Professional Documents
Culture Documents
Director:
Mariano Fern4ndez inguita
Equipo investigador:
Margarita Ur!a Fem4ndes
Emilio Jurado G6mez
Tratamiento in!orm4tico :
Begofta Guzm4n Sanguinetti
Mecanograf!a:
Mercedes Paftero Taberna
Margarita Ur!a Fern4ndez
- Presentación •••••••••••.•••••••••••••.••••••
- l. Los problemas de la enseñanza secunda-
ria y los objetivos de la reforma • • • • • • • • • • • 9
- 11. Dn día en clase ••••••••••••••••••••••••• 36
- 111. La respuesta de los profesores ••••••••• 98
- IV. Los alumnos: Un público diverso pero
satisfecho del cambio •.••••••••••••••••••••• 122
. _---~~-~---
- :; -
to Escobar, que, como de cORtumbre, nos resolvió algunos se -
rios problemas con los ordenadores.
Finalmente, nuestro agradecimiento al C.I.D.E. Y. en par
tic!¡lar a Julio Carabaña, que siempre la alentó e hizo lo po-
sible ~ara aligerar las transferencias de fonaos. Y 10 mismo
a Guillermo Gil, que desde el l.C.E. de la Universidad Complu
tense hizo y sigue haciendo lo posible y hasta lo imposible.
a pesar de no ser ésta su vocaci6n, y sin cuyo concurso ya h~
- 4 -
PRESENTACION
- 5 -
tado en manera alguna explotarlos en su totalidad, y por ello
mismo se ha decidido incluírlos en los ap~ndices. En partic~
- 6 -
de las probabilidades de éxito y fracaso escolares que se pr~
- 7 -
cuesti6n reside en saber qué pasará cuando los profesores en-
cuentren ante sí un alumnado heterogéneo y vivan cotidianame~
xos sobre los centros "Jesús del Pino", "Manuel Pérez" y "Ca-
darso" son obra de E. Jurado; los de "Santa Elisa", "Santa
Bárbara" y "San Pablo", de M. Uría: y los correspondientes al
"Virgen del Pilar" y el "San Claudio". de M.F. Enguita.
- 8 -
1
Más o menos peri6dicamente. la sociedad vuelve los ojos
hacia sus escuelas y trata de encontrar en ellas, cuando no
todas, buena parte de las raíces de loa malea que la aquejan.
Se~n parece, los regímenes democráticos no suscitan tanto
consenso como desearían porque las escuelas no educan adecua
dameote para la democracia; las economías nacionales no mar-
chan tan boyantes como debieran porque la enseñanza no sigu~
- la -
del pasado. Los demás han dado pasos decididos hacia la in-
tegración de la enseñanza hasta los catoroe o los dieciaeis
años de edad. Los Estados Unidos cuentan desde hace dece
nios con una enseñanza secundaria formalmente común, aunque
interiormente diferenciada por mecanismos informales diver -
sos. Gran Bretaña y los países escandinavos no se plantean
hoy la integración del primer ciclo secundario, sino la del
segundo, el que va por lo general de los diecise1s a los di~
cinueve años.
Las argumentaciones en favor de las reformas suelen ser
sorprendentemente iguales a sí mismas en el tiempo y en el
espaoio: igualdad sooial, igualdad de oportunidádes, adapta-
oión al oampo tecnológico, preparaoión para la vida, enseñall
za activa, aprender a aprender, eto. Claro está que este
eterno retorno puede interpretarse de dos maneraa: puede ser
que nunca consigamos arreglar nada, por lo cual volverían a
surgir los mismos problemas y, con poca inteligencia, propoll
dríamos soluoiones análogas; o puede ser que la escuela esté
realizando un lento pero firme progreso. sólo que cada vez
nos volveríamos más exigentes, y que la persecución de los
objetivos propuestos sea algo así oomo 10 que era para Kant
la búsqueda de la perfeooión por la humanidad, una meta inal
canzable pero cada vez más próxima y siempre vigente.
Aquí no vamos a hacer un análisis de los problemas de
la enseñanza secundaria en el que tendríamos poco que añadi~
- 11 -
en términos generales, a lo que ya hemos dicho en otros luga
r~s (Pernández Enguita, 1985a, 1985b, 1985c). Vamos simple-
mente a tratar de reseñar muy brevemente los grandes aparta-
dos cuya percepción social, a nuestro ~uicio, está detrás de
la propuesta de reforma lanzada por las autoridades ministe-
riales y su apoyo por un sector --de momento-- del profesora
do. Estos grandes apartados son: primero, la igualdad de o-
portunidades escolares, el llamado "fracaso" escolar, etc.;
segundo, la necesidad de adecuación a los cambios sociales,
comenzando por la evolución del empleo y continuando por la
transición de un régimen dictatorial a un régimen democráti-
co;·y por los cambios acaecidos en la sociedad civil --econo-
mía aparte--; tercero, el rechazo de la escuela por un con-
tingente muy importante de los jóvenes y 108 problemas cone-
xos relativos al orden en las aulas, la pequana y la gran d~
- 12 -
niendo el treinta y tantos restante que conformarse con el
Certificado de Escolaridad, sea por no haber aprobado octavo
o por no haber llegado a cursarlo. El Cuadro 1 nos da una
idea más global de la magnitud de las cifras del "fracaso" e!
CUADRO 1
Año o Cifra
Curso Contingente a1:eoJuta ~ {A) % (B) % (6)
1975 Finalizan la E.G.B. 473.908
1975 Obtlenen el tftllio de (ked¡a¡b E&xiIar 322.306 68,01
1975 Obt1ell:ln Cert.tiica:lo Ea::a1 arl dad 151.602 31,99
75/76 Se matriculan en 12 deB.O.P. 255.014 79,011 53,81
76/77 Se matriculan en 22 ce B. U.P. 216.315 84,82
77/78 Se matriculan en 32 deB,U.P. 183.893 72,11
1978 Obtienen el título de B.U.P. 130.230 70,82 51,06 27,48
78/79 Se matriculan en C.O.U. «106. 7881>~ 82,315 ~22,53
1979 Obtienen el t!1ulo de C. O•U • ~75.627~ 75,70 29,66 15,96
- 13 -
colar en la E.G.B., el B.U.F. J la F.P.-l. Recoge los datos
de la promoción que salió de E.G.B en el curso de 1.974-Y5
porque, al ser la primera, nos evita tener que manejar cifras
en las que aparecen mezclados en cada curso los matriculados
por primera vez y los repetidores. Como puede verse, un .,.,
31,99 % de la promoción no consiguió su título de Graduado.
Fero el de "fracaso u escolar puede ser un concepto tan exten-
sible como queramos, y desde luego lo es a los que abandonan
el sistema tras la E.G.B. y a los que, matriculándose en algu
na de las dos ramas secundarias, no logran terminarlas en
tiempo y forma. Los que abandonan sin incorporarse jam~s al
bachillerato ni a la formación profesional constituyen nada
menos que el 14.11 %, cifra en la que no todos serán certifi-
cados, aunque sí probablemente la mayoría. En todo caso, los
abandonos por parte de graduados todavía inflarían algo más
las pérdidas al final de la E.G.B. Entre los que se matricu-
lan en primer curso de bachillerato, que son solamente el
79.01 % de los que pOdrían hacerlo, aprueban tercero en tres
aftos meramente el 51.06 %,. o sea la mi tad. La proporción es
aún más escalofriante si consideramos que para completar el
ciclo hay que añadir el C.O.U •• pues ahí¡sólo aprueban en un
afto el 75.70 % de los matriculados y el 29.66 % de los que
cuatro años antes se incorporaron al primer curso de bachill~
- 14 -
cas, pues sólo el 23.48 % de los matriculados la termina en
los dos años previstos. En definitiva, si el sistema estaba
diseñado para que toda la población escolar cursara E.G.B.
más B.U.P. o F.P.-l al menos y si, lógicamente, se considera
que debería cursar cualquiera de esas dos variantes en tantos
años como cursos comprenden, y no en más, la cifra del "frac~
- 15 -
nes, abandonos), ha veniso acompañada además por una crecien-
te convicci6n, al menos entre los sectores de educadores que
apoyan al gobierno actual, los qúe lo desbordan por la izq~r
- 16 -
mación tantas veces repetida de que los catorce años --edad
presunta al término de la E.G.B.-- son un momento prematuro
para decidir cuáles sean la c~pacidad. las inclinaciones o la
vocación de cada cual. No pocemos dejar de constatar que es-
te mismo argumento se empleó en su día contra la selecci6n a
loa diez anos de edad --cuatro de escolarizaCión--, con la
que terminó la Ley General de Educación, y, a no dudarlo, vol
verá a ser utilizado contra la selección a los dieciseis. No
hay nada de lo que sorprenderse en ello, pues, en primer lu -
gar, es lógico que la atención se centre en el tránsito de la
enseñanza primaria a la secundaria, o en el del primer al se-
~Jndo ciclo de ésta, en toco caso donde se produce el corte
abrumadoramer.te definitivo de la población escolar para ser
conducida por ramas distintas; en segundo lugar, podemos apo~
- 17 -
con menor base, son las que, partiendo del supuesto de que la
escuela pOdría adaptar su oferta a las demandas del mundo la-
boral, reinciden una y otra vez en el anquilosamiento del ap!
rato escolar, su incapacidad para adaptarse a los cambios te~
- 18 -
que potencialmente existieran, les tTabajadores más adecuados
terminasen por ocupar los puestos de trabajo más adecuados a
sus capacidades.
Un reciente estudio del Instituto de la Juventud (1985)
viene a confirmar las dimensiones del tan traído y llevado
"desajuste" entre escuela y empleo. Preguntada una muestra
de jóvenes sobre el grado de relaci6n entre la formaci6n que
adquirieron en la escuela y el contenido del puesto de traba-
jo que ocupan (pregunta de respuesta múltiple: "mucha". "bas-
tante", "poca" o "ninguna"), la suma de los que contestan que
la relaci6n es poca o ninguna, por niveles de escolarizaci6n
terminados, ascendi6 a lo~ siguientes porcentajes:
- 19 -
trevistados probablemente tiendan a sobreestimar la re1aci6n
entre BUS estudios y su empleo, por ejemplo, si se les exigió
una titula~6n para acceder aunque luego no les resultaran n~
- 20 -
ción de unas habilidad específicas. se traduce en la constan-
te de que la propuesta de una formación polivalente venga
siempre acompañada de la de una formación recurrente. y tanto
mejor para los empleadores si ésta la financia el Estado; és-
te es el sentido del enorme desarrollo reciente de la forma -
ción ocupacional.
Subsidiariamente, a partir del desarrollo y las nuevas y
crecientes aplicaciones de la alta tecnología --informática,
microelectr6nica y biotecnologta, fundamentalmente-- a los
procesos productivos, y sobre todo de la vasta y fantasiosa
futurOlog!a montada en torno a ellas que promete a diestro y
- 21 -
Además, con independencia de que la selección instituci~
- 22 -
los del estrato medio-bajo deberían~pasar por la Formación
Profesional y los del bajo por 10 mismo o por sólo la E.G.B.
