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Estudio N° 4 de la Primera Epístola de Pedro

Una invitación a la Santidad


(1ª Pedro 1.13-25)

Por: J. Fernando Latorre

En la anterior lección, pudimos darnos cuenta, que Dios tiene preparado para nosotros, los cristianos, una
herencia incomparable, además, habíamos visto que para acceder a esa herencia, es necesario tener fe, pero se
trata de una fe obediente, que sea llevada a la practica por medio de la aceptación pública de Jesús como nuestro
Salvador. A partir de ese momento, nos convertimos Templos del Espíritu Santo; 1 Co. 3.16-17 “16¿Acaso no sabéis
que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros? 17Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo
destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.” Esto significa que somos separados o con-
sagrados para Dios, lo cual además significa que debemos de buscar hacer las cosas para agradar a Dios. E n
este estudio Pedro nos va a enseñar algunas características de la Santidad.

A. Dios nos redimió; 1. P. 1.18-21 “18pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la
cual recibisteis de vuestros padres) no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa
de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 20Él estaba destinado desde antes de la funda-
ción del mundo, pero ha sido manifestado en los últimos tiempos por amor de vosotros. 21Por medio de él
creéis en Dios, quien lo resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en
Dios.”
En estos versículos podemos responder a las lo siguientes preguntas:
1. ¿De qué nos rescató?, nos redimió de la esclavitud de Pecado; Juan 8.34 “34Jesús les respondió:—De cier-
to, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado.”
2. ¿Con qué nos rescató? Con la sangre de nuestro Señor Cristo Jesús.
3. ¿Desde cuando Dios tenía este plan? Desde antes de la fundación del mundo, es decir no es una improvi-
sación.
B. Nosotros accedemos a esa bendición por medio de nuestra obediencia; 1 P. 1.22-23 “22Al obedecer a la ver-
dad, mediante el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternal no fingido. Amaos unos a
otros entrañablemente, de corazón puro, 23pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorrup-
tible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.
Mediante estos versículos aprendemos lo siguiente:
1. Nuestra obediencia hace que seamos purificados, limpios de toda contaminación.
2. Este nuevo nacimiento no es una enseñanza humana, sino que proviene de Dios; Juan 3.5-6 “5Respondió
Jesús:—De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino
de Dios. 6Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.”
C. Cualidades de los Santos:
1. Amor entre unos y otros 1 P. 1.22, ya habíamos indicado esta característica
2. Esperar la segunda venida de nuestro Salvador; 1 P. 1.13 “13Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendi-
miento, sed sobrios y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifesta-
do.”
3. Ya no debemos de practicar las cosas negativas que practicábamos en el pasado 1 P. 1.14 “14Como hijos
obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia,”
4. Vivir en santidad, es decir apartados de todo tipo de contaminación, 1 P. 1.15-16 “15sino, así como aquel
que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, 16porque escrito
está: «Sed santos, porque yo soy santo».”
5. Conducirnos con temor, 1 P. 1.17 “17Si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga
según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación,” Esto significa
que no debemos de menospreciar el pecado, sino que debe darnos vergüenza y temor porque Dios nos
puede castigar Hebreos 10.26-29, “26Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conoci-
miento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de jui-
cio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28El que viola la Ley de Moisés, por el testi-
monio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá
el que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado y ofenda
al Espíritu de gracia?”, También debemos de considerar Apocalipsis 3.15-16; 1 Timoteo 4.1-2.
6. Finalmente Pedro nos recuerda nuestra condición humana 1 P. 1.24-25 “24porque: «Toda carne es como
hierba y toda la gloria del hombre como flor de la hierba; la hierba se seca y la flor se cae, 25mas la palabra
del Señor permanece para siempre». Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.” Es
decir, nuestra vida es pasajera.
7. Conclusión
En comparación de la fecha en la cual te has convertido al Señor, ¿Has experimentado cambios en tu vida?,
¿Has mejorado comportamiento?, ¿Cuáles han sido los cambios que hemos experimentado?, si hemos cam-
biado y estamos mejorando nuestro comportamiento y si estamos alejados del pecado, ¡Gloria a Dios!, pero si
no hemos mejorado, este es un buen momento para ponerle un freno al pecado y vivir de acuerdo a la volun-
tad de Dios. Que Dios los BENDIGA GRANDEMENTE.

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