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Leyenda náhualt
Cuenta la leyenda que en Uxmal, una de las ciudades más importantes de El —No se preocupe, majestad; pronto hallaremos la forma de cobrar esta
Mayab, vivió un rey al que le gustaban mucho las fiestas. Un día, se le ofensa —contestó muy serio uno de los sacerdotes, mientras recogía algunas
ocurrió organizar un gran festejo en su palacio para honrar al Señor de la plumas de zopilote que habían caído al suelo.
Vida, llamado Hunab ku, y agradecerle por todos los dones que había dado a Los hombres más sabios se encerraron en el templo; luego de discutir un
su pueblo. rato, a uno de ellos se le ocurrió cómo castigarlos. Entonces, tomó las
El rey de Uxmal ordenó con mucha anticipación los preparativos para la plumas de chom y las puso en un bracero para quemarlas; poco a poco, las
fiesta. Además invitó a príncipes, sacerdotes y guerreros de los reinos plumas perdieron su color hasta volverse negras y opacas.
vecinos, seguro de que su festejo sería mejor que cualquier otro y que todos Después, uno de los sacerdotes las molió hasta convertirlas en un polvo
lo envidiarían después. Así, estuvo pendiente de que su palacio se adornara negro muy fino, que echó en una vasija con agua. Pronto, el agua se volvió
con las más raras flores, además de que se prepararan deliciosos platillos un caldo negro y espeso. Una vez que estuvo listo, los sacerdotes salieron
con carnes de venado y pavo del monte. Y no podía faltar el balché, un licor del templo. Uno de ellos buscó a los sirvientes y les dijo:
embriagante que le encantaría a los invitados.
—Lleven comida a la terraza del palacio, la necesitamos para atraer a los
Por fin llegó el día de la fiesta. El rey de Uxmal se vistió con su traje de zopilotes.
mayor lujo y se cubrió con finas joyas; luego, se asomó a la terraza de su
palacio y desde allí contempló con satisfacción su ciudad, que se veía más La orden fue obedecida de inmediato y pronto hubo una mesa llena de
bella que nunca. Entonces se le ocurrió que ese era un buen lugar para que platillos y muchos chom que volaban alrededor de ella. Como el día de la
la comida fuera servida, pues desde allí todos los invitados podrían fiesta todo les había salido muy bien, no lo pensaron dos veces y bajaron a
contemplar su reino. El rey de Uxmal ordenó a sus sirvientes que llevaran la terraza para disfrutar de otro banquete.
mesas hasta la terraza y las adornaran con flores y palmas. Mientras tanto, Pero no contaban con que esta vez los hombres se escondieron en la
fue a recibir a sus invitados, que usaban sus mejores trajes para la ocasión. terraza; apenas habían puesto las patas sobre la mesa, cuando dos
Los sirvientes tuvieron listas las mesas rápidamente, pues sabían que el rey sacerdotes salieron de repente y lanzaron el caldo negro sobre los chom,
estaba ansioso por ofrecer la comida a los presentes. Cuando todo quedó mientras repetían unas palabras extrañas. Uno de ellos alzó la voz y dijo:
acomodado de la manera más bonita, dejaron sola la comida y entraron al —No lograrán huir del castigo que merecen por ofender al rey de Uxmal.
palacio para llamar a los invitados. Robaron la comida de la fiesta de Hunab ku, el Señor que nos da la vida, y
Ese fue un gran error, porque no se dieron cuenta de que sobre la terraza por eso jamás probarán de nuevo alimentos tan exquisitos. A partir de hoy
del palacio volaban unos zopilotes, o chom, como se les llama en lengua estarán condenados a comer basura y animales muertos, sólo de eso se
maya. En ese entonces, estos pájaros tenían plumaje de colores y elegantes alimentarán.
rizos en la cabeza. Además, eran muy tragones y al ver tanta comida se les Al oír esas palabras y sentir sus plumas mojadas, los chom quisieron escapar
antojó. Por eso estuvieron un rato dando vueltas alrededor de la terraza y al volando muy alto, con la esperanza de que el sol les secara las plumas y
ver que la comida se quedó sola, los chom volaron hasta la terraza y en unos acabara con la maldición, pero se le acercaron tanto, que sus rayos les
minutos se la comieron toda. quemaron las plumas de la cabeza. Cuando los chom sintieron la cabeza
Justo en ese momento, el rey de Uxmal salió a la terraza junto con sus caliente, bajaron de uno en uno a la tierra; pero al verse, su sorpresa fue
invitados. El monarca se puso pálido al ver a los pájaros saborearse el muy grande. Sus plumas ya no eran de colores, sino negras y resecas,
banquete. porque así las había vuelto el caldo que les aventaron los sacerdotes.