El Cuadro 11 ofrece una imagen clara de la inversión de 1ae
proporciones:' mientras los estratos alto y medio alto suman
el 13.08 % de los hogares espafioles, los estudiantes que acc~
CUADRO II
- 23 -
que invirtiera las proporciones del reparto escolar sería
bienvenida desde el punto de vista del "ajuste", cuestión so-
bre la que volveremos más adelante.
Fe ro los camb~os a los que la escuela debería adaptarse
no se agotan en el campo de la economía, sino que se extien -
den a la esfera del Estado y a lo que, para simplificar, lla-
maremos sociedad civil --es decir, 10 que no es ni el Estado
ni la producción económica en sentido amplio--, aun a sabien-
das de que se trata de una violación de un término clásico.
En la esfera política, el cambio principal acaecido es
la transición de un régimen dictatorial sin libertades públi-
cas a un régimen democrático que las garantiza aunque sea con
notables limitaciones ocasionales. En consonancia, la escue-
la debería sustituír el objetivo de condicionar súbditos sumi
sos por el de formar ciudadanos capaces de participar activa-
mente en la vida política. Más prosaicamente, el régimen ac-
tual, a diferencia del antenor que se basaba en la coerción
y la supresión del disenso, debe basarse en un amplio consen-
so de masas, y este consenso tiene que ser elaborado en algún
sitio: un sitio privilegiado es la escuela.
En el terreno de lo que hemos dado en llamar sociedad cl
vil, en fin, también han tenido lugar i~portantes cambios en
las costumbres y "ormas no escritas de convivencia, por ejem-
plo en las relaciones intergeneracionales e intersexuales, en
las pautas de consu~o, en el papel ce los medios de comunica-
- 24 -
ci6n de masas, en las actitudes frente al medio ecológico~
- 25 -
privilegio, y por consiguiente un tránsito rentable, se sien-
ta ahora una mayoría a la que esperan los escalones más bajos
ce la jerarquía cel empleo y que, por tanto, no puede compar-
tir la misma visi6n de la educación como una "inversi6n" ben~
- 26 -
tene~ ni el título de g~aduado ni el certificado escola~. Las
cifras oficiales de mat~iculación apenas pueden darnos una p!
lida idea del fenómeno, puesto que las tasas de matriculación
se obtienen comparando el número de matriculados con el total
de la cohorte de edad, de manera tal que la tasa resulta sie~
- 27 -
autoridades prefieren las có~odas estadísticas. No obstante,
en el curso de esta investigación visitamos brevemente dos
centros de formación profesional de la periferia del casco ur
bano T-ni siquiera metropolitano-- madrileño. y podemos ates-
tiguar que hasta la mitad de los alumnos puede desaparecer en
el primer tr~mestre del curso.
Sobre los motivos del abandono. y aun con las múltiples
salvaguardias y precauciones que exigen este tipo de encues -
tas, vale la pena reseñar los ofrecidos por 672 desertores de
las aulas surgidos entre tres mil jóvenes entrevistados --los
que abandonaron a mitad de algún ciclo-- (véase Cuadro 111).
CUADRO !II
MOTIVOS DE ABANDONO DE ESTUDIOS
- 28 -
Pero hay otras formas menos visibles, menos abiertas,más
difusas, más tácticas o más oportunistas del rechazo. Una
que los directores de los centros conocen muy bien es al ab -
sentismo persistente. Oon frecuencia se olvidan o se subestl
man cosas tan elementales corno que ningún eoleg~o,.se atreve a
renunciar al control de la asistencia y a sanciones drásticas
- 29 -
alentadas por los profesores:
Por último, conectados al rechazo de la escuela se pre -
sentan otros problemas que, si bien son minoritarios, frecue~
temente son los más aireados o los que más intensamente escali
dalizan a la parte bie~pensante de la sociedad. Aquí entran
algunas manifestaciones vistosas de indisciplina en las aulas,
el consumo de drogas blandas y duras, los delitos contra la
propiedad y las personas cometidos por jóvenes adolescentes y
un largo etcétera. Ni que decrrse tiene que muchas de las la
mentaciones farisaicas al respecto no son sino el producto de
una estrategia política que hace del mantenimiento de la ley
y el orden su bandera y, por lo tanto, de la magnificación de
las manifestaciones del delito y el desorden su instrumento.
No obstante, lo que importa sefialar es la conexión ingenua o
cínica, según los casos, que se establece entre los comporta-
mientos tildados de antisociales y el funcionamiento de la e~
- 30 -
Contra este fondo, sin duda gris, se dipujan los colores
de la reforma de las enseñanzas medias. El primer proyecto
fue diseñado por el anterior ministerio de educación ucedista
y hecho público en "el en tone es llamado "libro verde" (n.G.E.
M., 1981). Aquel proyecto de reforma, como el actual, pre -
veía la creación de un nuevo ciclo común de doa años, pero
con una notoria diversificación interna, i.e., con currículos
distintos para alumnos distintos, 10 que no habría dejado de
tener consecuencias sobre sus oportunidades ulteriores, e,
igue:l'mente, un cielo superior má:s diversificado además de ins
tituciona1mente dividido en grandes ramas (D.G.E.M., 1981 ;
Vázquez, 1983). Esta reforma nubiera permitido un curioso
juego de prestidigitación: por un lado, habría desaparecido
el alto porcentaje de certificados ("fracasados") al final de
la E.G.B., entrando la inmensa mayoría el nuevo cielo poliva-
lente, 60n 10 cual se habría daao satisfacción formalmente a
los deseos de mayor igualdad escolar; por otro, una vez en el
ciclo polivalente los alumnos habrían sido suavemente orienta
dos hacia currículos de contenido predominantemente académico
o profesional, según los casos, pero esta vez sin la violen -
cia simbólica de la doble titulación o la elección entre la
rama "buena" y la "mala" (Fernández Engui ta, 1983).
La reforma auspiciada por el ~iniaterio socialista acep-
ta la propuesta básica de establecer un nuevo ciclo común y
postergar en dos años la segregación institucional, pero ae
- 31 -
separa del proyecto original en importantes aspectos. Natu-
ralmente' los animadores de la reforma emplean como argumen -
tos todos los males anteriores de la ense~anza secundaria. que
aquélla debería erradicar o, al menos. corregir en la medida
de lo posible. Los objetivos de una mayor igualdad escolar y
un mayor peso de las enseñanzas técnicas siguen presentes, P.t
ro con un contenido modificado, y a ellos se añaden una mayor
apertura de la escuela a los cambios sociales en curso, la a-
puesta por los métodos activos de enseñanza y la oferta al
profesorado de vías de participación en el proceso de experi-
mentación y desarrollo último de la reforma --todo ello ade T
- 32 -
del M.E.C. y eo las. autonomías con competencias en educación
que no son Cataluña ni Euskadi, pues en estas últimas se han
puesto en práctica, respectivamente, sistémas de opciones múl
tiples y de agrupación y no olvidan hacer una vaga defensa de
la necesidad de introducir igualmente en ella elementos de la
"nueva cultura". Para esto último deberían servir particula~
- 33 -
morizaci6n, suprimir el libro de texto o desplazarlo al menos
del lugar central, descansar menos en la exposición~m§tistral
- 34 -
ria desde el momento en que el ministerio decidió, poco des -
pués de que los socialistas aterrizaran en sus nuevos despa -
chos. poner de inmediato en experimentación una reforma que
apenas estaba pergeñada en sus líneas más generales. El pre-
cio ha sido una notable desorientación del profesorado que s6
lo paulatinamente ha ido desapareciendo, eleme~tos de desorg~
- 35 -
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
La observaci6n participante, uno de los métodos elegidos
para llevar a cabo esta investigación, tiene la ventaja de
que el investigador, en vez de presentarse ante su objeto con
una lista cerrada de problemas que excluye muchos más de l~
- 37 -
la selección de ejemp~os en los que apoyar nuestras afirmaci~
- 38 -
que consisti6 tan solo en la lectura de un texto literario,
por la siguiente en la lista de registros de observaoiones.
Nos limitaremos a reseñar lo que ocurri6 en esas clases y a
comentarlo muy brevemente. Los materiales completos de las
observaciones realizadas en este colegio, al que denominamos
"Virgen del Pilar". se encuentran en el Apéndice l, vol. l.
pp. 46-157, y en el anexo a esta memoria puede encontrarse
una descripci6n elemental de sus características.
Ingl~s
- 39 -
sas relativas a la organizaoi6n del trabajo:
"Your exeroise book, please" (tu libro de ejer
cioios, por favor)¡ "Do you understand me?"
(¿me entiendes?). Pero siempre termina por d~
oirlas en castellano.
Comentarios de los alumnos: "Es que as! te ab~
ming pool?"
Varios: "Piscina"
- 40 -
Transcurridos unos instantes, uno pregunta :
"¿Qu~ es ~?
- 41 -
la proporción que ocupan estos últimos (no sólo al principio
de las clases, sino a lo largo de ellas). Es obvio, de cual-
quier manera, que, en lo inmediato, toda actividad de control
hace perder tiempo de enseñanza.
La predispoSicíón de los alumnos a ampararse en el menor
pretexto para no dar clase se manifiesta tanto en la propor -
ción de ausencias como en la insistencia en que, ya en el au-
la, ese día se puede hacer cualquier otra cosa.
Los intentos del profesor de iniciar la clase de ingXés,
dando las instrucciones rutinarias también en inglés, se vie-
ne pronto abajo. Probablemente los alumnos entienden las ins
trucciones, pero mostrarlo así sería dar pie a una mayor pre-
sión por parte del profesor. El alumno que trata de pasar
por la escuela con el menor daño y el menor esfuerzo posible
debe buscar un delicado equilibrio a la hora de ofrecer la
imagen de su nivel de conocimiento y de su disposición al tr!
bajo escolar: ni demasiado, para que no le presionen más, ni
demasiado poco, para no incurrir en sanciones negativ.as. La
poca disposición a la colaboración se muestra lo mismo aquí
que enel episodio de los ejercicios: no sólo no los han hech~
- 42 -
Veamos ahora el texto en ingl~s sobre el que se organiz6
esta clase, que no tiene desperdicio. Damos directamente la
traducci6n al castellanedel texto original inglés está en el
Apéndice r, vol. 1, p. 47). El contenido del taxto es la des
cripci6n de tres personajes. Junto a cada pasaje del texto
aparece un di~ujo infantil del personaje descrito.
Lo primero que hay que hacer ,,- notar sobre el texto re-
- 43 -
sulta obvio. Es absurdo, trivial. ridículo y sis inter6s in-
trínseco. Es difícil imaginar algo menos capaz de motivar a
un alumno. Se diría que. más que para el desarrollo de los
alumnos. está pensado para su infanti1ización. La simpleza
de la sintaxis es consecuencia ineludible del nivel elemental
al que se encuentra todavía su público. pero la vaciedad del
contenido es una aportación gratuíta de su autor (por cierto.
el m~rito del original se debe a la universidad de Oxferd o a
la de Cambridge, no podemos recordar exactamente cuál). Al-
ternativamente a un inter~s intríseco -que se pOdría lo~ar ,
por ejemplo, explicando seriamente cosas de Inglaterra-.r.pc-
dría haber ofrecido un interés extrínseco. No sería difícil
elaborar un~~manual de inglés que se apoyara en el leguaje té~
- 44 -
se en torno a temas triviales y sin interés alguno.
