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Rodrigo Insunza

en la embajada
La historia oculta de los crímenes en Costa Rica

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Terror en la embajada

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RIL® editores,
por la bibliodiversidad
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en la embajada
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PRÓLOGOS:

Alejandro Guillier
Marcelo Araya
Alejandro Carreño

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364.5 Insunza Ginart, Rodrigo


I Terror en la embajada. La historia oculta de los
crímenes en Costa Rica / Rodrigo Insunza Ginart. --
Santiago : RIL editores, 2006.

320 p. ; 24 cm.
ISBN: 956-284-496-X

1 DELITOS- ASESINATO . 2 SERVICIO DIPLOMÁTICO Y

CONSULTAR CHILENO- COSTA RICA.

Terror en la embajada.
La historia oculta de los
crímenes en Costa Rica
Primera edición: agosto 2006

© Rodrigo Insunza Ginart, 2006


Registro de Propiedad
Intelectual Nº 155.598

© RIL® editores, 2006


Alférez Real 1464
750-0960, Providencia
Santiago de Chile
Tel. (56-2) 2238100 - Fax 2254269
ril@rileditor es.com • www.rileditor es.com

Composición e impresión: RIL® editores


Diseño de portada: Cristián Silva Labra
Las fotografías que ilustran esta investigación provienen de
fuentes como archivos de prensa, documentos judiciales y
capturas de televisión. Se incorporaron por su valor docu-
mental aunque su calidad de reproducción no fuera óptima
(se detalla la fuente en cada caso).
Impreso en Chile • Printed in Chile

ISBN 9 5 6 - 2 8 4 - 4 9 6 - x

Derechos reservados.

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ADVERTENCIA AL LECTOR

Todas las fuentes mencionadas en este libro


tienen su respaldo en grabaciones orales o
en documentos (ya sea escritos, transcritos,
reproducidos o citados), y la investigación pe-
riodística desarrollada por el autor se publi-
ca bajo los principios de la búsqueda de la
verdad, la ética y la buena fe profesional.

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&ULPHQVLQUHVSXHVWDV
por Alejandro Guillier A.

/ as tragedias –en su versión griega– son representaciones de obras


teatrales protagonizadas por personajes que se ven arrastrados
por sus pasiones a un fin catastrófico. Desde el 27 de julio de
2004, los chilenos hemos tenido el presentimiento que la muerte
de tres funcionarios de la embajada de Chile en Costa Rica, a
manos de un policía, tuvo los componentes de un drama de estas
características.
Para aumentar las paradojas de la mayor tragedia ocurrida en
nuestra historia diplomática, esta coincidió con la visita a este país
centroamericano del entonces ministro del Interior y ex canciller
chileno, José Miguel Insulza. La trama lo consigna así: cuando el
secretario de Estado desplegaba su agenda oficial –que lo ayuda-
ría a obtener la secretaría general de la OEA–, en la sede diplomá-
tica caía abatido, entre las víctimas, un amigo suyo y ex colabora-
dor. Por su parte, incrédulos y conmovidos, los chilenos seguían
por radio y televisión el relato de los sucesos en el entorno de la
sede diplomática. Horas después, con los ojos llorosos, el propio
ministro Insulza confirmaba la consumación de la tragedia e iden-
tificaba a los fallecidos: Roberto Nieto, Christian Yuseff y Rocío
Sariego.
¿Actuó el policía Orlando Jiménez bajo un desvarío tempo-
ral?, ¿Fue llevado de alguna forma o provocación sistemática a un
estallido de ira incontrolable? Jamás algún examen médico había
detectado algo anormal o preocupante en este funcionario policial.
Ningún familiar directo padece de alguna patología psiquiátrica.
Los relatos oficiales del trágico cronograma del martes 27 solo
consignan los detalles, bastante confusos e inexactos, de cómo cau-
só la muerte de sus víctimas. Pero hasta hoy no hay –o no había–
una explicación verosímil de lo ocurrido.
La pregunta que corroe a familiares, amigos y a los curiosos
tiene que ver con el sentido de estas muertes: ¿qué transformó a
Orlando Ulises Jiménez, un hombre intachable, correcto y sereno
–como ha sido definido– en un homicida múltiple? El temor a herir
la sensibilidad de los deudos parece haber inhibido el espíritu
investigativo de funcionarios, policías y periodistas.
Fue Rodrigo Insunza Ginart quien primero se atrevió a desafiar
el pacto de silencio de una tragedia que algunos parecen querer
sepultar bajo el polvo del tiempo.
Como demuestra el autor de este trabajo, la investigación poli-
cial está plagada de errores y omisiones. Los peritos de la Fiscalía
de Costa Rica han centrado sus diligencias casi exclusivamente en
la reconstrucción de las muertes de los tres funcionarios chilenos y
del policía costarricense. Pero esas pesquisas parecen eludir ex pro-
feso el camino que podría llevar a establecer cuáles fueron el o los
factores que gatillaron estas muertes.
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Tampoco el Gobierno chileno parece ansioso por conocer el trasfon-


do de la tragedia. O, al menos, por darlo a conocer. Es sintomático que se
mantenga bajo estricta reserva el resultado del sumario administrativo
interno desarrollado por funcionarios de la Cancillería. Estas omisiones
solo avalan las sospechas y suposiciones de quienes tienen la convicción
de que estamos ante un caso que compromete responsabilidades múlti-
ples.
Sin inhibirse con falsos pudores, con sentido de la observación, rigor
analítico y motivado por un fundado interés público, Rodrigo Insunza
reconstruyó la cronología del caso. Para ello desplegó un acucioso traba-
jo de campo, repasó una y otra vez los datos, los informes periciales y las
declaraciones de los testigos. Hasta se dio tiempo para chequear los chis-
mes y rumores. En esta acuciosa labor de recolección de información
descubrió facetas de esta tragedia desconocidas o ignoradas por la inves-
tigación judicial formal.
Insunza fue más lejos que ordenar la información. Sometió los datos
y los testimonios de los testigos al análisis de los más diversos especialis-
tas en los diferentes campos del estudio académico del comportamiento
humano. Solo entonces derivó consecuencias y sacó conclusiones. Su con-
vicción, al igual que muchos observadores atentos, es que estamos ante
un crimen sobrecargado de factores precipitantes sin que ninguno expli-
que, por si solo, el desenlace.
Como lo avalan las evidencias consignadas en estas páginas, a veces
lo obvio no deja ver el fondo. Quizás habría bastado el sentido común
para aventurar con éxito algunas de las hipótesis sobre los factores
precipitantes de esta tragedia, como lo hizo y sometió a prueba el autor
de este trabajo. Entre las muchas interrogantes destaca una: ¿por qué
fueron ignoradas estas hipótesis por los responsables en la investigación
judicial?
Como sea, este libro da cuenta de un drama que tiene un extraño
cóctel de causas. Rodrigo Insunza investigó todo: sexo promiscuo, abuso,
malos tratos, prácticas esotéricas, abandono de deberes y cualquier otra
línea investigativa que pudiera dar cuenta del motivo de estas muertes.
La evidencia recolectada apunta a una suposición fundada en la existen-
cia de un proceso de deterioro extremo de la convivencia interna de la
embajada. Como en las tragedias griegas al que aludíamos al inicio de
esta presentación, nadie hizo nada por bajar una tensión que, finalmente,
habría sido el precipitante del estallido de sangre de la tarde del martes
27 de julio del 2004.
Quedan consignadas como parte de este relato las dudas, vacilacio-
nes y, finalmente, la actitud irresoluta de los encargados del manejo de la
crisis. Queda como triste consuelo, no obstante, que la tragedia había
ingresado ya en una pendiente sin salida.
El periodista hizo su trabajo. Ahora, debe enfrentar la crítica del
público y las reacciones del poder.

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(OGHUHFKRDODLQIRUPDFLyQ
por Marcelo Araya E.

( xtrema observación, capacidad de asombro, agudeza, juicio crí-


tico, y la elaboración de instrumentos que nos pudieran acercar a
la verdad con independencia absoluta a los intereses de poder, fueron
las condicionantes que nos autoimpusimos, en su realización, los pe-
riodistas que fundamos el clásico programa de televisión «Informe
Especial». Patricio Caldichoury, Santiago Pavlovic, Alipio Vera,
Guillermo Muñoz y quien prologa quisimos ser genuinos intérpretes
de la realidad, y por ende los encargados de dar forma a este legenda-
rio espacio periodístico de investigación, por excelencia.
Disculpen la autorreferencia, pero es indispensable para dar con-
texto al presente prólogo.
Al recorrer las páginas de Terror en la embajada, de Rodrigo
Insunza, me reencontré con el periodismo que nos propusimos para
«Informe especial», y que constituyó escuela para muchos de los espa-
cios que hoy tratan de sobrevivir frente a la ola de farandulización y
de periodismo obsecuente que los medios ofrecen a una sociedad que
aún no despierta tras el advenimiento de la democracia y se inhibe de
demandar sus derechos: el de estar bien informados, entre ellos.
Exceptúo de esta afirmación, sin duda, a los jóvenes secundarios:
ellos golpearon la mesa de la cátedra.
Hoy los medios de comunicación social, privilegian la dimensión
«entretenimiento» por sobre la de la «información». Es así como en-
tonces, el producto de la investigación de Rodrigo Insunza, resulta
altamente gratificante para quienes seguimos apreciando el periodis-
mo que aporta y enriquece al ciudadano.
Terror en la embajada revisa aspectos, hasta hoy, ignorados de la
masacre ocurrida ese 27 de julio de 2004 en la Embajada de Chile en
Costa Rica.
Rodrigo Insunza no se conforma con la verdad «políticamente co-
rrecta» y emplaza a las autoridades, tanto chilenas como de Costa
Rica, a explicar por qué los procesos investigativos incurrieron en tan
evidentes contradicciones. El periodista, prácticamente, «carea» do-
cumentos con declaraciones. Abruman las faltas de coincidencias.
El autor incursiona, con respeto y valentía, en las relaciones perso-
nales del equipo responsable de nuestra representación diplomática. Y
de esta manera logra que tanto actores principales, como personajes
secundarios aporten antecedentes desconocidos, hasta ahora, para cons-
truir caminos más sólidos que expliquen lo sucedido.
Rodrigo Insunza no ha dejado nada para un segundo libro. Todo
está aquí, salvo la asunción honesta de las responsabilidades de la
crisis que venía mostrando la Embajada de Chile en Costa Rica. El
autor material de la tragedia, el guardia Orlando Ulises Jiménez
Jiménez, se suicidó, y a la luz del presente trabajo, el suceso constitu-
yó un verdadero alivio para los encargados de la búsqueda de la ver-
dad.
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Deseo destacar la acuciosidad de la investigación para incluso aven-


turar con hidalguía, una hipótesis difícil de comprender en nuestro entor-
no psicosocial como lo es el ejercicio de «la magia negra».
El periodista investigador ha sabido superar los prejuicios propios como
también el de los sectores más influyentes de esta sociedad que incursiona
con soberbia la calidad de país en desarrollo, gracias a las cifras
macroeconómicas.
Ello hace despreciar cualquier otra realidad y validar la propia, como
única verdad social, que raya en lo religioso. Aunque, aún así, los chile-
nos no trepidan en explorar el mundo esotérico que nos ofertan esas «otras
realidades» para avizorar el destino.
Costa Rica, es parte de esa riqueza cultural que los chilenos ignoran.
Desarrollada al alero de los más diversos estamentos, entre ellos, escla-
vos negros provenientes del África. Insunza hace un esfuerzo por no des-
echar una hipótesis fundada en ese marco sociocultural.
Terror en la embajada sorprende también por su rigor y cúmulo de
testimonios y antecedentes: imágenes y fotografías, las «plantas arquitec-
tónicas» de las oficinas de la misión chilena, sus detalles, los
pormenorizados gráficos del «sitio del suceso», como los análisis de las
autopsias.
Pero lo que convierte a Rodrigo Insunza en un apreciado investigador
periodístico, es que logra dar contexto a su trabajo. Y por ello, no exage-
ro al señalar que estamos frente a un texto que reivindica el periodismo
de investigación y el derecho de estar bien informados.
Finalmente, creo no equivocarme, que Terror en la embajada es una
denuncia contra la negligencia e indolencia funcionaria y da luces sufi-
cientes a un suceso muy oscuro, en el cual tres funcionarios chilenos se
transformaron en verdaderos mártires de un episodio tan fantástico como
real y que quizás, si hubiera habido voluntad, habría tenido otro «desti-
no».

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,QYHVWLJDQGRORVKHFKRV
por Alejandro Carreño T.
Académico, semiólogo y metodólogo de UNIACC

) ue hace un año y medio cuando Rodrigo apareció en mi oficina


para contarme su proyecto que hoy es Terror en la embajada. Lo
escuché con mucha atención, sobre todo por el entusiasmo de su hipó-
tesis de trabajo que, a todas luces, era osada y novedosa, como se
comprobó, después, durante la acuciosa investigación llevada a cabo,
no solamente en Costa Rica, sino también en Chile. Fueron largas
horas del mejor periodismo investigativo, tan importante en toda so-
ciedad democrática, porque resguarda los intereses de la comunidad,
dejando al descubierto las anomalías y vicios cometidos por los due-
ños del poder, tanto económico como político. Decenas de cintas gra-
badas con entrevistas realizadas a abogados, médicos, jueces, perio-
distas, policías, miembros de la embajada chilena en Costa Rica y
otros personajes que, de una u otra manera, se vincularon con el trági-
co acontecimiento, están ahí para certificar la obra del joven escritor
y periodista.
Rodrigo fue mi alumno en la Cátedra de Semiología y Análisis de
Contenido del curso de Periodismo PET, de la Universidad de las Co-
municaciones. Y durante el primer semestre de este año, fui su
metodólogo. Como tal, leí por primera vez el concienzudo manuscrito
que hoy tiene en sus manos, usted lector, convertido en Terror en la
embajada. Comprobé, in situ, la confirmación de mi primera percep-
ción de lo que hoy es una agradable realidad, no solo para el mundo
del periodismo de investigación, sino también para el mundo de la
investigación académica y su compromiso con el trabajo serio y reve-
lador.
La obra de Rodrigo Insunza es fruto de un trabajo arduo y minucioso,
narrado con un estilo directo y llano. Desde la primera página el lector se
siente atrapado por el fluir de una historia que va adquiriendo inusitada
fuerza narrativo-investigativa que sorprende, no solo por la importancia
de la inédita y asombrosa información recabada, sino también por la
manera cómo dicha información se desenvuelve en el relato periodístico.
No hay una palabra, un párrafo, una entrevista que no esté al servicio de
la tesis planteada en torno a descifrar el misterio del porqué de los bruta-
les asesinatos, y posterior suicidio de Orlando Jiménez. Todo, en Terror
en la embajada, como en una perfecta historia policial, se va armando
igual que un colosal rompecabezas, donde cada pieza es esencial para
montar la imagen final de los incomprensibles crímenes.
«Incomprensibles crímenes» es la clave que motivó esta investiga-
ción periodística. Cómo explicar lo que no tiene ninguna explicación
razonable, fue el desafío mayor de este trabajo. Buscarle la respuesta
a un hecho de sangre, críptico en todo su desarrollo, y cerrado desde
el punto de vista jurídico-político-policial, fue la notable tarea de este
joven periodista.
El periodismo de investigación en Chile ha iniciado su camino con
la idoneidad y seriedad que se merece. Ese es el gran mérito de Rodrigo
Insunza.
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,QWURGXFFLyQ
& uando el martes 27 de julio de 2004 se informó, a través de los
medios de comunicación, que un guardia «desquiciado» había
asesinado, sin miramientos, a tres funcionarios chilenos de la embaja-
da de Chile en Costa Rica, ningún testigo, autoridad o fiscal, de los
cientos que estuvieron in situ, lograron dictaminar las causas de la
«locura temporal» que –dicen–habría afectado al guardia civil de la
fuerza pública de Costa Rica, Orlando Ulises Jiménez Jiménez.
Fueron algunos medios de prensa que, en la vorágine del día a día,
se atrevieron a postular hipótesis surgidas de declaraciones hechas
por algunos testigos, conocidos de las víctimas y, principalmente, a
través de los escuetos resultados obtenidos por la policía judicial de
Costa Rica (OIJ)1, en un informe que dejó entrever un déficit y falta de
rigurosidad metodológica en la investigación. Incluso, con el tiempo
se detectaron declaraciones de personas que en nada se ajustaron a la
realidad.
Si a ello sumamos los infalibles chismes y rumores que suele levan-
tar el vox populi, estamos en presencia de un fenómeno sociológico
digno de consignar y, a nuestro entender, se cometió un error al haberlos
descartado a priori, sin mediar una investigación seria, rigurosa y
responsable.
Al revisar los cientos de artículos publicados y las diversas decla-
raciones hechas por distintos protagonistas, se deja entrever una infi-
nidad de vacíos, contradicciones, falsedades y actos indolentes, que
son imperdonables cuando provienen de autoridades y de quienes os-
tentan cargos públicos. Otras tantas, simplemente, fueron considera-
das una quimera.
Aquí, hallamos el punto de partida para esta investigación. Una
exploración que se adentra en cada una de las personas que vivieron
los trágicos hechos. Familiares, amigos, colegas, empleados, aboga-
dos, periodistas, psicólogos y una larga lista de gente que aporta con
valiosa información, forman parte de lo que, en páginas sucesivas,
permite ir configurando un puzzle policial, que incluye misteriosas
prácticas esotéricas, relaciones pecaminosas, abusos de autoridad, tra-
tos pendencieros y un deterioro progresivo de la convivencia.
El objetivo general de esta exploración es delimitar, a través de
estos temas específicos, junto a otros que se darán a conocer, los posi-
bles escenarios donde el guardia de seguridad, Orlando Jiménez, pudo
haber jugado un papel protagónico. Dicho sea de paso, a la fecha, no
existe en la investigación formal, llevada a cabo por la fiscalía de
Costa Rica, siquiera un solo detonante que justifique tanta violencia y
ensañamiento. El fiscal costarricense, Mauricio Boraschi, declaró para
este escrito, en las primeras semanas de ocurrida la tragedia:
No noto en el expediente un hecho anterior o 1
OIJ (Organismo de Investi-
instantáneo, al momento de los hechos, que gación Judicial).
ameritara razonablemente, racionalmente, un
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enojo de tal magnitud que pudiera terminar en esta tragedia, en esta ma-
sacre. Ni siquiera algo que ameritara una discusión o un contacto físico,
menos la utilización de un arma con una intención totalmente homicida y
suicida.

Transcurrido un año, nuevamente conversamos con él:


Sigo sin entender la razón por la cual una persona hace esto. En mi pueblo
tenemos una frase popular que decimos… ¡Yo no sé si ustedes la comentan! A
veces decimos: ‘A esa persona se le metió el diablo en el cuerpo’. Es lo único
que yo como ciudadano común y silvestre le puedo decir. Yo no entiendo qué
le pasó a este señor, porque es tan diametralmente opuesto a su conducta, a
su personalidad… porque ellos (la familia de Jiménez) no perdieron al señor
que vimos nosotros ese día, ellos perdieron un gran padre, un gran esposo.

Si de hechos incomprensibles se trata, una de ellas ha sido la actitud apática


del gobierno chileno y, en especial, de la Cancillería, para tratar en su momento,
de aportar con experticia nacional, enviando a peritos chilenos que ayudaran en
la recopilación de datos que estaba haciendo la fiscalía de Costa Rica. O acaso,
¿si esto hubiese ocurrido en la embajada de Estados Unidos, al otro día, no se
habrían apersonado miembros de la CIA y el FBI para determinar qué pasó con sus
representantes en el exterior? La Cancillería chilena solo se limitó a enviar a
miembros de la plana mayor, donde en conjunto elaboraron un sumario adminis-
trativo interno, que en boca del propio canciller, Ignacio Walker, precisa:
Aquí hay un caso criminal, delictual, policial que ha sido investigado por la
justicia en el país respectivo, o sea, ¡no se nos pida a nosotros una investigación
criminal! Lo que el Ministerio de Relaciones Exteriores hizo de inmediato fue,
primero, enviar al director general administrativo, el embajador Demetrio Infan-
te; segundo, al director general consular, el embajador Ricardo Concha; tercero,
desde Washington, al ministro consejero, Eduardo Gálvez que actuó como fiscal
de la investigación (…). Vi la presencia de todos estos funcionarios, vi la ayuda a
desarrollar, vi el sumario administrativo interno que se hizo por nosotros de esta
situación, y que en el fondo estableció dos cosas: una, que murieron los tres
funcionarios en acto de servicio y, dos, que no hubo responsabilidad administra-
tiva. Es un sumario interno nuestro, como se hace en estos casos, y la única
información fidedigna a partir de nuestra propia investigación2.

Entonces, si la Cancillería logró reunir información en un sumario adminis-


trativo, ¿por qué no ha querido dar a conocer, públicamente, detalles de lo que
contiene? Acaso, ¿es un secreto de Estado?
Una de las mayores dificultades que hemos encontrado en el camino, respecto
de las pesquisas, se refiere a la gran cantidad de rumores que fueron reflotando en
el tiempo y que instancias formales de la investigación en Costa Rica, también las
ha sufrido. Estos «chismes» no los hemos descartado, sino solo cuando al cotejar-
los con otras fuentes primarias, se hace evidente la farsa.
La confianza depositada por distintos actores en esta investigación ha sido
primordial para llegar a verdades y a la construcción coherente y sólida de deter-
minados escenarios. Junto con esto, el acceso a material
del expediente, análisis de videos y la orientación profe-
2
Entrevista realizada el sional de diversos especialistas, en distintas áreas del co-
día 22 de junio de 2005 en
la Cancillería.
nocimiento, otorgan una sólida base para cimentar esta
tesis.
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El trabajo consta de cuatro capítulos con sus correspondientes subdivisiones:

• Cronología de una tragedia: reconstruye paso a paso y con un acabado


detalle, los diálogos y movimientos realizados por distintos actores, con una va-
riedad de datos que, a la larga, van dando respuestas a ciertas interrogantes. Una
base importante de este armado se obtiene del informe OIJ, pero, fundamental-
mente, la diferencia se marca en los testimonios obtenidos en el tiempo. La histo-
ria cronológica se reconstruye descartando aquellas versiones falsas que han sido
desechadas por la investigación judicial en Costa Rica. Además, se suman las
versiones recabadas en este trabajo y contrastadas con distintas fuentes.
• Investigación de campo: saca a relucir aspectos desconocidos por la investi-
gación judicial hecha en Costa Rica. Otras tantas variables están consignadas en
el sumario administrativo que elaboró la Cancillería y que mantienen con incon-
dicional reserva. Un trabajo de tiempo, constante y silencioso da sus frutos, con
resultados sorprendentes, que metodológicamente se irán explicando en páginas
sucesivas.
• Análisis psicológico y observación esotérica: somete las pruebas obtenidas
por la investigación formal e informal, al escrutinio científico de distintas áreas
del conocimiento. ¿Hubo efectivamente una demencia temporal, un desquiciamiento
del policía? ¿Pueden afectar en el comportamiento humano la conjunción de otros
factores? ¿Cómo se relaciona lo expuesto en el capítulo «Investigación de campo»
con lo sucedido el día de la tragedia? En esta parte planteamos una hipótesis
razonable que cierra el círculo de especulaciones y de falsos detonantes, y se
arrima a una teoría que es alimentada por abundante información especializada.
Se suma el hecho que, periodísticamente, acreditamos la ocurrencia de situacio-
nes propias de la investigación, que son sorprendentes y dan para pensar.
• Conclusiones: resume todo lo expuesto en capítulos anteriores, dando res-
puestas a las principales interrogantes del caso, que van desde por qué resultan
muertos tres ciudadanos chilenos, hasta las responsabilidades que le competen a
quienes tuvieron en sus manos el manejo de la crisis ese día.

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Faltan escasos minutos para que el reloj marque las 21.30, y en San-
tiago de Puriscal, distante a 45 kilómetros de San José, se concluye
una jornada sin mayores sobresaltos. El comercio conformado,
mayoritariamente, por pequeños negocios, almacenes y tiendas, ha
cerrado en todas sus calles aledañas a la plaza central. Solo unos
pocos locales bohemios inician su exigua vida nocturna, mientras er-
guida e imponente, la desgastada y sacudida Iglesia Santiago vigila el
quehacer de los puriscaleños.
El pueblo de Puriscal está inserto en una geografía con incontables
lomas, cerros y terrenos irregulares, donde es difícil encontrar zonas
llanas para el asentamiento humano. Sin embargo, todo se compensa
con una belleza escénica potenciada por su flora y fauna. Al ser una
zona rural, un gran número de sus habitantes subsiste echando mano a
la agricultura y la ganadería, segunda actividad económica en impor-
tancia del país, después del ítem servicios y comercio3.
Un bus provincial de la empresa Comtrasuli, proveniente de San
José, trae a bordo al ciudadano costarricense, Orlando Ulises
Jiménez Jiménez, de 53 años. Su turno de 12 horas como guardia
de seguridad en la embajada de Chile, ha concluido hace una hora
y media.
Jiménez cumple a cabalidad su rutina laboral, incluso cuando efec-
túa turnos de noche4. Su sentido de la responsabilidad le impide si-
quiera llegar dos minutos tarde a los relevos de sus compañeros5, y su
rendimiento tiene reconocidas calificaciones en las evaluaciones a las
que son sometidos, periódicamente, los distintos agentes del Estado.
Desde niño, sus padres inculcaron a él y sus
hermanos valores y principios de buena crian- 3 Censo año 2000 en Costa
za, con fuertes lazos de familia. Precisamente, Rica.
4
en este aspecto, Jiménez se regocija cada vez Cumplió turnos de 12 ho-
ras. Dos de ellos eran reali-
que retorna del trabajo para encontrarse con los zados de día, y luego, dos
suyos. Su transitar por las calles de Puriscal no de noche. Acto seguido, te-
pasa inadvertido, más aún, cuando debe respon- nía dos días libres.
5
der con ademanes a los constantes saludos de El servicio de seguridad
que se brinda en la emba-
vecinos, amigos y conocidos, que lo interceptan jada de Chile es proporcio-
en su caminar. nado por el Ministerio de
Al bajarse del autobús, se dirige a su ho- Seguridad Pública de Costa
gar, en el barrio Los Ángeles, situado a un cos- Rica y, en este caso, los
asignados fueron los guar-
tado del camino y cercado de abundante vege- dias Dagoberto Aguilar, Joa-
tación tropical. El ladrar de una de sus quín Mata y Orlando Jimé-
mascotas, «Jake», como un plañido de alegría, nez.

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anuncia la llegada. Tras golpear la puerta, su esposa por más de treinta años,
Auxiliadora Guzmán, sale a recibirlo con un beso en los labios:
–¡Hola, mi amor!, ¿cómo le fue? –dice ella.
–Todo bien. ¿Y Andrea? –pregunta, mientras se despoja de sus enseres.
Entonces, busca a su hija y como siempre, la besa en la mejilla.
–¡Hola mi amor! –expresa.
Andrea Jiménez Guzmán tiene 23 años y desde hace cuatro meses trabaja en
una empresa distribuidora de software computacionales. El hermano de ella,
Randall Jiménez, es el primogénito del matrimonio. Tiene 30 años y hace más de
tres que está casado con Lucele Solís, una joven puriscaleña, seis años menor que él.
–¿Va a comer algo? –pregunta Auxiliadora.
–Si me da de comer, que sea algo liviano, porque tengo que dormirme tempra-
no–replica Orlando, mientras desamarra sus zapatos y se tiende en el sofá.
Auxiliadora Guzmán o «Dora», como le llaman sus cercanos, tiene 50 años y
junto con dedicarse a los menesteres del hogar y velar por los suyos, ha logrado
con su marido sacar adelante una linda familia.
Guzmán se encamina a la cocina para servir la cena a su esposo. Ha prepara-
do unos «burritos», tortillas hechas a base de queso, frijol y carne, que también
acompaña con un vaso de Cola-Cola. Durante la cena, Orlando está flanqueado
por su hija y ambos dialogan sobre distintos temas. Luego, Jiménez se incorpora
de la mesa y, nuevamente, deja reposar su pequeña y atlética anatomía en el sofá.
El fin de la jornada hace mella en su vitalidad y el cansancio se traduce en lentos
y simultáneos parpadeos que presagian un buen dormir.
–¡Voy a la habitación! –anuncia Jiménez a viva voz, mientras camina a
paso firme.
Una vez acostado en la cama prende el televisor. Su mujer lava la vajilla y ter-
mina las labores propias de una dueña de casa, cuando, sigilosamente, se dirige
al lecho matrimonial presumiendo que a su marido le quedan escasas energías.
Ella lo vislumbra por la puerta que está entreabierta. Jiménez siente que lo obser-
van y separa sus pestañas, al mismo tiempo que Dora lo delata:
–¡Está bonita la tele!, ¿verdad? –exclama Auxiliadora.
Una sutil sonrisa de Jiménez como respuesta, acompaña la búsqueda instinti-
va del control remoto del televisor. Su mano derecha presiona el botón power y
con una media vuelta acomoda la sábana hasta el cuello, dejando en claro que el
día ha concluido para él. Es lunes 26 de julio de 2004.

/DPDxDQDVLJXLHQWH

El amanecer del martes presagia una jornada distinta a la de cualquier otro día.
El domingo había llegado a Costa Rica, el ministro del Interior de Chile, José
Miguel Insulza, segundo hombre en importancia del gobierno que encabeza el
Presidente Ricardo Lagos. El secretario de Estado ha sido invitado por el Ministe-
rio de Comercio Exterior de Costa Rica, para exponer sobre la experiencia de los
chilenos en la apertura comercial y los tratados de libre comercio. Además, debe
cumplir una agenda que lo considera, este día, como panelista en la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José. Por último, en la
noche asistirá a la Embajada de Chile, a un acto en agasajo a quienes participa-
ron en la organización y conmemoración de los cien años del natalicio del vate
Pablo Neruda, celebrado el día 12 de julio, en el Teatro Nacional de Costa Rica.
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Sin duda, esta última actividad, implica para Orlando Jiménez tener una es-
pecial dedicación en sus quehaceres, traspasando, incluso, el ámbito propio de la
seguridad. En distintas oportunidades, junto a sus compañeros de relevo, ha sido
requerido para otros menesteres. Estos se traducen en actividades como izar la
bandera o controlar los estacionamientos en el antejardín de la embajada. Jiménez
lleva cerca de cinco años resguardando la seguridad en la misión chilena6 y, por
lo mismo, existe una mayor confianza depositada en él. Su buena voluntad y
disposición a servir en los requerimientos que tanto funcionarios como diplomáti-
cos le demandan, junto a su ponderada indulgencia y caballerosidad, hacen de él
un elemento de valorada calidad humana.

Son las 4:30 de la madrugada y Jiménez se dispone a iniciar una nueva jornada.
Evitando despertar a Dora, Orlando va al baño y bajo la ducha, el sonido del
agua actúa como despertador en ella. Al salir, su mujer ya está en la cocina
preparando el desayuno para él y para Andrea, que en ese instante es interrumpi-
da en sus sueños:
–¡Andrea, mi amor!, levántese que se hace tarde –la alerta su padre que,
suavemente, golpea la puerta del dormitorio.
Mientras Andrea hace un esfuerzo por incorporarse de la cama, Orlando apro-
vecha de afeitar la incipiente barba que asoma en su rostro. Debe desocupar el
baño para su hija:
–¿Por qué me despertó tan temprano? –reclama Andrea.
El reproche se cimenta en que su progenitor la ha despertado cinco minutos
antes de lo habitual.
–¡Para que no te «agarre» tarde! –responde Orlando, conocedor con la rutina,
del excesivo tiempo que su hija toma para alistarse.
Jiménez se sirve un vaso de jugo con una galleta, además de un trozo de pan.
Dora le ofrece otro bocado, pero él se excusa que en la embajada llegará a desayu-
nar más tranquilo. Andrea está en la ducha, cuando la voz de su padre la exalta:
–¡Andrea, hasta luego, ya me voy! –exclama Jiménez.
–¡Hasta luego papi! ¡Que Dios lo acompañe! –responde.
–A usted también.
Orlando besa a su mujer y se aferra al maletín donde
6
lleva los lentes para leer, el cepillo de dientes y papeles Jiménez ingresó a la Fuer-
za Pública en 1997 y, desde
varios de la policía de San Pedro Montes de Oca, cuartel que fue asignado como po-
al que pertenece. Jiménez echa mano a un abrigo junto a licía, cumplió labores de
una pequeña cobija, más su infaltable paraguas. Él sabe lo resguardo en la residencia
que significa vivir en una zona tropical. Los cambios re- del embajador de Colombia,
en la embajada de Nicara-
pentinos de clima pueden tener a una persona bajo una gua, un período aproxima-
intensa lluvia y, a los pocos minutos, bajo un sol radiante, do de tres años y medio en
con cielo despejado. la embajada de Chile, lue-
Orlando se aleja tranquilamente de su hogar para to- go fue asignado a la emba-
jada de Bélgica, volviendo
mar el bus de las 5:30 am, que lo llevará directo a San nuevamente a la represen-
José. Auxiliadora Guzmán apostada en la puerta lo ve ale- tación chilena donde, has-
jarse, desconociendo que el destino lo separaría de él para ta ese instante, llevaba cer-
siempre. ca de un año y medio. En
ambos períodos bordeó los
cinco años velando por la
seguridad e integridad de
quienes trabajaban en «te-
rritorio chileno».

21
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/DHPEDMDGD

La embajada de Chile está situada en una de las áreas más exclusivas de la


capital costarricense. El sector se denomina Los Yoses, en el barrio Dent, al este
del centro de San José. Es una zona de carácter residencial, donde también abun-
dan oficinas comerciales, hermosas casas trasformadas en bares, con importantes
institutos de lenguaje, junto a un gran número de legaciones diplomáticas.
Poco antes de las ocho de la mañana del martes 27 de julio, Orlando Jiménez
llega a la sede de la representación chilena. En una pequeña caseta, situada en el
antejardín y colindante con la residencia del costado norte, se encuentra el guar-
dia civil, Dagoberto Aguilar Hidalgo. Él está finalizando su turno que, 12 horas
antes, le había entregado Jiménez. Ambos se saludan cordialmente y Aguilar le
cede el arma de servicio con que custodia la sede: un fusil de asalto M-16, provis-
to con treinta proyectiles calibre 5.56. También hace entrega de la radio de inter-
comunicaciones que maneja la policía. El hombre de
7
La embajada de Chile, para esa Puriscal se viste con el uniforme azul marino que dis-
fecha, estaba comandada por el tingue a la Fuerza Pública, mientras Aguilar se despi-
embajador y militante político de de de él. A esa hora comienzan a llegar los primeros
la Democracia Cristiana, Guiller-
mo Yunge Bustamante. El Primer funcionarios que laboran en la embajada7.
Secretario y segundo a bordo de Roberto Nieto Maturana es el primer secretario y
la misión era el diplomático de secunda al embajador en la sede diplomática. A tem-
carrera, Roberto Nieto Maturana. prana hora de la mañana llega a su oficina, cumplien-
El consulado era de responsabi-
lidad del también diplomático de do una serie de diligencias relacionadas con la presen-
carrera, Christian Yuseff Mar- cia del ministro Insulza en San José. Debe dejar todo
chant. El director de la oficina coordinado, puesto que la agenda del día se advierte
Comercial ProChile, era respon- intensa y nada debe quedar al azar. Pero hay una si-
sabilidad de Leonardo Banda
Maldonado. El cargo de agrega- tuación que mantiene preocupado a Nieto y tiene que
do cultural para Centro América ver con los tres guardias asignados por el Ministerio
lo ostentaba Gustavo Becerra de Seguridad Pública, para velar por el resguardo en
Vásquez. El secretario privado la legación.
del embajador era el costarri-
cense César Gómez Calderón. La Roberto Nieto solicita a Xinia Vargas, secretaria del
secretaria del cónsul era la tam- cónsul Christian Yuseff Marchant, que llame a Eliécer
bién costarricense Xinia Vargas León Chávez, jefe de la policía de San Pedro Montes de
Cascante. La secretaria del agre- Oca. En la oficina colindante a la de Xinia se encuentra
gado cultural recayó en la chi-
lena Rocío Sariego Pérez-Olea. César Gómez Calderón, secretario personal del embaja-
En la oficina comercial de dor Guillermo Yunge Bustamante, quien también se per-
ProChile trabajaban, junto al di- cata de la solicitud que Nieto hace a Xinia. El primer
plomático Leonardo Banda, las secretario recibe la llamada en su oficina:
costarricenses Cecilia Montero
López y Jeannette Víquez Chave- –¡Buenos días, comandante! –contesta el diplomático.
rri. También conformó el equipo –Buenos días don Roberto. ¿En qué puedo servir-
de trabajo, la administrativa ni- le? –pregunta León.
caragüense Jeannette Aguilar –La verdad es que hay una situación que en el últi-
Nicoya. Laboraba también para
ProChile, como estudiante en mo tiempo me tiene preocupado, respecto a algunas
práctica, el ciudadano chileno, actitudes que han tenido los guardias asignados en esta
Leonardo Guerra Alarcón. Final- embajada –reclama Nieto
mente, el listado de funciona- –¿Y qué sugiere que hagamos?
rios lo integró el estafeta, Jesús
Abarca Barquero, el conserje –Quiero solicitar que hable con ellos para ver si
Bernal Vega Azofeifa, y el chofer pueden mejorar esas actitudes, porque de hace un
del embajador, Edgar Mata tiempo a esta parte, se vienen comportando como sin
Guzmán. importarles el trabajo –advierte.
22
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–¿En qué sentido? –pregunta León.


–¡No están dando el servicio que corresponde! Prefiero que hable con ellos
para ver si mejoran su actitud y, si no quieren estar ahí, que lo digan para que los
trasladen a otra sede –finaliza Nieto.
El comandante León se compromete a atender el asunto y solucionar el tema
a la brevedad.
Planteado esto, Nieto emprende rumbo al Hotel Radisson, donde se hospeda
el ministro José Miguel Insulza junto a su esposa, Georgina Núñez Reyes. Una
vez allá, el secretario de Estado entrega a Nieto, copia de una carta que vecinos
de la residencia del embajador Yunge hacen llegar al hotel, denunciando una
serie de irregularidades. Acto seguido, el ministro es llevado a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, donde impartirá la conferencia titulada:
«Derechos Humanos y Democracia». Insulza está acompañado por Patricia
Esquenazi, encargada de prensa del gabinete ministerial.
Roberto Nieto traslada consigo a la esposa del ministro, con destino a la
embajada de Chile, donde sostendrá una entrevista con el diputado del Partido
Acción Ciudadana (PAC), Rodrigo Carazo Zeledón. Ambos llegan a la sede diplo-
mática pasadas las 10 de la mañana. Aprovechando que hay tiempo a favor,
mientras llega el parlamentario, Núñez ocupa el computador en la oficina de
Nieto y revisa el correo electrónico. Avanzado los minutos, aparece Carazo y se
encierra con Núñez en la biblioteca de la legación. Al finalizar la entrevista, la
mujer de Insulza se encamina al cubículo de Xinia y le encarga a ella que averi-
güe si su marido ha concluido la conferencia que está dando en la Corte. Nieto
que escucha la solicitud, se adelanta y hace la indagación:
–¡No!, aún no termina –dice Roberto.
–¡Perfecto!, vayamos para allá –exclama Núñez.
Entonces, Nieto la traslada en su vehículo hasta la Corte.
La conferencia está presidida por el juez de la corte, Manuel Ventura Robles;
la presidenta del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), Sonia
Picado; el embajador de Chile en Costa Rica, Guillermo Yunge; el secretario de la
Corte, Pablo Saavedra Alessandri, y el director del IIDH, Roberto Cuéllar. El
ministro Insulza ha descrito en su exposición, el largo camino que el pueblo chi-
leno debió recorrer para desmantelar el autoritarismo y la dictadura y recuperar
la democracia. Terminada la conferencia, Insulza visita la sede del IIDH y luego
asiste con su mujer a un almuerzo de camaradería, organizado por los anfitrio-
nes. También concurre el embajador Yunge junto a su esposa de origen costarri-
cense, Marisol Cheves Hidalgo.

/DFDUWD

Es cerca del mediodía y Orlando Jiménez, con su fusil al hombro, observa a


Paulo Cuadra Silva, el «cuida carros» que trabaja en el exterior de la embajada.
Oriundo de Nicaragua, este hombre lleva años asistiendo a los funcionarios de la
misión chilena en distintos quehaceres del diario vivir. De origen humilde, su
buena voluntad y disposición le han permitido ganar la confianza de todos los
diplomáticos y funcionarios. Cuadra es reservado y algo suspicaz.
La rutina de Jiménez no ha sufrido variaciones. Sin embargo, pronto se obser-
va a una patrulla de San Pedro acercarse a la embajada. Es la hora en que
reparten la colación de los distintos guardias apostados en sedes diplomáticas.
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7HUURUHQODHPEDMDGD

Del vehículo policial desciende el supervisor, Cristián Zamora, que es acompaña-


do por el chofer Gerardo Abarca. Zamora, junto con la colación, hace entrega a
Jiménez de una carta firmada por el comandante Eliécer León, que reza:
Señor Orlando Jiménez Jiménez. Estimado señor: Por órdenes superiores, a
partir de esta fecha y hasta nueva orden, su persona cubrirá el puesto fijo de
la residencia del ex presidente Trejos. Sin más que agregar, se suscribe. Cdte.
Eliécer León Chávez (Ver anexo en Pág. 282)

La carta desconcierta a Jiménez, más aún, si se considera que él ha manifesta-


do en reiteradas ocasiones a su familia, amigos, colegas y funcionarios, que está
a gusto trabajando en la embajada de Chile. Él no comprende que teniendo exce-
lentes relaciones con diplomáticos y funcionarios, lo estuvieran trasladando a
otro lugar. Jiménez también entiende que esto podía pasar en cualquier momento,
porque sus funciones involucran el ser destinado a donde la comandancia lo asig-
ne. Mal que mal, no es primera vez que lo reubican. Ya antes había estado cum-
pliendo las mismas funciones en la residencia de Colombia; luego en la embajada
de Nicaragua; después, un período de casi tres años en la sede diplomática de
Chile; luego en la misión de Bélgica, y, finalmente, en estos últimos dos años,
nuevamente en la embajada de Chile.
Jiménez acepta con disconformidad y algo confundido el anuncio de su trasla-
do. Entonces, se introduce en la caseta de vigilancia y almuerza la colación que le
hacen llegar.

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Roberto Nieto regresa a la embajada trayendo consigo a Patricia Esquenazi. El


primer secretario se compromete a ir a dejarla al aeropuerto, dado que tiene
vuelo de regreso a Chile en horas de la tarde. Sin mayor trámite, ambos concre-
tan asuntos administrativos, tras lo cual, emprenden marcha al Terminal Interna-
cional Juan Santa María, distante a 15 minutos del centro de San José. El persis-
tente entrar y salir de funcionarios, hacia y desde la embajada, es una constante
que va en aumento y de ello, Orlando Jiménez es testigo.

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Son las dos de la tarde y el auto fiscal BMW designado por el Gobierno de Chile,
para uso diplomático del embajador Guillermo Yunge, lleva detenido varios mi-
nutos en los estacionamientos asignados para el jefe de misión, en el antejardín de
la embajada. Edgar Mata, chofer y encargado de trasladarlo, a su llegada es
saludado amablemente por Jiménez. Sin embargo, cuando Mata procede a abor-
dar el vehículo para ir a buscar al embajador que se encuentra almorzando junto
a Insulza y un grupo de comensales, Jiménez se acerca a él y manifiesta:
–¡Vio Edgar, me cortaron de aquí ya! –mientras con sus dedos hace una señal
en forma de tijeras.
–¿Cómo así? –pregunta Edgar.
–Este hijo ‘e puta de Christian y de Roberto me cortaron de aquí.
–Pero ¿cómo? –consulta Edgar extrañado.
Jiménez le enseña la carta que anuncia el cambio:
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&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

–¡Mire!, me están trasladando para cuidar la casa del ex presidente Trejos8.


¡No se imagina, don Edgar, cómo me hierve la sangre! –precisa Jiménez.
Edgar Mata, por su parte, percibe la molestia del policía y su incomodidad
ante la situación, aunque «nunca lo noto furioso, sino más bien, pensativo»9.
–¡Tranquilo, don Orlando!... Después hablamos. Ahora tengo que ir a buscar
al embajador –acota Mata.
El chofer se sube al vehículo y parte rumbo al Instituto Interamericano de
Derechos Humanos donde, a esa misma hora, Insulza y Yunge, junto a sus
respectivas esposas, finalizan el almuerzo de camaradería. El ministro y su cón-
yuge se retiran a descansar al Hotel Radisson.
Una vez que Edgar Mata hace contacto con Guillermo Yunge y Marisol Cheves,
ambos le ordenan que los traslade al edificio Torre Mercedes, situado en una de
las principales vías peatonales del centro de San José, el Paseo Colón. La Torre
Mercedes es un vetusto edificio que debe su nombre a los antiguos dueños de la
Mercedes Benz, que tenían en ella su centro de operaciones comerciales. En la
actualidad, coexisten distintas oficinas como farmacias, centros médicos y líneas
aéreas. Precisamente, en una de estas agencias que emiten tickets aéreos, es donde
el embajador y su mujer dirigen la atención. Yunge había interrumpido sus vaca-
ciones el día martes 20 de julio, hacía exactamente una semana, para abocarse a
todas las actividades que tenían relación con la visita del ministro Insulza. Por lo
mismo, y dado que el evento que se llevaría a cabo en la embajada al anochecer,
sería la última actividad oficial del secretario de Estado, es que Guillermo y
Marisol deciden dirigirse a la Torre Mercedes, para extender dos tickets aéreos y,
al día siguiente, retomar sus interrumpidas vacaciones.

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El reloj marca las 3:20 de la tarde y todos en la embajada continúan afinando los
más mínimos detalles para la celebración de la noche. En el salón principal o
salón de eventos, está todo dispuesto. Las sillas están distribuidas de forma tal
que al medio, se forma un pasadizo donde los distintos concurrentes pueden circu-
lar sin dificultad, hasta llegar al podio.
Gustavo Becerra Vásquez es el agregado cultural de Chile para Centroamérica
y en su oficina está terminando algunos trabajos. Rocío Sariego Pérez-Olea es
la antigua secretaria del embajador Yunge y ahora presta sus servicios a CUSO,
una agencia de cooperación canadiense, que la contrató para asesorar a Bece-
rra, en este caso, en todo lo que concierne a las actividades que conmemoran los
cien años del natalicio del poeta chileno, Pablo Neruda.
La oficina de Rocío se sitúa, una vez entrando a la emba- 8 José Joaquín Trejos Fer-
jada, a mano derecha, entre un pequeño patio de luz y la nández gobernó como pre-
cocina. Ella está afinando asuntos propios de la organi- sidente de Costa Rica entre
los años 1966 y 1970. Nació
zación del evento. Colindante a la oficina del agregado en 1916 en la capital, San
cultural está la dependencia del cónsul, Christian Yuseff José.
Marchant que en esos instantes anda junto al estafeta, 9 Declaración y apreciación
Jesús Abarca, cumpliendo con un pedido del embajador. hecha por Edgar Mata a los
investigadores costarricen-
Colindante también a la oficina de Becerra está el despa- ses, plasmadas en la «Au-
cho de Xinia Vargas Cascante, secretaria del cónsul. Se- topsia Psicológica» realiza-
guido, está la oficina de César Gómez, secretario privado da a Orlando Jiménez, Au-
de Yunge. En el gabinete comercial de ProChile, al final topsia Psicológica, pág. 11.
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del salón de eventos, a mano derecha, existen cuatro funcionarios en sus tareas
habituales, y que son comandados por el ministro consejero y director de la
oficina comercial para Centroamérica, Leonardo Banda Maldonado. Él es asis-
tido en las labores operativas por Cecilia Montero López, Jeannette Víquez
Chaverri y Jeannette Aguilar Nicoya, además del joven chileno y estudiante en
práctica, Leonardo Guerra Alarcón.
A esa misma hora, Roberto Nieto regresa del aeropuerto después de haber
dejado a Patricia Esquenazi. Estaciona el vehículo y, apresuradamente, hace in-
greso a las dependencias de la legación.
Gustavo Becerra está empecinado en que «la fiesta» de la noche debe salir
impecable y previendo que la presencia de un grupo de teatro podía con la rutina
manchar las murallas del salón, resuelve salir a comprar cartulina en policromía
y proteger con ella, el incorruptible blanco que viste las paredes internas de la
embajada. Al descender los tres escalones que están al ingreso de la sede, Becerra
divisa a Jiménez con su fusil M-16 al hombro y se despide de él, alzando la mano
derecha. El guardia responde el saludo. El agregado cultural se sube a un taxi y
desaparece por la calle Los Yoses.
Faltan 25 minutos para las cuatro de la tarde y el cónsul Christian Yuseff
regresa en su camioneta Pathfinder color dorado, acompañado de Jesús Abarca.
El vehículo que compró hace un par de meses queda estacionado justo atrás del
jeep Montero azul, propiedad de Roberto Nieto.
Cuando ambos se bajan, Paulo Cuadra, el «cuida carros», se levanta de su
pequeña banca en la que descansa bajo los árboles que hay en el bandejón central
de la calle Los Yoses e irrumpe para cooperar. Yuseff le pide que entre una caja de
vinos, mientras Abarca se hace cargo de portar un proyector. Los tres ingresan a
la sede diplomática. Cuadra se dirige a la cocina y deja los vinos sobre una mesa.
Roberto Nieto, al verlo, le hace una invitación:
–¡Paulito!, prepárese un café –le dice.
–Gracias, don Roberto, pero recién me invitaron uno en la clínica –respon-
de el nicaragüense, aludiendo a un centro oftalmológico que limita con la
embajada.
Después de eso, Cuadra vuelve a la calle, Yuseff se encierra en su oficina y
Abarca se dedica a cooperar con los demás.

/ODPDQGH&KLOH

César Gómez, el joven secretario privado de Yunge, está sentado en su oficina


conversando a través del teléfono con Marisol Cheves, la esposa del embajador.
En la oficina de al lado, Xinia Vargas recibe un llamado telefónico:
–Aló –dice Xinia.
–¡Hola! ¿Se encontrará don Roberto Nieto? –preguntan al otro lado de la
línea.
–¿De parte de quién? –inquiere la secretaria.
–Mónica Reyes, del Ministerio del Interior en Chile –responde la periodista.
Reyes llama con la misión de coordinar la agenda y recabar todas las activi-
dades realizadas por el ministro Insulza en Costa Rica para, posteriormente, ser
difundidas en un comunicado de prensa a los medios en Chile.
–Espere un momento, le comunico –responde Xinia, tras informar a Nieto del
llamado.
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Mónica Reyes tiene conecta-


do su teléfono a una grabadora
que le permite registrar la con-
versación con el primer secreta-
rio y así evitar tomar apuntes.
–¡Hola Mónica! ¿Cómo es-
tás?... –contesta Nieto.

(OSULPHUGLVSDUR
 5REHUWR1LHWR

Jesús Abarca, de origen tico10, lle-


va cuarenta y un años prestando
sus servicios a la embajada de
Chile y como tal, ha convivido
con varios diplomáticos chilenos.
Por lo mismo, dentro de la em-
bajada es una persona que cuen-
ta con la confianza de todos los
funcionarios, además de ser un
tipo afable y con iniciativa. Ese
mismo empuje es lo que le hace
recordar que ha olvidado com-
prar un carrete de hilo para pes-
car. Este elemento será utilizado
::: Este es el pasillo por el que ingresa Jiménez. Al fondo, a
en el evento de la noche. Abarca mano izquierda, estaba la oficina del primer secretario,
camina dirigiéndose al exterior. Roberto Nieto.
Cuando está cerrando el primer
portón-reja de acceso a la embajada, el guardia Jiménez irrumpe a su lado:
–¿Está don Christian? –pregunta Jiménez, sin mediar palabras previas.
–¡Claro! ¡Sí, sí! ¡Pase, pase! –responde Abarca.
Jesús no nota nada extraño. Lo ve como siempre, tranquilo. Para él es normal
que los guardias entren a la embajada, dado que tienen años laborando ahí. Los
tres policías que se turnan suelen ingresar para prepararse café en la cocina u
ocupar el teléfono.
Jiménez avanza dos pasos e inmediatamente dobla a la izquierda por el pri-
mer pasillo. Abarca se aleja tras cerrar el portón. El guardia descuelga el fusil del
hombro, pone su mano derecha en el disparador, mientras su mano izquierda
sostiene el cañón. Con paso firme y sin vacilar emprende rumbo norte, con desti-
no a la oficina del primer secretario, Roberto Nieto (ver Figura 1 en página
siguiente). El diplomático lleva menos de dos minutos comunicado con Chile.
Xinia Vargas escucha desde su oficina como Nieto, con una voz estentórea, rinde
cuenta de las actividades realizadas por José Miguel Insulza.
Orlando Jiménez tiene su objetivo orientado al final del estrecho pasillo, en la
oficina que da a mano izquierda. Al avanzar, el policía
costarricense ignora la puerta que da acceso al despacho 10 Gentilicio que indica el
del embajador y prosigue su caminar hasta el fondo. origen costarricense de una
persona.

27
7HUURUHQODHPEDMDGD
Caseta
guardia Oficina Oficina Oficina de
de C. Gómez de X. Vargas Gustavo Becerra
Oficina de R. Nieto

Patio
Terraza

Oficina de
Oficina del Christian Yuseff
embajador G. Yunge

Salón

Acceso
Cocina

Biblioteca Oficina de
Patio Oficinas de
Rocío Sariego
ProChile

::: Figura 1.

La puerta está entreabierta y es empujada por Jiménez, que ingresa sin trepi-
dar. En fracción de segundos, Nieto, que está volteado en su sillón, intuye que
alguien está a su espalda. El diplomático se gira y apenas su mirada se cruza con
la del guardia, este descarga un potente disparo, que da de lleno en el corazón del
chileno. El proyectil perfora su pecho, atravesando la corbata que, tiempo atrás,

Caseta
guardia Oficina Oficina Oficina de
de C. Gómez de X. Vargas Gustavo Becerra
Oficina de R. Nieto

Patio
Terraza

Oficina de
Oficina del Christian Yuseff
embajador G. Yunge

Salón

Acceso
Cocina

Biblioteca Oficina de
Patio Oficinas de
Rocío Sariego
ProChile

::: Figura 2.

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&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

::: El cuerpo de Roberto Nieto (captura de pantalla).

le había regalado el propio ministro Insulza. Deja un pequeño forado en la cami-


sa celeste y la bala se aloja en su espalda, sin orificio de salida. Mónica Reyes, al
teléfono, no comprende lo que sucede, sin embargo escucha un estruendo y un
«¡aaah!», exhalado por el diplomático.
El reloj marca las 15:40 de la tarde. Xinia Vargas se sobresalta con el estalli-
do y se incorpora de su escritorio diciendo: «¡Le explotó la computadora a don
Roberto!». Ella no lo asocia con un disparo. Por su parte, César Gómez le cuelga
el teléfono a la esposa del embajador y también sale al pasillo. Xinia toma la
delantera dirigiéndose a la oficina de Nieto, mientras César la escolta. Ambos
ven que Jiménez sale del despacho con el fusil expulsando humo. La secretaria en
su desconcierto encara al policía.
–¡Jiménez! ¿Qué le pasa? –lo reprende.
El guardia permanece mudo y con una expresión en el rostro «indescriptible»
según Xinia. La imagen que ella tiene de él es otra, que en nada se conjuga con lo
que está viendo. El semblante de Jiménez está desencajado y pálido, con sus
labios blancos, con sus ojos desorbitados y una mirada diferente a la que le cono-
cía. ¡Como que miraba y no miraba!, diría con posterioridad.
El policía, con el fusil apuntando hacia delante, pone el cañón al costado
izquierdo del cuerpo de Xinia y la desplaza hacia la muralla. César Gómez,
instintivamente, hace lo mismo. Los dos se quedan observando como Jiménez
avanza hasta el segundo pasillo y dobla a la derecha, con destino al salón de
eventos (ver Figura 2, en página 28).
A la sazón, Xinia entra a la oficina de Nieto y lo observa sentado en el sillón
y con el teléfono entre sus piernas. El diplomático orienta una mirada de súplica
a la mujer y profiere: «¡Ay!, ¿qué es esto?». El hombre se va desvaneciendo, al
tiempo que su cuerpo cae lentamente al piso. Xinia, con angustia y desespera-
ción, reprende a César que impávido observa la escena.
–¡César, llame al 911! ¡Corra y llame al 911! –suplica.
29
7HUURUHQODHPEDMDGD

En ese instante, el cónsul Christian Yuseff que había abandonado su


despacho alertado por la detonación, se acerca al marco de la puerta de la
oficina de su colega, y al ver la escena reacciona:
–¡Huuy! ¡Yo me voy a esconder! –exclama, y emprende carrera de vuelta a su
cubículo, cerrando con llave.
Cuando Nieto termina de caer al piso, Xinia se agacha con él y observa que el
rostro palidece «como cuando a una ropa le echan cloro, que se destiñe. Cuando
él cayó al suelo, de una vez le cambió el color. Palideció completamente»11. La
mujer propina suaves palmadas en el rostro.
–¡Don Roberto, don Roberto! –insta compungida con la esperanza de advertir
alguna reacción.
César Gómez, que responde al ruego de Xinia, parte raudo a su oficina, pero
en vez de llamar al 911 marca el celular que llevaban consigo, Guillermo Yunge
y Marisol Cheves. Así, ambos se enteran de lo que está sucediendo en la sede
diplomática. Xinia advierte que César no ha vuelto, por lo que decide ir a buscar-
lo. Roberto Nieto Maturana, de cuarenta y cuatro años, fallece en el lugar.

˜$EUDQFDPSRHVXQDHPHUJHQFLD

Cuando Guillermo Yunge y Marisol Cheves se enteran, a través de Gómez, que


Jiménez está disparando al interior de la embajada, abortan de inmediato el
trámite que iban a realizar en la línea aérea de la Torre Mercedes. Entonces, con
una alerta inusual de parte de la esposa del embajador, ubican a Edgar Mata y
abordan el BMW, con la clara instrucción de «volar rumbo a la embajada».
Las calles en San José son estrechas y parte del casco antiguo, donde conver-
gen las principales arterias del centro, están atochadas de vehículos en tránsito.
Por lo mismo, la misión de «volar» se hace extremadamente difícil para Mata. El
auto fiscal se va por el Paseo Colón, esquivando a un gran número de automovi-
listas, aunque sin lograr vías expeditas. La desesperación de Marisol Cheves se
hace evidente cuando, al intentar apurar el tránsito, saca su cabeza por la venta-
na y grita a viva voz:
–¡Quítense! ¡Abran campo, abran campo es una emergencia! ¡Aquí va el em-
bajador de Chile! –al mismo tiempo que Mata toca con insistencia la bocina.
En la loca carrera, y al llegar a una esquina, un inspector de tránsito los
detiene:
–¡Somos de la embajada de Chile y tenemos una emergencia! ¡Hay un secues-
tro en la embajada! –dice Cheves.
El inspector opta por acompañarlos, abrirles camino y llevarlos hasta la lega-
ción diplomática.

(OVHJXQGRGLVSDUR 5RFtR6DULHJR

Jesús Abarca lleva caminados 25 metros, desde que dejó a Jiménez entrar a la
embajada, cuando escucha un fuerte estruendo. Abarca no le toma importancia al
estallido, incluso piensa que se trata de un transformador de la luz. Continúa
caminando con destino a una ferretería.
11
Relato de Xinia Vargas Al interior de la embajada, en la oficina comercial de
para este libro.
ProChile, la funcionaria Cecilia Montero escucha la pri-
30
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::: El sonido de los disparos ejecutados por el guardia estaba siendo advertido por distin-
tas personas en casas aledañas. La zona residencial del barrio Dent se vio alterada en
su habitual calma. La tragedia estaba en curso. La imagen corresponde al frontis de la
legación dimplomática chilena.

mera detonación y se incorpora de su escritorio. Con ella, también lo hacen otras


dos mujeres: Jeannette Víquez y la nicaragüense Jeannette Aguilar. El chileno
Leonardo Guerra, estudiante en práctica, al ver que ellas se levantan de sus pues-
tos, les advierte que «¡eso fue un disparo!». Las tres hacen caso omiso. Una vez en
el salón principal y cuando están próximos a la puerta que da acceso a la cocina,
observan que del pasillo del frente viene caminando Jiménez con su fusil en ristre
(ver Figura 3, en la página siguiente). El guardia cruza el salón con dirección a
las mujeres y Montero lo ve pálido, con sus ojos desorbitados y la mirada perdi-
da. Ella lo detiene.
–¿Qué le pasa? –pregunta la mujer.
Jiménez no contesta, por lo que Víquez, imaginando que el guardia está tras la
siga de alguien, elucubra:
–¡Se metió un ladrón! –exclama alarmada.
–¿Dónde está? –replica Montero, mirando al guardia.
El policía apoya el cañón del fusil en el estómago de Montero y en una reacción
instintiva, la mujer desvía el fusil con su codo y antebrazo, al tiempo que lo reconviene:
–¡Con esto no se juega! –le dice.
Acto seguido, le da unas «palmaditas» en el hombro y agrega:
–¡Qué dicha que lo tenemos a usted para que nos proteja!
Jiménez pasa el fusil frente a ellas apuntando hacia el piso y, nuevamente, lo
eleva en posición de ataque. Cecilia Montero piensa que el hombre no le contesta
producto de la adrenalina que lleva encima y que sus ojos desorbitados se deben
«porque estaba cumpliendo con su deber»12.
El guardia prosigue su enajenado transitar, ingresando
por la cocina, al despacho de la secretaria de la agregaduría 12 Declaración hecha por
Cecilia Montero al OIJ, In-
cultural, Rocío Sariego Pérez-Olea.
forme OIJ, pág. 23.
La joven de veintinueve años está sentada en el sillón
31
7HUURUHQODHPEDMDGD

Caseta
guardia Oficina Oficina Oficina de
de C. Gómez de X. Vargas Gustavo Becerra
Oficina de R. Nieto

Patio
Terraza

Oficina de
Oficina del Christian Yuseff
embajador G. Yunge

Salón

Acceso
Cocina

Biblioteca Oficina de
Patio Oficinas de
Rocío Sariego
ProChile

::: Figura 3.

frente a su escritorio. No se ha sobresaltado con el ruido del primer disparo.


Además, debe haber escuchado las voces de Montero y Víquez dialogando en el
salón, sin despertar en ella, el más mínimo sentido de alerta.
Jiménez camina por la cocina e ingresa al despacho de Rocío. Nuevamente no
hay diálogo. Solo se escucha una fuerte detonación y dos quejidos de la víctima.
–¡Aaay! ¡Aaay! –gime Rocío.
El proyectil de guerra ingresa por un costado de la mama derecha, sale por la
espalda y se aloja en el respaldo del asiento. El disparo ocasiona una laceración
pulmonar hepática, que la deja gravemente herida. Jiménez abandona la oficina
por la otra puerta de acceso que da al patio de luz. El policía husmea en un baño
colindante y en una biblioteca, para entrar nuevamente al salón de eventos. Ro-
cío está herida de muerte, pero con suficientes energías para reaccionar frente al
bestial desaguisado. Sus pies impulsan el sillón hacia atrás y con un miedo aterra-
dor se deja caer al piso buscando refugio bajo el escritorio. La bella y atractiva
Rocío es espigada, y el espacio que tiene es reducido para protegerse, por lo que
busca resguardo ante un eventual nuevo ataque, adoptando posición fetal. Instinti-
vamente se carga sobre su costado derecho ejerciendo presión sobre la herida,
para contener el flujo de sangre.

6LWXDFLRQHVSDUDOHODV,

Cuando Jiménez ingresa por la cocina, con destino al cubículo de Rocío, el miedo
se apodera de las tres mujeres de ProChile, quienes deciden volver a sus despa-
chos para resguardarse. En el marco de la puerta se asoma Leonardo Guerra:
–¿Qué pasa, qué pasa? –pregunta el estudiante.
–¡Hay un ladrón!, ¡hay un ladrón! –responde Jeannette Víquez, apurando su
ingreso.
32
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

Detrás de ella le siguen Jeannette Aguilar y Cecilia Montero. Las tres mujeres
escuchan el segundo impacto y esta última cree que Jiménez se ha encontrado con
«el ladrón» dándole muerte de un disparo, y que por eso Rocío asustada grita
«¡Aaay, Aaay!». El diplomático y director de ProChile, Leonardo Banda, está en
una oficina contigua a la de su equipo de trabajo.
–¡Hay un ladrón y el guardia lo está siguiendo! –le informan.
Aguilar, Víquez, Montero y Guerra invaden la oficina del jefe buscando pro-
tección. La puerta que da al salón de eventos queda abierta, por lo que Banda y
Guerra se apresuran para cerrar con llave. Rápidamente, vuelven al despacho.
Guerra propone bloquear la puerta, cruzando un rack que sostiene un televisor de
29 pulgadas y fortalecer el cerco con el escritorio de Banda. También cierran con
un seguro de mano, la puerta que permite acceder al patio. Las pulsaciones car-
díacas de las cinco personas que están en ProChile se hallan al tope. El instinto de
sobrevivencia lleva a Víquez a ocultarse en el baño. Banda y Montero se refugian
debajo del escritorio que bloquea la puerta, mientras que Aguilar y Guerra per-
manecen parados al lado del escritorio.
Cuando Jiménez iba por la cocina rumbo a la oficina de Rocío Sariego, Xinia
Vargas había dejado hacía escasos segundos, la oficina de Roberto Nieto. Xinia
había ido al encuentro de César Gómez, para insistirle que llamara al 911. Cuan-
do llega al despacho de este, se oye el disparo que impacta en el pecho de Rocío.
–¡Doña Xinia, escondámonos! –dice Gómez.
La secretaria de Yuseff y el secretario privado de Yunge están aterrados, por lo
que deciden encerrarse en un pequeño baño, situado justo al frente de la oficina de
Gómez. (Ver Figura 3 en página anterior).

::: Esta imagen indica cómo fue hallada Rocío Sariego,


refugiada bajo su escritorio (captura de pantalla).

33
7HUURUHQODHPEDMDGD

○ ○ ○ ○ ○ ○
○ ○ ○

::: Aquí y en la página siguiente, las fotografías de la puerta que da acceso a las oficinas de
ProChile, tomadas desde el salón de eventos. Las flechas indican lo lateralizado del disparo y la
dirección de este (documentos del expediente; la segunda imagen corresponde a una fotocopia).

(OWHUFHU\FXDUWRGLVSDURV 2ILFLQDVGH3UR&KLOH

Jiménez camina en dirección este, por el salón de eventos, hasta llegar a la puerta
de acceso a las oficinas de ProChile. Se detiene, observa, y con su mano intenta
abrirla. Es inútil. Recién, Banda y Guerra le habían puesto llave. El guardia está
decidido a entrar. Por lo mismo, patea con ímpetu la entrada en reiteradas ocasio-
nes, sin embargo, no lo consigue. El ruido es escuchado por todos en su interior.
La gente de ProChile cree que es el ladrón que intenta ingresar. Vargas y Gómez
escuchan desde el pequeño baño donde están guarecidos.
Jiménez sostiene el fusil M-16, apunta a la manilla de la puerta y descerraja
un potente disparo. El policía patea la puerta y ésta se abre, encontrando resisten-
cia en una pared. Ingresa con decisión y de inmediato fija la vista en otra puerta
que está a su izquierda. Es la entrada al despacho de Leonardo Banda (ver Figura
4 en página 36). Ahí está el director comercial y sus cuatro empleados, en absolu-
to silencio. Leonardo Guerra logra percibir que «el sujeto algo hablaba, pero no
sé que mencionaba» 5. Saben que alguien entró a la oficina de al lado y, por el
disparo, entienden que es un tiroteo entre «el ladrón» y el policía. En seguida,
observan que la manilla de la puerta está siendo forzada, sin embargo esta se
encuentra trancada con el rack y el televisor de 29 pulgadas, además del escrito-
rio en el que Banda se refugia tirado en el piso.
Al otro lado de la puerta, Jiménez no cesa en buscar un ingreso, por lo que
resuelve, nuevamente, disparar a la manija. Esta vez el guardia no tiene los
espacios suficientes para lateralizar el disparo, por lo que gatilla de frente. El
estruendo sobresalta e intimida a los cinco funcionarios
13
Declaración hecha por en su interior. El proyectil traspasa la madera y se incrus-
Leonardo Guerra al OIJ, In- ta en el televisor. El aparato explota con un potente soni-
forme OIJ, pág. 32. do. La puerta queda levemente entreabierta, aunque Jiménez
34
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

○ ○ ○ ○ ○ ○
○ ○ ○

no logra apartar suficiente espacio para ingresar. El televisor actúa como escudo,
evitando que el disparo dé en el cuerpo de Guerra y Aguilar, parados en la línea
de fuego.
El guardia patea la lámina inferior de la puerta, desprendiéndola. Leonardo
Banda observa desde el piso el forado y, a través de este, el pantalón azul y las
botas negras de Jiménez. El policía se agacha y queda cara a cara con el diplomá-
tico que, instintivamente, eleva sus manos en señal de rendición. El guardia lo
mira y no reconoce en él a uno de sus objetivos, por lo que se incorpora y vuelve
al salón de conferencias14.
Al instante, Cecilia Montero se refugia en el baño con Víquez, mientras Gue-
rra quita el seguro a la puerta trasera y sale al patio. Tras él, le siguen Jeannette
Aguilar y Leonardo Banda. En la loca carrera, Guerra observa, a través de un
ventanal, la oficina del cónsul Christian Yuseff. Éste también lo divisa y le hace
gestos inquiriendo por lo que está pasando. Guerra levanta sus hombros y abre
sus manos queriendo decir: «¡No sé qué pasa!». Rápidamente, el joven estudiante
en práctica se desentiende del cónsul y se introduce en una bodega. Aguilar y
Banda quedan a medio camino, sin posibilidad de guarecerse en ella, porque
Guerra ha puesto llave por dentro. Ambos deciden volver al despacho, pero antes
que ello ocurra, Jiménez aparece desde el salón de eventos. Pese a que Aguilar y
Banda quedan a disposición de su irracional y arbitraria conducta, son ignora-
dos. Jiménez debe haber visto, en cosa de segundos, que alguien se estaba refu-
giando en el silo, por lo que intenta abrir la puerta (ver Figura 5 en página
siguiente).
–¡Ahí no vaya! ¡Ahí no vaya! ¡Ahí está Leo! –advierte Aguilar.
–¿Cuál Leo? –pregunta el guardia.
–Leo Guerra, mi compañero –responde ella.
–¿Y Christian? –interpela Jiménez.
–No sé donde está –confiesa la mujer.
–¡Váyase a la parte de adelante, que por ahí debe andar 14
Ver fotografías del hecho
el ladrón! –incita Banda. relatado al final del libro.
El guardia obedece la sugerencia y se devuelve por don-
35
7HUURUHQODHPEDMDGD
Caseta
guardia Oficina Oficina Oficina de
de C. Gómez de X. Vargas Gustavo Becerra
Oficina de R. Nieto

Patio
Terraza

Oficina de
Oficina del Christian Yuseff
embajador G. Yunge

Salón

Acceso
Cocina

Biblioteca Oficina de
Patio Oficinas de
Rocío Sariego
ProChile

::: Figura 4.

de mismo. El hombre continúa con el rostro pálido y tembloroso, con la vista


perdida y sus ojos grandes. Sin embargo, la peculiaridad del caso, se da en el
diálogo que, por primera vez, establece Jiménez con sus interlocutores.

Caseta
guardia Oficina Oficina Oficina de
de C. Gómez de X. Vargas Gustavo Becerra
Oficina de R. Nieto

Terraza Patio

Oficina de
Christian Yuseff

Oficina del
embajador G. Yunge

Salón

Acceso
Cocina

Biblioteca Oficina de
Patio Oficinas de
Rocío Sariego
ProChile

::: Figura 5.

36
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

6LWXDFLRQHVSDUDOHODV,,

En el exterior de la embajada, las cuatro detonaciones y los ruidos producto de


las patadas que Jiménez propina a las puertas, han despertado la curiosidad de
distintas personas. Las oficinas y residencias aledañas a la legación no están
ajenas al inusual ruido que se da. El departamento del Ministerio de Planificación
(Mideplan) está a unos 30 metros de la sede diplomática chilena, y Roy Pérez
Barbosa es el guardia de seguridad apostado en esas dependencias. Pérez conoce
a Jiménez y, hasta el minuto, ignora lo que está sucediendo. Alertado por la bulla
abandona su puesto de trabajo y decide caminar con dirección a la embajada.
Paulo Cuadra, el «cuida carros», ve cuando el guardia ingresa armado, por lo
que las cuatro detonaciones y la zalagarda, le hacen sospechar que Orlando
Jiménez es el que está disparando al interior… ¡y no se equivoca!
–¡Corra! ¡Venga!, porque su compañero está haciendo disparos dentro de la
embajada –advierte a Pérez.
El colega de Jiménez apresura la marcha y al llegar a la embajada, se percata
que no está en la caseta de vigilancia. Se acerca a la entrada, justo antes de las
escalinatas, y logra divisar a Jiménez movilizarse por el salón de eventos.
A esas alturas, distintos vecinos del barrio Dent han alertado a la policía de
«extraños ruidos, similares a disparos», que provienen desde el interior de la
embajada chilena.
La central de radio de la policía hace eco de los llamados de vecinos y comu-
nica a los jefes de turno de la situación. El comandante Eliécer León capta por la
frecuencia, las primeras informaciones que señalan «algún tipo de acto delictivo
en la embajada». Entonces, se moviliza con premura a la legación. Se despliega,
por parte de la policía, una serie de comunicados internos que son captados por
algunas radioemisoras ticas que, aprovechando «la exclusiva», emiten informes
a la ciudadanía.
Otto Vargas es un joven y experimentado periodista del diario La Nación, de
Costa Rica. Viene de cumplir con una de las tantas «transmisiones periodísticas»,
cuando el sonido de su celular lo sobresalta.
–¡Hijo!, están diciendo por la radio que hay una balacera en la embajada de
Chile –le informa su madre.
Vargas transmite la información a sus colegas, al mismo tiempo que estos
efectúan llamados telefónico al ministro de Gobernación y Seguridad Pública,
Rogelio Ramos Martínez. El funcionario público está siendo convocado a una
reunión en la casa presidencial, para discutir asuntos relacionados con la natura-
leza de su trabajo, cuando recibe la llamada que lo alerta sobre «unos disparos».
Prontamente, los distintos y principales estamentos que conforman la sociedad
costarricense, como la policía, autoridades políticas, medios de comunicación y
la ciudadanía en general, reciben advertencias de lo que está aconteciendo y se
movilizan al sector.
Las principales televisoras costarricenses hacen eco de las informaciones que
reciben y con celeridad movilizan a sus reporteros para iniciar desde el lugar, el
reporte de los hechos. Una periodista de uno de estos medios, llama por teléfono
a Jorge Sariego Mac-Ginty, padre de Rocío Sariego, que en ese instante yace
herida bajo su escritorio. La profesional le advierte que «algo serio está pasando
en la embajada de Chile», por lo que raudo, Sariego se desplaza en su vehículo al
lugar donde trabaja su hija mayor.

37
7HUURUHQODHPEDMDGD

(OTXLQWR\VH[WRGLVSDURV &KULVWLDQ<XVHII

Después que Leonardo Banda, junto a Jeannette Aguilar, sugieren a Jiménez que
busque al «ladrón» en la parte delantera de la embajada, este último los mira y
hace caso a la indicación. El guardia se devuelve para ingresar por la terraza al
salón de eventos. En ese trayecto, el policía queda de frente a los ventanales de las
oficinas del cónsul y del agregado cultural. A través de estos, Jiménez atisba todo
en su interior, y pudo haber visto a Yuseff en su despacho. El guardia ingresa al
salón y camina en dirección oeste hasta el primer pasillo, entrando en él.
Jeannette Aguilar está aterrada y decide volver a la oficina de su jefe, ocultán-
dose con Montero y Víquez en el baño privado. Leonardo Guerra sale de la
bodega y se junta con Banda. Los dos deciden ingresar al salón principal y correr
con destino a la oficina del personal de ProChile (ver Figura 6 en página siguien-
te). En el trayecto oyen que el guardia está dialogando con el cónsul. Lo mismo es
advertido por Xinia Vargas y César Gómez, ocultos en el baño.
Jiménez, al ingresar por el pasillo hasta el fondo, se detiene frente al despacho
de Gustavo Becerra. Empuja la puerta con fuerza, golpeando un mueble que está
detrás de la misma. No hay nadie en su interior. Entonces dirige su atención a la
oficina de al lado y golpea a la puerta:
–¡Don Christian, tengo que hablar con usted! –monologa el policía, como
teniendo certeza que alguien le va a responder.
Yuseff, desconcertado por todo lo que sucede y sin tener una idea clara de qué
ocurre, resuelve abrir la puerta motivado por la confianza que le infunde escu-

::: El cuerpo de Christian Yuseff (captura de pantalla).

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Caseta
guardia Oficina Oficina Oficina de
de C. Gómez de X. Vargas Gustavo Becerra
Oficina de R. Nieto

Patio
Terraza
Oficina de
Christian Yuseff

Oficina del
embajador G. Yunge

Salón

Acceso
Cocina

Biblioteca Oficina de
Patio Oficinas de
Rocío Sariego
ProChile

::: Figura 6.

char la voz de «un buen policía». Además, se suma el hecho que el cónsul debe
haber observado, a través de su ventanal, el momento en que Jiménez interactuaba
con Banda y Aguilar en el patio, sin constatar el menor indicio de violencia.
–Sí, Jiménez, ¿pero qué le pasa? –responde Yuseff abriendo la puerta.
El guardia apunta con el fusil a media altura, al espacio que se va apartando
entre el marco de la puerta y la misma. Jiménez busca como objetivo el pecho de
sus víctimas y apenas el cónsul aparece ante sus ojos, oprime el gatillo. Yuseff
reacciona y agachándose unos centímetros esquiva el proyectil que ingresa a la
altura de la clavícula derecha, ocasionando una laceración pulmonar con salida
de proyectil en la región escapular. El guardia ha fallado en el blanco y, con el
mismo ímpetu, asesta un segundo y certero disparo en el tórax, ocasionando
laceraciones en el pulmón izquierdo, el ápex del corazón, el diafragma izquierdo,
bazo y cámara gástrica. La salida del plomo se nutre en la línea axilar posterior
izquierda. El cónsul cae sentado, apoyando su espalda en la pared. Yuseff, al
igual que Sariego, queda herido de muerte.
Orlando Jiménez ha atentado contra su tercer objetivo. Da media vuelta y
camina en dirección oeste, hasta la oficina de Roberto Nieto. Una vez ahí, dobla
a la izquierda por el mismo pasillo que ingresó al inicio de sus acciones homici-
das. Esta vez su atención se centra en el despacho del embajador, Guillermo
Yunge. La puerta está cerrada con llave. Jiménez fuerza la manilla, pero no se
abre. Entonces, propina fuertes golpes concentrados en la chapa, hasta que logra
fracturar la madera. La puerta se abre. El guardia husmea en su interior y no
halla a nadie. Decide salir del despacho y, entonces, camina hasta una mesa
ubicada en la recepción. Este escritorio es utilizado por Bernal Vega para la
conserjería y se sitúa, al hacer ingreso a la embajada, después del primer pasillo
a la izquierda.

39
7HUURUHQODHPEDMDGD

(OVpSWLPRGLVSDUR 2UODQGR-LPpQH]

Banda y Guerra están en la oficina de los funcionarios de ProChile con la puerta


cerrada, pero sin opción de ponerle seguro. Por su parte, Montero, Víquez y
Aguilar se acompañan en el baño situado en el despacho de Banda. Varios metros
más allá, Xinia Vargas y César Gómez, encerrados en otro excusado, saben que
el autor de todo esto es Jiménez, pero el miedo los tiene derribados y no se atreven
a salir. Todos acaban de escuchar los disparos y la serie de golpes que irrumpen
desde la oficina del embajador.
Jiménez está parado a un costado del escritorio en la conserjería. El fusil M-16
lo aparta de su poder por unos segundos, mientras se despoja de algunos enseres.
La billetera de cuero café, conteniendo documentos personales, los ha dejado
arriba de la mesa, al igual que un cinturón de cuero negro, unas monedas, un
pañuelo y la carta firmada por el comandante León, que anuncia su traslado (ver
fotografía en Anexos al final del libro). Sin mediar otra acción aparente, Jiménez
vuelve a asirse del arma de guerra, se aparta uno o dos metros del escritorio y en
un acto inexplicable e incomprensible15, apoya el mentón de su rostro en el cañón
del fusil. Su mano izquierda sostiene el cañón, mientras su mano derecha introdu-
ce el pulgar en el gatillo. Jiménez alza levemente la cabeza y dispara. El estruen-
do es ensordecedor. El proyectil es expulsado a gran velocidad, junto con los
gases propios de la detonación. Este deja un forado en la piel de contacto, de unos
seis a ocho centímetros, denominado «boca de mina». La munición lacera la
lengua, rompe el paladar duro, se filtra por los senos paranasales, perfora parte
de la base del cráneo y prosigue su curso entre el cerebro y la pared del casco, sin
dañar de manera importante algún órgano vital. El plomo emerge por un peque-
ño orificio en la zona superior de la frente y se incrusta en el techo. Jiménez cae
sin control al piso, «como un saco de papas». Un gran charco de sangre se forma
alrededor de su cabeza, mientras yace inconsciente. El policía no muere al instan-
te, pese a la gravedad de la lesión.
Un silencio sepulcral se vive al interior de la embajada. Sólo se escuchan las
primeras sirenas de la policía que, a lo lejos, comienza a llegar. El mutismo dura
cerca de cinco minutos, cuando se oyen quejidos. Leonardo Banda resuelve aso-
marse a la puerta que da al salón. Guerra está parado a su
15
espalda. El diplomático ve a Jiménez «medio sentado, que-
Lo inexplicable e incom-
prensible del hecho se da jándose, estaba herido y al lado un charco de sangre muy
porque Jiménez, aparente- abundante, lo que me hizo suponer que estaba muy mal
mente, no tiene una reac- herido. Pude ver que el fusil se encontraba detrás de él en
ción de conciencia, de mo-
el suelo (…), se quejaba y se tocaba la cara y la boca, lo
ral ante lo obrado. Nunca
intenta, siquiera, escapar que me hizo suponer que tenía una herida en la parte supe-
del lugar o meditar por al- rior de su cuerpo, pero no pude identificar dónde (…), él
gunos minutos, antes de trata de levantarse apoyándose en la pared hasta que lo
optar por el suicidio. Sim-
logra»16.
plemente actúa como «pro-
gramado» para ello. En ca- Afuera de la embajada, Roy Pérez escucha el disparo
pítulos posteriores analiza- que se propina el guardia. Desconociendo aquello, se acer-
remos esta actitud del guar- ca a la escalinata y en silueta divisa a su compañero:
dia, y los falsos relatos de
–¡Jiménez! ¿Qué le pasa? ¡Abra la puerta! –grita Pérez
testigos que declararon en
la causa. hacia el interior.
16
Declaración hecha por –¡Hey! ¡Entren, aquí hay un herido!, ¡entren, hay un
Leonardo Banda al OIJ, In- policía herido! –replica Banda desde el fondo del salón,
forme OIJ, pág. 20. pero no lo oyen.
40
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::: Arriba: imagen tomada al Salón de Conferencias, desde la oficina de ProChile. Correspon-
de a la misma perspectiva de visión que tuvo el diplomático Leonardo Banda, cuando
observó a Jimenez tendido en el piso. Abajo: Charco de sangre dejado por Orlando
Jiménez, después de inmolarse con su arma de servicio. (Capturas de pantalla).

41
7HUURUHQODHPEDMDGD

A esas alturas, el director de ProChile ha caminado unos metros hacia el salón


de conferencias, dejando a Guerra solo, vulnerable y temeroso. El miedo también
se apodera del diplomático que corre de vuelta a la oficina:
–¡El guardia está herido! –cuenta Banda a Guerra, pensando que «el ladrón»
lo ha lastimado con un disparo.
–¿Qué hacemos, huevón? –insiste Banda.
Ambos deciden volver nuevamente al despacho de atrás. Corren y cruzan el
salón de conferencia, salen al patio e ingresan a la oficina, encerrándose en el
baño junto a Montero, Víquez y Aguilar (ver Figura 7).
–¿Qué pasa? –pregunta Montero.
–¡Parece que este huevón se volvió loco! –responde Banda.
El jefe de la oficina comercial recuerda un hecho vivido, junto a Cecilia
Montero, el día anterior:
–¿Te acuerdas que ayer cuando entramos a la embajada, él (Jiménez) me paró
y me pidió que si podía hablar unos minutos con él? –rememora Banda.

Caseta
guardia Oficina Oficina Oficina de
de C. Gómez de X. Vargas Gustavo Becerra
Oficina de R. Nieto

Patio
Terraza

Oficina de
Christian Yuseff

Oficina del
embajador G. Yunge

Salón

Acceso
Cocina

Biblioteca Oficina de
Patio Oficinas de
Rocío Sariego
ProChile

::: Figura 7.
17
Declaración hecha por Ce- Yo le contesté que sí recordaba y él me dijo que era que
cilia Montero al OIJ, Informe
OIJ, pág. 24. Hay que consi- le había dado unas quejas sobre lo mal que lo había tra-
derar que Leonardo Banda tado Roberto y Christian, que lo habían hecho sentirse
también alude sobre el he- como basura. Para mí, yo no acepté que eso fuera sufi-
cho en su declaración; sin ciente como para volverse loco, porque este señor era
embargo, nunca manifestó
que Jiménez haya señalado muy buena gente, muy amable, muy educado, siempre me
alguna molestia contra el ayudaba a llevar las cosas. Insisto que yo no aceptaba
cónsul, Christian Yuseff. que don Jiménez estuviera loco (Cecilia Montero)17.
Comparar con lo declarado
por Banda al OIJ, Informe Cabe destacar que desde el primer disparo recibido
OIJ, pág. 22. (Ver Anexo do- por Roberto Nieto, hasta el séptimo disparo auto inferido
cumental de este libro).
por Orlando Jiménez, transcurren menos de 10 minutos.
42
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6LWXDFLRQHVSDUDOHODV,,,

El ministro Insulza está en el Hotel Radisson descansando de la extenuante jorna-


da y recuperando energías para la ceremonia que se avecina en la noche. No
obstante, su sosiego es interrumpido por un llamado telefónico. Desde el gabinete
ministerial en Chile, le informan que Mónica Reyes estaba hablando por teléfono
con Roberto Nieto...
Cuando se escucharon unos disparos y unos gritos, y claro, yo pensé que
probablemente estaban equivocados. Al principio no le di demasiada importan-
cia, pero igual llamé para saber de qué se trataba, y al poco rato me llamó el
embajador, para contarme lo que estaba pasando (José Miguel Insulza)18.

Jesús Abarca estuvo tres minutos en la ferretería. Trae consigo el hilo de pes-
car que lo hizo abandonar la sede diplomática. Cuando está a escasos 15 metros
de llegar a la embajada, Abarca escucha «dos o tres detonaciones más»19, las
últimas que se oirían desde el exterior. Paulo Cuadra lo ve y corre hasta él.
–¡Chucito, devuélvase! Ni entre a la embajada, porque don Orlando está vo-
lando plomo dentro de la embajada –advierte el cuida carros, mientras Abarca
hace caso y se ubica en el frontis de la clínica oftalmológica, a un costado de la
legación.
Distintos oficiales de la Fuerza Pública llegan al lugar, entre ellos, el coman-
dante Eliécer León. Este es informado al instante por Roy Pérez. El movimiento y
despliegue policial se hace cada vez más intenso y confuso. Ellos mismos solici-
tan refuerzo a sus pares e instrucciones de cómo operar. Se trata de una sede
diplomática y la policía no puede actuar sin autorización.
La información preliminar que se maneja basa los he-
chos, exclusivamente, en lo que el guardia de Mideplan 18 Entrevista a José Miguel
relata a sus superiores. Ninguno de los policías que está en Insulza, Archivo de Prensa
el lugar escucha con posterioridad algún otro disparo. Por lo (Videograbación) producido
tanto, la alarma original subyace en la aparente calma y por Teletica, canal 7 de te-
levisión, San José, Costa
confusión que reina desde afuera. Si bien Cuadra, el «cuida Rica, julio de 2004.
carros», intuye que Jiménez está disparando y el policía Pérez 19 Declaración hecha por Je-
divisa en silueta la figura de su compañero herido20 nada sús Abarca al OIJ, Informe
asegura, hasta ese instante, la gravedad de los hechos que se OIJ20
, pág. 31.
Roy Pérez, en su declara-
viven en la embajada. ción al OIJ, establece un re-
Gustavo Becerra viene de comprar la cartulina en lato que con posterioridad,
policromía. El mismo taxi que lo llevó de ida, lo trae de se comprobó, tuvo mucho
regreso. Cuando circula por la Fuente de la Hispanidad, a de mitomanía. Inventó he-
chos, situaciones y diálogos
pocas cuadras de Los Yoses, su celular recibe una llamada para ostentar un protagonis-
que identifica a Leonardo Banda. El agregado cultural con- mo inexistente. Sin embar-
testa, pero la señal es deficiente y no permite establecer un go, algunas cosas contadas
diálogo. Son las 15:53 horas de la tarde. En la voz que por él tienen asidero. Pérez
dice: «Logro tener contacto
capta de Banda nota que algo está pasando, cuestión que le visual con Jiménez, al cual
hace suponer que el ministro Insulza, tal vez, ha llegado a lo veo arrastrando el arma
la embajada. Cuando Becerra llega al lugar, observa que y con sangre debajo de la
la policía está acordonando la zona con cintas amarillas. barbilla, en cuello y como
si la camisa se encontrara
Distintos medios de prensa se agolpan en la vereda del fren- húmeda. Con lo anterior me
te, siendo contenidos por miembros de la fuerza pública. El percato que Jiménez se en-
agregado cultural se une a Jesús Abarca, al mismo tiempo cuentra herido» ( Informe
que intenta comunicarse con Banda. La policía pide a am- OIJ, pág. 9).

43
7HUURUHQODHPEDMDGD

bos que confeccionen un plano de la embajada, para poder planificar los movi-
mientos y acciones a acometer. A los pocos minutos, llega el embajador con su
señora y Edgar Mata, el chofer.

˜&UHHPRVTXHKD\JHQWHKHULGD

Banda está encerrado en su oficina junto a los cuatro empleados y acaba de


intentar comunicarse por celular con Gustavo Becerra. La señal es deficiente, por
lo que llama al embajador Yunge, a quien le comenta en términos generales, que
la situación es muy grave y que el guardia está herido. Después, llama a Rocío
Sariego pensando que ella se encuentra afuera, no obstante, el celular de la joven
se oye a pocos metros.
El policía Jiménez se ha levantado con dificultad desde el piso y sangra
profusamente por el forado que tiene en el mentón, como también por el pequeño
orificio de salida del proyectil, en la parte superior de la frente. Un goteo perma-
nente y sostenido va dejando huellas de su transitar por distintos espacios de la
embajada. Al incorporarse, el guardia recoge el fusil que está a su lado y, en
algún momento, camina a la cocina, dejando el arma sobre una mesa21.
Jiménez ingresa a la oficina de ProChile y con su mano
21
Dentro de esta investiga- gira la chapa de la puerta del despacho en que se refu-
ción, se hace extremadamen-
te difícil establecer el reco-
gian Banda y compañía. El rack del televisor y el escri-
rrido que realiza Orlando torio le impiden nuevamente acceder. Esta vez no hay
Jiménez después de propi- violencia ni golpes. Banda vislumbra por el forado de la
narse el disparo, como tam- puerta al policía. Jiménez, antes de abandonar el lugar y
bién evaluar las intenciones
que tuvo durante su prolon-
en un acto de incomprensible raciocinio, se desprende de
gado transitar por las dis- sus botas negras y las deja en el piso (ver fotografía en el
tintas dependencias de la Anexo). Entonces, cruza el salón de eventos y sale a la
embajada. Sin embargo, nos terraza donde, esta vez, trata de abrir la otra puerta. Su
permitimos establecer algu-
nas «ideas», apoyadas por
intento es en vano, dado que está con seguro. De igual
el testimonio de los distin- manera, no existe violencia, patadas ni sobresaltos22.
tos testigos y declarantes. En el exterior, la policía solicita el celular a Bece-
22
La pasividad con que Or- rra, para comunicarse con Leonardo Banda. Así lo ha-
lando Jiménez hace frente
a todas sus acciones, pos-
cen en reiteradas ocasiones.
terior al intento de suicidio, Sonó mi teléfono de la oficina. Llamaba un policía. Ahí
nos hace suponer que de
inmediato depuso el uso del
empiezo a dar información de lo que nosotros sabíamos.
fusil, de lo contrario lo ha- Tanto a la policía como al embajador, les doy la misma
bría utilizado en esta nue- información, que los cinco estábamos bien, nuestra ubi-
va instancia. Por otro lado, cación, que el guardia estaba gravemente herido. Se lo
al desprenderse de las bo-
tas se podría conjeturar que
manifesté también a los policías, que había un gran char-
intentaba despistar a sus co de sangre y que era cuestión de tiempo, que se iba a
víctimas del ruido que emi- desmayar. Fui enfático en eso, ya que podía haber fun-
te ese tipo de calzado al cionarios heridos y que era cuestión de vida. También fui
caminar. Claro está, de ser
así, supone tener una luci-
enfático con el embajador (Leonardo Banda)23.
dez inverosímil, después de Anterior a esta llamada de la policía, Gustavo Bece-
recibir un disparo tan po-
deroso en la cabeza. rra también logra comunicarse al celular con Banda, y
23
Declaración hecha por es la funcionaria Cecilia Montero quien contesta.
Leonardo Banda al OIJ, In-
forme OIJ, pág. 21. Yo se la pasé a él, entonces, Leonardo le dijo a Gustavo
que algo estaba pasando, que el guardia estaba suma-
44
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

mente herido y al borde de la muerte, que tenían que entrar rápido porque el
hombre estaba inconsciente y el arma estaba a un lado. Que creíamos que
había gente herida, pero ignorábamos quién estaba herido y quién no lo esta-
ba. Que tenían que actuar rápido. En ese momento sonó el teléfono de la
central de ProChile y Leonardo Banda empezó a dar informes, ya que se iden-
tificaban como agentes OIJ y él siempre repetía la misma situación. En eso
sonó el celular. Yo lo atendí, le pregunté «¿quién habla?» y se identificó como
Guillermo Yunge. Era el embajador, por lo que le pasé el celular a Leonardo y
él le dijo exactamente lo mismo que a Gustavo, que había gente herida, que
estaban perdiendo tiempo, que entraran, que estábamos desesperados (Cecilia
Montero)24.

Durante todas las horas que permanecen encerrados en ProChile, distintos


personajes llaman, identificándose como policías. Sin embargo, la astucia de
algunos medios de comunicación y la nula posibilidad de discriminar el origen de
esos llamados, propició el terreno para que algunos periodistas lograran, bajo
suplantación de identidad, tomar contacto con Banda y grabar las conversaciones
telefónicas. «La exclusiva» fue difundida por los medios.

/RVTXHMLGRVGH<XVHII6DULHJR\-LPpQH]

Xinia Vargas y César Gómez están en absoluto silencio, resguardados en un pe-


queño baño en la zona norte de la legación. Cuando el cónsul Yuseff recibe los dos
impactos, ambos escuchan las detonaciones a menos de cuatro metros. Incluso,
desconocen que Becerra haya salido minutos antes, por lo que siempre pensaron
que los dos impactos fueron dirigidos, uno para el agregado cultural y el otro
para el cónsul.
–A alguno de los dos le dio en el pulmón –susurra Gómez a Vargas, al tiempo
que se escucha toser a Yuseff.
–Sí, vaya a saber a cuál de los dos –manifiesta Xinia.
Ambos tienen claro que esos quejidos no corresponden al policía, porque el
ruido proviene desde el despacho del cónsul, y Jiménez ya circula por otras de-
pendencias de la legación.
Después que el guardia se dispara en el mentón y tras un silencio de unos cinco
minutos:
Empecé a oír a Jiménez cuando caminaba y hacía muy feo, como cuando uno
se suena la nariz, como ahogándose. Se quejaba. Después lo escuchamos en
el baño de don Christian (Yuseff ), que jalaba la cosa del papel higiénico, y
hacía como si lo arrugara para hacer un puño (de papel). Después caminó
muchas veces por el pasillo hacia el salón y viceversa. Él (Jiménez) entraba a
las oficinas y abría las gavetas como buscando algo. Nosotros podíamos ver a
dónde se dirigía por debajo de la puerta del baño. Cada vez se movía con
mayor dificultad. Él estuvo sentado en un sillón que está en el pasillo, porque
se oyeron los resortes cuando se sentó. Estuvo sentado varios minutos. Se
oía que estaba intranquilo. Luego se fue para una oficina. Creo que era la de
César (Gómez) y se oía como si tratara de levantarse y se
caía, y le caían cosas encima. Cada vez que le caía algo se 24 Declaración hecha por
oía un «¡ay!». Lo anterior duró horas y como que se sonaba Cecilia Montero al OIJ, Infor-
la nariz (…). Yo oía otro quejido que a mi parecer lo emitía me OIJ, pág. 25.

45
7HUURUHQODHPEDMDGD

don Christian, el cual se fue haciendo más bajo hasta desaparecer a las 06:30
horas de la noche25.

En ese mismo lapso, en la oficina de Leonardo Banda, el diplomático junto a


Montero, Víquez, Aguilar y Guerra permanecen largo rato encerrados en el baño,
rezando y contestando los teléfonos. En un momento dado, la angustia en Montero
se acrecienta cuando logra distinguir algunos ruidos. «…yo dije: ‘Leo (Banda)
oigo a Rocío. Se está quejando. ¡Es injusto que no entren!’, se lo digo llorando.
Entonces, Leonardo llamó al embajador y le dijo ‘Guillermo tengo tres mujeres
aquí y yo necesito que me las saque, además ignoramos la situación interna.
Creemos que hay más heridos y estamos perdiendo valioso tiempo»26.

/DSUHQVDLQGDJDHQODLGHQWLGDGGHOJXDUGLD

Una gran cantidad de unidades de la Fuerza Pública (policía administrativa) y del


OIJ (policía judicial) se han apostado en los alrededores de la embajada, acordo-
nando el perímetro para impedir el paso de curiosos, como también de los medios
de prensa. Se ha desalojado a la gente que estaba en las edificaciones contiguas,
y al costado norte de la embajada, perteneciente a la Corporación Mega Súper.
Desde ahí, se busca obtener un punto de observación y de posible ingreso por la
parte trasera de la legación.
En un inicio, la policía judicial es informada por la Fuerza Pública, que el
oficial de la guardia civil, Orlando Jiménez Jiménez, es quien «se había vuelto
loco» realizando varios disparos dentro de la embajada y que, muy probablemen-
te, se encontraba herido.
En la parte posterior de la casa que alberga a la embajada, en conjunto con
varios miembros del grupo de asalto de la Dirección de
25
Declaración hecha por Inteligencia y Seguridad (DIS), logran apostar a un obser-
Xinia Vargas al OIJ, Informe vador, el que indica tener una visión general del jardín y
OIJ, pág. 18.
26
Declaración hecha por de toda la parte trasera de la sede diplomática.
Cecilia Montero al OIJ, In- Los periodistas de los distintos medios de comunica-
forme OIJ, pág. 26. ción están intentando obtener la mayor cantidad de infor-
27
Transcurrido más de un mación posible. Ellos, aún no tienen la identidad del suje-
año de la tragedia diplomá-
tica, distintos medios de co- to que se parapetó en la embajada. Los datos obtenidos
municación continúan difun- hasta el momento no son clarificadores, por lo que la agenda
diendo el nombre del fun- de varios reporteros es sacada a la palestra para indagar
cionario que está vivo y que con sus contactos, tanto de autoridades, como de otras fuen-
en nada se relaciona con
lo acontecido el 27 de julio tes recurrentes. Algunos periodistas llaman a la delega-
de 2004. Aunque la confu- ción de San Pedro Montes de Oca, a la que pertenece el
sión en el nombre del guar- guardia Jiménez. Por esas casualidades y malas coinci-
dia no es responsabilidad dencias del destino, se filtra el nombre de José Orlando
de los periodistas, sino in-
terna del registro que man- Jiménez Jiménez, como el individuo que ocasiona toda la
tiene la Fuerza Pública y el emergencia. A partir de ahí, ese nombre comienza a circu-
Ministerio de Gobernación lar por la radio, la televisión e Internet, dando la vuelta al
y Policía y Seguridad Públi- mundo. Lo cierto, es que esa identidad corresponde a otro
ca de Costa Rica. Existen
documentos oficiales de esa funcionario de la policía, compañero del verdadero insti-
cartera, firmadas por el ex gador de los hechos, cuyo nombre es Orlando Ulises
presidente Miguel Ángel Ro- Jiménez Jiménez, de 53 años, cédula número 1-388-873,
dríguez y el entonces minis- oriundo de Puriscal27.


46
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

6HFRQIRUPDXQFRPLWpGHFULVLV

Guillermo Yunge está hablando por celular en el frontis de la clínica oftalmológica,


y ha tomado contacto con la canciller, Soledad Alvear, informándole de lo que
acontece. Con el transcurrir de los minutos, distintos ministros de Estado del
Presidente de Costa Rica, Abel Pacheco de la Espriella, se han apersonado en el
lugar. También llega el fiscal general de la República, Francisco Dall’Anese Ruiz,
acompañado del fiscal adjunto, Mauricio Boraschi; y el comisario Walter Nava-
rro Romero, director general de la Fuerza Pública. A todos ellos, se suma la
Policía Especial de Apoyo (PEA) y la Unidad de Intervención Policial (UIP), equi-
pos especializados para actuar en este tipo de eventos. Cerca de 200 policías
rodean el perímetro colindante a la embajada de Chile. Dos buses de la Fuerza
Pública bloquean la circulación de vehículos por la calle Los Yoses, y uno de éstos
se convierte en el Centro de Operaciones Técnico Tácticas (COTT), encargado de
recabar información y valorar los elementos de juicio, para establecer alternati-
vas de solución. Todo este ordenamiento corresponde a un protocolo especial que
maneja Costa Rica, en caso de secuestro, asalto, y, en general, en situaciones de
crisis. Este engranaje se coordina a través de un puesto de mando o comité de crisis
que se instala en las oficinas de una casa discográfica, Uni-
versal Music, situada justo al frente de la embajada chilena.
El comité de crisis es integrado por el ministro de la tro Juan Rafael Lizano, que
Presidencia, Ricardo Toledo Carranza; el ministro de Se- identifican a José Orlando
Jiménez Jiménez con el nú-
guridad Pública, Rogelio Ramos; el jefe de la sección de mero de la cédula de Orlan-
homicidios del OIJ, Manuel Cabezas Pravia; el vicecanciller, do Ulises Jiménez Jiménez
Marco Vinicio Vargas; el fiscal general, Francisco (ver Anexo al final del libro)
Dall’Anese; el embajador de Chile, Guillermo Yunge, y el Dentro de esta investiga-
ción, intentamos tomar con-
ministro del Interior de Chile, José Miguel Insulza. tacto en la delegación de
Con el transcurrir de las horas se van sumando otras San Pedro con José Orlando,
autoridades, algunas ya nombradas que, con su experticia, pero no fue posible. Fueron
aportan y sugieren medidas para la eventual toma de deci- otros policías quienes nos
confirmaron la existencia de
siones. Sin embargo, en un hecho inexplicable y fuera de este individuo. Finalmente,
todo protocolo, el puesto de mando permite la incorpora- el verdadero nombre del vic-
ción al comité –no necesariamente su participación–, de la timario fue ratificado por su
esposa del embajador Yunge, Marisol Cheves Hidalgo. Más hijo, Randall Jiménez Guz-
mán.
allá de que ella acompaña en todo momento a su marido – 28 En capítulos posteriores,
cuestión en nada criticable–, sí se involucra en los hechos analizaremos algunas acti-
con un protagonismo poco usual para ser la mujer de un tudes, acciones y dichos
diplomático y, más aún, siendo la cónyuge de un embaja- protagonizados por Marisol
Cheves Hidalgo, junto a
dor28. otros antecedentes de vida.
En un momento dado, uno de los franco observadores 29 Dichos recabados por
apostados desde una azotea, informa por radio: «Entren, esta investigación, realiza-
está sin el arma. El arma no tiene el cargador. ¡Pueden dos por una alta fuente de
la policía costarricense.
entrar!»29. Pero nadie acoge la advertencia. La incertidum- Este mismo oficial mantuvo
bre reina en el lugar. Cuando el reloj marca las 16:54 ho- una férrea amistad con
ras, «se confecciona un croquis de la parte posterior de la Orlando Jiménez y, en al
embajada y se solicita permiso para intentar ingresar a la menos dos o tres ocasiones,
pidió que le permitieran in-
misma, a lo cual el Centro de Mando ordena esperar»30. terceder con «su amigo»,
Alfonso Ayub es un experimentado policía que ha esta- negándosele la oportuni-
do presente en los principales secuestros ocurridos en Costa dad.
30
Informe OIJ, pág. 2.
Rica. Al enterarse de lo que ocurre en la embajada, se pre-
47
7HUURUHQODHPEDMDGD

senta en el lugar ofreciendo sus conocimientos para negociar con el guardia


Jiménez.
Quise ayudar pero no me lo permitieron. Yo quería entrar y conversar de tú a
tú con Orlando, porque sabíamos que estaba herido. Sugerí que se acercara
el capellán de la Fuerza Pública, junto con algún chofer de la embajada y un
cruzrojista. Tal vez, si (Jiménez) hubiera visto a un socorrista se hubiera
entregado pensando que ahí estaba su salvación (…). A las 6:50 de la noche
decidí irme a mi casa y les advertí que si no hacían algo pronto, cuando
ingresaran se enfrentarían con un cadáver (Alfonso Ayub)31.

(ODVHGLRGHODSUHQVD

Antes de constituirse el comité de crisis, los medios de prensa están al acecho de las
distintas autoridades que arriban al lugar. Rogelio Ramos y Francisco Dall’Anese
son las primeras autoridades en ser asediadas por los periodistas. El alboroto y
preocupación que reina en el lugar hace algo desordenada la interacción con ellos:
–¡Ministro! ¿Qué información nos puede dar? –pregunta un periodista.
–Bueno, en este momento, tanto don Francisco Dall’Anese como yo estamos
encargados de este tema. Quisiera hacer una llamado a la tranquilidad. En este
momento tenemos confirmado que tenemos a una persona que tomó como rehenes
a varios miembros de la embajada de Chile. Estamos en el proceso de inicio del
proceso de negociación con él (Orlando Jiménez), para sacar esto de la mejor
manera posible. No tenemos «ahorita» contacto con él. Los negociadores están
en la estrategia de hacerlo, y si hay oportunidad de, más bien, que él vea alguna
noticia de esto, pues que la aproveche. Yo quisiera pedirles a todos ustedes (los
periodistas) que estamos enfrentando esta situación delicada, porque tiene que ver
con la embajada de otro país y hay personas rehenes. Yo quisiera la mayor tran-
quilidad con respecto a la información que están dando. En este momento no hay
ninguna persona herida en esta situación y queremos, por supuesto, iniciar el
proceso de negociación para sacarlo de esta manera –informa el ministro Ramos.
En el cerco periodístico, decenas de preguntas se oyen a la vez, y una de ellas
es dirigida al fiscal general, Francisco Dall’Anese:
–¿El agresor sí estaría herido? –pregunta un periodista con dejo de seguridad.
–De momento no sé… mejor no voy a decir nada. Hay que llevar esto con
cierta cautela. Hay que darle tiempo a los negociadores –responde dubitativo el
fiscal.
De un momento a otro, el embajador chileno es identificado por los medios,
que no titubean en abordarlo con preguntas:
–¡Señor embajador! ¿Hubo algún contacto con el secuestrador? –consultan a
Yunge.
31
«Les dije que si no entra- –No, no hubo ningún contacto. No hubo… nosotros…
ban, se toparían con un de hecho, yo de hecho estaba con el ministro José Mi-
cadáver», Diario Extra , San guel Insulza que, como ustedes saben, está en una visita
José, Costa Rica, 29 de ju-
a Costa Rica, y me enteré porque me pude comunicar
lio de 2004. Disponible en:
<http://www.diarioextra.com/ con una… con un funcionario de la oficina comercial
2004/julio/29/sucesos05.- (ProChile) que se encuentra en una dependencia aislada.
html>. Consultado: 15 mar- Adentro están los funcionarios diplomáticos y los funcio-
zo 2005.
narios locales. Son aproximadamente diez personas y,

48
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como les digo, hemos tenido contacto con algunos de ellos, pero están aislados –
contesta Yunge con algunas vacilaciones.
–¿Qué información maneja? – preguntan.
–Hay una persona que está armada, que efectuó los disparos y que por supues-
to no… –otra pregunta interrumpe al embajador.
–¿Hay niños en el interior?
–No hay niños adentro –asegura Yunge.
–¿Y heridos? –inquiere la prensa.
–Hasta ahora no tenemos información respecto a heridos. Las autoridades chi-
lenas están informadas que estamos coordinados con las autoridades del gobierno
de Costa Rica, para tratar de solucionar este… –nuevamente lo interrumpen.
–¿Y qué sabe del secuestrador?
–No hay nada especial. Es un funcionario que estaba hace tiempo en la emba-
jada –asegura el jefe de misión.
–¿Cómo hizo usted para salir señor embajador? –pregunta un reportero.
–No, yo estaba con el ministro Insulza afuera –responde algo complicado.
–¿Cuántas llamadas han recibido de las personas que están adentro?–indaga
otro periodista.
–Ninguna, ninguna, que yo sepa no ha habido ningún contacto con la… –lo
interrumpen.
–¿Qué petición está haciendo este señor, embajador?
–No hay ninguna petición. No ha habido ningún contacto con la persona que
se metió a la embajada –concluye Yunge32.
Este asedio periodístico permite vislumbrar las primeras discrepancias y vici-
situdes que ensombrecen el posterior proceso de «negociación» que intentan las
autoridades.
No se comprende que el ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, asegure que
«no hay ninguna persona herida en esta situación», siendo que desde el inicio de
los trágicos hechos, se supo que Jiménez estaba «gravemente herido». Así lo ma-
nifestó el guardia Roy Pérez a sus superiores, y el diplomático chileno, Leonardo
Banda, vía teléfono al OIJ. La evidente omisión se hace más perceptible cuando se
le pregunta al fiscal general, Francisco Dall’Anese, por aquello que la prensa ya
manejaba. Sin embargo, la respuesta del fiscal general buscó evadir y no compro-
meterse con algo que para ellos recién se estaba iniciando: «De momento no sé…
mejor no voy a decir nada».
Comentario aparte ameritan las evasivas que expresa con sus respuestas el
embajador de Chile, Guillermo Yunge. El jefe de misión asegura que estaba con
el ministro Insulza cuando se entera de lo que sucede, cuestión que no se condice
con las gestiones que iba a realizar en Torre Mercedes, junto a Marisol Cheves,
para asegurar los tickets aéreos que les permitiría conti-
nuar, al día siguiente, con sus vacaciones. Insulza estaba
32
descansando en el Hotel Radisson tras abandonar, hacía Esta reconstrucción del
diálogo mantenido por la
largos minutos, el almuerzo que tuvo con su señora en la prensa tica con las autori-
sede del Instituto Interamericano de Derechos Humanos. dades costarricenses y chi-
Otro punto más incomprensible aún, se refiere a la lenas fue extractada del ar-
omisión que hace Yunge, de cómo se entera que estaba ocu- chivo de prensa (videogra-
bación) que mantienen las
rriendo todo. Él asegura que conoce de los hechos cuando televisoras Teletica (canal
se logra comunicar con un funcionario de la oficina comer- 7) y Repretel (canal 9). San
cial en ProChile. Efectivamente, eso es así. Yunge logró José, Costa Rica, 27 de julio
comunicarse con Leonardo Banda, pero no se entera de los de 2004.

49
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hechos en ese instante. Anteriormente, rumbo a Torre Mercedes, recibió otro lla-
mado de su secretario privado, César Gómez, que vio a Roberto Nieto herido de
muerte. Es ahí donde se entera de lo que estaba pasando. Entonces, ¿por qué
negar que haya recibido llamadas desde el interior?, ¿por qué negar la forma en
que se entera de los hechos?, ¿por qué negar que ignora la existencia de heridos,
si su asistente vio al primer secretario con un impacto en el pecho y a Jiménez
saliendo de la oficina de la víctima? 33.

/DIDPLOLDGHOJXDUGLDVHHQWHUD

Randall Jiménez, el hijo de Orlando, va en su vehículo de vuelta a Puriscal. Ha


concluido su jornada laboral. La radio del auto está encendida y la alerta de un
asalto en la embajada de Chile lo tiene atento. Está próximo a llegar a su hogar.
Paralelamente, la hermana de Randall, Andrea Jiménez, desde el trabajo llama a
su madre:
–¡Mami!, ¿está viendo las noticias? –alerta Andrea.
–No, pero tranquila hija –intenta calmarla su progenitora.
Auxiliadora Guzmán enciende el televisor y se percata que profusamente se
está informando y transmitiendo, imágenes en directo, de un operativo policial en
la embajada de Chile.
–¡Ya hija, tranquila, no te asustes, pero papi está trabajando y algo pasa!
–advierte Dora.
La esposa de Orlando Jiménez escucha por la televisión que nombran a su
marido, por lo que decide comunicarse directamente a la legación. Intenta con
reiterados llamados, pero nadie contesta los teléfonos. La tragedia está en mar-
cha. Dora llama a la delegación de San Pedro Montes de Oca, y ahí un oficial
contesta:
–¡Señor!, estoy viendo las noticias y nombran a mi marido, Orlando Jiménez,
en un asalto que hay en la embajada de Chile –inquiere Guzmán.
–¡Sí señora!, es Orlando y está herido en una pierna –le informan desde el
cuartel.
A los pocos minutos llega Randall a la casa de su madre. Los dos se instalan
a ver la televisión:
–¡Yo me voy para donde mi papá! –dice Randall.
La angustia se adueña de la mujer que, en su fuero interno, se niega a que el
hijo mayor maneje solo. Así se lo hace saber.
–¡No mamá!, necesito estar ahí –insiste el primogénito, al mismo tiempo que
se sube al vehículo y parte de regreso a San José.
Distintos familiares de Auxiliadora Guzmán y de su marido se presentan en la
casa, acompañándola en la incertidumbre del momento. De pronto, una patrulla
de Puriscal se acerca al hogar.
–Señora, venimos a buscarla para que nos acompa-
ñe, porque don
33
Recomendamos al lector Rogelio Ramos, el ministro de Seguridad, la ha man-
volver a leer los diálogos que
sostuvieron los periodistas dado a buscar porque su esposo quiere hablar con usted
con Ramos, Dall’Anese y –informa uno de los policías.
Yunge en el punto 22, «El –No quiero ir, porque mis hijos van en camino, y si a
asedio de la prensa», y apli- Orlando le está pasando algo, Orlando, va a escuchar a
car discernimiento.
ellos –arguye Guzmán.
50
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–¡No señora, tiene que ir con nosotros! –insiste el policía.


–¡Váyase rápido, que usted no sabe para qué la ocupan, ni lo que pueda pasar!
–la reconviene una de sus hermanas que la acompaña.
Auxiliadora Guzmán se sube a la patrulla y raudamente parten a San José.
Randall está a escasas cuadras de la embajada, sin embargo, el tráfico compli-
ca su llegada, por lo que pide ayuda a un policía de tránsito. Cuando llega al lugar,
al instante, la Fuerza Pública lo introduce al interior de un bus azul que bloquea Los
Yoses. Este ómnibus es el que actúa como Centro de Operaciones Técnico Tácticas
(COTT). El reloj marca las 17:15 horas de la tarde. Desde el interior del vehículo,
Randall observa a varios policías apostados detrás de unos autos estacionados en el
bandejón central de Los Yoses, con pistolas en mano. En la clínica oftalmológica
existen grupos de choque prestos a actuar cuando así se les ordene.
En el ambiente se vive una «aparente calma», producto de que muy pocas
personas oyeron disparos, mas nadie de las autoridades presentes, ni las fuerzas
de choque, ni los centenares de policías que rodean el lugar, logran sobresaltarse
con alguna posterior detonación o indicios de violencia. Además, se suma el
«récord de vida» del victimario, que indica que es un buen policía, sin anteceden-
tes ni manchas en su historia de vida. Aquellos que lo conocen aportan a los
especialistas, referencias impecables de Orlando Jiménez. Todo indica que el guar-
dia está bajo los efectos de algún «arrebato», originado por la carta que recibió al
mediodía, y donde se le anuncia su traslado a otro punto de vigilancia. «Puede
que haya sufrido algún tipo de problema emocional», informa el ministerio de
Seguridad Pública en un comunicado.
En Santiago de Chile, la canciller Soledad Alvear está en permanente contacto
con Insulza y Yunge, quienes la mantienen al tanto de lo que está sucediendo.

