora de las fronteras politicas de nuestra regidn. Enla frontera de México-Estados Unidos, tambien testigo de un proceso llamado de “integracién” (el narra), cada ver hay mayores dificultades para entrar a ios Estados Unidos. Tal como apunta Garcia Canclini: se constraye una muralla de acero -hechta con material utilizado por Estados Unidos en la Guerra del Golfo para construir pistas de aterrizaje en et desierto- y se triplica el costo, del pasaje ilegal (lo cual es siempre un sintorta del grado de difi- cultad para cruzar). Mientras se dinamiza el movimiento de capita les y mercaderias se incrementan los controles sobre el desplaz miento de personas (los migrantes-mexicanos conocidos como espaldas mojadas), Por su extensicn, la diversidad de la poblacién. fronteriza y los paises implicados, esta frontera presenta una enorme complejidad. Al mismo tiempo, ha concenirado una gran Fronteras,ractanes eWentiadce parte de los estudios sobre ironteras en tos tiltimos attos, como se ‘vera més adelante, Historia tedrica, politicas de la teoria Desde finates det sigho xx las fronteras eparecen como foco de interés para las ciencias sociales y las humenidades. Los cldsicos de la geogratia politica, como Ratze, vincularon el concepto de Es- tado al territorio, La frontera era més una zona que una linea. Hausholer desarrolid su propio concepto ce "Irontera natural”. En general, estos autores conciben a fa frontera a partir de la nocién de zona, movimiento y soberania, con sentido agresivo y expansi: yo Giménez Marcana, 1996) Hacia fines del siglo xx y principlos del xx, se encuentran textos come el de Frederick Jackson Turner o el de Van Gennep que con- sideraran le frontera como cuestiGn clave de su propuesta inter pretativa. Turner, historiador estadounidense, propone la ‘frontier ‘hypothesis" segui la cual “la existencia de un drea de tierras libres, su Continua disminucién y el avance de la colonizacién estadounl- dense hacia el oeste explican el desarrollo norteamericano” (977). Es decir, la frontera en expansién (frontier) como determinante de la configuracién estadounidense, una region de oportunidades donde ia tierra virgen podia convertirse én tierza libre y donde los piorteros podian ser independientes pero también se podian unit sin as constricciones dela tradicion y las desigualdades. Esta hip6: tesis turneriana de la frontera corto detecminante del desarrotlo americano se encuentra muy cuestioneda en la actualidad, pero tu- vo ampli inluensia y fue ampliamente debatida(véase Bilington, 1967). ET libro Los ritos de paso de Van Gennep constituye uno de los mas brilantes trabajos sobre la frontera er un sentido metaforico, Este estudio se decica especificamente al alisis de los cambios cen las s tuaciones, estadios 0 roles sociales de los individuos. Para (orque tas fronteras’son muy diversas, pr lo tanto no hay una ho- SFdgeneidad de la hibridacion; segundo, ese mismo modelo debe BE Ser aiscutido incluso pare la frontera México-Estados Unidos (Vila ‘Heyinan, i994; tercero, y quiza lo mas importante, porque el estu- fies frontera en si plantea un desafio a cualquier nocién esté- #4 ice uniforme y no relacional de cultura e identidad, en la medide See que deberia irfcorporar a su perspectiva analitica no solo la ezcla “cultural, sino la alianea y el conflict social y politico. Es co E29? vaner ation ae os “eorerion arson” sn ages de rac oes eon bos qe aes antes poe 2 endo una asociacin intima entre dos sociedades nacionales. “Los propios ha- CPtanves deta tontere onl evens adiren ala soctn due elie c- Befia ser percbide no como una barrera sino como wn puente hacia un mayor hiro human, no como ie dsr sso co un nado e son Invoduestin,cFroneres potions vera franteraseuituralea? Py 208 serian algo asi como la encarnacién det paradigm multicultu- ral. En contraste, Heyman advierte sobre el riesgo de que la “idea facil" de que “en la Irantera, dos lados son iguales a un hibrido” 994.47) reemplace el andlisis e impida percibir tanto la desigual- ad estructurante de poder entre les poblaciones 10s estados, asi como las identificaciones Tuertemente distintivas. No hay "sutt iente etnogratfa 0 testimonio en la frontera para afirmar que es cexperimentada a través de una subjetividad o identidad hibrida; la évidencia limitada que tenemos indica que fa subjetividad de los ‘mexicanos fronterizos continia siendo fuertemente mexicana” bide), La metafora del “cruzador de fronteras’, bicho del mestizaje, de- ‘vino ~muestra Vila una de las metéforas preferidas de la teoria social posmoderna, En efecto, las culturas puras (con fronteras cla- ras), que marcaron una parte significativa de los estudios clasicos, han llegado a su fin, El problema es que la nueva conceptualizacién reemnplazé de modo terminante la organitacién por el desorden, la pureza por el