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Todos los restantes agentes nocivos para las plantas caen dentro del ámbito de la
sanidad vegetal. Sin embargo, a pesar que las especialidades mencionadas son
necesarias para conocer en profundidad las características de los diversos agentes
nocivos de las plantas y así poder controlarlos mejor, no por ello debe olvidarse que
dichos agentes no actúan aisladamente sino que hay una enorme espectro de
interacciones simultáneas entre ellos y con las plantas afectadas. De este modo la
sanidad vegetal implica necesariamente la integración de los conocimientos que aportan
estas disciplinas en una visión holística para un adecuado manejo de la salud de las
plantas, sin dejar de lado el uso racional de éstas para beneficio de los seres humanos.
a. Control Físico.
Corresponde a las técnicas que implican manejo de Tº, luz, radiaciones de alta
energía y otras propiedades físicas del medio para esterilizar productos
vegetales, o para destruir inóculos, inhibir el desarrollo de patógenos o parásitos,
o impedir su reproducción y/o diseminación en el suelo, en el aire, o en el propio
vegetal. Por ejemplo, la solarización, la esterilización de suelo con vapor, el uso
de rayos X y rayos gamma y la refrigeración en los tratamientos de postcosecha,
etc.
b. Control Mecánico:
c. Control Manual:
De uso más restringido, corresponde a ciertos casos en que se debe recurrir al
uso de las manos para eliminar al patógeno o al parásito, como el desmalezado
de almacigueras o la eliminación de algunos frutos enfermos en la planta.
d. Control Cultural:
e. Control Biológico:
f. Control Químico:
g. Control Integrado
h. Control Holístico
Hasta hace algunos años y a menudo hoy en día los problemas fitosanitarios se
tratan sintomáticamente; es decir, a partir del diagnóstico por los síntomas y
análisis de muestras se dan las recomendaciones para controlar el problema, ya
sea en forma preventiva eliminando focos incipientes, o en forma curativa,
frenando la extensión o gravedad de una enfermedad o plaga ya desarrollada.
Sin embargo últimamente está surgiendo el concepto de control holístico , que
involucra no sólo los diversos tipos de control químico, cultural, biológico, etc.,
cuya integración ya se ha estado aplicando desde hace algunos años en lo que se
definió como MIP (manejo integrado de plagas) sino también el enfoque del
estado sanitario global de una especie vegetal, considerando su ciclo biológico
completo, desde el estado de semilla inicial hasta la semilla producto, como
también las condiciones ecológicas del medio en que se va a cultivar para
preservarlo o mejorarlo y las condiciones para que se exprese el máximo
potencial productivo (Apablaza, 2000).
Las enfermedades de las plantas son abordadas por la fitopatología (de griego phyto =
planta, pathos = enfermo, paciente y logos = estudio) que es el estudio de la planta
enferma, o mas bien, el estudio de las enfermedades de las plantas, lo que incluye
también su tratamiento o control.
En síntesis, los profesionales del agro deben saber distinguir dos cosas respecto de un
problema en sus plantas:
NOTA: El manejo de las plagas y enfermedades es materia de los otros dos cursos del
área fitosanitaria, en la presente asignatura los objetivos se limitan a enseñar la
naturaleza de los problemas fitosanitarios y sus agentes causales, es decir, entregar las
herramientas básicas para poder diagnosticarlos.
Las plantas se mantienen sanas o normales cuando llevan a cabo sus funciones
fisiológicas hasta donde les permite su potencial genético. Esas funciones comprenden
su división celular normal, su diferenciación y desarrollo, la absorción del agua y los
minerales del suelo y su translocación por toda la planta, la fotosíntesis y la
translocación de los productos fotosintéticos hasta los órganos de utilización o
almacenamiento, el metabolismo de los compuestos sintetizados, la reproducción y,
finalmente, el almacenamiento de las reservas alimenticias necesarias a la reproducción
o a la invernación (Agrios,1996)
Las plantas presentarán enfermedad cuando una o varias de sus funciones sean alteradas
por los organismos patógenos o por determinadas condiciones del medio. Las causas
principales de enfermedad en las plantas son los organismos patógenos y los factores
del ambiente físico. Los procesos específicos que caracterizan las enfermedades, varían
considerablemente según el agente causal y a veces según la planta misma. En un
principio, la reacción de la planta ante el agente que ocasiona su enfermedad se
concentra en la zona enferma, y es de naturaleza química e invisible. Sin embargo, poco
tiempo después la reacción se difunde y se producen cambios histológicos que se hacen
notables y constituyen los síntomas de la enfermedad.
