Professional Documents
Culture Documents
INTRODUCCIÓN
estudiado desde los puntos de vista paleon- denominadas I, II y III, de base a techo. La
tológico, estratigráfico y sedimentológico. sección I está conformada por areniscas fi-
Sólo González Bonorino (1950), quien rea- nas, tobáceas, grises rosadas a castañas, ri-
liza los primeros estudios geológicos en la cas en ceniza volcánica; la II es una alter-
región, menciona restos de mamíferos en la nancia de areniscas tobáceas finas, de color
sección superior del perfil, a la que correla- gris castaño claro y areniscas feldespáticas
ciona con el “Araucanense” del valle de conglomerádicas y la III es una arenisca ar-
Santa María. Sin embargo, el área de “Las cósica gruesa, gris rosada, friable, con ca-
Estancias” ha brindado una abundante y madas delgadas de rodados. Recientemente,
diversa fauna de mamíferos cuaternarios. Dal Molin et al. (2003) describen en el fal-
De la localidad de Agua de Las Palomas, al deo occidental de las Cumbres de Narváez
sur del borde occidental del Campo del Pu- unas areniscas grises tobáceas finas, arenis-
cará, se registran dasipódidos de gran porte cas conglomerádicas y tobas que asignan a
(Propraopus), gliptodontes (Panocthus y la Formación Aconquija. Por otra parte, des-
Glyptodon), perezosos milodontinos (Glos- criben entre las Cumbres de Narváez y las
sotherium) y scelidoterinos, artiodáctilos Cumbres de las Higueras unas areniscas par-
(Lama), perisodáctilos (Equus) y roedores das rojizas y otras grises, también asignadas
(Octodontidae y Ctenomyidae). Sobre la a esta unidad.
base de la fauna y la geología se asignaron González Bonorino (1950) realizó la pri-
estos sedimentos al Pleistoceno Superior mera correlación entre la sucesión sedimen-
(Esteban, 1984; 1988). taria del valle de Las Estancias y la del valle
El objetivo de este trabajo es dar a co- de Santa María. Considera que la sección I
nocer un nuevo registro de vertebrados neó- de la Formación Aconquija corresponde al
genos para la región. Los restos (un roedor “Calchaquense”, la sección II al Complejo
pequeño y un perezoso de gran tamaño) Volcánico y la sección III al “Araucanense”.
proceden de las márgenes del arroyo El Establece, además, que los niveles aterraza-
Durazno (27°30’S y 66°00’O), en la locali- dos cenozoicos en el faldeo inferior de las
dad de Buena Vista (figura 1). Otro objetivo cumbres de Narváez (al sur del área de estu-
de este trabajo es establecer una posible dio de este trabajo) corresponden a la sec-
edad a los niveles portadores a partir de la ción I de la Formación Aconquija, los depó-
geología y el contenido paleontológico, así sitos aflorantes en el faldeo de las Cumbres
como considerar las posibles implicancias son asignables a la sección II de la misma
paleoambientales. unidad y estima que el depocentro del valle
de Las Estancias es asimétrico y aumenta de
Abreviaturas.— MCH-P, Museo Condor Huasi espesor hacia el NNE. De acuerdo a esta pro-
- Paleontología, Belén, Catamarca.; PVL, puesta de González Bonorino (1950), los
Paleontología de Vertebrados Lillo; NOA, depósitos aflorantes en el arroyo El Durazno
Noroeste de Argentina; M3, último molar serían asignables a la parte superior de la
superior; p4, premolar inferior; DAP, diáme- sección II y a la sección III de la Formación
tro anteroposterior; DT, diámetro transverso. Aconquija, por la ubicación dentro del depo-
centro y por correlación litoestratigráfica.