sincretismo y la frontera por su cruce. Y que colocé el énfasis en la mezcla, al mismo tiempo que el control de fa fron- tera se hacia més rigido y nuevas teyes efectaban los derechos de los migrantes. Vila muestra ~en contraposicién @ la teoria domi+ rnante sobre frontera en Estados Unidos~ que el “reforzador de fronteras’ no es exclusivamente el Estado, sino un conjunto de agentes sociales, enire quienes pueden incluirse’en muchos con- textos a los méxico-americanos que apoyanel “cesre de fronteras" Estas cuestiones son mas importantes aun cuando la frontera entre Mexico y Estados Unidos parece haberse constituido en un aboratorio en et que se Féatizan estutios desde las mas diversas perspectivas, postulandose como paradigma interpretativo de to: as las fronteras politicas. Algunos investigadores de la frontera México-Estados Unidos (0 de las fronteras) sostienen que ids estu- ios realizados en esa zona constituyen modelos para el analsis de las mas diversas fronteras politicas (por ejempio, Martinez, t9942xvii) y tuna subespecialidad de la antropotogia, Por ejemplo, dvaret (1995) titula su trabajo "The Mexican-US Border: The Ma- king ofan Anthropology of Borderlanes’, pasando por alto una ex- festlos de vida, no como un simbolo de rechazo sino como und de eceptecién” 1994308. ‘ronterea,naciones €Idetidodes “jeeRohhistbfia teBrica y empirica. En su perspectiva, una antropo- biatce la flontera, empiricemente situada en la frontera de Esta- Fes’ Uridos con México, puede contribuir a cuestiones més gene- ‘raléside la ntropologia. La frontera México-Estados Unidos ha Lidlos Unidos: Sostengo aqui que esta frontera se ha convertido Velicondy el modelo pare ia investigacidn en otras Tronteras, asi Gud para a elaboracion y el refinamiento de las ronteras de di- ‘Os Conceptos importantes y sus referentes” (449). FEsto se acerca demasiacio.@ un nuevo etnoventrismo. La cues- ih es sila frontera de México-Estados Unidos puede constituirse el caso paradigmético de la mayor parte de las fronteras 0 si, Fel eontrario, el interés de su estudio radica en su extrema par- ‘ufaridad: se trata de la (rontera con mayor estructura de de jaldad conocida en el mundo contemporéneo, Desde nuestra F Ferspectivajustamente porque ‘ninguna otra frontera en el mun- #2766 exhibe la desigualdad de poder, econdmica y de la condicion Foivana como esta" (Alvarer, 1995:451), su estudio resulta fundar fetal, aunque dificilmente esa frontera pueda ser ~como preten- Warez "el modelo de tos estucios de frontera y géneros fron- ‘aka'pensar las fronteras politicas entre los estados latinoame- iGiios es necesario al mismo tiempo considerar los aportes reali | adds por miltiples estudios fronterizos ¢ inscribirlos en una fh Fi iofis!social diferente. €1 desafio de estudiar fronteras donde e} ‘{phces, surgen dos problemas: hay fronteras no estatales (como = Es Nuer-Dirka estudiadas por Evans-Pritchard) que constituyen Ii- ites que implican transacciones y conflictos, pero no son artefac- Intcdctén. Frontera polities vera onterasculrraies? 5 tos modeenos impuestos: fas fronteras politices, artefactos moder- nos, parece que no siempre fueron impuestas siguiendo el modelo México-Estados Unidés, sino que en otras ocasiones fueron cons- truidas en la articulacién de los estados centrates y las pablacio- nes locales, como en el caso de los Pirineos orientales de Espaiia Francia (véanse Sahilins, 1989 y Sahlins). Sostener que los estudios fronterizos nacieron en la frontera entre México y Estados Unidos implica borrar una extensa historia dé investigacién social, Alli slo tuvo origen un estilo, una pers- pectiva peculiar de concebir a las fronteras, cuyo énfasis se en ‘cuentra mas en los Contactos interculturales que en los grupos sO ciales, y eel cruce y la mezcla antes que en ef conflicto. Una historia de los estudios sobre (ronteras debe remontarse mucho mds atrds. A Frontera, nacién y atado: América Latina Los debates sobre la historia tedrica son‘importantes para pén- sar lag (Fonteras en nuestra regién. En América Latina las fronte- ras entre los estados-nacién han sido notablementé invisibles pa- fa os estudios antropolégices y socitégicos hasta hace pocos fos.9 Mas al de as posible explicaciones de esta invsibilidad 1 Enla Argentina, pueden mencionarse unos pocos estudio, mas all de que rumerasos trabajos de campo pueden haberse localizado en zonasfronteritas. Sin embargo, el primer estudio que conoceros en la Argentina que anaiza Ia frontora pote sus rélaciones con eveslanes de identificacién y alteridad es tun informe presentado por Martha Blache al Corsejo Nacional de investigacio= res Cleilices y Técnicas (este) en 1987. Enel abajo se comparan las loca- Tidades correntinas de Alvear e Hagel misrofes con Brasil y Pareguny respec- tivartente. Por su parte, Roberto Abinzano