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estudiar
el
proceso
de
invencin
de
dichas
categoras
plural
(conjunto
de
pueblos,
reinos,
provincias,
ciudades)
la
Nos muestra Guerra entonces, que el ciudadano que surge en los textos de
la poca revolucionaria primero y en la Constitucin de Cdiz despus, es
muy diferente del de vecino, y este surgimiento al tiempo que es paulatino,
resulta como producto de una nueva concepcin de la sociedad y de la
poltica, las cuales siguen tanto el modelo de la Revolucin francesa como
de la conformacin de la Unin Norteamericana, en las que encuentra
semejanzas y diferencias. De acuerdo con el autor, en la Constitucin de la
monarqua espaola de 1812 elaborada por las Cortes de Cdiz, ya
aparecen los principales elementos que determinan al ciudadano moderno,
es decir, se tiene un imaginario de nacin compuesta por individuos
caracterizados a su vez por ser nacionales y tener derechos civiles y
polticos. No se trataba entonces de una ciudadana restringida sino de los
inicios de una ciudadana igualitaria y universal. La pregunta que se hace
Guerra es sin embargo, si estos atributos de modernidad evidente
representan una ruptura radical con el imaginario prerrevolucionario y son
tan modernos como parecen. Su respuesta es, que aunque dichas nociones
son nuevas los hombres de la poca tienen confusiones en su uso, lo que
indica que han sido construidas a partir del imaginario tradicional y que
conservan muchos de sus elementos, con lo que son continuas las
referencias a la abundante jurisprudencia del antiguo vecinazgo.
En el apartado referido a la participacin ciudadana dentro del sistema
electoral, Guerra maneja varios conceptos operativos sobre la cuestin de
la libertad del sufragio, los lineamientos del sistema electoral de Antiguo
Rgimen, y aspectos sobre la cultura poltica resaltando el papel del
ciudadano como el actor principal de la expresin popular. En primer lugar,
Guerra afirma que para esta poca la familia estaba por encima del jefe de
familia como si fuera una sola comunidad que representaba al resto de los
miembros en el ncleo familiar; por lo tanto, mujeres y personal domstico
carecan de voluntad autnoma porque el jefe de la familia expresaba todo
ese grupo. Guerra debate la cuestin del ciudadano como un individuo
nico, sin tener que concebirlo como un miembro de una determinada
comunidad.
Gabriel Jansen
Universidad Nacional de Salta