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LA VENDIMIA DE LOS SUEÑOS

MARÍA TERESA MORA DE NOCHERA


EDICIONES JUAN PONCE DE LEÓN • SAN JUAN, PUERTO RICO • 1968
C o p y r i g h t , 1968
María Teresa Mora de Nochera

PRINTED IN SPAIN
IMPRESO Y HECHO EN ESPAÑA

Depósito Legal: P. 69-1968

Talleres: Industrias Gráficas DI ARIO-DI A, Mayor, 99-PALENCIA DE CASTILLA, 1968


DATOS BIOGRÁFICOS

L A AUTORA, María Teresa Mora Nochera, M. D., na-


ció en la ciudad de Mayagüez, Puerto Rico, el 13 de
octubre de 1897.
Fueron sus padres Don José Mora y Pol y Doña
Inocencia Ríos Honorel, ambos fallecidos. Estos na-
cieron en Puerto Rico, hijos de españoles.
Hija tercera de una familia de doce hijos.
Estudió los grados primarios y secundarios en las
escuelas públicas de Mayagüez, graduándose de Alta Es-
cuela en el 1917.
Poco después se traslada a Estados Unidos e ingre-
sa como estudiante interna en el Colegio "Goucher" de
Raltimore, Md. donde estudió su primer año pre-medical.
Luego se traslada a Filadelfia, Pa., ingresando en la
"Universidad de Pennsylvania" donde aprobó el segun-
do año de colegio.
Sus cuatro años de Medicina los estudió en el
"Woman's Medical College of Philadelphia" donde fue
becada por dos años consecutivos por sus altas cali-
ficaciones. Luego solicita una beca que ofrecía la "Aso-
ciación de Mujeres de Colegio de EE. UU.", obteniendo
ésta sin dificultad alguna.
Se graduó de Medicina en junio de 1923.
Dos semanas más tarde ingresó en el "Western
Pennsylvania Hospital" en Pittsburg, Pa., donde hizo
su año de médico interno, terminando éste en junio
en 1924.
En julio de ese mismo año tomó los exámenes de
la Junta Nacional de Medicina de EE. UU. los que apro-
bó recibiendo la licencia. Ésta la autorizaba a practicar
la Medicina en cualquier estado de EE. UU., Puerto Rico
y otros países, sin tener que tomar más exámenes de
reválida. Fue ella el primer médico puertorriqueño en
obtener este diploma.
Luego regresó a Puerto Rico a ejercer la profesión.
Abrió su consultorio y además trabajaba algunas horas
en el Hospital Municipal (San Antonio de Maya-
güez, P. R.).
Dedicó, también, algún tiempo a labores cívicas de
la comunidad. Perteneció a:
La liga para evitar la tuberculosis en los niños.
Liga antituberculosa para adultos.
Fue una de las fundadoras del primer Hospital para
tuberculosos en Mayagüez.
Perteneció a la Asociación de mujeres votantes,
(Capítulo de Mayagüez).
Fue una de las fundadoras del Club Cívico-Cultu-
ral de Mujeres de Mayagüez, habiéndose organizado
éste en la residencia de la doctora Mora Nochera.
Perteneció por algún tiempo al Club Altrusa, (Capí-
tulo de Mayagüez).
Es miembro de la Asociación Médica de Puerto
Rico.
Contrajo matrimonio con el Dr. Domingo Nochera
en mayo de 1926.
Juntos establecieron un nuevo consultorio y juntos
trabajaron por diez años consecutivos. Luego, durante
la segunda Guerra Mundial los servicios de ambos
fueron requeridos para trabajar en la Unidad de Sa-
lud Pública de Mayagüez, él como Jefe, ella como su
ayudante. No vacilaron y allí se fueron a servir.
Sirvió en la Unidad de Salud Pública por veinte
años, jubilándose en 1960.
Siempre ha sido una ávida lectora y le ha gustado

6
escribir, pero mientras estuvo practicando su
profesión notenía mucho tiempo para dedicarlo a esto.
Ha viajado con su esposo extensamente por todo
el mundo.
Este es el tercer libro que publica. Otros: '' Corazón
Herido" e "Isla Esmeralda".
Vive actualmente con su esposo, el Dr. D. Nochera,
en la residencia, propiedad de ambos, en el número
6 Ave. Nereidas. Ensanche Martínez, Mayagüez, P. R.
Siguió
A M O R

EL AMOR QUE NO LLEGA

¡CUÁNTAS angustias! ¡Cuántas congojas!


En eterna espera de este amor que no
llega. Si nací mujer
y con ansias locas de querer,
¿porqué, Dios mío, esta ansiedad?
¿Porqué tanto esperar este amor
que nunca llega?
¿Es que jamás, jamás, sentiré el
calor de un querer?... ¿Es que ya en
mi atardecer las rosas de mi alma se
tornan mustias? En mi jardín
interior apenas si brilla el sol... sólo
hay allí, tristezas y angustias.
¡Amor! ¡Amor!
¡Con qué impaciencia te espero! ¿No
ves que de pena me muero? Ven,
que en mis horas de soledad me
consume la ansiedad...

62
Trunca está mi vida sin un amor,
ven y reverdece mi jardín interior,
donde ya las flores languidecen
de tanto esperar.
Ven a regar
con el manantial de la ilusión,
estas flores, que de soledad, se mueren.
Ven a alegrar mi triste corazón, a llenar de
alegría mi alma, caliéntame con los
ardientes rayos de tu sol, haz que crezcan en
mi mente alas... para que pueda volar mi
pensamiento. • Esperarte quiero en todo
momento, Quiero con tu eficaz ayuda, tejer
ilusiones y quimeras... que me lleven a un
mundo de ensoñación, donde pueda... con
oblática unción... quemar el incienso de mis
sueños, en el altar del amor.

63
POR FIN LLEGÓ EL AMOR

P
OR fin, corazón, por fin,
llegó mi tardío amor en
una nube rosada,
como oropéndola que saluda la alborada
con el gorjear de su dulce canción.

Ya llegó a alegrar mi corazón


el amor que tanto esperaba...
¡Ilusión tan dulcemente soñada!
Ilusión que llena mi alma de
alegría, luz y calor.

Hoy, todo me parece más hermoso.


Hoy, con más intensidad alumbra el sol.
Hoy, mi espíritu vuela con alborozo.
Hoy, canta más alegre el ruiseñor. Y en
mi viva fantasía oigo que sin cesar
repite en su dulce melodía la palabra,
amor... amor... amor.

Amor tan ansiosamente esperado,


que en tus quiméricas alas traes
dulzura a mi alma.

64
Amor que revives con tus caricias mi
pobre jardín deshojado.

¡Ay amor! Ya no te vayas, anida


para siempre en mi corazón. Amor,
sentimiento dulce y profundo, de
ternuras inmenso tesoro. Eres
mágica palanca de oro, que haces
girar el eje del mundo.

