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Los xocoyoles La leyenda del Sol y la Luna

Leyenda náhualt

Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en


Cuentan los que vivieron hace mucho tiempo, que había un hombre que no Teotihuacan.
creía en la palabra de sus antepasados. Le contaban que al caer una -¿Quién alumbrará al mundo?- preguntaron.
tormenta con truenos y relámpagos salían unos niños llamados xocoyoles.
Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo:
Los xocoyoles son los niños que mueren al nacer o antes de ser bautizados. -Yo me encargaré de alumbrar al mundo.
A esos niños les salen alas y aparecen sentados encima de los cerros y los
peñascos. Después los dioses preguntaron:
-¿Y quién más? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse
Cuentan que esos pequeñitos hacían distintos trabajos: unos regaban agua para aquel oficio.
con grandes cántaros para que lloviera sobre la tierra; otros hacían granizo y
lo regaban como si fueran maicitos; otros hacían truenos y relámpagos con -Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo,
unos mecates. Por eso oímos ruidos tan fuertes y nos espantamos. humilde y callado. y él obedeció de buena voluntad.
Pero el hombre no creía. Un día, después de una gran tempestad, se fue a Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio.
cortar leña a un cerro de ocotes. Cuando llegó vio a un niño desnudo, que Después de cuatro días, los dioses se reunieron alrededor del fuego.
tenía dos alas, atorado en la rama de un ocote.
Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin. entonces
El hombre se sorprendió, sobre todo cuando el niño le dijo: dijeron:
- Si me das mi mecate que está tirado en el suelo, te cortaré toda la leña
-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de
que salga de este ocote.
echarse, pero le dio miedo y no se atrevió.
- ¿En verdad lo harás? - le preguntó el hombre. Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse
- Sí, en verdad lo haré.
Luego los dioses dijeron:
Como pudo, fue uniendo varios palos. Al terminar puso el mecate en la -¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios, cerrando los ojos, se
punta y se lo dio. Cuando el niño tuvo el mecate en sus manos, le dijo al arrojó al fuego.
hombre que se fuera y regresara al día siguiente a recoger su leña. El Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se había echado al fuego, se
hombre se fue y el xocoyol comenzó a hacer rayos y relámpagos. EL ocote se avergonzó de su cobardía y también se aventó.
rompió y se hizo leña. Cuando el niño terminó su trabajo se fue volando al
Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron:
cielo a alcanzar a sus hermanos xocoyoles.
-Por ahí aparecerá Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto.
Al día siguiente el hombre llegó al bosque y vio mucha leña amontonada;
Nadie lo podía mirar porque lastimaba los ojos.
buscó al xocoyol y no lo encontró por ningún lado.
Resplandecía y derramaba rayos por dondequiera. Después apareció
A partir de ese día comenzó a creer lo que le decían sus abuelos. Tecuciztécatl hecho Luna.
En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por
el cielo hechos Sol y Luna.
Desde entonces hay día y noche en el mundo.
Cuando el tunkuluchú canta... encontró, le picó las patas. Aunque el pájaro las levantaba una y otra vez,
lo único que logró fue que las aves creyeran que le había dado por bailar y
Leyenda Maya se rieran de él a más no poder.
Fue hasta que el maya se durmió por la borrachera que dejó de molestarlo.
La fiesta había terminado y las aves regresaron a sus nidos todavía
En El Mayab vive un ave misteriosa, que siempre anda sola y vive entre las mareadas; algunas se carcajeaban al recordar el tremendo ridículo que hizo
ruinas. Es el tecolote o tunkuluchú, quien hace temblar al maya con su el tunkuluchú. El pobre pájaro sentía coraje y vergüenza al mismo tiempo,
canto, pues todos saben que anuncia la muerte. pues ya nadie lo respetaría luego de ese día.
Algunos dicen que lo hace por maldad, otros, porque el tunkuluchú disfruta Entonces, decidió vengarse de la crueldad del maya. Estuvo días enteros en
al pasearse por los cementerios en las noches oscuras, de ahí su gusto por la la búsqueda del peor castigo; era tanto su rencor, que pensó que todos los
muerte, y no falta quien piense que hace muchos años, una bruja maya, al hombres debían pagar por la ofensa que él había sufrido. Así, buscó en sí
morir, se convirtió en el tecolote. mismo alguna cualidad que le permitiera desquitarse y optó por usar su
olfato. Luego, fue todas las noches al cementerio, hasta que aprendió a
También existe una leyenda, que habla de una época lejana, cuando el
reconocer el olor de la muerte; eso era lo que necesitaba para su venganza.
tunkuluchú era considerado el más sabio del reino de las aves. Por eso, los
pájaros iban a buscarlo si necesitaban un consejo y todos admiraban su Desde ese momento, el tunkuluchú se propuso anunciarle al maya cuando se
conducta seria y prudente. acerca su hora final. Así, se para cerca de los lugares donde huele que
pronto morirá alguien y canta muchas veces. Por eso dicen que cuando el
Un día, el tunkuluchú recibió una carta, en la que se le invitaba a una fiesta
tunkuluchú canta, el hombre muere. Y no pudo escoger mejor desquite,
que se llevaría a cabo en el palacio del reino de las aves. Aunque a él no le
pues su canto hace temblar de miedo a quien lo escucha.
gustaban los festejos, en esta ocasión decidió asistir, pues no podía
rechazar una invitación real. Así, llegó a la fiesta vestido con su mejor
traje; los invitados se asombraron mucho al verlo, pues era la primera vez
que el tunkuluchú iba a una reunión como aquella.
De inmediato, se le dio el lugar más importante de la mesa y le ofrecieron
los platillos más deliciosos, acompañados por balché, el licor maya. Pero el
tunkuluchú no estaba acostumbrado al balché y apenas bebió unas copas, se
emborrachó. Lo mismo le ocurrió a los demás invitados, que convirtieron la
fiesta en puros chiflidos y risas escandalosas.
Entre los más chistosos estaba el chom, quien adornó su cabeza pelona con
flores y se reía cada vez que tropezaba con alguien. En cambio, la
chachalaca, que siempre era muy ruidosa, se quedó callada. Cada ave
quería ser la de mayor gracia, y sin querer, el tunkuluchú le ganó a las
demás. Estaba tan borracho, que le dio por decir chistes mientras danzaba y
daba vueltas en una de sus patas, sin importarle caerse a cada rato.
En eso estaban, cuando pasó por ahí un maya conocido por ser de veras
latoso. Al oír el alboroto que hacían los pájaros, se metió a la fiesta
dispuesto a molestar a los presentes. Y claro que tuvo oportunidad de
hacerlo, sobre todo después de que él también se emborrachó con el
balché.
El maya comenzó a reírse de cada ave, pero pronto llamó su atención el
tunkuluchú. Sin pensarlo mucho, corrió tras él para jalar sus plumas,
mientras el mareado pájaro corría y se resbalaba a cada momento. Después,
el hombre arrancó una espina de una rama y buscó al tunkuluchú; cuando lo
LA LEYENDA DEL FUEGO Al llegar, metió la cola y una llama enorme iluminó el campamento. Con el
hocico tomó una brasa y se alejó rápidamente.
(Leyenda tradicional mexicana)
Al principio, el tigre creyó que la cola del tlacuache era un leño; pero
cuando lo vio correr, empezó la persecución. Éste, al ver que el animalote
le pisaba los talones, cogió la brasa y la guardó en su marsupia. El tigre
Hace muchos años los huicholes no tenían el fuego y, por ello, su vida era anduvo mucho sin encontrarlo, hasta que por fin lo halló echado de
muy dura, En las noches de invierno, cuando el frío descargaba sus rigores espaldas, con las patas apoyadas contra una peña. Estaba allí, descansando
en todos los confines de la sierra, hombres y mujeres, niños y ancianos, tranquilamente y contemplando el paisaje.
padecían mucho. El tigre saltó hacia el tlacuache, decidido a vengar todos los agravios.
Sólo deseaban que las noches terminaran pronto para que el sol, con sus -Pero, compadre, ¿por qué? - le dijo el tlacuache-. ¿No ves acaso que estoy
caricias, les diera el calor que tanto necesitaban. sosteniendo el cielo? Ya casi se nos viene encima y nos aplasta a todos.
