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bs 4. La historia coma ciencia: el oftelo de historiador La mejor prueba de que ta historia es y debe ser una ciencia la Joonstiuye el hecho de que necesita técnicas, métodos, y que se lenses. Més restrctivamente, Lucien Febvre dijo: «Califico a la Tistoria como estudio levado cientficamente y no como ciencia» {1941}, Los tedricos mis ortodoxos de la historia positivista, Lan- lois y Seignobos, expresaron en una férmula apremiante, que Constituye la profesién de fe fundamental de historiador, 4o que testi en la base de Ia ciencia histérica: «Sin documentos no hay historia» (1898, ed. 1902, pag. 2}. . ‘Pero las difeuitades empiezan aqut. 8i el documento es més fic de definie y encontrar que el hecho hist6rico, que munca es {dado como tal sino construido, no plantea al historiador problemas relevantes, [Ante todo, na se convierte en documento sino después de una |investigacion y una eleceién. La investigncién es en general cues- tig no del historiador mismo, sino de ausiliares que constituyen fas reservas de documentos con las que el historiador ha de rela- cionar st propia documentacién: archivos, excavaciones arqueolé- | gicas, muscos, bibliotecas, ec. Las pérdidas, as elecciones de la | Tecoleccién de documentos, la calidad de la documentacién, son Condiciones objetivas, pero coactivas, del oficio de historiador. ‘Mis delicados son los problemas que se le presentan al historiador ‘mismo a partir de esta documentacién. {Se trataen primer huge de deci Toque vt a considera come documento y lo que en cambio va a rechazar. Durante mucho tiempo los historiadores creyeron que los verdaderos documentos hhistoricos eran los que esclarectan la parte de la historia de los hombres digna de ser conservada, eferida y estudiada: Ia historia de los grandes acontecimientos (vida de los grandes hombres, fcontecimientos militares y diplométicos, batallas y tatados) 1a historia politica e institucional. Por otra parte, Ia idea de que el rnacimiento de la historia estuviera vinculado con el de Ia escritara Ilevaba a privilegiar ef documento eserito, Nadie privilegio mis ‘que Fustel de Coulanges el texto como documento de historia. En {I primer capitulo de Ia Monarchie franche escribia: «Leyes, pape Tes, formulas, cronies c historias, hay que haber lefdo todas estas categorfas de doctimentos sin omitie ni una... (EL historiador) no tiene otra ambicion que Ta de ver bien los hechos y comprendetios Con exactiud, No es en sit imaginacion ni en la 1ogica que los bus~ Lsnistonta| ios «x; Ios busca y los cxpta con Ia observacion minuciosa de los tex- tos, como el quimico encuentra fos suyos en experimentos cuida ddosamente realizades. Su tinica aptitud consiste en extrac de 10s documentos todo lo que contienen y no aftadiea ellos nada qe no Contengan. El mejor de os historiadores es el que se atiene més 4 fos hechos, el que los interpreta con la mayor correcciOn, el que ho eseribe ni piensa sino segtin esos hechos» [1888, pips. 20, 30, 331 ‘Sin embargo, en una leceiGn en Ia Universidad de Bstrashargo, ef mismo Fustel habia declarade «AUK donde a Ia historia le faltan Jos monumentos escritos tiene que pedirle a las lenguas muertas sus secretos, y que en sus Formas y en sus palabras mists adivi- nen el pensamiento de los hombres que las hablaron. La historia tiene que escrutar las fabulas, los mitos, los suetios de las fanta- sas, todas esas viejas falsedades, por debajo de las cuales debe escuirir algo rea, as creencias humana, AIK por donde pas6 el hhombre, donde dejé una impronta de su vide y de su inteligencia, ahi esti la historin» (1862, pag. 245; véase también Herrick, 1954}, “Toda la renovacién de la historia hoy en curso se levanta con: tra Ins ideas que Fustel expres6 en 1888. Aquf se entre la pel arose ingenuidad que Hevaba a la pasividad frente a los documen= fos, No responden sino a las preguntas del historiador, y éste ha de alrontarlas no por cierto con prejuicios y resentimiento, sino con hipstesis de trabajo. Gracias # Dios, Fuste, que era un gran histo- radon, no trahajé de acierdo con el métoda exyniesto en 1888, No se volver sobre la necesidad de la imaginacisa histrien, {Lo