«Estamos alertas», señaló, aunque agregó que confía que la situación, que
calificó de «incomprensible», será resuelta de «buena forma» en las próximas
horas (…) «confiamos en que no haya heridos, pero no podemos decir nada
por ahora, porque se escucharon disparos», añadió (Soledad Alvear).34

«Yo soy en mi país el coordinador de seguridad pública y para estas cosas


uno nunca está preparado. Ahora, las autoridades costarricenses están traba-
jando para resolver el problema y nosotros tenemos plena confianza en que
lo harán bien», expresó Insulza.35
34
«Gobierno chileno en aler-
Randall Jiménez, en el bus, pide que por favor le expli- ta por toma rehenes en
quen qué es lo que está pasando: embajada San José», diario
–Estamos en eso. Aparentemente él (Orlando Jiménez) La Nación, San José, Costa
Rica, 27 de julio de 2004.
está herido, porque lo han visto que tiene la camiseta man- Disponible en: <http://www.-
chada de sangre. Aparentemente está herido, pero sabemos nacion.com/ln_ee/ 2004/ju-
que se mueve –informa un oficial. lio/27/ultima-la5.html>. Con-
–¡Bueno, entonces permítanme hablar con mi papá! ¡Prés- sultado 14 febrero 2005.
35
«Policía retiene personas
tenme un megáfono! ¡Díganle que estoy aquí, que si quiere en embajada chilena en
que hablemos, que conmigo no la va a tomar! ¡No la va a Costa Rica», El Nuevo He-
tomar contra mí, yo sé que no! –implora Randall. raldo, San José, Costa Rica.
–¡Sí, vamos a ver qué pasa! –le dicen. 27 de julio de 2004. Dispo-
nible en: <http://www.elnue-
–¡No sé que habrá pasado, pero él no es una persona voheraldo.com/stiri. php?id-
que esté siquiera acostumbrado a hacer eso! –justifica =250084> Consultado 2 mar-
Randall, intentando hallar una explicación a los hechos. zo 2005.

51
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Media hora después llega Andrea Jiménez y Lucele Solís, esposa de Randall.
Ambas mujeres también son introducidas al bus en que se encuentra este último.
Alrededor de las 18:30 horas se suma, finalmente, Auxiliadora Guzmán.
En entrevista otorgada para esta investigación, la familia de Orlando Jiménez
entrega pormenores de lo vivido aquel día, lleno de incertidumbre, confusión y
angustia:
Mi hermana y mi esposa llegaron por cuenta propia. A mi mamá la fue a traer
una patrulla, porque supuestamente mi papá había pedido hablar con ella,
cosa que es totalmente ilógico. Mi papá tenía la lengua lacerada y no podía
hablar. Eso nunca pasó. Después supimos que fue el fiscal Mauricio Boraschi
quien la mandó a llamar, que supuestamente la orden había salido del minis-
tro Ramos, del ministro de Seguridad. Pero en realidad fue el fiscal el que dio
la orden. (…) Nosotros estuvimos allí en el bus, prácticamente secuestrados,
durante horas, como hasta las diez de la noche, cuando ya se supo todo.
Hasta esa hora estuvimos ahí, donde nadie llegó a decirnos cómo estaba la
situación. Llegaron a pedirnos ciertos datos, como que si mi padre tomaba
algún medicamento y cosas de ese estilo. (…) Yo llegué y pedí que por favor
me dejaran hablar con él. Me dijeron que iban a ver que hacían, pero nadie
llegó después (Randall Jiménez).

Yo no sabía qué pasaba ahí adentro (en la embajada). Sabía que Orlando
estaba dentro y siempre pensé en el camino (de Puriscal a San José) que
Orlando necesitó entrar a defender algo, y como decían que había secuestra-
dos, dije ‘Orlando está secuestrado también’. ¡Nunca, nunca, hasta donde
vamos, podré decir: ‘Sí, entró a otra cosa’! Siempre pensé: ‘Entró a algo y
está él también secuestrado’. El informe que a mí me dieron que estaba
herido en una pierna, yo dije: ‘¡Bueno!, le dieron en una pierna porque entró
a lo que tenía que entrar, a defender’. Nunca pensé lo que se estaba dando
ahí. ¡Nunca lo pensé! (Auxiliadora Guzmán)36.

/DQHJRFLDFLyQ

Al constituirse el comité de crisis y al descartar la participación de algún grupo


subversivo en la toma de la embajada, inmediatamente se activa un protocolo de
negociación que busca liberar sanas y salvas a todas las personas retenidas por
Jiménez. Cuando Yunge e Insulza se suman al puesto de mando, hubo una discu-
sión entre los representantes de ambos países, que determinó que todas las resolu-
ciones, sin excepción, se tomarían por acuerdo entre las partes. Sin embargo, el
ministro de Seguridad Rogelio Ramos dejó ver a los personeros chilenos que si
descubrían que el guardia estaba disparando contra alguna de las personas en su
interior, se verían obligados a incursionar rápidamente en el sitio. De todas for-
mas, ante la eventualidad que se registrasen heridos, a pocos metros de la lega-
ción se hallaba instalado un puesto de atención médica, con ambulancias de la
Cruz Roja y miembros especializados en la atención de
36
Entrevistas realizadas el primeros auxilios.
22 de enero de 2005, en Pasadas las 17:30 horas, una dupla de negociadores
Santiago de Puriscal, Costa conformada por una mujer y un hombre, se ubican por el
Rica. costado suroeste de la embajada, colindante con la clíni-

52
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

ca oftalmológica. Al inicio, solo se intenta un acercamiento mediante gritos a


viva voz por parte de la mujer que las oficia de negociadora. El hombre que la
acompaña, le aconseja cómo abordar la situación y recomienda el uso de ciertas
frases e «invitaciones» sugerentes.
–¡Don Orlando Jiménez!, ¿me escucha? ¡Don Orlando!, queremos negociar
con usted… ¿Me escucha? –eran los primeros intentos de un pacto de acuerdo que
nunca llegaría.
Al interior de la embajada, Jiménez se desplaza con dificultad por distintos
sectores. El fusil ya no está en su poder. Lo ha dejado sobre una mesa en la
cocina. El guardia deambula quejándose, tosiendo y emitiendo ruidos de sofoco,
como ahogándose con su propia sangre. Simultáneamente, el cónsul Yuseff y la
joven Sariego tienen la misma reacción: tosen y se quejan.
Yo escuché donde venía otra vez el guardia por el pasillo del salón, me fijé
por la celosía del baño y noté que arrastraba un pie. También se oía cuando
lo arrastraba. Entonces fue a la oficina de don Christian. Yo lo oí como si
entrara al baño. Oí como si estuviera destapando una gaseosa. No oí que
emitiera ruidos extraños. Después jaló la cadena del sanitario y como que
estaba escupiendo (César Gómez)37.

Afuera los negociadores no obtienen buenos resultados con la técnica del «gri-
to a viva voz», por lo que deciden incorporar un megáfono. Con el transcurrir de
los minutos, cerca de las 18:30 horas, la luz día comienza a desaparecer y, en
penumbra, se sigue con la «negociación».
–¡Señor Jiménez queremos ayudarle! ¡Queremos negociar con usted! –persiste
la negociadora.
(…) la voz era de una mujer. Para nosotros la negociación se nos hizo eterna.
Yo siempre consideré que estaban negociando con un muerto, porque hacía
mucho rato, no se oía al señor (Jiménez) (…) (Cecilia Montero)38.

Eso fue un error de la policía. Imagínate que la negociadora que había, una
vieja gritona hablaba por un megáfono: «¡Señor Jiménez abra la puerta! Si
quiere hablar con nosotros van a empezar a sonar los teléfonos!». Entonces
la central empezaba a sonar, y con ello todos los teléfonos y ni siquiera se
oía lo que ella decía. No se escuchaba nada. Había que ponerle mucha aten-
ción para escuchar lo que ella decía, porque empezaban a sonar todos los
teléfonos (Xinia Vargas)39.

Cabe consignar que las autoridades están en conocimiento de que Jiménez no


tiene posibilidades de abandonar el recinto, puesto que el
portón-reja que da acceso a la legación, está con un seguro 37 Declaración hecha por
electrónico que se activa con una clave telefónica y que el César Gómez al OIJ, Informe
guardia desconoce. Sin embargo, de manera inusitada se OIJ 38
, pág. 28.
Declaración hecha por
le invita a abandonar la sede diplomática. ¿Hubo una
Cecilia Montero al OIJ, Infor-
descoordinación o carencia en las operaciones técnico-tác- me OIJ, pág. 26.
ticas? o acaso, ¿el comité de crisis nunca supo la existencia 39 Relato de Xinia Vargas pa-
de una clave telefónica?40. ra este libro.
40
En el cuarto capítulo ha-
remos un análisis en exten-
so de los cuestionamientos
y errores cometidos duran-
te la fase de negociación.

53
7HUURUHQODHPEDMDGD

/RVLQWHQWRVGHLQJUHVRDODOHJDFLyQ

A las 16:54 horas, la policía solicita la primera autorización de ingreso, sin em-
bargo, el comité de crisis ordena esperar con el fin de asegurar la vida de quienes
estaban retenidos en su interior.
Es atendible la necesidad de asegurar con certeza el escenario que se vive
dentro de la embajada, pero no menos cierto es que siempre hubo comunicación
con Leonardo Banda y nunca las autoridades, ni las fuerzas policiales, dejaron de
contar con información necesaria para establecer, en determinados momentos,
qué ocurría con el guardia Jiménez y los movimientos que este realizaba.
A eso de las 18:30, Leonardo Banda deja de percibir ruidos, por lo que «a
partir de ese momento les digo que no pasa nada y empiezo a presionar para que
entren. El coronel me indica que estemos tranquilos, que están más cerca de lo
que creemos. El embajador (Yunge) me dice que están tratando de obtener más
información del resto de las personas para no ponerlos en riesgo. En ese momento
me percato que es razonable y que no teníamos ningún antecedente de la situa-
ción del resto de los funcionarios»41.
Al ser las 20:37 horas, se solicita nuevamente el permiso para ingresar y
explorar la parte trasera de la embajada, ya que se tiene bastante información
proporcionada por Banda a Eduardo Guzmán, jefe de la policía del Casco Metro-
politano. Nuevamente, el comité de crisis ordena esperar42. La fiscal Andrea
Murillo, asesora del fiscal general de la República de Costa Rica y designada por
Dall’Anese para investigar el caso, denunció que las autoridades chilenas presen-
tes en el operativo de la embajada de Chile, negaron el ingreso de la policía al
recinto diplomático. La fiscal asegura que en esta solicitud «el ministro del Inte-
rior, José Miguel Insulza y el embajador, Guillermo Yunge, pidieron más tiempo
para ver la posibilidad de negociar con el policía Orlando Jiménez»43.
Pero si de situaciones extrañas se trata, la conducta
41
Declaración hecha por
del embajador Yunge, tan solo diez minutos después, hizo
Leonardo Banda al OIJ, In- levantar un manto de sospechas. «Aunque el ministro
forme OIJ, pág. 21. Ramos había dicho que no hablaron con el policía
42
Considerar que cada vez Jiménez, el embajador chileno, Guillermo Yunge, aseve-
que las fuerzas de choque
solicitan autorización para
ró que alrededor de las 20:50 tuvieron el primer contac-
ingresar, es porque, técni- to telefónico con Jiménez, que fue corto y, en él, el se-
camente, evalúan que están cuestrador no pidió nada a las autoridades»44.
dadas las condiciones para ¿Cómo era posible que Jiménez se pudiera comunicar
ello.
43
Gálvez Araya, Mario. «Crí-
por teléfono, si tenía la lengua totalmente lacerada con
menes en Costa Rica: Jimé- un disparo de una M-16 que atraviesa todo su rostro?
nez se paseó tres horas ¿No habrá querido el embajador Yunge, con esta decla-
armado», El Mercurio, San- ración, haber justificado la no autorización de ingreso
tiago, Chile, 31 de julio de
2004, p.5, Cuerpo C, Nacio-
que sugirió la policía a las 20:37 horas? Las situaciones
nal. misteriosas no paran ahí. «A las 21:17 horas, se oye por
44
«Secuestro deja 4 muer- las radios de comunicación de la policía que Jiménez
tos», diario Al Día, San José, trata de pedir ayuda moviendo las cortinas y que se ha
Costa Rica, 28 de julio de
2004. Disponible en <http://
vuelto a caer»45.
www.aldia.co.cr/ad_ee/20- Según la periodista Mónica Umaña, del diario Al Día,
04/julio/28/nacionales0.ht- de Costa Rica y que reporteó los hechos ocurridos ese
ml>. Consultado el 10 febre- día, «la policía preguntaba desde fuera: ‘si usted necesi-
ro 2005.
45
Informe OIJ, pág. 3.
ta ayuda háganos una señal’ y se movían las persianas,
las cortinas. Entonces, estaban (desde la oficina de
54
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

ProChile) diciéndole (a la policía): ‘sí, está herido’, y bueno, aún así no entra-
ron»46. A las 21:21 horas, el coronel Erick Karolicki informa que varios hombres
ingresarán por el frente y el resto por la parte de atrás, todos del grupo de reac-
ción. El oficial indica que esta decisión «la toma el centro de mando, luego de
que se les informa que Jiménez se cayó y por los golpes que se escucharon, se cree
que no está en buen estado»47.
Pese a ello, según los documentos consultados para esta investigación, la tercera
recomendación de ingreso se produce a las 21:30 horas, como explicita la fiscal
Andrea Murillo, y esta vez «el señor ministro Insulza aceptó, pero Yunge se opuso
porque explicó que primero debía realizar una llamada a Santiago de Chile»48.
¿Qué sentido tenía realizar un llamado a Santiago, si nunca se solicitó ayuda
o se coordinó con peritos de Investigaciones o Carabineros de Chile? ¿Qué sentido
tenía realizar un llamado a Santiago de Chile, si el mismo embajador reconoce
que la decisión final de ingreso pasó por él y no por el Presidente Lagos?49.
Siento que sí había comunicación con don Leonardo Banda, que estaba infor-
mando de lo que estaba pasando dentro de la embajada, que el oficial que
estaba ahí (Jiménez) estaba herido, de que solo había uno y estaba herido, y
afuera habían 200 o más policías, ¿Cómo no pudieron ingresar de inmediato
si sabían que él estaba herido, que estaba impotente ante tanta gente? Eso
fue sumamente fuerte para nosotros, el tenernos ahí tantas horas sin ningu-
na necesidad (Xinia Vargas)50.

/DPXHUWHGH2UODQGR-LPpQH]

El guardia ha divagado por todos los rincones de la embajada y a medida que la


hora avanza, sus movimientos se hacen más sutiles. Las gotas de sangre que
continúa derramando por su rostro dejan huellas inequívocas de su deambular.
Xinia Vargas y César Gómez permanecen en absoluto silencio, arrinconados en
un pequeño baño, entre el retrete y el lavamanos. Solo se atreven a murmurar
cuando intentan decirse cosas.
Escuché a alguien ahogándose, lo escuché como en el pasi-
llo. Junto con ese sonido se escuchaba que cosas se caían y
46
que una persona se resbalaba. Yo entendí estos ruidos como Relato de la periodista
Mónica Umaña para este
si una persona intentara levantarse, pero donde iba para escrito.
arriba, se volvía a caer. Creo que lo oí por lo menos entre 47
Informe OIJ, pág. 3.
48
media a una hora, y se acabaron como 20 o 30 minutos Gálvez Araya, Mario. El
antes de que la policía entrara51. Mercurio, op. cit.
49
En el cuarto capítulo abor-
A eso de las 19:30 horas, cuando la noche cae sobre daremos el «salvavidas» que
lanzó el Presidente de Chi-
San José, Jiménez deja de moverse y se le nota menos acti- le, Ricardo Lagos, a Guillermo
vo. Xinia Vargas, movida por su angustia y la incertidum- Yunge, para desligarle res-
bre de no saber qué es lo que está sucediendo, dirige la ponsabilidad en la tardanza
mirada a su compañero de encierro, con quien llevan más del ingreso al rescate.
50
Entrevista realizada el 19
de tres horas arrinconados: de enero de 2005 en San
–¡César, quítese porque yo voy a salir! –dice Xinia al José, Costa Rica.
tiempo que intenta empujar a César. 51
Declaración hecha por
–¡No, doña Xinia! ¿Y si es una trampa? ¿Y si él está ahí César Gómez al OIJ, Informe
OIJ, pág. 29.
con su arma? –susurra Gómez.

55
7HUURUHQODHPEDMDGD

–Vea César, ¡quítese! –insiste la secretaria del cónsul.


Eran como las siete y media de la noche y César no me dejó salir (…). Y vieras
que ahora me ha quedado una duda, de cuando él (Jiménez) nos anduvo
buscando. Porque Jiménez, después, se fue otra vez a donde nos dejó a César
y a mí, y a mí me quedó una duda, si él nos andaba buscando para que lo
ayudáramos o nos andaba buscando para matarnos52.

Orlando Jiménez, en uno de sus últimos aprontes antes de caer muerto, ingre-
sa a la oficina de su primera víctima. Roberto Nieto tiene cinco horas y media de
haber expirado. Las fuerzas del guardia están disminuidas y sus movimientos
aletargados, se acompañan con estertores agónicos. En un acto que por siempre
quedará como un gran misterio y sin respuestas claras, Jiménez se desprende del
uniforme dejándolo, ordenadamente, en un sector de la oficina. El guardia queda
con una camiseta blanca, que a esas alturas está teñida completamente de rojo,
con la leyenda en el pecho que reza: «POLICíA». También se ha desprendido del
pantalón institucional, quedando en la más completa indefensión, vestido solo en
calzoncillo y calcetines oscuros.
Afuera, los negociadores insisten en llegar a un acuerdo con el victimario. Son
pasadas las 21:00, cuando un fuerte golpe se deja sentir. Tan fuerte es el sonido
que alerta a toda la policía. Es aquí cuando el coronel Erick Karolicki informa
que varios hombres del grupo de choque ingresarán por el frente y otro lo hará
por la parte posterior. El reloj marca las 21:21. Sin embargo, la decisión no es
inmediata, porque es retrasada por orden expresa del embajador Yunge. No es,
sino, a las 22:00 que el licenciado Manuel Cabezas Pravia, subjefe del Departa-
mento de Investigaciones del OIJ y miembro integrante del comité de crisis, se
arrima a conversar con los negociadores y resuelve acercase a la ventana que da
a la oficina de Roberto Nieto. El oficial Cabezas apoya sus manos en una jardine-
ra que sobresale de la ventana y se empina para atisbar. Por entremedio de las
persianas venecianas y un velo transparente, divisa al guardia Jiménez tendido en
el piso boca arriba. Alarmado por la escena, Cabezas coge su radio frecuencia y
anuncia:
–¡El señor Jiménez se encuentra en malas condiciones físicas y él mismo, no
ofrece ningún peligro para la seguridad de los demás! ¡Por humanidad hay que
entrar! –implora el oficial.
Solo a las 22:03 de la noche –según la cronología que entrega la fiscal Andrea
Murillo– Yunge autorizó el ingreso y la fuerza policial demoró 40 segundos en
copar la embajada. A esa hora, Jiménez ya estaba muerto a un costado del
escritorio del primer secretario, Roberto Nieto (diario El Mercurio)53.

/DQRWLFLDVHGLYXOJD

A las 22:04 horas ingresan a la embajada, los hombres del grupo de choque. Se
dirigen a los distintos aposentos y liberan a las cinco personas resguardadas en
ProChile. Lo mismo ocurre con Xinia Vargas y César
52
Relato de Xinia Vargas Gómez que logran abandonar el sofoco ocasionado por
para este libro. el encierro en el baño. Las fuerzas policiales constatan
53
Gálvez Araya, Mario, El la horrible escena que por casi seis horas y media se vive
Mercurio, op. cit.
al interior de la sede diplomática. Hay rastros de sangre

56
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por doquier. El resultado es menos auspicioso cuando ubican a cuatro personas


tendidas en el piso, por lo que se solicita el ingreso de paramédicos de la Cruz
Roja. Estos aplican electrodos y golpes de corriente a Rocío Sariego, Roberto
Nieto, Christian Yuseff y Orlando Jiménez. Los intentos son en vano, todos han
fallecido.
En los alrededores, familiares, amigos y conocidos están expectantes del gran
movimiento de personal paramédico y policía que, minutos antes, hizo ingreso a
la embajada. La televisión inicia los primeros informes preliminares de una situa-
ción que se torna confusa hasta el final.
El periodista del diario La Nación de Costa Rica, Otto Vargas, relata para
este escrito como se enteran del fatal desenlace:
Fue un momento muy dramático y muy triste a la vez. En ese instante uno de
los compañeros (periodista) estaba escuchando las frecuencias de radio en
su escáner, y escucha que en la frecuencia de la Cruz Roja hablan de «cuatro
E38», que es la clave que se utiliza para personas fallecidas. Cuando él se
acerca, yo lo veo muy pálido y le pregunto: ¿Qué pasa? Él me dice: «Están
diciendo que hay cuatro muertos en la embajada». Yo le dije: «¡Eso es impo-
sible! No hemos escuchado disparos y estamos acá toda la noche». Espera-
mos…, entonces, el ministro (Toledo) se acercó a nosotros y estaba bastante
acongojado, y nos confirmó que había cuatro personas fallecidas, entre ellas
el oficial Jiménez (Otto Vargas)54

A las 22:10, los siete sobrevivientes son sacados de la embajada y trasladados


a la clínica oftalmológica. Jorge Sariego, el progenitor de Rocío, presenció los
hechos en el lugar, con la angustia propia de un padre que impotente se entera del
resultado final:
Yo creo que primero me di cuenta porque escuché a un policía que por walkie-
talkie se comunicaba con otro y decía: «La embajada fue ocupada, hay tres
muertos y una mujer». Luego yo crucé la calle y quise entrar (a la embajada),
no me dejaron y me dijeron: «ya sacaron a la gente de la embajada y están en
la óptica de al lado». Yo fui y ahí vi a Xinia y a todos, y a Xinia le pregunté: ¿Y
Rocío?, y ella me hizo un gesto… así me enteré (Jorge Sariego Mc Ginty)55.

En el bus que opera como Centro de Operaciones Técnico Tácticas de la poli-


cía, la familia de Orlando Jiménez se encuentra aislada, tanto en la entrega de
información hacia ellos, como en la incorporación y participación durante el
proceso de negociación.
Nunca nos explicaron cómo estaba la situación al momento en que se supo
todo. Nosotros lo supimos porque había un televisor ahí (en el bus) y nos dimos
cuenta. Pero no fue porque algún funcionario llegó y nos dijo esto, sino hasta
cuando yo exigí hablar con alguien de rango que viniera
hasta aquí y me dijera las cosas. Fue cuando llegó Luis 54 Entrevista realizada el 20
Hernández (comisionado de la policía y asistente general de de enero de 2005 en San
la dirección de la Fuerza Pública) con otra persona y nos dijo José, Costa Rica.
55
Entrevista realizada el 25
lo que ya sabíamos y que habíamos visto por televisión. O
de enero de 2005 en San
sea, la televisión se dio cuenta primero. Nosotros estábamos José, Costa Rica.
a 25 metros. ¡Yo llegué y pedí que por favor me dejaran 56 Entrevistas realizadas el
hablar con él (Orlando Jiménez), me dijeron que iban a ver 22 de enero de 2005, en
Santiago de Puriscal, Costa
que hacían, sin embargo nadie llegó después! (Randall
Rica.
Jiménez)56.
57
7HUURUHQODHPEDMDGD

Donde estábamos había un televisor y en ese lugar había una mesa con unas
sillas y más adelante una computadora que tenía la policía. Más adelante
estaba la salida del bus y ahí estaba mi hijo hablando con algunos oficiales. Mi
hija trataba de ver qué podía ella sacar de la computadora para ver que era lo
que estaba pasando, porque a nosotros, simple y sencillamente, no nos decían
nada. Tal vez fue la menos información que tuvimos nosotros. La televisión nos
daba más información. En un momento dado, la apagamos porque ya no que-
ríamos saber nada de lo que había pasado. Mi hijo les pedía que lo dejaran
actuar, que le informaran. Mi hija en la computadora y yo estaba en otro lugar
(del bus) con mi nuera. Mi nuera viendo por la ventana los movimientos que
tenía la policía. Vimos pasar al escuadrón de choque. Sentí que hasta allí había
llegado todo, que ya iba a terminar. (…) Yo en ese momento cuando veo actuar
al escuadrón de choque pensé que iba a pasar una desgracia. (…) Yo pensé que
Orlando era un secuestrado más. Nunca pensé que estuviera actuando mal,
¡nada! En algún momento se informó por la televisión que iban a sacar a los
heridos… que había heridos, que no sé qué. En el momento que yo me doy
cuenta que hay muertos, yo no pensé que Orlando estuviera muerto. Cuando ya
la televisión dice… ya alguien entra allá a ver… me dijeron que estaba muerto,
yo tuve que coger valor no sé de donde (Auxiliadora Guzmán)57.

Los periodistas apostados en el lugar se movilizan e intentan confirmar los


reportes iniciales que hablan de cuatro personas fallecidas. Hay incredulidad en
aceptar el resultado. Ya lo comentaba el periodista del diario La Nación de Costa
Rica: «¡Eso es imposible! No hemos escuchado disparos y hemos estado acá toda
la noche». Sin embargo, las dudas se disipan cuando el ministro de la Presiden-
cia, Ricardo Toledo se acerca a los medios que lo requieren:
–¡Estamos sumamente dolidos! Hemos estado con el ministro Insulza que esta-
ba aquí, y con el señor embajador cerca en todo momento de esta situación, pero
tengo que decir que hay en este momento cuatro fallecidos. Tres funcionarios
chilenos y el policía que cometió el acto en contra de ellos. Logramos sacar con
los cuerpos de seguridad a los demás funcionarios. Ellos están en este momento
siendo valorados por los médicos, están siendo valorados por la Cruz Roja y
todos ellos se encuentran en este momento en excelente estado, los que logramos
sacar ahora! –anuncia el ministro.
–¿En qué momento es que falleció el secuestrador? –inquiere un periodista.
–En algún momento por lo que tenemos entendido, él soltó su arma, pero
hasta el final esa es una versión que tendrá que hacer la OIJ, que en este momento
está en el lugar de los hechos. Está el fiscal Dall’Anese también, y ellos son los
que van a hacer el recuento final, lo que es la parte de lo que realmente sucedió y
cómo falleció él…cuando entramos ya tenía… ¡parece que estaba desangrándose
el oficial! –dice Toledo.
–¿Ya se comunicaron con los homólogos de Chile para comunicarles tan mala
noticia? –pregunta un reportero.
–¡Cómo no!, ya en este momento lo estamos haciendo… inclusive el
Presidente de la República acaba de hablar con el ministro Insulza, le dio el
sentido pésame, le dio las disculpas que corresponde, y tengo entendido que en
este momento estaban hablando también con el Presi-
57
dente de Chile, para comunicarle lo que sucedió en la
Entrevista realizada el 22
tarde de hoy –relata con angustia.
de enero de 2005, en San-
tiago de Puriscal, Costa Rica. –¿Sin dudas es un golpe para el país, esta situación
que ocurrió hoy?–pregunta otro medio.
58
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

–¡Sí, es un golpe! Definitivamente, yo le digo que esta persona por lo que


estamos viendo, perdió totalmente el control. Un hombre que por los récords
policiales, un muchacho normal, corriente, un hombre de casa, un hombre de
familia, y algo le provocó esta situación y ya vemos lo que ha sucedido –Toledo
intenta explicar lo inexplicable.
–¿Esto no afectará las relaciones con Chile? –consulta un periodista.
–¡Jamás! Ellos estaban cerca de nosotros haciendo un esfuerzo. Nada tiene
que ver la situación de un individuo, como pudo haber cometido un delito cual-
quier otro (individuo) en contra de cualquier tipo de ciudadano de nacionalidad
chilena o de cualquier otra nacionalidad –aclara tajante.
–Don Ricardo, ¿no cree usted que es necesario tal vez analizar un poco la
situación de los policías, de la fuerza pública, su situación psicológica que ellos
tienen en funciones como vigilar una embajada, como lo que ocurrió hoy? ¿No
podría pues darnos una señal de alerta en este momento? –argumenta un reportero.
–¡No! Usted sabe que para poder entrar a la fuerza pública se necesita hacer
cierto tipo de exámenes muy fuertes, no solo para el porte de armas. Aquí la
situación que se dio fue simplemente especial, de un ciudadano que perdió total-
mente…, como pudo haber sido un policía, pudo haber sido otro ciudadano.
Cuando la policía ingresó no hubo absolutamente ningún disparo. Esta persona se
había disparado él. Tuvo algún tiempo de sobrevida –finaliza el ministro, excu-
sándose de atender otros asuntos propios de la emergencia.
Algunos periodistas especulan lo extraño de las muertes, y, principalmente, la
acaecida con el guardia Jiménez. Las sospechas movilizan a los medios que abor-
dan al ministro de Seguridad, Rogelio Ramos:
–Como les digo, en este momento la gente está siendo atendida por la Cruz
Roja y están las autoridades judiciales que les tomarán todos los detalles a raíz de
estos hechos tan terribles –informa el ministro.
–Don Rogelio, ¿fue él (Jiménez) quien se disparó o murió por la acción poli-
cial? –indaga la prensa.
–¡No! Él mismo se disparó.
–¿Y a qué hora habría disparado contra las víctimas? –consulta un periodista.
–Bueno, estos hechos se produjeron desde el momento del incidente.
No hubo después de eso, registro de ningún disparo más, de modo que este
tiempo que duramos, precisamente, era para agotar la posibilidad de una instan-
cia de negociación, pero los hechos ya se habían dado –asegura Ramos.
–¿A qué hora confirmaron las autoridades que había gente fallecida? –pregun-
ta otro periodista.
–Hace aproximadamente una media hora.
–¿En qué momento se decide entrar y por qué, don Rogelio? –inquiere la
prensa.
–El proceso de negociación nos había llevado a concluir que la persona que
había disparado estaba mal herida, que ya no representaba ninguna amenaza
para los rehenes y, por lo tanto, en acuerdo con las autoridades chilenas, tanto
con su embajador como con el ministro del Interior, que estaba de visita acá en
nuestro país, valoramos la discusión y me expresé. No obstante, para el ingreso
ya no hubo, de parte de la policía, ninguna acción de fuerza –responde categórico
el ministro.
–¿En algún momento, el asunto se le escapó de las manos a la policía o nunca
estuvo en manos de la policía? Porque, nosotros comentábamos que nunca había-
mos visto tanto desplazamiento policial en un caso de secuestro, y nunca un caso

59
7HUURUHQODHPEDMDGD

de secuestro había terminado de esta forma. ¿Se salió de las manos el asunto?
–indaga otro periodista.
–Mira, estos hechos dieron desde el momento mismo, cuando ni siquiera ha-
bíamos llegado aquí, y a partir de ese momento, lo que hicimos fue agotar todos
los procedimientos establecidos para tratar de salvar la vida de las personas. De
modo que, este caso, siempre estuvo bajo el control de la policía, desde el mo-
mento en que lo asumimos –aclara Ramos.
–¿Hubo algún contacto, entonces, con don José Orlando?
–Bueno, hubo unos amagos de contacto. No hubo una conversación –termina
el ministro.
Las dudas estaban aclaradas y la noticia comienza a circular por el planeta.
Las agencias de noticias hacen eco de la información que sale de Costa Rica y
distintos medios de comunicación, principalmente de Chile, realizan ingentes es-
fuerzos para precisar lo que se suponía era, desde un principio, un simple arreba-
to del guardia que custodiaba la seguridad de la embajada.

/DDUUHPHWLGD<XQJH&KHYHV

Después que la embajada es desalojada por los grupos de choque y los sobrevi-
vientes trasladados a la clínica oftalmológica, la policía judicial y la Fiscalía
General tomó posesión del lugar, para realizar las pericias pertinentes. Quedaba
por hacer un largo trabajo de inspección ocular, toma de muestras y análisis
forenses, que permitieran una recolección de indicios y pruebas para sumar al expe-
diente. A partir de ese momento, la sede diplomática es manejada por las autorida-
des costarricenses. No obstante, tan pronto ello ocurre, se acerca a la entrada el
embajador Yunge acompañado de su mujer, Marisol Cheves. El máximo represen-
tante de la diplomacia chilena es interceptado en su intento por ingresar:
–¡Disculpe señor!, a partir de este instante nadie puede entrar a la embajada
–advierte un policía.
–¡Soy el embajador de Chile! –replica Yunge, intentando persuadir con el
cargo que ostenta.
–¡Lo siento señor!, pero nadie puede ingresar al lugar –insiste el oficial.
Nuevamente, y en una reacción poco acorde a las circunstancias, llena de
enormes sospechas que iremos develando más adelante, Marisol Cheves asume
un rol protagónico, que no le corresponde a su investidura… simplemente, ¡ser la
esposa de un embajador! Cheves se sitúa delante de su marido y mirando fijamen-
te al oficial, alardea en voz alta:
–¡Déjelo entrar!, es el embajador de Chile… –manifiesta Cheves, con mucho
carácter.
La situación es advertida por varias personas, provocándose un alboroto que,
finalmente, concluye con la autorización de las autoridades ticas, para que
Guillermo Yunge y Marisol Cheves ingresaran a la legación. Al ocurrir aquello,
ambos se encuentran con una imagen siniestra y pavorosa. Un gran charco de
sangre se desparrama por el piso, dejado por Jiménez al dispararse en la cabeza.
Ambos ingresan a las distintas dependencias en busca de los cadáveres. Marisol
Cheves toma siempre la iniciativa y se adelanta a su marido. Yunge va recono-
ciendo en su transitar a Roberto Nieto, Rocío Sariego y Christian Yuseff. ¡Hay
sangre en todos los rincones de la casa!
Otra vez, Marisol Cheves reacciona con desatino. No satisfecha con haber
60
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

ingresado, ni tampoco con la horrible escena que tiene ante sus ojos, decide con
cada una de las víctimas, propinar una serie de patadas a los cuerpos inertes. A
partir de aquello se levantan una serie de interrogantes que, a nuestro entender,
requieren respuestas claras y precisas: ¿Qué sentido o explicación tiene la insis-
tencia de Marisol Cheves para querer entrar a la embajada de Chile? ¿Por qué
asume roles protagónicos en situaciones que se supone, ella nada tiene que ver?
¿Por qué la señora Cheves propina patadas a Nieto, Sariego y Yuseff, si a esas
alturas ya se había comunicado, oficialmente, la muerte de todos ellos? ¿Busca-
ba, acaso, cerciorarse personalmente que hayan estado sin vida?
Cuando Yunge y Cheves abandonan la sede diplomática, caminan a la clínica
oftalmológica. Ahí están todos los sobrevivientes reunidos. Las mujeres lloran y
el desconsuelo inunda el ambiente. Ha llegado un sacerdote que hace una breve
oración, mientras todos se abrazan. Marisol Cheves busca con denuedo y obstina-
ción a César Gómez, a quien se le vincula con algún lazo de familiaridad. Al
menos, ellos siempre se han presentado como primos. Cuando Cheves lo ubica, se
acerca a él:
–¡César, mi amor, mi niño! –vocifera la mujer del embajador.
Ella lo abraza y acaricia, apartándolo del grupo y llevándolo a otra oficina.
Cheves y Gómez quedan solos.

˜'pMDPHKDEODUFRQ5REHUWR

Antes de conocerse el fatal desenlace, la esposa del primer secretario Nieto, Marcela
Guerrero García se entera, a través del ministro Insulza, que su marido está en la
lista de retenidos por el guardia Jiménez. Durante horas llama al celular de Rober-
to, pero nadie le contesta. A esas alturas, Guerrero está en su casa, acompañada
por Claudia, una amiga de nacionalidad argentina. Pasadas las 22:00 horas, otra
amiga de Guerrero, que está en los alrededores de la embajada, llama a Marcela:
–¡Prendan el televisor que ya salen!... ¡Ya terminó!... ¡Ya sale la policía! –
anuncia la amiga desde el otro lado de la línea.
Sin esperar más tiempo, Marcela y claudia prenden el televisor, ansiosas de
escuchar pronto el nombre de Roberto Nieto, en el listado de los rehenes liberados
por la policía. Las televisoras de San José llevan una maratónica jornada de
transmisión en vivo y en directo, informando todo el acontecer del asalto a la
embajada. Las imágenes nocturnas delatan a distintas personas que corren de un
lado para otro y camillas de ambulancias que se movilizan. Todavía no se confir-
ma si hay víctimas:
–¿Será ese Roberto? –pregunta Marcela, señalando una imagen en la pantalla
del televisión.
–¡No, ese no es! ¡Parece que ahí va! –indica Claudia.
Todo es confusión y ansiedad para ambas mujeres. De pronto, la transmisión
informa que hay cuatro muertos. Claudia, presumiendo que se acercaba una mala
noticia, y para evitar aún más la inquietud de Guerrero, apaga el televisor. La mujer
de Nieto está reprimiendo y mesurando sus sentimientos de pesar, para no alertar a
sus tres pequeños hijos. Luis Roberto, de trece años, Vicente de nueve y Tomás de
tres, están ignorantes de todo el acontecer y permanecen en una habitación de la
casa. Marcela Guerrero decide llamar al agregado cultural, Gustavo Becerra:
–¡Gustavo! ¿Qué pasa?... ¿dónde está Roberto?... ¡déjame hablar con él! –
exige la mujer.
61
7HUURUHQODHPEDMDGD

–¡No Marcela, yo voy para tu casa! –dice Becerra.


–Es que no quiero hablar contigo. ¡Déjame hablar con Roberto!...
–¿Está herido? –pregunta Guerrero intuyendo que algo anda mal.
–¡Marcela, tienes que ser muy fuerte! –advierte Becerra, con una voz de angustia.
–¡Mira, hijo de puta!, si no me dices la verdad, yo voy y te rasguño la cara
–increpa Guerrero, con desesperación.
–¡Está muerto! –sentencia su compatriota.
Una desconsolada y atormentada Marcela Guerrero grita con horror y triste-
za, lanzando lejos el teléfono, al mismo tiempo que corre escaleras arriba para
encontrarse con sus tres hijos. Los abraza tan fuerte como puede y llorando les
lanza una arenga:
–¡Su mamá los va a cuidar y proteger siempre!

—'HPHQFLDWHPSRUDO"

Los medios de prensa, en su gran mayoría, se han retirado del lugar para elabo-
rar las notas informativas que, en portada, inundarán los kioscos al día siguiente.
Solo quedan los expertos del OIJ, con personal de homicidios, para coordinar las
pericias que realizarán durante la madrugada. También ha llegado el doctor Luis
del Valle Carazo, jefe y director de la Medicatura Forense en San Joaquín de
Flores58, quien se encargará de inspeccionar los cuerpos in situ. De ello quedará
un registro audiovisual.
En la casa de Marcela Guerrero hay mucha gente que la acompaña, grupos
del Cuerpo Diplomático, además del ministro José Miguel Insulza y su señora.
Todos buscan solidarizar con el dolor de ella. El pesar y el sufrimiento se ha
adueñado de todos en esa casa. Algunas personas atienden a los hijos de Marcela
Guerrero, mientras otro grupo acompaña a la viuda. De pronto, hace ingreso al
hogar Guillermo Yunge y Marisol Cheves. Dan su pesar a Guerrero y se suman a
la aflicción que reina. Cheves se sienta en el comedor, junto a un grupo de muje-
res, e interactúa con ellas.
Claudia, mi amiga, que estaba sirviendo unos cafecitos, escuchó una conver-
sación, y la conversación era que ella (Marisol Cheves) exige entrar a la
embajada con Guillermo Yunge. Entra pateando los cuerpos… ¡ella pateando
los cuerpos!... los mueve, como una hazaña, buscando a César Gómez… y que
vio la sangre. ¡Pero disfrutaba relatando eso! ¡Ella disfrutaba relatando eso!
Yo no escuché el relato, en realidad lo supe después. Lo único que sé es que
yo la miro, algo está hablando, y antes que yo me entere, me pescan y me
alejan de ella59.
58
Corresponde a lo que en
Los medios de prensa escritos están a toda máquina ela-
Chile se conoce como el
Servicio Médico Legal. borando sus notas, y aunque hay algunas cosas claras, los
59
Relato de Marcela Guerre- periodistas no logran precisar las causas o motivaciones
ro para este libro. que tuvo Orlando Jiménez para cometer los crímenes. Al
60
«Muertes Instantáneas»,
parecer, la carta que anunciaba su traslado a otro punto de
diario Al Día, San José, Cos-
ta Rica, 30 de julio de 2004. vigilancia –a la residencia del ex presidente José Joaquín
Disponible en http://<www.- Trejos–, sería el detonante de todo, «la gota que rebasó el
aldia.co.cr/ad_ee/2004/julio/ vaso»60. Al menos, ese es el argumento que alude la fiscal
30/nacionales0.html>. Con-
Andrea Murillo para explicar las muertes que se dan desde
sultado el 10 febrero 2005.
un inicio. Dado lo incomprensible y desproporcionado del

62
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

hecho, y sin existir, hasta ese instante, ningún estudio científico de orden psicológi-
co o psiquiátrico en la persona de Orlando Jiménez, que pudiera determinar causas
reales que motivaran los homicidios, la prensa y también algunas autoridades
maquinan sus propias conclusiones: «demencia temporal».
Desgraciadamente, está claro lo que ocurrió, la persona en su demencia entró,
disparó y las personas murieron de inmediato (Ricardo Lagos Escobar)61.

El Presidente de ese país, Abel Pacheco, dijo estar «muy dolido, muy triste, es un
hecho lamentable. Chile es un país que los costarricenses amamos». El manda-
tario, también siquiatra, aseguró que el policía, José
61
Jiménez padeció ‘locura involutiva de tipo paranoico’ al «Justifican operativo en emba-
jada de Costa Rica», diario La
cometer los crímenes (diario La Nación de Chile)62.
Nación, Santiago, Chile, 28 de ju-
lio de 2004. Disponible en <http://
Antes de conocerse el (desenlace) final, el ministro www.lanacion.cl/p4_lanacion/site/
portavoz chileno, Francisco Vidal, había afirmado en artic/20040728/pags/20040728-
La Moneda (sede de Gobierno) que este hecho no 152540.html>. Consultado el 28 fe-
brero de 2005.
altera las relaciones con Costa Rica, pues se trata de 62
«Costa Rica declara duelo ofi-
un incidente aislado, de un oficial con cierto grado de cial y prepara misa», diario La
desquiciamiento (diario La Nación de Chile)63. Nación, Santiago, Chile, 28 de ju-
lio de 2004. Disponible en <http://
www.lanacion.cl/p4_lanacion/site/
Este funcionario policial hace cinco años que estaba a
artic/20040728/pags/ 2004072812-
cargo (de la seguridad), era amigo de todos quienes es- 4626.html>. Consultado el 28 fe-
taban ahí, era una persona conocida que era recibida con brero de 2005.
63
aprecio, con mucho cariño, entonces es tan inexplicable «Tragedia en embajada: Secues-
trador entró a asesinar», diario La
que una persona que estaba a cargo de la custodia de la
Nación, Santiago, Chile, 28 de ju-
embajada para evitar problemas de seguridad, tome una lio de 2004. Disponible en <http://
decisión de esta envergadura (Soledad Alvear)64. www.lanacion.cl/p4_lanacion/site/
artic/20040728/pags/20040728015-
429.html>. Consultado el 28 febre-
El Fiscal General de Costa Rica, Francisco Dall’Anesse,
ro de 2005.
afirmó hoy que el incidente ocurrido ayer en la emba- 64
«Cancillería coordina apoyo a
jada de Chile, el cual dejó un saldo de cuatro vícti- familiares de víctimas de secues-
mas, no fue un secuestro sino un homicidio (…) No trador», diario La Nación, Santia-
go, Chile, 28 de julio de 2004. Dis-
hubo ningún motivo ideológico, demanda, petición de
ponible en <http://www.lanacion.cl/
rescate o reivindicación del hecho (…) El fiscal subra- p4_lanacion/site/ artic/20040728/
yó que hasta ahora se desconoce el móvil del crimen, pags/20040728102947.html Con-
y que la única teoría es que el guardia estaba moles- sultado el 28 febrero de 2005.
65
«Autoridades afirman que inci-
to porque autoridades chilenas habían solicitado su
dente en embajada no fue secues-
traslado a otro puesto de trabajo (diario La Nación de tro», diario La Nación, San José,
Costa Rica)65. Costa Rica, 28 de julio de 2004.
Disponible en <http://www.nacion.-
com/ln_ee/2004 /julio/28/ultima-
Con la tesis de una locura o demencia temporal, se ce7.html Consultado el 14 febrero
intenta dar explicación a lo inexplicable. Ninguna de 2005.
66
«Tragedia en embajada de Cos-
las personas que conoce a Orlando Jiménez logra desci- ta Rica: Secuestrador y tres chile-
frar lo sucedido. Todos hablan de una excelente persona: nos muertos», diario electrónico
El Mostrador Santiago, Chile. 28
de julio de 2004. Disponible en
Su superior, el comandante Eliécer León, aseguró que <http://elmostrador.cl/modulos/noti-
este era un policía «responsable, serio, el mejor ofi- cias/constructor/detalle_noticia.-
cial que he tenido. ¿Qué le pasó?, no sabemos, todos asp?id_noticia=139630>. Consulta-
do el 10 febrero de 2005.
cometemos errores (diario electrónico El Mostrador)66.

63
7HUURUHQODHPEDMDGD

Este señor (Orlando Jiménez) debe ser una de las personas más bondadosas,
más bien educadas que conocíamos. Es una persona realmente humana, su
perfil es increíblemente de una persona transparente, servicial, y principal-
mente bondadoso. Por eso nos resulta tan difícil aceptar una situación tan
dolorosa como la que vivimos (Gustavo Becerra Vásquez)67.

Jiménez destacaba porque era más atento que los otros dos (guardias), nun-
ca lo ví enojado (Leonardo Banda Maldonado)68.

Para mí, don Orlando era la persona más preparada, más educada, más
servicial (Jesús Abarca)69.

De Jiménez le puedo decir que era una persona muy tranquila, el más simpá-
tico de todos los policías, era muy buena persona. Jamás me hubiera imagina-
do que esta persona fuera la causante de la tragedia (Leonardo Guerra)70.

Al día siguiente de la tragedia diplomática, en una conferencia de prensa,


encabezada por el Presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, y acompañado del
ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Tovar; por el ministro de la Presiden-
cia, Ricardo Toledo y el ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, mani-
fiestan al pueblo de Chile «el profundo dolor y la gran consternación por el triste
desenlace». Junto con ello, Ramos decide aclarar públicamente algunos detalles
de la persona de Orlando Jiménez, para evitar suspicacias y ciertas críticas que
ya circulaban, cuestionando la tardanza en el rescate y la poca rigurosidad que
habría en la selección del personal policial, destinado a la vigilancia de sedes
diplomáticas:

Esta persona entró a laborar en 1997 y fue calificado de una manera adecua-
da en las pruebas que se le realizaron, tanto de carácter físico, psicológico
como médico. Posteriormente, ingresó a la Academia de
67
la Fuerza Pública, donde obtuvo el grado de agente de
«Tres chilenos mueren en
toma de embajada», Chi- policía con buenas calificaciones. También ahí fue eva-
le.com, Santiago, Chile. Dis- luado psicológicamente, sin detectársele ningún rasgo
ponible en <http://www.chi- de personalidad que pusiera en peligro a las personas.
le.com/tpl/articulo/detalle/ Finalmente, fue vuelto a evaluar cuando se dio una prue-
ver.tpl?cod_articulo=56825>.
Consultado el 10 febrero de ba para conducir, de modo que fue evaluado de manera
2005. reiterada, y en ninguna circunstancia se le encontraron
68
Declaración hecha por rasgos importantes de peligro. En segundo lugar, a lo
Leonardo Banda al OIJ, In- largo de su trayectoria, y revisando su expediente de
forme OIJ, pág. 22.
69
Declaración hecha por Je- personal, en los distintos lugares donde se desempeñó,
sús Abarca al OIJ, Informe Jiménez no mostró conductas inadecuadas. Es interesan-
OIJ, pág. 31. te en su hoja de vida, destacar que no hay siquiera una
70
Declaración hecha por llamada de atención, ni una causa que se le haya segui-
Leonardo Guerra al OIJ, In-
forme OIJ, pág. 34. do por algún motivo, especialmente por algún tipo de
71
Conferencia de Prensa del abuso de autoridad o de algún rasgo de violencia. De
gabinete del presidente Abel modo que estamos ante una persona que, al menos en
Pacheco. Archivo de Prensa el papel, mostraba cualidades adecuadas para el desem-
(videograbación) producido
por Teletica, canal 7 de te- peño de estas funciones71.
levisión, San José, Costa
Rica, julio de 2004.

64
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

La incertidumbre del hecho también se extiende a la familia del victimario.


Ellos están en la más completa indefensión, puesto que nunca, durante la negocia-
ción, se les consideró como herramienta útil para persuadir a Jiménez que abando-
nara la toma. Al igual que quienes lo conocieron, no comprenden lo que sucedió:
Ha sido bastante desconcertante. No tenemos una explicación, no tenemos
una respuesta lógica de qué pudo haber pasado. En este momento las auto-
ridades se han puesto bastante herméticas en ese sentido (…). Hasta donde
nosotros tenemos entendido mi padre se llevaba muy, muy, muy bien con los
funcionarios de la embajada (...). Siempre hablaba maravilla de los funciona-
rios. Para él todo era la embajada de Chile y estamos realmente desconcerta-
dos (…). Él fue una persona tranquila, servicial, no tenía ningún vicio, no
fumaba, no tomaba (...). Una persona extremadamente tranquila que nunca
le gustó agredir a nadie, jamás. ¡Esto es increíble! (Randall Jiménez)72.

72
«Hijo de policía pide dis-
culpas inmensas a Chile»,
diario La Nación, San José,
Costa Rica, 28 de julio de
2004. Disponible en <http://
www.nacion.com/ln_ee/2004 /
julio/28/ultima-sr8.html>. Con-
sultado el 14 febrero de 2005.

65
7HUURUHQODHPEDMDGD

/DFRQJRMDGHORVWLFRV\ODVJHVWLRQHVGHODVDXWRULGDGHV

Al día siguiente, el miércoles 28 de julio, toda Costa Rica amanece consternada


por las muertes y por lo descarnado e irracional del hecho. Los titulares de los
diarios reflejan la tragedia y el gobierno costarricense decide decretar tres días de
duelo nacional, con todas las banderas del país a media asta. El Presidente Pacheco
expresa sus condolencias al pueblo chileno y a los familiares de los fallecidos: «Es
una dolorosa tragedia que nos causa consternación por tratarse de una situación
inédita y que afecta a diplomáticos de una nación a la que nos unen históricos
lazos de amistad y solidaridad (…) nos duele sobremanera porque Costa Rica ha
sido un país que acogió a numerosos chilenos que pudieron rehacer sus vidas en
tranquilidad y paz», declara el mandatario.
En la misma oportunidad, durante una conferencia de prensa, el ministro de
Seguridad, Rogelio Ramos, destaca la actuación de los cuerpos policiales que
«apegados al más estricto respeto a la sede diplomática, solamente ingresaron a
la embajada cuando de común acuerdo con el embajador de Chile, se autorizó el
ingreso de los oficiales»73.
A partir de ese instante, las autoridades ticas inician una fluida comunicación
con sus pares en Santiago, para coordinar aspectos en la repatriación de los cuer-
pos, además de una serie de trámites tendientes a coexistir y corresponder algunas
versiones dispares, emitidas tanto por familiares de las víctimas, como por distin-
tos mandos oficiales. Las críticas a la tardanza en el ingreso de la policía y el
dilema existente ante una eventual sobrevida de Nieto, Yuseff y Sariego, obliga a
las autoridades disipar las dudas. Para ello, José Miguel Insulza decide visitar al
doctor Luis del Valle en su oficina, en la Medicatura Forense.
Al conmemorarse el primer aniversario de la tragedia diplomática, el 27 de
julio de 2005, para este escrito tomamos contacto telefónico con el galeno Del
Valle Carazo y solicitamos aclarar lo vivido hacía un año:

PERIODISTA: ¡Al día siguiente de la matanza, usted nos dijo que el ministro Insulza había ido a
su oficina!
LUIS DEL VALLE: Sí, sí, estuvo aquí el ministro Insulza, estuvo en mi oficina.
PERIODISTA: ¿Qué cosas le comentaba él?
LUIS DEL VALLE: ¡Ah, no me acuerdo!, pero él estaba sumamente preocupado por la situación,
queriendo alivianar las cosas para que las familias sufrieran lo menos posible. ¡Eso es lo que
recuerdo!
PERIODISTA: ¿Él le preguntó respecto a si tuvieron sobrevida los…?
LUIS DEL VALLE: Sí, sí, todos ellos me preguntaron. El ministro Insulza
y el señor embajador Yunge. Sí, todos ellos estaban muy preocupados
73
Comunicado de prensa de la situación y nosotros teníamos que dar razón, no solo a ellos,
redactado por el gobierno
sino a la administración de justicia costarricense sobre esta situa-
costarricense y publicado a
la opinión pública. Disponi- ción, porque es muy seria nuestra función, en tanto tiene que valorar-
ble en <http://www.go.cr/ se la actuación de las autoridades policiales, de si la entrada de
Informacion/Boletines/2004/ ellos, o no, en el momento indicado, pudo haber salvado vidas, y
julio/Chile.doc>.
74
nosotros le pusimos especial énfasis al estudio, para demostrar cuánta
En el cuarto capítulo abor- 74
daremos la sobrevida de los sobrevida tuvieron estas personas (…) .
cuatro fallecidos y analiza-
remos las visiones radical- Las dudas no se circunscribieron sólo al tema de la tar-
mente opuestas que tienen
danza y la sobrevida, puesto que, si bien, se adujo la entre-
expertos forenses en Chile.
ga de una carta como principal detonante de la tragedia,
66
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

ningún antecedente serio y responsable, transcurrido menos de 24 horas, permitía


asegurar que ello haya provocado el desaguisado. Por lo demás, la Cancillería
chilena manejaba mucha más información de lo que se había dado a conocer
públicamente. Al interior de esta repartición circulaban antecedentes de serias
irregularidades, de orden administrativo, que recaían en la persona del embaja-
dor, Guillermo Yunge. Por lo mismo, la canciller en Chile, Soledad Alvear, optó
por disponer un trabajo de investigación al abogado y Ministro Consejero, Eduar-
do Gálvez Carvallo. El funcionario diplomático estaba en la embajada de Chile en
Washington, y viajó desde Estados Unidos rumbo a San José. La ministra de Rela-
ciones Exteriores, también resuelve trasladar a tres funcionarios para colaborar
con Yunge: Ricardo Concha, embajador y director general consular de la Cancille-
ría, que estaba en comisión de servicio en Venezuela; al consejero Jaime Bascuñán,
desde México; y al segundo secretario, Marcos Correa, desde Guatemala.
El Presidente de Chile, Ricardo Lagos informa en La Moneda, que el gobierno
ha decretado 48 horas de duelo oficial por la pérdida de dos «grandes funciona-
rios», en alusión a Roberto Nieto y Christian Yuseff. A escasas cuadras del Pala-
cio de Gobierno, en la Catedral Metropolitana, una misa congrega a familiares
del primer secretario, del cónsul y de la secretaria cultural, Rocío Sariego. Para-
dójicamente, la homilía se celebra en el mismo lugar donde cuatro días antes, el
sábado 24 de julio, el joven Rodrigo Orias había asesinado al sacerdote italiano
Faustino Gazziero, degollándolo en presencia de los feligreses, una vez que con-
cluyó la misa de las seis de la tarde. Después de ello, Orias atentó contra su vida
buscando el suicidio, pero no lo consiguió. Las investigaciones posteriores indica-
ron que el joven estuvo relacionándose con elementos propios del mundo satánico
y que habría actuado motivado por su credo.
El Presidente Lagos medita al respecto y llama a preservar la paz en el país:
«Repentinamente, ocurren hechos como el del sábado último, en la Catedral
Metropolitana, o como ayer, en un país sereno como es Costa Rica, y nos tiene
que hacer meditar sobre cómo somos capaces de apreciar cada día, lo que hemos
conquistado y lo que tenemos entre nosotros (…). Dos mentes extraviadas, allá y
acá, nos han traído congoja a tantos. Esperemos que estos hechos no se repitan»,
sentencia el mandatario.
En San José de Costa Rica, Marcela Guerrero enfrenta «el día después» con
pesar y siempre acompañada por sus amigas que, a partir del fatal desenlace,
nunca dejaron de prestarle apoyo.
La viuda de Nieto había intentado, el día anterior, concurrir a la embajada
para ver el cuerpo de su marido, pero no la dejaron. Hoy era la oportunidad de
concretar la necesidad humana de hacer frente al duelo. En el transcurso de la
mañana, Guerrero recibe un llamado telefónico: «Me llama Yunge, y Laura esta-
ba al lado mío, y le digo: ‘¡Quiero ver a Roberto! ¿Me va a venir a buscar?,
porque no estoy en condiciones de manejar. ¡Necesito que me lleven!’. Entonces,
Yunge me dice: ¡Ya verás cómo llegas! Yo tiro el teléfono de la rabia, entonces
Laura habla con él y le da indicaciones de cómo llegar a la morgue. Entonces,
otra amiga me llevó. Yo dije para mí: ‘No puede ser tan cabrón de contestarme
así’. Yo ya le tenía resentimiento. Lo veo allá con Marisol Cheves, junto al minis-
tro Insulza. Después de eso me fui a mi casa»75.
Ese mismo día, a las seis de la tarde, se realiza una misa en la Catedral
Metropolitana de San José, en honor a las tres víctimas del
guardia. Los féretros de los tres chilenos están cubiertos 75 Relato de Marcela Guerre-
por banderas chilenas. Al acto religioso asiste el Presidente ro para este libro.

67
7HUURUHQODHPEDMDGD

Pacheco, ministros y diputados, además de Insulza con su señora, y Guillermo Yunge


con Marisol Cheves. El mandatario costarricense, declara que «Costa Rica y Chile
están hermanos en el dolor», y cataloga las muertes como un acto «inexplicable».
Entretanto, en el frontis de la embajada, desde tempranas horas, centenares de
personas de todas las nacionalidades se reúnen para depositar ofrendas florales a
los pies del mástil. El pabellón patrio luce abatido y a media asta. Al anochecer,
espontáneas muestras de cariño, pesar y congoja se acumulan en un libro de
condolencias ubicado al ingreso de la sede diplomática. Las primeras velas en-
cendidas en la acera indican el inicio de una vigilia que duraría toda la noche.

/RVIXQHUDOHVGH2UODQGR-LPpQH]

El jueves 29 de julio, los cuestionamientos al manejo de crisis y las dudas existen-


tes respecto a la posibilidad de que haya habido sobrevida en cualquiera de las
tres víctimas chilenas, exigió a las autoridades de ambos países encontrar vere-
dictos científicos que permitieran apaciguar la incertidumbre. La viuda de Nieto
manifestó que las autoridades no actuaron con prontitud, mientras que la canci-
ller Alvear dejaba todo en manos de la fiscal que investigaba el caso en San José.
En Santiago de Chile, temprano en la mañana, el Presidente Ricardo Lagos
reiteraba su confianza en el procedimiento asumido por la policía de Costa Rica,
en conjunto con los representantes chilenos: «Es fácil, siete horas después (que
Jiménez tomó la embajada) decir por qué no entraron antes, si estaban muertos.
Entonces la responsabilidad no es fácil, para decirlo francamente. No es fácil
decir: ‘sí, que entren’. No necesito expresarles cómo quedamos en los próximos
minutos, a la espera de cuál iba a ser el desenlace. Cuando nos damos cuenta de
lo que había ocurrido, del drama que significó… Ahora que se sabe todo, que
prácticamente murieron de inmediato, porque con un arma M-16 nadie queda
vivo, no hay posibilidad alguna», sentencia el mandatario en entrevista otorgada
a Televisión Nacional de Chile76.
Esta investigación plantea, en el cuarto capítulo, dudas razonables ante esta
afirmación, sentencia y convicción con que el Presidente Lagos, y otras altas
autoridades, hacen frente al tema. Hay que considerar que desde el primer mo-
mento en que ocurre la tragedia, se habla de que murieron «instantáneamente»,
sin mediar un fundamento científico. Por lo demás, solo el viernes 30 de julio se
conocerían los resultados de las autopsias forenses.
La justificación de que los disparos fueron realizados con un arma de guerra,
y que por ello se asegura una muerte instantánea, es una falacia que abordaremos
más adelante. También, se suma el hecho que Lagos asume como su responsabi-
lidad, la decisión final de ingreso para el rescate, cuando, en realidad, no se
condice con la lejanía física con que el Presidente siguió
76
«Gobierno encargó inves- los hechos, ni con las contradicciones que el mismo emba-
tigación interna por trage- jador Yunge plantea al decir: «La policía entró cuando yo
dia en embajada», diario La lo autoricé», además de otras tantas variables que sacare-
Nación, Santiago, Chile, 29 mos a relucir.
de julio de 2004. Disponi-
ble en <http://www.lanac- En la casa del guardia Jiménez la conmoción es total.
ion.cl/p4_lanacion/site/ edic/ Los puriscaleños están desconsolados y con una amargura
2 0 0 4 _ 0 7 _ 2 9 _ 1 / h o m e / incontenible. Orlando Jiménez era un ciudadano respetado
home.html>. Consultado el y querido por todos quienes lo conocieron. Familiares,
28 febrero de 2005.
amigos y conocidos de la estirpe Jiménez-Guzmán, han
68
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

pasado la noche en vela, acompañando a la señora Dora, Andrea y Randall


Jiménez. Algunos medios de prensa que cubren la información, son testigos de las
demostraciones de afecto y cariño:
Hortensia Mora dice que a este hombre nunca lo observó enojado o maltra-
tando a alguien. ‘era un vecino modelo de quien uno no puede tener quejas’,
señala. (…) Giovanni León Gamboa, otro de los vecinos próximos a la casa de
José Orlando, califica la situación como muy extraña porque ellos no tienen
ninguna explicación de por qué ocurrió este hecho de sangre. ‘El pueblo está
consternado porque este vecino no era el tipo de persona de la cual se
llegara a pensar que iba a realizar una cosa de estas. Era amable, una
persona que vivía y dejaba vivir a los demás, dedicado a su trabajo’ (diario
Extra de Costa Rica)77.

Los hijos de Orlando Jiménez, al ser consultados por nuevos antecedentes o


hipótesis que pudieran tener, respecto de lo sucedido hacía dos días, dejar todo en
un punto muerto. Nadie se explica el origen de la tragedia.
Él se llevaba muy bien, particularmente con el cónsul y hasta en un momento
le regalaron una gorra de Chile y se sentía bastante orgulloso de que se la
dieran. Hablaba siempre genialidades de ellos (…). Lo ocurrido no es un
asunto planeado, es algo fortuito que sale de la nada, no estás esperando
nada de esto, entonces el sentimiento es de angustia, de dolor, es hasta
cierto punto de impotencia al ver que no pudiste hacer nada. Ahora lo que
queda es buscar que la familia esté unida (Randall Jiménez) (…). Andrea
explica que a su padre ni siquiera le gustaba andar con armas, mucho menos
salir de cacería o algún hecho similar. ‘Uno de los puntos positivos que mi
padre señalaba de mantenerse en la embajada era que no estaba expuesto a
enfrentar riesgos donde se podía ver obligado a utilizar el arma… (diario
Extra de Costa Rica)78.

Pasado el mediodía, el cortejo fúnebre parte rumbo a la parroquia de Santiago


de Puriscal. Allá, la cantidad de gente que se reúne en torno a este «hombre
asesino», alcanza cerca de un millar que abarrota la iglesia. La masiva convoca-
toria en torno a un agente de la policía que comete un crimen horrendo, y más
durante un día de semana laboral, es un fenómeno inusual. Algunas personas
consultadas por esta investigación y cercana a los hechos
ocurridos el 27 de julio de 2004, manifestaron su molestia, 77 «Buen padre, buen espo-
argumentando que los medios informativos, en general, so, buen vecino y buen po-
«dejaron a este asesino como un héroe», y atribuyen el licía», diario Extra, San
fenómeno a un tema sociocultural y de idiosincrasia de los José, Costa Rica, 29 de julio
de 2004. Disponible en
costarricenses. Lo cierto, es que aquellas aseveraciones solo <http://www.diarioextra.com/
pretenden caricaturizar al tico, en consecuencia que nada 2 0 0 4 / j u l i o / 2 9 / s u c e s o s
de ello ha sido demostrado. Lo efectivo y real, es que la 02.html>. Consultado el 23
diciembre de 2005.
imagen de Orlando Jiménez despertó en los puriscaleños y, 78
Ibídem . Vale aclarar que
principalmente, en quienes compartieron con su persona, cuando Randall Jiménez
una desazón, incomprensión e incredulidad ante los hechos. hace alusión a «el cónsul»,
Muchos llegaron, incluso, a creer que Jiménez nunca co- lo que intenta es referirse
metió los crímenes. Es que este hombre nunca tuvo antece- al primer secretario, Rober-
to Nieto, y no a Christian
dentes de trastornos de personalidad, ni anomalías de corte Yuseff. Esta confusión de
psicológico o psiquiátrico que pudieran determinar a un cargo también se produce
ser vulnerable y susceptible de actos violentos. Todo lo en otros testimonios.

69
7HUURUHQODHPEDMDGD

anterior se proyecta en esta masiva convocatoria al funeral, digna de un artista u


hombre público, a quien se le reconoce su talento o trayectoria. Pero, en este caso,
nada de eso existe, simplemente habla de un hombre común y corriente que era
reconocidamente amigo de mucha gente, respetado y querido. Para ninguno de
los asistentes a la misa tiene explicación lógica y racional, lo ocurrido el martes
27 de julio de 2004.

::: Aquí y en la página siguiente, imágenes de los funera-


les de Orlando Jiménez (capturas de pantalla), en las
que se aprecia la gran cantidad de concurrentes.

70
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

También concurren a la misa fúnebre, compañeros de Jiménez en San Pedro


Montes de Oca. Estos oficiales tenían prohibición del alto mando para asistir a
las exequias, sin embargo, igual se presentaron, a riesgo que pudieran recibir una
sanción.
El féretro está instalado frente al altar. La parroquia está repleta de gente y
curiosos que quieren solidarizar con la familia. «Esta es una tragedia que enluta
a toda Costa Rica, pero hoy estamos todos aquí reunidos para decirle a esta
familia que no están solos», declara Olga Acuña, una vecina que hace uso de la
palabra al final de la misa.
El sacerdote Marco Bonilla oficia la misa y expresa sus condolencias al pue-
blo de Chile y sus deseos de solidaridad para con la familia del malogrado poli-
cía. Compañeros de Jiménez hacen guardia a los costados del ataúd, como una
manera de rendirle homenaje. Antes de finalizar la ceremonia, Randall Jiménez
se levanta de su estrado y camina al podio para tomar la palabra, con especial
atención a los medios de comunicación que cubren la noticia. El silencio es total
en la iglesia:

71
7HUURUHQODHPEDMDGD

«Todas estas muestras de solidaridad nos indican ¡Quién era realmente mi


padre! ¡Muéstrenlo al mundo, como han mostrado todo lo que ha acontecido!
Aquí, el pueblo de Puriscal, que estamos hoy reunidos, le podemos decir a la
prensa quién era Orlando Jiménez. ¡Indíquenle al país y al mundo lo que ha
pasado, investiguen lo que ha ocurrido con mi padre! Detrás de todo esto hay
familiares, amigos, tíos, esposas e hijos que también sufrimos amargamente,
porque a nadie... a nadie le deseo que pase por esta situación. ¡No la muerte
de un familiar, no simplemente y sencillamente eso!, sino las condiciones en
que se ha dado todo. Porque los 53 años de mi padre no se van a borrar por
un hecho, porque a estas alturas existe mucha confusión y esperamos que las
autoridades costarricenses y chilenas se aboquen a investigar, sea cual sea
el resultado final, porque quedan muchas dudas... ¡demasiadas! Dudas de las
que nosotros no tenemos respuestas para ellas, solo el Señor (Dios) y mi
padre saben lo que pasó. ¡Medios de comunicación, hagan eco de esto!,
llévenlo al mundo, diciendo que Orlando Jiménez no es un criminal, ni nada
que se le parezca. Las razones, él y Dios las sabrán, pero aquí hay un pueblo,
una familia que les puede decir, fehacientemente, quién era Orlando Ulises
Jiménez Jiménez y cómo fue hasta el último día de su vida», concluye.

Un fuerte y prolongado aplauso nace en forma espontánea, de todos los pre-


sentes. Un joven monaguillo tañe y repica la campana de la iglesia anunciando la
salida del féretro. Afuera, cientos de personas dificultan la salida del carro que
transporta al difunto.

::: A las 15:20 del jueves 29 de julio de 2004, concluye el responso celebrado en honor
a Orlando Jiménez y sus restos son trasladados al cementerio de Puriscal, situado en
una de las tantas lomas que conforman la accidentada geografía costarricense. El
campo santo está revestido de abundante pasto y zonas verdes. El nicho que lo
cobija tiene en la lápida recordatoria el sobrenombre que cariñosamente lo identifi-
caba: «Pepino» (captura de pantalla).

72
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(OUHJUHVRD&KLOH\ODVDIUHQWDVDOHPEDMDGRU

Una misa en la iglesia San Bosco, de San José, rinde los últimos rezos por el
eterno descanso de Nieto, Yuseff y Sariego. El cuerpo del primer secretario, Ro-
berto Nieto, es cremado con posterioridad, según el deseo de su esposa.
El viernes 30 de julio, los medios de prensa en Costa Rica y Chile, comunican
y confirman que los tres chilenos muertos en la embajada fallecieron de forma
inmediata. Así lo sentencia el informe que entrega el médico forense, Luis del
Valle Carazo, quien además destaca la prolongada resistencia que tuvo Jiménez,
catalogándola de «excepcional»:
El policía murió a consecuencia del sangrado, no por la lesión en el cerebro
(…). La lesión pequeña se iba desangrando lentamente… Su capacidad de
ejecutar acciones iba de más a menos. Iba perdiendo la capacidad de ejecu-
tar acciones en una cur-
va descendente. Pierde
la fuerza, la capacidad
de deambular. Va dismi-
nuyendo poco a poco y
después queda postra-
do y muere por pérdida
de sangre’ (…). El mé-
dico (Luis del Valle) con-
firmó que Jiménez per-
dió un rato la concien-
cia y después volvió a
levantarse (…). ‘Es un
caso excepcional, inte-
resantísimo… Sobrevive
mucho por una explica-
ción médica muy clara,
pero alguien que sopor-
te varias horas, después de haber sufrido un disparo de una M-16, ¡es rarísi-
mo! Desde un punto de vista científico es un caso muy interesante, de los que
se publican en revistas científicas’, manifestó el jefe de patología forense
(diario Al Día, de Costa Rica)79.

Para las autoridades, las pruebas forenses buscaban poner fin a versiones de la
prensa, donde se insinuaba que pudo salvarse la vida de alguno de los chilenos.
El sábado 31 de julio, en un vuelo 651 del Grupo Taca, los féretros de Christian
Yuseff y Rocío Sariego emprenden vuelo con destino a Chile. En las primeras
horas del día domingo 1 de agosto, durante la madrugada, aterrizan en el Aero-
puerto Internacional de Santiago y de inmediato son trasla-
dados en tres carrozas fúnebres, a la Academia Diplomáti- 79 «Muerte de guardia civil
ca, una de las cuales lleva simbólicamente un ramo de ro- fue lenta», diario Al Día, San
sas blancas, representando a Roberto Nieto, cuyas cenizas José, Costa Rica, 30 de julio
quedaban con su esposa en Costa Rica. de 2004. Disponible en
< h t t p : / / w w w. a l d i a . c o . c r /
Pasado el mediodía, después de ser velados, el cortejo a d _ e e / 2 0 0 4 / j u l i o / 3 0 /
se dirige a la parroquia Santa Elena, en la comuna de Las nacionales0.html#120059>.
Condes. Una masiva asistencia se reúne para el oficio reli- Consultado el 14 febrero de
gioso que se inicia pasadas las 13:00 horas. Los ataúdes de 2005.

73
7HUURUHQODHPEDMDGD

Christian Yuseff y Rocío Sariego están cubiertos con la bandera chilena y una foto
enmarcada de cada uno. Alegóricamente, otra fotografía de Roberto Nieto se
posa sobre una pequeña mesa con un manto blanco. El sacerdote Luis Eugenio
Silva pronuncia la homilía, con un sentimiento especial, dado que uno de los
hijos del extinto primer secretario es su ahijado. Están presentes altas autoridades
del gobierno, como el Presidente Ricardo Lagos y su esposa; la canciller, Soledad
Alvear; el ministro del Interior, José Miguel Insulza; ministros de Estado, diplo-
máticos y los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado, Pablo Lorenzini
y Hernán Larraín. Además de los familiares, amigos y conocidos de las víctimas.
Al finalizar la misa y conteniendo la impotencia, la tristeza y el desconsuelo
por perder a uno de sus tres hijos, el padre del cónsul Christian Yuseff, Juan
Antonio Yuseff, abogado de setenta años de edad, profirió a modo de catarsis una
serie de epítetos que apuntaban al desempeño de quien consideraban, era el gran
ausente en la ceremonia: el embajador Yunge. «Mi hijo tenía una vocación de
servicio extraordinaria. En el centenario del natalicio de Neruda, el señor Nieto,
esta chica hermosa que se nos fue y mi hijo, estaban en labores domésticas: mi
hijo comprando el vino que faltaba, la chica dibujando con sus sueños al poeta
inmortal. Pero había un gran ausente, y lo digo porque soy espartano, entierro a
mi hijo heroicamente y él no tenía que morir…» Sus dichos son interrumpidos por
funcionarios de la Cancillería, que intentan evitar la alarma y curiosidad de la
prensa. «… ¡Perdón, pero tengo que decirlo! Tal como lo dijo la ministra de
Relaciones Exteriores, trabajar en diplomacia, que algunos creen que es comer
sandwich y canapés, es estar sujeto a permanente riesgo, y el señor embajador de
Chile en Costa Rica es el gran ausente. ¡Quiero que lo sepa todo el mundo! La
colonia chilena había pedido su destitución por mucho tiempo, era odiado y ese
debería ser el victimado. Lo digo sin odio, ni resentimiento».

74
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Yuseff dijo tener antecedentes concretos dados por su (otro) hijo abogado, en
cuanto a que la señora del diplomático asesinado Roberto Nieto ‘tuvo expre-
siones de protesta irreproducibles contra Guillermo Yunge, diciéndole váyase,
y huyendo este último como los ratones antes de hundirse el barco (diario
electrónico Emol)80.

Durante esta investigación, tomamos contacto con Marcela Guerrero y, tras una
prolongada charla, pudimos comprobar que, efectivamente, días antes, después de
cremar el cuerpo de Roberto Nieto, Guerrero enfrentó a Yunge en su oficina:

MARCELA GUERRERO: Siempre Guillermo Yunge aparecía (en la embajada) con Marisol Cheves.
No importaba la hora, aparecía por el corredor oscuro, entrando a mano izquierda, y se
encerraba en su oficina. En vez de decir: «¿Cómo están? ¿Qué han hecho? ¿Qué se está
haciendo?». ¡Yo creo, sería lo lógico! Yo dije: «Ya no doy más…a este lo enfrento». Yo le digo
al embajador Ricardo Concha (Director General Consular de la Cancillería): «Yo quiero ir a
hablar con Guillermo Yunge». Él me dice: «Marcela, ¿estás segura que quieres ir a hablar?».
«Sí», le digo, «necesito hablar con él». «Yo la acompaño», me dice Concha. Golpeo la puerta
(de la oficina del embajador) y abriendo, Guillermo me dice: «¡Pasa!». Entro y Marisol
(Cheves) está sentada. Él en el escritorio me vuelve a decir:
«Marcela, ¡entra!». Entonces le dije, «Guillermo, quiero hablar
contigo… Marisol, ¡sale!» Ella me dice: «¿Esta es una conver-
sación privada?». «Así es… tú sale de aquí». Se quedan
Guillermo, Ricardo Concha y yo. Entonces le digo: «¡El nombre
de embajador te queda muy grande! Es la primera vez que me
toca encontrarme con una persona como tú. Roberto tenía que
taparte todas las llamadas telefónicas producto de tus escán-
dalos y peleas en la residencia, con las quejas de los vecinos».
Entonces, él me dice: «¡No Marcela!, ¿de dónde sacas eso?...
¡eso es falso!». «No», le dije yo, «esto lo saben todos. Tú no
llegabas nunca a trabajar. Hubo días en que te desaparecías,
llegabas a las doce, una de la tarde. ¡Eres el peor embajador que me ha tocado ver en la
vida!... Yo creo que tú vas a necesitar mucha suerte, porque yo la tengo». Creo que fueron
entre cinco o diez minutos que estuvimos ahí.
PERIODISTA: Ricardo Concha, ¿qué hizo?
MARCELA GUERRERO: Solo escuchó. Yo salgo y Ricardo Concha sale detrás
mío. Dejamos a Guillermo Yunge. A los dos minutos sale él llorando, diciendo: «¿Por qué
Marcela me dice esto, por qué ella me trata así? ¿De dónde saca ella todo eso?» De ahí, por
supuesto, nunca más lo saludé, nunca más le dirigí la palabra, pero se lo dije en su cara. ¡Me
desahogué!
PERIODISTA: ¿Y Roberto…?
MARCELA GUERRERO: Roberto nunca llegaba tarde a la casa… ¡Ojo!, nunca llegaba tarde, el
problema es que era mucho trabajo encima de él. Es por eso que Roberto andaba estresado,
nervioso.
PERIODISTA: Pero, ¿Roberto te manifestaba que andaba estresado y 80 «Cancillería llama a infor-
mar a embajador en Costa
nervioso?
Rica», emol.com, Santiago,
MARCELA GUERRERO: Es que me decía: «Este huevón no estuvo hoy Chile. Disponible en <http://
y tuve que hacer esto y lo otro», y eso lo ponía nervioso y no se www.emol.com/noticias//na-
desconectaba del trabajo. cional/detalle/detalleno-
ticias.asp? idnoticia=154787>.
Consultado el 10 febrero de
2005.

75
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›4XLHURDFODUDUTXHHQHOPHVGHMXQLRODFDQFLOOHUœ

Después que Christian Yuseff es sepultado en el Parque del Recuerdo y Rocío


Sariego cremada, los dichos proferidos por el padre del difunto cónsul no dejaron
indiferentes a nadie. Con el transcurrir de los días, desde Costa Rica, Yunge deci-
de elaborar una carta en respuesta a esas críticas que trascienden a su gestión y
capacidad en el cargo. Los canales están abiertos en la Cancillería, principalmen-
te, por la ministra Alvear, para acoger a «su amigo» demócrata cristiano. «La
nota de Yunge fue acordada con las autoridades superiores de la Cancillería y de
hecho fue distribuida por el sistema de prensa de la cartera que dirige Soledad
Alvear»81. Pero, esa misma carta delataría las evidentes contradicciones en algu-
nos argumentos aludidos por Yunge y plazos dados por Soledad Alvear:

Ante las últimas informaciones de prensa referidas a los trágicos


sucesos acaecidos en la Embajada de Chile en Costa Rica que costa-
ron la vida a tres distinguidos compatriotas, y ante la insistencia de los
medios de comunicación para obtener declaraciones, deseo expresar
lo siguiente:

Reitero mis más profundas condolencias a las familias, amigos y


diplomáticos por la pérdida irreparable de Roberto Nieto, Christián Yuseff
y Rocío Sariego, nuestros tres destacados funcionarios muertos en
cumplimiento de su deber, trabajando por nuestro país en el exterior.
Desde el minuto en que fui informado de la dramática situación que
se vivía al interior de nuestra embajada, puse todo mi empeño en lograr
un desenlace con las menores consecuencias posibles para mis cola-
boradores. Por desgracia, ya nada se pudo hacer por Roberto, Christián
y Rocío. Solo hacernos cargo de la terrible tarea de reconocer sus
cuerpos, de los trámites forenses y todas las acciones derivadas de un
hecho de esta naturaleza. A esto he dedicado las horas y minutos que
he permanecido en San José, desde aquel fatídico martes.
Quiero creer que, producto del dolor, se expresan palabras que pro-
vienen de la necesidad humana de explicar hechos originados en la
irracionalidad de un acto demencial inexcusable, tremendamente
impactante y doloroso para todos. Y quiero tener fuerzas para soportar
tanta injusticia sin responder.
Tanto las autoridades costarricenses como las chilenas han com-
prometido todo su empeño en investigar y esclarecer lo ocurrido. Para
ello he estado prestando toda la colaboración necesaria desde el pri-
mer momento y continuaré haciéndolo hasta que se produzca el infor-
me final sobre el caso.
81
Respecto a las versiones de prensa sobre el térmi-
«Yunge defiende gestión
en crisis de San José», dia- no de mi misión en Costa Rica, quiero aclarar que en
rio La Nación, Santiago, el mes de junio la Canciller de Chile, señora Soledad
Chile, 5 de agosto de 2004. Alvear, me señaló que en el marco de los cambios de
Disponible en <http://www.la- jefaturas diplomáticas que se están efectuando en la
nacion.cl/p4_lanacion/site/
a r t i c / 2 0 0 4 0 8 0 4 / p a g s / actualidad y que son de público conocimiento en Chi-
20040804212823.html>. Con- le, finalizarían mis funciones de Embajador en Costa
sultado el 28 febrero de Rica en el próximo mes de septiembre.
2005. En cuanto a mi llamado a informar a Santiago, lue-
76
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

go de los trágicos sucesos, informo que previamente haré uso de unos


días de mi feriado legal para reponerme, en la medida de lo posible, de
la semana más difícil y dolorosa de mi vida.
Por lo señalado precedentemente, teniendo muy presente el dolor
de los familiares de Roberto, Christian y Rocío, y para no distraer la
atención de las investigaciones en curso, no haré declaraciones públi-
cas sobre estas materias, por lo cual agradeceré la comprensión de
mis compatriotas y de los costarricenses.

Guillermo Yunge Bustamante.

Yunge alude al término de sus funciones como embajador, en respuesta a los


cambios de jefatura diplomática que estaría efectuando la Cancillería. Además, di-
cha situación se la habría comunicado la ministra Alvear en el mes de junio de 2004.
Aunque todo «suena» coherente en los argumentos, hay una evidente oposi-
ción en los plazos entregados públicamente por Soledad Alvear. Tan solo el día
anterior a la carta elaborada por Yunge, la Canciller informaba que en diciembre
de 2003, el embajador había sido notificado de su alejamiento en el cargo, «po-
niendo énfasis en que esa medida se adoptó antes de estos dolorosos y trágicos
acontecimientos y homicidios que sufrieron tres chilenos»82. Por ende, surgen serias
dudas en el argumento que da el embajador para su dimisión: «…en el marco de los
cambios de jefatura diplomáticas que se están efectuando en la actualidad…».
Esta investigación constató que, efectivamente, Guillermo Yunge fue informa-
do que dejaría el cargo en la fecha que anunció Alvear, y en la que habría parti-
cipado activamente el subsecretario de Relaciones Exteriores, Cristian Barros Melet,
tras evaluar una serie de denuncias que provenían de Costa Rica, cuestionando el
desempeño de Yunge. Sin embargo, la férrea amistad que une por largos años al
ex embajador con Soledad Alvear, desde la época de las Juventudes Demócrata
Cristiana (JDC), «obligó» a tenderle una mano: «La secretaria de Estado salió al
paso de las críticas que ha recibido Yunge sobre su gestión diplomática, resaltan-
do que con Costa Rica ‘tenemos una excelente relación bilateral y un trabajo que
se ha efectuado en dicho país, que nos merece ciertamente una satisfacción desde
el punto de vista de la Cancillería y su relación bilateral»83, decía Alvear.
En consecuencia, se levantó una maquinaria política desde el gobierno, que
buscaba proteger a Yunge. También, existen antecedentes de «favores políticos»
que pudieron haber incidido en la intromisión del Presidente Lagos, para intentar
restarle responsabilidad al embajador, en la tardanza de ingreso al rescate. Ma-
yores antecedentes serán profundizados en el cuarto capítulo.

(OLQIRUPH2,-\ODVUD]RQHVTXHKDEUtD 82
«Yunge deja embajada de
WHQLGR-LPpQH] Costa Rica y será llamado a
informar», diario La Nación,
El lunes 20 de septiembre de 2004, el diario La Nación, de Santiago, Chile, 2 de agos-
to de 2004. Disponible en
Costa Rica, publicó un artículo de prensa que titulaba: < h t t p : / / w w w. l a n a c i o n . c l /
«Cúmulo de problemas generó tragedia en embajada de p4_lanacion/ site/artic/200-
Chile». El autor de la nota es el periodista Otto Vargas, 40802/pags/ 200408021410-
quien revela que «la ira y la frustración acumulada en los 30.html. Consultado el 28
febrero de 2005.
últimos dos meses de su vida, llevaron al policía Orlando 83
Ibídem.
Jiménez Jiménez a cometer la masacre en la embajada de
77
7HUURUHQODHPEDMDGD

Chile». La información está contenida en un informe elaborado por el Organismo


de Investigación Judicial (OIJ), que consta de 45 páginas, y que fue entregado a la
Fiscalía General del país centroamericano.
Según Vargas, el documento entrega detalles clarificadores de las motivacio-
nes que llevaron a Jiménez a perpetrar los crímenes. Estos se enmarcan –dice la
nota– en tres hechos: la carta entregada a Jiménez el día 27 de julio donde le
anuncian su traslado a otra repartición; el frustrado intento de obtener un trabajo
en la embajada para su hija, Andrea Jiménez; y, principalmente, los roces y
rencillas que el policía habría mantenido con los diplomáticos. Además, el artícu-
lo precisa situaciones y hechos relatados en el informe OIJ, por distintas personas
que aportaron testimonios.
Cabe consignar que, al realizar un detallado análisis de las distintas eviden-
cias plasmadas en el informe OIJ, se develan dispares situaciones vividas ese día,
tanto por personas en la embajada, como por quienes presenciaron los hechos
desde fuera de la legación.
El informe OIJ no cuantifica testimonios, ni cualifica la veracidad de los mis-
mos, solo reúne un conjunto de pruebas aportadas por distintos testigos, muchas
de ellas contradictorias entre sí. Por lo mismo, es extremadamente difícil concluir
y certificar un móvil como detonante de la tragedia. Incluso, con posterioridad, se
pudo comprobar falsas declaraciones emitidas, por ejemplo, por Roy Pérez Barbosa,
agente de seguridad apostado en Mideplan y que intentó dialogar con Jiménez ese
día. Así, se va sumando una serie de situaciones inexactas, que no corresponden a
la realidad del entorno vivido esos días, previos a la tragedia. Otras situaciones,
si bien se dieron, están desvirtuadas y exageradamente insertas en la trama de
esta historia. Hubo intereses personales y domésticos de quienes trasuntaron he-
chos y situaciones, supuestamente vividos por Jiménez, en consecuencia que las
pruebas reunidas por esta investigación dictaminan todo lo contrario.
Paralelamente a los detalles «inéditos» que aportó el informe OIJ, la Cancille-
ría en Chile, a través del fiscal Eduardo Gálvez, concluía la investigación sumarial
encargada por la ministra Alvear. De éste, se dedujo que no existieron responsa-
bilidades administrativas de los funcionarios de la embajada –incluido el emba-
jador Yunge–, en las muertes ocurridas. Los chilenos habían fallecido en actos de
servicio. De esta manera, se dieron las condiciones para que la Cancillería in-
demnizara a los familiares de las víctimas.
El mismo día que el diario La Nación de Costa Rica dio a conocer los «deto-
nantes» de la tragedia, contenida en el informe OIJ, nos contactamos con el fiscal
costarricense, Mauricio Boraschi, para precisar aún más lo recabado.

PERIODISTA: ¿Este es el informe que preparó la policía?


MAURICIO BORASCHI: Es una ampliación de un primer informe que preparó la sección de
homicidios del Organismo de Investigación Judicial, que es la unidad encargada, por decirlo
así, de la investigación principal.
PERIODISTA: Y esa investigación, ¿pertenece a la Fiscalía General o hay otra investigación
paralela?
MAURICIO BORASCHI: Esa investigación la realiza el OIJ y se hace bajo la dirección funcional
del Ministerio Público. Es decir, la investigación es una sola, conducida por el Ministerio
Público y auxiliada por el OIJ.
PERIODISTA: Esta investigación la encabeza la fiscal Andrea Murillo.
MAURICIO BORASCHI: ¡Correcto! Ella es la fiscal de la Fiscalía General. La investigación está a
cargo de la Fiscalía General de la República.

78
&URQRORJtDGHXQDWUDJHGLD

PERIODISTA: Y usted, licenciado, ¿qué papel cumple en esta investigación?


MAURICIO BORASCHI: Yo soy fiscal y trabajo en este momento para la Fiscalía General. Yo
pertenezco al grupo de fiscales que trabajan con el fiscal general (Francisco Dall’Anese). En
este momento la compañera Andrea Murillo se encuentra fuera del país, y yo estoy asumien-
do las labores que ella desempeña.
PERIODISTA: ¿Usted sabe que la Cancillería chilena asignó a un abogado, al fiscal Eduardo
Gálvez, para realizar una investigación paralela a la que estaban realizando las autoridades
de Costa Rica…?
MAURICIO BORASCHI: Sí, señor.
PERIODISTA: … Y uno de los resultados que dio este abogado, es que no hubo ninguna respon-
sabilidad administrativa por parte de los funcionarios chilenos en todo lo que ocurrió…
MAURICIO BORASCHI: Yo considero lo mismo, sin confirmarle que es una conclusión absoluta,
porque como usted me entenderá, no las voy a hacer yo, las va a hacer el fiscal general.
PERIODISTA: Pero, ¿qué se entiende cuando se dice que no hay responsabilidad administrativa?
MAURICIO BORASCHI: No sé lo que querrá decir él. Lo que yo sí le puedo decir, es que no noto
en el expediente un hecho anterior o instantáneo, al momento de los hechos, que ameritara
razonablemente, racionalmente, un enojo de tal magnitud que pudiera terminar en esta
tragedia, en esta masacre. Ni siquiera algo que ameritara una discusión o un contacto físico,
menos la utilización de un arma con una intención totalmente homicida y suicida.
PERIODISTA: Precisamente hoy aparecen en un artículo de prensa posibles detonantes de la
tragedia, como la mentada carta que lo habría hecho enojar, o los malos tratos de algunos
funcionarios...
MAURICIO BORASCHI: Son hechos que no se niegan. Él (Orlando Jiménez) tuvo discusiones con
Roberto Nieto, pero lo que yo quiero que me entienda, es que son discusiones que ni
siquiera se elevaron de tono. Problemas, yo diría, insignificantes ante un desenlace tan
fatal. O sea, hay factores aislados, problemillas, pero como los cotidianos de cualquier
trabajo.
PERIODISTA: Entonces, ¿por qué en el informe que difundió la prensa, se argumenta que existen
tres hechos que detonarían las acciones de Jiménez, como la carta, las rencillas…?
MAURICIO BORASCHI: Esas son conclusiones de los periódicos, y perdone que se lo diga, pero
usted sabe como se maneja eso. A estos, le dan la interpretación que ellos quieren. A nivel
de prueba, el informe como tal, no se arrima a esas tres conclusiones. Sí, son hechos que se
mencionan y que mencionan los testigos. La existencia de esas discusiones, la existencia de
la molestia de él (Jiménez) por el traslado; pero por sí solos, esos hechos, aún juntos, yo no
creo que hagan llevar a una persona a semejante grado de salvajismo.
PERIODISTA: ¿Hay alguna vinculación con la visita del ministro Insulza a Costa Rica?
MAURICIO BORASCHI: ¡Ninguna! Descartada, absolutamente.

Al día siguiente de esta entrevista, el fiscal Boraschi fue requerido por la perio-
dista Orieta Santa María, del matutino Las últimas noticias de Chile, y en una
llamativa y sorprendente declaración, el abogado tico manifestó: «Siento que hay
algo oculto en las muertes ocurridas en la embajada de Chile… siento que hay
algo oculto y que quienes murieron ese día, se llevaron consigo la verdad de este
terrible hecho». Además, Boraschi anunció que realizarán una «autopsia psicoló-
gica» a Orlando Jiménez, de cara a toda la información que la fiscalía ha recaba-
do. Con esto se pretende «establecer algo que pueda explicar o determinar la
actuación del policía (…) contratamos a un psicólogo con estudios de posgrado en
el campo forense en Nueva York. Queremos encontrar un factor que no aparece
por ningún lado. De momento, queremos encontrar la verdad», decía Boraschi.

79
7HUURUHQODHPEDMDGD

NOTA: Los antecedentes expuestos en este capítulo, denominado «Cronología de una trage-
dia», buscan situar al lector en el contexto de los hechos, tal y como se fueron desarrollan-
do, entregando sutiles datos y antecedentes recabados por esta investigación, preparando
el terreno de lo que descubriremos en los próximos tres capítulos. Esta pesquisa periodística
ha logrado reunir importante y clasificada información que permite, a partir del siguiente
apartado, denominado «Investigación de campo», configurar y armar importantes piezas de
este puzzle.

80
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,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR
4XLpQHVTXLpQ

Hasta ahora hemos revisado una serie de hechos que, cronológicamente,


se fueron dando y, a través de estos, diferenciamos a personajes que
tuvieron cierto protagonismo, con dichos, actitudes y decisiones toma-
das por cada uno de ellos.
Cada palabra emitida, cada acto ejecutado y cada resolución adop-
tada, contiene una historia que arrastra detalles no escarbados, que se
circunscriben en el desarrollo de la tragedia diplomática. A medida
que avancemos, irán apareciendo nuevos nombres de personas que, si
bien algunos de ellos no estuvieron ese fatídico día en la embajada, sí
conocieron a cada uno de los protagonistas, e incluso compartieron
horas de trabajo y convivencia humana.
Por ahora, y adentrándonos en este nuevo capítulo, nos abocare-
mos a narrar aspectos de la vida de quienes, esta investigación, consi-
dera personajes claves y preponderantes. Por supuesto, las cuatro víc-
timas fatales centran una atención especial, porque sobre ellos recayó
la tragedia. Sin embargo, lo obrado por Guillermo Yunge, Marisol
Cheves y César Gómez, que a la fecha de editada esta investigación,
aún viven en Costa Rica, se conjuga con nuevos sucesos que iremos
descubriendo.

5REHUWR1LHWR0DWXUDQD

Al momento de la tragedia, este hombre de cuarenta y cuatro años,


diplomático de carrera y Licenciado en Historia en la Universidad
Católica de Chile, se desempeñaba como primer secretario en la em-
bajada de Chile en Costa Rica, y era el segundo hombre a bordo, con
poder de decisión, después del embajador Guillermo Yunge. Casado
con Marcela Guerrero García, de treinta y nueve años, formaba una
familia fruto del cual nacieron Luis Roberto, Vicente y Tomás.
Costa Rica era la cuarta destinación en su trayectoria profesional
en el extranjero. Entre 1989 y 1993 se había desempeñado en la emba-
jada de Chile en China; hasta 1994 lo hizo en la embajada de Francia;
y, entre 1995 y 2001, en la misión diplomática de Bélgica ante la
Unión Europea, en Bruselas.
Roberto era el cuarto de diez hermanos, y junto a Rodrigo Nieto,
eran los únicos que dedicaron sus vidas al mundo de la diplomacia. Este
último, al momento de la tragedia, estaba destinado a la embajada de
Chile en Brasil, con Osvaldo Puccio como embajador. Pero, no solo
compartieron la misma profesión. Ambos se casaron con dos hermanas.
Marcela lo hizo con Roberto, y Pilar Guerrero con Rodrigo Nieto.
Roberto Nieto era considerado un exigente y laborioso diplomático
81
7HUURUHQODHPEDMDGD

que nunca se hizo de enemigos. Gustaba compartir con la familia y en especial con
sus hijos. Amigo de los asados y del sano esparcimiento. En un período colaboró
estrechamente con el ahora, Secretario General de la Organización de Estados
Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien lo catalogó como «una máquina del
trabajo».
Su vida conyugal era el estandarte que permitió el complemento de vida,
teniendo en Marcela Guerrero el principal apoyo y consejera de todas las decisio-
nes y destinaciones que en conjunto acataron. Sin embargo, las primeras vicisitu-
des matrimoniales las empezaron a experimentar a partir de su arribo a San José
de Costa Rica.
Roberto Nieto ocupó el cargo que dejaba el primer secretario, Alejandro Bra-
vo Forster.

::: Roberto Nieto junto a su esposa, Marcela Guerrero García.

82
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

::: Roberto Nieto, Patricia Esquenazi y el entonces


ministro de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza.

::: El ex presidente de Chile, Patricio Aylwin ::: Roberto Nieto y el ex primer mandatario,
Azócar, junto a Roberto Nieto. Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

&KULVWLDQ<XVHII0DUFKDQW

Este hombre era el segundo secretario y cónsul de Chile en Costa Rica. Al


momento de su muerte tenía cuarenta y dos años, nacido en Santiago. Su ense-
ñanza media la cursó en el Instituto Nacional. Se recibió de abogado en la Uni-
versidad de Chile y al titularse había seguido los pasos de su padre, Juan Antonio
Yuseff Durán, también profesional de las leyes, y de su madre, la afición por la
lectura, doña Alicia Marchant del Canto, pedagoga en lenguaje de esa misma
casa de estudios. Después, ingresó al Instituto de Estudios Internacionales de la
Universidad de Chile y luego, a la Academia Diplomática Andrés Bello.
Empieza su trayectoria como diplomático en Polonia, su primera destinación.
La patria de Karol Wojtyla lo acogió entre 1994 y 1997, transformándose, de
83
7HUURUHQODHPEDMDGD

paso, en un políglota. Aprendió el difícil idioma polaco, añadiendo a su bagaje


idiomático, el portugués, el italiano y el inglés. Su segunda destinación lo acercó
nuevamente a Sudamérica, a la República Argentina, desempeñándose como cónsul
en la región austral de Río Grande. Luego, llegó a Costa Rica en donde alcanzó
a estar tres años y cuatro meses, antes de fallecer.

::: Christian Yuseff en Río Grande, durante su destinación


en el consulado en Argentina (foto de prensa).

Christian, fue un apasionado del arte y la cultura. Fanático de la lectura, aficio-


nado a la música y el teatro. Es definido como un hombre tranquilo, sencillo,
afable y extremadamente culto. Su familia está conformada por dos hermanos más,
el mayor, Vladimir Yuseff, de profesión médico ginecólogo; y Juan Antonio Yuseff,
el menor, abogado y criminólogo. No dejó descendencia, pues era soltero.
Respecto a esto último, más de alguna vez se murmuró acerca de su vida
personal, lo que no es infrecuente, cuando una persona no ha contraído matrimo-
nio a esa edad. Algunos quisieron justificar el origen de la tragedia, a partir de
este aspecto, no obstante, esta investigación desea precisar que no existen antece-
dentes para sustentar aquello.
Juan Antonio Yuseff, el padre, con viva emoción recuerda de su hijo: «Su risa,
su amistad, lo solidario, que le valió ser elegido el mejor compañero de su promo-
ción en la Academia Diplomática. Siempre fue el mejor compañero. Desde chico
fue el del estandarte, al que no le importaba que le copiaran los apuntes. Lo
quiero recordar cuando jugábamos en este departamento y nos reíamos y bailá-
bamos, y competíamos intelectualmente; porque, la aspiración de todo padre, y
yo felizmente lo he logrado, es que mis hijos me hayan superado. Christian siem-
pre me preguntaba como un niño: «¿Papá, crees tú que yo he alcanzado niveles
mejores que tú?», y yo le decía: «Pero hijo, olvídate, mucho más». Tan cierto es,
que Christian hablaba varios idiomas. Fue un valiente, fue un hombre con coraje,
y hay corajes que no tienen connotación pública. Ese coraje que tuvo él, que tuvo
Nieto y la hermosa joven Rocío, de morir cumpliendo su deber detrás de un
escritorio, sirviendo a Chile, silenciosamente».
84
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

::: Christian Yuseff junto a sus progenitores, doña Alicia


Marchant y don Juan Antonio Yuseff.

85
7HUURUHQODHPEDMDGD

::: Los hermanos Yuseff. De izquierda a derecha: Juan Antonio, Christian y Vladimir.

::: El ex canciller
Enrique Silva
Cimma saluda a
Christian Yuseff
cuando egresa
de la Academia
Diplomática.

86
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

5RFtR6DULHJR3pUH]2OHD

Esta joven y hermosa mujer hacía un mes había cumplido los veintinueve
años y al momento que el guardia Jiménez disparó contra ella, se desempeñaba
como funcionaria de la Agencia Canadiense de Cooperación (CUSO), efectuando
labores profesionales en la coordinación del programa de celebraciones conme-
morativas para el centenario del natalicio del poeta Pablo Neruda. Esta actividad
formó parte de un proyecto conjunto para Centroamérica, diseñado y ejecutado
entre el Gobierno de Chile y la mencionada agencia.
Rocío nació en San Salvador, capital de El Salvador, en América Central. Sus
padres, de nacionalidad chilena, son Jorge Sariego Mac-Ginty y Mónica Pérez
Olea, de cuyo enlace nació también el hermano mayor de Rocío, Gonzalo Sariego.
Desde pequeña vivió un periplo que la hizo recorrer Panamá, Nicaragua y
Costa Rica. La separación de sus padres la marcó profundamente, y, más aún,
cuando su madre volvió a
casarse en Nicaragua. Ro-
cío recién se empinaba en
los cinco años de edad. Su
progenitora tuvo otros hi-
jos y, finalmente, se fue a
vivir a Australia. Una ma-
dre ausente la marcó para
siempre. A partir de enton-
ces, la «Ropi» o «Romy»,
como cariñosamente le di-
cen su padre y hermano,
halló en ellos el principal
refugio de vida. Jorge
Sariego dejó de ser un sim-
ple papá y Rocío lo bauti-
zó como «mampapá», alu-
diendo al doble rol de pa-
dre y madre. Pero, la au- ::: La bella Rocío Sariego junto a su hermano
sencia de una figura feme- Gonzalo durante unas vacaciones.
nina en su vida, encontró
consuelo cuando Jorge Sariego volvió a contraer matrimonio con la ciudadana
colombiana, Elizabeth Kluge, su madrastra.
Después de eso, todos volvieron a Chile. En Santiago se asentaron en una
antigua casa, en la intersección de las calles Los Leones y Hernán Cortés, en la
comuna de Providencia. Rocío entró a estudiar al Liceo Manuel de Salas y Gon-
zalo al Colegio Latinoamericano de Integración. Sin embargo, a mediados de la
década de los ochenta, nuevamente la separación marcó a esta familia. Por asun-
tos de orden profesional, Jorge Sariego debió trasladarse a Brasil, dejando en
Chile a sus dos hijos.
A partir de ese hecho, las vidas de Rocío y Gonzalo comenzaron a tomar
cierto matiz y delinearon el tipo de personalidad que los definiría como adultos.
Fueron 10 años de vivir solos, donde mutuamente se apoyaron y sacaron adelante
sus vidas, sus carreras y sus sueños. «Él (Gonzalo) no lo resentía, dice, pero Rocío
sí. (A ella) le habría gustado tener una familia más tradicional. Era su anhelo
recurrente. ‘Pasamos bastantes pellejerías por algunos años, pero siempre apo-

87
7HUURUHQODHPEDMDGD

::: Rocío y su padre, Jorge Sariego.

yándonos. Mi recuerdo más lindo es el de las horas de café y cigarrillos, los dos
solos, en la cocina de la casa, conversando de lo que fuera hasta la madruga-
da…»84. Las «pellejerías» a las que hace mención Gonzalo Sariego tienen que ver
con un período donde la carencia de recursos económicos y de un techo donde
vivir, se suplió con trabajos esporádicos como, por ejemplo, de garzón en un pub
de la calle Guardia Vieja. Pero las necesidades y privaciones trascendieron a
otras esferas del quehacer diario: «Nosotros vivimos solos mucho tiempo y para
poder conseguir comida, ¡mira lo que te estoy diciendo!, a veces había que
coquetearle a la señora de la pensión, e iba yo. Para conseguir cigarros, a veces
había que coquetearle al tipo de la pieza del lado e iba Rocío», relata Gonzalo
para este escrito.
Ambos estudiaron Comunicación Social y Rocío, con la energía y alegría que
la caracterizaron, se especializó en la organización de eventos culturales. Contra-
jo matrimonio con un compañero, Felipe Campusano, y se separó a los dos años.
Rocío era una mujer llena de energía, coqueta por naturaleza, amable y cari-
ñosa. Pese a sus veintinueve años, se comportaba como una adolescente, inmadura,
que buscó en otras personas, donde refugiarse y sentir compañía. Era una mujer
llena de sueños, con miles de proyectos y, principalmente, con mucho, pero mu-
cho amor por entregar.
Rocío Sariego Pérez-Olea llegó a trabajar a la embajada de Chile en Costa
Rica en marzo de 2002, como secretaria del embajador Guillermo Yunge.

84
Gewölb, Reneé, «La mu-
jer de la embajada», revis-
ta Paula, Agosto 2005, pág.
46.

88
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

::: Los Sariego.

89
7HUURUHQODHPEDMDGD

2UODQGR-LPpQH]-LPpQH]

Una buena manera de comprender quién era Orlando Jiménez, su origen y el


estilo de vida que marcó a este hombre, es que ahondemos en la mayor cantidad
de información disponible, sacándolo, preferentemente, de la «Autopsia psicoló-
gica» que realizó el departamento de medicina legal del OIJ.
Jiménez vivió de pequeño con sus dos padres biológicos, en una zona rural de
Costa Rica llamada Santiago de Puriscal. Por esas paradojas de la vida, nació el
mismo día que en Chile se celebran las Fiestas Patrias, un 18 de septiembre de
1950. Como gran parte de quienes habitan esas tierras, su padre, Evangelista
Jiménez Delgado se dedicó a la agricultura y terminó siendo albañil. Falleció el
año 1999, a los ochenta y dos años. Evangelista fue descrito como una excelente
persona, trabajadora, responsable, bromista y de ayudar a la gente, aunque su
«pecadillo» era que gustaba de tomar licor, a veces, hasta por 22 días seguidos.
Pero esas «rascas» se las pegaba cada seis meses. La madre de Orlando Jiménez,
la señora Odilie Jiménez Marín se dedicó a los oficios de la casa y era costurera.
La relación que Orlando Jiménez mantuvo con sus padres era normal y se
apoyaban mutuamente. Tenía tres hermanos varones y cinco mujeres, de los cua-
les, a la fecha de la tragedia diplomática, un hermano había fallecido, al «here-
dar el vicio de su padre». En esta familia nunca se reportaron problemas legales,
ni tampoco hechos de violencia doméstica.
Orlando Jiménez realizó
sus estudios de primaria en
la escuela Darío Flores
Hernández, y la secundaria
en el Liceo de Puriscal. Nun-
ca repitió un año, aunque se
reconocía «poco amigo» de
pasar horas estudiando. Des-
de niño fue extremadamen-
te responsable en sus queha-
ceres y heredó de sus padres
el sentido de la honradez.
Esto mismo le permitió, al
terminar el colegio, ingresar
a una empresa cafetalera
como oficinista, trabajo que
ejerció durante 23 años. Des-
pués laboró en un almacén
y, posteriormente, quiso con-
tinuar con este mismo rubro,
pero la modernidad le exi-
gió conocimientos de com-
putación, y al carecer de es-
tos, optó por postular a la
Fuerza Pública en el año
1997, cuando estaba por
cumplir 47 años.
::: Orlando Jiménez y Auxiliadora Guzmán, en la graduación
de Andrea, la hija de ambos (foto de una imagen
Conoció a su mujer,
colocada en su tumba). Auxiliadora Guzmán Sala-

90
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

zar, cuando ella estaba


en cuarto año de secun-
daria, por cumplir die-
ciséis años; no así Ji-
ménez, que se empina-
ba a los veinte. Ambos
tuvieron un noviazgo
muy breve, porque al
corto tiempo contraje-
ron matrimonio. Nunca
se separaron y si hubo
discusiones, fueron las
que habitualmente tiene ::: Orlando Jiménez. ::: Auxiliadora Guzmán.
una pareja, sin mayores
sobresaltos. Por el con-
trario, existió un asiduo
y permanente respeto
entre los dos.
Al año y un mes de
haberse casado, fruto de
ese amor, nació Randall
Jiménez, y casi siete
años después, Andrea
Jiménez. A base de es-
fuerzo y mucho empuje,
los dos hermanos estu-
diaron ingeniería en in-
formática en la Univer- ::: Randall Jiménez. ::: Andrea Jiménez.
sidad de Costa Rica,
debiendo vencer en varias ocasiones, las vicisitudes de carecer de los medios
económicos que permitieran asegurar la carrera de ambos.
En relación al trabajo en la Fuerza Pública, a Jiménez nunca le gustó cargar
un arma de fuego, pero «la necesidad tiene cara de hereje» y, económicamente,
fue la mejor oferta que tuvo. La primera vez que portó un arma y la manipuló con
sus manos fue en la Fuerza Pública, cuando entró a trabajar en la Cuarta Comisa-
ría de Coronado. Ahí, hizo un curso en el uso de armas calibre 9 mm, entre ellas,
Beretta M9, Jericho 941FS y la Sub ametralladora Uzi Mini-Uzi con una duración
de 70 horas, desde el 5 de noviembre al 15 de noviembre de 1997. Después hizo el
Curso Básico Policial Profesional en 1999, que complementó con otra capacita-
ción de valores humanos y cristianos. Finalmente, a partir del 9 de mayo de 2002,
se le confirió el grado de Agente de Policía. «A él no le gustaba el trabajo de calle
como policía. No le gustaba la agresión. A él le gustaba el trabajo en las emba-
jadas porque no tenía que agredir a nadie»85.
Al revisar el expediente laboral de Jiménez, se observa que en los años 2000,
2001 y 2002, obtuvo calificaciones de «excelente» en las evaluaciones de desem-
peño que realiza, cada cierto tiempo, el Ministerio de Seguridad Pública. Tam-
bién pudimos detectar una altísima cantidad de licencias
médicas que, a partir de abril de 2001 y sumando todos los 85 «Autopsia psicológica»
días, lo mantuvo fuera del trabajo por, al menos, tres me- realizada a Orlando Jiménez,
ses. Las licencias explicitan que fueron atendidas por Ser- Autopsia psicológica, pág. 6.

91
7HUURUHQODHPEDMDGD

vicio de Neurocirugía. Ante la duda decidimos comunicarnos con su esposa y


pedirle que aclarara estas atenciones médicas:

PERIODISTA: Dentro del historial laboral de su marido, aparecen dos licencias médicas atendi-
das por Servicio de Neurocirugía. Aparece una operación...
DORA GUZMÁN: ¡Sí!
PERIODISTA: ¿A qué se debió?
DORA GUZMÁN: A él lo operaron de una cervical. Él iba a jugar por la cuarta comisaría a
Moravia...
PERIODISTA: ¡Perdón!... ¿del equipo que jugaba fútbol?
DORA GUZMÁN: Sí… entonces iba en un carro de la policía, lo llevaban ahí, y hubo un frenazo,
y un compañero le cayó encima de él, en el cuello, en las cervicales, y entonces ahí lo
operaron.
PERIODISTA: Y la especialidad de neurocirugía, ¿es porque esto fue cerca de la cabeza?
DORA GUZMÁN: ¡Yo no entiendo eso!…, pero eso es un tratamiento que lo da el hospital.

Mayores antecedentes los aporta la «Autopsia psicológica», que determinó


que Orlando Jiménez «no tomaba ningún tipo de medicamento. No reporta otras
operaciones. La rodilla se la lastimó jugando fútbol. Orlando no tomaba licor, no
fumaba y hacía mucho deporte. En su expediente médico constan las certificacio-
nes que respaldan la existencia de un padecimiento en las cervicales y de haber
sido atendido en el Servicio de Neurocirugía del Hospital San Juan de Dios, desde
abril del año 2001. Una revisión de su expediente médico en el área de salud de
Puriscal, revela una consulta permanente desde el año 1971 por distintos padeci-
mientos médicos menores. En el mismo, no se consignan que haya sido referido a
atención psiquiátrica o psicológica en todos estos años»86.
Otro asunto al que se hace referencia sobre la vida de Orlando Jiménez, dice
relación con su salida de la embajada de Bélgica, antes de pasar a resguardar en
el último período, la sede diplomática chilena. En los días posteriores a las muer-
tes del martes 27 de julio, se dijo que Jiménez había sido expulsado de la misión
del país europeo, por mal comportamiento, por hacer uso indebido de su arma de
servicio, además de dejar en su lugar de trabajo, envases de bebidas alcohólicas.
Claramente, para esta investigación, esos antecedentes no se condicen con la
calidad moral y ética que ostentaba Jiménez. Por lo mismo, decidimos indagar en
estos aspectos con Auxiliadora Guzmán:

PERIODISTA: He conversado con algunos chilenos, que no son cercanos a su marido y, la verdad,
es que me han dicho que en la salida del señor Jiménez de la embajada de Bélgica hubo
quejas, como que, en definitiva, él tuvo problemas. Si usted me pudiera contar un poco a qué
se debió su salida.
DORA GUZMÁN: Yo sinceramente, te digo, nunca supe que él haya tenido problemas. Una vez me
hizo un comentario, porque no fue un problema que tuvo, sino que, una vez, un compañero
de trabajo, en especial, que era alcohólico, pasaba tomando mucho ahí (en la embajada), y
botaba los envases de licor, los dejaba tirados. El chofer fue el que le reclamó a él…
PERIODISTA: ¿El chofer de la embajada de Bélgica?
DORA GUZMÁN: Sí.
86
PERIODISTA: ¿Le reclamó?
«Autopsia psicológica»
realizada a Orlando Jimé-
DORA GUZMÁN: Le reclamó a él, bueno, no sé en qué término, ni
nez, Autopsia Psicológica , nada. Él sencillamente me comentó a mí y yo le dije: «Averígüese
pág. 7. quién es el que está tomando». Mi esposo le dijo al chofer: «Yo no

92
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

tomo. A mí no me regañe usted, porque usted es, simple y sencillamente, un empleado más.
Si el señor embajador me reclama, le daré detalles». Pero él (Jiménez) nunca tuvo un
problema, y su salida de la embajada es porque, cuando nuevamente lo nombran en la
embajada de Chile, fue pedido por el embajador en ese entonces, porque él ya había
trabajado ahí un tiempo. A él le gustaba mucho trabajar en esa embajada y él le había dicho
a doña Ligia Sánchez87 que si le podía hacer el favor de, como iban a nombrar nuevos
guardas en esa embajada (la chilena), tomarlo a él en cuenta.
PERIODISTA: Pero la salida de él, ¿fue porque lo echaron o porque…?
DORA GUZMÁN: No, no, a él no lo echaron.
PERIODISTA: ¿Y él pidió formalmente, a través de una carta, que lo trasladaran?
DORA GUZMÁN: Recuerdo cuando le decía a doña Ligia: «Tómeme en cuenta, porque quiero
pasar a la embajada de Chile». Yo le voy a decir el por qué, tal vez, le gustó más la embajada
de Chile, y no lo tome para mal, pero ahí daban, usted sabe, 500 colones…88
PERIODISTA: ¡Ah!, correcto, pero eran 600 colones.
DORA GUZMÁN: En ese tiempo no le daban los 600, eran menos de 500 colones. Pero Orlando
decía: «Ese trabajo me lo gano», además que lo trataban muy bien.

Para corroborar estos datos, tomamos contacto con el comisionado Luis


Hernández González, de la Fuerza Pública de Costa Rica:

PERIODISTA: Me han comentado que el señor Orlando Jiménez había tenido problemas de
alcoholismo y de conducta en la embajada de Bélgica.
LUIS HERNÁNDEZ: No, no. Si yo algo le puedo decir, es que no era el perfil de ese señor. Yo
hubiera querido tener a 200 Orlando Jiménez en la policía.
PERIODISTA: Estamos de acuerdo. Mi consulta es si es que usted, alguna vez, recibió alguna
queja de la embajada de Bélgica.
LUIS HERNÁNDEZ: No, es que por eso le digo. Después de los hechos se han creado muchas
bolas de nieve.
PERIODISTA: Pero, ¿usted me confirma que nunca tuvieron una queja formal de la embajada de
Bélgica?
LUIS HERNÁNDEZ: ¡Nunca!

Orlando Jiménez era una persona sencilla a quien nunca le interesaron los
lujos. Disfrutaba de estar en su hogar, ver televisión y principalmente, los parti-
dos de fútbol. Era ordenado, responsable y minucioso en todo. Nada dejaba al
azar, porque todo tenía que ser perfecto. Para él, las personas eran iguales. «Co-
mentaba que le gustaba el trabajo y que se llevaba bien
con la gente. Nunca le comentó (a su esposa) que tuviera 87 Ligia Sánchez fue una an-
problemas con nadie de la embajada (…). Ella lo conocía tigua secretaria que laboró
y sabía cuando venía con problemas del trabajo. Él se que- en la embajada de Chile,
encargada de asuntos ad-
jaba de que sus compañeros no eran puntuales para llegar ministrativos y de la conta-
al trabajo, de eso era que se quejaba. Él era muy predecible bilidad. Fue expulsada de
en las cosas que hacía, siempre se venía del trabajo a la manera arbitraria e injusta
casa. Él andaba siempre en carreras por llegar a la hora de por el embajador Guillermo
Yunge, en enero de 2004.
89
forma puntual» . Mayores detalles en la pá-
gina 167.
88
Moneda costarricense.
89
Autopsia psicológica reali-
zada a Orlando Jiménez, Au-
topsia psicológica, pág. 8.