ha relatado que un proyecio de Tvestgacion que presents sobre Ios fronteras Ge Misiones (Argentina (ue f= chazado por razones confusas, aresumiolemente geopolitics, En ei campo his- toriogrdfice, Clement present en 1987 su estudio sobre “Le (rontera en Arte a" (Clementi, 1987) que. recogiendo fa hipotesis tumeriana. se cfiere & [as fronteras en expansion (de la conguist Ia Frortersintrio?) pero no conside> raas [renterespottces. En todo caso, as fronteras han sido analizadas desde perspectivasesencialstsligadas ala geopoltica, uno de cuyes exponentes mis destacados ha sido ol estudio de Rey Balmaceds (979) a6 | Frontera: naclones¢ Menigodes es evidente que alin sabemos poco sobre nuesiras fronteras, espe- cialmente sobre su diversidad. £s decir que atin sabemos poco so~ bre las relaciones entre territorio, cultura y Estado en nuestros paises, Saldar esta greta es decisivo porque sobre esas modulacio- ries se procesan las dindmicas locales regionales y globales con- temporaneas Fste libro pretende dar un paso en esa direccién, entendiendo que es imprescindible acompanar ese desafio de alcanzar una mi- 1 rada mas abercadora sobre las fronieras del norte del continent, deEuropa y de otras regiones. Porque a través de esa comparacion ‘encontraremos algunas constantes y muchas heterageneidades de las fronteras materiales y simbolicas de oles tiempo. El discurso latinoamericanisia, mas alld de su efectivided po- litica, en algunas ocasiones se convierte en un obstéculo para comprender las relaciones entre grupos sociales en esta regién. Cuando la "hermandad’ entre Jos pueblos es un presupuesto del investigador, resultan invisibles la realidad cotidiana de negocia- clones y conflictos, la produccién de imagenes negatives de los vecinos, las disputas de intereses. Como esa supuesta hermandad transironteria se he instalado como sentido comiin debernas su- brayar ciertes elementos que apuntan en direccién contraria. Al revelar contlictos sociales y simbdlicos entre grupos fronterizos y civdades vecinas, debe comprenderse, pretendemos saber de dénde partis para la construccién de eventuales alianzas, en- tendiendo que una comunidad de intereses es mas un eventual proyecto que un hecho presente. Es necesario reconocer los ‘efectos sociales y culturales del largo proceso de construccién de los estados-racién latinoamericanos y comprender los sentidos practicos de la nacionalidad para los sectores sociales que hab tan las fronteras. |. la accidr sistematica de los estados modific6, en algunos ca- 505, las prorias clasificaciones identitarias de grupos aborigenes. Gordillo y Leguizamén (2000; véase Gordillo) han mostrado cémo diversos grupos que habitaban las mérgenes del Pileomayo medio (entre otros. tobas \,wichis) utilizaban el rio come criterio de de- rareacién entre los pobladores: le oposicién era “rio arriba” y “rio abajo” La creciente presencia de los estados nacionales en la regién a través de sus fuerzas militares implicaron un cambio en Ia percepcidn de los aborigenes, comenzando en algunos casos @ definir los limites interteibales en funcién de una u otra margeh Inavoduscién, eFromeras pois vera rentraa eulurates? = 8 del rio, Esto es, clasficar a los grupos en funcién de la frontera incerestatal Por ora pare, los guaranies que habitan la frontera argentino- boliviana no han percibido el limite como un obsticulo insalvable ¥ han mantenido estrechos vineulos entre las aldeas. Sin embargo, Hirsch muestra que cuando fos guaranies que habiran en Bolivia se rellerena la Argentina habian de Moaporenda,“e! lugar donde hay trabajo". Para los guaranies que habitan en la Argentina sus pares ‘del otro lado de la frontera son fanderararéra, “nuestra familia’, el lugar de origen, de fos antepasados. Estas categoria nativas pa- | recen aludir a la vez a un vinculo y a la existencia de los estados nacionales. El lugar de los antepasedos y el lugar del trabajo se er cuentra, en ambos casos, de! otro Jaco de la frontera politica. De luna manera diferente al caso de los tobas y wichis, el Estado y la nnacién son incorporados a las categorias y précticas nativas. Por supuesto, en el heteragéneo territorio latinoamericano las relaclo- nes entre identificaciones étnicas y nacionales varian segtin las oblaciones indigenas y las diversas relaciones con los distintos cestados nacionales. Tal como plantea Cardoso de Oliveira existen amplias zonas en las cuales las idemificaciones nacionales son se- ‘cundarias respecto de tas étnicas. Un céso diferente son las ciudades eminentemente comerciales sin poblacién aborigen. Ali las definiciones nacionales son preva- lecientes; los intereses y sentimientos suelen definirse en térntls ‘nos nacionales (véanse Karasik, Grimson), Estas zonas tienen tam- bién fuertes sistemas de intercambio (comerciales, politicos, culturales). En