Las células y los tejidos afectados de las plantas enfermas comúnmente se debilitan o
destruyen a causa de los agentes que ocasionan la enfermedad. La capacidad que tienen
esas células y tejidos para llevar a cabo sus funciones normles disminuye o se anula por
completo; como resultado, la planta muere o merma su crecimiento. Los tipos de células
o tejidos que son infectados determinan el tipo de función fisiológica de la planta que
será afectada.
Así, la infección de la raíz (por ejemplo, la pudrición), dificulta la absorción del agua y
de los nutrientes del suelo; la infección de los vasos xilemáticos (marchitamientos
vasculares y ciertos cancros) interfiere con la translocación del agua y los minerales
hasta la parte superior de la planta; la infección del follaje (manchas foliares, tizones y
mosaicos), afecta la fotosíntesis; la infección de la corteza (cancro cortical e infecciones
virales del floema), obstaculiza la translocación, hasta la parte inferior de la planta, de
los productos fotosintéticos; las infecciones florales (tizones bacterianos y fungosos e
infecciones ocasionadas por virus, micoplasmas y hongos), interfieren con la
reproducción, y las infecciones del fruto (pudriciones), entorpecen la reproducción o el
almacenamiento de las reservas alimenticias para la nueva planta, o ambos (ver figura
1).
n contaste con lo anterior, hay otro grupo de enfermedades en las que las células
afectadas en vez de ser debilitadas o destruidas, son estimuladas para dividirse con
mayor rapidez (hiperplasia), o para crecer mucho más (hipertrofia), que las cé1ulas
normales. Por lo general, las células hipertrofiadas o hiperplásicas dan como resultado
el desarrollo de órganos comúmmente no funcionales que se dividen y crecen de manera
anormal, así como la formación de sobrecrecimientos amorfos sobre los órganos
normales en apariencia.
Las células y tejidos estimulados en exceso no sólo absorben muchos de los nutrientes
disponibles en perjuicio de los tejidos normales, sino también, debido a su crecimiento
excesivo, pueden presionar a los tejidos normales adyacentes dificultando las funciones
fisiológicas de la planta. Por lo tanto, la enfermedad en las plantas se define como el
mal funcionamiento de las células y tejidos del hospedante debido al efecto continuo
sobre estos últimos de un organismo patógeno o factor ambiental y que origina la
aparición de los síntomas . La enfermedad es un estado que implica cambios anormales
en la forma, fisiología, integridad o comportamiento de la planta. Dichos cambios
conducen a la alteración parcial o muerte de la planta o de sus órganos.
Las enfermedades causadas por los factores del ambiente son el resultado de cambios
extremos en las condiciones necesarias para la vida (temperatura, humedad, luz , etc.) y
de los excesos o deficiencias de sustancias químicas que absorben o necesitan las planta
En ocasiones, las enfermedades de las plantas se clasifican según los síntomas que
ocasionan (pudriciones de la raíz, cancros, marchitamientos, manchas foliares, sarnas,
tizones, antracnosis, royas, carbones, mosaicos, amarillamientos, manchas anulares), de
acuerdo al órganos de las plantas que afectan (enfermedades de la raíz, tallo, hojas o
frutos), o en base a los tipos de plantas afectadas (enfermedades de los cultivos
mayores, de las hortalizas, de los árboles frutales, del bosque, del césped, de las plantas
omamentales). Sin embargo, el criterio mas útil en la clasificación de una enfermedad es
el tipo de agente patógeno que la ocasiona (véase figuras 2 y 3). Esta clasificación tiene
la ventaja de que modifica la causa de la enfermedad, lo cual permite prever su probable
desarrollo y diseminación, así como las posibles medidas de control.