Pero el texto tiene más: tiene todo un mensaje y hasta
una docena«:de ellos, de carácter abiertamente ideo16gico, por
no decir reaccionario. Presenta las diferencias de clase de
manera falsa~ente cuantitativa y desde el punto de vista --a
su vez carlca~urizado-- del consumo. Desde luego, en él no
hay obreros explotados --10 que serán estos alumnos-- ni bur-
gueses --lo que no serán--, sino señores y seftora con más o
menos pisos o coches. En una palabra, "ricos" y "pobres", c2
mo "siempre los ha~habido y los habrá", Puesto que no se pu~
- 45 -
forma de que un empleo fabril es un buen empleo, cosa que ma-
taría de risa a los padres de estos alumnos.
Incluso desde el lado del consumo, el desenfoque es es -
canda10so. El consumo de las clases sociales se distingue
por si tienen coche o no, por si tienen manSi6n, piso o ni ei
quiera eso. El problema de los parados consiste en que no
tienen pieo ni coche, lo que sin duda quiere decir que tienen
todo lo demás. El obrero que tiene su consumo cubierto -o
sea, su coche y su piso- ya puede gritar a los vientos que
rtla vida está bien" (y más que bien: allright, entre bien y
perfecta). Las condiciones de trabago no cuentan.
Naturalmente, no pOdía faltar tampoco el mensaje familla~
- 46 -
los":"A lot of books" •
.Jaime: "Que tiene muchos libros". (Un momento
antes habían visto el significado de a lot of
moner en el contexto del diálogo: "I've got •••
o lot oí money .... "Tengo .•• mucho dinero ••• ")
Prof.: "No"
Andrés: "Un lote de libros"
Pro!.: "Sí. Muchos libros."
(Gestos de desagrado de Jaime~
................ " " .. " ..... " ."" .. " " .. "" ..... " ...... '" ....... .
." .............. " ...... " .......... ,. .................................. " ..... .
"'
- 48 -
-~ .. --- -----r-- ---- --.
si6n "glamorosa", con lo que se matan dos pájaros de un tiroT
Desde luego, no hay que sobreestimar de ninguna manera
la eficacia ideo16gica de mensajes como éste. 10 más proba -
ble es que a los alumnos les parezca una simple tontería. Pe
ro la cuesti6n es, primero, en la medida en que un texto para
el aprendizaje del inglés debe decir algo y transmite algo
más que su soporte técnico -el idioma-, qué es lo transmitido
en este caso. Si el mensaje tiene alguna eficacia, será para
mal. Segundo, en la medida en que el contenido aparezca mani
fiestamente como falso, puede arrastrar en su desprestigio al
continente, a la lengua que se pretende emBeft.~; provocando
el rechazo global y sin matices de los alumnos. Salvando las
distancias, nos encontramos ante un caso similar al de la es-
- 47 -
Pablo: "Todas menos Convivenoi~"
- 49 -
money? y. la respuesta típica: gue tiene mucho dinero. Aquí
se atl!ende al contenido significado en la fras,e, no a la for-
ma gramatical exacta. Cuando el profesor pregunta a Jaime: !
lot of booka. éste. contextualizando la frase como lo venían
haciendo hasta ese instante+ responde: gue tiene muchos li -
bros. Como el centro de la pregunta, y el objeto de explica-
ciones inmediatas anteriores, ea la expresión a lot oí, la
respuesta de Jaime puede considerarse correcta. aunque esté
descontextualizada -lo estrictame~e correcto hubiera sido: m~
- 50 -
bros, o un pequeño lote de libros, luego "un lote" no es lo
mismo que "muchos". El profesor, sin embargo, da la traduo -
ción por buena ("Sí, muchos libros"). Pero no sólo no es bu~
- 51 -
res en la observación de clases, en los exámenes o en las res
puestas a los tests normali~ados (Hoffmann, 1.962; Tort,
1.977). Ser considerado un buen alumno, ser objeto de la a-
probación y la atención del profesor y obtener buenas califi-
caciones depende en gtan parte de saber o no que es lo que el
0profesor espera en cada momento de uno. No tanto de los cono
cimientos que se tiene, sino de saber qué parte de esos cono-
cimientos y cómo debe ser expresada en cada momento. El alu~
- 52 -
tal cual. Podr!amos suponer incluso que Pablo repetía las
frases anteriores sin mirar el texto, lo cual sería mejor fo~
- 53 -
mos) •
Si dejamos el caso de Pablo y volvemos al de Jaime, no
deben perderse de vista las consecuencias de la actitud del
profesor. El gesto de desagrado de Jaime ~que levant6 los
brazos y se volvi6 simultáneamente hacia atrás), situado en -
tre el rechazo, el desengaño y la desesperaci6n momentáñea,c~
- 54 -
Cabe otra interpretación, no alternativa sino complemen-
taria, de estos dos incidentes. Así se explicaría mejor la
dimensión exagerada del primero. En el proceso de intera.c:'~
- 55 -
considerados "malos" alumnos, mientras que Andrés se benefi -
cla de su etiqueta de "bueno".
Esta inferenoia aparece confirmada en el último inciden-
te de la clase. El profesor pregunta a un alumno "bueno" :
"What is your name?". (¿cómo te llamas?) y pasa por alto el he
cho de que no responda. A continuación, pregunta a uno "Ola -
lo": "Where are you fram?" (¿de dónde eres?) y sanciona su
falta de respuesta negativamente. La pregunta dirigida al
"malo" es incluso más difícil que la dirigida al "bueno",
pues, en primer lugar, la pregunta sobre el nombre antecede
siempre a la de procedencia en cualquier manual de inglés; en
segundo lugar, la primera pregunta presenta una construcción
sintáctica cuyo equivalente tiene sentido en castellano (lite
ralmente: ¿qué es tu nombre?, o ¿cuál es tu nombre?), mien -
tras las segunda presenta una construcción característicamen-
te inglesa que no posibilita la traducción automática (lite -
ralmente: ¿dónde eres tú desde?). No es ya, ~ues. que al "m!
lo" se le sancione por lo mismo que se le perdona al "bueno",
sino que ee le sanciona por menos todavía.
En la discusión de grupo con los ~alosH surgi6 repetid!
mente el tema de 1as etiquetas. Los chicos, evidentemente,no
hablaban de "etiquetas" ni citaban a Rosenthal y Jacobson, p~
- 56 -
grabadas sobre este tema, que no les fue sugerido ni directa
ni ind~rectamente por el entrevistador, pero no nos parece o-
portuno dedicar m's espacio aquí al asunto.
Tanto la discusi6n organizada al principio de la clase
sobre la Liga de fútbol. que prolonga el tiempo necesario pa-
ra pasar lista, como el hecho ce que algunos alumnos no trai-
gan libro (y otros incidentes de menor cuantía no registrado~.
- 57 -
yan a ser especialmente duras, especialmente blandas o sim-
pIes amenazas sin consecuencias. Pero lo que se evidencia es
un modelo de organización y control que luego comentaremos en
comparación con el de la clase de Lengua.
- 58 -
ca las formas. H
Acaban de hablar de los resultados de Esquerra
Republicana de Oata1unya. El profesor pregun-
ta quién representaba a la izquierda naciona -
lista en Euskadi. "Euskadiko Ez~erra". dice •
"Había otra más a la iz~uierda ••• marginal ••• ".
Un alumno: "ETAH.
Pro!.: "Sí, pero en las elecciones ••• nerri
Batasuna."
••• • •• ••••••• •• •
Un alumno explica que la izquierda ya no es lo
que era. Antes estaba unida y conseguía cosa&
pero ahora ya s6lo va a por el poder y a lle -
narse los bolsillos. El resto --no todos--
aplaude. El profesor le dice que ésa es s610
su opini6n.
~ .............. .
El profesor apunta en la pizarra lo que recue!
da de las últimas elecciones auton6micas en el
País Vasco. Ordena los partidos por el ,número
de escaños o votos conseguidos: lQ, P.N.V.; 2~
- 59 -
vivencia" se organiza de forma muy distinta a las del resto
de las materias. en este caso en torno a un acontecimiento
de actualidad. con ma~egm de datos y en forma de debate abie~
- 60--
allá o más acá de las batallas propagandísticas, han aceptado
siempre y siguen aceptando, además de cualquier ciudadano me-
dianamente informado, los jueces y el Ministerio del Interior.
Pero, además, H.B. es un partido con una base social muy im -
portante, como lo muestran sus resultados electorales a pesar
de su práctica parlamentaria absentista. Reconocer esto es
una conditio sine gua non para empezar a comprender la reali-
dad del País Vasco, en particular el terroristmo y la actitud
ambivalente de la población hacia ~l, y sólo a partir de ahí
es posible construír una crítica ponderada del fenómeno H.B.
Ignorar esto sería más fácil si H.B. fuera un grupdscúlo, pe~
- 61 -
saria, pero también insuflciente--.
El episodio muestra también una manera de entender 06mo
se organiza una clase en torno a "temas vivos". Las elecoio-
nes vascas quizá fueran una de las mejores ocasiones para de-
batir ponderadamente lo que ningún profesorcde Convivencia P.2,
dría dejar de considerar oomo nn tema candente, el terrorism~
Lengua española
Mientras esperan para entrar en olase, los
alumnos pelean jugando y, acoidentalmente, rom
pen el cristal de una ventana.
9:55 Entran en clase. La profesora pide oalma, po~
- 62 -
tar aquí aguantando. ni porque esteis nervio -
sos ni por lo otro." (Lo otro debo ser yo, el
observador) •
Reparte una hojas de trabajo con un texto de
Aleixandre sobre Miguel Hernández. Uno pide
permiso para ir al servicio y sale. Pone a
leer a otro alumno que esta~a hablando (es de
los "buenos").
Prof!.: "Hasta que no est~ la clase en silen -
cio no leas, porque ••• ".
Alum.: (Empieza a leer e interrumpe enseguida)
"!Ya me está insultando!" (el que se encuentra
sentado delante de él).
La profesora dice que hará copiar cinco veces
el texto al que incordie. El alumno sigue le-
yebdo.
- 63 -
UD "clima" acorde (el aula de Tecnología -te6rica- tiene sus
paredes cubiertas con carteles en los que se explican partes
de los motores, etc.) y como forma de evitar que los alumnos
pasen los cinco minutos de "desfogue" entre clase y clase en
un lugar donde hay muchas cosas rompibles. Al terminar cada
clase, los estudiantes cogen sus bártulos, se trasladan a
otro aula y tienen que esperar a que el profesor oorrespon~
- 64 -
ya lo que es una constante, en mayor o menor medida, aquí y
en otras clases. "Hasta que no esté la clase en silencio, no
leas". Es evidente que de nada sirve leer en voz alta cuando
no le escuchan a uno, pero estos condicionales se expresan lo
mismo con mucho que con poco ruido, y pueden también leerse
as!: sólo se os impartirá enseñanza si estais callados y os
portais bien. Si se prefiere una jerga más técnica, la rela-
ción de enseñanza es un intercambio de conocimientos legítimo
y socialmente sancionado por sumisión al control social.