93
7HUURUHQODHPEDMDGD

*XLOOHUPR<XQJH%XVWDPDQWH

Nació el 26 de septiembre de 1953, en Santiago de Chile. De pequeño vivió en


el barrio San Diego y su padre, Guillermo Yunge Taulis, fue un destacado perio-
dista de radio y televisión. Sus progenitores se separaron cuando él era muy
pequeño, entre otras causas, por hechos de violencia intrafamiliar. No tuvo más
hermanos y desde entonces vivió una vida solitaria que marcó su personalidad.
Su adolescencia transcurrió entre distintos liceos de la comuna de La Granja y
su marcada vocación político-pública, al militar desde los trece años en el Partido
Demócrata Cristiano (PDC). Cuando aún no cumplía la mayoría de edad, fue
electo presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (FESES),
tras derrotar a otras dos grandes promesas de la política nacional, como eran
Camilo Escalona y Andrés Allamand. Para ese entonces «ya había sido invitado
por Allende a La Moneda, recibía consejos de Eduardo Frei Montalva y había
demostrado ‘liderazgo y contenido’ en una emisión del programa dominical de
Canal 13, «A esta hora se improvisa». Aprobó las pruebas con la que la Escuela
de Capacitación de la DC, dirigida por Soledad Alvear, medía el futuro político
de los jóvenes. Ya en esa época se arrimó a Ricardo Hormazábal, entonces presi-
dente de la Juventud Demócrata Cristiana (JDC) y líder del sector «chascón» del
partido»90.
Su bastión de lucha lo halló en la defensa de los Derechos Humanos, encabe-
zando desde 1977 las primeras manifestaciones, en Santiago, contra el gobierno
militar del general Augusto Pinochet. También fue presidente fundador de la Co-
misión de Derechos Juveniles. Una vez egresado de la secundaria entró a estudiar
a la Facultad de Derecho en la Universidad de Chile. Para entonces, se perfilaba
como una de las figuras más reconocidas en la Democracia Cristiana.
Su constante aparición pública, en la lucha contra la dictadura, encaramado
en las estatuas de la avenida Bernardo O’Higgins, le valió en 1978 ser relegado
al norte de Chile, en la localidad de Chapiquiña, perteneciente a la comuna de
Putre, cercana a la frontera con Bolivia. «Poco después partió a España, a titular-
se de abogado y creó lazos con la DC europea. Él y muchos de sus camaradas
pensaban que al regresar se consolidaría como dirigente. Lo consiguió a medias.
Aunque mantuvo cierto grado de poder «tomó decisiones equivocadas», aseguran
en el partido. Le faltó «ojo político». Siguió vinculado a la defensa de los dere-
chos humanos y fue electo presidente de la Internacional Juvenil DC, desde donde
comenzó a reforzar vínculos con dirigentes extranjeros»91.
En 1989 fue electo diputado con el 41% de los votos, por el distrito 29 de la
Región Metropolitana, que comprende las comunas de Puente Alto, Pirque, San
José de Maipo y La Pintana. En ese período parlamentario (1990-1994) integró la
Comisión de Relaciones Exteriores, Asuntos Interparlamentarios e Integración
Latinoamericana. «No logró ser reelecto el 93. ‘Si algo lo desperfiló de su frente
interno y de su representación en la base, fue el trabajo internacional’, dice un
camarada, pues descuidó el partido. Tanto, que perdió 17 mil votos. Cometió
errores y tuvo mala suerte»92.
90
Farfán, Claudia y Skoknic, Ese mismo año y al ver que se alejaría de los círculos
Francisca, «La caída de una
del poder, participó activamente como uno de los fundado-
promesa DC», revista Qué
Pasa, 6 de agosto de 2005, res del Centro Latinoamericano para las Relaciones con
pág. 21. Europa, Celare, corporación de derecho privado sin fines
91
Ibidem. de lucro, con sede en Santiago, destinada a promover los
92
Ibidem. vínculos entre América Latina y la Unión Europea. Ade-

94
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

más, realizó asesorías jurídicas y creó al-


gunas ONG. En 1997 asumió como Secre-
tario General de la Internacional Demó-
crata Cristiana, cuestión que lo mantuvo
fuera del país por varios meses, «y según
sus amigos, se aisló aún más»93.
Durante el gobierno del Presidente
Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Yunge perdió
peso político y no consiguió cargos impor-
tantes. Sin embargo, durante la campaña
presidencial de Ricardo Lagos, para des-
embarcar en La Moneda, se diseñó un lis-
tado con empleados públicos que cimenta-
ron buena parte de «la
fama de «recolector
de dinero» que se
ganó el ex ministro
Carlos Cruz. La mis-
ma que atizó la polé-
mica al estallar el es-
cándalo MOP-Gate,
donde aún ronda el
fantasma del desvío
de fondos públi-
cos…»94. Los 3.500
millones de pesos
que se juntaron para
financiar la campa-
ña, no salieron sim- ::: Arriba: Guillermo Yunge Bustamante; abajo, izquierda:
Karin Lehner Cornejo; derecha: Guillermo Yunge Lehner.
plemente de los cin-
co mil funcionarios
públicos que reunió el Ministerio de Obras Públicas, sino que también contó con
el aporte de otros personeros, entre los que se cuenta a «la ex intendenta de la IX
Región, Berta Belmar, y el economista Ricardo Ffrench-Davis (con 200 mil pesos
cada uno); en las contribuciones de medio millón de pesos es posible identificar a
altos funcionarios como el gerente general de ENAP, Daniel Fernández. Con apor-
tes de un millón de pesos, en tanto, se inscriben personeros como el ex secretario
ejecutivo del programa de Derechos Humanos, Luciano Foullioux; el actual vice-
presidente ejecutivo de Corfo, Oscar Landerretche, y el ex diputado, Guillermo
Yunge»95.
De esta forma, se establecieron «favores políticos» que, tarde o temprano,
darían cumplimiento al adagio que reza: «Una mano lava a la otra, y las dos
lavan la cara». En la tragedia de Costa Rica se haría realidad.
Con la llegada de Lagos al gobierno y el preponderante papel que jugaría
Soledad Alvear, Yunge empezó a atesorar uno de sus ma-
yores objetivos: ser embajador de Chile en algún país im- 93 Ibidem.
94
Faúndez, Gloria, «Los me-
portante y en el que sus contactos con la Internacional DC
cenas de Lagos», revista
pudieran beneficiarlo. Guillermo Yunge anhelaba la emba- Qué Pasa , 26 de julio de
jada de España y conformó la terna de postulantes. Inclu- 2003.
so, contó con la aprobación del Gobierno español. Pero su 95 Ibidem.

95
7HUURUHQODHPEDMDGD

peso político no fue suficiente, y el cargo lo asumió el ex ministro del Interior del ex
Presidente Aylwin, Enrique Krauss Rusque. Dado ese resultado, fue puesto como
primera opción para la embajada de Chile en Portugal y, nuevamente, le arrebata-
ron el cargo. Con un estrecho margen, Belisario Velasco se quedó con el puesto.
Las alternativas se estrecharon y Costa Rica, gobernada por Miguel Ángel
Rodríguez –amigo de Yunge por ser DC–, asomó como algo seguro. «Entre quie-
nes lo despidieron en una cena en Santiago, antes de su partida a San José, se
recuerda que Yunge no estaba feliz por la destinación, pero que pese a ello trataba
de subirle el perfil a la importancia de la embajada en ese país, asegurando que
para los costarricenses, la legación chilena era la segunda en importancia después
de Estados Unidos, lo que provocó más de alguna duda»96. El año 2000, Yunge
partió a Costa Rica acompañado de su hijo, Guillermo Yunge Lehner, en tanto que
su esposa, Karin Lehner, separados de hecho desde 1997, se quedó en Santiago.
Guillermo Yunge no es un hombre afable, sino, por el contrario, algo descon-
fiado en su trato con las personas, especialmente si no pertenecen a su círculo de
amigos. Dicen que es algo soberbio porque descansa en su «inteligencia política»,
y que su carácter le suele jugar malas pasadas. «Pese a que siempre fue parco
–«cae mal a la primera y peor a la segunda», dicen quienes lo conocieron–, tenía
arrastre entre los jóvenes y especialmente con las mujeres»97.
En 1978, Yunge conoció en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
a Karin Lehner Cornejo, que años más tarde se convirtió en su esposa. Lehner
provenía de una «familia derechista», como ella misma lo manifiesta, y sus estu-
dios secundarios los realizó en el Colegio Alemán. En esos años, esta joven y
apuesta muchacha, que políticamente se consideraba ignorante, se enamoró de
un lozano Guillermo Yunge, primordialmente, por ser un tipo idealista, sano y
muy tranquilo. De la unión matrimonial nacieron tres hijos: Guillermo, Karin y
Gabriela; y tras 18 años de vida en pareja, ella decidió poner término, de hecho,
al enlace conyugal:

PERIODISTA: ¿Cómo era la relación que tenía tu esposo con tus hijos?
KARIN LEHNER: Un poquito distante, por su carrera, por su vida que tenía para atrás. Él era de
padres separados….
PERIODISTA: ¿Pero le reprochabas algo, que quizás era poco afectivo?
KARIN LEHNER: Sí, aunque después entendí que el problema era mío. Yo no ponía los límites en
el matrimonio. O sea, él viajaba, estaba tres semanas afuera, volvía dos días, se iba a una
reunión del partido. Entonces yo decía: «Parezco casada sola», y ahí fue que decidí separar-
me. No fue por algún mal modo. ¡No, no, no! Jamás me faltó nada. Era una persona tremen-
damente responsable. A Guillermo le tocaba un viaje por su diputación y yo no iba, porque
era una cuestión de trabajo. Yo lograba entender que esa era su carrera, y bueno, que lo
hiciera tranquilito, pero no me metía mayormente.
PERIODISTA: ¿Y en qué minuto se produce el quiebre tuyo en el
96
Amaro, Roberto. «La hora matrimonio?
triste de Yunge», diario El
Sur, Concepción, Chile, 11 de KARIN LEHNER: Por eso te digo, cuando yo descubro que estoy vivien-
agosto de 2004. Disponible do sola. Esto fue el ’97 o el ’98, y me separé de hecho.
en: <http://www.diarioelsu- PERIODISTA: Entonces, él se va a Costa Rica.
r.cl/edicion_hoy/secciones/ KARIN LEHNER: El se va el 2000 a Costa Rica. Viene un día y me dice:
ver_rep.php?id=1591&dia-
=1092196800>. Consultado el «Me nombraron embajador». «Muy bien» le dije, y me dice: «Qué
10 febrero de 2005. crees, ¿me llevo a Guillermo (hijo)?, y yo le digo, «Sí, porque ustedes
97
Farfán, Claudia y Skoknic, no tienen ningún tipo de relación. Yo creo que llegó el momento que
Francisca, op. cit., p. 21 ustedes estén juntos como padre e hijo, solos, sin que esté yo al

96
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

medio». Yo era muy posesiva con mi hijo, entonces dije, «Váyanse solos, ya es el momento
que arreglen su relación padre-hijo».

A la larga, los buenos intentos solo quedaron en eso, porque la relación de ambos
se rompió, definitivamente, cuando el embajador Yunge conoce a Marisol Cheves y
la lleva a vivir a la residencia. Aunque Guillermo hijo dice que se fue del lado de su
padre, porque se había enamorado de una muchacha colombiana, de todos modos
hubo detonantes de la relación Yunge-Cheves que gatillaron el quiebre.

PERIODISTA: ¿Tú crees que tu hijo, a lo mejor, te quiere ocultar alguna cosa para no crearte
problemas?
KARIN LEHNER: Es que yo creo que mi hijo quiere hacer borrón y cuenta nueva. No quiere más
hablar del tema. Yo de hecho, cuando llegó a Chile, lo envié a un psicólogo para hacerle un
examen, el famoso Test de Roch, porque yo quería saber dónde estaba el problema.
PERIODISTA: ¿Y se lo hizo?
KARIN LEHNER: Sí, tiene «castración paterna», por lo tanto, el tema del padre yo creo que no
quiere hablarlo.

Cuando en la Navidad de 2003, Lehner decide traer de vuelta a Chile a su


hijo, Yunge se encontraba de viaje fuera de Costa Rica, junto a su nueva pareja
sentimental98. Entonces, el embajador optó a modo de represalia –iniciado en el
2004–, disminuir el envío de dinero a su hija del medio, Karin Yunge, por concep-
to de pensión alimenticia. «Solo le paga la pensión a la más chica (Gabriela). Yo
lo llamo a Costa Rica para preguntarle por qué
baja la pensión, y él no me contesta. Ahí hablo 98
Lehner había observado a través de
con la Rocío (Sariego) y me dice, ‘yo le voy a dar una conversación por chat, en el com-
el mensaje’. Pasan los días y él no contesta. Yo putador, que Guillermo hijo le conta-
vuelvo a llamar y le digo, ‘Rocío, ¿le diste el men- ba a sus hermanas que él había ter-
saje?’. ‘Sí, e hizo un gesto de no estoy ni ahí’, me minado su pololeo con la niña colom-
biana, que se sentía solo, y que que-
dice. Entonces, yo pongo la demanda por pensión ría volver a Chile. En ese tiempo,
alimenticia», relata Lehner. Yunge Jr. llevaba varios meses vivien-
Con posterioridad a la tragedia de la embaja- do con su polola en un departamento
da, la esposa chilena de Yunge presentó una de- de ella, y nunca interactuó con su
padre que, incluso, le tenía prohibido
manda de divorcio, el 18 de noviembre de 2004, regresar a la residencia, sin antes lla-
cuando recién se publicaba la ley. mar por teléfono y pedir autorización.
Pero el regreso de Guillermo hijo no
Es absurdo que yo siga casada con él en Chile y él estuvo exento de problemas. Su pasa-
esté casado con otra persona en otro país (…). porte estaba vencido, por lo que «yo
Esto ha sido súper duro para nosotros porque, llamo a la Rocío Sariego y le digo:
‘Rocío, ¿qué está pasando? Por favor
además, mis hijos tenían un cariño inmenso por
ayúdame’. Y ella me dice que mejor
Rocío Sariego. Ella salía con mis niñas cuando me lo traiga. Yo le dije: ‘Mañana mis-
iban a Costa Rica; también chateaban. Rocío siem- mo le saco el pasaje’. Y me dice: ‘El
pre estaba preocupada de ellos. Una vez, para un problema es que Guillermo tiene ven-
cido el pasaporte’. Entonces le con-
cumpleaños les mandó regalos. Era muy cariñosa
sulté a mi hijo y me dijo que era efec-
con mis niñas. Tengo puras palabras de agradeci- tivo. Fue ahí que Rocío le facilitó di-
miento con ella. Cuando las niñitas iban (a Costa nero y, de hecho, el cónsul Christian
Rica) yo sabía que estarían bien porque se iban a Yuseff, cuando hace la gestión, mi hijo
le dice que no tiene plata para pagar-
encontrar con la Rocío (…). No le encuentro una
lo y Yuseff le dice: ‘No te preocupes,
explicación a declaraciones donde él (Guillermo es un regalo mío y de Rocío’» (Karin
Yunge) dice que mantiene contacto con sus hijos, Lehner para esta investigación).

97
7HUURUHQODHPEDMDGD

cuando en realidad no es así. No los llama ni para la Pascua, ni para el Año


Nuevo, ni para los cumpleaños (…). Ahora es un hombre que está muy rabioso,
con mucha odiosidad, grita que va a demandar a no sé quién en los tribunales.
No me calza con su personalidad, él era una persona tranquila99.

Durante la investigación realizada en Costa Rica, recibimos información refe-


rente a eventuales tratamientos psicológicos a los que habría estado sometido
Yunge, cuestión que quisimos corroborar con su esposa:

PERIODISTA: ¿Tiene conocimiento de que Guillermo Yunge padre estuvo en tratamiento psico-
lógico en Costa Rica?
KARIN LEHNER: Sí, él me dijo que estaba en tratamiento…
PERIODISTA: …porque incluso estando tu hijo allá, iban los dos.
KARIN LEHNER: Claro, por las malas relaciones que ellos tenían, porque cuando él estuvo en
Chile, le dijeron que era bipolar. Después, en Costa Rica, le dicen que no era bipolar…
PERIODISTA: ¿Quién dice eso? ¿El psicólogo que lo estaba atendiendo allá?
KARIN LEHNER: Sí, dice que no es bipolar.
PERIODISTA: Karin, ¿Cuál es tu sentimiento hacia él?
KARIN LEHNER: Por una parte, me da pena. Yo me casé en una época muy dura con Guillermo. Mi
familia era de buena situación económica y la pasé bastante dura porque, claro, casarte con
una persona que está estudiando todavía, que pasaba más preso que suelto, era duro.
Entonces yo me embarqué en el cuento. Yo me la jugué por él. Yo te digo, Guillermo estuvo
relegado en el norte (del país), yo iba a Arica a verlo para apoyarlo, y entonces te das cuenta
que estuviste tantos años casada. Guillermo fue una persona muy tranquila, no era una
persona botarate. Es duro ver que un padre se olvida de sus hijos, que le manda un correo
(electrónico) a mi hija del medio y le dice, «Te aviso que no te voy a pagar los estudios». Este
cambio es extraño, porque tú no puedes borrar a tres hijos.

0DULVRO&KHYHV+LGDOJR\&pVDU*yPH]&DOGHUyQ

En esta reconstrucción de «quién es quién», ambos personajes representan,


para este escrito, una de las principales claves para entender la historia que se
teje en torno a las muertes ocurridas en la embajada de Chile. Como ya lo hemos
hecho hasta ahora, iremos develando extrañas situaciones que, tanto Marisol
Cheves como César Gómez, protagonizaron en distintas instancias.
Por lo pronto, tratar de establecer una biografía de ambos se hace extremada-
mente difícil, porque no hay mucha información pública disponible. Además,
nunca se les ha considerado como parte importante en la investigación realizada
por la fiscalía del país centroamericano, ni por la Cancillería chilena. Sin embar-
go, a través de las innumerables entrevistas realizadas para esta investigación y
corroboradas por otras tantas fuentes, haremos una presentación lo más aquilata-
da posible.
Según pudimos precisar, Marisol Cheves Hidalgo es oriunda del distrito de La
Uruca, en el cantón central de la provincia de San José. La Uruca se sitúa al
noroeste de la capital costarricense, limitando con la pro-
99
Lagos, María Paz. «Gui- vincia de Heredia. Es una zona que comprende a una gran
llermo ya no es la persona cantidad de industrias.
que conocí», revista Ya ( El De familia humilde y escasos recursos, sus padres, José
Mercurio ), Santiago, Chile.
9 de agosto de 2005. Heriberto Cheves González y Carmen Hidalgo Rivera, tie-
nen nacionalidad tica.
98
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

Marisol nació el 17 de
enero de 1975 y, a la fecha de
ocurrida la tragedia en la em-
bajada, contaba con 29 años.
Tiene tres hermanas, de las
cuales solo hemos podido
identificar a Perlita Elisea
Cheves Romero, once años
mayor que Marisol, produc-
to de un matrimonio anterior
de su padre con María Rosa
Romero Sequeiro. De profe-
sión abogada, Perlita se ha tor-
nado un personaje de cierta
relevancia en su país, al pres-
tar servicios como defensora
a un imputado, en el caso de
la muerte del periodista cos-
tarricense Parmenio Medina,
asesinado el sábado 7 de ju-
lio de 2001 por denunciar en
su programa de radio «La ::: Marisol Cheves Hidalgo (captura de pantalla).
Patada», una serie de irregu-
laridades y millonarios usufructos generados por la emisora católica «Radio María
de Guadalupe». Sus denuncias afectaron la credibilidad del sacerdote Minor de
Jesús Calvo, quien era responsable en la dirección de la estación; y a las autorida-
des de la Iglesia Católica, por ser Calvo uno de sus líderes más carismáticos. La
serie de denuncias que divulgó Medina, dio como resultado el cierre de la emiso-
ra por orden de la Conferencia Episcopal.
Marisol Cheves estudió la secundaria en el «Colegio Superior de Señoritas» en
San José, donde según consta en los archivos de la tercera sala de la Corte Supre-
ma de Justicia, en una sentencia dictada en 1991, es identificada como una estu-
diante que «prestaba servicio de intermediaria a efecto de que otras lograran
adquirir marihuana para su consumo». En este caso, se sancionó a un individuo
identificado como Antonio Enríquez Sotela, por el delito de «posesión de mari-
huana para el tráfico en perjuicio de la salud pública». Según puntualiza el docu-
mento judicial «V-621-F-94» de la tercera sala:
La oficial Mayela Montero Corrales se infiltró como una alumna más de ese
Centro (educacional), a partir del veintiuno de agosto de mil novecientos
noventa, logrando individualizar a la estudiante Marisol Cheves Hidalgo como
la persona que colaboraba para hacer llegar la droga a las educandos (sic).
Que en horas de la tarde del treinta de agosto de ese año, con la ayuda de
la mencionada estudiante, la oficial Montero ubicó al imputado Enríquez Sotela
en la Plaza de la Cultura y luego de identificarse con la contraseña correspon-
diente, el encartado estuvo de acuerdo en vender marihuana, para lo cual
pactaron que se retiraría a traerla. Como a las cuatro de la tarde se presentó
a la indicada plaza, el encartado Enríquez Sotela, indicando a la oficial que
se trasladaran al negocio denominado Rincón de España. Que estando alertadas
las autoridades de la Policía Antidrogas, «cuando el imputado se disponía a

99
7HUURUHQODHPEDMDGD

entregar un pucho de marihuana a la supuesta compradora», fue detenido,


encontrándosele en su poder 1.7 gramos de picadura de marihuana, envuelta
en papel periódico100.

Marisol Cheves era una menor que tenía quince años, lo que la hacía
inimputable, según las leyes costarricenses. En cambio, al condenado se le aplicó
la Constitución Política, el Código Penal y la Ley Nº 7093 sobre sustancias
psicotrópicas, Drogas de Uso no Autorizado y Actividades Conexas.
Con el paso del tiempo, en circunstancias que desconocemos, Cheves adquirió
conocimiento de algunas propiedades químicas de plantas herbáceas, puesto que
consta por testigos que la vieron, no solo adquiriéndolas, sino también preparan-
do pócimas. Esto tiene una estrecha relación con la práctica de ciertos ritos y
ceremonias de orden esotérico en los que, periódicamente, participa de manera
activa101. Algunos parientes y conocidos de Marisol precisan que es una herencia
de familia, donde todas sus hermanas lo practican. Al consultarles por el tipo de
ceremonia u origen del mismo, la respuesta es una sola… «magia negra».
A su haber, cuenta con un matrimonio a los dieciocho años de edad, contraído
el 3 de octubre de 1993 con un comerciante de nombre William Arnulfo Torres
Cerdas, del cual existe registro de una separación civil, el 22 de julio de 1997. De
ese enlace no hubo hijos.
Según el ex embajador Yunge, conoció a Marisol Cheves durante un evento
organizado por la Universidad Nacional de Costa Rica el año 2002, cuando ella
leía ante la audiencia, unos poemas. Cheves estudia Derecho y Filosofía en esa
casa de estudios, cuestión que pudimos corroborar.
En un período posterior, ella es sometida a una cirugía para corregir un tema
ginecológico –se habla de quistes ováricos– entonces, Guillermo Yunge la acoge
convaleciente en la residencia oficial del Gobierno de Chile. A partir de ahí,
Marisol nunca más se separaría de su lado.
Lo repentino e informal de esa relación no iba a ser bien visto por el cuerpo
diplomático costarricense, que entendía que el representante chileno estaba casa-
do legalmente en su país, con Karin Lehner. Como una manera de soslayar los
comentarios y, a la vez, de formalizar el nuevo vínculo, Guillermo y Marisol
viajaron a Paraguay donde, con el transcurrir de los días, regresaron con argolla
en mano, en señal de haber contraído matrimonio. Algunos embajadores de lega-
ciones como Alemania, Francia, Estados Unidos y la Nunciatura dudaron de la
autenticidad de ese matrimonio.
100
Tercera Sala de la Corte …nunca llegamos a ver un documento. Simplemente, regre-
Suprema de Justicia, Archi-
só de su viaje con anillo de bodas. Se comentó mucho en
vo V-621-F-94, San José, Cos-
ta Rica. 22 de diciembre de las oficinas (de la embajada) con Nieto, Rocío y demás,
1994. Disponible en <http:// pues nos parecía que no era cierto, pero no lo puedo com-
www.poder-judicial.go.cr/ probar. La duda de la legalidad de ese matrimonio, sí me
salatercera/jurispruden-
consta, pues yo misma recibí las llamadas de las secreta-
cia%20 general/1994/621-f-
94.doc>. Revisado el 18 sep- rias de la Nunciatura, Alemania y la misma Cancillería tica,
tiembre de 2005. en donde me solicitaron si yo podía confirmar el acto. Sim-
101
Los antecedentes recopi- plemente, respondí que era un asunto personal de Yunge y
lados serán explicados y
que debían conversar con él. Mientras tanto, Yunge envió
develados más adelante en
este libro. notificación oficial a la Cancillería tica acreditando a Cheves
102
Declaración hecha por como su esposa, y solicitando a la Cancillería chilena, pasa-
Ligia Sánchez para esta in- porte diplomático para ella, como su esposa (Ligia
vestigación.
Sánchez) 102.

100
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

Los días previos al viaje a Paraguay, Rocío Sariego mantuvo una constante
comunicación con las hijas y la esposa de Yunge en Chile:

KARIN LEHNER: Te puedo contar que cuando Guillermo hace evidente que se quiere casar, la
Rocío nos dijo: «Todos hemos rogado que no se case».
PERIODISTA: ¿Y por qué le habrán manifestado eso?
KARIN LEHNER: No lo sé.
PERIODISTA: Quizás sabían quién era Marisol Cheves.
KARIN LEHNER: O, yo creo que, a lo mejor, no les calzaba que estuvieran juntos.

Al poco tiempo que Marisol y Guillermo inician una vida juntos, comienzan a
suceder una serie de hechos y cambios inexplicables, no solo en la residencia del
embajador, sino, en la personalidad de Yunge. Marisol Cheves impone ciertas
reglas en el manejo del hogar, que el embajador chileno acata sin mayores mira-
mientos. De ello es testigo el hijo del diplomático, Guillermo Yunge Lehner, quien
alcanza a vivir con ellos en la residencia durante cuatro meses:

PERIODISTA: Últimamente surgieron muchas críticas a la labor que desempeñó tu papá, sobre
todo de los mismos chilenos residentes, quienes incluso manifestaron su molestia a la canci-
llería en Chile. ¿Qué respuestas das tú a eso? o sea, ¿cómo lo interpretas? ¿Por qué pasó?
GUILLERMO YUNGE JR: Mi padre, alguna situación habrá pasado que lo hizo cambiar. No sé qué
habrá sido, ni tampoco voy a teorizar porque puedo equivocarme. Pero sí puedo decir que en
el momento en que Marisol empezó a tomar un poco más la responsabilidad de la casa
(residencia), empezó todo este cambio en él.
PERIODISTA: Cuestión que comparten otras personas con las cuales hemos conversado. Hoy,
¿cuál es la relación con tu padre?
GUILLERMO YUNGE JR: Ahora, en realidad, no he hablado con él desde hace varios meses, que
vino a Chile (noviembre 2004) y hablamos de relacionarnos un poco más. Pero fuera de eso,
nada más. O sea, desconectados completamente. No tengo el teléfono de la casa de él en
Costa Rica, nada.
PERIODISTA: ¿Qué impresión tienes de Marisol Cheves?
GUILLERMO YUNGE JR: Se las da de intelectual, lo tengo más que claro, pero la «huevona» es un
cero a la izquierda.

La ex secretaria administrativa y encargada de la contabilidad en la embaja-


da de Chile, Ligia Sánchez, hasta antes de ser despedida arbitrariamente por
Yunge, fue testigo de varios asuntos internos y de situaciones vividas posterior-
mente, al cumplirse un año de las muertes en la embajada: «Cuando yo conocí a
Cheves, estaba convaleciente en la residencia, pero supuestamente había sido
operada de hernia o algo similar. Luego, cuando Yunge se casó con ella, me pidió
buscarle direcciones y teléfonos de algunos ginecólogos y comentó, en su oportu-
nidad, que tenía problemas. Después, Rocío misma nos refirió que Yunge y Mari-
sol estaban en tratamiento porque ella quería darle un hijo. Lo que me extraña
ahora, es que cuando se cumplió un año de la tragedia, yo estaba en la casa de
una vecina, y su prima, en el momento en que pasaron por televisión las imáge-
nes de lo sucedido, expresó que conocía a Marisol Cheves, que no era una buena
persona, que conocía a su marido. Según esta persona conoce bien a Marisol y a
sus tres hermanas, y ningún comentario fue bueno».
Ahora bien, referirnos a César Gómez Calderón, la otra pieza importante para
esta investigación, también despierta una serie de sospechas que iremos profundi-

101
7HUURUHQODHPEDMDGD

zando con hechos puntuales,


con falsos testimonios emitidos
por él y por una serie de situa-
ciones que lo ligan como en-
cubridor y fiel chaperón de
Yunge y Cheves, en especial
de esta última.
César Gómez aparece en
escena durante una recepción
en la residencia del embaja-
dor, en el contexto de las cele-
braciones de las Fiestas Patrias
chilenas, un 18 de septiembre
de 2003. Varios de los asisten-
tes, al ver a Gómez, pensaron
que se trataba de un guarda-
espaldas de Marisol Cheves,
dado que permanentemente,
durante toda la reunión «an-
duvo pegadito a ella».
Quienes pudieron aportar
información sobre su persona
aseguran que este joven cos-
::: César Gómez Calderón (captura de pantalla). tarricense posee varios tatua-
jes en su cuerpo y que tiene
una apariencia muy extraña, que da desconfianza, un hombre muy callado, que
no comparte con nadie y siempre anda con una mirada esquiva, hacia abajo y
nunca de frente.
César Gómez, que al momento de las muertes en la embajada tenía veinticin-
co años, es oriundo de Alajuela, segunda ciudad en importancia de Costa Rica,
situada a 24 kilómetros al noroeste de San José. Es una zona que cuenta con áreas
rurales y semi rurales.
La llegada de Gómez como trabajador en la legación se da en condiciones
insólitas, según nos relata la viuda de Roberto Nieto:

MARCELA GUERRERO: Yunge le dice a Roberto (Nieto) que busque una secretaria para él,
porque en ese momento, Ligia (Sánchez) ya no estaba. Entonces, solo estaba Xinia (Vargas)
y ya bastante trabajo tenía ella. Entonces, Roberto pone un aviso en el periódico buscando
secretaria y recuerdo que tenía un alto así de papeles, donde tenía que seleccionar un
currículo y entrevistar. Entonces él (Nieto) selecciona, por decirte, 10 de 400, y le comenta
a Yunge; pero Yunge dice: «Ah no, no, no. Yo necesito una secretaria que no sea fértil».
Roberto se quedó así como diciendo: «Y a este ¿qué le pasa?». Y me lo comenta y le digo:
«Querrá una mujer de cincuenta o sesenta años», pero ¿por qué dice «no fértil»? Roberto
dice: «¡Otra vez, todo lo mismo!». Llega de nuevo con otros currículos y cuando estaba en
plena selección, Yunge le informa: «No, ya tengo secretaria». Entonces Roberto le dice:
«¿Quién?». Y él le contesta: «Un secretario. Se llama César Gómez».
PERIODISTA: Entonces, César ¿cuándo llega?
MARCELA GUERRERO: Debe haber sido a principios del 2004.
PERIODISTA: Después que se va Ligia.
MARCELA GUERRERO: Sí, como dos meses y llega César Gómez. Entonces entra César y Roberto lo

102
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

detestaba porque, en el fondo, lo notaba como espía. Revisaba los documentos, muy callado,
un personaje siniestro, poco conservador, que no le gustó y se lo manifestaba a él, a César.

Estas características señaladas por Guerrero también encuentran asidero en lo


que Xinia y Ligia declaran para este escrito, en una entrevista realizada a ambas:

LIGIA SÁNCHEZ: Por lo menos, cuando yo estuve, a este muchacho lo trajo el embajador a
trabajar en las oficinas y, desde el punto de vista oficial, eso está prohibido. Una persona
externa, que no es funcionario, no puede tener acceso a los archivos. Sin embargo, el
embajador Yunge lo trajo y dio orden de que era una persona sumamente completa, de su
confianza y tenía acceso completo…
XINIA VARGAS: …a todos los computadores.
LIGIA SÁNCHEZ: A todos.
XINIA VARGAS: Y sin ser funcionario de la embajada.
LIGIA SÁNCHEZ: No era funcionario de la embajada. Por lo menos, a mí, personalmente, el
embajador un día me dijo que él (César Gómez) estaba haciéndole un trabajo personal y que
iba a estar en la oficina. Y, efectivamente, llegaba tempranito el muchacho, pasaba todo el
día escribiendo, viendo libros, usaba la computadora, una de la recepción que había en ese
momento, y él ahí se instalaba, supuestamente haciéndole un trabajo personal al embaja-
dor. Sin embargo, la orden fue que el muchacho tenía acceso completo a la oficina. Y se lo
repito, yo sabía que eso estaba prohibido. Una persona externa, no siendo funcionario, que
tuviera acceso completo a una oficina, pero ¡como era la orden del jefe máximo!

Esta investigación precisa que César Gómez entra a trabajar a la embajada


por petición expresa de Marisol Cheves y no porque Yunge, de libre albedrío, lo
haya determinado. Con el tiempo, Cheves daría a entender que Gómez era un
familiar suyo –se dice que son primos–, información que se empezó a manejar de
manera «oficial» por todos los funcionarios de la embajada.
Pero la confianza depositada por Yunge y Cheves en esta persona, no se
circunscribió solo al ámbito laboral, porque muy pronto, tras la salida del hijo de
Yunge desde la residencia del embajador, en el 2003, César Gómez fue adoptado
como guardián, informante y servidor del matrimonio. A partir de entonces, este
joven comenzó a vivir en la residencia junto a Guillermo Yunge y Marisol Cheves,
incluso antes de entrar a trabajar a la embajada. Esto coincide con el despido
masivo, injustificado y abusivo que llevó adelante el embajador, con todo el
personal doméstico que prestaba servicios de aseo y manutención, en la casa que
el Gobierno de Chile dispone al diplomático de turno.
Esta situación de irregularidad, junto a otras que se irán sumando, no pasaron
desapercibidas para algunos funcionarios en la sede diplomática, como tampoco
lo fue para Roberto Nieto, Rocío Sariego y Christian Yuseff. Circunscrito a la
excesiva confianza, relación de amistad y afecto que Cheves deposita en Gómez,
es que los mismos empleados de la sede diplomática levantaron el rumor de que
ambos eran amantes.

/RTXHVXFHGtDFRQDQWHULRULGDG

A partir de este punto, hemos configurado el escenario de cómo se dieron los


hechos el día de la tragedia, con pinceladas de la personalidad de algunos de los
protagonistas. Ahora comenzaremos a develar las situaciones, escenarios, diálo-
103
7HUURUHQODHPEDMDGD

gos y comportamientos que logramos establecer de las víctimas mortales y de


quienes interactuaron con ellas. Varios de los sucesos que aparecen a continua-
ción, no fueron considerados, indagados ni investigados por la fiscalía costarri-
cense, ni por la Cancillería chilena. Otras tantas fueron descartadas a priori, al
ser valoradas como una fantasía; otras, por ser consideradas que atentaban con-
tra la imagen de los funcionarios diplomáticos y que profundizaban el dolor de
los familiares y sobrevivientes; otras, fueron celosamente acalladas por asuntos
de política y Estado, y, principalmente, por evitar que la prensa se enterara;
otras, por considerar que nada de esto tuvo relación con el actuar homicida del
policía. Pero, ¿cómo se relaciona este entorno previo, con que el guardia Orlando
Jiménez cometiera los horrendos crímenes que conmocionaron a Chile y Costa
Rica? Por cierto, esta investigación no pretende ser absolutista, ni menos la pana-
cea que dé respuestas a todas las incógnitas que plantea el caso, pero aquí conver-
ge una serie de eventos que dejamos a discernimiento de cada uno y que ligan un
contexto y un ambiente oscuro, misterioso y enigmático, de conflictos, pugnas de
poder y deterioradas relaciones humanas.

8QHPEDMDGRUDXVHQWH

La presencia de Marisol Cheves en la vida del embajador Guillermo Yunge tiene


evidentes implicancias en el cambio de personali-
dad que experimentó el diplomático chileno. Esto
103
Esta destacada pareja de actores se traduce en una serie de actitudes poco acordes
nacionales llegó a Costa Rica en 1973
con la responsabilidad que le cabe a un jefe de mi-
tras el golpe de Estado en Chile,
junto con un grupo de artistas y sión.
educadores chilenos que contribu- Recoger en terreno las denuncias que hablaban
yeron a la renovación de las artes de un embajador ausente e irresponsable, princi-
en ese país. En 1976, Gaete y Astica
palmente de miembros de la colonia chilena resi-
fundaron el «Grupo Surco», que lle-
vó a las tablas más de 40 montajes dente en Costa Rica, despertó, en otro sector de los
teatrales en el independiente «Tea- chilenos, una defensa de la imagen de Yunge, don-
tro La Comedia» y posteriormente de se negaron a creer todo lo que se comentaba.
en «El Teatro de la Esquina». Ellos
Una muestra de aquello lo pudimos percibir con el
conocieron muy de cerca a Rocío
Sariego, Christian Yuseff y Gustavo matrimonio de actores chilenos, Marcelo Gaete
Becerra, juntándose, al menos, una (QEPD) y Sara Astica103.
vez a la semana. «Tanto Gustavo
como Christian eran hombres solos Había un sector de la colonia chilena que estaba
en Costa Rica. Nosotros entrábamos molesto por el hecho de que el embajador se haya
un poco a reemplazar esa familiari- casado con una costarricense y no encontraban
dad, ese ámbito amable que ellos
que la costarricense fuera una mujer extraordina-
necesitaban. Tanto a Rocío como a
Christian los conocíamos de antes, riamente refinada. Es una mujer bonita, estudian-
y a Gustavo Becerra lo conocimos te. Ella está sacando dos maestrías de filosofía y
aquí, e inmediatamente lo integra- de derecho. O sea, no es ninguna aparecida. O
mos. Es un muy buen agregado cul-
sea, es muy respetable, muy inteligente y muy en-
tural. Él hizo mucho por la cultura
chilena aquí en Costa Rica. Christian cantadora con todos los chilenos. Pero bastaba el
conocía a Marcelo (Gaete) de Chile. hecho que no fuera chilena, para que un sector de
Llegó aquí y se aquerenció aquí. A la colonia no les gustara. Entonces eso ha sido
Rocío la conocíamos desde peque-
muy injusto para ellos dos. Eso no quiere decir
ñita. Entonces de alguna manera los
tres formaron parte de la familia de que por el hecho de haberse casado con una costa-
esta casa», señala Sara Astica. rricense, haya autorizado la muerte de tres perso-

104
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

nas o haya contribuido a la muerte de tres personas. ¡Nada que ver!» (Sara
Astica)104.

Otra, entre los chilenos que no aceptaron los comentarios que denostaban a
Yunge, es la presidenta de Casa Chile, Otilia Zenteno105. Ella considera que las
malas referencias y comentarios hacia Yunge se deben a otras razones:
Antes de la tragedia y después, despidieron personal que trabajaba ahí (en la
embajada), porque los descubrieron en cosas ilícitas. Esas mismas personas
hicieron comentarios y divulgaron rumores de lo que sucedía (…); curiosa-
mente había dos bandos, unos a favor y otros en contra (de Yunge) (Otilia
Zenteno)106.

OTILIA ZENTENO: …muchas de las cosas que se decían no eran ciertas y algunas eran unas
verdaderas infamias.
PERIODISTA: ¿Cómo qué cosas?
OTILIA ZENTENO: Que Yunge era culpable de la muerte de sus compañeros de trabajo, práctica-
mente, como que fue él quien puso el arma en la mano del policía y le dijo: «asesine». (…)
Lo criticaron hasta por qué él entró con su señora a la embajada, que por qué no había
entrado solo, que con eso comprobaban que era un cobarde, en fin.
PERIODISTA: Entiendo...
OTILIA ZENTENO: Guillermo nunca fue una persona sociable y mucha gente le criticaba eso,
porque no aceptó algunas cosas que a él no le parecían como diplomático.
PERIODISTA: ¿Qué cosas?
OTILIA ZENTENO: Sobre todo, en un principio, cuando él llego acá (a Costa Rica), irse de juerga
con gente de acá. Una vez que aceptó, salió hasta en los periódicos de acá, porque alguien
llamó a la prensa. ¡Dime si eso no es maldad!
PERIODISTA: ¿Con qué tipo de gente?
OTILIA ZENTENO: Sobre todo los de la farándula, actores…
PERIODISTA: Bueno, en ese sentido, yo supe que antes que Guillermo estableciera una relación
más permanente con Marisol Cheves, efectivamente, llevaba una vida algo más bohemia,
donde salía a bares y compartía con distintos personajes del ámbito político y cultural. ¡Me
parece que en eso no hay nada malo!
OTILIA ZENTENO: Totalmente de acuerdo y lo podía hacer. Estaba solo
acá, pero después se le dio vuelta la moneda, y la misma gente
104
que le palmoteaba la espalda quería sacarlo. Declaración hecha por
Sara Astica para esta inves-
PERIODISTA: Tú ¿qué crees de eso que se habla, que era un embaja- tigación.
dor ausente, que no iba a la embajada y que no cumplía con sus 105 Casa Chile es una ONG
deberes? ¿Incluso que no asistía a las invitaciones que recibía? que se fundó en 1990 con
OTILIA ZENTENO: En parte, sí. la vuelta de la democracia
en Chile. Está dedicada a
la ayuda social. Se creó para
Sin duda, muchas de las cosas que manifiestan Astica y afianzar los lazos entre chi-
Zenteno, corresponden a una deformación de la realidad y, lenos y costarricenses, y
seguramente, muchos chilenos pudieron no tener empatía para mantener la cultura
tradicional chilena en las
con Yunge, ya sea por su carácter, por su personalidad dis- nuevas generaciones. Es
plicente y, a veces, poco sociable. Pero una cosa distinta una institución que repre-
fueron las acusaciones que se levantaron contra su persona, senta a la colonia chilena,
a raíz de los hechos acaecidos el 27 de julio de 2004. Algu- participativa, sin color polí-
tico, raza o religión.
nos, quizás, pretendieron aprovecharse de las circunstancias 106
Declaración hecha por
para agrandar, aún más, sus recelos contra el embajador. Otilia Zenteno para esta in-
Sin embargo, los datos recabados en terreno hablan de vestigación.
otros hechos que protagonizó Yunge y que, claramente,
105
7HUURUHQODHPEDMDGD

transgredieron las normas de lo ético, lo moral y del comportamiento social y


político que se le exige a un representante de la diplomacia chilena.
Desde el momento en que Yunge se relaciona con Marisol Cheves en el 2003,
la conducta del embajador se deterioró progresivamente, al punto que su asisten-
cia a invitaciones oficiales y del Gobierno costarricense disminuyó radicalmente,
a casi no asistir.
El colmo de todo es que el primero de enero, son invitados todos los repre-
sentantes diplomáticos al saludo oficial al jefe de Estado, en este caso, Abel
Pacheco, Presidente de la República de Costa Rica. No solo (Yunge) no asistió
a la actividad, sino que ni siquiera se disculpó por su ausencia. Para enton-
ces, era común escuchar de parte de funcionarios de la Cancillería local, la
expresión: «De todas maneras ese embajador es muy problemático», «qué le
pasa a Chile que no lo quita y reemplaza». Así, también, con el Ministerio del
Trabajo, por los constantes despidos injustificados (Ligia Sánchez)107.

La misma actitud de desidia y desinterés por el trabajo, se manifiestó en reite-


radas y permanentes ausencias en la embajada chilena. Paulatinamente, empezó
a repercutir en las labores propias de la oficina. Ligia Sánchez explica que «la
documentación se hacía, pero había que esperar hasta que apareciera para firmar
o para que se enterara de aquella documentación de rutina intercambiada con
Chile. Así y todo, a veces, ni siquiera se presentaba a la oficina. O llegaba por un
par de horas, se encerraba en su oficina y pedía que no lo molestaran, para luego
retirarse sin haberle dado curso a nada. La orden era no decir que no estaba, sino
que si había algún llamado, principalmente de la Cancillería chilena, se les dijera
que estaba ocupado en un acto oficial. Y, dependiendo del grado de importancia
de la persona que llamara, fuera derivada a su celular».
El «grado de importancia de la persona», era en clara alusión a la ministra de
Relaciones Exteriores de Chile, Soledad Alvear. A Yunge solo le preocupaban los
llamados que realizara la Secretaria de Estado.
Las ausencias de Yunge pueden encontrar explicación en los viajes a la playa que
realizaba en días laborales o, a veces, fuera de Costa Rica, sin previa autorización de
la Cancillería en Chile, haciendo uso de más días de feriado legal que lo efectivamen-
te solicitado. «A veces, si era un viaje rápido, lo hacía sin autorización alguna, o sea,
a escondidas», relata un funcionario que pide reserva de su identidad.
Las consecuencias de este proceder, se traducen en desmedro del rendimiento
laboral de cada funcionario. El trabajo se recargó, mayoritariamente, en la per-
sona del primer secretario, Roberto Nieto, que debió asumir de forma natural el
mando en la legación.
Él mismo dijo (Guillermo Yunge) en sus declaraciones, que le había dicho a
Roberto Nieto que se ocupara de todos los asuntos de la embajada. Con eso
me refiero desde cosas administrativas, personales, asistir a eventos, cócte-
les… Mi marido me había mostrado unos días antes de que muriera, la canti-
dad de recepciones a las que tenía que asistir él, y no Guillermo (…) Su
conducta diplomática fallaba porque dejaba todo en manos de un solo funcio-
nario, de mi marido. Y la falla de mi marido fue haber
aceptado todo. Nunca reclamó. Es tanto, que podía hacer
107
Declaración hecha por
hasta tarjetas en el computador, de invitación. Si había que
Ligia Sánchez para este li-
bro. ir a comprar, faltaba algo, él iba. Detalles, pero era mucho.

106
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

Mi marido llegaba a la casa cansado, estresado, a veces estaba nervioso o no


me contaba nada… (Marcela Guerrero)108.

Las ausencias del embajador también fueron constatadas por el sumario ad-
ministrativo interno que efectuó la Cancillería chilena, con la investigación que
llevó a cabo el ministro consejero, Eduardo Gálvez. Según el diario La Tercera,
«Altas fuentes diplomáticas que pudieron leer el texto, afirman que Yunge era un
embajador ausente, que dejaba pasar varios días sin hacerse presente en su despa-
cho, y que cuando amagaba retomar sus funciones, solo lograba que el clima de
trabajo se enrareciera aún más»109.

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El distanciamiento de Yunge en el trabajo, se suplió con Roberto Nieto que, prác-


ticamente, se convierte en el jefe de misión. Esto mismo hizo que el primer secre-
tario fuera tomando mayor relevancia en el medio diplomático costarricense.
Todas las gestiones administrativas que requirieron premura y rápido curso en
sus acciones, y que además no involucraban pasar a llevar al embajador, Nieto
las asumió con responsabilidad y profesionalismo. Sin embargo, con el tiempo, se
dieron algunas irregularidades, en las que todos los diplomáticos y funcionarios
se vieron sobrepasados. Hacía falta una cabeza que ordenara el buque.
A continuación, destacamos las principales anomalías cometidas por Yunge y
el desorden administrativo que se generó por sus ausencias laborales.

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Hemos dicho que la presencia de Marisol Cheves en la vida del embajador,


repercutió en una transformación y cambio radical de su personalidad. Con ello,
la mujer tomó posesión y mando en la residencia chilena.
Una de las primeras medidas que Cheves instauró en el domicilio, es el despi-
do sistemático del personal doméstico contratado por Yunge, para las labores de
aseo y manutención de la casa. Las razones que motivaron
tales acciones tienen su origen en la desconfianza que ge- 108 Guerra, Ana María. «Viu-
neró en Marisol, la presencia de personas ajenas a su da del diplomático asesina-
privacidad. Durante un tiempo, distintos empleados obser- do en Costa Rica saca su
varon una serie de transformaciones que materializó en la dolor y rabia», Triconti-
nental, Cuba, 10 de agosto
residencia, como la práctica de ritos y ceremonias esotéri- de 2004. Disponible en:
cas de origen satánico y la habilitación de un cuarto, espe- < h t t p : / / w w w. t r i c o n t i n e n -
cialmente dedicado para estos fines. tal.cubaweb.cu/ america_la-
Bastó que Cheves exigiera a Yunge el finiquito de deter- tina/texto329v.html>. Consul-
tado el 13 agosto de 2004.
minado personal, y este acometía, sin contemplaciones, a 109 Rubio, Lorena y Alam,
satisfacer sus deseos. Para ello, el embajador buscó cual- Marcela. «El informe secre-
quier causal de despido, la que se le ocurriera, mintiendo. to de la Cancillería sobre la
Hubo cambios radicales en la circulación de personas masacre de Costa Rica»,
diario La Tercera, Santiago,
dentro de la residencia, y el hijo del embajador fue uno de Chile, 31 de julio de 2005.
los primeros en sufrir la medida. Yunge dio instrucciones Disponible en: <http://www.-
que cualquier cosa que aludiera a su domicilio como, por latercera.cl/medio/articulo/
ejemplo, el control del inventario, se tratara directamente 0,0,3255_6660-2343_1515-
44838,00.html>. Consultado:
con él. Cambió el número de teléfono y lo puso secreto, 31 julio de 2005.
advirtiendo que absolutamente nadie lo debía conocer.
107
7HUURUHQODHPEDMDGD

Estando Ligia Sánchez como secretaria en la legación, le consultó al embaja-


dor: «¿Qué pasa si Chile llama? ¿Qué digo? La respuesta fue: ‘Eso es problema
mío. Yo me encargo. Usted pase la llamada a mi celular’».
Asimismo, Marisol Cheves también evidenció maltrato verbal con las em-
pleadas de la residencia. Actuaba de forma brusca y grosera. «Si algo no le
gustaba a la señora Marisol, solo le decía al embajador para que actuara y se
deshiciera de cualquier funcionario o empleado que ella considerara, le caía mal»,
relata, anónimamente, un ex dependiente.
En Costa Rica logramos ubicar a dos ex empleadas de la residencia y que
vivieron en carne propia los abusos cometidos contra sus personas. Son mujeres
de un estrato social bajo y donde, a veces, cuesta hilar las ideas que desean
expresar, producto de un alto grado de analfabetismo. Pero, la veracidad con que
testimonian sus experiencias, son de una evidente y apreciable franqueza. Para
resguardar la integridad de ellas, es que obviamos sus identidades.

PERIODISTA: ¿Cuál es el temor de hablar?


EMPLEADAS: El temor que tengo es porque esta señora es bien mala, señor.
PERIODISTA: ¿La obligaba a hacer cosas?
EMPLEADAS: Le tenía que lavar, planchar a los amigos. Incluso, todavía trabaja uno en la
embajada, que es un amigo de ella, que se llama César Gómez. Bueno, él también es víctima
de ella, porque ella se le tiraba a él y le tenía que lavar y planchar a este muchacho y a
Sergio 110 también. Un día le dijo (Marisol Cheves) a don Guillermo que yo no le lavaba la
ropa, que yo no se la planchaba y él me regañó. Don Guillermo me dijo que yo tenía la
obligación de lavarle y plancharle a los amigos de Marisol, porque ellos eran amigos y que
yo tenía que hacer eso. Yo le digo: «Yo todo eso lo hago». Ahora le digo otra cosa. Yo le dije:
«Usted escucha todo lo que le dice (Marisol), pero ahora usted me va a escuchar a mí».
Entonces yo le dije: «Yo arreglé la cama de ustedes, el cuarto se los tengo limpio, su baño
está bien y este muchacho (César Gómez) lo usa y me lo deja sucio». Un día le dejé una nota
a él (a César) diciéndole que si usaba el baño que por favor le bajara la cadena, que no le
costaba. También le dije (a Guillermo Yunge) que «uno trabaja demasiado con eso y ustedes
se van de paseo y nos dejan gente para que se quede cuidando a nosotros». También le dije
(a Guillermo Yunge): «A doña Marisol, yo le limpio bien los vidrios, ventanas, los baños y
todo lo tengo bien limpio, y ella lo ensucia, y cuando usted llega (a la casa) ella le dice que
los vidrios están sucios y que yo no limpio. Pues yo sí limpio», le digo: «que para eso estoy,
para eso me buscaron, para que yo limpie».
PERIODISTA: Ustedes creen que ella es la que transformó la personalidad de Yunge. Antes, ¿era
una persona buena?
EMPLEADAS: Sí, él antes era bueno, porque en los comienzos él era muy bueno, pero ya,
enseguida, se puso tan feo esto, que bueno, al muchacho lo tuvo que correr111, lo echó él,
digamos, por mando de ella, ¿sí?, por mando de ella y ella quiso que
110
Según lo relatado por es- viniéramos todas, para recoger su ropa y todo, y nos dijo que la
tas personas, Sergio es un sacáramos para afuera, donde el guarda, que ahí se lo diéramos, y
amigo de César Gómez, que
que él (Yunge hijo) no entrara, para que no entrara adentro.
lo acompañaba a vigilar la
residencia, cuando Yunge y PERIODISTA: ¿El embajador no dijo nada?
Cheves salían de viaje. EMPLEADAS: No, él no. Él hace lo que ella le dice.
111
Cuando dicen que «al PERIODISTA: Y Yunge, en los días de semana, ¿se quedaba hasta muy
muchacho lo tuvo que co-
tarde en la casa? ¿Iba muy tarde a trabajar?
rrer», entendemos que es-
tán aludiendo al hijo del EMPLEADAS: Sí. A las doce y media se iba a la embajada y regresaba
embajador, Guillermo Yunge a las tres de la tarde a almorzar. Salía y había veces que regresaba de
Lehner. la embajada. Había veces que doña Marisol se quedaba encerrada en

108
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

el cuarto y nos hacía trabajar. Yo iba a trabajar de lunes a sábado, hasta las dos de la tarde.
Después nos pidieron que debíamos trabajar los domingos porque la señora no le gustaba
hacer nada, ni su desayuno del fin de semana. ¡El domingo es para descansar!, ¡no es todo
trabajo!
PERIODISTA: Usted ¿hasta cuándo trabajó?
EMPLEADAS: Yo trabajé catorce meses, me corrió el 5 de abril, creo yo. Fue él quién me despidió.
Me dejó trabajar ese día, pero como a las cinco y media llegó este muchacho, César, a decirme:
«Dice Guillermo que le firme este papel. Es la carta de despido». Ahí le digo yo: «Bueno, ¿y don
Guillermo no tuvo el valor de decirme él?». En la mañana que vino al almuerzo y ¿no me pudo
decir que era el último día de trabajo? Le dije a César: «Yo no me he portado un mes mal con
él y con nadie. Está bien –le digo yo–, pero no le voy a firmar eso, porque él me está corriendo
sin pagarme». César me dijo: «No, Guillermo dice que cuando regrese le va a traer el pago». Él
me dice: «Necesito que le firme». «¡No voy a firmar!», le digo yo a César.

Las ilegalidades cometidas contra el personal doméstico también cruzaron las


fronteras, dado que por situaciones coyunturales, la esposa de Yunge en Chile
también se enteró de los despidos:

PERIODISTA: …incluso a muchas de las empleadas las echaron.


KARIN LEHNER: Eso lo sabía. Yo sé que las empleadas desaparecieron todas, porque una vez,
cuando mi hijo se fue a vivir con su novia, yo no tenía noticias de él. Así que dije: «Lo voy a
llamar a la casa a ver si las nanas lo han visto». Y llamo y contesta ella (Marisol Cheves),
entonces yo digo: «¿Y quién habla?», porque yo pensé que
era una nana, y me dice: «La señora de la casa», y me cortó 112 José Venturelli nació en Santia-
y de ahí no supe más. Entonces, después, cuando mi hijo se go de Chile, el 25 de marzo de
comunica conmigo, pasado un tiempo, yo le digo: «¿Qué 1924. A partir de 1952 viajó por
Latinoamérica, Europa y China. En
pasó con las nanas?». Me dice: «Las echaron a todas. No hay todos esos lugares conoció y com-
empleadas». Creo que había puertas afuera. partió distintas técnicas plásti-
cas, incluida la acuarela que per-
(OH[WUDYtRGHXQDVVHULJUDItDV feccionó en Oriente. Desde 1974
vivió el exilio en Ginebra (Suiza).
Durante su permanencia en esa
La falta de liderazgo y control en la embajada, se ciudad hizo un vitral para la Igle-
hizo evidente en distintas actividades que organizaban sia de La Madeleine. Recién en
las oficinas. Durante el 2003, la agregaduría cultural, 1986 pudo volver a Chile y per-
maneció muy poco tiempo. Mu-
dirigida por Gustavo Becerra, organizó una exposición rió en China, en 1988, mientras
de pinturas del afamado pintor chileno, José Venturelli. hacía los arreglos para instalar-
Las obras pertenecían a Roberto Fuster, radicado en Costa se definitivamente en Chile. Su
Rica por años y que se sumaron a la oleada de compa- trabajo artístico mereció muchos
premios y distinciones. Entre
triotas que emigraron a Centroamérica, después del pro- otros, la Medalla de Oro en la
nunciamiento militar en la década de los setenta. Con el Exposición de Gráfica Internacio-
señor Fuster conversamos a fines de enero de 2005: nal, en Leipzig (1959). En Suiza
se fundó una asociación que lle-
va su nombre y en 1989 se creó
PERIODISTA: Cuénteme el episodio de esta preparación de la en Santiago la Fundación José
exposición, y cómo se da cuenta de lo que estaba pasando. Venturelli. Realizó numerosas ex-
ROBERTO FUSTER: Tuvimos una iniciativa familiar de ofrecer a la posiciones individuales en todo
embajada chilena un material que disponíamos del pintor el mundo. Una de ellas, en 1973,
en el Palacio de las Minorías Na-
José Venturelli112, que es un tío de mi esposa. Entonces, por cionales de Pekín. Fue el primer
este motivo, nos ofrecieron esto oficialmente y fue muy bien artista no chino que realizó una
acogido por la embajada. Posteriormente, se hizo una re- muestra en ese lugar, luego de
unión de coordinación en mi casa, en la cual se fijaron las la revolución cultural.

109
7HUURUHQODHPEDMDGD

responsabilidades para la embajada y para nosotros. En ese momento, nosotros nos senti-
mos muy contentos por la aceptación que había tenido la iniciativa, y empezamos a conocer
a las diferentes personas que integraban la embajada. Todo fue muy cordial, la atención.
Veíamos un trato muy familiar en ese grupo de personas.
PERIODISTA: Sin embargo, esa situación cambió. Ustedes se dieron cuenta de una improvisa-
ción, donde hubo falta de comunicación.
ROBERTO FUSTER: Claro. Cuando ya estábamos próximos a realizar la exposición, algunos días
antes, nos dimos cuenta de que no estaban preparados ciertos materiales que habíamos
imaginado, iban a ser responsabilidad de la embajada. Por ejemplo, hacer un folleto para una
gran difusión, para que la sala estuviera colmada. Nosotros estábamos interesados en difundir
las obras de nuestro tío, para que fuera conocido en Costa Rica, porque efectivamente no se
conocía. Es más, yo envié correos al periódico La Nación de Costa Rica, dando señas de que se
iba a realizar una exposición en la embajada y tampoco concurrieron. Entonces, en esa medida
creo que hubo poca difusión o hubo un grado de improvisación de parte de ellos.
PERIODISTA: Hay un detalle que no podemos pasar por alto, que es la pérdida de cuadros y
dibujos. Eso ¿de qué manera se da?
ROBERTO FUSTER: Bueno, nosotros habíamos aportado 12 cuadros enmarcados y un conjunto
de serigrafías que tienen como nombre «Sin paz». Es una obra del pintor del año ‘47. Para
nosotros tiene un gran valor patrimonial, y tres de esas serigrafías no estaban enmarcadas.
Entonces, era una tarea que se la íbamos a dejar a la embajada pero, finalmente, no se
enmarcaron, no se presentaron, no se expusieron esas tres serigrafías. Cuando terminó el
período de exposición, yo me encargué del retiro, pero no retiré esas tres por olvido.
Posteriormente, las fui a retirar y me dijeron que no las encontraban. Insistentemente, mes
a mes, cada cierto tiempo fui a preguntar por ellas y solo recibía la promesa de que iban a
ser buscados y devueltos. Pero, transcurrió mucho tiempo. Estamos hablando prácticamen-
te de ocho meses de estar reclamándolas, hasta que a mediados de julio, en ocasión de
hacer un trámite de pasaporte, tuve la ocasión de hablar con Rocío Sariego y Gustavo
Becerra, reiterándoles el reclamo de este material. Cuando tuve que ir a buscar el pasapor-
te, a la semana siguiente de iniciado el trámite, Rocío me prometió que me iba a buscar ese
material, que lo iba a indagar, porque yo le dije que de lo contrario, como ya había reclama-
do y apelado tantas veces, yo iba a hacer una protesta formal. Ella me prometió que me lo
averiguaba y que llamaba por teléfono, hecho que no ocurrió. A los cinco días de esa cita fue
el crimen tan dramático para todos nosotros. Posteriormente, yo me desencanté de la idea
que tenía en mi cabeza de recuperarlas, pero simplemente ya no quería hacerlo. No obstan-
te, después me di ánimo. No era posible que se extraviaran. La embajada había recibido un
material de nosotros, y se habían hecho cargo de eso. Había una persona responsable, la
cual tenía que darnos cuenta del préstamo. Cuando ya sucedieron los hechos tan trágicos,
viene un responsable a la embajada, el consejero José Fernández Barahona, y a él le
entrego una nota escrita de cómo fue que había ocurrido toda esta situación del préstamo
(de material). A él le entregué fotocopias de las serigrafías que me faltaban, y él me
prometió resolver ese asunto apenas pudiera, mientras el agregado cultural regresaba al país.
Como la respuesta tardó, volví a hacer una carta de reclamo insistiéndole en mi apelación.
También recurrí por correo electrónico al ministro de Relaciones Exteriores de Chile, don
Ignacio Walker, y él me contestó que, en verdad, él iba a estudiar el caso y que con la mayor
prontitud me respondía. Yo seguí esperando una respuesta que nunca llegó. Insistí con una
nueva carta pidiendo se me especificara en qué forma me iban a restituir lo que se había
prestado. Al tiempo, recibí una nota donde me decían que las serigrafías y los materiales
facilitados no habían sido hallados, sugiriendo que por los hechos del crimen y todo el desor-
den que ahí se había provocado, ahí se habrían extraviado. Pero yo había advertido que este
hecho había ocurrido ocho meses antes y no tenía nada que ver con este asunto del crimen.

110
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

PERIODISTA: ¿Qué impresión le deja todo esto?


ROBERTO FUSTER: A mí la impresión.., como le digo, yo estoy relatando situaciones antes y
después de los hechos trágicos en la embajada. Entonces, si al principio lo veía como
cordial, de relaciones muy familiares, de mucha confianza, empecé a notar cierta improvisa-
ción, desorden, falta de autoridad o conducción.

Hasta la fecha de publicado este libro, se desconoce oficialmente el paradero


de esas obras que, dicho sea de paso, no eran originales, pero, como dijo Fuster,
tenían «un gran valor patrimonial».
Para esta investigación, los hechos reflejan la desidia con se manejaron muchos
temas administrativos. La pérdida de material facilitado para esta exposición des-
pertó una duda razonable sobre quienes, a la fecha, laboraban en la embajada. A
nuestro entender era muy difícil que las obras hubiesen sido «robadas» por gente
externa a la legación, siendo que al evento concurrió muy poca gente. Era relativa-
mente discernible, identificar a las personas que estuvieron presentes.
Sin embargo, nuestras indagaciones dieron luces del paradero de aquel mate-
rial, cuando a mediados de 2005, ubicamos telefónicamente a Xinia Vargas113 y
le consultamos al respecto. Posteriormente, nos hizo llegar un mail detallando el

113
Xinia Vargas desertó como –Nada, nada. Hasta ahora, en- se me bajó la presión. Enton-
secretaria del consulado, el 23 tonces, me he sentido tan bien. ces, yo me monté en un taxi y
de diciembre de 2004. A partir Yo le dije a Ligia: «No quiero le dije (al chofer), «señor, llé-
de ahí, nunca más se presentó volver», porque hasta ahora me veme a casa». En el camino
a trabajar. Este es el diálogo ha servido para mí, para pen- me fui recuperando, pero fue
que sostuvimos con ella en sar, para sentirme tranquila. algo espantoso, fue algo es-
enero de 2005, explicando las Imagínense que, más de una pantoso. Es una fobia, es un
razones de su alejamiento: vez, iba yo en el autobús para susto que, por ejemplo, inclu-
–¿Desde cuándo que no va a la trabajar y me tenía que bajar so, si yo estaba ahí y alguien
embajada? porque sentía náuseas. Yo sen- tiraba una puerta, yo de una
–Desde el 23 de diciembre. tía un horror de llegar a la Em- vez me sobresaltaba. Los rui-
–¿Y no ha tenido comunicación bajada. El abrir la puerta para dos fuertes y las voces fuertes,
con la gente allá? mí era lo peor y a ellos se los todo eso a mí me sobresalta.
–Sí, me han llamado. decía: «Yo siento náuseas». Al Yo he quedado sumamente
–¿Y? psiquiatra también se lo dije. afectada.
–No quiero ir. El psiquiatra dio unos dictáme- –¿Usted le comunicó esto a al-
–¿Por esto mismo? nes que los voy a llevar el día guien de la embajada?
–Sí que vaya a la fiscalía, para que –Ellos lo saben.
–Pero me imagino que hay algo ellos vean el dictamen que dio –¿Que necesitaba descansar un
más el psiquiatra, del pánico que poco?
–Lo que pasa es que hasta aho- yo tenía. Primero, me estaban –Sí, pero la respuesta era que
ra, yo he tenido tiempo de dár- dando (náuseas) en las noches. «usted no se puede ir», «aquí
melo a mí, y me he sentido Cuando yo buscaba mi ropa no hay quien le pueda suplir»
tan bien… para dejarla lista (para el día y nunca pensaron en traer otra
–¿…que no te dan ganas de siguiente), en la noche me da- persona. Imagínate que cuan-
volver? ban estas náuseas espantosas. do Ligia (Sánchez) se fue, nos
–(Asiente con la cabeza). Es que Yo vomitaba del susto, enton- quedamos nada más Rocío y
a mí no me dieron tiempo. Yo ces, él (siquiatra) me dijo: «No yo. Rocío realizaba algunas fun-
fui a trabajar al día siguiente la aliste en la noche para que ciones ahí, y luego, cuando
(de las muertes). Yo estaba en pueda dormir tranquila. Alíste- Rocío se fue de la Embajada,
mi casa, y ellos me llamaron la en la mañana». Y yo, más que la contrató CUSO , yo me
que fuera a las doce, y fui. Ahí, de alguna vez, me tenía que quedé sola. Entonces, hacía
todavía olía a sangre y de todo. bajar del autobús. Un día me todo lo que era el consulado,
–Siguió trabajando y ¿ni siquie- tuve que bajar en Moravia… más las funciones que hubie-
ra le dieron un tiempo para re- –¿Camino a la embajada? ran de la embajada, y ahí don
cuperarse? –Sí, me tuve que bajar porque Roberto (Nieto) quiso compen-

111
7HUURUHQODHPEDMDGD

hecho: «Las serigrafías las prestó don Roberto Fuster para una exposición. Don
Gustavo y Rocío (…), cuando esa exposición terminó, no se preocuparon dónde
guardar las serigrafías. Unos días se guardaron en la biblioteca, después estorba-
ron y los llevaron a la bodega. Nadie más se preocupó. Por eso ni siquiera el
dueño las reclamó, hasta tiempo después. Don Gustavo y Rocío le pedían a don
Bernal (Vega) que las buscara. No aparecieron nunca. Con todo lo que pasó, don
Roberto Fuster y don Julio Escames114 se presentaron en la embajada, después del
27 de julio, para hablar con don Jaime Bascuñán, que era el que estaba en ese
momento (a cargo de la embajada) a reclamar, uno las serigrafías y el otro (Julio
Escames) un cuadro que él había regalado para adornar la embajada (…). El cua-
dro se devolvió, pero de las serigrafías no se pudo saber nada. Tiempo después
volvió el señor Fuster con una carta para que enviaran a Chile, donde informaba de
la pérdida de las serigrafías, responsabilizando directamente a don Gustavo Bece-
rra, porque Rocío ya no estaba. Esto le costó a don Gustavo su despido…».
Hasta aquí, el relato era coincidente con lo que nos había contado el propio
afectado, el señor Fuster. Pero, nuestra sorpresa fue mayor cuando Xinia aportó
un nuevo antecedente: «… un día llegó César (Gómez) con unas serigrafías, y se
las enseñó a don Gustavo. Él me llamó y me dijo que las había traído César de la
residencia, (César dijo) que se las había encontrado cuando estaban en lo de la
mudanza. No eran todas, pero sí unas».
Según Xinia, cuando Yunge hizo abandono de la resi-
dencia, meses después de ocurrida la tragedia –durante la
sarme y me aumentaron el mudanza–, César Gómez apareció en la embajada con
salario. unas serigrafías. Según las descripciones de estas, dadas
En esa misma fecha de
por Roberto Fuster, corresponderían a las que se extravia-
la entrevista, Xinia estaba 

siendo investigada por el ron. De ser así, ¿Qué hacían en la casa del embajador?
extravío de unos dineros que ¿Quién las sacó de la embajada? ¿Por qué la Cancillería
habrían pasado por sus chilena no las pesquisó?
manos, y de cuyo paradero
nunca se supo. En la sede
diplomática chilena se asu- (OH[WUDYtRGHHVWDPSLOODVFRQVXODUHV
mió el alejamiento volunta-
rio y definitivo de Xinia, Un consulado está definido como la representación de
como acusando el golpe por
la administración pública de un país en el extranjero. Tra-
la pérdida de ese capital.
Pese a que por esta causa baja para sus conciudadanos residentes, o que transitan
Xinia fue citada a declarar, de forma pasajera o en calidad de turistas. Las tareas que
ella nunca se presentó. En- tiene encomendadas un consulado son, entre otras, esta-
tonces, las autoridades chi-
blecer y renovar pasaportes, tramitar documentos oficia-
lenas decidieron no escar-
bar más en el asunto, para les de nacimiento, defunción, divorcios. En el caso de Chile,
no generar más polémica. para todas estas gestiones, la Contraloría General de la
El dinero fue restituido por República envía a los distintos consulados –en donde Chi-
el nuevo cónsul que reem-
le tiene representación diplomática–, lo que se llaman «es-
plazó a Christian Yuseff, Al-
berto Rodríguez Aspillaga. tampillas consulares». Si por ejemplo, un chileno en el
114
Julio Escames es un pin- extranjero requiere renovar pasaporte, ya sea por hurto,
tor chileno oriundo de la extravío o vencimiento, se acerca al consulado y solicita
octava región, radicado en
el documento, por el cual deberá pagar un monto en dine-
Costa Rica desde 1974. Es
profesor universitario con ro. Las estampillas consulares adheridas al documento
gran influencia en la plásti- certifican el equivalente en dinero cancelado por ese trá-
ca costarricense y destaca mite, además de otorgar legalidad al instrumento. Men-
por su pintura al óleo, los
sualmente, esos dineros son enviados en un cheque a la
murales y sus grabados.
Contraloría en Chile, que debe hacer cuadrar los ítems.

112
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

Incluso, en el mes de diciembre se hace un informe anual con todo lo recaudado


durante el año.
En el caso de Costa Rica, entre octubre y noviembre de 2003, hubo una pérdi-
da de estampillas consulares cercanas a los cuatro mil dólares. En esa época, la
secretaria Ligia Sánchez llevaba casi por completo el manejo contable y adminis-
trativo de la embajada, y según sus palabras, «yo trabaje 15 años (con diplomá-
ticos chilenos), y nunca faltó una estampilla». Coincidentemente, todos los
infortunios y reveses internos, como lo hemos constatado hasta ahora, se produje-
ron a partir de 2003.
Los detalles de este nuevo dilema fueron explicados por Ligia Sánchez, para
esta investigación.

LIGIA SÁNCHEZ: Hubo una gran cantidad de estampillas que se perdieron (…). Xinia era nueva
en la embajada y yo la estaba entrenando para el consulado, y cuando Xinia no estaba, yo
era la que actuaba como secretaria consular. En ese momento, Rocío también quería apren-
der a manejarse en el consulado. Yo siempre le decía, «tenga mucho cuidado». Entonces
compartíamos las tareas. Un día, yo fui a hacer una «actuación» y no encontré las estampi-
llas. Entonces digo: «Rocío, ¿las estampillas?». Ella me dice: «Ah, yo no sé. Ahí deben de
estar, ahí la debe de tener la Xinia». Como no las encontré llamé (por teléfono) a Xinia y le
dije: «Xinia, no encuentro las estampillas». «Pero ahí están», me dice, «ahí mismo en la
gaveta donde yo las tengo». La cuestión es que esperamos que Xinia regresara. Cuando
Xinia regresó, no las encontramos. Hubo un sumario al consulado.
PERIODISTA: ¿Y ese sumario quién lo ordenó?
LIGIA SANCHEZ: La Cancillería. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Xinia me comentó que un día don
Roberto llegó al consulado y botó papeles, tiró cosas (al tacho de la basura). Entonces, Xinia
me dice: «Ligia, estoy muy preocupada porque fíjese que Roberto llegó y dijo: ‘¡Esto no
sirve!, ¡esto no sirve!, hay que botar papeles’ y botó muchas cosas». Yo le dije: «Pero, Xinia,
¿usted revisó los papeles que él botaba?». Y me dice: «No, porque él llegó y corrió y corrió
y le dijo a Jesús Abarca: ‘¡Tome, bote eso no sirve!’». Entonces yo le dije a Xinia: «¿No será
que en un momento dado, sin darse cuenta, Roberto botó las estampillas sin querer?».
PERIODISTA: ¿De qué otra forma se podían perder?
LIGIA SÁNCHEZ: ¡Imposible! Mire, yo trabajé quince años y nunca faltó una estampilla, y falta-
ban casi cuatro mil dólares.
PERIODISTA: Entonces, ¿qué hicieron?
LIGIA SÁNCHEZ: Se informó a Chile que faltaban.
PERIODISTA: ¿Y ellos pidieron el sumario?
LIGIA SÁNCHEZ: Hicieron un sumario, vinieron dos personas…
PERIODISTA: ¿De la Cancillería?
LIGIA SÁNCHEZ: Sí.
PERIODISTA: ¿De Chile?
LIGIA SÁNCHEZ: No, no. Vino Juan Carlos Salazar que está destacado en Panamá. Por cierto,
trabajó aquí también. Fue jefe mío. No recuerdo si la otra persona venía de Chile. No
recuerdo bien, si venía de Chile o de otra embajada.
PERIODISTA: ¿Tampoco el nombre?
LIGIA SÁNCHEZ: No, no me acuerdo. Vinieron, nos hicieron una entrevista a cada uno, preguntas
muy puntuales. Al final, cuando dejé de trabajar en la embajada, supe que iban a hacer a
don Christian (Yuseff) pagar las estampillas. Como era el jefe responsable, como él era el
cónsul, dijeron que tenía que tener un mayor control (…). Yo nunca vi un documento que
dijera, que llegó a la conclusión de algo, pero Roberto sí se enteró que yo hice ese comen-
tario, de que tal vez los había botado cuando tiró todos esos papeles. Entonces, no le gustó

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y me culpaba a mí de por qué yo estaba haciendo comentarios de que él había botado las
estampillas.
PERIODISTA: ¿Te lo dijo?
LIGIA SÁNCHEZ: Sí, me lo dijo. Yo le dije: «Don Roberto, pero si yo no estoy diciendo que usted las
botó. Yo dije que tal vez, en ese momento, sin darse cuenta, se fueron». Él me dice: «No, es que
usted está diciendo que yo soy el responsable, que yo fui el que las perdí». Yo le dije: «No,
señor, eso no fue lo que yo dije». «Sí, es que Christian, eso fue lo que me dijo». A mí me extrañó
mucho. Pero en fin, los comentarios son comentarios y cada uno lo dice de acuerdo a como
quiera. Entonces, yo no sé si eso lo motivó como para no querer trabajar más conmigo…

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Para esta investigación, la imagen de Ligia Sánchez representa un punto de


inflexión importante en todo el desorden administrativo y caos que se instauró en
la legación, a partir de su despido.
De origen costarricense, su relación con la diplomacia chilena cuenta con bue-
nas calificaciones y un idóneo trato con sus superiores. Estudió «Contaduría Públi-
ca» y, aunque egresó, nunca presentó la tesis de título. En 1981 se casó con Leslie
Jean, de origen haitiano y dos años después, viajó con su marido para residir en
Haití. En 1986 concurrió a la embajada de Chile acreditada en Puerto Príncipe,
entrevistándose con el entonces embajador, general de Carabineros, Mario Salazar.
Tras ser evaluada, decidieron contratarla. Sus funciones abarcaron no sólo el tema
contable, sino también administrativo. Incluso se le asignaron tareas que la forma-
lidad indica, solo debieran asumir los funcionarios de planta. Ligia señala que «se
me entrenó para tener una persona fija y de confianza, apta para hacerse cargo de
todas las labores propias de la representación diplomática, y mantener una comu-
nicación fluida con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile».
En Sánchez depositaron responsabilidades para el manejo de la contabilidad,
tanto de la embajada como del consulado; encargada de los inventarios de todo
bien mueble, tanto en la residencia como en las oficinas; recepción y confección
de todo tipo de documentación secreta, reservada u ordinaria; manejo y confec-
ción de rendiciones de cuentas; recepción y envío de la valija diplomática.
Quienes conocieron su persona y desempeño profesional, «pueden dar fe de mi
lealtad y capacidad», indica. Entre las personas del mundo diplomático chileno
que interactuaron con ella, se cuenta al entonces secretario Eduardo Eguiguren y al
secretario Mario Luis Silva Vidaurre; al embajador, general Oscar Torres y los
secretarios Aldo Famoralo y Ricardo Gallardo; al embajador Luis Larraín Cruz y
los secretarios Arturo Urrejola Barberis, y al consejero Ricardo Fiegelist, entre otros.
Ligia regresó a Costa Rica en julio de 1993. En mayo de 1995, retornando de
un viaje a Miami, Estados Unidos, se encontró en su hogar con un mensaje, donde
la Cancillería chilena le solicitaba presentarse en la sede diplomática, en San
José. «El llamado obedecía a la necesidad de la embajada de contratar a una
persona con experiencia y de confianza para colaborar con ellos. A partir del 1 de
junio empecé (a trabajar) con el embajador Aníbal Palma y los secretarios Fran-
cisco Fuenzalida y Gloria Cid Carreño», señala Sánchez.
Asumió las mismas responsabilidades que tenía en Haití y, además, le entrega-
ron prácticamente todas las llaves del recinto. Sucesivamente, continuó colaboran-
do con el embajador Edmundo Vargas Carreño y los secretarios Eduardo Schott,
Juan Carlos Salazar Álvarez, Juan Claudio Valenzuela y Alejandro Bravo Forster.
En mayo de 2000 llegó a Costa Rica el embajador Guillermo Yunge que tuvo

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al inicio, como secretarios, a Eduardo Schott y Alejandro Bravo. Posteriormente,


arribó el segundo secretario, Christian Yuseff. En enero de 2003, Alejandro Bravo
fue adscrito a Chile y en su reemplazo, en el mes de marzo, lo reemplazó el
primer secretario, Roberto Nieto.
Para comprender, de alguna manera, los detonantes del alejamiento y despi-
do de Ligia Sánchez, de sus funciones en la embajada de Chile, debemos destacar
tres hechos importantes, ocurridos durante en el 2003. El primero de ellos se dio
con la pérdida de las estampillas consulares y que por «un mal entendido», donde
Ligia sugirió que Roberto Nieto las pudo haber extraviado, se generó una descon-
fianza, recelo y aprensión que pudo incomodar al diplomático. Sin embargo,
también se suman otros dos asuntos: los cambios en el manejo administrativo y
contable de los dineros que instauró Nieto y la cancelación de una factura por
concepto de licores exonerados (exentos de impuestos), que adujo Yunge para
prescindir de ella.

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Para el manejo y funcionamiento de las distintas representaciones diplomáti-


cas en el exterior, el Gobierno de Chile maneja un presupuesto general que se
divide en cuatro ítems: 1) pagar los sueldos del personal a contrata; 2) pago de
servicios o gastos de embajada y consulado, tales como agua, luz, materiales de
oficina, etc.; 3) el ítem «Comunicaciones», que incluye teléfonos, Internet, fax, entre
otros; y 4) representación para que el embajador cumpla con sus funciones. Todo lo
que corresponde a la organización de eventos y asuntos culturales son platas extraor-
dinarias que se aprueban previamente. Lo que son los sueldos de los diplomáticos, se
depositan directamente desde Chile, en las cuentas corrientes de cada cual.
Ligia Sánchez manejaba la contabilidad general de esos cuatro ítems y su
experiencia le permitió operar sin dificultad el tema. «A mí me habían dado la
orden de que nunca faltara nada en la embajada», dice Sánchez. Los dineros que
cubrían los cuatro ítems eran depositados en dos cuentas corrientes del Banco
Nacional de Costa Rica: una en dólares y la otra en colones. Para hacer los giros,
Ligia debía contar con la firma de, al menos, dos de los tres representantes diplo-
máticos, ya sea Yunge, Nieto o Yuseff. El banco tenía registro de las tres firmas,
por lo que si un cheque iba solo con una rúbrica, el banco no lo pagaba.

LIGIA SÁNCHEZ: Yo, normalmente, recibía las facturas y hacía el cheque por el monto exacto. Por
ejemplo, si yo recibía la factura del teléfono por 10 mil colones, lo llevaba para que lo
firmara quien estuviera, ya fuera Nieto con Christian, ya fuera el embajador con Christian, ya
fuera el embajador con Nieto, y así era el sistema. Cuando Nieto llegó, yo le pregunté si iba
a hacer algún cambio, y él dijo que no, que siguiéramos funcionando de la misma manera.
Lo que a mí me pareció raro un día es que yo necesitaba hacer una conciliación bancaria
mensual…
PERIODISTA: ¿Qué significa eso?
LIGIA SÁNCHEZ: Que la contabilidad de los gastos que yo tengo tienen que cuadrar con los
cheques girados en el banco. No tiene que haber un gasto que no esté considerado en el
banco, ni en el libro de contabilidad. Eso yo lo hacía mensual. Yo era muy rigurosa en todo
esto, de hecho a mí nunca me faltó un peso, principalmente la de dólares. La de dólares lo
único que yo hacía era cambiar en proporción casi a las necesidades. Si me mandaban 10 mil
dólares, yo no cambiaba los 10 mil dólares, los iba cambiando proporcional a la necesidad.
Entonces, una vez no me llegó el estado de cuenta para yo conciliar, y don Roberto me dijo

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que él podía sacarlo de la computadora. A mí me extrañó, porque yo nunca había pedido al


banco (una clave) para poder hacer eso. A usted le tienen que dar una clave, como un pin
(password), y yo nunca había hecho eso. Generalmente, para esas cosas, se enviaba una
«cartita» al banco firmada por el embajador, el representante máximo, que nos facilitaran
un pin o lo que fuera, para tener acceso por Internet. Sin embargo, ese día, él (Nieto) me dijo
que me la podía sacar de Internet. A mí me extrañó porque yo nunca lo había hecho.
PERIODISTA: Es decir, ¿Nieto, por su cuenta, fue al banco y pidió una clave para hacer él, a través
de Internet, las transacciones?
LIGIA SÁNCHEZ: En algún momento, cuando él llegó a Costa Rica, él se instaló y abrió su cuenta
bancaria en el Banco Nacional de Costa Rica...
PERIODISTA: ¿La cuenta personal?
LIGIA SÁNCHEZ: La personal. Yo supongo que al abrir esa (cuenta), la abrió de manera que
tuviera acceso, también, a las otras dos cuentas de la embajada.
PERIODISTA: ¡OK! Abrió su cuenta personal y pidió que le anexaran las otras dos cuentas que
eran de la embajada, porque aparecía también con la firma de él, para poder...
LIGIA SÁNCHEZ: …como el banco no maneja una serie de detalles que son estrictamente, nada
más, a nivel de Cancillería, de misiones diplomáticas; él (Nieto) como representante de la
embajada, pudo solicitar eso. Y esto, ¿para qué funciona? Cuando usted tiene dos cuentas,
lo que usted podía hacer por Internet, es que podía pasar dineros de una cuenta a otra.
PERIODISTA: Correcto, del minuto que Nieto incorpora las otras dos cuentas de la embajada, a
la cuenta personal, a través de Internet podía traspasar dineros.
LIGIA SÁNCHEZ: Si él quería, podía solicitar o hacer cambios.
PERIODISTA: Y tú tenías desconocimiento total de eso, y ahí ya se escapaba de tus manos.
LIGIA SÁNCHEZ: Ah, sí, por supuesto. O sea, la ventaja mía, es que todos los meses, al hacer yo
la conciliación, no podía haber cambios de plata, no podía haber depósitos raros, porque yo
tenía todas las cuentas. Además, yo llevaba el libro de contabilidad.
PERIODISTA: ¿Y qué pasó con él cuando crea su cuenta?
LIGIA SÁNCHEZ: Hasta donde yo estuve, por lo menos hasta la última conciliación que yo hice,
que fue la de enero (de 2004), la cuenta cuadró. Además, este sistema también permitía
sacar una tarjeta de cajero automático. Pareciera que existe esa tarjeta, porque yo me
enteré, al salir yo de la oficina, que él hacía personalmente los trámites en el banco, porque
después él iba con la tarjetita al cajero y sacaba plata.
PERIODISTA: Y en esa tarjeta estaban las tres cuentas...
LIGIA SÁNCHEZ: En esa tarjeta aparecen las tres cuentas.
PERIODISTA: ¿Te consta, estás segura de eso, o tú supones?
LIGIA SÁNCHEZ: Bueno, en realidad, por lo menos con esa tarjeta tenía acceso a las dos cuentas
de la embajada, la de dólares y la de colones.
PERIODISTA: ¿Y también la suya?
LIGIA SÁNCHEZ: Tal vez.
PERIODISTA: ¿Eso te consta? ¿Te consta que en esa tarjeta tenía acceso a las dos cuentas de la
embajada?
LIGIA SÁNCHEZ: A mí no me consta personalmente, sino que conversando un día con mi compa-
ñero, que era el que me hacía los depósitos, él me contó, «Ligia, ahora las cosas ya no se
hacen así como usted lo hacía». Cuando se necesitaba pagar algo, yo lo que hacía era
mandar a este compañero a cambiar el cheque (...), entonces él me dice, «don Roberto nada
más va al banco y saca el dinero». Después, quizás, a don Roberto se le dificultaba salir, ya
sea porque estaba ocupado, entonces le pasaba la tarjeta a mi compañero con la clave para
que él retirara la necesidad que tuviera.
PERIODISTA: ¿Eso es anormal o para eso tenía que haber pedido autorización?
LIGIA SÁNCHEZ: Dentro de las instrucciones, hasta el día en que yo estuve, esas cosas no eran

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permitidas. Un solo funcionario no podía manejar las cuentas oficiales, y usted al tener una
tarjeta de cajero automático, no necesita la firma de nadie.
PERIODISTA: ¿Y no pudo ser que la Cancillería chilena le haya autorizado ese cambio?
LIGIA SÁNCHEZ: A mí, lo que me extraña, es que si hubo autorización, todo lo que eran cambios
en el sistema contable de mis manejos, porque existe toda una normativa al respecto, a mí
me lo informaban. Todo lo que llegara en relación a la contabilidad, algún cambio, alguna
normativa nueva, me la hacían llegar para que yo estuviera enterada.
PERIODISTA: Esto que me estás contando, ¿se lo informaste al fiscal Eduardo Gálvez?
LIGIA SÁNCHEZ: No, yo nunca lo he contado. De hecho, es la primera vez que lo cuento.

Según lo relatado por Sánchez, se desprenden negligencias producto de una


falta de control, de manejo y supervisión de quien era el jefe máximo de la emba-
jada. En ese tiempo, Yunge aparecía muy poco por la legación, y Nieto estaba
adquiriendo un mayor protagonismo en el medio diplomático local, donde asu-
mió todas las responsabilidades.
La presencia de Ligia Sánchez pudo incomodar a Nieto en los cambios que
estaba implementando, porque de una u otra manera, todos esos temas pasaban
por ella. A esto, se suman los resquemores que solían reflotar otros funcionarios
chilenos que se quejaban que Sánchez, prácticamente, tenía un control de todo,
sin ser una chilena.

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Los gobiernos, en los distintos países donde existen embajadas, suelen otorgar
a sus diplomáticos, cuotas con exención de impuesto para la compra de productos
como licores, cigarrillos, perfumes y otros. Es una especie de Duty Free, como el
que existe en los aeropuertos del mundo. Este beneficio, si no es utilizado por el
funcionario, al finalizar el año se pierde.
En el caso de Costa Rica, la exoneración comprendía una rebaja al producto
de 40 por ciento sobre el precio original. Para acceder a ella existe un formulario
que se llena con todos los datos del representante y la embajada a la que pertene-
ce. El documento se envía a la Cancillería local y este lo reenvía al Ministerio de
Hacienda, donde lo legalizan con timbres y sellos. Pasado el trámite, los papeles
se devuelven sellados a la embajada para que sean presentados ante la empresa
que tiene la concesión del producto a exonerar. En San José, la compañía que
expende los licores para la embajada de Chile es «Holterman & Cía.» que, ade-
más, cuenta con la franquicia de los vinos Concha y Toro, entre otros.
En la legación chilena, aunque no era una práctica autorizada por los gobiernos
de ambos países, cuando llegaba el mes de diciembre, Yunge, Nieto y Yuseff auto-
rizaban para que los funcionarios a contrata, que no tenían rango diplomático,
eligieran si iban a querer comprar algún licor. Entonces, entre todos reunían el
dinero para pagarlo en una sola factura. De esa manera, se aprovechaba la cuota
al máximo, en el supuesto que ninguno de los tres quisiera aprovecharla para sí.
Antes de explicar cómo se dan los hechos de los licores que pidió Yunge a
Sánchez, y que motivaron su despido de la embajada, debemos precisar otros
hechos ocurridos meses antes de diciembre de 2003. La embajada de Chile realizó
una especie de censo o catastro con todos los chilenos residentes, para saber cuán-
tos conformaban la colonia. Para ello, aprovechó un partido de fútbol amistoso
que disputaron el 8 de junio, las selecciones de Costa Rica y Chile, en el Estadio
Ricardo Saprissa. Para ese evento, se mandó a hacer una gigantografía, que se

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instaló en el recinto deportivo invitando a los chilenos a inscribirse en la embaja-


da. Aquello fue financiado con dinero que se envió desde Chile.
Con ese fin, hubo también una inversión que se hizo en anuncios en los diarios
locales, y donde la embajada no contaba con presupuesto para ello. Entonces, se
recurrió al patrocinio de distintas empresas costarricenses. Mientras se juntaban
los fondos, el embajador Yunge canceló la publicidad de los diarios con dineros
del ítem Representación. En principio, aquello no estaba autorizado porque los
anuncios en los periódicos, como también los alquileres de vehículos, deben ser
previamente visados por la Cancillería en Chile o, de lo contrario, si existen
fondos disponibles del ítem Servicios y la Cancillería lo autoriza, se puede sacar
de ahí. Pero nada de eso hubo en este caso. Finalmente, se juntó el dinero de las
empresas patrocinadoras, cuando el embajador ya había cancelado con Repre-
sentación. Ese dinero quedó en poder de Ligia Sánchez.
Las platas de Representación para un embajador son flexibles en su uso y
movimiento, puesto que no requieren boletas o facturas para rendirlas, solo
basta la palabra del jefe de misión para justificar su uso. En el caso de Guillermo
Yunge, su representación sumó 3.600 dólares por trimestre, más de 10 mil dóla-
res al año.
Al llegar el mes de diciembre de 2003, se debió hacer una rendición anual de
los dineros utilizados y en ese sentido, Yunge cerró los gastos de Representación
con los vicios que le permite el sistema:

PERIODISTA: ¿Qué significa que cerró gastos de representación?


LIGIA SÁNCHEZ: O sea, él dijo que invitó al ministro, por ejemplo, de Justicia y que gastó 50 mil
colones, que invitó a unos periodistas a su casa, porque las actividades hechas en la
residencia no necesitan facturas, simplemente la palabra del embajador.
PERIODISTA: ¿Y él, para justificar y cuadrar los dineros, decía eso?
LIGIA SÁNCHEZ: Sí.
PERIODISTA: Pero, no necesariamente había invitado a jueces y no necesariamente había
invitado a los periodistas.
LIGIA SÁNCHEZ: Exactamente. O sea, en gastos de representación es lo más flexible que hay. El
embajador puede moverlos a su antojo.

En ese mismo mes, Sánchez consultó a Yunge si iba a ocupar su cuota para
pedir licores exonerados, a lo que el embajador asintió presentándole una lista de
lo requerido. La secretaria envió los formularios para aprobar la exoneración.
Entonces, Yunge le dijo que necesitaba con premura los licores, por lo que la
mujer, aprovechando la buena relación existente con «Holterman & Cía.», solici-
tó al representante que le adelantara el pedido a la brevedad, mientras se trami-
taban los papeles en la Cancillería y el Ministerio de Hacienda. Finalmente, los
licores fueron enviados a la embajada, amparada con una factura que registró el
precio normal, sin exonerar todos los impuestos. Esta factura registró un monto
de 518.453 colones, equivalentes en ese mes, a unos 1.246 dólares. Esos mismos
licores, una vez que los papeles de exoneración fueron tramitados y aprobados
por las instancias correspondientes, significó que Ligia Sánchez cancelara un to-
tal de 829 dólares, y la factura original de los licores por adelantado fuera anula-
da. Queda constancia de la revocación primera, y la emisión de la nueva boleta
por el valor real cancelado, sin impuestos:

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::: Esta es la factura original enviada por Holterman & Cía. para justificar el envío adelantado de
licores, según la solicitud hecha por Guillermo Yunge a Ligia Sánchez. El monto indica un total
de 518.453 colones, que incluye los impuestos. Equivale, al cambio de diciembre de 2003, a un
total de 1.246 dólares. Finalmente, una vez que fue autorizada la exoneración, por la Cancillería
y por el Ministerio de Hacienda costarricense, el documento fue anulado.

::: Esta es la boleta que canceló Ligia Sánchez con el valor total exonerado de los licores que
solicitó Yunge, después que fue aprobada la exención de impuestos. Nótese la fecha de pago,
que es donde se origina la arbitrariedad de Yunge contra la secretaria.

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Cuando se llega al último mes del año, las órdenes contables de la Cancillería
chilena son siempre tratar de pagar al máximo, todas las facturas pendientes al
31 de diciembre. Si alguna cuenta quedase impaga, se autoriza a cancelar con
cualquiera de los fondos que queden disponibles, de cualquiera de los cuatro
ítems mencionados con anterioridad.
De esa manera, cuadraron todos los dineros y las deudas que contrajo la lega-
ción durante el año. Esto implicó que la Cancillería chilena ignorara la existencia
de la factura, por la cuota de licores que había solicitado el embajador. En enero de
2004, Sánchez todavía tenía pendiente demostrar a Yunge el pago de los licores.
Aunque la autorización para exonerar se había dado, la factura que se reque-
ría para cancelarla se entrampó en «Holterman & Cía.». Sánchez estuvo las
últimas dos semanas de diciembre insistiendo en ello, mas no hubo respuesta.

LIGIA SÁNCHEZ: Yo le pedía al señor representante de Holterman que me trajera la factura. Y el


muchacho me decía: «Es que no ha salido, todavía no me la han dado. Eso está en el
departamento contable, en todo el procedimiento interno de la empresa». Yo, como tres
veces, le reiteré al muchacho y lo llamé expresamente y le dije: «Mire, don Juan (Gómez)
hágame el favor, tráigame la factura, necesito cancelarla», y él me decía: «Esto, doña Ligia,
no ha salido. Yo no la tengo».
PERIODISTA: Estamos hablando que ya estamos en enero, ¿no?
LIGIA SÁNCHEZ: Ya estamos en enero. Desde diciembre empecé con esta solicitud.
PERIODISTA: ¿Cuándo te fuiste de vacaciones?
LIGIA SÁNCHEZ: Yo me fui de vacaciones una semana, del 12 al 18 de enero, pero no me
preocupé tampoco...
PERIODISTA: …¿Y cuál era el plazo que tenías para pagar?
LIGIA SÁNCHEZ: Hasta el 31 de enero. Pero yo no me preocupé, porque ya el embajador había
cerrado representación. Ya para Chile y para mí, ya no era importante cancelarla inmediata-
mente. Era importante para que el embajador viera que se había cancelado, que no podía
quedar pendiente, pero para Chile no era importante, porque Chile no sabía la existencia de
esta factura. (…) Ese día que yo me iba de vacaciones, el muchacho de Holterman me llamó
y me dijo: «Señora Ligia, le tengo una respuesta». Pero, como ya no era importante cance-
larla inmediatamente...
PERIODISTA: Porque tenías plazo hasta el 31 de enero.
LIGIA SÁNCHEZ: Si hubiese sido oficial hubiese tenido plazo hasta el 31, pero ya no era oficial.
La factura ya no era oficial. Ya no era oficial para nadie. Simplemente, había que cancelarla
porque era una deuda. Entonces, yo le dije al muchacho, «Hágame un favor. Yo me voy de
vacaciones. El lunes que esté de vuelta, a primera hora, preséntese en la oficina para
cancelarla», y me dijo «Está bien, no hay ningún problema».
PERIODISTA: ¿Y con qué dinero ibas a cancelar eso?
LIGIA SÁNCHEZ: Yo lo tenía en efectivo, con el dinero que formaba parte del apoyo que dieron las
empresas para el anuncio en los diarios. Entonces, me fui de vacaciones y cuando yo
regresé, me dijeron que el viernes de esa semana, el embajador había enviado una carta a
Holterman, solicitando el estado de la deuda que tenía la embajada. Yo no me preocupé
tampoco, porque era muy normal. Él podía pedir las cuentas. No había ningún problema,
¿por qué?, porque él sabía que esos licores, él los había pedido, por lo tanto don Roberto
(Nieto) también sabía que estaba sin cancelar. Así que yo no me preocupé. Efectivamente,
el lunes 19 de enero, a las ocho de la mañana, llegué a la oficina y al rato llegó Juan Gómez,
el representante de Holterman, y le pagué la factura. Yo me dejé la factura cancelada,
porque era la constancia entre el embajador y yo.
PERIODISTA: Correcto. Tú después se la mostrabas al embajador.

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LIGIA SÁNCHEZ: Mientras tanto, Roberto se comportaba de una manera extraña, o sea, trataba
de ser como muy gentil conmigo, mientras tanto, también Rocío Sariego empezó una polí-
tica de ¿por qué Ligia tiene las llaves de esto?, ¿por qué Ligia es la que lleva todo?, ¿por qué
Ligia no es chilena y tiene tanta responsabilidad?, ¿por que Ligia...?
PERIODISTA: ¿A qué atribuyes eso?
LIGIA SÁNCHEZ: Yo desconozco esa parte.
PERIODISTA: ¿Antes no había sido así?
LIGIA SÁNCHEZ: No. Esta muchacha antes de que llegara Roberto, te digo, yo misma le compré
una tele y un microondas para que ella pudiera tener sus cositas, y ella lo pagaba...
PERIODISTA: ¿Para la oficina o para la casa?
LIGIA SÁNCHEZ: De sus cosas personales, para la casa.
PERIODISTA: ¿Y ella vivía...?
LIGIA SÁNCHEZ: Ella alquilaba una casita sola. Ella alquilaba una casita sola y no tenía sus
cosas. Entonces, ella me hizo el comentario y yo le facilité la compra a crédito. Yo la compré
a nombre mío y ella lo pagaba mensualmente.
PERIODISTA: Y pese a eso, ¿por qué se puso así contigo?
LIGIA SÁNCHEZ: Yo lo desconozco. O sea, empezó una política de ¿por qué Ligia tiene tanto
poder?, ¿por qué Ligia tiene llave de todo...?
PERIODISTA: Bueno, y está también el tema de Nieto, que te reclamaba por las estampillas…
LIGIA SÁNCHEZ: Sí.
PERIODISTA: ¿Y cómo era tu relación con Marisol Cheves?
LIGIA SÁNCHEZ: El trato de ella conmigo siempre fue: «Hola señora, como está». Después yo me di
cuenta que ella a mí me detestaba… Ella dijo que yo era muy orgullosa, que quién sabe qué me
creía yo, que no me podía ver. (…) Yo no entiendo. Por un lado, me ponían bien con la gente, que
cuando llegaba un ministro acá, y si me lo tenían que presentar, le decían: «Ella es la dueña. Ligia
es la dueña de la embajada. Ella es la que lleva absolutamente todo acá»; y por otro lado,
empiezo a caer mal por proteger tanto los bienes fiscales. Entonces, es como una mezcla…
PERIODISTA: ¿Y cómo entra aquí el tema de tu despido de la embajada?
LIGIA SÁNCHEZ: El 26 de febrero llega Nieto a mi oficina y me dice que hay una reunión con el
embajador. Entonces, yo agarré el cuaderno que usaba para tomar apuntes y fui. Llegué y el
embajador estaba sentado mirando hacia fuera, porque él tenía esa costumbre de no
mirarlo a uno. Entonces, me entrega una carta y me dice: «Bueno, doña Ligia, hemos
decidido prescindir de sus servicios», y yo me quedé así, y le digo: «¿Y por qué?». Y me dice:
«Es que solicité a Holterman un estado de cuentas y me dijeron que había una factura sin
cancelar, cuando usted tenía que haberla cancelado en diciembre». Yo procedí a explicarle
que ellos (Yunge y Nieto) sabían que existía una factura con todos los impuestos, y que
simplemente cancelé la factura en el momento en que llegó a mi mano. Yunge me dijo que
eso no le interesaba que, simplemente, yo no había cumplido con mi trabajo, que la factura
tenía que estar cancelada en diciembre y que, por lo tanto, eso implicaba que yo hacía uso
personal del dinero. Yo le dije: «Vea señor embajador, usted me conoce hace mucho rato. Yo
le he llevado sus cuentas. Usted sabe, perfectamente, que eso no es verdad. Usted me pudo
haber acusado de cualquier cosa, de que era negligente en mi trabajo, de cualquier cosa,
menos de que yo tocaba algún dinero que no era mío, y eso le consta a usted». Entonces, me
contestó: «Bueno, eso es problema mío. El señor Nieto la va a acompañar a su oficina, para
que se vaya ya». Entonces, di la vuelta y salí. Me pidió que firmara la carta. Yo la leí. La firmé
como recibida y se la devolví. Por cierto, Nieto se quedó y lo esperé en la puerta y le dije:
«Roberto, venga porque el embajador quiere que usted me acompañe». Llegué a mi oficina,
cogí mis cuatro cositas. Le dije (a Nieto) que al día siguiente iba a recoger las cosas
personales, y me fui. Al día siguiente, ya me tenía dos cajas preparadas. Me habían sacado
todo de la oficina y nada más las cogí y las eché en el auto y ya está. Entonces, ¿qué hice?

121
7HUURUHQODHPEDMDGD

Mandé una carta al señor Juan Eduardo Burgos, que era el Director de Recursos Humanos
(del Ministerio de Relaciones Exteriores en Chile), con copia al subsecretario, Cristian
Barros y al Director General Administrativo, José Miguel Cruz. En esa carta, al señor Burgos,
le conté que estaban haciendo una injusticia, que me estaban despidiendo sin ninguna
responsabilidad, y que aludían tal y cual motivo. Le pedí que hicieran un sumario completo
en la embajada, de todas las materias, para que comprobaran y me dijeran a mí en qué
momento yo había faltado a la normativa de mi responsabilidad. O sea, que comparen mi
estabilidad emocional y mi trayectoria como persona, con respecto a la de Yunge, para que
este señor se atreva a decir que yo usé platas fiscales (…). Ahí, yo también le digo, o le doy
a entender, que tienen que ver cómo analizan al embajador, porque para mí el embajador
tenía un problema de personalidad…
PERIODISTA: ¿Así se lo planteas, cómo un problema de personalidad, psicológico?
LIGIA SÁNCHEZ: Sí. Que el embajador mantenía un descontrol psicológico y que, por lo tanto,
nos comparen, que hicieran una comparación. No con estas palabras (…) pero les pido un
sumario completo a la embajada y le mando copia de la factura cancelada. Le explico, en
parte, lo de la comida de los jueces y el manejo de las platas (que hacía Yunge). Y todo eso,
lo envié solicitándoles que vieran qué hacían. Después me dirigí al Ministerio del Trabajo (en
San José), que se supone que es la entidad que lo defiende a uno.
PERIODISTA: ¿Y qué respuesta te dieron?
LIGIA SÁNCHEZ: No recibí ninguna respuesta. Me fui al Ministerio del Trabajo y me dijeron que
tenía que ir a la Cancillería costarricense, porque por ser una embajada, eran ellos los que
tenían que mediar. Le mandé una carta al ministro Roberto Tovar (Canciller de Costa Rica)
solicitándole la intervención. Le mandé la copia de mi despido, y todo (…). La Cancillería me
dijo, primero, que según la Convención de Viena, ellos no podían intervenir. Después, les
mandé otro documento diciéndoles que basados en la misma Convención de Viena, que no
estábamos hablando de cuestiones políticas, sino que estábamos hablando de un tema
laboral, y que yo solicitaba que, por favor, intervinieran. Al final, me respondieron que ellos
no tenían injerencia, que eso tenía que irse a los tribunales. Mientras tanto, pasó lo que
pasó en la embajada. Yo iba a enviar la demanda a los tribunales, basado en lo que me
estaba dando la Cancillería, pero en eso pasaron los asesinatos en la embajada. Vino la
comisión respectiva y conversaron conmigo
PERIODISTA: ¿Eduardo Gálvez?
LIGIA SÁNCHEZ: Eduardo Gálvez, el señor Jaime Bascuñán y Marcos Correa. Conversaron conmi-
go, les expliqué todo, les entregué una copia completa de la documentación, y luego, ellos
recabando información, así como estás tú, entrevistando gente, me dijeron a mí, que para
ellos estaba sumamente claro que yo había sido despedida injustamente.

Las arbitrariedades y abusos, de parte de las resoluciones que adoptaba el


embajador, no concluyeron con los despidos ilegales. También ejerció presión y
amenaza indebida sobre sus empleados, prohibiéndoles terminantemente que se
acercaran a conversar con la gente que él destituía. En el caso del alejamiento de
Sánchez, ella era muy amiga de Xinia Vargas, cuestión que Yunge sabía. Por lo
mismo, Vargas también recibió apremios de parte del embajador:
Cada vez que él despedía a alguna empleada, venía a la oficina y prohibía la
comunicación con esa persona. De hecho hizo lo mismo conmigo. Cuando él
me despidió, les prohibió a los compañeros que tuvieran algún contacto
conmigo. De hecho, Xinia me dijo que como él (Yunge) sabía que nosotras
éramos amigas, a ella en lo personal, le dijo que le iba a poner un detective
para ver si se comunicaba conmigo, porque le prohibía terminantemente

122
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

tener comunicación conmigo. ¿Por qué? Yo no sé. La verdad, es que yo misma


tomé la decisión de no comunicarme con mis compañeros para no perjudicar-
los, porque yo sabía cómo era el asunto, sabía como eran esas presiones, esa
tensión (Ligia Sánchez).

::: Aquí y en la página siguiente, copia de la carta enviada


por Ligia Sánchez al Ministerio de Relaciones Exteriores
en Chile, solicitando un sumario completo a la embaja-
da de Chile en San José, y advirtiendo de la inestabili-
dad emocional de Guillermo Yunge en el cargo.

123
7HUURUHQODHPEDMDGD

3XJQDVDPRUtRV\FRQIOLFWRV

Hemos entrado a desenmarañar una complicada madeja de asuntos que nunca se


resolvieron, y de los cuales el Gobierno chileno y en especial, la Cancillería,
siempre estuvo informada de lo que ocurría. Por distintos canales de comunica-
ción con el Ministerio de Relaciones Exteriores, se les hizo llegar informes preci-
sos de los vaivenes que se estaban experimentando en la legación nacional; sin
embargo, una indolente y apática actitud regida por asuntos de «política» y de
estrecha amistad partidista entre Guillermo Yunge y Soledad Alvear, junto a otros
camaradas ligados a esa cartera ministerial, impidieron una efectiva,
ejemplarizadora y oportuna medida resolutiva de conflicto. Pese a que, como
veremos más adelante, Yunge fue llamado a informar, al menos en dos ocasiones
–entre agosto de 2003 y junio de 2004–, el embajador siempre se las arregló para
justificar ante su empleador y también ante sus pares, diciendo que «esos proble-
mas» que se conocían en Chile y Costa Rica, formaban parte de los chismes y
malos propósitos con que algunos intentaban desprestigiar su persona.
124
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

Por lo pronto, lo confuso de este caso se agudizó con una serie de hechos en
donde se vieron involucrados agentes del Estado chileno, representantes diplomá-
ticos y, primordialmente, la embajada.
El fiscal Eduardo Gálvez, enviado por la Cancillería chilena y solicitado por
el subsecretario de Relaciones Exteriores, Cristian Barros, dejó constancia en su
investigación, de algunos de los hechos que inspiran este capítulo.
Los antecedentes que daremos a conocer a continuación, fueron contrastados
con distintas fuentes e informadas, a su debido tiempo, a los familiares de las tres
víctimas chilenas fallecidas. Estos mismos antecedentes fueron desechados por la
Fiscalía que investigó en Costa Rica, argumentando que aquello solo formó parte
de los «chismes y rumores». Negaron que, de haber sido cierta esa información,
tuviera alguna relación o nexo con las muertes.

/RVYLOLSHQGLRVLQWHUQRV

Recordábamos que el cónsul, Christian Yuseff, frecuentó –al igual que Rocío
Sariego y Gustavo Becerra–, la casa del afamado matrimonio de actores chile-
nos, Marcelo Gaete y Sara Astica. La vida en solitario que llevaba Yuseff en
Costa Rica halló consuelo, afecto y confianza, en continuas y frecuentes jornadas
de convivencia junto a ellos. Esto mismo permitió que el diplomático confidenciara
sus aprehensiones en varios asuntos que se vivieron durante el 2003 y 2004.
Los cuestionamientos al desempeño de Yunge eran «pan de cada día», y Yuseff
expuso sus puntos de vista al matrimonio. Él no estaba de acuerdo con las cons-
tantes y permanentes ausencias en el trabajo del embajador, como tampoco de la
relación que había entre él y Marisol Cheves, y de los escándalos que protagoni-
zaron a menudo en la residencia del embajador. El cónsul, hastiado de esas situa-
ciones, comenzó a patrocinar la reunión de firmas con la colonia chilena para
solicitar la expulsión de Yunge como embajador115.
En las conversaciones que Yuseff mantuvo con el matrimonio de chilenos, y
por la misma confianza que ellos depositaron en su persona, dio pie para que el
cónsul confidenciara asuntos y apreciaciones de orden menor, con una evidente
valoración personal. Sin embargo, esas cuestiones «menores» también evidencia-
ron diferencias ostensibles con el jefe de misión y su señora. «Él venía y comenta-
ba de la mala presentación de Marisol, que no sabía vestirse, que había llegado
de una forma muy provocativa, que cómo se le ocurría llegar a una actividad así,
por ejemplo, con un escote muy pegado», cuenta Astica.
El matrimonio Gaete-Astica relata que, para ellos, estos comentarios no revis-
tieron mayor importancia y lo consideraban como «simples chismes». Pero las
diferencias que tenía Yuseff con el embajador y su relación con Cheves, también
se encargó de divulgarlo por otros lados, con otros chilenos, en su denodado
intento por reunir firmas.
Para que el cónsul se envalentonara en esta iniciativa, también influyeron
otros asuntos que lo afectaron personalmente. Christián Yuseff estaba cansado de
las descalificaciones y desprecios que recibía de parte del
jefe de misión. 115
Los escándalos en la resi-
Yunge siempre lo trató mal. Don Christian, por lo menos en dencia del embajador y la
reunión de firmas con la
dos ocasiones, así muy precisas, llegaba a mi oficina. Llega-
colonia chilena de parte del
ba ahogándose y transpiraba, porque cuando él se alteraba cónsul serán abordados
transpiraba, transpiraba mucho. Él me decía: «¡Ve doña más adelante en este libro.

125
7HUURUHQODHPEDMDGD

Ligia!, tuve que meterme en su oficina (la de Yunge) y le dije que qué se creía
él, yo tengo mi puesto, yo soy abogado y por lo tanto tiene que respetarme.
Yo no soy cualquier ‘pelao’ que viene de ahí, de cualquier lado. Yo soy un tipo
que me formé y vengo de una familia». Entonces él tomó valor y le reclamó,
y le dijo que lo respetara un poco más, que él tenía unas funciones y él se
dedicaba a cumplirlas (Ligia Sánchez)116.

La aparición de Marisol Cheves en la vida del embajador, definitivamente,


fue intempestiva y no fue bien recibida por quienes más conocieron a Yunge.
Fuentes consultadas y que pidieron anonimato, relatan que cuando se jugó el
partido de fútbol entre la selección de Costa Rica y Chile, en junio de 2003,
después de haber dejado al plantel nacional en el aeropuerto, un grupo de los
chilenos se dirigió a la embajada, y los comentarios contra Cheves no se hicieron
esperar: «Marcela Guerrero vino y me dijo, ‘¡Qué señora más desubicada! Fíjate
que llegamos al aeropuerto a despedir a los jugadores y tan desubicada para
vestirse. Tanto muchacho que había ahí, de todos los equipos, y ha llegado con un
pantalón blanco apretado que se le metía aquí atrás». Y me dice, «¡Ya vieras!
Eran puros hombres y muy disimulados la miraban y se miraban entre ellos»,
seguramente diciendo, «mira la esposa del embajador y en estas fachas».
Quienes conocieron a Marisol coinciden en estas apreciaciones de que no
sabía vestirse. «Se notaba que ella, pues tal vez, venía de una procedencia de
escasos recursos, entonces a nivel de diplomáticos, ella no sabía vestirse. Se ves-
tía muy provocativa, ropa muy ajustada, que se supone una señora de un emba-
jador, por más joven que sea, debe guardar un cierto recato», señalan.
Las descalificaciones contra Cheves provenían, también, de los mismos funcio-
narios de la legación chilena. «Siempre hablaron mal de ella», relata una mujer.
«¿Sabe que decía (un funcionario)?, que a la legua se notaba que era una putona».
Decía que para él, quizás quién sabe de cuál antro la había sacado (Yunge)».
Al consultarle a esta fuente, si ella lo había escuchado directamente del fun-
cionario, o si se lo habían contado, ella respondió: «Sí, todo eso se comentaba.
Usted sabe que en las oficinas todo se comenta y, por cierto, yo les decía, «No
hablen así». No es que yo sea puritana ni mucho menos, pero la verdad es que
decir ciertas cosas, sin uno conocer verdaderamente a la persona, entonces me
decían: «Es que usted no la ve, usted no la ve. Desde que viene allá, es que hasta
huele a puta».
Estos vituperios se extendieron por toda la colonia chilena e, incluso, traspa-
saron la frontera. Llegó a estar en conocimiento de los funcionarios de la embaja-
da de Chile en Nicaragua. Dependiendo del bando que recibiera los comentarios
–ya sea a favor o en contra de Yunge–, era el grado de credibilidad que se le
asignaba. Pero, no caben dudas, que absolutamente todos los agravios llegaron a
oídos de la vilipendiada pareja Yunge-Cheves.

/DVWDUHDVXQLYHUVLWDULDVGH0DULVRO\VXVUHVTXHPRUHVFRQWUD5RFtR

Durante el año 2002, Guillermo Yunge conoció a Marisol Cheves. En ese


entonces, fungía como su secretaria la costarricense Ivette Charpantier, y en el
consulado estaba Cindy Brenes, de igual nacionalidad. Avanzado el primer se-
mestre de ese año, Brenes se tomó una licencia pre-natal,
116
Declaración hecha por por lo que el embajador trasladó a Charpantier al consula-
Ligia Sánchez para esta in-
vestigación.
do, en tanto que a Rocío Sariego la instaló como su secre-

126
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

taria. Aquella distribución del personal dio pie para que Xinia Vargas entrara
como recepcionista y encargada de archivos, haciendo un reemplazo desde el mes
de julio hasta octubre de 2002.
Posteriormente, una instrucción originada desde Chile indicó que había que
reducir el presupuesto del personal a contrata, en dos mil dólares. Yunge decidió
alejar de sus cargos a Charpantier y Brenes. A partir de diciembre, el trabajo
quedó recargado en la persona de Ligia Sánchez, que no solo veía los temas
administrativos y contables de la embajada, sino también del consulado. Rocío,
por su parte, llevaba la agenda del embajador y coordinaba las actividades de
éste, al mismo tiempo que apoyaba a Ligia en lo que podía.
Para entonces, el embajador Yunge evidenció las primeras ausencias y aban-
dono de sus funciones. El primer secretario, Alejandro Bravo, recomendó contra-
tar a Xinia Vargas que, durante el reemplazo de 2002, había sido bien evaluada.
En el mes de enero de 2003, el diplomático Bravo, dejó su cargo al ser reque-
rido por la Cancillería en Chile, ocasión que permitió la llegada en marzo, del
primer secretario, Roberto Nieto.
En forma paulatina, distintos funcionarios fueron percibiendo actitudes y com-
portamientos de excesiva confianza entre la joven Rocío y el embajador. Incluso,
ella estableció fluidas comunicaciones por Chat, con los tres hijos de Yunge en
Chile, al igual que con su esposa, Karin Lehner.
Rocío tenía comunicación con las niñitas. Conmigo tenía (comunicación) las
veces que hablamos, cuando mi hija iba a Costa Rica, cuando él (Yunge)
estaba solo todavía. Entonces, a veces, yo llamaba, no encontraba a nadie y
le mandaba un correo electrónico a Rocío y le decía: «¿Has visto a la niñita?
¿Cómo está?». «Sí, está bien. Salí con ella». Rocío era muy amable (Karin
Lehner)117.