Ciclo de la enfermedad
I.- Inoculación
II.- Pre-penetración
III.-Penetración
IV.- Infección
V.- Diseminación
VI.- Invernación y estivación
I.- Inoculación
- Tipos de inóculo:
II .- Pre-penetración:
Aunque aún no se sabe cómo los patógenos reconocen a sus hospedantes, se piensa que
ocurre un evento inicial que desencadena una rápida respuesta en cada organismo,
donde intervienen ciertas tipos de sustancias, estructuras y vías bioquímicas, que
permiten o evitan el crecimiento posterior del patógeno y el desarrollo de la
enfermedad.
III.- Penetración
V.- Infección
Proceso de contacto entre el patógeno y las células o tejidos de la planta hospedera. Las
infecciones generan zonas necróticas, decoloreadas y malformaciones a las que se les
denomina síntomas , que deben distinguirse de los signos del patógeno.
Síntomas y signos
Tipos de infecciones:
Infecciones directas
Corresponden a infecciones efectivas que dan como resultado la formación de
zonas necróticas, decoloradas o malformadas, es decir síntomas que
normalmente aparecen rapidamente en 2 a 4 días después de la inoculación.
Infecciones latentes (o quiescentes)
Son aquellas que no producen síntomas de inmediato sino hasta cuando las
condiciones del medio son más favorables o bien durante una etapa distinta en la
madurez de la planta, lo cual puede ocurrir varias semanas o meses después de la
inoculación.
Período de incubación:
Invasión:
El crecimiento es bastante variable según el tipo de patógeno. Por lo general, los hongos
y las plantas superiores parásitas se propagan desde una zona inicial de inoculación e
invaden e infectan a los tejidos al desarrollarse en el interior de ellos. La mayoría de
esos patógenos, aunque produzcan una pequeña mancha, una amplia zona infectada o la
necrosis total de una planta, continúan creciendo y extendiéndose de manera indefinida
dentro del hospedante infectado , de tal manera que se propaga cada vez más en los
tejidos de la planta hasta que esta última muere o se detiene el desarrollo de la
infección.
Sin embargo, en algunas infecciones producidas por hongos, mientras las hifa s jóvenes
continúan desarrollándose en los nuevos tejidos sanos, las hifas originales que se
encontraban en las zonas infectadas mueren y desaparecen, de tal manera que una planta
infectada presenta varias zonas donde mantienen su actividad unidades distintas de
micelio. De la misma forma, los hongos que ocasionan los marchitamientos vasculares
con frecuencia invaden las plantas al producir y liberar esporas en el interior de sus
vasos y, al ser transportadas las esporas en la savia, invaden a los vasos que se
encuentran lejos del micelio y al germinar producen más micelio que invade a otros
vasos. Los demás patógenos, como bacterias, micoplasmas, virus, viroides, nemátodos y
protozoarios, no crecen de manera considerable (si es que llegan a crecer) conforme
transcurre el tiempo, debido a que su forma y tamaño se mantienen relativamente
invariables durante toda su existencia.
Estos patógenos invaden e infectan los tejidos nuevos de una planta al reproducirse con
gran rapidez y al aumentar su número de manera considerable en los tejidos que
infectan; posteriormente, la progenie es transportada pasivamente hacia nuevas células y
tejidos a través de plasmodesmos (en el caso de virus y viroides), floema (con respecto a
virus, viroides, micoplasmas, bacterias fastidiosas vasculares y protozoarios), xilema
(como es el caso de algunas bacterias), etc., o bien como ocurre hasta cierto grado en el
caso de las bacterias y más en el caso de protozoarios y nematodos, pueden llegar a
nuevas zonas al desplazarse por sí mismos entre las células. Los fitopatógenos se
reproducen de distintas maneras.
Los hongos se reproducen mediante esporas asexuales (que son análogas a las yemas de
una rama o a los tubérculos de una planta de papa) o sexuales (análogas a las semillas
de las plantas). Las plantas superiores parásitas se reproducen de la misma forma que
las demás plantas, o sea, por medio de semillas . Las bacterias, micoplasmas y
protozoarios se reproducen par fisión , que implica la división de un individuo maduro
en un par de individuos más pequeños e iguales. Los virus y viroides son replicados por
las células , de la misma forma como una fotocopiadora saca tantas copias de una sola
hoja en tanto esté funcionando y se le coloquen más hojas. Los nemátodos se
reproducen mediante huevecillos .