que se quiere afirmar aqui es el cardcter multiforme de 1a ddacumentacion histrica, Replicanda en 1949 a Fustel de Cou: {ges Lucien Febvee decia: «La historia se hace, no cabe dda, eo ‘documentos escrites. Cuando los hay. Pero, sino existe, se pe- de, se debe hacer sin documentos eseritos. Por medio de todo ‘cuanto el ingenio del historiador le permita usar para fabricar su Imic, a falta de Ia flores habitualmente usadas. Con palabras. Con signos. Con paisajes y con ladrillos. Con formas de campos y ‘malas hierbas. Con eclipses lunares y colleras. Con investigacio- nes sobre piedas, realizadas por gedlogos, y con andlisis de espa ddas metalicasrealizadas por quimicos. En una palabra, con todo 10 {que siendo propio del hombre depende de éi, le sirve, Io express, Sianifica su presencia, su actividad, sus gustos y sus modos de ser hombre» [1949], Tambien Mare Bloch {1941-2} habla declarsdo 106 PENSAR LAtuSTOR, {8 diversidad de los tstimonios hist6ricos es casi infinita, Todo Joque cl hombre dice oescrbe, todo lo que consttuye y toca, poe, ‘dey debe proporcionar informacién sobre es, Volveremos a hablar de la extensa documentaciGn histérica eta extensin dela investigacion documenner El primero conceme ala argueolopi El problema no consis teen saber sies una cencia anlar dela histoie ore ee Solo es preciso advenir como su desarrollo remove le acahe Cuando elit dio los prinseros pasos, en el sglo MUTT Paces enseguida a la hisiona extenderse por eh amplio toeaneae Pehistora le provhistora renovo la hora soe Beat hamenteuida la historia det arte y las eens, coeur clementofundemenial del ensanchamicno de leila wees gue se expresa on la Bneyelopedie. Es on Francie dene “anicuarios” dedican por primora vex al documento sajeeregi jet de arte, utensilio 0 resto de constraccion: a ee eee ‘v0 cuanto objetivo y desineresadon, dice Duval Use poe 25S), que pone de relieve el rol de Perse, conser orl eae: Mento de Aix. Pero son Tos ingleses quienes Ainiog eee Sociedad cietifica donde la argucologia cups uh nga ee ts Society of Antiquaries de Landres (1707) En lake cee, lus pnmctasexcavdciones, que smncian el dcseubwnenie ‘l6nico dt pasado, en Herculano (1738) yen Pompere (ay Unlalena y in frances publican ls dow shas ta aap del silo XVII, envio que concieme a a inroduccion es thenio arqucolégico en historia: Winckelmann, con In Niven de até antigua (Geschichte der Runt dey Aleraane Vd po onde de Caylus con Recuel antiques ceypmnes, Sree grteques vomaines et ganloises (1950-67) En Feels ch Ne des monuments frangais, cuyo primer conservales he Mien ks Lenoir en 1769, despers el gusto por la angcologiey cone 4 ssuovar I visi negativa de la Edad Mea Avice woe anologi fu uno de los sectores dela cencla sor soe Se tenovaron en las citimas dceadas: evolucion del ene objeto y del monumental lugar glabal, bangs ras ee poise, arqucologia rural Indust: metals cospetan Ivéase Schnapp, 1980; Finke. 19711, La anuolosts een tambien hacia la consiucidn de und Histone de ease LastoRA 107 ss Adviértase tambiéa que la reflexion histérica hoy se aplica {a pica impuesta por las fuentes, y que alos verdadcrs proble- ad sobre esos tem, po espeubles, relists © avanzada ue 108 PENAL misroRn Piswufices que hicieron olvidar cl orginal, Por jemplo, se ha scree aes ane bapetate nnpiaenrs aise eetearen ‘avon sofecandola deformandola con suns locturaincomprens secede a Tao nvotuntrtament, tesumonio susceyibles de-orenar Ia oeimceame crn arate oa amsromi| its «la leccin de Is historia ocuta otra, de police 6 de étiea, que «eda por hacer Bazin, 1979, pig. 486). Ast qc con la ayuda de una esociologia de la product narratives hay que etsy Ios condiciones de la historiizatén, Por una parte hay su cone ger el estatuto de fos decidores de histori (reeves pasa Too divers tipos de productores de documentos y part les pcmoe historiadores en los dversos tipos de sociedades), por ty receoo , el dela verdad. Seputemos las grails nea de su desartollo desde el dob punto de vista de las concspetoncs ¢ los métodos por una parte, de los instrumentos de tabaje por ee, {Los momentos esenciales parecen ser el period precortornars del Sisto V al lanes de Cristo, que invent l