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EL GALLEGO-LEONES DE ANCARES Y SU INTERES PARA LA DIALECTOLOGIA PORTUGUESA por Damaso Alonso y Valentin Garcia Yebra * Nota preliminar § 1. Llamamos gallego exterior o gallego-leonés al hablado fuera de Galicia, en tierras espafolas limitrofes con ella. El gallego exterior o gallego- leonés comprende una serie de hablas que son basicamente gallegas, con rasgos que, aunque a veces varian respecto al gallego considerado como normal en Galicia, estan dentro del sistema lingiifstico galaico, si lo mi- ramos en una perspectiva sincrénico-diacrénica; pero junto a estos rasgos esencialmente galaicos, presentan siempre las hablas del gallego exterior unos pocos que son propios del dialecto leonés. Una rama del gallego-leonés es el hablado en el extremo occidental de Asturias, que muchas veces, por rapidez, llamamos gallego-asturiano’; otra es el gallego-leonés hablado en el NO. y parte del O. de la provincia de Leén (en que podemos distinguir el berciano ~y separadamente las hablas del valle de Finolledo, con Burbia-, el ancarés en el valle de Ancares y las hablas de la parte gallega de la Cabrera Baja); otra rama es el gallego-zamorano, hablado en el extremo NO. de la provincia de Zamora. * La investigacién en el valle de Ancares ha sido hecha por los dos; ha redactado este articulo Damaso Alonso. 4“ Sobre el gallego exterior hablado en Asturias, se encontrardn datos en los siguientes trabajos de D. Alonso: Port. «sotaque», en Etimologias hispdnicas, en RFE, XXVIU1, 1943, pags. 30-47; Representantes no sincopados de *rotiilare, en RFE, XXVII, 1943, pags. 153-180; El saiico entre Galicia y Asturias, en RDTP, I, 1946, pags.3-32; Junio’ y julio’ entre Galicia y Asturias, en RDTP, 1, 1945, pigs. 429-454; Enxebre, en Cuad. de Est. Gall., Il, 1946-47, pags. 523-541; Gallego-asturiano «engalar> ‘volar’, en Hom. Fr. Kriiger, Mendoza (Argentina), 1954, Il, pags. 209-215; Del occidente de la Peninsula Ibérica, 1, Port, «estiar»; 2. Gall.-ast. «bedro», en Hom. Amado Alonso, |, NRFH, VII, 1953, pags. 157-169; Ga- Uego «bordelo», «abordelar» (sobre el par de encuarte en et NO de ta Peninsula), en RFE, XXXIV, 1954, pags. 238-248; Galll-ast. «ozca» ‘paso entre peas’, en Der Vergleich, «Hamburger Romanistische Studien», 1955, pags. 199-204. (Todos los anteriores articulos van reproducidos en el tomo I de las Obras completas de Diimaso Alonso, Madrid, Gredos, 1972]. El vocabulario de Acevedo y Fernéndez (cuyo poco preciso titulo Vocabulario del bable de Occidente ha inducido y sigue induciendo a error a tantos lingiiistas) representa bien el léxico gallego-asturiano. Véase, ademés: Rodriguez Castellano, La palatalizacién de la | inicial en zona de habla gallega, en el Bol. del Inst. de Est. Ast., ntim. 4, 1948, y Manuel Menéndez Garefa, Algunos limites dialectales en el occidente de Asturias, en el Bol. del Inst. de Est. Ast., nim.14, 1951; del mismo, Cruce de dialectos en el habla de Sisterna (Asturias), en RDTP, IV, 1950. =25- Damaso Alonso y Valentin Garcia Yebra § 2. En lo que sigue, algunas veces, muy pocas, empleamos la notacién fonética habitual en la Revista de Filologia Espanola; cuando lo hacemos, dis- tinguimos lo asf transcrito encerrandolo entre paréntesis cuadrados. Pero, en general, para las formas del gallego exterior y del leonés® usamos, en prin- cipio, la ortografia normal de la lengua castellana (asi, cuando imprimimos Ul, queremos Tepresentar lo que en ortografia fonética seria /1/; cuando im- Primimos d significamos lo que en ortografia fonética unas veces seria [d] y otras [d], etc.). Empleamos, sin embargo, signos fonéticos 0, dicho de modo general, nos apartamos de la ortografia castellana en los casos siguientes: libicas agudas (§ 28). En los demas capitulillos se ha prescindido de sefalar el «acento secundario», salvo cuando era necesario para mayor claridad. 2) Senalamos frecuentemente los matices abiertos (¢ 9) y cerrado (¢, 9) de las vocales e y 0, especialmente cuando van acentuadas; d designa un ma- tiz més 0 menos palatalizado hacia €, pero sin llegar a ella. Representamos Por 6 una vocal mas 0 menos proxima a la del francés fleur. nantes, 0 sea, lo mismo [i] que [j] y [ul] que [w]. Los limites entre hiato y diptongo no son siempre facilmente sefialables en el ancarés; se notaran aqui algunas incongruencias en nuestras transcripciones: representan la impre- sién del momento, sin retoque. 4) Sefialamos con tilde la nasalizaci6n; cuando una sola tilde abarca dos vocales indica que se trata de un diptongo nasalizado ao, etc, 5) Lo mismo que en la ortografia habitual gallega, x designa el sonido Prepalatal fricativo y sordo, es decir [5]. ® Siempre que en este trabajo se habla de leonés, queremos designar solamente el occidental. Claro esta que las palabras de lenguas literarias (espanol, Portugués, gallego...) van en la ortografia oficial o habitual en esas lenguas. En el caso del gallego, se trata on un expediente necesario: los diccionarios, formados muchas veces por personas de mula Preparacién, acumulan formas todas dle cualquier parte y de cualquier modo -se trata tnicamente de ae una sensacién de riqueza-, y Hay aie Preccupan de sefialar de qué localidad proceden, o de anotar Peculiaridades fonéticas. Hay algunos excelentes trabajos sobre Iéxico, como los de Anibal Otero, y existen los rigurosos estudios de Kriiger, Schneider, Schroeder, Ebeling y Zamora Vicente, pero harian falta muchos Estudios lingiiisticos por regiones naturales. No sabemos apenas rad de lo que es la verdadera cnet, oe la rica variedad fonética en el gallego hablado en Galicia, be lamentable el contraste pute la escasez de estudios lingiifsticos gallegos, hechos con eriteto cientifico, y el enorme y fructifero esfuerzo de los especialistas catalanes, 6) Con fh senalamos una fricaci6n que recuerda el sonido castellano de j, fricacién que en Ancares suele pronunciarse en lugar de -g- ante a, oy u (véase § 16). Pero téngase en cuenta que aparece también h en el signo compuesto ch de la ortografia castellana, para representar la africada prepalatal sorda que la ortografia fonética transcribe por [é] 0 por [§]. 