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Azotes y latigazos

Instrumentos (1)
En estos artículos explicaremos las técnicas relacionadas con el uso de látigos, azotes,
floggers, correas e instrumentos flexibles similares en un contexto de BDSM.

Haremos diferencia entre las técnicas para los floggers y aquellas para látigos y azotes
de varias colas.

Aun cuando un flogger, el azote corto y de mucha colas de BDSM, es un azote de colas
múltiples, es diferente, en forma y en uso de los otros azotes, como el látigo de nueve
colas, el pleti o el flagrum.

El flogger (usaremos su nombre en ingles, ya que no encontramos un nombre difundido


en castellano. Lo hemos visto como látigo de tiras) con sus colas hechas de tiras de casi
cualquier material, es un látigo moderno, diseñado pensando en juegos sensuales. Los
otros azotes fueron diseñados pensando en causar dolor. Su intención es lastimar, cortar
la carne, y se usaban para castigos severos.

Algo a considerar: con la excepción de algunos floggers livianos, hechos de materiales


suaves, la mayoría de los látigos no son juguetes, sino armas. Lea Seguridad, Seguridad:
el látigo y Como funcionan los instrumentos, antes de continuar con este artículo.

Practique mucho en objetos inanimados antes de pegarle a alguien.

Sensaciones
Dijimos en otros artículos que golpear a su sumiso es, para la gente que gusta de
BDSM, sólo una manera diferente de tocar, acariciar o estimular al otro. Azotar es una
manera muy poderosa de tocar a un sumiso, tanto física como psicológicamente.

Con una paleta, una caña u otros instrumentos más o menos rígidos, se puede pegar con
la fuerza que uno desee, desde un leve toque a un golpe salvaje. Con un látigo, hay una
velocidad mínima para pegar, que es la que permite que las colas se extiendan en el aire
antes de golpear. Con azotes de varias colas, hace falta algo más de velocidad para que
las colas se mantengan paralelas sin enredarse. Y cada látigo tiene un peso diferente.
Como la fuerza del impacto depende del peso del instrumento y de su velocidad cuando
llega al blanco, hay una fuerza mínima de impacto, diferente para cada látigo. Por eso
un dominante suele tener varios diferentes.

Pero teniendo diferentes látigos, digamos dos o tres de floggers de diferentes materiales
y peso creciente, una correa o cinto (o un látigo con una cola ancha y plana, como un
rebenque), un azote de varias colas y un látigo de una cola corto, el rango de
sensaciones que se puede ofrecer al sumiso es variadísimo.

Se pueden pasar las colas sobre la piel, acariciándola. Se puede pegar suavemente como
en un masaje, o se pueden hacer pasar las colas cerca de la piel para que solo el aire la
acaricie. Se puede golpear desde suavemente hasta realmente fuerte, con la punta de las
colas o con tanto de su largo como se quiera. Se puede pegar para producir ardor o un
profundo dolor, (y si no se es cuidadoso, para cortar la piel de su pareja). El nivel de
sensaciones y la intensidad del estímulo pueden ser más variadas que con cualquier otro
instrumento que no sea la mano humana.

Desde luego, sólo Ud y su pareja pueden decidir lo que les gusta y cuales son los
límites.

En cuanto a la parte psicológica, estar atado, indefenso en manos del dominante, viendo
en su mano el látigo, el instrumento que lo hará sufrir, hace recordar todas las escenas
de azotes que vio en las películas. Ud. sabe que será castigado, y bien castigado. Si la
sesión se va a basar sólo en sensaciones, sentir las colas del látigo rozando la piel,
acariciando y golpeando alternativamente, tocando y amenazando su cuerpo, sus partes
más íntimas, será algo para recordar. Y con un azote o un látigo, el hecho de saber que
los golpes van a doler, y que el dominante podría lastimarlo si lo deseara, le hará sentir
más profundamente el hecho de que está, en realidad, en sus manos, a su merced.

Así que el látigo puede ajustarse a todos los dominantes y sumisos, ya sea que prefieran
unas caricias rudas o un dolor real y mortificante.

Los látigos
Floggers

Llamaremos floggers a los azotes cortos (entre 40 y 60 cm.) de muchas colas. Las colas
son muy numerosas (mas de 20 y usualmente entre 30 y 50) y consisten en tiras
angostas planas. Son desarrollos modernos de los látigos tradicionales, y son utilizados
solamente para juegos de BDSM.

Hay muchos tipos, siendo el básico de unos 50 cm. y hecho de tiras delgadas, de menos
de 1 cm., de cuero, con un cabo rígido.

El efecto del flogger depende del material, el ancho y el espesor de las colas. Las más
anchas tienden a producir más ardor, mientras que las más angostas tienden a penetrar
más profundamente en la piel, produciendo presión y estiramiento, y por lo tanto, más
dolor.

Los hay desde hechos de cueros blandos, como la gamuza, con menor peso y una
sensación más suave, que producen cuando mucho un enrojecimiento de la piel, a otros
más duros, como la suela o el de canguro, pesadas y que producen un dolor más sordo,
y que pueden producir verdugones, moretones y hasta cortar la piel.

Los hay con tiras de goma, que arden más. Los hechos de crin "pican", porque aún
cuando las tiras son delgadas, son muy livianas. Dicen que la sensación del impacto de
cientos de pelos de caballo sobre la piel es muy especial.

También hay floggers con tiras de diferentes plásticos, cada uno con su sensación, y
hasta algunos hechos con cadenitas, pensadas para sentir la sensación del metal sobre la
piel, no para golpear con ellas.

Los floggers funcionan mejor pegando verticalmente, usando su propio peso para pegar.
Requieren velocidad para mantener las colas juntas. Si se mueven demasiado despacio,
las colas se desparraman, y van a pegar en cualquier lado.

Los látigos soportan mucho esfuerzo si se pega fuerte. Un buen flogger debe ser lo
bastante fuerte para soportar ese abuso, siendo el "hombro", el sitio donde las tiras se
unen al mango, la parte crítica.

Podríamos considerar el martinet como un flogger, ya que si bien tiene pocas colas con
livianos, ya que se usan para castigar niños.

Mi consejo es que compren en una buena tienda especializada un flogger de buena


calidad, hecho profesionalmente, aún si es más caro. No compren juguetes baratos de
sex-shop. Ahora es fácil conseguir un buen producto a través de Internet.

Azotes

Los azotes (en inglés scourges o cats) son también látigos de varias colas. La diferencia
con los floggers es que tienen menos colas (cuando mucho 12), que las colas son
redondas o trenzadas, no planas, a veces con nudos, y normalmente mas largas y
pesadas. Pueden ser de cuero o de cuerdas

Los azotes fueron usados a lo largo de toda la historia de la humanidad para castigar
personas. El flagrum, el pleti, el gato de nueve colas fueron diseñados para lastimar, no
para estimular o producir sensaciones.

