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86 del primer gobierno moderno de América en ‘manos de un presidente indigena. 40, Esta parte de la conferencia fue hablada en aymara, y luego de una breve introduccién planteé una discusién con aymara hablantes de la audiencia que no reproducimos aqui por razones de espacio. En lo que sigue, resumo y traduzco al castellano las ideas principales que surgieron de mi presentacién y del debate. Hambre de huelga Una reflexién sobre la memoria y el conocimiento! Pensar el cuerpo es recordar. Es también sentir el presente y el futuro, La vejez, el cansancio del cuerpo nos sefialan el camino recorrido,lo que nos queda por vivir. Pero esos afios también dejaron las ‘marcas de lo vividos volviendo a ellas sentimos de ‘nuevo la idea de una juventud. En los Andes, en el Sur, bajo ese cielo donde “otras estrellas nos miran” el cuerpo es también el redueto profundo del que race Ja ética interpersonal, la empatia colectiva, el llanto y la solidaridad. Amar, luchar, caminat, resistir o bailar pueden llegar a ser experiencias politicas, formas de decir que tejen un sentido sin apelar a la palabra, que interpelan a la sociedad dominante y al Estado, en un proceso de tensién «que llega a climax hist6ricos, como el que vivimos entre los afios 2000 y 2005. 88 Hoy esos hechos pertenecen al pasado. Se vive una nueva situacién de gobernabilidad aparente, de quietud y concertacién. Los cuetpos parecen haberse calmado, Los espacios para la critica prictica ejercida con y por el cuerpo parecen haberse reducido, Por eso que la funcién memoriosa del cuerpo es ahora mas pertinente que nunca. 0 La huclga de hambre ha marcado Ia historia contemporinea de Bolivia desde los inicios mismos del perfodo democritico, que permitis 1 lxs bolivianos articular sus deseos y proponer sus ideas de pais en el terreno mediador de los congresos, las deliberaciones y las leyes. Pero su cara mas oscura, la mds densa, no ha sido siquiera discutida o problematizada. La energia vital de esas movilizaciones expresaba un sustrato senti- pensante que no podia quedarse sélo en palabras La indignacién colectiva por Ja injusticia, la necesidad de parar la violencia represiva, la nocién de derechos culturales y la expresién de anhelos no dichos en torno a un estado no sélo gobernable sino ético y comprometido con su poblacién mayoritaria: tales fueron los jugos de una savia vital alimentada del “principio esperanza’, de la conciencia deseante en un pachakuti? que revuelque el mundo al revés de la colonizacién. Su fuerza transformadora era la de la anticipacién y el anhelo: Que no se escamotee nunca la presencia protagdnica de “las y los de abajo” en la politica y en la construccién de una escenario democratico plural. Que no se mate a mansalva ala gente. Que pare el saqueo de los recursos de la colectividad. Huelgas de hambre heroicas y prolongadas —como Ia protagonizada por cuatro mujeres mineras a fines de 1978— 0 la de 1984, cuando las “bartolinas” se integraron a las movilizaciones de la Una huelga de hambre en 1984 ‘Testimonio de Celinda Sosa? Era la primera vez que yo hacia una huelga de hambre; cuando iba a la huelga, mucha gente me desaconsejaba: “eres joven, no te conviene, te va a hacer dafio’, me decfan. Yo: bueno, de alguna manera tendremos que enfrentarnos, sino ¢para ‘cuéndo va a ser lo que buscamos? El primer dia ni desayuno he tomado, s6lo un vaso de leche. En Ia tarde ya tenfa deseo de un heladito, me deseaba ‘una naranja; un plétano también me deseaba, Asi ppasé ese dia. Al dia siguiente, me levanté con dolor 89 90 COBS pasando por alto las decisiones “orginicas”de sus pares de la CSUTCBM, nos recuerdan el sentido politico del cuerpo, su contundencia como lenguaje de lucha, Recordemos la més reciente movilizacién de la Unica, iniciada por Felipe Quispe, el Mallku el 11 de septiembre de 2003 como reaccién a Ia muerte de seis personas en Warisata y Achacachi Todas esas huelgas de hambre fueron eventos criticos en el proceso de remodelacién del escenario politico y democratic contemporineo. Pero el hambre ha tenido también formas. menos visibles, més insignificantes y solapadas. de cabeza; senti liviano mi cuerpo, muy liviano 1 estémago, tomaba agiita de coca. La presién se me iba disminuyendo; después me empecé a sentir cansada, aburrida. Me ponia a analizar, otra vvez, por qué estaba en huelga. Pensaba, bueno, soy joven y puede ser que esto me afecte. Pasé asi otro dia, Ya me sentia mal. Me tomaron la presién, me dieron después suero y algunas pastillas. Al cuarto dia me llevaron al hospital. All las enfermeras me pidieron que no volviera; casi me hacen llorar:“gde dénde sos? De Tarija, no te reintegres, esctichame, teva