(Willis, L981). El alumno que se niega a ese sometimiento
que va más allá de su comportamiento en el aula, por no ha -
blar ya de las condiciones meramente técnicas de la enseñanza
colectiva- tiene todas las probabilidades de que le sean nega
dos los conocimientos. Naturalmente, no se le expulsará de
la escuela ~salvo en casos extremos; o no tan extremos, como
el de este grupo, en el que siete u ocho alumnos ya fueron ex
pulsados durante una semana-, pero los profesores rebajarán
sus expectativas respecto a él, disminuirán su presión acadé-
mica, el comportamiento influirá sobre sus calificaciones y
el propio alumno tenderá a conformarse a su imagen pública.
No se trata sólo de las consecuencias de conductas aparente -
mente no relevantes para los fines de enseñanza en sentido e~
- 65 -
control puede llevar aparejado el rechazo de todo lo que le
acompaña (los profesores, la escuela y la cultura misma).
Como se verá a lo largo del registro, la amenaza de la
profesora (oopiar cinco veces el texto) no va a tener mucho
efecto. Las amenazas -en general, los significantes- tienen
distintos signifioados según quién las lance, ante quién y en
qué contexto. En el contexto de la relación entre estos alu~
- 66 -
tercala coletillas. Es uno de los alumnos de rendimiento más
bajo de la clase, aunque, como hicieron notar varios profeso-
res, y como pudo detectar el observador. posee una inteligen-
cia despierta y viva y es bastante sociable. Su expediente
escolar anterior es muy malo -en la E.G.B,- y él mismo está
convencido de que, por más que lo intente, no podrá obtener
buenas calificaciones a fin de curso. Efectivamente, será
uno de los nueve -sobre veintiocho- que no promociones curso.
Su respuesta a la profesora es un ejemplo de confirmaci6n de
la teoría del etiquetado, y podría leerse así, por debajo de
su exageración e ironía: "¿No recuerda usted que yo soy ton -
to?".
- 67 -
tico. Discuten si hace "feo" o "bonito". La mayo-
ría dice que está feo. que debería poner comas. La
profesora insiste en que es una cuesti6n de estilo.
"Largo": 'IEntonces cada uno escribe como quiere. Po
nes vaca con be ••• "
La profesora explica el pOlisíndeton y el asíndeto~
- 68 c _
vocación académica (utilizamos el término "académica" precis!
mente porque no se trata de que esos alumnos sean o no iotel!
gentes, tengan o ~o curiosidad o quieran o no aprender, y es-
forzarse para ello, en general). La mayoría de estos alumnos
ee sitúan en un cruce entre la subcultura obrera y la subcul-
tura juvenil que les aporta un lenguaje informal muy distinto
del lenguaje altamente formalizado que requiere la subcultura
escolar, que es también la de la clase media (Bernstein,1.977;
Labov, 1.984). En términos tanto instrumentales como expres!
vos, su lenguaje no es ni peor ni mejor que el de la escuela,
aunque gramaticalmente sea con frecuencia incorrecto. La ma-
yoría de las veces no es que no sepan utilizar las reglas de
la gramática. sino que prescinden de ellas. Sobre "el Largo"
y Diego concretamente, que son en estos casos los organizado-
res del jolgorio, pudimos observar durante nuestra estancia
allí, y particularmente en las discusiones de grupo, que se
cuentan entre los más verbales, que disfrutan jugando con los
dobles sentidos del lenguaje y que poseen mentes particular -
mente despiertas, tanto en comparación con los de su grupo de
amigos como frente a los alumnos "buenos" y más académicos.
Pero la escuela en general, Y. claro está, las clases de gra-
mática en particular, descalifican permanentemente su lengua-
je -o, si se prefiere, su "código lingUistico (Bernstein •
1.977)-. Para ello no hace falta que el profesorado se lo
proponga expresamente, sino que se bastan a sí mismas la lógi
- 69 -
ca interna y la inercia de la escuela. En este caso particu-
lar, la profesora se esforzaba precisamente en lo contrarIo,
haciendo, por ejemplo, en otras clases, que resumieran una n!
rraci6n mediante diversas formas de expresi6n -"normal", "cul,.
ta", "cheli", etc.- y sin pretender jerarquizarlas, es decir,
planteando simplemente que corresponderían a situaciones dis-
tintas. Pero una gota de café en un vaso de leche hace un
mal café con leche. Aunque no buscamos confirmar esto por
otros medios, es probable que los alumnos que ironizaban so~
- 70 -
acertadamente Bernsteln,(1.977), la transmisión de los prime-
ros conocimientos escolares -si hay que concretar, la E.G.B.
y la F.P., y ya veremos qué pasa con el Ciclo Polivalente- es
un proceso de socialización en el orden. En general, todo
proceso educativo comienza por ser un proceso de socializa -
ción en el orden -en una realidad ordenada y perfectamente
cognoscible, en la certeza, en la seguridad-, para revelar só
lo al final que el secreto último del saber está en el desor-
den, la incertidumbre y la complejidad. Se empieza por apre~
- 71 -
Profª.: "Yo no sé si el necho de que esté el chico
aquí os altera o qué." (El "chico"_soy yo, el obae!,
vador.) "Yo, si querei~me siento y ya está ••• Si
quereis contar cosas, lo hacemos ••• Lo que no puede
ser es que quiera llevar un orden en la clase y que
no me dejeis."
(Se calla y deja pasar unos instantes.)
"Vamos a hacer el'último intento de leer el texto
normal. "
(A Diego, que está enredando:)
"Eres mayorcito ya, ¿eh?"
David: "No. Soy pequeñito."
flOfi1,.: "Otro día lo que hago es traer la plastili-
- 72 -
jais. El registro afectivo venía reforzado por el tono de
voz y la expresión de la profesora. Esta invitaciÓn a la re-
ciprocidad -yo os dejo, vosotros me dejais- en que se basa el
reproche sÓlo puede funcionar, por supuesto, y cualesquiera
que sean las buenas intenciones y los votos por la ensefianza
activa de la profesora, sobre la base de que los alumnos es -
tén ya acostumbrados a no pedir demasiado, pues de otra mane-
ra no pOdría cumplirse el programa. Los alumnos, por lo de -
más, se llI~estran presto&; a acomodarse a su papel de "revolto-
sos" y "demasiado niños" (la plastilina). Esta interpelaciÓn
afectiva tuvo visiblemente más efecto que la amenaza citada
con anterioridad.
- 73 -
Las respuestas de el "Largo" y el otro a la pregunta so-
bre la expresión "de:bruces" son una doble demostración. Al
contestar: "de morros", tras unos instantes de silencio en el
aula, el "Largo" viene a recordar que existe otro lenguaje y
a hacer patente que éste ofrece la mejor equivalencia. Tras
el gesto de la profesora, el segundo alumno lleva la recomen-
dación de emplear un lenguaje culto hasta la caricatura, aun
a sabiendas de que su respuesta no presenta una equivalencia
exacta. La respuesta más adecuada no es culta. y la culta es
pedante e inadecuada. Juntos, como si lo hubiesen preparado,
han mostrado que su lenguaje es tan bueno como el de la escue
la. Los gritos de los restantes alumnos, aunque tengan lugar
en un contexto de broma y cordialidad y pese a que saben que
el segundo respondente ha exagerado consciente y burlonamente
la nota "culta", expresan la prontitud a rechazar la excesiva
identificación con el lenguaje de la escuela y a aquellos que
la practioan.
- 14 -
cir a otros que se callen de manera ostensiblemente
autoritaria. etc. La profesora corta la experien.-
cia y anuncia que. puesto que no es posible seguir.
va a poner preguntas para hacer en casa. Se forma
bastante revuelo en los pupitres ante la perspecti-
va. La profesora lo justifica diciendo que es 10
mismo que iban a hacer en clase. pero que no ha si-
do posible; que no es un castigo.
Profll.: "UllO. Significado de las palabras señala -
das. ti
(A la vista de que. efectivamente. pone tareas, se
organi~a de nuevo un revuelo.)
"Estals un poco rebeldes~"
- 75 -
tiene un significado múltiple. En primer lugar, el alumno i~
- 76 -
pierde la profesora. Si Diego organiza una, ,trifulca, se pro-
ducirá más desorden del que se quería evitar. Si, por el co~
- 77 -
neralmente implícito pero a veces explícito, con los profeso-
res: el nivel de exigencia presentado por el profesor no será
alto si, a cambio, los estudiantes no crean problemas de or -
den. La parte más visible del rendimiento de un profesor y,
con frecuencia, la que más preocupa a la direcci6n, es su ca-
pacidad para mantener el control de la clase. En mayor o me-
nor medida, de su capacidad para mantener el control dependen
el prestigio, las posibilidades de ascenso, la estabilidad en
el empleo y el salario del profesor. Los alumnos, por su par
te, necesitan -para el empleo y ante sus padres- las califica
ciones, y, dada una cierta cantidad de esfuerzo, éstas están
en raz6n inversa al nivel de exigencia del profesor. Alumnos
y profesores tienden así a encontrarse en la línea de menor
resistencia: los primeros ofrecen paz, los segundos manga an-
cha. A veces, este contrato afecta directamente a los conocl
mientos: los alumnos están obligados a aprender menos de algo
que no les interesa, y los prOfesores a estudiar menos para
enseñar -o incluso, a cambio de la paz, enseñan menos de 10
que saben, simplificándolo en pequeños elementos teóricamente
de fácil absorci6n que, a su turno, convierten la enseñanza
en algo todavía más irrelevante para los alumnos, con lo que
se dispara la espiral de la mediocridad general (McNeil,l.98~
- 78 -
orden en la e las_e • La profesora anuncia a los alumnos que
han incumplido su parte -han roto el orden- y se considera ,
por tanto, autorizada para asignar tareas para casa. Los
alumnos protestan, pero reconocen implícitamente su falta me-
diante la brevedad de la protesta y la aceptaci6n de las ta-
reas. Su protesta viene a decirle a la profesora que la re -
presalia debe ser proporcional al incumplimiento, que no se
exceda, y ~sta reconoce que debe ser as! al hacer con ellos ,
allí mismo, parte de las tareas propuestas. Debemos decir 1~
- 79 -
Loa alumnos bromean: lo "fíSico" y lo "psíquico" ,
"retrato" y "foto", etcétera.
La profesora dice que un día explicará qué es la ca
ricatura. cuando se exagera algún rasgo.
Uno: "Se exagera siempre la cabeza."
(Risas generales)
Prof~.: "Eso es en las caricaturas dibujadas. Yo me
refiero a las caricaturas escritas."
Se organiza un gran jolgoriO' ea terno a las carica-
turas. La profesora les indica que se vayan con un
gesto.
- 80 -
colectiva --las tareas para casa--, sino también para manife~
se,de lengua--.
