10 aDn Miércoles 2 de enero de 2008
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La Vida
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SOCIEDADVIOLENCIADOMÉSTICA
Padresdemaltratadas
SIENTEN INCREDULIDAD, FURIA, CULPA Y MIEDO
Los progenitores de las víctimas deben escucharlas, sin censuras ni interrogatorios
Anna Lladó
ADN
● Los efectos devastadores de
la violencia doméstica van mu-
cho más allá de las propias víc-
timas. Los padres y madres de
las mujeres maltratadas tam-
bién pasan por distintas fases
en su sufrimiento. Increduli-
dad, furia, culpa... Pero ante
todo, los expertos apuntan a
que los progenitores ofrezcan
su apoyo incondicional a sus
hijas para que puedan ganar
la batalla al maltrato.
“Es importante que los pa-
dres se involucren en la si-
tuación de su hija cuando de-
tecten que su pareja la mal-
trata”, indica la psicóloga
Sonia Vaccaro. Aunque es
muy probable que “cuando se
Desconocimiento. A
menudo,lospadres
ignoranlasagresiones
durantetiempo
den cuenta haga ya tiempo
que ocurra”, agrega Vaccaro,
autora de la guía ¿Qué hacer si
mi hija ha sido maltratada?.
Lo más habitual es que “la
familia no sepa casi nada de
la violencia que está sufrien-
do su hija. Porque la víctima
oculta su situación o la justi-
fica, por miedo al agresor”,
señala Lola Aguilar, directo-
ra técnica del Centro de Re-
cuperación y Reinserción de
Mujeres Maltratadas.
COMPARTIR LOS TEMORES
Frente al encubrimiento que
la víctima hace de todo lo que
está pasando, la familia tiene
pocas opciones: “Fijarse en
cómo trata el agresor a su hi-
ja, no cómo les trata a ellos. Y
compartir sus sospechas con
el entorno de la chica; el agre-
sor la habrá intentado aislar
de sus padres, sus amigas, sus
compañeros de trabajo...”, co-
menta Vaccaro. Y remite a
una pregunta: “¿Si quien hu-
biera agredido a su hija fuese
un extraño, lo hubieran de-
nunciado? Un conocido no de-
be tener impunidad”.
En este momento llegará el
Carmen, que esconde su rostro por miedo al agresor de su hija, en su casa. N. GUTIÉRREZ
“Destrozó a mi hija en 10 meses”
● No sospechaba nada. Ha-
ceseisaños,Carmenrecibió
una llamada: un amigo de
su hija le decía que Noelia,
que entonces tenía 23 años,
estabaenunhostal“dema-
la muerte” después de que
su novio la hubiera pegado.
Tenía golpes por todo el
cuerpo.
“Lo que menos me podía
pasar por la cabeza es que
ese chico, que nos parecía un
chaval estupendo, le pudiera
hacer daño a mi hija”, con-
fiesa Carmen. Y mucho da-
ño le hizo: “la destrozó en só-
lo 10 meses –dice su madre–;
la pegaba, la ataba a la cama
durante días, cerraba las
persianas para apalizarla...”.
Tras recoger a su hija de
ese hostal, Carmen la llevó a
un hospital y la “secuestra-
mos; sinómihijayanoestaría
viva”. “La llevé a casa y con-
tratamos a un guardia de se-
guridad para que no se mar-
chara de casa. Nos turnába-
mosparanodormir”,explica,
aún aturdida. Luego, Noelia
empezaríauntratamientode
casi dos años en el Centro de
Recuperación y Reinserción
de Mujeres Maltratadas.
DE LA RABIA A LA SOLUCIÓN
“Mi hija, una chica muy gua-
pa, con estudios y muy sim-
pática, parecía un trapo”, re-
cuerda Carmen, quien admi-
te que “lo primero que quise
fuematarloaél”.Traslafuria
vino la acción: acudieron a
una especialista, Ana María
Pérez del Campo, denuncia-
ron las agresiones –por las
queelexnoviodesuhijahasi-
do condenado– y se cambia-
ron de vivienda.