GEOLOGÍA La edad asignada a la Formación Aconquija
por González Bonorino (1950) se basa en
Los depósitos intermontanos del valle de una correlación estratigráfica con la suce-
Las Estancias han sido descriptos por prime- sión sedimentaria del valle de Santa María
ra vez por González Bonorino (1950) en el (Grupo Santa María) y por lo tanto abarca-
Campo del Pucará. Este autor describe una ría desde el Mioceno medio tardío al Plioce-
sucesión sedimentaria de aproximadamente no (Bossi et al., 1999). Las dataciones K/Ar
1.100 m que denomina Formación Aconqui- realizadas por Dal Molin et al. (2003) en
ja, a la que ubica en el período Terciario depósitos asignados, por ellos, a la Forma-
medio-superior. La Formación Aconquija fue ción Aconquija, en las inmediaciones del di-
subdividida, por este autor, en tres secciones que Escaba (provincia de Tucumán), han
A c t a g e o l ó g i c a l i l l o a n a 2 0 ( 1 ) : 9 9 – 11 2 , 2 0 0 7 101
Figura 1. Mapa geológico mostrando los afloramientos de la Formación Aconquija y su relación con el
basamento cristalino (modificado de Martínez, 1995) y ubicación del área de estudio.
102 N. L. Nasif et al.: Nuevo registro de vertebrados para la Formación Aconquija
néticos, brindan una clara resolución del Microcavia – Cavia – Galea – Kerodon. Or-
clado asignado a Caviinae, así como las thomyctera Ameghino y Palaeocavia Ameg-
relaciones de este taxón con otros represen- hino, que presentan algunas sinapomorfías
tantes de la familia, algunos de los cuales con Caviinae, son relacionados en forma no
fueron tradicionalmente vinculados a los resuelta a Dolicavia y Cavia Pallas, respec-
Dolichotiinae (Pascual et al. 1966). tivamente. Los géneros Pliodolichotis Kra-
Según la hipótesis de Quintana (1998), glievich, Neocavia Kraglievich y Allocavia
Caviinae comprende el ancestro común más Pascual son asignados como Caviidae inser-
cercano de Dolicavia Ameghino y el clado tae sedis (Quintana, 1998: 127). Se recono-
cen para el género Microcavia tres especies Microcavia, que carecen de cemento (rasgo
vivientes (M. australis Geoffroy et considerado diagnóstico del género sensu
D’Orbigni, M. niata Thomas y M. shiptoni Quintana, 1998). El cemento está presente
Tomas), tres especies fósiles (M. robusta también en los cávidos extintos Neocavia
Gervais et Ameghino, M. chapadmalensis Kraglievich, Palaeocavia Ameghino y Allo-
Ameghino y M. reigi Quintana) para Argen- cavia Pascual, de los cuales el ejemplar
tina (Quintana, 1996; 1998) y una para MCH-P 15 difiere en el diseño oclusal del
Uruguay (M. criolloensis Ubilla, Perea et p4 y M3 y en su tamaño (cercano y mayor
Quintana) (Ubilla et al., 1999). al rango de Neocavia y menor al del resto
El nuevo ejemplar comparte con los Ca- de los taxa) (ver Pascual, 1962: 171; Pas-
viinae Galea Meyen, Cavia y Microcavia el cual et al., 1966; Quintana 1998; Cerdeño
p4 con dos prismas y una prolongación y Prado, 1998; Montalvo y Rocha, 2003).
adicional en el prisma anterior, a diferen- Entre las especies de Microcavia, la mor-
cia de Kerodon Cuvier y Dolicavia, que pre- fología de los p4 y M3 del ejemplar MCH-P
sentan un p4 triprismático. Comparte con 15 es más similar a la de la extinta M. ro-
Dolicavia, Galea, Kerodon y las especies busta y la viviente M. australis. A su vez,
Microcavia australis, M. niata, M. robusta, estas especies difieren entre si en varios ras-
M. chapadmalensis y M. criolloensis el M3 gos craneanos y dentarios (Quintana, 1996),
con un prisma adicional largo y difiere de no preservados y, por lo tanto, no compa-
Cavia, M. shiptoni y M. reigi, que presen- rables en el material aquí estudiado. Sin
tan el M3 con prisma adicional corto. Pre- embargo, se destaca que, si bien en ambas
senta el flexo adicional del M3 con márge- especies y en el ejemplar MCH-P 15 el flexo
nes paralelos como M. australis y M. robus- adicional del M3 presenta sus márgenes
ta, a diferencia de Dolicavia, Cavia, Galea, paralelos, en MCH-P 15 este flexo describe
Kerodon, Microcavia niata, M. shiptoni, M. una trayectoria oblicua en sentido postero-
reigi, M. chapadmalensis y M. criolloensis, lingual a antero-labial y su fondo se ubica,
que tienen el M3 con flexo adicional de en posición muy adelantada, casi a nivel
márgenes divergentes. La forma del flexo del flexo externo; además, el margen poste-
externo del M3 simple es un rasgo compar- rior de este flexo es ondulado. En M. ro-
tido con todas las especies de Microcavia y busta y M. australis el flexo adicional se
diferente al estado presente en Galea y Ke- orienta transversalmente y su fondo está
rodon, en los que es doble. alejado del nivel del flexo externo, además
Como se desprende del análisis compa- de que ambos márgenes son rectos.