Algunas personas consultadas creen que este tipo de relación se dio por «la
amistad que tenían en Chile, don Jorge (Sariego) y el embajador», y donde se
supone Guillermo Yunge conoció de pequeña a Rocío. Sin embargo, aquello fue
desmentido por la familia Sariego. Con el tiempo, el grado de confianza y acerca-
miento entre el jefe de misión y su secretaria se rompió irreversiblemente, por
distintos hechos que pudimos detectar.
Una de las cosas que incidieron en este rompimiento fue que Yunge obligaba a
Rocío a hacerle los trabajos de la universidad a Marisol, cuestión que Sariego
manifestó a su círculo de confianza, e incluso a una de las hijas del embajador.

KARIN LEHNER: Cuando Guillermo se junta con esta mujer (Marisol Cheves), Rocío le describe a
mi niñita (Karin Yunge Lehner) que está tan aburrida, que tiene que hacerle hasta los
trabajos de universidad a Marisol.
PERIODISTA: ¿Quién estaba aburrida?
KARIN LEHNER: Rocío. «Aburrida», le dice, «porque tu papá me dice que tengo que hacerle a
ella los trabajos de la universidad».
PERIODISTA: Pero ¿quién a quién?
KARIN LEHNER: Rocío tiene que hacerle los trabajos de la universidad a Marisol Cheves. Y
después, el último correo que tuvimos de chateo, lo hizo a la Karin, que es con la que más
chateaba, y le dijo: «Por suerte ni me lo cruzo, ni tengo que
saludarlo». O sea, ya las relaciones se habían roto. Rocío ya no 117 Declaración hecha por
era la secretaria de él. Karin Lehner para este li-
bro.

127
7HUURUHQODHPEDMDGD

Un particular punto de vista tiene Guillermo Yunge hijo, respecto del mismo
tema:

GUILLERMO YUNGE JR: Hay una coincidencia en el momento en que yo me retiro de la casa
(residencia del embajador), porque yo me voy a vivir con una novia que tenía en esa época,
y obviamente que Marisol, su actual esposa, se queda viviendo con mi padre. De ahí, como
que los contactos que yo tenía en la embajada, me contaban de que ya (el embajador)
estaba muy distanciado, de que ya empezaba a hacer muchos viajes con ella, como que no
sé, o sea, tomarse una en luna de miel muy larga.
PERIODISTA: ¿Era Rocío quién te contaba algunas cosas?
GUILLERMO YUNGE JR: Sí, Rocío me contaba la mayoría de las cosas.
PERIODISTA: ¿Rocío te contó, alguna vez, que tu papá le decía que le ayudara para que le
hiciera unos trabajos de la universidad a Marisol Cheves?
GUILLERMO YUNGE JR: Sí, varias veces hablé con ella y en realidad, con la otra secretaria que
había, no me acuerdo el nombre ahora. Es cierto que igual, a veces, uno, de repente,
ortografía, sintaxis, gramática; pero que te estén haciendo un trabajo completo y que más
encima sea la tesis, lo encontré siempre criticable.
PERIODISTA: ¿Tuvo que ayudarle a hacer la tesis?
GUILLERMO YUNGE JR: ¿Hacerla? O sea, yo jamás vi a Marisol en el computador de la casa
escribiendo, o sea sola, porque igual estaba con mi padre o estaba con el secretario que,
creo, se llamaba César.
PERIODISTA: ¿Qué impresión tienes tú de ella?
GUILLERMO YUNGE JR: Se la da de intelectual, lo tengo más que claro, pero la huevona es un
cero a la izquierda.
PERIODISTA: ¿No notaste alguna actitud en especial de Marisol Cheves con Rocío, por ejemplo,
alguna especie de celo o que le cayera mal o alguna cosa que...?
GUILLERMO YUNGE JR: Que yo sepa en contacto, nunca hablaron.
PERIODISTA: ¿Y qué tú hayas notado?
GUILLERMO YUNGE JR: No, no. Hostilidad no, pero era como un distanciamiento.
PERIODISTA: ¿De Marisol a Rocío?
GUILLERMO YUNGE JR: No sé si era mutuo, pero sí había un distanciamiento. Igual la Rocío
empezó a enojarse cuando tenía que escribir las cuestiones (los trabajos de la universidad),
y me contaba que esta «mina» era un «cero a la izquierda», que escribía árbol con «h», y
cuando te dicen esas cuestiones, y más que te están haciendo la tesis, y más que contrata-
ron a un secretario específicamente para eso...

A este hecho puntual de los trabajos que tenía que hacer Rocío Sariego a
Marisol Cheves, se sumaron los comentarios que ligaron a Yunge y su pareja con
escándalos en la residencia de ambos, y denuncias de violencia intrafamiliar. Es
aquí donde Cheves hace notar sus primeras diferencias con la joven Sariego.
Testigo de aquello fue Marcela Guerrero, la viuda de Roberto Nieto:
Una vez (Marisol y Guillermo) nos invitaron a su casa a comer, a la residencia.
Se fueron unos señores que eran de la Corte. Nos quedamos tomando un
último trago y Marisol me dice: «¿Tú has escuchado algunos rumores de la
embajada, de que aquí ha habido problemas, que se supone que nosotros
tenemos problemas, que se supone que nosotros tenemos maltrato fami-
liar?». Yo, que ya había escuchado los rumores, dije: «No, no tengo la menor
idea. Nunca he escuchado nada». Entonces me dice: «Sí, hay cosas que me
gustaría saber de dónde vienen, quién saca este chisme», como diciendo
¿quién informa esto? «Es alguien de la embajada», me dice. «La verdad es
128
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

que no sé. Nadie me ha comentado nada», le dije. Entonces ella me dice: «Yo,
de la única que sospecho aquí es de Rocío. ¡Ten cuidado con Rocío!». «¿Qué
me quieres decir con eso?», le digo. «No, ten mucho cuidado con ella, es una
mujer peligrosa» (Marcela Guerrero)118.

El trato de confianza entre el embajador y su secretaria personal comenzó a


tomar ribetes de desacato e irreverencia, cuando se empiezan a dar hechos de
violencia física y verbal hacia Rocío. Así lo pudimos constatar con las declara-
ciones que aportó, para esta investigación, uno de los funcionarios que mantuvo
mayor lazo de amistad y confianza con Sariego.

FUNCIONARIO: …una vez, él (Yunge) le dio una cachetada en la oficina.


PERIODISTA: ¿Le dio una cachetada Guillermo Yunge a Rocío?
FUNCIONARIO: Sí, a Rocío.
PERIODISTA: ¿Por qué fue eso?
FUNCIONARIO: Porque Rocío le reclamó algo y él se volvió y le dio una cachetada.
PERIODISTA: ¿Eso fue antes de que él estuviera con Marisol?
FUNCIONARIO: Estaba empezando con ella.

Este libro considera que, de ser cierta la acusación, Rocío no debió haber
pasado por alto el tema con su familia. Por lo mismo es que consultamos con el
hermano de ella.
Gonzalo Sariego tenía comunicación con Rocío, vía chat, «dos o tres veces
por semana», señala, y aunque manifiesta desconocer el hecho denunciado por
«el funcionario», sí recuerda una conversación en donde ella le dijo que «me
agredió un huevón de mi trabajo». Pese a que Gonzalo intentó averiguar la iden-
tidad de esa persona, Rocío le bajó el perfil al asunto. «Yo le pregunté, pero ella
me dijo que no quería darnos preocupaciones a mí, ni a mi papá. Además que era
recurrente de ella, por una cosa de familia, de bajarle el perfil a los problemas
que ella tenía, para así no generar más problemas a los demás (…) pero la noté
que estaba distinta».
Gonzalo Sariego no desmiente la posibilidad de que la acusación hecha por
este funcionario haya sido cierta, porque también manejan un antecedente de
agresión de parte de Yunge, pero en este caso, de tipo verbal. «Una amiga de
Rocío, Claudia, que trabajó en la embajada, no recuerdo el apellido; le contó a
mi papá que en una oportunidad que Yunge trató a ‘la Ropi’ de lesbiana, porque
le decía (reclamaba) que era muy amiga de esta niña (Claudia)», rememora.
Los hechos constatados tienen un trasfondo, un origen que se plantea desde la
conjunción y fortalecimiento de ciertas amistades, afectos y confianzas, que dan
paso a relaciones más profundas, de sentimientos humanos más precisos y arrai-
gados. Esta investigación establece –consultados distintos niveles de fuentes–, la
existencia de relaciones sentimentales entre algunos funcionarios, relaciones que
rayaron desde sus inicios en el peligro de ser descubiertas, de ser conocidas, de ser
difundidas.

118
Declaración hecha por
Marcela Guerrero para este
escrito.

129
7HUURUHQODHPEDMDGD

/DWUDPDGHDPRUtRV

Las siguientes revelaciones fueron testeadas en terreno con distintas fuentes,


algunas muy directamente relacionadas con las víctimas de la tragedia diplomá-
tica. Cabe consignar que para llegar a la verdad en este entorno, ha sido funda-
mental la confianza depositada por todos ellos, en esta investigación periodística.
Por supuesto, siempre se abordó el tema con mucha cautela, confrontando y com-
parando las distintas versiones que surgían.
Es de extrañar que la fiscal costarricense, Andrea Murillo, encargada de pes-
quisar todos estos temas, fuera tajante al decir y asegurar que desechaba algunas
líneas de investigación:

Llegaron a tal punto las invenciones, que la gente temía verse involucrada en
el tema. La prensa chilena ha mostrado a la embajada como Sodoma y Gomorra
(Andrea Murillo)119.

La verdad es que al comparar lo publicado en Chile, en algunos medios de


prensa escritos, entendemos que nunca trataron de mostrar a la sede diplomática
chilena como el último antro de la perdición, ni nada por el estilo. Simplemente,
hubo personas que quisieron aportar antecedentes que, en lo individual, conside-
raban importantes para prefijar el entorno que se vivió en la embajada, y que no
fueron valoradas, ni cuantificadas. La experiencia nos dice que siempre, cuando
se testea algún contexto, se producen deformaciones de la realidad que no se
ajustan a lo vivido. En esas circunstancias, lo importante es poder ordenar las
piezas y establecer el grado de autenticidad y credibilidad de los antecedentes
reunidos. En el caso de las pericias que ordenó el Ministerio Público costarricen-
se, la fiscal Murillo desechó estos temas, sin otorgarles ninguna valoración e
importancia en los desencadenantes de la tragedia. Solamente, fueron estimados
como «chismes y rumores».
¿Qué importancia podía tener, para la investigación realizada en Costa Rica,
establecer la verdad de los hechos, si ya las muertes eran irreversibles, si ya nada
les devolvería la vida? Además, ¿qué más se podía indagar, si el victimario tam-
bién estaba muerto? ¿A quién se iba a condenar si no existía un imputado? ¿Qué
tan importante era para el Gobierno chileno llegar a establecer la verdad de lo
que sucedió, si el mismo fiscal Mauricio Boraschi aseguró para este escrito, que
la Cancillería chilena lo único que quería era cerrar el caso para cuando se con-
memorara el primer año de la tragedia? Sin ir más lejos, tan solo seis meses
después de ocurrida la masacre, el propio canciller chileno, Ignacio Walker, de-
claró el 7 de enero de 2005, que el caso para Chile estaba «políticamente cerra-
do». ¿Qué significa «políticamente cerrado», si los propios familiares de las víc-
timas, e incluso la familia del policía Orlando Jiménez,
119
«Las indagaciones de Can- pedían a gritos que se esclareciera cómo y por qué ocurrie-
cillería y las líneas descar- ron las muertes?
tadas», diario La Tercera. 7 Los enredos de amoríos, junto a otra serie de hechos
de agosto de 2005. Dispo- que iremos precisando, tienen una especial importancia para
nible en <http://www.la-
tercera.cl/medio/articulo/ comenzar a configurar los escenarios que desencadenaron
0,0,3255_5666_15273411- las muertes.
2,00.html>. Consultado: 07
agosto de 2005.

130
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

(OSRWHQFLDODIIDLUH<XQJH6DULHJR

Del momento en que Rocío Sariego es asignada por el embajador Yunge como
su secretaria, se van dando una serie de acciones que despiertan sospechas en los
propios funcionarios.
Dejamos constancia que nunca vieron a Guillermo y Rocío en acciones y ade-
manes propios de una relación amorosa, sin embargo las sospechas eran enormes.
Cuando ella (Rocío) llegó a trabajar ahí, que no la habían contratado todavía,
oí unos rumores de que parecía que andaba, pero no me consta y nunca vi
nada que me haya entrado sospecha, no, nunca. Que eran muy amigos, sí,
allá en Chile, pero acá, no sé, no me consta (Jeannette Aguilar)120.

Se supone que Rocío, se rumoreaba, había tenido una relación con Guillermo
Yunge, antes de Marisol. Yo nunca lo constaté. Se rumoreaba y nada más
(Marcela Guerrero)121.

Las sospechas se fueron dando por el grado de confianza que demostraba


Rocío hacia el embajador. Una excesiva confianza que era impropia de una rela-
ción netamente laboral.

PERIODISTA: ¿En qué minuto, si es que te consta, se empieza a notar esta relación entre
Sariego y Yunge, o los rumores de una relación entre los dos?
LIGIA SÁNCHEZ: ¡No! Lo que pasa es que eso viene por comentarios que la misma Rocío hacía.
Yunge y Jorge Sariego se conocían (en Chile). Según contó Rocío, el papá le pidió a Yunge
que recibiera a Rocío. Rocío se vino de Chile para acá y él la fue a recibir. Por cierto, ella dice
que cuando llegó vio a dos personas, entonces ella se dirigió al chofer porque iba mejor
vestido que el embajador. Entonces, al ver al chofer con terno, ella se dirigió a saludarlo
creyendo que era el embajador, y Yunge entonces se le arrimó y le dijo:; «No, el embajador
soy yo». Ella siempre gozaba contando eso.
PERIODISTA: Pero ¿cómo se da el rumor de una relación entre ambos?
LIGIA SÁNCHEZ: Lo que pasa es que ella se le acercaba y desde la puerta le decía: «Oye, Yunge,
tu hijo está llamando» (…); ese era el trato, que por cierto, yo como soy tan «pelotera», yo
le decía: «Oye Rocío, ten cuidado cuando hay gente. No trates al embajador así, tan perso-
nal. Dígale, señor embajador». «¡Ah!, es que a mí me da lo mismo», decía ella. Entonces las
muchachas (Cindy Brenes e Ivette Charpantier) decían que existió una relación. Es que
Rocío misma hablaba de que en varias ocasiones salió con él, o sea, salían de noche. Iban,
tal vez, a tomar unos tragos, a compartir alguna cosa. Pero, propiamente que constara que
hubo una relación entre ellos, no. O sea, se trataban muy de confianza, pero tampoco era
que se tocaban, ni nada por el estilo.
PERIODISTA: ¿No te consta?
LIGIA SÁNCHEZ: No, no. Además, a esas alturas ya había aparecido la Cheves. A esas alturas,
Cheves ya estaba por ahí, y era amiga de Yunge y había estado en la casa de él.

Una visión un tanto más radical es la que tiene Xinia Vargas, quien no duda
en lo efectiva que fue «esa relación»:
120
Declaración hecha por
PERIODISTA: ¿Qué porcentaje de seguridad tienes de la relación de Jeannette Aguilar para este
libro.
Rocío con Yunge? 121
Declaración hecha por
XINIA VARGAS: Bueno, todo lo que comentaban los chilenos. Marcela Guerrero para este
PERIODISTA: ¿Quiénes eran los chilenos? libro.

131
7HUURUHQODHPEDMDGD

XINIA VARGAS: La mayoría de los chilenos que llegaban ahí, que supieron de la relación de ella
con Yunge.
PERIODISTA: Pero a ti, ¿no te cabe duda de que hubo una relación?
XINIA VARGAS: Es que los chilenos lo decían abiertamente aquí, ¿verdad?
PERIODISTA: ¿Quiénes son los chilenos?, ¿los funcionarios?
XINIA VARGAS: Los residentes.
PERIODISTA: ¿La colonia chilena?
XINIA VARGAS: Sí, claro.
PERIODISTA: ¿Ellos sabían de esa relación?
XINIA VARGAS: Sí, claro que sí. De hecho, imagínate que ella solo le decía «Guillermo», le decía:
«Oye, Yunge».

Decidimos abordar en Chile a Karin Lehner y tratar este tema con ella, tenien-
do como antecedente la fluida comunicación que sostuvo con Rocío:

PERIODISTA: Guillermo Yunge en algún minuto, no lo tengo confirmado, al parecer tuvo una
relación con Rocío.
KARIN LEHNER: Probablemente.
PERIODISTA: ¿Tú crees que pueda ser?
KARIN LEHNER: A ver. Para presentarle a las niñitas (hijas de Yunge con Lehner), salir con ella y
con las niñitas, yo creo que pudo haber tenido una relación. Además, yo fui al entierro de
Rocío (en el cementerio Parque del Recuerdo) con las niñitas y con mi hijo, porque aquí hubo
un «llanturreo» por la muerte de Rocío, impresionante. De hecho mi hija (Karin Yunge
Lehner), cuando vuelve la primera vez (de Costa Rica) que la conoce, me dice: «Mamá, ¿por
qué mi papá no se casa con la Rocío? Es la mujer ideal, es agradable, es bonita, es simpá-
tica». Estaban encantadas con ella, (…) había una relación muy estrecha de las niñitas con
Rocío, y con Guillermo también.

Dentro de estas pesquisas logramos dar con el paradero de Ivette Charpantier,


la antigua secretaria del embajador Yunge, y con quien Rocío tuvo una relación
de amistad que, posteriormente, se rompería por un hecho trivial que no reviste
importancia en esta investigación. Actualmente, ella vive en los Estados Unidos y
recuerda con mucho dolor y pesar las muertes ocurridas en la embajada. Ella
tiene su visión de un eventual affaire entre Yunge y Sariego:

IVETTE CHARPANTIER: Toda esa relación fue repentina y rápidamente ella llegó a formalizar su
relación con él. Rocío nunca me dijo, explícitamente, que tenía una relación con Yunge. Yo
tenía mis sospechas. A pesar que nos teníamos confianza y nos contábamos cosas persona-
les, incluso salíamos juntas, vivíamos cerca y nos juntábamos, ella nunca me dijo nada. Pero
esas son cosas que se perciben. A ella no le simpatizaba la relación del embajador con
Marisol (…) a Rocío tampoco le agradaba ella y me lo manifestó varias veces (…). Ahora,
por el trato entre ellos, se podría creer que había algo más.
PERIODISTA: ¿Qué cosas te evidenciaban una posible relación entre ellos?
IVETTE CHARPANTIER: A pesar que yo le conocí dos relaciones con otras personas mientras
estuve ahí (…) después, como que había mucha confianza entre ellos, como la que habría
entre dos amigos, y no entre un patrón y un empleado. Ella conocía a las hijas del embajador.
Como le digo, había una aparente amistad que venía desde tiempo atrás, antes de la
llegada de Rocío a la embajada.
PERIODISTA: ¿Te resulta dentro de una lógica, la imagen de una Rocío liberal de pensamiento,
presta a tener una relación con diferentes personas?

132
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

IVETTE CHARPANTIER: Sí, me resulta lógico, hasta donde pude conocerla. (…). Además, eso no
es nada de otro mundo. Mucha gente tiene varias relaciones simultáneas hoy en día. En
algún momento, yo pensé que su amistad era porque el embajador era amigo de su padre,
sobre todo a la hora del despido de Cindy (Brenes) y mío. Cuando a nosotras nos despidieron
por recorte de presupuesto, fueron unos días muy tensos, en los que el embajador tenía que
escoger, entre su personal, a dos personas. Según lo que se me informó en ese momento, se
aplicarían varios criterios, entre los que estaba la antigüedad. Pero al final, salimos Cindy y
yo, y Rocío que tenía menos tiempo de laborar en la embajada, se quedó. Entonces enten-
dimos que hubo un favoritismo de parte de él.
PERIODISTA: Cuando me dices que le conociste dos relaciones anteriores, ¿a cuáles te referías?
IVETTE CHARPANTIER: No recuerdo el nombre de las personas, pero a Rocío le conocí dos novios
en Costa Rica.
PERIODISTA: ¿En un período pequeño, o eran noviazgos, «pololeos» largos?
IVETTE CHARPANTIER: No. Eran pasajeros. Digamos que duraban algunos meses. Digamos que
un promedio de tres meses. Pero sí eran pololeos, ya que los presentaba como tal, visitaba
la embajada y salíamos juntos.
PERIODISTA: Y aproximadamente, ¿cuánto tiempo se conocieron tú con Rocío?
IVETTE CHARPANTIER: Tal vez más de un año.
PERIODISTA: ¿Cómo me podrías definir a Rocío Sariego? ¿Cómo la recuerdas tú?
IVETTE CHARPANTIER: La recuerdo como una gran persona, amable, siempre sonriendo, siem-
pre dispuesta a ayudar a los demás, sencilla, amaba a los animales. Es muy triste que haya
muerto. Fue muy duro para mí. Sea lo que haya pasado en la embajada, ella no merecía lo
que pasó.

Pese a que se dan una serie de testimonios que aventuran la existencia de algo
más allá de una simple amistad entre el embajador y su secretaria, es en una
conversación sincera y abierta que accedimos con el hermano de Rocío, la que
revela y da mayor sentido a esta hipótesis.
Gonzalo Sariego dice que su hermana, en una oportunidad, le confesó que ella
«se estaba metiendo con un hombre casado». Nunca le confesó la identidad de
esa persona.

GONZALO SARIEGO: Si estuviera viva, uno podría recriminarle el hecho que estuviera cometien-
do estupideces con un hombre casado. Pero ya no hay caso. Respecto de lo que me pregun-
tas, sobre cosas que me decía la propia Rocío. Hay que partir de la base que Rocío era una
persona naturalmente coqueta (…). No tengo ninguna duda qué le pasó a Yunge, que se
entusiasmó, le gustó, le llamó la atención...
PERIODISTA: Pero ¿qué comentarios te hacía de Yunge?
GONZALO SARIEGO: Una vez mi hermana me dijo: «A Yunge lo tengo loco», «lo tengo comiendo
de mi mano».
PERIODISTA: ¿Y por qué te lo comentó? ¿Para tratar de sacar algún provecho? ¿Para beneficiar-
se de algo?
GONZALO SARIEGO: No, simplemente de que el tipo (Yunge) era conflictivo. Entonces yo le pregun-
té si ella tenía problemas. «No», me dijo, «si al tipo lo tengo loco», «lo tengo comiendo de mi
mano. Está loco por mí». Para mi hermana era un juego lo que hacía con Yunge. Lo que hizo con
Yunge yo lo vi, personalmente, varias veces, a lo largo de mi vida con ella.
PERIODISTA: ¿A qué te refieres que hizo con Yunge?
GONZALO SARIEGO: ¡Coquetearle!, ¡coquetearle a Yunge! Nosotros vivimos solos durante mucho
tiempo, y para poder conseguir comida, ¡mira lo que te estoy diciendo!, a veces había que
coquetearle a la señora de la pensión, entonces iba yo. Para conseguir cigarros, a veces

133
7HUURUHQODHPEDMDGD

había que coquetearle al vecino de la pieza del lado, porque vivíamos en una pensión,
entonces iba Rocío. La posibilidad de manejar a un individuo con más poder, mediante el
coqueteo, era absolutamente válida desde mi punto de vista y desde el punto de vista de
Rocío también (…). Pero ¿de ahí que a ella le interesara Yunge? Me dijo que Yunge era feo.

Todo lo que hemos ido conociendo no pretende generar un juicio de orden


valórico, moral, ni ético de las distintas opciones de vida que cada cual haya
optado. Sin embargo, destacamos la prontitud, valentía y disposición con que las
fuentes consultadas hicieron frente a los temas que exponemos. Para todos ellos era
más fácil quedarse callados y salvaguardar la imagen de sus difuntos familiares,
amigos o conocidos, «total están muertos», podría decir alguien. No obstante, el
único fin que los mueve para dar a conocer estos detalles es tratar de alcanzar una
explicación lógica y razonable a lo que sucedió el 27 de julio de 2004.

(ODIIDLUH1LHWR6DULHJR

Cuando iniciamos esta investigación, muchos rumores circulaban por Costa


Rica. Por el mismo contexto en que se dieron las muertes –en el interior de una
representación diplomática–, muchas figuras fueron amoldadas a la necesidad de
mantener una imagen, de proteger la política exterior de un país y de salvaguar-
dar las decisiones administrativas, en este caso, de dos gobiernos, el de Chile y
Costa Rica… dos países amigos.
Por estas mismas razones, muchos de los rumores que pudieron hacer surgir
cuestionamientos al mundo de la diplomacia, fueron celosamente ocultados a los
medios de prensa. Con esto, estamos diciendo que la relación que mantuvo Rober-
to Nieto y Rocío Sariego la supieron altos personeros de la Cancillería chilena.
Consta en la ya mentada sección secreta del sumario administrativo interno que
elaboró Eduardo Gálvez. Fuentes de la Cancillería dicen que hay que «salvaguar-
dar la integridad de las personas involucradas y de los fallecidos». Nosotros
agregaríamos: «y la propia también».
Roberto Nieto y Rocío Sariego compartían a diario con varios funcionarios de
la legación, ya sea en los desayunos o en el diario convivir del trabajo. Una de
esas personas que mantuvo un especial afecto por Rocío fue la secretaria del
cónsul Christian Yuseff, Xinia Vargas. Ella fue testigo del affaire que mantuvo el
diplomático con la secretaria, en ese entonces, de la agregaduría cultural:

PERIODISTA: ¿Tú constataste esa relación?


XINIA VARGAS: Era evidente. Era sumamente evidente. Ya en la embajada, los habían sorpren-
dido besándose varias personas.
PERIODISTA: ¿En la Embajada?
XINIA VARGAS: Sí. Ya delante de mí les daba lo mismo. Yo, lo que hacía era, al verlos (besándose)
les decía: «¡Yo no veo nada! ¡Ya mejor me voy!». Porque yo le dije a don Roberto: «Si doña
Marcela (Guerrero) me pregunta, yo le voy a decir». Él (Nieto) se sonríe y me dice: «No le vas
a decir eso»; y yo le dije: «¡Bueno, por eso yo me voy! ¡Yo no vi nada!». Y me iba. Como una
semana antes (de la tragedia) llegó Rocío con un pantalón muy lindo y se veía muy bien.
PERIODISTA: Era bonita ella.
XINIA VARGAS: Era muy bonita. Estaba muy delgada y tenía un cuerpo muy bonito. A don
Roberto le encantaba llegar a sentarse a la oficina mía. Ponía una silla, se sentaba y se
servía un café. Entonces, estábamos los dos hablando en la mañana y entró Rocío. Entró con
su pantalón nuevo y él la saludó con un beso en la mejilla, pero es un beso diferente al que

134
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

yo le puedo dar a una persona. Enseguida Rocío dice: «Ya, me voy (a la oficina)», porque iba
a la oficina de ella, y entonces él (Nieto) se levantó, y cuando ella iba para allá le hace
«ssssh» (onomatopeya de suspiro).

La funcionaria nicaragüense, Jeannette Aguilar, administrativa de la oficina


comercial en ProChile, también fue testigo del affaire Nieto-Sariego:

PERIODISTA: Esa relación ¿era muy evidente?


JEANNETTE AGUILAR: Yo creo que sí. Todo el mundo sabía, pero todo el mundo se lo callaba por
evitar un problema.
PERIODISTA: ¿Ustedes estuvieron al tanto de otras relaciones amorosas dentro de la misma
embajada?
JEANNETTE AGUILAR: No. Que yo sepa, no. Lo único que digo yo, es que sí me consta la de ellos
(Nieto y Sariego) porque yo los vi. A Rocío y a él los vi besándose en la cocina.

Cuando la Cancillería chilena ordenó, al día siguiente de la tragedia, el envío


de distintos diplomáticos para reforzar y asegurar el normal funcionamiento de la
embajada, estos se entrevistaron con distintos funcionarios, entre ellos, Xinia
Vargas. Marcela Guerrero, la viuda de Roberto Nieto, ya había abordado con
anterioridad a Vargas, inquiriéndole por asuntos personales de su marido. Aque-
llo puso a Xinia en incómoda situación.
Estaba don Jaime Bascuñan122, estaba don Rodrigo Nieto, el hermano de don
Roberto y estaba don Marcos Correa123, el Primer Secretario de la embajada
de Chile en Guatemala. Ellos hablaron conmigo. Don Ricardo Concha habló
conmigo, o sea hablaron todos y me preguntaron directamente de la relación
amorosa (…). Don Rodrigo se quedó y me dijo: «Mi hermano nunca ha sido
así. Cuando vino aquí era otro». Entonces, yo les dije a ellos: «Doña Marcela
quiere hablar conmigo y yo sé lo que ella me va a preguntar». Entonces don
Marcos Correa me dijo: «Mira, Xinia, tú le puedes contestar lo que salga de tu
conciencia, nada más piensa en el dolor que haces tú». Entonces yo medité y
medité, y cuando hablé con ella le dije: «Mire, doña Marcela, yo nunca vi
nada» (Xinia Vargas)124.

Marcela Guerrero es una mujer que ha debido asumir el doble rol de padre y
madre sin tapujos, con entereza y mucha responsabilidad. Sus tres pequeños hijos
forman el principal aliciente de vida, de donde saca las energías necesarias para
salir adelante. Naturalmente, estos temas que involucran a su marido en líos de
faldas, infidelidades y engaños, la complican e incomodan, aunque prefiere ha-
cerles frente, si de ello se pueden obtener repuestas claras
que orienten a un porqué de la tragedia. 122
El embajador Jaime Bas-
Roberto Nieto y Marcela Guerrero comenzaron a tener cuñán asumió transitoria-
sus primeras vicisitudes matrimoniales a partir de marzo mente como Jefe de Misión,
en los días posteriores de
de 2004, cuando cumplieron el primer año de llegar a la ocurrida la tragedia.
capital costarricense. 123
El diplomático Marcos
Correa asumió transitoria-
mente como cónsul, en los
MARCELA GUERRERO: Yo tenía sospechas de la relación de Roberto
días posteriores de ocurri-
con Rocío. Cuando muere Roberto, yo buscaba explicaciones y da la tragedia.
quería que alguien confirmara mis sospechas. 124
Declaración hecha por
PERIODISTA: Y esa sospechas ¿cómo te surgieron? Xinia Vargas para esta in-
vestigación.
MARCELA GUERRERO: Hubo ciertas situaciones que me parecieron

135
7HUURUHQODHPEDMDGD

raras. Un día, yo me voy a una finca, un fin de semana, y Roberto tenía que trabajar el
sábado. Entonces, yo llamo a la embajada pensando que Roberto estaba ahí, para contarle
que ya había llegado a la finca de unos amigos con los niños. Me contesta ella (Rocío), y yo
le digo: «Hola Rocío ¿cómo estás? Oye, ¿Roberto no ha llegado?». Y me dice: «No, mi peor
es nada no ha llegado». Yo dije (pensé): «¿Y esta que se cree?, ¿quién se cree para contes-
tarme así?». Cuando llega Roberto en la noche lo puteo: «Qué se cree esta mina, ¿por qué
ese trato?, ¿qué le has dado tú para esa confianza?». Ahí fue la primera sospecha. Él me dijo
que me quedara tranquila, «es una persona joven, es su trato. Tú sabes que yo no soy para
nada complicado, me tutean». Y yo le dije «Ese grado de confianza no me gusta». A los pocos
meses, Christian Yuseff nos invitó a su casa. Invitó a todos a su casa, a todo el personal, y yo
fui porque también estaba invitada. Christian Yuseff era una persona encantadora y nos
recibió muy bien. Con Roberto nos sentamos en el living. Yo estaba al lado de Ligia (Sánchez).
Christian era amante de la música. Pone música para bailar. Rocío sale a bailar, pero baila
frente a Roberto como coqueteándole, y yo sentada en el sillón. Yo miraba a Roberto diciendo
(pensando): «¡Y este hijo de puta no hace nada!». Después le dije a él: «Ella te está coquetean-
do, bailando para ti y no haces nada». Roberto estaba pálido. Yo me di cuenta que Rocío se
sentía en el peligro. O sea, le gustaba el límite. ¡Yo nunca le dije nada!, ¡nunca le dije nada!
Después pasamos a la mesa y yo dije (pensé): «A ver dónde se va a sentar Roberto». Yo me
instalo y me siento primero. Roberto se sienta en la cabecera en una mesa rectangular y Rocío
inmediatamente al lado de él. Conversaron toda la noche, como si nadie más existiera,
estando yo, con miraditas y risas, sin que yo pudiera entender. Después, en la casa de Ligia nos
invitaron otra vez, y ella, de su plato, le dio de comer en la boca a Roberto...
PERIODISTA: ¿Y delante tuyo?
MARCELA GUERRERO: Sí. Yo quedo mirando a Roberto y después le digo: «No me vas a venir
ahora que no pasa nada».
PERIODISTA: ¿Cuándo fue esto?, ¿en qué fecha?
MARCELA GUERRERO: El mismo 2004, a principios, por marzo, abril. Por esos meses yo ya tenía
sospechas. Y Roberto me lo negó, me lo negó...
PERIODISTA: ¿Ahí empezaron las sospechas fuertes?
MARCELA GUERRERO: Sí. Yo le dije, «Tú no te atreves a decirme nada. Tú no me quieres admitir
esta relación, yo voy a ir a hablar con ella. ¡Yo la mando a la cresta!». Roberto estaba
preocupado.
PERIODISTA: ¿Cómo era tu relación con Roberto?
MARCELA GUERRERO: Era tirante, a raíz de todo esto.
PERIODISTA: ¿Desde cuándo empezaste a notar todo esto?, o ¿ya venían con problemas de
antes?
MARCELA GUERRERO: ¡No! De ese momento. Antes nada.
PERIODISTA: ¡Perfecto! La complicación en tu matrimonio empezó el 2004, a principios de año,
cuando empezaste a notar todo esto.
MARCELA GUERRERO: ¡Claro!

Durante las pesquisas que realizamos en terreno, se conversaron estos temas


con Ligia Sánchez y Xinia Vargas, juntas, y ellas establecen puntos de reflexión
coherentes y atendibles. La sorpresa se da por la constante aparición de Marisol
Cheves como un elemento disociador, que está en permanente apremio con distin-
tos personajes y que su presencia se potencia con cada conflicto interno.
Ellas (Rocío y Marisol) no se hablaban, porque Marisol se
125
Declaración hecha por llegó a dar cuenta que Rocío, en algún momento (también)
Xinia Vargas para este li-
tuvo una relación con el embajador y no la quería (Xinia
bro.
Vargas) 125.
136
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

¿Por qué Rocío Sariego se inmiscuyó en el matrimonio de Roberto Nieto con


Marcela Guerrero? El hermano de la joven explica, en parte, el comportamien-
to de ella:
Mi hermana era bien «pendeja». Partamos de esa base. Era una mujer que
profesionalmente tenía sus veintinueve años y todo bien, pero como mujer
era muy chica, era muy niñita, entonces ella buscaba sentirse protegida
(Gonzalo ariego)126.

La viuda de Roberto Nieto pudo cerciorarse del grado de confianza, acercamien-


to y consentimiento que tenían ambos al cerrar la cuenta del celular de su marido:
Antes de ir a Brasilia decidí devolver el celular de Roberto a la compañía y
cancelar la cuenta. Entonces di el número, y la persona de la compañía me
dice: «Sí, Roberto Nieto». «Sí, es el dueño de la línea». Entonces me dice:
«Hay dos celulares». «No, uno. Yo tengo uno... ¡No hay dos números!», le digo
yo. Entonces caigo en el juego: «¡Ah verdad, son dos números!». «¿Cuál es el
número?», y me lo da. Yo andaba en la cartera con una lista de los números
de la embajada, de los funcionarios. El celular era de Rocío. Roberto sacó un
celular y estaba en poder de Rocío. Entonces, yo llamo al celular y estaba el
buzón de voz, con la voz de Rocío (Marcela Guerrero)127.

(ODIIDLUH1LHWR›RWUDPXMHUœ

Dijimos, desde un inicio, que siempre reflotaron rumores en torno a los falle-
cidos, y que eso mismo dificultó cualquier intento por precisar cómo y por qué
ocurrieron los hechos. El grado de incomprensión y desmesura con que algunas
personas –que conocieron a Roberto Nieto–asumen estos temas, es entendible.
Todos quieren proteger el entorno familiar del diplomático, de su esposa y de sus
tres pequeños hijos. Sin embargo, la responsabilidad que le cabe a esta investiga-
ción, ha sido transmitir todo lo recabado, en primer orden, a los familiares de las
víctimas. Ellos están al tanto de lo que se pudo reunir, de lo que se pudo pesquisar
y, por lo mismo, es que accedimos a información clasificada. Estos temas que
hemos ido desarrollando fueron públicamente negados por los familiares de las
víctimas ¡Y cómo no!, si Chile y Costa Rica nunca les dieron garantías de un
«debido proceso», o ¿debiéramos decir «debida investigación»? Ninguno de los
dos países tomó «el toro por las astas» para llevar adelante un sondeo a concien-
cia, serio y responsable. En Chile, el diario La Tercera publicó el 1 de agosto de
2005, en la primera conmemoración de las muertes: «Familiares culpan a Yunge
de mala gestión y niegan relación sentimental». Sin embargo, con anterioridad a
ese desmentido público, ya habían confidenciado sus secretos para esta explora-
ción.
Durante nuestra permanencia en San José, distintas personas corrieron la voz
asegurando que Roberto Nieto, al mismo tiempo que mantuvo la relación con
Rocío Sariego, era amante de otra mujer. Nuestros contactos permitieron que
accediéramos a ella.
Nuestro objetivo fue siempre obviar la existencia de este 126 Declaración hecha por
amorío, si es que nada aportaba. No obstante, hemos deci- Gonzalo Sariego para este
dido insertarla en esta investigación porque sus dichos y escrito.
127
Declaración hecha por
declaraciones coinciden con la línea investigativa. Marcela Guerrero para este
Esta persona pidió reserva de su identidad, ya que se- libro.

137
7HUURUHQODHPEDMDGD

gún sus propias palabras: «Roberto amaba mucho a sus hijos, y no quisiera que
con esto se les ocasione más daño». Posteriormente, hemos tomado conocimiento
de algunas acciones cometidas por ella, que pueden hacernos dudar de sus reales
intenciones. Esta mujer es ajena a la embajada y, pese a ello, se fue adentrando en
la legación en reiteradas oportunidades, ingresando a la oficina de Nieto, por
expresa autorización de él mismo. Cuando su excesiva aparición despertó las
sospechas de algunos funcionarios, Nieto y la mujer optaron por coordinar sus
encuentros por teléfono o celular. Reproducimos, a continuación, parte de la in-
formación que nos aportó:

LA MUJER: A don Roberto, la última vez que lo miré fue el 18 de julio (2004) que yo lo llamé y
dijo que tenía mucho trabajo y que había muchas personas que se daban cuenta de la
relación de él conmigo, y que tenía miedo que su esposa supiera. Entonces, me dio el
número de su celular para que lo estuviera llamando. Entonces, no lo llamé más a la oficina
y lo llamé a su celular (…). Él me dijo que tenía problemas en la embajada (…). Que había
discutido con alguien, pero no me dijo quién, que después del receso que él tenía iba a
conversar con esa persona y un montón de cosas.

Nuestra sorpresa fue mayor cuando, siendo «la mujer» una persona ajena a Chi-
le, e incluso, a Costa Rica, aseveró algo que coincidía con nuestra investigación:

LA MUJER: A Guillermo Yunge lo estaban corriendo (de la embajada), entonces al correrlo,


después estaba (asumía) Roberto Nieto (…). Hay una cosa que me dijo: (Roberto) «hay una
persona que dice que Guillermo (Yunge) dijo: ‘Si a mí me corren del trabajo, no sólo yo voy
a estar sin trabajo, pues eso no se va a quedar así’».

(OHPEXVWHURDIIDLUH1LHWR-LPpQH]

En este punto, descubrimos situaciones muy sospechosas, dignas de ser inves-


tigadas por instancias formales, de orden político y policial, que debieran com-
prometer a Chile y Costa Rica. Los hechos que detallaremos fueron constatados
por Marcela Guerrero y su abogado Juan Diego Castro, en una reunión sostenida
en San José, con el titular del Ministerio de Seguridad Pública, Rogelio Ramos.
En los días que siguieron a las muertes, mientras se intentaba establecer el
normal funcionamiento de la legación, una serie de reuniones se llevaron a cabo,
para coordinar distintos aspectos del caso. En un día que no podemos precisar, el
embajador Yunge tuvo una reunión a puertas cerradas con el ministro Rogelio
Ramos. Ahí, el máximo representante de la diplomacia chilena en Costa Rica
aseguró a Ramos que Roberto Nieto había tenido un fugaz amorío con la hija de
Orlando Jiménez. Producto de ese affaire, Andrea Jiménez Guzmán habría queda-
do embarazada y, a propósito de lo cual, se habría hecho un aborto. Según Ra-
mos, Yunge manifestó que, debido a ello, el guardia de la legación actuó ence-
guecido por la rabia contenida. Para el propio ministro Ramos, las aseveraciones
de Yunge calaron profundamente, generando un enorme desconcierto.
¿Por qué el embajador Yunge hizo tales aseveraciones? ¿Pretendía, acaso,
justificar el accionar del guardia Jiménez? ¿Por qué tendría él que intentar buscar
una explicación a lo sucedido, siendo que había una investigación en curso, que
determinaría responsabilidades? ¿De dónde sacó el embajador esa información?
¿Cuál fue la motivación que llevó a Yunge a contar esto al ministro Ramos? Hay,
tal vez, miles de preguntas que se podrían formular, sin embargo, la confusión se

138
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

hizo aún mayor, cuando por esos mismos días comenzó a circular un mail anónimo
que titulaba «Pablo Neruda», y que solo recibieron distintas embajadas en San
José, donde se aseguraba lo mismo que Yunge había relatado al ministro Ramos.
Aquí, nuevamente surge una gran pregunta: ¿Quién o quiénes pudieron ma-
quinar el envío de mails anónimos, solo a misiones diplomáticas de otros países
con representación en San José? Si bien, nunca accedimos a una copia de ese
correo electrónico, existen varias personas ligadas al mundo diplomático que
conocieron a Roberto Nieto y Marcela Guerrero, que dieron fe de la existencia de
ese mensaje.
El rumor de un amorío entre Nieto y la hija del guardia fue creciendo, y como
una gran bola de nieve comenzó a difundirse en círculos cerrados, por distintos
medios de comunicación, entre diferentes autoridades, hasta en el propio Ministe-
rio Público costarricense. El rumor tenía peso suficiente para poder justificar el
accionar de Jiménez. Sin embargo, fue simplemente eso, un vulgar y mal inten-
cionado rumor que sirvió para distorsionar la realidad, para dificultar la investi-
gación de la fiscalía, con el claro y evidente objetivo de confundir.
Andrea Jiménez nunca tuvo una relación sentimental con Roberto Nieto, por
ende, nunca hubo un embarazo. La misma hija del policía es quien explica su
desazón:

PERIODISTA: ¿Cuántas veces te reuniste con Roberto Nieto o estuviste en la embajada, conver-
sando con gente?
ANDREA JIMÉNEZ: Solo una vez.
PERIODISTA: Después que ocurrió la tragedia surgieron muchos rumores de diversa índole, pero
lo principal era de una relación amorosa entre Roberto Nieto y tu persona. ¿Qué sensación
te queda de eso?
ANDREA JIMÉNEZ: En realidad, no sé de dónde surgió, y no entiendo de dónde sacan algo así.
Yo solo una vez fui a hablar con él y después, una vez, conversé con él por teléfono, un par
de minutos. Entonces, ¿cómo sacan algo así?, ¿cómo hacen tanto invento de la noche a la
mañana? Esa es una de las cosas que una se pregunta, porque si fuera cierto, si en realidad
hubiera una relación entre Roberto y yo, quizás esa hubiera sido una explicación para que
pasara lo que pasó. No sé por qué harán algo así, todo es mentira. Solo una vez fui a hablar
con él, y creo que esa vez fue con él y con don Leonardo (Banda) y creo que hablé con otra
señora que trabajaba antes, con doña Ligia. No tuve relación con nadie más de la embajada,
entonces, no sé quien pudo inventar una cosa así.
PERIODISTA: ¿Están tratando de acomodar las piezas, tratando de justificar el proceder de tu
padre?
ANDREA JIMÉNEZ: Sí, esa es una de las cosas que, tal vez, me hacen sentir que mi papi no lo
hizo y que algo más pasó adentro.

Esos comentarios duelen mucho (sollozando). Aquí estuvo el día del funeral un
periodista chileno. Él fue una de las primeras personas que se lo oí, entonces
yo le dije a él y se lo repito a usted, el dolor que vivía en ese momento era
mucho, mucho, mucho, y era más grande el dolor del comentario que él me
hizo, que lo que estaba viviendo. Mi esposo en ese momento no se podía
defender de lo que se hablaba. Él estaba muerto y no le hacían daño, pero a
mis hijos sí se les hace daño, con cualquier comentario que
128
se les haga (…) y no era cierto, porque de eso no hay nada Declaración hecha por
128 Auxiliadora Guzmán para
cierto (Auxiliadora Guzmán) .
esta investigación.

139
7HUURUHQODHPEDMDGD

Lo que pasa es que aquí en Costa Rica es un país muy pequeño. Como dicen:
«pueblo chico, infierno grande». Aquí la gente si no tiene que hablar enton-
ces inventa. O sea, aquí la idea de muchos de los medios es darle continui-
dad a alguna cosa, alargarse de algo para seguir con lo mismo. Ese fue un
chisme de alguien que llegó y dijo eso y ahí los medios dijeron, «Ah, sí, aquí
hay algo». Pero eso es totalmente falso. Yo creo que mi hermana se reunió
una o dos veces a lo sumo con Nieto (Randall Jiménez)129.

El embeleco fue sondeado por los fiscales costarricenses, quienes confirmaron


la falsedad del hecho:

MAURICIO BORASCHI: Yo le digo una cosa. No tengo en la investigación nada que arroje esa
posibilidad. Es más, yo personalmente la vi a ella y no estaba embarazada, es más, la vi
varias veces, inmediatamente después de la investigación.
PERIODISTA: Pero hay algunas personas que han planteado la posibilidad de que si ocurrió este
embarazo, como todavía no detonaba la tragedia, pudo haberse hecho un aborto.
MAURICIO BORASCHI: Bueno, esa es una versión que, primero, era un romance, después, que
era una relación laboral, y ahora le digo, he oído esto y sinceramente me asombra, porque
por ningún lado logramos ubicar a esta muchacha, siquiera, cerca del señor Nieto. A mí me
parece, no sé, ¡perdone!, pero ¿qué estará sintiendo la familia de Jiménez? ¡Se me para el
pelo! (…). Yo conocí a la familia de él, a raíz de la investigación, y me parece una familia muy
decente, una familia que está muy dolida, destrozada por lo que pasó, porque ellos no
perdieron al señor que vimos nosotros ese día, ellos perdieron a un gran padre, un gran
esposo. Y vieras que eso, por ningún lado, se asoma en la investigación. Esa hipótesis se va
a descartar para nosotros.
PERIODISTA: Incluso, hasta se habla de brujerías, ¿yo no sé si usted, alguna vez, escuchó algo?
MAURICIO BORASCHI: Como te digo, a nivel de chismes se ha hablado de todo, pero no pasa de
ahí para nosotros.
PERIODISTA: ¡Perfecto!, pero tampoco se ha investigado, ni se ha indagado nada al respecto.
MAURICIO BORASCHI: Se ha indagado de todo. Nosotros hemos buscado en cada rincón de esta
investigación, lo más que hemos podido profundizar y nada de eso aparece hasta ahora.

Consultamos sobre este tema al ministro Rogelio Ramos, quien respaldó el


descarte hecho por la fiscalía. Claro está, al consultarle por los dichos del emba-
jador cayó en una evidente contradicción y la justificación que emitió, intentando
no comprometer a Yunge fue burda:

PERIODISTA: …se habló de que había romances entre funcionarios e incluso se mencionó que
Roberto Nieto, una de las personas que falleció, habría mantenido una relación con la hija
de Jiménez…
ROGELIO RAMOS: A mí me duele profundamente escuchar eso. Yo estuve aquí en mi despacho en
varias ocasiones con la viuda de él (de Jiménez) y me parece que es una persona que ha
debido pasar una prueba muy difícil con sus hijos, y me parece muy doloroso y casi agresivo
plantear una discusión de esas, cuando no hay ninguna evidencia que así lo plantee.
PERIODISTA: ¿No resulta paradójico que la persona que comentó esa situación haya sido el
mismo embajador?
ROGELIO RAMOS: ¡Bueno!… yo no conozco que el embajador haya dicho eso…, por lo menos a
mí nunca me lo dijo y él también ha estado en este despacho y
129
Declaración hecha por comentamos sobre estas situaciones y, más bien, me comentó esos
Randall Jiménez para este
escrito. rumores que habían sido publicados en un periódico en Chile, que

140
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

era, al parecer, la primera versión, por lo menos, que salió difundida, que salió luego de este
asunto, y que a él, francamente, no le merecían ninguna credibilidad. Que él había estado en
ese lugar, había conocido al señor Nieto como un funcionario responsable, como una perso-
na que cumplía, digamos, de una manera adecuada todas sus funciones y, por supuesto, en
el ámbito familiar también como una persona seria.

Si uno reflexiona acerca de cómo el ministro Ramos se plantea frente al tema:


primero, evidentemente, no reconoce haber escuchado de boca del embajador la
acusación que plantea un amorío con aborto incluido, entre Roberto Nieto y
Andrea Jiménez; segundo, Ramos dice que, más bien, Yunge se lo planteó como
un rumor que había salido publicado en un periódico en Chile. Lo cierto es que, a
la fecha en que se hizo esta entrevista (enero 2005), en ningún periódico, ni sitio
de Internet, ni revista, ni radio, ni televisión se manejaba esa información. Recién
se planteó el tema en la prensa chilena, cuando se conmemoró el primer año de la
tragedia (julio 2005). El rumor no nació desde Chile, sino en San José de Costa
Rica; tercero, Ramos intentó aplacar los cuestionamiento sobre Yunge, al decir
que el propio embajador no le dio credibilidad a ese rumor.
Entonces, Ramos ante la prensa tuvo un discurso inofensivo y menos compro-
metedor; en cambio, a puertas cerradas y frente a los familiares y abogados, un
discurso más objetivo y revelador.
Al valorar cada versión, se hace más verosímil lo informado por Ramos a
Marcela Guerrero y su abogado, Juan Diego Castro.
No obstante, transcurrido más de un año y medio de investigación periodísti-
ca, podemos entregar otros antecedentes fidedignos e indesmentibles, que van
configurando el contexto y ambiente previo a la matanza. A partir del siguiente
punto, nos imbuimos en esos detalles.

(VFiQGDORVHQODUHVLGHQFLDGHOHPEDMDGRU

Al poco tiempo que Marisol Cheves se instaló en la residencia del embajador


Yunge, se comenzaron a dar una serie de hechos anormales y desbarajustes inter-
nos que fueron dejando un regadero de diferentes víctimas.
La residencia se sitúa a escasas cuadras de la embajada, en el barrio Dent, y
en los alrededores coexisten las familias más antiguas de Costa Rica, de un nivel
socioeconómico «muy estable».
Adentrarse en los líos de pareja y escudriñar las causas, reviste una compleji-
dad insoslayable, dado que para mucha gente pueden ser considerados temas
propios de la vida privada de cualquier matrimonio, y más, si se está tratando de
explicar un hecho policial que, aparentemente, no tiene relación alguna con lo
que se investiga. Al parecer, ese fue el razonamiento que primó para el Ministerio
Público de Costa Rica, que nunca inquirió en este asunto, siendo que no solo ellos
supieron de los escándalos, sino también altas autoridades políticas de Costa
Rica, y por supuesto, la Cancillería en Chile.
Haciendo un acabado análisis de lo que iremos descubriendo, nos encontra-
mos con dichos, reyertas, y actos de dudosa moralidad, que indican que no eran
simples conflictos matrimoniales, sino que conllevan un profundo y potente me-
noscabo al normal y establecido código natural de convivencia humana.
Antes de parcelar los temas que abarca este punto y a modo de contexto,
transcribimos textual una nota publicada el domingo 7 de agosto de 2005, por la
141
7HUURUHQODHPEDMDGD

periodista Pamela Gutiérrez, en el diario La Tercera. El artículo titula: «Los


escándalos en la residencia de Yunge». Este capítulo resume, con importantes
datos, el grado de conflicto que se vivió en la casa, y que esta investigación
también pudo verificar en terreno:
«¡Métame el cuchillo, clávemelo!», le habría gritado a su pareja el ex emba-
jador Guillermo Yunge durante una pelea al interior de su residencia, a las
23:50 horas del 12 de junio de 2003, según acreditaron los guardias de la
caseta de vigilancia de la casa.
Esta habría sido una de las diez peleas que quedaron registradas en el
libro de incidentes de la policía en un año. Los guardias aseguran que el
diplomático discutía violentamente con su pareja costarricense Marisol Cheves,
de 30 años. Los gritos, los golpes y la quebrazón de vidrios y vajillas llegaban
a despertar a los vecinos quienes preferían mantenerse ajenos, según el
relato. A los tres guardias que se turnaban para vigilar la casa, tampoco les
quedaba otra salida. No se podían inmiscuir, pues era territorio chileno en
pleno San José.
Tan frecuente y brutales habrían sido los conflictos, que las denuncias
llegaron a instancias del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), donde los
uniformados tuvieron que declarar por violencia intrafamiliar, aunque Cheves
nunca efectuó una denuncia formal.
Una de las peleas fue presenciada desde lejos por el guardia Warner
Martínez, el 1 de diciembre de 2003. Este escribió a las 9:00: «Se escuchan
gritos en la residencia de Chile (…). Se quiebran vidrios y discuten afuera en
tono violento. Tanto él como ella se recriminan una supuesta infidelidad y él
dice que lo deje y ella le pide una indemnización de 45 mil dólares, por lo
que siempre discuten y se agreden. Él dice ‘no pago’ y ella dice ‘no me voy’.
No sé qué hacer y llamo a un supervisor».
Linsay Mora, una de las guardias también escuchó la discusión donde
Yunge instaba a Cheves a acuchillarlo. «Eran unas palabrotas: ‘Idiota, hijo de
p…, estúpido, me las vas a pagar’. Así como lo oye, de diplomático no tenía
nada», dice a La Tercera.
En esa oportunidad, Mora esperó a que la mujer se fuera para ver en qué
condiciones estaba Yunge: «Pensé que esta mujer se fugaba, que él podía
estar agonizando adentro, no podía hacer más que tocar la puerta (…) él
salió muy molesto y me dijo que me ocupara de mi trabajo y que no me
metiera con él». Cuando la vigilante volvió a la embajada, Yunge le dijo
directamente que pediría que la sacaran del puesto.
Un guardia que prefirió no identificarse, explica que pidió su traslado
«porque estaba cansado de ir a declarar y porque temía que pudiera ocurrir
una desgracia». Agrega que el embajador había sido una persona llevadera y
accesible cuando llegó en 2001 y que su personalidad cambió cuando llegó
con Cheves. A los siete meses de convivencia con la mujer
habrían comenzado los problemas, los que, incluso habrían
130
«Los escándalos en la
derivado a cambiar varias veces de servicio doméstico. El
residencia de Yunge», dia-
rio La Tercera, 7 de agosto escándalo llegó a oídos de Cancillería, que llamó a Yunge.
de 2005. Disponible en (diario La Tercera)130.
<http://www.latercera.cl/me-
dio/articulo/0,0,3255_566-
6_152734485,00.html>. Con-
sultado el 7 agosto de 2005.

142
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

/DVSHOHDV\ORVGyODUHV

Según pudimos testear, las reyertas entre Marisol Cheves y Guillermo Yunge
eran tan frecuentes que, a veces, se constataban dos eventos por semana. Eran de
una agresividad inusual y excedidas en su tonalidad, donde en repetidas ocasio-
nes los vecinos debieron hacer notar sus molestias y desagrado llamando al servi-
cio de emergencias del 911 y también a la embajada.

LIGIA SÁNCHEZ: …se recibieron llamadas a la oficina, de la inconformidad de los vecinos,


porque estaban viendo... parece que había una relación de pareja que estaba un poco
complicada (…). Los vecinos llamaban diciendo que por qué no se avisaba a Chile para ver
si lo quitaban a ese señor de ahí, porque eran constantes peleas de pareja. Por supuesto, al
llegar las patrullas (de la policía) la situación se calmaba (…). Ellos (los vecinos) manifes-
taban que con los otros embajadores las relaciones siempre fueron muy buenas, pero con
este señor (Yunge) que ni siquiera saludaba, apenas se asomaba a la puerta era con un
gesto agresivo y molesto (...). Personalmente, recibí dos o tres llamadas, y como me corres-
pondía, me dirigí al jefe inmediato que en ese momento era Roberto Nieto. Entonces, yo le
explicaba la conversación y ahí terminaba mi función, porque él tenía que tomar medidas, o
informar, o darle curso a lo que estaba pasando. Pero ahí quedaba.
PERIODISTA: Cuando conocen a Marisol Cheves, ¿qué sabían ustedes de ella?
LIGIA SÁNCHEZ: Sabíamos muy poco. Yo me di cuenta que ella estuvo convaleciente en la
residencia antes de que formalizara su relación. Él (Yunge) me dijo que eran amigos y que
la habían operado, entonces, él la estaba ayudando. Ella estuvo como una semana convale-
ciente en su casa. Ahí fue la primera vez que escuché hablar de ella (...). Él tenía su auge con
las mujeres. Era muy querido en la primera época y, ahí, cuando él decidió formalizar con
esta muchacha, empezó a retirarse del medio, empezó a no asistir a las actividades oficia-
les, básicamente a nada. Y así, como que el medio también empezó a aislarlo. Pero de ella,
propiamente así, pues, puros comentarios. O sea, me hacían la idea de que ella venía de un
medio normal, de una universidad, de un ambiente normal, aunque también se hablaba de
que venía de un medio bajo. O sea los comentarios no eran buenos. No eran comentarios
como para tenerla a nivel de una señora de un embajador.
PERIODISTA: Los otros embajadores, las otras autoridades, ¿se dieron cuenta de lo que estaba
ocurriendo en la embajada?
LIGIA SÁNCHEZ: Sí, claro. Como usted sabe, en un medio pequeño todo se sabe. Más bien era
una cosa que se manejaba absolutamente en todo el medio. No fue bien recibido ni por el
medio diplomático, ni por la Cancillería.

Roberto, después, me empieza a comentar que los vecinos llamaban queján-


dose de los gritos, de violencia, que tiraban platos, que se sentían vasos.
Roberto no sabía qué hacer, o sea, él lo único que les decía era que llamaran
a la Cancillería. «Yo no puedo hacer nada», les dijo. Por eso llega la queja a
la Cancillería de Costa Rica, diciendo esto, y más los informes de la policía.
Eso es todo lo que sabemos nosotros, que después lo mandaron (llamar) a
informar (Marcela Guerrero)131.

En Chile, también se conoció de los escándalos y nada


menos que en la propia familia de Yunge: 131
Declaración hecha por
Marcela Guerrero para este
Yo lo sabía eso porque, cuando llega mi hijo, un día conver- libro.
sando me dice: «Sabís cómo le dicen a mi papá», no, le
143
7HUURUHQODHPEDMDGD

dije: «El boxeador». «¿Y por qué?», le pregunto: «Porque pega y le pegan»,
me dice. Yo le dije: «¿Tú viste alguna vez algo?». «No, yo no vi nada, pero sí
sentía los gritos». Él argumentaba, porque mi hijo no le dice «Papá», le dice
«Memo», él le dice: «Pero Memo, el griterío que escuché anoche es espanto-
so». Entonces su papá le dice: «Sí, lo que pasa es que ella tiene problemas
hormonales y como tiene problemas hormonales anda mal genio». (...) Ahí me
dijo que la habían operado. Ahí parte la cosa. Mi hijo dice: «Marisol no puede
tener hijos» (Karin Lehner)132.

Abordamos a Guillermo Yunge hijo y esto fue lo que nos comentó:

PERIODISTA: ¿Y tú viste o notaste gritos de parte de ella?


GUILLERMO YUNGE JR: Gritos casi todas las noches, o sea, ella me decía que tenía un problema
en el útero, que tenía, creo, quistes, cálculos en el útero. Y ella decía que por esas mismas
cuestiones, que habrían gritos y peleas. ¡Bueno!, yo, para qué le iba a llevar la contraria,
pero después cuando empezaron con los gritos de que ella lo había amenazado con plata,
de que si no le daba 40.000 dólares...
PERIODISTA: ¿Quién lo dijo?
GUILLERMO YUNGE JR: La Rocío se lo dijo a mi madre, porque siempre estaban en contacto.
PERIODISTA: ¿Lo había escuchado al interior de la embajada?
GUILLERMO YUNGE JR: Bueno, eso es lo que ella dice. Es lo que contaba Rocío. Rocío nunca fue
de esas chicas «cahuineras», ni nada por el estilo, o sea, era bien amable. Yo me acuerdo
que cuando me fui a vivir con mi novia, se lo contamos a Rocío y se largó a llorar, toda feliz.
Terminé por problemas con mi novia y por eso me vine de Costa Rica a Chile, (Rocío) me
ayudó constantemente, o sea, le contó a mi madre solamente las cosas que ella conocía.
Ella nunca fue chismosa.

Si el lector se detiene unos segundos y compara la información que aporta el


artículo de La Tercera, donde el oficial Warner Martínez alude a la exigencia de
Marisol Cheves, de que el embajador le hiciera entrega de 45 mil dólares, es
coincidente con el dato que aporta el hijo de Yunge. El primogénito advierte que
Rocío escuchó, esta vez en la oficina del embajador, que Cheves exigió 40 mil
dólares para que lo dejara «tranquilo». Este dato fue chequeado con Karin Lehner.
¿Por qué Marisol Cheves exigía dinero al embajador a cambio de dejarlo
«tranquilo»? ¿Qué tipo de relación era la que llevaban Yunge y Cheves para que
se dieran este tipo de situaciones?
Debemos sumar a lo anterior, el hecho que advierte La Tercera, de que «tanto
él como ella se recriminan una supuesta infidelidad». Cabe preguntar, ¿Qué he-
cho de infidelidad le reclamaba Cheves a Yunge?, y ¿qué hecho de infidelidad le
reclamaba Yunge a Cheves?
Durante nuestra permanencia en Costa Rica fuimos a la residencia del emba-
jador que, para esa fecha –enero 2005– se encontraba sin sus moradores. El em-
bajador ya había cesado en el cargo. Ahí, nos encontramos con uno de los guar-
dias apostados. Bajo anonimato, accedió a conversar.

PERIODISTA: ¿Cuál era la situación que ocurría acá con el embajador y que ustedes registraban
constantemente?
GUARDIA: En cuanto llegábamos a la casa se escuchaban ruidos, que
132
Declaración hecha por
después pasaron a los gritos y después a las quebraduras de vidrios,
Karin Lehner para este es-
crito. y más gritos. Se escuchaba que ella le pedía una indemnización al

144
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

embajador para dejarlo y separarse, y él le dijo que no, que no le pagaba. Después, ella vino,
abrió el portón y se quedó en el automóvil. Pasó la noche ahí. Por cierto, vino una vecina a
decirme que qué pasaba y yo le dije que era el embajador.
PERIODISTA: ¿Las peleas eran constantes o no?
GUARDIA: Por lo que me di cuenta, eran bastante constantes (…). Una noche me tocó a mí y yo
le informé al comandante de la delegación, y él me dijo que le hiciera un informe de todo lo
que sucedía en la casa, de los gritos y quebraduras de platos, de todo lo que ellos se
gritaban. Entonces, yo se lo hice en la mañana y él no sé que haría con eso, si lo mandó para
Chile o qué sé yo.
PERIODISTA: Sus otros compañeros, incluso, tuvieron que ir a declarar más de alguna vez…
GUARDIA: Sí señor, hubo un compañero que lo llamaron de aquí de la delegación de la mujer, de
la casa de la mujer, a informar sobre esas violencias. No sé que le habrán preguntado, qué
le habrán dicho a él, pero sí, lo llegaron a llamar (…). Los vecinos escuchaban todo y ellos
venían aquí y entonces nos decían que actuáramos, y ya, la verdad, es que uno no podía
actuar porque…
PERIODISTA: ¿No se podía ingresar a la casa?
GUARDIA: No se podía ingresar a la casa de ninguna manera, entonces, a nosotros se nos pidió
que informáramos por escrito, y lo pasáramos a la delegación, y ellos lo mandaban vía fax…
PERIODISTA: Usted contaba que había un compañero suyo que, incluso, ingresó porque quería
separar…
GUARDIA: Sí. Es un muchacho que son de los comandos de las zonas fronterizas y, tal vez, él no
sabía del tejemaneje de la residencia, ni de los diplomáticos, porque él me comentó que se
había metido y que al llegar adentro, según él, iba a detener al embajador para que no la
agrediera, o algo así, entonces, en eso se topó con el chofer que le dijo, que por favor saliera
de la casa, que ahí no podía estar.
PERIODISTA: ¿Quién era?
GUARDIA: Edgar (Mata).
PERIODISTA: ¿César Gómez también…?
GUARDIA: No, César es asistente del señor Yunge.
PERIODISTA: ¿Cómo se portaba como jefe?
GUARDIA: No tenía buen trato, no, no. No saludaba y cuando uno le decía, «buenos días»,
miraba para otro lado.

/DVEXOOLFLRVDV\GXGRVDVILHVWDVGH&pVDU*yPH]

Con la aparición en escena de César Gómez, secretario privado del embaja-


dor, se comenzaron a tejer varias incógnitas, potenciadas por un fuerte rumor. Se
dijo que había una relación de amantes entre este personaje y Marisol Cheves.
Distintos hechos recabados así lo connotan. Pese a ello, no existen pruebas ni
testigos que puedan corroborarlo. Esta situación, obviamente, se debió a la nula
posibilidad de abordar al joven asistente de Yunge, sumado al permanente amago
y rehúso que hizo del asedio periodístico.
No obstante, sí se dan testimonios producto de todos estos escándalos en la
residencia que, al menos, aseguran un comportamiento amoral de este personaje,
protegido de Marisol Cheves.
Las inexcusables ausencias de Yunge en la embajada tuvieron como destino,
muchas veces, las hermosas zonas costeras existentes en Costa Rica, ya fuera del
Pacífico o del Atlántico. En otras tantas oportunidades emprendió viajes al ex-
tranjero con su mujer. Aquel alejamiento momentáneo obligaba al matrimonio
a dejar a una persona para que «vigilara» la residencia, en especial, al servicio

145
7HUURUHQODHPEDMDGD

doméstico. Cheves no quería que ciertas cosas establecidas por ella fueran
transgredidas. Las personas que podían romper esa «armonía» eran las emplea-
das del servicio doméstico, y César Gómez fue el encargado para actuar como
centinela.
Las ausencias de Yunge y Cheves fueron aprovechadas por Gómez para invi-
tar a la residencia, a un «amigo», que pudimos identificar como Sergio.
Fueron algunas de las mujeres despedidas por el embajador, quienes nos entre-
garon detalles de lo que allí ocurrió:

EMPLEADAS: …a ese «maricón» (César Gómez) lo dejaban cuidando, y este metía a otro. Uno
lo atendía bien al muchacho y cuando venía don Guillermo, le ponía las quejas a él, que yo
no le servía bien, ¡sirviéndole bien al muchacho!, ¿ve?
PERIODISTA: ¿Y cómo era el tema de las peleas? ¿Los vecinos reclamaron alguna vez?
EMPLEADAS: Sí. Una vez, yo iba para el alto mercado y una vecina me dijo: «Mire, ¿qué era la
‘bullaranda’ que se tenía, que el equipo estaba encendido?». «Yo no sé, porque no duermo
ahí», le dije yo. Entonces vine y le dije a ella (Marisol), entonces Sergio le dice a la misma
Marisol: «Escucharon quejándose de ti, Marisol», le dice. Yo no sé qué es la queja que le
pusieron, entonces vino ella y a mí me regañó. ¡Mire!, a mí también me regañó, entonces yo
le dije: «Pregúnteselo a él, a Sergio, a mí no me esté preguntando nada, que a él le cree
más, pregúnteselo a él».
PERIODISTA: El tema de las peleas de ellos ¿eran muy escandalosas?
EMPLEADAS: Sí, escandalosas. Todos se quejaban allí.
PERIODISTAS: ¿Llegó la policía alguna vez?
EMPLEADAS: No entraban allí. De afuera no entraban, porque los policías lo llamaban. Un día,
ella (Marisol) nos pidió un favor. «Ustedes –dice–si viene alguien ahorita a entrevistarme,
ustedes me tienen que ayudar, porque ustedes tienen que decir que es pleito de pareja,
nada más». Entonces, para mantener yo el trabajo, yo le dije: «Sí, sí».
PERIODISTA: ¿Eran peleas matrimoniales, nada más?
EMPLEADAS: ¡Sí pues, así es! Volaban las comidas, el desayuno se lo volaban encima, después
me dijo: «Vaya a cambiarnos la cama, vaya a cambiarnos la cama, que se nos regó». Hasta
el techo, todo «bringado» de té, café, jugo de naranja, todo eso. Era un desastre «la
embajadita» que teníamos.
PERIODISTA: ¿Ninguna de ustedes dos estaba en la fecha del crimen en la embajada?
EMPLEDAS: No, ya no. Yo ya tenía varios meses de que me habían corrido, cuando se da esa cosa
que sucedió ahí.
PERIODISTA: Y las fiestas que se hacían ¿eran oficiales, de recepción o eran fiestas de ella
(Marisol), como fiestas internas?
EMPLEADAS: La única fiesta que hicieron cuando estábamos nosotras, fue una en «setiembre»
(sic). Hacen una fiesta, creo, de Chile, Fiestas Patrias. Esa fue la única ¿verdad? que
estuvimos ahí, en esa fiesta con mucha gente. Esa fue la única vez que hicieron esa recep-
ción ahí, de «setiembre» (sic). Después, ya no hacían más fiestas, porque ellos se iban de
paseo.
PERIODISTA: ¿Se iban los fines de semana?
EMPLEADAS: De «setiembre», ya de «setiembre», se iban los dos a Nicaragua, a la playa, pero
siempre nos dejaban a alguien que nos estuviera cuidando a nosotros.
PERIODISTA: Y ese «maricón» que usted dice ¿quién es?
EMPLEDAS: Amigo de Marisol, amigo de la señora.
PERIODISTA: ¿Y el otro «maricón» que usted dice?
EMPLEADAS: Era amigo del «maricón», ahí lo metía.
PERIODISTA: Y a ellos dos, ¿los traía la Marisol para que cuidaran la residencia?

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EMPLEADAS: No, sólo a César lo dejaba cuidando. Yo llegaba y les subía el café a los dos en una
bandeja.
PERIODISTA: ¿Y ellos dormían en la misma habitación de…?
EMPLEADAS: …de doña Marisol y don Guillermo.
PERIODISTA: ¿En la misma cama?
EMPLEADAS: Sí, y ahí se bañaban en la tina, porque la tina amanecía con grietas. Yo no sé, sucia,
con cochinadas. Una matándose para limpiar hasta con cloro y todo, pero amanecía la tina
cochina, cochina, cochina.

Estos detalles se fueron conociendo por los distintos empleados que trabajaron
en la residencia y que propalaron a los funcionarios de la embajada. Tampoco
pudimos recabar mayores antecedentes que permitieran contrastarlos con otras
fuentes o que dieran crédito a las palabras de todos ellos. Por ser gente de edad y
de baja condición sociocultural, a veces, no se les otorga la atención que deman-
daban sus denuncias.

/DFDUWDGHORVYHFLQRV\HOGLVODWHGH*yPH]

Frente a todos estos escándalos de conocimiento público, los vecinos de la


residencia juntaron fuerzas y redactaron, el martes 20 de julio de 2004, exacta-
mente una semana antes que se desatara la tragedia, una carta firmada por todos
los residentes cercanos a la casa del embajador.
La noticia de que el ministro del Interior, José Miguel Insulza visitaría Costa
Rica, fue la instancia precisa para hacer llegar el reclamo formal. Los vecinos
estaban cansados de llamar al 911, de informar a la Cancillería costarricense y
de llamar a la embajada de Chile, y sin embargo, nada se resolvía. Al parecer, la
misiva fue dejada en el Hotel Radisson, la misma mañana del martes 27 de julio.
El ministro Insulza la recibió, la leyó y optó por sacar dos fotocopias. Ese mismo
día, temprano, cuando Roberto Nieto fue al hotel a buscar a Georgina Núñez,
esposa del secretario de Estado, Insulza le hizo entrega de una copia. El otro
duplicado, el ministro se la entregó a Yunge en la Corte Interamericana de Dere-
chos Humanos, lugar donde ambos participaban como panelistas en un semina-
rio. Yunge supo que otra copia de la carta estaba en poder de Nieto.
Ya en la tarde se desataría la barbarie de Jiménez, con los hechos que hemos
descrito en el primer capítulo. Al día siguiente, el miércoles 28 de julio, distintas
autoridades chilenas se hicieron presentes en San José, entre ellos, el primer secre-
tario de la embajada de Chile en Brasilia y hermano de Roberto Nieto, Rodrigo
Nieto Maturana.
Marcela Guerrero relató para este escrito una contingencia en la que César
Gómez, nuevamente, se inmiscuyó, aparentemente, sin una lógica razonable. ¡Las
deducciones sáquelas usted mismo!

MARCELA GUERRERO: Cuando Roberto muere, sobre su escritorio tenía unos papeles, y en eso
había una carta donde manifestaban el repudio contra Guillermo Yunge…
PERIODISTA: Una copia que se la había entregado Insulza.
MARCELA GUERRERO: ¡Exactamente! Esos papeles quedaron ahí, y Rodrigo (Nieto), mi cuñado,
juntó todos esos papeles y los metió dentro de una bolsa de basura negra, y entre esos
papeles estaba esa carta. Rodrigo sale de la embajada y le dice a Xinia (Vargas): «Xinia, que
no me toquen esos papeles, esa bolsa». Rodrigo vuelve, al rato después, y encuentra que
esa bolsa estaba totalmente dada vuelta y todos los papeles en el suelo, como que anduvie-

147
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ron buscando algo, y (Rodrigo Nieto) no sabía qué papeles, porque no se dio cuenta. Agarró
todo y los metió nuevamente dentro de esta bolsa, pero no sabe qué sacaron, qué andaban
buscando.
PERIODISTA: Cuando tu cuñado entra, ¿es posterior a cuando entra el OIJ?
MARCELA GUERRERO: Claro, fue al día siguiente, porque quedan papeles manchados con san-
gre…
PERIODISTA: ¿Y el OIJ no tomó esos papeles como material de prueba?
MARCELA GUERRERO: Me parece que no, porque fue Rodrigo el que agarró todos esos papeles.
Entonces, le dice a Xinia: «Por favor, que no me toquen esos papeles de esa bolsa». Rodrigo
no revisó esos papeles, solamente los juntó para verlos posteriormente. Cuando llega y
encuentra esta bolsa dada vuelta por todos lados, le preguntó a Xinia: «¿Qué pasó aquí?»,
y le dice que César Gómez entró a la oficina y sacó la bolsa.
PERIODISTA: ¿Seguridad absoluta de que César hizo eso?
MARCELA GUERRERO: Sí. Xinia le dijo eso a Rodrigo, y Rodrigo ahí encaró a César Gómez y le
dijo: «¿Quién eres tú para hacer esto? Yo di una orden que no se tocara. ¿Por qué hiciste
esto? ¡Ten cuidado!, que mi hermano ya me había comentado quién eras tú». Pero no
sabemos qué sacó.

¿Qué anduvo buscando Gómez en esa bolsa? ¿Por qué el asistente de Yunge
hurgueteó en asuntos que nada le incumbían? ¿Quién lo mandó a realizar seme-
jante dislate? Con los vecinos de la residencia logramos obtener una copia de la
carta que Insulza había entregado a Nieto y Yunge, la mañana del martes 27 de
julio de 2004. Después de leerla y analizarla, evidentemente, la presencia de
Gómez en la embajada, hizo presumir que cumplió órdenes del embajador o de
Marisol Cheves, para tratar de alcanzar la única copia que, potencialmente, era
un agravio para la imagen de Yunge, como persona, diplomático y político. En
las siguientes dos páginas reproducimos, en su totalidad, el contenido de la ame-
nazante misiva.

/ODPDGRVDLQIRUPDU<XQJHGHMDHOFDUJR

Como deja claro la carta, distintas personalidades habían sido advertidas de


lo que estaba ocurriendo. En el 2003, el embajador Yunge recibió una llamada
telefónica del despacho del canciller costarricense, Roberto Tovar, quien le infor-
mó respecto de las quejas que estaban recibiendo de los vecinos. A la vez, esta
Cancillería le comunicó a la chilena, quien hizo llegar una comunicación a Yunge,
donde le indicaban: «Proceda a llamado a informar inmediatamente».
Cuando se hace un «llamado a informar» de cualquier representante chileno
en el exterior implica que puede haber tres eventuales motivaciones: 1) una expre-
sión de protesta contra el gobierno del país que acoge a la misión diplomática; 2)
para entregar, personalmente, información importante; y 3) para hacer un llama-
do de atención al agente diplomático.
En este caso, Guillermo Yunge estaba siendo requerido para un «llamado de
atención», conminándolo a cambiar sus actos y evitar las denuncias que se esta-
ban recibiendo. Sin embargo…

LIGIA SÁNCHEZ: … él no viajó como llamado a informar. Él hizo una llamada a Chile, creo que
habló con la ministra Alvear, porque él tenía una constante comunicación con ella, y arregló
el viaje (…) como un viaje normal, y que él aprovechaba para ir a informar.

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::: Esta carta deja en claro el sobreaviso en el que constaban distintas autoridades
ticas y chilenas para haber optado a un sumario administrativo «oportuno», con
decisiones efectivas para solucionar un problema que estaba in crescendo.

PERIODISTA: Para que no apareciera como que él era llamado a informar.


LIGIA SÁNCHEZ: ¡Correcto! Esos días llamó a uno por uno de nosotros, los funcionarios.
PERIODISTA: ¿Antes de viajar?
LIGIA SÁNCHEZ: Antes de viajar. Por lo menos a mí, me dijo: «Mire, doña Ligia, usted sabe que
hay unos chismes que están circulando de que yo estoy agrediendo a mi señora y, por
supuesto, seguramente lo están haciendo con el objetivo de dañarme. Porque es cierto, yo
no le niego que tenemos discusiones, son discusiones de pareja, tal vez un poquito pasadas
de tono, pero no son esas cosas que están diciendo». Yo nada más me limité a decir: «No se
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preocupe, señor embajador. Yo soy funcionaria aquí. La verdad es que la vida privada, es la
vida privada» (…). En ese momento, mis compañeros que él, a veces, no saludaba… Él
llegaba a la oficina y aunque se lo topaba de frentón, no saludaba. A mí, generalmente sí,
porque casi nunca me topaba de frentón, sino que él tenía que llegar a mi oficina. Entonces,
ahí me decía: «Buenos días, doña Ligia», o «buenas tardes», porque ya último, sólo llegaba
en las tardes. Pero, a los compañeros que a veces no los saludaba y sí les hablaba de muy
mala manera, comenzó a palmotearles el hombro, a decir, «don Bernal», «don Jesús». Uno
por uno fue llamándoles (…) nos dijo que la propia señora había ido a la Cancillería aquí en
Costa Rica.
PERIODISTA: ¿Quién?
LIGIA SÁNCHEZ: Doña Marisol. Que ya ellos mismos habían ido a la Cancillería de acá a explicar
la situación. Que ya todo había quedado arreglado y que él, ya próximo, viajaba. No recuerdo
si al día siguiente se iba. Iban a ir juntos a explicar la situación a Chile. Decía que esto era
nada más que meros chismes, que la gente estaba haciendo esto para perjudicarlo. Cuando
él regresó del viaje, a mí, en lo personal, me dijo que ya todo había quedado arreglado y que
ya, tanto él como su señora, habían explicado… que todo había quedado solucionado. Las
peleas pararon un poquito. Si acaso peleaban era muy discretamente. Pero, de pronto,
volvió a haber las peleas; volvieron a haber los llamados a la policía; empezaron de nuevo
los llamados a la oficina, de los vecinos quejándose. Decían que qué le pasaba a Chile…
PERIODISTA: ¿Y con qué frecuencia eran esas peleas?
LIGIA SÁNCHEZ: Mira, cada lunes que llegábamos (a las oficinas de la embajada) nos hacían los
comentarios los mismos policías, «hubo fiesta anoche», decían.
PERIODISTA: ¿La policía de San Pedro?
LIGIA SÁNCHEZ: Sí, los muchachos que estaban destacados. Nos decían, «Hubo fiesta anoche en
150
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

la residencia». Era la forma de decir que había habido una pelea. Se estaban volviendo muy
frecuentes. Luego, yo salí de la oficina y perdí contacto con todo eso.

Dentro de esta maraña de asuntos, hay un hecho a destacar y que se hace


difícil comprender. Al momento que Yunge fue llamado a informar, viajó a Chile
con Marisol Cheves. Sin embargo, ahí es donde nos encontramos con otro hecho
que rompe con las reglas del formalismo y el protocolo:

KARIN LEHNER: Tengo una amiga que era amiga de él (Yunge). Entonces, me llama un día y me
dice: «Karin, ¿sabías que a Guillermo lo acusaron en la Cancillería por violencia?». Derecha-
mente, porque los vecinos se quejaban. Había un guardia en la embajada (residencia) que
llevaba una bitácora, que se la entregan a la Cancillería costarricense y que se la hacen
llegar a la Cancillería chilena, y lo hacen llamar a él. Ahí, yo no supe que había andado en
Chile. Mi amiga me dice –porque ella tiene un amigo en la Cancillería–: «A Guillermo lo
hicieron llamar por violencia», y el jefe de gabinete de la Soledad Alvear, que se llamaba
Germán Guerrero...
PERIODISTA: Que ahora es el nuevo embajador de Chile en Costa Rica.
KARIN LEHNER: ¡Correcto! Ese tipo era de la escuela de Derecho (en la misma época de Guillermo
Yunge). Eran amigos. Entonces, (Guerrero) llama a esta amiga mía y le dice «¿sabes qué?,
que lata haber tenido mi primer trabajo como jefe de gabinete y tener que llamar al ‘Memo’
para decirle que la corte o lo echan». Y él (Guillermo Yunge) llegó con la mujer (Marisol
Cheves) a la reunión. O sea, lo cita el jefe de gabinete… ¡A mí me pareció insólito! Te cita tu
jefe y llegas con tu señora. ¡Es una locura! Llega con ella y se sientan los dos (…). La Soledad
Alvear sabía. Ella le dice a Germán Guerrero que tiene que hablar con Guillermo, que la
corte con los escándalos.
Aunque altas fuentes diplomáticas aseguran que fue amonestado verbalmen-
te y exhortado a mejorar tanto su gestión como su comportamiento privado,
la reprimenda no surtió efecto, y el subsecretario (Cristián) Barros determinó
que su desempeño era incompatible con el cargo y recomendó su remoción
(diario La Tercera)133.

Las dudas surgen respecto a cuándo fue informado Yunge que debía dejar su
cargo. La información más conocida a través de la prensa, indica que fue en junio
de 2004. No obstante, fue la propia canciller, Soledad Alvear, quién dijo que
Yunge había sido informado en diciembre de 2003.
La ministra de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, informó hoy (2 agosto
2004) que el embajador de Chile en Costa Rica, Guillermo Yunge, había sido
notificado en diciembre de 2003 que dejaría su cargo en septiembre de este
año, poniendo énfasis en que esa medida se adoptó «antes
de estos dolorosos y trágicos acontecimientos y homicidios 133 «El informe secreto de la
que sufrieron tres chilenos» (diario La Nación)134. Cancillería sobre la masacre
de Costa Rica», diario La
Entonces, si el embajador había sido incompatible en el Tercera , Santiago, Chile, 31
de julio de 2005. Disponi-
cargo y si existía la demanda de costarricenses y parte de
ble en: <http://www.laterce-
la colonia chilena que exigió su remoción, ¿por qué se le ra.cl/medio/articulo/
otorgó un plazo tan largo, desde diciembre de 2003 hasta 0,0,3255_66602343_1-
el 30 de septiembre de 2004 para dejar el puesto? ¿Por qué 51544838,00.html>. Consulta-
do el 1 agosto de 2005.
si había una premura, una necesidad urgente de realizar 134
«Yunge deja embajada de
cambios en el manejo administrativo de la embajada, se Costa Rica y será llamado a
demoraron tanto tiempo? informar», op. cit.

151
7HUURUHQODHPEDMDGD

Recordemos que en la carta que Yunge envió a los medios de comunicación,


después de las exequias realizadas a los tres mártires chilenos, y cuando la lluvia
de críticas apuntaban al mal desempeño del embajador, este aludió que «quiero
aclarar que en el mes de junio la Canciller de Chile, señora Soledad Alvear, me
señaló que en el marco de los cambios de jefaturas diplomáticas que se están
efectuando en la actualidad y que son de público conocimiento en Chile, finaliza-
rían mis funciones de Embajador en Costa Rica en el próximo mes de septiem-
bre». Evidentemente, todo fue una mentira y la ministra Alvear se prestó para
ello, puesto que la repartición que ella dirigió nunca hizo la aclaración de que ese
no había sido el motivo de su remoción. Guardó silencio. El dicho reza: «es más
fácil pillar a un mentiroso que a un ladrón», y lo cierto es que es así. Por si existen
dudas, preste atención a lo que nos relata la esposa chilena de Yunge:

KARIN LEHNER: Cuando yo le presento la demanda a mi marido…


PERIODISTA: ¿Cuándo?
KARIN LEHNER: En mayo.
PERIODISTA: ¿Mayo de 2004?
KARIN LEHNER: Sí, yo le presento la demanda cuando todavía no se producía la matanza.
PERIODISTA: ¿Esa demanda la haces dónde y por qué?
KARIN LEHNER: En los tribunales, porque no le paga el estudio y los alimentos a dos de mis hijos.
Entonces, yo presento la demanda y mi abogada me dice, «Tienes que informarle al
empleador».
PERIODISTA: A la Cancillería.
KARIN LEHNER: Claro. Le mando una carta a la canciller, explicándole que había una demanda de
alimentos. No recibo respuesta de ella, cuestión que me pareció extraño, porque yo a la
Soledad Alvear la conozco…
PERIODISTA: De la época de las juventudes…
KARIN LEHNER: Claro, eran amigos de esa época, cuando nos casamos. No éramos amigas,
nunca fuimos amigas, pero sí un «hola, cómo estás». Nos encontramos, a veces, en cosas
sociales dentro del partido. Entonces, ¡me llama la atención! Entonces, mi abogada me dice,
«Karin, tú anda a la Cancillería y exige una respuesta». Llamaba y nada. Entonces, voy con
el jefe de gabinete (de Soledad Alvear), que era amigo, y me dice…
PERIODISTA: ¿Germán Guerrero?
KARIN LEHNER: Sí, Germán Guerrero. Y me dice, «Mira Karin, la canciller dice que es un proble-
ma de tribunales (…) Mira, esto es entre nos, Guillermo está notificado, deja la embajada».
PERIODISTA: Eso te lo dice…
KARIN LEHNER: En mayo de 2004 (…) que ya había sido notificado.
PERIODISTA: Entonces, le deben haber informado en diciembre, tal como dijo Alvear. A ti te lo
confirman en mayo y para la prensa aparece como que se lo informan en junio
KARIN LEHNER: Y me dice: «Pa’ callao, por favor, no digas nada». Yo me quedé calladita. Pero
estaba ahí notificado.

Volvamos a formular la gran pregunta. ¿Por qué se le dio a Yunge un plazo tan
largo para dejar su cargo? Nuestras indagaciones en Costa Rica advirtieron que
Yunge había pedido autorización a Soledad Alvear, para quedarse en San José
hasta fines de 2004, hasta que Cheves terminara el año académico en la universi-
dad. En agosto de 2005, el diario La Tercera también dio luces al respecto.
Si bien su renuncia fue solicitada al menos dos meses antes del 27 de julio,
al momento de la masacre no se había materializado aún, porque el propio

152
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Yunge –apelando a sus contactos dentro del ministerio, y también entre sus
amistades políticas– había logrado que su salida fuese postergada hasta que
pudiera encontrar una nueva ocupación y mientras el ministerio definía a su
reemplazante (diario La Tercera)135.

Así y todo, según testimonios recogidos, Guillermo Yunge nunca dejó el cargo
el 30 de septiembre. Siguió frecuentando la embajada, al menos, durante dos
semanas, en las que llegaba con sus llaves e ingresaba a la oficina. Incluso conti-
nuó viviendo en la residencia oficial hasta las primeras semanas de enero, cuando
hizo abandono definitivo del hogar. Para esa fecha la embajada estaba siendo
dirigida por el consejero y encargado de negocios, José Fernández Barahona.

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En este punto nos adentramos, a nuestro entender, en una de las aristas y varia-
bles de mayor importancia en esta trama de hechos irregulares y cuestionables,
que circundaron el ambiente previo a las muertes acaecidas. También, es uno de
los contenidos que mayor complejidad aporta al entramado, en el intento de dar
una explicación coherente a lo sucedido el 27 de julio de 2004.
En el capítulo tercero abordaremos lo que dicen distintos especialistas sobre
estos temas. Por lo pronto, presentamos los hechos tal y como fueron investiga-
dos, con los testimonios que acreditan la existencia de acontecimientos que esca-
pan a la lógica racional del ser humano, a la existencia de ritos y costumbres que
en nuestras sociedades, cada vez, se hacen más populares, más masivas, aunque
siempre manteniendo un bajo perfil frente a los demás, compartiendo un sub-
mundo al que muchos prefieren hacerle el quite, por miedo a lo desconocido, por
temor al qué dirán, por desconfianzas y que los tilden de ingenuos.
Marisol Cheves es una mujer de reconocida capacidad y conocimiento del
mundo esotérico. Ella misma ha hecho alarde de sus capacidades con algunas
personas que, obviamente, para protegerlos a ellos, nos excusamos de dar sus
identidades. Incluso pudimos dar con el paradero de gente muy cercana a su
persona, que dio crédito a todo lo que hemos podido recabar.
Ya hemos hecho mención de algo en el punto 36.6. que titula Marisol Cheves
Hidalgo y César Gómez Calderón. Esta es una práctica que heredó de su familia
y sus tres hermanas también lo ejercen. Todas las fuentes coinciden en que es
«magia negra».
Más allá de lo que cada uno entienda por brujería o magia negra, más allá del
concepto que cada uno conciba de lo que es una «bruja», lo que hemos podido
investigar trasciende a lo caricaturesco, trasciende a lo medieval, trasciende a lo
que muchos consideran una quimera. Simplemente, son hechos tangibles,
testimoniables, de conocimiento público, que también pudo recabar la Cancille-
ría chilena.
Los rumores de que Marisol Cheves es una «bruja», es decir, una «mujer que,
según la opinión vulgar, tiene pacto con el diablo y, por ello, poderes extraordina-
rios»136, fue un tema recurrente que salió en forma espontá-
nea, durante esta investigación. Un gran porcentaje de las 135 «El informe secreto de la
fuentes consultadas tuvieron conocimiento de aquello. La Cancillería sobre la masacre
de Costa Rica», op. cit.
información salió, principalmente, de la residencia del 136 Definición que entrega de
embajador, de los distintos empleados que trabajaron en el «bruja» la RAE.

153
7HUURUHQODHPEDMDGD

período en que la esposa tica de Yunge se cobijó bajo el techo de la diplomacia.


Lo llamativo de esto es que todo el personal doméstico, sin excepción, que laboró
de cerca con Yunge y Cheves, coinciden en el tema. Incluso, algunos de estos
empleados ni siquiera se conocieron entre ellos. Otra de las personas cercanas al
embajador que tuvo conocimiento de esto fue Edgar Mata, chofer del jefe de
misión. Nosotros quisimos abordarlo, pero se negó a conversar del tema.
Algunos ex funcionarios y también en ejercicio, cuentan sobre lo que escucharon:

PERIODISTA: ¿Qué sabían ustedes de la señora de Yunge? ¿Quién era? ¿Qué hacía?
JEANNETTE AGUILAR: Yo sé que ella estaba estudiando. Escuché comentarios de que ella hacía
sus cosas y brujerías, ¡no sé!, y el jardinero (de la residencia) encontraba cosas…, que hay
un cuarto cerrado (...), que ahí tiene cosas, pero, ¡no sé!, no me consta. Dicen que Yunge
antes no era así. La gente que lo ha conocido de años atrás, dicen que su comportamiento
cambió totalmente, después que se casó con ella, y sí, hay personas que dicen que se
escuchan cosas raras en esa casa, pero, hasta ahí, no me consta. Yo no vi nunca nada.

Otra de las personas que logró tener noción de estos temas fue Ligia Sánchez:

LIGIA SÁNCHEZ: Hay un comentario muy fuerte de que había involucrado un tema de prácticas
de brujería y cosas por el estilo…
PERIODISTA: ¿Cómo se enteran ustedes de eso?
LIGIA SÁNCHEZ: Nosotros nos enteramos por los otros empleados de la residencia, y por la oficina.
Dentro de las mismas llamadas (que recibíamos), porque parece que los vecinos conocen esos
temas complicados. Normalmente, uno le tiene miedo o por lo menos respeto. Donde uno no
maneja esas cosas, es mejor tenerle un poco de respeto. Pero sí habían llamados a la oficina,
donde se quejaban de que también sabían que la señora (Cheves) utilizaba estas prácticas.
Desconozco, exactamente, qué hacía y cómo lo hacía, pero sí (decían) que había que tenerle
cuidado, porque ella practicaba estas cosas. No sabíamos en qué se basaba todo, ni cómo
procedía, ni exactamente qué hacía. Si te digo que hacía cosas...
PERIODISTA: ¿Esto lo contaron las mismas personas que trabajaban en la residencia?
LIGIA SÁNCHEZ: Sí, las mismas muchachas, las señoras que eran funcionarias en ese momento.
Decían que había que tenerle miedo (…) ellos nos comentaban que tratáramos de no comer
la comida que ella (Marisol Cheves) enviaba a la embajada, que no fuéramos a la casa
(residencia) porque le tenían miedo a lo que ella hiciera. Uno trataba también de, digamos,
creer y no creer, pero, al fin, mantener la precaución.
PERIODISTA: Llevándote a lo que ocurrió el 27 de julio con las muertes de Rocío, Christian y
Roberto, y donde todavía no hay una respuesta clara. Más allá del grado de locura o
demencia que pudo tener Jiménez, ¿qué sensación tienes después de haber conocido a la
gente que trabajaba ahí?
LIGIA SÁNCHEZ: La verdad, es que de la forma en que yo conocí al señor Jiménez, me es
sumamente difícil ubicarlo en lo que pasó. Sé que lo hizo, porque eso consta, pero, no puedo
evitarlo, porque era una persona sumamente cariñosa, respetuosa, servicial. Él siempre
participaba de cualquier cosa. Si algo no andaba bien, entonces se dirigía a mí y me pedía
sí lo podía atender, y me explicaba (el problema) para que yo le explicara al embajador, o le
dirigiera (el asunto) al embajador, para ver si había una solución. O sea, siempre fue muy
asequible, muy educado. Así que, no sé yo. Yo pienso que tiene que haber recibido una
presión sumamente fuerte, como para que haya actuado de la forma en que lo hizo.

Sobre el aviso de las comidas que enviaba Marisol Cheves a la legación,


Aguilar precisa:

154
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

PERIODISTA: Dicen que ella, de pronto, enviaba comida a algunos funcionarios y las mismas
empleadas llamaban por teléfono para decir que no se las comieran, ¿es verdad eso?
JEANNETTE AGUILAR: Sí, ella mandaba comida a un primo de ella, un muchacho que trabaja ahí,
que se llama César Gómez. Ellos dicen que son primos ¿verdad? Y sí, ella le enviaba almuer-
zo y entonces las empleadas llamaban para advertir a los demás, que no probaran de esa
comida porque ella usaba brujerías.
PERIODISTA: ¿En la comida?
JEANNETTE AGUILAR: Sí, en la comida, y no sé en qué más.
PERIODISTA: Algunos comentarios dicen que cuando ocurrió esta tragedia, ella le envió un plato
de comida a Jiménez.
JEANNETTE AGUILAR: No sé, no me consta. Yo no sabía. Yo no puedo decir algo que no sé.

Hasta aquí, todo se manejaba a nivel de rumor. Entonces, la necesidad de


abordar a cualquiera de las empleadas domésticas que trabajaron en la residen-
cia, se transformó en una prioridad. Finalmente, logramos dar con el paradero de
dos mujeres que, con mucho temor, se refirieron a la esposa de Yunge. Manifesta-
ron que Cheves era «una mujer bien mala», incluso, una de ellas nos hizo referen-
cia a tratamientos médicos a los que estaba sometida en el Hospital San Juan de
Dios, intentando superar sus miedos. Después de asegurarles que íbamos a prote-
ger sus identidades, se aventuraron a contarnos sus vivencias:

PERIODISTA: Cuénteme, ¿qué fue lo que vio usted ahí?


EMPLEADAS: En los pleitos de ellos volaban las cosas, cuando uno les llevaba la comida. Arriba
en el cuarto volaban las cosas. A esa hora limpiábamos también, todas las cosas que había
en el «reguero» y, también, ponía limones en cruz. Estaba este cuarto de brujerías y, a mí,
me hacían andar quemando ese «pacatán» en toda la casa y rezando una oración, y también
en el techo quedaban cuidando a este maricón (César Gómez).
PERIODISTA: Aclárame un poco más, qué hacía esta señora. ¿Hacía brujerías? ¿Tenía un cuar-
to?
EMPLEADAS: ¡Ay!, de un tiempo ahí lo tienen. El cuarto subiendo la grada a mano derecha. Este
cuarto lo cerraba ella. Cuando se perdían las cosas, ahí lo cerraba y, a uno, le decía que lo
teníamos que buscar y si no aparecía, «¡qué tiene que aparecer eso! ¡Qué tiene que aparecer
eso!» Pero ese cuarto ahí está. También en las gradas, donde yo subía, echaba un poco de
cosas blancas y echaba un Cristo en el inodoro donde nosotros íbamos.
PERIODISTA: ¿Ustedes creen que ella es la que transformó la personalidad del embajador?,
porque antes, usted decía que era una persona buena.
EMPLEADAS: Sí, él antes era bueno, porque en los comienzos él era muy bueno, pero enseguida
se puso tan feo esto que, bueno, el muchacho (Guillermo Yunge hijo) lo tuvo que correr, lo
echó él, digamos, por mando de ella (…).
PERIODISTA: ¿Yunge no dijo nada?
EMPLEADAS: No, él no. Él hace lo que ella le dice.
PERIODISTA: ¿Había algún día especial para ese tema de las brujerías o podía ser cualquier día?
EMPLEADAS: No había un día especial. Los limones en cruz eran los martes, los limones en cruz
los ponía en cada esquina, en la esquina de la cocina, a la orilla de la cama de ella. Bueno,
uno andaba poniendo limones en cruz. Esos limones en cruz no deben faltar con agua en un
vaso. No faltaba eso…

Estas mujeres también nos relataron algunos comportamientos de Marisol


Cheves que rayan en algún tipo de desequilibrio o trastorno de personalidad.
Dicen que obligaba al gato a defecar y orinarse en la mesa del comedor, y que

155
7HUURUHQODHPEDMDGD

con las hojas de un periódico refregaba las murallas ensuciándolas. Ello –dicen–
lo hacía para que el embajador las regañara.
Para entender el tema de la brujería, nos recomendaron que abordáramos al
jardinero que laboró en la casa. Nuestros intentos fueron en vano, puesto que nunca
dimos con su paradero. Sin embargo, a través de otra persona que lo conoce, pudi-
mos calzar muchos puntos. Este hombre encontró en varias ocasiones distintos ob-
jetos enterrados en los cuatro costados del jardín. Estos elementos consistieron en
vasos o bolsas conteniendo aguas oscuras con pelos, pedazos de fotos, puntas de
billetes, etc. «El problema es que el jardinero al encontrarlas, como él es muy
cristiano, inmediatamente procedía a botarlas», nos relata la fuente.
Otro asunto que nos llamó la atención es el envío de comidas a la embajada,
de parte de Marisol Cheves. Si bien, puede corresponder a un acto que no despier-
ta mayores sospechas, adquiere otro cariz cuando son los mismos empleados de
la residencia quienes alertan sobre el tema a los funcionarios a contrata en la
legación. Xinia Vargas cuenta cómo se dio esa situación:

PERIODISTA: ¿Marisol Cheves mandaba almuerzos para los funcionarios?


XINIA VARGAS: Así es.
PERIODISTA: ¿A personas de confianza de ella?
XINIA VARGAS: Del embajador. A su asistente personal.
PERIODISTA: Y esa comida la consumía…
XINIA VARGAS: César (Gómez). Eso fue un día que la empleada de la residencia nos mandó a
decir con Edgar, el chofer, que por favor nadie comiera nada que fuera enviado desde la
residencia.
PERIODISTA: ¿Por qué le dijo que no la consumieran?
XINIA VARGAS: Porque ella le echaba gotas y aguas en la comida del César.
PERIODISTA: Tú crees que a lo mejor César, actualmente, esa incondicionalidad, ¿es producto de
que lo tienen «manejado»?
XINIA VARGAS: Sí, claro.

(OFXDUWRRVFXUR

Uno de los asuntos que más llama la atención en esta historia, son los relatos
de distintas personas aludiendo a la existencia de un «cuarto oscuro», habilitado
en la residencia, y que permanentemente pasaba con llave. Esta habitación aco-
gió una infinidad de fetiches, como fotos de santos, vasos con agua, velas, inciensos,
entre otros. Marisol Cheves había dado instrucciones precisas, prohibiendo el
ingreso a los empleados, y para cumplir con ese objetivo durante sus ausencias,
César Gómez actuaba como centinela. Este tema tuvo tal trascendencia que llegó
a oídos de varios altos personeros.

MARCELA GUERRERO: Yo supe lo del cuarto oscuro por Roberto (Nieto).


PERIODISTA: ¿Nunca les llamó la atención?
MARCELA GUERRERO: Sí, les llamaba la atención, pero no podían hacer nada, porque sabían
que Yunge estaba muy protegido. O sea, Roberto ya no se iba a jugar para informar nada.
Escuchaba y nada más. Pero se sabía que había un cuarto oscuro, que hacían ceremonias,
pero eran rumores, porque nadie fue a decir, «a ver, es verdad». Lo que sí se hablaba, es que
las empleadas no podían hacer llamadas hacia la embajada. César Gómez vivía con ellos en
ese momento y Marisol enviaba almuerzo con Edgar…
PERIODISTA: ¿A los dos?

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MARCELA GUERRERO: Solamente a César. El cuento era este. Las empleadas, antes que (Mari-
sol) le sirviera y le llevara el almuerzo, ella se acercaba a la merienda y le echaba unas gotas
de un líquido a la comida. Después, hacía que cuando Guillermo Yunge llegaba a la residencia
tenía que sacarse los zapatos y subir las escaleras, e iba tirando algunas cosas (como sal)…
PERIODISTA: ¿Quién te lo comentó?
MARCELA GUERRERO: Las empleadas. Porque un día, me parece, que se encuentran con Rober-
to y le cuentan a él, que Marisol Cheves estaba «envenenando» a Guillermo Yunge y le
cuentan esto del almuerzo. Cuando Guillermo Yunge llegaba al almuerzo a su casa, a la una,
una y media, ella también le echaba un líquido a la comida.
PERIODISTA: ¿Lo veían las empleadas?
MARCELA GUERRERO: Exacto.

Cuando Yunge y Cheves hacen abandono de la residencia, después de dejar el


cargo de embajador, distintas autoridades chilenas fueron testigos de la existencia
de esta habitación. Diferentes personas que conversaron con el encargado de ne-
gocios de la misión chilena, José Fernández, contaron las referencias que el diplo-
mático hizo, a la existencia de un cuarto al que no podían ingresar. Incluso,
durante la realización de la XIV Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado, que
se inició en Costa Rica el viernes 19 de noviembre de 2004, asistieron el canciller
chileno, Ignacio Walker; el ex mandatario Patricio Aylwin, en representación de
Ricardo Lagos; y Germán Guerrero, actual embajador de Chile en ese país, en-
tonces, jefe de gabinete del Canciller. José Fernández le comentó a Xinia Vargas
de lo misterioso de esa habitación y que se iniciaría la búsqueda de una nueva
casa, como residencia para el nuevo embajador.

XINIA VARGAS: Germán Guerrero le dice a don José Fernández, que la prioridad es la residencia
de él (…) porque cuando él vino con el ex presidente Aylwin, él fue a conocer la residencia,
porque sabía de este tema. Él entró a la residencia y sintió… ¡es que uno siente ahí!…
PERIODISTA: ¿El tema de las brujerías?
XINIA VARGAS: (Asiente con la cabeza) ¡Uno siente ahí! Yo no había ido hasta como dos días
antes de venirme de vacaciones, que fui y lo siente uno. Vieras que uno llega y siente
como…
PERIODISTA: Malas vibras…
XINIA VARGAS: Sí, como algo que le llega a uno. Y don Germán (Guerrero) también. Dijo: «Aquí
no vivo».
PERIODISTA: ¿Y él sabía del tema?
XINIA VARGAS: Sí.
PERIODISTA: ¿Tú crees que es por ese motivo que él no quiere irse a esa residencia?
XINIA VARGAS: Él lo sabe, él lo sabe, y don José (Fernández) se lo dijo.
PERIODISTA: ¿Ellos están al tanto de este tema?
XINIA VARGAS: Todos, todos. Don Roberto (Nieto) también sabía.

Nuestra sorpresa es mayor cuando, durante la entrevista a Karin Lehner,


pudimos establecer que también conocía los resquemores del embajador entrante:

KARIN LEHNER: Germán Guerrero no quería esa embajada.


PERIODISTA: ¿Cuál?
KARIN LEHNER: La de Costa Rica.
PERIODISTA: Claro, después de todo lo que ocurrió.
KARIN LEHNER: No, además, fíjate que (Yunge) era su amigo, entonces es todo un cuento

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extraño (…). No está contento. Él venía llegando de Cuba. Él estaba en Cuba de embajador
y lo había pasado estupendo (…) y ahora lo mandan a Costa Rica, después de lo que pasó.
PERIODISTA: ¿Tú conversaste esto con Germán Guerrero?
KARIN LEHNER: No.
PERIODISTA: Pero, ¿cómo supiste que él no quería irse a la residencia?
KARIN LEHNER: Porque tenemos una amiga en común.
PERIODISTA: Y ella te contó que Germán Guerrero no se quiere…
KARIN LEHNER: No se quiere ir a la embajada.
PERIODISTA: ¿Y a la residencia tampoco?
KARIN LEHNER: Tampoco. Y ahí me dijo que estaban vendiendo la residencia. También, ya se
sabía que la iban a vender.
PERIODISTA: ¿Que iban a vender la residencia?
KARIN LEHNER: También. Dijo, «yo no me voy a ir ahí». Eso lo dejó bien claro, que él no iba a ir
a esa casa. Yo creo que Germán, si era jefe de gabinete, tiene que haber leído el informe.
PERIODISTA: ¿El informe de...?
KARIN LEHNER: de Gálvez (Eduardo).

Por asuntos propios de este reporteo, dimos con el paradero de una fuente que
pidió guardar su identidad para lo que nos iba a relatar. Esta persona es cercana
al embajador, director general consular de la Cancillería chilena, Ricardo Con-
cha. Recordemos que este diplomático de carrera fue uno de los enviados a Costa
Rica, junto al consejero Eduardo Gálvez, que elaboraron el sumario técnico-
administrativo, que encargó la ministra Soledad Alvear y el subsecretario de
Relaciones Exteriores de Chile, Cristián Barros.
Según esta fuente, en una conversación cotidiana, el ministro habría revelado asun-
tos de aquel mentado informe y que mantiene la Cancillería bajo estricta reserva:

PERIODISTA: Quiero que me des tu impresión de lo que sucedió en la embajada, claro que te lo
debería haber preguntado antes de lo de la brujería.
FUENTE 1: Pero te voy a decir una cosa… yo sabía.
PERIODISTA: ¿Sabías todo esto que te dije?
FUENTE 1: Yo te voy a decir por qué sabía (obviamos parte de la conversación para no dar pistas
de quién se trata la fuente). (…) Ricardo Concha (…) con el informe no quiere más (…)
fiestas satánicas es lo más suave (que hay en el informe elaborado por la Cancillería).
PERIODISTA: ¿Eso lo dijo Ricardo Concha?
FUENTE 1: Eso me lo dijo mucho antes que tú me contaras esto (…..) ahí te digo, yo sé que la
Canciller (Soledad Alvear) sabe...
PERIODISTA: ¿Sabe todo esto?
FUENTE 1: Sí (…). Lo del satanismo, sí. La violencia lo sabía de antes.
PERIODISTA: El satanismo ¿en qué sentido?
FUENTE 1: Eso es lo que dice Concha. Concha dice: «Atroz, incluso fiestas satánicas, con eso te
lo digo todo».

0LVWHULRV\TXHUHOOD

Existen dos asuntos que fueron extraídos del centenar de entrevistas realizadas
que, insertos en este contexto de lo esotérico, queremos que se conozcan. La ver-
dad es que no tienen un sentido lógico, racional y menos descifrable para el
común de la gente. Nosotros aún no lo entendemos, y fueron protagonizados por
Marisol Cheves y César Gómez.

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::: Artículo publicado el viernes 29 de julio de 2005 por el diario Siete. En el círculo, se
destaca: «Esa es una acusación inverosímil. Si no fuera tan grande el contexto, lo más
cuerdo sería no responder, no hacerle caso, pero el señor Yuseff ha actuado con muy
poca hombría al atacar a una mujer que ni siquiera conoce (...). Por esta razón he
decidido actuar en los tribunales».

Dentro del relato de los funcionarios que sobrevivieron al ataque del guardia
Jiménez, existe un hecho que Xinia Vargas recuerda y que a la fecha no logra
hallarle sentido. Por lo mismo, consideramos pertinente discurrir en este punto.
Cuando la secretaria del cónsul Christian Yuseff permaneció oculta en el baño
junto con César Gómez, este le dijo: «‘Yo tengo un reloj’, que, por cierto, vieras tú
que me quedó la duda, que él decía que por ahí él podía hablar con Marisol. Pero,
él mandaba mensajes. O sea, él ‘eschifaba’ los numeritos y yo le decía: ‘¿César,
está hablando?, ¿está hablando con ella?’, y él me decía: ¡shttt! (haciéndola ca-
llar) (…). A mí me quedó la duda siempre», cuenta Vargas.
El otro asunto se da en una conversación que sostuvo Marcela Guerrero con
Marisol Cheves:

MARCELA GUERRERO: Marisol, me relata un sueño en un círculo de fuego, que dentro de este
círculo de fuego nace su hijo, porque estaban ansiosos de tener un hijo con Yunge. Así nace
su hijo y ese hijo es Sebastián. Es un sueño muy raro.
PERIODISTA: ¿Cuándo te comenta eso?
MARCELA GUERRERO: En la misma cena, en la misma comida, que fue la única vez que nos invitó
a su casa.
PERIODISTA: ¿Cuándo fue eso?
MARCELA GUERRERO: Como en mayo, nos invita a la residencia.
PERIODISTA: ¿Y ahí te hace ese comentario, ese sueño?

159
7HUURUHQODHPEDMDGD

MARCELA GUERRERO: Sí.


PERIODISTA: ¿Y por qué te lo comenta?
MARCELA GUERRERO: No tengo idea. Salió el tema porque apareció su gato, que al gato lo viste,
lo disfraza y le pone ropa. Entonces, «¡Ay, que lindo este gatito!», «ay» me dice, «es nuestro
hijo. Lo único que queremos con Guillermo es tener nuestro propio hijo» y me comenta el
sueño.
PERIODISTA: Y ella, se supone que es infértil.
MARCELA GUERRERO: ¡Ah, no sé! ¿Y no está embarazada ahora?
PERIODISTA: Eso es lo que salió en el diario.

Por último, es importante destacar la actitud ambigua de Guillermo Yunge,


ante la acusación pública de «magia negra» contra Marisol Cheves, que hace el
padre del cónsul fallecido en Costa Rica.
Juan Antonio Yuseff, en un reportaje emitido por Televisión Nacional de Chi-
le, al conmemorarse el primer año de la tragedia, levantó cargos a Cheves de
practicar «brujería». Transcurridos dos días, Diario Siete publicó un artículo
donde Yunge anunciaba que interpondría una querella contra el progenitor del
cónsul muerto. ¡Claro está!, Yunge nunca oficializó la discordia. Solo argumentó
que «esa es una acusación inverosímil». Ni siquiera defendió a Cheves, califican-
do los dichos de infamia, calumnia o infundio. Simplemente, que era «una acusa-
ción inverosímil», y que «por esta razón he decidido actuar en los tribunales»…
¡Nunca lo hizo!

›(OODHVXQDPpGLXPœ

Esta investigación pretende disminuir o descartar márgenes y variables de


error que, producto de estas pesquisas, pudiéramos estar cometiendo. Pero, tam-
bién entendemos que es muy difícil que tantas personas, disímiles entre sí, coinci-
dan en tantas cuestiones referidas a este asunto.
Con la ayuda silenciosa y desinteresada de mucha gente, que a la fecha no
entiende por qué sucedieron las muertes en la embajada de Chile, logramos dar
con información que nos dio pistas de una persona muy cercana a Marisol Cheves
y su familia.
A riesgo cierto de que, al tomar contacto con esta, fuéramos abruptamente
rechazados, entablamos diálogo. Después de explicarle a grandes rasgos, detalles
de nuestra investigación y la hipótesis que manejábamos, nuestro asombro fue
total y absoluto. ¡Nuevamente nos confirmaban el vínculo de Cheves con el mun-
do de lo esotérico! Sus dichos eran reveladores y daban más fuerzas a las sospe-
chas que devanan este escrito.
La conversación fue grabada sin su conocimiento, e incluso se le dijo que si
ayudaba con más especificaciones, nos preocuparíamos de mantener su anonima-
to. No quisimos advertirle que sus palabras estaba siendo registradas porque,
lógicamente, su cercanía a la familia de Cheves haría que se asustara.
Al principio, esta persona se mostró presta a cooperar e incluso acordamos
mantener comunicación al día siguiente. Sin embargo, nunca más respondió a los
llamados telefónicos. Después de insistir por varios días en restablecer la comuni-
cación, de pronto contestó y, al reconocer nuestro acento, profirió tajante y con
dejos de temor: ¡No me interesa!, ¡No me interesa!, y colgó.
A continuación, reproducimos parte del único diálogo que sostuvimos con
esta persona:

160
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PERIODISTA: …ella (Marisol Cheves) tiene una serie de prácticas y ritos esotéricos…
FUENTE 2: ¡Aah!
PERIODISTA: … de brujería y cosas muy extrañas.
FUENTE 2: ¡Mmm!, sí, yo participé.
PERIODISTA: ¿Participaste tú de eso?
FUENTE 2: ¡Correcto!
PERIODISTA: ¿Y qué tipo de práctica es específicamente?
FUENTE 2: Brujería negra.
PERIODISTA: Perfecto, eso lo tenía claro, pero ¿tiene algún nombre? ¿Es vudú, macumba? ¿Qué
cosa es?
FUENTE 2: Ella es médium, pero es de familia, es una herencia con todas sus hermanas.
PERIODISTA: ¿Cuántas hermanas tiene ella?
FUENTE 2: Tres…
PERIODISTA: Tres hermanas.
FUENTE 2: … que lo practican.
PERIODISTA: ¿Todas las hermanas lo practican?
FUENTE 2: Sí.
PERIODISTA: El total de las hermanas, ¿son de distinto matrimonio?
FUENTE 2: Sí, porque los padres eran separados.
PERIODISTA: Y esa herencia, ¿proviene de alguna zona de Costa Rica?
FUENTE 2: De San José.
PERIODISTA: Le cuento...
FUENTE 2: Sí, por favor…
PERIODISTA: Yo lo que he podido averiguar, es que las muertes que se producen dentro de la
embajada son provocadas por una ceremonia, por un rito satánico…
FUENTE 2: ¡Aah, ya!
PERIODISTA: … que realiza Marisol para deshacerse de esas tres personas.
FUENTE 2: ¡Ya!
PERIODISTA: Tengo las razones, tengo los motivos, tengo todo lo que configura este tema…
FUENTE 2: Sí.
PERIODISTA: El tema es que esto, en ámbitos formales, la gente no lo cree…
FUENTE 2: ¡Mmm!
PERIODISTA: La gente no le toma mucha importancia…
FUENTE 2: Yo sí lo creo, porque yo lo viví. ¡Yo sé que es cierto! Es más, yo podría ampliarle todo
eso, hasta con fotos y todo.
PERIODISTA: ¿Con qué? ¿Con fotos?
FUENTE 2: Sí, yo tengo.
137
PERIODISTA: Yo le insisto. Yo lo que quiero es que usted tenga con- Ocultismo (1): Conjunto de
conocimientos y prácticas
fianza. La idea es que esto que estamos conversando, lo dejemos mágicas y misteriosas, con
entre nosotros. las que se pretende pene-
FUENTE 2: Sí, eso es lo que yo necesito… el anonimato. trar y dominar los secretos
de la naturaleza. Dedica-
ción a las ciencias ocultas
A esta persona le planteamos, abiertamente, una hipó- (Diccionario de la Real Aca-
tesis que liga el ocultismo137 con las muertes ocurridas. demia Española). Ocultismo
Decimos que contamos con las razones y motivos que con- (2): Teoría que defiende la
figuran este tema, muchas de las cuales hemos ido desarro- existencia de fenómenos
que no tienen explicación
llando a lo largo de esta investigación. racional y que no pueden
A continuación, profundizamos aspectos que ligan a ser demostrados científica-
Christian Yuseff y Roberto Nieto, en pugnas irreconcilia- mente (diccionario de www.-
bles con Guillermo Yunge y Marisol Cheves. elmundo.es ).

