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LENGUA ESPAÑOLA
Guía Didáctica
Celia Casado
Victoria Marrero
Antonio Quilis
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS................................3
3. PROGRAMA ................................................................4
5. VALORACIÓN.............................................................34
2
Fonética y Fonología de la Lengua Española
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
3
Del tema X al XXVII se estudian los segmentos (fonemas y sonidos). Téngase
en cuenta que siempre partimos del nivel fonológico; luego, se estudian sus
realizaciones en los actos de habla (alófonos o sonidos), y, en este nivel, los aspectos
articulatorio y acústico.
La secuencia y la combinación de fonemas se van a considerar en los temas
XXVIII y XXIX.
Los suprasegmentos o prosodemas, acento y entonación, se estudiarán en los
cinco últimos temas.
Esta Guía Didáctica contiene información que el alumno debe conocer para
realizar los exámenes. Por lo tanto, su consulta no está permitida durante las Pruebas
Presenciales.
2. EQUIPO DOCENTE
3. PROGRAMA DE LA ASIGNATURA
UNIDAD DIDÁCTICA I
I-PRINCIPIOS GENERALES
Tema I: Fonología.
El proceso de comunicación. El signo lingüístico. Características del signo
lingüístico. Fonología y Fonética. Sus divisiones. El principio de pertinencia. El
fonema. Los rasgos distintivos.
4
Tema III: Fonología.
Neutralización y archifonema. Desfonologización. Las correlaciones. División
de la fonología. División de la fonética. Aplicaciones de la fonología y de la fonética.
Modelos fonológicos. La transcripción fonológica y la transcripción fonética.
UNIDAD DIDÁCTICA II
5
Tema XI: Vocales.
Fonemas vocálicos. Realizaciones de los fonemas vocálicos. Clasificación
articulatoria de la las vocales. Estructura acústica de las vocales. Correspondencias
articulatoria y acústica. Triángulo acústico. Un triángulo acústico del sistema vocálico
español. Clasificación acústica de las vocales. Validez fonológica de los rasgos
acústicos aplicados al sistema vocálico español.
UNIDAD DIDÁCTICA IV
6
Tema XX: Consonantes constrictivas o fricativas.
Características. Clasificación y distribución. Fricativo labiodental sordo.
Fricativo linguointerdental sordo. Fricativo lingualveolar sordo. Fricativo linguopalatal
sonoro. Fricativo linguovelar sordo. Alófonos fricativos de /b/, /d/, /g/. Oposiciones.
UNIDAD DIDÁCTICA V
7
Definición. Estructura fonética de la sílaba. Jerarquía de los fonemas en la
sílaba. Límites silábicos. Caracterización acústica de la sílaba. Sílaba abierta y sílaba
cerrada. Sílaba acentuada y sílaba inacentuada. La percepción de la sílaba.
Características de la sílaba española. La división silábica en español. Frecuencia de los
tipos de estructura silábica en español.
UNIDAD DIDÁCTICA VI
V – EL NIVEL SUPRASEGMENTAL
8
BIBLIOGRAFÍA FUNDAMENTAL
Además de los dos libros antes mencionados, y de la Addenda, que contienen abundante
bibliografía complementaria, pueden consultarse los siguientes:
UNIDAD DIDÁCTICA I
I-PRINCIPIOS GENERALES
Tema I: Fonología.
1
Entre paréntesis, señalamos las páginas correspondientes del Tratado de Fonología y Fonética
españolas de Antonio Quilis, indicado en la Introducción.
2
No es necesario que estudien la nota 9 de la pág. 20.
9
Los signos son el fundamento del lenguaje. De ahí que sea tan importante para
nosotros este concepto.
Si el signo lingüístico está formado por el significante y el significado, en
palabras de Saussure, o por la expresión y el contenido, según Hjelmslev, y si, además,
tanto la expresión como el contenido tienen una forma y una sustancia, la disciplina
lingüística que se ocupe del aspecto fónico tiene necesariamente una doble vertiente en
función, precisamente, de estas dos facetas del signo lingüístico.
Por otra parte, Saussure distinguió en el conjunto que conocemos con el nombre
de lenguaje dos aspectos fundamentales: la lengua y el habla.
La lengua es el modelo general y constante, común a todos los miembros de una
colectividad lingüística.
El habla es la realización, la materialización de ese modelo en cada hablante, en
un momento y lugar determinados.
Si todos los hispanohablantes, por ejemplo, nos podemos comunicar es porque
tenemos en común el modelo de la lengua española, aunque, cuando hablemos, cuando
realicemos actos concretos de habla, manifestemos nuestros rasgos individuales o los de
la región a la que pertenezcamos. En el nivel de la lengua puede existir una frase como
Los gatos son negros, que todos los hispanohablantes entendemos; pero un castellano,
dirá [los pátos sóm pókos], manteniendo las [-s] finales; un canario, [loh pátoh sóm
pókoh], aspirando las [-s], y un andaluz oriental, [lo páto sóm póko], omitiendo las [-s],
pero abriendo las vocales3, y sin embargo, no se interrumpe la comunicación entre ellos,
porque es la lengua lo que los une.