Las colas van, por lo menos, a levantar verdugones, y pueden producir excoriaciones o
cortar la piel. Sea cuidadoso si usa uno para jugar, y practique mucho, hasta conseguir
un buen control de donde van a pegar las colas y de la fuerza con la que pegarán,
Cuando finalmente lo use sobre su pareja, comience suavemente, y verifique
cuidadosamente las reacciones de sujeto, y el efecto de las colas sobre la piel.

Otra vez, es mejor comprar azotes hechos por profesionales. Puede encontrarlos en
Internet en tiendas especializadas en BDSM, o hechos por especialistas en hacer látigos
(whipmakers). Un buen azote es caro, desde luego, porque requiere habilidad y buenos
materiales.

Látigos

El instrumento que la mayor parte de la gente imagina al oír la palabra es el de una sola
cola larga (más de dos metros) hecho de cuero trenzado, el instrumento usado por
muchos héroes del cine, como el Zorro y Gatúbela.

Estos látigos están hechos para ser muy eficientes transmitiendo la fuerza del mango a
la punta de las colas, ya que su uso, básicamente, consiste en hacerlos restallar. Los
animales son arreados restallando los látigos por encima o a los costados de su cabeza, y
rara vez los látigos se usan para pegarles. El restallido característico del látigo se
produce cuando la punta acelera hasta pasar la barrera del sonido, produciendo así una
pequeña explosión sónica.

Estos látigos son hechos típicamente utilizando tiras de cuero angostas y delgadas,
trenzadas firmemente sobre un "alma" que podría, a su vez, ser también trenzada. (Un
látigo largo de primera calidad puede tener tres o cuatro látigos más pequeños trenzados
adentro). También podría ser trenzado sobre una tira de cuero y, en los más baratos,
incluso un trozo de cuerda.

Para mejorar la transmisión de energía, la cola se va adelgazando hacia la punta, desde


un centímetro y medio de diámetro en el mango, o aún más en un látigo más largo, hasta
cinco o seis milímetros en la punta. En esa punta se agrega una azotera, una tira delgada
de cuero. A ella se le puede atar también el restallador, una cuerdita delgada, que es la
parte que realmente producirá el ruido.

Un látigo bien hecho restallará aún si tiene bastante menos de dos metros. Nunca
restalle un látigo sobre el cuerpo de una persona, ya que la punta, desplazándose a
mayor velocidad que el sonido (1145 km/h), cortará cualquier cosa que encuentre a su
paso, desde una lata de cerveza a la carne de su sumisa.

El látigo largo, en inglés bullwhip, con todo su encanto, es usado rara vez en BDSM.
Requiere muchísimo espacio para usarlo, y, para usarlo con seguridad, hace falta una
habilidad especializada que requiere cientos de horas de práctica, ya que es un arma
peligrosa.

Si le gustan los látigos, podría llegar a un compromiso usando una versión más corta, de
1,20 m. o no más de 1,50 m. de largo. Se los puede llamar también bullwhips, pero
también se conocen como signal whips (látigos de señales) o aún dog whips (látigos
para perros).

Como en nuestros juegos la fantasía es tan importante, el uso de un látigo más corto no
le restará sabor a una escena de azotes, pero mejorará mucho la seguridad.

Aún estos látigos más cortos son difíciles de controlar, así que deberá practicar bastante
hasta estar seguro de donde va a golpear la punta, y con que fuerza. Normalmente sólo
se golpea con el restallador, o con la azotera, si el instrumento no tuviera un restallador.

Un azote con un látigo va a levantar al menos un verdugón, y muchas veces dejará


moretones.

Para mejorar el control, debería usar un buen látigo. Son muy caros por el tiempo y
maestría requeridos para hacerlos, pero lo valen, no sólo por la satisfacción de usar un
buen látigo sino por la belleza de una buena pieza de artesanía en cuero. Los puede
encontrar en Internet hechos por artesanos especializados (busque whipmakers),
usualmente de afuera de la comunidad BDSM. Por las dudas, no explique para qué lo
quiere. No van a preguntar, porque si bien algunos no simpatizan con BDSM, viven de
hacer látigos, y como todos nosotros, simpatizan con el dinero.
No use golpes de fantasía sobre su pareja. Use sólo los golpes básicos. Juegue sobre
seguro, dejando el espectáculo para profesionales. De nuevo, un látigo es un arma.

Correas

Una correa, una tira de cuero ancha y plana, se utiliza también con estas técnicas y, en la
forma de un cinto, y antiguamente, de un asentador de navajas largo, es el instrumento
tradicional para castigar a los niños.

Se usa normalmente en las nalgas, pero en niños mayores (y en adultos, como en


nuestros juegos) se puede usar sobre la espalda desnuda.

Las correas tienden a excoriar la piel, y levantan verdugones y eventualmente


moretones.

El antiguo cinto militar de cuero, como los usados actualmente por trabajadores, o para
jeans, es ancho, de 4 a 5 cm. Básicamente, siendo ancho para su peso, tiende a picar o
arder más que a producir dolor profundo. Los más modernos, usados para pantalones de
todos los días o trajes, son más angostos y pueden amoratar o cortar la piel.

Asegúrese de pegar siempre de plano. Practique hasta tener buen control. Pegar con los
bordes es peligroso, porque puede cortar fácilmente la piel.

Un cinto se usa tomando la hebilla en la palma de la mano y enrollando la correa


alrededor de ésta hasta obtener un largo controlable. Desde luego, nunca debe pegar con
la hebilla. Otra forma de usarlo es doblándolo al medio, sosteniendo en la mano la
hebilla y la punta y pegando con el extremo doblado. Como la cola queda más corta, es
más fácil de controlar, y el extremo doblado no hace tanto daño como la punta libre.

Azotes y latigazos
Técnica del látigo
Posición del sumiso
La posición del sumiso dependerá de dónde desee pegar. Para dar azotes en las nalgas,
puede probar cualquier posición de las explicadas en Posiciones 2 a 12. Para pegar en la
espalda, la mejor posición es la de parado, algo inclinado hacia delante. La espalda no
debería estar demasiado arqueada, para disminuir el riesgo de pegar sobre la columna
vertebral. Vea Posiciones 13, 14 y 15. Si prefiere al sumiso acostado, vea las posiciones
de las páginas precedentes.

Como en el caso de la caña y otros instrumentos, el sumiso podría estar libre o atado. Si
está libre, deberá someterse al dolor, aceptándolo voluntariamente.

Atarlo reduce sus movimientos involuntarios debidos a dolor, reduciendo el riesgo de


accidentes. Cuanto más quieto esté el blanco, más fácilmente podrá controlar donde
pega.

Para mí, una verdadera azotaina con un látigo debe ser dada sobre la espalda desnuda,
parado y atado, como se ve en las películas, pero, desde luego, hagan lo que les guste.

Posición del dominante


Vamos a describir las posiciones y movimientos que corresponderían a un dominante
derecho. Si Ud. es zurdo, debe invertir todas las posiciones.

La posición del dominante depende de los resultados que se deseen. Si sólo planea
acariciar, y dar diferentes sensaciones a su sumiso, cualquier posición sirve.