161
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<XVHIIUH~QHILUPDVFRQODFRORQLDFKLOHQD

Hemos dicho con anterioridad que Yuseff recibió el menosprecio y maltrato de


Yunge y que sumado al abandono de funciones que venía materializando el em-
bajador, envalentonó a Yuseff para reunir firmas con la colonia chilena y, de esta
forma, solicitar su expulsión en el cargo.
Una de las personas testigo de esta situación fue Otilia Zenteno, presidenta de
la ONG Casa Chile. A través de mails y conversaciones vía chat pudimos inter-
cambiar información: «Christian y mi persona, con el tiempo, habíamos hecho
una buena amistad y siempre nos estábamos comunicando por diferentes razones,
tanto por asuntos referentes a Casa Chile, como personales. Él me comentó sobre
las diferencias y roces que tenía en su trabajo. Normalmente, me pedía consejos
de cómo podía actuar en algunas situaciones que se le presentaban. También me
preguntó sobre qué pensaba, acerca de realizar alguna gestión con la colonia
chilena y recoger firmas para remover al embajador. Yo le contesté que en mi
opinión, los problemas (que se generaban) dentro de la embajada, no eran de la
incumbencia de la colonia y, como institución a la que yo representaba, no podía
hacer ninguna gestión, porque del embajador Yunge siempre recibíamos su cola-
boración (…) también es cierto que me llamaron compatriotas para que hiciéra-
mos una carta y recabáramos firmas para pedir que lo cambiaran. Nos reunimos
la junta directiva (de Casa Chile) y analizamos lo que nos estaban planteando.
Como institución no teníamos queja contra él (Yunge), debido a que siempre nos
apoyaba y colaboraba en lo que le solicitábamos. Además, no éramos nosotros
quienes debíamos evaluar o juzgar la labor del embajador. Creemos que eso es
competencia del ministerio al que pertenecen los diplomáticos en el extranjero»,
relata Zenteno en un mail.
Durante nuestra estancia en Costa Rica supimos que Yunge, después de ocurri-
da la tragedia, se dirigió a Casa Chile solicitando a esta entidad que enviara una
carta a la canciller, Soledad Alvear, contándoles «lo buen embajador que era».
En gran medida, la referencia era cierta, solo que Casa Chile decidió elaborarla
al considerar que no tenían objeciones contra Yunge. Por lo demás, creían que
había chilenos «mal intencionados» que estaban inventando chismes y rumores
contra el embajador:

PERIODISTA: Retomando lo de las firmas de chilenos y la carta que hicieron ustedes como Casa
Chile, ¿esa carta se envió finalmente a la Cancillería en Chile?
OTILIA ZENTENO: Sí, por medio de valija diplomática.
PERIODISTA: Entonces, ¿tú estás de acuerdo conmigo, respecto a que Yuseff sí estuvo reuniendo
firmas de chilenos para pedir la expulsión del embajador?
OTILIA ZENTENO: ¡«Expulsión» suena feo!, digamos que cambio de embajador por las razones
que conocemos. Él (Yuseff) promocionó las firmas, pero no lo estaba haciendo él.
PERIODISTA: ¿Qué entiendes por «promocionar»?, para no cometer errores de interpretación.
OTILIA ZENTENO: Dar la idea y que otros la realicen.
PERIODISTA: ¡Ah!, pero él dio la idea, ¿eso es correcto?
OTILIA ZENTENO: Correcto.
PERIODISTA: Christian, en esa gestión de firmas, ¿te pidió que tú te sumaras como «Casa Chile»
a esa recolección?
OTILIA ZENTENO: Me hizo la consulta de qué podíamos hacer nosotros, me refiero a Casa Chile,
si participábamos. Mi respuesta fue que debía consultar al resto de la junta directiva. Por
supuesto, no hubo acuerdo.
162
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PERIODISTA: De Guillermo Yunge, ¿qué cosas decía? ¿Te contó algo que reclamara de su
persona, por ejemplo, el hecho que se dijera que era un embajador ausente?
OTILIA ZENTENO: Sí, que no pasaba en la oficina, que no atendía sus funciones, y que muchas de
las cosas que le competían al embajador tenía que hacerlas él.
PERIODISTA: Cuando el grupo de chilenos quiso reunir firmas para pedir la expulsión de Yunge,
¿él sabía que Christian Yuseff estaba patrocinando esas firmas?
OTILIA ZENTENO: No sé si Guillermo (Yunge) lo sabía, pero me imagino que lo intuía.
PERIODISTA: ¿Por qué dices que lo intuía?
OTILIA ZENTENO: Por algunos comentarios que me hizo después del 27 (de julio de 2004).
PERIODISTA: ¿Comentarios que te hizo quién?
OTILIA ZENTENO: Guillermo. Hay muchas cosas que le reclaman a Guillermo, sobre todos los
familiares en Chile, de Christian y de Roberto. El por qué no viajó con los cuerpos hasta allá,
pero tampoco le reconocen que «el hombre» tuvo que mover cielo y tierra para que no les
practicaran autopsia a los cuerpos y la familia los pudiera ver.
PERIODISTA: Pero, todavía, no entiendo por qué me dices que Guillermo intuía que Christian
podía haber estado patrocinando las firmas. (…) ¿Guillermo habló ese tema contigo?
OTILIA ZENTENO: Sí, lo hablamos .
PERIODISTA: ¿Y qué te dijo?
OTILIA ZENTENO: Hablamos sobre qué sabía yo de la lista, y si era verdad que la iniciativa había
salido de la embajada, y de cuál de los funcionarios… porque se decían y especulaban
tantas cosas.

En otra parte del mail que hacemos referencia al inicio, Zenteno cuenta que:
«Guillermo nos solicitó una reunión con la directiva de Casa Chile, para exponer-
nos ciertas inquietudes del montón de barbaridades que decían de él, por ejemplo,
el día que ocurrió la tragedia comentaban que él estaba fuera de San José y no se
había preocupado (…) que Guillermo no había permitido el ingreso de la policía
a la embajada, en fin, es parte de las atrocidades que decía la gente. Nosotros
extendimos una carta dirigida a la canciller, señora Soledad Alvear en los si-
guientes términos, hablando con la verdad: que nosotros como institución siem-
pre recibimos toda la colaboración y apoyo del señor embajador, don Guillermo
Yunge, y que la relación durante su período diplomático en nuestro país, o sea,
Costa Rica, siempre fue buena, lo mismo que la comunicación. La carta la envia-
mos a principio de agosto (de 2004)».
Dentro de todo esto, surgen incógnitas que requieren ser aclaradas. ¿Por qué el
embajador recurre a Casa Chile, de quiénes sabe puede obtener apoyo? ¿Por qué
el diplomático solicita a Casa Chile el envío de una carta conciliadora de su
imagen? ¿Qué buscaba? ¿Qué pretendía? ¿Por qué Yunge estaba tan preocupado
de indagar quiénes de la embajada eran los que estaban contra su persona?
En parte, algunas respuestas podemos hallarlas en la conversación que sostu-
vimos con Xinia Vargas y Ligia Sánchez:

XINIA VARGAS: Él (Yunge) estaba tratando de recuperar (su protagonismo). Cuando él fue a
Chile a informar (…) buscó un médico allá y el médico certificó que él estaba en tratamien-
to, que él se iba a recuperar, que él estaba en condiciones de seguir como embajador y todo,
entonces él estaba tratando de recuperarse para que no lo despidieran…
PERIODISTA: Pero recuperarse de qué, ¿de una depresión, de un estrés?
LIGIA SÁNCHEZ: Yo pienso que como había descuidado tanto su puesto, de que ya él no iba a la
oficina, ya no asistía absolutamente a ninguna actividad, ya no llegaban invitaciones, más
que lo estrictamente oficial, entonces, él ya tenía el puesto completamente descuidado. No

163
7HUURUHQODHPEDMDGD

era un tema oculto para la Cancillería, y la ministra (Alvear) estaba bien enterada de lo que
estaba pasando. Pero, sin embargo, no sé, siempre hubo como una… como él siempre dijo,
había una gran amistad, había un gran compañerismo entre ellos, de manera que yo pienso,
que él creía o estaba seguro de que con ese examen, o lo que él ya estaba haciendo, iba a
lograr que lo mantuvieran en el puesto otro tiempo más.
XINIA VARGAS: Porque él pidió plazo hasta diciembre (de 2004) y lo justificó con que, como la
señora estaba en la universidad y terminaba en diciembre, que lo dejaran hasta diciembre.
Él pidió ese plazo. Lo que pasa es que en el lapso no le habían contestado (…) además, a
Yunge se le cayó todo cuando Miguel Ángel Rodríguez 138, que está en la cárcel, le ofreció
llevarlo como asesor a la secretaría de la OEA, y él estaba plenamente confiado que se lo
iban a llevar. Cuando Miguel Ángel cayó, también cayó Yunge.

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Aunque internamente, al menos desde diciembre de 2003, a Yunge se le había


advertido que iba a dejar ser el embajador de Chile en Costa Rica, a los funciona-
rios en la embajada solo se les informó el viernes 23 de julio de 2004, cinco días
antes que ocurriera la tragedia. Ese día «don Roberto (Nieto) llegó y me dijo,
‘Xinia, ya llegó el mensaje’. Yo le dije: ‘¿Cuándo sale don Roberto?’ (…). Él
estaba feliz, porque él lo que esperaba era que lo dejaran de Encargado de Nego-
cios y que no nombraran a un nuevo embajador, entonces él podía ganar bien.
Entonces, él llegó en la mañana, me contó eso y fuimos a desayunar. A él le
encantaba desayunar con nosotros y almorzar con nosotros (…). Estábamos desa-
yunando y tomamos un buen naranjo, cuando llegó doña Cecilia (Montero) y ella
dice: ‘No me digan que ahora se están ‘copeteando’ con jugo de naranja’, porque
él (Nieto) tomaba vodka, le encantaba. Y él dijo: ‘No’ (…). Después, llegó César
(Gómez), y (Roberto Nieto) se volvió en la silla y le dice: ‘¡Oye, pendejo! ¿Qué
vas a hacer tú cuando el Yunge se vaya?», y (Gómez) le dice: ‘¿Por qué?’, y
(Nieto) le dice: ‘Porque aquí, lo que vale de ti, es tu lengua y tus orejas. Tu
trabajo es una mierda y así te vas a ir’ (…). César se quedó quieto y se fue (…).
Don Roberto lo dijo con enojo, con advertencia y eso tiene que haber provocado
a Yunge’, relata Vargas.
El asunto no quedó ahí no más. Las desavenencias que tenían Rocío Sariego,
Christian Yuseff y Roberto Nieto, con el embajador Yunge,
138
Miguel Ángel Rodríguez se estaban dando de hacía tiempo. Los tres tuvieron actitu-
fue Presidente de Costa Rica des contrarias a las decisiones que el jefe de misión adopta-
desde 1998 a 2002. Fue ele-
gido Secretario General de ba, en desacato a su autoridad.
la OEA por el consenso de El viernes 23 de julio, después que Nieto increpó a
los Estados miembros du- Gómez, «el embajador Yunge sabía que nosotros ya está-
rante la 34ª sesión ordina- bamos en conocimiento que él se iba (…). Pasó que en la
ria de la Asamblea General
de la OEA, realizada en Qui- tarde habíamos estado mandando invitaciones como locos,
to, Ecuador, en junio de para el almuerzo que sostendría Insulza en la residencia.
2004. Asumió la dirección de Porque el temor de él (Yunge) era que no llegara gente a las
la OEA el 15 de septiembre cosas que hacía. Entonces, insistía e insistía, ‘vuelva a en-
de 2004, y renunció un mes
después, luego de ser im- viar invitaciones… envíeselas por fax… llámelos por telé-
putado por la Fiscalía Ge- fono… y esto y lo otro’ (…). Entonces, yo ya había enviado
neral de su país, por enri- un montón (de invitaciones) y eran las dos y media de la
quecimiento ilícito, cohecho tarde, y don Roberto me dice: ‘Oye Xinia, no te vayas,
y corrupción agravada.
¡celebremos que el Yunge se va!’. Entonces, fuimos y nos
164
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

sentamos en la cocina, Rocío, él y yo. Cuando yo llegué, porque Yunge me había


puesto a enviar otras invitaciones, Rocío y don Roberto estaban ‘copeteándose’.
Entonces, cuando llegué, me senté, y en eso llega Yunge y dice: ‘Ah, están cele-
brando’, y don Roberto dice: ‘Estamos tomándonos un traguito’ (…). Don Rober-
to dice: ‘Conste que a mí no me vio el Embajador. Yo no me estaba tomando
nada’. Entonces, el embajador me dice: ‘¿Me puede enviar estas dos invitacio-
nes?’. Y le dije: ‘Sí, con mucho gusto don Guillermo, yo se las mando, yo se las
envío’. Como a la hora llamó (por teléfono) y me dice: ‘Xinia’, yo le digo: ‘Sí,
señor’. Y me dice: ‘Le habla el embajador». ’ntonces con una risa, como de dolor,
me dice: ‘Bueno…, lo que queda del embajador. ¿Puedo darle una orden?’. Yo le
digo: ‘Pues claro que sí’. Y me dice: ‘Mándeme estas otras dos invitaciones’.
Entonces, yo apunté los nombres y cuando terminé, Roberto Nieto arrugó el pa-
pel y me dice: ‘No la mande ‘na’, y la echó a la basura», rememora Vargas.
Esta misma actitud displicente, de desobediencia y rebeldía se fue concretando
en otros menesteres, en otras órdenes impartidas por el embajador. Por ejemplo,
en lo que se refiere al resguardo exclusivo del estacionamiento, justo en el frontis
de la embajada, tarea solicitada por el embajador Yunge a los tres guardias
asignados para custodiar la seguridad en la legación. Se dice que los policías, y
especialmente Orlando Jiménez, estaban molestos con los diplomáticos chilenos,
porque constantemente les botaban «las burras» con que protegían los campos de
estacionamiento; porque los trataban mal y les gritaban, entre otros tantos hechos
que fueron fraguando hipótesis absurdas e inadmisibles, que intentaron explicar
el origen de las muertes.
A continuación, revisamos las conjeturas y presunciones que atribuyen las auto-
ridades costarricenses y chilenas, para justificar el accionar de Orlando Jiménez.

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El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) fue el encargado de recopilar in situ


una serie de hechos que, supuestamente, pudieron explicar la génesis de los tres
crímenes cometidos por Jiménez. Estos quedaron plasmados en un informe de 45
páginas que, ciertamente, revela una serie de situaciones
dispares que no fueron valoradas en su justa medida, cali- 139 «Gobierno de Chile opina
ficadas, ni cuantificadas por quienes tuvieron a cargo la que informe costarricense
investigación. no explica nada», diario La
El entonces ministro del Interior chileno, José Miguel Nación , San José, Costa
Rica, 21 de septiembre de
Insulza, después de acceder a ese informe, declaró a los 2004. Disponible en: <http:/
medios de prensa, «que alguien trate de decir que ahora se / w w w. n a c i o n . c o m / l n _ e e /
explican las cosas, es un poco absurdo»139. 2004/septiembre/21/ultima-
sr4.html>. Consultado el 14
Insulza (…) afirmó a la prensa (…) que las revelaciones del febrero de 2005.
140
OIJ reviven el dolor y es una situación «bastante molesta, a «Fiscal cree que ‘hay algo
oculto’ en tragedia de Cos-
lo mejor subjetiva, como si alguien quisiera echarle la cul-
ta Rica», Emol.com, Santia-
pa a alguna de las víctimas por lo que pasó. Me produce go, Chile, 22 de septiembre
tristeza hablar de este asunto, la verdad es que el informe de 2004. Disponible en:
no explica nada» (Emol.com)140. <http://www.emol.com/noti-
cias/nacional/detalle/
Sumado a esto, estaban la declaraciones de la canciller detallenoticias.asp?-
Alvear quien dijo que: «el incidente le parece inexplicable: idnoticia=159173>. Consulta-
do el 10 febrero de 2005.
‘este funcionario policial hace cinco años que estaba a car-

165
7HUURUHQODHPEDMDGD

go, era amigo de todos quienes estaban ahí, era una persona conocida que era
recibida con aprecio, con mucho cariño’. Es inexplicable, dijo, que una persona
que estaba a cargo de la custodia de la embajada para evitar problemas de segu-
ridad, tome una decisión de esta envergadura»141.
¡Era muy poco lo que se podía hacer! Toda la investigación estaba en manos
de la Fiscalía Nacional costarricense. Chile no quiso aportar con sus peritos y
solo estaba a la espera de ese resultado, más aún, que la Cancillería chilena no
estaba dispuesta a compartir ni divulgar, lo que sus personeros pudieron recabar
estando en San José. Y decimos que era muy poco lo que se podía hacer, porque
bastó sopesar la disposición indolente, apática y poco crítica, de parte de la fiscal
titular a cargo de la investigación, la abogada Andrea Murillo.
Andrea Murillo (…) anunció ayer (01 de agosto de 2004) que recomendará el
sobreseimiento definitivo del caso. En términos judiciales, el crimen se en-
cuentra totalmente aclarado, ya que según Murillo, se ha establecido que el
autor de los delitos actuó solo, sin cómplices y que hasta ahora el único
móvil que se ha logrado establecer es la venganza. El policía tico José Orlando
Jiménez habría asesinado por la molestia que le causó que lo intentaran
trasladar de la representación diplomática (diario La Cuarta)142.

La explicación más común que circuló para tratar de entender los homicidios
fue que Jiménez había sufrido de súbito, un proceso de enajenación mental, y si a
eso le sumamos el móvil de la venganza que alude Murillo, se explicarían los
hechos. Pero, ¿venganza de qué?
Uno entiende la enfermedad, un accidente, pero cuando
una persona asesina a alguien sin tener ni una sola razón,
141
«Cancillería chilena coor- la sensación de impotencia y perplejidad es mucho mayor
dina repatriación de vícti- (José Miguel Insulza)143.
mas en Costa Rica», xinhua-
net.com, 29 de juli o de Cuando se le consultó al especialista del Departamen-
2004. Disponible en: <http://
to de Psicología del Ministerio de Seguridad Pública de
www.spanish.xinhuanet.com/
spanish/2004-07/29/ Costa Rica, Sergio Rechnitzer, sobre la reacción que tuvo
content_13463.htm>. Consul- Jiménez, el médico dejó ver lo incomprensible del he-
tado el 10 agosto de 2004. cho.
142
«Dura crítica a Yunge en
funeral de chilenos asesina- En este caso no se tienen informes que permitan estable-
dos en Costa Rica», diario cer un patrón estructural que constituya un factor de ries-
La Cuarta, 2 de agosto de
go (…). Esta es una situación sorpresiva para todos los
2004, Santiago, Chile. Dis-
ponible en: <http://www.la- que lo conocían, para su familia y para nosotros, porque
cuarta.cl/diario/2004/08/02/ no hay posibilidad de asociar el hecho con factores
02.02.4a.CRO.FUNERAL.html>. predisponentes». Según el especialista, en ningún caso
Consultado el 17 octubre de
las pruebas psicológicas llegan a conclusiones definitivas,
2004.
143
Rubio, Lorena y Alam, pues existen componentes impredecibles y circunstanciales.
Marcela, op. cit. Cuando hay una carga de tensión, esos componentes
144
«Un hombre con una circunstanciales se pueden convertir en lo que los psicólo-
mente sana», diario La Na-
gos llaman factores precipitantes o disparadores. Eso pa-
ción, 29 de julio de 2004,
San José, Costa Rica, Dis- reciera ser lo que le ocurrió a Jiménez, donde los hechos
ponible en: <http://www.na- resultan despropor-cionados con el factor precipitante (tras-
cion.com/ln_ee/2004/julio/ lado de puesto) (diario La Nación de Costa Rica)144.
29/pais1.html#119466>. Con-
sultado el 14 febrero de Surge otra incógnita. ¿Cuál es el grado de supuesta
2005. locura que sufrió Jiménez, tomando en consideración

166
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sus movimientos y la capacidad de discernir sobre quienes iban dirigidos los


disparos?
El informe ayuda a establecer un hecho central: el policía no entró con su M-
16 a disparar contra cualquiera que se atravesara en su camino. «Él sabía de
antemano contra quiénes abriría fuego», dice un alto diplomático que leyó el
informe (diario La Tercera)145

Este hombre no estaba loco, estaba completamente cuerdo y muy lúcido. Mi


sensación es que él hizo algo que preconcibió minutos antes, o días antes, no
estoy seguro, lo hizo con mucha eficacia. Ese hombre podía haber matado a
Xinia, podría haber matado a Jeannette, podría haber matado a otras perso-
nas, incluso a algunas que encañonó y las hizo a un lado, y no les hizo nada.
Él fue directo a lo que quería hacer (Jorge Sariego)146

Entonces, el informe elaborado por el OIJ, efectivamente, saca a relucir una


serie de hechos que pudieron atribuirse a factores predisponentes y que permitie-
ron inferir que Jiménez, en su desequilibrio mental y psicológico, eligió a sus
víctimas en función a una serie de rencillas. Sin embargo, esta investigación
logró establecer que de todos los hechos que compendia el informe, algunos se
dieron; en cambio, otros fueron acomodados al puzzle para tratar de explicar y
justificar las muertes. Hemos detectado falsos testimonios que imposibilitaron la
búsqueda de la verdad. En las siguientes páginas hacemos un detallado análisis
de lo recabado.

/DFDUWDDQXQFLDQGRHOWUDVODGRGH-LPpQH]

Hemos revisado en el primer capítulo, cómo se da la entrega de la carta


anunciando el traslado de Jiménez a otra repartición. Incluso, según el chofer del
embajador, Edgar Mata, al conversar con el guardia, este le habría manifestado
su ira contra Roberto Nieto y Christian Yuseff.
El informe del OIJ refleja esta situación, a través de los distintos testimonios.
No obstante, cuando decimos que esas pruebas no fueron ponderadas, no fueron
calificadas ni cuantificadas, nos referimos a que algunas versiones de los hechos,
no se confrontaron con las de los demás funcionarios.
En el tema de la carta, el informe del OIJ solo reproduce la versión de Eliécer
León, Guillermo Yunge y César Gómez. Como hemos revisado a lo largo de estas
páginas, Yunge y Gómez tenían evidentes diferencias y disputas con la persona
del primer secretario, Roberto Nieto. Por lo mismo, sus declaraciones debieron
ser ponderadas bajo ese prisma. Sin ir más lejos, ambos mencionan en su declara-
ción a Xinia Vargas como testigo del tema de la carta, sin embargo, el OIJ nunca
solicitó a la mujer su versión de los hechos. Por lo mismo, recurrimos
telefónicamente a la ex secretaria de Yuseff y procedimos a leerle las declaracio-
nes que el embajador y su asistente habían hecho respecto al tema:

PERIODISTA: Esta es la explicación que da Yunge al OIJ: «Hay una


145
versión que indica que Nieto llamó a la guardia de San Pedro, Rubio, Lorena y Alam,
Marcela, op. cit.
habló con el jefe de la unidad policial de San Pedro y le manifiesta 146
Declaración hecha por
que los guardias no están cumpliendo bien con sus funciones, y Jorge Sariego para este es-
que si los guardias estaban insatisfechos con su trabajo en la crito.

167
7HUURUHQODHPEDMDGD

embajada, podían pedir su traslado, pero directamente del señor Nieto, yo no tuve informa-
ción de la problemática…
XINIA VARGAS: ¡Cuando todo lo sabía!
PERIODISTA: Pero, el informe sigue: «la persona que me comentó lo anterior es la señora Xinia,
la secretaria del consulado».
XINIA VARGAS: ¡Eeeeh!, ¡qué bárbaro! Eso es mentira, yo no hablé nada de eso.
PERIODISTA: Después dice: «Christian era cónsul (...) yo tenía gran amistad con ellos, excelen-
tes relaciones personales y nunca nadie me presentó una queja formal o informal, en el
plano laboral o personal. Lo mismo es totalmente aplicable al caso de Rocío Sariego». Es
decir, según esto, se llevaba espectacular con todos.
XINIA VARGAS: Eso es mentira.
PERIODISTA: Entonces, ¿tú nunca le dijiste…?
XINIA VARGAS: Nunca. Él nunca me preguntó nada de eso.
PERIODISTA: Perfecto. Déjame llegar al testimonio de César Gómez…
XINIA VARGAS: Ahora, cómo le iba a decir eso a él, si nunca estaba en la oficina. Y cuando más
le interesaba todo este lío, fue cuando pasó todo, para que yo no hablara en el sumario que
le estaban haciendo.
PERIODISTA: ¡Escucha! En el testimonio de César Gómez… ¿Tú leíste el informe del OIJ?
XINIA VARGAS: No, no. Yo no he leído nada.
PERIODISTA: El informe del OIJ sigue: «Se le pregunta si él (Gómez) estuvo presente cuando
don Roberto llamó al jefe de la policía de San Pedro para pedir el cambio de los guardas y
responde: «Sí, me encontraba presente. La llamada se hizo a eso de las 09:00, 09:30 horas
de la mañana, junto con doña Xinia. Don Roberto llamó desde su oficina y escuché que el
empezó a quejarse del servicio. Decía que era pésimo, sobre todo que estaba cansado de las
malas caras que le hacían los guardas. Que le arreglaran la situación o prefería quedarse sin
servicio». Eso fue lo que, supuestamente, dijo Roberto Nieto y que lo cuenta César Gómez.
XINIA VARGAS: ¡Mentira!
PERIODISTA: ¿Eso es falso?
XINIA VARGAS: Sí.
PERIODISTA: Tú estabas ahí. ¿Escuchaste eso o no?
XINIA VARGAS: Yo le pasé la llamada.
PERIODISTA: ¿A Roberto Nieto?
XINIA VARGAS: Sí. Yo le hice la llamada a él, pero él hablo con Eliécer León. Le dijo (Nieto) que por
qué no hablaba con ellos para ver si se podía mejorar, porque la verdad es que ellos estaban
como que no les importaba el trabajo. No daban el servicio como tenía que ser y entonces, que
hablara con ellos para ver si, o mejoraban, o si no querían estar ahí, que los trasladaran.
PERIODISTA: ¿Eso fue lo que le dijo Roberto Nieto a Eliécer León?
XINIA VARGAS: Exactamente. Que si no querían estar ahí, que si no querían dar el servicio,
entonces que lo dijeran, para que los trasladaran a otra sede.

Si nos fijamos más detenidamente en lo que relatan Yunge y Gómez, es coinci-


dente en el sentido de que Nieto recomendó el traslado de los guardias, si es que
estos no estaban satisfechos con su trabajo en la embajada. En ningún caso Nieto
exigió la salida de los policías.
Por otra parte, está el testimonio que dio el comandante Eliécer León, donde
cae en evidentes contradicciones. En enero de 2005 solicitamos una entrevista con
él y esto fue lo que acotó:

PERIODISTA: Ese día en la mañana a usted lo llama un funcionario de la embajada y le solicita


el cambio de los guardias.

168
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

ELIÉCER LEÓN: El cambio se iba a dar definitivamente, solicitado por ellos mismos.
PERIODISTA: Me podría relatar un poco cómo se hace ese llamado, quién es la persona y en el
tono que le hace la solicitud.
ELIÉCER LEÓN: Yo recibo una llamada del señor Nieto, donde me solicita que, por favor, le
remueva a los tres efectivos del lugar, que en las próximas horas me está haciendo llegar
una nota por escrito.
PERIODISTA: ¿Y cuál era el argumento de esa solicitud?
ELIÉCER LEÓN: Únicamente eso fue lo que me pronunció, luego se tomó la decisión de comuni-
carle a los superiores, se tomó la decisión de trasladar a los compañeros dentro del mismo
sector y comunicarles.
PERIODISTA: Pero, me imagino que había alguna razón por la que ellos estaban pidiendo el
cambio.
ELIECER LEÓN: Bueno, esa nota nunca me llegó con las razones, con las razones de por qué
solicitaban el cambio, y de hecho, si estaban ahí era porque ellos lo habían pedido también.

León plantea desconocer las razones que motivaron a Nieto a remover a los
guardias y es coincidente con la versión de otras autoridades.
«El señor Nieto solicitó que Jiménez fuera trasladado a otra posición y eso es
algo que consideramos normal. Él no adujo en ese momento alguna falta,
sino, solo que le parecía conveniente un cambio», según explicó el ministro
de Seguridad, Rogelio Ramos (diario La Nación de Chile)147.

Roberto Nieto se quejó del servicio policial sin dar una razón en especial y a
raíz de esa queja telefónica se dispone del traslado de Jiménez y de todo el
equipo policial asignado (Mauricio Boraschi)148.

Sin embargo, en el informe del OIJ, el comandante


Eliécer León aparece dando razones del cambio: «…reci- 147
«La hora más dramática
bí una llamada de don Roberto Nieto, manifestándome de Soledad Alvear en la Can-
que, por favor, le cambiara los oficiales de la embajada, cillería», diario La Nación ,
que en horas de la tarde me haría llegar una nota forma- 29 de julio de 2004, Santia-
go, Chile. Disponible en:
lizando la solicitud de cambio de los oficiales. Él me dijo < h t t p : / / w w w. l a n a c i o n . c l /
que la razón era la mala atención al público, porque se p4_lanacion/site/edic/
retiraban hasta el puesto de Mideplan a hablar largas con- 2004_07_29_1/home/ho-
versaciones con los guardias privados de las oficinas de me.html>. Consultado el 28
diciembre de 2004.
Mega Súper y con los cuida carros, descuidando de esa 148
«Siento que hay algo oculto
forma el puesto»149. en las muertes ocurridas en
Nada de esto es coincidente con lo declarado por Xinia la embajada», diario Las Últi-
Vargas, ni por Rogelio Ramos, ni por Mauricio Boraschi. mas Noticias, Santiago, Chile,
21 de septiembre de 2004.
Incluso, ni siquiera es coincidente con lo argumentado por Disponible en: <http://
César Gómez: «…escuché que él empezó a quejarse del w w w. l u n . c o m / e d i c i o -
servicio, decía que era pésimo, sobre todo estaba cansado nes_anteriores/detalle/
de las malas caras que le hacían los guardias»150. En ningu- noticia.asp?idnoticia=C3825-
09385378588&dia=21-
na parte, el asistente del embajador alude a lo argumenta- &mes=9&anno=2004>. Consul-
do por León en su declaración. tado el 21 septiembre de 2004.
Además, aunque a Jiménez lo removieran, tampoco 149
Declaración hecha por
implicaba que eso fuera motivo para matar gente. Recor- Eliécer León al OIJ, Informe
OIJ, pág. 37.
demos que Orlando Jiménez no era primera vez que lo asig- 150
Declaración hecha por
naban a otro punto de vigilancia. Antes había estado en César Gómez al OIJ, Informe
otras embajadas, en otras residencias diplomáticas desig- OIJ, pág. 27.

169
7HUURUHQODHPEDMDGD

nadas por la comandancia. Jiménez sabía que, en cualquier momento, podía ser
trasladado a otro lugar.

0DORVWUDWRVDORVJXDUGLDV

Cuando se habló de malos tratos a los guardias, confluyen en ello distintas


razones, amoldadas para dar esa idea. Por ejemplo, se dijo que por órdenes de la
embajada y a petición de la comandancia, se les había dejado de entregar un
dinero extra que recibían a diario los guardias. Este monto ascendía a 600 colo-
nes, algo así como un dólar y medio, y era ocupado por Jiménez, Mata y Aguilar
para comprar café, azúcar o para el pasaje del autobús.
Cuando ese dinero se les entregó a otros guardias que, ocasionalmente, reem-
plazaban a los tres titulares, comenzaron a producirse los problemas entre ellos,
donde incluso se trataron de «ladrones». Así es como, a partir del 30 de junio de
2004, se les suspendió la entrega de ese monto. Al mismo tiempo, los tres guar-
dias comenzaron a bajar la calidad del servicio que brindaban a la legación:

PERIODISTA: Entiendo, comandante, que la decisión de retirar el dinero no fue de Roberto Nieto
ni de la embajada chilena, sino que fue orden de la comandancia.
ELIECER LEÓN: Sí, yo lo solicito y es algo muy legal que yo podía hacer, solicitarles que no les
dieran ese tipo de dádivas a mis compañeros.
PERIODISTA: Y ese dato, de que la decisión fue tomada por usted, ¿eso lo sabían los tres
guardias?
ELIECER LEÓN: Sí, claro que sí. Yo a ellos les dije, «voy a pedir que les quiten este suministro,
porque no puede ser».
PERIODISTA: Entonces, esa no podría ser una razón para que Jiménez…
ELIECER LEÓN: No, no, porque se hubiera dado desde el primer momento y ya eso (la suspensión
de la entrega del dinero) llevaba casi un mes, antes de la tragedia.

Existe otra declaración proporcionada por Jesús Abarca, que coincide con esta
versión de León, aunque con algunos matices importantes que lo diferencian. Re-
cordemos que Abarca llevaba más de 40 años trabajando en la embajada chilena:

PERIODISTA: ¿Qué opinión tenía usted del señor Jiménez?


JESÚS ABARCA: Él era una excelente persona (…). Él era el más educado, el más responsable,
el más cooperador con la embajada. Era el tipo más educado de los tres que teníamos ahí.
PERIODISTA: Don Jesús, anteayer (21 de julio de 2005) salió en el diario Al Día de su país, un
artículo donde titula: «Roces mutuos habrían desatado la triple matanza» y dan varios
antecedentes, y, en una parte, aparece una declaración suya que dice: «Jesús Abarca, otro
empleado, dijo que luego que le quitaron el dinero para café y azúcar bajaron la calidad, ya
no subían o bajaban la bandera…».
JESÚS ABARCA: Eso es verídico. Ellos bajaron mucho la calidad de sus funciones. Estaban
molestos, pero eso se lo provocaron ellos mismos, porque entre ellos mismos se quitaban
los sobres (…), eso llegó a oídos del comandante (…). Después, el comandante León pidió
que se suspendiera esa regalía, pero nosotros no teníamos responsabilidad. Eso era entre
ellos. Nosotros no nos dábamos cuenta de que ellos se peleaban en la comandancia y que
se trataban de «ladrones».
PERIODISTA: De Nieto, ¿usted sabe si se quejó de la mala atención al público que, supuesta-
mente, tenían los guardias?
JESÚS ABARCA: No, no, no. El mismo comandante fue, debido a esas mismas discusiones que

170
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

ellos tenían dentro de la comandancia, por los famosos 600 colones, que se trataban de
ladrones entre ellos. El mismo comandante pidió a la embajada que suspendiera esa rega-
lía. Se hizo, y como después no se les volvió a dar la plata, efectivamente, y así es, ellos
empezaron a bajar la calidad del servicio y no se preocupaban si salía (en el vehículo) don
Roberto Nieto, o salía don Christian Yuseff o si salía alguien de ahí…
PERIODISTA: Pero, ¿eso eran los tres guardias, Dagoberto Aguilar, Joaquín Mata y Orlando
Jiménez? ¿Los tres tomaron la misma actitud?
JESÚS ABARCA: Sí, sí, sí, los tres, los tres. Bajaron mucho la calidad del servicio.
PERIODISTA: ¿Y de qué fecha, más o menos? ¿De cuánto antes que ocurriera la tragedia?
JESÚS ABARCA: Eso fue, más o menos, a partir de los primeros días de julio fue que eso bajó,
porque incluso yo me acuerdo que don Roberto, un día me dijo: «Oye chico, vamos al banco»,
yo le dije: «¿Qué va a hacer al banco don Roberto?». «Voy a ir a sacar la plata de estos
niños», o sea, de los policías, y de hecho traía las bolsas con sencillo, porque se hacían
paquetes. Yo me acuerdo que le dije: «Si quiere yo voy al banco, en media hora voy yo».
«No», me dijo, «voy a ir yo solo» y al instante se devolvió y me dijo: «Sabes chico, estoy con
un problema, la comandancia no quiere que les demos la plata a estos ‘cristianos’, porque
se pelean, y me llamó León», así me dijo. Después dijo: «¡No!, voy a traerlas». Y don Roberto,
así como le digo, como era tan excelente persona, porque don Roberto Nieto era una
excelente persona, fue, sacó la plata y vino con la bolsa. Yo le ayudé a hacer los paquetes y
se les dio (a los guardias) el mes de junio (…). Yo siempre hacía los paquetes con don
Roberto Nieto y me sentaba en el escritorio con don Roberto y los hacíamos.
PERIODISTA: ¿Usted sabe si don Roberto se quejó alguna vez por el servicio que daban los
guardias?
JESÚS ABARCA: No, que yo sepa, no. No sé, si él lo hizo verbal o mandó algún oficio escrito, ahí
si que yo no tengo la menor idea…
PERIODISTA: Porque el informe del OIJ dice: «una llamada al señor León en que Nieto se queja
del servicio, decía que era pésimo, que estaba cansado de las malas caras que le hacían los
guardias y pedía que le arreglaran la situación o prefería quedarse sin servicio». Eso lo
cuenta César Gómez y que, supuestamente, le dijo Nieto a León.
JESÚS ABARCA: ¡Ah, no sé yo! Yo, en realidad no sé, porque entre don Roberto y yo había mucha
confianza, pero no, eso no.
PERIODISTA: Pero, ¿usted cree que don Roberto Nieto pudo pensar eso de ellos?
JESÚS ABARCA: No sé. Es que ya le digo, que sí, ellos bajaron (su servicio) y todo, pero que don
Roberto Nieto le haya mandado algún oficio, que lo haya hecho verbalmente con el coman-
dante León, no tengo la menor idea.
PERIODISTA: ¿Y por qué piensa que Roberto Nieto pidió el cambio de los guardias?
JESÚS ABARCA: ¡Es que yo no entiendo! No fue Nieto el que lo pidió…
PERIODISTA: ¿Quién fue?
JESÚS ABARCA: El comandante, lo hizo directamente. De hecho cuando a Jiménez le llegó la
carta de despido, vino la patrulla directamente.
PERIODISTA: ¿Y en esto no tiene nada que ver Roberto Nieto?
JESÚS ABARCA: Mire, yo entiendo que todo eso fue interno en la comandancia.
PERIODISTA: ¿Y por qué Eliécer León dijo, públicamente, que la orden había sido de Nieto en la
mañana?
JESÚS ABARCA: Si él lo dice, entonces fue la orden de la embajada.
PERIODISTA: Es que todo esto es raro.
JESÚS ABARCA: Ya le digo, entre don Roberto y yo, aparte de que él era mi jefe, el director
administrativo de la embajada y todo, éramos muy buenos amigos, incluso, venía para mi
casa. Pero él no, que yo sepa, fue una decisión de la comandancia.
PERIODISTA: ¿Cómo veía usted la relación que tenía Nieto con los policías?

171
7HUURUHQODHPEDMDGD

JESÚS ABARCA: Yo la encontraba buena, le estoy diciendo. Para mí, don Roberto, con ellos,
tenía muy buena relación. Era una persona muy humana don Roberto. Además, le digo, el
cambio lo hizo la comandancia, que si lo hizo a petición de la embajada, no sé.
PERIODISTA: Y a usted ¿don Roberto nunca le comentó que se quejara de los guardias?
JESÚS ABARCA: No.

Importante es considerar una entrevista al guardia, Dagoberto Aguilar, publi-


cada el 30 de julio de 2004 por el diario Al Día de San José.
Dagoberto Aguilar, uno de los tres guardias civiles que custodiaban normal-
mente la embajada de Chile en barrio Dent, negó ayer roces con funcionarios
de esa legación o que hubiesen desatendido la vigilancia. Negó, también, que
estuviesen molestos ante el retiro de un dinero que les daban diariamente en
la sede diplomática para sus necesidades básicas. El día de la tragedia, Aguilar
le entregó el puesto a José Orlando Jiménez a eso de las 8 a.m.
–¿Por qué la embajada quería removerlos?
–No sé. Voy donde me manden.
–El trabajo de una embajada ¿es tenso?
–Demasiado. No se sabe cuando alguien puede pasar disparando.
–Dicen en la embajada que abandonaban el puesto…
–En ningún momento. La embajada era como nuestra casa.
–¿Notó algo extraño cuando le entregó el puesto al oficial Jiménez?
–Nada, estuvimos hablando, vacilando.
–¿Estaban molestos porque la embajada les había quitado el dinero que les
daba diariamente?
–Si lo quitan, que lo quiten. Siempre cumplo con mi labor que son 12 horas.
-¿En algún momento recibieron algún maltrato por parte de funcionarios de la
embajada?
–No.
-¿Tuvo alguna discusión con las personas de la embajada?
–Con ninguno tuve problemas.
-¿Cuándo le dieron la carta de traslado?
–El martes en la tarde.
-¿Qué hacían con el subsidio de la embajada?
–En mi caso, pagaba el autobús, compraba café y cigarros. Eran como 600
colones. Creo que Orlando Jiménez también lo usaba para autobuses151.

Entonces, si la carta de traslado de los tres guardias no había sido una exigen-
cia de Nieto, sino solo una recomendación en caso de que ellos estuvieran
disconformes con su trabajo (todos los testigos y sus testimonios coinciden en lo
mismo, salvo la versión de León en el informe del OIJ); y si los 600 colones
habían sido retirados a petición del comandante, y los tres policías estaban al
tanto de esa situación, ¿Qué pudo haber detonado la ira de Jiménez?
Se argumentó que pudieron ser los problemas suscita-
151
«Estuvimos hablando y dos en el parqueo (estacionamiento) de los vehículos, en
vacilando…», diario Al Día, los territorios de la embajada.
30 de julio de 2004, San
José, Costa Rica. Disponible
en: <http://www.aldia.co.cr/ /DVGLVSXWDVSRUHOSDUTXHRGHYHKtFXORV\RWURV
ad_ee/2004/julio/30/
nacionales1.html>. Consulta- Los mayores antecedentes de esta problemática están in-
do el 4 agosto de 2004.
sertos en el informe del OIJ. Son, precisamente, los compañe-

172
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

ros de Jiménez quienes hacen mención de este tema. La situación es verídica y se dio.
Además constan antecedentes en una bitácora que los guardias llevaban del día a día.
Dagoberto Aguilar dice en sus dichos al OIJ que: «Una vez tuve un altercado
con Christian (Yuseff), porque el me dijo: ‘Solo con usted he tenido problemas’,
porque él me pedía que cuidara los campos para parquear los carros, al frente de
la embajada, en la calle. Como eso no era mi función, yo no lo hacía, por lo que
me reclamó. Esto pudo ocurrir unos 22 días atrás. Yo supe que Orlando había
tenido problemas con don Roberto por «las burras» (barreras móviles para cuidar
estacionamientos), ya que él le había pasado por encima con el carro a las mis-
mas. Esto me lo contó el cuida carros»152.
De estas palabras se desprenden asuntos triviales y cotidianos, situaciones nor-
males, que se pueden dar en un ambiente de trabajo, donde escasamente adquieren
algún tipo de fuerza, como para justificar lo que sucedió el día 27 de julio.
Al seguir revisando los demás testimonios, nos encontramos con los dichos de
Joaquín Mata, quien aporta mayores antecedentes:
…el embajador me ordenó que no dejara parquear dentro del parqueo de la
embajada a nadie, que solo él podía parquear, pero Rocío, en esos días,
parqueó su carro en dicho lugar, por lo que le indiqué la orden del embajador,
a lo que ella respondió gritando: ‘Usted no es nadie, que me lo diga el
embajador a mí, porque usted no es nada para decirme algo a mí’ (…). Don
Orlando tuvo un problema parecido a este con Rocío, por lo que Rocío le
gritó: ‘Ahora ni piense que su hija va a trabajar aquí’. Esto pasó hace dos
meses, entonces él (Jiménez) muy dolido me contó eso (…). Una vez pasó que
yo puse las burras y él (Roberto Nieto) me las botó con el vehículo y les
pasaba por encima, luego uno las tenía que recoger. Orlando me contó que
ese mismo problema lo había tenido él en varias ocasiones con don Roberto,
por lo que le aconsejé que no pusiera más las burras, que cuando un vehículo
particular se parqueara en ese lugar, era mejor cruzar la calle y decirle al
chofer que esos campos eran exclusivos de la embajada. Pero él continuaba
poniendo las burras y me seguía dando las quejas de que don Roberto las
botaba y que las iba a arrugar y que nos iban a responsabilizar a nosotros. Yo
le dije a don Orlando que mejor anotáramos todas esas anomalías en el libro
de novedades (…) ya que ellos, cuando les indicábamos algo, como la orden
del embajador, nos ignoraban o nos gritaban como Rocío lo hacía. De hecho,
hace unos días, antes de esta tragedia, yo le solicité a don Roberto, que se
encontraba en la entrada de la embajada viendo el gran aguacero que estaba
cayendo, que nos regalara un paraguas, ya que nosotros, los guardias, tenía-
mos que salir a dar información a la gente, cruzar la calle para quitar los
carros que se parqueaban en los campos que, según ellos, son para los
empleados de la embajada, a lo que él me gritó de mala manera: ‘que se
mojen todos’. Yo no entendí esa actitud, si lo que yo quería era dar un mejor
servicio. También, días anteriores, yo le había informado (a Roberto Nieto)
que la pintura blanca que se pone en la calle para indicar que los campos
eran de la embajada, ya no eran visibles, y él me informó que lo iban a volver
a pintar, pero nunca lo pintaron. Don Orlando también me dijo que él le había
pedido a don Roberto que pintaran la calle. Los que nos
gritaban en la embajada eran Rocío y don Roberto. Christian 152
Declaración hecha por
era una persona que no se quedaba a hablar con nosotros,
Dagoberto Aguilar al OIJ,
pero siempre saludaba y pedía las cosas por favor. Rocío Informe OIJ, pág. 10.

173
7HUURUHQODHPEDMDGD

era constante en que nos gritara, ya que ella estudiaba en una Universidad y
en todo momento permitía que sus compañeros de estudio parquearan sus
vehículos en el parqueo del embajador y cuando uno le llamaba la atención a
sus compañeros, siguiendo las órdenes del embajador, ella salía y nos grita-
ba: ‘que los carros se quedaban ahí, que le dijera al embajador que hablara
con ella’. Por lo que esperábamos a que llegara el embajador y tratábamos de
hablar con él, pero siempre nos decía que estaba ocupado, que habláramos
con Roberto. Cuando se le decía a don Roberto y se le indicaba que había una
orden del embajador de no parquear vehículos en el parqueo de la embajada,
él nos decía: ‘que parqueen, que parqueen, que esto no es de nadie’, desobe-
deciendo las órdenes del embajador (Joaquín Mata)153.

Al desmenuzar por partes, los relevantes datos que aporta Mata, se despren-
den varias cosas importantes. Cuando Rocío Sariego y Roberto Nieto desobede-
cen las instrucciones que los guardias les daban, de no parquear en los campos de
la embajada, se produce en desacato a la autoridad del embajador, en desmedro
del poder que ostentaba Yunge, y no porque ambos tuvieran problemas persona-
les con los guardias. Por el contrario, si bien se pudieron dar situaciones de exce-
so, en el trato que Rocío y Roberto tuvieron con ellos, estas se generaron en
situaciones específicas y no eran hechos que se generalizaran con los tres policías.
Por lo demás, Jiménez, Aguilar y Mata nunca estuvieron juntos en un mismo
turno. Otro tema que despierta interés, son las propasadas atribuciones que Rocío
Sariego tuvo en distintos casos y que, evidentemente, se pudieron dar por el grado
de confianza que existió con Roberto Nieto. Es importante enfatizar que existen
partes del relato que hace Mata, que no concuerdan con los tiempos, ni con el tipo
de trato que la joven Sariego tenía con Jiménez. Por ejemplo, él dice que Rocío le
habría gritado a Jiménez: «Ahora ni piense que su hija va a trabajar aquí. Esto
pasó hace dos meses». La verdad, es que no se condice con los más de cuatro
meses que Andrea Jiménez llevaba trabajando en una empresa distribuidora de
software computacionales. No tenía necesidad de buscar trabajo. Además existen
los testimonios recogidos por esta investigación donde, claramente, no se relacio-
na con el tipo de persona que era Rocío Sariego.
No escuché nunca a Rocío gritarle a ningún guarda. Y conste que yo salí
varias veces con Rocío y don Roberto juntos, los tres salimos en varias ocasio-
nes y nos montábamos al auto y listos, nada. Con el servicio de la embajada,
con la atención, con los policías para mí (la relación) era excelente. Como le
dije ayer, don Roberto hacía una parrillada y siempre estaba su plato con
carne para los dos «nicas» que lavan autos y cuidan autos en la embajada.
Estaba el pedazo de carne para el policía, siempre se le daba el pedazo de
carne con su ensalada, con su papa, con su Coca Cola (Jesús Abarca)154.

Con los guardas, en algunos momentos, se propasó con


153 gestos y palabras, pero yo nunca supe que a Jiménez le
Declaración hecha por
Joaquín Mata al OIJ, Infor- dijera lo que dicen que le dijo (Rocío) (Xinia Vargas)155.
me OIJ, págs. 11-12.
154
Declaración hecha por Yo tengo certeza de que (Jiménez) no era maltratado. Era
Jesús Abarca para este li-
una persona que entraba a la embajada, que participó, por
bro.
155
Declaración hecha por ejemplo, en la construcción de los volantines, en las naves
Xinia Vargas para este li- con que celebraron el centenario de Neruda en el Teatro
bro. Nacional, en la cual se le da alimento. Yo soy testigo como

174
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

mi hija le preparaba una cosita y le llevaba a veces. Entonces, esa es una


explicación, a mi juicio, ingenua (Jorge Sariego)156.

Dicen que mi hermana le gritó: ‘Olvídese que su hija va a trabajar acá en la


embajada’. Mi hermana no era así. Esa declaración lo hace una persona bestia,
una persona mala. Mi hermana no era así. Decir pesadeces, de vez en cuando,
sí, pero no de ese calibre. ¡Se supone que todo el mundo la quería!, entonces,
una persona querida no podía haber hecho una cosa así (Gonzalo Sariego)157.

También se dan situaciones que, específicamente, Joaquín Mata relata como una
vivencia personal donde, por ejemplo, «yo le solicité a don Roberto, que se encontra-
ba en la entrada de la embajada viendo el gran aguacero que estaba cayendo, que
nos regalara un paraguas (…) a lo que él me gritó de mala manera: ‘que se mojen
todos’». Desafortunadamente, en las publicaciones de los medios de prensa, se extrapola
ese hecho como vivenciado por Jiménez, cuando nada de eso hubo. Al revisar el
expediente, notamos que en los enseres personales del policía, que fueron rescatados
durante la inspección ocular por peritos del OIJ, se encuentra un «paraguas en buen
estado». Por lo tanto, ¿qué quejas podía tener Jiménez sobre este asunto?
Hay que tener presente también, que las declaraciones emitidas por Joaquín
Mata pueden tener un cierto sesgo, que inclinan sus apreciaciones a lo que él
valoró como una realidad, cuando, a lo mejor, tiene más de diferencias persona-
les con Rocío Sariego y Roberto Nieto.

PERIODISTA: ¿Cuál era tu opinión de los otros guardias, compañeros de Jiménez?


XINIA VARGAS: Bueno, es que había uno «el Cartago», por ejemplo, ese siempre fue un grosero.
PERIODISTA: ¿Cuál? ¿Dagoberto Aguilar o Joaquín Mata?
XINIA VARGAS: El Aguilar, porque Mata… el problema con Mata, también comenzó cuando don
Roberto le había dado permiso para que él llamara por teléfono de la oficina. Que cuando lo
ocupara, entrara y pidiera el teléfono. Don Roberto le había autorizado eso. Pues resulta
que le dieron quejas (a Nieto), específicamente, de don Bernal, el conserje, de que Mata
entraba y ya ni pedía permiso para coger el teléfono, y llamaba a la novia de él. La llamaba
a San Carlos, aquí en Costa Rica. Entonces, al llamar allá, se pegaba al celular de ella, a
través del teléfono de la embajada, y entonces lo acusó.
PERIODISTA: ¿Quién lo acusó?
XINIA VARGAS: Don Bernal. Entonces, don Roberto dijo: «No más con el teléfono». Entonces, se
fueron dando ahí, una serie de cosas.

El único tema «complicado», en el que se vio inmiscuido Jiménez, y que cons-


ta con pruebas, dice relación con las quejas que él dejó por escrito, en la bitácora
del día a día. Efectivamente, el primer secretario le había botado las burras en
reiteradas ocasiones. Pero también queda claro que esa actitud se da en denuesto
por las órdenes que Yunge había dado a todos en la embajada.
Yo le ordené hace unos tres (años) a los guardias, que
ningún otro vehículo, salvo el mío, se estacionara en el 156
Declaración hecha por Jor-
parqueo de la embajada. Es una orden que se la di al ge Sariego para este escrito.
157
Declaración hecha por
secretario anterior, antes de la llegada de Nieto (…); yo
Gonzalo Sariego para este
siempre estuve reiterando esta instrucción, algunas veces, libro.
a los guardas, no recuerdo a cuál, otras a los cuidadores de 158
Declaración hecha por
autos, y también a distintos funcionarios de la embajada Guillermo Yunge Bustamante
al OIJ, Informe OIJ, pág. 14.
(Guillermo Yunge)158.

175
7HUURUHQODHPEDMDGD

::: Orlando Jiménez siempre viajó con su paraguas para hacer frente al clima tropical en
Costa Rica. La compra de un paraguas, por parte de Roberto Nieto, y demandado por
Joaquín Mata, no tiene cabida en esta supuesta «acumulación de tensiones».

176
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Otro hecho confuso en el que participó Jiménez, fue lo relatado al OIJ por
Leonardo Banda: «Hay una situación que sucedió el día anterior, como a las
12:30 horas. Vengo entrando a la embajada con Cecilia Montero, nosotros venía-
mos bastante apurados, Jiménez se me acerca y me dice que quiere conversar
conmigo. Yo me detengo y lo escucho. Él me dice de que había hablado con
Roberto Nieto, buscando solución al tema del estacionamiento. Él le propuso que
pintáramos los estacionamientos con pintura blanca, y que don Roberto lo había
tratado mal y que casi no lo había escuchado, a lo cual yo le dije que iba a
conversar con Roberto. Roberto Nieto era muy ejecutivo, muy franco, muy direc-
to. A mi juicio, él trataba bien a las personas».
Nuevamente nos encontramos con un hecho cotidiano, propio de un ambiente
laboral con sus dificultades, pero en ningún caso con indicios de sobrecarga emo-
cional en la persona de Jiménez, ni situaciones estresantes o de abuso sobre su
persona.
Orlando Jiménez era un hombre que dialogaba a diario con su mujer y con sus
hijos. Una muestra de aquello, es que estaban al tanto del tema de las burras, pero
nunca Jiménez le asignó una importancia más allá de lo anecdótico.
Entonces, ¿cuál fue el gran detonante, el factor precipitante que derivó en la
tragedia? Porque no venga alguien a decir que una persona mata a una, y a otra,
y a otra más, simple y sencillamente, porque le botaban las burras o porque le
contestaban de mala manera.

/DVRWUDVMXVWLILFDFLRQHV

Sumado a lo anterior, y para dar mayor fuerza a la hipótesis que dice que
Jiménez había acumulado rabia y frustración, se fueron agregando otros temas
que hemos tratado antes.
Se dijo que Roberto Nieto no le había querido dar trabajo a la hija de Jiménez;
que Rocío le había enrostrado la imposibilidad de que ella pudiera trabajar en la
embajada; se dijo que Andrea Jiménez había tenido un affaire con Roberto Nieto,
con un embarazo y aborto de por medio. Como hemos visto, nada de eso se dio en
la realidad. Sin embargo, las sospechas nuevamente recaen sobre la persona del
ex embajador Guillermo Yunge, más cuando trata de involucrar a la hija de
Orlando Jiménez.
Al revisar las declaraciones hechas por el jefe de misión al OIJ, el día 3 de
agosto de 2004, relata que: «No tengo conocimiento de que don Roberto Nieto le
dijera al señor Jiménez que trajera a su hija para una entrevista laboral. No tengo
conocimiento de que se le realizara una entrevista laboral a la señorita».159
Transcurrido un año de esa declaración, sospechosamente, Yunge cambió la
versión y reconoció en una entrevista otorgada al Diario Siete, que Nieto le había
hablado de Andrea Jiménez y que, además, el embajador le había sugerido no
contratarla, porque «no llenaba con el perfil laboral que buscábamos».
Cabe preguntar, ¿qué interés pudo tener Yunge para cambiar la versión de los
hechos, si se supone que nada tuvo que ver con los desencadenantes de la tragedia?
¿Cuál es la versión que no corresponde, la otorgada al OIJ o la emitida al Diario
Siete? Si la versión al OIJ es falsa, entonces pudo entorpecer la investigación que se
llevó a cabo en Costa Rica. Si la versión del Diario Siete es
la falsa, ¿no habrá querido con ello dar validez al rumor 159 Declaración hecha por
que el mismo levantó, al contarle al ministro Ramos que Guillermo Yunge al OIJ, In-
Nieto había embarazado a la hija de Jiménez? forme OIJ, pág. 15.

177
7HUURUHQODHPEDMDGD

178
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

::: Páginas 14 y 15 del Informe del OIJ, con parte de la declaración emitida por el ex embajador
Guillermo Yunge. Aquí dice desconocer que Nieto se haya entrevistado con Andrea Jiménez, la
hija del victimario.
179
7HUURUHQODHPEDMDGD

::: Este artículo fue publicado por el Diario Siete, el jueves 28 de julio de 2005. Aquí, Yunge
reconoce que Nieto le había comentado sobre el interés de Andrea Jiménez por trabajar en la
embajada. En el recuadro, se lee: «Roberto nieto me comentó del interés en el trabajo de la
hija del guardia. Respondí que ella no llenaba el perfil laboral que buscábamos».

Finalmente, dentro de los posibles detonantes que fueron surgiendo, a modo de


justificar el accionar del policía y las consiguientes muertes, se sacó a relucir una
declaración que aparece en el informe del OIJ y que habría relatado Eliécer León.
Fíjese que decimos «habría», porque si bien él aparece como dando esa declara-
ción, en una entrevista otorgada para este escrito lo negó.
Debo agregar que he recibido una información de un señor José Rojas, (es el
presidente de un grupo de taxistas, también trabajó con nosotros y creo
tiene un programa en radio Columbia), quien indica que después de los
hechos, una mujer que trabaja en la embajada y que estuvo secuestrada,
observó cuando Orlando Jiménez intentó dialogar con el señor Nieto en tres
ocasiones el día de los hechos, pero Nieto no lo recibió. En la tercera opor-
tunidad, el señor Nieto apuntó a Orlando con un arma de fuego, posiblemente
una 38 (calibre). Ella observa cuando Orlando sale y regresa con el arma y le
dispara a Nieto. Entonces ella llama al embajador y le comunica la situación.
El embajador le respondió que tomaran esa arma y la metieran a la caja
fuerte y que no comentaran el asunto con nadie (Eliécer León)160.

Teniendo en cuenta esa declaración, en enero de 2005, lo abordamos para pre-


cisar sus dichos, en una entrevista que también contó con la presencia del oficial
Luis Hernández y el director general de la Fuerza Pública, Walter Navarro:

PERIODISTA: Hay un relato que hace usted (…). Es una declaración


160
Declaración hecha por que usted hace en el informe, donde se habla de que el señor Nieto
Eliécer León al OIJ, Informe
OIJ, pág 38.
habría apuntado a Jiménez con un arma de fuego.
ELIÉCER LEÓN: Es una información que yo nunca he dado, caballero,
180
,QYHVWLJDFLyQGHFDPSR

ni he hecho ningún informe sobre eso. De recibir información se la di a la comisión investi-


gadora, únicamente.

Si León nunca dijo eso, ¿por qué aparece como declarado por él? Estamos
frente a un informe oficial, preparado por un organismo dependiente del Poder
Judicial costarricense y, según León, nunca dio esa información. Por lo pronto, el
tema se investigó y no hubo sustento ni veracidad para ese relato. Fue un invento
de alguien que logró, en su momento, confundir a muchos.
Hemos revisado, uno a uno, todos los posibles detonantes que pudieron llevar
a Jiménez a cometer los crímenes y que fueron difundidos por la prensa.

MAURICIO BORASCHI: Son hechos que no se niegan. Él (Orlando Jiménez) tuvo discusiones con
Roberto Nieto, pero lo que yo quiero que me entienda, es que son discusiones que ni siquiera
se elevaron de tono. Problemas, yo diría, insignificantes ante un desenlace tan fatal. O sea, hay
factores aislados, problemillas, pero como los cotidianos de cualquier trabajo.
PERIODISTA: Entonces, ¿por qué en el informe que difundió la prensa, se argumenta que existen
tres hechos que detonaron las acciones de Jiménez, como la carta, las rencillas…?
MAURICIO BORASCHI: Esas son conclusiones de los periódicos, y perdone que se lo diga, pero
usted sabe como se maneja eso. A estos, le dan la interpretación que ellos quieren. A nivel
de prueba, el informe como tal, no se arrima a esas tres conclusiones. Sí, son hechos que se
mencionan y que mencionan los testigos. La existencia de esas discusiones, la existencia de
la molestia de él (Jiménez) por el traslado, etc.; pero, por sí solos, esos hechos, aún juntos,
yo no creo que hagan llevar a una persona a semejante grado de salvajismo.

Si Jiménez no tuvo detonantes como los antes descritos, ni factores que lo


predispusieran a matar gente, incluso teniendo la capacidad de discriminar a
quiénes disparaba, debiéramos suponer que realmente el policía sufrió lo que
algunos llaman «Demencia o Locura Temporal», pero, de ser así, no se condice
con la lucidez que tuvo para seleccionar a sus víctimas.
«La explicación, a mí, me deja más perplejo todavía», sostuvo Insulza, quien
agregó que «porque alguien pretende que haya una explicación en que el
señor mató a tres personas, porque no le habían dado pega a la hija y porque
se había peleado por los estacionamientos, y que alguien trate de decir que
ahora se explican las cosas, es un poco absurdo». Añadió que los anteceden-
tes aportados por dicho informe «lejos de explicar deja todo inexplicado,
sobre todo si se suponía que estaba tan bien evaluado y era tan buen poli-
cía» (diario La Nación de Chile)161.

/DVYDULDEOHVTXHTXHGDQ\ODIXHU]D
GHQXHVWUDKLSyWHVLV 161
«Gobierno ‘perplejo’ con
versión sobre tragedia de
Como hemos revisado hasta ahora, con un acabado detalle San José», diario La Nación,
de distintos hechos, de situaciones dispares, de escenarios 21 de septiembre de 2004,
que despiertan razonables sospechas en el actuar de ciertos Santiago, Chile. Disponible
en: <http://www.lanacion.cl/
personajes, nos permite dudar de los argumentos que se p4_lanacion/site/edic/
han esgrimido y que intentan explicar lo absurdo e ilógico 2004_09_21_1/home/
del accionar de Orlando Jiménez. home.html>. Consultado el
Ninguno de los argumentos que se conocen, pública- 28 febrero de 2005.

181
7HUURUHQODHPEDMDGD

mente, a través de los distintos medios de comunicación, permiten explicar a


cabalidad, por qué se origina la tragedia. Por lo mismo, ha sido más fácil decir
que fue un acto de locura, de demencia temporal, que la mente humana tiene
comportamientos inexplicables, y que en este caso, simplemente, hubo una acu-
mulación de tensiones que llevaron al policía a explotar de esta manera.
Pero ¿qué sucede si tal conjetura es la correcta? ¿Qué pasa si, efectivamente,
Orlando Jiménez tuvo un desvarío mental que lo llevó a perpetrar los asesinatos?
¿Qué situación o qué hecho detonó su bestialidad? Para responder a estas
interrogantes, nos abocaremos a buscar respuestas en algunos tratados de psi-
quiatría y psicología, a revisar lo que dicen algunos especialistas y, principal-
mente, a indagar en un método pionero denominado «Autopsia psicológica». Este
fue aplicado en Jiménez por el médico y psicólogo forense Carlos Saborío Valverde,
y por el médico psiquiatra Nino Castro Carboni, en cumplimiento de una orden
emanada por la fiscalía de Costa Rica, para hallar como última instancia, una
explicación certera de lo que pudo llevar al policía a cometer los crímenes.

A la luz de los resultados de esta diligencia judicial y de las conclusiones que


de ella emanan, nos permitiremos explorar una variable de orden esotérica, que
dada la presencia, a lo largo de todo este escrito, de elementos que se encasillan
en este contexto, consideramos válido y pertinente abordar.
Muchos especialistas y estudiosos del comportamiento de la mente humana
serán renuentes a aceptar esta alternativa, por considerarla que es «poco científi-
ca». Sin embargo, nuestra línea de investigación diseñó una hipótesis que de no
ser considerada, sería un error, porque si alguien la descarta a priori, deberá
probar que es incorrecta. Ahora bien, si alguien logra demostrar que es falso, la
ciencia indudablemente habrá dado un paso importante. Descartar es uno de los
métodos que debe considerar cualquier hecho empírico y el periodismo no se
escapa a ello.

182
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REVHUYDFLyQHVRWpULFD
5D]RQDPLHQWRSUHYLR

¿Qué grado de locura o demencia pudo tener Orlando Jiménez,


al momento de perpetrar los alevosos crímenes en la embajada?
¿Por qué se dice que sufrió un «desvarío temporal» producto de
tensiones acumuladas en el tiempo? ¿Qué tipo de enfermedad
mental se acerca a los parámetros de comportamiento mostrados
por el guardia costarricense? Si hacemos una retrospección de lo
expuesto hasta ahora, podemos percatarnos que las primeras dos
preguntas tienen respuesta, en alguna medida, por los detalles
que hemos sacado a relucir a lo largo de toda esta lectura.
¿Se puede hablar de locura o demencia, cuando Jiménez tuvo
la capacidad de discernir quiénes eran sus víctimas? Recorde-
mos que este hombre puriscaleño tuvo al frente no solo a Nieto,
Yuseff y Sariego, también se encontró con Xinia Vargas, César
Gómez, Cecilia Montero, Jeannette Aguilar, Jeannette Viquez y
Leonardo Banda; sin embargo, a ninguno de ellos atacó. Inclu-
so, el policía fue capaz de preguntar a estas mismas personas,
por el paradero de Christian Yuseff, la tercera de sus víctimas
que buscó incesantemente.
Si Jiménez sufrió un «desvarío temporal» producto de ten-
siones acumuladas, ¿qué tipo de apremios detonaron su irracio-
nal agresividad? Esta investigación ha logrado precisar con se-
rios y responsables argumentos, que el victimario nunca experi-
mentó los grados de incitación, hostigamiento y presión que se
dice, explican su comportamiento. Al contrario, y sumado a lo
anterior, hemos descubierto una manipulación y distorsión de
cierta información que han confundido no solo a la opinión
pública, sino también a los fiscales, a las distintas autoridades
y familiares de las víctimas.
Si queremos hallar una explicación científica debemos escu-
driñar en las enfermedades de origen mental y en los fenómenos
psíquicos clasificados en distintos manuales de psicología y psi-
quiatría. Por supuesto, no nos compete dar respuestas únicas y
absolutas sobre el tema, pero sí discurrir en el conocimiento
existente. Tampoco pretendemos alargar estas páginas con es-
pecificaciones técnicas propias del área médica, y sumergir al
lector en una modorra de letanía insoportable; aunque sí hare-
mos mención y citas a estudios científicos que aportan luces.
Por lo pronto, y con la finalidad de contextualizar este nue-
vo capítulo, revisaremos las «teorías» que intentan explicar la
reacción de Orlando Jiménez, emitidas por distintos personajes
en Costa Rica y Chile.
183
7HUURUHQODHPEDMDGD

7HRUtDVTXHFLUFXODURQ

Al día siguiente de ocurrida la masacre diplomática, todo el mundo intentó dar


una explicación de los hechos. Las principales autoridades políticas de ambos
países se aventuraron a dar diagnósticos.
El presidente Ricardo Lagos dijo que «Costa Rica es un país tranquilo, es un
país sereno, y lo que ha ocurrido solo se explica a través del desvarío de una
persona que pierde sus facultades mentales». Claro está, la información que reci-
bió el Primer Mandatario hablaba de un hombre conocido por todos en la lega-
ción, de una persona serena, respetuosa y pacífica. Dado estos antecedentes, no
fue difícil presumir que tal proceder se originara de un desvarío. Incluso, Abel
Pacheco, Jefe de Estado de Costa Rica, en su condición de psiquiatra aseguró que
el policía padeció una «locura involutiva de tipo paranoico».
No obstante, lo incomprensible de todo esto se da por los exámenes a los que
fue sometido Jiménez y en los que nunca se detectó alguna anomalía. El ministro
de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, fue quien entregó antecedentes del victi-
mario: «…era miembro de la Fuerza Pública desde 1997 y desde entonces fue
sometido, al menos, a tres pruebas psicológicas que no mostraron conductas vio-
lentas»162. Sin ir más lejos, en una inocente polémica surgida en los días posterio-
res, donde se supo que el permiso para portar armas de Jiménez estaba vencido
desde hacía más de seis meses, «el comandante Eliécer León explicó que no era
necesario someterlo a un nuevo examen psicológico para
163
162
«Ministro costarricense tal efecto» . El Canciller costarricense, Roberto Tovar,
defiende actuación en em- también se cuadró con los informes que emitieron sus pa-
bajada chilena», El Nuevo res. El ministro dijo que el guardia «era un bachiller con
Heraldo.com, 28 de julio de
estudios y es parte del estatuto policial donde debe some-
2004. Disponible en: <http://
www.elnuevoheraldo.com/ terse a exámenes, pruebas psicológicas, físicas, etcétera.
stiri.php?id=250327>. Consul- Durante siete años no había tenido señales de desvarío, ni
tado el 10 febrero de 2005. actitudes negativas de ninguna especie»164, aseguró.
163
«Oficial pidió a Nieto que
Salvo el aventurado diagnóstico emitido por el Presi-
lo escuchara», diario La
Nación, San José, Costa dente Pacheco; ministros y autoridades policiales coinci-
Rica, 20 de septiembre de den en que Jiménez pasó por estrictos controles que hacían
2004. Disponible en: <http:/ imposible detectar rasgos de personalidad que pusieran en
/ w w w. n a c i o n . c o m / l n _ e e /
peligro a las personas. ¡Aunque no todos estaban de acuer-
2004/septiembre / 20/pais-
12.html>. Consultado el 21 do!
septiembre de 2004. Según una nota de prensa publicada por el diario La
164
«Canciller costarricense Nación de Costa Rica, del periodista Carlos Arguedas: «Para
confirma que repatriación se
especialistas en psicología, el comportamiento del guardia
efectuaría mañana», diario
electrónico El Mostrador, San- civil corresponde al de una persona con un cuadro psicótico
tiago, Chile, 28 de julio de que ha permanecido enfermo durante mucho tiempo, pero
2004. Disponible en <http:// que nadie lo detectó»165, dice la nota.
www.elmostrador.cl/modulos/
En Chile indagamos al respecto y, para nuestra sorpre-
noticias/constructor/deta-
lle_noticia.asp?id_noticia=1>. sa, los dictámenes eran similares. El teniente coronel Edwin
165
«Un buen policía que pro- Peña, jefe del Grupo de Operaciones Policiales Especiales
vocó una tragedia», diario de Carabineros (GOPE) fue entrevistado por el diario La
La Nación, San José, Costa
Nación, y según él, «el caso es muy especial y muy com-
Rica, 1 de agosto de 2004.
Disponible en <http://www.- plejo dado que la persona, me da la impresión, estaba so-
nacion.com/ln_ee/2004/agos- metida a algún tipo de presión o puede que haya tenido
to/ 01/ pais18.html>. Consul- algún problema psicológico-psiquiátrico del tipo sociopático
tado el 14 febrero de 2005.
o psicopático, y que son problemas muy difíciles de tratar
184
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

y que, generalmente, el desenlace va a ser negativo, tanto para las víctimas como
para los secuestradores»166.
Más aventurado, aún, fue el dictamen que dio a conocer la nota publicada por
el periodista Hernán García Martínez-Conde, en el diario El Sur, donde refirién-
dose a Orlando Jiménez, dijo que «se desconoce si la familia sabía de alguna
paranoia que afectara al agente, aunque no cabe duda que Jiménez cayó en un
abismo de evidente índole traumática, locura temporal y un comportamiento que
raya en la esquizofrenia, un trastorno fundamental de la personalidad y distor-
sión del pensamiento. Sin embargo, los especialistas aseguran que la violencia no
es un síntoma de la esquizofrenia y no es común entre las personas que sufren de
este trastorno. Aunque, si ocurre un episodio de violencia o agresión, general-
mente, es debido a que la persona esquizofrénica se siente acorralada o no alcan-
za a comprender las intenciones de los demás. Las alucinaciones, los delirios, las
preocupaciones o pensamientos revueltos son lo que, por lo general, causan los
miedos y confusiones que culminan en hechos de sangre»167.
Hubo demasiados juicios y conjeturas que se emitieron aventuradamente.
Quiérase o no, todos esos comentarios con importante grado de informalidad e
insensatez argumental, también confundieron a los familiares y conocidos de las
cuatro personas fallecidas, a las autoridades y a la opinión pública… pero, ¿por
qué todos quienes lo conocieron dicen que Jiménez era un hombre normal, una
excelente persona, sin historial médico que diera luces de problemas psicológicos
o psiquiátricos? Esta investigación da cuenta de aquello.
Durante nuestra estadía en Costa Rica, en enero de 2005, dimos con el parade-
ro del psicólogo chileno, Armando Campos Santelices, asentado en ese país hace
largos años. El fatídico 27 de julio estuvo presente en los alrededores de la emba-
jada, intentando cooperar. Nos recibió en su hogar, en una improvisada oficina-
habitación que tiene habilitada para sus quehaceres profesionales.
Campos es director del Instituto de Psicología del Deporte (INPSIDE) en San
José. Al profesional, le pedimos que hiciera un análisis del comportamiento mos-
trado ese día por el guardia Jiménez, considerando los antecedentes y los comen-
tarios que circulaban al respecto:
Yo pienso que, inevitablemente, cuando uno se refiere a esto con responsabi-
lidad, tiene que dejar establecido que uno está obligado a especular en
cierta medida. No se puede uno atribuir una certeza completa en relación a
un hecho de tanta complejidad como ésta. Yo tengo una
interpretación al respecto, que se las voy a dar, pero es 166 «El resultado de los res-
una interpretación sujeta a análisis y cierta discusión. Este cates es generalmente ne-
policía, don Orlando Jiménez, había logrado a sus 54 años, gativo», diario La Nación ,
y después de algunos años de servicio en la embajada, una Santiago, Chile, 29 de julio
de 2004. Disponible en:
identidad con la legación. Era parte de su realización per- < h t t p : / / w w w. l a n a c i o n . c l /
sonal. De alguna manera, quizás, un poco tardíamente, es- p 4 _ l a n a c i o n / s i t e / e d i c /
taba empezando a seguir el camino de sus propios hijos, 2 0 0 4 _ 0 7 _ 2 9 _ 1 / h o m e /
que eran personas que estaban teniendo éxito en la vida. home.html>. Consultado el
28 febrero de 2005.
Entiendo que uno de sus hijos es ingeniero especialista en 167 «Un día de furia», diario
informática. Es decir, personas que de algún modo lo supe- El Sur, Concepción, Chile, 6
raron en su propio nivel educativo, en su propio nivel eco- de agosto de 2004. Disponi-
nómico. Él (Jiménez) de alguna manera, logró conseguir un ble en: <http://www.elsur.cl/
edicion_hoy/secciones/ver_-
cierto estatus personal siendo el policía de una embajada, rep.php?id=1582&dia=1091764800>.
donde tenía una aceptación de parte del personal, donde Consultado el 2 marzo 2005.

185
7HUURUHQODHPEDMDGD

él había depositado su vida cotidiana, su propia realización. Con respecto a


los problemas de relación laboral que él pudo haber tenido con funcionarios
de la embajada, de lo cual se ha informado mucho posteriormente, yo real-
mente lo desconozco. Sin embargo, asumiendo que esos problemas, realmen-
te se hayan presentado, me parece más que evidente, que es imposible
intentar explicar una reacción de esta naturaleza, a partir, simplemente, de
problemas laborales. Yo creo que lo que a él le sucedió fue algo mucho más
intenso que solo se puede explicar desde el caso individual. No se pueden
establecer reglas generales (Armando Campos)168.

Por esa misma línea de cautela donde nada es claro, donde nada es absoluto,
se orienta la versión entregada por el ministro Rogelio Ramos:

PERIODISTA: ¿Por qué cree usted que se dio esto?


ROGELIO RAMOS: Mire, este tema ha sido objeto aquí, como seguro también lo ha sido en Chile,
de enorme discusión. Yo, personalmente, tuve reuniones con psiquiatras, con psicólogos,
para tratar de buscar una razón por la cual una circunstancia de esta naturaleza se puede
presentar. Esto cae en el terreno de lo desconocido. O sea, los mismos profesionales en este
asunto me dan hipótesis de cómo una persona, que es seguida a lo largo de mucho tiempo,
con un comportamiento normal, que es una persona relativamente mayor, con experiencia,
con una familia estable, de un lugar semi rural de Costa Rica, puede llegar a cometer un acto
de esta índole. Es desde el punto de vista científico algo que tendrán que definir ellos, las
circunstancias mentales que esta persona tuvo para tomar una decisión de esta naturaleza.
PERIODISTA: Se ha hablado bastante de problemas internos que, de alguna u otra manera,
habrían afectado al entorno. ¿Qué antecedentes tiene usted de eso?
ROGELIO RAMOS: Sí. Bueno, aquí la policía judicial encargada de las investigaciones hizo un
pormenorizado estudio, un informe alrededor de este hecho, y ahí definió algunos asun-
tos. Cualquiera de las circunstancias, obviamente, en las cuales pueda haber un diferendo,
jamás ameritaron el resultado que lamentablemente se dio. O sea, no hay una sola
circunstancia verdadera o en la que, ya te digo, pudieran de alguna u otra manera
justificar un comportamiento de esa naturaleza. En segundo lugar, nos han mencionado la
posibilidad de que Jiménez tuvo algunos roces que, me parece, son completamente
normales por asuntos que yo consideraría de poca importancia. Quizás, ahí el sistema
exhibió debilidades en cuanto a la necesidad de una supervisión mayor y de un contacto
mejor con los representantes diplomáticos, que pudieran atenuar (tensiones) en algunas
personas, para que no se juntaran pequeñas cosas que luego pudieran detonar en este
cataclismo que vino ese día.

El fiscal adjunto, Mauricio Boraschi, que reemplazó en varios períodos a la


titular, Andrea Murillo –encargada de pesquisar y valorar todos los elementos
reunidos en el expediente del caso–, tuvo siempre una actitud más abierta para
tratar estos temas. No podemos decir lo mismo de la fiscal Murillo, que nunca
respondió a nuestras consultas, que nunca contestó nuestros cuestionarios, y don-
de nuestros llamados telefónicos fueron derivados al departamento de relaciones
públicas del Poder Judicial costarricense.
Boraschi es un joven y diligente abogado que nunca
168
rehuyó las preguntas que formulamos. A ratos proyecta
Declaración hecha por
Armando Campos para este
niveles de confianza que permiten entablar largas conver-
escrito. saciones:

186
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

PERIODISTA: ¿Cuáles son las motivaciones que usted ve en Jiménez para cometer los tres
crímenes?
MAURICIO BORASCHI: Yo, sinceramente, lo que arroja la investigación y lo que pude ver perso-
nalmente el día de los hechos, todavía no encuentro una motivación y el crimen como tal es
exageradamente brutal. No encuentro de lo que arroja la prueba, efectivamente, algo que
pueda determinar con certeza, cuál era la motivación que tenía el policía Jiménez. Era una
persona que tenía una muy buena relación con los funcionarios de la embajada. Era recípro-
co. Había un respeto recíproco, tanto de él hacia los señores de la embajada de Chile, como
de los funcionarios de la embajada de Chile hacia él. Es algo de lo que yo todavía no llego a
determinar ni creo que vaya a poder determinar, sin embargo, igual la responsabilidad de la
Fiscalía General ha sido agotar esta investigación hasta los últimos puntos que se puedan,
hasta las últimas consecuencias. Precisamente, en ese proceso es que estamos.
PERIODISTA: Acá se habla de malos tratos, de que hubo problemas por el parqueo, de que la hija
de Jiménez quería trabajar en la embajada, del traslado de Jiménez a otro lugar. ¿Usted
cree que eso justifica lo que hizo?
MAURICIO BORASCHI: ¡Jamás! Ninguna de las cosas que se han mencionado como periféricas,
motivantes o desencadenantes del hecho, justifican, siquiera, tratar verbalmente de mala
manera a uno de los funcionarios de la embajada de Chile…
PERIODISTA: Entonces, ¿qué hay?
MAURICIO BORASCHI: … hubo situaciones, es algo que no vamos a poder determinar. Considero
yo, no tiene explicación. Las motivaciones internas, la psiquis de este señor, realmente, no
sabemos y no vamos a poder determinar humanamente qué fue lo que pasó con él, qué lo
motivó a hacer tal cosa. Si era un hombre, inclusive, de una conducta ejemplar, un oficial de
muchos años de servicio, con un récord absolutamente (impecable), un padre de familia
responsable, con una familia muy linda y una familia muy unida. Por supuesto, al igual que para
todos nosotros, ha sido un golpe terrible. Por ningún lado asoma qué pudo haber determinado
a este señor a tomar esta terrible decisión de cometer esta serie de homicidios.
PERIODISTA: ¿Podemos hablar de una locura, de una demencia como se hablaba, problemas de
personalidad?
MAURICIO BORASCHI: Que pueda haber estado probado hasta ese momento, ¡nunca! O sea, un
comportamiento como le digo ejemplar, y de eso son testigos, más que nosotros, los mismos
funcionarios de la embajada de Chile. ¡Nunca hubo algún problema con este señor! Me imagino,
y así lo arroja la prueba, que en algún momento pudieron haber tenido una discusión, algún
intercambio de criterios, pero nada que haya ameritado que se alzara la voz o algo por el estilo.
PERIODISTA: Hay una publicación de un diario en Chile donde usted dice: «Siento que hay algo
oculto en las muertes ocurridas en la embajada». ¿Usted efectivamente siente eso?
MAURICIO BORASCHI: Lo oculto existe para mí (…) después de no poder determinar qué puede
haber llevado a una persona como Orlando Jiménez a cometer semejante crimen. ¡Eso es lo
oculto! Creo que, humanamente, no voy a poder descifrar este caso. (…). Lo único oculto
que tengo yo, es la motivación de don Orlando para llegar a hacer lo que hizo. Porque
insisto, era una persona de la cual nadie, nadie, nadie esperó siquiera una falta de respeto
para con los funcionarios de la embajada.
PERIODISTA: A siete meses de ocurrido los hechos, ¿qué reflexión hace de lo que sucedió?
MAURICIO BORASCHI: La única reflexión que llego a concluir, después de esta investigación, es
que realmente la psiquis y la mente humana sigue siendo un gran misterio porque, insisto,
no puedo comprender cómo una persona llega a esas instancias y toma una decisión como
la que tomó Orlando Jiménez. Por lo menos, lo que hemos podido averiguar, arroja que
Jiménez era una persona normal, con una buena vida, con trabajo, con una familia, con un
trabajo en el que estaba muy a gusto y que no tenía necesidad de tener un conflicto, aunque
fuera verbal, con las personas que veía todos los días y con las que trabajaba.

187
7HUURUHQODHPEDMDGD

PERIODISTA: ¿Usted siente que eligió a las víctimas?


MAURICIO BORASCHI: ¡Mire!, difícil de responder, pero ante la certeza de los disparos, yo creo
que efectivamente sabía a dónde entraba y a dónde iba y a quién iba a encontrar.

—4XpGLFHODSVLFRORJtD\ODSVLTXLDWUtD"

El Manual de Psicología Jurídica, del ex profesor en psiquiatría de la Universidad


de Barcelona Emilio Mira y López169, cuenta que la psicología clásica, como
ciencia, es meramente filosófica; en cambio, la psicología moderna es absoluta y
exclusivamente biológica. En consecuencia, esta última, al igual que otras cien-
cias, se basa en la observación y la experimentación utilizando dos métodos lógi-
cos fundamentales: el análisis y la síntesis. Después de comparar los resultados
parciales obtenidos, mediante el cálculo de correlación. Dicho esto, para investi-
gar los fenómenos psíquicos se debe observar el conjunto de eventos que forman,
subjetivamente, parte de nuestra experiencia interna y que se manifiestan, objeti-
vamente, en las acciones que acomete cada persona.
En el caso de Orlando Jiménez, se dice que hubo factores del medio ambiente
que lo rodearon y que incidieron en su conducta. Hemos revisado cada uno de
esos hechos que se arguyen, sin embargo, han sido descartados en la medida que
podemos asegurar que nada de eso se dio. Sí, hubo situaciones menores y diferen-
cias en lo laboral que se encasillan dentro de lo cotidiano, pero que nunca revis-
tieron una acumulación de estrés o detonantes que enceguecieran la racionalidad
y el discernimiento del guardia.
Salvo que, efectivamente, Jiménez haya adolecido de una enfermedad o padeci-
miento mental innegable, de otra manera no se entiende que, en un abrir y cerrar de
ojos, se transformara en una bestia humana, sin sentimientos, sin valores, sin hu-
manidad y absolutamente desquiciada. Por otro lado, si actuó con los cinco senti-
dos, con total juicio de sus actos, con reflexión y lucidez mental, cabe preguntar
¿Por qué pudo Jiménez matar a tres personas y luego suicidarse sin mediar una
justificación, una causa aparente? Si actuó con discernimiento y teniendo presente
que no reúne antecedentes clínicos ni médicos que avalen problemas de personali-
dad, mentales o de conducta, no viene al caso tratar de entender alguna patología,
sino, más bien, dirigir nuestra atención a un eventual manejo involuntario de sus
actos, bajo la influencia de algún estimulante, droga, alucinógeno o bajo los efec-
tos de una hipnosis… más allá de eso, entramos al terreno de lo inexplicable y lo
desconocido. Por ahora, veamos las herramientas que nos ofrece la psicología.
Emilio Mira y López dice, de un modo general, que en la psicología moder-
na hay nueve grandes directrices metodológicas. Nosotros veremos cinco. La
primera es el conductismo, donde un estímulo determina-
169
Emilio Mira y López es do genera respuestas diferentes en el sujeto. Vale decir,
considerado a nivel interna-
cional como la figura más
dada una respuesta determinada se puede conocer el estí-
destacada en el ámbito de mulo que la engendró. Otra metodología es la denomina-
la psiquiatría, la psicología da personalogía, es decir, el estudio de la unidad humana
y la psicotecnia hispano- considerándola en sus relaciones con el medio natural y
americana del siglo XX.
170
Mira y López, Emilio, Ma-
social en que vive. Aquí, «ya no es posible enjuiciar nin-
nual de Psicología Jurídica, gún acto humano sin conocer, no solo las circunstancias
sexta edición, Buenos Aires, externas que lo determinaron y el estado de quién lo eje-
El Ateneo Pedro García, 1980, cutó, sino –lo más importante– saber cuál es el tipo de
pág. 11.
personalidad del actor»170. Esto nos lleva a un importante
188
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

trámite judicial que el fiscal Mauricio Boraschi nos había adelantado: «Autop-
sia psicológica».
Contamos con el doctor Carlos Saborío, que es un especialista con estudios
de posgrado en el extranjero referente a esta materia, y, realmente, conside-
ro que esta es la primera vez que estamos utilizando esta técnica (en Costa
Rica). Quiero recalcar que la Fiscalía General de la República ha asumido la
responsabilidad y el compromiso en todo momento, de llevar esta investiga-
ción hasta las últimas consecuencias y, de cara a lo que pasó, hemos tratado
de hacerla con calma, de la mejor manera posible, para tener un producto
que podamos exponerle a las autoridades chilenas, a las familias, al mismo
país, que abarque la mayor cantidad de aspectos posibles. Yo espero que,
eventualmente, esta sea la última prueba (Mauricio Boraschi)171.

El Manual de Psicología Jurídica dice que «solamente siguiendo paso a paso


(merced a una cuidadosa biografía obtenida por información social científica) la
vida psíquica del sujeto, será posible llegar a trazar el esquema de su personalidad.
Sin este, toda tentativa de enjuiciamiento de su conducta resultará deficiente. Este
hecho fundamental, ignorado por tantos y tantos juristas (que creen, por ejemplo,
haberlo dicho todo cuando afirman que su procesado es un enfermo mental), condu-
ce a la posibilidad de predecir con ciertas garantías de acierto, el campo delictivo
en que con mayor facilidad puede penetrar un determinado sujeto»172.
En las páginas siguientes dedicaremos un punto especial para tratar los resul-
tados obtenidos por la «Autopsia psicológica» realizada a Orlando Jiménez.
Otra metodología que plantea Mira y López es la psicología genético evolu-
tiva, donde la herencia de genes puede transmitir a ciertas personas un cúmulo de
predisposiciones delictivas mucho mayor que a otros. Siguiendo ese criterio de-
biéramos suponer que, quizás, el guardia pudo heredar de parte de algún familiar
consanguíneo, algún gen que explique su inefable proceder. No obstante, las peri-
cias realizadas a la familia de Jiménez no entregan antecedentes que den sustento
a esa hipótesis. No existen referencias que hagan, siquiera, alusión a hechos de
violencia intrafamiliar.
La psicología neurorreflexológica entrega conceptos en base al estudio siste-
mático de los reflejos condicionados o condicionables. Este método explica las
reacciones que puede tener una persona, en la interacción de dos procesos funda-
mentales, en los diversos planos funcionales del sistema nervioso central: La exci-
tación y la inhibición. «Hoy sabemos que se precisa contar con el factor ‘tiempo’
y el factor ‘ritmo de estimulación’ para explicar muchas reacciones paradojales
que presentan no solo los sujetos patológicos, sino también los normales, y que
los convierten en seres imprevisibles y absurdos en más de una ocasión»173. Esta
teoría podría dar una explicación al despropósito de ese 27 de julio, cuando se
argumentó que Jiménez era constantemente maltratado por funcionarios chile-
nos. Este método explicaría que el tiempo y el ritmo de «denigraciones» a las que
habría estado sometido el guardia, pudieron originar la tragedia. Sin embargo,
nuevamente debemos negar esa posibilidad. Todos los testimonios recogidos por
este escrito confluyen en excelentes tratos con Jiménez y
viceversa. Aquellas personas que testimoniaron en el infor- 171 Declaración hecha por
me del OIJ y en la prensa, fundamentando el enojo de Mauricio Boraschi para este
Jiménez como respuesta a un maltrato, no fueron valoradas escrito.
172
Mira y López, Emilio, op.
en su justa medida, ni tampoco fueron sometidos a una cit., pág. 12.
evaluación de autenticidad. Por ejemplo, César Gómez 173 Ibidem, pág. 13.

189
7HUURUHQODHPEDMDGD

miente en varios pasajes con sus dichos; Joaquín Mata extrapola sus problemas
personales con Nieto y Sariego, como vivenciados por Jiménez; Roy Pérez tiene
evidentes signos de mitomanía en su relato otorgado al OIJ, donde creó situacio-
nes inexistentes, atribuyéndole a Jiménez locuacidad aparente y supuestos dispa-
ros percutados por este último en su contra. ¡Nada de eso fue verdad!
Hay que tener en cuenta que casi siempre se dirige todo el esfuerzo a tener
una visión exacta de la conducta del protagonista de la situación y se pasa
por alto la conducta de los demás personajes que intervienen en ella; equivo-
cación profunda, porque, desde el punto de vista psicológico, es igual la
importancia de aquella, que la de estos. Así, son muy pocos los juristas que
se detienen en analizar la personalidad de los testigos o testimonios, con la
misma minuciosidad que la del interesado (pleitante o acusado) y ello hace
que se parta, en la inmensa mayoría de las veces, de datos incompletos para
elaborar toda la acción o actuación profesional secundaria (Manual de Psico-
logía Jurídica)174.

Por último, está la psicología anormal, que explica que cualquier enfermedad,
de cualquier órgano del cuerpo humano, puede producir un mal funcionamiento
de la mente. Esta puede existir y persistir sin que sea posible denotar una lesión
visible en el sistema nervioso. Por lo tanto, «ha pasado a la historia los tiempos
en que las psicopatías podían ser explicadas bajo la denominación de ‘enfermeda-
des del cerebro’»175. Esto mismo permite trasladar la discusión a otro punto. Con-
siderando que cualquier órgano enfermo del cuerpo humano puede generar un
mal funcionamiento de la mente, entonces desaparece la clásica oposición entre
psiquiatras y jueces, donde al juzgar a un procesado, según estos últimos está
loco, y según los primeros no lo está, o viceversa.
Mira y López plantea que «la discusión tiene lugar casi siempre porque se
quiere aparejar la noción de ‘irresponsabilidad delictiva’ con la de ‘locura’, y la
responsabilidad con la salud mental. Con arreglo al moderno criterio científico,
estas dos nociones no pueden identificarse, porque es posible ser un enfermo men-
tal y ser responsable, y viceversa, es posible ser irresponsable de un delito come-
tido con los cinco sentidos (…). Esta confusión, está claro, desaparecerá cuando
desaparezca la palabra «locura», que no quiere decir nada y por ello se la hace
significar lo que cada cual quiere (…). Que la locura es una enfermedad, es tan
absurda como si dijese que el dolor de cabeza es una enfermedad (…). La locura
es un estado psíquico capaz de engendrarse por muy diferentes causas y en virtud
del cual, el individuo pierde el contacto con la denominada realidad ambiental o
fenomenología, perturbándose su capacidad discriminativa entre el mundo exter-
no y el interno, y originándose en consecuencia una conducta, interna o externa,
que puede ser lógica (si se tiene en cuenta que se basa en vivencias anormales),
pero que resulta inadecuada. Al individuo que solo pierde ese contacto en cuanto
se refiere a una determinada serie de estímulos, se ha dado en llamarle ‘loco
parcial o semi loco’, y al que solo lo pierde durante cierto tiempo, aún cuando sea
totalmente, se le denomina ‘loco temporal’. Estas denominaciones son arbitrarias
y groseras, pues existen infinitas gradaciones entre estos estados (…). La respon-
sabilidad ha de ser individualizada por el jurista, pero para ello se requiere que
posean las debidas nociones de psicología aplicada a su
174
Ibidem, pág. 26. actividad»176. De esta forma se podrían evitar sentencias
175
Ibidem, pág. 14. como las emitidas por la fiscal Andrea Murillo, cuando
176
Ibidem, pág. 15. aseveró el jueves 29 de julio, a menos de 48 horas de ocu-

190
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

rrida la tragedia, que la carta de traslado a Jiménez «fue la gota que rebasó el
vaso»177.
Dejamos claro, en el desarrollo de este punto, que todo lo expuesto aquí co-
rresponde a una visión subjetiva, donde solo aquellas personas con experiencias
clínicas, con conocimientos profesionales y criterios éticos, deberán hacer una
valoración más precisa. Solo pretendemos exponer y relacionar los conocimien-
tos existentes, en lo que a trastornos de personalidad se refieren, con lo experi-
mentado por Orlando Jiménez el martes 27 de julio de 2004.
La cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos men-
tales (DSM-IV), de la American Psychiatric Association, clasifica los trastornos
mentales proporcionando descripciones claras de las categorías diagnosticables.
De esta manera, los investigadores pueden determinar, estudiar e intercambiar
información y tratar los distintos trastornos mentales. El DSM-IV distingue diez
tipos de trastornos de personalidad reunidos en tres grupos:
1. Raros o excéntricos: este grupo de trastornos se caracteriza por un patrón
penetrante de cognición (por ej.: sospecha), expresión (por ej.: lenguaje extraño) y
relación con otros anormales (por ej.: aislamiento).
• Trastorno paranoide.
• Trastorno esquizoide.
• Trastorno esquizotípico.
2. Dramáticos, emotivos o inestables: se caracterizan por un patrón penetran-
te de violación de las normas sociales (por ej.: comportamiento criminal), com-
portamiento impulsivo, emotividad excesiva y grandiosidad. Presenta con fre-
cuencia actino-out (exteriorización de sus rasgos), llevando a rabietas, comporta-
miento autoabusivo y arranques de rabia:
• Trastorno antisocial.
• Trastorno límite.
• Trastorno histriónico.
• Trastorno narcisista.
3. Ansiosos o temerosos: este grupo se caracteriza por un patrón penetrante de
temores anormales, incluyendo relaciones sociales, separación y necesidad de
control:
• Trastorno evitativo.
• Trastorno dependiente.
• Trastorno obsesivo-compulsivo.
Antes de entrar a detallar estos patrones e intentar cuajarlos en la personali-
dad de Orlando Jiménez, debemos entender algunas ideas
generales de lo que son las teorías conductuales. Todos los 177 «Muertes instantáneas»,
documentos consultados, preferentemente, por Internet, diario Al Día, San José, Cos-
ta Rica, 30 de julio de 2004.
coinciden en reconocer que «la personalidad está marcada Disponible en: <http://www.a-
178
por el ambiente y lo que existe es la conducta» . Los con- ldia.co.cr/ad_ee/2004/julio/
ceptos planteados por Skinner, Bandura y Ellis nos permi- 30/nacionales0.html>. Con-
ten tener una base sobre la cual trabajar, en esta idea «loca» sultado el 1 septiembre de
2004.
de entender qué ocurrió en la embajada de Chile. 178
Hernández G., Pilar, «Teo-
Skinner dice que «la personalidad se expresa por la con- rías Conductuales y Feno-
ducta y la conducta depende del ambiente (…) Los trastor- menología», apsique.com .
nos psicológicos no existen, lo que existen son conductas Disponible en <http://www.-
apsique.com/tiki-inde-
trastornadas producto del medio»179. Bandura plantea que x.php?page=SeccionPers>. Con-
la conducta de un individuo «depende de la motivación del sultado el 18 julio de 2005.
sujeto (…) los trastornos son productos de deficiencias en el 179 Ibidem.

191
7HUURUHQODHPEDMDGD

aprendizaje»180. Por su parte, Ellis propone que «las variables cognitivas (del
conocimiento) van a ser determinantes en la emoción que produce la conducta.
Una persona racional va a tener control sobre sus emociones», es decir, «será
capaz de adaptarse a las circunstancias. Teoría del ABC: acontecimiento + creen-
cias = conducta. Las personas en general, siempre van a tener ideas irracionales,
pero tienen la capacidad de alejarlas»181.
Hasta aquí, estas teorías mantienen la misma hipótesis que surgió en un co-
mienzo, cuando se dijo que Orlando Jiménez se vio sobrepasado por distintos
factores externos, de su medio ambiente, que le ocasionaron un desequilibrio
emocional. ¿Qué hechos lo pudieron afectar? Se indicó que había sido la carta
anunciando su traslado a otro punto de vigilancia; después se dijo que había
recibido malos tratos de parte de algunos funcionarios chilenos; que no le habían
querido dar trabajo a la hija en la embajada; que hubo problemas con «las bu-
rras» del estacionamiento, etcétera. Estas mismas teorías nos dicen que una per-
sona racional, normal, siempre va a tener control sobre sus emociones. De no ser
así, debiéramos pensar que existe alguna anormalidad, algún trastorno de la
personalidad que impide manejar sus emociones. «El pensamiento correcto es
esencial para el control de la emoción. Si el pensamiento es erróneo, las emocio-
nes pueden ser disfuncionales y conducen a conductas irracionales»182.
Aquí entra a jugar otro factor importante cuando hablamos de salud mental, y
se refiere a la capacidad que debe tener una persona para tolerar la frustración.
Una frustración «ocurre cuando una secuencia de conducta, encaminada hacia un
determinado objetivo, se ve interrumpida de modo que no se logra terminar y los
objetivos deseados se retrasan o se cancelan». Mientras más cerca estamos de
lograr el objetivo y este se bloquea, mayor es nuestra frustración, por lo tanto se
relaciona directamente con nuestras expectativas183. El resultado que puede gene-
rar vivir una situación frustrante, es la agresión. «Dollard plantea que la frustra-
ción siempre presupone la agresión; aunque ahora se sabe que las agresiones no
siempre tienen la base en una frustración (…) esta no es la única reacción posible.
Una misma persona puede reaccionar diferente a distintas frustraciones»184. Sin
embargo, y antes de entrar a ver algunos trastornos de personalidad aplicables al
«caso embajada», es importante tener muy presente lo que concluyen todas estas
teorías: «…en lo único que están de acuerdo las diferentes
180
teorías de la personalidad, es que juegan un papel muy
Ibidem.
181
Ibidem.
importante los modelos (dejados por) como (son) los pa-
182
Hernández G., Pilar, «Re- dres (…). Los niños van a adquirir mayor capacidad de
sumen de conceptos elemen- pensar en el futuro a medida que crecen y, por lo tanto,
tales de las teorías de la objetivos y metas que guíen su conducta»185.
personalidad», apsique.com,
Disponible en <http://www.ap-
Cuando analicemos los resultados obtenidos por la au-
sique.com/tiki-inde- topsia psicológica practicada a Jiménez, veremos impor-
x.php?page= SeccionPers>. tantes resultados que impiden llegar a una respuesta clara
Consultado el 18 julio de de lo que sucedió ese día, y donde todos los patrones de
2005.
183
Hernández G., Pilar «As-
comportamiento que hasta ahora hemos revisado, tropie-
pectos sociales de la per- zan con la tesis de una locura o demencia temporal. Ni
sonalidad, apsique.com. Dis- siquiera la existencia de algo tangible, real, responde al
ponible en: <http://www.ap- porqué se originan las muertes.
sique.com/tiki-inde-
x.php?page=SeccionPers>. Con-
sultado el 18 julio de 2005.
184
Ibidem.
185
Ibidem.

192
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/RVWUDVWRUQRVGHSHUVRQDOLGDG

Cualquiera sea el detonante que despertó en Orlando Jiménez un comporta-


miento criminal, asesinando a tres personas sin contemplaciones, sin atisbos de
cordura ni juicio ecuánime; además, suicidarse una vez cumplido el objetivo
homicida, nos indica que estamos frente a una persona que no estaba en sus
cabales. No es normal que una persona actúe así, con una agresividad tan desbor-
dada, tan insana. Evidentemente, hubo un trastorno de personalidad que no se
condice con las características humanas, de bondad, de respeto, de amabilidad,
de atención, de responsabilidad, de cordura y sensatez que siempre definieron a
este hombre oriundo de Puriscal.
¿Qué es un trastorno de personalidad? Primero, hay que entender qué es la
personalidad. «Son características más o menos consistentes y duraderas en el
tiempo que lo distinguen de los demás y que lo llevan a relacionarse con el entor-
no. La forma de pensar, de sentir, de comportarse y de relacionarse nos ayudan a
conocer a la persona en su totalidad e individualidad, y en su desarrollo evolutivo
juegan un papel muy importante la carga genética, las experiencias personales,
las relaciones interpersonales significativas y el entorno sociocultural en el que se
vive (o desenvuelve); por eso, podríamos decir que la Personalidad –y por tanto el
ser humano– es un todo integrado, con componentes biológicos, psicológicos y
sociales innatos y aprendidos»186. Ahora bien, cuando estos patrones se hacen
inflexibles, fijos y con caracteres desadaptativos, generan problemas en el entor-
no más cercano, afectando no sólo al círculo familiar, sino al medio laboral y al
quehacer cotidiano.
Si recordamos al inicio de este capítulo, vimos como algunas personas, en
Costa Rica y Chile, se aventuraron a diagnosticar «el padecimiento» que sufrió
Jiménez y que lo llevó a cometer los crímenes. Esos dictámenes están contenidos
y especificados en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales
(DSM-IV), dentro de los diez tipos de trastornos de personalidad. Son estos los que
queremos revisar para, efectivamente, ver si se amoldan de manera natural a los
rasgos distintivos que identificaron a Jiménez.
El Presidente de la República de Costa Rica, Abel Pacheco, dijo que el guardia
había sufrido una «locura involutiva de tipo paranoico». El trastorno paranoide
de la personalidad tiene en la persona que lo padece, un patrón de conducta que
se caracteriza por «desconfianza y suspicacia general hacia los otros, de tal for-
ma que las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas. Suele
comenzar al principio de la edad adulta y en diversos contex-
tos (…). Estos sujetos, normalmente, suelen guardar renco- 186
Instituto de Estudios Psi-
res y son incapaces de olvidar los insultos o desprecios que
coterapéuticos, «Unidad de
sufrieron, o creyeron sufrir en el pasado. Cuando ellos pien- Trastornos de la Personali-
san que han sido ofendidos, contraatacan con ira ante aque- dad», psicored. Disponible
llo que les ha ofendido. Los sujetos que poseen este trastorno en <http://www.utp-canta-
suelen ser patológicamente celosos, sospechando de su pare- bria.org/GuiaTrastorno.asp>.
Consultado el 20 de marzo
ja, aun sin tener causas justificadas; por ello intentan mante- de 2006.
ner un control sobre las personas con las que tiene una rela- 187 «Trastorno paranoide de
ción íntima, para evitar así ser traicionados»187. la personalidad», biopsico-
No pretendemos ser repetitivos en relación a la nula logia.net . Disponible en
< h t t p : / / w w w. b i o p s i c o l o -
posibilidad de encasillar a Jiménez en estos patrones, ni g i a . n e t / f i c h a s /
tampoco aparecer como si estuviésemos haciendo una de- page_8125.html>. Consulta-
fensa abierta de su imagen. Dejaremos que la «Autopsia do el 18 de julio de 2005.

193
7HUURUHQODHPEDMDGD

psicológica» hable por sí misma. Lo inevitable –y esto cae dentro del género
periodístico «interpretativo»–, es encasillar en esta definición de paranoide, a la
esposa tica de Guillermo Yunge. Según los distintos testimonios recogidos y que
están plasmados a lo largo de todo este escrito, Marisol Cheves pudo perfecta-
mente guardar rencores producto de las permanentes denostaciones y ninguneos a
los que estuvo sometida ella y su marido. Su comportamiento en distintas situa-
ciones, son indicativos de una persona con rasgos de personalidad muy especia-
les. Recordemos que, patológicamente, una persona paranoide es celosa y sospe-
cha de su pareja, aun sin tener causas justificadas e intenta tener un control sobre
las personas más íntimas. Este control es evidente en Guillermo Yunge y César
Gómez, a nivel que el propio embajador chileno patentizó cambios en su persona-
lidad. Además, como pudimos constatar, las escenas de celo y las recriminaciones
por infidelidades en el matrimonio Yunge-Cheves fueron pan de cada día, y cons-
tancia de ello quedó por escrito en las bitácoras que los propios guardias maneja-
ban. La desconfianza y suspicacia de una persona paranoide, también se hace
evidente en las sospechas que manifestó Cheves a Marcela Guerrero, cuando
aconsejó a esta última: «ten cuidado con Rocío (…) ten mucho cuidado con ella,
que es una mujer peligrosa». En fin, una valoración más competitiva y a concien-
cia, la podrán hacer profesionales del área, si las autoridades competentes exigen
exámenes psicológicos a Marisol Cheves, Guillermo Yunge y César Gómez.
Otro dictamen emitido por el diario La Nación de Costa Rica dice que para
expertos en psicología, Jiménez estaba enfermo hacía mucho tiempo, con un cua-
dro psicótico que nadie detectó. El término psicosis, «se aplica a la forma más
severa de la psicopatología. Se caracteriza por una pérdida de contacto con la
realidad y por trastornos extremos en el funcionamiento perceptual, afectivo y
cognoscitivo. En el habla común, ser un psicótico es estar ‘loco’, ‘demente’, ‘ena-
jenado’. La psicosis es la enfermedad mental más temida y la menos aceptada. La
psicosis ha sido definida como una mente que ha perdido los estribos, una rebe-
lión de la voluntad contra los pensamientos convencionales, sentimientos previstos
y acciones uniformadas (…). Los psiquiatras analíticamente orientados y los psicó-
logos (…) reflejan una distinción básica entre ‘psicosis orgánica’ y ‘psicosis funcio-
nal’. Algunas reacciones psicóticas y otros desórdenes mentales son evidentemente
orgánicos, es decir, que están asociados con deterioro cerebral debido a causas
físicas como enfermedades del sistema nervioso, tumores cerebrales, lesiones cere-
brales, sobredosis de gases, drogas, alcohol u óxido metálicos y a trastornos de la
circulación arterial ocurridos en la vejez. La psicosis funcional surge no de defectos
físicos conocidos, sino de déficit en el funcionamiento»188.
Los trastornos psicóticos inducidos por sustancias se caracterizan por la pre-
sencia de alucinaciones o ideas delirantes que se consideran efectos fisiológicos
del consumo. Puede darse a través de la ingesta de alcohol, alucinógenos,
anfetamina y sustancias de acción similar: Marihuana, cocaína, fenilciclidina,
opio, hipnóticos y ansiolíticos. De esta forma se podría
188
«Etiquetamiento de la inducir un tipo de esquizofrenia o «división o fragmenta-
conducta anormal», Reaccio- ción del proceso del pensamiento o capacidad mental».
nes psicóticas, rincondel- Claro está, la esquizofrenia no se presenta de un minuto
vago.com . Disponible en para otro. Según estudios realizados, los síntomas de este
<http://html.rincon-
delvago.com/etiquetamien- trastorno se manifiestan como mínimo, durante un período
t o - d e - l a - c o n d u c t a - a n o r- de seis meses y «están asociados a una importante disfunción
mal.html>. Consultado el 19 social o laboral, e implican varias disfunciones cognoscitivas
de julio de 2005. y emocionales que abarcan la percepción, el pensamiento

194
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

inferencial, el lenguaje y la comunicación, la organización comportamental, la


afectividad, la fluidez y la productividad del pensamiento y del habla, la capaci-
dad hedónica, la voluntad, la motivación y la atención»189.
¿Pudo Jiménez experimentar algún tipo de psicosis o esquizofrenia inducida
por la ingesta de alguna sustancia? Recordemos que hay algunos personajes que
detallaron el envío de comidas a la embajada, de parte de Marisol Cheves, y que
era entregada a César Gómez. Los mismos empleados de la residencia advirtie-
ron a los funcionarios que no comieran de lo que enviaba la esposa de Yunge. La
vieron en reiteradas ocasiones echándole «gotitas de algo» en la merienda. Claro
está, ese día 27 de julio, a Orlando Jiménez le hicieron llegar el almuerzo desde
el cuartel central, como todos los días, al mismo tiempo que le entregaron la
carta que anunciaba su traslado a otro punto de vigilancia. Nadie da cuenta de
alguna situación anormal ese día. Por lo demás, con la sangre de Jiménez, ema-
nada de la herida en el mentón, y que quedó esparcida por distintos recodos de la
embajada, se realizaron pruebas toxicológicas que descartaron la presencia de
sustancias extrañas en el organismo, que pudieran haber incidido en el comporta-
miento experimentado ese día. Por lo demás, la precisión del acto ejecutado por
Jiménez, no es propio de una persona que esté bajo los efectos de una droga o
alucinógeno. (Ver documentos en la página siguiente).
Después de revisar algunas de las patologías que se atribuyen a Jiménez, y que
podrían explicar la génesis del comportamiento experimentado ese día, dejamos
constancia que solo un experto en psiquiatría o psicología podrá valorar correcta-
mente los puntos de vista aquí expuestos. Por ahora, daremos sustento a nuestras
apreciaciones cuando entremos de lleno a indagar en los resultados obtenidos por
la mentada «Autopsia psicológica», la última de las pruebas solicitadas por el
Ministerio Público en Costa Rica.

/DDXWRSVLDSVLFROyJLFD

Es una técnica que implica «un proceso de recolección de datos del occiso que
permite reconstruir su perfil psicológico y el estado mental antes del deceso. Para
el desarrollo de dicho procedimiento, es necesario el trabajo interdisciplinario
entre médicos, abogados, psiquiatras y psicólogos forenses»190.
En Chile, solo se ha realizado en una ocasión, para una tesis académica diri-
gida por Francisco Maffioletti Celedón, presidente de la Asociación Chilena de
Psicología Jurídica.
Hay algunos textos internacionales, eventualmente dos o
189
tres, que mencionan que en Chile se hacen autopsias psico- «Psicosis», tc.umn.edu .
lógicas. Yo te digo con toda seguridad que en Chile no se Disponible en <http://www.-
tc.umn.edu/~cana0021/1-4/
hacen autopsias psicológicas, y la primera que hicimos fue PSICOSIS.pdf>. Consultado el
el año 2004, con buenos resultados (Francisco Maffioletti)191. 12 de julio de 2005.
190
«Autopsia psicológica»,
En Costa Rica, esta técnica también se aplicó por pri- psicologiajuridica.org . Dis-
mera vez en el 2005, en el «caso embajada», y fue encar- ponible en <http://www.psi-
gada al psicólogo forense Carlos Saborío Valverde y re- cologiajuridica.org/psj4.html>.
Consultado el 21 de marzo
frendada por el médico psiquiatra, Nino Castro Carboni. de 2006.
El documento pericial consta de 22 páginas y fue termina- 191
Declaración hecha por
da con fecha 5 de agosto de 2005, al conmemorarse el pri- Francisco Maffioletti para
mer año de la tragedia. este libro.

195
7HUURUHQODHPEDMDGD

::: Este es el informe toxicológico elaborado por el Departamento de Ciencias Forenses del OIJ,
donde se descarta la presencia de alguna droga o alucinógeno en la sangre del guardia,
Orlando Jiménez Jiménez. Esta pericia fue firmada por el doctor Marco Martínez Esquivel;
revisado por el jefe de la Sección Toxicológica, Guillermo Brenes Aguilar, y refrendado por el
Departamento de Ciencias Forenses.

196
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

197
7HUURUHQODHPEDMDGD

En la página uno del documento, se detallan las consideraciones metodológicas


empleadas para su confección, donde precisa que la autopsia psicológica es una
herramienta investigativa que apoya la clarificación de la forma en que muere,
en este caso, el victimario, ya sea por suicidio, homicidio o muerte accidental,
enfocándose en los aspectos psicológicos. El propósito de este documento –dice–
«es comprender las circunstancias y el estado mental de la persona muerta, al
momento de su deceso. El procedimiento involucra la reconstrucción del estilo de
vida y las circunstancias de la persona muerta, junto con los detalles de los com-
portamientos y eventos que condujeron a la muerte del individuo. Es una herra-
mienta de investigación post mortem, por lo que sus resultados son de carácter
especulativo y probabilístico (…) el propósito específico, es el de formarse una
comprensión lógica de la muerte en estudio, basándose en evidencia física, even-
tos de vida documentados y aspectos emocionales intangibles y muchas veces
difíciles de obtener»192.
Para recabar toda la información que esta contiene, se entrevistó a la esposa
de Orlando Jiménez, Auxiliadora Guzmán, y se accedió a los antecedentes que
entrega el «Informe OIJ». Los testimonios que considera son los de Dagoberto
Aguilar, Roy Pérez, Joaquín Mata, Xinia Vargas, César Gómez, Edgar Mata y
Francisco Chacón Chinchilla, investigador de la sección de Homicidios del OIJ.
La autopsia psicológica accesa lo periciado en el video forense, en los informes de
defunción y dictamen médico de las cuatro personas fallecidas, y, en general, a
todo el expediente reunido en la causa.
Posteriormente, el informe del doctor Saborío entrega referencias psicosociales
de Jiménez, haciendo un resumen detallado de los aspectos más relevantes de la
infancia, adolescencia y etapa adulta del guardia. También se adjuntan los con-
ceptos vertidos por sus compañeros de trabajo y funcionarios de la embajada,
donde definen a Jiménez como un hombre honesto, respetuoso, educado, respon-
sable, y de buen trato con la gente.
Luego, se hace una somera descripción de los hechos acaecidos ese día 27 de
julio de 2004, con testimonios de lo que vieron algunas personas que estuvieron
tanto afuera como al interior de la embajada. En este sentido, el documento emite
una de sus primeras conclusiones.
No hay indicaciones de que el señor Jiménez planeara estos actos homicidas
de forma anticipada. Tampoco se ha encontrado nota alguna en la que expli-
que su decisión de cometer estos actos. De igual forma, de acuerdo a lo
relatado por sus familiares, no intentó comunicarse con ellos durante ese
día. La evidencia apunta hacia la idea de que Orlando Jiménez decide ingre-
sar a la embajada y asesinar a tres personas, específicamente, en ese mismo
momento (Autopsia psicológica)193.