slseursohisticee el oneepto de testimonio, le fopiea dela historia y funda la histor sobre ta verdad el sig 1 durante el coal el erstanismo chimina Ieidea de azar clego, da un sentido ala historia, fume alee lo det tiempo y una periodizaign dela histori: el Renacimino, ue comienza trazando una exten de los documentos filass of J: fiologia y termina con la concepeion dela historia perfect; el fislo XVI que con Ios bolandistasy tos benedictincs de Sein, Mavr sient as bases de la erudicin moderna el igho XVI ns ‘rea las primeras institciones consapradas aa historia y toate Ho PENSARLA HISTORIA {hit el campo de las curiosidades historic ho inmediata», el «regreso del acontecimiento» [véase Lacouture, 1978; Nora, 1974}. ‘Arnaldo Momigliano (1972, ed. 1975, pgs. 13-15) subrayé ‘que los «grandes» historiadores de la antiguedad grecorromana Hturon exclusiva y preferencialmente el pasado cercano, Despuss be Heredovo, Tucidides escribe la historia de la guerra del Pelopo- reso, aconiecimiento coniemporinco; Fenofonte tro las hegemo- rias Je Esparta y de Tebas, de las que fe testigo; Polibio dedics Ti parte esencial de sus Historias al perfodo que va de le segunda guerra pinica a su época. Salustio y Livio hicieron lo mismo, Técito analiz6 el siglo anterior al suyo y Ammiano Marcelino se interes6 sobre todo por la segunda mitad del siglo TV. A partir del siglo V aC. los historiadores antiguos estuvieron en condiciones de recoger buena dacumentacidn sobre el pasado, 1 cual no mpi dis que se interesaran sobre todo por los acontecimientos contem- jporsineas o recientes, ‘La prioridad acordada alos testimonios vividos o directamente recogidos no impidis 4 los historiadores antiguos hacer la erica de estos testimonies. Por ejemplo Tucidides: «En cuanto (..) alos hechos verificados durante la guerra, no ereo oportuno deseribir los a través de informaciones recabadas al primer Hlegado, © por ‘mi talento; sino que eref que debia escribir los hechos que Yo mis- mo presencié y Tos referidos por otros analizéndolos con exacti- td, uno a uno, en la medida de lo posible, Es muy diel la bs queda dela verdad porque quicnes habian estado presentes en los hhechos no los eferian del mismo modo, sino segiin su buena o ‘mala memoria, y seein su simpatfa por una w otra parte. Tal vee ‘mi historia resulte a quienes la escuchen menos deleitosa, porque [e falta elementos fabulosos; pero para mf sera suficienle que la juzgaran util quienes quieran indsgar la realidad clara y segura de fo que sucedio en el pasado y que un dia puede suceder tambien de acuerdo con las vicisitudes humanas, de modo igual o muy Similar. Precisamente fue compuesta como una adquisicion para la ternidad, y no para ser escuchada y ganar el certamen de un dia Ia guerra det Petoponeso, I, 221 ‘Con Polibio el objetivo del historiador es slgo més que una logica dela historia Es ln bisqueda de las causas. Atento al méto~ dd, Polibio dedica todo et libgo XII de sus Historias a definir el twabajo del historiador a través de la erftica a Timeo de Taurome- nio. Antes habia definido su objetivo. Antes de una monografia historica, escribir una historia general, sinética y comparads: 12 PENSAR LA HISTONA «Ninguno de los escritores contemporsneos asumi6 Ia tarea de éseribir una historia universal (...) slo a partir del estudio cuida- oso de la conexion y confrontacién recfproca de todos los Ihechos, de sus analogiasy diferencias, se puede legar aextrser de In historia no so los sino tambien lo agradable» (4. ¥ sobre todo In afirmacién esencial: «os historiadores y los lecores tie- nen gute atender no, tanto ala exposicion de los hechos cuanto a ls, eicunstancias que Ios precedieron, a las concomitantes y subsi- guientes alos hechos mismos; porque si se eliminan del estudio de In historia las causas, Ios medios y los fines que determinaron los contecimientos y el resultade afortanado o no qe tvieron, 10 que queda en la historia es un espectéculo declamatorio, no una, ‘bra insinictiva, y si produce unt goce momentaneo, no sieve pare fl Tauro (..) Las pattes indispensables de la historia son las que Cconsideran las consecuencias, las circunstancias concomitantes fespecialmente las casas de Tos