V.- Diseminación
Algunos patógenos, como los nemátodos, las zoospora s de los hongos y las bacterias,
se desplazan por sí mismos hasta una cierta distancia y de esta forma se trasladan de un
hospedante a otro. Las hifa s de los hongos y los rizomorfos pueden desarrollarse entre
los tejidos que se mantienen unidos y, en ocasiones, a través del suelo en torno a las
raíces adyacentes. Sin embargo, ambos medios de diseminación son bastante limitados,
particularmente en el caso de las bacterias.
Los patógenos que infectan a las plantas perennes pueden sobrevivir en ellas
durante las bajas temperaturas del invierno o en el clima seco y cálido del verano
o en ambos a pesar de que las plantas hospedantes, durante esas estaciones,
muestren un crecimiento activo o entren en un período de reposo. Sin embargo,
las plantas anuales mueren al término de la estación de crecimiento, como es el
caso de las hojas y frutos de las plantas perennes deciduas e incluso los tallos de
algunas plantas perennes.
En los climas fríos, las plantas anuales y las puntas de algunas plantas perennes
mueren con la llegada de las temperaturas bajas de invierno, lo cual hace que los
patógenos no tengan una fuente de inóculo durante los meses en que persiste el
clima frío. Por otra parte, en los climas secos y cálidos, las plantas anuales
mueren durante el verano, por lo que sus patógenos deben ser capaces de
sobrevivir en esa estación en ausencia de sus hospedantes.
Debido a esto, los patógenos que atacan a las plantas anuales y a las partes
renovables de las plantas perennes han desarrollado mecanismos mediante los
cuales pueden sobrevivir a los inviernos fríos o a los veranos secos que pueden
presentarse durante las cosechas o las estaciones de crecimiento (ver figura 6).
Hospedero:
Ambiente:
Patógeno:
Cada lado del triángulo representa uno de los tres componentes. El tamaño de cada lado
es proporcional a la suma total de las características de cada componente que favorece
las enfermedades. Por ejemplo, si las plantas son resistentes, están en una etapa de
crecimiento que no es susceptible al patógeno o están bastante separadas unas de otras,
el lado del hospedante (y la magnitud de la enfermedad) sería pequeño o igual a cero,
mientras que si las plantas son susceptibles, pasan por una etapa de crecimiento
susceptible al patógeno o están muy cerca unas de otras, el lado del hospedante sería
largo y la magnitud potencial de la enfermedad puede ser grande. Asimismo, cuanto
más virulento, abundante y activo sea el patógeno, de mayor longitud será el lado del
patógeno y también mayor será la magnitud potencial de la enfermedad.
De la misma manera, cuanto más favorables sean las condiciones ambientales que
favorecen al patógeno (como por ejemplo, la temperatura, la humedad y el viento) o que
reducen la resistencia del hospedante, mayor será el lado del ambiente y mayor también
la magnitud potencial de la enfermedad. Si los tres componentes del triángulo de la
enfermedad pueden cuantificarse, el área del triángulo representaría la magnitud de la
enfermedad en una planta o en una población vegetal.
Saprófitos facultativos: aquellos organismos que viven en gran parte de su vida como
parásitos, pero en ocasiones pueden vivir en la materia orgánica muerta o descompuesta.
Parásitos no obligados: son la mayoría de los hongos y bacterias que pueden vivir bien
ya sea en plantas hospederas vivas o muertas o en medios de cultivo.
Virulencia:
Resistencia:
Tipos de resistencia:
Cuando son inmunes a ciertos patógenos. En realidad, la mayoría de las plantas son
susceptibles a ciertos patógenos; pero son inmunes, es decir, no hospedantes para el
resto de los patógenos presentes en el ambiente.
1. Resistencia verdadera:
Cuando los hospedantes tienen genes con resistencia directa ante genes que determinan
virulencia del patógeno.
1. Resistencia aparente:
Cuando los hospedantes escapan o toleran la infección causada por ciertos patógenos.
