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El cuerpo y las cosas que rodean al ser humano están formados por sustancias
químicas. En la naturaleza se encuentran dos tipos de sustancias: los elementos y los
compuestos.
Los elementos son sustancias que, químicamente, no se pueden dividir en otras más
simples. Hay 92 elementos en la naturaleza y existen otros 17 que se han obtenido en
los laboratorios, como el fermio (Fm), el nobelio (No) y el einstenio (Es).
Los nombres de todos los elementos se representan por símbolos, que pueden ser
sólo una letra mayúscula o una letra minúscula; por ejemplo, el símbolo del oro es
Au, del hierro es Fe, del cobre Cu, y de la plata Ag.
Los elementos se constituyen por partes muy pequeñas llamados átomos, que se
pueden combinar químicamente, ocurriendo así la reacción química. El átomo es la
partícula más pequeña que puede entrar en una reacción química.
Un átomo es la parte más pequeña de un elemento que conserva las características
de dicho elemento. Esto es, cada elemento tiene su propio tipo de átomo.
Los átomos tienen en su centro un núcleo, que está formado por tres clases de
partículas: los protones, que se representan por una p, y tienen una carga positiva (+)
y los neutrones, que no tienen carga y se representan por una n. Alrededor del núcleo
giran los electrones, que están representados por una letra e y tienen una carga
negativa (-).
Las sustancias se combinan y descomponen en grado atómico, esto es, los átomos
se unen y se desunen mediante reacciones químicas. Por ejemplo, en la combinación
de dos átomos de hidrógeno con uno de oxígeno, para formar una molécula de agua.
La fórmula química del agua es H2O, e indica que este compuesto está formado por
dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
Los átomos se enlazan por medio de dos electrones. En el caso del agua, sus
moléculas son muy pequeñas, debido a que sólo están formadas por tres átomos: dos
de hidrógeno y uno de oxígeno. Sin embargo, hay moléculas muy grandes, por
ejemplo, las moléculas de algunas proteínas, que son sustancias que poseen los seres
vivos, están compuestas por cientos o, incluso, miles de átomos.
Entre los principales elementos que forman el cuerpo de los seres vivos destacan
cuatro, éstos son: carbono (C), hidrógeno (H), oxígeno (O) y nitrógeno (N).
Estos cuatro elementos forman 97.4% del organismo de los seres vivos (carbono
9.5%, hidrógeno 63%, oxígeno 23.5% y nitrógeno 1.4%). El porcentaje restante (2.6%)
lo integran los demás elementos de la tabla periódica.
Los compuestos inorgánicos que están presentes en los seres vivos son el agua y
las sales minerales. Los orgánicos son los carbohidratos, los lípidos, las proteínas y
los ácidos nucleicos.
Tanto las cosas como los seres vivos están formados por elementos químicos. Sin
embargo, en los seres vivos la organización, la disposición y combinación de sus
moléculas dan como resultado las propiedades y características por las cuales se
manifiesta la vida.
Todos los seres vivos son una combinación de compuestos orgánicos e inorgánicos
integrados y ordenados, de tal manera que forman la materia necesaria para que se
realicen con precisión los distintos procesos funcionales que son esenciales para la
vida.
El carbono tiene propiedades químicas que lo hacen muy importante para los seres
vivos. Por ejemplo, puede unir sus átomos para formar largas cadenas que, a su vez,
son los componentes básicos de las sustancias orgánicas, como el caso de las
proteínas, las grasas y los azúcares. El carbono es tan importante que hay una rama
de la química que se encarga de estudiar los compuestos de cadenas largas y cortas
que forma este elemento: la química orgánica. Todas las biomoléculas se basan en los
átomos de carbono para formar su estructura.
El hidrógeno es un gas incoloro, inodoro e insípido; es más ligero que el aire y es muy
activo químicamente, es decir, puede reaccionar con la mayoría de los elementos y
compuestos químicos. Forma parte de todos los compuestos orgánicos, junto con el
carbono.
El oxígeno es un gas muy importante para la mayoría de los seres vivos, pues resulta
indispensable para la respiración. Se le encuentra en una proporción de 21% en el
aire. Las reacciones en las que el oxígeno se combina con otros elementos se
conocen como oxidaciones. Además, el oxígeno es un gas comburente, es decir,
ayuda a la combustión de las sustancias y forma parte de gran cantidad de
compuestos orgánicos.
Estos elementos también pueden encontrarse en las cosas; forman parte de las rocas,
el aire, el agua. En los compuestos orgánicos la combinación de carbono, hidrógeno,
oxígeno y nitrógeno es equilibrada y estable, pues se unen por medio de enlaces
químicos difíciles de romper llamados covalentes, en los que los átomos comparten
sus electrones.
Como las sales son muy solubles en agua, se encuentran con facilidad en casi todos
los cuerpos de los seres vivos.
La fórmula química del agua es H2O tiene dos átomos de hidrógeno y un átomo de
oxígeno y una masa molar de 18 g/mol. Por medio de la electrólisis, el agua se
descompone en sus elementos constituyentes (hidrógeno y oxígeno).
Plásticos
Los plásticos son compuestos orgánicos muy empleados, entre ellos están el nailon,
que se usa en la fabricación de ropa; el poliuretano o unicel, el polietileno, con el que
se hacen las bolsas, etc. Un inconveniente del plástico es que no es biodegradable,
por lo que su uso indiscriminado ocasiona problemas de contaminación.
Medicamentos
Los medicamentos son todas aquellas sustancias que se usan en el tratamiento contra
las enfermedades; también se les conoce como fármacos o medicinas.