acontecimientos» [ibidem, II, 31 ¥ 22], Dicho esto, no hay que olvidar que Polibio coloca en el pri ner lugar en la causalidad histories la nocidm de fortuna el primer crterio que utiliza para evaluar un testimonio o un destino es de ‘orden moral; ademas Tos discursos ocupan un gran espacio en su obra [véase Pédech, 1964) ‘Los historiadores antiguos fundaron ta historia sobre todo en Ja verdad. «Lo propio de la historia es ante todo conta la historia. de acuerdo con la verdad, asegura Polibio. Y Cicerén formula fs tlfiniciones que seguirin siendo validas durante Ia Edad Media y fl Renacimiento, Sobre todo ésta: «am quis nescit primam esse hhistoriae tegem, ne quid falsi dicere audeat? Deinde ne quid veri non audeat’» «;Quién no sabe que la primera ley de la historia es hho alreverse a decir nada falso? .Y por consiguiente decir todo lo «je es verdad?» [De oratore, IL 15, 62]. ¥ en el eélebre apéstrofe ‘donde reclama para el orador el privilegio de rer ef mejor ttérpre- te de la historia, el que le asegura la inmnortalidad, y donde lanza la famosa definicion de la historia como »maestra de vidaw, olvida- mos que, en este texto que en general no se cita entero, Ciceréa Hama'a la historia luz de verdad («storia vero testis tempo: rum, lx veritatis, vita memoriae, magistra vitae, nuntia vetusta 1s, qua voce alia nisi oratoristromortalitati commendati’?> (ii dem, 9,36) ‘Aun cuando Momieliane insist justamente en el gusto de los historiadores antiguos por Ia nueva histori, no habria que exage- tar diciendo como Coltingwood {1932}, que «sti método lo ataba Levnsronta 113 ‘na cuerdaeuya longitu era ta de Ia memoria vivine: I dea Tuene(,.) em un etn ela con quien pura conve cart 8 cara Tacit, por eemplo, hace ct logo de los odemos la ual va contain adicion romana pero muestra su conn. {0s dominio ronlegico el pasa: de un pasado te det Yetuad aplanay acerca al prsehte: «Cuando oigo hablar de os tievotineasno hanes ae ain Seer nich cmpo at pasan por mis ojos Ulises y Nestt. eye Spec pre Cole a nuestra on cera de il tesienton shes. En cab et ds menconan a Demxenese Hipeides que par fo que costa fovaron de fama en os tompos de Felipe 9'e Aleit: qe, hes sin embargo sotvevivcron De lo que fst lrg qe ete ivestaépoce y lade Demastene tantcinen ms de Weciotes tos, Alfora bien st consierae ese inervalo en flacton ot la faded de noesens pron parca ta vt pees pero conontao con verdaradarecion dels siglon con I conidracion de exe empo infin, es muy breve eecar En efecto, si como exeribe Clsrén ot Hortense el verdadero fran ao cs agel en ques repro abottamenie ein ta Stieminad poste del lay Tas etl, 9's ese ao bares. doce milnoveientonsinciens cea de los que novos Imam afon, el Demdstenes de stedes, que me presenta conn iso y antigua, emperd a exsir no slo'en el mismo af aie Inclus on el ina tes» [Dintogus de orator 16 3 is que finda toga an htra oe, desde et panto de vist del insromentl yet metodo del isto atest Imporiante on la hstoriograliacitan es impacto score it Gronotost, Claro qu et tis psd por su primer elaoreien Dora de fos istvaderesaniguos os queen Beer! ose Consideran entre Tos grandes que ulzaren los historiadores etisaos, DiodoroSieuloexabecs una concordant ene fox tos consular Is olimpiadas. Troge Pompeo, conocido ta ‘Ese una sntess de Justo, presen el tm de los Calo se tos socesivos. Peo fos primero hstviadores estas tvicon tn nunc dcisiva sobre! tabnjo stoic y sobre el enc ‘Sanienocroolopce dea histria Tausebio de Cesées, autor a comienzos del siglo IV de wna Cidnea, despues de ua Historia etesistica, foe Sel tes He terindo niguo en anes amisna tect de un sir Inet pacts il del mates copia yn eae et Secon de us fonteye (Cheam, 1978 pag 243). ate lento 1s osiwtairons LAnsTORIA us stiles de los documentos permits « Eusebio y «vu remonas in segutidad ms allée a mcrnoda ie ee craks, Euscbio. cya a oy gly Sitne, 1961, ps. 495} no trad de prin een Lider, fas. 59-61); «su proyecto un poco aga ee oe Perfeccionamiento de la erudicions. libidem, pag. 63). * “ televane fue el atado de De remporum ratione de Reda (725) a | pesar de las vaclaciones los jaques constituyeron tna etapa Trporane en el camino del dominio del mpo (vce