hacer mal”. Menos mal que yo he reaccionado rapido y me he animado; he subido a un taxis a Recuerdo, por ejemplo, que en los momentos convulsionados del afio 2008, cuando los comités civicos y las oligarquias de la “media luna” optaron por la estrategia de la infacién provocada, subiendo unilateralmente los precios del aceite, el arroz, Ia carne, y el pollo, la estrategia de la inflacién provocada, de pronto esa estrategia se les desinflé, Cierto, el habil manejo del Estado, con la creacién de una empresa estatal de distribucién de alimentos y el decreto que establecia requisitos de cubrir la demanda interna antes de obtener permisos de exportacién, fueron elementos clave la COB he dicho. Me reintegré a la huelga. Al quinto dia ya estaba mas guapa; el dia que salimos estaba buenisima. Claro, es un decir; la huelga de hambre no es bonita, es fea; es como si se estuviera en dl titimo dia de vida; es desesperante; se esti ‘como durmiendo pero con los ojos abiertos; vemos dl pasado; todo regresa; todo se hace presente y sofiamos también el futuro como en vision de deseos que salen del pasado, como si fuera de la tierra misma. Me volvia a preguntar: gpor qué estoy aqui, por qué no me voy a mi casa? Me acordaba ese rato de mi familia; sofiaba que me cestaban dando una ollita de comida y que yo no a 92 en el desenlace. Pero en mis incursiones sabatinas por ef Mercado Rodriguez, pude apreciar otras aristas de esa pulseta con las oligarquias. La rabia de la gente ante el alza de precios era perceptible en todo el espacio de Ia feria: amas de casa, trabajadores del hogar, uno que otro cumplido padre de familia, vociferabamos nuestra indignacién en grupos. Circulaba la consigna de no comprar aceite de las empresas Marinkovic, nos pastbamos recetas para prescindir de este Iiquido en la cocina diaria. La bronca nos quité el hambre de aceite, azticas,y arroz. Mis adelante, los Jes queria recibir. Y vuelta pensaba en otras cosas. ‘Me imaginaba zeémo serfa si ahora sacéramos al Gobierno y pusigramos a otra persona? Pensaba en contra del Gobierno, contra los militares, contra esas compafieras que me acusaban de nifia boca de leche. De todo le viene a una a la cabeza, con el hambre. No querfa pensar, pero no podia. La memoria se lena, la fantasia vuela. Pensaba, si nosotros logréramos el poder, como seria si los poderosos de hoy, nos vienen a pedir asi con huelga de hambre? gqué les diriamos?... gedmo seria ese dia para nosotros? Asi me preguntaba y me quedaba calladita, En esos momentos una lo repiensa mafiazos de la Buenos Aires iniciaron una huelga contra el alza en el precio de la carne, simplemente negindose a comprar, lo mismo sucedis con fos minoristas de carne de pollo.Los animales faenados se pudrieron, los silos y depésitos excedieron su capacidad, y nosotros sin hambre... La rabia nos habia quitado el deseo de comer muchas cosas, que de pronto sabjan a explotacién y a maquinizaci6n. ‘Nos volvimos vegetarianos por un tiempo, y quizés ‘muchos pudimos apreciar 2 largo plazo las delicias y beneficios de esa opcién. todo: seré que vamos lograr el poder, asf només, yendo con la huelga de hambre o gserd también que tendremos que preparamos técnicamente? Y ‘me ponia a pensar en los bloqueos, las huelgas de hhambre; son armas, si, pero no bastan, Entonces pensaba también en las otras armas. {Cémo seria si tuviera un arma en las manos? En la noche me sofiaba con armas; y me quedaba también calladita porque eso es peligroso... Se vienen ideas sobre ideas, se cruzan, se sobremontan; una puede volverse loca. Trataba de olvidar, de dormir, de pensar macanas, pero igual; ‘vuelta me acordaba de lo que contaban de Cuba, 93 94 sie El que una colectividad atomizada - pueda enfrentar y triunfar sobre una estrategia politica destinada a jugar con la necesidad més vital de las personas, no es algo que ocurre ficilmente ‘en una sociedad que, como todas las que se han articulado hace mucho al mercado capitalista, sucumbe al fetichismo de la mercancia y al egoismo del consumo personal. La adopcién deliberada de una estrategia de no consumo, extendida cotidianamente, semana tras semana, ‘Nicaragua; me acordaba de las peliculas. Pensaba: Jo bueno es que si nosotros cayéramos en combate, otras compafieras nos van a seguir, ese era mi pensamiento ese rato. Y me ponfa a pensar en don Jenaro y me daban ganas de llorar gpor qué, carajo, tiene que encontrarse en silla de ruedas? gpor qué Jos militares nos miran como a perros, como a gente de otro planeta? gacaso no somos bolivianos? Nos reprimen, nos balean, nos matan; piensan que no somos personas zpor qué nos matan? zseré que tienen otra mentalidad, otros sentimientos: tanto les han lavado el cerebro los yanquis