No sabían cultivar la tierra y habitaban en cuevas o en los árboles. Podrías mejor ayudarme, quedándote en mi sitio mientras yo voy por una
tranca. De esa manera estamos salvados.
Un día el fuego se soltó de alguna estrella y se dejó caer en la tierra,
provocando el incendio de varios árboles. Los vecinos de los huicholes, El tigre, muy asustado, aceptó colocarse en la misma posición en la que
enemigos de ellos, apresaron al fuego y no lo dejaron extinguirse. estaba el tlacuache, apoyando las patas contra la peña.
Nombraron comisiones que se encargaron de cortar árboles para saciar su -Aguanta hasta que venga, compadre. No tardaré -dijo el tlacuache.
hambre, porque el fuego era un insaciable devorador de plantas, animales y
todo lo que se ponía a su alcance. El tlacuache salió disparado, mientras el tigre se quedaba ahí, patas arriba.
Pasó un ratote y el tigre ya se había cansado.
Para evitar que los huicholes pudieran robarles su tesoro, organizaron un
poderoso ejército encabezado por el tigre. Varios huicholes hicieron el -¿Qué andará haciendo este tlacuache bandido que no viene? -protestaba el
intento de robarse el fuego, pero murieron acribillados por las flechas de tigre.
sus enemigos. Siguió esperando, sin moverse. Pronto ya no pudo más. -Me voy aunque el
Estando en una cueva, el venado, el armadillo y el tlacuache tomaron la cielo se venga abajo -pensó y se levantó rápidamente.
decisión de proporcionar a los huicholes tan valioso elemento, pero no sabía Se asombró de ver que no pasaba nada, que las cosas seguían en su sitio. El
cómo hacer para lograr su propósito. Entonces el tlacuache, que era el más tlacuache lo había engañado otra vez. Salió a buscarlo enfurecido. Lo
abusado de todos, declaró: encontró en la punta de un peñasco, comiendo maicitos, a la luz de la luna
-Yo, tlacuache, me comprometo a traer el fuego. llena. En cuanto el tlacuache lo vio venir, hizo como que contaba los granos
y se apresuró a decirle:
Hubo una burla general hacia el pobre animal. ¿Cómo iba a ser que ese
animalito, tan chiquito él, tan insignificante, fuera a traer la lumbre? Pero -Mira compadre, ¿ves esa casa que está allá abajo? Ahí venden ricos quesos,
éste, muy sereno, contestó así: -No se burlen, como dicen por ahí, "más vale podemos comprar muchos con este dinerito.
maña que fuerza"; ya verán cómo cumplo mi promesa. Sólo les pido una -Pero no veo cómo llegaremos a esa casa.
cosa, que cuando me vean venir con el fuego, entre todos me ayuden a
alimentarlo. -Es fácil compadre. Cuestión de pegar un salto. Ya otras veces ha saltado y
nada me ha pasado -argumentó el tlacuache.
Al atardecer, el tlacuachito se acercó cuidadosamente al campamento de
los enemigos de los huicholes y se hizo bola. -Bueno, saltemos juntos. No vaya a ser que te quedes aquí arriba o que
llegues primero abajo y te escapes.
Así pasó siete días sin moverse, hasta que los guardianes se acostumbraron a
verlo. En este tiempo observó que con las primeras horas de la madrugada, Mientras el tigre recogió los maicitos, pensando que eran dinero, el
casi todos los guardianes se dormían. El séptimo día, aprovechando que sólo tlacuache aprovechó para encajar su cola en una grieta, sin que el otro se
el tigre estaba despierto, se fue rodando hasta la hoguera. diera cuenta. Los dos se pararon en el borde de la peña. Cuando el tigre
dijo: "¡ya!", el tlacuache saltó pero no se movió de su sitio pues tenía la cola
encajada.
El tigre pegó un gran brinco y voló derechito hacia la luna llena, hasta LOS ALUXE
desaparecer. Por fin, herido y exhausto, el tlacuachito llegó hasta el lugar
donde estaba los otros animales y los huicholes. Allí, ante el asombro y la Leyenda Maya
alegría de todos, depositó la brasa que guardaba en su bolsa. Todos sabían
que tenían que actuar rápidamente para que el fuego sobreviviera. Así que
levantaron al fuego, lo apapacharon y lo alimentaron. Pronto creció una Nos encontrábamos en el campo yermo donde iba a hacerse una siembra.
hermosa llama. Era un terreno que abarcaba unos montículos de ruinas tal vez ignoradas.
Caía la noche y con ella el canto de la soledad. Nos guarecimos en una
Después de curar a su bienhechor, los huicholes bailaron felices toda la cueva de piedra, y para bajar utilizamos una soga y un palo grueso que
noche. El generoso animal, que tantas peripecias pasó para siempre estaba hincado en el piso de la cueva.
proporcionarles el fuego, perdió para siempre el pelo de su cola; pero vivió
contento porque hizo un gran beneficio al pueblo. En cambio, cuenta la La comida que llevamos nos la repartimos. ¿Qué hacía allá?, puede pensar
gente que el tigre fue a caer en la luna y que todavía se le puede ver ahí de el lector. Trataba de cerciorarme de lo que veían miles de ojos hechizados
noche, parado con el hocico abierto. por la fantasía. Trataba de ver a esos seres fantásticos que según la leyenda
habitaban en los cuyo (montículos de ruinas) y sementeras: Los ALUXES.
Me acompañaba un ancianito agricultor de apellido May. La noche
avanzaba...De pronto May tomó la Palabra y me dijo:
-Puede que logre esta milpa que voy a sembrar.
-¿Por qué no ha de lograrla?, pregunté.
-Porque estos terrenos son de los aluxes. Siempre se les ve por aquí.
¿Está seguro que esta noche vendrán?
Seguro, me respondió.
-¡Cuántos deseos tengo de ver a esos seres maravillosos que tanta
influencia ejercen sobre ustedes! Y dígame, señor may ¿usted les ha visto?
-Explíqueme, cómo son, qué hacen.
El ancianito, asumiendo un aire de importancia, me dijo:
-Por las noches, cuanto todos duermen, ellos dejan sus escondites y
recorren los campos; son seres de estatura baja, niños, pequeños,
pequeñitos, que suben, bajan, tiran piedras, hacen maldades, se roban el
fuego y molestan con sus pisadas y juegos. Cuando el humano despierta y
trata de salir, ellos se alejan, unas veces por pares, otras en tropel. Pero
cuando el fuego es vivo y chispea, ellos le forman rueda y bailan en su
derredor; un pequeño ruido les hace huir y esconderse, para salir luego y
alborotar más. No son seres malos. Si se les trata bien, corresponden.
-¿Qué beneficio hacen?
-Alejan los malos vientos y persiguen las plagas. Si se les trata mal, tratan
mal, y la milpa no da nada, pues por las noche roban la semilla que se
esparce de día, o bailan sobre las matitas que comienzan a salir. Nosotros
les queremos bien y le regalamos con comida y cigarrillos. Pero hagamos
silencio para ver si usted logra verlos.
El anciano salió, asiéndose a la soga, y yo tras él, entonces vi que avivaba LA XTABA
el fuego y colocaba una jicarita de miel, pozole cigarrillos, etc., y volvió a
la cueva. Yo me acurruqué en el fondo cómodamente. La noche era Leyenda Maya
espléndida, noche plenilunar.
Transcurridas unas horas, cuando empezaba a llegarme el sueño, oí un Vivían en un pueblo dos mujeres; a una la apodaban los vecinos la XKEBAN,
ruido que me sobresaltó. Era el rumor de unos pasitos sobre la tierra de la que es como decir la pecadora, y a la otra la llamaba la UTZ-COLEL, que es
cueva: Luego, ruido de pedradas, carreras, saltos, que en el silencio de la como decir mujer buena. La XKEBAN era muy bella, pero se daba
noche se hacían más claros. continuamente al pecado de amor. Por esto, las gentes honradas del lugar la
despreciaban y huían de ella como de cosa hedionda. En más de un ocasión
se había pretendido lanzarla del pueblo, aunque al fin de cuentas
prefirieron tenerla a mano para despreciarla. La UTZ-COLEL, era virtuosa,
recta y austera además de bella. Jamás había cometido un desliz de amor y
gozaba del aprecio de todo el vecindario.