Resulta cuando las plantas geneticamente susceptibles no son infectadas porque los tres
factores necesarios (del triángulo de la enfermedad) no coinciden en el momento
oportuno. Las plantas pueden escapar de la enfermedad:
a. Porque sus semillas germinan más rapidamente y antes que la temperatura sea
favorable para el ataque del patógeno.
b. Porque sus órganos o tejidos son muy jóvenes o muy maduros para el tipo de
patógeno presente.
c. Disminuyendo la cantidad de inóculo en el ambiente debido a la presencia de
otras plantas (cuando están entremezcladas) que no son susceptibles.
d. Debido a la presencia de tricomas que repelen el agua con patógenos
suspendidos en ella.
e. Debido a que el hábito de crecimiento no es favorable para que ocurra la fijación
y germinación del patógeno.
ostulados de Koch.
Para controlar las enfermedades de las plantas es necesario conocer cuáles son sus
causas. La exactitud en el diagnóstico de las enfermedades es la primera etapa en el
manejo económico y efectivo.
Koch fué el primero en delinear las etapas para probar que un cierto agente era causa de
una determinada enfermedad. Tales etapas constituyen los llamados postulados de
Koch:
Asociar:
El patógeno sospechoso debe estar siempre presente en todas las plantas enfermas.
Aislar:
Inocular:
La inoculación de una planta no enferma con un cultivo puro del organismo patógeno
debería producir los mismos síntomas de la enfermedad observados originalmente.
Reaislar:
a. Los síntomas de diferentes enfermedades pueden ser similares. Por ejemplo, con
las pudriciones radiculares.
b. Los patógenos pueden parecer los mismos. En no pocos casos los signos de
diferentes fitopatógenos pueden confundirse.
c. Los métodos de manejo tocan diferentes problemas:
Los síntomas y signos son los efectos físicos de una enfermedad. Frecuentemente, son
los más importantes indicios de la causa de una enfermedad. No todos los síntomas y
signos son visibles al ojo inexperto.
C-Categorías o clases:
4 -Las pudriciones de frutos, flores, tallos, tubérculos o raíces pueden ser acuosas o secos y
generalmente corresponden a necrosis generalizadas de los órganos afectados, acompañada
de la desintegración y descomposición de los tejidos enfermos. Las putrefacciones son fases
finales de algunas pudriciones asociadas a una descomposición de las proteínas y
caracterizadas por emanaciones gaseosas malolientes.
6 -Los cancros corresponden a lesiones necróticas en las ramillas, ramas, brazos o troncos de
un árbol o en los pecíolos y tallos de plantas herbáceas. En algunos casos corresponden a
lesiones abiertas, por ej.: cancro bacteriano del tomate, y en otros son cerrados, por ej.:
cancros producidos por Phytophthora cactorumen el cuello de manzanos afectados.
9- Tizón corresponde a una necrosis generalizada de flores, frutos, hojas o ramillas, las
cuales se marchitan y se enegrecen muy rápidamente.
13- Mosaico. Corresponde a la alternancia del color verde normal de las hojas con zonas
cloróticas o amarillas. Este síntoma es muy frecuente entre las virosis
D-Los signos sobre una planta enferma corresponden al patógeno mismo, a parte de él,
o a sus productos.
Los signos de una enfermedad corresponden a la manifestación misma del agente causal
sobre los tejidos porasitados. Por ej.: los oídios producen un micelio externo de aspecto
ceniciento, blanco grisáceo, sobre los órganos enfermos; Los mildiús desarrollan
fructificaciones externas, grisáceas, con un aspecto aterciopelado, visibles a simple
vista; algunos hongos fitopatógenos, por ej.: Sclerotinia, Botrytis, Sclerotium,
Rhizoctoniaproducen cuerpos de sobrevivencia resistentes a condiciones ambientales
extremas y desfavorables denominados esclerocios, éstos son visibles a simple vista y
representan un signo de las enfermedades que producen. Algunas bacterias
fitopatógenas producen exudados sobre frutos, flores o ramillas enfermas, constituidos
por masas de células bacterianas, por ej.: Pseudomonas solanacearam en tubérculos de
papas.
Algunos de los géneros más importantes con sus síntomas asociados que deben ser
destacados son:
(basado en Agrios,1996)
Los hongos que producen enfermedades en las plantas constituyen un grupo diverso y,
debido a su abundancia y diversidad, ésta sólo es una clasificación superficial de
algunos de los géneros fitopatógenos más importantes. Los hongos pertenecen al reino
Mycetae (fungi).