Matemáticas
- 81 -
preocupa del ruido. Cuando alguno cree haber hall~
- 82 -
hombre joven y que conecta fácilmente con los estudiantes
como sugerirían éstos en las entrevistas--. Se puede esti~ar
cia los términos: los alumnos quieren ir más lejos y los pro-
- 83 -
fesores se resisten (en el Apéndice I pueden encontrarse num~
- 84 -
minutos antes de la hora se levantan todos antes de
~ue el profesor diga nada.
- 85 -
sos de otros sus éxitos: as! se estimula la competencia, in -
cluso la competencia desleal.
Sin embargo, la mayoría de los alumnos resisten estas im
posiciones. Esta resistencia puede ser pasiva, consistiendo
simplemente en no prestarse, o al menos qo prestarse más de
10 impreSCindible, al juego de levantar la mano el primero y
otros similares. Otras veces es activa, de manera que se re-
chaza y hostiliza a los que se identifican con la escuela an-
tes que con el grupo de iguales, especialmente si sobrepasan
los límites de lo tolerable. El alumno que reclama rápidame~
- 86 -
nunca es criticada. Loa alumno a de buen expediente escolar,
por lo demás, pueden perfectamente integrarse estrechamente
en grupos que no lo- tienen y ain necesidad alguna de ocultar-
lo ni de mantenerlo discretamente en silencio; sus brillantes
notas son más bien objeto de admiración y, con frecuencia,
hasta de orgullo compartido por los que no las tienen. Lo
que no se perdona es la sumisión a la estrategia divisiva y
selectiva de la escuela •. Los que se someten a ella son los
"pelotas". o los "pringados", a los que hay que dejar y se d~
ja de lado.
Y, por cierto, que la segregación es de ida y v~elta. A
su turno, los alumnos más identificados con la escuela y sus
pautas consideran a los que menos colaboran, particularmente
a los que fomentan el desorden en clase, como gente que no de
b!a'_estar ahí, que ha sido traída por sus padres para nI' te -
nerlos en casa, que hacen perder el tiempo a los demás, etcé-
tera. De hecho, esta actitud es minoritaria en comparación
con, la otra, pero la hostilidad que encierra hacia el grupo
opuesto suele ser notoriamente más intensa, al menos allí don
de la composición del público escolar y la actitud de los pr2
fesores permite que se consolide un grupo de "buenos alumnos"
con fronteras delimitadas.
En esta parte del registro vuelven a aparecer desórdenes
que el profesor pasa por alto, pero no debe deducirse de ello
que esté permitiendo disfunciones en la clase. De hecho se
- 87 -
trata de 10 que pOdríamos llamar "operaciones relámpago" de
los alu~nos más re~oltosos que no interrumpen el ritmo de la
clase, dada su bre~e duración: por eso son toleradas. Sólo
Diego, el cabecilla visible del grupo de los revoltosos --~o
pliamente compartida por los demás (véase Ap. 11, vol. 1, pp.
;;1-;;2)-- se trata, como ya hemos apuntado, de una injusti -
cia permanente, de cobrar fama y echarse a dormir, en defini-
tiva, de lo que la sociología llama etiquetado.
El cierre de esta clase es el típico, tanto en este col~
- 88 -
en cazar al primero que comienza a guardar sus bártulos antes
de que los demás sigan su ejemplo --como lo hace la profesora
de Lengua en la clase que hemos visto más arriba--.
Ciencias EXEerime~ales
- 89 -
que esté ordenado su cuaderno, porque es una
chapuza.
Sigue la bronca entre Diego y M., pero bajit~
- 90 -
los alumnos. Además, distintos textos han sido entregados a
distintos subgrupos, de manera que éstos deberían mantenerse
como en la clase anterior para que sus miembros pudieran se-
guir trab~jando colectivamente sobre ellos.
En estos mismos requisitos encuentran los alumnos las aI
mas de su resistencia. El que no trae la hoja correspondien-
te y recibe una bronca soterrada por ello no es más que uno
entre tantos; 10 ~nico que le distingue de otros varios moro-
sos es que tiene interés en seguir el trabajo, se levanta á
- 91 -
ga en e~ Sl~lO que ~~ ~UlLeo~vuuc.
- 92 -
berlo. Estas pérdidas de tiempo disminuirían, por supuesto •
si todos los alumnos llevaran un mismo ritmo; y serían difí -
cilmente visibles en una clase basada en la exposición magis-
tral. Esto puede convertirse fácilmente en un argumento a fa
vor de ésta y en contra del trabajo individualizado o en pe -
queños grupos, o bien a favor de la separación de los alumnos
e.n grupos-clase de capacidad o velocidad de aprendizaje homo-
génea, pero nuestra opinión es que estos razonamientos son i~
- 9'5 -
alumnos y la particularización de la asistencia del profesor
hacia ellos, problemas que probablemente desaparecerían o se
reducirían notablemente, para ser eclipsados por las ventaja~
- 94 -
La profl les dice que no lo hagan antes de
tiempo.
Se resuelve la discusión sobre una frase del
texto -si era hip6tesis. etc.-. La prof' reco
noce que el texto era confuso. Algún alumno
no sabe todavía cuál es la verdadera soluci6~
- 95 -
y fuera de la monotonía cotidiana que, en este colegio como
- 96 -
ante el episodio que se resefia en la primera parte del regia-
tro, cuando Diego desempeña simplemente el papel de víctima
involuntaria. como pOdía deducirse de su misma actitud o com-
probarse directamente --él y su atacante estaban sentados en
las dos primeras mesas, pegados a la profesora y lejos del o~
- 97 -
n
n
n
n
n
n
n "
,,;,1
s~';(,
~.,~ O"·
n
n
n
n
n
n
n
n
n
Si hay un lugar no envidiable para un profesor, nos a -
treveríamos a afirmar que es la enseñanza media. Esto es al
go que puede comprenderse fácilmente si se comparan los p~ -
blicos distintos de la educación básica, la secundaria y la
superior y las diferencias de formación entre los profesores
de esos niveles. El alumnado de la enseñanza primaria está
formado por toda la cohorte de edad, es decir, por elementos
de todas las clases y grupos sociales y culturales, pero en
un tramo de la vida en que estas diferencias, si: bien pueden
tener una influencia notable sobre el inter6s y el rendimie~
- 99·-
do tempranamente su profesión --lo que indica como mínimo
cierta propensión vocacional--: de ahí que sean ellos quie -
nes llenen las estructuras formales o informales de renova -
ción y reciclaje pedagógicos. por ejemplo las escuelas de v~
- 100 -
ble que esta idea no resist~era el embate de los datos sobre
lo que algunas clases universitarias son, pero la idea es
persistente y nadie considera necesarios tales datos. Puede
afirmarse, incluso, que entre los profesores universitarios
no es de recibo la imagen del virtuoso de la docencia, ni
la del profesor específicamente preocupado por c6mo lograr o
< mantener el inter~s de SUB alumnos; lo que forma parte de la
imaginería al uso es más bien una estampa formada por un ge-
nial investigador que, in omnibus dubitando, se expresa de
manera oscura, compleja y casi cabalística, y un pequeño nú-
mero de discípulos avezados que consiguen descifrar los men-
sajes del maestro.
En la enseñanza secundaria se reúne lo peor de estos
- 101 -
de los cuales ni se dejan hacer como los de la enseñanza pri
maria ni guieren hacer corno los de la superior. Todos deja-
ron hace ya mucho tiempo de ser la tabula rasa que hacía las
delicias de sus primeros maestros y llevan consigo sus· pro -
pios deseos, expectativas, percepciones, valores, etc., que
no necesariamente coinciden con los de la escuela y sus age~
- 102 -
corporarse --o a volver-- a ella y viven su etapa docente cQ
mo un mal menor; en fin , licenciados, como los de los insti
tutos, que eligieron la formación profesional porque las 0PQ
siciones eran más fáciles o porque les surgió esa oportuni -
dad y no otra, pero que se encuentran a sí mismos fuera de
su mundo, ante un público que no comparte su alta valoración
·del saber académico tradicional.
Por supuesto que también hay quien ha elegido la en se -
ñanza como primera vocación o la ha encontrado al incorporaE
se a ella; hay licenciados que han optado por la formación
profesional porque preferían ese público, y hay maestros de
taller y profesores de materias técnicas ~e no abandonarían
la escuela por la empresa aunque ello supusiera mayores in -
gresos y mejores oportunidades de promoción; hay profesores
de una u otra rama, de unas y otras materias, que han cobra-
do una clase conciencia de que existe un problema pedagógico
y han aprovechado todos los medios a su alcance para su pro-
pio reciclaje; hay, ciertamente, profesores que han sabido
innovar en sus materias y ganar el interés de sus alumnos en
base a una enseñanza renovada. De todo ello hay, pero nos
engañaríamos si partiésemos de considerarlo como la norma.
Para comprobarlo, basta con pasearse por cualesquiera
"jornadas", "encuentros", "simposios", etc. de profesores de
enseñanza media. Sin ánimo ninguno de caricaturizar los
avances que se van logrando ni de desdeñar los esfuerzos de
- 103 -
sus protagonistas, podemos apostar a que el observador ver!
desfilar ante sí, como novedades, todo género de propuestas
sobre empleo de la prensa, itinerarios por la naturaleza, vi
sitas a la ciudad, collages, dramatizaciones, exposiciones,
periódicos escolares, etc., etc •• cosas todas ellas ni bue -
nas ni malas en sí, aunque mejores en todo caso que la mera
lección magistral, pero que muchas decenas de miles de maes-
tros de enseñanza primaria vienen aprendiendo y perfecciona~
- 104 -
de en los chavales. De hecho, los mayores proble -
mas que te encuentras en los chavales de polivalen-
te derivan de problemas familiares. Los padres pa-
san totalmente de la educaci6n de los hijos. La in
fluencia de los padres sí que es grande, en cuanto
que la familia tiene una serie de normas, una serie
de comportamientos y demás, pero no se preooupan
realmente de los problemas que tienen sus hijos, no
se implioan en la educaci6n. (7utor del Ciclo Poli-
valente, Ap. II, 3, 763-764.)
- 105 -
asuman su papel, es que no hay una relaci6n previa
entre el colegio y los padres para llegar a una oon
clusión conjunta, entonces vamos por oaminos separa
dos. (Profesora de Lengua, Ap. II, 3, 787.)
- 106 -
n, 2, 477~)
- 107 -
c16n previa entl:'e colegio y padres". "no se preocupan". no se
"enfl:'entan al problema", "el interés con respecto al institu-
to es muy pequeño", "no hay un interés en este tipo de estu -
dios", no "vienen a preocuparse", "no les importa nada de lo
que ocurre (aquí) oon su hijo", "no lo valoran" ••• Pero ¿y si
se preocupan de otros aspectos que consideran más importantes
para la formaci6n de sus hijos? ¿Y si la preooupac16n por su
eduoación formal les llevara a oponerse a los planteamientos
de los profesores? Los enseñantes claman por la colaboración
de los padres más que por su actividad, que incluiría el rie~
- 108 -
ción previa entre colegio y padres". "no se preocupan", no se
"enfrentan al problema", "el interés con respecto al institu-
to es muy pequeño", "no hay un interés en este tipo de estu -
dios", no "Vienen a preocuparse", "no les importa nada de lo
que ocurre (aquí) con su hijo", "no lo valoran" ••• Pero ¿y si
se preocupan de otros aspectos que consideran más importantes
para la formación de sus hijos? ¿Y si la preocupación por su
educaci6n formal les llevara a oponerse a los planteamientos
de los profesores? Los enseñantes claman por la colaboración
de los padres más que por su actividad, que incluiría el ríes
go de opiniones y propuestas no coincidentes con las suyas.