Las moléculas de los compuestos orgánicos son muy grandes, pues están formadas
por muchos átomos; además, por formar parte de los seres vivos se les conoce como
biomoléculas.
Al comparar las proteínas presentes en esa bacteria con las del ser humano, se
encontrará que ninguna de las moléculas de la Escherichia coli se parece a las
encontradas en el ser humano; ello se debe a que cada especie de organismos posee
su propio conjunto de moléculas.
Sin embargo, todas ellas se encuentran formadas por moléculas más sencillas ligadas
entre sí. Por ejemplo, los 20 aminoácidos esenciales que integran las proteínas son
idénticos en todas las especies vivientes, pero están ordenados en secuencias
diferentes, formando una gran cantidad de proteínas distintas.
Las biomoléculas que se encuentran en la célula tienen una función específica. Los
compuestos que contienen los organismos vivos normalmente tienen una función
determinada y son indispensables para la vida.
Las proteínas son los compuestos orgánicos más abundantes en los seres vivos y
pertenecen, po su gran tamaño, a un grupo de biomoléculas llamadas
macromoléculas.
Existe una gran variedad de proteínas, por lo que sus funciones dentro de la célula son
también muy diversas. Hay proteínas que llevan a cabo funciones estructurales, como
la queratina que forma el cuero, pezuñas, plumas, uñas y pelo de los animales. Otras
como la albúmina, sirven para controlar la presión de la sangre, es decir, controlar el
transporte de sales, lo que permite la distribución normal de agua en los diversos
compartimientos corporales.
Los aminoácidos son las unidades básicas de las proteínas. Hay muchos
aminoácidos en la naturaleza. Los fundamentales para formar proteínas son 20, éstos
pueden combinarse en diferentes proporciones y disposiciones mediante enlaces, para
dar lugar a la gran variedad de moléculas de proteínas que existen.
Los alimentos de origen animal son en general vastos en proteínas; por ejemplo, la
carne de pescado, res, pollo, cerdo; leche y sus derivados, y huevo, entre otros.
Las enzimas son moléculas de proteínas muy especializadas. La célula las elabora a
partir de aminoácidos sencillos; actúan como catalizadores para aumentar la velocidad
de las reacciones químicas específicas dentro de la célula.
Las reacciones químicas que catalizan las enzimas constituyen el metabolismo de las
células.
Cada una de las enzimas puede catalizar solamente un tipo de reacción química, por
lo que en un organismo vivo se pueden contar más de un millar de enzimas diferentes.
El cofactor de una enzima puede ser un metal, como el fierro (Fe), el magnesio (Mg),
el zinc (Zn) o el manganeso (Mn). El cofactor también puede ser otra molécula
compleja llamada coenzima, que son porciones no proteicas de las enzimas.
Entre las coenzimas más importantes se encuentran las vitaminas, llamadas así
porque colaboran con las enzimas para lograr la modificación química durante las
reacciones metabólicas.
Los lípidos, comúnmente llamados grasas, son sustancias orgánicas que contienen
carbono, hidrógeno y, en menor proporción, oxígeno.
• Lípidos de constitución
• Lípidos de reserva
Estructura Nombre
Céridos. Que se encuentran en las ceras, son ejemplos la lanolina obtenida de la lana
de las ovejas y la cera que producen las abejas. Se utilizan para elaborar velas y
cremas cosméticas.
Fosfoglicéridos. Son lípidos que contienen fósforo además de ácidos grasos y son
importantes por encontrarse en las membranas celulares de las células animales.
• Monosacáridos
• Oligosacáridos
• Polisacáridos
Los polisacáridos, también llamados glucanos, son azúcares con cadenas muy largas
de monosacáridos. Los polisacáridos más importantes están en el almidón
(polisacárido de reserva en las plantas) y en el glucógeno (polisacárido de reserva en
animales). Ambos son cadenas de glucosa; se diferencian en la compleja ramificación
de las fórmulas.
Está compuesta por dos cadenas lineales en donde las bases nitrogenadas se unen
específicamente con sus bases nitrogenadas complementarias. Es decir, la adenina se
une siempre a la timina, la guanina a la citosina, y viceversa. Dicha unión se efectúa
por medio de puentes de hidrógeno y hace que el ADN adopte una estructura de doble
hélice.
Ácido Ribonucleico (ARN)
• ARN mensajero
• ARN ribosomal
• ARN de transferencia
La información hereditaria o
información genética está
contenida en la molécula de
ADN. Todas las células
contienen información genética,
por ello, antes de que una célula
se divida para dar lugar a dos
células hijas, el ADN tiene que
duplicarse, de manera que cada
célula hija reciba una copia de la
información genética que le
permitirá realizar las funciones
que le corresponden.
Los ribosomas traducen la información que les da el ARN mensajero, dando como
resultado la biosíntesis o formación de proteínas.
La proteína que forma el ribosoma es la que ejecutará las órdenes que envió el ADN
desde el núcleo.
El paso de la información del ADN al ARN se llama transcripción genética.
Para formar una proteína nueva debe traducirse el lenguaje de las bases
nitrogenadas. Este lenguaje es básicamente igual en el ARN y en el ADN, con la sola
sustitución de una base, la timina, por otra, el uracilo.
Cada tres bases del ARN codifican a un aminoácido, esto constituye el código genético
que es universal a todos los seres vivos, y así se traduce el mensaje cifrado en
tripletes de bases de ARN a un mensaje cifrado en unidades de aminoácidos, que dará
lugar a distintas proteínas.
El paso de información desde el ARN hasta las proteínas se llama traducción genética.
Las proteínas se encargan de procesos específicos en las células: sirven de material
celular, catalizan reacciones (enzimas), etcétera.