ese sentido, puede haber una mayor o menor per- } meabilidad de la frontera. Sin embargo, esas relaciones sociales (como mostraban tanto Evens-Pritchard como Barih) no implicant ecesariamente una modificecién de las clasificeciones identita- Flas y autoafitiaciones nacionales. Mas bien, es sobre la existencia de la frontera que se organiza un sistema social de intercambios entre grupos que se consideran distintos, Es decir, las localidades iromerits, ano desde un unto de vista practice como desde un unto de vista analitico, conforman un sistema, pero no una dnica + gantzacion social, Es por ello que en situaciones criticas el sen: tido comiin de fa nacién puede virar en retorts y practicas nacio- ralistas (véase Grimson) La busqueda de hibridos culturales en las zonas fronterizas de América Latina, aplicando mecdnicamente uno de los modelos Frosteros, nacionese identidades Sanceptuales vigentes en MExico-Estados Unidos, puede conducir siigraves errores interpretativos, Por ejempo, la cuestion de fos |p hay paraguay que sean "basigueyos" Segundo, ym int [Eortante no se trata de un proceso de mezcla, La identiad “bra [isla no sure de la revindeaion de meta curt algna, Morererea parece articular una lucha social provocada por una dale exelusién: son campesinos que lucheh por su terra en Bra- cs ‘después de retornar de Paraguay y de ser marginalizados en | ites paises (véase también Amorim Salim, 1996) <1) Hlay dos elementos caractersticos de muchas zonas fronterias “ue deben ser considerados con precaucién. Uno se refiere a un {-disturso nativo, un mito compartide por muchos de sus habitan- yy esaue dice que “le frontera no existe", que “estamos integredos _ {: $esce siempre’. El problema aparece cuando Ios investigadores “ aSdimén este discurso de los actores como una descripeién de la «fealidad en lugarde comprenderlo como una posicién ante ella. A ;pésat-de lo que dicen los actores, es posible que la frontera no {lista para algunas cosas y si exista para otra, Asi mientras los ac- = {ofes usan cotidianemente Ia frontera para adquirir mercederias a “nigjor»precio, una gran parte Ge los conflictos sociales es enuncia- 1 d2en un lenguaje nacional que alude a defender el territorio, = ipberaniay ia nacion Pie Eliotro elemento es complementario. En muchas zonas fronte- ch fa ee discurso nativo de la “hermandad inmemoria”es la base Fe ar tifuladera de una identificacién transfronteriza como zona peri- {ita marginalizada en contra de las respectivas metrépolis na- tals: tn terminos locales, ef ciscurs tansironterizo opera en has oportunidades como base de sustentacion de un reclamo {Boltico contra el-cenralismo, Por una parte, es necesario evitar _p urliar un recimo socal. Pr ota, no peer de visa que Intreduccién.2Fronerispoltieas vera jrontrayeuturates? & ey » Estado-nacién es una préctica que trasciende alas fronteras y que no debe confundise con la sipuestairrelevancia del Estado como ‘organizador de las disputas sociales y politicas. Estos elementos, entre muchos otras que podran encontrarse en los trabajos reunidos, dan cuenta de la relevancia de los inci- pientes estucios y debates sobre fronteras politicas. En fa medida fen que las fronteras interestatales son espacios en los cuales se condensan las relaciones entre poblaciones y estados, consttuyen zoftas centtales (no periférices) de negociaciones y disputas cultu- rales y politica, Por ello, el estudio de las poblaciones fronterizas jene una importancia multiple: 8) puede revelar el cardcter histérico del proceso de construccion, territorial de los estados que tienden a goncebir sus propias fronteras 0 pretensiones como "naturales", por ejemplo ce construyendo historias de separaciones de grupos étnicos asentados en la regicn; 1). puede dar cuenta de acuerdos formales entre los estados que rno contemplan y afectan los intereses y sentimientos de las po- blaciones focales: ©) puede informar acerca de la experiencia cotidiana del “Estado de la “nacién’ y sus dispositivos (Donnan y Wilson, 1994:6); @ puede revelar cémo agentes considerados “marginales” ubica- dos en zonas "periféricas” pueden cumplir un papel central en la construccién de! Estado-nacién (Sahlins, 1985), asf como en la redefinicion de caracteristicas y sentidos de las fronteras con- temporéneas En América Latina no podria afirmarse que. "la frontera, ese producto de un acto juridico de delimitacion, produce la diferen- cia cultural tanto como ella misma es el producto de esa dife- rencia’ (Bourdieu, 1980:66). Mas bien la frontera produce esa dif rencia mucho mésde lo que es producto de ella, Hay innumerables espacios poblados donde las diferencias s6lo son producidas por la frontera y todo lo que ella implica: sistemas escolares, regimien- tos, medios de comunicacién, condicién de estar afectados por tuna