65
VOLVERÉ

V OLVERÉ con el aura fría


entre nubes azules y rosadas.
Volveré con la alborada de un
hermoso nuevo día.

Volveré con los ardientes rayos del sol,


con el radiante astro de mediodía.
Volveré con alegría a ofrecerte todo mi
amor.

Y cuando en el Poniente
el cielo se tina de bellos colores, vendré a
ofrecerte lindísimas flores del hermoso
jardín de las fuentes.

Y cuando en la noche obscura


el cielo se tachone de estrellas
hermosas, rutilantes y bellas,
entonces... te amaré con locura.
Luego... calladamente me marcharé.
Como leve brisa tropical que no deja
huellas al pasar. Así... entre las sombras,
me esfumaré.

66
TE QUIERO ALBA

T
E quiero alba. Te
quiero pura. Mas, si
cuando toques a las
puertas de mi alma, o
llegues a la encrucijada
de mi camino, no eres
alba ni eres pura,
siempre te querré con
locura, pues, Eros ciego
es, mas, cual rayo de sol
Eros preside el amor, con
su simpática figura.

67
SENTIDO RELIGIOSO

SOY ALFA Y OMEGA

S OY Alfa y Omega de la vida. Principio


y lin de todas las cosas. Soy fuerza
magnética escondida, Soy corriente
eléctrica poderosa.
Soy fuente de inspiración, donde
calman su sed bardos y poetas. Soy
manantial de amor y de bellezas. Soy del
mundo el Redentor.
Quien crea en Mí y siga a cabalidad
mi mensaje, vivirá a plenitud la vida.
Su paso por el mundo será feliz, pues
Soy rayo de Luz Divina.
"Amaos los unos a los otros" fue mi
mensaje eterno y profundo. "Regad la
semilla del amor por todos los surcos del
mundo".
"Alzad los ojos al Cielo y ved
allí el destello de Dios. Elevad el
pensamiento y que en la tierra
siempre, reine el amor".
68
Mas ¿qué habéis hecho de este mensaje humilde
que con tanto afán prediqué, por el que sufrí
tormentos indecibles y me dieron a tomar
vinagre y hiél?
¡Oh humanidad! ¿Hacia dónde te
diriges con tantas guerras imposibles con
tanto egoismo, envidias y maldad?
Detente por un momento y pon
tu pensamiento en Mi. ¿Es que
no temes sufrir de la guerra los
tormentos?
Detente a tiempo antes que ruedes
por el abismo, procede con amor y
con altruismo y desecha los malos
pensamientos.
Soy Alfa y Omega de la vida.
Soy el Redentor del mundo.
Regad la semilla del bien por
todos los surcos del mundo.

69
Y VIERON UN ÁNGEL...

Y
VIERON un ángel con alas
extendidas suspendido en el
espacio... Estrellas con fulgores de
topacios hacia el ángel tornaban luces
encendidas, brillantes, resplandecientes.
Rayos luminosos, iridiscentes, como los
de un brillante sol emergían de aquella
hermosa aparición, que guiaría a los
pastores al humilde pesebre donde
había nacido el niño Dios.
Mudos quedaron todos ante
aquella aparición hermosa. Junto al
ángel, un extraño lucero brillaba con
rara luz azulosa. Ángel y lucero se
movían despacio en la bóveda del
cielo.
Y aquellos humildes pastores
llenos de alegría y emoción
siguieron al ángel y a la estrella

70
a] humilde pesebre
donde nació el Redentor.
Todos cantaban... Hosanna en las Alturas,
Hosanna... ya nació el niño Dios.

Dulces cánticos y suaves melodías


llenaron los ámbitos del cielo... ¡La
tierra se inundó de alegrías! Todos
unieron sus corazones y con gesto de
amor y simpatías llevaron
numerosos regalos al niño Jesús y a
la Virgen María.

El soplo de los siglos no ha podido


acallar esta profunda sensación de
paz y de amor que sentimos en la
Navidad. En esta época del año
reverdecen en nuestros corazones las
exquisitas flores del Amor y la
Caridad. Que, por siempre, brille y
nuestros pasos guíe la hermosa
estrella de la Navidad.

71
E P I FA N Í A

(Inspirado por la Biblia, Ant. Test.,


Libro Is., Cap. XLII, Vers. I g II).

“SEGUID sin reservas ni temor


a mi adorado Hijo y Siervo.
Yo estaré con Él en todo momento, y Él, a
manos llenas, derramará Su amor.
Con amor supremo y profundo
Mi Mensajero, manso, modesto, no voceará.
Con voz queda Mi mensaje llevará, por
todos los ámbitos del mundo."
Y en el cielo de Belén apareció
luminosa en aquella noche
hermosa la más brillante de las
estrellas.
En los campos circundantes
los pastores asombrados
quedaron deslumhrados por
aquella aparición.
De la estrella, quisieron seguir la ruta a
ver donde les conducía, y llegaron hasta
el Mesías sin dificultad alguna.

72
Arrodillados, oraron en silencio profundo
al ver aquel lindo Niño inocente (nacido en
el más humilde pesebre) que sería, el
poderoso Rey del mundo.
Allí, permanecieron largo rato, de rodillas en
muda y estática adoración; de sus pechos, un
manantial de amor, brotaba, como agua
cristalina.
Mientras tanto... de lejanas tierras de Oriente
llegaron los tres Reyes Magos, en sus pausados
camellos montados, atraídos por la rutilante
estrella.

Llenas sus alforjas de regalos para el


niño recién nacido, todos, en armonía,
de amor henchidos, cantaron alegres
villancicos.
Y, así, en íntimo concierto, de
todas partes del mundo vinieron, a
rendir culto y pleitesía al único y
verdadero Mesías.

Hoy, después de casi veinte siglos de


aquel bienaventurado evento aún
celebramos el momento con alegría
y devoción.
¡Seis de enero, día de la Epifanía!
Para la grey infantil eres rayo
luminoso, sutil que inflamas su
loca fantasía.

73
AROMA DE SANTIDAD

(Viernes Santo 1968)

A
TRAVÉS de los siglos, llega,
hoy, a nosotros suave aroma de
Santidad que nos llena de emoción
y nos hace recordar los martirios
del Señor. En el Gólgota murió
clavado a la Santa Cruz, apagando,
así, la luz. que habría de redimir el
mundo.

Aquel gran pensador y filósofo de


ademanes suaves y serenos, humilde,
sencillo, bondadoso, fue sacrificado por ser
bueno, por una turba enloquecida. Fue
sacrificado inútilmente, pues hoy, la turba
sigue tan demente como entonces... y con
violento desenfreno va derramando el
veneno del odio, la envidia y la maldad.
74
Mientras unos con el veneno
que los ahoga,
amargados... viven muriendo; los mártires
de ese odio que caen a deshora mueren...
pero, eternamente siguen viviendo, en los
anales de la historia. ¡Paz tengan sus
despojos en la tierra! ¿Sus almas?...
Reinando están en la Gloria.