que ya no sicnten como humanos? Ese rato me dije, cuando en e508 meses tortuosos del afio 2008, deberia ayudaros a recordar al hambre como un resorte ético colectivo, como una politica del cuerpo que surge desde lugares muy concretos: el gamasa, la purakas y 1a boca. Hoy estas lenguas y esos lenguajes siguen su movimiento sinuoso en las caminatas de los pueblos indigenas de tierras bajas: un modo de resistencia simbélicay corporal inquebrantable,que despliega en Ja vastedad del paisaje una geografia, de la identidad y del transito, de la mismidad y la transformacién. Todo ello en el Lenguaje del les legue su hora a estos militares los vamos a amontonar y les vamos a echar gasolina y desde abajto les vamos a hacer arder. Después nos poniamos a tejer, entonces me olvidaba de todo, me relajaba; pero dejaba de tejer, yy tsjang, como Iluvia me venia todo. Pensaba en las empleadas domésticas, gpor qué la COB que habla de todos los sectores, no se acuerda de ellas? gy la CSUTCE que siendo ellas también de origen campesino,no dice nada? Ellas vienen a sufrir a las ciudades. Por qué no tienen ningiin derecho? gpor qué las olvidamos? gacaso no son trabajadoras? {acaso no son personas? zqué clase de pais es este? 95 96 sacrificio, en un flujo de gestos de fuerza interior conporizada (gamasa). Pero el poder de las palabras vuelve a reinar una ver cerrado el ciclo de la catarsis colectiva, Aquellos gestos y mensajes se codifican como “folclor”, como Album fotogrifico 0 como “identidad étnica’, datos omamentales que salpican la ret6rica nacionalista, patriarcal y conservadora de las elites letradas. Al igual que en las pesadillas de un artista, los g'aras6 moldean el estado y la politica suplantando a los indios. Son sus insidiosas lenguas y sus formulismos letrados sobre el vivir bien los que embadurnan y degradan los horizontes potenciales de este pachakuti. En estos tiempos de “normalizacion’ revolucionaria y de discursos sobre el buen vivir que no se fundan en précticas, me ha dado hambre de buelga. Ahora que las huelgas (las de hambre y las otras) se hacen por pegas, por intereses estrechamente sectoriales o por salir impunes en el quebrantamiento de las normas de la convivencia republicana, siento hambre de huelga, hambre de memoria y hambre de accién cultural colectiva, Notas 1. Publicado en E/ Colectivo 2, revista estacional, alternativa e irreverente miim. 4, aka phaxsi-2010, pp. 49-53. 2-El mundo al revés, renovacién 0 catéstrofe —como muchos conceptos puede tener dos sentidos divergentes y complementarios— del smundo;la revuelta o conmocién del universo; pacha = tiempo-espacio; kuti = vuelta, tuo, revolucién, Ver Silvia Rivera Cusicangui, Violencias (re) encubiertas en Bolivia, La Paz, la mirada salvaje, 2010, p. 43. 3. Central Obrera Boliviana. 4, Confederacién Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, 5. Abdomen en aymara. 6, Desnudo, pelado; més que el color de piel, es ‘el que carece de algo fundamental, un “incivilizado’ por no cumplir con las regla y el objetivo fundamental de la conviviencia”. Ver Xavier Alb6, “Suma Qamaiia = el buen convivir” en OBETS, Revista de Ciencias Sociales no. 4, diciembre de 7 8 2009, pp. 25-40 (disponible en Internet en: seeps//raa.ua.es/depace/bitstream/10045/13391/1/ Obets_4_03.pdf). 7. Tomado de Lucia Mejia et al, Las bijas de Bartolina Sisa, La Paz, HISBOL, 1984. Un paseo por la Biblioteca Colonial? ‘Al dirigirme a una audiencia ilustrada, no puedo sino confesar que las ideas que aqui expongo son una mezcla abigarrada de pensamientos y sentimientos. Surgen de la experiencia bizarra y contradictoria de entrar a las bibliotecas de Jas universidades en Estados Unidos, por vex primera en 2001, como profesora visitante de Ia Universidad de Texas en Austin, luego en Nueva York en la Universidad de Columbia y finalmente ‘en 2007 en la Biblioteca Hillman, frente a ese feo edificio neogético que los capitanes de la industria en Pensilvania bautizaron como “la Catedral del Aprendizaje” (The Cathedral of Learning) en la Universidad de Pittsburgh. Sin dudas mi favorita fue la Hillman —cuyo director Eduardo Lozano Ia ha enriquecido por décadas con un acervo inmenso sobre América Latina, y especialmente con una buena seleccién de libros 100 ¢ impresos raros sobre Bolivia. Pero para entonces Ja sensacién de ser un ratén de biblioteca, o una cextranjera subalterna en los Estados Unidos, habia disminuido en algo, dando paso a un sentimiento de recuperar Ja dignidad y ta prestancia, debido a mi inadvertida conversién en una suerte de antropéloga a contrapelo. Hojas de papel Llegar de un sistema bibliotecario desorganizado y degradado, como el que hay en mi pais yen mi propia universidad, a experimentar