Como indicábamos más arriba, la disciplina que se ocupa del estudio del nivel
fónico del lenguaje se divide en:
Fonología, que estudia el significante en la lengua (Saussure) o la forma de la
expresión (Hjelmslev).
Fonética, que estudia el significante en el habla (Saussure) o la sustancia de la
expresión (Hjelmslev).
Es decir, la Fonología estudia los elementos fónicos, o unidades, de una lengua
desde el punto de vista de su función. En español, sabemos que hay una unidad /b/ en
beso, porque si la cambiamos por /p/ obtenemos otra palabra: peso, y si la cambiamos
por /t/, teso; y, si la sustituimos por /k/, otra: queso, etc. En este caso, las unidades /b/,
/p/, /t/, /k/, que están actuando en el nivel de la lengua, o que son la forma de la
expresión se llaman fonemas.
Cuando hablo, realizo, materializo, pronuncio esos fonemas, y puede ser que esa
pronunciación varíe según el lugar que ocupe en la palabra, o según el dialecto o la
forma de hablar de la persona: la pronunciación de /t/ en teso no tiene variaciones
importantes en español, pero sí las tiene /b/: si digo un beso, pronuncio una /b/ diferente
de la de ese beso: la primera será [úm béso]4, la segunda, [ése b’éso]5. Lo mismo se
puede decir de las realizaciones de /-s/ que indicábamos antes: puede pronunciarse
como [-s], [-h] o desaparecer. Estas pronunciaciones o realizaciones de un fonema son
los alófonos o sonidos. De su estudio, se ocupa la Fonética.
Si el contenido y la expresión forman una solidaridad, es decir se condicionan
uno al otro, se mantienen unidos como el haz y el envés de una hoja, no podemos
separar la Fonología de la Fonética.
3
Estos conceptos de aspiración, abertura vocálica, etc., se irán aprendiendo más adelante.
4
La pronuncio con los labios totalmente cerrados, porque está después de [m]: es una [b] oclusiva, como
veremos más adelante.
5
Pronunciada con los labios sin cerrar totalmente porque está después de una vocal: es una [b’] fricativa.
Omitimos de momento su signo correspondiente.
10
Partimos del hecho de que el habla, que es un fenómeno esencialmente psíquico
(en la primera fase, el cerebro envía impulsos nerviosos que originan la articulación de
los sonidos, y en la última es el cerebro el que también recibe esos sonidos y los
convierte en unidades lingüísticas), es al mismo tiempo un acto fisiológico (fonación y
articulación), cuya realización crea fenómenos de orden físico (acústico).
hablante oyente
Órganos Sistema
Cerebro Cerebro
articulatorios auditivo
I II III IV V
Fig. 1. Fases del proceso de comunicación. Las fases I y V son psicológicas: codificación
y descodificación del mensaje. Las fases II y IV son fisiológicas: producción de la onda
acústica y recepción de la misma. La fase III es acústica: características y transmisión de la
onda sonora
Tenemos, por lo tanto, las tres fases que intervienen en el estudio de los sonidos
del lenguaje: la articulatoria (fonética articulatoria), la acústica (fonética acústica) y la
perceptiva ( fonética perceptiva).
En nuestra metodología, tanto de la enseñanza como de la investigación6,
partimos del nivel fonológico (lengua) y estudiamos después el nivel fonético (habla);
en este nivel, examinamos, a continuación, la fase articulatoria, la acústica y la
perceptiva7.
Advertencia
Utilizando un símil, podemos decir que los rasgos son como el nombre y los dos
apellidos de una persona. Supongamos que una persona A se llama:
A: Antonio Pérez López
Y que otra persona B se llama
B: Juan Pérez López
Los rasgos que distinguen a ambas personas son Antonio frente a Juan. Estos son los
rasgos distintivos. Los otros rasgos (o los dos apellidos: Pérez, López), que sirven para
identificar junto con el nombre a cada persona son, en este caso, rasgos redundantes.
Si comparo la persona B con una nueva persona C
6
Vid. Quilis, 1967. La bibliografía citada puede verse en la que aparece al del citado Tratado de
fonología y fonética españolas.
7
Este modo de operar se aplica a las lenguas conocidas o que ya tienen, de algún modo, descripciones. Si
se desconoce todo de una lengua que pretendemos estudiar (supongamos, el huitoto de la Amazonia
colombiana), habrá que partir del habla, del nivel fonético para poder luego establecer su sistema en el
nivel de la lengua.
11
C: Juan Pérez Martínez,
en este caso, los rasgos distintivos son López y Martínez, porque son los que distinguen
B de C, y los redundantes, Juan Pérez.
Hay que tener en cuenta que el hablar de rasgos redundantes o no pertinentes no
quiere decir que sobren o que no sirvan, no: todos los rasgos son necesarios, porque
todos son los que identifican una unidad (en este caso a una persona) concreta. Lo que
ocurre es que en unas determinas circunstancias, cuando comparamos dos unidades
determinadas (en este caso, dos personas) funcionan como pertinentes o distintivos unos
rasgos, y en otras circunstancias, otros.