Además, su cabeza quedó pelona. Desde entonces, los chom vuelan lo más
Enojadísimo, el rey gritó a sus flecheros: alto que pueden, para que los demás no los vean y se burlen al verlos tan
—¡Maten a esos pájaros de inmediato! cambiados. Sólo bajan cuando tienen hambre, a buscar su alimento entre la
basura, tal como dijeron los sacerdotes.
Al oír las palabras del rey, los chom escaparon a toda prisa; volaron tan alto
que ni una sola flecha los alcanzó.
La boda de la xdzunuúm Minaan u xbakal, minaan u nokil, minaan u xanbil, minaan u xacheil, minaan
Leyenda Maya u neeneíl, minaan u chu-cí, minaan u necteíl.
Una mañana llena de sol, la colibrí, o xdzunuúm que es su nombre en lengua Con esas palabras, la xkokolché les explicaba:
maya, estaba parada sobre la rama de una ceiba y lloraba al contemplar su No tiene el collar, no tiene el vestido, no tiene los zapatos, no tiene el
pequeño nido a medio hacer. Y es que a pesar de que llevaba días buscando peine, no tiene el espejo, no tiene los dulces, no tiene las flores.
materiales para construir su casa, sólo había encontrado unas cuantas ramas
y hojas que no le alcanzaban. La xdzunuúm quería acabar su nido pronto, Mientras la xkokolché cantaba, la xdzunuúm derramaba gruesos lagrimones.
pues ahí viviría cuando se casara, pero era muy pobre y cada vez le parecía Así, entre las dos lograron que todos los presentes quisieran ayudar. Por un
más difícil terminar su hogar y poder organizar su boda. momento, se quedaron callados, luego, se escucharon varias voces:
La xdzunuúm era tan pequeña que su llanto apenas se escuchaba; la única —Que se haga la boda, yo daré el collar —dijo el ave xomxaníl, dispuesta a
en oírlo fue la xkokolché, quien voló de rama en rama hasta encontrar a la prestar el adorno amarillo que tenía en el pecho.
triste pajarita. Al verla, le preguntó: —Que se haga la boda, yo daré el vestido —ofreció la araña y empezó a tejer
—¿Qué te pasa, amiga xdzunuúm? una tela muy fina para vestir a la novia.
—¡Ay! Mi pena es muy grande —sollozó más fuerte la xdzunuúm. —Que se haga la boda, yo daré los zapatos —aseguró el venado.
—Cuéntamela, tal vez yo pueda ayudarte —dijo la xkokolché. —Que se haga la boda, yo daré el peine —prometió la iguana y se quitó
algunas púas de las que cubren su lomo.
—¡No! Nadie puede remediar mi dolor —chilló la xdzunuúm.
—Que se haga la boda, yo daré el espejo —afirmó el cenote, pues su agua
—Ándale, platícame qué tienes —insistió la xkokolché. era tan cristalina que en ella podría contemplarse la novia.
—Bueno —accedió la xdzunuúm—. Fíjate que me quiero casar, pero mi novio —Que se haga la boda, yo daré los dulces —se comprometió la abeja y se fue
y yo somos tan pobres que no tenemos nido ni podemos hacer la fiesta. a traer la miel de su panal.
—¡Uy! Eso sí que es un problema, porque yo soy pobre también —respondió Con eso, ya estaba listo lo necesario para la boda. La xdzunuúm lloró de
la xkokolché. nuevo, pero ahora de alegría. Luego, voló a buscar al novio y le dijo que ya
—¿Lo ves? Te lo dije, nadie me puede ayudar —gritó la xdzunuúm. podían casarse. A los pocos días, se celebró una gran boda, y por supuesto,
la xkokolché fue la madrina. En la fiesta hubo de todo, porque los invitados
—No llores, espérate, ahorita se me ocurre algo —aseguró la xkokolché. llevaron muchos regalos. Desde entonces, la xdzunuúm dejó de lamentar su
pobreza, pues supo que contaba con grandes amigos en el mundo maya.