el partgn {odedicado al «Calendation; Cordoliant, 1961; Guenée, 1980, es 147-65) Bemand Guonée mostes eémo cl Occidente medieval to his- torindoes empeados en la teconstracion desu pasado deo de una hicida erudicion, Estos bistoriadores, uc hasta et sible XIIL fueron sobre todo monjes, se beneficiaron ante todo de-un derecentamicnto de Ta dacumentacion. Se vi que Ws archivos son th fendineno muy antiguo, pero la Edad Media acumulo papeles los monasteries, en Tat tglesas, en he aninisirncon fel, 9 ‘mules las bibloreas. Se consttayeron Tos lepajo, et sistetan de cius, que precisaban ibroy eaptuo. se gencralindcapecia mente baja nflacncis del monje Graziano, aor de una Compt lncon del derecho canto, et Decretum, ch Bolonia (e.1140} del tctogo Pedro Lombardo, obispo de Pris, muerto en 1160, Se puede considerate final del siglo X1y Ia mayor pate del siglo Kafcome «el tempo de una enusicion tunfanten, La eseolsstice 4 las universidades,indiferentes yan hostile respects de la his tora, que en ellas nunca se ensend (Bort, 1963} sllaon cieta represion dela cultura hisrics, Sin embargo, su ampli publica Inio siguio amando la historias, a finales de tu Edad Media esis affeionadon —caballeroso comerciantes-~ se muliplicaron, Yl gsto por l histori nacional pasa un primer plano, mientras Scaflanzaban los estadosy maciones De loos mowos el lugar de Jn historia en ct saber segua send modesto hasta el siglo XIV Jue consierada como una ciencia aniliar dela mora, et derecho Y Sobre todo de a teolog vease Lamers, 1963), aunque Hugo de San Vicor en la primera mitad dl sigo XI, eijeraen un texto televane (De iribur maviniscircumstancitsgestorum) que ctu {fuxdanentun omnis doctrine, cl fundanents de toa eieniaes pero la Edad Media no representa un hato en la evelucion de Ta encia dela historia; por el contraro, conocié la continuida! del fsfuerzahistGrico> (Guense, 1980, pap. 367) {Los historadores del Rénacistonto preston servicios emi nents Ta cienia istics imputsaron i extica de los documen- ab in | Grcon ayuda da logs smpesaton a cachare la hse ore ings den eamoleait el nacimiento de Cristo El tp a climinar de ella los mitos ¥ leyendas, colocaron las bases de E nia, hasta Cristo, despuss de Cri Chronicon (comienze del sigho V1 bu Comienon del pe de fecha, oa cae ‘nado empers asi of 3900 Stnpiza el ello ge la Tove aaron clo snl SO¥ el eicuo consulerde Rone os ¥8.60 Romo calendar june Eee se reer sobre todo sa Catan C. en Babilonia. Ein el ato Pie sladas, en el 754 la lista de los fm de ls arcontes epénimos de Aten ©. César insti El céleulo eclesidstico crstiang la ab incarnatione, esto ex, fife 6 PENSAR LA HISTORIA El comienzo de li ertica cientifiea de los textos se remonta & Lorenzo Valls, que on su De falso credita et ementita Constantint donatione deciaratio (1440), eserita a peicion del rey aragonés te [Napoles en lucha con la Santa Sede, prucba que el texto es falso porque Ia lengua empleada no puede renvontarse al siglo TV, sino ‘gue pertenecs a cuatro.9 cinco siglos mas tarde: asf las pretensio- nes del papa sobre los Estados de la Iglesia fondadas en esta supuesta donacién de Constantino al papa Silvestre se fundaban sobre Ia falsifieacién carolingia. «Asfnaci6 la historia como filo- ogi, es decir, como conciencia critica de sf y de los otros» [Garin, 1951, pag. 115). Valla aplicé la erica de los textos a los historiadores de Is antigiedad, Livio, Herodoto, Tuetdides, Salus- tio, ¥ también ef Nuevo Testamento, en sus Adnorariones, para las ccuaies Erasmo escribis el prefacio de ln edicién parisina de 1505. Pero sus Historiae Ferdinandi regis Aragoniae, padre de su pro- tector, Hlevada cabo en 14S y publicada en Paris en 1521, no es ms que una serie de anéedotas referidas esencialmente a fa vida privada del soberano [véase Gaeta, 1955], Como Bondo es entre fos historiadores humanistas et primer erudito, Valla es el primer critica ‘Después de los trabajos de Bemard Guenée tal vez.no se pue- dda mantener una afirmacién tan radical. En sus manuales de histo ‘antigua (Roma instaurata, 1446, imypresa en 1471; Roma ‘miumphans, 1459, impresa en 1472) y en su Romanorum deca des, que son una historia de la Edad Media desde 412 0 1440, 