Enseguida, el documento plantea hipótesis interpretativas que rondaron en el


caso, sobre la conducta homicida que tuvo Jiménez, repasando alguno de los
hechos que, en detalle, hemos expuesto a lo largo de este escrito, especialmente,
en el segundo capítulo. Por su parte, el doctor Saborío también conjetura una
hipótesis propia.
192
Saborío, Carlos. Autopsia De acuerdo con la información obtenida en relación con las
Psicológica, San José, Cos- características de personalidad del señor Orlando Jiménez,
ta Rica, 5 de agosto de se puede proponer como hipótesis, a través del análisis
2005, pág. 2.
193
indirecto de su personalidad, que él mismo era alguien que
Ibidem, pág.12.
se caracterizaba por ser una persona muy estable a nivel
198
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emocional, en especial en lo que respecta al control de sus impulsos y mane-


jo del enojo. Distintas fuentes analizadas confirman que el señor Jiménez era
una persona sumamente tranquila, quien no expresaba su enojo fácilmente y
alguien quien no respondía agresivamente ante provocaciones directas. De
igual forma se pudo determinar que el policía Jiménez era una persona rígi-
da, excesivamente ordenada y obsesiva, controlada y muy respetuosa de la
autoridad. Estos rasgos coinciden con lo que algunos investigadores del com-
portamiento violento denominan ‘personalidad excesivamente sobre controla-
da’. Algunos estudios han propuesto la hipótesis de que (…) este control exce-
sivo se mantiene hasta cierto punto en el que la cantidad total de provocación
experimentada, excede los límites de las defensas, momento en el cual, el
individuo actúa de una manera extremadamente agresiva (…). La idea central
que subyace en este tipo de individuos, es que un alto nivel de inhibición les
previene de exhibir regularmente su enojo. De esta forma, al tiempo y luego de
provocaciones repetidas, la instigación se acumula a tal grado, que el resulta-
do final es una explosión de ira y violencia más allá del nivel actual de provo-
cación (…), además, la violencia cometida por ofensores con características de
hostilidad sobre controlada, es más probable que sea una violencia homicida,
al ser comparados con otros ofensores (Autopsia psicológica)194.

El documento asegura que se pudo corroborar, con las distintas fuentes que
aportan información, que Jiménez había estado experimentando una serie de pro-
vocaciones y que, ante ellas, el guardia no había reaccionado agresivamente.
Describe a Jiménez como una persona sumamente responsable y educada, que
se caracterizó siempre por el buen trato con todas las personas. Sin embargo, dice
que «esta actitud respetuosa y sumisa había cambiado en las últimas semanas
debido a problemas que habían acaecido en relación con el trato que estaba
recibiendo (…). En primer lugar, debido a problemas entre los policías encarga-
dos del puesto, donde les habían retirado un incentivo económico que la embaja-
da de forma voluntaria les proporcionaba para que se ayudaran con el café y el
azúcar que consumían en la casetilla de vigilancia, frente a la embajada»195.
¿Por qué Saborío asegura que el retiro de ese dinero (600 colones) pudo afectar
a Jiménez, siendo que esa decisión no fue solicitada por los diplomáticos chilenos,
sino por el comandante Eliécer León? ¿Por qué se pudo haber molestado Jiménez
con la suspensión en la entrega de ese dinero, si ellos (los tres guardias) sabían
por boca del propio comandante León, que él había pedido la suspensión de esa
dádiva? ¿Qué culpa o injerencia pueden haber tenido Nieto, Yuseff o Sariego en
este tema? Aquí, nuevamente caemos en la nula valoración respecto a la veraci-
dad de los testimonios que hicieron los testigos.
Por último, el documento señala que la información recopilada «no permite
suponer la presencia de un trastorno mental significativo que produjera un estado
reactivo en el que el señor Jiménez no supiera lo que estaba haciendo. Por el
contrario, toda la evidencia forense y de la investigación criminal, apunta hacia
una gran capacidad de ejecución y efectividad en los objetivos trazados por el
señor Jiménez. Los disparos fueron sumamente precisos. No hay evidencia física
en la escena del crimen de algún tipo de desorganización emocional que hiciera
que el señor Jiménez disparara su arma de forma descontrolada o sin objetivos
claros. (…). Es evidente (…) que el policía Orlando Jiménez
194
realiza una serie de actos dirigidos en forma directa contra 195 Ibidem, pág. 14-16.
Ibidem, pág.16.
tres personas y que una vez que cumple con esa tarea deci- 196 Ibidem, pág. 19.
de quitarse la vida de forma casi inmediata»196.
199
7HUURUHQODHPEDMDGD

Entonces, según lo que se plantea como hipótesis, donde Jiménez era un hom-
bre con una personalidad excesivamente sobre controlada, y donde los constantes
apremios que habría recibido de parte de los funcionarios chilenos, pudieron ha-
cerlo explotar. ¿Cómo se entiende que no exista evidencia física en la escena del
crimen, de algún tipo de desorganización emocional? ¿Cómo se entiende que
Jiménez actúe con los rasgos de violencia extrema, sin que haya un desorden
emocional importante? Incluso, el documento dice que «las declaraciones de las
personas que vivieron esta experiencia de cerca, corroboran la idea de que el
señor Jiménez mantuvo control absoluto sobre todos sus actos durante los homici-
dios realizados»197.
Finalmente, desde las páginas 19 hasta la 22 de la autopsia psicológica, se
emiten las conclusiones que desprende el estudio realizado. Estas se dividen en
cuatro corolarios que resumimos a continuación:
1. La información recopilada y analizada no aporta evidencia en el sentido de
que el señor Orlando Jiménez padeciera algún trastorno mental significativo,
además de descartar problemas de consumo de sustancias como alcohol o drogas
que pudieran explicar su comportamiento.
2. Se genera la hipótesis de que los homicidios fueron propiciados de forma
importante por un desbordamiento emocional (y no un desorden emocional) aso-
ciado con una personalidad de características marcadas para mantener un con-
trol de la hostilidad. No es posible establecer una relación causa efecto en la
explicación del comportamiento violento. No obstante, los rasgos de personali-
dad detectados en el señor Jiménez, son similares a los que estudios científicos
identifican con un estilo de hostilidad sobre controlada. Esta se propone única-
mente como una especulación y una probabilidad.
3. No se detecta una ganancia secundaria por parte del policía Jiménez con
los homicidios ejecutados. De hecho, la evidencia pareciera indicar que el guar-
dia ingresa a la sede diplomática con la idea clara de aniquilar a ciertas perso-
nas, para luego quitarse la vida. No existe evidencia de que Jiménez planificara
los homicidios con antelación, ni que pretendiera huir del lugar de los hechos,
luego de cometidos los asesinatos.
4. La reacción violenta demostrada por Jiménez, es poco probable que sea
predecible a través de los instrumentos tradicionales con los que se trabaja a nivel
de la psicología. Este tipo de casos es sumamente infrecuente a nivel estadístico.
Se señala que los distintos tipos de homicidio-suicidio que se producen, y en don-
de las víctimas y el perpetrador no tienen un vínculo familiar o de pareja, son los
menos comunes. El señor Jiménez pasó los filtros existentes en el Ministerio de
Seguridad Pública y, en ese sentido, la revisión de su historia de vida sugiere una
persona funcional a nivel de sus relaciones interpersonales, así como a nivel labo-
ral. No se detectaron desajustes psicológicos significativos que pudieran sugerir
un escaso control de impulsos o la predisposición a resolver de forma agresiva sus
conflictos. Al ser analizado con un modelo de evaluación de riesgo, no presentaba
la mayoría de los factores de riesgo identificados en la literatura especializada,
en especial, porque no tenía antecedentes de violencia previa, no contaba con
problemas de relaciones interpersonales inestables o problemas laborales. La re-
construcción de su historia de vida descarta la existencia de trastornos psiquiátri-
cos severos de la personalidad, con rasgos de impulsividad o rasgos disociales. En
síntesis, no parece viable que los actos homicidas cometidos por el señor Jiménez
respondieran a haber sido fácilmente anticipados, a través
197
Ibidem. de evaluaciones psicológicas tradicionales.

200
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/DDXWRSVLDSVLFROyJLFDUHIUHQGDGDHQ&KLOH

Dada la nula consecución de pistas, a la gran interrogante de conocer por qué


Orlando Jiménez mató a Roberto Nieto, Christian Yuseff y Rocío Sariego, decidi-
mos someter el informe elaborado por el psicólogo forense, Carlos Saborío, al ojo
clínico del presidente de la Asociación Chilena de Psicología Jurídica, Francisco
Maffioletti.
Con este profesional sostuvimos dos entrevistas, una el 2005, cuando aún no
contábamos con los resultados de la autopsia psicológica, y la siguiente en el
2006. Con una copia del documento pericial en sus manos, y tras atisbar con
detenimiento los resultados, hizo sus observaciones.
No hay ningún elemento (en el informe) que contradiga los rasgos de la
personalidad de este sujeto (Jiménez) que hasta el día de los hechos (se
pueda asegurar) haya tenido rasgos obsesivos que pudieran llegar a configu-
rar un trastorno obsesivo de personalidad sobre controlada. Aquí, en el resul-
tado de la autopsia psicológica, yo creo que ellos mismos (Saborío y Carboni)
lo explicitan de esa manera. Empiezan a conjeturar respecto de los posibles
motivos que pudo tener este sujeto, sin embargo, no hay nada objetivo en
ese sentido. De hecho puede resultar a momentos, sobre todo en la cuarta
conclusión (hipótesis interpretativa sobre la conducta homicida de Jiménez)
como ambigua (…). Cuando dicen que Jiménez cabría en este grupo de suje-
tos hiper controlados, admite una amplia heterogeneidad. Al final, ¿qué es lo
que están diciendo? (Francisco Maffioletti)198.

¿De qué manera la autopsia psicológica, como último instrumento en la inves-


tigación, sirvió para cerrar el caso en Costa Rica? ¿A qué conclusiones llegó la
fiscal Andrea Murillo, tras leer el informe forense? Dado que nunca pudimos
contactarnos con ella y cuando pudo ser, apagaba su celular, solo accedimos a lo
que la abogada manifestó frente a los familiares de Orlando Jiménez.
Según la fiscal Murillo, la única intención que tenía mi papá era entrar y
matar, porque se sentía traicionado y había acumulado una gran presión
producto de los «continuos» problemas que se venían presentando. Para ella,
y según sus exactas palabras, «Todo está absolutamente claro». Con lo de la
autopsia psicológica, lo único que intentó fue atar cabos para que nadie la
rebatiera. Si escucharas las conclusiones, te darías cuenta de que en reali-
dad la autopsia, lo que trata de hacer, es dar un perfil donde cualquier
persona que comete un crimen va a ser culpable. En otras palabras, esto es
un instrumento que incrimina a cualquiera. Por darte un ejemplo, según el
informe, cualquier criminal es agresivo o auto controlado. Si sos agresivo
mataste por ser agresivo, y si sos auto controlado entonces mataste por ser
muy tranquilo y no aguantaste la presión. En conclusión, no hay punto de
salida. Siempre vas a ser un criminal. Y con esto no estoy diciendo que mi
papá no haya matado a nadie, yo sigo teniendo mis dudas, pero al rato estoy
equivocado. Lo que sí siento, es que esta autopsia es como
ponerle la cereza al cocktail, es como cerrar con broche de 198 Declaración hecha por
oro y decir, «¡Ven!, mi tesis estuvo bien desde el principio» Francisco Maffioletti para
(Randall Jiménez)199. este libro.
199
Declaración hecha por
A partir de este instante y cotejados todos los antece- Randall Jiménez para este
dentes dados a conocer por nuestra investigación, podemos escrito.

201
7HUURUHQODHPEDMDGD

inferir que no encontramos elementos tangibles, racionales y categóricos que den


respuesta a la principal incógnita: ¿Por qué Orlando Jiménez mató a Roberto
Nieto, Christian Yuseff y Rocío Sariego?... ¡Sigue siendo un misterio!
Considerando que en esta historia se da de forma natural, en distintas escenas,
la presencia de elementos propios del mundo esotérico, hemos decidido dirigir
una especial atención a este punto. Sabemos que estos temas no suelen tener
aceptación empírica en el mundo de la ciencia humana, y menos considerarla
una panacea prodigiosa que entregue respuestas a todo aquello que el ser humano
desconoce. De hecho, el Ministerio Público en Costa Rica, nunca dirigió su aten-
ción a estos temas. No obstante, tampoco podemos negar culturalmente su exis-
tencia en nuestro entorno diario. Por ejemplo, basta ver cómo se ha masificado la
consulta a expertos tarotistas, de miles y miles de personas en todo el mundo.
¿Charlatanes y timadores o eruditos practicantes de una ciencia desconocida? No
pretendemos demostrar aquello. Por lo demás, todo el mundo sabe que siempre
han existido los farsantes y versados truhanes que aprovechan de persuadir a sus
víctimas, con retórica verborrea. Simplemente, queremos atisbar a qué apunta y
señala la abundante literatura existente sobre estos temas. También entrevista-
mos a expertos estudiosos y practicantes del mundo religioso y esotérico, que
orientan algunas ideas, respecto a la hipótesis que plantea esta investigación.
Dejaremos constancia de la ocurrencia de hechos inexplicables que, producto
de este reporteo, se da con uno de nuestros entrevistados. En fin, aunque usted
–lector– no lo crea, existe mucho paño que cortar al respecto. Desde ya, pedimos
disculpa a todos aquellos escépticos, ateos, gnósticos o incrédulos, que se nieguen
a aceptar estos temas; pero sí, los exhortamos a leer hasta el final, para que
saquen sus propias conclusiones.

/DKLSyWHVLVTXHH[SOLFDODVPXHUWHV

Desde el minuto en que Marisol Cheves aparece en escena, se comienzan a dar


una serie de situaciones irregulares que afectan a su entorno más cercano, con
Guillermo Yunge y César Gómez como sus principales prosélitos. En la residencia
diplomática donde, tras casarse, la mujer y el embajador llevaron una vida ma-
trimonial, se establecieron ciertas reglas de convivencia que actuaron en detri-
mento de la armonía y el buen trato. Hechos inexplicables que se relacionan con
alguna costumbre o herencia cultural ligada a ritos y ceremonias ancestrales,
revelan tintes de anti-cristiandad importante. Los primeros escándalos se origina-
ron, precisamente, en la casa del embajador, donde los vecinos dejaron constan-
cia de feroces conatos que incluyeron amenazas de muerte entre Yunge y Cheves,
con el requerimiento de dinero, por parte de la mujer, para dejar tranquilo a su
esposo. Guillermo Yunge es una persona que evidenció, al juntarse con Cheves,
trastornos de personalidad que se traducen en distintas faltas. Sus permanentes y
periódicas ausencias en el trabajo, generaron un desorden administrativo que
afectó a todos los funcionarios que laboraban en la embajada y el consulado.
Desde luego, las responsabilidades administrativas comenzaron a recaer de for-
ma natural, en el primer secretario, Roberto Nieto, quien secundó en autoridad al
embajador. Estas situaciones fueron advertidas por todos en la legación, y donde
algunos no escatimaron instancias para difamar en círculos cerrados, no solo al
jefe de misión, sino también a la mujer que Yunge había elegido para rehacer su
vida en pareja. Los reclamos por la actuación y desempeño de Yunge, y sus
202
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

escándalos en la residencia, se fueron divulgando por toda la colonia de chilenos


residentes en Costa Rica, generándose dos bandos: aquellos que estuvieron a fa-
vor del embajador y que no daban crédito a lo que se decía; y dos, aquellos
chilenos que manifestaron su desacuerdo con la forma en cómo el diplomático
estaba desempeñando el cargo. Naturalmente, a partir de ese momento, todas las
decisiones administrativas de la embajada fueron filtradas por la firma de Nieto
y Yuseff y, fundamentalmente, del primer secretario, que comenzó a tener mayor
relevancia en el medio diplomático. Ya no era Yunge quien tomaba las decisio-
nes, sino, Roberto Nieto. Sus actuaciones permitieron que el día a día se diera sin
mayores conflictos, salvo que sin la supervisión del jefe de misión, Nieto tomó
decisiones financieras que rompieron con el protocolo y las reglas que impone el
ministerio de Relaciones Exteriores en Chile. Todos los hechos anómalos que
protagonizó Yunge fueron informados oportunamente a Chile, a la Cancillería y
a la ministra Alvear, con más de un año de antelación a la tragedia del 27 de
julio. Sin embargo, las autoridades no ponderaron la urgencia que requirió el
tema. El cónsul Yuseff, cansado de esas irregularidades y del mal trato que reci-
bía de «su jefe», propició con los chilenos que estaban contra la gestión del emba-
jador, la reunión de firmas para pedir su expulsión. Yuseff también dedicó parte
de su tiempo para «ningunear», en la colonia, a Yunge y su mujer, a la «falta de
clase» que tenía Cheves para ser la esposa de un embajador. Roberto Nieto,
aunque un poco más cauto y sin el ímpetu mostrado por su par, también hizo eco
de un embajador irresponsable, de un embajador sumido en la indolencia laboral
y rodeado de escándalos hogareños. Internamente, manifestó sus diferencias con
Yunge, a distintos funcionarios súbditos de él. Esta coyuntura fue aprovechada
por Nieto para demostrar sus capacidades y, de esta forma, optar a que en el
futuro inmediato lo designaran como jefe encargado de negocios. Nieto sabía
que, a la larga, Yunge iba a tener que dejar el cargo. Un factor importante en los
detonantes de la tragedia, se da cuando Marisol Cheves manifestó sus diferencias
con Rocío Sariego y viceversa. Los rumores que hablaban de una antigua rela-
ción amorosa entre Yunge y Sariego, despertaron en Cheves unos celos enfermi-
zos. Mál que mal, ambas tenían la misma edad y Rocío seguía compartiendo el
mismo lugar de trabajo con Yunge. A eso debemos sumar que, al romper Rocío
todo tipo de relación con el embajador, al poco tiempo estableció un nuevo affaire
con Roberto Nieto. Esta vez, es constatado por diferentes personas que los ven
besándose en dependencias de la embajada. La unión Nieto-Sariego fue percibida
por Cheves como una especie de componenda, donde se unieron fuerzas que podían
perjudicar la continuidad en el cargo de su marido y, de pasada, despojarla a ella
del poder, influencia y beneficio que conllevaba ser la esposa de un embajador.
Aquí es donde surge la gran incógnita. ¿Qué papel jugó Orlando Jiménez en
todo este embrollo? La duda es formulada en un razonamiento lógico, por el
presidente de la Asociación Chilena de Psicología Jurídica, Francisco Maffioletti.
El único punto aquí, lo débil que veo yo, es de qué manera Marisol Cheves
logra tener influjo respecto de Jiménez. Cuál es la vía, cuál es el mecanismo,
cuál es la efectividad de ese posible influjo; porque la motivación de Cheves
está clara, se puede estructurar, tiene una lógica, es comprensible a nivel
psicológico, a nivel de lo que es la conducta humana. Es una persona extra-
ña, que tiene conductas innecesarias, que son de un pensamiento mágico (…)
tirar una cruz al baño para obtener quizás qué cosa, ¿Qué les vaya mal a los
otros? ¿Beneficio personal? Por eso habría que contar con una evaluación

203
7HUURUHQODHPEDMDGD

mental de esta persona (Marisol Cheves), para poder ir cerrando un poco el


cuadro (…) como ya no puede hablar Jiménez, y Yunge está invalidado por
esta relación extraña, compartida en su «locura» que tiene con esta señora,
tendría que redundar en que, finalmente, algún día, ella dijera: «esto lo
provoqué yo (Francisco Maffioletti)200.

La evidente y testimoniable participación de Marisol Cheves en ritos y cere-


monias esotéricas, nos llevaron a investigar la eventual concomitancia de este
tema, con el hecho que ella haya logrado afectar la conducta del guardia, al igual
que, aparentemente, hizo con su marido, Guillermo Yunge.

*UXSRVUHOLJLRVRVDQLPLVWDV

A través de toda esta lectura hemos distinguido elementos y costumbres, arraiga-


das en Cheves, que entregan información única y distintiva de ciertos grupos
religiosos, y que buscamos de alguna manera clasificar. La utilización de limones
en cruz, el esparcir sal por distintos rincones de la casa, tirar crucifijos al excusa-
do, obligar a las empleadas a proferir rezos contra su voluntad, el uso de velas,
santos y una serie de fetiches, la preparación de pócimas que luego vierte en las
comidas, y la habilitación de un cuarto en la residencia, para llevar a cabo sus
ceremonias; configuran inequívocamente la existencia de un acervo propio de
grupos místicos y devotos.
Para poder encasillar qué grupos entran en esta clasificación, accedemos al
Programa Latinoamericano de Estudios Sociorreligiosos (Prolades) que, paradóji-
camente, tiene su centro de operaciones en San José de Costa Rica. Su autor es el
doctor Clifton Holland, quien ha logrado definir un sistema de clasificación (o
tipología) de grupos religiosos y la aplicación de este sistema, al mundo religioso
de América Latina y el Caribe.
Como hemos apreciado hasta ahora, muchas de las personas que compartie-
ron con Marisol Cheves, reconocen en ella a una mujer practicante de brujería o
magia negra. Incluso una de nuestras fuentes consultadas, se atrevió a asegurar
que ella es una médium espiritista. ¿Realidad o ficción?
El documento de Clifton Holland, al que se puede acceder por Internet en
http://www.prolades.com/prolades1/clas-spn.pdf entrega antecedentes de aquellos
grupos humanos que se identifican con estas costumbres y que conllevan un culto
a lo sobrenatural.
En el contexto de América Latina y el Caribe, donde la Iglesia Católica predo-
mina en los países que fueron colonias de españoles, portugueses y franceses, el
catolicismo se mezcló con los sistemas religiosos tradicionales de los nativos,
fueran estos amerindígenas o negros traídos desde África, durante la época de la
esclavitud. En ambos casos, el ingrediente común es el animismo. «La palabra
‘animismo’ fue usada por el antropólogo Sir Edgard Taylor (1832-1917) para
denotar la creencia en los seres espirituales, quienes tienen personalidades, pero
no tienen cuerpo físico, y que se encuentran en una variedad de formas: almas
humanas, animales, brujos-brujas, demonios, fantasmas, ángeles y otras. La
mayoría de «las gentes primitivas» del mundo (definida
200
así tradicionalmente por los antropólogos) creen que el
Declaración hecha por
Francisco Maffioletti para
hombre puede controlar estos seres espirituales por medio
este escrito. de alguna manipulación: pociones y rituales mágicos, en-

204
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

cantos, oraciones, sacrificios, etc. La persona (hombre o mujer) que tiene los dones
especiales o el entrenamiento necesario para controlar al mundo sobrenatural, se
llama chamán, adivino, hechicero o sacerdote. Ellos usan la «magia blanca» para
hacer el bien o la «magia negra» para hacer la maldad, según el caso»201.
El movimiento nativo amerindígena no tiene una sola religión, sino muchas,
dependiendo del clan, tribu, familia o ubicación geográfica en la que esté arrai-
gado el grupo. Uno de sus líderes religiosos es el chamán o también llamado
sukia, hechicero o brujo. Con ellos encontramos también a los curanderos, espe-
cialistas en el uso de las hierbas como medicina natural. Según Holland, en Costa
Rica existen –al igual que en otros tantos países de América Latina–, religiones
amerindígenas precolombinas como el caso del culto Cabecar-Bribrí. «Después
de los contactos con los europeos en el siglo XV, que trajeron nuevas enfermeda-
des, culturas y religiones a las América, muchos de los amerindígenas perdieron
confianza en los viejos sistemas de creencias y adoptaron el cristianismo (a veces
a la fuerza) o crearon nuevas religiones sincretistas (…). Durante las últimas
décadas hemos visto la revitalización del chamanismo en todo el mundo y el
surgimiento de los movimientos para unificar a los pueblos amerindígenas y resu-
citar a sus antiguas culturas y creencias»202.
Holland entrega otros conceptos básicos que se ligan con movimientos religio-
sos animistas, y que consideramos importante revisar. «El chamán es un especia-
lista en la comunicación con el mundo de los espíritus y el control de los mismos
[hechicero], usualmente para el bien del pueblo, para adivinar el futuro, para
asegurar una buena cosecha, para la protección de la gente de las fuerzas de la
naturaleza, etc.; pero, también, se puede usar la magia blanca y la magia negra
según sea el caso; se usa la «magia negra» para hacer el mal por medio de
ceremonias, ritos, manipulaciones y pociones que sean necesarias para atacar a
los enemigos y causarles daño físico, emocional y espiritual; es un medio de
control social entre las tribus amerindígenas de las América y sobrevive en las
sociedades modernas, especialmente entre la gente del campo (…). La brujería es
una categoría general que incluye a los hechiceros, conocidos también como bru-
jos y brujas, adivinos, psíquicos, metafísicos, clarividentes y astrólogos, que son
especialistas en el arte de la magia para vender sus servicios. En toda América
Latina (…) se mezclan las viejas prácticas de brujería amerindígena con el espiri-
tismo europeo, con el uso de las cartas del tarot para descifrar el futuro y ayudar
a la persona a encontrar el amor, el éxito en los negocios, la sanidad del cuerpo o
la felicidad en el matrimonio, etc.; pero a veces los servicios de los hechiceros
incluyen el uso de la «magia negra» para atacar y dañar a otras personas, que
son los enemigos de la persona que paga la cuenta. Hay ejemplos de religiones
que usan la brujería en las América, tales como la santería, el vudú, el mayalismo,
la pocomanía, el chango, el candomble, la macumba y la umbanda»203.
Estas últimas tres menciones hechas por Holland, pertenecen al movimiento
nativista afroamericano, donde los esclavos africanos que llegaron al continente,
en especial al Brasil, nunca abandonaron sus creencias
tribales y se fusionaron con el catolicismo. «Aunque no 201 Holland, Clifton, Hacia un
hay una religión Macumba propiamente hablando, se usa sistema de clasificación de
la palabra para referirse a las dos principales formas de grupos religiosos en Améri-
ca Latina…, San José, Costa
culto espiritista en Brasil: Candomble y Umbanda; a veces Rica, Prolades, 2004, pág.
se usa Macumba para referirse a la «magia negra», pero 104.
estas prácticas son en realidad las de Quimbanda. El 202 Ibidem, pág. 105.
203
Candomble fue fundada por un grupo legendario de tres Ibidem.

205
7HUURUHQODHPEDMDGD

mujeres negras, llamadas «Madres de los Santos», quienes entrenaron a otras


mujeres como sacerdotas de una religión sincrética, que es una mezcla de la
religión tribal Yoruba con el catolicismo portugués. Es similar a la Santería en
Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana, y al Vudú en Haití, que incorpora
los Orishas o espíritus yorubas, también conocidos como Orixas. Las mujeres son
las guías espirituales en los ritos y ceremonias, y no los hombres. Un elemento
importante en las ceremonias es la posesión del cuerpo, de uno o más creyentes,
por los espíritus u Orishas, como un acto de unión entre los seres humanos y los
espíritus del mundo sobrenatural (…). La Umbanda tiene su origen en el hinduis-
mo, el budismo, las creencias nativas africanas [Candomble] y el espiritismo (…)
se usan los tambores y las danzas en sus ceremonias, usualmente en los templos o
en el patio de una casa, donde unos creyentes caen en trance y son «poseídos por
los espíritus» como un acto de unión entre los seres humanos y los espíritus del
mundo sobrenatural»204.
La enumeración de los grupos animistas que Holland rescata en su estudio, es
larga. Sin embargo, solo hemos hecho mención de alguno de ellos, para certificar
su existencia cultural, con más raíces en unos que en otras naciones. No significa,
por el solo hecho de haberlos citado, que todo lo que se diga de ellos sea científi-
camente demostrable, pero tampoco se puede asegurar lo contrario.
Ahora bien, ¿cómo podemos comprender el grado de influencia que estos
movimientos animistas ejercen en personas ajenas a su grupo? Porque, evidente-
mente, cualquier miembro que pertenezca a alguna de estas comunidades religio-
sas, se podría entender que actúe bajo el convencimiento de sus propias creencias
y doctrinas. Pero, en el caso de Orlando Jiménez, él nunca se asoció con algún
grupo religioso. Por lo demás, era ateo.
En los siguientes apartados abordaremos información más especializada, con
aquello que advierten distintos estudiosos sobre el tema.

$FODUDFLyQ

Nuestro objetivo de estudio se enmarca en lo acontecido en San José de Costa


Rica, con la muerte de tres ciudadanos chilenos en extrañas circunstancias. Bus-
camos alguna explicación lógica posible, que dé lineamientos de discusión, de
investigación y de variables, aún no escarbadas por las autoridades que tuvieron
a su cargo la responsabilidad de escrutar lo que sucedió.
Comenzar a hablar de lo preternatural, de la injerencia que pueden tener en
nuestras vidas la presencia de seres espirituales, de dar personalidad a lo inmate-
rial; sin lugar a dudas, sabemos, despertará reticencia, incredulidad y resquemo-
res. Algunas personas, incluso, nos han dicho que con estos temas le estamos
quitando seriedad a la investigación: «Es imposible demostrar que esto existe»,
dicen, y estamos de acuerdo. No obstante, nuestra intención no es demostrar si
eso existe o no, más bien, queremos plasmar con la mayor rigurosidad, toda
aquella información reunida por estudiosos del tema y por la experiencia consta-
tada en otros casos similares. Debemos advertir que hemos llegado a esta instan-
cia, solo cuando se han descartado todas las pericias de rigor, propias del método
científico tradicional, y no hay respuestas concretas y claras de por qué Orlando
Jiménez mató a Rocío Sariego, Christian Yuseff y Roberto
204
Nieto. Además, hemos llegado hasta acá sin forzar absolu-
Ibidem, pág. 108.
tamente nada. La presencia de elementos esotéricos, pro-
206
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

pios del ocultismo, se da en esta historia de manera natural, sin que nadie lo haya
requerido a la fuerza.
Por último, un razonamiento. ¿Hasta dónde llega la soberbia humana, al creer
que solo la ciencia es capaz de dar explicación a todo lo que nos rodea? O acaso,
aquello que la ciencia no ha logrado explicar, ¿no existe?

%UXMHUtD\PDJLDQHJUD

La mayoría de las fuentes que entregan información sobre brujería y magia negra
tienen tintes religiosos que levantan sospechas del verdadero objetivo que deva-
nan al proporcionar información. Siempre se ha dicho que las religiones manejan
a sus feligreses mediante cuestionamientos coercitivos que hace cada cual, respec-
to de la obediencia o rebeldía a las normas morales y dogmáticas que dicta la fe
que profesamos. Sin embargo, sobre temas esotéricos podemos afirmar que co-
existen los mismos elementos, la misma información, sin diferencias sustanciales
entre una y otra fe. Por el contrario, hay similitudes. Otras fuentes consultadas,
también suministran crónicas sobre estos temas, con una visión más laica, sin indi-
cios de querer adoctrinar a nadie. Un ejemplo de ello, es el web metareligión.com
donde su autor es de nacionalidad mexicana y estudió ingeniería mecánica: «He
tenido un interés especial por varios temas. Ejemplos de mis intereses: la religión,
la ciencia y el ocultismo. Considero que la religión es una manifestación de nuestro
deseo de entender la espiritualidad humana. Por varios años estudié las religiones
del mundo, y llegó un punto en que fue necesario compilar todos estos estudios en
una forma coherente. Este sitio es el resultado de esa idea», expresa el portal.
De la creencia popular que habla sobre la existencia de demonios, que son
capaces de interferir en la vida de las personas, metareligion.com cita ensayos de
fuentes católicas al respecto.
No es fácil encontrar escritos que traten de este asunto (…). La posesión
diabólica, es el tormento más grave y tiene efecto cuando el demonio se
apodera de un cuerpo y lo hace actuar o hablar como él quiere, sin que la
víctima pueda resistirse y, por lo tanto, sin que sea moralmente responsable
por ello (…) pero que quede bien en claro, que hay toda una gama de posesio-
nes diabólicas, con grandes diferencias en cuanto a gravedad y síntomas. Sería
un grave error fijarse en un modelo único (…). Para todos los fenómenos puede
haber explicaciones psiquiátricas, parapsicológicas o similares. Pero hay casos
que se salen completamente de la sintomatología comprobada por estas cien-
cias y que, en cambio, revelan síntomas de segura causa o presencia maléfica.
Son diferencias que se aprenden con estudio. Existen también infestaciones
diabólicas en casas, objetos y animales (…) la sujeción diabólica, llamada
también dependencia diabólica, se incurre en este mal cuando nos sometemos
deliberadamente a la servidumbre del demonio. Las dos formas más usadas
son el pacto de sangre con el diablo y la consagración a Satanás205.

Vale hacer una precisión, respecto de la imagen que


205
despierta en el inconsciente colectivo de la gente, la pala- «Acción demoníaca»,
metareligion.com . Disponi-
bra «demonio», «diablo» o «Satanás». Son acepciones que ble en <http://www.meta-
corresponden a entes o ángeles espirituales, que en su libre religion.com/ Esoterismo/
albedrío se rebelaron contra Dios. Estos vocablos en nada accion_demoniaca.htm>.
se asemejan con las caricaturas que de niño nos mostraban Consultado 27 octubre 2005.

207
7HUURUHQODHPEDMDGD

un ser revestido de rojo y negro, con una cola larga, cachos, pezuñas y habitando
un purgatorio infestado, literalmente, de un fuego abrasador. Son seres espirituales,
vale decir, que no se conforman de materia. Diablo significa «mentiroso, calumnia-
dor» y Satanás significa «opositor a los designios de Dios». Ambos conceptos reve-
lan las principales características que identifican a estos ángeles y su líder.
¿Cómo pueden las personas ser influenciadas por estos seres? Toda la literatu-
ra e información existente, indican que hay distintas maneras. «Tanto la influen-
cia demoníaca, como la posesión por malos espíritus pueden suceder por varias
causas. Maldiciones de los padres, muchas veces, desde el vientre de la madre.
Casos de incesto o de abuso sexual en la niñez. Víctimas de hechizos, brujerías,
odios, vudú, etc. Participación en cultos de satanismo, brujería, espiritismo, ma-
gia, yoga, güija, clarividencia, adivinaciones, supersticiones, amuletos, etc. (…).
El poseído pierde, finalmente, control de sus facultades mentales en cuanto a
llegar a una espiritualidad que le permita orar, por sí mismo, pues el demonio ha
recibido dominio de esta persona totalmente. Tan solo la oración profunda de
liberación hecha por otras personas creyentes o un exorcismo oficial de la iglesia
le puede liberar»206, asegura el portal <theworkofgod.org>.
¿Qué es el ocultismo? Monseñor Donald W. Montrose, Obispo de Stockton,
California, Estados Unidos, escribió al respecto que «por ocultismo entendemos
una influencia supra-humana o sobrenatural que no es de Dios y comúnmente lo
asociamos con lo que tiene influencia demoníaca. En los Estados Unidos, el ocul-
tismo es ahora mucho más popular que hace veinte años. Esto se manifiesta en la
música popular satánica, las pandillas callejeras satánicas, el aumento de los
adoradores de Satanás, el uso más extendido del horóscopo y el estudio de los
signos del zodiaco y los juegos satánicos que pueden comprarse. A pesar de esto,
mucha gente no toma el ocultismo seriamente, se ríen de la noción del poder del
mal y no lo consideran parte del mundo «real» en que vivimos. Estoy convencido
de que la influencia demoníaca es muy real y constituye una amenaza peligrosa
para nuestro bienestar espiritual (…). La brujería o magia supersticiosa se usa
para producir efectos que están más allá del poder humano. Estos efectos pueden
ser buenos o malos y se realizan por medio de palabras o gestos mágicos, por el
uso de hierbas mágicas, polvos, líquidos o cosas similares. Con frecuencia, hay
una invocación especial al diablo. Males físicos son dirigidos contra individuos,
a causa de odio o celos. Todos hemos oído sobre alfileres clavados en muñecas, el
mal de ojo, la maldición de alimentos o bebidas que mediante el poder de las
tinieblas deben causar daño, enfermedad o muerte; esto es brujería (…). También
hay un interés creciente en la brujería africana: el vudú (…). Algunas veces se
usan objetos católicos en el vudú y la brujería, tales como
imágenes de santos, crucifijos, velas, agua bendita y ora-
206
«Influencia y posesión ciones católicas, así como otros objetos y oraciones»207.
demoníaca» theworkofg-
od.org. Disponible en <http:/
En esta búsqueda de información, dimos con una web
/ w w w. t h e w o r k o f g o d . o rg / dedicada exclusivamente al mundo esotérico, al mundo de
spanish/Libreria/Exorcism/ lo oculto: <thaisyjosef.com>. En ella, se presentan varia-
exorcsm4.htm>. Consultado dos temas que concomitan religión, espiritualidad y cien-
el 27 de octubre de 2005.
207
Montrose, Donald W., «El
cia. Sus creadores son españoles –según da a entender la
Ocultismo y su influencia página–, y la publicación se actualiza periódicamente, desde
demoníaca». Disponible en el 10 de noviembre del año 2000, cuando se dieron a cono-
< h t t p : / / a p o l o g e t i c a . o r g / cer por la Internet. Dentro de la infinidad de temas que
ocultismo.htm>. Consultado
el 27 octubre de 2005.
desarrollan, existe un contenido dedicado a la magia ne-
gra, que entrega algunas claves (que más de alguien po-

208
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

dría considerarlas razonables) de cómo funciona y se ejerce la brujería. A conti-


nuación, extractamos parte de esa información:
En las culturas en las que las ceremonias negras forman parte del ritual
religioso cotidiano, es absolutamente normal llamar a los diablos y conjurar
a los espíritus malignos, sin embargo, en nuestra cultura occidental, solo los
«excéntricos» se atreven a llamar al malvado «Lucifer», sabiendo que aquí
en nuestra cultura a los diablos no solo se les desaprueba, sino que se
piensa que solo los consideran reales las personas que tienen una imagina-
ción psicopática. Afortunadamente para los occidentales interesados por la
magia y que desean conocerla, las artes negras solo son un área de la
brujería (…) Por muy complejo y simple que sea el ritual, la fuerza que hace
que un hechizo funcione es la misma en todos los casos, nueve días de ayuno,
dormir poco y los humos embriagadores de hierbas narcóticas quemándose
en un altar, pueden conseguir que un diablo cumpla sus órdenes, pero las
abrumadoras emociones conjuradas en estos casos, y escasos minutos de
concentración en el odio, o en la avaricia pueden crear también, los resulta-
dos deseados por los magos negros, pues el poder de la magia está en la
fuerza de una emoción dirigida hacia una persona o un objeto. Evidentemen-
te no servirá cualquier vieja emoción, hay grados de sentimientos de odio y
obsesiones y en la magia, solo la emoción más alta puede producir algún
efecto. En parte, los magos negros desarrollan una capacidad para despertar
una enorme cantidad de estos sentimientos y se necesita una concentración
sobrehumana para invocarlo y proyectarlo adecuadamente. También es abso-
lutamente inútil aspirar a convertirse en brujo, ya sea blanco o negro, sin la
capacidad de formar imágenes mentales claras. Muchas personas no piensan
con imágenes, sino con palabras, y por eso son incapaces de crear una
imagen tan perfecta como la de una fotografía, de la persona a la que desean
embrujar. Lo que en realidad hacen los magos negros es enviar oleadas de
odio a una persona telepáticamente, ya que no tenemos una palabra mejor,
cada vez aprendemos más sobre los efectos de unos sentimientos poderosa-
mente proyectados (…) la popularidad de la brujería clásica, con su venera-
ción al diablo, prolifera entre los jóvenes y desafectos al sistema (…). Hay
muchas variedades de magia, por ejemplo: Las religiones como la brujería, el
vudú o la magia popular con sus pociones y hechizos, lo que ofrecen en
común al practicante, es el poder personal, el poder de destruir enemigos, de
promover el odio, de enriquecerse, de controlar el destino…208.

Empero, la idea original de las posesiones demoníacas son de antigua data, y


no es precisamente resultado de la modernidad que arrecia hoy. En la Edad Me-
dia existieron erradas exégesis de lo que implicaba la brujería, que costaron la
vida a miles de personas inocentes que murieron bajo un régimen brutal, propio
de fanáticos desbordados por la ignorancia. Fue el poder de la Inquisición que
derivó en esta máquina de persecución conocida como
«Caza de brujas». Sobre este tema abordamos el próximo 208 «Las fuerzas ocultas de
punto, basada en una monografía editada por una web de la magia negra», thaisy-
antropología y arqueología: antropos.galeon.com josef.com . Disponible en:
<http://www.thaisyjo-sef.com/
magia/magianegra/
fuerzasocultas/fuerzasocul-
tas.htm>. Consultado el 27
de octubre de 2005.

209
7HUURUHQODHPEDMDGD

/DEUXMHUtDHQOD(GDG0HGLD

Antes de adentrarnos a escudriñar en el pasado, queremos enfocar nuestro interés,


en razonar sobre la información que proporciona esta monografía, orientada para
situarla en los hechos ocurridos el 27 de julio de 2004, en la embajada de Chile.
Desde un inicio revisamos cómo se fueron sucediendo los hechos, con importantes
aspectos desconocidos por la opinión pública y, principalmente, la participación
de Marisol Cheves en distintos escenarios, con sospechosas participaciones en
hechos previos y posteriores a las muertes, además de costumbres y actitudes
arraigadas en su persona, que nos han llevado a discurrir sobre estos temas.
Queremos que en la entrega de la siguiente información observe las coincidencias
de elementos, hábitos, rutinas y otros, que son fácilmente extrapolables a nuestra
principal sospechosa de fraguar los crímenes.
Si hay un factor importante que afecta la incredulidad de la gente, para acep-
tar como un hecho la existencia de los brujos y brujas, de los hechizos y
encantamientos, se debe a las arbitrariedades y fanatismos que prevalecieron
durante la Edad Media y parte del Renacimiento. Las injusticias fueron protago-
nizadas por distintas autoridades de la época, frente a lo que con el tiempo se
denominó «Cacería de brujas». La Edad Media corresponde a un período de la
historia universal europea denominada por algunos como «edad oscura», por la
decadencia en términos de riqueza y por el apagón cultural que se experimentó,
principalmente, a partir del siglo XII. Esta etapa estuvo siempre ligada a la apa-
rición de grandes pestes y epidemias, que sumado a la crisis espiritual, hicieron
que católicos y protestantes dieran rienda suelta a la búsqueda de culpables. Los
aquelarres, sabbat y sectas de brujas impelieron la atención y persecución del
mundo medieval. La monografía de antropos.galeon.com, entrega importantes
antecedentes y define qué clase de mujeres eran las brujas:
Este modelo arquetipo lo podemos rastrear en muchos autores modernos,
que nos pueden ser de gran ayuda. Los trabajos de Julio Caro Baroja209 son
excepcionales para poder abordar este tema de una manera completa. Nos
ocuparemos de vislumbrar a la verdadera bruja, no a aquella de los cuentos
de hadas, sino a esa mujer tangible de la vida cotidiana (…). En la Edad
Media la brujería y la demonología alcanzarán nuevas dimensiones merced al
espíritu de crisis que se estaba viviendo (…). En el siglo XV aproximadamente
ya se definirá el estereotipo de la bruja ligada a la maldad,
209
a la corrupción, teniendo como compañía al demonio (…).
Julio Caro Baroja fue un
antropólogo, historiador, lin- La idea de que estas brujas o servidoras del demonio se
güista y ensayista. Nació el diseminaban por el mundo causando males, llevó al Papa
13 de noviembre de 1914 en Inocencio VIII a dictar en 1484 la bula Summis Desiderantes
Madrid. Sobrino del escritor
Affectibus. En esta bula la iglesia apoya la persecución de
Pío Baroja, es considerado
el iniciador en España del personas que practiquen hechicerías, encantamientos, etc.
llamado «enfoque histórico- (…). Estas mujeres, las brujas, en su mayoría poseían cono-
cultural». Su producción cimientos de medicina natural, transmitidos de generación
abarca 48 libros publicados.
en generación. Muchas de ellas eran embaucadoras, otras
En 1983 fue galardonado
con el Premio Príncipe de tantas eran verdaderamente servidoras de Satanás. Por la
Asturias de las Ciencias trascendencia que en la Edad Media tuvo esta figura, nos
Sociales y en 1985 con el deja ver la importancia que cobraba como rol social. Apare-
Premio Nacional de las Le-
cían como realizadoras de sueños y pesadillas ante la so-
tras Españolas. Falleció el
18 de agosto de 1995. ciedad por sus hechizos y conjuros. Esto se explica tenien-

210
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

do en cuenta que había ciertos deseos terrenales que no se podían pedir a


Dios, no porque se creyese su poder insuficiente, sino porque la mayoría de
las veces el demonio estaba más cercano. El diablo entrega dones aquí y
ahora, en cambio para pedirle a Dios debían, quizás esperar la vida espiritual.
La bruja manipula la realidad, en función de sus deseos o de quienes lo solici-
ten. Había hechizos referentes en su mayoría a satisfacción de amores, adqui-
sición de bienes, predecir el futuro, alejar a las personas indeseables o causar
daños. Muchas veces la bruja no es aquella mujer fea, ermitaña y alejada de la
sociedad. Generalmente se desliza en las calles de día, y a veces, solo a veces,
acude a la iglesia, ya que muchas veces no reniega de Dios, sino que hasta lo
invoca en sus conjuros. En la sociedad es aquella mujer a la que se teme, pero
que a la vez se recurre a ella en situaciones extremas210.

Respecto de los pactos diabólicos que las brujas llevan a cabo, el mismo Caro
Baroja dedica un capítulo en su libro Vidas mágicas e Inquisición, en el que nos
habla:
De los arquetipos de pactos, sobre todo en la España del medioevo. General-
mente el pacto es inducido por el amor carnal, pero es cierto que podemos
encontrar otros móviles. Estos podrían ser deseos de riquezas o de poder o
de mando (…). La persona que realiza el pacto reniega de la fe de Dios y de
la Iglesia. Se aparta del camino de Dios (…). Renuncia a sus parentescos
carnales, recibe de parte de su nuevo señor un vestido nuevo; el círculo
mágico (en cuyo interior se dibuja un pentáculo –estrella de cinco puntas–)
sirve para realizar la llamada del mago al demonio. El nuevo mago queda
inscrito en un libro de la muerte, comienza a realizar sacrificios horrendos y
practica el mal todo lo que puede (…). El sabbat era la expresión de la
religión del demonio. En él las brujas y brujos se reunían en un banquete
enorme con el diablo, comían y bebían en exceso. Luego lo adoraban, lo
besaban y copulaban con él y entre ellos, manteniendo relaciones homo-
sexuales y sodomíticas. (…) La reunión carnal llevaba a sellar el pacto demo-
níaco. Las relaciones de orgía y las relaciones desviadas desvirtúan el acto
sexual al alejarlo del carácter sagrado de la concepción y convertirlo en un
acto meramente de placer. Por otro lado, el demonio se aseguraba una des-
cendencia al transmitirle los secretos maléficos adquiridos de generación en
generación. Esta reunión se realizaba la noche del viernes al sábado en
algún lugar apartado o bien en los bosques, allí se realizaba el pacto con el
diablo, en donde él transmitía a las brujas toda clase de conocimientos
mágicos y poderes con los cuales pudieran vencer a sus adversarios o ayudar
a sus protegidos. Con el correr de los años estos sabbat fueron solamente
atribuidos a la parte femenina, los hombres quedaron de lado, entonces era
la mujer la que participaba de este rito (…). Ya se ha explicado anteriormen-
te, que las brujas adquirían su conocimiento transmitido de generación en
generación y por vía oral (…). Las artes mágicas eran uno de estos conoci-
mientos. Tenían conocimiento de la manipulación de determinadas sustan-
cias minerales las que utilizaban como remedios y vene-
210
nos. También entre estas artes tenemos la adivinación y la «La brujería en el medio-
evo», antropos.galeon.com.
interpretación de los sueños. Todas estas actividades, por
Disponible en <http://www.-
supuesto, eran censuradas por el cristianismo (…). Las bru- antropos.galeon.com/html/
jas, desde el punto de vista de curanderas, tenían un gran brujeria.htm>. Consultado el
conocimiento en cuanto a hierbas y remedio se tratara (…). 28 de octubre de 2005.

211
7HUURUHQODHPEDMDGD

Esta bruja se dedicaba a realizar conjuros o hechizos, ya sea para provecho


propio o ajeno (…). Desde siempre han ocurrido desventuras amorosas, amo-
res no correspondidos o prohibidos (…). El rito que acompaña a este conjuro
lo dio a conocer una procesada: había que medir la puerta de la calle, una
vez con las manos y otra con un cordel, echar sal de moler en las junturas de
las puertas y poner en una esquina de la misma una escoba nueva. Había que
hacerlo nueve veces por nueve noches consecutivas mirando la misma estre-
lla, que debía ser de su propio gusto. Otro conjuro dado por otra procesada,
la Beata de Huete, tenía que ver con otro elemento de gran poder: la sombra.
Este conjuro lo decía desnuda y frente a su sombra, con una vela encendida
(…). De esta forma encontramos muchísimos conjuros para retener el amor,
para que el marido vuelva siempre a casa, para el mal de amores, realizados
en su mayoría a solteronas y traicionadas. En estos conjuros tenemos
invocaciones al demonio que son bastante comunes. Pero también nos pode-
mos encontrar con oraciones a santos, cercos para protección contra demonios
y filtros (…). Los temores más comunes con respecto a las brujas radican en su
poder de causar daño, inclusive, a grandes distancias (…). El maleficio se
realizaba en la comida o en la bebida. O bien se dirigía una mirada a la víctima
o se maldecía algún objeto que le perteneciera, otras brujas, las más podero-
sas podían causarle el daño solo con tocarlo o con tocar su ropa. No todos
estos maleficios eran causados con malicia o con la intención de lastimar211.

Como hemos visto, existen elementos en este compilado monográfico que, de


una u otra manera, también están presentes en las descripciones que se hacen de
las actividades realizadas por Marisol Cheves. No haremos el paralelo explícito
para que no se diga que estamos forzando una situación. Basta revisar los relatos
y testimonios que se hacen de ella y su círculo más cercano, para ver la similitud
de lo que relata la monografía de antropos.galeon.com

$UFKLYRVFRQWHPSRUiQHRVGHSUHQVDVREUHEUXMHUtD

En Chile existen diarios que están más prestos a frecuentar estos temas, porque su
línea editorial lo permite, porque son temas que «venden» y a la gente llama la
atención; en cambios, otros intentan evitar su divulgación, porque piensan que
corresponde a un pensamiento mágico, a una quimera que puede afectar la credibi-
lidad del medio en cuestión. Lo cierto, es que no deja de sorprender lo tangible que
es el tema, no solo en nuestro país sino también en distintos puntos del planeta.
Haciendo una breve revisión de las notas relacionadas con la terminología
«magia negra», que el diario Las Últimas Noticias ha publicado, desde el 1 de
enero de 2002 hasta marzo de 2006, arroja un total de 59 artículos. De ellas
extractamos las siguientes:

 ,VDEHO%DZOLW]D\VXHVFDORIULDQWHFRQWDFWRFRQODPDJLDQHJUD

«El año 2002 Isabel Bawlitza se llenó de logros. Fue el rostro chileno del
Cachantún Fashion y una de las maniquíes más destacadas del programa de Tele-
visión Nacional, «Noche de juegos». Todo ese buen momento debería haberse
capitalizado el 2003, pero no sucedió (…) de un día para
211
Ibidem. otro dejó de recibir llamados telefónicos, se empezó a sen-

212
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

tir cansada, deprimida y sin ánimo, lo que la llevó a encerrarse. La modelo, hace
dos meses ya completamente recuperada, cuenta por primera vez que fue víctima
de mal de ojo o brujería, algo difícil de creer tanto para ella como para su familia
(…). «Es que no quiero parecer una loca», comenta, «ni menos que me molesten
en C.Q.C.», bromea. Con cierta reticencia entonces, comienza un relato que pone
los pelos de punta y que parece increíble. Sus papás tampoco creyeron en lo que
dijeron, tanto el psicólogo que la estaba tratando, como el místico brasileño Ri-
cardo Goncalves: que alguien le había hecho un «trabajo». (…) Era cerca de la
hora de almuerzo y, como ya se estaba haciendo habitual, la modelo estaba
todavía en cama. De pronto sintió que algo la despertaba. Isabel pensó que había
sido su mamá, pero no había nadie. Entonces se empezó a sentir extraña. Algo le
oprimía el pecho, no podía hablar y sentía la densidad del aire de su habitación.
Su papá se asomó –sin entrar– para avisarle que el almuerzo estaba casi listo,
pero ella no pudo responderle (…). La mamá, que terminaba de poner la mesa,
prácticamente soltó los platos de la sorpresa: su hija estaba completamente baña-
da en sudor. Isabel contó lo que le había pasado y en ese momento su papá le dijo
que había visto una extraña sombra en su dormitorio (…). «Hay cosas que a mí
me cuesta creer, pero lo único que sé ahora es que existe el bien y existe el mal»,
reflexiona. «Es difícil creer que alguien te puede desear tanto mal, porque uno no
cree andar haciéndole daño a nadie, aparte de gustarme mi trabajo y hacerlo
bien, no hago nada malo, no intencionalmente al menos».
–¿Tú no creías en este tipo de situaciones?
–A mí siempre me ha gustado verme la suerte, soy medio esotérica. Pero ja-
más me había tocado a mí, ni de esa manera.
–¿Y a nadie de tu familia tampoco?
–Nunca. Uno siempre escucha historias, pero lo ve como de afuera, nunca
piensas que te va a tocar a ti. Y tuve la suerte de conocer a Ricardo, que me
ayudó, tuve la suerte de conocer al psicólogo. Y que te digan ellos que te están
haciendo mal, no queda otra que creer. Yo sé que hay gente que va a ser escéptica;
pero qué bueno que alguien crea, para que sepa que estas cosas existen, para estar
protegido» (lun.com)212.

 3DWW\/ySH]GLMRTXHIXHYtFWLPDGHPDJLDQHJUD

«Patricia López repite a los cuatro vientos que está en otra (…). Mientras
conversaba junto al panel de S.Q.P., la actriz volvió a mencionar que había sido
víctima de la magia negra. Aprovechando la ocasión, el programa de farándula
le recordó las declaraciones que hizo en «N-Migas», en junio de este año, donde
aseguró que «a mí un brujo me dijo una vez, por medio de
otra persona que preguntó por mí, que una persona me 212 Valle, Alejandra, «Isabel
había quitado a un pololo que quise mucho con brujería. Y Bawlitza y su escalofriante
contacto con la magia ne-
después, pensando, calzan todos los datos. Y me sentí tan gra», diario Las Últimas
mal, me sentí tan estúpida. ¡Y sé quién es además! ¡Todos Noticias , 17 de noviembre
la conocen! (riéndose)». Patty López no perdió el tiempo de de 2003, Santiago, Chile.
aclarar esas frases y detalló a los chicos de S.Q.P. que «una Disponible en <http://www.-
lun.com/TiempoLibre/deta-
amiga, que es fanática de los oráculos, preguntó por mí y lle_noticia.asp?idnoticia=C379-
le dijeron que me habían quitado a un novio que yo había 419144992245&cuerpo=701&secc-
querido mucho con magia negra» (…) la actriz de «Peca- ion=807&subseccion=901>.
dores» explicó por qué se había convertido en un blanco Consultado 29 marzo 2006.

213
7HUURUHQODHPEDMDGD

fácil para las oscuras artes de la brujería: «La mente es muy poderosa. También
tiene que ver con que yo estaba en un momento mental muy débil, con una con-
ciencia muy pequeña, enfocada en el conflicto. Por lo tanto, si alguien quiere
hacerte daño, se puede hacer. Pero ahora ya no más. Ya dejé atrás todos esos
miedos» (lun.com)213.

 $OFDOGH3LQWRVRUSUHQGLGRSRUPDJLDQHJUDHQVXFRQWUD

«Extrañeza produjo en el alcalde de Valparaíso, Hernán Pinto, la insólita


noticia de que la pareja que intentó extorsionarlo con el pago de un millón 200
mil pesos para no revelar aspectos de su vida privada, se había encomendado a la
diosa de la santería cubana, Oshún. Cuando Investigaciones allanó el departa-
mento de Nelson Silva Maldonado –uno de los acusados de amenaza y hoy encar-
celado–, se encontró con un altar, velas negras y fotografías. En conversación con
El Mercurio de Valparaíso, el jefe comunal contó que en la vivienda se encontró
«un altar que ellos tenían establecido hacia una diosa que yo no tengo idea quién
era, a la cual me tenían encomendado porque se acompañaron al proceso foto-
grafías que me tenían pegadas y distintos elementos de mi persona, tendientes a
conseguir un poco las rogativas que yo no pudiera desprenderme de ellos, que no
pudiera abandonar la imagen y terminara por pagar lo
213
que estaban pidiendo», explicó Pinto. En el lugar también
Henríquez, Karla, «Patty
López dijo que fue víctima había una leyenda que pedía que Pinto les cancelara el
de magia negra», diario Las dinero. «Uno siempre dice que no cree en estas cosas, pero
Últimas Noticias, 18 de di- tampoco le gusta que pasen», comentó ayer el alcalde, quien
ciembre de 2003, Santiago, es católico y que incluso, en medio de la efervescencia del
Chile. Disponible en: <http:/
/www.lun.com/TiempoLibre/ caso Spiniak, se dejó ver en una entrevista con una pulsera
214
detalle_noticia.asp?idnoticia- de los santos» (lun.com) .
=C379729284694907 &cu-
erpo=701&seccion=807&-  'LRV\HO'LDEORPXHVWUDQVXVWpFQLFDV
subseccion=901>. Consulta-
do el 29 de marzo de 2006. HQDVRPEURVRSURJUDPD
214
Cisternas, Marianela, «Al-
calde Pinto sorprendido por «Los humanos vivimos en una eterna vulnerabilidad ante
magia negra en su contra», el demonio», dice el experto en temas diabólicos Hugo
diario Las Últimas Noticias ,
25 de septiembre de 2004. Zepeda en uno de los episodios de «Pactos, milagros y
Santiago, Chile. Disponible maleficios», programa que comenzará su primera tempo-
en <http://www.lun.com/Po- rada este miércoles en TVN. Conducido por la periodista
litica/detalle_not-icia.asp- Mirna Schindler, el espacio se sumerge en episodios reales
?idnoticia=C3 825491640-
35301&cuerpo=701&sec- vividos por personas comunes y corrientes que no se expli-
cion=802&subseccion=901>. can por sí solos (…). ¿Verdad o sugestión? Schindler ofrece
Consultado el 29 marzo 2006. en ese y en todos los capítulos, la versión racional y la
215
Rokas, Patricio, «Dios y crédula. «Las experiencias con Dios, la fe y lo sobrenatu-
el Diablo muestran sus téc-
nicas en asombroso progra- ral son personales. Frente a eso tengo respeto. No puedo
ma», diario Las Últimas poner las manos al fuego, pero me he enfrentado a hechos
Noticias, 4 de abril de 2005. verdaderamente extraordinarios» (lun.com)215.
Santiago, Chile. Disponible En la serie de doce capítulos que exhibió el programa
en <http://www.lun.com/Tie-
mpoLibre/detalle_noti- de Televisión Nacional de Chile, da cuenta de historias
cia.asp?idnoticia=C38445897- realmente sorprendentes, que reúnen particularidades pro-
379838&cuerpo=701&sec- pias del ocultismo y el animismo. Importante sería valorar
cion=807&subseccion=904>. la neutralidad y objetividad de los casos que investigó la
Consultado el 29 marzo 2006.
periodista, Mirna Schindler.

214
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

 -HDQFRLV-RVHSKDJUHJDGRFXOWXUDOGH+DLWtHQ&KLOH
›(OYXG~H[LVWH\WLHQHHIHFWRVSRGHURVRVœ

«Los jóvenes en Shangai tienen una nueva moda: clavarles alfileres en el


corazón a unas pequeñas muñecas vudú para intentar bajar de peso, pasar sus
exámenes o hacerles mal a sus enemigos. Y aunque muchos se rían de estas creen-
cias, según el agregado cultural de la embajada de Haití en nuestro país, Jeancois
Joseph, «el vudú existe, es poderoso y se puede usar con buenas o malas intencio-
nes». Esta práctica religiosa-fetichista proviene de África, pero son los haitianos
quienes se caracterizan por seguir este credo. En Chile, poco se sabe de estas artes
y de inmediato se le asocia con magia negra, pero el vuduismo también tiene su
lado bueno. «Los sacerdotes (Oungan) y las sacerdotisas (Mambo) conocen los
secretos medicinales de las plantas y los árboles, lo que es muy bueno para una
población que vive mayoritariamente en el campo (…).
–¿Pero es cierto el poder de las muñecas vudú y sus alfileres?
–Sí, es verdad, pero eso sucede en cualquier religión. No hay que tener cuida-
do con el vudú, sino con las malas personas. Muchos lo usan para hacer justicia
por su propia mano. Si tienes una disputa con un hombre poderoso, al que no
puedes llevar a la justicia, pues puedes usar el vudú para hacer algo en su contra,
desde enviarle un simple dolor de cabeza hasta causarle la muerte. Incluso una
vez muerto puedes convertirlo en zombie y hacer que trabaje para ti como un
esclavo.
–Yaa...
–Yo no he visto nada, pero eso dice la creencia popular, ja.
–Hace poco detuvieron a una haitiana en un aeropuerto norteamericano por
llevar un cráneo humano en su equipaje...
–Sí, los sacerdotes los usan para combatir el mal que otros han dejado libre.
En mi país, una persona de cualquier clase social sabe qué hacer en caso de que
en la puerta de su casa le pongan un recipiente con un plátano verde cortado en
trozos, monedas o estampitas católicas. Eso es un mal y hay que ahuyentarlo con
agua y jamás traspasar el sortilegio.
–¿Es cierto que quienes asisten a esas ceremonias terminan poseídos?
–Claro, los vuduistas creen en muchos espíritus y divinidades, llamados Loa.
Durante la ceremonia, el sacerdote interpela a un Loa, y esta divinidad puede
entrar en posesión de cualquiera de los asistentes. Al poseído se lo llama «Caballo
del espíritu». Es una catarsis mágica.
–En los diarios siempre hay avisos de magia vudú para conseguir pareja,
¿cualquiera puede practicarlo?
-Sí. Para practicar el vudú solo basta aprender y tener 216
Palazzo, Mauricio. «Jean-
fe. Muchos extranjeros viajan a Haití para iniciarse en los cois Joseph, agregado cul-
Oufó (templos), y algunas universidades estadounidenses tural de Haití en Chile: ‘El
presentan especial interés por el tema (lun.com)216. vudú existe y tiene efectos
poderosos’», diario Las Úl-
timas Noticias , 1 de marzo
En general, todos los diarios de circulación nacional, de 2006, Santiago de Chile.
tanto en Chile como en Costa Rica, han publicado en más Disponible en <http://www.-
de una ocasión asuntos relacionados con las prácticas lun.com/sociedad/deta-
ocultistas. La diversidad es amplia, lo que también habla lle_noticia.asp?idno-ticia=-
C38776883 5094213&-cuer-
de distintos modos de ejercer la brujería y de ser afectado po=701&-seccion=800&sub-
por ella. Entonces, como es costumbre, aparecen psicólo- seccion=902>. Consultado el
gos y psiquiatras que intentan advertir «lógicamente», los 29 de marzo de 2006.

215
7HUURUHQODHPEDMDGD

factores que puede llevar a una persona, que dice haber sido víctima de algún
«maleficio», a elucubrar esas ideas. En este sentido, en su libro I Have Lived in
the Monster [Yo he vivido en el monstruo] (St.Martin’s Press), Robert K. Ressler217,
experto en perfiles criminales, hace esta impresionante observación acerca de lo
demoníaco:
La gente de la era anterior a Freud pensaba que las causas sobrenaturales
eran las únicas explicaciones lógicas para los asesinatos excesivamente sal-
vajes, desangrados y otros actos igual de monstruosos. La gente creía que
había elementos demoníacos en esos actos, y no puedo decir que estaban
totalmente equivocados, porque incluso hoy, cuando tratamos de explicarnos
los actos de un Jeffrey Dahmer218, parecen satánicos, al menos en parte,
porque están, en gran medida, más allá de la comprensión racional. Los
podemos atribuir a la conducta humana, llevada a extremos, pero incluso
decir esto, y demostrar cómo esas conductas se pueden rastrear hasta la
niñez y a presiones genéticas, no es completamente suficiente como explica-
ción. Después de todo, en la familia Dahmer, Jeffrey tenía un medio hermano
menor que creció en la misma casa, pero no cometió actos horrendos.

M. Scott Peck219 es un ejemplo de una persona con una perspectiva totalmente


escéptica y secular que llegó a creer en la posesión demoníaca:
Como científico cabeza dura –lo cual me considero ser– puedo explicar 95%
de lo que sucedió en estos casos por medio de la dinámica
217
Robert K. Ressler es un psiquiátrica tradicional... Pero me queda un crítico 5% que
coronel retirado de la Arma- no puedo explicar así. Me queda lo sobrenatural... (People
da norteamericana. Traba-
of the Lie) [Gente de la mentira], pp. 195-196)220.
jó más de veinte años en
el FBI, donde se convirtió en Enfocando nuestra investigación en las trágicas muer-
el primer perfilador o espe-
cialista mundial en la iden-
tes ocurridas en la embajada de Chile, tomamos contacto
tificación y captura de cri- telefónico con el sacerdote español, José Antonio Fortea
minales violentos, gracias a Cucurull, considerado por la Iglesia Católica, como uno de
su habilidad para trazar su los mejores demonólogos de la actualidad. Fortea lleva años
perfil psicológico. Es el
creador del término serial
investigando casos de posesiones demoníacas, junto con mé-
killer (asesino múltiple). dicos, psicólogos y psiquiatras. Tiene una tesis doctoral
218
Jeffrey Dahmer, conocido sobre este tema y los resultados han sido divulgados a tra-
como «el asesino de vés de distintos escritos, y en su libro Summa Daemoniaca,
Milwaukee», exterminaba a
jóvenes homosexuales, ade-
que el propio religioso publicita en sus páginas web
más desmembraba y comía <www.fortea.us> y <www.fortea.ws>.
parte de sus víctimas.
219
M. Scott Peck, conocido
psiquiatra estadounidense,
escritor y autor de La nue- 5HYHUHQGR-RVp$QWRQLR)RUWHD
va psicología del amor. Fue
jefe del grupo que investi- Fortea indica que los pocos fenómenos de posesiones que le
gó las atrocidades cometi-
ha tocado presenciar, si les hubiese encontrado sólo una
das en MayLai, Vietnam.
220
«¿No es la idea de la po- explicación psiquiátrica o psicológica, no hubiera tenido
sesión demoníaca una reli- ningún problema en aceptarlo, pero señala que muchas veces
quia de tiempos más primi- son los propios profesionales en patologías de la mente
tivos?», rbclatino.org. Dispo-
humana quienes derivan sus casos a él, cuando no han en-
nible en: <http://www.rbc-
latino.org/rpd/04-03- contrado una explicación al origen del trastorno.
03.htm>. Consultado el 10 de ¿Por qué se producen estos fenómenos? Según Fortea:
enero de 2006. «La sociedad se ha paganizado y cada vez se practica más

216
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

la brujería, la adivinación y el espiritismo, puerta de entrada de la posesión


diabólica (…). A su juicio, la telequinesia, la levitación, los viajes astrales, toda
adivinación de lo oculto son fenómenos provocados por la intervención oculta de
los demonios. Estas prácticas son invitaciones tácitas a la posesión (…). Además
el diablo reafirma su presencia en este mundo a través de ella. Se trata de un
fenómeno sorprendente en virtud del cual el demonio invade el cuerpo de un
hombre vivo y mueve sus órganos en su nombre y a su gusto, como tratándose de
su propio cuerpo, reside realmente en su interior, habla y lo trata como propiedad
suya»221. El periodista del portal www.akasico.com, David Sentinella, entrevistó
a Fortea para un artículo sobre la fenomenología demoníaca, y ante la pregunta,
¿cómo se sabe si una posesión demoníaca es real o es psicológica?, Fortea es
categórico: «O hay posesión o no hay posesión, no hay términos medios. O la
persona está enferma o está posesa. No hay por lo tanto problemas para el discer-
nimiento. En el caso de las personas posesas, son individuos completamente nor-
males, que no tienen problemas psicológicos, que razonan perfectamente y que en
un momento dado, a partir de un hecho, de pronto comienza a tener unas mani-
festaciones que no son explicables, tales como arrebatos de ira y de furia tremen-
dos, hablar lenguas extrañas, imposibilidad de entrar en una iglesia, la gente que
está a su alrededor se queda perpleja, muy extrañada, atemorizados»222.
Fortea plantea que el meollo del asunto es preguntarse si el espíritu existe o
todo es materia, porque si existe algo que no es materia, «eso que los romanos
llamaron spiritvs, entonces el fenómeno de la posesión es posible. Si un psiquiatra
no supiera nada de posesiones, los síntomas que observaría en un poseso típico, le
llevarían a ver una esquizofrenia paranoide, un desorden disociativo de la perso-
nalidad y una crisis de convulsiones propia del gran mal de la epilepsia (…). Si
uno no quiere admitir una causa demoníaca, al menos debe admitir que todos los
testimonios llevan a la conclusión de que nos encontramos, no ante un desorden
mental simple, sino ante un síndrome para el que hay que
buscar un lugar específico dentro de la catalogación médi- 221 Vidal, José Manuel, «El
ca»223. exorcista con más trabajo»,
diario El Mundo, 31 de mar-
Sin lugar a dudas, cuando escuchamos la expresión «pose- zo de 2002, Madrid, Espa-
sión demoníaca», nos puede venir a la mente la imagen de la ña. Disponible en <http://
pequeña Regan, protagonizada por Linda Blair, en la película www.el-mundo.es/cronica/
«El Exorcista», de William Friedkin. Una jovial, lozana e 2002/337/101764 8605.html>.
Consultado 31 marzo 2006.
inocente niña entra en un estado de schock o trance inexplica- 222 Sentinella, David E., «Pa-
ble, que pronto desfiguran su rostro, con llagas, rasguños, dre Fortea: ‘La fenome-
ojos en blanco, contorsiones, espasmos, regurgitaciones de nología demoníaca es mayor
secreción salival, profiriendo ofensas y hablando en lenguas que simplemente la pose-
sión’», akasico.com. Disponi-
desconocidas que electrifican a cualquiera. ¡Todo eso forma ble en <http://62.81.205.108/
parte de una película y se exageran muchas cosas! Paginasasp/ Contenidosec-
Quisimos indagar en la particular visión que tiene so- ciones.asp?ID=22-44&No-
bre el tema, el sacerdote Fortea, y, para ello, telefónicamente mbre=ENTREVISTA>. Consul-
tado el 29 de marzo de 2006.
le contamos a grandes rasgos, en qué consistió nuestra in- 223 José Antonio Fortea, «Exis-
vestigación y la hipótesis que manejamos. El siguiente diá- te el diablo y puede poseer
logo se estableció en julio de 2005, cuando aún no tenía- a una persona», interrogan-
mos los resultados de la autopsia psicológica practicada a tes.net. Disponible en <http:/
/ w w w. i n t e - r r o g a n t e s . n e t /
Orlando Jiménez: includes/documento.ph-
p?IdDoc=-1953&IdSec=223>.
J.A. FORTEA: Bueno, a pesar de todos estos indicios (que me cuen- Consultado el 12 de enero
tas), que son verdaderamente sospechosos, habría que examinar de 2006.

217
7HUURUHQODHPEDMDGD

(personalmente) el caso. Aunque me presentaras cinco folios, es necesario examinar el


caso, porque lo único que determina la posesión, son los signos que vemos. Todo lo que
usted me ha dicho podría ser, perfectamente, una enfermedad mental.
PERIODISTA: Es que ahí es donde está el tema...
J.A. FORTEA: Es verdad. Es sospechoso. Es muy digno de ser examinado y hay indicios que hacen
que esta persona tuviera que ser mirada (examinada). Mas, yo no puedo afirmar (nada). Lo
mismo sucede con los casos psiquiátricos. O sea, le puedes contar muchas cosas a un psiquia-
tra, pero el psiquiatra dirá: «si yo no veo al enfermo, yo no puedo emitir un dictamen».
PERIODISTA: Pero, respecto al tema psiquiátrico, y es el punto que a mí me hace dudar muchí-
simo, es que el guardia haya actuado a conciencia, porque básicamente el policía nunca
tuvo antecedentes de desorden psiquiátrico, ni siquiera genéticamente, nadie de su familia
tuvo problemas de esquizofrenia, psicosis o cosas por el estilo. En su récord de vida, como
policía, él pasó tres exámenes psicológicos y ninguno evidenció trastornos de personalidad
y nada por el estilo, al contrario, y no estoy exagerando en lo que le voy a decir, era
considerado el mejor policía, con las mejores evaluaciones; y es por lo mismo que hasta el
día de hoy nadie entiende, ni la policía, ni su familia, ni siquiera los funcionarios de la
embajada que lo conocieron y que tienen el mejor concepto de él. Por lo mismo es que el
guardia tuvo facilidad de acceder a las víctimas que buscó, porque las mismas víctimas no
entendieron y no comprendieron que Orlando Jiménez, una persona a la que le tenían
mucha estima y mucho apego se «haya vuelto loco», porque, en definitiva, esa es la explica-
ción que ha dado todo el mundo. Sin embargo, en las pericias judiciales, las pericias forenses,
médicas, nadie ha hallado una explicación lógica, racional, jurídica para decir, «ah, no,
Orlando Jiménez actuó porque le molestó esto, porque lo trataron mal, porque tenía proble-
mas psicológicos», nada, nada. A la fecha, ha transcurrido un año y nadie tiene una explica-
ción de lo que sucedió. Sin embargo, dentro de las indagaciones e investigaciones que he
realizado, en conversaciones con los funcionarios de la embajada y con otras personas que
no constan en la investigación que realizó la fiscalía de Costa Rica, me han dado anteceden-
tes y los he podido confirmar que, efectivamente, la señora del ex embajador de Chile, de
origen costarricense, es una joven que practica magia negra...
J.A. FORTEA: Todo eso es muy indicativo...
PERIODISTA: Ella practica brujería y he logrado configurar razones suficientes para poder que-
rer deshacerse de esos tres chilenos que murieron. ¿Me explico?...
J.A. FORTEA: ¡Mmmm!
PERIODISTA: Es decir, había dentro de la embajada pugnas de poder, había un tema de celos
producto de relaciones extramaritales entre algunos funcionarios, que le generaron a esta
mujer celos enfermizos, y hay actitudes de esta mujer que la muestran, o la pueden clasifi-
car, como una persona con evidentes desequilibrios...
J.A. FORTEA: Todo es muy indicativo, ciertamente, y es el típico caso que vamos a mirarlo para...
que puede... es muy sospechoso...es muy sospechoso. Pero más no le puedo decir. ¡Todo es
muy sospechoso!
PERIODISTA: Pero dentro de una posesión, y en eso usted sí me puede responder teóricamente,
una posesión de una persona por un demonio ¿puede eventualmente tener una actitud en
que no ponga los ojos blancos, en que no esté hablando en lenguas...?
J.A. FORTEA: Si lee mi libro (Summa Daemoniaca), ahí está explicado que hay dos tipos de
posesiones, los aperti y los clausi.
PERIODISTA: ¿Y cual es la diferencia entre una y otra?
J.A. FORTEA: Los aperti actúan con los ojos abiertos.
PERIODISTA: ¿Y que hable y no conteste cuando le preguntan?
J.A. FORTEA: Sí, sí, sí, sí.
PERIODISTA: Porque uno tiene la imagen de un poseso agresivo, que arremete ante términos

218
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

religiosos, sagrados, que se pone a la defensiva, que pone los ojos blancos y todo ese tipo
de cosas que uno ve en las películas…
J.A. FORTEA: Si la psiquiatría es complicada, la conexión entre psiquiatría y posesión es quizás
de las partes más complicadas de la psiquiatría.
PERIODISTA: Reverendo, para entenderlo, ¿cuál es la diferencia entre esas dos posesiones?
J.A. FORTEA: Hay unos que ciertamente cierran los ojos, quedan inmóviles, ponen los ojos en
blanco y una serie de cosas más largas; y hay otros que sin embargo, pueden verse, que
hablan mirando a la persona con los ojos abiertos y pueden llevar un diálogo sin ningún
problema, moverse y obrar. Son los casos más complicados de discernir. Cuando más patente
(son los signos que evidencia un poseso) es más sospechoso. Cuando todo es más sutil, más
oculto, menos peliculero, es más difícil... perdón, más fácil para el ojo experto discernir las
cosas. Justo lo contrario de lo que puede parecer a simple vista.

6tQGURPHGHPRQRSiWLFRGHGREOHSHUVRQDOLGDG

El reverendo Fortea dejó hecha la invitación para que escudriñáramos en los


documentos que ha publicado sobre las «posesiones demoníacas». En <www.fortea.us>
nos encontramos con el texto íntegro impartido por él, en una conferencia realiza-
da en Granada, en el año 2003. El documento se titula «Síndrome demonopático
de doble personalidad», donde su autor lo define como un estudio psiquiátrico
que no pretende convencer a nadie de la etiología espiritual que los teólogos
achacan a este fenómeno y que denominan «posesión demoníaca»; pero sí, llegar
a concluir que se trata de una patología sui generis que merece una clasificación
específica dentro de los tratados de psiquiatría (DSM).
Las descripciones y análisis que plantea este estudio es coincidente con lo que
evidencia el «caso embajada».
Fuera de la crisis furiosa en que emerge la segunda personalidad, la persona
lleva una vida completamente normal, sin que esta patología afecte para
nada ni a su trabajo ni a sus relaciones sociales. El sujeto aparece como una
persona perfectamente cuerda (…) no se observa una conducta delirante. (…)
No se observa ningún antecedente familiar que pudiera hacer pensar en
patologías mentales con base genética (…). En la mayor parte de los casos
estos fenómenos de posesión se producen tras participar en algún tipo de
rito esotérico: guija, práctica de espiritismo, santería afrocubana, macumba,
vudú, etc. (J. A. Fortea)224.

Lo particular de estas señales es que han puesto en jaque a más de algún


médico especialista.
Lo acepten o no los escépticos, una parte de los pocos y verdaderos casos de
posesión que han llegado a manos de psiquiatras, han sido posteriormente
remitidos, por parte de estos, a sacerdotes. Esta es una realidad, no una
teoría (…). El hecho es este, los psiquiatras remiten casos a sacerdotes, pero
la presión de la verdad correcta abruma a esos especialis-
tas a mantener el más riguroso secreto, para no despresti- 224 Fortea, José Antonio, «Sín-
giarse ante sus colegas. Estas encarecidas peticiones de drome Demonopático de Do-
ble Personalidad», fortea.us,
secreto por parte de los especialistas psiquiátricos privan Disponible en: <http://www.-
de la posibilidad de un estudio público de los pocos casos fortea.us/english/psiquiatria/
que hay sin que sus protagonistas sufran en su considera- textointegro.htm>. Consulta-
ción profesional por avalar este hecho de que ese paciente do 225
el 2 de agosto de 2005.
Ibidem.
sufre una posesión… (J. A. Fortea)225.
219
7HUURUHQODHPEDMDGD

La invitación queda hecha, para quién se interese, en leer el documento com-


pleto que el sacerdote Fortea tiene publicado en Internet en http://www.fortea.us/
english/psiquiatria/textointegro.htm
En Chile también existen estudiosos sobre estos temas y sobre ellos recae el
siguiente análisis.

+XJR=HSHGD&ROO

Hugo Zepeda es un teólogo egresado de la Universidad Católica de Chile, licen-


ciado de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, profesor universitario
y ex sacerdote. Cuando un par de años lo separan de cumplir tres cuartos de siglo
en vida, la experiencia acumulada y su bagaje cultural es inacabable. La infini-
dad de libros que ocupan su estantería hablan de una persona culta y preparada.
Su imponente figura y afable personalidad, junto a un vozarrón que intimida, son
capaces de cautivar desde el primer minuto.
Fuimos recibidos en la hospitalidad de su hogar. Al igual que con todos nues-
tros entrevistados, recordamos y contextualizamos algunos detalles de lo ocurri-
do el 27 de julio de 2004. Al contarle hechos inéditos del caso y la relación que
pudo existir con elementos esotéricos, su escepticismo no se dejó esperar. Es com-
prensible que aquello ocurriera, más si se ven involucradas distintas personalida-
des, de reconocida trayectoria en el servicio público, como por ejemplo, el vapu-
leado Guillermo Yunge. Referirse a los hechos suscitados en la embajada de Chile
y relacionarlos con el ocultismo despierta, sin lugar a dudas, un razonable
cuestionamiento y recelo, no por lo inverosímil que pudiera ser el tema, puesto
que para Hugo Zepeda son de aceptada pertenencia en su acervo cultural, sino
por la cercanía del caso, por la proximidad de los hechos con nuestro país. Bajo
ese prisma se dio la entrevista:

PERIODISTA: ¿Se puede a través de magia negra, hipnosis u otro medio, obligar a una persona
que mate a otras?
HUGO ZEPEDA: Obligar no puede. Si lo acepta es porque está convencida de ello. El caso se daría
solamente si tuviera al diablo, solamente cuando es una posesión diabólica, pero este no es
el caso, ¡por supuesto! Pero una persona no puede obligar a otra si esta no acepta el
encargo, ni siquiera con hipnosis. La hipnosis hay un momento en que llega a un límite.
Usted por ejemplo, sus valores morales profundos quedan intactos. Por ejemplo, hipnotizar
y «cometa un homicidio», no lo va a cometer si usted no tiene mente homicida.
PERIODISTA: Pero, yo le estoy hablando de si una persona quiere interceder a distancia sobre
otra persona...
HUGO ZEPEDA: No, no, no, es imposible eso. Hay otros tipos de influencias a distancia, pero no
precisamente para que una persona se reserve a dar muerte a otra persona.
PERIODISTA: ¿En qué circunstancias sí podría ocurrir una situación como esta?, que una perso-
na «obligue» a matar a otra.
HUGO ZEPEDA: Cuando pertenecen a las sectas. Generalmente el «jefe» de las sectas obliga,
muchas veces, a sus afiliados, a cometer actos o ritos abominables. Les dicen que para
mantenerse en ella o para ascender deben iniciarse. Allí, las personas enajenan su volun-
tad. La entregan precisamente a este «jefe» y él se apodera de ellos, pero tiene que haber
contacto entre ellos, entre el jefe de la secta con su afiliado, o sectario que se llaman. En
este caso, por ejemplo, y puedo equivocarme, en el caso del asesinato del cura de la
Catedral Metropolitana de Santiago, por ejemplo...
220
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

PERIODISTA: Faustino Gazziero, que ocurrió unos días antes que lo de Costa Rica.
HUGO ZEPEDA: Exactamente, ¿ve usted? Lisa y llanamente usted ve que este joven (Rodrigo
Orias)... parece que él pertenecía a una secta. Entonces, en la secta se crea una especie de
ambiente para, precisamente, cometer cierto tipo de delitos, pero no (es posible), si no hay
relación entre las personas.
PERIODISTA: Yo conversé con don Humberto Lagos226 (...) y al plantearle este mismo tema él me
dice que a través de hipnosis podría...
HUGO ZEPEDA: Sí, a través de hipnosis sí, pero hipnosis a distancia no existe.
PERIODISTA: ¡Ah! por supuesto, hipnosis a distancia no…
HUGO ZEPEDA: Yo no puedo hipnotizar a distancia y más a una persona indeterminada; además,
con la hipnosis misma yo tengo mis dudas.
PERIODISTA: En Costa Rica entrevistamos a dos brujos que pertenecen a la religión o secta,
Wicca. Ellos aseguran que a través de una hipnosis, sí se podría obligar a otra persona a
matar, pero sería capaz de matar, quizás, a una sola persona y no a tres, porque con la
adrenalina que fluye se despertaría del trance.
HUGO ZEPEDA: Pero en este caso, ¿cómo va a estar sometido a una hipnosis durante más de
siete horas que creo duró el proceso?
PERIODISTA: Sí, fue largo.
HUGO ZEPEDA: Claro, entonces es muy difícil que eso pueda acontecer. Entonces yo no creo, en
este caso, en la hipnosis. Yo siempre creo más en la filiación a una secta, pero eso no consta
en el caso que usted me ha planteado.
PERIODISTA: Los antecedentes que yo le he dado son muy vagos, sin duda, pero ¿le indica algo que,
a lo mejor, esta mujer tenga cierta adhesión a ritos y costumbres esotéricas, o es inofensivo?
HUGO ZEPEDA: En realidad, yo creo que es una cosa inofensiva, porque las sectas son, sobre
todo cuando son de carácter satánico, son otro tipo de ritos más sangrientos y aquí... esto
es más... no es tanto. Es una persona de carácter difícil, nada menos (...). ¡Yo tengo muchas
dudas todavía!
PERIODISTA: ¿Cómo cuáles? Me interesa para....
HUGO ZEPEDA: Me gustaría ver el carácter de la señora misma. Todavía no me formo una opinión
completa. Este asunto hay que investigarlo muy acuciosamente, porque, o si no, uno puede
cometer errores.
PERIODISTA: Por supuesto, por supuesto. Estamos averiguando.

+XPEHUR/DJRV6FKXIIHQHJHU

Este hombre, doctor en sociología y estudioso del fenómeno «sectas religiosas»,


tiene una visión más terrenal, ligada a su especialidad y a la antropología, donde
intenta explicar lo que hay tras los conceptos de «brujería» y «magia negra».
En una oficina de Santiago fuimos recibidos por Lagos, y bastó intercambiar
las primeras ideas, los primeros postulados de nuestra in-
vestigación, para percatarnos del interés que despierta en 226
Humberto Lagos Schuffe-
su persona.
neger es abogado y doctor
Al igual que con todos los entrevistados, contex- en sociología, experto en
tualizamos, cronológicamente, los hechos. La primera hi- sectas religiosas. En el ám-
pótesis de Humberto Lagos, que responde a cómo se pudie- bito académico es profesor
ron urdir las muertes en la sede diplomática, tiene una ló- universitario en áreas del
saber como: derecho indíge-
gica que reafirma la idea de una manipulación, de una na, criminología, sociología
intervención planificada sobre la persona del guardia, de la religión, ciencias polí-
Orlando Jiménez. ticas y otras.

221
7HUURUHQODHPEDMDGD

Cuando detallamos al sociólogo asuntos propios de las prácticas ocultistas y


ceremonias esotéricas que solía practicar Marisol Cheves en la residencia diplo-
mática, Lagos no dejó de sorprenderse y de inquirir más detalles que permitieran
confeccionar, de manera más precisa, un cuadro sociológico objetivo.

HUMBERTO LAGOS: Bueno, ahí, hay algunos elementos que hay que entrar a aclarar. Por ejem-
plo, es importante saber qué tipos de rezos hacía (Marisol Cheves), porque eso permitiría
establecer la relación del universo simbólico, de pertenencia de esta mujer, y su relación con
alguna práctica de ocultismo. El tema que tú me cuentas, que te han descrito, de andar
poniendo limones en cruz; el tema de la negación de la cruz en el sentido de lanzarla al baño
y otros, implica claramente una pertenencia a un grupo que no tiene nada que ver con el
hecho cristiano, por el contrario, es un grupo opositor. Sería importante establecer de qué
forma la mujer (Cheves) pudo sostener conversaciones con el homicida, en el sentido de,
cotidianamente, estar hablando con él, donde, por ejemplo, pudiera estar diciéndole, «mira,
tales y cuales individuos, esas tres personas, andan diciendo tales y cuales cosas de usted».
O sea, repetir, repetir y repetir…; «miente, miente que siempre algo queda». Te puedo dar,
también, otro tipo de manipulación que se relaciona con la participación en este «mundillo»
medio hermético, en el que el policía, a lo mejor, fue invitado y estuvo participando. Eso
puede provocar condicionamientos y gatillar conductas que se manifiestan ante determina-
da orden o provocación del medio.
PERIODISTA: ¿A través de qué, de una hipnosis o…?
HUMBERTO LAGOS: …el lavado de cerebro. Si tú tomas el modelo de los suicidios colectivos, el
lavado de cerebro es extraordinariamente fértil, cuando la persona que es víctima, de
alguna forma, se transforma en una especie de «esclavo acrítico» ante cualquier conducta
que se le exija, porque él está manejando la situación de orden simbólico, y es más fuerte
cuando se pertenece al mismo ambiente. El líder maneja los comportamientos de otro, de
orden conductual, que pueden llevar a actividades muy, muy…
PERIODISTA: Pero, ¿se puede obligar a una persona a través de hipnosis, o a través de brujería,
o como quiera llamarlo, a matar a tres personas?
HUMBERTO LAGOS: Sí, sin problema, sin problema.
PERIODISTA: ¿Sí?
HUMBERTO LAGOS: Por eso yo te pongo el modelo extremo, el modelo de suicidios colectivos. Si
el tipo (líder) te maneja tan bien en el campo ritual, en el campo del comportamiento, son
ellos los que fijan el momento y las conductas que deben adoptar los fieles.
PERIODISTA: Bueno, pero ahí siguen a un líder, a una cabeza…
HUMBERTO LAGOS: Lo que tú me estás describiendo acá, es el tema de un liderazgo, de alguien
que maneja un ambiente de orden místico ritual, en el que perfectamente puede haber
estado incorporada más de alguna persona. Entonces, eso es lo que yo te digo, si tú me
preguntas orientaciones. Por eso, esos temas hay que confirmarlos, ya sea por el descarte
o por la vía de establecer si hubo alguna relación. Lo más probable es que los funcionarios
chilenos que fallecieron hayan tenido una cuestión (diferencias) de orden administrativo,
junto a la tendencia orgullosa que los unía con Guillermo Yunge. Pero, insisto, es perfecta-
mente posible que alguien que maneja elementos del orden simbólico pueda influir sobre
las conductas de una persona y aplicar, de un minuto a otro, situaciones que son extraordi-
nariamente complejas y que no tienen una explicación racional…
PERIODISTA: ¿Incluso de matar?
HUMBERTO LAGOS: Claro, el tema de la locura. Por ejemplo, el caso del homicidio del padre
(Faustino) Gazziero, fue un poco la misma situación. Aquí hubo una planificación previa, una
planificación para llegar a cometer el hecho ritual homicida. Es una planificación previa que

222
$QiOLVLVSVLFROyJLFR\REVHUYDFLyQHVRWpULFD

obedece a un fanatismo de pertenencia. En este caso, Rodrigo Orias dice que recibió «vo-
ces», pero esas voces, sin duda, vienen del grupo al que pertenece, donde se origina la
versión de asesinar al padre Gazziero. Ahora bien, este asesinato no se produjo en cualquier
momento. Por ejemplo, hay que ver qué es lo que pasa con la hora calendaria, ¿Por qué te
digo? Acá no se habían dado cuenta, ni la jueza, ni nadie, hasta que yo les digo: «¿Se dieron
cuenta el día que ocurrió esto? Fue un día sábado, un 24 de julio de 2004. ¿Qué tiene? El
sábado es maléfico, es el 6; el día 24, es 2 más 4 igual 6; el año 2004 es, 2 más 4 igual 6. Seis,
Seis, Seis (666). Y el siete que es el mes de julio, el 7 es el número de la perfección bíblica,
que se vio atrapado en medio de las garras de la bestia, 666. Entonces, cuando uno lee los
códigos, hay que mirar todas estas situaciones, porque no es gratuito. Incluso, he podido
buscar en algunas situaciones de por qué se gatillan en determinado día, a determinadas
horas. Por lo demás, el homicidio de Gazziero fue a las seis de la tarde, durante la misa de
las seis. Todo fue planificado para que obedeciera a la simbología satánica. O sea, a la gente
le cuesta entender a veces, pero cuando se dan cuenta que la lógica con que funciona esto,
no es la lógica con que funcionamos nosotros, ahí uno se percata que son ellos los que
establecen los criterios que utilizan para cometer determinado tipo de situaciones. Por eso,
acá, sin descartar el hecho de que pueda ser una demencia temporal, desatada por una
serie de situaciones que no aparecen claras, lo que tú has hecho como investigación me
parece interesante, porque el único móvil real que aparece, es esta situación de tensión
entre los funcionarios con Yunge y, sobre todo, con la mujer (Marisol Cheves)… ¿En qué
fecha ocurrió esto?
PERIODISTA: El 27 de julio, a los tres días después de lo de Gazziero.
HUMBERTO LAGOS: Bueno, el tema es que hay que averiguar qué pasa con la pertenencia. Hay
que hacer mayor detalle de información acerca de la eventual relación, extra laboral, o en
el entorno laboral, que pudo haber tenido este policía con la mujer.
PERIODISTA: En un principio, no tendría ninguna relación, incluso, nunca los vieron conversan-
do. Orlando Jiménez seguía la rutina diaria. Él llegaba en la mañana, terminaba su turno y
se iba para su casa, en Puriscal, una zona semi rural que está a 50 minutos de San José…
HUMBERTO LAGOS: Yo no lo pongo en duda, pero si hay una situación de influencia a través de
prácticas esotéricas de la mujer, con relación a algún grupo de orden místico u otro nombre,
tendría que haberse producido una relación mayor de diálogo entre el policía (Jiménez) y
ella (Cheves), para que operen esos…
PERIODISTA: ¿Necesariamente?
HUMBERTO LAGOS: ¡Claro! Lo otro que puede ser, es que alguien haya «alimentado» fuertemen-
te al policía, diciéndole: «Mira, estas y estas personas son las responsables. A usted le va a
pasar esto y esto».
PERIODISTA: A no ser que le hayan ofrecido algo, como por ejemplo dinero a cambio de…
HUMBERTO LAGOS: ¡No! Tampoco puede descartarse, pero es demasiado violenta y absurda la
acción, como para pensar que el tipo la premeditó sin haber medido las consecuencias. Es
decir, ¿cometer eso para pegarse un balazo después?

Como consecuencia, resolvimos indagar en el tema de la pertenencia. Por lo


demás, hasta ese minuto siempre entendimos que Orlando Jiménez, solo había
cumplido funciones en la embajada y no en la residencia. Esta opción era la única
posibilidad cierta y concreta de que Jiménez pudiera haber tenido algún acerca-
miento con Marisol Cheves. Hasta ese instante, no contábamos con información
que diera luces al respecto.
Para precisar aquello, solicitamos al comandante Luis Hernández González
que nos aclarara si Orlando Jiménez había cumplido funciones de vigilancia en
la residencia diplomática. Transcurrido un par de semanas, la respuesta no dejó

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de sorprendernos. En un mail que contenía adjunto un oficio, fechado 09 de junio


de 2005, y caratulado como «2908-05-DGFP», en su punto dos, precisa: «De si
cumplió funciones en la residencia de la embajada: informo que él (Jiménez),
según información del Jefe a.i. de policía de Montes de Oca, el mismo sí laboró
en la residencia de la embajada».
Con esto, la hipótesis de un eventual acercamiento y pertenencia, entre Orlando
Jiménez y Marisol Cheves, y que había descrito Humberto Lagos, era posible.

PERIODISTA: Y a través de comidas, ¿es posible afectar la conducta de una persona?


HUMBERTO LAGOS: ¡Bueno!, a las personas, a veces, puede dárseles alguna alimentación que
provoque «locura, demencia temporal». En Centroamérica, en Costa Rica, yo he estado
varias veces por allá, y en Guatemala, precisamente, estuve con unos chamanes visitando
Tical, y establecimos buenas relaciones. Ellos me contaban y me mostraban algunas plan-
tas. Ellos me decían: «Con esta planta, con este tallo, la persona queda muerta, con esta
otra la resucitas»; y es verdad lo que me estaban diciendo. O sea, el conocimiento que
tienen y que te pueden provocar diferentes tipos de reacción orgánica y de conductas,
depende de lo que tú hicieras o respiraras.
PERIODISTA: Esas son conductas químicas, pero de ahí a ingerir algo y que eso me dé la orden
de matar a tres personas es….
HUMBERTO LAGOS: Tiene que unirse el tema de la ingesta de alguna sustancia, que yo sepa
pueda provocar determinados cuadros, y, además, orientar la conducta.
PERIODISTA: Ese elemento no es ajeno a esta historia. Marisol Cheves solía enviarles comida a
César Gómez y a Guillermo Yunge. Cuando ella enviaba las comidas desde la residencia
hacia la embajada, los mismos empleados llamaban a los funcionarios de la legación y les
advertían que, por favor, no comieran de ello, porque veían que Marisol Cheves le echaba
gotitas de «algo» y había todo un manejo. Además, ellos sabían de sus extrañas prácticas.
A ellos les provocaba temor y advertían a los funcionarios que no consumieran nada de lo
que enviara la esposa de Yunge (…). Ahora, se lo consulto en su calidad de abogado.
Supongamos que hipotéticamente el caso es así, que aquí hay participación de Marisol
Cheves como autora intelectual de esta matanza. Estamos hablando que aquí existen ele-
mentos esotéricos. Entonces, ¿jurídicamente es posible…?
HUMBERTO LAGOS: Prácticamente, es imposible probar…
PERIODISTA: ¿Estamos hablando de un crimen perfecto?
HUMBERTO LAGOS: Claro, así es. Porque ante la negativa de la persona, porque no hay quien
vaya a afirmar lo contrario, se produce una afirmación lateral…son afirmaciones laterales:
«Yo supe, yo vi que…»
PERIODISTA: ¿Y no hay forma de castigar este tipo de cosas? o ¿qué dice la legislación respecto
a este tipo de asuntos?
HUMBERTO LAGOS: No. Este tipo de situaciones puede, perfectamente, constituirse hacia dar
medios de prueba. El tema de la autoría intelectual, dentro del derecho costarricense, tiene
incluido ese tipo de responsabilidades de orden penal, del tema de una inducción. Hay
diferentes figuras que podrían eventualmente probar una situación de esa naturaleza.
Ahora, si hay prácticas frecuentes a una pertenencia a grupos que realizan este tipo de
comportamientos religiosos fanáticos extremos, es más fácil para los tribunales probar que
ese fue uno de los medios para llegar a inducir estos comportamientos, que finalmente
resultaron en hechos delictivos gravísimos
PERIODISTA: ¿Se castiga?
HUMBERTO LAGOS: Claro, claro, claro.
PERIODISTA: Pero eso depende de la legislación que tenga…
HUMBERTO LAGOS: ¡Claro!, de la legislación y los medios de prueba. ¡Es muy difícil probarlo! En

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Chile no existe, por ejemplo, la figura penal de «lavado de cerebro», de la violación psíquica.
Aquí uno sabe que determinados comportamientos son inducidos por la pertenencia a
distintos grupos. Por ejemplo, si tú vas a la «Iglesia Universal del Reino de Dios», aquí,
frente a la ex «Llama de la Libertad», te vas a encontrar con que los tipos son una «manga
de frescos». Ellos te dicen: «Usted tiene diez demonios, se los sacamos, setenta mil pesos
por cada uno». Eso es un engaño, un fraude, porque eso es absolutamente falso, pero
resulta que la persona es mayor de edad y dice, «efectivamente tengo tantos demonios».
¿Cómo va a probar el juez que no los tiene? Ahí tienes una serie de problemas que te
condicionan, desde el punto de vista de la relación de fe, que tú tengas con aquellos que
están proponiendo determinadas situaciones relacionadas con el mundo meta social. Pero
es un caso sumamente interesante.

Respecto de si existen las posesiones demoníacas, Lagos tiene una visión «te-
rrenal» propia de su especialidad, que no trasunta a lo preternatural. Las posesio-
nes demoníacas responderían a un hecho sociológico que es real, que existe; pero
distinto es «que haya demonios que actúan (…) No es que la posesión demoníaca
y el demonio existan, pero es un hecho sociológico objetivo», asegura.

&DUORV0HVFKL0RQWDOGR

Estudió la secundaria en el Instituto Nacional y se tituló de Ingeniero Civil Indus-


trial en la Universidad de Chile. Hasta 1998 ocupó un cargo gerencial en la
Asociación Chilena de Empresas de Turismo (ACHET). En ese tiempo, la lectura
de libros relacionados con la hipnosis lo cautivaron, a tal punto, que empezó a
ejercerlo con su esposa. «La Patty», como le dice con cariño, desarrolló dones
psíquicos producto de los trances en los que estuvo sometida. En la actualidad es
una «médium», que actúa como nexo entre Meschi y el mundo de los espíritus. Este
hombre tiene cincuenta años y las circunstancias lo han llevado a tildar sus conoci-
mientos, dentro de lo que algunos conocen como «parasicología». Él dice que sim-
plemente se dedica a «sanar gente». En los medios de comunicación es un personaje
muy requerido por programas de televisión, radio, revistas e incluso, noticieros.
Dado el extenso currículo que ostenta en estos años, con participación en
distintos hechos paranormales, decidimos buscarlo para conversar sobre los influ-
jos esotéricos y las posesiones demoníacas. En marzo de 2005 hablamos con
Meschi por teléfono para concertar una entrevista.
Antes de entrar a detallar cómo se gestó el encuentro y el intercambio de
información, debemos precisar que hay situaciones que podrán parecer increí-
bles; sin embargo, damos fe, crédito y veracidad a todo lo que exponemos a
continuación. Lo más sorprendente se originó cuando Meschi aportó información
que era imposible conociera, salvo que nosotros se la hubiésemos proporcionado.
Damos testimonio que Meschi nunca desveló asuntos con ambigüedad o doble
lectura, ni que hiciera pensar que estábamos frente a un timador. Por el contrario,
vaticinó situaciones que solo esta investigación conocía y que, para esa fecha,
tampoco circulaban por la Internet. Es por eso que nos atrevemos a transcribir
literalmente, parte de las asombrosas y oníricas conversaciones que tuvimos con
este ingeniero.
Nuestro primer acercamiento con Meschi fue vía teléfono. Sabíamos que todo
lo esotérico era de su incumbencia y que de no mediar algún desinterés premedi-
tado, el diálogo fluiría en forma natural. Después de recordarle lo que había
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sucedido en la embajada de Chile, le comentamos la existencia de elementos


propios del ocultismo, atribuidos a la esposa del ex embajador, Guillermo Yunge.
Le dijimos que, «al parecer, ella practica magia negra o brujería». De pronto,
fuimos interrumpidos por el parasicólogo como queriendo terminar de sopetón
con la conversación. Meschi discurrió con una interrogante que desconcertó nues-
tra impronta periodística: ¿Tienes fotos de la mujer, de Yunge y el policía?, pro-
puso sin vacilar. Siendo que aquello suponía un sinsentido, donde solo se justifica-
ba si alguien quisiera atisbar la fisonomía de estos personajes, nuestra intuición
hizo prever para dónde se orientaba la pregunta. Sin cuestionarnos el requeri-
miento hecho por Meschi, el «sí» no se dejó esperar. De inmediato cruzó una
invitación: «Mándamelas por mail y llámame pasado mañana».
Algún grado de frustración y ansiedad se enraizaba en esta parte de la investiga-
ción. Quisimos concertar una entrevista personal y simplemente fuimos estorbados
en nuestro planteamiento, sin poder materializar nada, sin poder obtener informa-
ción, y más encima, «exigiéndonos» fotografía de tres de nuestros protagonistas en
la historia. Evitando hacer «caldo de cabeza», dejamos pasar dos días.

PERIODISTA: Aló, ¿con Carlos Meschi, por favor?


CARLOS MESCHI: Con él.
PERIODISTA: Hola, ¿se acuerda de mí? Es por lo de Costa Rica.
CARLOS MESCHI: Sí, por supuesto. Oye, es súper entretenido el caso.
PERIODISTA: ¿Estuvo leyendo por Internet?
CARLOS MESCHI: No, estuve viéndolo.
PERIODISTA: ¡Ah, ya!
CARLOS MESCHI: Hay mucho demonio, entonces, no podemos pasar. Tenemos que despejar un
poquito antes.
PERIODISTA: ¡Ah!, pero hay ese tipo de cosas.
CARLOS MESCHI: Sí. Este guardia cuando ingresó a la embajada estaba con un demonio adentro.
PERIODISTA: Está claro... (Con incredulidad)
CARLOS MESCHI: Estaba loco.
PERIODISTA: Pero... está bien... sí, sí...
CARLOS MESCHI: Yo sé que cuesta creer en estas cosas, pero yo te cuento lo que nosotros vemos.
Cuando uno hace o practica magias negras y hace pactos con Satanás, uno ofrece el alma...
PERIODISTA: ¿Sí?
CARLOS MESCHI: Ahora, normalmente, uno no ofrece su alma, sino el alma de otra persona.
PERIODISTA: ¿Cómo? ¿Perdón?
CARLOS MESCHI: Ofrece el alma de otra persona.
PERIODISTA: ¿Ya?
CARLOS MESCHI: Sacrifican a alguien… no sé qué edad tienes tú, pero en mi tiempo se da
mucho la imagen de un genio dentro de la botellita…
PERIODISTA: ¡OK!
CARLOS MESCHI: Y este guardia está atrapado. Su alma está atrapada en una botellita, rodeado
de demonios. ¡Fue sacrificado! Lo que tengo que averiguar es si él hizo un pacto, o si él fue
ofrecido en un pacto (…). ¿Qué relación tiene él con la señora (Marisol Cheves)?
PERIODISTA: ¡Absolutamente ninguna!
CARLOS MESCHI: Teóricamente.
PERIODISTA: Teóricamente ninguna, al contrario, y por eso la incógnita que tiene este caso.
Orlando Jiménez era un excelente trabajador, el mejor policía, un hombre de familia, pre-
ocupado de su hogar, de sus hijos, respetuoso, dedicado al trabajo (…). Uno de los funcio-
narios, que era el agregado cultural de la embajada, lo saludó y lo vio normal ese día. Este

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funcionario lo saludó respetuosamente y el guardia le contestó, y en cuestión de segundos,


lo vieron entrar pálido, trastornado, lleno de ira. Son los mismos funcionarios quienes dicen
que era irreconocible, que no podían creer que él era Orlando Jiménez...
CARLOS MESCHI: Esta mujer es, efectivamente, lo que tú pensabas.
PERIODISTA: ¿Cómo?, ¿perdón?
CARLOS MESCHI: La mujer es, efectivamente, lo que tú pensabas (…). Dame un par de días,
porque, como te digo, no es tan simple entrar al haber tantos demonios. ¿Me entiendes?,
porque ella está custodiada por demonios.
PERIODISTA: Guillermo Yunge, entonces ¿sería una víctima de esta mujer o no?
CARLOS MESCHI: Así es. Vemos que él le tiene susto.
PERIODISTA: ¿Le tiene susto?
CARLOS MESCHI: Sí. Es súper raro. Él no participa de eso. Sí, él es como una víctima, efectiva-
mente.
PERIODISTA: Bueno, desde el minuto en que él se junta con Marisol Cheves, empezó a abando-
nar sus funciones, se puso irresponsable, dejó su cargo a la deriva, y ahí produjo un desca-
labro en el funcionamiento administrativo de lo que era la embajada.
CARLOS MESCHI: Es raro, porque este tipo fue presidente de la Feses. Este tipo era brillante,
tenía un futuro político, pero de fuste (...). En general, hay mucho de lo que tú dices. Pero no
me cuentes más cosas, para no influenciarme, y yo te voy diciendo lo que veo.
PERIODISTA: Me parece.
CARLOS MESCHI: Y ve si te cuadra.

Al colgar el teléfono, miles de ideas brotaron con fuerza. Credulidad e incredu-


lidad se fundieron en una amalgama. Lo poco que había relatado Meschi parecía
sacado de una fábula, o bien, de una horrible pesadilla, sin embargo, tenía cierto
sentido. Tampoco nos dejamos impresionar demasiado, porque sabíamos que no
era difícil construir una quimera, a partir de los escasos antecedentes que habíamos
aportado. Pero, sin duda, era alucinante la convicción que impelía su relato.
Transcurrido algunos días volvimos a llamar y Meschi se excusó de no poder
«revisar el caso aún». La misma historia se volvió a repetir en una segunda
oportunidad, hasta que en el tercer intento, el ingeniero civil acordó una entrevis-
ta personal, invitándonos a su hogar situado en la comuna de La Florida. El
compromiso era tenernos un informe de lo que pudiera «ver» en el caso. El día
pactado llegó el miércoles 27 de abril, a las 13:30 horas.
Sentados en un sofá, Meschi extendió un block de apuntes y atisbó unos escri-
tos hechos por él, a mano alzada y con un lápiz tinta azul.

CARLOS MESCHI: Mira, te voy a indicar lo que nosotros vimos a distancia. Siempre hay un
margen de error, pero ese margen de error es bien teórico, porque hemos visto otros casos
a distancia y, normalmente, los hemos podido confirmar. Nosotros vemos lo siguiente. Pri-
mero, Orlando Jiménez, cuando tú me enviaste la foto, estando muerto tenía la posibilidad
de haber seguido la luz, estar en el purgatorio por haber asesinado, o estar pegado aquí
dando vueltas. Sin embargo, no estaba en ninguna de esas tres circunstancias. Estaba en
una situación muy especial. Estaba preso de los demonios. Estaba como en una botellita, en
un ánfora y había dos demonios al lado de él. Estaba atrapado. Ahora, ¿por qué estaba
atrapado?, porque el fue ofrecido a Satanás en un pacto demoníaco, fue ofrecido como
recompensa a cargo de ciertos favores. Lo que nosotros vemos, es que esta señora, la
Marisol Cheves, efectivamente hace magia negra muy poderosa…
PERIODISTA: ¿Es identificable el tipo de brujería, ya sea vudú u otro tipo de cosa?
CARLOS MESCHI: Te lo voy a describir a grandes rasgos. Esta mujer tiene una relación sentimen-

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tal con él, con Orlando Jiménez. No la asocio porque esté enamorada, sino porque ella
quiere utilizarlo para un fin específico. Pero hay una relación entre ellos. Y ella, durante esa
relación le da algo de tomar. Las brujas suelen hacer eso para atontar a su víctima, para
someterlo, y, en un momento dado, una vez que la relación está más avanzada, lo lleva a un
lugar donde ella hace ceremonias de magia negra, un lugar donde hay velas. Le da algo de
beber y él se queda dormido. Es una droga, y él queda como atontado, semi consciente. Ella
le pincha los dedos y le pincha los brazos para sacarle sangre. Ella le promete, cuando tiene
esta relación carnal, que va a interceder con su marido y con la gente que conoce, para que
le vaya mejor. Entonces, ella vierte esa sangre en una copa y la mezcla con otros elementos,
y ambos beben de esa copa. Él está medio ido, pero consciente. Y beben de esa copa…
PERIODISTA: ¿Ella también bebe?
CARLOS MESCHI: Ella también bebe, y al beber ella invoca en idioma demoníaco, y llegan dos
demonios y llega una sombra grande que nosotros llamamos «maestro descendido», que es
una persona que ha hecho magia negra en vida. Es como un santo, pero en oscuro, que ha
hecho magia negra en vida y que puede hacer pactos con Satanás. Este espíritu tiene
demonios a su cargo. En un momento dado, entre todas las cosas que ella le estaba dando,
como estimulantes y drogas, él cae al suelo y ella pinta con rojo alrededor y empieza a hacer
un ritual. Ella también se corta y se pone un manto de animal encima de ella…
PERIODISTA: ¿Cómo? ¿Un manto de animal? ¿Cuero de animal?
CARLOS MESCHI: Claro, una especie de cuero de algún animal. Y ella, ese círculo lo rodea con su
sangre…
PERIODISTA: ¿Lo rodea con la sangre de quién?
CARLOS MESCHI: Lo rodea con la sangre de ella. Cuando se rompe, ella echa esa sangre en el
círculo rojo que ella dibuja, y hay distintos otros elementos que no alcanzamos a distinguir
y que ella va tirando, probablemente, tierra de cementerio, alquitrán u otros. Ella se comu-
nica. Ellas es tan poderosa, que se comunica con este demonio grande y ella le pide más
poder, ella le pide más capacidad, ella le pide tener una capacidad mayor que la que tiene,
y le ofrece el alma de este hombre (Jiménez). El maestro descendido le dice que le va a dar
demonios sobre otras cosas. Y ejecuta una ceremonia que no sé cuanto dura, pero al parecer
mucho tiempo. Ella baila y se queda ahí. Al final, se apagan unas velitas que habían. Cuando
se ven demonios se apagan las velitas.
PERIODISTA: ¿Qué quiere decir «cuando se ven»?
CARLOS MESCHI: Cuando el demonio se va, cuando ya está hecho el pacto, cuando se ha firmado
y consolidado, se apagan las velitas. Ella lo arrastra hasta un sillón, le cura esos cortes y lo
lleva a un lugar para dormir, para descansar. Ella vuelve a hacer otro ritual con demonios.
PERIODISTA: Para este nuevo ritual, Orlando Jiménez ¿ya no está?
CARLOS MESCHI: Ya no esta ahí. Vemos un cristal oscuro, como un saquito. Ella, cada vez que use un
conjuro, cada vez que haga un conjuro y que quiera dañar a alguien, ella tiene que tomar ese
cristal y llamar a los demonios y al «maestro descendido». Ellos acudirán en su ayuda. Cada vez
que ella va usando eso, él le va ir dando cada vez más poder. En la siguiente escena vemos, él
(Jiménez) llegando a la embajada y ella está cerca. Ella sabe que va a ir y cuando ocurre todo
esto (la matanza), ella invoca con este cristal. Aparecen los maestros descendidos, aparecen
los demonios…un demonio se le mete adentro. Si hay (hubiese habido) alguna cámara (de
seguridad en la embajada) tiene que haber estado (Jiménez) totalmente fuera de sí.
PERIODISTA: ¡Absolutamente!
CARLOS MESCHI: Es un acto de locura, o sea, ni siquiera un tipo enojado ni nada. Simplemente,
no era él. O sea, si se puede (hubiese podido) ver la mirada (que tenía Jiménez) era un tipo
totalmente enajenado. Se le mete un demonio adentro y ahí hace lo que tiene que hacer.
Ella (Marisol Cheves) busca matar a alguien específico. Ella tenía un lío de celos con una
mujer de la embajada.

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PERIODISTA: ¿De celos?


CARLOS MESCHI: No sé si de celos porque, efectivamente, andaba con Guillermo Yunge, o a ella
le molestaba que cualquier persona le sonriera a Guillermo Yunge…
PERIODISTA: ¿Marisol tenía problemas con una mujer?
CARLOS MESCHI: Con una mujer. ¿Cuánta gente murió en el hecho?
PERIODISTA: Tres.
CARLOS MESCHI: ¿Alguna mujer?
PERIODISTA: Sí, Rocío Sariego.
CARLOS MESCHI: ¿Qué edad tenía?
PERIODISTA: Veintinueve.
CARLOS MESCHI: Si tú me traes una foto o nombre completo de la Rocío, yo te puedo ver si
efectivamente había una relación sentimental entre Guillermo Yunge y esa niña, o si era
solo un coqueteo.
PERIODISTA: Se especula que pudo haber una relación entre ellos.
CARLOS MESCHI: Dame una foto y yo, igual que ahora, te puedo decir: «Vimos»
PERIODISTA: El problema es el siguiente, y no sé si lo vieron. Cuando ocurre todo esto, ¿Marisol
Cheves dónde estaba?
CARLOS MESCHI: Estaba en un auto, cerca.
PERIODISTA: ¿Sola?
CARLOS MESCHI: No lo vimos, solo la vimos en un auto. No nos fijamos si estaba sola, pero lo
podemos volver a ver.
PERIODISTA: Y Guillermo Yunge ¿estaba con ella?
CARLOS MESCHI: No sé, no creo, porque ella invoca, y para invocar tú tienes que estar solo. O
sea, en el momento en que ella llama al demonio está sola. Es una ceremonia, donde el
marido le habría dicho: «Oye mijita ¿qué está haciendo?».
PERIODISTA: ¿Y qué lugar es éste, donde Cheves hace esta ceremonia con Orlando Jiménez?
CARLOS MESCHI: Tiene que haber sido su casa. Tiene que haber un lugar oscuro, con velas, con
manchas, con sangre en el suelo.
PERIODISTA: ¡Bueno!, ella tenía una habitación destinada para este tipo de cosas, en la residen-
cia del embajador…
CARLOS MESCHI: Tiene que haber sangre y por mucho que limpien, tiene que quedar eso
todavía. Es un lugar… no sé si será la embajada o será su casa…
PERIODISTA: Es en la residencia de la embajada.
CARLOS MESCHI: Eso es más probable. Es un lugar oscuro, donde ella hace estas ceremonias, un
lugar donde ella, normalmente, hace estas ceremonias. Eso es lo que vemos. O sea, un tema
totalmente de magia negra, donde el tipo se vuelve loco. Al guardia lo «engrupen» con una
cuestión sentimental, con sexo…
PERIODISTA: ¿Orlando Jiménez tuvo sexo con Marisol Cheves?
CARLOS MESCHI: Claro, sí, sí, sí. Tuvo una relación sexual con ella.
PERIODISTA: ¿Y ella lo hace con ese objetivo?
CARLOS MESCHI: Claro, ella no es que le interesara… (es) para el pacto con el «maestro
descendido», para eliminar a esta mujer que ella sospecha, o sabe, que anda con su marido.
Él no tiene nada que ver con ella en el tema de magia negra.
PERIODISTA: ¿Quién?
CARLOS MESCHI: Guillermo Yunge. Ella le hace una magia negra (a él), está con magia negra.
PERIODISTA: ¿Así lo maneja?
CARLOS MESCHI: Lo maneja. Él le tiene susto, anda como muy atontado con ella. Él no tiene
mucha capacidad de reaccionar, ni nada. Ella le tiene hecho una magia negra. Ahora, tú me
dices que habías escuchado el tema de Yunge con esa niña (Rocío). ¿Habías escuchado
rumores de ella (Marisol Cheves) con el guardia?