¡Dios eterno de lo Infinito! En este


recogimiento de dolor que mi alma siente en
Viernes Santo, te pido con verdadero
fervor, mis ojos, húmedos por el llanto, que
no nos desampares, Señor. Míranos con ojos
de piedad. Ten compasión de nuestras
almas, cólmanos de amor y serenidad; haz
que crezcan a nuestros corazones... alas.

75
TÚ ERES LA PAZ

Ú eres la Paz...
Sombra grata, que en mis tardes obscuras
guías mis pasos con mano segura. Que,
T en mis noches de desvelo cierras mis
párpados al sueño, haciéndome olvidar
mis penas y amarguras.

Tú eres la Paz...
Paz inefable y duradera
que se extiende por doquiera,
sembrando bondades y dulzuras.
Benéfico bálsamo que curas
hondas y dolorosas heridas
que recibimos, en el curso de la vida.
Tú eres la Paz...
El descanso eterno que buscaba
y que hallaré en la hondonada
del valle umbroso de la muerte.
En ese hermoso valle, donde permanente
están, la paz y la tranquilidad,
Tu eterna bondad... y Tu ternura.

76
EL ERMITAÑO

E
N la cumbre de una montaña,
donde más cerca se está de Dios,
un triste y miserable pecador
construyó una pobre cabana.
Quería estar cerca de Él esperando que un
rayo de Luz Divina penetrara en su alma
mezquina y le hicieron olvidar los pecados
de ayer.
Con fervor y lágrimas en los ojos
oraba todos los días y sinceramente
pedía a Dios, no lo mirara con
enojo.
Un día, al orar, elevó los ojos al cielo y vio
cómo en él una puerta se abría, pudiendo ver un
ángel que escribía en un libro de oro, su
nombre entre los buenos.
Gracias le dio al Señor por
haberle perdonado su vileza, y
allí entre yerbas y malezas quedó
muerto el pecador.
Allí, donde con tanto fervor
rezó y lloró el ermitaño
como un verdadero milagro
un bellísimo rosal creció.

77
P E N S A M I E N T O

¿QUÉ ES DIOS?

D
IOS es un soplo Divino, Ser
intangible y remoto, que habita
muy dentro de nosotros como un
diamante genuino.

Hace que nuestra alma brille


con extraño resplandor. Es
manantial de caridad y amor que
por donde quiera nos sigue.

Es poderosa corriente que nos


motiva de manera extraña,
perfeccionando nuestra alma y
haciéndonos seres más conscientes.

¡ Pobre del que vive sin Dios y


así lo proclama! Dejando que se
seque su alma y se le atrofie el
corazón.
78
SENDEROS DE AMOR

'TRUNCA el alma...
Trunco el pensamiento... Sólo
Dios nos brinda aliento. En
las vivencias sufridas a lo
largo del camino, un rayo de
luz Divina alumbra...
nuestro espíritu.
Busco, busco, mas, ¿qué
espero? ¿Qué ansio? Oteo el
horizonte como el Capitán de
un navio... esperando librar
la nave de tiempos
borrascosos; del oleaje
furioso de los tiempos que
vivimos.
¡Qué de disturbios! ¡
Qué de guerras! ¡ Qué de
maldades! ¡Dios querido!
¡Con qué fervor te pido

79
ilumines a los hombres
a buscar el verdadero
y único camino!
Van cual aturdidos peregrinos
que no saben qué ruta seguir.
¡Pobres seres perdidos que
buscando van al azar cómo
salir del laberinto en que, se
han dejado atrapar! Pobres
moléculas que se agitan y
chocan en el diario devenir,
Cual topos, sin ojos ni radar, no
saben donde van ni les importa
qué ruta seguir...
Van sin Dios... en vertiginoso tropel.
Van matando sin corazón y
destruyendo cuanto ven. ¿Qué les
importa el sufrir de los demás? Sólo Tú,
Señor, eres faro Divino que iluminas el
camino y nos guias por senderos de
amor.

80
RUMBO A LA ISLA DESTINO

TRAJE conmigo al nacer


un hermoso velero que me
ayudase a navegar por el
proceloso mar de la vida.
Mas ¡qué ironía! Por más
que, a veces, he tratado de
torcer su camino, no he
podido. Siempre el velero
va... rumbo a la Isla Destino.

En mi fantasía... a veces
me he creído Capitana de mi
velero. ¡Qué ilusa! ¡Qué
tontería! Ese velero trajo
consigo su ruta señalada y
nadie, ni nada puede torcer
su camino. Imperturbable
marcha... rumbo a la Isla
Destino.

81
Siempre he
soñado con
esquivar
las peligrosas olas del
mar las rocas y los
escollos. ¡Inútil todo
intento! De pronto siento
el rudo golpe fatal
contra los cayos del mar.
Es mi hermoso velero
que siempre marcha
ligero sin poderlo
evitar... rumbo a la Isla
Destino.

Contra esa isla no hay


quien pueda. ¡Es en
vano luchar! Tal parece
tiene imán para el
velero de mi vida. Pues,
aunque quiero con firme
voluntad desviar el
camino, el velero
siempre va... rumbo a la
Isla Destino.

Varias veces he soñado


con un hermoso ideal
que me remontase al
espacio sideral en alas
de la fantasía. Mas,
¡cuántas luchas! ¡
Cuántas agonías he
tenido que pasar, sin
haber podido lograr lo
que, con afán, me
proponía I Pues, mi
velero se empeña

82
muy a mi pesar
en siempre navegar...
rumbo a la Isla Destino.

Ya al final de la jornada me
he dado por vencida, y plácida
sueño a solas mecida por el
vaivén de las olas, tendida
sobre la cubierta del barco de
mi vida. Me he conformado a
seguir la corriente de mi triste
sino. Ya, que el velero sigue por
el mismo camino... rumbo a la
Isla Destino.

89
QUÉ ES UN POETA Y QUÉ ES POESÍA

¿Qué es un poeta?
Es un alma sensible que en los
versos que escribe expresa sus
sentimientos, que eleva su
pensamiento a regiones etéreas, que su
espíritu eleva a glorias inmarcesibles.
Es aquel ser privilegiado, que al ser
por Dios inspirado, al mundo lanza sus
poesias,
sembrando en los corazones ilusiones y alegrías.
Aquel que tiene el poder de ecliar al vuelo su
imaginación hasta llegar al Cielo. Aquel que con
los ojos del alma advierte la inspiración que de
Dios emana. Aquel que en su viva fantasía oye
suaves y dulces melodías con los oídos del alma.

¿Qué es poesía?
Poesía es la vida misma.
Advertir la presencia de Dios,
Su poder, Su dulzura, Su amor.