'Biondo fue un gran recolector de fuentes, pero en sus obras no hay critica de las fuentes ni sentido de Ia historia: Ios documentos se Dublicaron uno junto al oro: 2 To sumo en las Decades el orden es Exonol6gico: pero Biondo, secretario del papa, fue el primero en insertar la arqueotogia en la documentacién historia, En el siglo XV los historiadores humanistas inauguraron una ciencia historia profina libre de fabs y de invenciones sobre natures. Aqui el gran nombre es Leonardo Bruni, canciller de Florencia, cuyas Historia florentini populi (hasta 1404) ignoran lag Feyendas sobre la fundacién de la cidad y no hablan nunca de In intervencidn de la providencia, «Con él empez6 el camino hacia una explicacién natural de la historia» (Fueter, 1911), Hans Baron [1932] pudo hablar de la Profanisierung dela historia. El rechazo de los mitos pseudohistoricos dio gar wna larga ppolémica a propésito de Tos supuestos origenes iroyanos de los Francos, De Vez en cuando Etienne Pasquier en las Recherches de LamstoR| 17 la France (el primer libro es de 1560; diez libros en ta edicién pstuma de 1621), Francois Hotman en su Franco-Gallia (1573), Claude Fauchet en las Antiquités gauloises et francoises jusque 3 Clovis (1599) y Lancelot-Voisin de La Popeliniere en el Desseih de histoire nouvelle des Francois (1599) ponen en dida ef origet troyano, mientras Hoiman sostiene de modo convincente el origes erénico de los francos. Hay que subrayar en estos progresos del método histérico et papel de la Reforma. Suscitando polémicas sobre la historia del Eristionismo y libres de Ia tradicion eclesidstica autortaria, 108 reformados contribuyeron a la evolucién de le ciencia histéria, Por siltimo, los historiadores del siglo XVI, sobre todo los franceses de It segunda mitad del siglo, etomaron la antorcha de J eradicién de los humanistas itaanos det Custrocientos, Gul liaume Budé aporte una importante conteibucién a la numismética con su tratado sobre las monedas romanas: De asse et artibus ius (1514). Giuseppe Giusto Scaligero parié de la cronologia eo De emendatione temporum (1583), El protestante Isaac Casaubon, sféaix de los eruditos», replica a los wAnales eclesisticas> del muy catslico cardinal Cesare Baronio (1588-1607) con sus Exer- ‘ltationes (1612); también el flamenco Justo Lipsio enriquece Is trucion historica, sobre todo en el campo filolégico y numisins tico, Se multiplican los diccionacios, como el Thesaurus linguae latinae de Robert Estienne (1531) y el Thesaurts grecae linguae de su hijo Henri (1572). EI flamenco Tan Gruter publica el pritner Corpus inseriptionum antiquarwm del cual Scaligero compita el fndice. Por ultimo, no hay ave olvidar que el siglo XVI da a Ia Periodizacign histories Ia nocidn de siglo (véase Le Goff, ob. cit, 2 paste, cap. ID. Mientras Tos humsnistas, imitando Ia antighedad, @ pesar de los progresos de Ia erudicién mantentan a la historia én el campo de a literatura, algunos de los grandes historiadores del siglo XVI ¥y comienzos del XVI se distinguen explictamente de los hon tres de letras. Muchos son juristas (Bodin, Vigniet, Hotman, ete.) Yyestos savants gens de robe aowuncian la historia de los phifoso. hes del siglo XVIII (Huppert, 1970}. Donald Kelley mostré [1964] que la historia de los ovigenes y la naturaleza del feudalis- ‘mo no se remonta a Montesquieu, sino alos debates de los eri tos del siglo XVI a historia neva que querfan promover tos grandes humans tas de finales del siglo XVI y comienzos del XVII fue duramente r ‘elevada por Paul Hasard (1935) y George Happen [1570] fy ‘mientras la historia pasaba por un profundo eclipse. i sat Sm ete ri establecido una suerte de repertorio de vida de santos, manatees Sonservadon en ls biblioteca Dlg. Panton dear den ts, Jean Bolland hizo que ss supers apostles pubicacion de vias de sanosy dacumens hagioeene ae Seuss de acuerdo cone orden de anar Aeh ade, poe ess especies cn haga guenes Snafa bolas y que pabicron eh T683 Nes he pens oltmenes del ines enero de lo shcta Senco 1 ss siguen en lena actividad ent campo que fo dey nel pina put den crt yl engacn ws th olandista, Das! van Papenbneeek si eel tomo I'd abe tn Ace Sanctorum ee ‘tobe discemimiento