Las dos aves pensaron un rato; desesperada, la xdzunuúm ya iba a llorar de
nuevo, cuando la xkokolché tuvo una idea:
Poco a poco se reunieron las demás aves, entonces Chaac les dijo: En cambio, al dziú no le importó que el fuego le quemara las alas; por fin
halló los maizales, y con gran valentía, fue hasta ellos y tomó en su pico
—Las mandé llamar porque necesito hacerles un encargo tan importante, unos granos de maíz.
que de él depende la existencia de la vida. Muy pronto quemaré los campos
y quiero que ustedes salven las semillas de todas las plantas, ya que esa es El toh no pudo menos que admirar la valentía del dziú y se acercó a
la única manera de sembrarlas de nuevo para que haya mejores cosechas en felicitarlo. Entonces, los dos pájaros se dieron cuenta que habían cambiado:
el futuro. Confío en ustedes; váyanse pronto, porque el fuego está por los ojos del toh ya no eran negros, sino verdes como el tomate que salvó, y
comenzar. al dziú le quedaron las alas grises y los ojos rojos, pues se acercó demasiado
al fuego.
En cuanto Chaac terminó de hablar el pájaro dziú pensó:
Chaac y las aves supieron reconocer la hazaña del dziú, por lo que se
—Voy a buscar la semilla del maíz; yo creo que es una de las más reunieron para buscar la manera de premiarlo. Y fue precisamente el toh,
importantes para que haya vida. avergonzado por su conducta, quien propuso que se le diera al dziú un
derecho especial:
Y mientras, el pájaro toh se dijo:
—Ya que el dziú hizo algo por nosotros, ahora debemos hacer algo por él. Yo
—Tengo que salvar la semilla del maíz, todos me van a tener envidia si la
propongo que a partir de hoy, pueda poner sus huevos en el nido de
encuentro yo primero.
cualquier pájaro y que prometamos cuidarlos como si fueran nuestros.
Así, los dos pájaros iban a salir casi al mismo tiempo, pero el toh vio al dziú
Las aves aceptaron y desde entonces, el dziú no se preocupa de hacer su
y quiso adelantarse; entonces se atravesó en su camino y lo empujó para
hogar ni de cuidar a sus crías. Sólo grita su nombre cuando elige un nido y
irse él primero. Al dziú no le importó y se fue con calma, pero muy decidido
los pájaros miran si acaso fue el suyo el escogido, dispuestos a cumplir su
a lograr su objetivo.
promesa.
El toh voló tan rápido, que en poco tiempo ya les llevaba mucha ventaja a
sus compañeros. Ya casi llegaba a los campos, pero se sintió muy cansado y
se dijo:
—Voy a descansar un rato. Al fin que ya voy a llegar y los demás todavía han
de venir lejos.
Entonces, el toh se acostó en una vereda. Según él sólo iba a descansar mas
se durmió sin querer, así que ni cuenta se dio de que ya empezaba a
Los primeros dioses La Leyenda del Murciélago
(Leyenda tradicional mexicana - Oaxaca)
Cuenta la leyenda que el murciélago una vez fue el ave más bella de la
Creación.
Los más antiguos mexicanos creían en un dios llamado Tonacatecuhtli, quien El murciélago al principio era tal y como lo conocemos hoy y se llamaba
tuvo cuatro hijos con su mujer Tonacacihuatl. biguidibela (biguidi = mariposa y bela = carne; el nombre venía a significar
El mayor nació todo colorado y lo llamaron Tlatlauhqui. El segundo nació algo así como mariposa desnuda).
negro y lo llamaron Tezcatlipoca. El tercero fue Quetzalcóatl. Un día frío subió al cielo y le pidió plumas al creador, como había visto en
El más pequeño nació sin carne, con los puros huesos, y así permaneció otros animales que volaban. Pero el creador no tenía plumas, así que le
durante seis siglos. Como era zurdo lo llamaron Huitzilopochtli. Los recomendó bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. Y así lo
mexicanos lo consideraron un dios principal por ser el dios de la guerra. hizo el murciélago, eso sí, recurriendo solamente a las aves con plumas más
vistosas y de más colores.
Según nuestros antepasados, después de seiscientos años de su nacimiento,
estos cuatros dioses se reunieron para determinar lo que debían hacer. Cuando acabó su recorrido, el murciélago se había hecho con un gran
número de plumas que envolvían su cuerpo.
Acordaron crear el fuego y medio sol. pero como estaba incompleto no
relumbraba mucho. Luego crearon a un hombre y a una mujer y los Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrándola orgulloso a todos los
mandaron a labrar la tierra. A ella también le ordenaron hilar y tejer, y le pájaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora
dieron algunos granos de maíz para que con ellos pudiera adivinar y curar. emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez,
como un eco de su vuelo, creó el arco iris. Era todo belleza.