rativo, la morfología oclusal del p4 y M3 Respecto del tamaño del nuevo ejemplar,
del ejemplar aquí estudiado es similar a la las dimensiones del p4 entran en el rango
de Microcavia más que a la de los restantes de variación de M. robusta más que en el
Caviinae reconocidos. Sin embargo, se des- de las restantes especies extintas, aunque
taca que el ejemplar MCH-P 15 presenta las del M3 son notoriamente menores (cua-
cemento interprismático en los molarifor- dro 1).
mes como Dolicavia, Cavia, Galea, Kero- Si bien el nuevo ejemplar presenta ce-
don, diferente a la condición de todas las mento entre los flexos/fléxidos, rasgo que
especies conocidas, hasta el presente, de aún no está mencionado para las especies
DAP p4 3,00 2,29 – 2,51 2,29 – 2,51 2,62 – 3,60 2,0 – 3,4
DT p4 2,50 1,74 – 2,07 1,74 – 2,07 1,96 – 2,62 ------
DAPM3 3,00 3,27 – 4,47 3,60 – 4,69 4,47 – 5,58 4,4 – 4,7
DT M3 2,00 1,85 – 2,51 1,96 – 2,62 2,51 – 3,27 2,2 – 2,9
Cuadro 1. Medidas (en mm) de Microcavia sp., MCH-P 15, comparadas con los rangos dados para las
restantes especies fósiles del género, tomados de Quintana (1996, 1998) y Ubilla et al. (1999).
A c t a g e o l ó g i c a l i l l o a n a 2 0 ( 1 ) : 9 9 – 11 2 , 2 0 0 7 105
de Microcavia hasta ahora descriptas, es Sin embargo, los siguientes rasgos lo dife-
conocido que este carácter presenta varia- rencian de las especies conocidas para el
ciones, en cuanto a presencia, ausencia o género: presencia de cemento interprismáti-
grado de espesor y extensión, a lo largo de co incompletamente extendido, el FA del
la historia evolutiva de diferentes grupos de M3 de trayectoria oblicua y de margen
roedores Hystricognathi de América del Sur, posterior ondulado y el tamaño (dimensio-
como ser en los dinómidos, chinchíllidos, nes anteroposterior y transversa) del M3,
octodóntidos y cávidos. En general, el ce- muy pequeño. Esto permite inferir un nuevo
mento interprismático está presente en los taxón a nivel específico. Sin embargo, el
representantes extintos de estos grupos y material preservado es escaso y si bien la
tiende a reducirse hasta, en algunos casos, morfología de los p4 y M3 son considera-
desaparecer en las formas vivientes. Son dos de alto valor diagnóstico entre los cávi-
diferentes los criterios sistemáticos adopta- dos, es conocido que el intervalo de varia-
dos en los casos donde la morfología de los ción en forma y tamaño dentales que se
molariformes es muy semejante pero difie- presenta a nivel intrapoblacional en Micro-
ren en este rasgo. Uno de ellos es reconocer cavia es muy amplio (ver Contreras 1964;
especies diferentes con y sin cemento dentro Quintana, 1996). En este sentido, se cree
de un mismo género, como es el caso de conveniente no realizar una asignación es-
Pseudoplataeomys Kraglievich (Octodonti- pecífica hasta tanto no se cuente con ejem-
dae) (Pascual et al., 1966). Otro criterio, es plares más completos.