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PERIODISTA: No, en absoluto. Eso para mí es nuevo.


CARLOS MESCHI: Lo hay. Así lo «engrupe» y así lo lleva a ese lugar donde le hace la magia negra.
¿Él era casado?
PERIODISTA: Orlando Jiménez, sí. Lo que pasa es que hay un muy buen concepto de su perso-
na…
CARLOS MESCHI: Es que lo engañaron.
PERIODISTA: …era un tipo responsable, educado.
CARLOS MESCHI: ¡Mira!, yo me imagino que una relación clandestina, igual hay gente que lo
sabe, o que los vio salir, o que se toparon. De pronto, preguntándole a los guardias de la
embajada o a familiares, puede que alguien sepa algo ¡Eso es lo que tengo!
PERIODISTA: Me estabas hablando de que había una situación puntual, en este caso, con Rocío
Sariego. Claramente, es la única mujer que fallece en este tema, pero ¿por qué mata
también a Nieto y Yuseff?
CARLOS MESCHI: Es que es como un Rotweiller. Uno no maneja a los demonios…
PERIODISTA: Lo que pasa es que Jiménez los buscó a ellos. Se encontró con otras personas y sin
embargo no les disparó.
CARLOS MESCHI: ¿A cuántos más mató?
PERIODISTA: Mató a dos más que eran diplomáticos chilenos. Uno era el primer secretario, que
secundaba al embajador, y el otro era el cónsul.
CARLOS MESCHI: Tendrías que traerme las dos fotos y yo podría tratar de investigarte si había
alguna relación entre Marisol y esas dos personas.
PERIODISTA: Están por Internet
CARLOS MESCHI: ¿Sí?...Dame los nombres y yo los busco
PERIODISTA: Uno es Roberto Nieto…
CARLOS MESCHI: ¿Lo busco en el Google?
PERIODISTA: Sí, sí. Uno es Roberto Nieto y el otro es Christian Yuseff….y Rocío Sariego, que es
la mujer.
CARLOS MESCHI: Los voy a buscar y te los veo (…) a ver si cuadra esta relación, y por qué mató
a Roberto Nieto y a Christian Yuseff. Pero, como te digo, no debe haber necesariamente, un
motivo tan específico. De pronto, los demonios se toman ciertas libertades. Un tipo endemo-
niado no hace exactamente lo que tenía planificado, sino que puede hacer mucho más daño
que el que se le pide. Pero déjame revisar si ella tuvo algún asunto con ellos… ¡Es mala!
PERIODISTA: Sí. ¡Bueno! esa es la definición que nos dijeron los funcionarios y la gente que la
conoce, que ella es muy mala. Muchos de los funcionarios que entrevistamos hablaron con
temor. Manifiestan que le tienen mucho miedo. Carlos, una pregunta. ¿Es posible que una
persona, a través de brujerías, obligue a otras a cometer actos como estos, de matar a su
semejante?
CARLOS MESCHI: Es una pregunta bien antigua, sobre la cual no hay unanimidad. En nuestra
experiencia, sí es posible, ahora, no se puede con todas las personas. No se puede siempre.
Tiene que cumplirse bajo ciertas condiciones. Ciertamente, no por hipnosis. Tú no puedes
hipnotizar a alguien y obligarlo a hacer algo que no desea. Pero el tema de la magia negra
es diferente. Si tú logras hacer una magia negra a una persona y esa persona es tan
sensible… tiene que ver con la sensibilidad para que se le meta un demonio adentro. Yo he
visto muchas personas que se suicidan porque tienen un demonio adentro. Nosotros hemos
visto mucha gente que hacen cosas horribles, y que después despiertan y no se acuerdan de
lo que han hecho. Incluso, si tú te fijas, como periodista, en muchas entrevistas a criminales
que han hecho cosas terribles, por ejemplo, el tipo que mató a…
PERIODISTA: …al sacerdote Gazziero.
CARLOS MESCHI: …dice que no se acuerda, no se acuerda. En ese momento no era él. Era un
demonio. Este otro tipo que violó a un niño en La Dehesa. Yo leí el relato. Uno lee estas cosas

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y dice: «este tipo se está sacando «el pillo», está eludiendo su responsabilidad». Este tipo
dice: «de repente me encontré frente al niño y estaba sangrando y no me acuerdo que le
hice». No es una manera para que piensen que está loco es que, efectivamente, cuando un
demonio se te mete adentro, tú pierdes absolutamente el control sobre tus actos.
PERIODISTA: Este tema, al conversarlo con Humberto Lagos, siendo él abogado, sociólogo,
cientista político, él me explicaba esta situación con una visión un poco más científico, por
darte un nombre. ¿En qué sentido? Él, si bien, me hablaba de demonios, él no lo asume
como un ser pensante, viviente, como podría ser una persona, sino él me lo interpreta como
un hecho sociológico. ¿En qué sentido? Claramente está en contraposición de lo que esta-
mos hablando. Él lo entiende como que la persona, bajo su fe, se crea una situación y se
convence de aquello. Eso es lo que, en definitiva, la gente le llama «demonio». Pero aquí,
no. Aquí tú me estás hablando del demonio como un ser pensante….
CARLOS MESCHI: Aquí nos estamos saliendo del tema que sucedió en Costa Rica, pero igual
déjame hacerte una declaración de principios bien firme. La persona que tiene magia
negra, normalmente, no sabe que tiene magia negra, por lo tanto, difícilmente puede
sugestionarse. ¡Claro!, si tú lo llevas al ejemplo simplista y simplón del brujo de una tribu
que dice, «yo te voy a hacer una maldición» y tú empiezas a sentirte mal, ¡ese es otro
tema! Cuando uno evita la existencia del demonio apelando a la sugestión, al igual que
los siquiatras cuando dicen que la gente se sana de «los demonios» por sugestión; eso no
explica nada. No pretendo pelear con los señores científicos, pero ¿cómo explican ellos
que una persona entre en trance (refiriéndose a su esposa «Patty») y vea un crimen que
ocurrió en Estados Unidos, y eso es un hecho concreto que está confirmado con un
periodista acá, un crimen que está ocurriendo y que nadie sabe todavía el culpable? O
sea, no puede haberlo sacado por telepatía de alguien, no puede haberlo leído de un
diario o de un libro, que es lo que siempre ocurre. Lo ve y tres meses después meten preso
a los tipos, que coincide exactamente con las características fisonómicas que hace la
Patty. Entonces, ¿cómo puede ver a distancia? La CIA desde los años 72, 73, juntó a los
mejores psíquicos de Estados Unidos y los utilizó en la Guerra Fría contra la Unión
Soviética, con un éxito abrumador. Los utilizan hoy día en las guerras, en todas partes. Por
eso, entre otras cosas, están teniendo la efectividad que tienen. Entonces, hablar de
«sugestión» es simplificar el tema a extremos.
PERIODISTA: Sí. Lo que pasa es que igual es difícil aceptar que esto pueda ser real, que estas
cosas existan…
CARLOS MESCHI: No. Yo creo que no.
PERIODISTA: Está bien, pero imagínate que un personaje del mundo científico tradicional y con
cierta reputación, diga que cree en estas cosas. Es como para quedar en ridículo, ¿o no?
CARLOS MESCHI: Lo que pasa es que yo soy ingeniero. Yo también soy científico, también fui
educado en un régimen. Yo creo en lo científico y lo racional. Es decir, hay conocimientos que
no tienen comprensión en la ciencia hoy día. Hay cosas que no hemos podido todavía encon-
trarle explicación, pero tampoco podemos dar una explicación que no corresponde. Decir que
esto o lo otro es producto de una «sugestión», yo siempre le digo a la gente que no cree:
«Bueno, ¿usted me autoriza para, a distancia, abrirle un forado en su aura y meterle un
demonio adentro? Pero, usted es responsable de lo que pase después». ¡Entiendes!
PERIODISTA: Sí, por supuesto.
CARLOS MESCHI: Entonces, ¡No!, no es sugestión. La gente que tiene magia negra, normalmen-
te, no sabe que tiene magia negra. Este tipo (Orlando Jiménez) de seguro no sabía que
tenía magia negra (…). El tema de la sugestión existe, obviamente, y está el efecto placebo.
La gente, a veces, toma una pastilla y le dicen que le va a hacer bien para el dolor de cabeza,
se la toman y se les quita el dolor de cabeza. Ahí hay un efecto de placebo. Nadie niega el
efecto placebo, nadie niega el efecto de sugestión; pero, extrapolar la sugestión a todos

231
7HUURUHQODHPEDMDGD

estos temas, es un simplismo que científicamente es poco serio. Yo te lo puedo demostrar


con cientos de casos de gente que no tienen idea de lo que les está pasando. Gente que
viene acá, tú les sacas el demonio, les sacas la presencia y se sanan. Entonces, no es que
venga una persona y diga: «tengo un demonio adentro, ¡sáquemelo!» Ahí yo te creo que
puede haber «sugestión». Normalmente, a la gente yo le digo: «usted tiene un demonio
adentro», y me dicen: «Oiga, no me tome el pelo. ¿Usted me va a ayudar o no?» «¡Olvídese!»
les digo yo (…), «pero igual se lo voy a sacar», y se mejoran. No es un tema de sugestión,
para nada. Claramente, el mal existe y las magias negras existen, sin lugar a duda.
PERIODISTA: Volviendo al tema de Costa Rica. Sin hacer una ceremonia previa, sin haber un
contacto directo con la persona, a distancia, sin haber preparado el tema, ¿es posible
también obligar que una persona mate?
CARLOS MESCHI: Es que no estamos hablando de obligar. Cuando tú hablas de obligar, hay que
tener cuidado con la semántica. «Obligar», da la idea que está bajo coerción. Es decir, yo te
pongo una pistola y te digo: «Viejito, quiero que hagas esto». Eso para mí es obligar. Pero
aquí es distinto. Cuando se te mete un demonio adentro, te posee totalmente, tú entras en
un estado de trance en el cual estás inconsciente. Se apoderan de tu cuerpo y tu cuerpo
mata. Tú no estás matando, tú no estás haciendo eso. Es el demonio, que está dentro de ti
y que te está poseyendo, y de hecho, cuando tú te despiertas, no te acuerdas absolutamente
de nada. Por lo tanto, la palabra «obligar» lleva a un engaño. Lo que puedes hacer es utilizar
a una persona para matar o utilizar a una persona para hacer un daño, pero no es lo mismo
que obligarlo. Aquí no lo estás obligando. El tipo no está meditando: «lo voy a hacer o no lo
voy a hacer». Es como que te peguen un fierrazo en la cabeza. Tú estás aturdido.
PERIODISTA: Entiendo, en tus palabras, que Orlando Jiménez, hasta el minuto en que muere,
¿nunca supo lo que sucedió o hay algún minuto en que debe haber despertado de ese trance
y haberse dado cuenta que él estaba herido? ¿Que había sucedido algo?
CARLOS MESCHI: Que yo sepa, nunca lo supo.
PERIODISTA: ¿Y cómo se puede explicar que después del disparo continuara con vida? Claro,
científicamente el doctor allá lo explicó, la bala siguió una trayectoria casi milimétrica,
donde no le dañó el cerebro o algún órgano vital. El policía se propinó un disparo horrible
acá (bajo el mentón) y que le sale por aquí (en la frente). Tiene una sobrevida de más de
cinco horas donde él, incluso, caminó, se desplazó y todo. Entonces, hay coincidencia en ese
sentido. Los médicos lo consideran un caso único, digno de publicar en revistas científicas.
Pero, ¿que más encima haya estado moviéndose? Generalmente, uno recibe un disparo en
la cabeza y queda, por último, postrado hasta que muere, pero él (Jiménez) se volvió a
levantar y se desplazó…
CARLOS MESCHI: Ahí, tu mejor referencia es Hugo Zepeda, a quien yo admiro mucho y tiene
mucho conocimiento. Un tipo que tiene un demonio adentro es capaz de matar a cinco
personas con el brazo derecho, por la fuerza que transmite. A ese tipo, tú le sacas el
demonio y vuelve a ser el alfeñique, el tipo normal de siempre. La fuerza que adquiere una
persona con un demonio adentro es sobrehumana. No guarda ninguna relación. Claramen-
te, una persona que tiene un demonio adentro, le pegas un balazo, a no ser que le pegues
exactamente en un órgano vital, el tipo sigue atacando porque el demonio tiene mucha
fuerza. Las energías demoníacas dan mucha fuerza, dan mucha agresividad.
PERIODISTA: Y en el caso de Marisol Cheves, ¿ella pudo hacer esto a distancia?
CARLOS MESCHI: Sí, pero recuerda que al policía lo sometió a una ceremonia estando ella
presente. A ver, tú a distancia, lo puedes hacer, en general, con gente que es muy sensible.
Segundo, esa persona sensible tiene que estar pasando por un momento malo
emocionalmente, que lo tenga «bajoneado». Tal como hay un sistema inmunológico interno
que te protege, tu aura si está debilitado, ahí se te puede meter un demonio. Tiene que ver
con tu sensibilidad, con un estado emocional bajo, alterado, negativo. Te voy a decir algo

232
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que te vas a reír más todavía. La familia Kennedy tiene una magia negra, la familia Grimaldi
tiene una magia negra, yo sé que ha salido en los periódicos, pero cuadra con las cosas que
le pasan. Marcelo Salas tiene una magia negra.
PERIODISTA: ¿También?
CARLOS MESCHI: Se lesiona, se lesiona y sin ninguna explicación médica lógica…
PERIODISTA: ¿Y se lo provoca alguien?
CARLOS MESCHI: Una mujer contrató (la brujería) y lo pincha. Cada vez que entra a la cancha…
PERIODISTA: ¿Por qué tiene magia negra?
CARLOS MESCHI: Porque alguna «embarrá» habrá dejado. No es santo. Marcelo Salas es un tipo
de sangre mapuche, que tiene una fuerza, una vitalidad, donde nunca en su vida se había
lesionado. No es un tipo debilucho que uno dijera: «qué lástima, no va a poder llegar a ser
un gran deportista». Nunca tuvo ningún problema y, de repente, se lesiona solo. ¿Has visto
las imágenes en que se lesiona por primera vez? Va entrando al área grande y solo se cae
y no se va a recuperar nunca más, mientras no se saque esa magia negra. En esa área, así
de fuerte es la magia negra. Puede hacer que un futbolista nunca más juegue al fútbol.
PERIODISTA: ¿Se lo hizo una mujer?
CARLOS MESCHI: Casi siempre son mujeres. Es un sentimiento femenino, eso de la venganza,
del rencor. Es más femenino que masculino. La mayoría de las magias negras la hacen
mujeres. Pero, como te digo, la magia negra es una cosa muy fuerte.
PERIODISTA: ¡Y peligrosa!
CARLOS MESCHI: Ahora, tiene que ser una persona muy poderosa, para lograr lo que consiguió
esta mujer (Marisol Cheves). Es probable que también haya ayudado mucho el hecho que
haya estado con él (Orlando Jiménez) y que haya hecho la ceremonia directamente. Pero, yo
hablo por lo que sé. Yo no conozco casos así, de gente que mate, excepto este. He visto
gente que se suicida porque el demonio, adentro, lo hace suicidarse, lo hace tirarse de un
octavo piso.
PERIODISTA: Esto que me has contado no lo puedo relatar…
CARLOS MESCHI: (sonriendo) ¡Es que pierdes credibilidad!
PERIODISTA: ¡Absolutamente!
CARLOS MESCHI: Pero, por último, te sirve para que orientes algunas cosas…
PERIODISTA: ….y me da algunas pistas para tratar de averiguar algo…
CARLOS MESCHI: …para seguir investigando.

Pese a lo sorprendente y alucinante del relato obtenido, decidimos incorporar-


lo en estas páginas porque, prodigiosamente, Meschi había conjugado elementos
y situaciones que jamás le transmitimos y que coinciden plenamente con lo reuni-
do por esta investigación. ¡Era imposible que lo averiguara, a no ser que se lo
hubiésemos contado! Tampoco existían antecedentes en Internet. ¡Damos fe de
aquello! Pero, ¿cuáles son esos elementos y escenarios que extraordinariamente
sacó a relucir?
Recordemos que Meschi nos había pedido fotografías de Orlando Jiménez,
Marisol Cheves y Guillermo Yunge. Basado en esto, configuró un relato que in-
cluye la existencia de «un lugar donde ella hace ceremonias de magia negra».
Nunca le contamos a Meschi del «famoso» cuarto oscuro que utilizaba Marisol
Cheves, para realizar sus ceremonias y ritos. Cuando le consultamos por más
detalles dijo: «Tiene que haber sido su casa. Tiene que haber un lugar oscuro, con
velas…». ¿Cómo pudo adivinar la existencia de un lugar así y que además estaba
en su casa? ¿Coincidencia o azar? Lo cierto es que también se suman otros acer-
tijos. Meschi dice que, «en la siguiente escena vemos, él (Jiménez) llegando a la
embajada y ella está cerca». Efectivamente, cuando Orlando Jiménez llega a su

233
7HUURUHQODHPEDMDGD

turno en la embajada, el martes 27 de julio, era alrededor de las ocho de la


mañana. A esa hora, Marisol Cheves estaba en la residencia diplomática, distan-
te tan sólo a un par de cuadras de la embajada. ¿Cómo pudo saber Meschi que la
residencia y la legación estaban cerca? Después, se le pregunta por el paradero de
Marisol Cheves, cuando ocurre la tragedia. Su respuesta fue, «estaba en un auto,
cerca» Aquello, es coincidente con el hecho de que a esa hora, Cheves acompaña-
ba a Yunge en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y eran trasladados
por Edgar Mata, el chofer. En otra parte del relato, el ingeniero civil apunta a
que, «ella (Marisol Cheves) busca matar a alguien específico. Ella tenía un lío de
celos con una mujer de la embajada» ¡Demasiadas coincidencias! Las diferencias
que existían entre Cheves y Sariego eran evidentes, pero más encima, el rumor
que manejábamos de una antigua relación entre Guillermo Yunge y Rocío Sariego,
adquiere más sentido al escuchar lo que dice Meschi: «Marisol Cheves estaba
celosa de una mujer de la embajada». Si bien, podemos conjeturar que Carlos
Meschi pudo leer referencias de la tragedia por Internet, y saber perfectamente
que había muerto una mujer (Rocío Sariego), era demasiado arriesgado de su
parte, aventurar o inventar una causal de celos, sabiendo que nuestra investiga-
ción manejaba información de primera fuente. No obstante, todo coincidió con lo
que habíamos recabado en Centroamérica. ¡Nosotros nunca le contamos nada de
esto a Meschi! Finalmente, nos cuenta que Cheves sedujo a Jiménez como una
manera de embaucarlo para sus oscuros fines. Dentro del ritual, la esposa de
Yunge habría hecho un pacto de sangre, donde hizo pequeñas incisiones en los
dedos de una mano y el brazo de Orlando Jiménez. En ese sentido, a principios de
abril de 2006, telefónicamente le consultamos a la viuda del policía, Auxiliadora
Guzmán, si tenía algún recuerdo de días, semanas o meses previos a la tragedia,
donde haya logrado notar heridas en las manos de su marido. Con la incertidum-
bre a cuesta y sin entender lo qué buscábamos, dijo no recordar nada, salvo que
en una ocasión su marido tuvo que quedarse de noche en la guarnición, para
hacer el turno del día siguiente, y donde no volvió del trabajo a su hogar en
Puriscal. Esa noche –relató Jiménez a su esposa–, limpiando terrenos baldíos de
los alrededores, se enganchó con un alambre de púas, ocasionándose pequeñas
incisiones o rasguños en el dedo pulgar, en la palma y el reverso de la mano.
Guzmán dice que esto pudo ocurrir unos cuatro meses antes de la tragedia diplo-
mática, aunque no tiene certeza del tiempo transcurrido.
La increíble historia que entregó Carlos Meschi nos mantuvo sumidos en la
más profunda perplejidad. Creer o no creer, era el permanente cuestionamiento
que hacíamos. Pero esto no acaba allí. Meschi se había comprometido en ver las
fotografías de Rocío Sariego, Roberto Nieto y Christian Yuseff, para decirnos si
hubo algo de estos tres chilenos, que se relacionara con Marisol Cheves. Íntima-
mente, tal vez, esperábamos que el parasicólogo se equivocara en algún detalle
importante de sus «augurios», para así desechar todo lo que había construido. La
prueba de fuego vendría en la siguiente entrevista:

CARLOS MESCHI: Mira, lo último que vimos es lo siguiente. Efectivamente, hay una relación
sentimental, una infidelidad, una cosa como carnal, sexual, de amante, entre Guillermo
Yunge y Rocío Sariego.
PERIODISTA: ¿Hubo?
CARLOS MESCHI: Había. Esta mujer enferma, Marisol Cheves, averigua y sabe eso, y, aparente-
mente, todo esto es una maquinación para deshacerse de Rocío Sariego. Su acercamiento
al guardia, su relación de amante con el guardia para que confíe en ella, la magia negra, etc.

234
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Ahora, efectivamente, el demonio y la magia negra le dieron a Jiménez instrucciones


precisas de matar a esas personas. Ahora, ¿por qué matan a Roberto Nieto?, porque él
tenía conocimiento de la relación entre Rocío Sariego y Guillermo Yunge. Ya sea que se hacía
el desentendido o, más bien, que los encubría para que no los pillaran. Él (Nieto) como que
es cómplice, como que apoya a Guillermo Yunge en el tema. Como que ayuda a que no se
descubra y eso lo averigua también Marisol Cheves y por eso lo mata. Con Christian Yuseff no
vimos la relación, puede ser que la Patty haya estado muy cansada. Con él no alcanzamos a
ver el motivo por el cual lo matan (…). Lo que pasa es que las magias negras, en nuestra
experiencia, en un 90 por ciento son hechos por motivos sentimentales. No conocemos a
nadie que haga magia negra porque esté «picado», porque echaron a su marido del trabajo.
Fácilmente, el 90 por ciento de las magias negras son hechas por mujeres, para atraer a un
hombre o para alejar a una mujer de su hombre. Por lo tanto, me cuadra mucho que ella
haya hecho todo eso al saber que había una relación de amorío entre la joven Sariego y
Guillermo Yunge.
PERIODISTA: Dentro de lo que tenemos configurado hay muchas cosas que coinciden, pero
también hay asuntos relacionados con pugnas de poder, de malas relaciones humanas.
CARLOS MESCHI: Es algo muy extraño que fuera por pugna de poder ¡Igual te lo voy a revisar!,
pero la información que nos llegó y lo que vimos es esa que te comenté. ¿Tú que sabes de
Nieto con Yunge? ¿Cómo se llevaban?
PERIODISTA: En el último tiempo Nieto no se llevaba muy bien con Yunge, y había muchos
«conventillos» hacia él, y de grueso calibre. Todas esas cosas, según lo que he averiguado,
Marisol Cheves también las supo. Entonces, para mí esa era una de las motivaciones que
había, porque había una pugna de poder. Es decir, a Guillermo Yunge lo echaban y el que
asumía era Roberto Nieto. Entonces, Marisol Cheves quedaba sin poder. El tema sentimen-
tal, la relación de amantes, sin duda que también influyó y eso ya lo tenía configurado. Lo
que pasa es que yo no tengo certeza de esa relación entre Rocío Sariego y Guillermo Yunge.
CARLOS MESCHI: Claro, pero nosotros sí.
PERIODISTA: Esa relación, entiendo, que eventualmente pudo haber tenido Guillermo Yunge
con Rocío Sariego fue antes de que conociera a Marisol Cheves.
CARLOS MESCHI: ¡Ah!, podría ser…
PERIODISTA: …es anterior a cuando se junta con Marisol Cheves. Es decir, estando juntos
Guillermo Yunge y Marisol Cheves, esa relación ya no existía…
CARLOS MESCHI: Pero también es motivo. O sea, una mente enferma como la de Marisol Cheves,
no quiere que su marido esté en el mismo lugar que su ex amante.
PERIODISTA: Ah, por supuesto.
CARLOS MESCHI: Voy a tratar de averiguar eso.
PERIODISTA: Carlos, ¿ustedes también determinan fechas y períodos en que ocurre un hecho?
CARLOS MESCHI: Mira, normalmente, no revisamos muchas fechas. Déjame ver si puedo revisar,
si esa relación fue mientras estaba con Marisol o si fue antes.
PERIODISTA: Y si hubo alguna otra relación entre estos seis personajes.
CARLOS MESCHI: Sí, ningún problema.
PERIODISTA: No sé quién con quién, pero algo pudo haber ahí.
CARLOS MESCHI: Ya, perfecto.

Esta última invitación que hicimos a Meschi fue para ver si era capaz de
detectar la relación que hubo entre Rocío Sariego y Roberto Nieto, y de la cual
existen testigos que certificaron el romance. La sorpresa fue total cuando, nueva-
mente, por teléfono confirmó que ambos habían sido amantes. ¿Cómo pudo saber
Meschi, tanto detalle específico? ¿Cómo pudo configurar los mismos amoríos que
habíamos reportado estando en Costa Rica, si las combinaciones pudieron ser

235
7HUURUHQODHPEDMDGD

muchas más? Si es tan preciso con estos detalles, ¿se podrá equivocar cuando dice
que hubo una «posesión demoníaca» sobre la persona de Orlando Jiménez? Nue-
vamente entramos al terreno de lo especulativo, del debate irreconciliable y esté-
ril que implica tratar de imponer un punto de vista.
Este escrito no impone ni obliga a creer en ninguna doctrina y en ningún
dogma, por el contrario, provee diferentes herramientas de la ciencia humana, y
otros no tanto, que permiten configurar con razonable precisión, una lógica expli-
cativa sobre la génesis de esta tragedia.
En el siguiente y último capítulo, compilamos, a modo de conclusiones, aque-
llas interrogantes que no han sido desarrolladas hasta ahora. Corresponde a aquellas
variables que cuestionaron el proceder de las autoridades chilenas y costarricen-
ses, los criterios aplicados y los resultados obtenidos en las pericias forenses,
policiales y jurídicas. Cerramos el círculo de nuestra investigación identificando
responsabilidades.

236
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&RQFOXVLRQHV
 5HFDSLWXODQGR

Hasta ahora, hemos conocido los hechos tal y como se dieron el últi-
mo martes del mes de julio del año 2004. Hemos pesquisado distintas
situaciones ignoradas por el común de la gente, como disputas y ren-
cillas internas, además de escenarios que no fueron investigados, o
que fueron descartados a priori, erróneamente, por el Ministerio Pú-
blico y la Fiscalía General de Costa Rica.
Estos elementos, y muchos más, nos permiten elaborar una hipóte-
sis que intenta explicar la génesis de la tragedia, de cuestionada tole-
rancia en el mundo científico moderno. Sin pretender ser absolutistas,
ni mucho menos dueños de la verdad, extendemos sobre la mesa todas
las cartas que conjugan y dan fuerza teórica al planteamiento. La
respuesta a la gran interrogante que suscita el caso, sobre el origen de
la matanza, sobre aquello que detonó la bestialidad y la conducta
abominable del guardia Jiménez, tendrá que ser sopesada por cada
uno. ¿Qué grado de admisión y verosimilitud le otorga el lector al
fundamento teórico? Es materia de cada cual. Lo indesmentible del
caso, se da en lo real y tangible que son las pruebas dadas a conocer
por esta investigación, y que dan testimonio de elementos que configu-
ran y arman, por sí solos, el puzzle policial. Sin embargo, por la
naturaleza del mismo, de inadmisible aprobación científica, es que
nos vemos imposibilitados de concluir empíricamente, sobre quién o
quiénes recae la responsabilidad del hecho. Lo concreto y lo demos-
trable es que Orlando Jiménez entró con su arma de servicio y arreme-
tió contra tres ciudadanos chilenos a los que, sin razón ni motivo
aparente, dio muertes violentas. Aquí no estamos especulando ni teo-
rizando. Podemos asegurar, con conocimiento de causa y con convic-
ción probada, que Jiménez nunca tuvo motivos ni razones para querer
deshacerse de Rocío Sariego, de Roberto Nieto, ni de Christian Yuseff.
Podemos configurar con base científica, que Jiménez nunca padeció
locura o demencia temporal. Nunca sufrió alguna enfermedad de ori-
gen mental, que pudiera dar explicación a su accionar.
Paralelamente, existen otras situaciones que se fueron dando y que
competen, por ejemplo, al manejo de crisis que hizo la autoridad, y a
las intransigentes decisiones adoptadas por quienes tuvieron a cargo
la negociación ese día. También se da por lo controversial que resulta-
ron ser las pericias realizadas por la policía judicial y la medicatura
forense del país caribeño. Otro tanto, se desprende de la apática acti-
tud que asumió el Estado chileno, para facilitar y aportar anteceden-
tes en la investigación que demandó, no sólo el Ministerio Público en
San José, sino los familiares de las víctimas y del victimario.

237
7HUURUHQODHPEDMDGD

Estas cuestiones serán tratadas en este capítulo a modo de «conclusiones».


Para ello, hemos encabezado cada planteamiento y cada desarrollo del tema,
mediante interrogantes que todos hicieron en su momento, cuando nadie daba
respuestas a lo que había sucedido.

 —3RUTXpQRVHDXWRUL]yPXFKRDQWHVHOLQJUHVRGHODVIXHU]DV
SROLFLDOHVDOUHFLQWRGLSORPiWLFR"—3RUTXpQRVHOOHYyDFDER
HOUHVFDWHFXDQGRVHVXSRTXH2UODQGR-LPpQH]HVWDED
›JUDYHPHQWH KHULGRœ"

Las respuestas debemos hallarlas en dos principios básicos que rigen cualquier
hecho delictivo y que involucre un asalto con secuestro y toma de rehenes: Mane-
jo de crisis y negociación.
Apenas se dieron las condiciones, se conformó un comité de crisis constituido
por altas autoridades costarricenses, más el embajador Guillermo Yunge y el
ministro del Interior chileno, José Miguel Insulza. Los cuerpos policiales se
apersonaron tomando control absoluto del lugar y prestos a actuar cuando se les
ordenara. El fiscal Mauricio Boraschi entrega mayores antecedentes:

MAURICIO BORASCHI: Teníamos en ese momento la presencia de todos los cuerpos de élite de
choque, listos para la entrada desde un primer momento. Se apostaron equipos que tenían
totalmente resguardadas y aseguradas las vidas de esas personas (…). Ya teníamos certeza
de que habían ocurrido disparos. No sabíamos si había gente herida, salvo el oficial Jiménez,
pero igual sabíamos que él estaba rondando por los pasillos de la embajada.
PERIODISTA: Entonces, ¿por qué no ingresar, si había tal cantidad de personal policial y cuerpos
de élite?
MAURICIO BORASCHI: En ese momento no se ingresa, precisamente, por tratar de lograr con
éxito la negociación. Ese es un paso necesario y obligatorio en este tipo de crisis, donde
intentamos, sobre todo, proteger vidas que sabíamos y teníamos la esperanza existieran
dentro de los otros aposentos de la embajada. Tampoco había ninguna señal de violencia en
ese momento (…). En algún momento las autoridades pidieron que si se tomaba alguna
acción, podíamos poner en peligro la vida de estas personas. Entonces, el primer elemento
a agotar fue el proceso de negociación.

Observadores, psicólogos y negociadores del OIJ se fueron sumando con el


transcurrir de las horas, donde hubo una primera recomendación de ingreso a las
16:54 horas, como consta en la página 2 del Informe OIJ. Así y todo, el centro de
mando ordenó esperar.
No se tenía certeza de lo que ocurría adentro, si había gente muerta o si
estaban rehenes. El tema por eso siempre fue negociar (Andrea Murillo)227.

Por otro lado, recordemos que el director de la


227
oficina comercial de ProChile, Leonardo Banda, ha-
«Muertes instantáneas»,
diario Al Día, 30 de julio de bía comunicado, telefónicamente, la gravedad del
2004, San José, Costa Rica. estado de salud que afectaba a Jiménez.
Disponible en <http://www.al-
dia.co.cr/ad_ee/2004/julio/ Esperábamos que actuara la policía. Tal vez se demo-
30/nacionales0.html>. Consul- raron demasiado. Pero eso lo verá la investigación.
tado 14 de febrero de 2005. Es diferente la perspectiva que se tiene de afuera

238
&RQFOXVLRQHV

que la que teníamos nosotros adentro. Podrían haber actuado antes, pero yo
no soy quién para valorar (Leonardo Banda)228.

Al recurrir a testimonios de personas que presenciaron los sucesos de ese mar-


tes, encontramos que existe una errónea y desafortunada idea que, aunque se
hubiese entrado tempranamente, las víctimas del guardia Jiménez habían muerto
al inicio de las acciones. Por lo mismo, se considera extemporánea la discusión de
si se pudo o no haber ingresado antes al rescate. Como veremos en adelante,
existió una sobrevida importante en Rocío Sariego y Christian Yuseff, y que de
haber sido auxiliados con prontitud, se pudo haber salvado sus vidas.
Las dudas que nos quedan es por qué se tardó tanto en el rescate, si se tenía
un cuerpo especializado, si se tenían los medios para haber tomado la emba-
jada; aunque está muy claro que no se iba a rescatar a nadie, pues todos los
funcionarios fallecieron. Sin embargo, se esperó bastante tiempo antes de
tomar la decisión. Nos justificaron (a los periodistas) que no se actuó por el
hecho de que había que salvaguardar las vidas de los que estaban ahí atra-
pados. Solo cuando se dieron cuenta que el policía estaba prácticamente
muerto, se decidió el ingreso (Otto Vargas)229.

0DQHMRGHFULVLV\QHJRFLDFLyQ

Según la Real Academia Española de la lengua, «negociación» significa, «tra-


tos dirigidos a la conclusión de un convenio o pacto». Por su parte, el diccionario
virtual del diario español elmundo.es dice que «negociación» es la «gestión o
resolución de un asunto, especialmente por la vía diplomática». En ambos casos,
implica establecer un diálogo entre las partes litigantes o negociadoras. Si no se
produce el diálogo o el intercambio de información, difícilmente se podrá llegar
a establecer un acuerdo, convenio o pacto resolutivo de conflicto, ápice funda-
mental en un manejo de crisis.
Durante las más de seis horas que duró el evento, las autoridades y los nego-
ciadores nunca lograron establecer comunicación dialogada con Orlando Jiménez.
Partiendo de esa premisa, la excesiva espera no se justificó, por el contrario, se
hizo extremadamente urgente la acción oportuna y decidida de las autoridades,
más aún si se habían oído disparos.
El psicólogo chileno, Armando Campos, que estuvo presente ese día en los
alrededores de la legación chilena, entrega su visión de cómo se manejó la crisis.

ARMANDO CAMPOS: Hubo un exceso de despliegue, considerando que había una sola persona
que estaba llevando a cabo este acto. Uno podría analizar hasta
qué punto hubo un despliegue tan grande y siendo que pudo 228
«Testigos: entró a ma-
constituir una presión para el individuo (Jiménez). Con respecto tar», diario Al Día, 29 de ju-
a la negociación que se hizo, creo que habría que analizarla tal lio de 2004, San José, Cos-
como se llevó a cabo. Me parece que no fue desde un punto de ta Rica, Disponible en <http:/
vista técnico, completamente acertada, aunque esa no es una / w w w. a l d i a . c o . c r / a d _ e e /
2004/julio/29/nacionales-
consideración, desde luego, que tenga mayor incidencia en los 0.html>. Consultado el 14 de
hechos que ocurrieron a posterior. Esa negociación resultó febrero de 2005.
229
extemporánea, de acuerdo a como se sucedieron las cosas. Declaración hecha por el
PERIODISTA: En este sentido, ¿usted cree que faltó establecer una periodista costarricense
Otto Vargas para este es-
mayor relación de comunicación con el guardia? crito.
ARMANDO CAMPOS: Sí. Yo creo que se pudo intentar la negociación
239
7HUURUHQODHPEDMDGD

de otra forma, por ejemplo, haciendo intervenir a personas que eran de su confianza, tanto
por vínculos familiares, personales, como por vínculos de trabajo. Él tenía cierta amistad
con funcionarios de un rango similar, dentro del esquema de la embajada, y esas personas
pudieron haber participado (…). En mi criterio se prescindió de algunas figuras importantes
que pudieron haber participado en esa negociación. Se optó por un discurso muy reiterativo.
Constantemente se le estaba diciendo lo mismo a través de un megáfono. Además, la
persona que intentaba comunicarse con el secuestrador, lo hacía siempre detrás de un
muro, sacando solamente el megáfono, y eso, naturalmente, si la persona (Jiménez) está
observando, puede contribuir a aumentar su desconfianza.

En ese sentido, Randall Jiménez confirmó que un policía amigo de su padre,


«fue de las cinco primeras personas en llegar al lugar y él pidió expresamente
entrar y hablar con él, porque se llevaba muy bien con mi papá (…). Él pidió entrar
y no lo dejaron. ¿Por qué?, porque ya se había conformado el comité de crisis»230.
En Chile, el coronel en retiro de Carabineros, Pedro Valdivia Castillo, se desem-
peña como Director de Operaciones y Desarrollo del Programa de Seguridad Ciu-
dadana de la Municipalidad de Vitacura, y el 27 de julio estuvo atento a cómo se
fueron desarrollando los hechos y que profusamente informaban los medios electró-
nicos, vía Internet. Al coronel le facilitamos las imágenes de la televisión local que
cubrió periodísticamente la tragedia, para que nos diera su impresión, basada en la
experiencia acumulada en sus más de 30 años de servicio policial.

PEDRO VALDIVIA: Las imágenes del video, sumado a la información que se manejó en ese
momento, además de los lamentables resultados que hubo al final, indica que no hubo
ningún manejo de crisis. Fue un hecho lamentable, donde el guardia, producto de una
alteración mental, provocó una situación de crisis que, como tal, adolece de graves fallas
desde el punto de vista técnico policial.
PERIODISTA: ¿Cuáles serían esas fallas?
PEDRO VALDIVIA: El aislamiento del sitio del suceso no tiene un resultado efectivo, porque
podemos ver una serie de civiles que podrían tener alguna explicación en algún minuto,
pero que en una situación de crisis no se condice, puesto que debe estar absolutamente
aislado (…). Vemos un policía subido en una escalera, sin ninguna medida de resguardo,
donde aparentemente está haciendo una intervención o corte telefónico (…) obviamente,
a la altura del desarrollo tecnológico que estamos viviendo, no tiene ninguna explicación,
porque se puede hacer desde una central telefónica o por conductos técnicos más sofisticados
(…). Vemos negociadores tratando de enganchar con la persona (Jiménez) a viva voz, situa-
ción que es bastante dificultosa, porque el gran don que debe tener un negociador es la
capacidad de enganchar psicológicamente. En este caso, es una mujer que pudo haber tenido
alguna aspiración, pero que a viva voz era sumamente difícil. Posteriormente, usa un megáfo-
no, pero se evidencia que técnicamente ella no estaba en condiciones (capacitada) de usar…
PERIODISTA: ¿Se justifica la demora en este proceso de «negociación» o se pudo haber ingre-
sado mucho antes?
PEDRO VALDIVIA: Indudablemente, que los antecedentes que hay aquí, indican de que hubo una
demora (…) la decisión del comité de crisis pudo haber sido mucho antes (…) para tomar
decisiones hay que ser valiente, al igual que para asumir los costos (…) tampoco es bueno
condenar a las policías del mundo, porque todo este trabajo de manejo de crisis y de
negociaciones se aprende teóricamente, como todas las cosas en la
230
Declaración hecha por vida, pero la práctica indica lo que hay que hacer o no. Yo creo que
Randall Jiménez para este nuestro país, en Chile, partimos con muchos errores, pero hoy día
escrito. estamos en condiciones óptimas de poder solucionar cualquier crisis.

240
&RQFOXVLRQHV

PERIODISTA: En el momento que estaba ocurriendo todo esto, ¿Pudo la policía costarricense o
las autoridades chilenas haber solicitado la colaboración de peritos chilenos?
PEDRO VALDIVIA: Yo creo que la presencia de nuestro ministro del Interior en el lugar, incons-
ciente o involuntariamente, en vez de ayudar, a lo mejor cohibió un poco el accionar del
comité de crisis (…) además, existían lazos sentimentales y de amistad (de Insulza) con las
personas y, obviamente, en algún momento pudo haber tenido el legítimo derecho de decir:
«¡Esperemos! porque puede pasar algo mayor». Pero en una situación de crisis, fundamen-
talmente, uno debe separar sentimientos de técnica, y la técnica es la que manda en este
caso, y los sentimientos son los que después se disfrutan cuando la técnica ha logrado
resultados positivos (…). Yo diría que cuando hay una pérdida de vida, normalmente, es una
crisis que no logró solucionarse en términos de lo que la policía quisiera. Por ejemplo,
Carabineros, en este caso, siempre lo que busca es restablecer un orden quebrantado, pero
cuando eso se restablece con el fallecimiento de personas, íntimamente, aunque la gente
no lo piense igual, queda el sentimiento de que el objetivo no se logró.
PERIODISTA: ¡Bueno!, en conversación con miembros de la policía tica, ellos reconocen que se
demoraron, pero culpan a las autoridades chilenas, de que ellos a los 30 minutos, dicen,
estaban en condiciones (de haber actuado), que tenían 125 hombres listos para entrar, 125
personas apostadas en el perímetro y que había un cuerpo de choque (de élite) que estaban
listos para ingresar.
PEDRO VALDIVIA: Por eso te digo, yo creo que un poco la presencia del ministro del Interior,
involuntariamente, no le vamos a echar la culpa a Insulza, pero el que estaba ahí era su
amigo (por Roberto Nieto), y si dice: «Entren no más» y matan a su amigo… ¡complicado!
Pero había que tomar decisiones.

La evaluación hecha por el coronel(r) Valdivia no es descabellada, conside-


rando que el ministro Insulza proyectaba una imagen potente, con un liderazgo
innato, siendo el segundo hombre en importancia dentro del «alabado» gobierno
que encabezó el Presidente Ricardo Lagos. Las autoridades costarricenses pudieron
tener reparos, al momento de querer actuar, para así dejar una «imagen correcta»
ante la presencia de tan distinguida autoridad de la clase política chilena.
Sin ir más lejos, fue el propio canciller de Costa Rica, Roberto Tovar, quien
«aseguró que la policía actuó con toda la prudencia y con todo el cuidado necesa-
rio en el rescate de las víctimas del incidente en la embajada chilena. En entrevis-
ta con Radio Universo (de Chile), la autoridad afirmó que les dio una gran tran-
quilidad en la conciencia que el ministro del Interior, José Miguel Insulza, fuera
testigo al igual que el embajador de Chile, Guillermo Yunge, del accionar de la
policía costarricense»231. No obstante, al parecer, también hubo algún grado de
responsabilidad del ministro chileno, en la tardanza manifestada durante la fase
de «negociación». Así, al menos, lo expresó el fiscal gene-
ral de Costa Rica, Francisco Dall’Anese al asegurar «que
231
el ministro del Interior de Chile, José Miguel Insulza, no Gallegos, Carla. «Cuerpos
de diplomáticos asesinados
permitió que las fuerzas de seguridad costarricenses toma- llegan esta madrugada»,
ran la embajada antes de las 10:00 p.m., por motivos de diario La Nación, 31 de julio
seguridad hacia los rehenes»232. de 2004. Santiago, Chile.
En agosto de 2004, en el marco de esta investigación, Disponible en <http://www.la-
nacion.cl/p4_lanacion/site/
entrevistamos a un suboficial de los servicios de edic/2004_07_31_1/home/
contrainteligencia de una de las ramas de las fuerzas ar- home.html>. Consultado el
madas chilenas, experto en temas de terrorismo: 21 de diciembre de 2005.
232
«Testigos: entró a ma-
tar», op. cit.

241
7HUURUHQODHPEDMDGD

PERIODISTA: ¿Cómo ve usted el manejo de crisis que hubo de la situación vivida, hace unas
semanas, en la embajada de Chile en Costa Rica?
SUBOFICIAL: El manejo fue pésimo. De hecho, prácticamente, no hubo manejo. Me parece que
aquí se basaron mucho en lo que son las películas que dan por televisión. Hay que partir de
la base que en Costa Rica no hay Fuerzas Armadas, por lo tanto no tienen un servicio de
inteligencia activo. Ellos tienen un servicio de inteligencia orientado a dar seguridad solo al
Presidente y nada más. Por ser un país desmilitarizado, se piensa que es un país de paz. Por
lo tanto, la experiencia que tienen en este tipo de hechos es nula. Esto se nota en el
procedimiento que emplearon, porque se dedicaron a buscar planos de la embajada, a todo
lo que es la recolección de información, cuando debían actuar. No hay que olvidarse que
cuando el policía ingresó (a la embajada), a la hora ya estaba todo consumado y, sin
embargo, estuvo cinco horas adentro con el personal, sin que nadie se atreviera a entrar.
Según ellos hubo negociaciones, lo que nunca existió, y la información que daban (la policía)
a las 3 o 4 horas, era que se estaba negociando con el secuestrador, lo que siempre fue falso.
Eso es lo que se cuestiona hasta el minuto. Si se hubiese actuado cuando se supo que no había
conversación, que no había interrelación con el policía, posiblemente se habrían salvado más
de alguna de las víctimas. Eso es en cuanto al procedimiento. Queda de manifiesto que un país
que no tenga un servicio de inteligencia activo, no puede reaccionar ante una emergencia de
este tipo. Quedó demostrado en televisión, cuando el equipo especializado que tienen para
este tipo de eventos venía recién desempacando los utensilios. Un megáfono lo sacaron desde
la caja original, o sea, no lo habían usado nunca. Todo lo da la práctica, todas las cosas se
practican, por eso que las Fuerzas Armadas en Chile hacen ejercicios para estar siempre
preparados. No se puede reaccionar cuando no se tiene preparación.

::: La policía especializada de Costa Rica extrae de una caja el envoltorio de un megáfono sin uso,
que se ocuparía para intentar negociar con Orlando Jiménez. El grado de improvisación y falta
de experticia evidenciada en materias de seguridad se hace evidente en este tipo de procedi-
mientos [fotos extraídas de los archivos de prensa de las televisoras Teletica y Repretel].

242
&RQFOXVLRQHV

::: Cuando los negociadores del OIJ se percataron de que no existían respuestas de Orlando
Jiménez a los emplazamientos que hacían a viva voz para lograr un acuerdo, solicitaron un
megáfono que la mujer negociadora no supo operar. Secundada por otro colega, fueron
corrigiendo las dificultades de acoplo de audio y buen uso de la herramienta de trabajo [fotos
extraídas de los archivos de prensa de las televisoras Teletica y Repretel].

::: Una actitud algo displicente y de relajo inexcusable por parte del equipo negociador se aprecia
en estas imágenes captadas por una cámara de televisión. Allí, la mujer es interrumpida en su
trabajo por otro policía (suponemos) que algo le dice, y ella esboza una sonrisa [fotos extraí-
das de los archivos de prensa de las televisoras Teletica y Repretel].

243
7HUURUHQODHPEDMDGD

Uno de los factores que, sin lugar a dudas, retrasaron el ingreso oportuno del
grupo de rescate, se estableció al momento de reunir antecedentes de quién era Orlando
Jiménez. Los impecables informes de vida y excelentes calificaciones en el desempeño
de su cargo, junto al prolongado tiempo que el guardia llevaba en el puesto, hicieron
que las autoridades desestimaran la posibilidad de que ocurriera algún desenlace
fatal, y así lo dio a entender el ministro Insulza, en una entrevista ofrecida al progra-
ma de noticias «Medianoche» de Televisión Nacional de Chile: «Como hubo pocos
disparos al comienzo, pensábamos que eso había sido el primer arrebato del tipo y
que luego las había secuestrado, pero ya los había asesinado en realidad»233.
De esta declaración, se desprende que la escasa diligencia y la larga espera se
debió a un exceso de confianza que nació desde el puesto de mando. Por algo
Insulza dijo «pensábamos». Se desglosa que hay responsabilidades entre quienes
conformaron ese comité. No obstante, el ministro nunca atribuyó culpabilidad a
las autoridades costarricenses ni a la policía. «Insulza, entrevistado por Chilevisión,
descartó que la muerte de los tres chilenos se deba a un error en el procedimiento
asumido tanto por el gobierno de Costa Rica como por las autoridades chilenas
que acompañaban dicho operativo, entre ellas él y el embajador Guillermo Yunge.
Todo demuestra que este asesino los mató al momento de entrar a la emba-
jada, es decir, si nosotros con el gobierno costarricense hubiéramos tomado
la decisión de entrar a la embajada tres horas antes, ya estaban muertos los
tres, ya no había nada que hacer al respecto, no hubo disparos después de
los primeros quince o veinte minutos234.

Lamentablemente, para los dichos del ministro, las pruebas reunidas por esta
investigación certifican, empíricamente, que sí hubo sobrevida en Rocío Sariego
y Christian Yuseff. De haber recibido ellos, atención médica oportuna, pudieron
salvar sus vidas. Así lo dictaminan pericias forenses realizadas en Chile, con todo
el rigor científico y que adjuntamos en el anexo documental.

1HJDWLYDGH<XQJH
233
«Tres chilenos mueren en Otro hecho de relevancia que propició la excesiva de-
toma de embajada», chi-
mora en el rescate, fue la negativa de Guillermo Yunge
le.com, Santiago, Chile. Dis-
ponible en <http://www.chi- para que ingresaran durante la mal denominada «fase de
le.com/tpl/articulo/detalle/ negociación». El embajador nunca autorizó la interven-
ver.tpl?cod_articulo=56825>. ción de la policía, salvo a las 22:03 horas, cuando la ago-
Consultado el 10 de febrero
nía de Jiménez se hizo evidente con los últimos estertores.
de 2005.
234
«Víctima dejo teléfono Recordemos que antes de esa hora, hubo tres intentos o
conectado con Chile duran- sugerencias formales de ingreso que fueron denegadas. Se-
te toma de embajada», dia- gún la fiscal Andrea Murillo, Yunge sólo autorizó el resca-
rio La Nación, Santiago, Chi-
te a las 22:03 de la noche. Esta versión de la funcionaria
le, 28 de julio de 2004. Dis-
ponible en <http://www.la- pública «provocó la extrañeza de Guillermo Yunge (quien)
nacion.cl/p4_ lanacion/antia- respondió que en el comité de crisis «no estaba esa señori-
lone.html?page=http:// ta», y que éste lo conformaban sólo hombres, entre ellos el
www.lanacion.cl/p4_lana-
ministro de Seguridad Rogelio Ramos, y el de la Presiden-
cion/site/artic/20040729/
pags/20040729212326.html>. cia, Ricardo Toledo»235, replicaba el embajador.
Consultado el 21 de diciem- Más allá de la ociosa discusión que pudo generar la
bre de 2005. controversia, los dichos de Yunge evidenciaron otra farsa
235
Gálvez Araya, Mario, op.
en esta maraña de inventos que sacó a relucir en los días
cit .
posteriores a la tragedia.

244
&RQFOXVLRQHV

Yunge dijo, en relación a la fiscal Murillo y de quienes conformaron el Comité


de Crisis, que «no estaba esa señorita y que éste lo conformaban solo hombres».
De ser así, cabe hacer una reflexión y una pregunta. Si el puesto de mando estuvo
conformado solo por hombres, de connotada importancia en la toma de decisio-
nes, ¿qué hacía Marisol Cheves en ese comité, en ese selecto grupo de profesiona-
les, donde ni siquiera se permitió el ingreso de los familiares de las víctimas, ni
del victimario? ¿Qué hacía la esposa de un embajador en medio de una crisis que,
se supone, es ajena a su persona?

::: En estas imágenes vemos reunido al Comité de Crisis en pleno, intentando hallar salidas de
escape frente a la crisis desatada por el guardia Orlando Jiménez. En primer plano, y de
espalda, vemos al ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, ya en el ángulo inferior izquierdo,
hablando por celular, a la esposa de Yunge, Marisol Cheves Hidalgo [fotos extraídas de los
archivos de prensa de las televisoras Teletica y Repretel].

245
7HUURUHQODHPEDMDGD

Guillermo Yunge fue la única persona que dio el visto bueno final, para que la
policía ingresara a la legación diplomática. Aquello fue ratificado por la canci-
ller, Soledad Alvear, que desde Santiago se encargó de aclarar el tema: «Yunge
era el único que podía dar una orden de ingreso de las fuerzas especiales a la
residencia»236.
El propio embajador precisó su actuación, a través de los medios: «Yo di la
autorización cuando se me informó que el asesino no estaba en condiciones de
poder proceder en contra de la gente que permanecía adentro de la embajada.
¡No iba a autorizar el ingreso policial, si no me garantizaban la neutralización
del individuo y garantías de vida e integridad de los funcionarios! (…). Si hubié-
ramos procedido a autorizar el ingreso policial con anticipación, no íbamos a
recuperar la vida de quienes ya habían sido asesinados y hubiéramos puesto en
peligro la integridad del resto»237.
Recordemos que hubo una primera recomendación de ingreso a la embajada,
a las 16:54. Hubo un policía que advirtió, «Entren, está sin el arma. El arma no
tiene el cargador. ¡Pueden entrar!» Sin embargo, alguien en el puesto de mando
dio la orden de seguir esperando. Leonardo Banda recomendó, telefónicamente y
en reiteradas ocasiones, a la policía y al embajador Yunge, que ingresaran, que el
guardia se encontraba «gravemente herido». Así y todo siguieron esperando. ¿Aque-
llas advertencias no fueron suficientes para tomar una decisión? Si miembros del
OIJ recomendaron entrar, ¿no significó, acaso, que estaban dadas las condiciones
para ello? Si Jiménez estaba herido de gravedad y deambulando sin el arma,
¿técnicamente no estaban las condiciones para reducirlo, por ejemplo, con gas
lacrimógeno?
Hay otro hecho que llama la atención, según informa-
236
«Cuatro muertos en se- ron medios de prensa escrito, y dice relación con lo
cuestro de embajada chile-
gravitante que pudo ser el teléfono descolgado en la oficina
na en Costa Rica», emol.-
com, Santiago, Chile, 27 de de Roberto Nieto. La comunicación se mantuvo por más
julio de 2004. Disponible en de cinco horas, con la oficina del Ministerio del Interior en
<http://www.emol.com/noti- Santiago. El diario La Nación de Chile dijo: «No obstan-
cias/internacional/detalle /
te, explicó Insulza ayer, uno de los detonantes del permiso
detallenoticias.asp?idnoti-
cia=154297>. Consultado el para entrar, que dieron Insulza en San José y Alvear desde
18 de abril de 2006. Santiago, fueron los lamentos y la tos que se escucharon a
237
«Yunge: La policía entró través del teléfono: al menos había heridos y era necesario
cuando yo lo autoricé», dia-
actuar»238. Por su parte, Guillermo Yunge repitió la misma
rio Al Día, San José, Costa
Rica, 30 de julio de 2004. idea en el diario Al Día de Costa Rica: «Durante 4 o 5
En <http://www.aldia.co.cr/ horas deambula (Jiménez), cuestión que pudimos compro-
a d _ e e / 2 0 0 4 / j u l i o / 3 0 / bar por la comunicación telefónica que tenían en Santiago
nacionales0.html>. Consulta-
con el teléfono de Roberto Nieto que quedó descolgado. Y
do el 21 de agosto de 2004. 239
238
«Las horas más dramáti- la policía de Costa Rica reportó movimientos de cortina» .
cas de Soledad Alvear en la Lo paradójico de todo esto, es que fuentes consultadas y
Cancillería», diario La Na- que pudieron escuchar la grabación de ese llamado telefó-
ción, Santiago, Chile, 29 de
nico, coinciden en advertir que solo se oye algo al inicio de
julio de 2004. Disponible en:
< h t t p : / / w w w. l a n a c i o n . c l / las acciones homicidas, donde se distingue un disparo, un
p4_lanacion/ site/edic/2004- quejido, la voz de una mujer solicitando una ambulancia,
_07_29_1/home/home.html>. y después, nada más, silencio absoluto. La misma fiscal
Consultado el 28 de febre-
Murillo aclaró a los medios de prensa que esto fue así. Por
ro de 2005.
239
«Yunge: La policía entró lo tanto, ¿cómo se puede argüir que lo escuchado en esa
cuando yo lo autoricé», dia- grabación, fue gravitante para que la policía actuara o
rio Al Día, op. cit. ingresara a la legación? Esto obliga a formular otras pre-

246
&RQFOXVLRQHV

guntas. ¿Quién dio la orden definitiva de ingreso para el rescate? ¿La dio Guillermo
Yunge, como él mismo se encargó de precisar, o la dio Insulza y Alvear en conjun-
to, como explica La Nación en Chile?
Veremos más adelante, que fue el propio Presidente de la República, Ricardo
Lagos, quien se adjudicó la responsabilidad de dar el visto bueno para el rescate.
Podemos asegurar que nunca fue competencia del Primer Mandatario, por varias
razones, pero que permite vislumbrar un acto de auxilio administrativo, intentan-
do quitarle responsabilidad a Yunge.
Por otro lado, pesar e incertidumbre fue lo que debieron cargar los familiares
de las víctimas chilenas, cuando el canciller Ignacio Walker, que reemplazó en el
cargo a Soledad Alvear, declaró a cinco meses y 11 días de ocurrida la tragedia,
que el «caso embajada» estaba «políticamente cerrado».

—3RUTXpHOFDQFLOOHUFKLOHQR,JQDFLR:DONHUGHFODUyHOGHHQHUR
GHTXHORVFUtPHQHVGHODHPEDMDGDGH&RVWD5LFD
HVWDEDQ›SROtWLFDPHQWHFHUUDGRVœ"

Hay que partir por aclarar que esos dichos fueron emitidos en el marco de una
gira por países de Centroamérica, realizado por el canciller Walker, con el objeto
de buscar adhesión política para apoyar la postulación de José Miguel Insulza a
la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El cargo había quedado vacante el 15 de octubre de 2004, cuando el ex presi-
dente costarricense, Miguel Ángel Rodríguez renunció al mes de asumir la alta
investidura, acusado de corrupción.
El día 7 de enero de 2005, Walker tuvo una reunión con su homólogo Roberto
Tovar, y al finalizar esta, comentó a los periodistas que Chile había efectuado
una investigación del crimen «muy a fondo, que ya concluyó, por lo que desde el
punto de vista político el caso está cerrado»240.
¿Qué quiso decir con esto el canciller? ¿Qué significa que el caso esté «políti-
camente cerrado»? En el mes de junio de 2005, accedimos a una entrevista con
Walker en dependencias de la Cancillería, y frente a la interrogante, el ministro
precisó: «Bueno, es muy sencillo. Desde el punto de vista político administrativo,
desde el punto de vista del sumario interno que hicimos nosotros, que es lo que cabe
hacer (en estos casos), esto está cerrado. Cuando se hizo concluyó que: uno, murie-
ron en actos de servicio; y dos, que no hubo responsabilidad administrativa. Es
decir, no es el caso judicial (lo que estamos dando por cerrado), sino que el caso
político administrativo, (lo que respecta a) el sumario interno. El tema para noso-
tros está concluido desde el año pasado (2004) cuando concluyó este sumario».
Al asegurar que Nieto, Yuseff y Sariego murieron en actos de servicio y que no
hubo responsabilidades administrativas en el origen de la tragedia –haciéndola
extensiva, incluso, al desempeño mostrado por Yunge–, permitió a la Cancillería
gestionar los seguros comprometidos para funcionarios de
servicio exterior y pagar una indemnización por ese con- 240 «Chile y OIJ dan por ce-
cepto. Aquello, se tradujo en una ayuda para «aminorar» rrado caso», diario Al Día,
San José, Costa Rica, 8 de
el sufrimiento de los familiares. Sabemos, por todo lo ex- enero de 2005. Disponible
puesto, que sí hubo responsabilidades administrativas, par- en <http://www.aldia.co.cr/
tiendo desde Guillermo Yunge, quien hizo abandono irres- a d _ e e / 2 0 0 5 / e n e r o / 0 8 /
ponsable e injustificado de sus funciones administrativas nacionales6.html>. Consulta-
do el 10 de febrero de 2005.
como jefe de misión, y pasando por las autoridades de Can-
247
7HUURUHQODHPEDMDGD

cillería que, estando en conocimiento de las denuncias que recaían sobre este
último, hicieron «vista gorda» y dilataron la toma de decisiones que pudo corre-
gir el problema.
Esta investigación intentó en reiteradas oportunidades gestionar una entrevista
con Soledad Alvear, mientras era ministra de Relaciones Exteriores, pero fue apla-
zada y finalmente resistida, hasta que dejó el cargo, sucediéndole Ignacio Walker.
La frase «políticamente cerrado» se emite dentro de un contexto que hay que
desmenuzar para entender el sentido. Si bien la explicación de Walker indica que
el sumario interno, encargado por Cancillería, formaba parte de lo que él deno-
minó «caso político administrativo», otra cosa muy distinta era la investigación
judicial que encabezó el Ministerio Público en Costa Rica. ¡No deja de tener
razón!, pero, si política y administrativamente el caso estaba cerrado y como dijo
el ministro, «se hizo una investigación muy a fondo», entonces el sumario debió
contener detalles mucho más específicos que simplemente decir, «murieron en actos
de servicio y no hubo responsabilidades administrativas». ¿Por qué no se dieron a
conocer los resultados de este? ¿Pudo, el contenido de ese sumario perjudicar, tal
vez, la imagen de la diplomacia chilena o su gestión político-administrativa?
Aquí es donde entran en juego varios factores. Los familiares de las víctimas y
del victimario estuvieron pidiendo a gritos que «por favor» se investigara a fondo,
y que se hallara una explicación lógica a los motivos que propiciaron en Jiménez,
matar a tres ciudadanos chilenos y después inmolarse. Entonces, que se dijera que
el caso estaba «políticamente cerrado» cayó como un balde de agua fría.
…que de pronto aparezca el ministro Insulza postulándose y hablando por
acá, y en esos mismos días fue cuando se dio el caso por cerrado, son cosas
que tal vez uno pueda pensar más allá de lo que debiera. Pero, es producto
de que no se haya hecho una investigación a fondo, como ameritaba el caso
(Randall Jiménez)241.

¿Pudo el Gobierno de Chile cerrar políticamente el caso, para no dañar la


postulación de Insulza a la secretaría general de la OEA? ¿Pudieron reservarse las
conclusiones del sumario interno, para no ir en detrimento de la potente imagen
del entonces ministro del Interior?
En el mismo mes de enero en que Walker emitió sus dichos, conversamos con
el padre de Rocío Sariego. La desazón y vergüenza que sintió Jorge Sariego, en la
actitud indolente mostrada por las autoridades chilenas, lo expresó con importan-
te grado de angustia y tristeza: «En este momento, es que me siento un poco
abandonado, justamente por la declaración del canciller Walker, que dice que
este asunto está políticamente terminado. Dicho eso, ¿es que el Estado chileno no
tiene por qué intervenir, ni pedir aclaraciones, ni informaciones sobre lo que
realmente aconteció? Eso me parece, si no insoportable, al menos muy cuestiona-
ble. Cuando estuve allá (en Chile) recibí todo tipo de manifestaciones de diputa-
dos, de senadores, he recibido de distintas partes del mundo llamados telefónicos
manifestando solidaridad y apoyo, no tanto personal y familiar, sino que apoyo
para entender y saber qué pasó. Yo espero que mi país realmente me responda
(…). Yo no sé cuál puede ser el rol del Gobierno de Chile, pero sí sé que se trata de
tres ciudadanos chilenos que cumpliendo sus funciones, un proyecto de trabajo
chileno, en un territorio que es de dominio chileno, fueron
241
Declaración hecha por asesinados y hasta allí llegó la cosa. ¿Es que el Gobierno
Randall Jiménez para este chileno no me va a ayudar a saber qué pasó, cómo pasó y
libro. por qué pasó? No estoy pidiendo nada más que eso. Yo me

248
&RQFOXVLRQHV

imagino que si esto no se aclara completamente, con los recursos de investigación


que están en marcha, el Estado de Chile representado por este Gobierno, ¿podrá
iniciar las gestiones necesarias como para responder esas tres preguntas que yo
formulo?»242.
Juan Antonio Yuseff, padre del fallecido cónsul, también tiene sus aprensiones
respecto a la frase ‘políticamente cerrado’: «Como abogado y como padre, pero,
fundamentalmente, como abogado, me parece que la expresión no es cabal (…).
Si todavía no se ha cuantificado nada, y no hay un criterio claro y concreto
respecto del daño causado, me parece que todo está pendiente. Como es un país
extraño al nuestro, nosotros estamos representados por nuestras autoridades en
todos los estamentos ejecutivos, legislativos y judicial, por lo que me parece que
esto no es un caso cerrado en las relaciones que afectaron en calidad de víctima a
tres personas valiosísimas, como era el señor Nieto, la dama Rocío Sariego y mi
hijo que ya llevaba 14 años de funcionario»243.
El ex ministro de Seguridad Pública de Costa Rica y abogado penalista que
representó a la viuda de Roberto Nieto en la causa, Juan Diego Castro, también
establece parámetros: «No soy político y no entiendo bien qué quiere decir ‘polí-
ticamente cerrado’. Creo que desde el punto de vista fiscal, creo que desde el
punto de vista jurídico penal, el caso no está cerrado y las familias de las víctimas
y del mismo autor de este grave hecho de sangre merecen saber con exactitud
científica, qué sucedió dentro de la sede de la embajada de Chile en San José de
Costa Rica (…). No sé hasta dónde las regulaciones internas del Estado de la
República de Chile y de su Gobierno, les permiten establecer las fronteras de su
quehacer. Le puedo decir que muchísimos de nuestros investigadores del OIJ y
muchísimos de los policías costarricenses han sido entrenados en Chile, con Cara-
bineros y con la Policía de Investigaciones. Personalmente, conocí a asesores de
las policías chilenas que estuvieron en mi país y sabemos de su altísimo nivel
técnico y ético. No sé qué motivo pudo haber entre el Gobierno de Chile y el
Gobierno de mi país, para que no existiera alguna participación conjunta en la
investigación. Creo que Costa Rica tiene técnicos de mucha calidad, de muchos
conocimientos, pero en hechos donde está involucrada la relación con otro país,
en una sede diplomática, en algo tan atroz como la muerte de tres personas, me
parece que nada afectaba la soberanía costarricense, para que el Gobierno chile-
no y sus autoridades ofrecieran una colaboración absolutamente amistosa y cien-
tífica, para la mejor averiguación del caso»244.
Los abogados costarricenses Enrique Rojas y Luis Ortiz, especialistas en Dere-
cho Público, representaron en la causa civil a las familias de Rocío Sariego y
Christian Yuseff. Ellos, igualmente, creen que el Gobierno chileno pudo haber
prestado mayor colaboración en la investigación: «Seamos honestos. Cuando hay
crímenes en América Latina, en general, normalmente se recurre al FBI de los
Estados Unidos. Si vienen aquí investigadores chilenos, van a creer que eso le
quita méritos a los investigadores costarricenses, máxime
que la investigación policial le corresponde al Poder Judi- 242
Declaración hecha por
cial y ellos son funcionarios del Poder Judicial. Ahora, yo Jorge Sariego para esta in-
siendo ministro de Seguridad Pública y habiendo un ofreci- vestigación.
miento del Gobierno chileno, yo lo acepto y nada se pierde 243 Declaración hecha por
que vengan a ayudar y colaborar. Aquí lo que hubo fue Juan Antonio Yuseff para
este libro.
unas manifestaciones del ministro de Relaciones Exteriores 244 Declaración hecha por el
de Chile, que dijo que políticamente el caso estaba cerrado abogado Juan Diego Castro
y lo dice cuando vino a buscar el voto para la OEA. Eso es para este libro.

249
7HUURUHQODHPEDMDGD

lo que no entiendo, qué significa «políticamente cerrado». ¡Bueno! el caso está en


manos de los tribunales de justicia aquí en Costa Rica, porque ya, el Gobierno
chileno hizo su investigación… ¡me imagino que tuvo que haber una investiga-
ción! (…) y haberles pedido cooperación al Gobierno de Costa Rica para que le
permitieran hacer una investigación más real y más cierta. Porque en esto, todos
queremos saber la verdad. Independiente de consideraciones de culpabilidad, de-
ficiencias, negligencias, etcétera; lo importante es saber qué fue realmente lo que
pasó. Incluso (le interesa) a los ciudadanos chilenos común y corrientes, y a los
costarricenses, porque nadie encuentra una explicación. No hay ninguna explica-
ción de un motivo o de los motivos, solo conjeturas. Lo que sí es cierto, es que él
(Jiménez) mató a tres personas. ¿Cuáles fueron las razones?, ¿las verdaderas ra-
zones?»245.
Decir que el caso estaba «políticamente cerrado», también trasuntó a otra
esfera de la polémica. El mal manejo de crisis evidenciado ese día, se hizo patente
con los resultados de muerte que constataron quienes estuvieron a cargo de tomar
las decisiones… ¡y no fueron pocos!
La imperiosa necesidad de bajar el perfil al asunto, de evitar que se fueran
descubriendo cosas e impedir que la ola de acusaciones dejara damnificados gu-
bernamentales, obligó a que se articulara una red de protección política en torno
a Guillermo Yunge, principal inculpado de propiciar un ambiente de progresivo
deterioro y conflicto al interior de la embajada, además de ser sindicado como el
principal responsable de la excesiva demora en el ingreso de la policía.
Dos personalidades públicas centran nuestra atención, puesto que cerraron filas y
coadyuvaron en torno al embajador: Soledad Alvear y Ricardo Lagos. La primera,
por su estrecha relación de amistad en años, y el segundo, por la responsabilidad que
le cupo al nombrarlo como embajador en Costa Rica y por favores políticos concedi-
dos durante la campaña presidencial de 1999 que lo llevaron a La Moneda.

 —3RUTXpHOSUHVLGHQWHGH&KLOH\VXFDQFLOOHUKDFHQXQDGHIHQVD
GHODJHVWLyQGH<XQJHDVXPLHQGR/DJRVODGHFLVLyQGHLQJUHVR
HQHOUHVFDWH\$OYHDUXQD›H[FHOHQWHœHYDOXDFLyQGHO
GHVHPSHxRPRVWUDGRSRUHOHPEDMDGRUHQVXFDUJR"—4XLpQHV
PiVWLHQHQUHVSRQVDELOLGDGHVDFXHVWDVHQHVWHWULVWHHSLVRGLR
TXHDIHFWyDODGLSORPDFLDFKLOHQD"

Vayamos por partes. No ahondaremos, nuevamente, en las fallas de orden admi-


nistrativo y de gestión que cometió Yunge en el ejercicio de su cargo, puesto que
ya fue presentado en extenso en el segundo capítulo. Pero, sí haremos precisiones
de lo evidenciado durante el manejo de crisis, por el embajador y las autoridades
chilenas que se involucraron ese 27 de julio.
Nuestra fuente de los servicios de contrainteligencia, de una de las ramas de
las Fuerzas Armadas chilenas, entrega su visión de cómo se manejaron las auto-
ridades ese día:

PERIODISTA: Según usted, ¿Quién falló?


SUBOFICIAL: Básicamente, aquí falló la policía y el embajador que no
245
Declaración hecha por el presionó.
abogado Enrique Rojas para
este libro. PERIODISTA: ¿El embajador de Chile?

250
&RQFOXVLRQHV

SUBOFICIAL: Claro. En ese minuto tenía que haber presionado. Lo que pasa aquí es que se
produjo una crisis de pánico en todo el personal, partiendo desde el embajador, y eso lo
demostró hasta el final, una vez finalizados los hechos. A lo que le dio mayor importancia fue
que tuvo que reconocer los cuerpos y eso lo tenía fuertemente impactado, y pidió una
semana de permiso porque estaba con estrés. El resto del personal que estaba al interior de
la embajada sintió los disparos y no salió más de la habitación (oficina) donde se refugiaron.
Uno de ellos salió y vio al policía que estaba herido y se devolvió y se encerró de nuevo en
el cuarto. Eso es normal. Es un estado de shock en el que entra la persona.
PERIODISTA: ¿Por qué no actuaron los servicios de inteligencia chilenos, asesorando a la policía
costarricense?
SUBOFICIAL: Porque los policías chilenos nunca obtuvieron la información. No fueron consultados.
PERIODISTA: ¿Y ustedes?
SUBOFICIAL: Tampoco.
PERIODISTA: ¿Y qué es lo normal en una situación como esta?
SUBOFICIAL: En un caso de esta naturaleza, lo primero es llamar al consejo de seguridad que
existe dentro de las Fuerzas Armadas, pero cuando es solicitado por la autoridad. En este
caso no fue solicitado. La autoridad lo que hizo fue tratar de manejar el tema… ¡a ver! aquí
lo que pasó en un principio es que se trató de bajarle el perfil. Se pensó que había sido una
toma de embajada con rehenes y que negociando se iba a…
PERIODISTA: ¡Pero eso no es bajarle el perfil!
SUBOFICIAL: No se le dio la importancia. Se le bajó el perfil en ese minuto. Lo que todos
esperaban era que en cualquier momento se iba a entregar el policía. Esto era la informa-
ción que se manejaba desde allá, porque desde acá, en Chile, nunca se pidió una versión
oficial, sino que muchas cosas llegaron a través de la prensa internacional. De hecho,
familiares de los que murieron asesinados se enteraron a través de este medio y no por la
cancillería, que es lo que corresponde en estos casos.

¿Por qué Yunge no presionó para que la policía costarricense actuara, apenas
se supo que Jiménez estaba gravemente herido? ¿Por qué Yunge, Insulza, Alvear o
Lagos no sugirieron la asesoría de la policía chilena durante la crisis? ¿Por qué la
Cancillería no solicitó la experticia de peritos nacionales para trabajar con los
fiscales de Costa Rica, durante la investigación sumarial? Existen muchas pre-
guntas sin responder.
Lo concreto y evidenciable, es lo recabado por este escrito. Guillermo Yunge
había cometido graves faltas a su probidad, generando un ambiente adverso en
las relaciones humanas al interior de la embajada. Así y todo, nadie en Cancille-
ría reconoce, públicamente, las irregularidades cometidas por él.
Lo que hemos investigado nosotros a través del sumario administrativo inter-
no, fue que había una relación absolutamente normal.
–¿Usted tenía antecedentes de quejas de algunos chilenos sobre el desempe-
ño del embajador?
Usted entenderá que yo no era la persona encargada. Yo asumí (como canci-
ller) el 1 de octubre y esto ocurrió el 27 de julio. Sí, le puedo decir que la
ministra Alvear llamó a consulta al embajador Yunge a Chile, por lo tanto ella
conversó con el embajador Yunge para justamente conocer esos anteceden-
tes (Ignacio Walker)246.

Estando la Cancillería en conocimiento –por medio de 246


Entrevista otorgada al
cartas enviadas a la ministra Alvear y al director de recur- programa de reportajes «En
sos humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Juan La Mira» de Chilevisión.

251
7HUURUHQODHPEDMDGD

Eduardo Burgos–, de los informes que revelaban las faltas cometidas por Yunge,
no se haya transparentado el desempeño de este funcionario público que recibía
su sueldo de los impuestos que cancela cada uno de los chilenos, permitió ir
configurando lo que hemos denominado «red de protección».
El diario El Mercurio publicó el 21 de agosto de 2004 que «el documento
elaborado por el abogado Eduardo Víctor Gálvez Carvallo determinó que no
existieron ‘responsabilidades administrativas’ de los funcionarios de dicha emba-
jada –incluyendo al cuestionado embajador Guillermo Yunge– en estos hechos.
Así lo confirmó ayer el subsecretario de Relaciones Exteriores, Cristián Barros,
quien ordenó el cierre del sumario: «Recibí el informe el miércoles pasado y tras
aprobarlo fue enviado a la Contraloría. En este documento quedó claro que no
existieron responsabilidades administrativas en este lamentable hecho»247.
Pese a todas estas declaraciones que intentaron ocultar información, fue la
propia Asociación de Funcionarios Diplomáticos de Carrera (Adica), quien dio la
voz de alerta. Al conmemorarse el primer año de la tragedia, y mientras Yunge
recibía acusaciones y escarnios de los deudos, este se defendió disparando contra
la Adica, quienes respondieron al instante: «pues si él quiere contribuir a la ver-
dad de su desempeño diplomático (aunque él no es un profesional de la diploma-
cia), puede pedir a las autoridades correspondientes que hagan público el sumario
administrativo a raíz de los acontecimientos referidos. Existen otros antecedentes
de carácter reservado que obran en poder de la Cancillería que también ilustran
su desempeño como embajador»248.
Si la Adica alude al sumario administrativo, significa
247
González, Patricio, «Su- que sí existen responsabilidades administrativas. Por ende,
mario exime a embajador la Cancillería también debiera asumir su competencia en
Yunge», El Mercurio, Santia-
go, Chile, 21 de agosto de
el caso, más aún, si desde antes de la tragedia se venía
2004. p. 9, Cuerpo C, Nacio- protegiendo al demócrata cristiano.
nal.
248
«Adica rechazó acusacio- En la Cancillería reconocen que los pedidos formales e in-
nes de ex embajador en formales para el traslado de Yunge son efectivos, pero –se
Costa Rica», elmostrador.cl, dice– fue el propio presidente Lagos el que no aprobó el
29 de julio de 2005. Santia- cambio. Una opinión distinta tiene una alta fuente del gabi-
go, Chile. Disponible en
<http://www.elmostrador.cl/ nete presidencial, quien detalla que si Lagos nunca dio el
modulos/noticias/ construc- paso, fue porque la canciller Soledad Alvear –amiga de Yunge
tor/noticia_new.asp?id_no- desde cuando compartieron en la JDC en tiempos de la Uni-
ticia=165053>. Consultado el dad Popular– se oponía tenazmente, ya que en más de una
29 de julio de 2005.
249
Amaro, Roberto, «La hora oportunidad el embajador le habría pedido que lo respaldara
triste de Yunge», diario El un tiempo, porque se había vuelto a enamorar en Costa Rica
Sur, Concepción, Chile. Dis- y que debía esperar a que su nueva esposa terminara su
ponible en <http://www.- estudios de derecho. «No quería separarse de ella», recono-
elsur.cl/edicion_hoy/seccio-
nes/ver_rep.php?dia- ce un dirigente DC que comparte con Yunge ser de la llama-
=1092456000&id=1591>. Con- da «ala chascona» de la colectividad y que ha seguido a la
sultado el 10 febrero de 2005. distancia la vida de su amigo (Diario El Sur)249.
250
«Cancillería llama a infor-
mar a embajador en Costa Soledad Alvear, incluso, defendió la labor del embaja-
Rica», emol.com, 2 de agos- dor asegurando que «tenemos (con Costa Rica) una exce-
to de 2004, Santiago, Chi-
lente relación bilateral y un trabajo que se ha efectuado en
le. Disponible en <http://
www.emol.com/noticias/na- dicho país que nos merece ciertamente una satisfacción desde
cional/detalle/ detallenoti- el punto de vista de la Cancillería»250.
cias.asp?idnoticia=154787>. ¿Qué satisfacción podía existir con el trabajo realizado
Consultado 10 febrero 2005.
por Yunge en Costa Rica, si desde el año 2003 solo se reci-

252
&RQFOXVLRQHV

bieron quejas, denuncias e irregularidades administrativas y funcionales? Basta


recordar el extravío de estampillas consulares, el extravío de serigrafías para una
exposición, la queja permanente de vecinos y del mundo diplomático costarricen-
se por actuaciones irregulares del embajador, con inasistencias permanentes a su
lugar de trabajo, despidos injustificados y arbitrarios, etcétera, etcétera, etcétera.
En este contubernio que intentó minimizar la carga acusatoria sobre Guillermo
Yunge, se emitieron declaraciones cruzadas, que no se sustentaron en la inmedia-
tez de los hechos. Esta disonancia se aprecia con indesmentible refulgencia, cuan-
do los cuestionamientos debido a la excesiva demora en el rescate, hizo que dis-
tintas autoridades chilenas se atribuyeran la autorización final del rescate. La
canciller Alvear había dicho el mismo día de la tragedia que «Yunge era el único
que podía dar una orden de ingreso de las fuerzas especiales a la residencia». Tan
solo, al día siguiente, en declaraciones a Canal 13, Alvear dijo que había hablado
«telefónicamente con el ministro del Interior chileno, José Miguel Insulza, que
está en Costa Rica dando unas conferencias, quien le explicó que él y el embaja-
dor Guillermo Yunge fueron quienes autorizaron a la policía local a ingresar en
la delegación»251. Al otro día, y para sorpresa de todo el mundo, fue el mismísimo
Presidente Ricardo Lagos quien se arrogó el ingreso e insistió en que el procedi-
miento policial había sido el adecuado: «Asumamos lo que pasó, lo trágico que
fue (…). Yo seguí el tema minuto a minuto y como dije hoy en la mañana, la
decisión final llegó a mí. Fue antes de la medianoche. No era fácil decir sí,
entre»252. Al parecer, el embajador nunca se enteró de lo
que había dicho el Presidente, porque Yunge lo desdijo ese
mismo día, asegurando al diario Al Día de Costa Rica, que 251 «Embajador realiza trámi-
la policía entró cuando él lo autorizó. tes para repatriar restos de
chilenos muertos», lasegun-
Yo di la autorización cuando se me informó que el asaltan- da.com, 28 de julio de 2004,
te no estaba en condiciones de poder proceder en contra Santiago, Chile. Disponible
en <http://www.lasegun-
de la gente que permanecía dentro de la embajada. ¡No iba da.com/ediciononline/croni-
a autorizar el ingreso policial, si no me garantizaban la ca/detalle/index.asp-
neutralización del individuo y garantías de vida e integri- ?idnoticia=171450>. Consulta-
dad de los funcionarios (Guillermo Yunge Bustamante)253. do el 10 de febrero de 2005.
252
«Lagos rechaza críticas al
Las críticas continuaron arreciando, sin contemplacio- procedimiento en Costa
Rica», elmostrador.cl, 29 de
nes, sobre la figura del embajador. En esos mismos días y julio de 2004, Santiago,
durante la misa fúnebre realizada en Santiago, el padre del Chile. Disponible en <http://
cónsul muerto, Juan Antonio Yuseff aseguró que Yunge «era www.elmostrador.cl/modu-
odiado y ese debería ser el victimado». La prensa siguió los/noticias/ constructor/
detalle_noticia.asp?id_noticia=-
cuestionando la tardanza en el rescate y el martes 3 de 139828>. Consultado el 22 de
agosto, el Primer Mandatario chileno volvió a encarar la abril de 2006.
polémica: «Esa es la obligación de un gobernante. Como 253
«Yunge: La policía entró
lo es sopesar en qué momento se entra o no cuando hay cuando yo lo autoricé», dia-
rio Al Día, op. cit.
una situación de secuestro en una embajada. Siempre se 254
«Costa Rica dispuesta a
puede reclamar porque la orden la dio demasiado tarde y pagar indemnizaciones»,
no pudo salvar las vidas. O (porque) la orden la dio dema- diario La Nación, 4 de agos-
siado precipitadamente y se produjo una desgracia con los to de 2004, Santiago, Chi-
le. Disponible en <http://
secuestrados»254. www.lanacion.cl/p4_lana-
¿Por qué Ricardo Lagos asume una responsabilidad que cion/site/edic/ 2004_08-
a todas luces es irrisoria? El Presidente estaba en Santiago _04_1/home/home.html>.
y la tragedia se estaba desatando en San José de Costa Consultado el 28 de febre-
ro de 2005.
Rica, a miles de kilómetros. Por más que Soledad Alvear

253
7HUURUHQODHPEDMDGD

haya estado en comunicación permanente con Yunge o con Insulza, el Presidente


Lagos no contaba con elementos suficientes para valorar y sopesar una decisión
tan importante. Hubo información clave que, de haber sido ponderada mediante
asesoría profesional, mediante peritos de la policía chilena, quizás pudo haber
tomado junto a Yunge e Insulza, la decisión de ingreso a la legación diplomática.
De otra manera, los dichos del Presidente incurren en una grotesca irresponsabi-
lidad, impropia de su carácter, mesura, prudencia y sensatez.
¿Quiso Lagos tender una mano a Insulza y, principalmente, a Yunge, quien
durante su campaña presidencial de 1999, aportó con un millón de pesos?255.
La gravedad de los dichos del Presidente Lagos radica en que si, efectivamen-
te, él fue quién dio la autorización para que la policía costarricense ingresara a la
embajada, a las 22:00 horas de Costa Rica, debiera asumir su cuota de responsa-
bilidad en las muertes de Rocío Sariego y Christian Yuseff. Informes periciales
analíticos realizados en Chile, junto a otras pruebas que damos a conocer,
desmitifican la sobrevida que experimentaron las víctimas de esta malaventura.

 —3RUTXpHOLQIRUPHIRUHQVHHODERUDGRHQ&RVWD5LFDGLFWDPLQD
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TXHDVHJXUDQKDEHUHVFXFKDGRTXHMDUVHODUJDPHQWHD&KULVWLDQ
<XVHII\D5RFtR6DULHJR"

Para esta interrogante debemos situarnos, nuevamente, en aquel 27 de julio de


2004. Una vez que las fuerzas de rescate ingresaron a la embajada y se encuen-
tran con el triste escenario de cuatro personas fallecidas, el desconcierto, pesa-
dumbre y estupor embargó a todos quienes pensaron que la espera sería el mejor
aliado para solucionar el impasse. Los medios de prensa que cubrieron el accio-
nar de la policía y autoridades, especularon y objetaron la excesiva demora en el
ingreso, ya que siempre las autoridades señalaron confiar en que esto terminaría
de buena manera.
Ante el acecho de algunos periodistas que inquirieron sobre este aspecto, las
autoridades costarricenses y chilenas aventuraron los pri-
255
Ver artículo de la revista
meros escenarios.
Qué Pasa, «Los mecenas de
Lagos», del 26 de julio de
2003. Los ministros de la Presidencia, Ricardo Toledo, y de Segu-
256
«Secuestro deja cuatro ridad Pública, Rogelio Ramos, confirmaron que las personas
muertos», diario Al Día, 28 murieron desde el inicio del secuestro, a las 3:45 p.m. (dia-
de julio de 2004, San José, rio Al Día de Costa Rica)256.
Costa Rica, Disponible en
< h t t p : / / w w w. a l d i a . c o . c r /
ad_ee/2004/julio/28/ Desgraciadamente está claro lo que ocurrió, la persona en
nacionales0.html>. Consulta- su demencia entró, disparó y las personas murieron de in-
do el 10 de febrero de 2005. mediato. Yo comprendo el dolor de los familiares, pero creo
257
«Justifican operativo en
que tenemos que tener seriedad para tratar estos temas,
embajada de Costa Rica»,
diario La Nación, 28 de ju- señaló el mandatario (Ricardo Lagos Escobar)257.
lio de 2004, Santiago, Chi-
le. Disponible en <http:// «Desgraciadamente había asesinado a las tres personas
www.lanacion.cl/p4_lana-
antes, al comenzar el incidente (...) cuando se entró se vio
cion/site/edic/2004_ 07_28-
_1/home/home.html>. Consul- que los tres estaban muertos, y según los médicos estaban
tado el 10 de febrero 2005. muertos hace varias horas. (...) No hubo nuevos disparos»,

254
&RQFOXVLRQHV

confirmó el ministro del Interior, José Miguel Insulza (diario La Nación de


Chile)258.

Paradojalmente, mientras se aseguraba que las muertes habían sido instantá-


neas, Luis del Valle Carazo, jefe de la medicatura forense y encargado de periciar
los cuerpos de los cuatro fallecidos, in situ, mientras examinaba el cuerpo de
Roberto Nieto, aclaró ante una cámara de video de la policía, el procedimiento
que iba a realizar: «En la autopsia tenemos que valorar también la sobrevida.
Estamos asumiendo que las heridas provocadas por un arma de fuego los mata
inmediatamente, y eso no necesariamente es cierto. La sobrevida se divide en dos
tipos: la sobrevida útil, donde la persona puede ejecutar acciones que modifiquen
el contexto; y la sobrevida inútil, que es la persona yaciendo, agonizando por un
lapso, sin poder ejecutar acciones que modifiquen el contexto. Eso lo vamos a
valorar en el momento de la autopsia y es por esa razón que en este momento no
vamos a dar diagnóstico de tiempo de muerte, sino, que tenemos que procesar esa
información con la que encontremos en la autopsia», aclara Del Valle259.
¿Por qué distintas autoridades aseguraron algo que aún no se periciaba? ¿Hubo
temor, acaso, que efectivamente haya habido sobrevida en las víctimas chilenas?
¿Era el tema de la sobrevida un asunto que pudo convertirse en un «talón de
Aquiles»?
En el transcurso del día 28 de julio, Guillermo Yunge y José Miguel Insulza
visitaron a Luis del Valle en su oficina, en San Joaquín de Flores. Al conmemorar-
se el primer aniversario de la tragedia, telefónicamente nos contactamos con el
galeno:

PERIODISTA: Al día siguiente de la matanza, usted dijo que el ministro Insulza había ido a su
oficina.
LUIS DEL VALLE: Sí, sí. Estuvo aquí el ministro Insulza. Estuvo en mi oficina.
PERIODISTA: ¿Qué cosas le comentaba él?
LUIS DEL VALLE: No me acuerdo. Pero él estaba sumamente preocupado por la situación,
queriendo alivianar las cosas para que las familias sufrieran lo menos posible. Eso es lo que
recuerdo.
PERIODISTA: ¿Él le preguntó respecto de si tuvieron sobrevida los chilenos?
LUIS DEL VALLE: Sí, sí. Todos ellos me preguntaron. El ministro Insulza y el señor embajador
Yunge. Sí, todos ellos estaban muy preocupados de la situación, y nosotros teníamos que
dar razón, no solo a ellos, sino a la administración de justicia costarricense sobre esta
situación, porque es muy seria nuestra función. Entre tanto, tiene que valorarse la actuación
de las autoridades policiales, de si la entrada de ellos, en el momento indicado, pudo haber
salvado vidas, y nosotros le pusimos especial énfasis al estudio, para demostrar cuanta
sobrevida tuvieron estas personas…
258
«Tragedia en embajada:
Los resultados de la autopsia forense a Roberto Nieto, Secuestrador entró a asesi-
Christian Yuseff, Rocío Sariego y Orlando Jiménez se co- nar», diario La Nación , 28
noció en la prensa local, el jueves 29 de julio, y fue divul- de julio de 2004, Santiago,
Chile. Disponible en <http://
gada en Chile al día siguiente. Recién ahí, Del Valle confir- www.lanacion.cl/p4_lana-
mó que la muerte de los tres chilenos había sido instantá- cion/site/edic/2004 _07_28-
nea. No obstante, el mismo jueves 29, el Presidente Lagos _1/home/home.html>. Consul-
reiteró su confianza en que «el procedimiento asumido por tado el 10 de febrero 2005.
259
Testimonio extraído del
la policía de Costa Rica en conjunto con el gobierno de video forense, grabado por
Chile, fue el más adecuado para proteger la vida de quie- la policía judicial del OIJ.

255
7HUURUHQODHPEDMDGD

nes se mantenían secuestrados.


«Es fácil, siete horas después,
decir por qué no entraron an-
tes, si estaban muertos. Enton-
ces, la responsabilidad no es
fácil, para decirlo francamen-
te. No es fácil decir ‘sí, que
entren’. No necesito expresar-
les cómo quedamos en los
próximos minutos, a la espe-
ra de cuál iba a ser el desen-
lace. Cuando nos damos cuen-
ta de lo que había ocurrido,
del drama que significó…
Ahora que se sabe todo, que
prácticamente murieron de
inmediato, porque con un
arma M-16 nadie queda vivo,
no hay posibilidad alguna»,
dijo el mandatario en entre-
vista con TVN (Televisión Na-
cional de Chile)260.
Esto lo dijo el Presidente
::: El médico forense, Luis del Valle Carazo admitiendo la Lagos antes que el médico
posibilidad de una sobrevida, mientras inspecciona el forense en Costa Rica, diera a
cuerpo de Roberto Nieto. Son los primeros minutos del día
28 de julio de 2004.
conocer los resultados de la
autopsia. ¿Bajo qué precepto
pudo asegurar el Primer Man-
datario que las víctimas chilenas habían fallecido al inicio de las acciones? ¿Por
qué sólo horas después de ocurrida la tragedia, distintas personalidades del mun-
do político chileno y costarricense aseveraron lo mismo?
Para las autoridades, las pruebas forenses buscaron ade-
260 más poner fin a versiones de la prensa donde se insinuaba
«Gobierno encargó inves-
tigación interna por trage- que pudo salvarse la vida de alguno de los chilenos (Diario
dia en embajada», diario La La Nación de Chile)261.
Nación, 29 de julio de 2004.
Santiago, Chile. Disponible Lagos entrega en su declaración, una premisa irrefuta-
en <http://www.lanacion.cl/ ble, como una señal inequívoca de que hubo muertes inme-
p4_lanacion/ site/edic/2004- diatas: «con un arma M-16 nadie queda vivo».
_07_29_1/home/home.html>.
Consultado el 28 de febre- Para precisar el tipo de daño y el poder de destrucción
ro de 2005. que tiene un fusil de asalto M-16, con un proyectil 5.56, que
261
«Ataque a embajada: In- corresponde al utilizado por Orlando Jiménez, entrevista-
forme confirma que chilenos mos a un experto balístico de una de las policías chilenas.
murieron inmediatamente»,
diario La Nación, 30 de ju- Dada la trascendencia que tiene esta investigación, he-
lio de 2004, Santiago, Chi- mos optado por omitir la identidad del funcionario:
le. Disponible en <http://
www.lanacion.cl/ p4_lana- PERIODISTA: Si una persona se dispara con una M-16, ¿puede quedar
cion/site/edic/2004_07_-
30_1/home/home.html>. Con- vivo?
sultado el 28 de febrero de POLICÍA: Sí. El proyectil 5.56 es extremadamente agudo en su punta,
2005. incluso penetra en la piel muy fácilmente porque es muy puntudo,

256
&RQFOXVLRQHV

que es una de las características de los proyectiles de guerra. El proyectil de guerra no


busca matar, busca dejar heridos (…). El proyectil de una M-16 sale expedido a una gran
velocidad, con una gran carga (…) el primer hueso (que atraviesa) no le hace nada al
proyectil (dependiendo del espesor del hueso), a lo más, lo deforma un poco (…) porque
ese proyectil está diseñado para traspasar incluso, chalecos antibala (…). Es un proyectil
único, con un encamisado de latón militar, que es cobre con hierro y un núcleo de plomo que
es súper resistente.

Este perito explica que los mayores daños se producen cuando el proyectil se
fragmenta durante su trayectoria, al encontrar resistencia de cuerpos duros, como
puede ser, por ejemplo, un hueso. Con un calibre 5.56, y por lo aguzado de su
punta, las zonas blandas son atravesadas sin dificultad. El orificio de entrada es
pequeño y el de salida también. No producen, en su paso por el cuerpo humano,
una gran destrucción interna; por lo mismo, no mata inmediatamente, sino, deja
herido. La estrategia militar explica que al ser un proyectil de guerra, el disparo
de una M-16 lesiona al soldado enemigo, para que así dos de sus camaradas se
inhabiliten durante un enfrentamiento, atendiendo al compañero caído. Ahora, si
el proyectil da de lleno en un órgano vital, como puede ser el corazón o el cere-
bro, seguramente el afectado tendrá muy pocas posibilidades de sobrevivir.
Ese día 27 de julio, la secretaria del cónsul Christian Yuseff, Xinia Vargas,
encerrada en un pequeño baño junto a César Gómez, aseguró haber escuchado
toser y quejarse al diplomático. Por otra parte, desde las oficinas de ProChile,
Cecilia Montero también testificó haber oído los lamentos de Rocío Sariego. Enton-
ces, ¿por qué las autoridades políticas aseveraron desde un principio, que todas las
víctimas habían muerto al inicio de las acciones? ¿Por qué el resultado de la autop-
sia forense dictaminó lo mismo dos días después? Si el guardia Jiménez también se
disparó con el arma homicida, ¿Por qué él sí tuvo una prolongada sobrevida?
Respecto del disparo que se propinó Jiménez, Luis del Valle explica que «es un
caso excepcional, interesantísimo… Sobrevive mucho por una explicación médi-
ca muy clara, pero que alguien soporte varias horas, después de haber sufrido un
disparo de una M-16 es rarísimo. Desde el punto de vista científico es un caso
muy interesante, de los que se publican en revistas científicas», manifestó el jefe
de patología262.
Del Valle explicó a la prensa local que Jiménez no murió por alguna lesión
importante en el cerebro, sino porque «la lesión pequeña se iba desangrando
lentamente (…) pierde la fuerza, la capacidad de deambular. Va disminuyendo
poco a poco y después queda postrado y muere por pérdida de sangre»263.
Durante nuestra estadía en San José, concertamos una entrevista con este mé-
dico forense, y en tanto avanzaba la audiencia asomaron las primeras contradic-
ciones:

262
LUIS DEL VALLE: Llamé (por teléfono) a tres colegas y les dije: «¡Vén- «Muerte de guardia civil
ganse! para que me crean mañana, o si no mañana no me van a fue lenta», diario Al Día, 30
de julio de 2004, San José,
creer. ¡Es impresionante!». Costa Rica. Disponible en:
PERIODISTA: ¿Que le creyeran qué cosa? < h t t p : / / w w w. a l d i a . c o . c r /
LUIS DEL VALLE: De la muerte y de su sobrevida. Esta persona (Jiménez) ad_ee/2004/julio/30/
no muere por laceración cerebral. Esta persona muere por ane- nacionales0.html>. Consulta-
do el 10 de febrero de 2005.
mia, por hemorragia, por exanguinación (sic). 263
«Muerte de guardia civil
fue lenta», diario Al Día, op.
cit .

257
7HUURUHQODHPEDMDGD

La conversación fluyó hasta que le consultamos por la sobrevida de los tres


chilenos, y que él había descartado de plano en la autopsia forense:

LUIS DEL VALLE: (…) Como estamos con un arma de alta velocidad, un arma de guerra, entonces
produce gran destrucción en corazón y pulmón. Y en cuanto a sobrevida es cero, en la mayoría.
PERIODISTA: Queremos ver si nos puede aclarar el hecho que una funcionaria escuchó quejarse
a Yuseff.
LUIS DEL VALLE: No es cierto. No se puede quejar, no es cierto. El que podía quejarse era este
(señalando una foto de Jiménez), hacer ruidos y quejarse, pero no podía articular porque no
tenía lengua (…) lo que oían probablemente era este hombre con su sobrevida, porque este
(indicando una foto de Roberto Nieto) no tuvo sobrevida.

De pronto, Del Valle interrumpió la conversación y nos exhortó a presenciar


el video forense grabado ese 27 de julio. El médico intentaba despejar cualquier
duda y especulación en torno a la sobrevida. Insertó un disco DVD en un reproductor
y la incertidumbre se apoderó de nosotros. A los pocos segundos de haber iniciado
el rodaje de esta prueba pericial, el horror carcomió nuestra sensibilidad y capa-
cidad de asombro. Al frente teníamos imágenes sacadas de una película de terror.
El médico comenzó a revelar lo inefable.

PERIODISTA: ¿Y qué pasa con la sobrevida de los chilenos?


LUIS DEL VALLE: Ustedes lo ven ahí. Que mejor prueba que el video. Ahí está Rocío y ahí está
Nieto, muertos en sus puestos de trabajo.
PERIODISTA: ¡Doctor!, en Santiago conversamos con expertos balísticos que aseguran que el
calibre 5.56 de una M-16, por su fabricación, está hecho para herir. A la larga mata, pero el
proyectil está hecho para dejar heridas a...
LUIS DEL VALLE: ¡Eso es ridículo! Las armas están hechas para matar.
PERIODISTA: Pero las características de este proyectil…
LUIS DEL VALLE: Es una justificación absurda…
PERIODISTA: Lo dicen los expertos….
LUIS DEL VALLE: ¡Es absurdo! Un proyectil de esa velocidad tiene un ámbito y un cono de
destrucción enorme, y el corazón de Nieto era, era…
PERIODISTA: El proyectil de Nieto no tuvo salida (…) ¿Por qué no salió?
LUIS DEL VALLE: No sé. No te puedo responder. No recuerdo si había pegado en un hueso, pero
no salió. Tal vez, hay que decir que estas armas son viejas. Estas armas son de Vietnam
¿verdad? Puede ser una munición mala, con una pólvora mala. Puede ser esa la explicación
del por qué no salió. En estos casos uno espera que salga, es lo lógico, por el alto poder que
tiene. Es una balita muy pequeña, con una carga muy grande. Entonces, esto es una falacia.
Aquí estas cosas no las creemos ¿verdad? Las balas son para matar y ese cuento que son
para herir, eso es una…
PERIODISTA: ¡No, no, no! A la larga, lo que dicen los expertos, es que igual mata.
LUIS DEL VALLE: Y a la corta, y hasta en la primera. Le pega y lo mata (…). Todo este tipo de
armas son letales. Y eso es una patraña para minimizar la existencia de las armas de guerra
y todas esas cosas.

En la conferencia de prensa que Del Valle ofreció la última semana del mes de
julio de 2004, los periodistas de su país inquirieron respecto de la sobrevida del
guardia: «Estoy seguro, se hubiera muerto. Si hubiera recibido atención médica
inmediata, se hubiera muerto. Las lesiones que tiene son incompatibles con la
vida. No hay una cirugía en el mundo que pueda resolver la problemática del

258
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daño que hizo el trayecto de ese proyectil, del mentón a la frente». Cuando un
periodista le preguntó por la peligrosidad que implicó su sobrevida, dijo que
«obviamente no está normal, pero sí con capacidad de deambular, de pensar y
disparar también», aseguró Del Valle264.
En Santiago, la médico forense del Instituto Medico Legal y perito del Laboratorio
de Criminalística de Carabineros (Labocar), Vivian Bustos Baquerizo, al entrar en
conocimiento de las lesiones que Jiménez había experimentado con el disparo, señaló:

VIVIAN BUSTOS: Este proyectil no encontró oposición real a su paso, y si lo encontró fue la oposición
de tejidos blandos que no le provocaron una reducción de su energía, por lo tanto, siguió
manteniendo su alta capacidad de penetración, y no consiguió tampoco deformar su punta.
PERIODISTA: Si hubiese golpeado en su trayecto con algún hueso duro, ¿se podría haber astillado?
VIVIAN BUSTOS: Deformarse, y al deformarse pierde su capacidad de seguir avanzando (…)
habría ocasionado un orificio de mayores dimensiones en su salida.
PERIODISTA: ¿Y habría provocado la muerte inmediata?
VIVIAN BUSTOS: La verdad es que los proyectiles balísticos no causan la muerte por el simple
paso en el tejido.
PERIODISTA: ¿Es posible que una persona que se dispare un tiro de esas características, tenga
una sobrevida de cinco horas?
VIVIAN BUSTOS: La muerte va a sobrevenir más lenta o más rápida, dependiendo si compromete
o no, órganos y zonas realmente vitales. Ahora, de acuerdo a lo que usted me menciona, que
el proyectil pasó justo por la línea media y salió por la parte de arriba, es posible que no
haya comprometido masa encefálica en su paso y haya pasado entre los dos hemisferios.
Entonces, si pasó entre los dos hemisferios, no tocó tejido cerebral, por lo tanto, el daño
directo no existió (…). Hay mucha gente que recibe impactos balísticos y no se muere de
inmediato. Las muertes instantáneas son excepcionales.
PERIODISTA: ¿Y siendo que es un arma de alto poder?
VIVIAN BUSTOS: De altísimo poder, pero no comprometió una zona estrictamente vital. Si
hubiese comprometido los núcleos de la base, atravesados por el interior de los hemisfe-
rios, ahí, sí habríamos estado en presencia de una lesión mayúscula. Pero pasó con una
condición absolutamente excepcional.

La doctora Bustos, a diferencia de lo aseverado por Del Valle, dice que la


lesión que tenía Jiménez pudo ser perfectamente tratada por la medicina moder-
na. Respecto de la peligrosidad que representó el policía para con los demás, la
perito dice que «el hombre es posible que no haya muerto, que vaya a morir en
minutos u horas después, como en este caso que yo pienso que sí pudo sobrevivir
esa cantidad de tiempo, pero no tiene la capacidad de realizar movimientos cons-
cientes voluntarios, sino que toda la actividad que puede llegar a realizar es
automática, involuntaria e inconsciente».

PERIODISTA: Afuera de la embajada, la policía y las autoridades sabían por Leonardo Banda que
Jiménez estaba gravemente herido y así y todo no quisieron entrar. Por eso, me parece
curioso lo que usted me dice, que si él se dio un disparo estaba imposibilitado de tener un
accionar que comprometiera la seguridad de los demás.
VIVIAN BUSTOS: Pero eso no lo sabían ellos. ¿Cómo puede saber la
264
policía donde tiene la lesión, y qué órgano tiene comprometido Testimonio sacado de los
archivos de prensa de la
desde afuera? televisora Repretel, 29 de
PERIODISTA: Jiménez se estuvo movilizando por todas las dependen- julio de 2004, San José, Cos-
cias de la embajada. ta Rica.

259
7HUURUHQODHPEDMDGD

VIVIAN BUSTOS: ¡No, no, no, no, no!


PERIODISTA: Eso es lo que consta en el informe y que incluso están las manchas de sangre
dejadas en su desplazamiento. Él siguió caminando mientras se desangraba (…). Otra cosa
que es muy curiosa, se da cuando la policía ingresa a las 22:00 horas, descubren al policía
en slip, camiseta y calcetines. Se había sacado el uniforme.
VIVIAN BUSTOS: ¿Y el uniforme estaba limpio?
PERIODISTA: Cuando le devuelven el uniforme a la familia del policía, la ropa estaba manchada
de sangre. Entonces, ¿él pudo, después del disparo, haber hecho todo eso y además sacarse
la ropa?
VIVIAN BUSTOS: Hace dos años atrás (en el 2003) hubo un asalto a un diputado (Alfonso
Vargas), cerca de Cabildo. En el enfrentamiento con los secuestradores resultó herido el
carabinero Peso (José Luis). Él recibió un impacto balístico craneoencefálico. Él recibió el
impacto y no se dio cuenta, y siguió disparando y caminando y dando órdenes. Caminó unos
cuatro o cinco minutos, hasta que finalmente sintió que le habían dado un disparo. Él se tocó
la cabeza, se encontró sangre y cayó desmayado al lado de un poste. Pero eso fue varios
metros más allá de donde él había recibido el impacto. Él tuvo compromiso de masa encefálica,
porque a él le entró (el proyectil) por un lado y quedó alojado atrás. Le corrió un trocito de
encéfalo. No atravesó de lado a lado. Fue sólo un costado. No murió y lo vi hace poco. Está
aprendiendo a hablar. Fue dado de baja, pero no se murió… es una excepción.
PERIODISTA: Quiero insistir con el tema del guardia, porque cuesta creer que el policía pueda
estar moviéndose por tantas horas, después de dispararse con una M-16.
VIVIAN BUSTOS: Cuesta creer.
PERIODISTA: Pero ¿puede ser?
VIVIAN BUSTOS: Sí, puede ser. Por eso le cuento el tema de este carabinero que se desplazó,
disparó y dio órdenes…
PERIODISTA: Pero, el caso que usted me cuenta fue durante cuatro o cinco minutos.
VIVIAN BUSTOS: Sí.
PERIODISTA: ¿Puede ser que el policía se haya estado moviendo durante más de cinco horas?
VIVIAN BUSTOS: Si no tiene compromiso del encéfalo, sí. Es una situación de milagro, realmente
excepcional (…). La muerte se puede producir por un sangrado intenso.

Volvamos a la entrevista que sostuvimos con el doctor Luis del Valle Carazo,
a fines de enero de 2005. Queríamos conocer sus argumentos que permitieron
dictaminar «muerte instantánea», para los tres mártires chilenos.

LUIS DEL VALLE: Rocío Sariego tiene un único disparo, una única herida. El orificio de entrada es
en el lado derecho del pecho y el orificio de salida es en la espalda. Rocío estaba sentada en
una silla como esta (señala una en su oficina) y el proyectil se incrusta aquí atrás (en el
respaldo). Esto nos habla de que al momento del disparo, Rocío estaba sentada en esta
posición que estoy yo.
PERIODISTA: ¿Y cuál es el daño que le ocasiona?
LUIS DEL VALLE: El daño que le produce es en el pulmón derecho y en el hígado. Una gran
destrucción del pulmón derecho y el hígado, lo que le da una hemorragia interna inmediata,
muy letal y trastornos circulatorio y respiratorio severos, donde la sobrevida útil es cero, y
la sobrevida inútil es dos o tres minutos, una cosa así, y fallece en el suelo a la orilla de la
silla donde se encuentra. Ella no se pudo desplazar, ni siquiera les puedo hablar de sufri-
miento porque es muy, muy, muy rápida la muerte.
PERIODISTA: ¿Ella no tiene ninguna posibilidad de sobrevivencia?
LUIS DEL VALLE: No, ninguna. Aunque hubiese habido atención médica, la sobrevida era cero.
PERIODISTA: ¿Y qué pasa con Christian Yuseff? Él tiene dos impactos de bala.

260
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LUIS DEL VALLE: Sí, sí, tiene dos impactos de bala. Uno acá (debajo de la clavícula derecha) y el otro
acá (en el tórax) con las respectivas salidas (de proyectil). Christian Yuseff es una persona que,
de acuerdo al contexto donde lo encontramos, da la impresión que se trató de proteger, de
esconder. Lo encontramos detrás de una puerta. Las lesiones que tenía eran severas y también
con laceración importante del corazón. Prácticamente, destruye el corazón y los pulmones,
con lo que la sobrevida es totalmente cero. Era imposible que él tuviera sobrevida.
PERIODISTA: ¿No hay ninguna posibilidad de que él haya sobrevivido por algunos minutos?
LUSI DEL VALLE: No, imposible.
PERIODISTA: Se lo consulto, porque en el informe OIJ, hay personas que dicen haberlo escucha-
do quejarse por un lapso…
LUIS DEL VALLE: Yo pienso que esto se explica por la sobrevida que tuvo el policía, que él sí tuvo
horas de sobrevida y pudo haber metido ruidos guturales (…) y pudo ser confundido con
alguien que esté adentro de alguna habitación oyendo esto.

Aquí es donde evidenciamos las primeras sospechas de algo irregular, de algo


que no concuerda con lo que habíamos recabado hasta ese minuto, ni concuerda
con un razonamiento lógico. Del Valle había dicho que el proyectil de una M-16
«tiene un ámbito y un cono de destrucción enorme», sin embargo, los orificios
dejados por el proyectil, en todas sus víctimas, son pequeñas en su ingreso y solo
un par de milímetros más grandes en la salida. Esto permite inferir una dirección
lineal uniforme que es reforzada por la gran velocidad que alcanza en su trayec-
to. Hay que considerar que el proyectil 5.56 alcanza los 800 metros por segundo.
Si el cono de destrucción fuera enorme, como dice Del Valle, el disparo que se
propinó Jiménez le habría destapado el cráneo y la muerte sería inmediata. Eso
pudo ocurrir si se hubiese utilizado por ejemplo una Mágnum 44 o una escopeta.
No obstante, la salida de proyectil es a través de un pequeño orificio. Por lo
mismo, ¿cómo puede asegurar Del Valle que en el caso de Rocío Sariego y Christian
Yuseff existe una gran destrucción de pulmón, hígado y corazón? Lamentable-
mente, el expediente de la causa no contiene el protocolo de autopsia con los
detalles de la pericia practicada por Del Valle, y solo hay dos hojas por cada
fallecido que titula: «Dictamen Médico Legal», que no permite inferir mayores
conclusiones. ¿Por qué no se anexó el protocolo de autopsia?
Las sorpresas no terminan aquí. Le preguntamos a Del Valle si Jiménez repre-
sentó algún peligro después de propinarse el disparo. La respuesta del médico
forense, definitivamente, nos hace sospechar que existe algo raro en todo este
caso: «Claro, claro que sí. Él estuvo ya después de herido, después de tener la
lesión (en el mentón), él estuvo tratando de abrir puertas y le disparó a puertas
donde había personas. ¡Claro que sí! Yo, personalmente, vi una cerradura de una
llave y estaba impregnada de sangre de él ¿verdad? Esto, obvio, nos habla de que
él trató de abrir la puerta estando herido. Era muy peligroso, claro que sí».ñ
Esta investigación asegura, con certeza inequívoca y testimoniable, a través
de quienes sobrevivieron, que Jiménez nunca manipuló ni disparó arma alguna,
después se propinarse el disparo en el mentón. Lo aseverado por Del Valle no se
sostiene bajo ningún precepto. Entonces, ¿Por qué asegura algo que nunca ocu-
rrió? ¿Por qué afirma que hubo muertes instantáneas, indicando que los disparos
ocasionaron una «destrucción enorme» de órganos vitales como pulmón, hígado
y corazón? Por lo demás, no existe en el expediente de la causa, el protocolo de
autopsia que permita dirimir las dudas. ¿Por qué no se incluyó ese documento?
Nuestro regreso a Chile dejó una extraña sensación de que algo no encajaba en
los cánones de lo correcto, de lo normal. La idea de que el perito forense estuvo

261
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forzando un diagnóstico médico, para disipar resquemores y enterrar para siempre


el fantasma de la sobrevida, fue una espina que solo pudimos sacarnos en Santiago.
Con una copia del dictamen médico legal de Nieto, Yuseff y Sariego, firmados
por Luis del Valle, más una copia del video forense donde este último aparece, in
situ, inspeccionando los cuerpos y recopilando información, lo hicimos llegar en
forma separada a dos experimentados peritos forenses en Chile, la médico legista,
Vivian Bustos, y el médico tanatólogo, Luis Ravanal. Ambos revisaron las prue-
bas reunidas durante nuestro periplo por Costa Rica.
En el video forense grabado por el OIJ Del Valle aparece examinando los
cuerpos de los cuatro fallecidos y hace notar la rigidez cadavérica que muestran
los tres chilenos. No así con las extremidades del guardia Jiménez, que denotan
flacidez. Para Luis del Valle, esto era indicativo del prolongado tiempo sin vida
que llevaban las víctimas. El forense de Costa Rica, en cada proceder adoptado,
se dirigió a la cámara del OIJ, emitiendo algunas impresiones, como si estuviera
dando una clase magistral. También efectuó el registro de la temperatura
cadavérica de cada uno de los fallecidos que, según especialistas, es fundamental
para determinar la sobrevida experimentada por un occiso.

PERIODISTA: La medición de la temperatura cadavérica y el tema de la rigidez, ¿son claves y


seguros para determinar una data de muerte?
VIVIAN BUSTOS: La verdad es que la temperatura, sí. La temperatura en ese entorno, donde
usted tiene una situación que puede reproducir en laboratorio y donde es un entorno
cerrado, con ciertas características físicas estables, usted puede reproducir una situación
experimental y volver a enfrentar las mismas mediciones. La rigidez, sin embargo, es un
fenómeno químico, y como fenómeno químico tiene una variedad enorme de situaciones
que pueden determinar modificaciones sobre esta manifestación. Usted muchas veces no va
a saber si la persona tomaba agua o no tomaba agua, si estaba acostumbrado a hacer
ejercicio o no. La rigidez cadavérica es un fenómeno bastante individual. Todo cuerpo pre-
senta rigidez, pero no todos los cuerpos presentan la misma rigidez. En cambio, en el tema
de la temperatura, cuando se está en un entorno determinado, a una temperatura determi-
nada y en un soporte específico, el cuerpo se va a enfriar a una velocidad determinada. Eso
es física, lo otro (la rigidez cadavérica) es química.
PERIODISTA: En el video vemos que los cuerpos estaban bastante rígidos y en ese sentido, para
el médico forense en Costa Rica, era indicativo que tenían varias horas de fallecidos...
VIVIAN BUSTOS: ¡No siempre, no siempre! Los que trabajamos en sitios del suceso, en algunas
ocasiones, nosotros llegamos muy pronto al lugar y la persona ya tiene rigidez generaliza-
da. Si el hombre iba escapando, por ejemplo, y recibe un impacto balístico, la rigidez es
posible que se presente incluso dentro de los siguientes 20 o 30 minutos. El cuerpo puede
estar rígido por completo. En otras situaciones, si se trata de alguien que está en una
condición de desnutrición o que está deshidratado, es posible que esperemos varias horas
antes que podamos visualizar la rigidez. Hay una variable personal en todo esto.
PERIODISTA: Después de haber visto el video y de revisar el dictamen médico ¿Qué me puede
decir, por ejemplo, de Christian Yuseff y su sobrevida?
VIVIAN BUSTOS: Él presenta dos impactos balísticos y en estos hay algunas cosas interesantes,
por ejemplo, el primero de ellos compromete dentro de los órganos importantes, al pulmón
derecho y a ese nivel ocasionó un sangrado de 1500 cc. Se encuentra en el tórax derecho un
sangrado de 1500 cc. El segundo impacto también compromete el pulmón y el ápex del
corazón, es decir, la punta del corazón. El proyectil continúa su avance hacia abajo y compro-
mete, finalmente, el bazo y estómago. Son estructuras fundamentales, donde nuevamente
tenemos pulmón, más el corazón y bazo, esta vez a nivel del abdómen…

262
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PERIODISTA: ¿Eso puede provocar la muerte instantánea?


