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Versión española de Helena Cortés y Arturo Leyte en HEIDEGGER, MARTÍN, CAMINOS DE
BOSQUE, Madrid, Alianza, 1996. Tomado de Internet, Boogle, Nietzshe en Castellano, Heidegger,
Textos.
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Givone, Sergio. Historia de la Estética. Tecnos , Madrid, 1990, Pág. 156.
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Op. Cit. Pág.156.
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H.G. Gadamer., Los caminos de Heidegger, Herder, Barcelona, 2002, pp.67-72. Internet.
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Cruz, V., Danilo. Filosofía sin supuestos. Edit., Sudamericana, Buenos Aires, 1970, Pág. 108.
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Según Danilo Cruz, Descartes intenta fundar una metafísica desde el sujeto, para eso
tiene que disolver el objetivismo contenido, que no lo dejaba emerger, desde los griegos
hasta la Edad Media. Sin embargo este se cosifica dentro de la concepción del ego
cogito, al no utilizar conceptos pertinentes para lo especificado. Asume al ego como
res cogitans (cosa que piensa) identificándolo con el término anima que cosifica al yo,
lo que continúa sedimentando el empirismo inglés. Husserl, desmitifica esto
encontrando que en la base de la metafísica de la subjetividad: “el sujeto es el
fundamento determinante de los objetos(...) los conceptos tomados del mundo de los
objetos son inadecuados para determinar al sujeto y por lo tanto deben ser abolidos”6.
Continua D. Cruz asumiendo que H., no busca ya en los contenidos del eje sujeto-
objeto sino en un terreno más profundo, como por ejemplo, ¿Porqué vino a convertirse
el yo en el fundamento del ser? H., comienza así su investigación histórica sobre el
origen de dicha identificación.
Recordando lo expresado líneas atrás, a la pregunta ¿qué es el ser? agregamos su
correlativa ¿Qué es el arte? Aquí colabora R.Givone aseverando, ...”Para H., la pregunta
(...) está mal planteada. Mejor dicho, está planteada metafísicamente y, por tanto, al
igual que la metafísica, debe ser superada”7. Givone manifiesta que al ser concebido el
arte como objeto del pensamiento, queda encerrado en un concepto que lo define y
encierra como cosa dada para usufructuarlo mecánicamente, como lo manipula la
ciencia y la técnica para el consumo placentero. Contrariamente, el arte es apertura
desde una continua trasgresión que impide o que cuestiona todo horizonte conceptual
dado.
Si la estética ha tenido como objeto, en su mayor parte al arte, parece necesario, antes
que todo, hacer la pregunta por la esencia del arte: ¿Qué es el arte? Esto no será posible
si se parte de nociones y términos cuyo punto de referencia exclusivo es el mismo
término arte, ambiguo y recargado de juicios de valor, como lo plantea la autora J.
Bambula Díaz 8.
Solemos llamar arte a objetos y hechos tan disímiles, como una obra de Van Gogh, un
vaso griego cuyo uso original fue para beber, una estatua que representa –en bronce,
mármol, chatarra, etc.- a un personaje importante en cualquier sitio del mundo, un tótem
tallado y pintado por indígenas, un sarcófago etrusco, un happening, una película de
Fellini, una danza contemporánea etc.
Manifiesta Bambula Díaz: “Esta (la estética) se encuentra encerrada en un círculo
vicioso. Martín Heidegger lo diagnostica en “El origen de la obra de arte”, pero lo
acepta como ineludible y lo convierte en premisa de reflexión. La Estética es para él uno
de los Holzwege (caminos de palo, es decir, caminos que no conducen a nada) del
pensamiento”9. Sin entrar a confrontar lo asertivo o, de lo expresado por la autora,
constatamos el callejón sin salida que encuentra H., en el terreno del arte.
Existen dos caminos ya trazados, a partir de los cuales se ramifican los senderos
estético-artísticos del S.XX y XXI. Uno de ellos es el enfoque filosófico de Kant para
quién la estética se centra en el problema de la forma -subjetivismo en detrimento de la
realidad extrasubjetiva. Por el contrario Hegel, concibe el arte como una objetivación
desplegada del espíritu absoluto e histórico, conceptuando lo estético como aspecto
cognoscitivo producto de la relación social del hombre con la realidad objetiva.
Es de suponer, que H., comienza de nuevo el recorrido de la filosofía y de la metafísica
sin necesitar apoyarse en ningún otro pensador, y así mismo como interroga por el ser,
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Op., Cit. Pág. 109.
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Givone, R. Op. Cit. Pág. 155.
8
Bambula, Díaz, Juliane. Lo estético en la dinámica de las culturas. Univ. Del Valle. Santiago de Cali.