el reconocimiento de géneros diferentes,
como en los octodóntidos Pithanotomys
Ameghino (extinto, con cemento) y Aconae- Xenarthra Cope
mys Ameghino (viviente, sin cemento) (Pas- Phyllophaga Owen
cual et al., 1966). Este último criterio ha Mylodontidae Ameghino
producido, en muchos casos, la prolifera- Mylodontinae Gill
ción de nombres sistemáticos y el aumento Mylodontinae indet.
de complejidad de las historias taxonómi-
cas de los grupos. Sobre la base de lo antes Material.— MCH-P 14. Seis vértebras cau-
expuesto, en este trabajo se considera que dales, 2 hemapófisis y numerosos oscículos.
la morfología y tamaño del p4 y M3 del
ejemplar MCH-P 15 justifican su asignación Procedencia geográfica y estratigráfica.—
al género Microcavia entre los Caviinae. Arroyo El Durazno (27º 30´ S y 66º 00´
Glossotherium robustum Ancho cara ant. 46,0 43,0 40,0 37,0 33,0 30,0
(PVL 3874) Altura cara ant. 46,0 43,5 42,0 37,5 35,0 30,0
Longitud cuerpo 46,0 45,0 43,0 41,5 39,0 35,0
Paramylodon harlani Ancho cara ant. 47,4 46,8 44,5 42,5 37,7 35,5
Altura cara ant. 42,4 43,0 39,0 38,6 34,2 31,0
Longitud cuerpo 49,5 47,0 46,9 43,3 42,6 38,8
Cuadro 2. Medidas (en mm) de los cuerpos vertebrales de Mylodontinae indet., comparadas con los de
Glossotherium robustum (PVL 3874) y Paramylodon harlani (tomadas de Stock, 1925).
106 N. L. Nasif et al.: Nuevo registro de vertebrados para la Formación Aconquija
O), localidad Buena Vista, Distrito Aconqui- te se reconoce el género Thinobadistes Hay.
ja, Departamento Andalgalá, Provincia de Webb (1989) reconoce dos especies y descri-
Catamarca, Argentina. Formación Aconqui- be cráneo, mandíbula y gran parte del es-
ja, parte superior de la sección II de Gonzá- queleto postcraneano.
lez Bonorino (1950). En ninguno de los géneros citados en el
párrafo anterior, se ha señalado la presen-
Descripción comparativa y comentarios.— El cia de nódulos subcutáneos asociados a los
ejemplar descrito en este trabajo se asigna a restos óseos.
la subfamilia Mylodontinae por la presencia Los géneros cuaternarios de la subfami-
de oscículos intradérmicos en relación con lia son mejor conocidos, dado el mayor
los restos óseos, en el sitio de extracción. número de individuos colectados, algunos
Estos elementos estaban dispuestos en una de los cuales corresponden a ejemplares
capa relativamente continua por debajo de casi completos. Para Glossotherium Owen y
las piezas esqueletarias. Paramylodon Brown, existe una detallada
La presencia de nódulos óseos subcutá- descripción del esqueleto completo (Owen,
neos ha sido mencionada como un rasgo 1842; Stock, 1925). Mylodon Owen, Lesto-
exclusivo de los Mylodontinae por diversos don Gervais, Oreomylodon Hoffstetter y Pa-
autores (Hoffstetter, 1958; Engelmann, raglossotherium Esteban se conocen sólo
1985; Esteban, 1996). parcialmente.