ent ioverdaeroy te fan ne Séaces,Papenbnoeck no fhe especilmern: habitee aie 4k su méiodo Un Benedictin ance, Mabllon so von cl versa: fundador de la diplomatica, “ fan Maillon pence a oo dupe qu dab la en ign sus patetes de noblea, a de os bencatings te eee sgsciin reformada de Saint Maur, que hicicion emtonees he Sen Germain-des-Prés, en Paris, «la ciudadela de la erudtcton a tston no Su programa de trabajo habia sido redactado en 1648 por Luc = d'Achéry. Su campo abrazaba a los padres de la Iglesia griegos y Jasnos, la historia de Ia iglesia, la historia de la orden benedictina En 168i, Mabilion, para refutar a Papenbroeck, publics De re diplomatica, que esiablecis las normas de la diplomatica (estudio lie los «diplomas») y los eriterios que permiten discemnir la auten- licidad de los actos publicos o privados, Marc Bloch, no sin exa: eracion, ve en «1681, el afo.de la publicacién de De re diploma- fica, una gran fecha on la historia del espiitu humano> (1941-2) La obra ensefia sobre todo que ta concordancia de dos fuentes independientes establece Ia verdad, e inspirsndose en Descartes tplica cl principio de «hacer en todas partes desmontajes tan com- pletos y fevisiones tan generales» como para quedar wseguros de no omitir nada [Tessiet, 1961, pag. 641}. Se conocen dos anéedo- tas que muestran hasta qué punto, al pasar del siglo XVI al XVII ef divorcio ente la historia y ia erudicion se hizo profundo, EL padre Danicl, historiografo oficial de Luis XIV, que Fucter [19117 definis sin embargo como «un tabajador concienzudo», ‘cuando se disponia a escribir su Histoire de la milice francaise (1721), fue levado a la biblioteca real, donde le mostraron mil ‘doscientas obras que podian serle stiles. Durante casi una hora consulté varias de-ellas y por fin declaré que todos esos libros fran papelerfa initil, que no necesitaba para escribir su historia». El abad de Vertot habia terminado una obra sobre el asedio de Rodas por parte de los turcos; le rrajeron documentos nuevos. El Jos rechazo diciendo: «Ya hice mi asedio» (Ehrard y Palmade, 1964, pig. 28) le trabajo de erudicién prosiguis y se extendis en el siglo 1 XVIII, El trabajo histérico sc adormil6, despert6 sobre todo en ‘ocasién del debate sobre los origenes —germinicos o romanos {dela sociedad y las instituciones francesas. Algunos historiadores volvieron a Ja bisqueda de las cnusas, pero uniendo la erudicion senta 4 esta reflcxidn intelectual. Esta aianza justifica —a pesar de algunas injusticias para con el siglo XVI— la opinién de Collingwood: «En el sentido estricto en que Gibbon y Mommsen son historiadares, no hay historiador antes del siglo XVI, esto 28, no hay autores de «un estudio eritico 0 eonstnuctivo, euyo cam: po sea todo el pasado humano tomado en su integridad y cuyo ‘metodo sea la revonstruccién del pasado a partir de los documen- tos esctitos y no eseritos, analizados e interpretados con espiita critica» [citado en Palmade, 1968, pig. 432), 120 ENSARLAMISTORA Por su parte, Henri Marrou subrayé que «lo que consttuye el 1mérito de Gibbon [eélebre autor inglés dela History of the Decl. ne and Fall of the Roman Empire, 1776-88] es precisamente haber realizado Ia sintesis entre el aporte de Ia erudicion clisica, tal como se habia formulado poco a poco entre os primeros humanis- {as hasta los benedictinos de Saint-Maur y sus él, y el sentido de los grandes problemas humanos considerads desde lo allo y ampliamente, como posia haberlo desarrollado en él la familier dla con Tos fil6sofos» [1961, pig. 27) Con et racionalism filosofieo —que como se ha visto no two sino consecuencias fecundas en Ia historia— con el definitive rechazo de la Providencia y Ia busqueda de causas naturales, los hhorizontes de Ia historia se extienden 9 todos los aspectos dela sociedad y a todas as civilizaciones. Fenelon, en un Projet dwn ‘raité sur T histoire (1714), pretende del historidor que estudie «las costumbres y el estado de todo enerpo natal», que mueste $1 originalidad, su verdad —Io que los pintores llama la ind ‘mentaria— y simulténeamente los cambios: «Toda nacién tiene sus costumbies, muy diferentes de las de fos pueblos vecinos, too pueblo cambia a menudo través