economia y una politica “nacionales" (en un territorio hay eri- sis econémnica 0 represién politica, mientras en el otro no). ¥ don- de fa frontera potencial o real es percibida como herraraienta de tuna posible mejoria de Ia condicién de vida que, por fo tanto, pue~ Frontera, neciones¢entidades de waler la pera mantener para sectores locales. Sains ha mos- trado que tampoco en et easo franco-esparil la frontera es pro- dacto de una diferencia cultural. Er un espacio en el cual los habi- tantes hablaban la misma lengua y tenian una cultura compartida las identificaciones distintivas fueron producidas localmente a ~ parti de las disputas de intereses que Hevaron a institu la fron- tera politica, ErvAmérica Latina no hay précticamente frontera que oincida con alguna diferencia cultural anterior. Esto es tan impac- nite que ha llevado al engatio de creer que esa no coincidencia de distinciones culturales y limites territoriales Hlegaria incolumne hasta nuestros dias. Pero la instauracion de la Irontera es una sransformacign del marco de sgnficaiones yaciones de ess po- £* Jonizar los limites de las patvias. Ast las cosas, la frontera como # institucidn territorial de estados que se pretenden naciones, de ¢ instituciones y fuerzas sociales que se reclaman culturas— es la “li | nea de hase” de la produccién de diacriticos més que un resultado de alguna objetividad cultural previa. Es de intereses y relaciones, de fuerza entre grupos y ejércitos que surgen las fronteras. ¥ desde alli las éistinciones son creadas y reproducidas. El error, tan ave como corrente, corsisteen creer que porque Son constr jas, creadas oartificiales, son menos poderosas. = suas relaciones entre “nacién’, "Estado" y “cultura” son surta- “mente problenséticas, ya que en la inmensa mayoria de los casos no ‘existe ninguna correspondencia absoluta entre ellos. "E! Estado es un objeto cuya realidad seré negada si exclusivamente analizamos 1 Fepresentaciones deconstruldas del mismo, y en ninguna parte es jgsto més aparente que en las fronteras, donde los poderes del Estado estén mionumentalmente inscriptos" (Wilson y Donnan, 19986:8). EI territorio es una de las primeras condiciones de la exis ie del Estado-nacién y, por ello, las fronteras son el resultado de las disputas por fa delimitacién ce un territorio, Las fromteras HI son sgnos de! dominio eminente del Estado, de su seguide y 0- FY berania, En gran medida, sus caracteristicas se vinculan a las rela- ciones que los estados pretenden o mantienen con fos paises veci- 2 ‘0s. Por otra parte, como las [ronteras cuiturales e identitarias pueden competir con las fronteras politicas, os estados muchas ve- # ces cesarrollan politicas de nacionalizecién para intentar hacerlas " coincidir: instalan escuelas en las fronteras, procuran alcanverias HY con medios de comunicacion, envian regimientos militares. Intvosueelon, ¢Franteras poiias veraus roneroaeulruraies? 2 La civersidad de las fronteras no impide reconocer ciertas ten- dencias predominemtes en un contexto espacio-temporal especifi= 0, Los procesos de regionalizacién del Cono Sur estén produciendo ‘combinaciones peculiares en ia relacién Estado/nacién/frontera. Como se ha insistido tanto el desdiujamiento o la porosicad de las fronteras, aqui nos gustaria remarcar la tendencia de muchos esta- os a renovar y fortalecer fos controles y regulaciones de las que consideran sus fronteras critcas (réanse Garcia Canclini, Wilson, Grimson) mientras ios modelos de necionatizacién del territorio a través de politicas asociadas al "bienestar” se encuentran en franco retroceso (véanse Escolar, Vida), Por una parte. las politcas estata les de ocupacién de espacios fronterizos con empresas priblicas 0 estacamentos militares se encuentran en retirada (véase Vidal). La promocién del pablamiento de las Fronteras con fa instalacion de carreteras, escuelas y otra infraestructura parece haber llegado a su fin, Las nuevas carreteras y puentes no buscan beneficiar a las po- blaciones fronterizas (en la Logica secular del enfrentamionto inte- restatal, sino promover el comercio terrestre entre paises, arave- sando ciudades fronterizas concebidas como “zonas de servicios’. Asi se crean importantes facilidades para la circulacién de merca- detias de grandes empresas. Por otra parte, el control sobre la8:PO8 blaciones fronterizas parece haberse fortalecido, tanto en relacién ala circulacién de personas, como de pequerias mercaderias del Ila- mado “contrabando hormiga". Asi, en muchos caos, los pobladores fronterizos perciben una mayor —no una menot— presencia estatal, El Estado se retira en su furcidn de proteccién y reaparete en su pa~ ppel de control y reguiacién. En otras palabras, podriamos estar asis: tiendo més que a una “desteriorializcién” gereralizade— a la sustitucin de un modelo de