Para dar realmente latigazos, debería pararse un poco a la izquierda del sumiso, con su
pierna izquierda hacia éste, y la pierna derecha al costado y con las rodillas ligeramente
dobladas (más si piensa pegarle en las nalgas), a la distancia correcta del blanco.

Debe dejar lugar alrededor para su brazo más el látigo a su derecha, arriba, abajo e
inclusive a la izquierda, si piensa azotar de revés. Pegarles a los asistentes, muebles, o la
lámpara que cuelga del techo es considerado mal estilo, y seguramente no le ganará una
reputación de maestro del látigo.

Debería parase en una posición equilibrada, que le permita moverse libremente a


derecha e izquierda, y agacharse o levantarse cuando sea necesario, para permitir
cambiar el sitio a golpear, la posición que más cómodamente le permita mover
libremente el brazo que usará para pegar.

Empuñadura
Los látigos se sujetan normalmente en la mano, en la misma forma que sujetaría una
raqueta de tenis. La mano se ajusta naturalmente alrededor de la empuñadura, con el
pulgar opuesto a los otros dedos.

Los látigos se deberían sujetar de la base del mango, a menos que por razones prácticas
prefiera acortarlo un poco, sujetándolo más cerca del nacimiento de las colas.

Para los floggers, especialmente, debería buscar el punto del mango que le permite
mejor balance, para poder blandirlo con el mínimo esfuerzo.

Debe empuñarlo con firmeza (sólo las colas deberían pegar en su sumiso, arrojar el
látigo completo, mango y todo, no es elegante) pero su brazo y muñeca deberían estar
relajados. Procure que su brazo se mueva en forma fluida. Eso mejorará su precisión y
control.

Distancia
La distancia entre Ud. y el blanco es crítica para todo tipo de látigos, ya que determinará
cuanto de las colas pega en el sujeto y si "enrosca" o no las puntas alrededor del cuerpo.

Cuando la punta de las colas pasa más allá del blanco y se enrosca, acelera, pegando
mucho más fuerte cuando finalmente pegue, pudiendo, además, pegar en sitios muy
dolorosos o peligrosos. La almohada no va a protestar, pero su sumiso sí. Debe tener
bastante control del látigo como para nunca enroscarlo accidentalmente.

Antes de pegar, asegúrese de que nada más está al alcance del látigo. Rote el látigo
lentamente sobre su cabeza, moviendo el brazo de lado a lado. Si no le pegó a nada,
hágalo girar verticalmente a su costado con el brazo extendido. El látigo sólo debe tocar
el suelo, si es lo bastante largo.

Ahora lleve su brazo, siempre extendido, horizontalmente tan atrás como sea posible,
girando las caderas, y haga girar su brazo y el látigo alrededor suyo pasando por el
frente y llegando todo lo posible a su izquierda.

El área cubierta por el látigo en estas maniobras es donde sólo Ud y su sumiso deben
estar. Si le pega a algo, muévalo, incluyendo los asientes, fuera de él. Si no puede, use
un látigo más corto (es una de las razones por las cuales rara vez se usa un látigo largo
en BDSM.)

Para encontrar la distancia correcta al blanco practique con un objeto inanimado, como
una almohada o un oso de peluche. Puede colgar al oso del cuello (pero nunca lo haga
con su sumiso. Morirá muy rápido). Ponga el objeto a la altura en que piensa pegar a su
sumiso, más alto si planea pegarle en la espalda, y más bajo si va a pegarle en las
nalgas.

Ahora, párese en la posición correcta y envíe el látigo hacia adelante, con el brazo
extendido pero sin inclinarse. Avance o retroceda hasta que las puntas del látigo rocen
suavemente el blanco.

Cuando esté a la distancia correcta, pegue más fuerte inclinándose hacia delante como
lo haría cuando azote con fuerza. Ahora puede ver cuanto de las colas pegará en el
sujeto.

Si sólo roza rápidamente con la punta de las colas, conseguirá producir ardor, casi como
pasar las uñas sobre la piel. Básicamente (pero depende del látigo) si se acerca al sujeto
y pega con más de la cola, conseguirá provocar cada vez más daño y dolor, menos
ardor.
Muévase, entonces, hacia delante o hacia atrás para producir la sensación deseada.

Precalentamiento
Como con cualquier otro tipo de castigo, si juega por las sensaciones, para dar latigazos
sensuales, el precalentamiento es importante. Servirá para prepara la piel de su sumiso
para los azotes que vendrán. Va a aumentar (por la liberación de endorfinas) el umbral
de dolor, y puede ayudar a disminuir los moretones. Para un precalentamiento
apropiado necesitará un flogger liviano. Empiece por pasar las colas sobre la piel.
Después comience a pegar, suavemente al comienzo, y luego con más fuerza.
Deténgase, acaríciela, para dar tiempo a las endorfinas a acumularse, y recomience.
Cambie a un flogger algo más pesado, y haga otro ciclo, hasta que la piel esté algo
enrojecida y se sienta ligeramente caliente.

Ritmo
Para la mayor parte de los sumisos, un ritmo regular tiene un efecto hipnótico. Si los
golpes caen a intervalos regulares, y en el lugar indicado, se puede concentrar en las
sensaciones sobre su piel.

Eso no significa que debe pegar siempre en el mismo sitio, lo que puede ser molesto,
pero debe ser siempre del mismo lado, o alternando lados en un esquema regular. Desde
luego, si está pegando para castigar, se puede hacer algo diferente. Pero pienso que los
mejores resultados se obtienen pegando lentamente, dando tiempo al sumiso a sentir y
absorber el dolor de cada golpe, si es ese el objetivo, y dándole tiempo para anticipar la
sensación, o el dolor, del próximo golpe.

Aproveche las interrupciones para acariciar o cambiar látigos, para reanudar a un ritmo
diferente.

Por lo menos yo, no puedo disfrutar si los latigazos caen irregularmente y en cualquier
lado, porque pierdo la concentración, aún si es una azotaina de castigo.

Azotes y latigazos
Practicando
Para la práctica básica usaremos el golpe más común, el que en tenis se denominaría
golpe de derecha, dado algo en diagonal de arriba abajo.

Empuñe el látigo con la palma hacia el blanco, mueva el brazo extendido hacia atrás y
hacia arriba, a la derecha de su cuerpo, y bájelo en diagonal desde atrás a la derecha
hacia abajo al frente de su cuerpo y hacia la izquierda. Las colas del látigo,
completamente extendidas, deberían describir un arco alrededor o por encima suyo.
El golpe puede ser dado en cualquier ángulo, desde arriba de su hombro derecho
verticalmente hacia abajo, hacia su pié derecho, (sólo que para ello deberá pararse
mirando a la espalda sujeto) y también en forma horizontal, comenzando con el brazo
extendido a la derecha de su cuerpo y cruzándolo hacia la izquierda.

Si se mueve más a la izquierda de blanco, puede golpear el otro lado de la espalda.