Hongos inferiores
DIVISIÓNI: MYXOMYCOTA.
CLASE 2: PLASMODIOPHOROMYCETES
Géneros:
Subdivisión 2:ZYGOMYCOTINA
Géneros:
Géneros:
Orden : Hyphales ( Moniliales ) .—Las esporas asexuales se forman sobre las hifas (o
en su interior) y se encuentran expuestas libremente a la atmósfera.
Subdivisión 5: BASIDIOMYCOTINA
Géneros:
Géneros:
Cronartium; algunas especies de este género originan la roya del tallo de los
pinos.
Gymnosporangium. G. juniperi-virginianae produce la roya del manzano y
cedro.
Melampsora. M. lini causa la roya del lino.
Phragmidium; una de sus especies origina la roya del rosal.
Puccinia; algunas de sus especies generan la roya de los cereales y de otras
plantas.
Uromyces. U. appendiculatus provoca la roya del frijol.
Géneros:
Ficomycetes
Aunque los ficomycetes incluyen también a otros hongos, las clases de importancia
fitopatológica son Chytridiomycetes, Oomycetes y Zigomycetes. Los
Chytridiomycetes y Oomycetes, a su vez constituyen el grupo Mastigomycotina u
hongos zoospóricos verdaderos.
Olpidium, también transmite virus desde los hospedantes, en los que se propaga, hasta
los que posteriormente infecta. Debido a ello, Olpidium es un vector de por lo menos
seis virus que producen enfermedades en las plantas, como el virus de la necrosis del
tabaco y de la varice de la lechuga.
Oomicetos
Los oomicetos fitopatógenos más importantes, es decir, los hongos que tienen un
micelio alargado que carece de septas y que producen oosporas (esporas de reposo) y
zoosporangios o zoosporas (esporas asexuales), pertenecen a los órdenes de los
Saprolegniales y Peronosporales.
Mildius:
Las enfermedades de las plantas causadas por los Oomicetos básicamente son de dos
tipos
aquéllas que afectan a los órganos de la planta que se localizan en el suelo o que
se encuentran en contacto con él, como es el caso de las raíces, tallos cortos,
tubérculos, semillas y frutos carnosos depositados sobre el suelo. Dichas
enfermedades son producidas por todas las especies de Aphanomyces y Phytium
y por algunas especies de Phytophthora.
Zigomicetes
2) Rhizopus, el moho común del pan, que además ocasiona la pudrición blanda
de muchos frutos carnosos, hortalizas, flores, bulbos, cormos, semillas, etc.,
(figuras 15, 17 y 18).
Otro género, Mucor, origina también el enmohecimiento del pan, frutas (figura
16) y de otros productos vegetales procesados, y en raras ocasiones genera la
pudrición de los camotes que han sido almacenados a bajas temperaturas.
Otros géneros, como Glomus y Gigaspora, son hongos que se asocian a las
raíces de las plantas y forman endomicorrizas que benefician a estos últimas.
Los zigomicetos fitopatógenos son parásitos benignos. Casi siempre se
desarrollan como organismos saprofitos en restos vegetales o de productos
vegetales procesados, y aún en caso de que infecten a los tejidos vivos de una
planta, atacan primero a los tejidos vegetales dañados o muertos.
Por lo general, son diseminadas por las corrientes de aire. Sus esporas sexuales
se forman mediante la fusión de un par de células sexuales (gametangios) de
forma más o menos similar, originadas a partir de dos hifas que se aproximan; a
dichas esporas se les denomina zigosporas. Estas poseen una pared gruesa e
invernan o resisten otras condiciones adversas. En condiciones favorables de
humedad y temperatura, las zigosporas germinan produciendo un esporangio que
contiene esporangiosporas.
El hongo afecta el maíz y a otros cereales bajo condiciones de alta humedad. Los
bulbos, cormos y rizomas de plantas florales, como es el caso de las gladiolos y
los tulipanes, también son susceptibles a esta enfermedad. Cuando las
condiciones son favorables, la enfermedad avanza con gran rapidez en los
recipientes, de ahí que las pérdidas sean considerables en tan sólo un corto
peróodo de tiempo.