El registro más antiguo para la subfami- La presencia de oscículos dérmicos sólo
lia procedente del Mioceno medio del sur se ha constatado en los géneros cuaterna-
de nuestro país, Glossotheriopsis Scillato rios: Glossotherium, Paramylodon, Mylodon
Yané, se conoce por el extremo anterior de y Paraglossotherium.
un cráneo, un fragmento de mandíbula y Los oscículos son pequeños nódulos
algunos dientes (Scillato Yané, 1978). Este óseos de forma muy irregular, en general
género también está citado para el “Arauca- redondeados u ovalados, en algunos casos
nense” del noroeste a partir de restos frag- aplanados y que pueden presentar su super-
mentarios (Esteban y Abdala, 1993). ficie lisa o rugosa por la presencia de nu-
Los Mylodontinae se registran nuevamen- merosas perforaciones (lámina 1, C).
te en el Mioceno tardío - Plioceno tempra- Las seis vértebras del nuevo ejemplar
no, en el norte de Argentina. Para el NOA forman una serie continua desde la decimo-
sólo se han citado los género Pleurolesto- tercera hasta la decimoctava; la primera de
don Rovereto (con tres especies) y Spheno- ellas carece de las pre y postzigapófisis y
therus Ameghino. En el noreste, en cambio, de los procesos transversos; la segunda no
esta subfamilia alcanza su mayor diversi- posee la cara dorsal del centro ni el arco
dad con el registro de Promylodon Ameghi- neural y conserva solo uno de los procesos
no, Prolestodon Kraglievich, Megabradys transversos. Las restantes vértebras se han
Scillato Yané, Ranculcus Ameghino, Strabas- preservado casi completas (lámina 1, D-E).
sodon Ameghino y Sphenotherus (Carlini et Como se desprende de lo mencionado
al., 2000). El género Ranculcus ha sido ci- anteriormente, las últimas vértebras cauda-
tado, también, para el Mioceno tardío de les sólo han sido descriptas en los géneros
Uruguay (Perea y Scillato-Yané, 1990). Para cuaternarios Glossotherium y Paramylodon.
este mismo periodo, en Venezuela, se des- Los cuerpos vertebrales son, en general, más
cribe el género Bolivartherium Carlini, Sci- bajos y largos que en el ejemplar PVL 3874
llato-Yané y Sanchez, con dos especies (Car- asignado a Glossotherium robustum Owen
lini et al., 2006). Todos los taxones antes (Esteban, 1996) y más bajos pero de longi-
mencionados se conocen, fundamentalmen- tud similar que los de Paramylodon harlani
te, por cráneos y/o mandíbulas (completos (Owen) (ver Stock, 1925: pág 141 - tabla
o fragmentarios), muchas veces asociados a 71). En el ejemplar de Buena Vista, la deci-
dientes o dientes aislados. Son escasos, en motercera vértebra caudal tiene un cuerpo
cambio, los restos postcraneanos descriptos. prismático rectangular y la cara anterior
Para el Mioceno tardío de América del Nor- subhexagonal, con la altura ligeramente
A c t a g e o l ó g i c a l i l l o a n a 2 0 ( 1 ) : 9 9 – 11 2 , 2 0 0 7 107
Lámina 1. Figuras A, A’-B, B’: Microcavia sp.; A, A’: vista oclusal de M3 izquierdo; B, B’: vista oclusal
de p4 derecho. La escala gráfica corresponde a 1mm. Figuras C-H: Mylodontinae indet.; C: oscículos dér-
micos; D: vértebras caudales (13ª-15ª) en vista dorsal; E: vértebras caudales (16ª-18ª) en vista dorsal;
F: vértebras caudales (16ª-18ª) en vista ventral; G: hemapófisis en vista lateral; H: hemapófisis en vista
posterior. La escala gráfica corresponde a 5 cm.
108 N. L. Nasif et al.: Nuevo registro de vertebrados para la Formación Aconquija
– Plioceno. Las tobas datadas por Dal Mo- y Ameghino 1880; Ameghino, 1908; Rove-
lin et al. (2003), indicativas de una edad reto, 1914: 203; Quintana, 1996).