el sistema de bibliotecas universitarias en los Estados Unidos provocé emociones intensas y contradictorias: de asombro y a Ja vez de desesperacién, una sensacién de expansi6n de mis _horizontes intelectuales y, al mismo tiempo, un profundo sentimiento de frustracién. De hecho, la paradoja de ser un ave migratoria, una suerte de turista intelectual en las universidades estadounidenses, quedé adecuadamente representada por el carnet plastificado con sello digital, que me identificaba como Profesora Visitante y me daba ilimitados privilegios bibliotecarios?, Podia llevar tantos libros como quisiera a mi oficina 0 a mi casa, por todo el semestre. Inclusive podia solicitar libros de otras bibliotecas, o aquellos que ya habjan sido prestados a otra persona, aunque debia devolver los que tuviera si alguien los reclamaba. Podia fotocopiarlos 0 escanearlos integramente —en ‘un pais que se precia de la mas severa legislacién contra la pirateria— siempre que fuera a usarlos para “fines pedagégicos”, aunque Ja cantidad de texto que escaneé o fotocopié era tan grande que rningin material de curso lo hubiera justficado. Pero Jo hacia de noche, con el argumento de {que no tenia una laptop para trabajar en casa. La paradoja de mi caret, que usaba también para abrir puertas en los edificios principales, residia en la fecha de expiracién, que marcabs el fin repentino y total de mis privilegios. Al dia siguiente regresé ‘a mi condicién de extranjera, si no de extranjera ‘legal (mi visa era valida hasta unos dias después de que expiraba mi contrato de profesora), por Jo menos de exilada universitaria, porque no podia “tocar las puertas del cielo” (Dylan) de las bibliotecas universitarias a menos que estuviera acompafiada de uno de mis estudiantes o tuviera ‘una credencial de “‘visitante”, que expiraba a diario, yy que me era concedida después de hacer largas colas en las ventanillas de administracién, Fue en estas bibliotecas donde por primera vez aprendi la palabra browsing, que significa algo muy placentero: pasear y perderse en los innumerables pasillos y pasajes rodeada por 101 102 anaqueles. Al principio, fue dificil encontrar los libros que identificaba por ntimero de clasificacién, pero pronto descubsf que no tener el mimero era inclusive mejor: me permitia descubrir el sistema clasificatorio detras del eatilogo y anoticiarme del significado de los e6digos que més me interesaban. Asiacabé tomando el toro por lasastas:el Thesaurus del Catélogo de la Biblioteca del Congreso. El método més simple de bisqueda en linea en el catélogo me llevé a meandros inesperados. Inicialmente, sélo escogi una palabra clave para iniciar mi biisqueda: COCA. De una enorme seleccién de libros, encontré un montén de ejemplares con Coca Cola en el titulo —algunos muy ttiles—, una lista pequefia sobre los indios Coca que viven en una isla cerca de Guadalajara yun inmenso caudal de materiales sobre cocaina y crack, junto con una pequefia seleccién de libros sobre a planta misma y o sus hojas..Inclusive luego de agregar la palabra HOJAS encontraba cosas interesantes. Para entonces, perdi mis privilegios en Columbia y tuve que ir a Ia Biblioteca Publica de Nueva York, donde al buscar con las palabras clave HOJAS DE COCA, luego de una breve lista sobre el tema, aparecian en Ja pantalla titulos bajo “Ver también”: ver también crack, abuso del crack, cocaina, abuso de cocaina, bebés del crack y ‘cosas por el estilo. ‘Dos sensaciones contradictorias emergieron de Ia experiencia, que se confirmarian una y otra vez en las calles y subterrineos de I Gran Manzana. Por ua lado estaba haciendo algo que exito completamente cuando estoy en Bolivia: estaba antropologizando a mis congéneres y hasta 12esas entidades impersonales llamadas bibliotecas, universidades o sistemas de catalogacién. Pero al mismo tiempo, me encontraba en una posicién inedmoda como “extranjera ilegal” potencial de la peor especie’. Mi libro Las Fronteras de la Coca comenzé a tomar giros inesperados. Sobre la base de la experiencia bibliotecaria cuasi ‘etnogrfica, que apenas estaba iniciando, comencé a pensar la frontera y el limite no solamente como barreras fisicas a Ia circulacién de cosas y personas sino también como fronteras ideolégicas ¥ epistemolégicas que forman un sentido comin y establecen lo que Bourdieu llama una doxa. De hhecho, cuando conocf aun ilustrado aspirante a doctorado en Ciencias de la Comunicacién en casa de un amigo en Austin, me pregunts “qué tal es el efecto?” y “zes buena para el sexo?” mientras yo hablaba de mascar hojas de coca y luchar por su descrimninalizacin. Mi reaccién fue una mezcla de impotencia y risa. Encontré que no habia heterodoxia posible respecto de la legalizacién