de sus propias costumbres® {mencionado en Palmade, 1968, pag. 432], Voltaire, en sus Now velles considérations sur [histoire (1744), habia pretendido wma historia econdmica, demogréfica, historia de las tecnicas las ostumbres y no solo historia polities, militat,diplomatica, Histo, Fia de los hombres, y no s6lo historia de Ios reyes y los srandes Historia de las estructuras y no sélo de los acontecimicntos. Histo. Fia en movimiento, historia de las evotucionesy transformaciones, ¥ no historia estitica, historia-marco, Historia explicativa, ¥ no Imeramente historia narrativa, descriptiva, 0 dogmética, En fin, historia plobal,..» (Le Goff, 1978) ‘Al servicio de este programa —o de programas menos ambi ciosos— el historiador pone una euidadosa endiic, que iniia vas cada vez, mis numerosas y, lo que es nuevo, las instituciones, lwatan de satistacer. En este siglo de academias y socictés savan ‘es, la historia o lo que a ella concieme no es olvidado, En el plano de las instituciones In eleccign de un ejemplo pue le recaer sobre In Académie des Inscriptions et Belles Lettres de Francia. La epequefia academia» fundada por Colbert en 1663 no comprenda mais que cuatzo miembros y st misiGn era puramente utlitaria: compitar Is inscripeiones de las medals los mont: ‘mentos que perpetuaron fa gloria del rey Sol. En 1701 sus efecti- Laxmstoni m ‘vos fueron Tlevados a cuarenta y se convirtié en aut6noma. Fue Iebautizada con su nombre actual en 1716, ¥ a partir de 1717 ie regularmente memorias dedicadas a la historia, la arqueo- Togia y la lingistica, y emprendié la edicin del Recueil des ordonnances des rois de France. Fn el nivel de los instrumentos de trabajo, se pueden mencio- hat por una parte el Art de vérifier les dates, de Ia que los maur ‘nos publicaron Ia primera edicion en 1750; por otra ia consti in, alrededor de 1717-20, de los Archivos reales de Turf, cuyos reglamentos son la mejor expresion de la archivistica del tiempo, 4a impresion del catdlogo de la bibliotece real de Parfs (1739. 53) ‘Como representante de Ia actividad erudita al servicio de ta historia puede citarse a Ludovico Antonio Muratori, nacido en 1672, bibliotecario de Ia Ambrosiana en Milin en 1694, bibliote- carioy archivista del dugue de Bste en Médena en 1700, muerto en 1750. De 1744 a 1749 publicé los Anales de Italia, precedidos (1738-42) por las Antiquitatesitalicae Medi Aevi. Tuvo especial felacion con Leibniz [vease Campari, 1892] ‘Muratori toms como modelo a Mabillon, pero en tanto laieo Jiberal, al modo de los humanistas del Renacimiento, la historia de Jos milagros y de fos presagios. Lleva mds lejos que el maurino la exitica de las fuentes, pero tampoco él es un verdadero historiador. No hay elaboracign histrica de Ta documentacién y Ta historia se reduce a la historia politica. Lo que concierne a las instituciones, a las costumbres y- mentalidades e rechazado en Tas Antiguitates ‘Sus Anales.. debieran llamarse més bien estudios de historia i Tiana ordenados cronoldgicamente, y no una obra histérica» [Fue- ter, 1911]. Desde el punto de vista que agut nos interesa, el siglo XIX es 1 decisive porque pone definitivamente en practica el método feaitica de Tos documentos, que interesan al historiador desde el Renacimiento, difunde este método y sus resultados con [ae fensenanza y'la publicacién, y une historia y erudicién En cvsnto al instrumental enudiio de Ia historia tomemos como ejemplo a Francia. La revolucign, y después el imperio, constitu yen los Archives Nationales, que colocados bajo la autoridad del Iministro del Interior en 1800 pasan a Ja del ministo de Instruccién Publica en 1883. La Restauracion cred la Ecole des Chartes en 1821, para formar un cucrpo de archivistas especiatizados que tenfan que ser més historiadores que administradores, y a quienes ke 9 Tuertemente ceido de coirin ci o. Una seta evidente Isaak mayen nat Poco tiempo de una revista hist6rica (nacional) ex i mayor parte de Los pats etc En Dinunaea on Tibsknty (1840): en alia, wArehvio Stoica inher aE Stal Sg Ia eRivista Stores Iialanas 8a) Ae axe eitschrift» (1859); en Hungria, «Szdzadok» (1867); fa Norwcea,

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