Neutralización y desfonologización
Modelos fonológicos
8
Los dos últimos renglones de la pág. 40, antes de las notas, por error, están repetidos: aparecen de nuevo
en la pág. 41.
9
En la pág. 43, aparece la frecuencia de los fonemas españoles. Estos datos pueden ser útiles a la hora de
hacer estudios fonoestilísticos, comparativos con otras leguas, para caracterizar la base de articulación,
para el reconocimiento del habla, etc., pero no tienen que aprenderse
10
Madrid, Arco/Libros, 2000.
12
Como en casi todas las áreas de la lingüística, los dos modelos mayoritarios en
fonología son, por una parte, el estructuralista y, por otra, generativo. En el libro
recomendado para el estudio de esta asignatura, el modelo adoptado es el primero. Sin
embargo, existen otros puntos de vista que interesa conocer, aunque sea brevemente.
La corriente generativa ha sufrido varias revisiones, que han dado lugar a
diferentes propuestas. Su comienzo en el nivel fonológico se remonta a la publicación
de The Sound Patterns of English, de Noam Chomsky y Morris Halle, en 1968. El
objetivo central del módulo fonológico dentro del paradigma generativo era entonces
establecer la relación entre las representaciones más profundas de cada unidad y sus
representaciones finales en la superficie. Y como el corazón de todo el sistema es la
gramática, interesan las unidades fonológicas por su relación con las unidades
gramaticales (los morfemas). Pueden leerse, en las págs. 25 y 26 del capítulo
mencionado, los tipos de representaciones propuestos por Chomsky y Halle y la
relación entre ellas, que da lugar a la formulación de reglas.
Una de las primeras revisiones de la fonología generativa fue la fonología
natural, de David Stampe, que, a pesar de haber decaído con cierta rapidez entre los
lingüistas,11 tuvo la virtud de resaltar la importancia de una unidad de análisis que se
convertiría en el eje de corrientes sucesivas: la sílaba, tomada como punto de partida por
los dos grandes herederos de la fonología generativa: las llamadas fonología
autosegmental y la teoría prosódica.
Las representaciones que propone la fonología autosegmental12 son mucho más
complejas que las anteriores, puesto que abarcan propiedades distintivas de los fonemas
distribuidas jerárquicamente en varios planos.
La teoría prosódica, por su parte13, se ha ocupado también de la descripción de
unidades superiores al fonema, como la misma sílaba o el pie, una unidad rítmica
compuesta por una sílaba tónica y otras átonas.
En cada uno de esos niveles, se aplican las reglas fonológicas, que ya no se
conciben como mecanismos derivativos, para pasar de unas representaciones a otras,
sino como principios de buena formación universales, pero sujetos a restricciones que
dependen de cada lengua.
A lo anteriormente expuesto, hay que añadir la fonología léxica.
En las páginas 50-56 se dan los símbolos que se utilizarán en este libro, según el
Alfabeto Fonético Internacional (AFI) y el Alfabeto de Revista de Filología Española
(RFE). Son los más utilizados en España. Estos símbolos se irán aprendiendo poco a
poco, pero el alumno sólo debe aprender uno de los dos sistemas: o el AFI o el de la
RFE. Solemos recomendar el primero porque tiene la ventaja de ser un modelo
internacional. Pero el segundo cuenta con una larga tradición investigadora en España,
sobre todo en el terreno de la dialectología.
También ofrecemos los cuadros con la clasificación articulatoria y acústica de
los fonemas y sonidos españoles, siguiendo los alfabetos indicados. Estas
clasificaciones se irán aprendiendo a medida que se avance en el estudio de la
asignatura.
11
No así entre los psicolingüistas, que siguieron utilizando el modelo para explicar la adquisición de la
fonología por el niño.
12
En las págs. 30-31 de la citada obra de Gil Fernández.
13
Pág. 35 de la citada obra.
13
En las transcripciones, damos, por regla general, primero la transcripción
fonológica y, luego, la fonética.
La clasificación articulatoria de los sonidos nos sirve para definir desde este
punto de vista un fonema o un sonido, es decir, para establecer sus rasgos, en este caso,
articulatorios.
Coarticulación
14
Por error en la impresión, la fig. 2.9. de la pág. 70 está invertida.
14
La coarticulación es la coordinación que se produce entre diversos movimientos
articulatorios para la realización de un mismo sonido. En español, por ejemplo, la
lengua tiende a adoptar la posición de la vocal que sigue a una consonante, ya durante el
momento tensivo de la articulación de la consonante; por ejemplo, en perro, la lengua
ha adoptado la posición articulatoria de [e], mientras se está articulando la [p] (los
labios están cerrados)15. También es sorprendente la anticipación vocálica que se
produce en los grupos formados por “consonante + r + vocal”, como en cuadro, cuatro,
abrir, etc.16, donde se anticipa a la oclusión de la [r] un elemento vocálico, que es
semejante a la vocal siguiente.