de las hojas de coca, a menos que se la llevara 103 104 al extreme dentro de la plataforma principal del movimiento por la descriminalizacién que quiere todo —desde Ia herofna hasta el peyote y las anfetaminas— sea de libre acceso, solamente sujeto a las regulaciones estatales y a las fuerzas del mezcado. Por el otro lado, cuando traté de acercarme a miembros del movimiento de los Pueblos Originarios de los EEUU, buscando debatir y conectar, me encontré con el hecho de que una de ‘sus principales lideres habia sido asesinada por las FARC en Colombia. La Iglesia Nativa Americana, del ayawaska estaba fuera de mi alcance, pero intuyo que considerarfan que su planta —o los vegetales que se usan en la bebida de ayawaska— deberia ser legal, mientras que el resto de las plantas del mundo clasificadas como droges no deberian serlo, Para mi mayor desesperacién, algunos afios después el presidente de mi pafs, un ex cocalero, una vez que lleg6 al poder lanz6 una campafia feroz para erradicar los cultivos, la venta y consumo de marihuana, al punto de que hoy es més facil comprar pasta base (una forma degradada de crack de cocaina altamente t6xica) en las calles de las ciudades bolivianas, que una poca de ganja, que en Bolivia es conocida como Bayer (pongan al reves yerba y les dard el nombre de la corporacién transnacional). Refrnos de nosotros mismos y de los demés es tal vez la forma mas ttl de iniciativa subalterna que los bolivianos cargamos en nuestras mochilas. Pero velvamos a la investigacién sobre la biblioteca colonial, que pronto derivé en dos linens de trabajo. La primera fue ir més allé de Ja nocién gcogrifica y naturalista de frontera y explorar sus ratices metaféricos, més o menos en la senda dela proposicién de Gloria Anzaldia,enlaqueloslimites ideolégicos, nacionales, sexuales y epistemolégicos de la frontera méxico-estadounidense son cruzados y problematizados. El libro Las Fronteras de la Coca fue resultado de ello’. La segunda linea me llevé de nuevo a la biblioteca. Durante el semestre de primavera de 2007, conocerfa a Tina Ross, bibliotecaria en Ia Universidad de Pittsburgh, quien amablemente me ayud6 a realizar buisquedas més avanzadas en. los catélogos en linea, no siempre accesibles para legos como yo,y asi pude obtener todos los titulos sobre coca y el campo seméntico que se le asocia, desde 1750 hasta 2007. Algunos de estos titulos me mostraban aspectos del tema completamente inesperados. Descubri, por ejemplo, que las hojas de coca y la cocaina eran formalmente legales hasta 105 106 1914, cuando la Ley de Harrison sobre Nareéticos fue aprobada, pero que hasta el final dela Segunda Guerra Euro-Estadounidense ambas circulaban ampliamente como mercancias globales. Algunas raras tesis de doctorado escritas en Alemania y Austria entre 1910 y 1920, traducidas al inglés en 2003, mostraban que al menos el 60 por ciento de la provisién mundial de hojas de coca para et mercado mundial venia no de Perit o Bolivia sino de Ia isla indonesia de Java, y que eran producidas bajo sistemas de cultivo coloniales y posteoloniales, aque las suministraban a laboratorios en Alemania, Francia y los Estados Unidos. a circulacién global de hojas de coca se habré de detener solamente en Ia postguerra,con el inicio de la Guerra Fria en los afios cincuentaS, Durante un viaje a Yogyakarta en 2005 tuve ademés la oportunidad de descubrir que los migrantes chinos en Indonesia elaboraron un tipo de licor que circulaba por toda Asia y que presumiblemente contenia las hojas —en Filipinas ‘era llamado “vino de chino’— y que el témino Jaka babia sido incorporado en la farmacopea china probablemente desde tiempos coloniales. Ningtin rastro de estas historias esta disponible para el piblico en general. Los bibliotecarios y sus luchas en los Estados Unidos son parte de esta segunda linea de investigacién, De hecho, el sistema de catalogacién, esun conjunto altamente estructurado y codificado de reglas y procedimientos, aunque siempre tiene {que pasar por las decisiones y actiones de personas concretas. Prejuicies y Antipatias, un libto editado ‘en 1971 por Sanford Berman, inicia con dos epigrafes. Uno es de Bertolt Brecht y va dirigido alos académicos —profesores y estudiantes— que frecuentan las bibiiotecas universitarias en los Estados Unidos. Ustedes con la seriedad de sus estudios _y el goce de su conocimiento (pueden volver la experiencia de la lucha en propiedad comiin _y transformar la justica en una pasion? El segundo es de Sidney L. Jackson, quien es miembro del movimiento de bibliotecarios radicales: Es hora de derribar los encabexados teméticos EI encabezamiento temético que descubri en 2001-2002 era HV, y se refiere especificamente 1 