Cuando pegue desde arriba, asegúrese de no pegar sobre el hombro o el cuello del
castigado, que son áreas peligrosas.
Desde esta posición a la izquierda del blanco, extendiendo el brazo derecho para llevar
el látigo en un círculo más abierto, puede pegar en el lado más alejado de la espalda,
pero tenga cuidado, porque no puede ver donde pegan las puntas, y se arriesga a enrollar
el látigo pegándole en el costado del cuerpo.

Hay varias formas de terminar el golpe, con diferentes sensaciones para su sumiso.
Puede dejar que las colas peguen de plano, deteniéndose contra el sujeto para después
caer para abajo, puede continuar el movimiento del brazo para arrastrar las colas sobre
la piel después de golpear o puede "arrojar" las colas contra la piel con un movimiento
rápido de la muñeca. (Esto sólo se debe hacer con floggers. Con los otros látigos se
arriesga a que las colas restallen sobre su sumiso).

Deje que el látigo haga el trabajo. Use la velocidad y el peso del látigo, unido a la
palanca formada por su brazo y el mango, para pegar. No "pelee" con el látigo, no lo
fuerce. Igual que al usar cualquier otro instrumento, desde un hacha o un palo de golf a
un bate de béisbol, es el balanceo, el "swing" y no la fuerza lo que importa.

El mejor momento para hacer que el golpe sea más suave o más fuerte es cuando el
látigo esté totalmente extendido al nivel de su cuerpo y el brazo comienza a acercarse al
blanco. Allí puede simplemente seguir el movimiento, permitiendo que el látigo pegue
con su propio impulso, o acelerarlo, poniendo más fuerza en el golpe. También pude
inclinar el cuerpo hacia delante, agregando su peso al azote.

Ahora comience a pegarle al blanco, suavemente al comienzo, y cada vez más fuerte
después. Verifique que no está enroscando las puntas alrededor del blanco. Si lo está,
aléjese un poco.

Cuando este movimiento esté controlado, y salga fluido y natural, trate de pegar donde
quiere. Seleccione una porción pequeña del blanco y trate de pegar exactamente allí.
Practique hasta que siempre lo logre.

Apunte siempre con las puntas de las colas. Es más fácil controlar donde pega el látigo
si apunta con ellas. Si trata de pegar con el cuerpo del látigo, con el medio de las colas,
puede perder el control de donde caen las puntas, enroscando el látigo o pegando en el
punto equivocado. Además, cuando una parte de la cola pega el resto acelera, y pega
mucho más fuerte.

Ahora es el momento de pegar cada golpe en una parte diferente del blanco, a la
derecha, a la izquierda, arriba y abajo. Cada vez seleccione el punto, pegue, y verifique
cuidadosamente que pegó donde quería. Es más fácil si el blanco se deforma con el
golpe. Un oso de peluche o una almohada suelen mostrar las hendiduras dejadas por el
látigo después de cada golpe.

Y ahora pegue más rápido. Si el blanco cuelga libremente, se moverá bajo los golpes,
permitiéndole practicar con un blanco que se mueve como se moverá su sumiso si
piensa darle una buena azotaina. Controle que cada golpe caiga donde Ud. quería.

Debería practicar de esta forma con cada uno de sus látigos hasta que lo domine, pero
una vez que aprendió los movimientos básicos, resulta más fácil dominar el siguiente.

Azotes y latigazos
Donde y como pegar
En este artículo hablaremos sobre azotes en la espalda. Dónde y como pegar en las
nalgas fue explicado en el artículo sobre Nalgadas. Esa información es valida también
para látigos.

En la espalda, pegue sólo en las áreas menos peligrosas. Vea los artículos sobre
Seguridad, especialmente el de Látigos.

Unos buenos azotes judiciales se daban con el verdugo parado a un costado del azotado,
y todos los golpes se daban de derecha, del mismo costado y casi en el mismo ángulo.
Puede usarlo para una azotaina de castigo.

Pero trate de no pegar dos veces en el mismo sitio, y de no cruzar los azotes. Cuando el
látigo pega sobre una marca anterior es más fácil que corte la piel.

El largo de la marca rosada, del verdugón, o del moretón (según la fuerza del impacto)
depende de que tan larga sea la porción de la cola que pegue sobre el cuerpo. Pero si es
mucho, se arriesga a pegar sobre la columna.

Dados con un azote, van a verse como arañazos de un gato (tal vez por eso lo de "gato
de nueve colas"). Sería algo como:

Dados con un flogger no muy pesado, se verían así:

Y finalmente, con una correa:


De aquí en adelante mostraremos sólo el resultado con un látigo de una sólo cola, que
muestra mejor cómo se puede pegar.

Pegando desde el mismo ángulo, pero moviéndose un poco a la izquierda, se puede


pegar del otro lado, ya sea alternando uno y uno o pegando varios de un lado y
moviéndose luego a la izquierda para pegar otra serie. Permite dar más golpes,
reduciendo el riesgo de cruzar los azotes.

Podría también, alternando golpes de derecha y de derecha invertida, o de derecha y de


revés, dar algo como esto:
Otra vez, puede pegar uno y uno, o dar series de cada lado. Recuerde que un esquema
regular suele ser mejor para su sumiso.

También puede considerar el área menos peligrosa como si estuviera dividida en cuatro
partes. Esto da más alternativas, ya que un esquema comenzando con un golpe de
derecha diagonal podría usar un esquema como:

dado
1) de derecha arriba,
2) de revés arriba,
3) de derecha abajo y
4) de revés abajo.

Es más fácil pegar los golpes bajos horizontalmente.

Enroscando intencionalmente
Con un látigo de una sola cola o, mejor aún, con una correa, podría enroscar
intencionalmente la cola, pegando en el borde del frente y dejando las colas doblarse
sobre el costado para que finalmente la punta pegue en la espalda.

Asegúrese de que la cola pegue en el frente y luego se enrosque. No pegue directamente


en el costado del cuerpo. Pero sea extremadamente cuidadoso y recuerde que la punta
acelerará después de que la cola pegue en el cuerpo, así que el impacto final será más
fuerte. No pegue con demasiada fuerza. Además, la punta debería pegar en el costado
más cercano de la espalda. Evite pegar sobre la columna.

Recuerde también que no puede ver donde pegan las colas. Observe con cuidado las
reacciones de su sumiso, y verifique regularmente el resultado desde atrás.

Para este tipo de azotes las colas deben ser bastante largas, ya que no se desea que las
puntas peguen en el costado, tienen que enroscarse hasta alcanzar la espalda, y no puede
colocarse demasiado cerca, ya que se arriesga a pegarle con el mango. Por eso prefiero
un látigo de una sola cola o un cinto para este castigo. Intentarlo con un azote de varias
colas larga es peligroso, ya que es fácil que las colas se separen y peguen en sitios
desaconsejados.

La ventaja de esta posición es que Ud. puede ver lo humedad en los ojos de su sumiso, y
sus gestos de dolor, y puede sentir su sufrimiento de muy cerca.