mayor correspondiente al Paleógeno, son De las especies vivientes, M. australis
reconocidas por estos autores como corres- presenta un registro en el Pleistoceno supe-
pondientes a la sección I y no tienen co- rior (Formación Luján, Piso Lujanense) y en
nexión física con los depósitos del valle de el Holoceno medio (Formación Las Esco-
Las Estancias, por lo que los datos no pue- bas) de la provincia de Buenos Aires y ac-
den ser contrastados hasta tanto no se rea- tualmente tiene una amplia distribución en
licen dataciones de los sedimentos del área Argentina y el sur de Chile; M. shiptoni y
de estudio. M. niata no cuentan con registro fósil segu-
Los niveles de la Formación Aconquija ro y están distribuidas la primera en zonas
aflorantes en el arroyo El Durazno (parte de altura en el Noroeste de Argentina, pro-
superior de la sección II y sección III, sensu vincias de Catamarca y Salta (Laguna
Gonzalez Bonorino, 1950) se asignan al Blanca y Chorrillos, respectivamente) y la
Mioceno Superior – Plioceno. Los fósiles segunda en el este de Bolivia y norte de
proceden de la parte inferior de la columna Chile (Thomas 1898, 1925; Quintana,
correspondiente a la porción superior de la 1996, 1998).
sección II que es asignable al Mioceno Su- En este sentido, el ejemplar de Microca-
perior. Los restos de Mylodontinae indet. no via sp. dado a conocer en este trabajo,
permiten asignar una edad a los niveles constituye el primer registro fósil del género
portadores, sin embargo Microcavia sp. per- para el NOA. Aumenta la diversidad de los
mite apoyar una edad Neógena tardía para roedores cavinos en el Neógeno de esta re-
estos sedimentos. gión del país, un taxón escasamente repre-
El género Microcavia constituye un gru- sentado hasta el presente en este lapso tem-
po de roedores histricognatos endémicos de poral. Solo Orthomyctera (que constituye el
la región Neotropical de América del Sur. registro más antiguo para la subfamilia,
Su historia geológica muestra un patrón Quintana, 1998) está citado para la For-
continuo desde el Plioceno Medio a Recien- mación Chiquimil (Mioceno tardío), en la
te (Tonni et al., 1992), contrastando con el provincia de Catamarca (Powell et al.,
registro de los otros cavinos actuales (Ga- 1998), y recientemente para la Formación
lea, Cavia y Kerodon) (Quintana, 1996; Angastaco (base del Grupo Payogastilla,
Ubilla et al., 1999). De las cuatro especies Mioceno tardío) en la provincia de Salta
extintas reconocidas, M. robusta, M. cha- (Nasif et al., 2006). También se registra
padmalensis y M. reigi se registran en Ar- Neocavia (N. lozanoi Kraglievich) en el
gentina, mientras que M. criolloensis proce- “Araucanense” de la provincia de Catamar-
de de la Formación Sopas (Edad Lujanen- ca (Kraglievich 1932), aunque este género
se), Pleistoceno Superior de Uruguay (Ubi- tiene una posición sistemática incierta entre
lla et al., 1999). Hasta el presente trabajo, los Caviidae (Quintana, 1998).
todos los registros fósiles de Microcavia en En el marco de la hipótesis que asigna
Argentina procedían de la provincia de Bue- una edad Mioceno Superior para los sedi-
nos Aires. M. chapadmalensis, presenta el mentos portadores, el nuevo registro de
registro más antiguo con ejemplares proce- Microcavia sp. permite ampliar el biocrón
dentes de la costa atlántica, entre las ciu- del taxón, siendo el más antiguo conocido
dades de Miramar y Mar del Plata, Miem- para el género.
bro Barranca de Los Lobos, Piso Chapad- La presencia en el nuevo ejemplar de
malalense (Plioceno Superior); M. robusta Microcavia sp. de: cemento entre los flexos/
se registra en varios yacimientos del Luja- fléxidos, FA del M3 de trayectoria oblicua
nense y Ensenadense (Pleistoceno Medio y y de margen posterior ondulado y el tama-
Superior) y M. reigi procede de acantilados ño del M3, muy pequeño, permite inferir
atlánticos, Partido General Pueyrredón, For- una nueva especie de Microcavia para el
mación Pampeano, Piso Marplatense (Plio- Neógeno de la provincia de Catamarca
ceno Superior-Pleistoceno Inferior) (Gervais (NOA).