1993. Págs. 19-35.
9
Op. Cit. Pág. 35.
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Heidegger, Martín. Caminos de bosque. Op. Cit.
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Op. Cit.
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Op. Cit.
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Op. Cit.
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Op. Cit.
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utensilio y obra, al ser difíciles de aprehender nos hacen pensar sobre todo ente en
general.
H., plantea que para poder reconocerlo ...“se precisa dejar reposar a la cosa en sí misma
(...) sin incurrir en la anticipación ni el atropello de esos modos de pensar” 15. Sin
embargo, considera que la interpretación del ser-utensilio del utensilio es lo que ha
alcanzado más predominio por estar relacionado con la tradición medieval y su
concepto de creación divina.
H., para correr el velo, toma como ejemplo inicial un utensilio corriente, un par de
zapatos de campesino, con las connotaciones rutinarias que posee: sirven para calzar los
pies y dependiendo de la función, asumen un determinado materia-forma de zapatos ...
¿y aún así puede captarse, el carácter de utensilio del utensilio? H., ahora trae el
ejemplo: Las botas de campesino de Van Gogh, y ocurre lo inesperado : a través de la
imagen de las botas, se captan sus sufrimientos, dignidades, procedencias telúricas y
usos diversos, encontrando que ...“este utensilio pertenece a la tierra y su refugio es el
mundo de la campesina”16, es decir... “gracias a este modo de pertenencia
salvaguardada en su refugio”17.
H., reconoce que el ser-utensilio del utensilio reside en su utilidad, pero en este caso es
gracias a su fiabilidad, que es la que permite que la labradora sin mirarlos y sin
reflexionar en nada, sepa de ellos, gracias a la callada llamada de la tierra que protege su
mundo de labradora. El reposo del utensilio en su fiabilidad nos descubre lo que es de
verdad el utensilio. Ahora, confirma que ni la descripción de un zapato presente, ni la
observación de su uso, ni de su proceso de elaboración, nos permite captar el ser-
utensilio del utensilio, sino solo situándonos ante el cuadro de Van Gogh. Ha sido la
obra de arte y solo ella, la que hace manifestarse la verdad que duerme en el zapato.
H., explica ...“En la obra de arte se ha puesto manos a la obra la verdad de lo ente”,
aunque el arte de forma histórica solo se ocupa de lo bello y no de la verdad, crea lo
bello reservado a la estética, y no a la lógica que incluye a la verdad; tampoco
entraremos en lo del arte como copia o imitación de la realidad, en donde lo allí
presente exige correspondencia con lo ente al estilo antiguo y medieval. “En la obra lo
que sucede es la reproducción de la esencia general de las cosas”18.
H., escoge otro ejemplo: Un templo griego (evocado, no pintado) en toda su plenitud
matérica y formal, incluyendo la tierra sobre la que se instala por medio de la
consagración y la glorificación; emergiendo de él, pero en combate, se abre un mundo,
únicamente humano, no vegetal ni animal. El mundo es la apertura decisional simple y
esencial, de un pueblo histórico que se funda, en combate, sobre la tierra que lo contiene
y lo lleva a lo abierto: al ser del hombre y al ser de la obra.
H.,interroga ¿Cómo ocurre la verdad en el combate silencioso entre la tierra y su
mundo?. En la pintura de Van Gogh acontece la verdad, no por reproducir con
exactitud, sino que el ser-utensilio del utensilio, lo ente en su totalidad, el mundo y la
tierra en sus tensiones recíprocas, alcanzan el desocultamiento debido a su simplicidad y
pureza de lo representado, una luz configurada deja entrever una brillante aparición que
corresponde a lo bello y concluye parcialmente ...“La belleza es uno de los modos de
presentarse la verdad como desocultamiento”19.
Evidentemente esto sucede tomando la obra como algo elaborado mas allá del ser-
utensilio: creado por un artista. El crear permite que algo emerja, trayéndole hacia
delante, y para esto hay que abandonar el concepto artesanal puesto que en su origen
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Op. Cit.
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Op. Cit.
17
Op. Cit.
18
Op. Cit.
19
Op. Cit.
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BIBLIOGRAFIA.
• Bambula, Díaz, Juliane. Lo estético en la dinámica de las culturas. Univ. Del
Valle, Cali, 1993.
• Cruz, Vélez, Danilo. Filosofía sin supuestos. Sudamericana, Buenos Aires,
1970.
• Gadamer, Hans, George. Los caminos de Heidegger. Cap: El pensador Martín
Heidegger. Herder, Barcelona,2002. Internet, Boogle, Nietzsche en castellano.
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Mandrioni, Hector. Introducción a la filosofía. Kapelusz, Buenos Aires, 1964, pp.293.
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