También puede pegar desde atrás, para que la punta pegue en el frente (por ejemplo, en
los senos). Use sólo instrumentos livianos, porque los senos son delicados y Ud. no
quiere lastimarla.

Pegue sólo horizontalmente, para evitar que la punta pegue en la cara, y no pegue ni
demasiado alto ni demasiado bajo. Sólo debería pegar en la parte de arriba del pecho, a
la altura de los senos.

Y finalmente, desde luego, puede hacer lo que sea que ambos disfruten. Estos son sólo
consejos. Mantenga el juego seguro, sensato y consensuado, y diviértase.

Azotes y latigazos
Otros golpes
Si bien con el golpe de derecha que explicamos en un artículo anterior sería suficiente,
es conveniente conocer diferentes golpes, que se sienten en forma diferente, para poder
darle a su sumisa un rango completo de sensaciones.

Todos los golpes a continuación deben ser practicados como explicamos en el artículo
Practicando.

Derecho invertido
El golpe de derecha también se puede pegar desde la izquierda, si hace girar el brazo y
el látigo por encima de la cabeza.
El chasquido
Es el golpe más fácil, apto para principiantes pero útil para todos, y se da sosteniendo la
punta del látigo en su mano izquierda, y arrojándolo hacia adelante como se hacía
cuando jugábamos con las toallas cuando éramos niños (pero no haga restallar el látigo
como lo hacíamos con las toallas). Esto hará chasquear las puntas contra la piel del
sumiso.

Si no peleaba con toallas cuando niño, el truco consiste en crear un poco de tensión
entre las dos manos.

Tome el látigo con la mano derecha, las puntas en la izquierda, haga un poco de presión
para el frente con su mano derecha, y cuando tenga bastante tensión, suelte las colas y
haga un giro rápido con la muñeca.

Las colas saldrán disparadas directamente hacia adelante. Sostenga la punta de las colas,
no el medio, porque si no las puntas le golpearán la mano al pasar.

Para pegar con menos fuerza, no tense el látigo. Use la mano izquierda sólo para ayudar
a apuntar el látigo.

Si pega desde la derecha, su mano izquierda debería cruzar detrás de la nuca para los
látigos cortos, y detrás de la cintura para los largos.
Esta técnica permite una gran precisión, porque el látigo va a ir directamente a lo largo
de la línea de tensión. Sólo alinee el látigo con el blanco, como haría si apuntara con
una flecha.

También puede pegar de izquierda a derecha y, en realidad, en cualquier posición en la


que pueda colocar sus manos para crear la tensión.

Ceo que esta técnica es mejor para usarla con floggers y correas. Un azote o un látigo
podrían lastimar cuando chasquean contra el cuerpo.
Me gusta usarla con un cinto, pegando en las nalgas y la parte de arriba de los muslos.
Déjele las piernas libres, pegue en diferentes puntos, y verá cuan eróticamente puede
bailar.

Arrojar
Este golpe se ejecuta arrojando las colas del látigo hacia delante. Mueva su brazo
lentamente hacia atrás, doblado en lugar de extendido.

Para pegar, mueva el brazo hacia adelante y extiéndalo mientras gira la muñeca, como si
estuviera arrojando algo.

Las colas del látigo deben pasar a su lado desde atrás e ir directamente hacia punto del
cuerpo hacia el que apunta su blanco, como en el caso anterior. Es parecido, pero con
una sola mano.

Las puntas chasquearán sobre el blanco (sea cuidadoso porque pegarán con fuerza) para
una sensación diferente que con un golpe normal.

El revés
Otro golpe común es el de revés. Cruce su brazo enfrente del cuerpo y, con los nudillos
apuntando al blanco, pegue desde la izquierda, extendiendo para ello su brazo y
pasándolo por delante del cuerpo hacia su derecha. Tenga cuidado. El golpe de revés es
menos preciso que el de derecha, pero es más poderoso. En el de derecha, se usan los
músculos del frente de los hombros con alguna ayuda de los músculos del antebrazo. En
el de revés, se usan los músculos de la espalda y el tríceps, más poderosos.
El revés también se puede dar de varios ángulos, desde en diagonal de arriba abajo,
pasando por el horizontal, y hasta de abajo hacia arriba.

Azotes y latigazos
Golpes de fantasía
Estos requieren algo más de práctica para pegar con seguridad. Úselos sólo con floggers
livianos o medianos. Los azotes y látigos son muy peligrosos para jugar así.

El círculo de derecha
Pegue un golpe de derecha, pero siga el movimiento hacia abajo y use el impulse del
brazo para llevar el látigo hacia arriba desde la izquierda por arriba de su cabeza, hasta
la posición de comienzo, para dar otro golpe de derecha.

El movimiento debe ser fluido y natural. Esto también puede hacerse cuando pega de
arriba abajo, pasando el látigo a su derecha.
El ocho
Una vez que pueda controlar el revés, puede combinarlo con el golpe de derecha para
golpear alternadamente desde ambos lados.

Debería ser un movimiento fluido, no entrecortado, para no perder el control de las


puntas, las cuales, si no pegan en la misma dirección que el cuerpo del látigo, lo
desviarán de costado, haciendo difícil controlar el próximo golpe.

Las puntas de las colas deberían describir un ocho tan regular como sea posible. Debe
poner especial cuidado en la transición del movimiento de arriba a abajo de un lado,
para volver hacia arriba para preparar el próximo golpe.

Siga el movimiento hacia abajo hasta su final natural, y gire el codo para continuar el
movimiento hacia arriba.
El molino de viento
Con el brazo al costado, tome el látigo fuertemente por el extremo del mango, por el
pomo si lo tuviera y, haciendo girar la muñeca, haga que el látigo haga un molinete a su
lado.

No sostenga el látigo por la correa para la muñeca, que no está diseñada para semejante
esfuerzo, y probablemente se romperá. Su propia muñeca tampoco fue diseñada para
esto. No exagere, porque se lastimará.

Cuando lo tenga girando, muévase hacia delante hasta que las puntas rocen el blanco.
Si lo hace rotar bastante rápido, puede solo impulsar aire hacia la espalda de su sumiso,
rozar ligeramente sobre su piel, o golpear con las puntas de las colas. Cuanto más fuerte
pegue, más las colas se van a desplegar, y será más difícil que se junten para el siguiente
golpe. Más velocidad puede ayudar.

Molinete a dos manos.


Con suficiente práctica, puede hacer un molinete con cada mano, para un espectáculo
realmente llamativo.
Puede pegar en la espalda del mismo lado del látigo, o cruzar los látigos para que cada
uno pegue en el costado opuesto.

Desde luego, si pierde el ritmo, las colas de los dos látigos chocarán entre ellas, con un
verdadero espectáculo de colas volando por todos lados y pegando por doquier, incluida
su cara. Entonces, practique mucho y sea cuidadoso.

Azotes y latigazos
Sensuales o sexuales
Con floggers livianos y medianos, es posible una sesión de azotes sensual o sexual.