UNIDAD DIDÁCTICA II
Acústica del sonido (84-85). Las ondas sonoras (85-91). La onda compuesta (91-
96). Resonancia y filtros (96-101). La producción de los sonidos del lenguaje desde el
punto de vista acústico (101-103). El sonograma o espectrograma (104-110). Índices
acústicos y rasgos distintivos (110-111). Clasificación de los rasgos distintivos (111-
121). Predominio del análisis acústico sobre el articulatorio (121-122). Definición
acústica de un fonema y de un sonido (122-123).
Este tema estudia la onda sonora y sus componentes para llegar a entender la
constitución acústica de los sonidos del lenguaje. Todo ello es necesario para
comprender lo que es un índice acústico y un rasgo acústico. De este modo, así como a
los fonemas y a los sonidos les atribuimos unos rasgos articulatorios, en este caso, les
podremos atribuir unos rasgos acústicos.
Compacto/difuso
Las consonantes compactas o densas son las que presentan un predominio del
resonador anterior, es decir, las que se articulan en la parte posterior de la cavidad bucal:
palatales y velares.
15
Vid. Sobre este problema el importante artículo de Joseph A. Fernández, “La anticipación vocálica en
español”, Revista de Filología Española, XLVI, 1963, págs. 437-440, con 23 figuras de articulaciones y
sonogramas.
16
Vid., por ejemplo, Navarro Tomás (1918), Gili Gaya (1921), Malmberg (1948), Quilis (1970 y Tratado
de Fonología, págs. 337-342).
17
En la pág. 115, no es necesario estudiar el segundo párrafo (“En (1963, 128)…abertura pequeña”)
15
Las vocales compactas son las que ofrecen una mayor sección de paso, una mayor
abertura: la /a/.
Sonoro/sordo
Idéntica a la división ‘sonoro/sordo’ que ya vimos en la descripción articulatoria.
Nasal/oral
Interrupto/continuo
Como regla nemotécnica general, podemos tomar como referencia la división entre
consonantes fricativas (continuas) y oclusivas y africadas (interruptas). Sin embargo, las
nasales son continuas (porque el aire sale ininterrumpidamente por la nariz), lo mismo
que las laterales (la salida continuada del aire es por los lados de la boca).
Estridente/mate
Los únicos fonemas estridentes de nuestra lengua son /s/ y /±/ (debido a su segmento
fricativo).
Grave/agudo
En los fonemas predominan las ondas de baja frecuencia, las ondas lentas. Esto se debe
a la presencia de una cavidad de resonancia amplia. ¿Cómo generar una cavidad amplia
en la boca? Por medio de articulaciones periféricas, en los extremos de la boca, ya sea el
extremo anterior (segmentos bilabiales o labiodentales), ya sea en el extremo posterior
(vocales o consonantes velares).
16
percepción
comprensión
Este tema concluye con un apartado sobre las relaciones entre los sistemas de
producción de mensajes (estudiados por la fonética articulatoria) y los de
descodificación (estudiados por la fonética perceptiva): ambos están condenados a
entenderse, a buscar un equilibrio entre el menor esfuerzo articulatorio y la mejor
audibilidad. El resultado de ese ajuste entre dos exigencias contrapuestas es el repertorio
de fonemas de cada lengua: el conjunto de sonidos mejor adaptados es el que sobrevive
al paso del tiempo.
Audición
Pasamos así al segundo tema de la Addenda, con dos apartados claramente
diferenciados, correspondientes a las dos perspectivas desde las que se puede estudiar el
estudio del sistema auditivo: la más “médica” se centra en la descripción y el
funcionamiento de los órganos implicado en él; las más “psicolingüística” aborda la
relación entre las dimensiones físicas y las psicológicas de un sonido.
17
traspasados los límites del oído nos ocuparemos de las siguientes tres etapas en el
camino hacia el cerebro: el nervio auditivo, las vías auditivas, y la propia corteza
cerebral.
1) En el oído, el órgano más importante es, sin duda, la cóclea, resguardada en su parte
más interna. Antes de llegar a ella, tanto el oído externo (pabellón y canal auditivo)
como el medio (cadena de huesecillos y tímpano) tienen la función de proteger la
cóclea y proporcionarle la información más aprovechable posible, amortiguando los
ruidos y reforzando las frecuencias conversacionales, e incrementando, en general,
la presión sonora, para compensar las diferencias entre la ligereza del aire, de donde
viene la onda sonora, y la densidad del líquido interior de la cóclea. Una vez que
llegamos a ella, tendremos que ir haciendo un “zoom” progresivo, para detenernos
en el funcionamiento de un pequeñísimo órgano, oculto en el interior de la
membrana que subdivide a la cóclea por dentro: es el órgano de Corti, el encargado
de codificar -a través de las diminutas células ciliadas- la información del sonido
exterior para enviarla a través del nervio auditivo. El interior de la cóclea es una
sucesión permanente de “olas”, cuya cresta depende de la frecuencia del sonido que
le dio origen: los sonidos graves generan olas que tardan mucho en alcanzar su
punto más alto, y lo consiguen ya al final –ápice-de la cóclea; los sonidos agudos, en
cambio, llegan a su punto más alto muy rápidamente, cerca de la entrada –base- de
la cóclea. Las células ciliadas presentes en cada uno de esos puntos se han
especializado en el tipo de sonido que allí alcanza su cresta: es lo que se conoce
como organización tonotópica, origen de la selectividad frecuencial del sistema
auditivo.