84
Es ver a Dios en todo ser viviente,
estar plenamente consciente
de Su Divina Presencia.
Es verlo en el cielo,
en el mar, o en el verde suelo.
Verlo en toda la Naturaleza,
en árboles, flores, montes, cañadas y malezas.
Es respirar a pleno pulmón
la alegría del vivir.
Es verlo con dulzura sonreír,
en todo momento... en toda ocasión...
Es verlo en los pétalos de una flor
plenos de rocío y de color.
Verlo en los pájaros, que, con sus dulces trinos
nos alegran el corazón.
Es, en fin, sentir Su presencia
en nuestro mundo interior.

85
¿CÓMO?

¿CÓMO mirar el cielo,


extasiarse ante la inmensidad del mar,
asomarse a unos ojos de dulce mirar,
contemplar blancas gaviotas en vuelo, sin
comprender al momento: que todo esto es
obra del Dios eterno del Universo?
¿Cómo contemplar un niño inocente,
acariciar sus sonrosadas mejillas,
mecerle dulcemente sobre las rodillas,
darle un tierno beso en la frente, sin
detenerse a pensar; que todo esto es
obra de nuestro Padre Celestial?
¿Cómo contemplar extasiado, una
noche clara y serena, con el cielo
tachonado de estrellas, y la luna
brillando con todo su esplendor, sin
comprender entusiasmado; que todo
esto es obra magnífica... del
Supremo Hacedor?

86
CAVERNAS OBSCURAS

O LAS del mar que embisten contra rocas


escondidas levantando penachos de
espumas. Olas crueles y fieras del mundo
que, con fuerza estallan
contra las rocas de la vida entre
nebulosas y brumas.

Voces quedas y lejanas


tal roncos lamentos
vienen en alas del viento. Traen
tristes reminiscencias
del lejano pasado y
con ellas todas las vivencias que
nuestra alma han cincelado.

Cavernas obscuras en las soledades


del alma por donde
pasan las tristezas
de la vida
crueles experiencias que vertiginosas pasan,
grabando van en nuestra mente donde
quedan... por siempre, esculpidas.
87
Mas, ¿por que recordar siempre el
pasado sufrido?
¡ Si, al fin, hemos surgido
de las amarguras a flote!
Como el náufrago que se ve perdido
subámonos al primer islote
que encontremos en el camino.

Siempre con los ojos en alto


dando gracias al Cielo
por permitirnos seguir la ruta
con relativo consuelo.
perdiéndonos en un mundo de ilusión
que distrae nuestra mente
y presta alivio al corazón.

88
LA CADENA

E SLABÓN por eslabón


se forjó la larga cadena de mi
penosa existencia, en el cruel
y duro yunque de la vida.
Reto a cualquiera que la
rompa o que la trunque. No lo
intentará siquiera... pues ésta
se formó con sangre de mis
venas, lágrimas de mi alma,
con penas y más penas y la
viva y roja llama de mi
propia existencia.

89
R E M I N I S C E N C I A S

MIL PASOS HACIA ATRÁS

M
IL pasos hacia atrás en el camino
recorrido. Mil pasos desandados
recordando sueños... que pasaron al olvido.

Mil pasos hacia atrás ¡en


alas de la fantasía! ¡ Con
cuánta nostalgia sombría
volvemos los ojos al pasado!

¡Mil pasos nada más! ¡ Qué fácil, en


nuestra mente, desandar un largo
trecho recorrido!

¡Mil pasos hacia atrás!


Recordando el ayer... y añorar
ese ayer... ¡iluso y fugitivo!

90
FLOR DE REMINISCENCIA

A MARILLENTO por los años


conservo un viejo álbum donde
escondo como un verdadero
tesoro, un sinfín... de recuerdos.

Recuerdos de mi juventud, de
aquella edad de oro... Fuente
de alegría y luz, que, por
siempre, en mi pecho atesoro.

Escondida entre sus páginas


hay una flor descolorida y
seca... que me inspira profunda
ternura. Habla con dulzura a
mis oídos.
En tonos suaves de cariño... de amor,
de seres, que ya, de este mundo se han
ido a habitar, a un mundo mejor.

91
Me la obsequió un
adolescente. Joven bueno,
virtuoso, inteligente. Mas, el
Destino lo quiso... en el albor
de su existencia, en plena
adolescencia, cuando más se
ama la vida, su alma al cielo
voló.

En dias de angustias... de
profunda nostalgia... recurro a mi
flor seca y mustia, que no sé, por
qué arte de magia tiene la
singular virtud, de insuflar mi
abatida alma, con serenidad y
calma, y ver las cosas a través
de un rosado cristal.

92
HILA, HILA, VIEJECITA

H
ILA, hila, viejecita, en la
rueca del pasado. Hila con el
copo de oro que guardas como
un tesoro del tierno ayer de tu
vida. Hila, viejecita dulce y
tranquila, de cabellos plateados, el
maravilloso hilo dorado de tus
sueños... Hila, hila y pon en ello
todos los gratos recuerdos de tu
alegre pasado... de ese íntimo
ayer jamás, jamás, olvidado.

Teje con la aguja de


tu imaginación y el
hilo dorado de tus
sueños,
el fino encaje de la ilusión.
Pon en ello todo tu empeño,
todo tu afán, todo tu amor...

93
Vuelve atrás el pensamiento y
verás reverdecer, tus más
íntimos sentimientos, en los
recuerdos del ayer.
Teje... en el telar del tiempo
una maravillosa tela con el hilo
dorado de tus sueños... Teje el
más bello diseño que jamás
persona alguna haya diseñado.
Al terminar tu labor, verás
primorosamente tejida la más
vaporosa, la más fina tela,
confeccionada con los
recuerdos del pasado.
Cose en tu imaginación y en
lo más íntimo de tu ser, en la
máquina del pasado la
vaporosa y fina tela que jamás
hayas soñado. Cose la más bella
creación que la máquina pueda
coser. Cósela con el hilo dorado
de tus sueños... Cose con afán y
con desvelo el último diseño de
una bella creación y adórnalo
con el delicado encaje de la
ilusión.

Ciñe a tu cuerpo el magnífico


modelo que confeccionaste

94
en tu pensamiento, con la
maravillosa tela tejida con
amor, en el imaginario
telar, del tiempo.
Adórnalo con el encaje de
la ilusión que tejiste en tu
pensamiento; con el
dorado hilo de tus
sueños... con el dorado
hilo de tu imaginación.
Asómate al espejo, te verás
rejuvenecida y te sentirás
agradecida con lo que dice su
fiel reflejo. Hila, hila viejecita,
hila, en tu pensamiento los
gratos recuerdos de antaño.
Hila el dorado hilo de tus
sueños... Hila el dorado hilo
de tus años.

95
A L E G R Í A D E L V I V I R

H O Y. . .

H
OY... me siento frivola. Mi
alma siempre esquiva, hoy
se siente efervescente, como las
burbujas... como las espumas...
del inquieto mar.
Hoy... me siento alegre, con la alegría
del vivir. Hoy me siento parlanchína y
decidida. Hoy, el día me convida para
cantar y reir, para hacer mil travesuras.
Hoy, no hay penas ni amarguras, en mi
mundo interior Hoy todo me parece lleno
de luz y de color. Hoy, se siente alegre mi
torturado corazón. Hoy... me siento cual
alegre cascabel. Voy ligera como el
viento... beso la rosa, beso el clavel, y,
flotar en el aire... me siento.
96
Hoy... piso las nubes y
mis ojos elevo al purísimo
azul del cielo. Voy vestida
de gasas y tules. Voy ligera,
vaporosa, como leve
mariposa que se pierde en
los azules.

97
ENCONTRAR EL ALMA ES ENCONTRAR
A DIOS

ENCONTRAR de pronto el alma...


estar consciente de su presencia,
remontar el vuelo en alas
de la ilusión...
Encontrarse de pronto
en presencia de Dios.
Sentir de cerca
Su calor...
Estar consciente
de Su dulce presencia
en nuestro propio
yo interior...
Es la más sublime experiencia...
el más sublime milagro de amor.

De pronto, verlo todo color de rosa,


sentir que a borbotones, la vida brota a
nuestro alrededor... Con avidez, llenar el
alma de luz y de calor.
Sentir que como límpido manantial brota
de fuente inagotable una corriente de
inspiración...
98
¡Oh, dulzura inefable!
¡Sentir que la vida es bella!
Y durante toda ella... inconscientes,
vamos asidos estrechamente
de la poderosa mano de Dios.

Sentir que hemos dejado atrás,


las vanidades de la vida... lo
material, lo inconsecuente. Sentir el
alma henchida de puros
sentimientos; vernos libres de malos
pensamientos y de torpes vanidades.
Haber dejado atrás el fardo tan
absurdo y tan pesado> de nuestras
pasiones que no nos permitían ver
todo lo bello que hay en derredor.
¡Es un verdadero milagro! Haber
encontrado, al fin, el alma y la
eterna bondad de Dios.

99
SENTIDO FILOSÓFICO

EL CISNE NEGRO

M
AJESTUOSO cisne negro vio
reflejada su figura en el
límpido espejo de la superficie
de una laguna.
Ante tan excelsa belleza quedóse
embelesado, y ahuecando las alas
con orgullo, sus plumas de color
obscuro brillaron con el fulgor de
luceros y la radiante luz de las
estrellas.
Mas, pronto el encanto quedó
deshecho, al quebrarse el espejo de la
laguna; cuando un malvado que por
allí pasaba, tiró una piedra y el
agua, en círculos, se retiraba.
¡ Qué desencanto! Cuando, por
fin, el agua volvió a su tranquilo
estado,

100
vio entonces reflejado
en el espejo de la laguna,
no solamente su figura,
si no, también,
la de un hermoso cisne blanco.

Quedó perplejo y confuso y caviló


por largo rato, no sabiendo a ciencia
cierta cuál de las dos era su imagen
verdadera. Mas, al fin y al cabo se dijo
gozoso... si soy, en verdad, hermoso,
¿qué más dá, que sea negro o blanco?
¿Por qué he de estar confuso? Si soy
tal como Dios en Su Sabiduría Eterna,
lo dispuso.

101
AVE DE RAPIÑA

CERCA del cielo... sobre un desierto


de blancas y ardientes arenas,
un ave de rapiña volaba
y con sus penetrantes ojos buscaba,
alguna presa para satisfacer su hambre.
Sus alas ominosamente extendidas... dio
de pronto, tremenda sacudida y
rápidamente se precipitó,
sobre algún objeto que desde arriba vislumbró
y que pronto sería su comida.
Con alas silenciosas descendió
segura, sigilosa, y sobre su presa
aterrizó. Era un pobre burro que
murió de sed... en el desierto
agotador.
i Con qué placer y voracidad
engulló aquel pobre animal! ¡
Cuántas aves de rapiña se encuentran
en esta viña del Señor!... Dispuestas
a devorar con malicia y con maldad a
todo aquel incauto que, inocente, se
deje atrapar.

102
CELDA ESTRECHA

C ELDA estrecha que es mi carne


para contener el alma mia que
quiere romper su estrecha cárcel, volar
y perderse en la lejanía.

Este recinto ya es pequeño para


un espíritu que crece y crece y por
más que pongo empeño mi alma
se agiganta y estremece.

Mísero barro que es esta celda que


en su reducido espacio encierra un alma
ansiosa por echarse al vuelo.

Ya con fuerza, rompe la cruel barrera


echando la celda por tierra y, al fin,
vuela y se pierde en el cielo.

103
¿QUÉ MISTERIO ENCIERRA LA VIDA?

¿QUÉ hondo misterio encierra la vida?


N ace mos llo r ando. Nos vamos riendo.
Envuelta en su negro manto, la muerte, en
un instante, nos lleva... El alma se
desprende del cuerpo. Y, en un suspiro...
lentamente, se esfuma en el cielo.
Nadie sabe de dónde venimos. Nadie sabe
hacia dónde vamos. Sí, sabemos dónde
nacimos; pero, dónde y cuándo nos toca
morir, es el misterioso enigma del arcano.
Jamás sabremos el misterioso secreto de lo
que nos aguarda en el porvenir... que
permanece oculto, en hermético silencio.
Dios en Su sabiduría inmensa sobre esta
incógnita, corrió un velo, para, que nadie
escudriñar pudiera los secretos designios del
Poder Eterno. Así, los hombres en su
ignorancia pudieran vivir, sin temores ni
recelos, de saber, día, hora y sitio, en que
su alma, desprendiéndose del cuerpo, volara,
al fin, a lo Infinito.

104
QUÉ MÁS DA...

Q UÉ más dá...
Que nos hagamos famosos
si al final de la jornada,
la muerte, nos reduce a la nada
sin que valgan llantos, ni sollozos.

Qué más dá...


Que beamos grandes acaudalados
si cuando llegue la muerte,
no podemos llevarnos, ni un solo paquete
de todo el capital acumulado.

Qué más dá...


Que pertenezcamos o no a la nobleza
si al final del camino,
caerá la cortina del olvido
y nadie se acordará, de titulos ni de riquezas.

Qué más dá...


Que tengamos la piel blanca u obscura. Si
cuando lleguemos al Tribunal Superior,
imparcialmente nos juzgará nuestro Señor
sin fijarse en nuestra triste figura.

105
Anle ese Augusto Tribunal, solamente
los valores espirituales, nuestras buenas
ejecutorias y bondades justamente se
aquilatarán.
Entonces...
¿Porqué tanta vanidad? ¿Porqué
tantos aspavientos? Si al fin, todo
se lo lleva el viento derecho a la
eternidad.
La muerle es el punto final.
Es la gran niveladora. Ante esa
verdad conmovedora, nadie
puede escapar.

106
LA ENREDADERA

A L pie de mi balcón
una semilla germinó
convirtiéndose luego en
una hermosa enredadera.
Creció y creció y m'ás y
más se enroscaba a los
pilares de mi balcón.

Llegó la alegre Primavera


trayendo con ella hermosos
y múltiples capullos.
Llegaron las lluvias de
abril y el calor de mayo y
junio convirtiéndose
aquello en un verdadero
jardín de campanas azules
y rosa.

Luego, con el verano, las


brisas trajeron policromas
mariposas a posarse en la
trepadora dándole su
suave caricia a la hermosa
enredadera. La contemplo y
la comparo a una hermosa
mujer

107
que se viste y engalana
enroscándose al corazón y alma de
quien la quiera sostener.
Yo, que siempre he disfrutado de
sostenerme sobre mis propios pies, la
contemplo con interés y no poca
admiración. Con un dejo de envidia y
un no sé qué de amargura en mi
adolorido corazón me digo, que sin
lugar a dudas ella es más sabia que yo,
y, con sinceridad exclamo: ¡quién
fuera... como tú... enredadera!

108
P R O L E T A R I A D O

LA ZAFRA

YA empieza la zafra
y con ella, viene la esperanza del pobre campesino.
Ya las ruedas del molino se ponen en movimiento para
moler la dulce gramínea y extraer su rico zumo. Por
la chimenea escapa espesa columna de humo. Rico
olor a miel aroma el ambiente. Los músculos se
mueven y, con afán, se ejercitan. El corazón del obrero
palpita al compás de la maquinaria. Su pecho crece y
se inflama de alegría y bienestar, al ver que por el
momento el hambre ahuyenta del hogar y nada faltará
a sus hijos... Hasta que vuelva de nuevo la agonía y
desesperanza con el final de la zafra y la llegada del
tiempo muerto y de los brazos caídos.

109
TIEMPO MUERTO

TIEMPO muerto...
Brazos caídos... En el pecho
un gemido, angustia en el
pensamiento. Es el pan de
los hijos que en el aire se
esfuma... ¡Con cuánta
amargura y pesar en el alma
lanzan un hondo suspiro los
humildes campesinos cuando
ven la llegada del final de la
zafra! La llegada del tiempo
muerto v de los brazos
caídos...

110
O T R O S P O E M A S

LA PRIMAVERA SE FUE!

JUVENTUD, ¿porqué te has ido?


¡Tan de prisa y tan corriendo!
Dejándonos ateridos de frió
con el cierzo helado del invierno.
Primavera que se esfuma
como la nivea espuma...
Ya se marchitaron las rosas,
los nardos, las azucenas y lirios;
sólo quedan los pálidos cirios
que lloran lágrimas de cera.
Ya doblan las campanas
por la cruel retirada
de la feliz Primavera
que para no volver, se fuera.
Pierden sus hermosos colores con el
tiempo, las marchitas flores y de sus pétalos
se despojan. En los árboles se secan las
hojas... que vuelan a merced del viento. Se
esfuman, de nuestras vidas, con el tiempo las
alegrías y las ilusiones, quedando en
nuestros corazones sólo, penas dolorosas y
amargas.

111
Luego, reina la calma...
Ya estamos al final de la jornada.
ya llegamos a la hondonada
cuando todo, todo, termina
en el insondable mundo de la nada.

112
TENTACIÓN, VICIO, MUERTE

E
SPLENDOROSA mujer... bella ilusión
que pasas por mi lado y sonríes con
aire burlón. ¿Quién eres? ¿Yo?... Yo soy
la Tentación.

Celaje que te acercas con paso cauteloso


y me sacas de quicio con tu andar lento y
misterioso. Tú ¿quién eres? ¿Yo?... Yo soy el
Vicio.

Envuelta en negros crespones,


como ser raro y demente, vas, sin
piedad, hiriendo corazones. ¿Quién
eres? ¿Yo?... Yo soy la Muerte.

113
DOS PRECIOSOS QUERUBINES

(Dedicado a mis dos sobrinitas nietas


que hicieron su entrada triunfal al mun-
do en el día de hoy).

R
EPIQUEN campanas! ,
¡Que toquen alegres
tambores y clarines! Que
hoy, al mundo hicieron su
entrada triunfal dos
preciosos querubines.

Por caminos ignorados


vinieron desde el cielo, sobre un
rayo de luz Divina que los
guiará toda la vida por luminoso
y florido sendero.

Dos lindísimos capullos de


hermosas rosas tempranas, bañados
con el fresco rocío de la mañana,
hoy, abren sus pétalos al mundo.
114
Dos luminosos rayilos de sol
trayendo luz y alegría. Notas de
suave melodía dulcemente
desprendidas, del divino
pentagrama del amor.

115
SINFONÍA EN ROSA

N sinfonía en rosa se ha
E convertido una penosa
época de mi vida. Un hernioso
lirio que en una linda
primavera abrió sus pétalos
al sol por vez primera,
floreció en mi jardín interior
trayendo luz y calor, a un
alma desolada. ¡ Qué
hermoso lirio! ¡Y cuánto yo
lo amaba!

Mas, en una cruel alborada


en mis brazos que lo
acunaron, el lirio, para
siempre se extinguió,
disipándose su aroma en el
misterioso recinto de la nada.
Mi alma triste y desolada por
años y años vagó en el
espacio, como perdido celaje
que algo busca, sin hallar
nada.

116
¿Porqué te fuiste mi pobre lirio?
¡Tan callado... tan humilde... tan sumiso!

Sepultar en el olvido quisiera,


aquel terrible calvario, que sumió
para siempre mi espíritu en la densa
penumbra del último fulgor
crepusculario. Como aves ligeras,
volaron los años... aquellos... de
angustia y dolor. Viví cual extraña
visión... ¡Sombra perdida en el
espacio! Mas, llegó un nuevo día
con espléndida alborada de luces
oro, plata y rosadas. Débil rayo de
luz penetró por las ventanas de mi
alma...
hiendo una sensación extraña
de bienestar y de calor.

¡Oh! ¡Milagro de Dios!


Múltiples flores sentí que
brotaban en mi alma... Un
verdadero jardín de flores...
que eran para mí exquisitas,
exóticas, extrañas. ¡Lirios!
Lirios y más lirios brotaban
como por encanto en el
recinto sagrado de mi triste
corazón. ¡Extraños lirios!
Que abrían. sus hermosos
pétalos al sol.
117
¡Rosas! Rosas y más rosas
plenas de encanto y de color,
florecen en profusión, lindas,
fragantes, hermosas. Su
exquisito perfume aroman el
recinto sagrado de mi jardín
interior. Rosas de encendido
color que, cual radiantes
mariposas vuelan leves y
glamorosas con sus policromas
alas, posándose de flor en flor.

¡Claveles! Nardos y azucenas,


gladiolas, margaritas y gardenias,
crecen en mi jardín interior con
maravilloso desenfado. ¡Son ellas mi
encanto! ¡Son ellas mi ilusión! Ellas
han traído felicidad a un desolado
corazón que había dejado de
palpitar; a un espíritu que vagaba
como sombra, por el espacio sideral.
Con sus colores y hermosura han
logrado aliviar mi amargura,
llenando con su presencia aquella
árida existencia que arrastraba cual
un cilicio, después de la penosa
ausencia de mi bien amado lirio.

En eterna floración están


mi pecho y mi alma, con
estas flores extrañas

118
que generoso me obsequió el
Señor del Universo. Mi alma se
siente humilde y profundamente
agradecida en esta brillante
amanecida, por este regalo que
no merezco. Regalo, que en
cierto modo, ha logrado llenar
el hueco que la ausencia de mi
lirio, en mi angustiada alma,
para siempre... dejó.

119
VIEJOS TRONCOS

V IEJOS troncos... solitarios... de tiempos ya


pasados... Silenciosos lloran la precipitada carrera
de los años. Derruidos, hoy, por el tiempo, fueron
árboles fuertes, lozanos, con profundas raices en la
tierra que, aún hoy, a pesar de los años, conservan.
Mas, hoy están viejos, tristes y mustios los que antaño
fueran árboles robustos. Ya nadie de ellos se
acuerda... Eso sería necio... sería tonto... Por más que
gimen, crujen y se quejan, ¿quién, para nada, se
acuerda... de los "viejos troncos?

¡Árboles nuevos!... ¡Frondosos!


por cuyas venas circula savia de
aquellos viejos troncos. Árboles
que no se conmueven de las
infirmezas de sus progenitores.
Sólo tienen amores para sus
tiernos retoños,

120
sin acordarse que llegará el otoño
y los rigores del invierno,
más pronto de lo que parece.
Ellos, entonces, sin remedio
ocuparán el sitio de los viejos troncos.
Viven despreocupados
a su gusto y antojo,
sin acordarse de donde proceden.
¿Para qué acordarse de los viejos troncos?

¡Nuevos retoños!... ¡Tiernos, hermosos!


que descienden de aquellos viejos troncos...
Siguen el ejemplo de los árboles nuevos.
Para nada se acuerdan de los árboles
viejos. Ellos, también llegarán con el correr
de los años a los rigores del otoño, y estos
hermosos retoños se convertirán, con el
invierno inclemente en árboles viejos y
tristes. Mas, esto los preocupa muy poco...
¿Para qué ocupar su mente en brindar
cariño y protección a aquellos... los viejos
troncos?

121
EFÍMERA JUVENTUD

JUVENTUD que como vendaval voló f


sin darnos cuenta de ello. El invierno
con su helado cierzo nos arropa el
corazón.

Ya mi barca se aleja... pronto llegará


al horizonte, y en el sendero que va
hacia el monte para siempre, se
perderán mis huellas.

El cielo y las estrellas se


cubrirán de sombras; ya no
cantará la alondra... pronto
callará mi lira de poeta.

Caerá pronto la pesada cortina del


olvido; todo se habrá extinguido
cuando llegue al final de la jornada.

122
HASTA EL FINAL DE LA JORNADA

INCORPÓREA...
como alma que lleva el viento,
seguiré tus leves huellas
por las vastas arenas del desierto.

Ingrávida...
remontaré hasta ti el vuelo...
y eternamente te buscaré,
hasta dar contigo en el cielo.

Diáfana...
como rayo plateado de luna,
afanosamente y sin cesar mi
alma buscará la tuya.

Translúcida...
como sutil y transparente nube,
iré en pos de tus huellas por
los ámbitos azules.
Sombra...
que a tu sombra enlazada, irá
hasta los confines del mundo,
marchando juntas... hacia la nada.

123
Incorpórea, ingrávida, diáfana,
translúcida, hecha una sombra mi
alma; con estas cualidades
inherentes a mi espíritu que vaga,
hacia ti iré por caminos diferentes,
hasta el final de la vida... hasta el
final de la jornada...

12Í
SOLES DESVAÍDOS

S OLES brillantes, luminoso»,


soles que en la soledad se
quedaron y su brillo se opacó
con el correr de los años.

Soles desvaídos que pudieron


lucir su brillo asomados a los
balcones. Mas, por falsos
pudores se vieron obligados a
vivir como pálidos lirios que,
pronto se marchitaron.

Y... corrieron los días y


volaron los años, y aquellos
balcones, permanecieron
cerrados. En la vieja casona
quedaron... tres soles desvaídos,
que lloran su soledad y...
lanzan suspiros.

123
TE S U E Ñ O . . .

T
E sueño pura cual la
albura del blanco velo
que llevarás al altar. Como
las flores de azahar que
llevarás sobre tu pelo.
Te sueño agua cristalina y
pura de fresco manantial. Te
sueño inmaculado cristal
que trasparente reluce cual
tu cuerpo virginal.
Te sueño dulce tierna
y amorosa como
espléndida rosa que en
el vergel luce... diáfana
y bella, tímida y
hermosa.
Te sueño preciosa
como linda mariposa
de policromas alas.

12!S
Te sueño mística hada
etérea, misteriosa,
de regiones encantadas.

Te sueño en mi fantasía
fino y sutil perfume suave y
delicado aroma. Te sueño
tímida paloma que en su
pecho me arrulla con amor y
con dulzura.

Te sueño bálsamo que


mis heridas curas con
férvida ternura y con tus
besos de amor. Te sueño
rayo de sol que mi alma
iluminas con tu luz y tu
calor.

Te sueño claro de luna que


brilla con extraño resplandor. Te
sueño Reina de mi corazón en
cuyos brazos encontraré el calor
y la dulzura de una verdadera
pasión.

Te sueño mi esposa, madre


ideal de mis futuros hijos, que,
con el tiempo, vendrán. Te
sueño codiciado galardón. Te
sueño Diosa de amor sobre
inmaculado pedestal.

127
Así cantaba romántico doncel
acompañado de su guitarra, una
noche luminosa y clara de un
cálido mes de julio. Bella noche
de plenilunio, cielo tachonado
de estrellas rutilantes y bellas.

Y aquel
romántico doncel que cantaba su
dulce melodía, con toda su
alma quería encontrar con afán
y con empeño, aquella mujer
ideal, aquella mujer de sus
sueños.

128
PRISIONERO DE TI MISMO

PRISIONERO
de ti mismo
por tu egoísmo,
por traicionero.

i Qué lástima siento por ti!


¡Por tu odio y tu envidia! Y esa
innoble insidia que sientes, tú,
por mí.
¿Con qué mal te he herido? Más
bien, te he hecho favores y pagas mi
bondad, con tus errores. ¡Mal
agradecido!
Sal de la prisión de tus
malos sentimientos y eleva tu
pensamiento hacia el Reino
del Señor.
¡Qué bien te sentirás! Pues todo el
amargo veneno depositado en tu
seno como por encanto...
desaparecerá.

129
OJOS COLOR DE ENVIDIA

OJOS color de envidia,


que brillan
con extraño resplandor.

Ojos que fulguran y


apenas disimulan su
pérfido brillar con su
odio y su rencor.

Odio que siente tu


corazón, por el bienestar
de los demás...

¡ Cuánta perfidia hay... en


tus ojos color de envidia!

130
TU -NOMBRE

E
SCRIBÍ tu nombre sobre la arena,
vinieron las olas y lo borraron. Lo
escribí sobre el tronco de un árbol y
corrieron los años...
Llegó el invierno... el sol
y el agua, la nieve y el
cierzo con fuerzas
combinadas, lograron
borrar aquel nombre
amado.
Mas, tu dulce nombre con
letras indelebles en mi corazón
y mi mente para siempre...
quedó grabado.

131
LA VORÁGINE

DE pie estaba, al borde de un abismo


y el vértigo de mí se apoderaba, cuando
sentí poderosa estocada que me
asestaba, cruel... el Destino.

Quedé por el golpe aturdida. Sentí


una Mano Poderosa que me apartaba
de la vertiginosa corriente... de aquel
terrible torbellino.

¡Olí! ¡Vorágine devastadora que,


como poderoso imán me atraías! Al fin,
veo claro y con sabiduría, me retiro del
golpe rudo, de tu encrespada ola.

Ya tu hora de fascinación pasó, al


fin, perdiste la batalla, ahora, con
toda el alma me dedico a mi
trabajo con entera v renovada
devoción.

132
ABRIENDO SURCOS

A BRIENDO surcos en los mares


va la barca de mi vida. Sobre la
blanca arena tendidas dejando voy,
los negros crespones de mis
amarguras y pesares. No anhelo ni
madréporas ni coral, ni estrellas, ni
luceros. Humildes... muy humildes
son mis más caros anhelos, tímidos,
mis sueños y pensar.

Perfumar quiero el ambiente con perfumes


de mi alma. Regar en los surcos, rosadas
conchas y algas en ésta, la hora del
Poniente. Regar por el ancho mundo
jugosos panales de blanca cera, amasados
por las afanosas abejas de mis anhelos
profundos.

Borrar agónicas miradas


sanar cicatrices sangrantes,
133
sanarlas en un instante
con la varita mágica del olvido.
Todo esto, calladamente,
sin fanfarria ni toque de platillos
y sin música precedente;
mas, sí con entusiasmo y amor,
bajo el palio Divino
del Supremo Hacedor.

134
¡BAJO LA TECHUMBRE AZUL DEL CIELO!

M
I alma en tu alma se anida y ambas
van cogidas de la mano.
Tranquilos, sin prisa, marchamos por
el largo camino de la vida.

Camino que se acerca al final. Ya


hemos caminado largo trecho... unas veces
ancho, otras estrecho... unas veces
florido, otras sombrío y fatal.

Pero, siempre unidos. Unidos en el dolor y en


las alegrías marchamos, hasta el final de
nuestros días.

Siempre colgando el nido bajo un


mismo alero... ¡Bajo la techumbre
azul del cielo!

135
¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

F
ELICIDADES en mi
cumpleaños hoy, todos me
desean, mas, no quiero ni
recordarlos. En la luz que agoniza
una sombra se divisa, que al oído,
muy quedo, me dice debo estar
alerta ya que, pronto se acerca el
final de mi existencia.

Mas, no temo, no, ni a la


vida, ni a la muerte, que son las
almas fuertes las que ganan la
partida.

Cuando llegue Átropos será


bien recibida. Le daré la
bienvenida y gustosa la
recibiré. No tendrá que blandir
su afilada guadaña. Del brazo
la tomaré y caminando con ella
me iré. alegre como unas
Pascuas.

136
LA DESPEDIDA

Y
A para mí, agotada está la
fuente de Hipocrene. Ya no
vuela mi fiel Pegaso. Mi lira...
de pena enmudece. Mi laúd... se
desintegra a pedazos.

Ausente están ya las Musas,


se han declarado en retirada.
Sombras cubrirán mi humilde
tumba... Para siempre
desaparecerán las alegres
alboradas.

No oiré más el canto de los


ruiseñores, ni se alimentarán ya, de mi
mano amiga. Pronto terminarán mis
penas y dolores. ¡Ya, para siempre...
quedaré dormida I

Ya no podré ver las flores ni


aspirar su grato aroma. Ya no podré
ver sus brillantes colores, ni oír de
nuevo, el dulce canto de la alondra.

137
Todas las bellezas terrenales se
habrán disipado en las nubes... Por
caminos invisibles y celestiales, mi
alma se mezclará con los querubes.
¡Adiós, patria querida! ¡Adiós, mi
fiel compañero! ¡Adiós, amigos y
amigas! Pronto estaré en el Paraíso
Eterno. Allá, cerca del eterno sueño
agitaré mi gélida mano y con leve
sonrisa de dolor les diré... ¡Adiós!
Para siempre, adiós...

138

M U E R T E

A ROBERT
KENNEDY

(H
oy 6
de
juni
o de
1968
,
día
de
su
muer
te).

CARTA AL MÁS ALLÁ

QUERIDO Bobby:
Hoy, con dolor
profundo, te
escribo esta
carta al valle
umbroso del otro
mundo. Hoy, ya
no eres Robert
Kennedy. Hoy,
eres un Símbolo.
Símbolo de
juventud,
inteligencia y de
bondad. Símbolo
de profundo
Cristianismo que
temporalmente
has desaparecido
de esta vida,
para ir a morar
al jardín
tranquilo del
eterno más allá.

139
Hoy, que la humanidad entera
llora tu desaparición; con lágrimas
amargas de dolor quiero que sepas,
que estas palabras brotan sinceras
de un adolorido corazón. Pasaste
por esta senda terrestre cual raudo
meteoro, brillante flecha de oro
que, dejó huellas indelebles... Hoy,
un ángel ha plegado sus alas ante
su fatal Destino. Hoy, ese mismo
ángel ha subido hasta la inmensidad
del cielo. Allí, eternamente brillará
cual espléndido lucero en el palio
glorioso... de la Inmortalidad.

Adiós no, Bobby, hasta luego. Tu


muerte no habrá sido en vano.
Que Dios te lleve de Su mano a
morar con Él en el cielo.

140
SE TERMINÓ DE IMPRIMIR ESTE LIBRO EL DÍA 11 DE
NOVIEMBRE DE 1968, EN LOS TALLERES DE
I NDUSTRIAS GRÁFICAS "D IARIO - DÍA ", MAYOR, 99,
EN P ALENCIA DE C ASTILLA , BAJO EL CUIDADO
TIPOGRÁFICO DE "EDICIONES JUAN P ONCE DE L EÓN ",
S AN J U AN , P UE RTO R ICO

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