temas de Criminalidad y Patologia Social. Es precisamente bajo éste que se catalogan la mayoria, 107 108 de los libros sobre hojas de coca, incluyendo algunos tan inocentes como La Coca... Tradicion, Rito ¢ Identidad, publicado por el Instituto Indigenista Interamericano en México, junto con estudios sobre Ia adicci6n al erack y otros similares. Pero extrafiamente History of Coca, “the Divine Plant” of the Incas (La bistoria de la coca, “la planta divina” de ses Incas) de William Golden Mortimer, publicado, por vez primera en 1901, que considera los beneficios para la salud de la coca y la cocaina, no esti catalogado en esa seccién sino bajo Medicina Herbolaria?. La razén es que la estigmatizacion tanto de las hojas de coca como de 12 cocafna (desechadas juntas luego de la Convencién Unica de 1961) alcanz6 un punto muy alto en los afios setenta, en lo mas alto de la revolucién hippie, En ese sentido, como sugiere Ranajit Guha, los términos della ecuacién se invitieron:lo que estaba astiba y era entonces considerado como “Bueno” fue puesto en el otro extremo de la ecuacién y fue considerado desde entonces como “Malo”8, Fue a partir de los setenta que todos los libros que tratan los usos religiosos, medicinales 0 etnogréficos de la coca fueron mal colocados bajo el encabezamiento temético de conducta criminal y patol6gica. Sanford Berman y sus colegas no consideraron los prejuicios y antipatias contra las plantas, debido a su perspectiva antropocéntrica en su critica alos sistemas clasficatorios. El subtitulo del libro es “Un folleto en los encabezamientos teméticos LC relativos a la gente”, y su edicién mis reciente es de 2014, En él podemos encontrar que, como resultado de la lucha de bibliotecarios iberalesyhumanistascomodl losencabezamientos temiticos Negros y Cuestién Racial fueron reemplazados por Afroamericanos y Relaciones Raciales, los encabezamientos tematicos Cuestién Judia y Peligro Amarillo fueron eliminados. Una referencia “Ver también” para Gitanos, que decia “Maleantesy Vagabundos” fue desechada,asicomo clenlace “Perversién Sexual” en Homosexualidad, y el autoritario ‘Administracién de la Infancia” cambié a“Crianza Infantil’. ‘Aunque, segiin Berman, la mayor parte del trabajo, incluyendo los temas relativos a la gente, ‘esté por hacerse; Ja gran mayoria de términos abusivos © inapropiados (como el descriptor “Primitivo” para toda clase de grupos y ereaciones huumanas,o el de“Oriental” para lo mismo en Asia) todavia abundan y estin lejos de ser borrados 0 ‘cambiados. Gracias al nexo que Tina Ross desarroll6 con miinvestigaciénsobrela COCA, consigui6en2010, en un congreso de bibliotecarios estadounidenses, que se aprobara una recomendacién para sacar Jos titulos mas descaradamente prejuiciosos sobre 109 m0 “Pricticas Medicinales”, “Rituales’, “Consumo Tradicional” y“Hojas de Coca’ del encabezamiento temético HV de “Patologia Social y Criminalidad”, Sin embargo, la batalla parece haber tomado un rumbo distinto. En 2006 otro bibliotecario con cl sugerente nombre de Thomas Mann entregé un informe a su asociacién preguntando “Qué est pasando en la Biblioteca del Congreso?”, que trata bésicamente de la pérdida de significado y profundidad en la investigacin en ciencias sociales y humanas, debida a la ecuacién de navegar con los motores de bisqueda de Google y Amazon que ha reemplazado el placentero paseo entre losanaqueles de las bibliotecas!0, Por otra parte, mientras las bibliotecas se hacen més grandes y adquieren mas colecciones, el espacio comienza a serun problema. Los libros que no tienen demanda por affos son transferidos a grandes almacenes 0 depésitos, y son catalogados de acuerdo a su orden de llegada. ‘Ya no se encuentran tesoros inesperados en los anaqueles mientras se buscan otros libros con el ‘mismo encabezamiento temético. Periédicamente, ‘muchos de los libros lmacenados en los depésitos son desechados, por considerarlos inttiles o sin valor para cualquier clase de investigacién. Es asi cémo consegus un libro que estuve buscando mucho tiempo: Coca Exotica. An Iustrated History of Cocaine (Coca Exética, una Historia lustrada de la Cocaina) de Joseph Kennedy, el que finalmente compré de una libreria de libros usados a través de Internet, Tenfa un sello en la ditima pagina que decia “Descartado”. Luego de décadas y siglos de coleccionar, catalogar y almacenar conocimiento escrito de todas partes del mundo, y de diversas tradiciones escritas, las bibliotecas estadounidenses se han convertido en cementerios del conocimiento, y los depésitos son el equivalente de extensos ‘campos de fosas comunes y anénimas, Lejos de toda posibilidad de convertir “la experiencia de la lucha en propiedad comin” o de “transformar