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Informe China

INFORME 2006
Características básicas
En los últimos años China ha registrado un crecimiento elevado y sostenido del PIB, con tasas que han
superado el 9% desde 2003. La inflación sigue siendo baja. El déficit presupuestario, tras años de política fiscal
restrictiva, es inferior al 2% del PIB. La deuda pública, no supera el 20% del PIB. El superávit corriente, en
proporción del PIB, se ha duplicado entre 2002 y 2005.
Una tasa de ahorro extremadamente alta (nada menos que del 52% en 2005), con lo que puede financiar
una tasa de inversión también muy elevada (46% en 2005) sin recurrir a la financiación externa.
El crecimiento de la inversión extranjera directa (IED) ha contribuido a ese crecimiento de la inversión
total: entre 2000 y 2004, la IED ha aumentado un 50%, pasando de 40.700 millones de dólares a 60.600
millones. Una novedad destacada ha sido el crecimiento de la inversión china en el extranjero.
Ha continuado el auge exportador. Entre 2000 y 2004 la cuota de China en las exportaciones mundiales de
mercancías ha pasado del puesto séptimo al tercero. En 2005 las exportaciones se han visto cebadas por la
liberalización del comercio de productos textiles y artículos de vestuario. China podría incluso convertirse en
el primer exportador del mundo a principios del próximo decenio, con una décima parte de las
exportaciones mundiales. Conviene tener en cuenta que el crecimiento de las exportaciones se ha visto
acompañado de un auge importador: la cuota de China en las importaciones mundiales de mercancías ha
pasado del octavo puesto al tercero.
China tiene p r o b l e m a s en diferentes campos: sector financiero, deuda pública, desigualdad, desempleo y
medio ambiente.. Aunque la situación de los grandes bancos estatales ha mejorado, siguen teniendo una alta
proporción de préstamos de dudoso cobro. La deuda pública, que oficialmente es inferior al 20% del PIB,
podría ser en realidad varias veces mayor. La desigualdad ha aumentado mucho, convirtiendo a China en el
país con menos equidad de Asia. La tasa de desempleo, que oficialmente ronda el 4%, podría en realidad
ser del 9% o 10% en el conjunto del país y del 15% en las grandes ciudades. El coste medioambiental de la
industrialización acelerada ha sido elevado: desertización, degradación del suelo, contaminación de los ríos,
de los mares y del aire, emisión de gases de invernadero, pérdida de biodiversidad, etc.

Condiciones actuales
El primer rasgo es que el crecimiento del PIB continúa siendo elevado, pese a las políticas restrictivas
aplicadas desde mayo de 2004. Se ha desacelerado el crecimiento del consumo de energía, de las
importaciones de petróleo, del índice de precios y de las importaciones totales.
Con todo, la inversión ha crecido algo menos en 2005 que en 2004. Además, ese menor crecimiento de la
inversión se ha manifestado sobre todo en los sectores con excesos de capacidad (acero, cemento, aluminio y
automóviles), mientras que se ha acelerado la inversión en sectores que presentaban cuellos de botella (minería
del carbón, producción y distribución de energía o transporte). El segundo rasgo es que la expansión sigue
siendo muy dependiente de la inversión y de las exportaciones.
Es muy posible que los principales mercados de exportación de China (EE.UU. y la UE) crezcan menos en
2005 y 2006 que en 2004, de manera que las tasas de crecimiento de las ventas al exterior, que han superado
el 30% en los dos últimos años, se reducirán significativamente.
En cuanto a la IED, pueda empezar a bajar, aunque ligeramente, en los próximos años, como consecuencia del
encarecimiento de la mano de obra y de la abolición de las preferencias a las empresas foráneas.
Tras el importante abandono, en julio de 2005, del tipo de cambio fijo del yuan con el dólar y el paso a un
sistema de flotación gestionada con respecto a una cesta de divisas, es probable que, en un contexto de alto
superávit comercial y de presiones externas, la moneda se aprecie progresivamente en los próximos años.
En términos más generales, la estructura de la demanda presenta un importante desequilibrio. La tasa de
inversión ha pasado del 36% al 46% del PIB entre 2000 y 2005. Puesto que el aumento de las exportaciones
netas ha compensado exactamente la caída del consumo público, el resultado es que el consumo privado ha
pasado del 50% al 40% del PIB entre esos dos años.
Es necesaria pues una reorientación del crecimiento hacia el consumo interno, que debería tomar el relevo de
la inversión y de las exportaciones netas.
El proyecto del 11º Plan Quinquenal (2006-2010), aprobado por el Partido Comunista Chino, prevé dos
cambios importantes. En primer lugar, el Plan menciona la necesidad de alterar sustancialmente el modelo de
desarrollo, con medidas que permitan una evolución más proporcionada entre las regiones costeras y el
interior y entre las exportaciones y el consumo interno. En segundo lugar, expresa la voluntad de promover un
desarrollo sostenible, tanto desde el punto de vista social como medioambiental, con vistas a reducir la enorme
desigualdad en la distribución personal de la renta y a preservar los recursos y disminuir la contaminación.

Oportunidades empresariales
Un estudio de Crédit Suisse First Boston (CSFB), publicado en 2005, ha previsto que el consumo interno de
China se multiplicará por más de cinco, de manera que China avanzará, en cuanto a tamaño efectivo de su
mercado interior, del puesto séptimo al segundo del mundo.
En cuanto a España, las relaciones comerciales y de inversión con China siguen siendo muy escasas. En 2004
las exportaciones supusieron apenas el 0,8% de las exportaciones españolas totales, mientras que las
importaciones fueron el 4% de las importaciones totales.
Esa escasa presencia inversora de España en China se pone aún más de relieve si tenemos en cuenta que
desde 2002 China recibe más IED mundial que toda América Latina, que la IED acumulada española en el país
asiático ronda unos escasos 500 millones de euros y que España es el cuarto mayor inversor mundial.
Se aprobó el Plan China, encaminado a promover la imagen de España y de sus productos, con los objetivos de
potenciar el turismo chino en España y de fomentar las exportaciones de productos españoles.
Las visitas de Zapatero a China y del Presidente Hu Jintao a España sirvieron para firmar un acuerdo de
asociación estratégica integral y para infundir mayores relaciones bilaterales. Especialmente notable fue la
inversión de Telefónica en China Netcom.. Por último, el Plan de Acción Asia-Pacífico, contempla mayores
contactos de alto nivel y diversas iniciativas para aumentar y mejorar la información sobre España en China y
sobre China en España. Es de esperar que el impulso político acabe por desembocar en una mayor presencia
inversora y comercial de las empresas españolas en China.

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