Ascomycetes
Los ascomicetos y los hongos imperfectos (Deuteromycetos) son dos grupos de hongos
que se asemejan estrechamente entre sí con respecto a la estructura de su micelio, la
producción de esporas asexuales, los tipos de enfermedades que causan en las plantas,
así como en la forma en que inducen esas en fermedades. Así, ambos grupos forman un
micelio haploide que posee septas, ambos producen conidios en tipos idénticos de
conidióforos o cuerpos fructíferos y ocasionan enfermedades en las plantas, que pueden
aparecer como cancrosis, tizones, antracnosis, marchitamientos vasculares, manchas
foliares y del fruto, pudriciones del fruto, tallo y raíz, así como pudriciones blandas
La única diferencia que existe entre los ascomicetos y los hongos imperfectos es que los
primeros producen, con frecuencia o raras veces, esporas sexuales (ascosporas). Sin
embargo, en la mayoría de los ascomicetos, las ascosporas rara vez se observan en la
naturaleza y al parecer tienen poca o ninguna importancia en la supervivencia del hongo
y en su capacidad de causar enfermedad en las plantas.
Por lo tanto, todo parece indicar que los hongos imperfectos son en realidad
ascomicetos que perdieron la necesidad o bien la capacidad de producir su etapa sexual.
En efecto, muchos de los ascomicetos, debido a que sus fases asexuales o imperfectas
son las que se encuentran con mucha frecuencia (o las únicas) en plantas enfermas
durante su estación de crecimiento, e incluso durante el invierno, por lo general se les
relaciona con su etapa asexual, cuyo nombre es completamente distinto del nombre de
su etapa sexual o ascógena. Aunque casi todas las especies de un género de ascomicetos
producen el mismo tipo de conidios que pertenecen a un género de un hongo imperfecto
y varias especies de un género de un hongo imperfecto penenecen a un género de un
ascomiceto, esto no siempre es así. En muchas ocasiones, varias especies de un género
de ascomiceto tienen fases asexuales que pertenecen a especies de otros géneros de
hongos imperfectos y viceversa.
Los ascomicetos (u hongos en forma de saco) producen un micelio que posee septos,
esporas sexuales (ascosporas}, dentro de un saco (asca), y esporas asexuales (conidios).
Al asca o etapa sexual de los ascomicetos se le denomina con frecuencia la fase perfecta
o teleomorfa, mientras que la fase asexual o conidial es la etapa imperfecta o anamorfa
En la mayoría de los ascomicetos fitopatógenos, el hongo sobrevive durante la estación
de crecimiento en forma de micelio; se reproduce y ocasiona la mayoría de las
infecciones en su fase conidial o asexual. La etapa sexual o perfecta se forma en hojas
infectadas, frutos o tallos sólo al final de la estación de crecimiento o bien cuando ha
disminuido el suministro alimenticio de la planta.
Por lo común, la etapa perfecta del hongo es la etapa invernante, aunque en la mayoría
de los casos, las ascas y ascosporas no se forman y maduran sino hasta el final del
invierno o a principio de la primavera. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el
hongo inverna en forma de micelio y, enocasiones, como conidios. Por lo general, las
ascosporas funcionan como inóculo primario y producen las primeras infecciones
(primarias) en la primavera de cada año. Las infecciones primarias después forman
conidios, que funcionan como inóculo secundario y ocasionan todas las infecciones
subsecuentes durante la estación de crecimiento de las plantas.
Las ascas de los hemiascomicetos (levaduras y hongos del enchinamiento de las hojas)
se forman ya sea directamente a partir de cigotos que provienen de la fusión de un par
de células o de células ascógenas dicarióticas formadas partenogenéticamente. Por lo
común, sus ascosporas se rnultiplican por gemación. El asca en el resto de los
ascomicetos (euascomicetos) por lo general se forma como resultado de la fecundación
de la célula sexual femenina denominada ascogonio, ya sea por un anteridio o una
pequeña espora sexual masculina denominada espermacio.