Nuestra experiencia nos dice que. cuando los padres adoptan
una pOSición activa en la escuela, existen grandes posibilid!
des de conflicto con los profesores. Con independencia de
quién tenga la razón o se encuentre más cerca de ella en cada
caso, el denominador común en la acitud de los profesores pa-
sa a ser entonces la defensa de su profesionalidad: son ellos,
y no los padres, quienes sabén qué deben aprender niños y jó-
venes, cómo deben aprenderlo, cómo deben ser evaluados, qué
otras actividades deben organizarse para ellos, qué actitudes
han de eerfomentadas en ellos, por qué tienen éxito o por
qué. fracasan, qué-remedios deben aplicárseles, etc.; en defi-
nitiva, los profesores son los especialistas, los padres los
legos, y los segundos no deben interferir en el desempeño de
la profesión de los primeros. Los padres son invocados sie~
- 108 -
pre p~ defee~o, pero se confía en que no se excedan en sus
funciones, en que reconozcan el papel predominante de la es -
cuela y sus agentes. Por cierto que esta profesionalidad es
defendida con mucho más ardor frente a los padres, que en ca-
so de serlo son un oponente débil y poco organizado, que fren
te a las autori·dades educativas que son quienes verdaderamen-
te trazan los límites de la autonomía de los enseñantes.
Los alumnos del Oiclo Polivalente no están necesariamen-
te de acuerdo con las apreciaciones de los profesores sobre
la actitud de sus padres. Considerando s610 las respuesta vá
lidas (casi el noventa y cinco por ciento de los cuestiona -
rios, descontadas las no respuestas), el 76.9 por ciento reco
noce que "no están constantemente en contacto con el colegio"
(ACTP 10), frente a un 23.1 que considera que sí, pero sola -
mente un 20.3 % admite que "la verdad es que (sus padres) no
se preocupan mucho (ante lo que hacen en la escuela)" (ACTP~.
- 109 -
la iniciativa de los profesores, éstos parecen haber perdido
el paraguas que les cubría de las críticas. Efectivamente,
la otra gran línea catártica no se dirige hacia ninguna terc~
- 110 -
un mal fundamental. (Profesores de Ciclo Poliva16~
1, 94.)
- 111 -
impo~tante- ss que. si te dedicas a la actividad p~
- 112 -
rio y por expertos, auxiliado con materiales y medios --aun -
que la realidad parace haber ido algo por detrás de las prom~
- 113 -
biente experimental similar a lo que será su generalización.
De hecho, las autoridades se han peneficiado de la autoselec-
ción y selección desde arriba de un profesorado voluntario y
voluntarioso, inclinado hacia la renovación pedagógica y, con
frecuencia, en sintonía política con ellas, aunque se hayan
introducido pequeñas correcciones para lograr una muestra más
di versificada.
En este sentido, la "teoría del 20%" que circula por los
pasillos ministeriales, según la cual podría llevarse adelan-
te la generalización de la reforma con el apoyo o la compren-
sión de esa proporción del profesorado de las enseñanzas me'-
dias, nos parece harto discutible. No solamente hubo autose-
lección de los centros, sino también autoselección del profe-
sorado dentro de cada centro, de manera que, al frente de los
grupos experimentales, suele encontrarse la creme de la creme
del profesorado reformista. En algunos centros hemos observa
do una participación entre el profesorado afecto a la reforma
y el resto. En primer lugar, como ya se ha indicado indirec-
tamente, ha sido el ala "progre" del profesorado la que se ha
presentado voluntaria con más entusiasmo. En segundo lugar,
estos profesores parecen salir del grupo que se identifica
más estrechamente con el centro en que trabaja, a diferencia
de los que lo consideran un lugar de paso. Algo de esto pue-
de estar detrás de las re~uestas ofrecidas por los profeso -
res de la reforma a una encuesta administrada por el equipo
- 114 -
de coordinación a finales del curso 1.983-1.984:; a la pregun-
ta de si "las relaciones entre el profesorado del grupo expe-
rimental y el resto del claustro alcanzan un alto grado de
comprensión y colaboración", sólo el 33.5 % de los entrevista
dos contestó que estaba "de acuerdo" o "muy de acuerdo". fren
te a un 56.1 " "totalmente en desacuerdo" y un 9.6 % que no
sabía; por otra parte, con la afirmación de que "el profesor~
- 115 -
los alumnos, la posibilidad de corección de las cifras de fr~
les:
- 116 -
( ••• ) Ellos disfrutan de una enseftanza muy rica.
tienen una enseñanza mucho más activa, más experi -
mental ( ••• ). en fin. que disponen, de una riqueza
educativa que no tienen sus compañeros y que, an ..
principio, parece que les motiva más que a ellos •••
Ese cansancio que se nota al entrar en una clase •
en ésta se nota muchísimo menos. Parece que hay mu
chísima más motivaci6n, parece que las actitudes
frente al trabajo y frente a la dinámica de grupo
funcionan, mejoran ( ••• ) (Director, Ap. II, 2, 542.)
- 117 -
Las críticas a la reforma son de diversa índole. Sólo
algunas. escasas. se refieren a la reforma en general. apun ~
sores de latín, etc. Más abundantes son las que señalan que
la reforma se queda corta en talo cual aspecto: deberían
abordarse otras cosas además de los métodos, el currículo de-
bería ser más polivalente. los alumnos deberían poder elabo -
rar su' propio currículo. sigue sin haber interdisciplinarie -
dad, etc. También abundan las críticas que muestran escepti-
cismo: no van a lograrse los objetivos propuestos, esto no va
a frenar el abandono escolar, no mejorarán las oportunidades
de los que más 10 necesitan ••• Pero el grupo más numeroso de
críticas se refiere al procedimiento de la reforma: no se ha
reciclado primero al profesorado, no hay orientaciones sufi -
cientemente claras, no se puede asumi:r las nuevas orientacio-
nes al ritmo acelerado con que llegan, no hay medios euficien
tes y los que llegan lo hacen muy lentamente, no hay una coor
dinaci6n adecuada, no hay suficientes estímulos para los pro-
fesores, hay demasiada improvisación, se plantean cosas que
luego se rectifican, etc.
- 118 -
Todas estas críticas se repiten tan a menudo en los en -
cuentros de profesores que no parece necesario detenerse aquí
más en ellas. sí quisiéramos subrayar, no obstante, una que
no hemos señalado y que ha aparecido muy puntualmente, pero a
la que auguramos un gran futuro, muy a pesar nuestro. Un pr2
fesor partidario de la reforma, y que consideraba esto como
un pequeño precio a pagar, lo planteó as!:
- 119 -
división en 'buenos' y 'malos', ¿crees que deberían estudiar-
se combinaciones de niveles que permitiesen un trabajo di ver-
sifiaado según aptitudes y capacidades de los alumnos dentro
del grupo?" Algunos centros de Euskadi y el País Valenciano
ya respondieron al problema organizando distintos grupos de
nivel, pero éste es un tema que no trataremos hasta llegar a
conclusiones sobre la segunda parte de esta investigación, to
davía en curso (para un tratamiento general del mismo, véase
Fernández Enguita, 1985a). Sin embargo, debe tenerse en cue~
- 120 -
sa actlva--. resulta difícil decir en quf &rado son supera -
ble. (volver..os .obre el tema en un capítulo posterior).
- 121 -
t
Aunque un 59.3 % de los 593 alu~nos del Ciclo Polivalen-
te encuestados declara que la decisión de entrar a formar paE
te de un grupo experimental fue suya, un 7.9 % que de sus pa-
dres y sólo un 16.0 % que del colegio (DECISPO), lo cierto es
que los centros tuvieron un peso fundamental en la decisión.
En la mayor parte de los casos, la dirección formó por sí mi~
- 123 -
merosos casos.
Como consecuencia, los grupos experimentales de la refor
ma son, en un sentido amplio, grupos normales, si acaso lige-
ramente cargados de repetidores. Sus problemas como jóvenes
y como escolares son, pues, los del conjunto de su grupo de
edad, quizá levemente mayores en el primer aspecto y a~go mi-
tigados en el segundo. Empezaremos por decir algo de la in -
fluencia que tiene sobre ellos la perspectiva pr6xima del mun
do del trabajo.
La mayoría de estos alumnos no tiane ante sí un futuro
muy boyante, a no ser que cambiaran las coordenadas generales
de la situaci6n econ6mica, lo que parece harto improbilile en
un futuro a ojos vista. Uno de cada dos j6venes activos en-
tre 16 y 24 años se encuentra en paro, y ello contando con ~
- 124 -
"
por una mayoría optimista de j6venes hace tan s6lo quice años,
incluso diez, solamente se declara de acuerdo el 9.1 % de los
entrevistados, mientras un 54.5 % manifiesta su desacuerdo y
un 36.9 ni una cosa ni otra o no contesta (FUTU 2). Lo que
es más, e143.8 % declara que "teme que tarde años en encontrar
un trabajo fijo", idea que no acepta el 26.3 % y. sobre la que
no se define el 29.8 % (FUTU 3). También los profesores par~
- 125 -
R.- Al paro. (Ap. II, 3, 1060.)
- 126 -
% (FUTU 6). Numerosos profesores comparten opiniones simila-
res que, no obstante, va~os a economizar ~quí (véase Ap. 11 f
- 127 -
P.- ¿Y quéecrees t6 que va a salir?
- 128 -
más exactamente las credenciales escolares. aparecen como el
mejor o uno de los mejores instrumentos a su alcance para de-
fenderse de un mercado competitivo y con oportunidades esca -
sas. A juzgar por las manifestaciones de acuerdo y desacuer-
do con uno de los !tems del cuestionario. la afirmaci6n de
que "de lo que hag~ unola aquí (en la escuela) depende enter!
mente su futuro", la franja de j6venes que cree a pies junti-
llas en las exdelencias de la escuela de cara al empleo sigue
siendo importante: 49.5 % de acuerdo, frente a un 24.7 en de-
sacuerdo, un 23.6 % ni una cosa ni otra y un 2.2 % que no cOE
testa (OPES 14). Esta el la base de una actitud instrumen -
tal hacia la escuela que no necesariamente, ni en ~a mayoría
de los casos, implica identificación con ella:
- 129 -
y yo he hecho B.U.P. y C.O.U. y presentamos las so-
licitudes para oualquier sitio, me cogen a mí antes
que a 41 por tener el C.O.U., por el mero heoho de
haber hecho O.O.U.
