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1) Representación:
Con dos vocablos se hacia referencia a estos grupos. Uno más negativo, pecadores y otro
más positivo, pobres. Lo cual equivale a gente de corazón roto, con el peso de la culpa,
encadenados, triste, desanimados.. Estos términos hablan también de hambre y sed, llanto,
enfermedad, trabajos y cargas agobiantes; simples, últimos y perdidos; es decir, los que
están “fuera de aquella sociedad, deshederados de esa tierra; sin lugar para ellos
Las leyes referentes a la pureza ya excluida y dejaban a fuera a mucha gente. Sobre todo a
los pobres que no estaban en condiciones de conocer y observar todas aquella normas. Y de
igual modo a las mujeres. Cada mes por la menstruación o el contacto con la sangre se
convertían en impuras. También el parto causaba impureza . una expresión da a conocer el
escaso aprecio que se le tenía a la mujer, y no solo a ella: “mujeres, esclavos, niños”
Como el esclavo no judío, y el niño menor de edad, la mujer se debe por completo a su
dueño. En el templo y la sinagoga, varones y mujeres estaban rigurosamente separados y
estas ultimas siempre ocupaban lugares inferiores, secundarios.
Entre los pobres mas pobres, se encontraban los enfermos.
La salud era un problema que generalmente se resolvía con la muerte. La medicina
prácticamente no existía y las enfermedades que resultaban inexplicables porque no se veía
en ellas ninguna causa perceptible las atribuían a los demonios, espíritus malignos, impuros
que se habían introducido dentro de las personas, por los que eran desplazados.
La enfermedad además, era vista como castigo de Dios por los pecados.
Ciegos, mutilados, rengos, paralíticos y leprosos eran los peores vistos. Muy desdichada era
la situación de estos últimos. No podían entrara en relación con el resto del pueblo; eran
expulsados de la sociedad por la ley. A cualquier mancha, en la piel, en la ropa, en la casa,
le llamaban lepra.
También otras personas eran marginadas como impuras:
Los locos: los espíritus malignos, se habían apoderados de ellos y le impedían realizar
correctamente sus funciones, privándolo del dominio normal de su cuerpo.
Los publicanos: cobradores de impuestos, pecadores, a los ojos de los fariseos o sacerdotes,
se los veía así porque cobrar tributos que no fuera para el templo, sino para los romanos.
Los samaritanos: Samaria era una provincia habitada por una población que no era
puramente judía en sus orígenes; se habían instalado allí emigrantes no judíos y las razas y
creencia se habían mezclado. Eran considerados impuros, ya que su sangre estaba
contaminada por la de otros pueblos extranjeros.
Al igual que estos, también eran despreciados los extranjeros, hijos de las madres solteras, e
hijos de sepultureros, todos con un común denominador: “deshederados de estas tierras”