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Al Mundo
La Doctora Candace Pert, Ph.D, es una farmacéutica reconocida mundialmente. Ha
publicado más de 250 artículos sobre los péptidos, los receptores y la conducta de estos
neuropéptidos (1), en el sistema inmune. Se licenció con un doctorado en farmacología de
la facultad de medicina, del John Hopkins University.
Las emociones; aclara Pert, no son simplemente química en el cerebro. Son señales
electromagnéticas que afectan a la química y a la electricidad de cada célula del cuerpo. El
estado eléctrico del cuerpo está modulado por las emociones, cambiando el mundo desde
dentro del cuerpo.
A cambio; Pert descubre que los estados emocionales, afectan al mundo fuera del
cuerpo. Le pedí a Pert, que explicara cómo es posible que las emociones tengan ese
poder. “No somos simples pedazos de carne”.
“Los neurotransmisores son químicos, pero tienen carga eléctrica. Las señales
eléctricas de nuestra mente y cuerpo afectan la forma de cómo se comportan e
interactúan las células, y las funciones que realizan. Tienes receptores en cada
célula del cuerpo.
Son de hecho, como mini bombas eléctricas. Cuando el receptor se activa por
una “molécula de emoción”; el receptor pasa una carga a la célula, cambiando
la frecuencia eléctrica y química de la célula”.
(1) Son pequeñas moléculas parecidas a las proteínas, con un enlace peptídico de dos o más aminoácidos. Se
diferencian de proteínas por su longitud; y que se originan por transducción sináptica, cerebral.
(2) Sitio específico en la superficie de la neurona, que interactúa con las drogas opiáceas; y media, sus acciones
farmacológicas. Presumiblemente también media las funciones fisiológicas de los opiáceos endógenos, tales
como las encefalinas y endorfinas. Son receptores celulares para neurotransmisores presentes en el sistema
nervioso humano, a los que se unen los opioides (Situados principalmente en el sistema nervioso central y en el
tracto gastrointestinal).
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Pert dice, que tal como nuestras células individuales llevan una carga eléctrica; así
también lo hace el cuerpo entero, como organismo.
Como un campo generando electromagnetismo; Pert dice, que la gente tiene una carga
positiva en su cabeza y una negativa, debajo. “Y así; de hecho, nos mandamos varias
señales eléctricas o vibraciones.
Quizá todos los científicos; que rompen un nuevo camino, tiene que estar conducidos
incluso obsesionados con su trabajo. “He aprendido a tener un mejor balance con mis
hijos; con los tres, y espero haber huido de la imagen de madre súper-protectora”. Pert
dice, que su mayor reto fue llevar a la práctica las ideas sobre las que escribía. En su
libro, “Todo lo que Necesitas Saber para Sentirte Bien/Dios”, hace una relación implícita
entre sentirte bien y conectar con Dios.
Pert admite, que esto es algo inusual para un científico “duro de pelar”. “Estoy enfadada
con todos estos rabiosos científicos ateos; que escriben libros que dicen que Dios es
una ilusión. Cualquier científico bueno sabe, que es imposible “desaprobar” algo. Las
cosas solo se puede probar”. Aún así; Pert admite que como científica, lo metafísico le
hace sentir incómoda.
(3) Es un estado de profunda satisfacción espiritual; alegría o felicidad, asociada comúnmente a conceptos
religiosos de vida después de la muerte.
(4) Son neurotransmisores opioides, producidos en el sistema nervioso central como moduladores del placer, dolor,
reproducción, temperatura corporal, hambre y funciones reproductivas.
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“Es como si estuviésemos diseñados para hacer elecciones, alrededor del
placer. La parte más evolucionada e inteligente de nuestro cerebro, está
empapada de receptores que nos hacen utilizar el placer como criterio en
las decisiones. Entonces, está bien sentirse bien. Mientras está claro que
los receptores del gozo está asentados en la corteza pre-frontal, no esta tan
claro la parte del cerebro que toma complejas decisiones. Los científicos no
pueden preguntar por qué. Solo qué y cómo. Pero sabemos, que la
vibración en estos receptores; median o lideran al organismo entero, hacia
al sentimiento de gozo. Y en el libro también hablo, de cómo la vibración de
las endorfinas es realmente el gozo de la unión Divina”.