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EL AIRE DE AUSCHWITZ
Setenta años después, el horror del Holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial sigue conmoviéndonos
[…]. ¿Qué pasaba por la mente de aquellos que fueron capaces de infligir una tortura tal a otros seres humanos solo
por el hecho de ser diferentes?. ¿Qué se ocultaba tras […] los comandantes nazis cuando ejecutaban la sentencia
de muerte de miles de judíos, gitanos, homosexuales o deficientes?. Aunque quizá nunca podamos llegar a
comprender del todo esta horrible etapa de nuestra historia, las preguntas siguen acosándonos. La reedición, por
parte de Ediciones B, de la biografía de Rudolph Höss, nombrado comandante del campo de concentración de
Auschwitz, (donde se calcula que perdieron la vida más de 1.300.000 judíos), nos ofrece una posibilidad inigualable
de sumergirnos en el interior del pensamiento nazi.
Escritas por el propio Höss tras ser capturado por los aliados al final de la guerra, su autobiografía nos
adentra en la mente de un hombre que , lejos de mostrar arrepentimiento, se regodea una y otra vez en la tragedia
y solo lamenta no haber podido llevar su cruzada anti-judía más allá. Yo, comandante de Auschwitz, es una obra
diferente a las muchas que se han escrito sobre el Holocausto y comparable solo a las memorias del propio Hitler o
de la joven Ana Frank, en lo que a la descripción vívida y cruel de la realidad de ese momento se refiere.
Penetrar en la mente de Höss a través de este libro no es fácil. La dificultad radica en la rabia que recorre
cada poro del lector al comprobar cómo,
este hombre, uno de los más cercanos a
Hitler, relata las torturas infligidas a los
judíos sin siquiera un atisbo de
arrepentimiento o empatía. ¿Fueron los
nazis lo suficientemente efectivos en su
“limpieza”? ¿Se pudo hacer más para
eliminar a los judíos? Son las únicas
preguntas que asaltan la mente de un
hombre que, incluso en sus últimos días en
una vieja celda carcelaria de Cracovia,
esperando la muerte en la horca, seguía
defendiendo las ideas del nazismo. “Si el
mismísimo Führer había ordenado la
solución final, no correspondía a un nacionalsocialista de toda la vida como yo ponerlo en duda”.
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Höss no escatima en detalles en ese oscuro relato de su vida que es Yo comandante de Auschwitz. La
construcción de las celdas donde se hacinaba a los judíos, los crematorios, las cámaras de gas… Todo se relata de
forma minuciosa, como si de lo que se estuviera hablando fuese de la construcción de un puente o de una
carretera. “El comandante del campo de Treblinka me dijo que habían liquidado a unos 80.000 (judíos) en el
transcurso de medio año. Sobre todo liquidaban a los judíos del gueto de Varsovia. Usaba gas monóxido. Yo no
creía que sus métodos fuesen eficaces, así que cuando construí el campo de exterminación de Austchwitz, use
Cyclon B. Nos llevaba solo entre 3 y 15 minutos acabar con ellos, dependiendo de las condiciones climáticas”,
asegura en sus memorias.
Höss tampoco intenta minimizar los malos tratos y las condiciones infrahumanas a las que se sometía a los
capturados en los campos de concentración y llega a preguntarse si los judíos habrían acabado por
deshumanizarse ante tanta degradación. No oculta que mujeres y niños eran torturados ni muestra sentimiento
alguno hacia los condenados e incluso juzga la moralidad de los judíos de los Sonderkommandos, que limpiaban las
cámaras de gas, y se pregunta «cómo hacían para hallar en su interior la fuerza necesaria para cumplir día y noche
su horrible faena».
Las memorias de Höss son uno de los más sobrecogedores testimonios del horror que se vivió en aquellos
días. Al leerlas, el lector vuelve al pasado y se reaviva el compromiso firme con la idea de que, pase lo que pase, el
Holocausto no puede silenciarse, no puede olvidarse porque no puede volver a ocurrir.
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PREGUNTAS Y REFLEXIONES A TRABAJAR EN EL AULA DESPUÉS DE LEER EL TEXTO:
1. Lo primero de todo, es aprovechar las preguntas que al respecto van a surgir, para situar históricamente los
hechos y aclarar todas las dudas al respecto sobre el nazismo, el fascismo, el porque (si es que lo hay) del
holocausto, etc.
3. Situar los juicios de Nuremberg, ¿crees que fue justo el castigo inflingido a los responsables detenidos?
4. Imagina que eres un ciudadano alemán (no judío) de aquellos años, ¿qué habrías hecho tú teniendo en
cuenta las consecuencias que podrían acarrear tus actos o palabras?