2) El papel del nervio auditivo es trasladar, mejorándola, la información procedente de
las células ciliadas hacia las vías auditivas. Para conseguirlo, además de una
organización tonotópica aún más fina que la coclear, las fibras del nervio auditivo
pueden sincronizarse en fase con la onda de la cóclea, con lo que proporcionan una
información temporal que permite transmitir los patrones sonoros en circunstancias
más difíciles (por ejemplo, en frecuencias o intensidades altas).
Los dos fenómenos más significativos respecto a la fisiología del nervio auditivo
son la adaptación y el enmascaramiento18. Ambos son muestra de lo que se ha
calificado como “no linealidades” del sistema: no estamos ante un simple
transportador de la señal, sino ante un conjunto complejo de mecanismos que
incluyen y eliminan información. Esto, aunque suponga una dificultad para su
estudio, no necesariamente obstaculiza la descodificación de la señal (cfr. nota 47).
3) La función más importante de las vías auditivas es compensar la pobreza inicial del
sistema auditivo, en sus estadios anteriores: a medida que el estímulo, convertido en
patrones de excitación nerviosa, pasa por el núcleo coclear, la oliva superior, el
colígulo inferior y el cuerpo geniculado medio (aunque no todos pasan por los
cuatro), se va incrementando el número de neuronas dedicadas al análisis del
sonido, hasta llegar a los 130 millones de la corteza cerebral. Y es allí donde la
información se integra, y tienen lugar las funciones más complejas.
18
Al final del apartado dedicado a la psicoacústica se reintroduce el concepto de enmascaramiento; le
recomendamos su lectura en este punto.
18
b) Psicoacústica.
b.1.) En cuanto a los primeros, nos movemos entre dos extremos: el umbral de la
audición, o umbral absoluto, a partir del cual empezamos a percibir los estímulos, y el
umbral del dolor. Pero lo interesante es que ambos (especialmente el primero) dependen
no sólo de las intensidades, como es lógico, sino también de las frecuencias de los
estímulos: un sonido de 1000 Hz requiere muchísima menos intensidad física que otro
de 100 Hz para producirnos la misma sensación subjetiva de intensidad, la misma sonía.
Evidentemente, no se trata de un hecho banal, sino que tendrá grandes repercusiones
para la comunicación oral.
b.2.) El umbral diferencial, la menor diferencia detectable entre estímulos da lugar a las
unidades de medida psicoacústicas conocidas como diferencias mínimas perceptibles.
En el apartado 2.3.2. de la addenda se encontrarán referidas a las tres dimensiones del
sonido: frecuencias, intensidades y duraciones. La conclusión general a todas ellas es
que disfrutamos de un sistema extraordinario para la percepción.
Nos ocupamos ahora de lo que ocurre una vez que los patrones de excitación
originados por el estímulo sonoro han llegado al cerebro: cómo se convierten en
unidades lingüísticas. Abordaremos en primer lugar el nivel fónico (percepción). Los
niveles superiores, en los que interviene el significado, son incluidos bajo el epígrafe de
comprensión.
19
análisis por síntesis), para otros una reinterpretación del mismo (las teorías auditivas y
el modelo WRAPSA). Algún otro modelo rechaza esta etapa fónica intermedia,
proponiendo un acceso directo entre el patrón de excitación sonora y la palabra (LAFS).
El último apartado de este tema se relaciona con los niveles intermedio y central
de la descodificación: la identificación de palabras, oraciones y discurso, y la asignación
de significado pragmático a los mismos. Su lectura es obligatoria, pero como se trata de
cuestiones que superan el ámbito de esta asignatura no será evaluado en las pruebas
presenciales.
20
(160-163). Un triángulo acústico del sistema vocálico español (163-164). Clasificación
acústica de las vocales (164-167). Validez fonológica de los rasgos acústicos aplicados
al sistema vocálico español (168).
Es importante comprender lo que se dice en las págs. 158 y 159, para conocer la
correspondencia entre la posición de los órganos articulatorios en la emisión de las
vocales y su estructura acústica, sobre todo en lo que se refiere a la posición de los dos
primeros formantes. Resumiendo, podemos decir:
19
Por pausa se entiende el silencio o la ausencia de voz que se produce entre dos enunciados, no la
separación ortográfica que pueda existir entre las palabras.
20
En esta última palabra, /N/ representa un archifonema nasal. Ahora no nos interesa saber más, ya lo
estudiaremos en otra ocasión.
21
El primero que ideó la representación de las vocales en forma triangular fue Hellwag, y aunque los
esquemas posteriores suelen ser pentágonos o trapecios, siguen recibiendo la denominación de
“triángulos”.
22
Sobre todo del primer formante (F1) y del segundo formante (F2).
21
1º. Hay una relación directa entre la abertura de la cavidad bucal y la altura del
F1 o, dicho de otro modo, cuanto más baja es la posición de la lengua dentro de la
cavidad bucal, más alta es la frecuencia del F1, y viceversa. Si vemos la anterior fig. 2,
o la fig. 5.5. de la pág. 147, observamos que la articulación de [a] es la más abierta: la
lengua ocupa la posición más baja de entre todas las vocales, y en el esquema de la pág.