No ostante sus pecados, la XKEBAN era muy compasiva y socorría a los
mendigos que llegaban a ella en demanda de auxilio, curaba a los enfermos
abandonados, amparaba a los animales; era humilde de corazón y sufría
resignadamente la injurias de la gente. Aunque virtuosa de cuerpo, la UTZ-
COLEL era rígida y dura de carácter: Desdeñaba a los humildes por
considerarlos inferiores a ella y no curaba a los enfermos por repugnancia.
Recta era su vida como un palo enhiesto, pero sufrió su corazón como la
piel de la serpiente. Un día ocurrió que los vecinos no vieron salir de su casa
a la XKEBAN, pasó otro día, y lo mismo; y otro, y otro. Pensaron que la
XKEBAN había muerto abandonada; solamente sus animales cuidaban su
cadáver, lamiéndole las manos y ahuyentándole las moscas. El perfume que
aromaba a todo el pueblo se desprendía de su cuerpo. Cuando la noticia
llegó a oídos de la UTZ-COLEL, ésta rió despectivamente.
Es imposible que el cadáver de una gran pecadora pueda desprender
perfume alguno- exclamó. Más bien hederá a carne podrida. Pero era mujer
curiosa y quiso convencerse por sí misma. Fue al lugar, y al sentir el
perfumado aroma dijo, con sorna: Cosa del demonio debe ser, para
embaucar a los hombres, y añadió: Si el cadáver de esta mujer mala huele
tan aromáticamente, mi cadáver olerá mejor. Al entierro de la XKEBAN solo
fueron los humildes a quienes había socorrido, los enfermos a los que había
curado; pero por donde cruzó el cortejo se fue dilatando el perfume, y al
día siguiente la tumba amaneció cubierta de flores silvestres.
Poco tiempo después falleció la UTZ-COLEL, había muerto virgen y
seguramente el cielo se abriría inmediatamente para su alma. Pero ¡Oh
sorpresa! contra lo que ella misma y todos habían esperado, su cadáver
empezó a desprender un hedor insoportable, como de carne podrida. El
vecindario lo atribuyó a malas artes del demonio y acudió en gran número a
su entierro llevando ramos de flores para adornar su tumba: Flores que al
amanecer desaparecieron por "malas artes de demonio", volvieron a decir.
Siguió pasando el tiempo, y es sabido que después de muerta la XKEBAN se Guanina y Sotomayor
convirtió en una florecilla dulce, sencilla, olorosa llamada XTABENTUN. El
jugo de esa florecilla embriaga dulcemente tal como embriagó en vida el Leyenda Taina
amor de la XKEBAN. En cambio, la UTZ-COLEL se convirtió después de Guanina era una india taina, hermana de Agüeybaná el Bravo, jefe de la
muerta en la flor de TZACAM, que es un cactus erizado de espinas del que tribu y de un grupo de bravos guerreros, el cacique supremo de toda la isla
brota una flor, hermosa pero sin perfume alguno, antes bien, huele en de Puerto Rico. Guanina significa en el lenguaje taíno: "Resplandeciente
forma desagradable y al tocarla es fácil punzarse. como el oro".
Convertida la falsa mujer en la flor del TZACAM se dio a reflexionar, Los conquistadores españoles se habían apoderado de la isla de Borinquén,
envidiosa, en el extremo caso de la XKEBAN, hasta llegar a la conclusión de que así se llamaba entonces la isla de Puerto Rico.
que seguramente porque sus pecados habían sido de amor, le ocurrió todo lo
bueno que le ocurrió después de muerta. Y entonces pensó en imitarla En aquel tiempo, un indio llamado Guarionex vivía enamorado de Guanina.
entregándose también al amor. Sin caer en la cuenta de que si las cosas Guanina era la hermana del cacique supremo, o sea el jefe de todas las
habían sucedido así, fue por la bondad del corazón de la XKEBAN, quien se tribus de la isla.
entregaba al amor por un impulso generoso natural. Llamando en su ayuda
Cada vez que Guarionex veía a Guanina, el corazón le latía de tal manera
a los malos espíritus, la UTZ-COLEL consiguió la gracia de regresar al mundo
que parecía que se le quería salir del pecho. Cada vez que él la veía le
cada vez que lo quisiera, convertida nuevamente en mujer, para enamorar a
declaraba su amor. Ella no le correspondía porque vivía enamorada de un
los hombres, pero con amor nefasto porque la dureza de su corazón no le
conquistador español llamado Don Cristóbal de Sotomayor, alcalde mayor y
permitía otro.
fundador de un poblado al que había bautizado con su propio apellido.
Pues bien, sepan los que quieran saberlo que ella es la mujer XTABAY la
Guarionex, lleno de odio mortal hacia Sotomayor, le gritaba: - ¡Don
que surge del TZACAM, la flor del cactus punzador y rígido, que cuando ve
Cristóbal, uno de los dos debe de morir! Tú no mereces vivir porque me
pasar a un hombre vuelve a la vida y lo aguarda bajo las ceibas peinando su
robaste el amor de Guanina, y yo no quiero seguir viviendo si me falta su
larga cabellera con un trozo de TZACAM erizado de púas. Sigue a los
amor.
hombres hasta que consigue atraerlos, los seduce luego y al fin los asesina
en el frenesí de un amor infernal. Los indios ya no podían soportar más el trato cruel de los españoles. Los
indios taínos los habían recibido con amistad y habían celebrado la
ceremonia del guatiao ( pacto de fraternidad que sellaban con el
intercambio de nombres). Por eso al cacique Agüeybaná también se le
llamaba Don Cristobal.
Los españoles, haciendo caso omiso al pacto, se repartieron a los indios
como siervos. Los explotaban especialmente en los yacimientos de oro. Así
explotados, los indios anhelaban volver a ser libres. Una noche, celebraron
un areito (reuniones para celebrar sus fiestas, recordar tradiciones, y tomar
decisiones, sobre todo cuando era necesario resolver sobre una guerra). Esa
noche Agüeybaná y los taínos decidieron que los españoles tenían que morir
para ellos poder ser libres otra vez.
Guarionex quiso el poblado de su enemigo mayor, que era Don Cristóbal de
Sotomayor. Güarionex no pudo matar a Don Cristobal de Sotomayor porque
en ese momento Sotomayor estaba llegando al bohío de Agüeybaná donde
Guanina le advirtió que se salvara pues los indios se habían levantado en su
contra.
Sotomayor se fue con sus soldados a La Villa de Caparra para ver al
Gobernador. Agüeybaná le prestó a Sotomayor a unos Naborías para que lo
ayudaran con la carga. Pero en secreto les dijo que cuando empezara el
ataque, huyeran con las vitualles. Guanina no quiso dejar a Sotomayor huir La piel del venado
solo y se fue con él. Leyenda Maya
Los indios tainos los persiguieron y el ataque empezó. Sotomayor peleaba Los mayas cuentan que hubo una época en la cual la piel del venado era
ferozmente con su espada mientras los golpes de las macanas de los indios distinta a como hoy la conocemos. En ese tiempo, tenía un color muy claro,
le iban abriendo profundas heridas. En el momento de mayor peligro, por eso el venado podía verse con mucha facilidad desde cualquier parte del
Guanina se interpuso entre Sotomayor y los indios y recibió en su cuerpo la monte. Gracias a ello, era presa fácil para los cazadores, quienes
herida mortal que iba dirigida a su amado. En ese momento de distracción apreciaban mucho el sabor de su carne y la resistencia de su piel, que
de Sotomayor, Agüeybaná aprovechó para traspasarlo con su flecha. Cayó usaban en la construcción de escudos para los guerreros. Por esas razones,
Sotomayor en los brazos de su amada Guanina. el venado era muy perseguido y estuvo a punto de desaparecer de El Mayab.