territorializacién por otro, Los trabajos reunidos en este libro constituyen un conjunto de etnografias ¢ historiografias en fronteras. La finalidad de reunirlos es tanto incentivar nuevos estudios como iniciar un carsino com: parativo, en el sentido sugerido en estas paginas por Cardoso, de elucidactn reciproca de los casos. Aunque sélo algunos trabajos apelan especiticamente a la historiografia, todos muestran la rele- vancia de la ei spectiva histérita, Las fronteras no siempre estu- vieron alli, Son el producto de disputas entre imperios y reinados, entre poblaciones locales, son la consecuencia de la construceién Fronteras, naciones eaenitiades Je los estados-nacién, Los trabajos muestran que las fronteras po- ticas surgieron de relaciones de fuerza y acuerdos entre los esta- ie e8sqve poas veces tuvieron en cuenta ls ineress de las pobla- Jofies que habitaban los territorios en disputa, Decir que las | feameras polities son arificiales, que son un precucto de ia his \oriay rechazar la existencia de fronteras “naturales” entre los es- [aos sel punto de para de os trabajos reunidos en este iro _/lsiesato & mostrar como luerasconpleas que incuyen ile: Fleates niveles del Estado y distintos grupos locales interactuaron level proceso histdrio (véanse Chindemi, task, Escola) Lis Rorello, es necesario insist en la conocida distincién entre *lstoricidad historiografia, En el estudio de ronteras poicas a Phistoriogratia (esto es, el estudio de un proceso social pasado) es Ptuchas veces conveniente para ciertos objetivos. En cambio, la istorcidad (esto es, la concepcién de fa frontera y sus procesos come poatirgentes, svetosal lempoy la acién humana) es unre- histo ineludible, $i algunos de estos trabajos se dedican a reali- 1 as una historia fronteria, todos los trabajos historian la fronte- Yrayen lar medida en que estan analizando procesos de cambio, Kiansformacén, incidencia de las acciones de diversos estados y ages soci, _[[ Sieh proceso histica de largo plano puede notarie cém al- yas frorteras, que efectivamente “s6io existian en los mapas oniconstituyéndose a través de la intervencién del Estado y, 1h algunas ocasiones, de poblaciones locales, como marcadores “F vecritétiales de nuevas distinciones politicas y culturales. Mientras = leleuesifrotteras cunce salieron de los magas (un ejemplo para- ese ‘Tordesitlas) otras se hicieron palpables. Una enor- ‘E#.camtida de tereitorios e fronterizaron, Esto es parte constitu dé larvida cotidiana de los fronterizos, pero también de la acid. realonalizacion, asi como de las nuevas politicas del Es- idasy de los reclamos de las poblaciones limitrofes, las fronteras ame sredefinidas, es mucho mas que ellas Io que estd en ie00. Traer la informacién desde las Tronteras, inerpcear cm Inirecuzelin, Frontera fies vers jronterosculturaies? 2 Ory “ segundo bloque coloca el énfasis en las relaciones sociales y cul- Estructura Este libro ofrece recorridos miltiples. Los articulos se encuen- tran entrecruzados y refieren o aportan a cuestiones como la construccién ‘histérica de las fronteras territoriales, y a su de- consiruccion y reconstruccién actual en el marco de procesos de regionalizacién e internacionalizacién, En la mayor parte de los _Ifabajos pueden percibirse criticas y aportes para posibles teorias ‘de las fronteras y una preocupacién central se reflere a los modos fen que la frontera, el Estado y la nacién son vivides cotidiana- mente por las propias pobaciones fronterizas. En ese marco, al- unos autores colocan el énfasis en nuevos conflictos y aliancas, mientras otros muestran el proceso de surgimiento de nuevas identidades étnicas 7 ‘Apesar de que no agrupamos los artculos en partes, propone- ‘mos un cierto orden que constituye un recorrido de lecture posi- ble. En el primer bloque de trabajos el objeto y el debate es el pro- eso de constitucién juridico y sociocultural de las fronteras. Un turalos actuales en las fronteras, atravesadas por procesos de re- sionalizacién y globalizacién. Un tercer bfoque. analiza estas pro- esos en fronteras con importante presentia de aborigenes, ¥ | muestra el surgimiento de nuevas formes de itentificacion étnica, Por ditimo, los dos epilogos permiten volver a recorrer el libro desde perspectivas mas abarcadoras. En los primeros «res trabajos (Sablins, Lask y Chindemi) la di- mensién hist6rica es central, Mientras Sahlins reconsidera critica- ‘mente sus propios postulados acerca del proceso de constitucion de la frontera franco-espaniola en los Pirineos, Lask y Chindemi analizan las dindmicas socia‘es y culturales en la frontera franco: alemana y el sur de Brasil, respectivamente, Se trata de aportes historiograficos, pero también de la recuperacién de Ia historici- dad que reaparéce en diversos trabajos a 10 fargo del libro. Espe- cialmente, estos