El procedimiento es el mismo que para cualquier otro castigo sensual o sexual, y si bien
voy a dar detalles, éstos no son importantes. Es el ambiente general de la escena lo que
importa.

Para comenzar, la ataría boca abajo, en cruz a una cama, no tensando demasiado para
dejarle algo de libertad para moverse, y en la posición más cómoda posible, ya que la
sesión será bastante larga. Pero también podría estar libre, si ambos lo prefieren. Podría
dejarla apoyar la cabeza en una almohada, o, si le va a pegar mayormente en las nalgas,
poner la almohada debajo de ellas.
A continuación, un precalentamiento largo y calmo. Elija su flogger más liviano, y
acaríciela arrastrando las colas sobre su espalda, nalgas y piernas, despacio, hablándole
suavemente. También puede usar su mano libre para acariciarla. Si el propósito del
ejercicio es sexual, pase las colas sobre sus genitales, acarícielos con su mano libre.

Ahora comience a pegar suavemente todo a lo largo de su cuerpo. Como debería ser
sólo un masaje suave, no hay áreas peligrosas. Pegue en todo el cuerpo, comenzando en
las pantorrillas, y subiendo metódica y rítmicamente. Pegue en las piernas, en el interior
de ellas, inclusive los genitales, cuando llegue a ellos, si eso le gusta. Luego cubra toda
el área de las nalgas, y la espalda.

Cuando llegue a la parte superior de la espalda, baje pegando con más fuerza, como un
masaje fuerte. Mientras baja, evite las áreas más riesgosas, como los riñones y la parte
de atrás de las rodillas. Dependiendo de lo que le guste, puede o no masajear los
genitales.

Siga hasta que toda la espalda tome un color rosado, y se sienta más caliente que el
resto.

Y ahora, a la azotaína en serio. Ahora si limítese a pegar en las áreas convenidas, la


espalda, las nalgas, o ambas.

Comience a azotar un poco más fuerte que en el masaje, e incremente lentamente la


severidad, manteniéndose siempre por debajo de lo límites del castigado. Cuando
alcance el nivel deseado, pare algún tiempo para acariciar, con las manos y con el látigo,
más íntimamente si la sesión es sexual. Entonces recomience, más fuerte que al
principio de la primera, pero más suave que al final. Haga varias vueltas, cada una
comenzando más suave que el final de la anterior, y terminando más fuerte, y
cambiando por floggers cada vez más pesados y severos.

Recuerde que el umbral de dolor del castigado subirá a medida que su cuerpo produzca
endorfinas y adrenalina. Siga hasta alcanzar el nivel convenido, que podría ser sólo el de
una azotaína suave, pero podría llegar a un gato o un látigo, si ella prefiere las
sensaciones fuertes.

Si fue una azotaína sensual, y para el sumiso es bastante, podría terminar allí. Siga hasta
que ella alcance el sub-espacio, esa intoxicación de endorfinas que muchos comparan
con el éxtasis religioso, en el que uno flota en el espacio sin preocupaciones ni
cuidados, o hasta que ella tenga un orgasmo, o hasta que ambos crean que es suficiente.

Para una azotaína sexual (pero también se podría usar en una sensual, si les gusta) la
desataría, y la ataría de nuevo en cruz boca arriba, pero con las piernas dobladas, las
rodillas arriba y los pies atados en el medio de la cama. Y dejándole mucha libertad de
movimientos.
Esta posición deja accesibles las partes más sensibles del cuerpo. No pude pegar fuerte
en ningúna parte del frente de una mujer (salvo tal vez la parte superior de los muslos).
Pude pegar algo más fuerte en el pecho de un hombre.

Pero si puede pegar suave, con instrumentos livianos y sólo para hacer arder, en los
senos y en los genitales (que están llenos de estructuras delicadas, fáciles de dañar). ¿Y
qué tal si aquí prueba su flogger de crin?

Puede también pegar de esa forma en la parte inferior del vientre, debajo de la altura de
la cadera. Alterne los azotes con caricias en los senos y en los genitales, y puede besarla
en los labios o echarse sobre ella y frotarle el cuerpo. Hágale todo lo que sabe que le
excita.

A mí, como sumiso, me excita mucho estar atado boca arriba, indefenso, siendo
golpeado o acariciado a su placer. Tal vez preferiría que me siguiera besando, tal vez
quisiera no ser golpeado nuevamente en los genitales, tal vez quisiera finalmente tener
sexo. Pero ella tiene el control y maneja los tiempos, y ella decide que haremos y
cuando. Puede excitarme besándome o acariciándome, o puede frustrarme con dolor. En
cuanto a sexo “normal” (si, los que andamos en BDSM también disfrutamos del sexo
vainilla), soy algo dominante, y prefiero tener el mando. Lo que busco en BDSM es que
me obliguen a perder ese control. Y si trato de recobrarlo, aún estando atado, tratando
de devolver los besos a mi manera, por ejemplo, ella puede mostrarme quien está al
mando con dolor, azotándome, abofeteándome o pellizcándome.

Y entonces, el final de la escena. Cuando ya no puedan aguantar más, la recompensa.


Podría ser sexo vainilla, desatándola, o podría ser una “violación”, si fue lo acordado,
tomándola así, atada (es lo que prefiero, tanto como si juego como dominante o como
sumiso). Los detalles del final son más adecuados para una página de sexo que para una
de azotaínas eróticas.

Azotes y latigazos
Ritual de castigo
Para mí, los latigazos significan castigo. Un castigo formal y doloroso. Así que pienso
que el ritual debería ser el usado para castigar criminales por la mayor parte de la
historia.

La escena debería comenzar con el culpable vestido adecuadamente. Un hombre estaría


descalzo, con sólo pantalones, y una camisa sobre los hombros. Una mujer, descalza y
con un vestido liviano de algodón, con una falda larga que sólo deje al descubierto
tobillos y pies. El vestido debería tener los botones en la espalda, y la mujer no debería
usar sostén.

La victima debería tener las manos atadas adelante. Lo mejor sería usar los antiguos
grilletes de hierro (se pueden conseguir en tiendas de BDSM de Internet), pero, si no los
tiene, se pueden usar unas cadenas con candados en cada muñeca, y dejando unos
centímetros de cadena entre las manos. Desde luego, use sogas si eso es lo que tiene.
También podría atar los pies de la misma manera (pero dejando bastante cadena libre
como para que no tropiece al caminar).

El sumiso debería ser obligado a parase delante del dominante, como si estuviera
delante de un juez. El “juez” podría estar sentado detrás de un escritorio o una mesa,
para hacerlo más formal. Debería declarar la lista de los “crímenes” cometidos, explicar
porque las reglas deben ser obedecidas, como debería comportarse en el futuro, y la
sentencia: cuantos azotes recibirá y cuando (es mejor si es por lo menos un par de horas
después). Desde luego, debe ser un discurso largo y formal.