Agüeybaná mandó a que los enterraran juntos, pero que a Sotomayor le Pero un día, un pequeño venado bebía agua cuando escuchó voces extrañas;
dejaron los pies fuera de la tumba para que no pudiera encontrar el camino al voltear vio que era un grupo de cazadores que disparaban sus flechas
a la tierra de los muertos. contra él. Muy asustado, el cervatillo corrió tan veloz como se lo permitían
Poco después los españoles rescataron los cuerpos y los enterraron, uno al sus patas, pero sus perseguidores casi lo atrapaban. Justo cuando una flecha
lado del otro, al pie de un risco empinado y a la sombra de una enorme iba a herirlo, resbaló y cayó dentro de una cueva oculta por matorrales.
ceiba. En esta cueva vivían tres genios buenos, quienes escucharon al venado
Desde entonces, los jíbaros dicen que cuando el viento agita de noche las quejarse, ya que se había lastimado una pata al caer. Compadecidos por el
ramas del árbol frondoso, se oye un murmullo, que no es el rumor de las sufrimiento del animal, los genios aliviaron sus heridas y le permitieron
hojas, y se ven dos luces muy blancas, que no son luces de luciérnagas o esconderse unos días. El cervatillo estaba muy agradecido y no se cansaba
cucubano, sino los espíritus de Guanina y Sotomayor que flotan, danzan y se de lamer las manos de sus protectores, así que los genios le tomaron cariño.
funden, cantando la dicha de estar unidos siempre.

En unos días, el animal sanó y ya podía irse de la cueva. Se despidió de los


tres genios, pero antes de que se fuera, uno de ellos le dijo:
—¡Espera! No te vayas aún; queremos concederte un don, pídenos lo que
más desees.
El cervatillo lo pensó un rato y después les dijo con seriedad:
—Lo que más deseo es que los venados estemos protegidos de los hombres,
¿ustedes pueden ayudarme?
—Claro que sí —aseguraron los genios. Luego, lo acompañaron fuera de la
cueva. Entonces uno de los genios tomó un poco de tierra y la echó sobre la
piel del venado, al mismo tiempo que otro de ellos le pidió al sol que sus
rayos cambiaran de color al animal. Poco a poco, la piel del cervatillo dejó
de ser clara y se llenó de manchas, hasta que tuvo el mismo tono que la
tierra que cubre el suelo de El Mayab. En ese momento, el tercer genio
dijo:
—A partir de hoy, la piel de los venados tendrá el color de nuestra tierra y
con ella será confundida. Así los venados se ocultarán de los cazadores, pero
si un día están en peligro, podrán entrar a lo más profundo de las cuevas,
allí nadie los encontrará.
El cervatillo agradeció a los genios el favor que le hicieron y corrió a darles
la noticia a sus compañeros. Desde ese día, la piel del venado representa a
El Mayab: su color es el de la tierra y las manchas que la cubren son como la El cocay
entrada de las cuevas. Todavía hoy, los venados sienten gratitud hacia los Leyenda Maya
genios, pues por el don que les dieron muchos de ellos lograron escapar de
los cazadores y todavía habitan la tierra de los mayas. Quizá alguna noche en el campo hayas visto una chispa de luz que brilla y se
mueve de un lado a otro; esa luz la produce el cocay, que es el nombre que
le dan los mayas a la luciérnaga. Ellos saben cómo fue que este insecto creó
su luz, esta es la historia que cuentan:
Había una vez un Señor muy querido por todos los habitantes de El Mayab,
porque era el único que podía curar todas las enfermedades. Cuando los
enfermos iban a rogarle que los aliviara, él sacaba una piedra verde de su
bolsillo; después, la tomaba entre sus manos y susurraba algunas palabras.
Eso era suficiente para sanar cualquier mal.
Pero una mañana, el Señor salió a pasear a la selva; allí quiso acostarse un
rato y se entretuvo horas completas al escuchar el canto de los pájaros. De
pronto, unas nubes negras se apoderaron del cielo y empezó a caer un gran
aguacero. El Señor se levantó y corrió a refugiarse de la lluvia, pero por la
prisa, no se dio cuenta que su piedra verde se le salió del bolsillo. Al llegar a
su casa lo esperaba una mujer para pedirle que sanara a su hijo, entonces el
Señor buscó su piedra y vio que no estaba. Muypreocupado, quiso salir a
buscarla, pero creyó que se tardaría demasiado en hallarla, así que mandó
reunir a varios animales.
Pronto llegaron el venado, la liebre, el zopilote y el cocay. Muy serio, el
Señor les dijo:
—Necesito su ayuda; perdí mi piedra verde en la selva y sin ella no puedo
curar. Ustedes conocen mejor que nadie los caminos, las cavernas y los
rincones de la selva; busquen ahí mi piedra, quien la encuentre, será bien
premiado.
Al oír esas últimas palabras, los animales corrieron en busca de la piedra
verde. Mientras, el cocay, que era un insecto muy empeñado, volaba
despacio y se preguntaba una y otra vez:
—¿Dónde estará la piedra? Tengo que encontrarla, sólo así el Señor podrá
curar de nuevo.
Y aunque el cocay fue desde el inicio quien más se ocupó de la búsqueda, el
venado encontró primero la piedra. Al verla tan bonita, no quiso compartirla
con nadie y se la tragó.
—Aquí nadie la descubrirá —se dijo—. A partir de hoy, yo haré las curaciones
y los enfermos tendrán que pagarme por ellas.
Pero en cuanto pensó esas palabras, el venado se sintió enfermo; le dio un
dolor de panza tan fuerte que tuvo que devolver la piedra; luego huyó
asustado.
Entre tanto, el cocay daba vueltas por toda la selva. Se metía en los huecos le había caído un rayo en la cabeza y aunque brincaba, no podía apagar el
más pequeños, revisaba todos los rincones y las hojas de las plantas. No fuego, pues el cocay seguía volando sobre ella.
hablaba con nadie, sólo pensaba en qué lugar estaría la piedra verde.
En eso, llegó hasta un cenote y en su desesperación, creyó que lo mejor era
Para ese entonces, los animales que iniciaron la búsqueda ya se habían echarse al agua, sólo así evitaría que se le quemara la cabeza. Pero en
cansado. El zopilote volaba demasiado alto y no alcanzaba a ver el suelo, la cuanto saltó, el cocay voló lejos y desde lo alto se rió mucho de la liebre,
liebre corría muy aprisa sin ver a su alrededor y el venado no quería saber que trataba de salir del cenote toda empapada.
nada de la piedra; así, hubo un momento en que el único en buscar fue el
Desde entonces, hasta los animales más grandes respetan al cocay, no vaya
cocay.
a ser que un día los engañe con su luz.
Un día, después de horas enteras de meditar sobre el paradero de la piedra,
el cocay sintió un chispazo de luz en su cabeza:
—¡Ya sé dónde está! —gritó feliz, pues había visto en su mente el lugar en
que estaba la piedra. Voló de inmediato hacia allí y aunque al principio no
se dio cuenta, luego sintió cómo una luz salía de su cuerpo e iluminaba su
camino. Muy pronto halló la piedra y más pronto se la llevó a su dueño.
—Señor, busqué en todos los rincones de la selva y por fin hoy di con tu
piedra —le dijo el cocay muy contento, al tiempo que su cuerpo se
encendía.
—Gracias, cocay —le contestó el Señor— veo que tú mismo has logrado una
recompensa. Esa luz que sale de ti representa la nobleza de tus
sentimientos y lo brillante de tu inteligencia. Desde hoy te acompañará
siempre para guiar tu vida.
El cocay se despidió muy contento y fue a platicarle a los animales lo que
había pasado.
Todos lo felicitaron por su nuevo don, menos la liebre, que sintió envidia de
la luz del cocay y quiso robársela.
—Esa chispa me quedaría mejor a mí; ¿qué tal se me vería en un collar? —
pensó la liebre.
Así, para lograr su deseo, esperó a que el cocay se despidiera y comenzó a
seguirlo por el monte.
—¡Cocay! Ven, enséñame tu luz —le gritó al insecto cuando estuvo seguro de
que nadie los veía.
—Claro que sí —dijo el cocay y detuvo su vuelo. Entonces, la liebre
aprovechó y ¡zas! le saltó encima. El cocay quedó aplastado bajo su panza y
ya casi no podía respirar cuando la liebre empezó a saltar de un lado a otro,
porque creía que el cocay se le había escapado.
El cocay empezó a volar despacio para esconderse de la liebre. Ahora, fue
él quien la persiguió un rato y en cuanto la vio distraída, quiso desquitarse.
Entonces, voló arriba de ella y se puso encima de su frente, al mismo
tiempo que se iluminaba. La liebre se llevó un susto terrible, pues creyó que
El chom —¡Esto no se puede quedar así! —gritó el rey de Uxmal— Los chom deben ser
Leyenda Maya castigados.