trabajos realizan aportes sobre el proceso de na- cionalizacién de territorios y poblaciones, y sus tensiones con las practicas sociales fronterizas contemporéneas. El trabajo de Pablo Vila ofrece una revisién critica de la isto- ria de una teoria norteamericana sobre las [ronteras, Vila, como ya apuntamos en esta introduccién, conveca a complementar la me- tafora hasta ahora hegeménica del “cruce de fronteras" con la fér- Fronteras, naelones¢idenidades BOLIVIA ag, gentin-Selene riigesy brea “sa _eanacuiy spend “ Picsmje Medio ‘Gerdio) Posodos-Ene ! Terimset}” Frontera de 3 Fonte crtociena [Ess ARGENTINA Buenos tree ono Sur, Ubicacion seogréfica de los capitulos. Infrodueelén,cFroaereapolitiens vers ronteres euitucies? s 6 delo’ econimico-social y los procesos culturales e identitarios “atraviesa a varios de (os trabajos sobre ef Cono Sur de América La~ tina, Vidal analiza la crisis del proyecto de un enclave geopolitico Wma Patagonia argentina que, paraddjicamente, s6lo era factible H ecurriencs al reclutamiento de trabajadores chilenos, ciudadanos | del-pais considerado enemigo por tos militares. Nuevas alianzas £7 ransnacionales y modos de protesta social se desarrollan cuando los habitartes de la ciudad Ironteriza argentina, perciben que el li- ee que los incluia en la nacién se retrovrae y empieza a dejarlos iera..De ese modo, el giro en las relaciones internacionales que s@stcaduce en un abandono de las hipdtesis de conficto es acom- afiado por un retiro ce las variantes locales del “bienestar’. Al smo tiempo, como muestra Grimson, la liberalizacion del gran _fbmercio internacional que supone la reyonalizacién es acompa- cambios y préstamos culturales, sino también los contlictos y pro- duccién de imagenes negativas sobre los vecinos, se encuentra Union Europea, ef narta y el Mercosur, que en muchos casos—y de 2° mignera diversa~ se articuian con procesos de reconversién eco- f. # némica y neoiberelismo. la contemporaneidad dela regionalizacign y la crisis del "Esta ¢ do de bienestar"(y sus versiones ‘subdesarrolladas”)atraviesan al conjunto de los articulos que siguen, Los proyectos de identidad: comin europea, asi como otras poiticas comunes, son analizades or Wilson desde el lugar estratégco que constituye la Irontera de Republica de Irlanda eIclanda del Norte, Enel marco dela imple- mentacion de programas para conformar un vinico mercado co-' fl min, el gobierno briténico ha reforzado e incrementado las fort ficaciones militares en fa Kineafronteriz, Mientras los encargados de la elaboracion de poliicas europeas creen que el desarrolio, econémico poteneializaré la identidad de la Urién, el financia- miento de la UE en esta frontera ha reforzado identificaciones na- cionales. De ese modo, los habitantes incorporan la idea de “Euro- pa" a sus vides produciendo significadas inesperados para los lideres europeos. | Garcia Cerclini aunta la insuficiencia tanto de las concepcio- § nes esencialsias traicionales de lafrontera (que igualan Estado a nactén y nacién a terrtorio y cultura) como de tos autores posma- ernos que han acentuado exclisivamente su porosidad, € autor, Fetomta cuestiones sobre el Tc/Maray sus tensiones con el inter! carmbio cultural, a través del analiss de una importante experien: cia artistica en la zona mes alejada de las grandes decisiones sobre integracin econdmica: la Frontera, Frontera crecienterente mili tarizada por los Estados Unidos al compés del avance de los acuer~ dos comerciales interestatales. Karask avanza sobre esas dos ca- 135 de a interculturalidac las influencias y préstames culturales acompafiados de conflictos idenitaros y de derechos de propie- dad sobre formas cuturales.& través de un analisis de la frontera boliviano-argentina, analiza cOmo las dindmices de crisis econdami- o-social se articulan con procesos que ponen en cuestion la ver~ si6n hegeménica dela nacionalidad argentina : sn Posadas-Encaracién por la inauguracién de un nuevo puen- ie’ un conficto de caracteristicas inéditas entre ambos paises y lo- “Calidad. ambién el trabajo de Gordillo se sitia en rios y puentes: En la Spade! Plcomayo medio (frontera argentino-paraguaya) los es- dos han desarroliado, en estos iltimos anos, dos obras impor~ ‘laptes en la region. Por una parte, fa canalizacion del rio para cane los probiemas de’inundaciones y sequias, busca ordenar biéncef “limite internacional” ubicado en un rio que cambia ‘tantermente su cauce: profundizando la demarcacién de la a rca Por otra parte, la consolidacién del Mercosur ha acele- { (dorel pioceso de vencer obstéculos espaciales consteuyendo un UF tghte que atraviesa el Peamayo, aunque sin carinos que per ‘Mitarvconectar el viaducte con las rutas importantes, Tanto el Es- como los aborigenes producen metéforas para hablar de ro, noes propia del rio” es, para el