De este hombre y de esta mujer nacieron los macehuales, que fueron la
gente trabajadora del pueblo. Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transformó en un ser cada vez
más ofensivo para con las aves.
Los dioses también hicieron los días y los repartieron en dieciocho meses de
veinte días cada uno. De ese modo el año tenía trescientos sesenta días. Con su continuo pavoneo, hacía sentirse chiquitos a cuantos estaban a su
lado, sin importar las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibrí le
Después de los días formaron el infierno, los cielos y el agua. En el agua reprochaba no llegar a ser dueño de una décima parte de su belleza.
dieron vida a un caimán y de él hicieron la tierra. Entonces crearon al dios y
a la diosa del agua, para que enviaran a la tierra las lluevias buenas y las Cuando el Creador vio que el murciélago no se contentaba con disfrutar de
malas. sus nuevas plumas, sino que las usaba para humillar a los demás, le pidió
que subiera al cielo, donde también se pavoneó y aleteó feliz. Aleteó y
Y así fue como dicen que los dioses hicieron la vida. aleteó mientras sus plumas se desprendían una a una, descubriéndose de
nuevo desnudo como al principio.
Durante todo el día llovieron plumas del cielo, y desde entonces nuestro
murciélago ha permanecido desnudo, retirándose a vivir en cuevas y
olvidando su sentido de la vista para no tener que recordar todos los colores
que una vez tuvo y perdió.
LA LLORONA costumbres y el candor de la mujer mexicana han ido perdiéndose.
Leyenda Mexicana del Periodo Virreinal
Pero olvidada o casi desaparecida, la conseja de La Llorona es antiquísima y
Consumada la conquista y poco más o menos a mediados del siglo XVI, los se generalizó en muchos lugares de nuestro país, transformada o
vecinos de la ciudad de México que se recogían en sus casas a la hora de la asociándola a crímenes pasionales, y aquella vagadora y blanca sombra de
queda, tocada por las campanas de la primera Catedral; a media noche y mujer, parecía gozar del don de ubicuidad, pues recorría caminos,
principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la penetraba por las aldeas, pueblos y ciudades, se hundía en las aguas de los
calle, tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a quien lagos, vadeaba ríos, subía a las cimas en donde se encontraban cruces, para
afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico. llorar al pie de ellas o se desvanecía al entrar en las grutas o al acercarse a
las tapias de un cementerio.
Las primeras noches, los vecinos contentábanse con persignarse o
santiguarse, que aquellos lúgubres gemidos eran, según ellas, de ánima del La tradición de La Llorona tiene sus raíces en la mitología de los antiguos
otro mundo; pero fueron tantos y repetidos y se prolongaron por tanto mexicanos. Sahagún en su Historia (libro 1º, Cap. IV), habla de la diosa
tiempo, que algunos osados y despreocupados, quisieron cerciorarse con sus Cihuacoatl, la cual "aparecía muchas veces como una señora compuesta con
propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las unosatavíos como se usan en Palacio; decían también que de noche voceaba
ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir por las calles, y bramaba en el aire... Los atavíos con que esta mujer aparecía eran
lograron ver a la que, en el silencio de las obscuras noches o en aquellas en blancos, y los cabellos los tocaba de manera, que tenía como unos
que la luz pálida y transparente de la luna caía como un manto vaporoso cornezuelos cruzados sobre la frente". El mismo Sahagún (Lib. XI), refiere
sobre las altas torres, los techos y tejados y las calles, lanzaba agudos y que entre muchos augurios o señales con que se anunció la Conquista de los
tristísimos gemidos. españoles, el sexto pronóstico fue "que de noche se oyeran voces muchas
veces como de una mujer que angustiada y con lloró decía: "¡Oh, hijos
Vestía la mujer traje blanquísimo, y blanco y espeso velo cubría su rostro. míos!, ¿dónde os llevaré para que no os acabéis de perder?".
Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad dormida,
cada noche distintas, aunque sin faltar una sola, a la Plaza Mayor, donde La tradición es, por consiguiente, remotísima; persistía a la llegada de los
vuelto el velado rostro hacia el oriente, hincada de rodillas, daba el último castellanos conquistadores y tomada ya la ciudad azteca por ellos y muerta
angustioso y languidísimo lamento; puesta en pie, continuaba con el paso años después doña Marina, o sea la Malinche, contaban que ésta era La
lento y pausado hacia el mismo rumbo, al llegar a orillas del salobre lago, Llorona, la cual venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los
que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sojuzgasen.
se desvanecía.