Cuenta la leyenda que en Uxmal, una de las ciudades más importantes de El —No se preocupe, majestad; pronto hallaremos la forma de cobrar esta
Mayab, vivió un rey al que le gustaban mucho las fiestas. Un día, se le ofensa —contestó muy serio uno de los sacerdotes, mientras recogía algunas
ocurrió organizar un gran festejo en su palacio para honrar al Señor de la plumas de zopilote que habían caído al suelo.
Vida, llamado Hunab ku, y agradecerle por todos los dones que había dado a Los hombres más sabios se encerraron en el templo; luego de discutir un
su pueblo. rato, a uno de ellos se le ocurrió cómo castigarlos. Entonces, tomó las
El rey de Uxmal ordenó con mucha anticipación los preparativos para la plumas de chom y las puso en un bracero para quemarlas; poco a poco, las
fiesta. Además invitó a príncipes, sacerdotes y guerreros de los reinos plumas perdieron su color hasta volverse negras y opacas.
vecinos, seguro de que su festejo sería mejor que cualquier otro y que todos Después, uno de los sacerdotes las molió hasta convertirlas en un polvo
lo envidiarían después. Así, estuvo pendiente de que su palacio se adornara negro muy fino, que echó en una vasija con agua. Pronto, el agua se volvió
con las más raras flores, además de que se prepararan deliciosos platillos un caldo negro y espeso. Una vez que estuvo listo, los sacerdotes salieron
con carnes de venado y pavo del monte. Y no podía faltar el balché, un licor del templo. Uno de ellos buscó a los sirvientes y les dijo:
embriagante que le encantaría a los invitados.
—Lleven comida a la terraza del palacio, la necesitamos para atraer a los
Por fin llegó el día de la fiesta. El rey de Uxmal se vistió con su traje de zopilotes.
mayor lujo y se cubrió con finas joyas; luego, se asomó a la terraza de su
palacio y desde allí contempló con satisfacción su ciudad, que se veía más La orden fue obedecida de inmediato y pronto hubo una mesa llena de
bella que nunca. Entonces se le ocurrió que ese era un buen lugar para que platillos y muchos chom que volaban alrededor de ella. Como el día de la
la comida fuera servida, pues desde allí todos los invitados podrían fiesta todo les había salido muy bien, no lo pensaron dos veces y bajaron a
contemplar su reino. El rey de Uxmal ordenó a sus sirvientes que llevaran la terraza para disfrutar de otro banquete.
mesas hasta la terraza y las adornaran con flores y palmas. Mientras tanto, Pero no contaban con que esta vez los hombres se escondieron en la
fue a recibir a sus invitados, que usaban sus mejores trajes para la ocasión. terraza; apenas habían puesto las patas sobre la mesa, cuando dos
Los sirvientes tuvieron listas las mesas rápidamente, pues sabían que el rey sacerdotes salieron de repente y lanzaron el caldo negro sobre los chom,
estaba ansioso por ofrecer la comida a los presentes. Cuando todo quedó mientras repetían unas palabras extrañas. Uno de ellos alzó la voz y dijo:
acomodado de la manera más bonita, dejaron sola la comida y entraron al —No lograrán huir del castigo que merecen por ofender al rey de Uxmal.
palacio para llamar a los invitados. Robaron la comida de la fiesta de Hunab ku, el Señor que nos da la vida, y
Ese fue un gran error, porque no se dieron cuenta de que sobre la terraza por eso jamás probarán de nuevo alimentos tan exquisitos. A partir de hoy
del palacio volaban unos zopilotes, o chom, como se les llama en lengua estarán condenados a comer basura y animales muertos, sólo de eso se
maya. En ese entonces, estos pájaros tenían plumaje de colores y elegantes alimentarán.
rizos en la cabeza. Además, eran muy tragones y al ver tanta comida se les Al oír esas palabras y sentir sus plumas mojadas, los chom quisieron escapar
antojó. Por eso estuvieron un rato dando vueltas alrededor de la terraza y al volando muy alto, con la esperanza de que el sol les secara las plumas y
ver que la comida se quedó sola, los chom volaron hasta la terraza y en unos acabara con la maldición, pero se le acercaron tanto, que sus rayos les
minutos se la comieron toda. quemaron las plumas de la cabeza. Cuando los chom sintieron la cabeza
Justo en ese momento, el rey de Uxmal salió a la terraza junto con sus caliente, bajaron de uno en uno a la tierra; pero al verse, su sorpresa fue
invitados. El monarca se puso pálido al ver a los pájaros saborearse el muy grande. Sus plumas ya no eran de colores, sino negras y resecas,
banquete. porque así las había vuelto el caldo que les aventaron los sacerdotes.
Además, su cabeza quedó pelona. Desde entonces, los chom vuelan lo más
Enojadísimo, el rey gritó a sus flecheros: alto que pueden, para que los demás no los vean y se burlen al verlos tan
—¡Maten a esos pájaros de inmediato! cambiados. Sólo bajan cuando tienen hambre, a buscar su alimento entre la
basura, tal como dijeron los sacerdotes.
Al oír las palabras del rey, los chom escaparon a toda prisa; volaron tan alto
que ni una sola flecha los alcanzó.
La boda de la xdzunuúm Minaan u xbakal, minaan u nokil, minaan u xanbil, minaan u xacheil, minaan
Leyenda Maya u neeneíl, minaan u chu-cí, minaan u necteíl.

Una mañana llena de sol, la colibrí, o xdzunuúm que es su nombre en lengua Con esas palabras, la xkokolché les explicaba:
maya, estaba parada sobre la rama de una ceiba y lloraba al contemplar su No tiene el collar, no tiene el vestido, no tiene los zapatos, no tiene el
pequeño nido a medio hacer. Y es que a pesar de que llevaba días buscando peine, no tiene el espejo, no tiene los dulces, no tiene las flores.
materiales para construir su casa, sólo había encontrado unas cuantas ramas
y hojas que no le alcanzaban. La xdzunuúm quería acabar su nido pronto, Mientras la xkokolché cantaba, la xdzunuúm derramaba gruesos lagrimones.
pues ahí viviría cuando se casara, pero era muy pobre y cada vez le parecía Así, entre las dos lograron que todos los presentes quisieran ayudar. Por un
más difícil terminar su hogar y poder organizar su boda. momento, se quedaron callados, luego, se escucharon varias voces:

La xdzunuúm era tan pequeña que su llanto apenas se escuchaba; la única —Que se haga la boda, yo daré el collar —dijo el ave xomxaníl, dispuesta a
en oírlo fue la xkokolché, quien voló de rama en rama hasta encontrar a la prestar el adorno amarillo que tenía en el pecho.
triste pajarita. Al verla, le preguntó: —Que se haga la boda, yo daré el vestido —ofreció la araña y empezó a tejer
—¿Qué te pasa, amiga xdzunuúm? una tela muy fina para vestir a la novia.

—¡Ay! Mi pena es muy grande —sollozó más fuerte la xdzunuúm. —Que se haga la boda, yo daré los zapatos —aseguró el venado.

—Cuéntamela, tal vez yo pueda ayudarte —dijo la xkokolché. —Que se haga la boda, yo daré el peine —prometió la iguana y se quitó
algunas púas de las que cubren su lomo.
—¡No! Nadie puede remediar mi dolor —chilló la xdzunuúm.
—Que se haga la boda, yo daré el espejo —afirmó el cenote, pues su agua
—Ándale, platícame qué tienes —insistió la xkokolché. era tan cristalina que en ella podría contemplarse la novia.
—Bueno —accedió la xdzunuúm—. Fíjate que me quiero casar, pero mi novio —Que se haga la boda, yo daré los dulces —se comprometió la abeja y se fue
y yo somos tan pobres que no tenemos nido ni podemos hacer la fiesta. a traer la miel de su panal.