fa justicia en pasidn’, el encierro privado de un archivo inmenso de conocimiento humano en estas bibliotecas es un acto de dominacién y apropiacin coloniales. Es ademas una estrategia de despolitizacién, una _prosa contrainsurgente que moldea el conocimiento de sentido comin del piiblico y de los medios. Asi, aunque la conversién de la educacién superior en una mercancia, y de las bibliotecas en un privilegio caro, el acto de archivar bloquea el camino que leva del conocimiento a la accién. Y para vergiienza de nuestras sociedades subalternas, es evidente que muchas de las colecciones més valiosas de libros y panfletos del pais han sido vendidas a bibliotecas estadounidenses, lo mismo que archivos filmicos m m2 y fotogréicos. Muchos ex presidentes de Bolivia donaron sus memorias y documentos personales a estas instituciones. Nuestro Archivo de Sevilla contemporineo esté ahora localizado en el sistema bibliotecario de los Estados Unidos, inaccesible para Ia gran mayorfa de la gente que ha vivido en came propia y producido los pensamientos y esfuerzos que estén detris de esas hojas de papel. Las arrugas de los abuelos En 2006, en medio de una intensa agitacién politica provocada por las elites de tierras bajas de Santa Cruz y la “Media Luna” contra el gobierno del presidente electo Evo Morales, ef Ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, declaré a la prensa que no le gustan las bibliotecas, y que no habia leido un solo libro en muchos aftos. “Yo leo en las arrugas de nuestros abuelos’, dijo, y a ello siguié una serie de comentarios burlones y agresivos en la prensa diaria. Las opiniones fueron de la critica de su “ignorancia” a la negacién de su derecho a ocupar tan importante cargo en el gobierno, El subtexto de todas éllas es solamente Ja confirmacién de la hegemonia de la “ciudad letrada” (Rama), que valora el conocimiento adquirido en los libros mas que el conocimiento prictico de una cultura que, pese a los siglos de copresidn y explotacién, ha conseguido preservar un patrimonio substancial de recursos interpretativos, de logros arquitecténicos, astronémicos, ecolégicos y agricolas. Pero sobre todo, se trata de un cuerpo de conocimiento oral y performativo, enraizado en la vida cotidiana y en la préctica comunitaria, Por tanto,es un conocimiento que implica compromisos &ticos, construcciones estéticas y epistemolégicas. El conocimiento oral es performativo, Se completa en forma de actos colectivos de discusso como la iwxaria 0 segafio ceremonial que ocurre en algunos momentos del ciclo vital de individuos y comunidades. El acto total de una fuxaria es una filosofia de la prictica que entrelaza las dimensiones psicol6gica, religiosa, econémica y politica en un solo cuerpo interpretativ. Elministro Choquehuanca,en otra entrevista con un periodista, traté de traducir el aforismo aymara fagikunas péinipuniwo akapachansa (todo en el universo viene en pares) de modo aproximado ¥y esquemético: dijo que para los aymara “hasta las piedeas tienen sexo”. La conceptualizacién binaria que polariza el mundo en pares opuestos, inclusive cuando usualmente crea un tercer espacio en el que las identidades dobles o mestizas pueden existir, es un rasgo central del sistema clusificatorio aymara. En el caso de las piedras, fa distincién tiene no solamente implicaciones m3 m4 conceptuales sino pricticas. Por ejemplo, cuando se Gene que construir un horno tradicional de baszo y piedras, © cuando tienen que alincarse las paredes de un hoyo en Ia tierra para cocinar una watbiya, es crucial distinguir claramente las piedras macho de las piedras hembra. Una de cllas es débil y se parte con el fuego pero la otra es fuerte y resistirdaltas temperaturas sin partirse. Partirse 0 no son cualidades que no estén fijas a ‘una u otra invariabilidad de los sexos: en algunas regiones la piedra macho es débil y la hembra es fuerte, y en otras es a Ia inversa. Pero estos no eran los temas discutidos por los periodistas que comentaban las declaraciones de Choquehuanca. ‘Al dia siguiente, una caricatura apareci6 en uno de los diatios. Mostraba una carretera bloqueada por un montén de piedras. No habia personas en el bloqueo, sélo piedras, una encima de otra, y algunas eran entrevistadas por la prensa. Una de las picdras declaré: “Esto no s un bloqueo de caminos, es una orgia de piedras". El significado de “las piedras tienen sexo" habia sido torcido para asociarlo con la imagen de un montén de piedras copulantes. El circulo del maleritendido cultural se habta cerrado. El absurdo y la abyeccién se impusieron sobre cualquier posibilidad de diélogo con otra racionalidad, con una forma alternativa de comprender el mundo de la vida. En lengua aymara, hay dos