7) No se emplea nunca y, por no existir en ancarés la consonante labiodental sonora. § 3. La finalidad del presente articulo no es la descripcién rigurosa de todos los fenémenos fonéticos del ancarés, sino la de lamar la atencién de los lingitistas sobre algunos rasgos muy notables de esta habla, a saber: acentuaci6n, nasalizaci6n y palatalizacién condicionada de d. De los muchos otros que la ligan con el sistema lingiifstico galaico, y de los pocos que tiene en comtin con el leonés, hacemos sélo una enumeraci6n muy rapida. Para estos fines la ortografia castellana, con la adicién de algunos signos fonéticos, es suficiente. No creemos, por ejemplo, necesario senalar con signo especial la b y la d fricativas, pues parecen ocurrir més 0 menos como en castellano. Es evidente que hay en ancarés algtin matiz especial de l, pero no se trata sino de variaciones de un fonema fundamental, y no tenjan interés mayor para nuestro objeto. Etc. Viaje a los Valles de Ancares y de la Fornela § 4. Dos veces, en el verano de 1954 y en el de 1957, hemos visitado Ancares. En el alo 1954 hicimos un viaje de exploracién lingiiistica por los valles de Ancares y de la Fornela. Partimos a caballo de Vega de Espinareda (a unos 20 kms. por carretera, al norte de Ponferrada); subimos al valle de Ancares, donde permanecimos un dia; pasamos por el puerto del Cuadro al valle de la Fornela, al que dedicamos otro dfa, y luego, por Fabero, volvimos, siempre a caballo, a Vega de Espinareda. La Fornela (a pesar de su nombre®) es una zona basicamente leonesa, en la cual existen lo mismo la diptongacién normal que el caso especial de diptongacién ante yod: en la Fornela, se dice buéis, syéna’, tryna, culudbra, tien, pia ‘pie’, xiénro, id budn ‘es bueno’; ruéca, gudbos; piécha apudrta “ ‘cierra la puerta’, fudlla, nuéite, guéllo ‘ojo’, guéi ‘hoy’, Centuéira y Fontuéira (formas alternantes correspondientes con lo que en castellano es el top6nimo se § 6. stos diptongos ofrecen oscilaciones entre varios hablantes (y atin en el habls de un mismo hablante), que van de suéna a suena, pasando por sudna, como se refleja en los ejemplos que damos en el texto, Damaso Alonso y Valentin Garcia Hontoria): lin, laycéy, Uousdy, gallo, pollo. Todas estas formas existen en leonés y estan en contradiccién con el gallego. Pero el habla de Fornela, como muchas otras hablas leonesas fronterizas de las gallegas, pierde la “n-, aunque no de un modo general, pues esa pérdida no se verifica ante a. De modo que se dice biéis ‘vienes’, xattus ‘terneritos’, pero xatinas (nétese el matiz velar de la n), bentaya, etcétera. Simplifica (en lugar de palatalizar) la -nn-: engudno ‘hogaiio’, ete. Se trata, pues, de una lengua casi totalmente leonesa, con algunos rasgos de gallego. § 5. Pero el valle visitado antes, el de Ancares, al occidente de la Fornela, es de lengua gallega con alguna pequefia mezcla de leonesismo. En esto no se diferencia nada de las demas hablas del gallego exterior: de todas ellas -variando ligeramente en cada caso las proporciones de la mezcla- se podria dar la misma férmula esencial. Habfamos subido a Ancares movidos, en parte, por la querencia sen- timental de uno de nosotros, de visitar la tierra de donde sus antepasados habian salido, a fines del siglo XVIII. Y eso —una habla gallega con algunos elementos de leonés, una habla parecida a tantas otras del gallego exterior— era lo que esperdbamos hallar. Cuando he aqui que, apenas entrados en el valle, empezamos a encontrar fenémenos de un interés apasionante para los aficionados a la dialectologia; rasgos de una originalidad tan grande, que podemos afirmar que el ancarés es el habla mas interesante que conocemos entre todas las del gallego hablado fuera de Galicia. Tres anos después volvimos a Ancares para aumentar, comprobar y corregir los datos del viaje primero. Breve descripcién del Valle de Ancares ® 8 ©. En el extremo NO. de la provincia de Le6n, al E., por tanto, de la de Lugo, y al S. de la de Oviedo (Asturias), tres rios que bajan de la divisoria con Asturias forman tres valles: al O., el rio Burbia, con el valle donde estd el pueblo de ese mismo nombre; en el centro, el rio y valle de Ancares, y al E., el rio Ctia, que es el que arranca mas al N. de los tres, y que, en dos amplios arcos® que describe hacia el E. (y suavemente hacia el S.) en la primera parte Véase las hojas 100 (Degafia) y 126 (Vega de Espinareda) de los mapas en escala 1/50.000 del Instituto Geografico, pero téngase presente que la titulacién contiene errores: los cartégrafos algunas veces traducen los nombres o los transcriben mal. * Habria que tomar la imagen de la “curva de ballesta’, usada por Machado para el Duero «en toro a Soria». Aqui, en la Fornela, en el centro de cada uno de los arcos, estan situados al 0. Guimara y al E, Peranzanes (capital del valle); y en el centro mismo de la vega, est Chano. Nuestros datos lingiiisticos proceden de Peranzanes. Nos aseguraron que en Guimara se dice gdlo, pélo, polina, y \6bo, hime; no tuvimos tiempo y oportunidad para comprobarlo. La situacién de Guimara (primera aldea al bajar del Cuadro, viniendo de Ancares) lo hace vernefnsi} vant A @\ rinoce my SOE 2 tees Limite de Provincia +> Limite Municipal ‘Término municipal de Ancares (con los de Forné ela, Valle de Finolledo y Vega de Espinareda) en el extremo NO, de | la provincia de Le6n. ~29- de su curso, forma el valle de la Fornela. Fornela es forma gallega; la leonesa correspondiente es Forniella, y, en efecto, en el siglo XVIII'° este valle —que, como hemos dicho, habla atin hoy un leonés con ligeros galleguismos-, se Hamaba de la Forniella (y Furnjella dice ain algtin viejo). Los otros dos va- lles, de Burbia (prolongado con el de Finolledo) y de Ancares, son de lengua gallego-leonesa, El de Burbia (que no tiene independencia administrativa: forma parte de la demarcacién del valle de Finolledo) no lo hemos visitado, y los pocos $ 7. El rio Ancares nace cerca de la sierra de su nombre y recibe Tejedo (Teixéu), Pered Los lugares de Suertes (S6rtes) y Espinareda (Espi luente que por el E, va a desembocar en el rfo in. Otros dos pueblos, Mamados Villasumil (Bi quedan algo mas al E. Al llegar al monte II iderarse terminado el valle de Ancares. El rio se e1 oz, en cuya ribera O. esta Villarb6n (Bilarb y cuando sale de ella €s ya para penetrar ‘olledo y por tiltimo irse a unir al Ctia. En Pere i ivel del mar) y en Candin, ‘aen grandes nevadas, que @ veces duran muchas semanas. En otros pueblos del valle las condiciones ia estén, de estos influjos, y tienen atin mas rasgos gallegos (Valle: moliy, muy, mmulivs, pulia ‘pollita’; San Pedro: mut, muyty, mufus, pultia). Algunos fendmenos de Valle: art. Se. al ‘el’; desplazamiento del acento en el posesive fen» mié irmd; miés irmds. En Valle hay Completa desnasalizacién; véanse pormenores en 36 * Hay a veces nevadas de un metro: «Cudndo i muita nébe di que facé-1-a olga pra ir da céisa al palléiro ou pra ir d'un lihdr a outro». La olga es la senda hecha para pasar por la nieve. En ast. occidental significa lo mismo buelga (Bezanes, Cangas de Onis, Somiedo, segtin A. de Llano) y gtielga en Lena (Segiin Neira Martinez). Deben pertenecer a REW booq Para el paso seméntico, comparense las dos acepciones del port. olga, segtin Figueiredo, Por el E. separan al valle de Ancares del de la Fornela