—¡Uy! Eso sí que es un problema, porque yo soy pobre también —respondió Con eso, ya estaba listo lo necesario para la boda. La xdzunuúm lloró de
la xkokolché. nuevo, pero ahora de alegría. Luego, voló a buscar al novio y le dijo que ya
—¿Lo ves? Te lo dije, nadie me puede ayudar —gritó la xdzunuúm. podían casarse. A los pocos días, se celebró una gran boda, y por supuesto,
la xkokolché fue la madrina. En la fiesta hubo de todo, porque los invitados
—No llores, espérate, ahorita se me ocurre algo —aseguró la xkokolché. llevaron muchos regalos. Desde entonces, la xdzunuúm dejó de lamentar su
pobreza, pues supo que contaba con grandes amigos en el mundo maya.
Las dos aves pensaron un rato; desesperada, la xdzunuúm ya iba a llorar de
nuevo, cuando la xkokolché tuvo una idea:

—Mira, tú y yo solas no vamos a poder con la boda. Tenemos que llamar a


otros animales para que nos ayuden.
Apenas acabó de hablar, la xkokolché entonó una canción en maya, que
decía así:
U tul chichan chiich, u kat socobel, ma tu patal xun, minaan y nuucul.
De esta forma, la xkokolché contaba que una pajarita se quería casar, pero
no tenía recursos para hacerlo. Luego repitió la canción; como su voz era
tan dulce, algunos animales y hasta el agua y los árboles se acercaron a
escucharla. Cuando ella los vio muy atentos a sus palabras, les pidió ayuda
con este canto:
El Mayab, la tierra del faisán y del venado llegado cuando reciban tres señales. La primera será del faisán, quien volará
Leyenda Maya sobre los árboles más altos y su sombra podrá verse en todo El Mayab. La
segunda señal la traerá el venado, pues atravesará esta tierra de un solo
Hace mucho, pero mucho tiempo, el señor Itzamná decidió crear una tierra salto. La tercera mensajera será la serpiente de cascabel, que producirá
que fuera tan hermosa que todo aquél que la conociera quisiera vivir allí, música de nuevo y ésta se oirá por todas partes. Con estas tres señales, los
enamorado de su belleza. Entonces creó El Mayab, la tierra de los elegidos, animales avisarán a los mayas que es tiempo de recuperar la tierra que les
y sembró en ella las más bellas flores que adornaran los caminos, creó quitaron.
enormes cenotes cuyas aguas cristalinas reflejaran la luz del sol y también
profundas cavernas llenas de misterio. Después, Itzamná le entregó la nueva Ése fue el anuncio del adivino, pero el día aún no llega. Mientras tanto, los
tierra a los mayas y escogió tres animales para que vivieran por siempre en tres animales se preparan para estar listos. Así, el faisán alisa sus alas, el
El Mayab y quien pensara en ellos lo recordara de inmediato. Los elegidos venado afila sus pezuñas y la serpiente frota sus cascabeles. Sólo esperan el
por Itzamná fueron el faisán, el venado y la serpiente de cascabel. Los momento de ser los mensajeros que reúnan a los mayas para recobrar El
mayas vivieron felices y se encargaron de construir palacios y ciudades de Mayab.
piedra. Mientras, los animales que escogió Itzamná no se cansaban de
recorrer El Mayab. El faisán volaba hasta los árboles más altos y su grito era
tan poderoso que podían escucharle todos los habitantes de esa tierra. El
venado corría ligero como el viento y la serpiente movía sus cascabeles para
producir música a su paso.
Así era la vida en El Mayab, hasta que un día, los chilam, o sea los adivinos
mayas, vieron en el futuro algo que les causó gran tristeza. Entonces,
llamaron a todos los habitantes, para anunciar lo siguiente: —Tenemos que
dar noticias que les causarán mucha pena. Pronto nos invadirán hombres
venidos de muy lejos; traerán armas y pelearán contra nosotros para
quitarnos nuestra tierra. Tal vez no podamos defender El Mayab y lo
perderemos.
Al oír las palabras de los chilam, el faisán huyó de inmediato a la selva y se
escondió entre las yerbas, pues prefirió dejar de volar para que los
invasores no lo encontraran.
Cuando el venado supo que perdería su tierra, sintió una gran tristeza;
entonces lloró tanto, que sus lágrimas formaron muchas aguadas. A partir de
ese momento, al venado le quedaron los ojos muy húmedos, como si
estuviera triste siempre.
Sin duda, quien más se enojó al saber de la conquista fue la serpiente de
cascabel; ella decidió olvidar su música y luchar con los enemigos; así que
creó un nuevo sonido que produce al mover la cola y que ahora usa antes de
atacar.
Como dijeron los chilam, los extranjeros conquistaron El Mayab. Pero aún
así, un famoso adivino maya anunció que los tres animales elegidos por
Itzamná cumplirán una importante misión en su tierra. Los mayas aún
recuerdan las palabras que una vez dijo:
—Mientras las ceibas estén en pie y las cavernas de El Mayab sigan abiertas,
habrá esperanza. Llegará el día en que recobraremos nuestra tierra,
entonces los mayas deberán reunirse y combatir. Sabrán que la fecha ha
El pájaro dziú anochecer y menos de que su cola había quedado atravesada en el camino.
Leyenda Maya El toh ya estaba bien dormido, cuando muchas aves que no podían volar
pasaron por allí y como el pájaro no se veía en la oscuridad, le pisaron la
Cuentan por ahí, que una mañana, Chaac, el Señor de la Lluvia, sintió cola.
deseos de pasear y quiso recorrer los campos de El Mayab. Chaac salió muy
contento, seguro de que encontraría los cultivos fuertes y crecidos, pero Al sentir los pisotones, el toh despertó, y cuál sería su sorpresa al ver que
apenas llegó a verlos, su sorpresa fue muy grande, pues se encontró con que en su cola sólo quedaba una pluma. Ni idea tenía de lo que había pasado,
las plantas estaban débiles y la tierra seca y gastada. Al darse cuenta de pero pensó en ir por la semilla del maíz para que las aves vieran su valor y
que las cosechas serían muy pobres, Chaac se preocupó mucho. Luego de no se fijaran en su cola pelona.
pensar un rato, encontró una solución: quemar todos los cultivos, así la Mientras tanto, los demás pájaros ya habían llegado a los cultivos. La
tierra recuperaría su riqueza y las nuevas siembras serían buenas. mayoría tomó la semilla que le quedaba más cerca, porque el incendio era
Después de tomar esa decisión, Chaac le pidió a uno de sus sirvientes que muy intenso. Ya casi las habían salvado todas, sólo faltaba la del maíz. El
llamara a todos los pájaros de El Mayab. El primero en llegar fue el dziú, un dziú volaba desesperado en busca de los maizales, pero había tanto humo
pájaro con plumas de colores y ojos cafés. Apenas se acomodaba en una que no lograba verlos. En eso, llegó el toh, mas cuando vio las enormes
rama cuando llegó a toda prisa el toh, un pájaro negro cuyo mayor atractivo llamas, se olvidó del maíz y decidió tomar una semilla que no ofreciera
era su larga cola llena de hermosas plumas. El toh se puso al frente, donde tanto peligro. Entonces, voló hasta la planta del tomate verde, donde el
todos pudieran verlo. fuego aún no era muy intenso y salvó las semillas.

Poco a poco se reunieron las demás aves, entonces Chaac les dijo: En cambio, al dziú no le importó que el fuego le quemara las alas; por fin
halló los maizales, y con gran valentía, fue hasta ellos y tomó en su pico
—Las mandé llamar porque necesito hacerles un encargo tan importante, unos granos de maíz.
que de él depende la existencia de la vida. Muy pronto quemaré los campos
y quiero que ustedes salven las semillas de todas las plantas, ya que esa es El toh no pudo menos que admirar la valentía del dziú y se acercó a
la única manera de sembrarlas de nuevo para que haya mejores cosechas en felicitarlo. Entonces, los dos pájaros se dieron cuenta que habían cambiado:
el futuro. Confío en ustedes; váyanse pronto, porque el fuego está por los ojos del toh ya no eran negros, sino verdes como el tomate que salvó, y
comenzar. al dziú le quedaron las alas grises y los ojos rojos, pues se acercó demasiado
al fuego.