VIVIAN BUSTOS: No, eso no provoca la muerte instantánea. De hecho, no hay muerte instantá-
nea, porque a nivel del abdómen esta persona tenía 1000 cc. de sangre. Tenía un litro de
sangre y ese sangrado es esencialmente vital. Es posible que 200 cc. hayan escurrido por un
fenómeno que tiene relación con la edad y un lecho sanguíneo abierto, pero los otros 800 cc.
son de sangrado activo, con un corazón latiendo. ¡Eso es tiempo! Eso pueden ser tal vez 10
minutos, 15 minutos y quizás más. Lamentablemente, no tenemos más mediciones en las
vísceras, y eso no permite hacer precisiones de tiempo, pero sí nos permite decirle que con
esto, la persona no murió en forma instantánea. Esta persona sobrevive a sus lesiones. En
mi experiencia y tal vez en la experiencia de estos médicos urgencistas, que trabajan en
postas y que ven mucho de estas cosas, la rotura del bazo no es infrecuente, por ejemplo, en
accidentes del tránsito. Ellos te pueden decir que muchas de estas personas llegan vivas a
los centros asistenciales y nosotros sabemos que nuestro sistema, en el mejor de los casos,
permite llegar al lugar del accidente en 10 o 15 minutos, donde es recogido del lugar y
llevado al hospital. Llegan vivos porque son sometidos a cirugía. A mucha de esta gente se
les extrae el bazo.
PERIODISTA: O sea, con estas lesiones que tenía Yuseff, ¿pudo haber sido tratado?
VIVIAN BUSTOS: Como le digo, el bazo se puede extraer. Si usted llega rápidamente al lugar y le
extrae y le pone volumen, anda bien. El pulmón puede ser manejable con sutura, siempre
que no haya compromiso vascular de alguna estructura interna importante del pulmón. Las
lesiones al nivel del ápex del corazón, no sé si compromete el espesor completo del ápex o
solamente la punta. Entonces, con lo que él tiene, 2500 cc. de sangre libre dentro de las
cavidades corporales, él no se murió en forma instantánea. En el caso de la niña Sariego,
ella tiene laceración a nivel de los lóbulos pulmonares medios e inferior derecho del diafragma
y del hígado, también en su lóbulo derecho. Ella presenta, dice, hemoneumotórax, pero no
está señalizado en términos exactos, cuánto es el volumen del sangrado. No está en ningu-
na parte el volumen del sangrado, por lo tanto, aquí tampoco podemos estimar el tiempo
que sobrevive. Compromete estructuras importantes como el hígado y el pulmón, pero no
hay nada más que nos pueda permitir hacer una apreciación en tiempos reales. Ahora, una
persona que recibe este tipo de lesiones o que tiene dañado ese tipo de órganos, no se
muere en forma instantánea. ¡No puede! Todo va a depender de la extensión del daño. Si
mide un centímetro, tal vez dure una hora. Si el daño es de 5 centímetros y hay un canal
sobre la cara inferior del hígado, a lo mejor son 15 minutos. Esto es un informe de autopsia
que, esencialmente, no es descriptivo. Es una lástima, porque este es un informe pericial y
el objeto del informe pericial es trasladar la evidencia a un documento imperecedero,
permanente, definitivo. Además, sirve para opinar sobre él, respecto de sus conclusiones. El
informe pericial siempre es para cualquier análisis posterior.
PERIODISTA: Y aquí, ¿no se logra?
VIVIAN BUSTOS: No, no, no. Un protocolo quirúrgico normal es mucho más extenso.
PERIODISTA: Haciendo un paralelo, tal vez, con la situación chilena, ¿qué es lo que se debiera
haber hecho?
VIVIAN BUSTOS: Primero, tiene que hacer un detalle acucioso y pormenorizado, absolutamente
de todo lo que haga, de todo lo que ve y de todo lo que encuentra. Eso implica medir,
describir, localizar, señalar su tamaño, su forma, su aspecto, sus bordes, hasta donde alcan-
za, cómo se ve, todo eso. Ahora, la autopsia es una cosa y el protocolo de autopsia es otra.
Este protocolo no cumple los requerimientos que nosotros, por lo menos aquí en Chile, la ley
obliga a mantener sobre estos documentos. Solamente nominar no es suficiente.

El doctor Luis Ravanal Zepeda es uno de los más afamados tanatólogos chile-
nos, que ha estado en el centro de la noticia en numerosos hechos criminales de

263
7HUURUHQODHPEDMDGD

connotación pública. En el caso embajada, sus servicios fueron contratados por la


familia de Rocío Sariego, para que con las pruebas existentes, elaborara un «In-
forme Pericial Analítico», que determinara la sobrevida experimentada por ella,
en su agonía. El texto íntegro del documento está anexado al final de este libro,
para ser consultado por médicos especialistas, periodistas y público en general.
Por lo pronto, reproducimos parte de la entrevista sostenida por Luis Ravanal,
para el programa de reportajes de Chilevisión, «En la mira». Esta se llevó a cabo
en fecha anterior a la confección del «Informe Pericial Analítico».

PERIODISTA: En el caso de Rocío Sariego, ¿cuál es la percepción que usted desprende del
informe y del video forense, y de cuyas conclusiones, el doctor Luis del Valle Carazo indica
que no hubo tiempo de sobrevida?
LUIS RAVANAL: En el caso de Rocío, hay dos cosas que llaman la atención. Primero, la localiza-
ción del cuerpo de ella. Uno ve un orificio de proyectil en el respaldo del asiento y ve un
cuerpo que está en una posición totalmente distinta y alojada debajo del escritorio. Esto
nos indica que la persona, después de haber recibido el impacto, buscó alguna forma de
protegerse. Se desplazó y se colocó hacia ese lugar. O sea, ese es el primer indicio que ha
habido sobrevida. No es una muerte instantánea. La posición en la cual se encuentra, con el
cuerpo semi doblado, indica todo eso. Por otro lado, la localización del disparo es relevante
para poder hacer esta afirmación de que hubo sobrevida. No toca un órgano vital que sea
necesariamente y medianamente mortal, como hubiese sido un impacto directo en el cora-
zón o una lesión directamente en el cerebro, sino que atraviesa el pulmón. El informe de
autopsia que estuve viendo no precisa detalles respecto a la anatomía, los órganos o el
análisis del pulmón. No hay información respecto a qué estructuras fueron lesionadas,
porque dice simplemente «pulmones». De hecho, el pulmón tiene zonas donde existen
grandes vasos arteriales y venosos que pueden provocar una hemorragia masiva e inmedia-
ta, como también hay zonas en el que no hay grandes vasos y el desangramiento va a ser
más lento. Entonces, si nosotros analizamos eso, podemos concluir que fue una hemorragia
pulmonar masiva importante, pero no sabemos cuál ha sido la evolución de esto. Evidente-
mente, una herida de estas características tiene una sobrevida y es una herida que, con
tratamiento médico y socorro oportuno, pudo haberse salvado perfectamente.
PERIODISTA: ¿Y qué tiempo de sobrevida puede alcanzar?
LUIS RAVANAL: Bueno, la sobrevida es difícil precisar, porque carecemos del elemento anatómi-
co descriptivo, o sea, no sabemos si realmente lesionó un gran vaso pulmonar o no. Pero, en
general, el tejido pulmonar es bastante elástico y sufre poco daño al impacto de los proyec-
tiles, a diferencia de un impacto directo en el hígado o en otra víscera más sólida. Entonces,
dada la elasticidad del pulmón, esto le confiere mayor resistencia a las lesiones (…). No lo
puedo decir con precisión, pero no es una muerte inmediata, y a mi juicio, es una muerte que
ha tenido sobrevida y que si se hubiera intervenido adecuadamente, podría haber sobrevi-
vido. Inclusive, tampoco hay un compromiso de la vía respiratoria. Apenas se ve en la
imagen un escaso hilo de sangre que escurre por la boca. O sea, no fue una hemorragia que
haya comprometido un bronquio principal, donde hubiese salido importante cantidad de
sangre por la vía respiratoria y, especialmente, considerando la posición en que se encon-
traba. Yo diría que esos elementos, respecto al análisis del informe de autopsia, y respecto
al órgano lesionado, hablan en favor de la sobrevida. Por otro lado, hay otro elemento
importante, que es la temperatura del cuerpo. En este caso, ella tiene una temperatura
aproximada de 30 grados centígrados. Si asumimos que la temperatura promedio del cuer-
po humano es de 36,9 y 37,2 grados centígrados, encontrar un cuerpo con 30 grados de
temperatura, pasado las 12 de la noche y a más de nueve horas del momento en que ocurre
el disparo y la supuesta muerte instantánea, habría de esperar una temperatura inferior o

264
&RQFOXVLRQHV

por debajo de los treinta grados. Si a esto sumamos que el cuerpo de Rocío estuvo en
contacto con el piso, fue perdiendo calor. Por otro lado, estamos en presencia de una
hemorragia que también acelera el proceso de enfriamiento de un cuerpo. Entonces, tene-
mos elementos que ayudarían a explicar una aceleración del proceso de enfriamiento del
cuerpo, sin embargo, igual conserva una temperatura alta. Ese es otro elemento que habla
a favor de que la data de muerte de ella es inferior y no se produce en el momento del
disparo, sino que ha tenido un período agónico prolongado. Esos son elementos objetivos
que se ven en el análisis del cuerpo.
PERIODISTA: El otro cuerpo que genera bastantes dudas es el de Yuseff, que pese a tener dos
impactos de bala, al parecer también tuvo un lapso de sobrevida.
LUIS RAVANAL: El caso de Yuseff tiene características similares al caso de Rocío. Las lesiones
comprometen pulmón, hay un pequeño compromiso de la punta del corazón, que no es
necesariamente mortal. No está descrito con detalles en el informe de autopsia, y ese es el
gran problema que hay para hacer este tipo de análisis. Hay una escasez de información en
la parte descriptiva de los informes de autopsia. Hay cosas elementales que aparecen
descritos y que no corresponden a la calidad de informe que debiera hacer un especialista.
Cualquier persona puede diagnosticar a simple vista y decir que hay una lesión en el
pulmón. Basta ver la ubicación del disparo. En este caso, el informe de autopsia dice
«pulmón», dice «lesiones en el pulmón izquierdo», pero no entrega ninguna información
precisa de los órganos comprometidos. Pero, sí ayuda el hecho de que no se ve hemorragia
importante que esté saliendo por las vías respiratorias. O sea, no escurre sangre por la
boca, no hay indicio que haya un compromiso de estructuras grandes a nivel pulmonar
comos serían los bronquios. Eso habla que no habría compromiso, en primera instancia, de
grandes vasos. El otro elemento es la temperatura. Él tiene una alta temperatura de 32, 5
grados. O sea, estaría 5 grados por debajo del rango de temperatura normal. Si nosotros
consideramos que durante las primeras seis horas (de fallecida una persona), como regla
general, el cuerpo se enfría a un ritmo de 1,5 grados por hora; en este caso ha pasado un
poco más de nueve horas desde que, se supone, ocurrió la muerte. Entonces, debiéramos
esperar temperaturas cercanas a los 28 o 25 grados, y no a los 32,5 grados que tiene el
cuerpo de Yuseff. Por lo tanto, este es un elemento que sumado al análisis de las lesiones
corporales, hablan a favor de que hubo sobrevida y con un periodo agónico prolongado. Si se
hubiese intervenido al momento de producirse los disparos, a mí no me cabe duda que ellos,
hoy, estarían con vida. A pesar que Yuseff tiene dos impactos de bala, ambos tienen lesiones
que son perfectamente recuperables desde el punto de vista quirúrgico. Lógicamente, con
asistencia y ayuda oportuna. ¡No me caben dudas al respecto!

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(StORJR

( l hecho de sangre más triste y de mayor impacto en la historia de


la diplomacia chilena, continúa sin ser esclarecido por los órga-
nos oficiales del Estado de Chile. Perdurará un amargo recuerdo en la
conciencia humana de quienes intentaron «echar tierra», no solo al
reclamo legítimo de conocer qué pasó, sino de quienes trabajaron por
alcanzar un ideal, por servir a su país y, principalmente, de quienes
aún viven y sufren con el recuerdo latente de sus seres queridos: Rocío
Sariego, Roberto Nieto y Christian Yuseff.
«La embajada es territorio chileno. Ellos tenían todo el derecho de
venir, investigar y averiguar. Es más, de haber hecho una investigación
dentro de la legación, con el personal, con todo el mundo, reconstruir,
tomar fotos. Además, nuestro poder judicial les hubiera entregado todo
lo que quisieran. ¿Por qué no lo hicieron?, no lo sabemos», asume, con
pesar, el abogado penalista de Costa Rica, Juan Diego Castro.
Esta investigación periodística pudimos haberla extendido en sus
páginas, haciendo análisis y planteamientos sobre antiguas polémicas
de asuntos públicos como, por ejemplo, la designación de embajado-
res de carrera versus los de designación presidencial y cuoteo político.
Pudimos haber aportado con investigación y conocimientos técnicos
de los sistemas de seguridad que se aplican en otras embajadas de
países desarrollados, en fin. Al parecer, nada de eso se aviene con el
oscuro y misterioso entorno esotérico que fuimos descubriendo.
«El atentado y la masacre, por denominarla así, de esos tres fun-
cionarios, Rocío Sariego, Roberto Nieto y Christian, en primer lugar,
parece un acto aparentemente de estupidez, un acto aparentemente sin
causa, pero como la ciencia lo ha demostrado, la lógica y toda disci-
plina, no hay causa sin efecto. Todo efecto es generado por una causa.
Yo creo que tendrán que develarse, de alguna manera, muchas cosas»,
profiere con esperanza y un dejo de dolor, Juan Antonio Yuseff.
«La justicia tarda, pero llega», reza un dicho. Pero, no hay justicia
si no existe voluntad de conocer la verdad, y el que miente, es porque
algo quiere ocultar.
Este escrito pretende aportar a esa verdad, para que se engranen y
articulen mecanismos oficiales que permitan averiguar «qué pasó, cómo
pasó y por qué pasó» –dijo Jorge Sariego–, para que se sancionen
responsabilidades y para resarcir el espíritu atormentado de familia-
res, amigos y conocidos de las víctimas, que viven con la incertidum-
bre de un hecho inexplicable.
El talón de Aquiles que arrastra la diplomacia chilena, encontrará
sanidad y equilibrio cuando se asuman los errores y se enmienden con
nuevos bríos, las políticas que la rigen.

267
7HUURUHQODHPEDMDGD

Como son las instituciones las que quedan y las personas pasan, serán estas
últimas, con nombres y apellidos, las que carguen sobre sus hombros, la respon-
sabilidad que les cupo en los hechos, y en el rigor de sus conciencias vivirá un
juez que les recordará siempre su vulnerabilidad.

268
(StORJR

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/LEURVGRFXPHQWRV\DUWtFXORVGHSXEOLFDFLRQHVSHULyGLFDV

«Expediente de Orlando Jiménez Jiménez 1-388-873».


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270
7tWXORGHOFDStWXOR

(QWUHYLVWDVSHUVRQDOHV

Suboficial, servicios de contrainteligencia de una de las ramas de las Fuerzas


Armadas chilenas, Santiago de Chile, agosto de 2004.
Luis del Valle Carazo, médico forense, San José de Costa Rica, enero de 2005.
Rogelio Ramos, ministro de Seguridad Pública, San José de Costa Rica, enero de
2005.
Juan Diego Castro, ex ministro de Seguridad Pública y abogado penalista, San
José de Costa Rica, enero de 2005.
Empleadas, ex empleadas de la residencia del embajador Yunge, San José de
Costa Rica, enero de 2005.
Roberto Fuster, chileno residente en Costa Rica, San José de Costa Rica, enero de
2005.
Julio Escames, pintor chileno residente en Costa Rica, San José de Costa Rica,
enero de 2005.
Jeannette Aguilar, administrativa de Prochile, San José de Costa Rica, enero de
2005.
Enrique Rojas y Luis Ortiz, abogados especialistas en Derecho Público, San José
de Costa Rica, enero de 2005.
Eliécer León, comandante de la policía de Montes de Oca, San José de Costa
Rica, enero de 2005.
Guardia, policía de turno en la residencia del embajador, San José de Costa Rica,
enero de 2005.
Armando Campos, psicólogo chileno residente en Costa Rica, San José de Costa
Rica, enero de 2005.
Ligia Sánchez, ex secretaria de la embajada de Chile, San José de Costa Rica,
enero de 2005.
Sara Astica, actriz chilena residente en Costa Rica, San José de Costa Rica, enero
de 2005.
La mujer, ex amante de Roberto Nieto, San José de Costa Rica, enero de 2005.
Andrea Jiménez, hija de Orlando Jiménez, Santiago de Puriscal, Costa Rica, ene-
ro de 2005.
Mauricio Boraschi, fiscal adjunto del Ministerio Público costarricense, San José
de Costa Rica, enero de 2005.
Xinia Vargas Cascante, secretaria del consulado, San José de Costa Rica, enero
de 2005.
Randall Jiménez Guzmán, hijo de Orlando Jiménez, San José de Costa Rica,
enero de 2005.
Auxiliadora Guzmán, esposa de Orlando Jiménez, Santiago de Puriscal, Costa
Rica, enero de 2005.
Mónica Umaña, periodista del diario Al Día, San José de Costa Rica, enero de
2005.
Otto Vargas, periodista del diario La Nación, San José de Costa Rica, enero de 2005.
Jorge Sariego Mc Ginty, padre de Rocío Sariego, San José de Costa Rica, enero
de 2005.
Carlos Meschi, ingeniero civil y parasicólogo, Santiago de Chile, marzo de 2005.
Vivian Bustos, médico forense del Instituto Médico Legal y perito del LABOCAR
de Carabineros de Chile, Santiago de Chile, abril de 2005.
Luis Ravanal, médico forense y experto tanatólogo, Santiago de Chile, abril de
2005.
271
7tWXORGHOOLEUR

Policía, experto balístico de una de las policías chilenas, Santiago de Chile, abril
de 2005.
Juan Antonio Yuseff, padre del cónsul muerto Christian Yuseff, Santiago de Chile,
abril de 2005.
Fuente 1, cercana al embajador Ricardo Concha, Santiago de Chile, mayo de
2005.
Fuente 2, cercana a Marisol Cheves y su familia, San José de Costa Rica.
Marcela Guerrero, viuda de Roberto Nieto, Santiago de Chile, mayo de 2005.
Karin Lehner, ex esposa de Guillermo Yunge Bustamante, Santiago de Chile,
mayo de 2005.
Hugo Zepeda, teólogo y profesor universitario, Santiago de Chile, mayo de 2005.
Humberto Lagos, abogado y doctor en sociología, experto en sectas satánicas,
Santiago de Chile, mayo de 2005.
Guillermo Yunge Lehner, hijo de Guillermo Yunge Bustamante, Santiago de Chi-
le, mayo de 2005.
Jesús Abarca, estafeta de la embajada de Chile, entrevista telefónica, junio de 2005.
Pedro Valdivia, coronel en retiro de Carabineros de Chile y Director de Programa
de Seguridad Ciudadana, Santiago de Chile, junio de 2005.
Ignacio Walker, canciller de Chile, Santiago de Chile, julio de 2005.
José Antonio Fortea, sacerdote español, entrevista telefónica, agosto de 2005.
Gonzalo Sariego, hermano de Rocío Sariego. Santiago de Chile, agosto de 2005.
Francisco Maffioletti, presidente de la Asociación Chilena de Psicología Jurídica,
Santiago de Chile, marzo de 2006.
Otilia Zenteno, presidenta de ONG «Casa Chile», entrevista telefónica, email y
vía chat.
Ivette Charpantier, ex secretaria de Guillermo Yunge, entrevista vía chat.

272
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273
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274
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GUILLERMO YUNGE MARISOL CHEVES CÉSAR GÓMEZ


Ex embajador de Chile Esposa costarricense Asistente de Yunge
en Costa Rica de Yunge

ROBERTO NIETO CHRISTIAN YUSEFF ROCÍO SARIEGO


Primer Secretario Segundo Secretario Secretaria y asesora
y Cónsul cultural

ORLANDO JIMÉNEZ XINIA VARGAS CECILIA MONTERO


Guardia de seguridad Secretaria consular Secretaria ProChile

275
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JEANNETTE AGUILAR JEANNETTE VIQUEZ GUSTAVO BECERRA


Administrativa ProChile Secretaria ProChile Agregado cultural

LEONARDO BANDA EDGAR MATA ELIÉCER LEÓN


Director Comercial Chofer del embajador Jefe de la Policía
ProChile Montes de Oca

LIGIA SÁNCHEZ RANDALL JIMÉNEZ AUXILIADORA GUZMÁN


Ex secretaria de la Hijo de Orlando Jiménez Esposa y viuda de
embajada Orlando Jiménez

276
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ANDREA JIMÉNEZ MAURICIO BORASCHI ROY PÉREZ


Hija de Fiscal adjunto Guardia de seguridad
Orlando Jiménez Costa Rica

PAULO CUADRA JORGE SARIEGO MARCELA GUERRERO


Cuida carros Padre de Rocío Sariego Esposa y viuda de
Roberto Nieto

MARCELO GAETE SARA ASTICA JUAN ANTONIO YUSEFF


Actor chileno Actriz chilena Padre de
residente en Costa Rica residente en Costa Rica Christian Yuseff

277
7HUURUHQODHPEDMDGD

ROBERTO FUSTER LUIS HERNÁNDEZ WALTER NAVARRO


Chileno residente Jefe de la policía de Jefe Nacional de la
en Costa Rica Costa Rica policía de Costa Rica

JULIO ESCAMES MÓNICA UMAÑA OTTO VARGAS


Pintor chileno Periodista diario Periodista diario
residente en Costa Rica Al día La Nación

PABLO GUERÉN ENRIQUE ROJAS FRANCISCO DALL’ANESE


Periodista chileno Abogado costarricense Fiscal General
diario Al Día de Costa Rica

278
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JUAN DIEGO CASTRO ARMANDO CAMPOS GUILLERMO YUNGE


Abogado penalista Psicólogo chileno Hijo del ex embajador
costarricense residente en Costa Rica

FRANCISCO MAFFIOLETTI LUIS DEL VALLE VIVIAN BUSTOS


Asociación Chilena Jefe de la Medicatura Perito chilena
de Psicología Jurídica Forense en Costa Rica Médica forense

LUIS RAVANAL PEDRO VALDIVIA HUGO ZEPEDA


Perito forense Coronel (R) de Carabineros de Teólogo.
Tanatólogo chileno Chile. Experto en seguridad Profesor universitario

279
7HUURUHQODHPEDMDGD

HUMBERTO LAGOS CARLOS MESCHI JOSÉ ANTONIO FORTEA


Abogado y doctor en Ingieniero Civil Sacerdote español
Sociología Parapsicólogo Demonólogo

KARIN LEHNER ABEL PACHECO ROGELIO RAMOS


Esposa chilena de Presidente de Costa Rica Ministro de Seguridad
Yunge de Costa Rica

RICARDO TOLEDO ROBERTO TOVAR GONZALO SARIEGO


Ministro de la Presidencia Canciller de Costa Rica Hermano de Rocío Sariego

280
$QH[RGRFXPHQWDO

RICARDO LAGOS JOSÉ MIGUEL INSULZA SOLEDAD ALVEAR


Presidente de Chile Ministro del Interior Ministra de Relaciones Exteriores
de Chile y Canciller de Chile.

IGNACIO WALKER RICARDO CONCHA CRISTIÁN BARROS


Canciller chileno sucesor Embajador y Director General Subsecretario de Relaciones
de Soledad Alvear Consular de la Cancillería de Chile. Exteriores de Chile.

DEMETRIO INFANTE RODRIGO NIETO GERMÁN GUERRERO


Embajador y Director General Diplomático. Hermano Embajador de Chile en Costa Rica.
Administrativo de la Cancillería en de Roberto Nieto Sucesor de Yunge.
Chile.

281
7HUURUHQODHPEDMDGD

::: Carta entregada a Orlando Jiménez el mediodía del 27 de julio de 2004, donde se le anuncia el
traslado desde la embajada de Chile a otra repartición. Sobre las palabras «Estimado Señor»
es posible observar una mancha de sangre del policía.

282
$QH[RGRFXPHQWDO

::: Manija de la puerta que da acceso a la oficina del director comercial de ProChile, Leonardo
Banda. En la fotografía se distingue el orificio del proyectil disparado por Jiménez y que
encontró resistencia en un televisor (capturas de pantalla).

::: Televisor de 29 pulgadas que recibió el impacto de la M-16, y que actuó como obstáculo,
impidiendo que el guardia Jiménez ingresara a la oficina donde se refugiaron Leonardo Banda,
Cecilia Moreno, Jeannette Viquez, Jeannette Aguilar y Leonardo Guerra (capturas de pantalla).

::: En el infructuoso intento de Jiménez por ingresar a la oficina de Banda, destruyó a puntapiés la
parte inferior de la puerta, dejando un forado por el que el guardia y el jefe comercial cruzaron
miradas. No obstante, el policía desistió de atentar contra el grupo (capturas de pantalla).

283
7HUURUHQODHPEDMDGD

::: Sobre el escritorio de la conserjería, Orlando Jiménez dejó algunos de sus enseres personales,
tales como la billetera, pañuelo, cinturón, dinero y la carta en la que le notificaban su trasla-
do. Acto seguido, se separó unos metros y se disparó en el mentón.

284
$QH[RGRFXPHQWDO

::: Página 22 del Informe OIJ, donde Leonardo Banda da su versión del reclamo que le hace
Orlando Jiménez y donde nunca se avizora algún malestar del policía contra Christian Yuseff,
como lo señala en su declaración Cecilia Montero.

285
7HUURUHQODHPEDMDGD

::: En la oficina de los empleados de ProChile, Orlando Jiménez se desprendió de sus botas, tras
fracasar en su intento de ingresar al cubículo del jefe comercial, donde se refugiaron cinco
personas.

286
$QH[RGRFXPHQWDO

::: En este documento oficial del Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica, se confirma el
desorden administrativo de la policía tica y del citado organismo, al confundir a Orlando Ulises
Jiménez Jiménez con su colega José Orlando Jiménez Jiménez. Sin embargo, el embrollo se
agudiza aún más cuando a José Orlando le asignan el número de la cédula de identidad de
Orlando Ulises.

287
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288
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Nota: Por su valor documental, este informe se reprodu-


ce de acuerdo con el original, sin introducir modificacio-
nes ni correcciones. Solamente se hicieron adecuacio-
nes tipográficas para la correcta lectura en este libro.

289
7HUURUHQODHPEDMDGD

Luis Orlando Ravanal Zepeda, RUT 8.300.517-3, Médico Cirujano, experto


en Medicina Legal y Forense, inscrito como perito judicial en la Corte de Apela-
ciones de Santiago y Miembro Fundador de la Sociedad Chilena de Medicina
Legal y Criminalística (SOCIMEL),
Tiene el honor de emitir el siguiente informe respecto a la Sobrevida de Rocío
Sariego Pérez-Olea, el cual se elabora a partir de la documentación existente en
el sumario y proporcionada por la parte querellante mediante copias autentificadas
de los informes médico periciales de la Sección de Patología Forense, del Depar-
tamento de Medicina Legal, del Organismo de Investigación Judicial de la Repú-
blica de Costa Rica, en mi calidad de perito experto en Medicina Legal y Forense,
a petición de la familia Sariego.

• PARTES DE LAS QUE CONSTA ESTE INFORME

Nota: Los números de página corresponden a la impre-


sión original del Informe.

TEMAS
Portada 1
Presentación 2
Índice 3
Evidencia utilizada para estimar la data de muerte 4
Anatomía Pulmonar 4
Anatomía y vascularización hepática 7
Orificio de entrada 12
Trayectoria del proyectil 15
Ausencia de lesiones postmortem 17
Sangre en cavidad toráxica 18
Como el pulmón limita su sangrado18
Enfriamiento corporal 22
Análisis en base a temperatura corporal 23
Confirmación de sobrevida 34
Actividad física seguida al disparo 35
Fenómenos cadavéricos inmediatos (adicionales) 40
Cómo y cuando llegan las hormigas 43
Rigidez Cadavérica 46
Consideraciones Médico-Legales 48
Conclusiones 52
Material documental analizado 53

• EVIDENCIA UTILIZADA PARA ESTIMAR LA DATA DE MUERTE:

Evidencia corporal: de acuerdo a los datos existentes en el informe de autopsia


y video del sitio del suceso, de los peritos que participaron en los análisis.
Evidencia ambiental y asociada a las condiciones físicas del sitio del hallazgo
(informes meteorológicos y video del sitio del suceso).
Evidencia adicional por informaciones respecto a declaraciones y entrevistas
de testigos.

290
$QH[RGRFXPHQWDO

• ANATOMIA PULMONAR

Para un mejor entendimiento analítico respecto


a la lesión pulmonar, se hace imprescindible expli-
car y describir en términos relativamente simples la
zona lesionada que comprende el segmento inferior
del pulmón derecho y caja toráxica, ya que el orifi-
cio de entrada se localiza a nivel de la quinta costi-
lla derecha. En el análisis de las lesiones respecto a
los órganos afectados conviene conocer y precisar
cual ha sido el recorrido que ha seguido el proyectil
a su paso por el cuerpo, y por lo tanto es necesario
indicar y describir perfectamente a las estructuras
anatómicas y las relaciones de éstas con las paredes
toráxicas, para así establecer el recorrido que siguió el proyectil para así co-
rrectamente interpretar la ocurrencia de los mecanismos y fenómenos que se
desencadenan en forma inmediata y posterior al paso del proyectil, y que en su
desenlace van a determinar la causa de muerte, pero también permitirán esti-
mar las posibilidades de sobrevida o período agónico, descartando una muerte
inmediata y fulminante.
La posición del pulmón no es estática (salvo en un cadáver), ya que las rela-
ciones de el (pulmón) con la caja toráxica, variarán a causa de la respiración,
consistentes en movimientos alternativos de ampliación y de reducción, natural-
mente, en consonancia con el volumen que ofrezca este último, es decir, según se
le considere en estado de espiración o en estado de inspiración.
Pulmón derecho en espiración: condición que se da en el estado cadavérico, el
borde anterior del pulmón derecho se aproxima al fondo del seno costomediastínico
sin alcanzarlo del todo: todavía queda separado de él por un espacio de unos 10
a 15 mm. por término medio. Este borde es vertical, como lo es el mismo seno. El
pulmón abandona el esternón (cara anterior del tórax) a nivel de la extremidad
esternal del sexto (6º) espacio intercostal (por debajo del 5ª costilla) y se dirige
entonces hacia fuera y abajo como el seno costodiafragmático, pero siguiendo un
trayecto mucho menos oblicuo que el seno. Sigue al principio el sexto cartílago
costal, cruza en seguida la extremidad anterior de la porción de la sexta costilla,
se dirige de allí hacia atrás (espalda) a nivel de la décima costilla en su cara
dorsal o posterior, que cruza a nivel de la línea escapular, y finalmente, va a
parar al cuello de la undécima costilla (junto a la columna vertebral). El borde
del pulmón derecho, como se ve, está situado en un plano más elevado que el que
ocupa el seno costodiafragmático; a nivel de la línea axilar, es decir, a nivel de la
vertical que pasa por vértice del hueco de la axila, este borde está separado del
seno por un intervalo de 7 a 9 centímetros.
Pulmón derecho en inspiración: en el momento de la inspiración, a consecuen-
cia del aumento de volumen que sufren entonces los pulmones, las relaciones
anteriores se modifican del modo que se expone:
Si la inspiración es moderada, como ocurre en la respiración ordinaria, el
borde anterior del pulmón se dirige hacia dentro, hacia el fondo del seno
costomediastínico, pero sin alcanzar este fondo: los dos pulmones, aún cuando se
aproximan mucho entre sí, no llegan a ponerse en contacto. A su vez, el borde
inferior del pulmón desciende al seno costodiafragmático; pero, como el borde
precedente, no llega a llenarlo por completo. Su descenso, medido a nivel de la

291
7HUURUHQODHPEDMDGD

línea axilar, sólo es de 3 a 4 centímetros, mientras que la distancia que durante la


espiración separa e l pulmón del fondo del seno es, de 7 a 9 cm.
Por consiguiente, aún cuando los pulmones estén en inspiración fisiológica,
los dos senos costomediastínico y costodiafragmático no están completamente
ocupados por estos órganos; tienen todavía, cerca del fondo, una porción libre,
una porción deshabitada, que mide, en el seno costodiafragmático, de 3 a 6 cen-
tímetros de altura. Sólo en las inspiraciones forzadas los pulmones, aumentando
todavía de volumen, descienden hasta el fondo de los senos y el saco pleural está
completamente en contacto con la superficie exterior de su contenido.
Las referencias anatómicas del pulmón derecho antes expuestas evidencian
claramente el punto de penetración del proyectil en la cara anterior del tórax,
afectan al segmento más inferior de la cara anterior del pulmón derecho, ya que
la ubicación topográfica del pulmón a nivel de la quinta costilla (5ª) por donde
penetra el proyectil coincide con el borde anterior-inferior de la base pulmonar
derecha constituida por el lóbulo medio derecho, tal como se ilustra en la imagen
de la página siguiente :

En otras palabras cuando se refiere a que lesiona el lóbulo medio, no se refiere


exactamente a la porción media del pulmón, sino a una subdivisión anatómica,
en donde el lóbulo medio del pulmón derecho constituye el segmento inferior del
pulmón derecho visto desde su cara anterior (verde en la imagen), y es justamente
en ese punto a nivel del cartílago de la quinta costilla derecha por donde penetra
el proyectil, lejos de los grandes vasos y estructuras de la zona central media
pulmonar.
Para ser más preciso, en el informe de autopsia, el dictamen médico legal
señala en forma textual:»Herida por proyectil de arma de fuego en tórax con:
orificio de entrada en la cara anterior del tórax, en la región paraesternal derecha
a 134 cms. de altura sobre los talones y 3 cms. de la línea media anterior». En la
descripción del trayecto se indica: «fractura de la porción cartilaginosa de la
quinta costilla derecha»

• ANATOMIA Y VASCULARIZACION HEPATICA

El informe de autopsia describe además de las lesiones en la base del pulmón


derecho, en el tercio superior del lóbulo hepático derecho; textualmente se descri-
be:

292
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«La vena cava inferior (y afluentes): de origen y distribución usual, permeable.


Se observa laceración extensa de las venas suprahepáticas. El hígado pesa 1176
gramos. La superficie capsular lacerada en el lóbulo hepático derecho, la consis-
tencia es friable, los bordes son: «al corte el parénquima color vinoso. El hígado
muestra laceración del tercio superior del lóbulo hepático derecho».

Por ello, ante la imprecisión descriptiva conviene describir topográfica y


anatómicamente estas estructuras.
Las venas suprahepáticas, recogen la sangre proveniente de la red capilar del
hígado en su origen para conducir parte de la sangre proveniente de este órgano
a la vena cava inferior. Estas venas, se dirigen todas hacia atrás, al canal profun-
do que representa el borde posterior del hígado que aloja la vena cava inferior.
Salen del hígado a nivel de este canal y se abren inmediatamente en la vena cava
inferior. La vena cava inferior es uno de los más importantes medios de fijación y
suspensión del hígado.
El papel fijador y suspensorio de la vena cava se explica ante todo: 1º por la
adherencia íntima de la estroma conjuntiva a la pared venosa; 2º por la disposi-
ción de las venas suprahepáticas, que cortas, anchas e íntimamente unidas al
parénquima del hígado, van a desembocar en la vena cava inferior a ras de su
adherencia hepática; 3º por el punto de apoyo que la vena cava inferior encuentra
en sus adherencias al diafragma y al pericardio. El hígado está, pues suspendido
a la vena cava y a sus ramificaciones suprahepáticas, como el corazón lo está a
los grandes vasos. Las venas suprahepáticas, determinan una división vertical del
hígado. Existen tres grandes venas suprahepáticas: la vena hepática media o sagital,
que discurro por la línea vesícula biliar-cava, formando el eje del medio del
órgano y las venas hepáticas derecha e izquierda, que discurren en dirección
parasagital por la correspondiente mitad del hígado (izquierda y derecha respec-
tivamente), dividiéndolas a cada una de ellas en un segmento paramediano y uno
lateral. Las venas suprahepáticas dividen al hígado en cuatro sectores verticales,
que a su vez son divididos cada uno de ellos por la superficie de extensión hori-
zontal de las formaciones del hilio, en segmento craneal y caudal respectivamen-
te. De esta manera se originan ocho segmentos, dichos segmentos reciben distin-
tas denominaciones según los distintos autores. [Ver cuadro en página siguiente,
N. del E.].
La cirugía hepática moderna se fundamenta en la anatomía funcional hepáti-
ca sistematizada por Couinaud en 1957, basada en la Distribución en el interior
del hígado de los pedículos portales y las venas suprahepáticas (derecha, media e
inferior).
La proyección vertical de las venas suprahepáticas divide como lo he señala-
do, al hígado en cuatro secciones: posterior derecha, anterior derecha, medial
izquierda y lateral izquierda. Las fronteras anatómicas entre las cuatro secciones
así definidas se denominan cisuras (cisura portal derecha, cisura sagital o media
y cisura portal izquierda) y no se corresponden con las cisuras de la anatomía
morfológica clásica.
Su importancia radica en que se trata de líneas fundamentales para la penetra-
ción en el interior del parénquima durante una resección reglada, en especial si se
considera o intenta determinar un área de lesión o destrucción (laceración), cuyo
compromiso guarda relación directa con la zona de vascularización sanguínea,
en este caso los territorios respectivos de las venas hepáticas o suprahepáticas.

293
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Si se traza un plano horizontal imaginario sobre el eje de la bifurcación portal,


se observa cómo las cuatro secciones antes definidas se dividen en ocho segmentos,
que componen la base de la anatomía funcional hepática (Figura anterior).
La proyección vertical de las venas suprahepáticas divide al hígado en cuatro sec-
ciones: posterior derecha, anterior derecha, medial izquierda y lateral izquierda. La
división de estas secciones en un plano horizontal conforma los segmentos hepáticos.
294
$QH[RGRFXPHQWDO

La imagen anterior muestra una proyección de las venas suprahepáticas. Pla-


nos de división del hígado en cuatro secciones.
De la descripción anatómica anterior, resulta imposible establecer una trayecto-
ria que lesione a la totalidad de las venas suprahepáticas (grandes troncos), y mu-
cho menos sin comprometer a la gran vena cava inferior a nivel del segmento
superior del lóbulo derecho. Esto igualmente se confirma por la ausencia de sangre
(hemorragia) en la cavidad peritoneal, tal como lo indica el informe de autopsia.
Por ende, solo se puede deducir que no existió compromiso
S S de los grandes
troncos venosos hepáticos, salvo vasos de menor calibreGHUHFKD
localizados en las zonas
del tercio superior del lóbulo derecho y sus afluentes, 9+' ODYHQD
y no alguno de los troncos
suprahepáticos afluentes directos de la vena cava, ya PHGLD 90 
que la única forma posible
\ODYHQDKHSiWLFD
de lesionarla, sin afectar la vena cava (en la cual no se describen
L]TXLHUGD
lesiones de color
azul en la grafica) es a través de un trayecto transversal y no como el seguido por
9+, HVWiQ
el proyectil en sentido antero-posterior, y paraesternal derecho.
DQDWyPLFDPHQWH
VHSDUDGRV\WRGRV
VHGLULJHQKDFLD
DWUiVKDFLDODYHQD
FDYDFRQP~OWLSOHV
Como se aprecia en este dibujo
UDPDV\
las ramas y los troncos
DIOXHQWHV3RUOR
principalesde
FXDOUHVXOWD la vena hepática o
suprahepática derecha (VHD
LPSRVLEOHOHVLRQDU (VHD)),
ORVJUDQGHVWURQFRV
la vena media (VM) y la vena
YHQRVRVVLQ
hepática izquierda (VHI) están
OHVLRQDUODYHQD
anatómicamenteseparados y
FDYD\PXFKR todos se dirigen hacia atrás
PHQRVHQDPERV
haciala vena cava, con múltiples
OyEXORVKHSiWLFRV
ramas y afluentes.Porlo cual
GHDFXHUGRDOD
resultaimposiblelesionar los
WUD\HFWRULDGHO
grandes troncos venosos, sin
SUR\HFWLOHQVHQWLGR
lesionar la vena cava y mucho
DQWHURSRVWHULRU
menosen ambos lóbulos
hepáticos,de acuerdoa la
trayectoriadel proyectilen
sentido antero- posterior

295
7HUURUHQODHPEDMDGD

• ORIFICIO DE ENTRADA:

El informe de autopsia en su dictamen médico legal describe textualmente:


(junto a copia del diagrama original)

«Herida por proyectil de arma de fuego en


tórax con: Orificio de entrada en la cara ante-
rior del tórax, en la región paraesternal derecha
a 134 cms. de altura sobre los talones y 3 cms.
de la línea media anterior, constituido por un
orificio propiamente dicho de 0,4 cms. de diá-
metro, rodeado por un anillo de contusión de 0,1
cm. de ancho máximo. Trayecto: de adelante
hacia atrás, de arriba hacia abajo y ligeramente
de izquierda a derecha, que produjo laceración
del músculo pectoral mayor derecho, fractura de
la porción cartilaginosa de la quinta costilla de-
recha, laceración de la pleura parietal derecha,
de los lóbulos pulmonares medio e inferior dere-
chos, del músculo hemidiafragma derecho, del
lóbulo hepático derecho y fracturas de la décima
y onceava costillas derechas en su tercio poste-
rior, de los músculos de la espalda del lado dere-
cho con hemorragia intratorácica. Orificio de
salida: en la parte posterior de la espalda del
lado derecho, de 1,7x1,2 cms., a 123 cms. de
altura sobre los talones y 6,5 cms. de la línea
media posterior, que muestra un reborde denudado de piel de 0,3 cm. de ancho
máximo».

Utilizando el programa (software


computacional) «Image Tool 300»,he esti-
mado en forma más precisa la distancia que
existe desde el punto medio o central del
orificio de entrada a nivel del hemotórax
anterior derecho, tomando como referencia
métrica precisa el diámetro del orificio de
entrada, el cual según el informe de autopsia
mide exactamente 0,4 centímetros de diáme-
tro (4 milímetros). Utilizando esta medida se
estima y se calcula la distancia a la línea
media anterior del tórax, que arroja una
medición de 36,17 milímetros de distancia
existente entre el orificio de entrada y la lí-
nea media anterior (imagen siguiente).
Esta estimación resulta importante ya que
como consta en el video (del cual se extrajo
esta imagen), el médico examinador esta-
blece una distancia aproximada de 3 cm,
sin utilizar ningún instrumento de medición

296
$QH[RGRFXPHQWDO

preciso, salvo sus dedos, manteniéndose esta medida en el informe de autopsia


final, sin variaciones o precisiones milimétricas. Esto es relevante ya que un ma-
yor alejamiento del orificio de entrada respecto a la línea media explica en forma
suficiente el distanciamiento del proyectil de la línea media anterior y por ende de
la zona pericárdica, la cual no fue lesionada, al no describirse lesiones en el hilio
pulmonar o en la zona pericárdica del mediastino anterior, demostrando con esto
una imprecisión técnica del punto de vista anatómico en la ubicación topográfica
exacta del proyectil en su punto de entrada.
La imagen anterior, demuestra
claramente, tal como se visualiza en
el video, el cálculo «a dedo» que rea-
liza el médico examinador en el si-
tio del suceso sin utilizar reglas o
instrumentos de medición, esti-
mando una distancia de 3 centíme-
tros a la línea media anterior. Igual-
mente solo se señalan en el informe
de autopsia solo dos puntos de refe-
rencia en el establecimiento y des-
cripción respecto a la ubicación
topográfica precisa del orificio de
entrada, sin señalar la distancia ha-
cia a algún tercer punto de referen-
cia anatómico local (por ejemplo: re-
borde costal, pezón, clavícula, etc.)
tal como se señala textualmente en
el informe de autopsia al referirse a
la descripción topográfica de trauma
que señala textualmente en su primer
párrafo: «OE (orificio de entrada) en
la cara anterior del tórax, en la re-
gión paraesternal derecha a 134 cm.,
AT (al talón) y a 3 cm., LMA (línea
media anterior), constituido por un orificio propiamente dicho de 0.4 cm., de
diámetro rodeado por un anillo de contusión de 0.1 cm., de ancho máximo».

• TRAYECTORIA DEL PROYECTIL

El proyectil penetra a nivel del cartílago derecho de la 5ª costilla a nivel


paraesternal,a 3 cm., de la línea media anterior (según informe de autopsia) para
emerger por la cara posterior derecha del tórax fracturando la 10ª y 11ª costilla
en donde emerge a 6,5 cm de la línea media posterior y a 123 cm., de altura sobre
los talones, tal como lo ilustra la imagen.
Por lo tanto el proyectil en su recorrido descendente y hacia la izquierda se aleja
de los centros de mayor vascularización (hilio pulmonar), atravesando el pulmón,
en su segmento posterior a nivel del lóbulo inferior, que representa la continuación
por contigüidad inmediata del lóbulo medio derecho en la base. En medio de este
recorrido, dado la convexidad superior del diafragma derecho debido a la ubica-
ción del hígado subyacente, tanto este (el músculo diafragma) como el hígado que-

297
7HUURUHQODHPEDMDGD

dan en la trayectoria que sigue el proyectil en


su paso a nivel del tercio superior del lóbulo
hepático derecho, por lo cual resultan igual-
mente lesionados.

LIMITADO COMPROMISO: La trayecto-


ria descrita por el proyectil, como lo he seña-
lado, comprende esencialmente las zonas que
conforman el piso del pulmón derecho (base),
en donde se localizan fundamentalmente las
ramas terciarias o terminales de las distintas
ramificaciones arteriales, venosas y bronquia-
les del pulmón derecho. Esto se comprueba
por las descripciones existentes en el informe
de autopsia, que describen indemnidad de las
grandes estructuras vasculares y órganos
intratoráxicos próximos a las zonas lesiona-
das, solo se describen lesiones en los bronquios
de mediano calibre, descritos como lacerados
exclusivamente en el lóbulo inferior derecho
del pulmón, al igual que las ramificaciones
arteriales en dicho lóbulo inferior.
El proyectil emerge por la cara posterior
del tórax a 6,5 cm de la línea media posterior
fracturando la 10ª y 11ª costillas derechas en
su tercio posterior, tal como se describe en el
informe de autopsia.
Esto nos ubica topográficamente en la zona
más alta de la cavidad abdominal (figura an-
terior), en la cara superior del lóbulo hepáti-
co derecho, lo cual explica perfectamente la
ausencia de sangre en la cavidad peritoneal,
es decir, solo lacera la zona hepática en con-
tacto con la membrana pleural que se apoya
sobre el músculo diafragma en el polo supe-
rior del hígado, bajo la base del pulmón dere-
cho. Es decir el proyectil en su trayecto no
logra atravesar completamente el hígado en
sentido caudal o inferior, sino que
tangencialmente el tercio superior del lóbulo
hepático derecho. Esto esta claramente refle-
jado en la descripción presente en el informe
de autopsia que señala textualmente:

«El hígado muestra laceración del tercio superior del lóbulo hepático dere-
cho»

Por ende la lesión hepática descrita es limitada u no extensa, ya que se restrin-


ge al tercio superior de un solo lóbulo hepático; un segmento del lóbulo hepáti-
co derecho, inclusive sin afectar otras estructuras localizadas a nivel de dicho

298
$QH[RGRFXPHQWDO

lóbulo, como lo son la vesícula biliar y las vías biliares extrahepáticas, los vasos
arteriales y venosos, tal como se describe claramente en el informe de autopsia:

«La vesícula biliar: íntegra, permeable, de paredes adecuadas. Las vías biliares
extrahepáticas con el colédoco 0.3 cm de diámetro: permeable, íntegro».

• AUSENCIA DE LESIONES POSTMORTEM EN EL HIGADO

Curiosamente llama la atención la ausencia de descripciones que indiquen o


describan la existencia de la incisión postmortem efectuada en el sitio del levan-
tamiento cuando se realizo el registro de la temperatura corporal. Tal como se
visualiza en el video se realizo una incisión con bisturí bajo el reborde costal
derecho, presuntamente a la altura del lóbulo hepático derecho, sin embargo no
se describe lesión en el hígado a consecuencia de esta intervención. Esto permite
plantear la posibilidad de que la sonda del termómetro halla sido mal introduci-
da, no alcanzando el tejido hepático.
El informe de autopsia es un elemento de invaluable valor descriptivo, y por
ello, se asume, que lo no descrito: no existe o no presenta alteración. Este contex-
to, la ausencia de una herida incisional postmortem a nivel hepático, indica una
localización inadecuada, extrahepática y por ende equívoca de la sonda termal,
que pudiese corresponder al espacio o cavidad peritoneal o intestinal, y no al
tejido hepático de esta víscera sólida (hígado). Por lo cual la temperatura regis-
trada, sería equívocamente inferior si se registra al interior de una cavidad hueca,
en comparación con las propiedades físicas de una víscera sólida como el hígado,
que retiene temperatura y puede en parte ser el reflejo real de la temperatura
central media del cuerpo en su proceso de enfriamiento.
Los datos que no se recogen y que se pueden objetivar, que no existen en la
documentación (informe de autopsia) supone su no existencia (por ejemplo si no
se describe una herida incisional en el cerebro, es de suponer que no existía). De
igual forma debe plantearse, en el caso del hígado u otro órgano. Esta presunción
tiene un rigor sustentable en el propio informe de autopsia.

• SANGRE EN CAVIDAD TORAXICA

El informe de autopsia describe un gran depósito de sangre en la cavidad


toráxica derecha: »La cavidad torácica con (ml., y tipo de líquido) hemotórax de
2200cc». El Hemotórax se define comola acumulación de sangre en el espacio
pleural (intratoráxico), a causa de laceraciones de la pleura parietal o visceral,
lesiones de diafragma y lesiones de pulmón, entre otras. En este caso el origen del
sangramiento se explica por las lesiones provocadas (laceraciones) sobre los teji-
dos a consecuencia del paso del proyectil.
Este gran volumen de sangre acumulado (2200 ml.) indica la completa reple-
ción (llenado) del espacio o cavidad toráxica derecha, con el colapso del pulmón
derecho, como consecuencia de la ocurrencia de varios fenómenos y mecanismos,
que en forma simplificada se explican por la entrada de sangre (hemotórax) y aire
(neumotórax) a la cavidad toráxica (espacio pleural) a través del orificio dejado
por la entrada del proyectil; por la laceración de las ramas terminales de bron-
quios y bronquiolos en el lóbulo inferior y por el depósito de sangre a consecuen-

299
7HUURUHQODHPEDMDGD

cia de la hemorragia, que sumados (sangre y aire) constituyen un volumen ocu-


pante de espacio que comprime al tejido pulmonar provocando su colapso, con
un efecto restrictivo que impide la expansión pulmonar.

• ¿Cómo el pulmón limita su sangrado?

En el pulmón existen mecanismos que limitan el sangrado: las bajas presiones


en los vasos arteriales, el efecto compresivo que ejercen los alvéolos al aumentar
su presión durante la inspiración y el efecto compresivo que ejerce el mismo
hemotórax sobre el pulmón al producir el colapso pulmonar. La sangre acumula-
da en la cavidad por una lesión aguda, coagula con facilidad dada la presencia
de tromboplastina. A pesar de que el coágulo haya sido formado, los movimien-
tos del corazón durante la sístole y la diástole, y los movimientos del pulmón
durante la inspiración y espiración causan su desfibrinación y la sangre se depo-
sita en forma líquida en la base del pulmón y por ende es susceptible de ser
extraída con toracentesís (drenaje).
En este caso, lo que se describe en el informe de autopsia, dado el volumen seña-
lado de 2200 ml, es lo que en términos clínicos se define como un hemotórax masivo
(gran acumulación de sangre en espacio intratoráxico), definido como un volumen de
sangre superior a 1500 ml, en el espacio pleural. Una revisión de caso 600 toracotomías
reveló un porcentaje de complicaciones de 21% (Etoch, 1995). Las laceraciones del
parénquima pulmonar originan sangramiento y penetración de aire, la mayoría de
estas laceraciones pueden ser tratadas simplemente con la colocación de tubo toráxico
de drenaje. Estas lesiones se extienden desde la superficie de los pulmones hacia el
interior, dependiendo de la trayectoria lacerada. El cirujano cardiotoráxico Rohit
señala que, en las lesiones penetrantes del pulmón que requieren toracotomía, el 80 –
90%, pueden ser manejadas utilizando medidas simples.
Menos del 3% de todos los pacientes que requieren toracotomía requieren
neumonectomía (extirpación de un segmento del pulmón), y este último
procedimiento es reservado para aquellos pacientes con severas lesiones vasculares
a nivel del hilio (zona central media del pulmón), que en el caso específico de
Rocío Sariego no existen, ya que el informe de autopsia no describe lesiones a
nivel de los grandes vasos y estructuras que conforman el hilio pulmonar, tal
como se describen textualmente en el informe de autopsia:

»La arteria pulmonar de 1.6 cm de diámetro: permeable, lisa, elástica, de


calibre usual, con origen y distribución normal. Troncos venosos: permeables,
lisos, con distribución usual. La arteria aorta de 1.7 cm de diámetro, lisa, elásti-
ca, de calibre usual, permeable».
Rohit Shahani, MD, Fellow, Department of Cardiothoracic Surgery, Mount
Sinai Medical Center, Coauthor(s): Jan David Galla, MD, PhD, Assistant Professor,
Department of Cardiothoracic Surgery, Mount Sinai Medical Center.

Como se describe claramente en el informe de autopsia, no existen lesiones a


nivel del hilio pulmonar, ni de los grandes vasos sanguíneos intratoráxicos.

• ¿Que representa el volumen de sangre acumulado?

La máxima cantidad de aire que puede llenar las vías respiratorias y los pul-
mones de un adulto humano, denominada capacidad pulmonar total es de aproxi-

300
$QH[RGRFXPHQWDO

madamente 6.0 litros en hombres y 4,2 litros en mujeres (Fisiología Médica,


William F. Ganong, Profesor de Fisiología, Universidad de California, San Fran-
cisco, USA, Editorial el Manual Moderno S.A., Octava Edición, Pág. 523).
De esa cantidad, 150 mililitros se ubican en las vías respiratorias superiores.
Esta porción de aire es denominada aire espacial muerto, ya que no es aprovecha-
do en la respiración. El resto del aire se ubica en los alvéolos, en contacto con la
sangre, con una verdadera función de intercambio de gases, por lo que recibe el
nombre de aire alveolar. Durante una respiración normal, el volumen de aire
inhalado y exhalado es de 500 mililitros. De esta cantidad, solo 350 abandonan
los alvéolos, y los 150 restantes son aire espacial muerto. Siempre hay una reser-
va de 2,5 litros de aire que permanecen dentro de los pulmones.
El volumen máximo de aire que puede ser incorporado por una inspiración
forzada es aproximadamente de 3 litros, si se suma este valor al medio litro que se
inhala normalmente y a la reserva de 2,5 litros obtenemos 6 litros que constituyen
la capacidad pulmonar total en un hombre y 4,2 en una mujer (Fig. siguiente).

Es decir, la capacidad pulmonar total en promedio para una mujer, conside-


rando ambos pulmones es de 4,2 litros. En este caso resulta evidente, al conside-
rar el volumen cuantificado de 2200 cc., de sangre acumulado solo en la cavidad
toráxica derecha, más el tejido colapsado de dicho pulmón, que todo el espacio
de dicha cavidad ha sido ocupado predominantemente por sangre.

• ¿Cuánto tiempo ha transcurrido para la repleción sanguínea hemorrágica de


la totalidad de la cavidad toráxica derecha?

Sin lugar a dudas que la respuesta a esta interrogante es crucial, y de difícil


respuesta, dadas las múltiples variables que influyen y que pueden incidir sobre la
velocidad de flujo hemorrágico en su llenado.
Lo que si es factible indicar, con suficiente margen de seguridad, es que bajo
ninguna circunstancia, considerando la ausencia de lesiones en grandes vasos
sanguíneos a nivel pulmonar derecho, en donde reitero no se describen lesiones de
vasos sanguíneos venosos de gran o mediano calibre (de mayor presión que los
arteriales en la circulación pulmonar) y solo se indican lesiones a nivel de las
ramificaciones arteriales en un solo lóbulo con bronquios de mediano calibre
lacerados: «se observan laceradas en el lóbulo inferior derecho». Dan cuenta en
primera instancia, que la muerte no ha ocurrido en forma fulminante o instantá-

301
7HUURUHQODHPEDMDGD

nea, sino que ha transcurrido un tiempo suficientemente prolongado, en minutos


u horas, que ha permitido la acumulación de dos mil doscientos mililitros o cen-
tímetros cúbicos de sangre en dicha cavidad, a pesar de todos los mecanismos que
se oponen al sangramiento y que lo limitan, tal como fue expuesto anteriormente:

- Las bajas presiones en los vasos arteriales


- El efecto comprensivo que ejercen los alvéolos al aumentar su presión duran-
te la inspiración, y
- El efecto compresivo que ejerce el mismo hemotórax sobre el pulmón al
producir el colapso pulmonar.

Un hemotórax masivo, como el descrito en el informe de autopsia, explica y


fundamenta necesariamente la existencia de un período agónico con sobrevida
potencialmente reversible con asistencia médica oportuna, dadas las característi-
cas de las zonas lesionadas.

• EDEMA PULMONAR: OTRO SIGNO DE SOBREVIDA:

El informe de autopsia describe:

«El pulmón derecho pesa 290 gr., el izquierdo 324 gramos».


«A la palpación tumefacto el izquierdo y buloso el derecho».

El pulmón izquierdo se encuentra «tumefacto», término médico, que deriva


del latín tumefactum, que define: hinchazón; aumento de volumen de una parte
por infiltración, tumor o edema. (Diccionario Terminológico de Ciencias Médi-
cas, 12ª Edición, Salvat).
Es decir, ha transcurrido una cantidad de tiempo suficiente, posterior al dispa-
ro, que ha permitido el desarrollo de una serie de alteraciones esencialmente
vasculares a nivel del pulmón contra lateral (izquierdo), originando la acumula-
ción de líquido (edema). Fenómeno que no es instantáneo, sino progresivo y que
es descrito en el informe de autopsia.

• ENFRIAMIENTO CORPORAL (algor mortis):

Previo al análisis crucial de esta importante variable es obligatorio, explicar


el fenómeno. Después de la muerte, el cuerpo se equilibra con la temperatura
ambiental. En la mayoría de los casos (salvo aquellos que se encuentren próximos
a una fuente que genere calor), el cuerpo progresivamente perderá temperatura
hasta equilibrarse con la de su ambiente. Se han intentado y realizado en el
pasado hasta el día de hoy múltiples estudios y análisis con el fin de desarrollar
una formula ideal para calcular el intervalo postmortal. Desafortunadamente, un
número de variables afectan el enfriamiento postmortem, lo cual limita su uso
como un elemento preciso para predecir el intervalo postmortem. Sin embargo, la
temperatura corporal es útil en la estimación del intervalo postmortem cuando es
considerado en conjunto con otras observaciones de los fenómenos cadavéricos y
cuando sus limitaciones son reconocidas. En general, la evaluación en el descenso
de la temperatura corporal es más útil en las primeras 10 a 12 horas después de la

302
$QH[RGRFXPHQWDO

muerte cuando el cuerpo se encuentra en un ambiente templado (21º a 24º C).


Durante este tiempo, asumiendo una temperatura ante mortem normal y ambien-
tal templada, un cuerpo en tamaño promedio se enfría aproximadamente 1º a
1.5º C por hora. Sin embargo, la velocidad de enfriamiento puede ser afectada
por varias variables y no ser necesariamente uniforme. La velocidad de enfria-
miento al final de la curva es más lenta, que en la porción media. Cuerpos con
mayor aislamiento (grasa, ropas, abrigos) se enfrían más lentamente y aquellos
con menos aislamiento se enfrían más rápidamente. Otros problemas al calcular
la temperatura postmortem utilizando la tasa de enfriamiento incluyen errores al
asumir que la temperatura interna inicial es de 37º C y que la temperatura am-
biental fue constante, errores en el cálculo resultarían si la temperatura corporal
antemortem fuese elevada debido a infecciones, toxicidad de drogas o ejercicio
físico (condiciones que se excluyen en este caso).
Desviaciones significativas de la temperatura ambiental pueden afectar la for-
ma y descenso de la curva de enfriamiento, sin embargo aquí nos encontramos
estudiando un cuerpo que se encontraba en el interior de una habitación, en donde
por lo general las variaciones de temperatura tienden a ser más o menos estables
y constantes, sin variaciones extremas o significativas como ocurre con los cuer-
pos expuestos al medio ambiente (sol, lluvia, viento, etc.). Temperaturas medio
ambientales elevadas pueden retardar el enfriamiento y temperaturas ambienta-
les frías pueden acelerarlo, situación que no se da en este caso.
Por las razones anteriormente expuestas, una estimación del intervalo post-
mortem basado exclusivamente en el enfriamiento corporal, solo puede ser consi-
derada, como una variable mas en la sumatoria de las distintas observaciones y
análisis respecto a los fenómenos cadavéricos, las condiciones medio ambientales
y las características y naturaleza de las lesiones.

• ANALISIS EN BASE A TEMPERATURA CORPORAL

Datos climatológicos:
En la imagen siguiente se recogen la evolución de las condiciones metereológicas
según los datos del Instituto Metereológico Nacional de Costa Rica correspon-
diente al día 27 de julio del 2004, correspondiente a extracto de informe oficial,
suscrito por Lic. Juan Carlos Fallas Sojo, Coordinador, Gestión de información y
Comercialización de dicho instituto el 05 de octubre del presente año.

303
7HUURUHQODHPEDMDGD

Igualmente se incorpora a continuación la tabla que detalla las variaciones de


temperatura en el intervalo que comprendió la ocurrencia de los hechos y el
examen pericial en el sitio del suceso:

Siendo la estación metereológica más próxima a la Embajada de Chile en Costa


Rica, la estación Aranjuez, la cual utilizó como referencia en el análisis, a pesar de
no existir diferencias significativas entre los registros de ambas estaciones.

• Como se registró la temperatura corporal:

El procedimiento consistió en practicar


una incisión con bisturí a nivel del reborde
costal inferior derecho próximo a la línea
axilar anterior derecha (imagen siguiente),
en ese punto posteriormente se introdujo el
estilete de un termómetro.
El registro de temperatura ambiental y
posteriormente corporal (punción), se efec-
túan tiempo después de explorar la posi-
ción del cuerpo, la rigidez, el orificio de
entrada, el orificio de salida, y la presen-
cia de hormigas entre otras cosas; en otras

304
$QH[RGRFXPHQWDO

palabras, durante varios minutos los examinadores han permanecido en la habi-


tación, incrementando con ello la temperatura ambiental, constituyendo esto un
elemento de distorsión, fundamentalmente a nivel de la temperatura media de la
habitación, necesariamente aumentada por el numeroso contingente de personas
que se congregan en torno al cuerpo técnico durante varios minutos antes de que
se proceda a registrar la temperatura, en especial la ambiental, la cual indicó un
valor de 24º C, muy por encima del valor registrado entre las 15 y 24 horas del
día 27, en especial sí se compara con el registro de temperatura más próximo a
las 00:05 horas, el de las 00:00 horas del día 27 que indicaba 19,8º C, es decir,
4,2º C más que la temperatura ambiental a esa hora, y por encima de todos los
registros existentes en el intervalo entre las 13 y 24 horas. Por lo antes expuesto,
claramente la temperatura ambiental ha sido elevada por la presencia del calor
que generaban los cuerpos de los examinadores presentes, los cuales a lo menos
superaban cinco personas, tal como se visualiza en algunos segmentos del video.
La imagen siguiente ilustra claramente el registro de temperatura expresado
en grados Fahrenheit: 86º, que equivalente exactamente a 30º C. (en un termóme-
tro de precisión limitada, ya que no
permite registrar valores inferiores a
1º Fahrenheit).
Presuntamente, la sonda del termó-
metro fue introducida al interior del
lóbulo hepático derecho, sin embargo
esta presunción, pierde rigor, cuando
no se describen señales de lesión
incisional postmortem a nivel del ló-
bulo hepático derecho, sin poder ex-
cluir o admitir en forma absoluta, pero
que sin embargo debemos considerar,
ante la ausencia de otros registros, útiles en la estimación de data de muerte, en lo
que respecta al análisis del proceso de enfriamiento o algor mortis. Haciendo la
salvedad, tal como lo he indicado previamente, que una la localización
extrahepática de la sonda, influye en un sub registro de temperatura, inferior al
real, en caso de una localización extrahepática. El grafico ilustra el tiempo y
temperatura, entre la ocurrencia de los disparos hasta el momento del registro a
las 00.05 horas.

 Un cuerpo vestido se enfría en el aire a una velocidad de 1,5ª C por


hora durante las primeras 6 horas y 1º C durante las primeras 12 horas.

305
7HUURUHQODHPEDMDGD


\
5DQJRQRUPDO
ž&
GHWHPSHUDWXUD
'HVFHQVR
HQWUH\
ž&

7HPSHUDWXUD
UHJLVWUDGD

        


30 30 30 30 30 30 30 30 30

+RUDV )25(16(6
',63$526
+56

Hay que indicar que la temperatura crítica es la existente en el interior del


cadáver y esta en relación con la riqueza relativa de agua en el mismo y las
características de la superficie expuesta al intercambio de calor, que en la super-
ficie en contacto con el exterior, la perdida será por radiación y en la zona de
contacto con la ropa y el suelo será por conducción. Igualmente llama poderosa-
mente la atención, que no se halla recogido la temperatura del suelo en contacto
con el cuerpo.

• LIMITACIONES:

El grafico anterior ilustra en forma simplificada el descenso de la temperatura,


toma como rango la temperatura central media promedio. Pero en este caso solo
contamos única y exclusivamente con dos registros: la temperatura ambiental cuan-
tificada en 24º C y la presunta temperatura hepática cuantificada en 30º C.

• ¿Cuál es la temperatura hepática promedio? ¿Es la misma que la temperatu-


ra central media?

Existe discrepancia respecto a este punto, sin embargo me limito a la literatu-


ra actual, específicamente a los registros del estudio efectuados en 1986 por Al-
Alousi y Anderson, quienes reportaron sus resultados en un estudio efectuado
sobre 117 casos. Las mediciones incluían las temperaturas de cerebro, hígado y
recto utilizando termografía por microondas. Curvas promedio de enfriamiento
fueron construidas relacionando índice de temperatura con tiempo postmortem.
Los gráficos se muestran en la imagen de la siguiente página:
306
$QH[RGRFXPHQWDO

El índice de temperatura es definido como:

Tbt –Tet
Tbo –Tet

En donde Tbt= la temperatura en cualquier lugar sitio del cuerpo en un tiempo


dado; Tbo= la temperatura en cualquier lugar sitio del cuerpo al momento de la
muerte; y Tet= la temperatura ambiental medida en el tiempo t.
Esta ecuación fue utilizada de preferencia simples mediciones de temperatura
con el fin de compensar las fluctuaciones en las temperaturas ambientales.
El conocimiento de la temperatura corporal en diferentes sitios al momento de
la muerte es muy importante, ya que esto puede conducir a errores. Al-Alousi y
Anderson (*) toman en cuenta este punto y sugieren en la siguiente tabla valores
posibles aproximados:

307
7HUURUHQODHPEDMDGD

ÏUJDQRFDGiYHU 7HPSHUDWXUD 'HVYLDFLyQ $YHUDJHYDOXHVIRUERG\


VLWHWHPSHUDWXUHVDWWLPHRI
SURPHGLR ž HVWiQGDU ž GHDWK3DJH7KH
&  &  (VWLPDWLRQRI7LPH6LQFH
GHDWKLQWKH(DUO\
3RVWPRUWHP3HULRG

&HUHEUR GHVQXGR   


&HUHEUR FXELHUWR   
+tJDGR GHVQXGR   
+tJDGR FXELHUWR   
5HFWR GHVQXGR   
5HFWR FXELHUWR   

Si tomamos en consideración la temperatura promedio del hígado en un cuer-
po vestido (cubierto) al momento de la muerte, es decir, en vida, indica de acuer-
do a este estudio, que el hígado en vida tiene una temperatura promedio de 32,7º
C con una desviación estándar de 2,9º C. Es decir, un rango de temperatura
hepática que oscila entre 29,8 y 35,6º C. Lo cual vendría indudablemente a acor-
tar el período o intervalo postmortem ya calculado, ya que la temperatura regis-
trada a nivel hepático indica 30º C, es decir, existiría un descenso de apenas 2,7º
C, si se compara con la temperatura media registrada en el estudio de Al-Alousi y
Anderson.
Utilizando la formula o algoritmo propuesto por Al-Alousi y Anderson, obte-
nemos un rango amplio respecto a la data de muerte, que no nos permite precisar
un rango estrecho, sino todo lo contrario, muy amplio y por ende con gran mar-
gen de error, que lo hace inutilizable en este estudio, considerando la temperatura
de 32,7º C como temperatura media hepática en un cuerpo vestido, calculando la
desviación estándar de 2,9º C, obtenemos un rango con valores extremos que
oscilan entre 1,2 horas y 19,2 horas de data de muerte, con una media de 12,4
horas, que no se ajusta al caso investigado, salvo la multiplicidad de valores
posibles que se incluyen si se cuenta a partir del margen inferior, que establece
una data de muerte de incluso 1,2 horas, calculado con el método moderno doble
exponencial (Al-Alousi y Anderson), lo que nos indica que necesariamente existen
elementos que distorsionan y no permiten considerar este método como evidencia
dado el amplio margen de error. Este error puede tener su origen en múltiples
causales, que influyen y que no pueden ser objetivables, que van desde la técnica
empleada en el registro, tiempo inadecuado o insuficiente de registro, defectos o
imprecisión del instrumento, etc. Hasta condiciones propias del cuerpo y medio
ambiente (por ejemplo: hemorragia, vestido, superficie de contacto, etc.).
En todo caso, la utilidad de la información presentada, ha permitido obtener
valores de referencia respecto a la temperatura hepática, que de acuerdo al estu-
dio de Al-Alousi y Anderson, indicarían que el descenso de temperatura, sería
muchísimo menor, si se compara la temperatura hepática promedio del hígado
presentada en este estudio de 32,7º C con la temperatura corporal media, que
oscila entre 35,9 y 37,2º C. Lo que estaría indicando una data de muerte inferior
(presumiblemente de varias horas), la cual no puede ser precisada con exactitud a
través de las formula o algoritmo propuesto, ya que se corre objetivamente el
riesgo de sobrestimar la data de muerte.
He indicado como ejemplo la formula de Al-Alousi y Anderson, por ser una de
las más modernas y con menores márgenes de error, y por el hecho de que es una

308
$QH[RGRFXPHQWDO

de las pocas que utiliza o permite utilizar la temperatura del hígado, ya que la
mayoría de lo algoritmos utilizados en la estimación de data de muerte (actuales y
pasados) utilizan la temperatura rectal, y por lo tanto no podemos traspolar valo-
res. Ni siquiera utilizar, uno de los más modernos y aceptados a nivel mundial,
como es el Nomograma de Henssge, que utiliza igualmente la temperatura rectal.
Si bien no podemos establecer un período preciso, dada la imposibilidad de
aplicar algoritmos más complejos, estos a su vez tampoco garantizan una mayor
precisión en la estimación de data de muerte por si solos, ya que como lo he
señalado, la temperatura y el enfriamiento corporal deben ser considerados como
una variable más dentro de un complejo proceso de cambios postmortem.
Por lo cual, regresamos al planteamiento inicial, tal vez simple, pero que
permite un razonable acercamiento en la estimación de data de muerte (formula
de Simpson) (Simpson and Knight, Forensic Medicine, 9th edition, (1988):
Sí la muerte hubiese acontecido en un intervalo de tiempo próximo a las 4
p.m. (momento en que se escucharon los disparos), la temperatura registrada al
momento del examen forense en el sitio del suceso (00:05 a.m.) necesariamente
debió ser inferior al valor medido que indicó una temperatura de 30º C (86º
Fahrenheit) registrada pasados 18 segundos desde el inicio de la medición con la
introducción de la sonda presuntamente en el hígado a las 00:05 horas, en fase
ascendente antes de permitir un tiempo mínimo necesario para la estabilización
del termómetro (solo se mantuvo el termómetro en el hígado por espacio de 18
segundos), sin embargo, a pesar del corto período de tiempo en que permanece el
termómetro presuntamente en el hígado, se logra registrar un descenso leve en la
temperatura corporal medido en 30º C, lo que significa que la temperatura corpo-
ral ha descendido dentro de un rango entre 5,9 y 7,2º C, si se compara con el
rango normal de temperatura corporal promedio (35,9 a 37,2º C) y de tan solo
2,7º C, si se compara con la temperatura promedio del hígado según el estudio de
Al-Alousi y Anderson (The Estimation of Time Since death in the Early Postmortem
Period, Claus Henssge, Bernard Knight, Thomas Krompecher, Burkhard Madea,
Leonard Nokes Pág. 38, Ed.1995).
Evidentemente estamos hablando de un estrecho margen de tiempo. Es impor-
tante señalar sin embargo, que se utiliza el hígado como órgano de medición de
temperatura, siendo que este órgano sólido, ha sido lesionado por el disparo,
existiendo por ende un proceso de hemorragia interna en el hígado, que se asocia
directamente a la perdida acelerada de temperatura, tanto en el hígado como en
su contigüidad inmediata superior (cavidad toráxico y pulmón derecho), lo que
necesariamente constituye una variable que acelera el enfriamiento local del ór-
gano afectado (hígado), lo que representa una inadecuada utilización en la selec-
ción del órgano utilizado para registrar la temperatura corporal media. Por ello
es perfectamente factible y posible establecer que la temperatura registrada en
esta zona hemorrágica (hígado) va ha ser inferior a la temperatura corporal me-
dia, debido, a como lo he señalado; la existencia de un factor asociado que acele-
ró el enfriamiento, como lo fue la hemorragia local focalizada en el tercio supe-
rior del lóbulo derecho del hígado.

A pesar de lo anteriormente expuesto, y del corto tiempo de medición


(18 segundos), la temperatura sigue siendo alta, o lo que es lo mismo,
registrando un descenso inferior no coincidente o concordante con una data
de muerte próxima a 8 horas, tiempo aproximado en que ocurrieron los
disparos.

309
7HUURUHQODHPEDMDGD

Si se aplica la fórmula de Simpson: «Bajo condiciones promedio el cuerpo


vestido se enfriará en el aire a un promedio de 1,5º C por hora durante las prime-
ras 6 horas y a un promedio de 1º C durante las primeras 12» (Simpson and
Knight, Forensic Medicine, 9th edition, (1988), Butler & Tanner Ltd., London.),
entonces cabría haber encontrado en esta aproximación (de haber ocurrido el
deceso a las 4 p.m.) un descenso en la temperatura aproximado de 11 grados (8
horas entre las cuatro de la tarde y media noche al momento del examen) y no
entre 5,9 y 7,2º C como el registrado (30º C). Por lo cual es evidente que la
velocidad de enfriamiento corporal, se aproxima a una data de muerte menor en
tiempo real cercana al rango o intervalo esperable para el descenso registrado
(descenso entre 5,9 y 7,2º C). Si bien este método en la estimación no es compara-
ble con los análisis y algoritmos más complejos, se asemeja al método llamado
regla del pulgar (rule-of-thumb de Moritz), descrito en la literatura clásica, com-
parado con la complejidad del desarrollo de los modernos algoritmos, el cual a
pesar del tiempo, sigue siendo favorable tal como lo demuestran distintos estudios
comparativos, como el realizado por Len Nokes en la publicación The Estimation
of Time Since death in the Early Postmortem Period, Pág. 34 a 45, Ed. 1995.
Lo que conduce al cuestionamiento de los actuales métodos modernos, basa-
dos exclusivamente en la temperatura, por lo cual los trabajos recientes de Madea
y Henssge sugieren un acercamiento mediante la incorporación múltiples varia-
bles que no solo comprenda temperatura, lo que permite una aproximación más
precisa en la determinación del intervalo post mortem. (The Estimation of Time
Since death in the Early Postmortem Period, Claus Henssge, Bernard Knight,
Thomas Krompecher, Burkhard Madea, Leonard Nokes pag. 43, Ed. 1995).

• CONFIRMACION DE SOBREVIDA

El tiempo que transcurre entre la ocurrencia de una lesión que desencadena y


culmina con la muerte, es lo que en términos generales define el intervalo o
período de sobrevida, el cual dependiendo del tiempo de evolución, tipo y carac-
terísticas de las lesiones, va a determinar en definitiva las posibilidades de vida,
en caso de disponer de medios y asistencia médica oportuna que permitan resol-
ver las lesiones, evitar su agravamiento, complicaciones y desenlace fatal.
En este caso en particular, hay que considerar que el propio informe forense de
Costa Rica, en su dictamen médico legal, viene a confirmar lo planteado respecto
a la existencia de un período de sobrevida prolongado, ya que en dicho dictamen
establecen textualmente lo siguiente:

«De acuerdo con los hallazgos de la autopsia Nº A:2004-1412, efectuada a las


nueve horas y veinte minutos, del veintiocho de julio del dos mil cuatro, corres-
pondiente a ROCIO PILAR SARIEGO PEREZ-OLEA, de veintinueve años de
edad, peso setenta y cinco kilogramos, midió ciento setenta y siete centímetros,
quien falleció en la Embajada de Chile, Barrio Dent, Central, San José, su tiempo
de muerte es de seis a nueve horas previo al levantamiento del cuerpo, efectuado
a los cinco minutos del veintiocho de julio del año en curso»

Esta afirmación oficial señala claramente un rango probable de tiempo, entre


6 a 9 horas a las 00.05 horas el día 28 de julio del 2004.
Analizando esto, nos encontramos con que el extremo superior de este rango

310
$QH[RGRFXPHQWDO

estimado, es decir, de nueve horas (9 hrs.), queda per se, fuera de posibilidad, ya
que indicaría que la muerte sucedió a las 15:05 horas, es decir, a las 3:05 p.m., lo
que no puede ser ya que está establecido por la información de testigos y antece-
dentes policiales que consignan que los disparos ocurrieron aproximadamente
una hora después del rango máximo señalado (9), es decir, alrededor de las 4 p.m.
(16 hrs.) y por ende se descarta.
Sin embargo el rango de seis horas (6 hrs.) señalado en dicho dictamen pericial,
indica que la muerte pudo haber acontecido dentro del rango que incluye hasta
las 18:05 hrs. (6:05 p.m.).
El dictamen pericial establece un rango que señala la posibilidad y probabili-
dad cierta de sobrevida, próxima a las dos horas (2 horas), posteriores a la ocu-
rrencia del disparo, es decir, hasta las 0.6.05 p.m. Es decir, un período agónico
aproximado de 2 horas. El que coincide con las estimaciones efectuadas en este
análisis.

• ACTIVIDAD FISICA SEGUIDA AL DISPARO

Una persona puede sufrir una herida fatal por proyectil balístico y aún así
desarrollar actividad física sin asistencia o tratamiento médico de ningún tipo por
minutos u horas. El factor limitante en el estado de conciencia es el suministro de
oxígeno al cerebro. Cuando el oxígeno en el cerebro es consumido, se produce la
inconsciencia.
La pérdida repentina de sangre causa interferencia con la actividad física cuan-
do supera entre 20 al 25% del total del volumen sanguíneo. Una pérdida superior
al 40% pone en riesgo inminente de muerte.
La velocidad de sangramiento, la cantidad de sangre perdida, la naturaleza
de la lesión, y la respuesta fisiológica del cuerpo para contrarrestarla determina-
rán el tiempo necesario que conduce a la incapacitación física y posterior muerte.
Las características de las lesiones descritas en el informe de autopsia demues-
tran que no comprometen órganos y estructuras que al ser lesionadas van a origi-
nar incapacidad inmediata y muerte fulminante.
Por lo tanto estos elementos en el sitio del suceso, se vienen a sumar a las
apreciaciones anatómicas y fisiológicas ya señaladas, en especial las relaciones y
comparaciones que se establecen entre la posición y ubicación de la víctima al
momento de recibir el disparo y la posterior localización final en donde es halla-
do el cuerpo sin vida.
En la realización de este análisis he tomando como referencia los planos,
esquemas, y dibujos incorporados en el informe de autopsia por parte de los
médicos forenses que acudieron al sitio del suceso junto al video registrado por
los peritos en la descripción y levantamiento del cuerpo en la escena del crimen;
esto es, en la oficina que ocupaba la víctima, lugar en donde fue herida y falleció
posteriormente sin asistencia.
Adicionalmente se han realizado toma de medidas expresadas en centímetros
de algunos elementos que forman parte de dicha oficina, con el fin de utilizarlos
como testigos métricos en la estimación de las dimensiones, para relacionar dis-
tancias y desplazamientos en valores objetivamente cuantificables, que a conti-
nuación indico:

- Superficie de escritorio: 160 cm de largo por 81,5 cm ancho

311
7HUURUHQODHPEDMDGD

- Altura del escritorio 76 cm.


- Separación media entre cajoneras izquierdas y derechas (lugar donde fue
hallado el cuerpo de Rocío).
- Ancho de cada cajonera 47 cm.
- Altura de cajonera doble 29,5 cm.
- Medida de cada baldosa del piso 25 por 25 cm.
- Ancho de la pared posterior al escritorio detrás del sillón: 282 cm.
- Ancho de la pared lateral de la oficina de 284 cm.
- Ancho de la entrada a la oficina junto al closet 96 cm

Estas medidas se aprecian en forma esquemática en la siguiente imagen:

De las medidas indicadas se pueden inferir una serie de observaciones respecto


a las dimensiones de los desplazamientos mínimos efectuados, que en resumidas
cuentas permiten explicar la existencia de movimientos voluntarios mínimos y
necesarios para situar el cuerpo bajo del escritorio:

- El orificio de salida en la espalda de Rocío, guarda relación directa con el


orifico encontrado en el respaldo del sillón, en donde se encuentra un orificio de
bala y restos de proyectil, por lo cual es objetivable deducir que se encontraba
sentada sobre el sillón.
- El cuerpo se encuentra bajo el escritorio, con la cabeza hacia la parte frontal
del mueble, ocupando prácticamente la totalidad de los 81,5 cm de largo que
tiene dicho espacio.
- El cuerpo se encuentra en posición decúbito lateral derecha, del mismo lado
de la herida de bala, sobre el suelo.
- Esta posición solo es posible de obtener mediante la ejecución de distintos y
múltiples movimientos voluntarios y conscientes, que le han permitido a la víctima
desplazarse desde una posición distante y superior, como lo es el sillón con eje de
tronco y cabeza en posición relativa predominantemente vertical a una posición
312
$QH[RGRFXPHQWDO

lateralizada y horizontal distante a lo menos 80 cm., bajo la cubierta del escritorio,


sin considerar la distancia desconocida y no consignada del sillón al extremo pos-
terior del escritorio, lo cual aumentaría la distancia de desplazamiento.
Por lo antes expuesto, se evidencia la existencia de actividad física, con movi-
mientos voluntarios y coordinados, que le permitieron a la víctima el desplaza-
miento desde una ubicación distante, desde el sillón a una ubicación bajo el escrito-
rio de difícil penetración con espacio estrecho bajo el escritorio que tiene un ancho
de 61 cm, por 76 cm de alto y 81,5 cm de largo y la víctima una estatura corporal
de la de 177 cm. Agreguémosle a estos factores, la limitante de la herida toráxica,
lo cual sin lugar a dudas ha prolongado, enlentecido y dificultado las maniobras y
movimientos de desplazamiento por distintos factores (por ejemplo dolor).
Tal como se grafica en las imágenes: (vista posterior del escritorio):

La siguiente imagen corresponde a la vista frontal del escritorio, en donde se


visualiza claramente la posición de la víctima en decúbito lateral derecho con la
cabeza y gran parte del tronco bajo el escritorio:

313
7HUURUHQODHPEDMDGD

La conclusión, en este análisis resulta muy clara, y evidente; ella llego hasta
ese punto bajo el escritorio en forma consciente, con movimientos coordinados,
con suficiente fuerza muscular, sin sufrir traumatismos o golpes menores en cara
o extremidades (ya que no se describen en el informe, ni se visualizan en las
imágenes) que hicieran suponer una caída brusca y que allí agonizo hasta morir,
parcialmente oculta bajo un escritorio.
Ante esta evidencia se plantean dos interrogantes, ¿Cuándo se oculta y por
qué? ¿Fue ante la nueva presencia del homicida, horas después? Estas interrogantes,
son probables y posibles, ya que existe evidencia de manchas de sangre, que
pueden presuntamente provenir del agresor, en las baldosas frente al escritorio,
por ende es perfectamente probable suponer una acción voluntaria en el período
agónico (conciente), que pretendía buscar refugio bajo el escritorio, y no de esca-
pe, ya que estaba lesionada y por ende impedida de efectuar un esfuerzo físico
mayor como lo sería el de deambular.
La imagen siguiente refuerza esta hipótesis, ya que existen manchas de sangre
en las baldosas por el frente del escritorio, con un patrón de goteo que les da un
aspecto circular, goteo vertical.
Esta imagen corresponde al video, la cual ha sido resaltada aumentado el
contraste y brillo, con el fin de resaltar las manchas de sangre existentes en el
piso, mediante el programa Adobe PhotoShop.

• FENOMENOS CADAVERICOS INMEDIATOS

LIVIDECES:

Fenómeno que ocurre cuando cesa la circulación, produciéndose a nivel del


lecho apilar arterial-venoso la acumulación y depósito de sangre en los sitios más
declives del cuerpo, arrastrada por efecto de la gravedad. Los glóbulos rojos son
los más afectados, sedimentándose en las zonas más declives o inferiores en rela-
ción al suelo.
El patrón de distribución de las livideces va a depender de la posición del
cuerpo después de la muerte. En este caso el cuerpo se encontraba en decúbito
lateral derecho en posición lateral, por lo cual las livideces se han lateralizado,
claramente visibles en el hemicuerpo derecho y anterior de cara y tronco.
El color característico de las livideces es el violáceo azulado, con una varia-
ción amplia, dependiendo del estado de oxigenación de los tejidos. Serán más

314
$QH[RGRFXPHQWDO

oscuras en aquellas muertes asociadas a congestión e hipoxia (falta de oxígeno),


similares a las que se visualizan en el caso de Rocío, intensamente oscuras y
violáceas, lo que es perfectamente compatible con un estado de compromiso res-
piratorio hipóxico.
Por otro lado las livideces se estabilizaran en una determinada posición, y
permanecerán allí, quedando fijas, a pesar de posteriores cambios de posición del
cadáver en un período de tiempo que oscila alrededor de las 12 a 24 horas
postmortem, en general se acepta que las livideces se mantienen desplazables en
promedio por debajo de las 5,50 horas (Mallach tabla 2.1 Pág. 58 Forensic
Phatology Bernard Knight, 1996), pudiendo aparecer en otros sitios y fijarse en
polos opuestos, esto ocurre si el cuerpo es cambiado de posición antes de que las
livideces terminen por fijarse completamente en una zona determinada.
La localización topográfica de las livideces representa un fiel testimonio de la
posición en que ha permanecido el cadáver después de la muerte. Tiene especial
importancia cuando la comprobación de las livideces demuestra una localización
anormal respecto a la posición en que se ha encontrado un cadáver, en especial si
se encuentran livideces en planos opuestos, indicando una transposición que nece-
sariamente ha ocurrido en promedio después de doce horas del fallecimiento,
pero anterior a las veinte y cuatro horas, tiempo promedio en que suelen fijarse en
forma definitiva las livideces.
Es decir, la presencia de livideces en lugares gravitacionalmente opuestos,
solo indica que el cuerpo ha sido cambiado de posición durante un período que
oscila entre las 12 a 24 horas postmortem aproximadamente (antes que se fijen
completamente), intervalo de tiempo (entre 6 a 12 horas) en el cual se fijan las
livideces en forma parcial, lo que permite aún su desplazamiento a otras zonas o
segmentos corporales, cuando el cuerpo es movilizado y cambiado de posición,
permaneciendo fijas las más antiguas (fijadas alrededor de las 12 horas), en las
zonas en donde primariamente ha ocurrido su primer depósito o fijación, en caso
de permanecer a lo menos entre 6 a 12 horas en una posición determinada.
En el caso investigado las livideces se desplazan fácilmente ante la presión del
dedo examinador sobre el pómulo derecho, tal como se visualiza en la imagen, por lo
cual solo se puede indicar un período inferior a las 6 horas, tiempo en que se fijan.
A este respecto es necesario recurrir a las referencias respecto a dos estudios:
- Mallach quien resumió en una tabla distintas publicaciones respecto al esta-
blecimiento y fijación de las livideces entre 1905 y 1963, en donde promediaba el
desplazamiento de éstas en 5,5 horas, con límites inferior de 1,00 horas y superior
extremo de 20 horas para su aparición. (Mallach, H. Zur frage der
Todeszeitbestimming. Berlin Med 1964; 18:577-82).
- Suzutani y col. examinaron a su vez 430 cuerpos por presión en las zonas de
livideces, encontrando que en el 30% no hubo desplazamiento cuando la muerte
había ocurrido entre 6 a 12 horas.
Y sobre el 50% estaban fijas después de 12 a 24 horas postmortem.
(Suzutani, T., Ishibashi, H., Takaroti. T. Studies on the estimation o the post-
mortem interval. Em lividity. Hokkaido Zasshi 1978; 52:259-67).
En este caso, reitero, la imagen habla por si sola, las livideces aún no se han
fijado, se desplazan fácilmente a la presión del dedo examinador sobre el pómulo
derecho, dejando una zona o marca blanquecina, que es indicativo de una data
probable inferior a 6 horas postmortem.

315
7HUURUHQODHPEDMDGD

Un dato adicional y complementario, en el análisis de la fotografía anterior,


distinto al proceso de formación de las livideces, lo ofrece la misma imagen, que
demuestra la existencia de un «hilo» fino de sangre que se extiende desde la
comisura labial derecha y que escurre horizontalmente en sentido gravitacional,
sin llegar a constituir un proceso mayor, en el sentido de evidenciarse la acumu-
lación o depósito de sangre en el piso a nivel del punto de contacto con la cara o
pómulo sobre el que escurre la sangre. Este escurrimiento sanguíneo, sin embargo
no es considerado y ni siquiera analizado en el informe de autopsia, ya que evi-
dentemente no se puede objetivar su origen, salvo supuestos, ya que no se describe
la existencia de lesiones al interior de la cavidad bucal, ni tampoco la presencia
de sangre o contenido sanguinolento en las estructuras cervicales, específicamente
vías aéreas superiores y digestivas, tal como lo indica el protocolo de autopsia
textualmente:

«Laringe: permeable, lisa, de calibre usual. La tráquea de 10 cm de longitud,


1,8 cm de diámetro, permeable, lisa, de calibre usual. Gruesos bronquios: de 1,4
cm. de diámetro, permeables, simétrica de calibre usual. Hueso hioides: íntegro,
bien conformado. Las amígdalas palatinas: simétricas, rojizas crípticas, ovoides».

Evidentemente, no se puede establecer el origen de este sangramiento, lo que


si se puede objetivar, es que no existe sangre en las vías aéreas superiores, lo que
apoya el hecho de ausencia de lesiones en bronquios de gran y mediano calibre.

• COMO Y CUANDO LLEGAN LAS HORMIGAS

Una hormiga exploradora en busca de alimento abandona el nido y, en forma


aleatoria sigue un camino de búsqueda, serpenteante, hasta que encuentre ali-
mento. Entonces se alimenta sobre la fuente de alimento y regresa directamente
de al nido (Figura). De algún modo, desde el punto de salida del nido, ella puede
mantener la pista de ubicación del mismo, y, durante el viaje de vuelta usa esa
información para tomar la ruta más corta, la más directa al nido (la recta). En el

316
$QH[RGRFXPHQWDO

camino de regreso al nido, ella deja un rastro de olor. Una vez en el nido, las
hormigas exploradoras alertan al resto del hallazgo de alimentos, que los anima
a dejar el nido atraídas por la fuente de alimento. Estas hormigas reclutadas
seguirán el rastro de olor dejado por las hormigas exploradoras que las conduce
directamente a la fuente de alimentos. A su turno, cada hormiga reforzará el
rastro de olor hasta que el alimento sea haya agotado. Este comportamiento es un
medio sumamente eficiente de explotar un recurso temporal de alimentos.

Este ejemplo general del comportamiento de las hormigas, esta influenciado por
múltiples otras variables, como son por ejemplo la especie de hormiga, el clima, la
característica del suelo o superficie de desplazamiento, la distancia al nido (hormi-
guero), el tipo de alimento y su abundancia, la existencia de rutas previamente
marcadas y la velocidad de desplazamiento de las hormigas, entre otras.
Si lo comparamos con el caso investigado, nos encontramos con variables ópti-
mas para la inmediata llegada de las hormigas a los sitios de sangramiento o heridas:

- Edificio antiguo habitado por hormigas.


- Presencia permanente de alimentos y residuos de ellos en las oficinas que
constituyen fuentes de atracción para los insectos, lo que presume la existencia
de rutas fijas con rastros permanentes.
- Condiciones estructurales de edificación que facilitan el desplazamiento de
estos insectos (pisos, muebles, superficies lisas, etc.).
- Abundantes fuentes de atracción: manchas de sangre y líquidos corporales
distribuidos por los pasillos, pisos, paredes y muebles en gran parte del edificio y
en patio.

La presencia de hormigas no puede ser considerada como una variable objetiva


y precisa en el establecimiento de data de muerte, ya que, su arribo, puede ocurrir
encontrándose la persona herida y viva, o ser simplemente una invasión postmortem,
y mucho menos en este caso, en donde se
visualiza una escasa cantidad de insectos en el
orificio de salida (tal como se visualiza en la
imagen). Sin precisarse tampoco la especie es-
pecífica de hormiga presente (existen más de
12.000 especies en el mundo).
Las hormigas simplemente podrían haber esta-
do ya en los alrededores, ya que constituyen plagas
permanentes en el interior de casas y edificios, y
por ende pueden alcanzar el cuerpo a los pocos
minutos de producirse las heridas.
Por lo tanto bajo ningún punto de vista se
pueden sustentar los dichos del médico exa-

317
7HUURUHQODHPEDMDGD

minador (video) quien comenta que la presencia de estos insectos en una variable
muy importante en el establecimiento de la data de muerte, sin incorporar en los
infirmes posteriores, información alguna respecto a tal comentario.

• RIGIDEZ CADAVERICA (RIGOR MORTIS)

La rigidez cadavérica es un proceso, que se caracteriza por que obedece a un


fenómeno bioquímico postmortem, variable, que se instala a las pocas horas de la
muerte y que después de un período determinado desaparece (en promedio 36
horas) completamente.
La rigidez cadavérica es el resultado de la contracción muscular post-mortem.
Puede ser considerado como un fenómeno supravital, siendo en realidad el último
evento de vitalidad en el músculo después de la muerte clínica. Ocurre por proce-
sos bioquímicos. Estas consideraciones generales y teóricas respecto a la rigidez
cadavérica, las he querido mencionar en forma muy general con el fin de lograr
explicar el fenómeno respecto al establecimiento de la rigidez cadavérica, por
cuanto constituye una variable a considerar en la estimación de data de muerte.
Mallach, elaboro en 1964 una tabla que recogía la información estadística de
150 años de investigación entre 1811 a 1960, respecto al establecimiento de la
rigidez cadavérica, que se resume en la siguiente tabla:

TABLA DE RIGIDEZ PROMEDIO


  HORAS POST-MORTEM
Número de

FASE DESVIACION
   Publicaciones

DE RIGOR ESTANDAR  Evaluadas

95,5 % DE PROBABILIDAD VARIACIONES
PROMEDIO (h)

  LIMITE

LIMITE
 
LIMITE

LIMITE 
INFERIOR SUPERIOR INFERIOR SUPERIOR

FASE DE RETARDO “   ò  

REESTABLECIMIEN KDVWD     
TO POSIBLE
COMPLETA “     
RIGIDEZ

PERSISTENCIA “     


RESOLUCION “     

Desviación promedio y estándar calculada de la literatura que data de un
período de 150 años (1811-1960) por Mallach en 1964, publicada en el libro The
Estimation Time Since death in the Early Postmortem Period, página 152, Claus
Henssge, Bernard Knight, Thomas Krompecher, Burkhard Madea y Leonard Nokes,
Cardiff, 1994.
Esta tabla resume más o menos el estudio estadístico más amplio en período
de tiempo conocido, respecto a la revisión de datos en relación a la rigidez
cadavérica, en donde en promedio vemos como en más del 95,5% de los casos, la
rigidez se alcanzo en forma completa a las 6 horas postmortem, incluso registrán-
dose variaciones que registran rigidez completa a las 2 horas postmortem. Así
también por ejemplo, en este estudio se establece un límite para la resolución o

318
$QH[RGRFXPHQWDO

desaparición de la rigidez cadavérica de 12 horas post mortem, que coincide con


algunos estudios modernos.
En el caso de Rocío, su cuerpo se encontraba completa e intensamente rígido
en forma generalizada estimado por ello un margen probable para alcanzar este
estado de 2 a 6 horas postmortem. Tal como se visualiza en la siguiente imagen
extraída del video en el sitio del suceso.

La imagen es elocuente, intensa rigidez que mantiene flexionados las extremi-


dades superiores (brazos, antebrazos y manos).

• CONSIDERACIONES MEDICO LEGALES

En la investigación de los informes y material documental forense, están pre-


sentes una serie de datos que permiten establecer y confirmar una serie de fenóme-
nos y procesos que hacen sustentable la existencia de un período agónico. Es
posible establecer, con razonable margen de certeza, una serie de rangos a partir
de los datos existentes, en el cadáver que definen intervalos probables:
En primer lugar hay que señalar que la causa inmediata de muerte se asocia a
un estado de shock por falla respiratoria aguda agravada por un estado de ane-
mia aguda hemorrágica.
El origen de la falla respiratoria se debe a la presencia de un hemoneumotorax
derecho producto de la lesión del segmento basal del pulmón a consecuencia de
una herida de bala que lacera dicho órgano.
Dadas las características anatómicas de los órganos afectados en relación
específica de los segmentos lesionados, no es posible demostrar, e improbable
resulta sustentar la ocurrencia de una muerte instantánea o fulminante.
La presencia de un hemotórax masivo (2.200 cc), la trayectoria intracorporal
descrita seguida por el paso del proyectil, los signos de shock generalizado, el
edema pulmonar y la elevada temperatura corporal, entre otros fenómenos
cadavéricos, aunados a la evidencia de movimientos voluntarios, conscientes y

319
7HUURUHQODHPEDMDGD

coordinados, todos ellos, permiten establecer la probabilidad y posibilidad obje-


tiva y cierta de la existencia de sobrevida con período agónico prolongado, que
puede llegar a estimarse en horas.
Las lesiones descritas no pueden haber comprometido en forma inmediata el
estado de conciencia.
Las lesiones pulmonar y hepática, son objetivamente tratables desde el punto
de vista médico-quirúrgico, y no son necesariamente mortales con asistencia mé-
dica oportuna y adecuada.
Existen suficientes elementos diagnósticos anatómicos presentes en el informe
de autopsia para considerar y plantear la sobrevida, la probabilidad de supervi-
vencia y recuperación factible de la victima, en caso de haber contado con asis-
tencia médica oportuna, desde el momento en que se produce la lesión.
Se constata la existencia de numerosas omisiones y deficiencias en el abordaje
del sitio del suceso, en el proceso autópsico incompleto (no se exploró el cráneo y
sus múltiples estructuras, sobre todo las encefálicas), en el informe de autopsia y
en su análisis médico legal, en especial en lo referente a data de muerte o interva-
lo postmortem.
El rango probable en el intervalo postmortem establecido en el dictamen mé-
dico legal del informe de autopsia de Costa Rica, señala un intervalo entre 6 a 9
horas, descartándose en forma absoluta el extremo superior de 9 horas, ya que
cae fuera del rango de horas para el período en el cual se registraron los hechos.
El margen de 9 horas dentro del rango señalado, situaría la ocurrencia de la
muerte a las 15 horas, situación objetivamente no acontecida.
La medición de temperatura en la zona hepática, evidencia una serie de fallas
en el proceso de medición (tiempo insuficiente de registro, falta de certeza respec-
to a la localización y ubicación de la sonda, utilización de un órgano lesionado y
hemorrágico, entre otras).
La temperatura registrada como temperatura hepática de 30º C, es alta conside-
rando, que existen elementos objetivos suficientes capaces de explicar un enfria-
miento acelerado en la zona de medición, dados por las siguientes consideraciones:

- Hemorragia masiva (hemotórax de 2.200 cc)


- Superficie de contacto fría (piso de baldosas) que acelera la conducción de
calor del cuerpo al piso.
- Escaso aislamiento corporal (prendas de vestir delgadas, y escaso panículo
adiposo (grasa corporal).
- Humedad atmosférica elevada (entre 76 y 87% según el Instituto Metereológico
Ambiental de Costa Rica).
- Situación del cuerpo a la sombra (bajo el escritorio), y al interior de una
habitación, no expuesto a radiación solar directa.
- En etapa inicial de la curva de enfriamiento, de escasas horas en donde el
descenso en la parte media de la curva se produce a mayor velocidad.
- Temperaturas ambientales para el intervalo de tiempo estudiado inferiores a
23,7 º C.

La data de muerte, pero sobre todo los hallazgos de autopsia hablan e indican
reiteradamente, que la muerte sobrevino después de un tiempo, estimado en horas
bajo circunstancias objetivas que así lo avalan.
Es posible establecer, una serie de márgenes a partir de los datos existentes, en
el cadáver que definen intervalos posibles y probables:

320
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En primer lugar la presencia de rigidez completa, generalizada e intensa, tal


como se consigna en el video, en una mujer adulta, joven, con desarrollo muscu-
lar normal, en este caso el supuesto más probable sería de 6 horas y podemos
establecer como límite inferior extremo de 2 horas de data como mínimo, descrito
en la literatura, para alcanzar este nivel de rigidez.
La presencia de livideces desplazables a la presión, tal como se visualiza a
nivel facial, lo que nos sitúa entre las 0 (cero) y 6 horas, ya que normalmente se
empiezan a formar al momento de la muerte fijándose a las 12 horas.
Escaso descenso en la temperatura corporal (30º C en hígado), a pesar de los
factores que han podido acelerar el enfriamiento, lo que nos sitúa como margen
medio cercano a las 6 horas, si solo lo comparamos con la temperatura central
media (rango posible entre las 3,9 y 7,2 horas). Sin embargo si consideramos la
temperatura hepática media de 32,7º C, tendríamos un descenso de apenas 2,7º
C, lo que nos sitúa en un margen de descenso medio posible próximo a 3 horas, en
el intervalo postmortem.
En el último grafico de la siguiente página se encuadran estos márgenes y
encajan perfectamente en este complejo de informaciones y datos:

INTERVALO DE DATA PROBABLE:



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321
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• CONCLUSIONES

1. La muerte es producto de un estado de shock por falla respiratoria origina-


da por un disparo de bala toráxico-abdominal.
2. No existen elementos objetivos que demuestren indubitadamente la ocu-
rrencia de una muerte fulminante, instantánea o de escasos segundos (menos de
un minuto), sin sobrevida.
3. Objetivamente se demuestra la existencia de múltiples variables que indi-
can la existencia de sobrevida con período agónico prolongado, probable entre 2
y 5 horas.
4. La sobrevida, supervivencia y recuperación eran posibles en caso de haber
recibido asistencia médica oportuna a partir del mismo momento en que se pro-
ducen las lesiones.
5. La evolución y complicaciones posteriores a las lesiones sufridas (hemo-
rragia, anemia, colapso pulmonar, hemotórax severo, compromiso respiratorio,
etc.) guardan estrecha y directa relación con el tiempo de evolución en el sentido
de que a mayor tiempo de transcurrido, sobrevienen mayores complicaciones y
menor probabilidad de vida.
6. Por lo tanto la oportunidad de vida en relación al tiempo de evolución
desde la agresión, guardaba directa relación con la oportunidad de asistencia
médica, la cual no recibió.
7. La data de muerte en base a los análisis de temperatura, se estima en una
media calculada en horas para el intervalo post-mortem probable de aproxima-
das 6 horas ± 1 hora, valor medio calculado entre los rangos de temperatura para
enfriamiento rápido y lento (4,8 horas y 7,2 horas), valores que coinciden con el
rango viable de 6 horas, establecido en el informe de autopsia del Dictamen
Médico Legal del Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica, a las 00:05
horas del día 28 de julio de 2004.
8. Considerando múltiples variables, sumadas a la temperatura, es posible
establecer una ventana de tiempo probable de ocurrencia de muerte entre las 18 y
21 horas del día 27 de julio de 2004.

Santiago de Chile, a 31 de octubre de 2005.


Emitido por: Dr. Luis Ravanal Zepeda

1
Informe de autopsia Nº 04-1412, caso Nº 68021 del Organismo de Investigación Judicial;
Departamento de Medicina Legal, Sección patología Forense, San José de Costa Rica firmado
por Dra. Diana Cano Canessa.
2
Dictamen Médico Legal de autopsia Nº 04-1412, caso Nº 68021 del Organismo de Investiga-
ción Judicial; Departamento de Medicina Legal, Sección patología Forense, San José de Costa
Rica firmado por Dra. Diana Cano Canessa.
3
Video del sitio del suceso: narrado y ejecutado por el Dr. Luis del Valle Carazo, Jefe Sección
Patología Forense, de del Organismo de Investigación Judicial; Departamento de Medicina
Legal, Sección patología Forense, San José de Costa Rica.

322
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AGRADECIMIENTOS

Este libro habría sido imposible sino hubiese contado con el


apoyo irrestricto y desinteresado de aquellas personas que cre-
yeron en esta investigación. Seguramente habrá algunos que no
nombraré en estas líneas, y pido disculpas por ello; puede que no
los recuerde a todos, pero cada quien sabe lo importante que fue
para mí el contar con datos, información clave o simples pala-
bras de apoyo y perseverancia.
Quiero destacar y agradecer el profesionalismo del periodista,
colega y amigo, Alejandro Castillo Bravo, que se inmiscuyó con
todos los pormenores de esta investigación, y ayudó con importan-
te y fundamental trabajo de reporteo en terreno. Quisiera agrade-
cer su inacabable espíritu de optimismo y «buena onda».
Muchas gracias a todos los profesionales de RIL Editores, que
dieron vida a este libro, por la energía y confianza depositada.
No puedo dejar de nombrar a dos importantes profesionales
de los medios de comunicación nacional que hicieron posible mi
formación como periodista, en este noble oficio de buscar la
verdad e interpretar la realidad: al periodista Alejandro Guillier
y al ex gerente de producción de Chilevisión, Javier Urrutia.
Agradezco al director de prensa de Chilevisión, Patricio
Caldichoury, por permitirme viajar a Costa Rica, junto a mis cole-
gas Fernando Reyes y Christian Salinas. A ellos, gracias también.
Una especial mención para algunos de mis formadores aca-
démicos, tales como la periodista Patricia Escalona, Alejandro
Carreño, Enrique Ramírez Capello, Guillermo Holzmann y Gonza-
lo Lavaud.
El apoyo de mi familia y amigos fue primordial. Agradezco a
mi mujer, María Antonieta; a mis padres, Hernán y Silvia; a mis
amigos Héctor, Susan (los chiquis), Melissa, Peter (cuñado), Jany,
Sussy, Roro, Jaime y Karin. Gracias a todos los que estuvieron,
periódicamente, preocupados de cómo avanzaba en esta inves-
tigación.
Una mención especial quiero hacer al periodista Juan Carlos
Gutiérrez, corresponsal en Chile de una importante cadena de
noticias norteamericana. Lamentablemente, nunca entendió que
sus referencias al escritor chileno Baldomero Lillo no eran perti-
nentes para este libro. Gracias de todas formas.
Finalmente, deseo agradecer a Jehová Dios, por escuchar
mis oraciones, brindarme su protección y guiar mis pasos.
A todos, infinitas gracias.

El autor

323
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324
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·QGLFH

:: Crimen sin respuestas, por Alejandro Guillier ................................................ 9


:: El derecho a la información, por Marcelo Araya ......................................... 11
:: Investigando los hechos, por Alejandro Carreño .......................................... 13

:: Introducción ................................................................................................ 15

:: Cronología de una tragedia ::

01. La noche previa ........................................................................................ 19


02. La mañana siguiente ................................................................................ 20
03. La embajada ............................................................................................ 22
04. La carta ................................................................................................... 23
05. Cumpliendo lo estipulado ......................................................................... 24
06. ¡Me cortaron de aquí ya! .......................................................................... 24
07. Hechos previos a la tragedia .................................................................... 25
08. Llaman de Chile ....................................................................................... 26
09. El primer disparo (Roberto Nieto) ............................................................. 27
10. ¡Abran campo, es una emergencia! ........................................................... 30
11. El segundo disparo (Rocío Sariego) ........................................................... 30
12. Situaciones paralelas I .............................................................................. 32
13. El tercer y cuarto disparos (Oficinas de ProChile) ..................................... 34
14. Situaciones paralelas II ............................................................................. 37
15. El quinto y sexto disparos (Christian Yuseff) .............................................. 38
16. El séptimo disparo (Orlando Jiménez) ....................................................... 40
17. Situaciones paralelas III ............................................................................ 43
18. ¡Creemos que hay gente herida! ................................................................ 44
19. Los quejidos de Yuseff, Sariego y Jiménez ................................................. 45
20. La prensa indaga en la identidad del guardia ........................................... 46
21. Se conforma un comité de crisis ................................................................ 47
22. El asedio de la prensa ............................................................................... 48
23. La familia del guardia se entera ............................................................... 50
24. La negociación ......................................................................................... 52
25. Los intentos de ingreso a la legación ......................................................... 54
26. La muerte de Orlando Jiménez ................................................................. 55
27. La noticia se divulga ................................................................................ 56
28. La arremetida Yunge-Cheves .................................................................... 60
29. ¡Déjame hablar con Roberto! .................................................................... 61
30. ¿Demencia temporal? ............................................................................... 62
31. La congoja de los ticos y las gestiones de las autoridades ......................... 66
32. Los funerales de Orlando Jiménez ........................................................... 68
33. El regreso a Chile y las afrentas al embajador .......................................... 73
34. «Quiero aclarar que en el mes de junio la canciller…» ............................. 76
35. El informe OIJ y las razones que habría tenido Jiménez ............................ 77

325
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:: Investigación de campo ::

36. Quién es quién ......................................................................................... 81


36.1. Roberto Nieto Maturana .................................................................. 81
36.2. Christian Yuseff Marchant ................................................................ 83
36.3. Rocío Sariego Pérez-Olea. ................................................................ 87
36.4. Orlando Jiménez Jiménez ................................................................. 90
36.5. Guillermo Yunge Bustamante ........................................................... 94
36.6. Marisol Cheves Hidalgo y César Gómez Calderón ........................... 98
37. Lo que sucedía con anterioridad ............................................................. 103
38. Un embajador ausente ............................................................................ 104
39. Abuso de poder y desorden administrativo .............................................. 107
39.1. Despido abusivo de empleados ....................................................... 107
39.2. El extravío de unas serigrafías ........................................................ 109
39.3. El extravío de estampillas consulares .............................................. 112
39.4. Despido de Ligia Sánchez ............................................................... 114
39.4.1. El manejo de los dineros ......................................................... 115
39.4.2. La factura impaga de licores exonerados ................................ 117
40. Pugnas, amoríos y conflictos ................................................................... 124
40.1. Los vilipendios internos .................................................................. 125
40.2. Las tareas universitarias de Marisol y sus resquemores contra Rocío126
40.3. La trama de amoríos ...................................................................... 130
40.3.1. El potencial affaire Yunge-Sariego .......................................... 131
40.3.2. El affaire Nieto-Sariego .......................................................... 134
40.3.3. El affaire Nieto-«otra mujer» ................................................. 137
40.3.4. El embustero affaire Nieto-Jiménez ......................................... 138
41. Escándalos en la residencia del embajador ............................................. 141
41.1. Las peleas y los dólares .................................................................. 143
41.2. Las bulliciosas y dudosas fiestas de César Gómez ........................... 145
41.3. La carta de los vecinos y el dislate de Gómez ................................. 147
41.4. Llamados a informar: Yunge deja el cargo ..................................... 148
42. Las prácticas ocultistas de Marisol Cheves ............................................. 153
42.1. El cuarto oscuro ............................................................................. 156
42.2. Misterios y Querella ....................................................................... 158
42.3. «Ella es una médium» .................................................................... 160
43. Yuseff reúne firmas con la colonia chilena .............................................. 162
44. ¡Celebramos que el Yunge se va! ............................................................. 164
45. Hipótesis de la tragedia .......................................................................... 165
45.1. La carta anunciando el traslado de Jiménez .................................... 167
45.2. Malos tratos a los guardias ............................................................ 170
45.3. Las disputas por el parqueo de vehículos y otros ............................. 172
45.4. Las otras justificaciones .................................................................. 177
46. Las variables que quedan y la fuerza de nuestra hipótesis ....................... 181

:: Análisis piscológico y observación esotérica ::

47. Razonamiento previo .............................................................................. 183


48. Teorías que cirularon ............................................................................ 184
49. ¿Qué dice la psicología y la psiquiatría? ................................................ 188
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49.1. Los trastornos de personalidad ........................................................ 193


50. La autopsia psicológica .......................................................................... 195
51. La autopsia psicológica refrendada en Chile ........................................... 201
52. La hipóstesis que explica las muertes ...................................................... 202
53. Grupos religiosos animistas .................................................................... 204
54. Aclaración ............................................................................................. 206
55. Brujería y magia negra .......................................................................... 207
56. La brujería en la Edad Media ................................................................. 210
57. Archivos contemporáneos de prensa sobre brujería ................................ 212
1) Isabel Bawlitza y su escalofriante contacto con la magia negra ........... 212
2) Patty López dijo que fue víctima de magia negra ................................. 213
3) Alcalde Pinto sorprendido por magia negra en su contra ...................... 214
4) Dios y el Diablo muestran sus técnicas en asombroso programa .......... 214
5) Jeancois Joseph, agregado cultural de Haití en Chile: «El vudú existe y
tiene efectos poderosos»..................................................................... 215
58. Reverendo José Antonio Fortea ............................................................... 216
58.1. Síndrome demonopático de doble personalidad ............................... 219
59. Hugo Zepeda Coll .................................................................................. 220
60. Humbero Lagos Schuffeneger ................................................................. 221
61. Carlos Meschi Montaldo ........................................................................ 225

:: Conclusiones ::

62. Recapitulando ........................................................................................ 237


63. ¿Por qué no se autorizó, mucho antes, el ingreso de las fuerzas policiales al
recinto diplomático? ¿Por qué no se llevó a cabo el rescate cuando se supo
que Orlando Jiménez estaba «gravemente herido»? ................................. 238
63.1. Manejo de crisis y negociación ....................................................... 239
63.2. Negativa de Yunge ......................................................................... 244
64. ¿Por qué el canciller chileno Ignacio Walker declaró el 7 de enero de 2005
que los crímenes de la embajada de Costa Rica estaban «políticamente
cerrados»? ............................................................................................... 247
65. ¿Por qué el presidente de Chile y su canciller hacen una defensa de la gestión
de Yunge, asumiendo Lagos la decisión de ingreso en el rescate, y Alvear una
«excelente» evaluación del desempeño mostrado por el embajador en su
cargo? ¿Quiénes más tienen responsabilidades a cuestas en este triste episodio
que afectó a la diplomacia chilena? ......................................................... 250
66. ¿Por qué el informe forense elaborado en Costa Rica dictamina que no hubo
sobrevida de las víctimas, siendo que hay testigos que aseguran haber
escuchado quejarse largamente a Christian Yuseff y a Rocío Sariego? ...... 254

:: Epílogo ..................................................................................................... 267


:: Referencias ................................................................................................ 269

:: Anexo documental ::

Protagonistas y fuentes ................................................................................. 275


Informe Pericial Analítico (Luis Ravanal Zepeda) ......................................... 289
:: Agradecimientos ....................................................................................... 323

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Este libro
se terminó de imprimir
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Teléfono: 225-4269 / ril@rileditores.com
Santiago de Chile, agosto de 2006

330
Terror en la embajada revisa aspectos hasta hoy
ignorados de la masacre ocurrida ese 27 de ju-
lio de 2004 en la Embajada de Chile en Costa
Rica. Rodrigo Insunza no se conforma con la
verdad «políticamente correcta» y emplaza a
las autoridades, tanto chilenas como de Costa
Rica, a explicar por qué los procesos inves-
tigativos incurrieron en tan evidentes contradic-
ciones. El periodista, prácticamente, «carea» documen-
tos con declaraciones. Abruman las faltas de coinci-
dencias.
Mar celo Araya
arcelo

¿Actuó el policía Orlando Jiménez bajo un desvarío temporal? ¿Fue


llevado de alguna forma o provocación sistemática a un estallido de
ira incontrolable? Jamás algún examen médico había detectado algo
anormal o preocupante en este funcionario policial. Ningún familiar
directo padece de alguna patología psiquiátrica. Los relatos oficiales
del trágico cronograma del martes 27 solo consignan los detalles,
bastante confusos e inexactos, de cómo causó la muerte de sus vícti-
mas. Pero hasta hoy no hay –o no había– una explicación verosímil de
lo ocurrido.
Alejandro Guillier

No hay una palabra, un párrafo, una entrevista que no esté al


servicio de la tesis planteada en torno a descifrar el
misterio del porqué de los brutales asesinatos, y pos-
terior suicidio de Orlando Jiménez. Todo, en Terror en
la embajada, como en una perfecta historia policial, ¿Demen
se va armando igual que un colosal rompecabezas, cia,
donde cada pieza es esencial para montar la ima- c o n s piració
gen final de los incomprensibles crímenes. El pe- o dem n
riodismo de investigación en Chile ha iniciado su o n ismo?
camino con la idoneidad y seriedad que se mere-
ce. Ese es el gran mérito de Rodrigo Insunza.

Alejandro Carreño

I SBN 95 6 - 28 4 - 49 6 -X

9 789562 844963

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