los montes’* siguientes, enumerados de N. a S.: El Cuddro, A Brdfia de Guimara (0 Hima- ra), Botéque, A Portelia, A Brdiia de Billasumifle, El Alto de Ferréira, Mouriy, Padrén, As Gallddas y El Alto da Criiz. Por el Alto de la Cruz es la salida hacia el S., hacia Vega de Espinareda. Desde aqui, por el O., y procediendo ahora de S. a N., van sefalando el limite con el valle de Burbia (término del valle de Finolledo) las siguientes alturas: El Carballdl, Cdmpo del ¢so, A Cha Grande, Mirandélo, Péna de Miraléo, Alto de Llorantin '‘, Paleirén, Campanarjo, Alto de Cuifia, Alto de Puérto de Ancdres (por el que se pasa a Bal6uta y Sudrbol ). La barrera N. del valle la forman los montes de Mirabdlles, Corredéira y, en fin, El Cuddro. La principal ocupacién es la ganadera. De los cereales, el mismo cultivo del centeno es deficitario: todos los afios hay que importar. Existen algunas huertas y se empiezan a cultivar algo mas los frutales. No se rozan y queman los montes para cultivarlos durante algunos afios, como en otras zonas del NO."°, por ser los que rodean a Ancares de terreno muy pobre. Los mas carecen de arboles y estan slo cubiertos de urces (tices) y matorral de roble. En las quebradas y en las partes bajas se ven uméiros ‘omeros’, robles, chopos, fresnos, algtin capudréiro; en algunas laderas altas se ven abedules y queda todavia algtin robledal. Son maravillosos los castahos: no hemos visto en ninguna parte tantos ejemplares de tal porte y con tan gran diametro; conservan una extrafia vitalidad y fuerza de crecimiento, aunque son viejisimos. Desgraciadamente el alto precio de la madera los va haciendo caer bajo el hacha, con escasa reposicién. °° Para esta enumeracién de montes nos hemos valido de la informacién que obtuvimos en Ancares del Sr. Abella y de un primo suyo cazador. Hay algunas discrepancias con los mapas del Instituto Geogrifico. La enumeracién que nos hicieron no dejara de tener algtin matiz afectivo: representa ‘c6mo aprecia sus limites con el mundo exterior un habitante de Pereda de Ancares. “ Topénimo de forma inexplicable si atendemos a la fonética de Ancares. 'S Por ¢j., en los Oscos. Véase F. Kriiger, Gosas y palabras del noroeste ibérico. 1. Un sistema de cultivo arcaico: la quema del monte, NRFH, IV, 1950, pags. 231-246, y D. Alonso, Del occidente de l« Peninsula Ibérica, 2. Gall-ast. «bedro» ‘estivada’, en NRFH, VII, 1953, pags. 164-169. En Ancares cavar y queman a veces los prados y los montes para favorecer el nacimiento de nueva vegetaci6n, pero no para labrar el monte. «Algdas béces cabase el préo ia fainse’ ntolédas ia quéimanse. Deixamos un hachejro (un bento) para meté-l-as tices para qui ardan.» La informante explica asi la técnics de las entoladas; véanse nombres semejantes, tola, entola, en Kriiger, art. cit., pig. 239 (pero me convence poco la etimologia, tolo, ‘loco’, que propone). Anadiré a los nombres que da Kriiger la vor caminero con que en Villanueva de Valdueza (cerca de Ponferrada) -es zona muy castellanizada- designan las entoladas. Kriiger menciona caminhéiras, que se usa en algunas regiones de Portuga, y piensa que se llaman asf «por la disposicién de los monticulos en hilera» (pags. 238-239). Ea janueva, al hacer estos montones se le llama encamindr. Si se tiene en cuenta que estos montone: tienen que estar hechos con un tiro (como chimenea) para que ardan bien, resulta evidente que b ctimologia es ¢aminus ‘horno, hogar’, més evidente ain si se compara con otros nombres de k mismo, que proceden todos de fiirnus. Por lo que toca al nombre bédro ‘estivada’, de los Osco. ¢s interesante mencionar que en Ancares llaman néba (sustantivo) a la vegetacién que sale en ¢ 's de una quema: Aj qué noba queiméron! [Véanse en el tomo I de las Obras completa los articulos) Ade. Damaso Alonso y Valentin Garcia Yet ra Los datos que siguen son todos de Candin, donde esta el ayuntamiento, y de Pereda (que tiene la Parroquia)'*. Los hemos obtenido, ya en los interrogatorios de un solo sujeto, ya en corro con muchos, o en preguntas sueltas por los caminos, en las entradas de las casas, etc. Casi todos nuestros sujetos (més de una treintena) han sido mujeres entre los cuarenta y los ochenta afios. Los hombres se han mostrado, en general, poco propicios a favorecer nuestras indagaciones. Las generaciones jévenes, por su parte, fingen desconocer el dialecto que, con asombro nuestro, usan a renglén seguido para hablar con sus familiares y vecinos. Cierto que su habla esta perturbada por abundancia de castellanismos y desnutrida por la pérdida de sabrosos rasgos verndculos. Damos las gracias al seior maestro jubilado de Pereda don Manuel Abella, por la ayuda que nos prest6 en nuestro segundo viaje. Rasgos gallegos del ancarés § 8. Los rasgos gallegos son, sin duda posible, los predominantes en el ancarés. Algunos ~como los de nasalizacién- estan en un grado de enorme arcaismo, de un retraso verdaderamente medieval, con relaci6n al gallego hablado en Galicia. Pero otros coinciden completamente, o casi completa- mente, con el gallego, 0 con formas dialectales de esa lengua que se encuen- tran también dentro de Galicia. Pero unos y otros pertenecen al gran sistema que forma la evolucién fonética, a través de los siglos, de la lengua gallega. 8 9. Vocales acentuadas No existe diptongacién de éyé: néto, estéla ‘astilla’, setecéntos, cuquélo ‘cuclillo’, dénte, férro, quén, fél, mé¢l, méu ‘miedo’; s§hra, séhro ‘suegra, -o’; graiigla ‘vilorta para atar las mieses’, abéla, abélo, méla, chgcra ‘clueca’, ngbo, ngba, gso ‘hueso’, c6rbo ‘cuervo’, réca ‘rueca’, r6da, céba ‘cueva’. Como se ve, el matiz de la é@y la ¢ del latin vulgar (lat. clas. & y 3) se conserva, en principio, muy bien. No hay correspondencia en célmo ‘paja de techar’, del latin c til m u, pero esta dificultad no es peculiar del ancarés; comp. Kriiger, Sanabria, pag. 66, n. 2. El timbre abierto etimolégico puede alterarse por la proximidad de otros sonidos, p. ej. en fonte y ponte, donde la nasalizaci6n de la vocal la oscurece, y en béis ‘bueyes’, por el diptongo con i. En céxo is> [i3] > [4]. i Hay Parroquia también en Lumeras y en Espinareda, y escuela en Villarbén yen Lumeras (esta liltima generosidad particular). No tienen matiz abierto, y en comparacién con las abiertas pueden con- siderarse como relativamente cerradas, las vocales procedentes de é y 6 del latin vulgar (lat. clas. % @ y &, 6, respectivamente); cérte ‘cuadra’ < corte, pOltro ‘potro’ mollo, pédiciilu > pélloy mediilla > miglo” estan, al parecer, en discordancia entre sf, mientras que en los Oscos tenemos un mismo resultado pollo y molo en gallego, asimismo, piollo y miolo. § 13. Algunos diptongos A veces encontramos en Ancares au cuando se esperarfa el grado ou: auir ‘oir’, auiu ‘ofdo’ (es fendmeno que aparece en otras zonas del gallego exterior, por ejemplo en los Oscos). Otras veces hay ou: ouldr ‘aullar’, Conocido es el fenémeno portugués y gallego de sustitucién de oi en vez de ou. Se encuentra con cierta frecuencia en ancarés: a féice ‘hoz’ < falce, el féizo ‘especie de hoz para el monte’, cdice ‘patada’ < calce; coicilléis ‘especie de chumacera en el carro’ (comp. Kriiger, Sanabria, pags. 207-8). Pero outro < alteru. Véase «Nasalizacién» (§§ 29-36). § 14. Consonantes y grupos iniciales Frente a la Il- leonesa de la Fornela, el ancarés tiene siempre L-: léldo ‘leudo’, léite, lime, lia, Igho ‘luego’. La j- y la g- latinas dan la prepalatal fricativa sorda que representamos por x (fenémeno gallego y leonés). Ancar. xuncir, xtinto, xd ‘ya’, xinéiro ‘enero’ < Ienuariu, xéa ‘hiela’, xedda ‘helada’, xénro ‘yerno’, xiésta ‘hiniesta’ < génésta.La f- se conserva (fillo, facér, etc.), salvo algtin caso de mutaci6n por equivalencia actistica: cincdr ‘hincar’, ‘calear’ < *figicare. § 15. Consonantes y grupos intervocdlicos: Sobre la pérdida de la -n- hablamos largamente en el capitulillo dedicado a «Nasalizacién» (§§ 29-36). La pérdida de -n- es caracteristicamente gallego- '° Neutro y femenino en latin. » En las expresiones pra que quéza ‘para que se caliente’ y bdi por quénda ‘va por turno (el riego)’; €s, pues, quéza forma fuerte verbal, mientras quénda es el resultado, en singular roménico, del sust. calendae. La derivacién de calendae es absolutamente segura. El gall.-ast. se encuentra calgnda ‘turno en el riego o en guardar la bicéira’, y en la Fornela, caljenda; en el Valle de Finolledo, calénda; en el mismo valle, en San Pedro, quénda; todos, ‘turno en el riego’. El cambio seméntico de ‘tiempo’ a ‘turno’ es evidente. > Comp. Emnout-Meillet, sub manipulus. ® Femenino en lat., algunas formas roménicas exigen masculino, Choca en miglo la ¢; la confusién con glu no parece posible en esta zona donde ese sufijo dio -0 (§ 15). portuguesa; pero es uno de los rasgos que rebasan muchas veces, un poco, los limites alcanzados por los fenémenos gallegos descritos en los §§ 9-10. Es decir, que penetra algo en territorios que basicamente hemos de considerar como del leonés; asi, por ejemplo, en la Fornela. Ya hemos dicho cémo en este Ultimo valle hay una pérdida de -n-, pero que no se produce ante a (§ 4). En el gallego exterior, donde la cafda de la -n- es general, la de la -L- lo es mucho menos. A veces en una misma regién, dos pueblos contiguos tienen uso diferente. En Santa Eulalia de Oscos casi siempre se pierde la -I-, mientras que en San Martin de Oscos se conserva en muchos casos. En el gallego-asturiano se puede decir que la -I- se pierde menos segtin se aleja uno de la frontera politica gallega; también en el gallego del Bierzo hay muchas diferencias. En el leonés (asi en la Fornela), -I- se conserva. En el ancarés son, sin comparacién posible, muchos mas los casos de pérdida que los de conservacion. adrdes ‘adrales’, quénda < calenda, dihas ‘Aguilas’, fidr ‘hilar’, ct ‘culo’, teiréa 'telera' (comp. § 34), sar, biérta ‘vilorta’, nedis ‘nidales’, nohdis ‘nogales’, pdo ‘palo’, cuéstros ‘calostros’, moér, muér y mu'ér ‘moler’, doér ‘doler’, amallgs ‘cordones de cuero para los zapatos’ <_ mallédlos, REW 5267, couz@ ‘orzuelo <-d1u. Frente a estos hay atin bastantes casos de conservaci6n: delér ‘dolor’ (que es frecuente también en Galicia), palémba, méla, abé lo, abégla, castafigla, garanigla. En algunos casos parece sefialarse una norma en la diferencia: se diria que en el diminutivo femenino (y en general en la combinacién -o la), la -l- se conserva, mientras que en el diminutivo masculino (amallds, couz6,) se pierden. En este caso la excepci6n abéglo seria por analogia con abgla. En el verbo, el tratamiento de -I- en los pronombres de tercera persona (cuya -Il- se degeminé tempranamente) parece corresponderse con el del articulo (cuyo masculino es el, mientras que el femenino es a; plural 9s, as). matéjl ‘le maté’, matéa y mate'a ‘la maté’, boté'a ‘la eché’, boté'os, botéas, boté'as, mdtal! ‘imatale!’, mdta’a! 0 mdtaoa! ‘imatala!’, mdtaos!, mdta’as!, déuchel 'te lo doy’, déuchea. Nétense los elementos de enlace y diferenciacién entre e y a, a y a (el primero, i, aprovechando de la desinencia verbal; el segundo, 0, probable recuerdo de la vocalizacién de -I-). § 16, La «geada» ancaresa La -g- latina ante e, i, da x, lo mismo que cuando es inicial: inxibas ‘encias’ < gingivas”, lénxe ‘lejos’ < lénge (la -j- latina da el mismo resultado: mexdr ‘mear’ < mejare). * Choca la pérdida de la g-, pérdida comin en el gallego exterior y frecuente en el interior. Se esperaria xinxibas (que existe en gallego). Es probable un caso de separacién producida por el articulo: as-xinxtbas > as-inxibas. =25'- Démaso Alonso y Valentin Garcia Yebra Lo curioso es el tratamiento de la g (lo mismo en interior de palabra que inicial)** cuando va delante de a, 0, uo r. Entonces toma un sonido que parece tender hacia j castellana, pero que no llega nunca a tener exactamente esa articulacién: es menos profundo y hay que definirlo, provisionalmente, como una aspiracién velar. Representamos este sonido por h. Frecuentemente los sujetos pronuncian algo que parece comenzar como g y termina como h. Un mismo sujeto pronuncia una palabra unas veces con h, otras con g y otras con una cosa intermedia. Lo mas descriptivo seria representarlo con doble notaci6n (g y h). Lamentamos que, atentos a otros particulares, no hayamos hecho un estudio mas detenido de este sonido. Ejemplos: hardin, hao ‘ganado’, hrdnde, hanséira ‘bastidor rectangular provisto de varas paralelas que se cuelga en la cocina y sirve para secar prendas’, halléiro ‘palo con ramas laterales que sirven para poner hogazas; se cuelga en posici6n vertical en la cocina; lleva encima una losa horizontal para que no puedan pasar los ratones’, hudrda, encihdr ‘azuzar’, ftho ‘higo’, péha ‘pega, urraca’, dihas ‘Aguilas’, ahostiironse ‘se agostaron’, pontiho ‘pontigo’, dhua, antiho ‘antiguo’, sg hra, rehdr, esptha. Claro esté que no se trata sino de una manifestacién mas del fenémeno de la «geada» caracteristico de buena parte del gallego. Lo que €s extraordinario es su presencia en este extremo rincén de ese dominio, pues no lo habiamos encontrado nunca fuera de Galicia. Curiosamente, en Ancares, lo mismo que en Galicia, las personas mas cultas refrenan esta Pronunciacién. § 17. Grupo kt. Precedido de a, e (¢ 0 ¢ del lat. vulgar), u 0, no ofrece diferencia con el gallego normal: féito ‘hecho’, frejtdda ‘corrimiento de tierras por las lluvias’ , actia de un modo mucho mayor la tonalidad musical; aunque ésta varia de unos hablanies a otros, puede afirmarse que la 7 se pronuncia en un tono bastante