palabras para Spensamiento”:/up ia, la forma cerebral y racional del pensamiento, asociada con la vista y con la luz. La rata lup't significa luz solar lo que la rclaciona con fa claridad de la mente. La otra palabra es amuyt'aria, wa modo de pensamiento basado en la memoria, la reflexion y el sentimiento, que esté cenraizada en otra parte del cuerpo: las entrafias superiores 0 cbuyma. Chuyma es un concepto genérico que incluye el corazén, el higado y Jos pulmones. El conocimiento que surge del amuyt'ara ¢s wna suerte de metabolismo, con el fatido del corazén y Ia inhalacién y exhalacién ritmica de aire a través de los pulmones, y este metabolismo es un intercambio de energias entre el cuerpo humano y la totalidad del cosmos del que los humanos somos parte. La idea de que el cerebro es el sitio del conocimiento racional y de aque el corazén es el sitio de las emociones es parte tun punto de vista eurocéntrico hegeménico. La supremacia de la ciencia, de la educacién superior y de la biblioteca como archivo del conocimiento hhumano ha negado, distorsionado o fragmentado sisteméticamente todas tas demés formas de conocimiento, y en consecuencia ha eliminado la posibilidad de cualquier conversacién con elas, Este es un acto unilateral que rechaza conectar y comprender nada fuera de sus propias m5 né premisas, Los centros de ciencia hegeménicos, y copecialmente en las ciencias humanas y sociales, atin localizados en los Estados Unidos y Europa, Es cn estas sociedades, que se han beneficiado por siglos del pillaje colonial de recursos naturales y fhumanos del resto del mundo, donde un nuevo proceso de expropiacién tiene lugar: el flujo de libros y otras formas de conocimiento de sur a norte bajo el mando de la educacién superior capitalista y comercializada convierte al sistema bibliotecario en un nuevo y més perverso modo de dominacién colonial. Las puertas del cielo sélo en apariencia estén abiertas. - Notas 1. Ponencia inédita presentada en la conferencia Dis/Locating Culture: Narratives and Epistemologies of Displacement (Cultura Dis-localizada: las narrativas y las epistemologias del desplazamiento) en Ja Rice University, Houston, diciembre 9 y 10 de 2011. Actualizada en febrero de 2014. 2. Mi experiencia presente en la Universidad de Nueva York no ha sido todavia tan placentera. De alguna manera as cibersefiales de mi credencial de la biblioteca se enredaron en alguna parte y tengo problema para sacar ejemplares dela filmoteca, que slo que mas me interesa actualmente. Durante las tltimas dos semanas el estatus de “suscriptor invitado” que me asignaron por error no ha sido corregido, y como el aforismo del sur dice: el perro le echa la culpa al gato, el gato al ratén y el ratén a... la computadora. El dia que ya estaba fa punto de Worar de desesperacién volvi a los anaqueles tratando de seguir las recomendaciones de mi amigo argentino, el escritor Alfredo Grieco, y mientras buscaba la novela de William Harris, El palacio del pavorreal, encontré de pura casualidad otro tesoro caribefio con infierno y W 8 paraiso: Al interior de Michelle Clif. Regalo de la Pachamama, 3. Aunque no puedo crwzar las fronteras Sur- Norte con hojas de coca, la he mascado por lo menos durante tres décadas. 4, Silvia Rivera Cusicanqui, Las Fronteras de la Coca, Epistemologias colonialesy circuitos alternations dela boja de coca. El caso de la frontera Argentina, La Paz, IDIS-Aruwiyiri, 2003. 5, Paul Gootenberg, Cocaine: global histories, ‘Nueva York, Routledge, 1999. 6. Sanford Berman. Prejudices and Antipatbies. A tract on the LO Subject Heads Concerning People, Jefferson, McFarland & Company, [1971] 2014. 7. Varios autores, La Coca... Tradicién, Rito ¢ Identidad, México, Instituto Tndigenista Tnteramericano, 1989; William Golden Mortimer, History of Coca, the Divine Plant of the Incas, publicado por primera vez en 1901. 8, Ranajit Guha, “La prosa de contrainsurgens en Silvia Rivera y Rossana Barragén, Debates Posteoloniales. Una introduccion a los Estudios de la Subalternidad, La Paz, SEPHIS-Historias / Aruwiyiri, 1997. 9. Sanford Berman, op cit, passim. 10. Thomas Mann, “What is Going on at the Library of Congress?", junio 19 de 2007. Consultado por dltima vez en marzo de 2014: http: /Avww.guild2910.org/ AFSCMEWhatlsGoingOn.pdf Ver también Karen Markey, “The online library Catalog. Paradise lost and paradise regained?” en D-Lib Magazine, Volumen 13 ‘Nos. 1-2, enero/febrero de 2007. Ultima consulta en febrero 6 de 2014: htp://www.dlib.org/dlib/ Jjanuary07/markey/01markey.heml. 11. Joseph Kennedy, Coca Exotica, An Illustrated History of Cocaine, Madison, Fairleigh Dickinson University Press, 1985. ng

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