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Área Sanitaria I
Atención Primaria
Jarrio - 33719 Coaña - Asturias
Tel.: 985 639 300
Fax: 985 473 367
Datos procedentes de estudios publicados indican una posible reducción del efecto
antiagregante y falta de eficacia de clopidogrel cuando se utiliza de forma
concomitante con Inhibidores de la Bomba de Protones (IBPs)1.
Por otro lado, también se ha visto que clopidogrel es menos efectivo en unos
pacientes que en otros debido a polimorfismos genéticos (se trata al parecer de una
baja expresión de una isoenzima del citocromo P450 que hoy por hoy no puede ser
detectada de forma fiable en la práctica).
Los datos más preocupantes en este sentido provienen del The clopidogrel medco
outcomes study4:
El estudio incluyó 16.690 pacientes que tomaron clopidogrel durante un año después
de la implantación de un stent coronario. En el grupo de pacientes que no tomaban
IBPs, la tasa de eventos adversos cardiovasculares (variable combinada de
hospitalización por infarto agudo de miocardio, ACV, angina inestable o
revascularización) fue del 17,9%, frente a un 29,2% en el caso de los pacientes que
tomaban pantoprazol, un 24,9% en los que tomaban esomeprazol, un 25,1% con
omeprazol y un 24,3% con lansoprazol. La diferencia fue estadísticamente significativa
para todos los IBPs.
El incremento del riesgo relativo global fue del 50%; concretamente se encontró un
incremento del 70% en el riesgo de sufrir IAM o angina inestable, un incremento del
48% en el riesgo de ACV o síntomatología ACV, y un incremento del 35% en el riesgo
de revascularización.
Otro estudio6 analizó de forma retrospectiva el efecto que tuvo la asociación de IBPs a
clopidogrel o prasugrel en dos ensayos clínicos: PRINCIPLE-TIMI 44 y TRITON-TIMI
38. Este análisis post hoc encontró que los IBPs habían atenuado los efectos
farmacodinámicos de las tienopiridinas (la actividad antiagregante in vitro), pero que
esto no había afectado a los resultados clínicos (variable compuesta de muerte
Los anti H2 han mostrado reducir los efectos adversos gastrointestinales en pacientes
con dosis bajas de AAS8,9, aunque la potencia antisecretora de estos fármacos es
menor que la de los IBPs. De hecho, varios estudios han establecido que las dosis
tradicionales de anti H2 son insuficientes para prevenir las úlceras a dosis plenas de
AINES9.
En un reciente ensayo10 160 pacientes de alto riesgo con historia de úlceras gástricas
o duodenales confirmadas por endoscopias, con o sin sangrado, fueron aleatorizados,
una vez curada la úlcera, a recibir famotidina a dosis dobles (40 mg/12h) o pantoprazol
(20 mg/24h) mientras seguían en tratamiento con AAS 80 mg durante 48 semanas.
Famotidina resulto ser inferior a pantoprazol en la prevención de síntomas
relacionados con úlceras o lesiones gástricas (20% Vs 0%) y de sangrados (7,7% Vs
0%).
No obstante, aunque el poder preventivo de los IBPs es superior al de los anti H2,
tampoco se debe menospreciar el efecto de estos últimos. Otro estudio comparó la
incidencia de hemorragias digestivas con varias estrategias protectoras asociadas a
AAS11:
Resumen:
• Hay que tener en cuenta que, dada la alta prevalencia del síndrome coronario
agudo y el amplio uso del clopidogrel, tan sólo un pequeño incremento en el
riesgo de sufrir eventos adversos cardiovasculares puede tener una gran
relevancia para la salud pública.
• Según una revisión Uptodate13, los factores de riesgo más relevantes y que
justificarían el uso de IBPs son historia de úlcera, historia de sangrados
gastrointestinales por cualquier causa, o tratamiento concomitante con
anticoagulantes (acenocumarol, warfarina).
Bibliografía