110 N. L. Nasif et al.: Nuevo registro de vertebrados para la Formación Aconquija
in a neotropical xenarthran fauna. Journal of Nasif, N.; G. Esteban. y R. Herbst. 2006. Nuevos
Systematic Paleontology 4 (3): 255-267. registros de vertebrados en el Grupo Payo-
Contreras, J. 1964. Datos acerca de la variación in- gastilla (Terciario tardío), provincia de Salta,
trapoblacional de la morfología de los mola- Argentina. Ameghiniana 43(4) Suplemento:
res de entidades de los géneros Galea y 47-48.
Microcavia (Rodentia, Caviidae). Ameghiniana Owen, R. 1842. Description of the skeleton of and
3 (8): 235-255. extintic gígantic sloth, Mylodon robustus
Dal Molin, C.; D. Fernández y L. Escosteguy. 2003. Owen, with observations on the osteology,
Hoja Geológica 2766-IV Concepción. Servicio natural affinities, and probable habits of the
Geológico Minero Argentino. Instituto de megatherioid cuadrupeds in general. R. y J.
Geología y Recursos Minerales. Boletín Nº E. Taylor. London, 1-176 pp.
342, 41pp. Pascual, R. 1962. Un nuevo Caviinae (Rodentia,
Engelmann, G. 1985. The Phylogeny of the Xenar- Caviidae) de la Formación Arroyo Chasicó
thra. En: The Evolution and Ecology of (Pleistoceno inferior) de la provincia de
Armadillos, Sloths, and Vermilinguas. Smith- Buenos Aires. Ameghiniana 2 (9): 169-174.
sonian Institution Press, Washington D.C., Pascual, R.; E. Ortega Hinojosa; O. Gondar y E.
pp. 51-64. Tonni. 1966. Paleontografía Bonaerense. 4,
Esteban G. 1984. Nuevo Mylodontinae (Edentata, Vertebrata. A. Borrelo (editores), Comisión
Tardigrada) del Cuaternario del Noroeste de Investigación Científica de la provincia
Argentino (Las Estancias, Catamarca). Facul- de Buenos Aires, La Plata, xx + 202 pp.
tad Ciencias Naturales e Instituto Miguel Perea, D. y G. Scillato Yané. 1990. Ranculcus
Lillo, Tucumán, seminario (inédito), 62 pp. Ameghino (Xenarthra: Mylodontinae) en el
Esteban, G. 1988. Nuevo Mylodontinae (Edentata, Mioceno superior del Uruguay. Actas lo
Tardigrada) del Cuaternario del Noroeste Congreso Uruguayo de Geología. 2: 1-4.
Argentino (Las Estancias, Catamarca). Ameg- Powell, J.; P. Mulé; P. Ortiz; J. Sanagua y C.
hiniana 25 (2): 115-122. Muruaga. 1998. Mamíferos de la Formación
Esteban, G. 1996. Revisión de los Mylodontinae Chiquimil, (Mioceno superior) de la vertiente
Cuaternarios (Edentata-Tardigrada) de Argen- occidental de la Sierra de Hualfín, Provincia
tina, Bolivia y Uruguay. Sistemática, Filoge- de Catamarca. Acta Geológica Lilloana
nia, Paleobiología, Paleozoogeografía y Pa- 18(1): 178. Tucumán.
leoecología. Facultad Ciencias Naturales e Prado, J. y E. Cerdeño. 1998. Los mamíferos plio-
Instituto Miguel Lillo, Tucumán, tesis doctoral cenos de la fauna local de Quequén Grande
(inédito), 234 pp. (provincia de Buenos Aires, Argentina). Es-
Esteban, G. y F. Abdala. 1993. Nuevos restos de tudios Geológicos 54 (1-2): 75-83.
Glossotheriopsis (Edentata, Tardigrada) de Tío Quintana, C. 1996. Diversidad del roedor Microcavia
Punco (Provincia de Tucumán). Análisis filo- (Caviomorpha, Caviidae) de América del
genético preliminar. Ameghiniana. 30 (3): Sur. Mastozoología Neotropical 3 (1): 63-86.