164, su F1 es el más alto, el que tiene mayor frecuencia. Si volvemos a la figura
anterior, o a las figuras de la pág. 146, vemos que las vocales [i], [u] son las más
cerradas: la lengua ocupa la posición más alta, y sus F1, en los sonogramas de las págs.
154 y 155, o en el esquema de la pág. 164, tienen la posición más baja o, lo que es lo
mismo, la frecuencia más baja. En las vocales medias [e], [o], la lengua ocupa una
posición intermedia, y sus F1 lo mismo.
2º. Cuanto más anterior es la posición de la lengua (o lo que es lo mismo, cuanto
más pequeño es el resonador anterior) más alto es el segundo formante (F2). En la fig. 2
que aquí reproducimos, y en la fig. 5.1. de la pág. 146, la lengua está muy adelantada, y
el resonador anterior es muy pequeño; su F2, según el sonograma de la pág. 154, o el
esquema de la pág. 164, ocupa la posición más alta o la de mayor frecuencia. Por el
contrario, en [u], la lengua ocupa la posición más posterior, por lo que el resonador
anterior es más amplio, según la fig. que aquí reproducimos o la fig. 5.2. de la pág. 146;
su F2 ocupa la posición más baja, como muestra el sonograma de la pág. 155, o el
esquema de la pág. 164. Resumiendo: conforme la lengua va retrocediendo dentro de la
cavidad bucal (o lo que es lo mismo, mayor volumen va teniendo el resonador anterior)
el F2 va descendiendo en la escala de frecuencias (se ve muy claramente en el esquema
de la pág. 164).
Vocales cardinales
22
aumentado el volumen del resonador anterior. Lo mismo se puede decir de las vocales
2ª y 3ª , al compararlas con las 6ª y 7ª, que son las labializadas.
Hemos dicho que la 4ª vocal es una [a] palatalizada: su F1 está a 720 Hz.; la [a],
8ª vocal, también tiene el F1 a 720 Hz. Ambas se diferencian por la posición de su F2:
es más alto para la [a] palatalizada (1.680 Hz.) que para la [a] (1.320 Hz.) porque en la
primera, la lengua ocupa una posición más anterior, disminuyendo el volumen del
resonador.
Comparemos, por último, la u japonesa, 9ª vocal, con la [u], 13ª vocal: los
primeros formantes de ambas tienen la misma frecuencia (240 Hz.); el F2 de la u
japonesa está a mayor frecuencia (1080 Hz.) que el de la [u] (720 Hz.), porque, al no
haber labialización, ha disminuido el volumen del resonador anterior.
Triángulos acústicos
Hemos hablado más arriba de los “triángulos articulatorios”, pero del mismo
modo también se puede elaborar un “triángulo acústico”.
En la fig. 5.17 de la pág. 163, aparece la representación de un “triángulo
acústico” de las vocales españolas.
Fijémonos en el fondo del papel sobre el que está dibujado este triángulo: no es
un papel cuadriculado, como el de un cuaderno, donde los lados de las cuadrículas
miden lo mismo (es una escala aritmética); en el caso del papel de la mencionada figura,
las cuadrículas no tienen la misma distancia, o, lo que es igual, no valen lo mismo: es
una escala logarítmica. La razón es de índole perceptiva: según la ley de Weber-
Fechner, la sensación crece como el logaritmo de la excitación. Relacionemos, pues,
esta representación con lo que sabemos sobre percepción. Si se observan las figuras 4, 5
y 6 de la Addenda se verá una comparación entre el peso de cada banda de frecuencias
en la carta de formantes y en la cóclea.
Los números situados en el eje de ordenadas (el vertical), y en el eje de abscisas
(el horizontal), representan frecuencias.
Por ejemplo: en el eje de ordenadas, entre los 200 Hz. y los 300 Hz.25, que son
100 Hz., hay 20 cuadraditos, luego cada cuadradito vale 5 Hz. Entre los 300 Hz. y los
400 Hz.26, también hay 100 Hz., pero sólo 10 cuadraditos; aquí, cada uno de ellos, vale
10 Hz. Entre los 400 Hz. y los 600 Hz., hay 200 Hz. y 20 cuadraditos, luego cada uno
de ellos equivale también a 10 Hz.27. Y, por último, entre los 600 Hz. y los 800 Hz., hay
200 Hz., pero 10 cuadraditos, luego cada uno de ellos corresponde a 20 Hz.
En el eje de abscisas, la frecuencia más baja es la de 500 Hz. Entre los 500 Hz. y
los 1000 Hz., hay 5 líneas gruesas verticales: la 1ª, a la izquierda del 5 de los 500,
equivale a los 550 Hz.28. La 2ª línea a la izquierda del 5 de los 500 son los 600 Hz.
Entre 500 y 600, cada cuadradito vale 10 Hz. La 3ª línea a la izquierda del 5 de los 500
25
Entre el 200 y el 300, aparece una línea horizontal más gruesa, que corresponde a los 250 Hz.