En cuanto Chaac terminó de hablar el pájaro dziú pensó:
Chaac y las aves supieron reconocer la hazaña del dziú, por lo que se
—Voy a buscar la semilla del maíz; yo creo que es una de las más reunieron para buscar la manera de premiarlo. Y fue precisamente el toh,
importantes para que haya vida. avergonzado por su conducta, quien propuso que se le diera al dziú un
derecho especial:
Y mientras, el pájaro toh se dijo:
—Ya que el dziú hizo algo por nosotros, ahora debemos hacer algo por él. Yo
—Tengo que salvar la semilla del maíz, todos me van a tener envidia si la
propongo que a partir de hoy, pueda poner sus huevos en el nido de
encuentro yo primero.
cualquier pájaro y que prometamos cuidarlos como si fueran nuestros.
Así, los dos pájaros iban a salir casi al mismo tiempo, pero el toh vio al dziú
Las aves aceptaron y desde entonces, el dziú no se preocupa de hacer su
y quiso adelantarse; entonces se atravesó en su camino y lo empujó para
hogar ni de cuidar a sus crías. Sólo grita su nombre cuando elige un nido y
irse él primero. Al dziú no le importó y se fue con calma, pero muy decidido
los pájaros miran si acaso fue el suyo el escogido, dispuestos a cumplir su
a lograr su objetivo.
promesa.
El toh voló tan rápido, que en poco tiempo ya les llevaba mucha ventaja a
sus compañeros. Ya casi llegaba a los campos, pero se sintió muy cansado y
se dijo:
—Voy a descansar un rato. Al fin que ya voy a llegar y los demás todavía han
de venir lejos.
Entonces, el toh se acostó en una vereda. Según él sólo iba a descansar mas
se durmió sin querer, así que ni cuenta se dio de que ya empezaba a
Los primeros dioses La Leyenda del Murciélago
(Leyenda tradicional mexicana - Oaxaca)
Cuenta la leyenda que el murciélago una vez fue el ave más bella de la
Creación.
Los más antiguos mexicanos creían en un dios llamado Tonacatecuhtli, quien El murciélago al principio era tal y como lo conocemos hoy y se llamaba
tuvo cuatro hijos con su mujer Tonacacihuatl. biguidibela (biguidi = mariposa y bela = carne; el nombre venía a significar
El mayor nació todo colorado y lo llamaron Tlatlauhqui. El segundo nació algo así como mariposa desnuda).
negro y lo llamaron Tezcatlipoca. El tercero fue Quetzalcóatl. Un día frío subió al cielo y le pidió plumas al creador, como había visto en
El más pequeño nació sin carne, con los puros huesos, y así permaneció otros animales que volaban. Pero el creador no tenía plumas, así que le
durante seis siglos. Como era zurdo lo llamaron Huitzilopochtli. Los recomendó bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. Y así lo
mexicanos lo consideraron un dios principal por ser el dios de la guerra. hizo el murciélago, eso sí, recurriendo solamente a las aves con plumas más
vistosas y de más colores.
Según nuestros antepasados, después de seiscientos años de su nacimiento,
estos cuatros dioses se reunieron para determinar lo que debían hacer. Cuando acabó su recorrido, el murciélago se había hecho con un gran
número de plumas que envolvían su cuerpo.
Acordaron crear el fuego y medio sol. pero como estaba incompleto no
relumbraba mucho. Luego crearon a un hombre y a una mujer y los Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrándola orgulloso a todos los
mandaron a labrar la tierra. A ella también le ordenaron hilar y tejer, y le pájaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora
dieron algunos granos de maíz para que con ellos pudiera adivinar y curar. emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez,
como un eco de su vuelo, creó el arco iris. Era todo belleza.
De este hombre y de esta mujer nacieron los macehuales, que fueron la
gente trabajadora del pueblo. Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transformó en un ser cada vez
más ofensivo para con las aves.
Los dioses también hicieron los días y los repartieron en dieciocho meses de
veinte días cada uno. De ese modo el año tenía trescientos sesenta días. Con su continuo pavoneo, hacía sentirse chiquitos a cuantos estaban a su
lado, sin importar las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibrí le
Después de los días formaron el infierno, los cielos y el agua. En el agua reprochaba no llegar a ser dueño de una décima parte de su belleza.
dieron vida a un caimán y de él hicieron la tierra. Entonces crearon al dios y
a la diosa del agua, para que enviaran a la tierra las lluevias buenas y las Cuando el Creador vio que el murciélago no se contentaba con disfrutar de
malas. sus nuevas plumas, sino que las usaba para humillar a los demás, le pidió
que subiera al cielo, donde también se pavoneó y aleteó feliz. Aleteó y
Y así fue como dicen que los dioses hicieron la vida. aleteó mientras sus plumas se desprendían una a una, descubriéndose de
nuevo desnudo como al principio.
Durante todo el día llovieron plumas del cielo, y desde entonces nuestro
murciélago ha permanecido desnudo, retirándose a vivir en cuevas y
olvidando su sentido de la vista para no tener que recordar todos los colores
que una vez tuvo y perdió.
LA LLORONA costumbres y el candor de la mujer mexicana han ido perdiéndose.
Leyenda Mexicana del Periodo Virreinal
Pero olvidada o casi desaparecida, la conseja de La Llorona es antiquísima y
Consumada la conquista y poco más o menos a mediados del siglo XVI, los se generalizó en muchos lugares de nuestro país, transformada o
vecinos de la ciudad de México que se recogían en sus casas a la hora de la asociándola a crímenes pasionales, y aquella vagadora y blanca sombra de
queda, tocada por las campanas de la primera Catedral; a media noche y mujer, parecía gozar del don de ubicuidad, pues recorría caminos,
principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la penetraba por las aldeas, pueblos y ciudades, se hundía en las aguas de los
calle, tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a quien lagos, vadeaba ríos, subía a las cimas en donde se encontraban cruces, para
afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico. llorar al pie de ellas o se desvanecía al entrar en las grutas o al acercarse a
las tapias de un cementerio.
Las primeras noches, los vecinos contentábanse con persignarse o
santiguarse, que aquellos lúgubres gemidos eran, según ellas, de ánima del La tradición de La Llorona tiene sus raíces en la mitología de los antiguos
otro mundo; pero fueron tantos y repetidos y se prolongaron por tanto mexicanos. Sahagún en su Historia (libro 1º, Cap. IV), habla de la diosa
tiempo, que algunos osados y despreocupados, quisieron cerciorarse con sus Cihuacoatl, la cual "aparecía muchas veces como una señora compuesta con
propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las unosatavíos como se usan en Palacio; decían también que de noche voceaba
ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir por las calles, y bramaba en el aire... Los atavíos con que esta mujer aparecía eran
lograron ver a la que, en el silencio de las obscuras noches o en aquellas en blancos, y los cabellos los tocaba de manera, que tenía como unos
que la luz pálida y transparente de la luna caía como un manto vaporoso cornezuelos cruzados sobre la frente". El mismo Sahagún (Lib. XI), refiere
sobre las altas torres, los techos y tejados y las calles, lanzaba agudos y que entre muchos augurios o señales con que se anunció la Conquista de los
tristísimos gemidos. españoles, el sexto pronóstico fue "que de noche se oyeran voces muchas
veces como de una mujer que angustiada y con lloró decía: "¡Oh, hijos
Vestía la mujer traje blanquísimo, y blanco y espeso velo cubría su rostro. míos!, ¿dónde os llevaré para que no os acabéis de perder?".
Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad dormida,
cada noche distintas, aunque sin faltar una sola, a la Plaza Mayor, donde La tradición es, por consiguiente, remotísima; persistía a la llegada de los
vuelto el velado rostro hacia el oriente, hincada de rodillas, daba el último castellanos conquistadores y tomada ya la ciudad azteca por ellos y muerta
angustioso y languidísimo lamento; puesta en pie, continuaba con el paso años después doña Marina, o sea la Malinche, contaban que ésta era La
lento y pausado hacia el mismo rumbo, al llegar a orillas del salobre lago, Llorona, la cual venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los
que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sojuzgasen.
se desvanecía.