"La Llorona - cuenta D. José María Roa Bárcena -, era a veces una joven
"La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. José María Marroquí- el silencio enamorada, que había muerto en vísperas de casarse y traía al novio la
y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de corona de rosas blancas que no llegó a ceñirse; era otras veces la viuda que
aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado veía a llorar a sus tiernos huérfanos; ya la esposa muerta en ausencia del
de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un marido a quien venía a traer el ósculo de despedida que no pudo darle en su
conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los agonía; ya la desgraciada mujer, vilmente asesinada por el celoso cónyuge,
conquistadores valerosos y esforzados, que habían sido espanto de la misma que se aparecía para lamentar su fin desgraciado y protestar su inocencia."
muerte, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos,
como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga Poco a poco, al través de los tiempos la vieja tradición de La Llorona ha ido,
distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla como decíamos, borrándose del recuerdo popular. Sólo queda memoria de
desaparecer en llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no ella en los fastos mitológicos de los aztecas, en las páginas de antiguas
pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía crónicas, en los pueblecillos lejanos, o en los labios de las viejas abuelitas,
y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona." que intentan asustar a sus inocentes nietezuelos, diciéndoles: ¡Ahí viene La
Llorona!
Tal es en pocas palabras la genuina tradición popular que durante más de
tres centurias quedó grabada en la memoria de los habitantes de la ciudad
de México y que ha ido borrándose a medida que la sencillez de nuestras
El Mole Poblano La Vainilla
Cuentan que Xanath, hija de nobles totonacas, célebre por su belleza, vivía
en un palacio cercano al centro ceremonial de Tajín, sede de su pueblo.
Cuenta la leyenda, que en una ocasión Juan de Palafox, Virrey de la Nueva
España y Arzobispo de Puebla, visitó su diócesis, un convento poblano le Cierto día en que la joven acudió a depositar una ofrenda sobre el plato
ofreció un banquete, para el cual los cocineros de la comunidad religiosa se colocado en el abdomen de Chac-Mool ("Mensajero Divino"), encontró
esmeraron especialmente. casualmente a Tzarahuín (jilguero), un alegre doncel al que le agradaba
silbar, y surgió entre ambos amor a primera vista.
El cocinero principal era fray Pascual, que ese día corría por toda la cocina
Sin embargo, el romance mostró dificultades para prosperar, porque
dando órdenes ante la inminencia de la importante visita. Se dice que fray
Tzarahuin era pobre y vivía en una choza humilde rodeada de tierra fértil en
Pascual estaba particularmente nervioso, y que comenzó a reprender a sus
que abundaban las anonas, las piñas y las calabazas. A pesar de la diferencia
ayudantes, en vista del desorden que imperaba en la cocina.
de clases, los enamorados se reunían casi a diario, de manera fugaz, cuando
el mancebo llevaba al mercado la cosecha de sus siembras, y en poco
El mismo fray Pascual comenzó a amontonar en una charola todos los
tiempo una sincera pasión se apoderó de sus corazones.
ingredientes para guardarlos en la despensa, y era tal su prisa, que fue a
tropezar exactamente frente a la cazuela, donde unos suculentos guajolotes Una tarde en que Xanath pasó junto al templo sagrado de los nichos, la
estaban ya casi en su punto. sorprendió la mirada penetrante del dios gordo, que se caracterizaba por su
vientre abultado, la frente rapada y su triple penacho; y desde entonces el
Allí fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las más variadas señor de la felicidad se dedicó a cortejarla. La doncella logró esquivarlo en
especias, echando a perder la comida que debía ofrecerse al Virrey. un principio, mas el astuto dios encontró la forma de revelarle sus
sentimientos y, al ser rechazado, su alegría habitual se tornó en cólera y
Fue tanta la angustia de fray Pascual, que éste comenzó a orar con toda su amenazó a la joven con desatar la furia de Tajín, si no accedía a sus
fe, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban sentados a la reclamos amorosos.
mesa.
La advertencia hizo temblar de miedo a Xanath, pero no traicionó a
Tzarahuín.
Un rato más tarde, él mismo no pudo creer cuando todo el mundo elogió el
accidentado platillo. El astuto dios gordo resolvió entonces ganarse la confianza del padre de la
joven para que influyera en el ánimo de Xanath. Lo invitó a su palacio, le
Incluso hoy, en los pequeños pueblos, las amas de casa apuradas invocan la
reveló secretos divinos y cuando manifestó interés por la linda muchacha,
ayuda del fraile con el siguiente verso: "San Pascual Bailón, atiza mi fogón".
recibió completo apoyo para casarse con ella.