26
La línea más gruesa entre ambos valores corresponde a los 350 Hz.
27
Entre el 400 y el 600, hay 3 líneas gruesas, que corresponden a los 450 Hz., 500 Hz. y 550 Hz.
28
Entre 500 y 550, cada cuadradito vale 10 Hz.
23
son los 700 Hz. La 4ª línea a la izquierda del 5 de los 500 son los 800 Hz. La 5ª línea a
la izquierda del 5 de los 500 son los 900 Hz29. Los cuadraditos que están entre las
cantidades mencionadas valen 20 Hz. Entre los 1000 Hz y los 2000 Hz., hay 20
cuadrados: cada uno de ellos, vale 50 Hz.30. La primera línea a la izquierda del 2000 es
el 2500, la siguiente 3000, y la siguiente 3500, etc.
Para la clasificación y definición acústica de las vocales, véanse las págs. 164-
170 y §§ 3.6.1.2.-3.6.1.2.1.3.; 3.6.1.2.2.-3.6.1.2.2.1. (págs. 112-116) y 3.6.1.2.2.-
3.6.1.2.2.1. (págs.119-120) del Tratado de fonología y fonética españolas.
29
Es la línea que pasa a la izquierda del 0 de las unidades del 1000. La línea que corresponde al valor de
los 1000 Hz es la situada a la derecha del 0 de las centenas del 1000.
30
La línea gruesa entre 1000 y 2000 corresponde a 1500.
31
Lo que no se suele hacer en los cursos de Dialectología, que persiguen otros objetivos, pero cuya
comprensión es muy importante para la formación de un filólogo.
24
Características acústicas de los diptongos y de los hiatos (186-188). Fenómenos
fonéticos que afectan a las secuencias vocálicas (188-189). Tendencia antihiática (189-
192).
La práctica nº 4 recuerda que sólo hay cinco fonemas vocálicos en español, /i/,
/e/, /a/, /o/, /u/, que se pueden realizar en distribución complementaria como orales u
oronasales.
En este tema (en las págs. 202-204), y en los sucesivos, hay un apartado
dedicado a las oposiciones fonológicas, cuyo fin es mostrar la relación que un fonema
determinado guarda con los demás fonemas del sistema. Es conveniente que el alumno
piense previamente cuál es el rasgo que fundamenta la oposición de dos fonemas, y,
luego, compruebe su resultado con lo que figura en el libro.
25
Caracterización acústica (206-213). Clasificación acústica (214-215). Definición
y distribución de los fonemas oclusivos (216-218). Fenómenos dialectales relacionados
con los fonemas oclusivos: 1. Realizaciones en posición implosiva (218-220); 2. /d/
intervocálica en /-ado/ (220); 3. Realizaciones oclusivas de /b/, /d/, /g/ tras [l], [r], /s/,
/i/, /u/ (221); 4. Sonorización de /p/, /t/, /k/ (222-224).
En la fig. 6.8 de la pág. 209, las transiciones del F1 (T1) de las sílabas ba, da, ga
son iguales; lo mismo ocurre con las T1 de las sílabas pa, ta ka: indican oclusión o
cierre bucal. Las transiciones del F2 (T2) indican el lugar de articulación: es ascendente
en ba, pa; descendente en da, ta; descendente, pero con comienzo más alto en ka, ga.32
32
Al final del tercer párrafo de la pág. 208, ms. son milisegundos o milésimas de segundo.
33
Para los símbolos nuevos que vayan apareciendo, pueden verse las págs. 51-53.
26
Prácticas nº 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16 (pág. 97), 41 (pág. 10134) y 48 (pág.
117) de El comentario fonológico y fonético de textos.
Práctica nº 15: la letra x representa los fonemas /Gs/, que en el nivel fonológico
siempre tienen que estar. En el nivel fonético, hay que distinguir: a) cuando se
encuentran entre vocales, como en taxi: se pueden realizar, y transcribir, como [táksi],
[tágsi], o, lo más corriente, como [tapsi]; b) cuando se encuentran antes de una
consonante, también se pueden realizar, y transcribir, como [ekspulsár], [egspulsár],
pero lo más corriente y normal, es [espulsár].
Práctica nº 48 (págs. 117, 118 y 119). La solución está en las págs. 168-173. Es
el primer sonograma que se va a analizar. Predominan las vocales y los sonidos
oclusivos. Léase, en primer lugar, el texto del COMENTARIO DE UN ESPECTROGRAMA de las
págs. 160-161 de El comentario fonológico y fonético de textos.
Compruébense las mediciones que se hagan con los valores dados en la pág.
168, y léanse los Comentarios de la pág. 170.
Se han medido las frecuencias de los formantes de las vocales y de las [l].
34
No tener en cuenta la nota nº 5 de la pág. 101.
35
La explicación de la práctica 41 se da en la misma pág. 101.
27
en el mes de junio, momento en el que ya habrá realizado muchas segmentaciones y
comentarios de los mismos.
UNIDAD DIDÁCTICA IV
36
No es necesario aprender los datos de los formantes que aparecen en la pág. 233.
28
etc., no deben pronunciarse con [ks], como a veces se oye, sino con [x]: [méxiko],
[téxas], [oaxáka].
