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CEFALEA RECURRENTE
Los pacientes con cefalea rara vez tienen signos anormales en el examen
neurológico; el diagnóstico recae además casi exclusivamente en la historia clínica.
La primera y peor cefalea o la cefalea en trueno pueden indicar la solicitud de una
Escanografía de cráneo aun sin signos físicos anormales en el examen; la cefalea de
reciente aparición en el anciano requiere al menos solicitar una velocidad de
sedimentación globular, muchas veces también una radiografía de tórax. La
posibilidad de una meningitis sugiere el inicio de terapia antibiótica. Los pacientes
con cefalea típicamente tienen una historia clínica extensa; tanto en pacientes con
migraña (Cefalea pulsatil con mucha incapacidad, muchas veces sin aura y periodos
libres de dolor entre los ataques) ó con cefalea tipo tensión (Sensación de pesadez
u opresión mas frecuentemente con poca alteración sistémica).
La respuesta al tratamiento no tiene valor diagnóstico. Todos los pacientes deben
ser examinados al menos una vez, pero muchos médicos se sienten desanimados en
realizar un "completo examen neurológico" como les fue enseñado en la escuela de
medicina y raramente lo llevaran a cabo en su practica diaria.
La clínica no es del todo perfecta y muchos conocemos casos en los cuales han sido
informados acerca de que su cefalea es completamente benigna y más tarde le han
sido diagnosticados un tumor cerebral o una hemorragia intracraneal. Lo anterior
podría ser evitado con solicitar a todos los pacientes con cefalea una Escanografía
de cráneo; tal vez es una propuesta apenas practica pero aun así las escanografías
cerebrales pueden pasar por alto una hemorragia o un tumor cerebral. Sin embargo
ha sido claramente demostrado que en un paciente con cefalea sugestiva de
migraña o cefalea tipo tensión que tenga un examen neurológico normal, la
posibilidad de que tenga un alesión intracraneal es muy rara.
1. Prueba de Romberg. Los pacientes con vértigo necesitan mucho esfuerzo para
realizar esta prueba. Recuerde que todos los individuos normales se balancean un
poco cuando tienen los ojos cerrados.
5. Prueba Dedo-Nariz. Se le solicita al paciente que cierre sus ojos con los
brazos en pronación y extendidos hacia el frente como en la maniobra
antigravitatoria. Inicialmente se observa la presencia o no de balanceo al realizar
una ligera y rápida presión sobre las manos. También se explora la coordinación no
equilibratoria pidiéndole que toque la nariz en forma alternante con el dedo índice
de sus manos. Observe la respuesta pupilar cuando el paciente abra sus ojos
posteriormente.
6. Movimientos finos de los dedos. Los individuos normales pueden mover cada
dedo en forma alternante e independiente; en las lesiones de la vía piramidal al
pedirle al paciente que lo realice se presentará un movimiento simultaneo de 4 de
sus dedos.
Recuerde que los diestros son frecuentemente más torpes con su mano izquierda.