Cuando termine, el culpable debería ser llevado a la “cárcel”, encerrado solo en un


cuarto cuanto más pequeño mejor, (podría ser un armario bien ventilado, o un baño),
con los grilletes, a esperar el castigo. Desde luego, no debe tener reloj, ninguna manera
de saber la hora. Y ¿qué tal si la deja sentada en el suelo encadenada a algo?

El tiempo en la cárcel, esperando recibir los latigazos en la espalda desnuda,


especialmente si sabe que el castigo será duro, es delicioso. El miedo, la anticipación. El
tiempo se estira como si fuera de goma. Y se trata de escuchar los ruidos exteriores,
intentado saber cuando vendrá el verdugo. Después de algún tiempo, el dominante pude
caminar cerca de la “cárcel”, tal vez mover el picaporte de la puerta, para que el
culpable crea que ha llegado el momento, e irse. Podría inclusive abrir la puerta para
controlar al prisionero, e irse sin pronunciar palabra.

Cuando llegue la hora, el culpable será empujado hasta el cuarto donde se cumplirá la
sentencia y atado a un poste (una columna), la cruz (un par de ganchos en la pared)
entre dos postes (o algo parecido) o a una escalera de mano usada como triángulo.
Entonces el verdugo retirará la camisa del hombre, o abrirá el vestido de la mujer,
descubriendo su espalda y hombros.

Ahora es el momento para que el dominante busque el látigo, caliente con calma su
brazo y pruebe el látigo. Pegue varias veces sobre algo, para que le condenado lo
escuche. Déle tiempo a imaginar el dolor de los azotes sobre su espalda. No hay apuro,
el culpable no irá a ningún lado.
Y finalmente, los azotes. Siendo un castigo, no habrá precalentamiento. Pegue duro
(dentro de lo razonable) desde el comienzo. Pegue lentamente, dándole tiempo a sentir
todo el dolor del golpe y a anticipar el del siguiente. Puede usar el método del ritmo
para azotar.

Después del castigo, el culpable puede ser dejado allí atado por una media hora o más,
como se hacía en los castigos reales, cuando el castigo era público, para que la multitud
pudiera ver el efecto de los azotes. Déjela disfrutar del dolor de su espalda en una
posición incómoda.

Si quiere hacerlo aún más duro, vuelva a ponerla en la “cárcel” después, otra vez con
sus grilletes y encadenada a la pared. Otro par de horas hará que el efecto del castigo sea
más duradero. Y entonces si, las caricias, abrazos y besos que deberían seguir a todas
las escenas.

Seguridad: latigazos
Cuando aquí hablamos de látigo, nos referimos a azotes con cualquier tipo de
instrumentos flexibles, como látigos, gatos, floggers, correas (incluyendo el cinto) y
similares.

La principal preocupación, cuando se utiliza este tipo de instrumentos, es tener el


control total de la fuerza del impacto, y del lugar donde las azoteras o las puntas de las
colas van a pegar.

La fuerza del impacto es función de la velocidad y el peso del látigo. La velocidad


depende del largo del látigo y de la fuerza aplicada al mango.

Las puntas de las colas largas se mueven más rápido, y son más difíciles de controlar
que las cortas. A menos que tenga muchas horas (cientos de horas, para un látigo
"típico" , con una cola trenzada que se afina hacia a punta, de dos o más metros) de
entrenamiento, NO USE un látigo de más de 1.20 m. de largo y, de cualquier manera,
practique lo bastante con él sobre un objeto inanimado antes de pegarle a su pareja.

Cuelgue una almohada o similar a la altura correcta, e imagínese que es la hija del
Gobernador español de Maracaibo, a la que capturó en su última incursión a la ciudad, o
que es el pirata que su padre, el Gobernador español de Maracaibo capturó cuando
trataba de incursionar en la ciudad. O que... (Lo siento, demasiado Salgari). De
cualquier manera, practique.

Pienso que el látigo correcto para usar en juegos eróticos tendría que tener un mango de
alrededor de 30 cm. y cola o colas no mucho más largas que 60cm. (podrían ser aún más
cortas en látigos con múltiples colas). También algo menos se usará para golpear con un
cinto o correa, que no tienen mango.
Otra razón para usar un látigo corto es que para castigar va a necesitar un espacio libre
alrededor suyo (sin mobiliario ni curiosos) tan grande como el largo del látigo más su
brazo. Recuerde que también necesitará espacio sobre su cabeza.
Desde luego, es posible cortar la piel también con un látigo corto, así que, cuando
pegue, no ponga mucha fuerza en el golpe, sólo gire la cola para adelante, y deje que el
látigo haga el trabajo. (El terrible gato de nueve colas de la Marina sólo medía 90cm).
Esto también ayudará a su puntería.

Apunte para pegar con la punta del látigo, no con el cuerpo. Pegar donde quiere es ya
bastante difícil así. Si apunta a pegar con el cuerpo del látigo, la punta terminará
pegando en cualquier lugar, y además, al pegar, la cola del látigo se detendrá y parte de
su energía se transmitirá a la punta todavía en movimiento, la que pegará mucho más
fuerte.

Tenga cuidado de no "enrollar" el látigo alrededor del cuerpo. Si la punta se pasa del
blanco y se enrolla alrededor del cuerpo, no sólo pegará donde no debe sino que lo hará
con mucha mas fuerza. Es muy fácil cortar la piel si "enrolla", (y es difícil notarlo desde
donde está parado. Controle regularmente que no está "enrollando".)

Pegarle a alguien es peligroso. Si el golpe es demasiado fuerte, si el látigo es demasiado


pesado, si la punta pega en el lugar equivocado, lastimará a su pareja. Asegúrese de que
eso es lo que ambos quieren, si va a dar una azotaína severa. Además, puede dejar
cicatrices para toda la vida. Una espalda con cicatrices de látigo será difícil de explicar
en la piscina o en la playa.

En el cine, después de los azotes, el héroe se recobra para vengarse del malvado. En la
vida real, los que fueron a azotados con un látigo o un gato, tuvieron suerte si lograron
sobrevivir a la experiencia, y muchos no se curarían totalmente después.

De cualquier manera, un látigo usado con cuidado dejará marcas rojas cruzando la
espalda, que son muy sensuales, si es lo que le gusta. Pegue mas fuerte, y se levantará
un verdugón. Más fuerte aún y obtendrá un verdugón violeta. Tenga cuidado, porque un
golpe encima de este (que será difícil de evitar) probablemente abrirá la piel.
Finalmente, si el golpe es bastante fuerte, cortará la piel, o aún más profundamente, la
carne.

Una punta delgada puede cortar fácilmente la piel. Un azote sobre el moretón de uno
anterior puede cortar también. Un látigo trenzado o áspero (por ejemplo, el lado interior
del cuero de una correa) o golpes repetidos pueden producir excoriaciones.

La cantidad de colas es importante también. Menos colas tienden a pegar


independientemente, cada una como un látigo separado. Arden más y pueden cortar la
piel. Muchas colas pegan todas juntas, con un impacto parecido al de un instrumento
grueso. Pueden causar moretones, si el instrumento es pesado.

