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Haba una vez una mariposita que viva con su mam y su pap en una casa bonita.

Un da, la mam la pein con hebillas de colores, le puso perfume y le dijo que sera su primer da de clases. Mariposita se puso contenta y revoloteaba algo nerviosa de un lado a otro. Ella todava no haba ido nunca a la escuela, porque an era chiquita. As que se fue esa tarde llena de ilusiones. Al principio estaba toda entusiasmada. Le gustaron los lunares de la seorita Vaquita de San Antonio, las clases de msica del profesor Grillo y dar vueltas carnero con el profesor Saltamontes. En el arenero se encontr con su amigo Bichito de luz y con todos sus hermanitos. Le gustaron todas las clases de su escuela.

Todo estuvo muy bien hasta que un da, la mariposita se despert ms perezosa que de costumbre y le dijo a su mam: - Me parece que no voy a ir ms a la escuela. Mejor me quedo en casa jugando con las muecas. La mam no lo poda creer: - Pero si hasta ayer te encantaba... Cmo puede ser qu hoy no quieras ir? -Bueno, la escuela es linda pero me cans -dijo la mariposita empezando a hacer pucherito mientras que con un palito dibujaba en la tierra. En eso lleg pap, se sent a su lado y le pregunt: -Dime hija, Qu te gustara hacer cuando seas grande?

Entonces, mariposita se olvid del pucherito y toda entusiasmada le empez a contar: -Me gustara pintar cuadros como la madrina de bichito, cocinar medialunas como mam y tener un tut rosa lleno de lentejuelas fucsias y un vestido con tul, para poder bailar "la danza del hada Confite". -Y todas esas cosas tan interesantes, Dnde las vas a aprender?- pregunt el pap. La mariposita le brillaron los ojitos y dijo sonriendo: -Ah!... Ya entend. Me parece... que voy a ir a la escuela, todos los das.- Y se prepar para salir. Entonces la mam le puso en la bolsita unas galletitas baadas en chocolate y un vasito de jugo con tapa.

A la semana siguiente, fue su cumpleaos. En la escuela, la sorprendieron con una gran fiesta con globos y guirnaldas. La mam le prepar la torta y la visti con el tut y el bonete que ella soaba. El profesor Grillo le toc en su violn y Mariposita pudo bailar "la danza del hada Confite". Cuando termin, todos aplaudieron, la abrazaron y le dieron un montn de besos. Y fue que desde ese da Mariposita no quiso faltar ni un solo da a la escuela.

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