"La Llorona - cuenta D. José María Roa Bárcena -, era a veces una joven
"La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. José María Marroquí- el silencio enamorada, que había muerto en vísperas de casarse y traía al novio la
y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de corona de rosas blancas que no llegó a ceñirse; era otras veces la viuda que
aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado veía a llorar a sus tiernos huérfanos; ya la esposa muerta en ausencia del
de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un marido a quien venía a traer el ósculo de despedida que no pudo darle en su
conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los agonía; ya la desgraciada mujer, vilmente asesinada por el celoso cónyuge,
conquistadores valerosos y esforzados, que habían sido espanto de la misma que se aparecía para lamentar su fin desgraciado y protestar su inocencia."
muerte, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos,
como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga Poco a poco, al través de los tiempos la vieja tradición de La Llorona ha ido,
distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla como decíamos, borrándose del recuerdo popular. Sólo queda memoria de
desaparecer en llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no ella en los fastos mitológicos de los aztecas, en las páginas de antiguas
pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía crónicas, en los pueblecillos lejanos, o en los labios de las viejas abuelitas,
y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona." que intentan asustar a sus inocentes nietezuelos, diciéndoles: ¡Ahí viene La
Llorona!
Tal es en pocas palabras la genuina tradición popular que durante más de
tres centurias quedó grabada en la memoria de los habitantes de la ciudad
de México y que ha ido borrándose a medida que la sencillez de nuestras
El Mole Poblano La Vainilla
Cuentan que Xanath, hija de nobles totonacas, célebre por su belleza, vivía
en un palacio cercano al centro ceremonial de Tajín, sede de su pueblo.
Cuenta la leyenda, que en una ocasión Juan de Palafox, Virrey de la Nueva
España y Arzobispo de Puebla, visitó su diócesis, un convento poblano le Cierto día en que la joven acudió a depositar una ofrenda sobre el plato
ofreció un banquete, para el cual los cocineros de la comunidad religiosa se colocado en el abdomen de Chac-Mool ("Mensajero Divino"), encontró
esmeraron especialmente. casualmente a Tzarahuín (jilguero), un alegre doncel al que le agradaba
silbar, y surgió entre ambos amor a primera vista.
El cocinero principal era fray Pascual, que ese día corría por toda la cocina
Sin embargo, el romance mostró dificultades para prosperar, porque
dando órdenes ante la inminencia de la importante visita. Se dice que fray
Tzarahuin era pobre y vivía en una choza humilde rodeada de tierra fértil en
Pascual estaba particularmente nervioso, y que comenzó a reprender a sus
que abundaban las anonas, las piñas y las calabazas. A pesar de la diferencia
ayudantes, en vista del desorden que imperaba en la cocina.
de clases, los enamorados se reunían casi a diario, de manera fugaz, cuando
el mancebo llevaba al mercado la cosecha de sus siembras, y en poco
El mismo fray Pascual comenzó a amontonar en una charola todos los
tiempo una sincera pasión se apoderó de sus corazones.
ingredientes para guardarlos en la despensa, y era tal su prisa, que fue a
tropezar exactamente frente a la cazuela, donde unos suculentos guajolotes Una tarde en que Xanath pasó junto al templo sagrado de los nichos, la
estaban ya casi en su punto. sorprendió la mirada penetrante del dios gordo, que se caracterizaba por su
vientre abultado, la frente rapada y su triple penacho; y desde entonces el
Allí fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las más variadas señor de la felicidad se dedicó a cortejarla. La doncella logró esquivarlo en
especias, echando a perder la comida que debía ofrecerse al Virrey. un principio, mas el astuto dios encontró la forma de revelarle sus
sentimientos y, al ser rechazado, su alegría habitual se tornó en cólera y
Fue tanta la angustia de fray Pascual, que éste comenzó a orar con toda su amenazó a la joven con desatar la furia de Tajín, si no accedía a sus
fe, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban sentados a la reclamos amorosos.
mesa.
La advertencia hizo temblar de miedo a Xanath, pero no traicionó a
Tzarahuín.
Un rato más tarde, él mismo no pudo creer cuando todo el mundo elogió el
accidentado platillo. El astuto dios gordo resolvió entonces ganarse la confianza del padre de la
joven para que influyera en el ánimo de Xanath. Lo invitó a su palacio, le
Incluso hoy, en los pequeños pueblos, las amas de casa apuradas invocan la
reveló secretos divinos y cuando manifestó interés por la linda muchacha,
ayuda del fraile con el siguiente verso: "San Pascual Bailón, atiza mi fogón".
recibió completo apoyo para casarse con ella.
Xanath hubo de soportar un mayor acoso del testarudo dios y su padre la
obligó a aceptar una nueva cita, que resultaría fatal, pues luego de haber
dado otra negativa al señor de la felicidad, éste, irritado, lanzó un conjuro
sobre la doncella y la transformó en una planta débil de flores blancas y
exquisito aroma: la vainilla.
Y si bien el dios creyó vengarse, lo cierto es que mientras de él existen sólo
vagos recuerdos, en cambio, tenemos muy presente en nuestros días a la
planta orquidácea cuya esencia es muy apreciada en la cocina y la
pastelería de muchas partes del mundo.
Leyenda de los Temblores La leyenda del maíz
Por estas tierras se cuenta que, hace mucho tiempo, hubo una serpiente de Cuentan que antes de la llegada de Quetzalcóatl, los aztecas sólo comían
colores, brillante y larga. raíces y animales que cazaban.
Era de cascabel y para avanzar arrastraba su cuerpo como una víbora No tenían maíz, pues este cereal tan alimenticio para ellos,
cualquiera. Pero tenía algo que la hacía distinta a las demás: una cola de estaba escondido detrás de las montañas.
manantial, una cola de agua transparente.
Los antiguos dioses intentaron separar las montañas con su colosal fuerza
Sssh sssh... la serpiente avanzaba. Sssh sssh... la serpiente de colores pero no lo lograron.
recorría la tierra. Sssh sssh... la serpiente parecía un arcoiris juguetón,
Los aztecas fueron a plantearle este problema a Quetzalcóatl.
cuando sonaba su cola de maraca. Sssh sssh...
-Yo se los traeré- les respondió el dios.
Dicen los abuelos que donde quiera que pasaba dejaba algún bien, alguna
alegría sobre la tierra. Quetzalcóatl, el poderoso dios, no se esforzó en vano en separar las
montañas con su fuerza, sino que empleó su astucia.
Sssh sssh... ahí iba por montes y llanos, mojando todo lo que hallaba a su
paso. Sssh sssh... ahí iba por montes y llanos, dándoles de beber a los Se transformó en una hormiga negra y acompañado de una hormiga roja,
plantíos, a los árboles y a las flores silvestres. Sssh sssh... ahí iba por el marchó a las montañas.
mundo, mojando todo, regando todo, dándole de beber a todo lo que
El camino estuvo lleno de dificultades, pero Quetzalcóatl las superó,
encontraba a su paso.
pensando solamente en su pueblo y sus necesidades de alimentación. Hizo
Hubo un día en el que los hombres pelearon por primera vez. Y la serpiente grandes esfuerzos y no se dio por vencido ante el cansancio y las
desapareció. Entonces hubo sequía en la tierra. dificultades.
Hubo otro día en el que los hombres dejaron de pelear. Y la serpiente volvió Quetzalcóatl llegó hasta donde estaba el maíz, y como estaba trasformado
a aparecer. Se acabó la sequía, volvió a florecer todo. Del corazón de la en hormiga, tomó un grano maduro entre sus mandíbulas y emprendió el
tierra salieron frutos y del corazón de los hombres brotaron cantos. regreso. Al llegar entregó el prometido grano de maíz a los hambrientos
indígenas.
Pero todavía hubo otro día en el que los hombres armaron una discusión
grande, que terminó en pelea. Esa pelea duró años y años. Fue entonces Los aztecas plantaron la semilla. Obtuvieron así el maíz que desde entonces
cuando la serpiente desapareció para siempre. sembraron y cosecharon.
Cuenta la leyenda que no desapareció, sino que se fue a vivir al fondo de la El preciado grano, aumentó sus riquezas, y se volvieron más fuertes,
tierra y que ahí sigue. Pero, de vez en cuando, sale y se asoma. Al mover su construyeron ciudades, palacios, templos...Y desde entonces vivieron
cuerpo sacude la tierra, abre grietas y asoma la cabeza. Como ve que los felices.
hombres siguen en su pelea, sssh... ella se va. Sssh sssh... ella regresa al
Y a partir de ese momento, los aztecas veneraron al generoso Quetzalcóatl,
fondo de la tierra. Sssh sssh... ella hace temblar... ella desaparece.
el dios amigo de los hombres, el dios que les trajo el maíz.

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