( ......... )
R.- Lo que est4 muy claro es que hay que estudiar,
y si no estudias no llegas a nada en la vida. Toda
esta gente que ha salido de la E.G.B. y no hace na-
da •••• y les preguntas y no encuentran un puesto de
trabajo. todo el día se lo tiran en la calle; los
padres no saben qué hacer con ellos. Si no estudi~
( . . . . . . . . ti . . . )
- 130 -
seis afios no iba a hacer nada, hasta despu~s de te!
minar la E.G.B •• y van a ser dos aRos perdidos, pe-
ro esto nos va a servir más, Y. si te gusta. luego
puedes seguir si no eneaentras nada de trabajo. Yo
pensaba seguir estudiando, por si acaso.
R.- Yo igual.
- 131 -
Estos alumnos suelen ser los que, enzgeneral, ven su fu-
turo en puestos de trabajo intermedios, vinculados al sector
terciario, a funciones técnicas,o a alguna delegaci6n de aut~
- 1;2 -
~a estos otros j6venes. los distintos empleos se ~educen a su
denominador com~n: ser fuente de un salario. No discriminan
entre los empleos o no están dispuestos a paga~ el precio que
se les exige para pode~ hace~lo con consecuenétas; por consi-
guiente, asignan un papel instTUmental a la escuela menor que
el que le otorgaban sus compañeros o si~ple~ente nulo. Para
ellos la escuela es en sí tan aburrida e indeseable como el
trabajo. o quizá mucho más, con la diferencia de que en aqu~
- 133 -
rrila y, encima, tienes que pagar. (Ap. II, 2,405~
R.- Bien.
- 134 -
que estar sentado fumando un puro.
- 135 -
tar delante de un mostrador ••• ¿qu& haces?
( ........... )
P.- ¿Qué os parece el trabajo de oficina?
( ...........)
R.- Yo ••• lo de la oficina no me gusta mucho, por -
que estás todo el día haciendo lo miSMO y todo el
rato sentado. ( ••• ) En el taller ( ••• ) te div1er -
tes más, porque estás con todos los obreros, s1n e~
- 1,6 -
P.- ¿Qu~ ventajas crees que tiene un taller sobre
una oficina, o una oficina sobre un taller?
- 137 -
(Por cierto que, dicho entre parfnteais y en voz baja,la
opci6n de convertirse en "madero" o en guardia civil se pre -
senta para muchos aiumnos como el sucedáneo de la oficina pe-
ro menos aburrido, con~ás paseos. Todos los que piensan que
en las oficinas no se trabaja, incluídos los que se apunta -
rían con gusto a esa perspectiva un tanto idílica, saben tam-
bifn que para acceder a ellas hacen falta títulos escolares
que van más allá del mínimo común denominador, lo que suele
excluírles como candidatos. No ocurre as! con el "oficio" de
"madero" o de guardia civil, y todos los candidatos a uno u
otro que encontramos a lo largo y ancho de los grupos de dis-
cusi60, que no fueron pocos --uno de los centros incluía a un
nutrido grupo de aspirante a la Escuela de Guerdias J6venes,y
en los otros nunca faltaba el aspirante a hombre de Harr~~
- 138 -
que muchas del taller--. reivindican la primacía del trabajo
manual: despu's de todo, parecen decir, ¿no viven ellos taml'-
bi'n de lo que nosotros producimos? El alto coste pagado re-
side en que esta visi6n es tan unilateral y casi tan ideo16g!
ca como su contraria, así como en que el rechazo de las prom~
- 139 -
(véase Wi11is, 1981; Ga11and, 1984; Fernández Enguita, 1984 ,
1985a). Más allá dé lo que suele pensarse, por eéemplo entre
loe profesores (Ap. II, 2, 590), éste ee un problema angustiE
so para la mayoría de los j6venes:
( ........... )
R.- Se vive mejor con dinero que~sin dinero. Te
vas un sábado sin dinero y no puedes hacer nada.
- 140 -
trabajas, ayudas a tus padres y encima tienes dine-
ro. Que, si un domingo te quieres beber quince ca-
ñas, s610 te puedes beber tres, y si trabajas te
puedes beber las que quieras más hacer lor.que te d'
la gana.
( ............ )
R.- Y luego es eso ••• Es una situaci6n en que no
estás ni trabajando ni estudiando, y me siento como
un parásito por no hacer nada. Porque tus padres
tienen esos rollos; por ejemplo, te levantas a las
once o las doce y te dan la charla: "porque t~ es -
tás aquí durmiendo y nosotros trabajando" ••• (Ap.~
1, 342-343.)
- 141 -
(Ap. II, 2, 696.)
- 142 -
P.- ¿Quereis trabajar pronto?
R.- Sí.
R.- No.
R.- Yo sí. ( ••• ). Cuanto antes empieces, más su -
bes.
R.- Pero ••• ¿un trabajo para toda la vida? ( ••• )Si
a m! me ofrecieran un trakajo que yo pudiera compa-
ginar con los estudios, sí que lo haría ( ••• ).
- 14' -
( . . . . . . . . . . '* • )
( ......... )
R.- A mí me gustaría, pero me gustaría pOder segWr
estudiando, por la noche o cuando fuera.
- 144 -
R.- Yo también. Si me ofrecieran un trabajo inte-
resante procuraría compaginar el trabajo y seguir
con los estudios. (y as! sucesivamente: Ap. 11, 2 ,
64.2-643.)
- 145 -
En cualquier caso, los jóvenes siguen teniendo en su ma-
yoría a la escuela en alta consideración, si se atiende a al-
gunas de las respuestas al cuestionario. El 44 % afirma que
"en ella está mejor que en otros sitios", lo que niega el 2~8
- 146 ~
29 % (LUGAR 6). Más categóricamente. el 63.9 % de los respo~
- 147 -
amigos/as que la escuela", al contrario que un 33.1 % y sit~
- 148 -
seria oomo sl, repentinamente, decidiésemos que el fracaso e!
oolar al final de la E.G.B. ha dejado de ser un problema por-
que la mayoría aprueba.
En todo caeo, el desfase entre el alto grado de consenso
que suscitan las afirmaoiones favorables a la esoue1a oonten!
das en algunos ítems y el elevado rechazo haoia ella que par!
oen expresar otras maroa, de alguna forma, el espacio inmedi!
to para una reforma de la enseftanza. Como muestran las pre -
guntas, los alumnos valoran altamente, en general, lmfuncio-
nes formativas de las escuela pero soportan mal algunos de
sus aspeotos oomo pueden ser el control o la evaluaci6n. Es-
tos aspeotos, que la encuesta sólo indica muy bu~damente pero
que aparecen en las entrevistas con mayor detalle, aunque sin
el maro ha.o de representatividad que --falsamente-- ofrece la
estad!stioa, son los que deben ser ataoados para que la escu!
la deje de ser para muohos un oalvario. Sobre alguno de es -
tos temas volveremos en oapítulos posteriores.
Ya está en marcha la reforma, pero ¿ouál es la opini6n
de los alumnos sobre ella? Ántes de entrar en el tema, permí
tasenos hacer dos declaraoiones. La primera es que no vamos
a valorar si "sube" o "baja" el nivel, si los alumnos apren -
den más y mejores oosas o menos y peores: lo que nos interesa
es tan s6lo c6mo la peroiben los propios alumnos. La segunda
es que los datos que vamos a utilizar, prooedentes del cues -
tionario y las entrevistas, fueron obtenidos en el teroer tri
- 149 -
mestre del priaer aRo de' experimentaci6n y el primer trimes -
tre del segundo. Los datos proáedentes de la observaci6n de
clases no serán explotados aquí, sino en los capítulos subsi-
guientes dedicados a aspectos más monográficos. Podemos ade~
( ..............)
R.- Hemos ganado en que hemos visto tres talleres
y la demás gente que ha entrado en talleres (o sea,
en F.P.-l) no lo ha visto, y dicen que ahora se a -
rrepienten de haberse metido. Nosotros hemos visto
- 150 -
t~es talle~es, pero nosotros no tenemos el mismo n!
vel que tienen los de (enseffanzas) especializadas.
( ................. )
R.- Pero no tenemos el mismo nivel que tienen, por
ejemplo, la gente de automoci6n. (Ap. 11, 1, 281 -
282. )
( .................... )
R.- Yo, otro problema que veo es, por ejemplo.cua~
El mismo sentido hay que dar a las quejas sobre que hay
poco tiempo dedicado a talleres:
- 151 -
aprendes es teoría, pero luego vas a mirar el ooche
y eres un inútil.
- 152 -
do ni en desacierdo el 21.9 % (OPCP 8). La utilidad que pue-
da tener el título que otrogue el ciclo polivalente, no obs -
tan te, despierta menos entusiasmo: el 32.9 % opina que "no se
sabe para qué va a servir", otro 32 % discute semejante afir-
maci~n y un 28.2 % no se define (OPCP 10).
Aunque de distinto alcance, son parecidas algunas de las
objeciones que plantean potenciales alumnos de bachillerato
disconformes con que se dilate la espera para acceder a una
enseftanza enfocada directamente hacia los estuBios superiores
- 153 -
R.- Eso es lo malo del colegio, el que te enseñen
cosas que no te van a servir pata nada.
- 154 -
lente, piensan que "es un error el sustituír el B.U.P. y la
F.P. por esto": solamente el 10.5,%. mientras que opina lo
contrario el 64.7 % y no opina el 20.6 % (OPCP 17).
En un orden diferente de cosas, no faltan alumnos que se
quejan de 10 que consideran un nivel muy bajo en el ciclo po-
livalente, así como tampoco otros que, estando de acuerdo, c~
- 155 -
R.- Yo no sé como era el otro (primer curso de ba-
chillerato), pero a mí esto no me gusta, porque yo
no hago nada. No hacemos nada porque nos lo dan to
do hecho y nos hemos acostumbrado a un ritmo de es-
tudios que es que no hacemos nada, y está compr~
- 156 -
(opcp ~). No obstante, la opinión radical de que el ciclo P2
1ivalente "es como la E.G.B., pero con otro nombre" só~o la
suscribe el 4.9 ~, mientras el 80.4 % lo niega y un 10.8.% no
opina al respecto o no sabe qué opinar (OPCP 15). Finalmente,
un 20.6 % cree que "se pierde mucho tiempo en clase", algo ~
- 157-
que nos metieron sin consultar mucho, porque el pr!
mer día nos explicaron un poco de qué iba lo del ex
perimental, pero no sabíamos bien en lo que nos me-
tíamos. Ellos nos dijeron el primer día que esto
podía funcionar o no podía funcionar, cogieron y
nos dije~on que iba a ser muy bonito, que íbamos a
tener cosas de cine y un mont6n de cosas, pero lue-
go lo han reducido un mont6n y se ha quedado en me-
nos de lo que decían ellos. Es que al principio
nos veíamos con las batas blancas, que si cerámica,
que si tal, que casi veíamos a los de los otros cur
sos como inferiores, porque pensábamos que eran
ellos unos pringadillos a los que no les había tOC!
do ( ••• ). (Ap. 11, 3. 934.)