328-329. Quintana, C. 1998. Relaciones filogenéticas de roe-
Fariña, R. y S. Vizcaíno. 1995. Hace sólo diez mil dores Caviinae (Caviomorpha, Caviidae) de
años. Fin de Siglo, Montevideo, 123 pp. América del Sur. Boletín de la Real Socie-
Gervais, H. y F. Ameghino. 1880. Los mamíferos dad Española de Historia Natural (Sección
fósiles de América del Sur. F. Savy-Igon Biología) 94 (3-4): 125-134.
Hnos. París – Buenos Aires, xi + 1-225 pp. Rovereto, C. 1914. Los estratos araucanos y sus
González Bonorino, F. 1950. Descripción geológica fósiles. Anales del Museo de Historia Natu-
de la Hoja 13 e, Villa Alberdi, provincia de ral de Buenos Aires, 25: 1-247.
Tucumán, Dirección Nacional de Minería, Scillato-Yané, G. 1978. El más antiguo Mylodontinae
Buenos Aires, Bd 74. (Edentata-Tardigrada) conocido: Glossotheriop-
Hoffstetter, R. 1958. Xenarthra. En: Traite de Pa- sis pascuali n. gen. n. sp., del “Colloncu-
léontologie. 6 (2). J-Piveteau ed. Masson et rense” (Mioceno superior) de la Provincia de
Cié. París. Río Negro (Argentina). Ameghiniana, 13 (3-
Kraglievich, L. 1932. Diagnosis de nuevos géneros 4): 333-334.
y especies de roedores cávidos y eumegá- Stock, C. 1925. Cenozoic gravigrade edentates of
midos fósiles de la República Argentina. Western North America with special referen-
Anales de la Sociedad Científica Argentina, ce to the Pleistocene Megalonychinae and
114 pp. Mylodontidae of Rancho La Brea. Publications
Martínez, L. 1995. Mapa Geológico de la provincia of the Carnegie Institution of Washington,
de Catamarca 1:500.000. Servicio Geológico 331: xiii + 1-206, láms. 1-47 + 1, figs. 1-
Minero Argentino. 120.
Mones, A. 1982. An equivocal nomenclatura: What Thomas, O. 1898. On some new mammals fron the
means hypsodonty? Paläont. Z., 56: 107- neighbourhood of Mount Sahama. Bolivia. Ann.
111. and Mag. Nat. Hist. ser. 7, 1: 277-283.
Montalvo, C. y A. Rocha. 2003. Presencia de Neo- Thomas, O. 1925. A new genus of Cavy from
cavia (Rodentia, Caviidae) en la Formación Catamarca. Ann. and Mag. Nat. Hist. ser. 9,
Cerro Azul (Mioceno tardío- Plioceno tempra- 15:418-420.
no?) de La Pampa, Argentina. Ameghiniana Tonni, E.; M. Alberdi; J. Prado; M. Bargo y A.
40 (3): 501-504. Cione. 1992. Changes of mammal assembla-
112 N. L. Nasif et al.: Nuevo registro de vertebrados para la Formación Aconquija
ges in the pampean region (Argentina) and Vucetich, M. y D. Verzi. 1995. Los roedores cavio-
their relation with the Plio-Pleistocene boun- morfos. En: M. T. Alberdi, G. Leone y E.
dary. Palaeogeography, Palaeoclimatology, P. Tonni (editores). Evolución biológica y
Palaeoecology, 95: 179-194. climática de la región pampeana durante los
Ubilla, M.; G. Piñeiro y C. Quintana. 1999. New últimos cinco millones de años, Monografías
extinct species of the genus Microcavia del Museo Nacional de Ciencias Naturales,
(Rodentia, Caviidae) from the upper Pleisto- CSIC, Madrid, pp. 213-225.
cene of the northern of Uruguay, with Pa- Webb, S. 1989. Osteology and relationships of
leobiogeographic and Paleoenvironmental Thinobadistes segnis, the first mylodont
comments. Stud Neotrop Fauna y Environm sloth in North America. Advances in Neotro-
34:141-149. pical Mammalogy: 469-532.