mas alto que el resto de la ptlabra~ es Damaso Alonso y Valentin Garcia Yebra expresivas. Son estudios que habrian de hacerse con un tiempo y elementos (material para registro fonético) que a nosotros nos faltaban. Fenémenos de nasalizacién § 29. El ancarés ha perdido con toda regularidad la -n- intervocdlica. Lo que le da una fisonomia extraordinaria dentro de las hablas gallegas -y lo que primero llama la atencién del observador- es que las vocales inmediatas a la -n- desaparecida conservan una fuerte y a veces fortfsima nasalizaci6n. Todos los sujetos de los lugares de Candin y Pereda que interrogamos tenfan este rasgo, que varia en intensidad segtin las personas, pero que puede decirse que no falta nunca. En lo que sigue vamos a estudiar los distintos casos que pueden presentarse. § 30. —inu, -ina, -inos, -inas. Es necesario advertir que en ancarés, como en muchas de las hablas gallegas exteriores a Galicia, si bien se ha perdido la -n- intervocdlica en la desinencia —ina, no se ha desarrollado la ulterior consonante palatal y nasal, es decir la fi que se produce en el gallego normal y en el portugués. En esto Ancares va de acuerdo, p. ej., con los Oscos (regién de habla gallego-asturiana, en el extremo occidental de Asturias); pero se diferencia de ellos en que en Ancares se conserva una fuerte nasalizaci6n de la vocal i, nasalizaci6n que en los Oscos se ha perdido, Resultan asi tres posibilidades: vicina > gall. becifia, port. vizinha; vicina > ancar. becia; vicina > Oscos becia, He aqui algunos ejemplos ancareses: ria (‘ruin’, en femenino; ‘mala’, ‘enferma’), rias (plural del anterior), meicias (‘medicinas"), sardia. Y todas las formaciones de diminutivo como rapacia (‘muchachita’), Portelia (nombre de un monte), xatia (‘ternerita’). Hay que agregar mia, posesivo 1* pers. fem., donde no hay -n-: ha habido aqui un fenémeno de nasalizaci6n progresiva por -m-; comp. port. minha, gall. mifia. Se produce también en otras palabras portuguesas, como ninho ‘nido’, y por lo que toca a la pronunciacién, muito, port. dial. munto, castellano dial. muncho. De modo semejante, en Ancares se oye frecuentemente noite, con diptongo nasal. En contradicci6n con este desarrollo tenemos el ancar. farifia, que debe de ser un galleguismo. He aqui ahora algunos casos que corresponden a la terminacién -inos: camius, becius, subrius (‘sobrinos’) fucius labios’), mutus (‘molinos’), rius (‘ruines’, ‘malos’, ‘enfermos'’), alfonsius (grillos’), y los plurales masculinos de diminutivos: rapactus, xatius, dentius (‘dientecitos’), guaxius (‘lechoncillos’). En cambio, el singular -inum da en ancarés -iy, coincidiendo en esto con el asturiano, con la mayor parte del gallego exterior a Galicia y aun con el uso de una faja oriental dentro de la provincia gallega de Lugo. Anc. camin, alfonsty, riy, vecty, subrin, irmaiy. En contradicci6n esta el ancar. lifi (‘lino’), frente a la forma li que es la de Oscos y, en general, del gallego-asturiano, si bien en el gallego del Bierzo hemos encontrado algunas veces lifio. En el ancar. lid las dos vocales estan fuertemente nasalizadas. Inesperadamente se encuentra bifio (‘vino’) en todo el gallego exterior, y también en Ancares; debe de ser galleguismo. Para ‘pino’ hallamos en Ancares, y en todo el gallego exterior del que hemos podido recoger datos, la forma pino: evidente castellanismo. También se dirfa que estén en mutua contradicci6én espidzo (‘espinazo’) (véase mas arriba § 28) y Espifieiréda, nombre de un pueblo de Ancares que choca con su -fi-, como la tendria en gallego normal. 1. -anu, -ana, -anos, -anas. En la terminaci6n anu, al perderse la -n— y ponerse en contacto la a con la o final resultante, se forma un diptongo —ao, fuertemente nasalizado: el oyente duda si el elemento final es 9 © u; la vocal esta muy oscurecida por la nasalizaci6n y se dirfa a punto de desarrollar una n posterior. La impresion, en algunos sujetos, no es muy distante de la del diptongo caracteristico del portugués, en port. mdo, grdo. He aqui algunos ejemplos ancareses: bentao (‘ventano’), chao (‘Ilano’), mao (‘mano’), grad (‘grano’). En la voz hao (‘ganado’) (véase §§ 11 y 16) también se produce un fuerte diptongo nasal. La evolucién de germanu esta condicionada por el hecho de haber llegado a tener una i en la sflaba anterior a la acentuada: irmdu (a veces se oye irmeu) (§§ 37 y 38). No existe nasalizacién en el caso de -anu final Atono: drdndos, ardndus (‘arandanos’), trébo ‘colmena’ (comp. leonés de la Fornela, trudbano). Frente al castellano anoche tiene el gallego anoite ‘anoche’ y onte (‘ayer’). En el gallego-asturiano se encuentra angoite y anoite* (‘ayer’). Y nosotros hemos recogido en la Fornela anueite ‘anoche’ y aqueite ‘ayer’, y en Valle de Finolledo anojte ‘anoche’ y aoite ‘ayer’. En ancarés existe por una parte anoite (‘anoche’) y Goite (‘ayer’) y entdoite ‘anteayer’. En doite, la -n- antes de perderse produjo la nasalizacién progresiva de oi (comp. la pronunciacién nasalizada de ui en el port. muito y en el port. dial. munto, y, junto a gall. onte, el port. ontem). Siguen ahora ejemplos del caso - an Ancar. dbré ‘avellana’, cha ‘Ilana’, 14 ‘lana’, cmp ‘campana’, benta Interpretamos con 9 la grafia nh en anhoite, Acevedo y Ferndndez a=45= Damaso Alonso y Valentin Garcia Yebra ‘ventana’, maz ‘manzana’. Esté es larga, como corresponde a la fusién de las dos vocales puestas en contacto. : En abraéiro (pais 0 paes ‘hogazas’, con diptongo nasalizado. § 33. -ene-, -ena, -enu En la combinacién - ene -, cuando la primera e es acentuada, se cierra la segunda de las dos vocales puestas en contacto, con lo que se viene a producir un diptongo ei. Asi ocurre en otras zonas del gallego exterior: Oscos, téis < ténes; béis < *venes < vénis; pero en Ancares ese diptongo esta nasalizado: ancar. beis, tets. En el caso de que sea la segunda e la acentuada, la primera se disimula en i; pero aqui las vocales quedan en hiato, las dos parecen nasalizadas, y la inicial recibe un fuerte acento secundario. ° Ancar. xiésta (< genésta, REW, 3733; comp. port. jiesta, gall. xesta cast. hiniesta). En bieito < *benedicto™, ocurre algo semejante, pero aqui a nasalizaci6n se propaga a todo el diptongo ¢i, formado al desaj arecer i -d-. He aqui ahora resultados de-en a y -enu: ancar. cdlméa, dréa, cadéa ‘cadena para encuartar’, céa ‘cena’, chéa ‘lena’, alléa ‘ajena’, alléo ‘ajen i chéo ‘Ileno’. : § 34. -ona, -one, -onu, -onos Ancar. t6a ‘trueno’ y también ‘truena’ (sda a téa ‘suena el trueno’), béa ‘buena’; y también -ona de aumentativo: grandéa, Carmeléa («a tia Carmeléa de Billasumile; chamabanlle asi porqu ‘era grandéa»). Choca teiréa ‘telera del arado’. Kriiger (Sanabria, pags. 192-93) ha reunido muchas voces del NO. peninsular que designan la ‘telera’, y de ellas muchas han de ser atribuidas, como él propone, a telu + ariu + ola; pero esta forma ancaresa, a cansa de su nasalizaci6n, tendria que remontar a telu + ariu + ona, Claro que ® Comp. D. Alonso, Et satico entre Galicia y Asturias, pags. 9-12, SS VSS VRS LS pl PS se podria pensar en un cambio de sufijo, pero las formas gallego-asturianas taleirtia y telleirtia en Acevedo y Fernandez, la primera recogida también por uno de nosotros en los Oscos, no pueden corresponder sino al sufijo -ona (en Santa Eulalia de Oscos, teiruga, con -g- antihiatica). No se puede, pues, saber si el gall. teiréa procede de -ola o de -ona, si bien el portugués teiré (como avé6 ‘abuela’) reclama cola a En -onu el resultado es -6y; segtin eso, bdy ‘bueno’, cuyo femenino boa, ya visto, tiene como plural ; pero el plural del masculino es béis (comp. § 35). § 35. -unu, -una, -unos, -unas Ejemplos: ti, ta, i iias ‘uno, -a, 1-08, -as’; algiin, algia, algiis, algiias. De estas formas, las mas curiosas son tis y algiiis (comp. béis, mas arriba, § 34). Esta terminacién del plural en —is (cuando se esperaria-os) se encuentra también en otros puntos del Bierzo, no sdlo de lengua gallego-leonesa (valle de Finolledo, Ponte de Rey y Campo de Lebre), sino también en algunos de lengua basicamente leonesa con influjo gallego. Asi ocurre en Sancedo, al norte de Ponferrada: algtin, algtis, alguya, algunas. Esta terminacién is es sin duda propagacién analégica de -ois < -ones. § 36. La nasalizacién ancaresa, fenémeno peculiar Enel valle de Finolledo no hay nasalizaci6n ninguna: ermdo, irmd, ermdus, irmds, bentd, campd, becius, becias, xatia. Comprueba la desnasalizacion un fenédmeno (que ya habfa uno de nosotros observado en San Martin de Oscos), pero que aqui es atin mas intenso y extenso: tia ‘una’, como articulo indeterminado, tiende a pronunciarse @: ¢ xatéa ‘una ternerita’, ¢ pulia ‘una polla’; en el plural el masculino es tis y el femenino gs: tis becius ‘unos vecinos’; 6s becfas ‘unas vecinas’. El fendmeno aleanza a la flexidn de algun: algtin ome, algg muller, alguis gmes, algés mulleres. En Ancares la nasalizaci6n acttia de freno (tia mullér). Sélo en pronunciacién muy rapida y descuidada, tia puede aproximarse a ¢. No tenemos datos de Burbia. En San Pedro (en el mismo valle de Finolledo), se esta mucho mas pr6ximo a las condiciones gallegas: tina polifia, algtinas xatifas. Todo parece, pues, indicar que el estado de la nasalizaci6n en Ancares es sumamente original y peculiar, en esa orilla E. del dominio gallego- portugués. ® Comp. Williams, § 45. Démaso Alonso con su mujer, Eulalia Galvarriato y Lola Mouton en el mirador de Corullén En Lombillo, con Litos y su padre, Paco Garnelo, primo de Valentin Garcia Yebra. Palatalizacién de A § 37. Otro de los rasgos caracterfsticos del ancarés es la palatalizacién, en determinadas condiciones, de la . Es un fenémeno que algunos ancareses jévenes no practican, pero que tiene atin gran vitalidad entre las demas generaciones, y debié de tener atin més en otras épocas, a juzgar por los recuerdos de los viejos. Se nos ha asegurado que en el lugar de Tejedo (Teixéu) no se dan estas palatalizaciones. Los datos que siguen proceden de nuestra investigacién personal en los lugares de Candin y Pereda. La intensidad de la palatalizacién es variable de unos sujetos a otros: a veces Ilega hasta ¢; otras, las més, se mantiene en el Ambito de la @ palatalizada (d). Podemos decir que, en general, es una vocal que esta en el limite entre @ y ¢. Nosotros la representamos casi siempre por d, y rara vez por é. Hay que dejar aparte un caso muy distinto, del que tratamos después (aparente palatalizacién en el pretérito de 1° conj.; en realidad se trata de una propagacién analégica). El fenémeno puede enunciarse con perfecta regularidad de norma fonética: en ancarés, d se cambia en @ cuando en la silaba inmediatamente anterior existe un sonido vocal 0 semivocal i o u. Esta vocal palatalizada es ademas nasal en los casos en que la a normalmente seria nasal. § 38. Ejemplos con io j en sflaba anterior: Pidindo, cabillél ‘clavija en el arado’, cabilldis, pindirdir ‘pefierar, cerner’, aarrincér ‘arrancar’, alimpdr, quéimdr, cireixil, ciréixdis ‘cerezal, cerezales’, Jfihéiral higueral’, irméo, irméo, irmd, encihé-l-o perro™ ‘azuzar el perro’, Nabidd “Navidad, caridd, pra se dir ; pingiida; ta moi ria, ta téda inchéda ‘esté muy enferma, esta toda hinchada’, abalingér ‘columpiarse’, cditdda ‘cuitada’, fidr ‘hilar’, espidzo, dejxd, quéixtida, escitidndo, cincér ‘hincar, tocar’, bidélla ‘sien’, bincllo, freitéda ‘corrimiento de tierras’ (baxéu tia freittida daquél ménte). § 39. Bjemplos con u o yen sflaba anterior: ciiidzo ‘hacha més pequeia que el machdu’, misquid-las obéllas ‘esquilar las ovejas’, ouliindo ‘aullando’, biscdr, lousdr ‘techar con pizarra’, louséu ‘tejado de pizarra’, a cdsa ta louscida, alimér ‘alumbrar’, axtintdir, xa tan axintdos (0 axtintéus) ‘ya estén reunidos’, lihdr ‘lugar’, ‘pueblo’, ia nds % Para encigir,encihir, comp. las formas, unas portuguesas y otras gallegas, augar, ete... que cita Anibal Otero Alvarez, en Cuad: de Est Gall’, XI, 1956, pig. 118. as) Démaso Alonso y Valentin Garcia Yebra corriimos tras dél apurridindo, acouhér, ‘sosegar’ (gall. acougar), timbéo ‘tumbado’, aquiloutrar’’, chuculéte, chuculéte ‘chocolate’. Es notable la existencia de padre (a veces pédre) ‘padre’, que sin duda procede del sintagma usual meu padre: la u ha actuado ahi como lo habria hecho en interior la palabra. Es voz ya muy poco usada, pero de cuya existencia actuel en algtin caso, o de cuyo recuerdo, en muchos casos, no cabe dudar *”. § 40. Cudndo no se palataliza la a: Cuando en la silaba anterior no hay vocal o semivocal i 0 u, la a tonica permanece inalterada: adrdes, pardza, eyaldr, faldr, faléndo, machdo ‘hacha’, traballo, rehdr, pechér ‘cerrar’, entolddas, aledrse ‘renir, pegarse’, acandd-l-duhua ‘turnar el agua para riego’, nedl ‘nido’, nedis ‘nidos’, benta ‘ventana’, encorré-l-a roupa, xebrér ‘separar’, berrdr, cundandu ‘condenado’. § 41. Dos observaciones a) Sélo la a t6nica sufre esta palatalizacién: tan teiténdo dous teitadéres. b) Yod o wau inmediatamente anteriores a la a t6nica no producen palatalizaci6n: corridmos ‘corriamos’, rabido, cambidndo, medido ‘mediano, pieza de hierro para atar el arado™, hudrda. § 42. Palatalizaciones parecidas en la Romania Hay una serie de hablas en las que se producen fenémenos de palatali- zacién de a cuando en las inmediaciones existen sonidos palatales. Sabido es el caso del franco-provenzal, en el que la 4 en sflaba libre permanece como en provenzal, pero si va detras de palatal da ié, como en francés (fr.