Estado, una amenaza contra la Fronteras, naciones¢fdentidades Inteaduecibn, Frontera poitias versus ronteran eutursies? ” a andlisis de la relaciin de, nuevos procesos sociales relacionados ccon la regionalizacién con las dindricas de la vida de los pueblos originarios en las (ronteras politicas. a relacién de los pueblos originarios con las fronteras y los es tados es el centro de los trabajos de Escolar y Hirsch. Al igual que Gordillo, Escolar despliega sus datos etnograficos e'histéricos y muestra claramente que la Cordillera de los Andes no ha constitul- do para las poblaciones del area ta “frontera natural” que supues- tamente divide unidades econdmicas y alteridades culturales. La Cordillera, que en el mito argentino tan heroicemente cruz6 San Martin, es atravesada todos los arios por arrieros y pastores de g2- nado. El retiro del Estado, con el cierre de un camino que simbo!i= aba e! proceso de incorporacién de fa zona, produce una crisis en la formacién historica de “sujetos estatales”. En ese marco, reapa- rece una dinémica de Identificacién que se concentra en la emer- ‘gencia de pertenencias indigenas supuestamente extinguidas, Por su parte, Hirsch analiza un proceso de reetnizacién entre poblacio- + nes guaranies de la frontera argentino-boliviana, Para ello, se ana- lizan transformaciones sociales en ambos paises y en las relacio- ines entre los guaranies que viven a cada lado de la linea. En un ‘marco de regionalizacién y transnacionalizacién de los grupos in- digenas, estos redefinen también su relaciéri con la nacién y gene- ran un nuevo discurso etnopolitico. ‘Tales procesos de etnogénesis o etnicizacién encuentran un ca so peculiar entre los campesinos brasilerios que migraron a Para- guay. Sprandel reconstruye la historia de ese proceso y articula la relacién entre los dos estados y los diferentes sectores sociales. las tensiones producidas por el retorno de un importante sector de trabajadores al Brasil plantean el surgimiento de una nueva {dentificaci6n: los brasiguayos. Esa categoria, que combina ambas _ identificaciones nacionales, refiere a las estrategias y disputas de este grupo con las politics de ambos estados y otros sectores s0- ciales. Constituye una “identidad de frontera” que refiere a una sk tuacién de doble exclusion, Por ultimo, el iibro incluye dos reflexiones sobre si mismo. Los epilogos a cargo de Cardoso de Oliveira y Jelin aportan una mi da sobre los trabajos y su relacidn cori otros debates actuales. Los aportes y limites de los textos son discutidos en la bisquede de formular conclusiones provisorias articuladas con preguntas pen- dientes y otras dimensiones a incorporar en los estudios. Concep- Frontera, raclones ¢idenifades bi |. os, inerrogantes y desafios abiertos para una agenda que perm ta desarollar investigaién etnogrdtica e historiografica en la Y onteras, Es0s confines donde se encuentran dos estados y su Fiestamente dos teritorios dos naciones, cos poblaciones. 2 © tan real esa dualidad? Estos trabajos tienen algo para decie acer: Bde si esas lineas son efectivamente limites, no. Alejandro Grimso 1 Fs cnn tes eines or At de: Pgrazdestrematoais hearga 2% pers XX, Sn Pablo, MUA 1998, » sisasr Bend: Conenidades napinedas México Fondo de Cultura con mca 96) 1) snason Gori Borderlands otra Frac, Aun e999 GO baxme, Frecrik: “Introduccién’, Los grupos etnicos y sus fronteras, Méxic4” Fondo de Cults Econom 196, i. 9. 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Fronteras,naclonesestentidades ie ‘35 Ret: 4 eee 1 ome Peter Sahlins [Egiysclenw hat "eqicpace diez artos publiqué una historla de la zona fronteriza en- £1, 1 Live Francia y Espare en los Pirineos orientetes desde el siglo Say Publicado unas semanas antes de la caida del Muro de Berlin “Neinndviembre de 1985, el estudio fue fortuitamente (0 casvalmen- | sdutitulade Boundaries. Bastarte sorprendentemente, can las revo- iibries en Europa Central y del Este, mi trabajo tom una relevan- i, idtueryo nunca habia previsto a imaginado. En los dltimos diez Fanos as ronteras y zona lronteias han sid Tos lugares de la sformzcién de Europa. Desde la perspectiva de la integracién 1 pen los severdos e Stenger han duet le erent te {fi0tiales vel Estaco-nacién europeo, al menos en lo que se refie~ efor hacia el este, Desde ie perspective del resurgimiento de los “c6nilictos étnicos y nacionalistas en los Balcanes, las fronteras se i Siomaron éreas de disputa violenta, |S Por supuesto, yo no sabia nada de esto cuando escribi el libro; leinds,escribi un libro de historia, Especificamente, escribi sobre alle er tos Pirineos, la historia de unos veinticinco habitantes, ae ° = eerie the Moking of Freace and Sain inthe Pyrenees (Bese EuR6S1599 al frances ai, Belin, 1951) epensonde Beundavice ‘

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