Xanath hubo de soportar un mayor acoso del testarudo dios y su padre la
obligó a aceptar una nueva cita, que resultaría fatal, pues luego de haber
dado otra negativa al señor de la felicidad, éste, irritado, lanzó un conjuro
sobre la doncella y la transformó en una planta débil de flores blancas y
exquisito aroma: la vainilla.
Y si bien el dios creyó vengarse, lo cierto es que mientras de él existen sólo
vagos recuerdos, en cambio, tenemos muy presente en nuestros días a la
planta orquidácea cuya esencia es muy apreciada en la cocina y la
pastelería de muchas partes del mundo.
Leyenda de los Temblores La leyenda del maíz
Por estas tierras se cuenta que, hace mucho tiempo, hubo una serpiente de Cuentan que antes de la llegada de Quetzalcóatl, los aztecas sólo comían
colores, brillante y larga. raíces y animales que cazaban.
Era de cascabel y para avanzar arrastraba su cuerpo como una víbora No tenían maíz, pues este cereal tan alimenticio para ellos,
cualquiera. Pero tenía algo que la hacía distinta a las demás: una cola de estaba escondido detrás de las montañas.
manantial, una cola de agua transparente.
Los antiguos dioses intentaron separar las montañas con su colosal fuerza
Sssh sssh... la serpiente avanzaba. Sssh sssh... la serpiente de colores pero no lo lograron.
recorría la tierra. Sssh sssh... la serpiente parecía un arcoiris juguetón,
Los aztecas fueron a plantearle este problema a Quetzalcóatl.
cuando sonaba su cola de maraca. Sssh sssh...
-Yo se los traeré- les respondió el dios.
Dicen los abuelos que donde quiera que pasaba dejaba algún bien, alguna
alegría sobre la tierra. Quetzalcóatl, el poderoso dios, no se esforzó en vano en separar las
montañas con su fuerza, sino que empleó su astucia.
Sssh sssh... ahí iba por montes y llanos, mojando todo lo que hallaba a su
paso. Sssh sssh... ahí iba por montes y llanos, dándoles de beber a los Se transformó en una hormiga negra y acompañado de una hormiga roja,
plantíos, a los árboles y a las flores silvestres. Sssh sssh... ahí iba por el marchó a las montañas.
mundo, mojando todo, regando todo, dándole de beber a todo lo que
El camino estuvo lleno de dificultades, pero Quetzalcóatl las superó,
encontraba a su paso.
pensando solamente en su pueblo y sus necesidades de alimentación. Hizo
Hubo un día en el que los hombres pelearon por primera vez. Y la serpiente grandes esfuerzos y no se dio por vencido ante el cansancio y las
desapareció. Entonces hubo sequía en la tierra. dificultades.
Hubo otro día en el que los hombres dejaron de pelear. Y la serpiente volvió Quetzalcóatl llegó hasta donde estaba el maíz, y como estaba trasformado
a aparecer. Se acabó la sequía, volvió a florecer todo. Del corazón de la en hormiga, tomó un grano maduro entre sus mandíbulas y emprendió el
tierra salieron frutos y del corazón de los hombres brotaron cantos. regreso. Al llegar entregó el prometido grano de maíz a los hambrientos
indígenas.
Pero todavía hubo otro día en el que los hombres armaron una discusión
grande, que terminó en pelea. Esa pelea duró años y años. Fue entonces Los aztecas plantaron la semilla. Obtuvieron así el maíz que desde entonces
cuando la serpiente desapareció para siempre. sembraron y cosecharon.
Cuenta la leyenda que no desapareció, sino que se fue a vivir al fondo de la El preciado grano, aumentó sus riquezas, y se volvieron más fuertes,
tierra y que ahí sigue. Pero, de vez en cuando, sale y se asoma. Al mover su construyeron ciudades, palacios, templos...Y desde entonces vivieron
cuerpo sacude la tierra, abre grietas y asoma la cabeza. Como ve que los felices.
hombres siguen en su pelea, sssh... ella se va. Sssh sssh... ella regresa al
Y a partir de ese momento, los aztecas veneraron al generoso Quetzalcóatl,
fondo de la tierra. Sssh sssh... ella hace temblar... ella desaparece.
el dios amigo de los hombres, el dios que les trajo el maíz.