-prov. recontar, pero deleitier). En dialectologia italiana hay una serie de lugares (véase Rohlfs, Hist. Gramm. d. Ital. Spr., 1, § 25) en donde la 4 se palataliza por influjo de una palatal anterior: en el dialecto del valle de Mesocco (Cantén de Tesino) la 4 de los infinitivos en —are se hace ¢ si en la silaba anterior hay una vocal palatal: [filé] ‘hilar’, [Zalé] ‘helar’, pero [lava], [portd]*°; en Bellante (prov. de Teramo, Abruzos) la de los infinitivos da normalmente @, pero llega hasta ® Palabra considerada como rara por un corro de mujeres de Pereda, que nos contaron que una vieja de Villasumil decia: «iNon me tropecédes! iBajsm ‘aquiloutrér!». ® Palabra citada por varios sujetos como caracterizadora de la lengua antigua. ® Algunos sujetos dudaban si también se habfa dicho médre. La inmensa mayorfa de los interrogados afirmaba que meu padre se decia atin no hace muchos afios (y que todavia algtin viejo lo dice hoy), pero que siempre se habia dicho mia madre. Esto confirma, creemos, plenamente la explicacién fonética dada en el texto. ® En aixada). =§3- Damaso Alonso y Valentin Garcia Yebra transforma en un sonido entre d y ¢ cuando en la silaba anterior hay o ha habido i 0 uo ei 0 ou. Ejemplos: Pena-Lobo (Sabugal): bureco, aguilheda. Sernache de Bomjardim (Serta), gieda’. Oleiros, felicidede, cidede (y falsas correcciones, como tijala por tijela)”, Penamacor, deixé-lo (por deixd-lo), olivél (por olival), triguél”. Vale de L6bo, Idnaha-a-Nova, Bemquerenga, peneirer, carujer, touredas, povilhel (pegulhal), venegre (vinagre)". Pévoa de Atalaya, bréko (buraco), alemeli (animal), vskeri, skeri (buscar). Monsanto: fek¢r (ficar), fumér, sefér' (ceifar), popésa (poupanca)"*. Maria Leonor Carvalhdo, autora del trabajo de donde proceden los tiltimos ejemplos, da también otros en que la inflexién de la tonica se produce por una palatal anterior: baler‘ (balhar, bailar), rele"pzer' (relampejar). Este nuevo tipo de inflexién (que en seguida recuerda al de la a toni en francoprovenzal) no lo hemos encontrado en Ancares. Lo pude comprobar en otra regién portuguesa, mucho mas al Sur, en Serpa, al sudeste de Beja (Alemtejo), en un brevisimo interrogatorio hecho en compaiifa del Prof. Ci a un grupo de personas de dicha procedencia: kundd“ ‘cufado’, kaidd “ , bakaléu; también en contacto con it pid! ‘pial’, mié"d ‘mayando’ y ultracorrecciones como mufar ‘mujer’. El contacto, pues, con palatal anterior inflexiona la vocal ténica. * Citados por Leite de Vasconcelos en Dialectos beirdes, H, II, WV, Porto, 1884, pigs. 12-13 (tirada parte de la Rev. de Estudios Livres, vol. ID. De Sermache cita dos ejemplos que no casan bien con la condicién enunciada, © Tadas estos ejemplos proceden de las Memerias da villa de Olers pelo bispo de Angra D. Jodo Maria Pereira, Angra, 1881, pig. 168, citados por Leite de Vasconcelos en el trabajito mencionado en la nota 38. © A. Cordeiro, A lingua e a tteratura popular de Penamacor, pégina 81. El ejemplo marmeleda, que alli también se da, no se ajusta bien a las condiciones. * Los ejemplos proceden de alguno de esos pueblos, y todos los he sacado de palabras citadas en la Emografia da Beira de Jaime Lopes Dias. Son mis de treinta las palabras de esa zona en las que ><, que hemos encontrado en la obra de Dias; en ninguna dejan de cumplirse las condiciones cenunciadas, * Maria José Martins, Etnografia.. de wna pequena regio da Beira Baixa (P6voa de Atalay, Alcongosta, ‘Tinahas e Sobral do Carpo), Lisboa, 1954, pag. 135. La autora da ejemplos de varios pueblos sin enumerar las condiciones. Pero todos los ejemplos corresponden a ella perfectamente. Lad, segtin Ja autora, da aqut ¢ (y no ¢0 & como en toros sitios), y Hega en algunos pueblos a la vocal mixta é baker, kéri, Alcongosta, buskér, Tinalhas. “ Maria Leonor Carvalhio, Monsanto (Estudio exnografico, lingistico ¢ folelérico). Dissertagio de licenciatura, Facultade de Letras, 1955. Trabajo inédito, ejemplar a méquina, pigs. 88-89, La autora describe perfectamente las condiciones que regulan el cambio. La d tnica sujeta a dichas condiciones, unas veces produce d y otras ¢ Tres viajes dialectolégicos por Ancares a “ senate ey Se ASS x commana ° 1% A nee a x + x vaso x 9 X BAcavor * * * Fhe Zona portuguesa (rayada), dentro de la cual, en diversos puntos (§ 43), existe la palatalizaci6n de ¢ cuando en la silaba anterior habia u, i, ou 0 ej. § 44. Problemas para la dialectologéa de la Peninsula Ibérica. Para la lingiiistica gallego-portuguesa ofrecen extraordinario interés los fendmenos que acabamos de sefialar. El hecho de que en Ancares, en el extremo E. (y muy al N.) del dominio gallego-portugués, se produzcan los mismos fenémenos de palatalizacién de a, y sujetos a las mismas condicio- nes que en una extensa zona de la Beira Baja, plantea nuevos problemas: époligénesis? écontacto? éHemos de pensar que de la zona de Ancares sal la colonizaci6n de esa extensa regién de Portugal? No me aventuraré por ese terreno. Mucho mas al S. encontramos en Serpa otro tipo de palatalizacion Damaso Alonso y Valentin Garcia Yebra de d ténica, distinto pero parecido. Y en Monsanto hemos visto reunidos a los dos, el de Serpa y el comin a la Beira Baja y a Ancares*’. Creo mas bien que la a gallego-portuguesa tiene una debilidad, una inestabilidad que no presenta el castellano. No puedo detenerme en discutir las causas; sf diré s6lo que creo que estos fendmenos estan {ntimamente unidos a alteraciones acentuales que habria que tener en cuenta para construir una teoria general de la metafonfa en el dominio gallego-portugués, en la que pudieran entrar todos estos casos que esporddicamente se presentan en diversas zonas: las sflabas que siguen o anteceden tienen o han tenido vocales extremas i, u; pero han de tener también, o haber tenido, una intensidad articulatoria que las evoque presentidas 0 recordadas. Otro problema es el del estado actual de estos fonemas en gallego- portugués. éEstan en el comienzo de un proceso de palatalizacién? £0 se tralia de procesos viejfsimos que han llegado mortecinamente hasta nosotros? Entre los muchisimos ejemplos, que todos se ajustan a las condiciones dichas, surgen unos pocos, muy pocos, extraios a ellas: carreda (carrada), Serneche (Sernache), marmeleda (marmelada). Ante esos ejemplos, piena uno si no estaremos en presencia de un principio de generalizacion, es deci, de pérdida de exigencia de condiciones. (Cuando se tiene -eda en pousedi, toureda, carneireda, seigeda, etc.