Los sonogramas de las figs. 8.12, 8.13, 8.17, 8.20, 8.21 están muy ennegrecidos
para que se vean mejor las consonantes fricativas.
Es importante leer con cuidado el § 9.8, dedicado a las realizaciones del fonema
africado, observando los sonogramas, para tener idea de los tipos de africadas que puede
haber en español. Las cifras sobre frecuencias, duraciones, etc., no es necesario
aprenderlas, ni con detalle su distribución geográfica.
En la parte derecha de las figs. 9.6. y 9.7. (págs. 300 y 301), se representa el
sonograma con los contornos de energía según las gamas de gris: a mayor oscuridad,
más intensidad (véanse págs. 108-110).
37
Por error de la imprenta, la fig. 8.10, de la pág. 261 está invertida de izquierda a derecha, por lo que es
muy difícil leerla.
38
No es necesario estudiar el párrafo en letra pequeña de las págs. 289-290; léase solamente.
29
Tema XXIV: Prácticas.
Prácticas nº 17, 18,19, 20, 21, 22, 23, 2439, 2540, 26, 2741, 28, 29 (págs. 98-99),
42 y 43 (págs. 101-106) de El comentario fonológico y fonético de textos.
UNIDAD DIDÁCTICA V
39
La sonorización se señala por medio de un angulito con el vértice hacia abajo, colocado debajo de la
consonante correspondiente.
40
Comprobar las definiciones con las dadas en el Tratado de Fonología y Fonética españolas.
41
El ensordecimiento se señala por medio de un circulito colocado debajo de la vocal o de la consonante
sonora correspondiente, como en el sonido [b] de la práctica.
42
No es necesario aprender los datos de los formantes que aparecen en las págs. 313-314.
43
No es necesario estudiar el § 10.3.5.1.1.3., de la pág. 321.
44
No estudiar los §§ 10.3.5.1.3., 10.3.5.1.4., 10.3.5.1.5., 10.3.5.1.6. y 10.3.5.1.7., de las págs. 323-325.
45
No es necesario aprender los valores de las duraciones ni de las frecuencias de los formantes, que
aparecen en la págs. 336 y 340.
Tampoco es importante leer la nota nº 21, de la pág. 338.
30
acústica de las consonantes líquidas (342). Definición y distribución de los fonemas
líquidos (342-343).
31
l] y otras se pierde, como ocurre en zonas del Caribe, de Colombia, Ecuador,
Venezuela, etc., y en España, en Canarias y Andalucía, sobre todo.46
Prácticas nº 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37 (págs. 99-100), 44, 45 (págs. 107-
110), 47 (págs. 113-116), 49 (págs. 117, 120-122) y 50 (págs. 117, 123-124) de El
comentario fonológico y fonético de textos.
Las soluciones se encuentran en las págs. 145-148, 155-156, 157, 162-168, 173-
179, 179-183 de El comentario fonológico y fonético de textos.
Observaciones
UNIDAD DIDÁCTICA VI
46
Pueden aparecer otras realizaciones, como las señaladas en las págs. 358-359, de menor importancia.
47
No es necesario aprenderse las frecuencias exactas de cada tipo silábico, aunque sí tener una idea
general de su distribución.
48
Este epígrafe 12.6. es mera información, no hay que estudiarlo.
32
V – EL NIVEL SUPRASEGMENTAL
En este tema, tienen especial relieve los rasgos distintivos prosódicos (111-112).
En español, sólo funcionan los rasgos prosódicos de fuerza (§ 3.6.1.1.2.).49
Es muy importante, por sí mismo y por su especial aplicación a la métrica50, el §
13.5. dedicado a las palabras átonas y tónicas, siempre desde el punto de vista fónico.
33
Funciones de la entonación (425): 1. Funciones de la entonación en el nivel
lingüístico: función integradora de la entonación (425-427); función distintiva de la
entonación (427-433); función demarcativa (433-445).
Prácticas nº 38, 39, 40 (pág. 100), 51, 52, 53, 54 (págs. 125-138) de El
comentario fonológico y fonético de textos.
5. VALORACIÓN
34
definiciones de fonemas y sonidos, y ampliará la transcripción a textos breves. Así
mismo, se pedirá la interpretación de un sonograma.
La estructura de las pruebas personales extraordinarias será semejante a la de las
pruebas ordinarias.
Todas las pruebas personales de esta asignatura durarán dos horas. Deberán llevar
al segundo examen una regla milimetrada y, si fuese posible, con medios milímetros.
6. HORARIOS DE CONSULTA
Los alumnos que no puedan asistir a las tutorías, o los que lo deseen, pueden
ponerse en comunicación con el equipo docente de la asignatura. Para ello, les
facilitamos a continuación los horarios de consulta, los teléfonos y las direcciones de
cada uno de los profesores:
Dirección postal:
Universidad Nacional de Educación a Distancia
Facultad de Filología
C/ Senda del Rey nº 7
28040 Madrid (España)
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Universidad Nacional de Educación a Distancia
Facultad de Filología
C/ Senda del Rey nº 7
28040 Madrid (España)
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