En algunos grupos, como es el caso de las cenicillas de los pirenomicetos (los ascomicetos
periteciales), el ascocarpo es una estructura esférica completamente cerrada y se denomina
cleistotecio. En otros, como ocurre en la mayoría de los pirenomicetos el ascocarpo es una
estructura más o menos cerrada, pero al llegar a la madurez posee un orificio a través del cual
escapan las ascosporas; a dicho cuerpo se le denomina peritecio. En los Loculoascomycetes
(los ascomicetos ascostromáticos), las ascas se forman directamente en cavidades dentro del
estroma (o matriz) del micelio y a este ascocarpo se le demonina seudotecio o ascostroma.
Por último, en los discomicetos (los ascomicetos en forma de copa), las ascas se forman en un
ascocarpo abierto y en forma de plato o copa denominado apotecio.
Los ascomicetos se caracterizan e identifican por las características de sus ascocarpos,
ascas y ascosporas (figuras 22a y 22b.). Sin embargo, durante la estación de crecimiento
y la mayor parte del año no se forman dichas estructuras y por lo tanto es dificil
encontrarlas en tejidos vegetales enfermos. Lo que habitualmente se observa en las
plantas enfermas durante la estación de crecimiento son el micelio y las esporas
asexuales o conidios del hongo. Con frecuencia, estos conidios poseen características
distintivas que pueden ser suficientes para identificar al hongo.
A este orden pertenecen los Hyphales, hongos cuyos conidióforos se forman sobre un
estroma micelial en forma de cojín y a la estructura completa se le denomina
esporodoquio, o cuyos conidióforos se mantienen estrechamente unidos en una
estructura alargada y productora de esporas denominada sinema o synnema. En
muchos otros casos, los conidióforos se organizan en cuerpos fructíferos bien definidos.
El cuerpo fructífero más común que contiene tanto conidióforos como conidios es el
picnidio, y los hongos que producen esta fructificación pertenecen al orden de los
Sphaeropsidales (esferosidales) de la clase Coelomycetes de los hongos imperfectos
(fig. 24).
El picnidio es una estructura hueca más o menos esférica y en forma de botella, cuyas
parades están constituidas por células miceliales que producen conidióforos. Los
picnidios pueden estar casi sobre la superficie de la planta enferma o bien pueden estar
más o menos embebidos en los tejidos enfermos de esa planta. Otro tipo de cuerpo
fructífero asexual que forman los hongos que pertenecen al orden de los Melanconiales
de los hongos imperfectos, es el acérvulo; éste está constituido por un conjunto de hifas
localizado por debajo de la epidermis o cutícula de una planta enferma y el cual produce
conidióforos cortos que se mantienen estrechamente unidos y producen conidios en sus
extremos.
Estos últimos, que el micelio forma continuamente mientras las condiciones son
favorables, se propagan hacia otras plantas, germinan mediante uno o varios tubos
germinales y causan nuevas infecciones secundarias que a su vez producen micelio,
conidióforos y conidios idénticos. De esta forma se producen numerosas generaciones
asexuales durante la estación del crecimiento. Cuando las condiciones son
desfavorables, el mismo micelio produce las células sexuales que dan como resultado la
estructura invernante y la producción del asca y las ascosporas en la siguiente
primavera.
Enfermedades foliares
D.-Antracnosis:
F.-Marchitamientos vasculares:
GibberellaÜ ocasiona la pudrición del pie o tallo del maíz y de granos pequeños.
FusariumÜ ocasiona la marchitez y la pudrición de la raíz de muchas plantas
anuales, así como la cancrosis de árboles forestales.
Sclerotinia.Ü S. sclerotiorum produce la pudrición blanda acuosa de las
hortalizas.
Gaeumannomyces (Ophiobolus). ÜC. graminis provoca el mal del pié del trigo.
Phoma.Ü P. lingam produce la pierna negra de las crucíferas; otra especie causa
la pudrición del corazón de la remolacha.
Rhizoctonia Üorigina las pudriciones de la raíz y de la corona de las plantas
anuales y la mancha parda de los pastos (su etapa sexual o perfecta corresponde
a Thanatephorus)
SclerotiumÜprovoca las pudriciones de la raíz y del tallo de muchas plantas (su
etapa sexual o perfecta corresponde a Aethalia).
ConiothyriumÜproduce el tizón del tallo de la frambuesa.
H.-Enfermedades de postcosecha: