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Seminario de Investigación

Acerca de la frase de
Aristóteles
“La forma es más
naturaleza que la
materia”
Cátedra: Seminario de Investigación I

Titular: Lic. Oscar H. Beltrán

Alumno: Luis Suarez

Fecha: 19 de julio de 2006, A.D.

2
1 - INTRODUCCIÓN

1.1 – Definiciones del concepto de naturaleza

A lo largo de sus obras, Aristóteles estableció diferentes definiciones


para el concepto de “Naturaleza”. A continuación expondré brevemente las
diversas acepciones que de dicho término hizo el Filósofo para poder
introducirme luego en la cuestión correspondiente.
El libro de la Metafísica1 define el concepto de “naturaleza” de los
siguientes modos (expresados sintéticamente):
a) Se llama naturaleza a la generación de las cosas que crecen.
b) Aquello primero e inmanente a partir de lo cual algo crece.
c) Aquello de donde procede en los entes naturales el primer
movimiento, que reside en ellos en cuanto tales.
d) El elemento primero, informe e inmutable del cual es o se hace
alguno de los entes naturales; o sea el elemento que es cada cosa.
e) La substancia (entendida como forma) de los entes naturales.

1.2 – Planteo del problema

El lugar de donde partiré para exponer el problema, es la última


definición mencionada arriba, de él, el Filósofo también dice: “Por eso
también cuantas cosas son o se generan naturalmente, aunque exista ya
aquello a partir de lo cual naturalmente se generan o son, decimos que aún
no tiene la naturaleza si no tienen la especie y la forma”.2
Y luego dirá que la naturaleza no es sólo la materia sino también la
especie y la substancia, que son el fin de la generación; por eso toda esencia
toma el nombre de naturaleza porque ella es una especie de esencia. Así, se
sigue que la naturaleza primera es la esencia de los seres que tienen en sí y
por sí mismos el principio de su movimiento 3. Dicha esencia participa la
naturaleza a la materia, susceptible de recibirle; a la generación y al
crecimiento que son movimientos de este principio.
En adelante, expondré los fundamentos que llevan a afirmar que la
naturaleza primera o forma, sea más naturaleza que la materia.
1
ARISTÓTELES, Metafísica, V, 4, Edición trilingüe por Valentín García Yebra, volumen I,
Editorial Gredos S.A., Madrid, 1970.
2
ARISTÓTELES, o.c., V, 4, 1015ª 2-5
3
ARISTÓTELES, o.c., V, 4, 1015ª 14-15
3
2 - DESARROLLO

2.1 – La naturaleza como principio de operaciones

Introducido en la cuestión, partiré de una afirmación análoga,


hablando acerca de la naturaleza y expresada por el filósofo en estos
términos: “...la naturaleza es, en las cosas que poseen en sí mismas un
principio de movimiento, el tipo y la forma, [...] Cuanto al compuesto de los
dos, materia y forma, no es una naturaleza, sino un ser por naturaleza como
el hombre, y esto es más naturaleza que la materia, porque cada cosa se
dice que es lo que es más bien cuando está en acto que cuando está en
potencia.” 4
Tomamos así el término “naturaleza”, como lo consideraban los
antiguos, naturaleza viene de nascor, que significa nacer pero también del
vocablo griego fisis que significa generarse, es claro que lo que se quería
marcar con el término eran los procesos espontáneos de generación que
luego se trasladaría al principio interno de esos procesos: a su causa.
Como vimos arriba, Aristóteles consideraba que la naturaleza era
tanto la materia como la forma, pero la forma era “mas naturaleza” que la
materia, por que en ella residía la actividad específica de cada ente; es decir
la naturaleza era considerada como principio de operaciones y pasiones.5
Por ello lo natural se diferencia de lo espiritual y lo artificial. De
hecho, la noción física incluye materia y lo que es espiritual o está en el
plano supramaterial queda descartado. Es evidente que los acontecimientos
naturales responden a la necesidad de la materia, y que los de la vida
espiritual son variados y libres. Y respecto de lo artificial, se lo relaciona
directamente con el “arte”, es decir, con los elementos producidos por el
trabajo del hombre y donde la estructura del ente artificial (y esto es
esencial) es concebida por la mente humana. Estos entes poseen una fuerza
natural que el hombre utiliza para producir efectos no previstos por la misma
naturaleza. Ahora bien, no se pueden considerar artificiales los efectos que
el hombre cause como consecuencia de intervenir con sus obras, por
ejemplo: una lluvia ó la curación de un organismo pueden ser provocados
por elementos artificiales, pero en sí mismos dichos efectos son naturales.
4
ARISTÓTELES, Física, traducción de Edmundo Gonzalez – Blanco, edición Librería Bergua,
Madrid, (Págs.349-350)
5
ARTIGAS M., SANGUINETI J.J., Filosofía de la naturaleza, EUNSA, Pamplona, 1984. Pág. 90
4
Vemos así como la naturaleza tiene autonomía propia, posee un valor
intrínseco que determina a los entes, y en última instancia, “esta naturaleza
física remite a su inteligencia creadora, a Dios como su artífice supremo. [...]
y por eso la naturaleza se puede considerar como una gran «obra de Arte
divino»6” luego, podemos considerar la intervención de un Hacedor
inteligente.
La naturaleza cobra entonces el valor de ser principio y causa de
movimiento y reposo para la cosa en la cual reside inmediatamente y a
título de atributo esencial y no accidental7; hay una actividad propia,
inmanente, que procede de su forma.

2.2 – Compuesto de materia y forma

Históricamente, la naturaleza, como principio y fundamento de los


entes físicos, fue directamente relacionada con elementos materiales, a
saber: agua, aire, fuego, tierra, separados o juntos, según el autor
correspondiente; visión que fue compartida por el filósofo ya que la materia
siempre fue parte integrante de la naturaleza.
Pero también es ante todo la forma, por la que los seres son
caracterizados y por la que obran; de hecho y como lo explica Aristóteles,
aún cuando los objetos no carecen de materia no son sin embargo
considerados bajo su aspecto material sino formal. Esto marcó la orientación
de toda su metodología física y estableció que si la resolución del ser de la
naturaleza en sus elementos componentes conservaba su valor, dicha
resolución se habría de dar a través de las estructuras formales y en última
instancia por la causalidad final, esto se da ya que coinciden forma y fin.
Ahora bien, es necesario abordar el problema de la composición de
materia prima y forma substancial para poder profundizar el principio
enunciado por Aristóteles que es el centro de nuestra investigación.
A fin de definir la substancialidad corpórea estableceré algunas
características de los entes (corpóreos).
a)8- En los cuerpos hay estructuras que se repiten, por lo tanto son
comunes o universales pero realizadas en los individuos. Por ello la
6
Cfr. Tomás DE AQUINO, In. Phys., II, 14 (268) citado en ARTIGAS M., SANGUINETI J.J., o.c. Pág. 92
7
Cfr. ARISTÓTELES, Física, II, c.1, 192b 21-22 citado en GARDEIL H.D. o.p., Iniciación a la filosofía de Santo
Tomás de Aquino, Vol. II Cosmología, traducción de Salvador Abascal Carranza, Editorial Tradición, México, 1973.
Pág. 40.
8
ARTIGAS M., SANGUINETI J.J., o.c. Pág. 69-70
5
naturaleza lejos de ser heterogénea, se presenta con rasgos comunes en sus
componentes, susceptibles de ser clasificados. Muchas veces, los entes
corpóreos llegan a tener una forma dimensiva propia. Así los entes se sitúan
dentro de una especie cuando poseen una estructura esencial común y al
mismo tiempo las especies se encuentran realizadas en individuos.
b)- En los cuerpos hay transmutación de formas, o cambios
intrínsecos que tienen alcance universal. Las cosas son transmutables, según
leyes precisas ordenadas, por ejemplo: la substancia de un animal puede ser
asimilada por otro, debiendo ser la primera de ellas destruida en su
estructura específica. Se ve que bajo ciertas condiciones todo ente material
puede ser transformado en otro ente material distinto. Hay pues un cierto
substrato común que puede transmutarse en cualquier cosa y que llamamos
materia.
Por lo tanto, es evidente que los entes corpóreos son esencialmente
compuestos, y dicha composición fundamental es la de forma y materia;
esta dualidad de principios establecida en la tesis, define esencialmente al
ente corpóreo. Tal composición suele llamarse hilemorfismo, del griego: hile,
materia; morfé, forma.
De la primera, el filósofo dirá: “llamo materia al sustrato primero de
cada ser, a partir del cual nace alguna cosa, permaneciendo inmanente y no
accidental”9; por ello podemos también afirmar lo dicho por Santo Tomás en
su comentario al libro de la Física donde dice que la materia es sujeto
primero para cada ser, principio esencial de su generación, y que permanece
una vez terminada ésta10. Esta materia se caracteriza por su indeterminación
absoluta, la materia es aquello que no es por sí, ni algo determinado. Por eso
se dice que la materia es pura potencia: non est ens actu sed potentia
tantum, principio potencial de recibir una forma y ser determinado por ella.
La materia sujeto del acto primero que pone a un ser en la realidad; si la
materia estuviera actualizada antes de ser informada, sería substancia.
Finalmente, Aristóteles dirá que la materia no es propiamente aquello
que existe ni aquello que es generado sino “aquello de lo cual” (quo) el
compuesto existe. El sujeto verdadero es el compuesto materio formal.
Igualmente, para Aristóteles, la materia prima es una, no se distinguen
9
ARISTÓTELES, Física, I, c.9, 192ª 31-32 citado en GARDEIL H.D. o.p., o.c. Pág 25.
10
“primum sbjectum ex quo aliquid fit per se et non secundum accidens, et inest rei jam
factae”. TOMÁS DE AQUINO, Comentario Física, I, 1.15 citado en GARDEIL H.D. o.p., o.c. Pág 25.
6
partes actuales en ella, es múltiple pero en potencia; tampoco es
engendrada sino eterna.
La forma substancial por su parte, es principio inmanente y no
accidental del ente móvil, es el acto primero de la substancia sensible, lo
que determina la materia prima, aquello por lo cual existe la substancia
sensible y por lo cual ella es “tal ser”, pone ese ser en “acto”. Igual que la
materia, la forma no tiene existencia independiente y no es engendrada;
tampoco son transmitidas de un sujeto a otro sino que son educidas de la
potencia misma de la materia que ellas vienen a actualizar.

2.3 –Argumentos para conocer la composición hilemórfica

Ahora bien, cabe explicitar cuál es el camino por el cual se llega a la


determinación del principio de la teoría hilemórfica. El mismo, parte del
análisis filosófico de dos hechos citados en el punto anterior, a saber: a) el
cambio substancial; b) la multiplicidad de individuos en una misma especie.
Esto terminará de aclarar qué es la materia, qué la forma y cuáles sus
relaciones.
a) El cambio substancial así como el accidental, nos muestra la
estructura substancia – accidente del ente corpóreo; de igual modo el
cambio substancial nos lleva a admitir la composición de materia – forma.
Así las cosas sufren modificaciones que no sólo las hacen pasar de un modo
de ser a otro modo de ser sino que llegan a dejar de ser en sentido absoluto.
Sin embargo, las modificaciones substanciales que denominamos
generaciones y corrupciones no suponen ni creación ni aniquilación, por
ejemplo: el animal que muere no vuelve a la nada sino que se transforma en
otras substancias inorgánicas. Ahora bien, si es real la transformación, ¿qué
es lo que se transforma? Si el individuo fuera una substancia, la muerte sería
sólo un mero cambio accidental, “pues a una substancia constituida no
pueden añadírsele más determinaciones que no sean accidentales...”11; por
ello podemos concluir que siendo el animal una verdadera substancia, el
sujeto de la transformación, que es la muerte, es algo que no es substancia
pero que es una parte substancial del animal que denominamos “materia”,
que pierde en este caso su forma substancial y adquiere otra.

11
ARTIGAS M., SANGUINETI J.J., o.c. Pág. 72
7
De igual modo en la generación, una substancia nueva no procede de
la nada sino que surge por transformación a partir de otras substancias.
Dicha transformación exige un sujeto común que no sea substancia, si no la
generación sería un cambio accidental.
b) La multiplicidad de los individuos de la misma especie, evidencia
que hay en los seres, una estructura esencial: la forma o acto formal, que
entra en composición con otra cosa, la materia prima.

Así se explica la semejanza y desemejanza entre individuos de la


misma especie; hay un substrato material indiferenciado, determinado por la
forma y que hace que el agua que tengo aquí y allí, sean materialmente
diferentes, pero a la vez semejantes (tienen la misma expresión en la
fórmula molecular).
“Por eso el modo de ser expresado por la forma se encuentra
realizado concretamente en cada individuo determinando a la materia”12.
En estos argumentos, se vuelve a ver como la composición
hilemórfica posibilita el cambio y la transformación de los entes corpóreos.
Sobre el modo del compuesto, decimos que la forma substancial
“caracteriza” a la materia prima, y ésta última es el sustrato básico de todo
cambio substancial y de la individuación de las substancias. En efecto,
ambos co-principios esenciales integran la esencia de toda substancia
corpórea, que por la forma es tal ente y por la materia es individuo distinto
de otros de la misma especie. No cabe situar a los co-principios en partes
determinadas del cuerpo, ni pensar que el cuerpo es la materia y la forma
una entidad invisible situada dentro del cuerpo; se debe decir que son dos
realidades (inteligibles per se y sensibles per accidens, como la substancia)
presente en todo el ente corpóreo y en cualquiera de sus partes.
Por eso ambos son inseparables y complementarios, y el uno ejerce
su función con el otro, por eso se dicen co-principios. La materia y la forma
se unen como la potencia y el acto. Dicha unidad se extiende a la luz de la
doctrina del acto y la potencia (y lo hemos mencionado más arriba), la
materia es potencia y la forma acto; la materia sujeto receptivo del acto
formal, de lo determinante y la forma es acto de la materia, determinación
esencial de la primera.

12
ARTIGAS M., SANGUINETI J.J., o.c. Pág. 72
8
2.4 – La doctrina del acto y la potencia

Finalmente no puedo dejar de explicitar desde el filósofo aquella


doctrina que está asociada de modo directo a la teoría hilemórfica, me
refiero a la doctrina del acto y la potencia y asociado a ésta, el tema del
movimiento.
El fundamento del ser real-potencial fue buscado por Aristóteles en el
tema del movimiento. La existencia del movimiento es para él un hecho
absolutamente innegable, evidentísimo. Ahora bien cuando el filósofo habla
de movimiento no sólo se refiere al “local” sino todo cambio o mutación:
local, cualitativo, cuantitativo, substancial (generación y corrupción). Así el
sujeto real-potencial se encuentra parcialmente en acto (sino no podría
pasar de una manera de ser a otra) y parcialmente en potencia (por que
pasa de una manera de ser a otra); de donde recordamos: “Actus entis in
potentia quatenus in potentia.”13. Y como el movimiento es en parte acto y
en parte potencia, supone necesariamente el ser potencial. Volvemos a ver
como potencia y acto se oponen, se enfrentan como ser y no ser de la
misma cosa, siendo el acto más perfecto y mejor que la potencia de la que
expresó el filósofo: “se llama potencia el principio del movimiento o del
cambio que está en otro, o en el mismo en cuanto otro”14

2.5 – La causa eficiente

El tercer elemento absolutamente necesario en el proceso del devenir


es la causa eficiente, aquello por lo cual el ser potencial es pasado al acto. Y
es necesario porque ningún sujeto puede darse el ser a sí mismo puesto que
todavía no lo tiene, debe ser movido por otro: la causa eficiente. Este
movimiento tiene dos modos, uno activo (que sale de la causa eficiente) y
otro pasivo (del ser potencial que lo recibe) pero es uno mismo.
De esto vemos que el acto es más que perfecto que la potencia
respecto de tres puntos de vista:

13
ARISTÓTELES, Metafísica, X, 9, citado en MANSER P.G.M., O.P, La esencia del tomismo, traducción
de la 2ª edición alemana por Valentín G. Yebra, Madrid, 1947. Pág. 108.
14
ARISTÓTELES, Metafísica, V, 11, 1019ª 15-16; 1020ª 5
9
a) – Anterior en orden al conocimiento: sólo por aquella que puede
operar por su acto, puedo conocer que una cosa es potencial. “Lo
potencial sólo es conocido por el acto”.
b) – Anterior en orden al tiempo, porque en el orden consecutivo de
una especie determinada, el acto es anterior a la potencia, ya que
el devenir supone una causa eficiente. Ningún ser del ser potencial
al ser efectivo, a no ser por un ser actual existente.
c) – Anterior en orden a la naturaleza, porque la causa eficiente en la
que está la naturaleza de lo que deviene, es entitativamente
anterior a aquello que deviene por ella. Además el acto al cual se
ordena la potencia es la causa final del devenir, causa de todas las
causas.
Así llegará finalmente Aristóteles a exponer sobre un primer ser
actual que excluya toda potencialidad y que sea acto puro.15

2.6 – El concepto de “forma” en la actualidad

Hace ya más de dos mil años Aristóteles exponía este principio del
que ya nos hemos referido más arriba, y con gran altura intelectual se
refería a ella, en algunos momentos hasta intuitivamente, como el elemento
más importante en el principio de la teoría que revolucionaría las
consideraciones sobre los sujetos de la naturaleza.
A continuación trataré de sintetizar cómo es que la “verdad”
expresada por el filósofo 400 años antes de Cristo, se hace presente hoy a la
luz de los resultados a los que la ciencia arribó con sincero espíritu de
investigación y amor a la verdad.
Ya vimos que el término de forma es correlativo al de la materia, la
primera es quien determina a la segunda, es acto esencial de las especies
naturales16. Así las substancias naturales poseen una esencia que las
diferencia de las otras substancias (agua, roble, gato, etc.). Por eso se dirá
de la forma que es “modo de ser unitario de la substancia y conjunto de
posibilidades de actuar, correspondientes al modo de ser.
La forma substancial viene a ser responsable de la “estructuración
unitaria de las substancias, de su modo de obrar, de sus tendencias.”17
15
Cfr. MANSER P.G.M., O.P, o.c., Pág. 118-119
16
ARTIGAS Mariano, Filosofía de la naturaleza, 4º edición renovada, EUNSA, Pamplona, 1998. Pág. 141
17
Ibidem
10
Ahora bien, respecto de las formas materiales, se dice que se educen
de la potencialidad de la materia, sobre esto los conocimientos actuales
sobre “auto organización de la materia” se refieren a la producción de
estructuras nuevas y patrones de actividad que surgen de las interacciones
de los componentes. Luego se observa cómo la estructura de los entes
materiales relaciona con la forma. También podemos ver cómo forma y fin
se identifican en procesos naturales: en los vivientes en la coincidencia de la
forma del generante y del generado, en los no vivientes la forma es meta de
las tendencias de los componentes, o sea, el término del proceso.
Pero la cosmovisión actual subraya la contingencia de las entidades
naturales, por tanto subraya también la contingencia de las formas. Así, la
eternidad e inmutabilidad de las formas no corresponden a la cosmovisión
actual, lo cual no es imprescindible para admitir el significado de las formas,
la inteligibilidad de la naturaleza ni afirmar la existencia de un orden natural
con una jerarquía que termina en la persona humana.18
Ahora bien, dijimos que la forma informa, determina y actualiza a la
materia, la configura, por ello este concepto se puede relacionar con el de
“información”, entendiéndose ésta con el almacenamiento de instrucciones
que están contenidas y que se expresan mediante condiciones materiales,
tal es la información genética contenida en la estructura de los genes.
Por eso, decir que la materia y la forma son causan reales (causas
como componentes constitutivos) es afirmar el valor metafísico de la
composición hilemórfica en las substancias naturales. Y por eso las
explicaciones filosóficas no se contradicen con las científicas (respecto de las
realidades del ente natural), posicionándose cada una en niveles de
explicación diferente, son complementarias y no contrarias.
A partir de lo visto, también se pueden explicar y entender procesos
como la auto-organización de la materia y el despliegue de la información,
pero dadas las condiciones del trabajo y a fin de no extenderme más (ya que
se podrían seguir desarrollando muchos otros temas), daré por finalizada la
parte central del trabajo para avanzar ahora en las conclusiones y la
valoración personal.

18
Cfr.ARTIGAS Mariano, o.c., 144-145
11
3 - CONCLUSIÓN

3.1 – Conclusión

Evidentemente, y recorriendo la misma vía que el Filósofo, no


podemos sino maravillarnos del lugar al que llegó con su profundo amor a la
verdad, un amor que se puede decir de entrega profunda a la verdad.
Y aun, sin la luz de la revelación Aristóteles nos muestra, por ejemplo
con este principio, la evidencia firme que existe en la unidad de toda la
creación, y que en algún punto, como se verá después, todo tiende como
último fin a ese creador, ese acto puro, primer motor, en fin: a Dios; y que la
tarea del hombre, “hechura” de este creador no es sino la de alcanzarlo
mediante las facultadas que él posee en su naturaleza
Sobre el planteo realizado según la frase del filósofo “la forma es más
naturaleza que la materia”, queda claro, por todo lo expuesto en el cuerpo
del trabajo el papel fundamental de la “forma”, co-principio esencial en
todos los entes (acá nos limitamos sólo a los corpóreos).
En breve, es principio y causa del movimiento, la forma determina al
ente desde su origen y en su estructura y lo configura con un plan
determinado de desarrollo, y finalmente de consecución de la finalidad que
él mismo proporciona al ente.
Vemos así cómo la forma, pone el ser de la materia en acto, lo
determina, informa, configura y caracteriza, actuando ante la pasividad de la
materia, que es sustrato común y que está dispuesto a ser receptivo de tal
co-principio.
Finalmente asocia a los principios del acto y la potencia, el del
movimiento, principio que es parte acto y parte potencia y que explica el
paso del ente en potencia de adquirir una perfección a al estado de
perfección que alcanza al recibirla, siendo nuevamente la perfección, el
principio del acto, y por ende el de la forma. Sin olvidar el principio de la
causa eficiente, que mueve al ente a que pase de la potencia al acto, o sea a
que alcance su perfección final.
Ahora bien, ya no caben dudas que la potencia es más naturaleza que
el acto, y el desafío que se me presentó plantear a lo largo del trabajo y del
tiempo de reflexión sobre el tema, es la relación directa e intrínseca que
guarda este principio con los avances científicos actuales y las conclusiones
12
a las que se arriban. Son conocidos los trabajos e investigaciones que
muestran cómo tomando esta base absolutamente verdadera como es la
concepción hilemórfica, la misma inteligencia va encontrando y el mismo
ente va desplegando, verdades parciales que están estrechamente
vinculadas con ese principio.
Hoy se pueden acceder pragmáticamente a las estructuras más
profundas de los seres naturales, y es asombroso como ante la evidencia se
manifiesta lo que el filósofo, de quien con toda autoridad se dice “el
filósofo”, expuso a partir de su investigación científica y su especulación
filosófica.
Por eso Aristóteles, caracterizó como natural aquello que posee un
dinamismo que proviene de un principio interior, que al final identificará con
la forma19.
Uno de los campos donde más se aprecia este principio es el
abarcado por las teorías morfogenéticas, allí resaltan la actividad propia de
la materia para organizarse según sus formas específicas20, introduciéndose
en el estudio de sus estructuras internas y todos los datos que de allí se
pueda obtener.
Si cabe la valoración, creo que se debe seguir desplegando la
información que está oculta en la realidad, allí está la clave para seguir
avanzado en lo planteado por Aristóteles y lo que hallado por la ciencia. Es
evidente que la verdad está aguardando a que el hombre, determinado
según su forma substancial, tiende al fin para el cual ha sido constituido, y
se reúna con ella con el esfuerzo intelectual que ello significa y con el
verdadero amor a la verdad que en su interioridad se halla latente y
llamando, tanto como Dios llama en el corazón a cada uno de los hombres.

19
ARISTÓTELES, Metafísica, 5,4,1014b 15 y ss. Citado en LARRE Olga L. (Dra.), La ciencia y una
reintroducción contemporánea del concepto de forma, Revista de Filosofía Universidad Iberoamericana, Año XXX
Número 88, año 1997. Pág. 362.
20
LARRE Olga L. (Dra.), o.c., Pág. 363.
13
4– BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

ARISTÓTELES, Física, traducción de Edmundo Gonzalez – Blanco, edición


Librería Bergua, Madrid.

ARISTÓTELES, Metafísica, Edición trilingüe por Valentín García Yebra,


Editorial Gredos S.A., Madrid, 1970.

ARTIGAS Mariano, Filosofía de la naturaleza, EUNSA, Pamplona, 1998, 4º


edición renovada.

ARTIGAS Mariano, SANGUINETI Juan José, Filosofía de la naturaleza, EUNSA,


Pamplona, 1984.

FERRATER MORA José, Diccionario de filosofía, Editorial Sudamericana,


Buenos Aires, 1965 5º edición.

GARDEIL H.D. o.p., Iniciación a la filosofía de Santo Tomás de Aquino, Vol. II


Cosmología, traducción de Salvador Abascal Carranza, Editorial Tradición,
México, 1973.

LARRE Olga L. (Dra.), La ciencia y una reintroducción contemporánea del


concepto de forma, Revista de Filosofía Universidad Iberoamericana, Año
XXX Número 88, año 1997.

MANSER P.G.M., O.P, La esencia del tomismo, traducción de la 2ª edición


alemana por Valentín G. Yebra, Madrid, 1947.

Nota: donde no se explicita la edición se considera que es la “Primera”.

14
5 – INDICE

Temas Página

1 – INTRODUCCIÓN......................................................................................1
1.1 – Definiciones del concepto de naturaleza.............................................1
1.2 – Planteo del problema...........................................................................1

2 – DESARROLLO..........................................................................................3
2.1 – La naturaleza como principio de operaciones.....................................3
2.2 – Compuesto de materia y forma...........................................................4
2.3 – Argumentos para conocer la composición hilemórfica........................6
2.4 – La doctrina del acto y la potencia.......................................................8
2.5 – La causa eficiente................................................................................8
2.6 – El concepto de “forma” en la actualidad.............................................9

3 – CONCLUSIÓN........................................................................................11
3.1 – Conclusión.........................................................................................11

4 – BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA................................................................13

5 – ÍNDICE..................................................................................................14

15

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