“Hay que hacer un ejerci-
ciomuyfuerteparadesechar
el sentimiento de culpa. Me
preguntabaquéhabríahecho
mal, qué no le habría dado a
mi hija... hasta que entendí
que el único culpable era él”,
admiteCarmen.Ahora,cuan-
doNoeliaestáprácticamente
recuperada y “vuelve a ser la
muchacha que era”, su fami-
lia está aprendiendo a dige-
rir todo el dolor que han vivi-
do en estos seis años. “Tene-
mos que intentar olvidar y
aprender a vivir con miedo”.
«¿Cómo puede alguien hacer daño a la
persona a la que quiere o ha querido?»
AnaGracia 28 AÑOS. COMERCIAL. OVIEDO
desconciertohastaalcanzarla
furia.“Lospadressesientenes-
tafadosporelcompañerodesu
hija, al que trataron bien”, ex-
plica Vaccaro. Más tarde ven-
drá la sensación de culpa, “los
remordimientos, el creer que
handejadounpocodeladoasu
hija, de que hicieron o dejaron
dehaceralgoquecausóelmal-
trato”, añade Aguilar. Pero
–sentencia Vaccaro– “el único
culpable es el agresor”.
Superadalafuriaylaculpa,
el miedo invade a los padres.
Puedencaerentoncesenlaso-
breprotección, un grave error.
“Lo que deben hacer es escu-
charasuhija,nuncacensurar-
la. No agobiarla ni interrogar-
la. Contarle que hay recursos
para superarlo”, dice Vaccaro.
Pasar por esta difícil si-
tuación puede ser “una opor-
tunidad para fortalecer el vín-
culo entre padres e hija”, aña-
de. Aunque, advierte, “es una
ocasión muy peligrosa”.
allado@adn.es
Elapunte
Marcha contra el maltrato.
Másvíctimasen2007
queenelañoanterior
● 2007 ha dejado más vícti-
mas por violencia de género
que el año anterior: 71 mu-
jeres murieron a manos de
sus parejas o ex parejas en
los últimos 12 meses, tres
más que en 2006. En 11 de
estos casos, los presuntos
asesinos tenían una orden
de alejamiento de las vícti-
mas. La mayoría de muje-
res asesinadas en 2007 te-
nían entre 21 y 40 años.
i Consulta el mapa
de las víctimas en
www.adn.es/ciudadanos
SUCESOS
Lugar donde fue hallada.
Descubren el
cadáver de la
desaparecida
de Alicante
● El cadáver de la joven de
Agost (Alicante) de 22 años
desaparecida desde el pasa-
do día de Navidad no presen-
taba signos de violencia. El
cuerpo sin vida de María Do-
lores Yeste Herrera fue en-
contrado desnudo anteayer
en la cumbre de una monta-
ña de la sierra del Maigmó.
El cadáver fue localizado
desde el cielo por un parapen-
tista y, según el testimonio de
éste, se encontraba a pocos
metros de la cima de una mon-
taña, a unos 1.040 metros de
altitud. El cuerpo estaba en
una posición que aparentaba
“relajación y estar durmien-
do” y no presentaba signos de
violencia. “Las únicas mues-
tra de golpes eran arañazos en
las piernas”, ha indicado el pa-
rapentista, quien ha calificado
de “increíble” que la joven pu-
diera ascender hasta ese lugar
sin ropa en esta época del año.
CONMOCIÓN EN EL PUEBLO
La Guardia Civil no tardó de-
masiadas horas en confirmar
la identidad del cuerpo y a me-
dia tarde del lunes determinó
que se trataba de María Do-
lores Yeste Herrera. La desa-
parición de esta joven había
causado una honda conmo-
ción en su pueblo, Agost, de
poco más de 4.000 habitantes.
Los padres de la chica de-
nunciaron su desaparición la
noche del miércoles, después
de 24 horas sin saber nada de
su hija. Ese día se encontró su
coche cerrado en El Paloma-
ret, una zona poco transitada
de las faldas del Maigmó.
En las tareas de búsqueda
del lunes en distintos puntos
de la sierra se localizaron pri-
mero la documentación y las
llaves del coche, luego el pija-
ma, y la ropa interior de la jo-
ven, poco antes de que se in-
terrumpieran las labores por
la falta de luz. EFE