Romper la piel puede exponer al azotado a una infección por virus o bacterias (en la
sangre o fluidos dejados en el látigo por un uso anterior) y por suciedad introducida en
la herida por los azotes, e infecciones por bacterias y virus en el aire, y contaminación
por las manos, cuerpo, ropas, los instrumentos, o el ambiente.

Si sacó sangre, NO USE el instrumento en otra persona.


Restallando el látigo
Un látigo restalla porque su punta viaja a una velocidad mayor que la del sonido (el
ruido es un estampido sónico). Imagine el efecto de una punta pegando a tal velocidad
sobre la carne. Cortará hasta el hueso, y dejará cicatrices permanentes. No hacen falta
demasiados de esos golpes para dejar lisiada a una persona, o matarla.

Así que olvídese de Indy, el Zorro, o Xena. Probablemente vio en el cine gente azotada
con látigos restallantes, pero recuerde que el restallido se puede agregar después como
un efecto de sonido. En espectáculos en vivo, los profesionales del látigo tienen tanta
habilidad como para hacer que el látigo restalle y pierda su energía un instante antes de
tocar la piel, o como para pegar con el extremo de la cola, dejando que la punta restalle
más allá del cuerpo. En ambos casos, parecerá que el látigo restalló sobre el cuerpo del
ayudante, pero si no cortó la piel (y si el ayudante no anda a los saltos maldiciendo a
viva voz), no lo hizo.

Como dicen en TV, "esta prueba debe ser efectuada por profesionales entrenados, no lo
intente en su casa". Ud vio profesionales clavando cuchillos alrededor del cuerpo de sus
ayudantes, pero nunca intentó hacerlo sobre un amigo. Lo mismo vale para los látigos,
que son armas traicioneras.

Hasta practicar es peligroso. Si se fija con cuidado, en alguna toma podrá ver una
mínima cicatriz en el labio de Harrison Ford. Es lo que quedó después de la cirugía
estética (y él y los seguros de los estudios cinematográficos pueden gastar mucho dinero
en cirugía) de un corte producido mientras practicaba con el látigo para la primera
película de Indiana Jones.

Si quiere practicar el restallado, use ropa pesada y un casco de motociclista (y hablo en


serio). Por lo menos, use un sombrero y gafas de seguridad.

Así que vaya, compre su látigo, aprenda a restallarlo, y cuélguelo en la pared como
decoración, pero nunca, nunca, lo use en su pareja.

Seguridad: latigazos (2)


Donde pegar
Estos esquemas son para instrumentos muy flexibles. No son para usar con cañas,
paletas y similares, que sólo deberían usarse en las nalgas o la parte superior de los
muslos (Vea Seguridad: las nalgas). NO PEGUE EN LAS ÁREAS MARCADAS EN
ROJO. En las áreas EN ROSA, PEGUE SÓLO SUAVEMENTE, para hacer arder la
piel y no para lastimar,.

Azotar a alguien con un látigo nunca es totalmente seguro, pero puede lograrlo si es
cuidadoso.
De atrás:

Pegar en los hombros es peligroso,


porque hay nervios en la base del
cuello y porque están demasiado
cerca del cuello mismo, donde no se
puede pegar. También se arriesga a
pegar en la cara. Si está pensando en
azotar fuerte, podría ponerle a su
pareja un collar ancho y una máscara
pesada, para proteger cabeza y
cuello.

Pegar sobre la columna es también peligroso. Puede lastimar los huesos o los nervios
que entran en ella a todas las alturas. Cuando pegue en diagonal, asegúrese de que las
puntas descarguen la energía en los omóplatos, para que si el resto del látigo pega sobre
la columna haya perdido la mayor parte de su fuerza.

En la parte alta de la espalda, pegue alto, donde los órganos internos están protegidos
por las costillas, los omóplatos y bastantes músculos.

Abajo de las costillas, a los costados de la columna, están los riñones. Nunca pegue
sobre ellos. Podría usar como protección un cinto ancho, como los que usan los
trabajadores o los levantadores de pesas.

También debe tener cuidado si pega en los costados del torso, que no tiene bastante
protección.
Nunca pegue en la espalda con objetos rígidos o semi-rígidos.

Bajo la cintura, las nalgas son bastante seguras- Sólo tenga cuidado de no pegar sobre
la superficie plana justo encima de las nalgas, porque ahí están el sacro y el cóccix, (los
restos de la cola de nuestros antepasados) que se pueden dañar. Vea Seguridad: las
nalgas.

El área segura incluye la parte superior de los muslos. No "enrosque" el látigo y no


pegue en los costados de las nalgas o muslos. Tienen menos protección. Por el interior
de los muslos pasa el nervio ciático. No pegue fuerte allí.
De allí para abajo no debería pegar fuerte, ya que las piernas tienen cada vez menos
protección, y se arriesga a dañar los nervios y tendones de las piernas.

No pegue en la articulación de la rodilla. Hay nervios, tendones y los huesos mismos.


Puede pegar para hacer arder en la parte de atrás de las pantorrillas, pero no pegue
fuerte. Y los tobillos y talones tienen también nervios tendones y huesos con los que es
mejor no jugar.

De adelante

Otra vez, los hombros y arriba de


ellos es un área de no pegar. Está la
clavícula, que se rompe con cierta
facilidad (algo muy doloroso) todas
la tuberías para comer y respirar, los
nervios que comunican el cuerpo
con el cerebro, y a los costados del
cuello las arterias que llevan sangre
al cerebro. Todo lo que hay allí debe
funcionar para que alguien pueda
vivir, así que no se inmiscuya. Y si
pega más arriba, puede golpear la
cara, otra área prohibida.

Si planea golpear los senos de una mujer, hágalo suavemente, como en todas las áreas
color rosa. El interior de los senos es complejo, lleno de estructuras delicadas. Pegue
sólo para que arda la piel. No pegue para que duela o para producir moretones. En un
hombre la zona es relativamente más segura, pero tenga cuidado de cualquier manera.

En el frente, para abajo del área cubierta por las costillas, el abdomen está lleno de
órganos internos delicados, que se dañan fácilmente. No pegue allí.

Podría pegar en los genitales, si eso lo excita, pero otra vez con suavidad y con
instrumentos livianos. No dañe sus delicadas estructuras internas.

Puede pegar algo más fuerte sobre la parte superior de los muslos (teniendo cuidado de
no pegar accidentalmente en los genitales).

Pegue suavemente de allí hacia abajo, evitando la articulaciones de las rodillas y los
tobillos y la espinilla (delante de la pantorrilla), donde el dolor se produce apretando la
carne y los nervios contra el hueso que está apenas debajo de la superficie (se puede
tocar)

Los tobillos y la parte superior de los pies están también prohibidos

Juegue si lo disfruta, pero mantenga el juego Seguro, Sensato y consensuado, y no


lastime a su pareja. La emoción de jugar es excitante. La emoción de salir corriendo
hacia el hospital no lo es.
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