**, no ofrece nada de particular que se cre conciencia de un sufijo -eda y se propague a carreda, etc.). Uno se pregunta si se han entendido bien las relaciones entre los que llamamos cambi« esponténeos y cambios condicionados, es decir, si los «espontaneos» m seran sino simplemente la generalizacién de los «condicionados», idea qu ahora surge una y otra vez en los estudios lingiiisticos, en la teorfa de b diptongacién de Schiirr, por ejemplo. En fin, los casos de inflexién de a pe sonidos de tipo i, u anteriores, en el dominio portugués no creo que pueda separarse de los casos de inflexién de a (y otras vocales) por influjo ¢ sonidos tipo i, u siguientes, en el territorio asturiano. Se trata de fendmenc en cierto modo simétricos: su eje de simetria estd en el presente (articulacié de la vocal ténica), sobre ella acttia o el pasado inmediato 0 el porveni inmediato. Fenémenos de inestabilidad de las ténicas, en el NO. peninsulat con correspondencia también —los dos tipos- (aunque en Italia, como e nuestra Peninsula, es lo mas frecuente que la vocal final influya sobre | tonica) en Italia. * Leite de Vasconcelos, en su mencionado trabajo, citaba otro caso de palatalizacién de d, qv conocfa por referencias, de Padres (Concejo de Pampilhosa, distrito de Coimbra). Ignoro si se h confirmado. * Ejemplos que saco de la Emografia da Beira, de Jaime Lopes Dias. Ires viajes aiaiecroiogiLus pur myeurcs § 45. Propagacién analégica en el pretérito de la 1° conjugaci6n. Trataremos para terminar, de otro fenémeno del ancarés mucho me- nos extrafio que la palatalizacién de d por la existencia de i 0 u (vocales o semivocales) en la silaba anterior. Es necesario, sin embargo, traerlo aqui, precisamente para diferenciarlo bien. Se trata de pretéritos de la primera conjugacién en los que en vez de d se encuentra do rehdiche (o rehéche) ‘regaste’, loustiche (0 louséche), ti cantéche ia nos cantdmos ‘ti cantaste y nosotros cantamos (pret.°)’, chobiu muito ia molléronse 9s prdgs ‘llovié mucho y se mojaron los prados’, axuntdstes ‘juntasteis, reuniste Como se ve, este cambio de d en do en é se verifica en el pretérito de la 1° conjugaci6n, lo mismo si anteceden io u que si no anteceden. No tiene, pues, nada que ver con la palatalizacién que habiamos estudiado hasta aqui. En realidad, se trata de un fenémeno muy conocido y que afecta a muchas hablas gallegas, portuguesas y leonesas. Leite de Vasconcelos lo sefial6 en el mirandés, asi como en el N. de Tras-os-Montes, y en el esp. antiguo y en «sus dialectos 0 co-dialectos del NO. de la Peninsula» (Philologia mirandesa, I, 390). Tomemos, p. ej., la conjugacién mirandesa del pretérito de ‘entrar’: 2° antreste, 4° antremos, 5° antrestes, 6° antrorii. Menéndez Pidal lo confirma localizdndolo, en la parte espaiiola, en Asturias, Santander y Astorga. Nosotros lo hemos oido en otras zonas leonesas. Leite de Vasconcelos hace notar que el port. vulgar, tanto del N. como del S. de Portugal, hace la 4° en -émos, y lo mismo ocurre en el cast. vulgar («El aio pasaéo matemos muchas liebres»). Estos hechos han sido interpretados diversamente (véase la discusi6n en Leite de Vasconcelos, I, 390, n.2). Hoy nadie piensa sino en la propagacién analdgica de la é que existe en la 1° persona del pretérito de la misma 1° conj. y que también caracteriza a la 4° p". del presente de muchos verbos auxiliares: hemos, tenemos, y de todos losde la 2* conjugaci6n. La propagacion de esta é afecta también en castellano vulgar a la 4" persona de ser: semos (vulgar en port. dialectal, donde junto asemos, que se produce por analogia de temos, se encuentra también samos, por analogia de estamos: Leite de Vasconcelos, Esquisse, pig. 14)”. El movimiento analégico, refrenado en el port. y el cast. normales, ha operado libremente en muchas hablas del NO., y en el pretérito ha Hegado a introducir lae en las personas 2", 4" y 5"; respecto a la 6", predomina la forma leonesa —oron (mirandés -orit), cuya etimologfa © En espafiol, ademas de esos influjos analégicos, existe otra razén para que el hablante inculto diga matemos en el pretérito: establece asf inconscientemente una oposicién fonolégica matamos (presente), matemos (pretérito). Es curiosa, sin embargo, la fuerza de la propagacién analégica en el portugués, donde no hay necesidad de esa oposicién, pues el port. normal distingue la cuarta persona del presente con relacién a la del pretérito por el matiz de la 4. Démaso Alonso y Valentin Garcia Yebra oa < an attetey He tatyrad Zonas (rayadas) portuguesa (casi toda, Beira Baixa) y espaitola (gallego-leonesa, en el NO. det reino de Leén) donde se ha producido la palatalizacién de la d cuando en la silaba anterior habfa u, i, ou 0 ei. no nos interesa ahora aqui. Todos estos fendémenos que enumeramos foman solo una rama de esa historia maravillosa de las propagaciones analégicas a través del verbo, Ja fuerza que produce la gran generalizacién de ons en la 4° persona francesa, la que lleva —iamo a la misma persona del presente, ya sea indicativo, ya subjuntivo, en las tres conjugaciones italianas. Son evidentemente fendmenos parecidos los que han operado en An- cares. Pero en ancarés encontramos en las personas mencionadas en el per- fecto un titubeo entre d y ¢, y es de notar que la 6* persona coincide, por lo que toca a la vocal ténica, con 2", 4* y 5* (es decir, que no hemos hallado en. Ancares el —6ron leonés), lo cual es, en si, un rasgo mas de galleguismo, ee 2S = Véase Wartburg, Problemas y métodos de ta lingistica, Madrid, 1951, pags. 80 y sigs, Encontramos, pues, en esta propagacién analdégica la misma vacilacion entre dy @ sefialada ya al hablar de los casos de palatalizacién de 4 por io u en silaba anterior, slo que aqui con una mayor tendencia hacia é. Esta situaci6n la creemos facilmente explicable, sin mas que considerar que sobre formas como axuntéistes, lousdiche o louséche se venian a juntar dos influjos: por existir, en palabras como esas, las condiciones fonéticas ya estudiadas (88 37-39), la d debia hacerse & por otra parte, la analogia, como en amplias zonas leonesas y en otras portuguesas, y aun refrenadamente en portugués y espafiol, estaba tendiendo a que la vocal acentuada en el pretérito de cualquier verbo de la 1* conj. fuese é. Estas dos fuerzas operantes, mas la del castellanismo invasor, que tiende a destrozar el dialecto y produce un cruce de correcciones y ultracorrecciones en el hablante, creemos deben explicar las oscilaciones entre iy ¢ en la vocal de las mencionadas personas del pretérito de la 1° conj., y aun es posible que estas oscilaciones se reflejen © reobren en las ya sefaladas antes (§ 37) para el caso de palatalizaci6n por io uen silaba precedente. 19595" © BI presente trabajo fue publicado por primera vez en las Actas, Lisboa, 1959 (1, pags. 309-339) del «lll Coloquio Internacional de Estudios Luso-Brasileiros. Lisboa, 1957», reunién en la cual fue presentado y lefdo, Se han corregido ahora las erratas, se ha dado una redaccién distinta a algunos parrafos y se han agregado tres mapas.

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