- 158 -
R.- ( ••• ) Si tuviera que elegir otra vez, eligiría
el instituto y la experimental. Lo ~nico que se me
ha olvidado decir es que nos han engañado, que nos
han dicho que era el B.U.P. normal pero con otro mf
todo, y al final, que si en primero no va a haber
las mismas asignaturas que en segundo, que si el di
bujo va a aser obligatorio, que unas asignaturas no
tienen nada que ver con las otras ••• Es que al priE
oipio el que quería se metía, y deoían que esto s6-
lo tenía más prictioas que teoría y que en eso se
di ferenoi aba, y no es eso. Tenían que haberlo di -
oho desde el prinoipio.
- 159 -
es un trabajo normal y corrienta. CAp. II, 3, 1058J
- 160 -
un mont6n de informaci6n que luego no se cumple. la
verdad.
dias.
- 161-
chapuza ( ••• ). (Ap. 11, 2, 935.)
- 162 -
negativas pur parte de los alu~n06 concierne sólo a ouestio -
nes provisionales debidas a que han sido heohas sobre la base
de la experiencia de BU primer afio, en parte improvisado, de
eXperimentación, o que, cuando afectan a aspectos más genera-
les y duraderos, son sólo la opinión de un seotor minoritario
del a1uanado. Como veremos enseguida, son más categ6rioas y
más freouentes las opiniones positivas. Sin embargo, debemos
hacer todavía otro paréntesis.
La serie de fenómenos que normalmente se agrupan bajo la
eXpresión de "efedto placebo" resulta lo bastante familiar pa
ra todo el mundo oomo para no tener que ser presentada aquí,
pero no sobra reoordar que podr!a eXplicar en parte algunas
de las impresiones positivas de los alumnos ante la reforma.
El solo hecho de formar parte de los grupos experimentales
convierte ya a los alumnos inolu!dos en ellos en las figuras
del centro: los profesores están más pendientes de ellos, los
demás alumnos les observan con curiosidad y ellos mismos se
s~ben distintos. Es lo que expresaba más arriba un alumno al
decir que miraba a los otros como "pringadillos" y lo que se
refleja, aslmism~ en los siguientes pasajes:
R.- S!.
R.- Un poco.
- 163 -
R.- Yo diría que nos lo tenemos un poco creído.
11. 3, 808-809y)
( ........................ )
R.- Tenemos mucha vigilancia. se preocupan de todo,
nos atienden en todo ••• se portan 'demasiao'. Las
otras clases tienen como rabia de nosotros. Lo com
prendo. (Ap. 11, 3. 819-820.)
- 164 -
presumiblemente negativo; es decir, montan mucho
más ~aleo por los pasillos, continuamente están en
el laboratorio, ahora bajan al huerto, vuelta a su-
bir a alg~n taller, etc. Ellos están contentos y
el resto de sus compañeros, un poco, les admiran :
"!Joder, estos del experimental, que bien se 10 pa-
san!", y ellos son conscientes de esto y, claro,les
da un cierto prestigio ante los demás. (Tutor, Ap.
II, 2, 508.)
- 165 -
rrollando una cieria capacidad crítica para ver las
cosas: qué es el centro, para qué este plan de est~
- 166 -
los métodos de enseñanza en cada colegio pueden haberse oon -
centrado en los g~pos experimentales; y no s~lo eso, sino
que el hecho mismo de la reforma y la febril actividad insti-
tucional que la aoompana harían entrar a estos profesores en
su períOdO más activo.
Nuestro profesor de Historia, que stn duda algo sabe del
papel de los períOdos hist~ricos de orisis. las fronteras y
- 167 -
Dicho esto, podemos pasar por fin a ver por dónde discu-
rren las opiniones m!s favorables a la reforma (estamos de
acuerdo en que ya era hora). Se pueden agrupar en tres apar-
tados: permite elegir mejor, es una enseñanza menos aburrida
y, sobre todo, se aprende mejor.
lunque antes vimos a algunos grupos de alumnos quejarse
de que se pospusiera su especialización, no son menos los que
piensan que han ganado con ello. A la altura de hoy, saber
esto quiz« no sea tan esencial como hace un año, cuando el
área tecnológica estaba organizada en forma de ~ataet'D por
talleres, que es 10 que juzgan los alumnos a los que haremos
hablar a continuaci6n. Sin e.bargo, aunque los planteamien -
tos del ázea tecnológica hayan evolucionado hacia el análisis
de objetos y el diseño de proyectos, es de presumir que, para
alumnos que vienen de la E.G.B •• el c~clo polivalente seguirá
siendo el primer contacto con actividades parecidas o simila-
res a otras profesiones que las de sus padres o la de maestr~
- 168 -
( . . . . ... .. .. ..)
R.- Hemos ganado en que hemos visto tres aalleres,
y la demás gente que ha entrado en talleres no lo
ha vieto y dicen que ahora se arrepienten de haber-
se aetido ( ••• ). (Ap. II, 1, 280-282.)
- 169 -
un año. No hace falta repetir aquí la respuesta mayoritaria-
mente negativa al ítem del cuestionario que afirmaba que ttse
desaprovecha el tiempo al no especializarse" en el ciclo poli
valente (OPCP 18).
No menos importante es que los alumnos encuentren la en-
señanza impartida en el ciéio polivalente más entretenida,más
interesante, etc. y menos cargada de tenái6n. Uno de los
principales probleaas de nuestras escuelas es el aburrimient~
- 170 -
lizadas, te dicen, por ejemplo, en Sociales: "Tú. a
dar la lección". Y. sin embargo, en polivalente h~
- 171 -
tal se está mejor.
- 172 -
ne precisamente a la eficacia de la enseñanza y el aprendiza-
je ("preCisamente" porque ~se es el tema monocorde de los de-
tractores, y "precisamente" porque ha sido elegido como argu-
mento principal por los alumnos). Veámoslo sin tacafiería,aun
que no con tanta profusi6n como sería posible:
- 173 -
rando y moviéndolas y cortándolas: ya es una cosa
como muy tuya. Eso, además, ya no se te olvida, pe
ro de la otra manera, leyéndolo en un libro •••
- 174 -
cuando estabas en octavo de básica, cogías, solta -
bas todo el Tollo en el examen y a los cuatro días
ya no te acordabas de nada. Ahora s! te acuerdas ,
porque, a base de darle vueltas •••
- 175 -
los otros. Es diferente a lo que se ha hechó hasta
ahora. Son cursos rutinarios, siempre lo mismo:
viene el profesor a clase, explica, se hacen los
ejercicios de siempre, estudias y el examen. Aquí.
antes del examen t~ misma experimentas las cosas
que hay que hacer, lo razonas, lo estudias con det~
( ....... ....... )
,.
- 176 -
la saques. Y la sacas y te dicen que está bien, y
ya, por lo menos, sabes que sabes hacerlo; y no an-
tes. que pensabas que el tío que hubiera inventado
esa fórmula tenía que ser un genio. (Ap. II, 2. 657
-659.)
- 177 -
que hemos encontrado a favor del éxito de la experimentación
de la reforma. Y lo es porque surge de boca de los alumnos ,
al margen de que lo haga o no de boca de los profesores. Si
en algunos casos pareoe que se lo hubiera dictado un profesor
partidario fervoroso de la enseñanza activa, ello no signifi-
ca nada: las casi mil cuatrocientas páginas de entrevistas
del Apéndice 1I atestiguan sobradamente lo poco dispues~os
tro en los que convivimos una temporada con los alumnos, ape-
nas supimos en total de un par de ca.os de abandono durante
el curso académico, y fueron también muy poces los que abando
naron de un curso a otro T-la mayoría de los casos, por otra
parte, conoentrados en un colegio que, a lo largo de este tra
bajo, tomaremos muchas veces como ejemplo de adulteración de
la reforma y, en general, de lo que no se debe hacer--. En
- 178 -
n
¡ ,
Ir
i
n
n
, ,
r, '
r
r, '
r"'1
,
• 'i
1"""'
I, i'
n
n
n
,...,
,I ,•
In,
I '
In
n
n
La transición de la dictadura a un régimen democrátlco-
parlamentario ha cambiado los supuestos de la educación polí-
tica en las escuelas. Si antes se trataba de adoctrinar e iE
doctrinar a los jóvenes en la apología del dictador, su régi-
men y su trilogía familia-municipio-sindicato, ahora se trata,
según todas las declaraciones, de preparar a los jóvenes para
vivir y participar activa~ente en una sociedad democrática.
Este no sólo es un .. objetivo de toda la escuela en general, sl
no que forma parte específica y sustancial de las reformas
que se proponen en la escuela y, en particular, de la primera
abordada: la reforma de las enseñanzas medias. Este objetivo
ha sido asignado a la llamada "Educación para la Convivencia".
Nuestro paso por los colegios nos ha convencido, antes
que nada, de que el conjunto del profesorado --exceptuando ,
por supuesto, a los profesores de Convivencia-- no se ha to~
- 180 -
suspenden todas •••• menos Convivencia.
La escasa importancia que se le concede se refleja tam -
bién en los ~orarios. Mientras todas las demás ~aterias dis-
ponen normalmente de tres horas semanales, a veces más, Convi
vencia cuenta como máximo con dos y frecuente~ente con una.
El caso más patético lo encontramos en el centro "Jesús del
Pino", donde, según manifestaron los propios alumnos:
( ••• ) Hay un profesor, el de Convivencia, que no
tiene una clase de Convivencia en condiciones. No
tiene ni una hora para nosotros y tiene que estar
pregúntándonos si tenemos un ratito libre para dar-
nos un cuarto de hora •••
- 181 -
bería ser aumentada o disminuída la cantidad de horas dedica-
da a cada una de las materias, sólo uno de los respondentes
propuso hacerlo en el segundo curso del ciclo polivalente,
cantidad tan sólo parecida a las correspondientes a Dibujo y
- 182 -
planteaban los siguientes o~jetivos en el terreno de los cono
cimientos: l. "El alumno utili~ará los conceptos básicos que
le sirvan para analizar y comprender el texto constitucional
y la si tuación política global en que se inscribe." 2. "Será
capaz de anali~ar los hechos I'l"olectivos que están sujetos a
las normas constitucionales y establecer la relación que tie-
nen con su vida cotidiana." 3. "Estará capacitado para rela -
cionar aspectos de la Consti tución con .su vida cotidiana." 4.
"Será capaz de considerar la importancia que tiene el plura -
lismo para el funcionamiento del sistema democrático, y cono-
cerá las posturas de las diferentes fuerzas políticas de la
España actual." 5. "Conocerá el proceso histórico y el conte.!
to internacional en que se inserta el actual proceso democrá-
tico espaftol."
En el último año, 1985, los encuentros y debates entre
los profesores encargados de la materia han resultado en la
propuesta de introducir algunos cambios. Así, por ejemplo,la
llamada "Ponencia-base para revisión del 'libro verde'" (Go0l:
dinador de la materia, 1985) afirma: "si se ha de soslayar
una enseñanza meramente formal del texto constitucional, tam-
bién parece que no se deba caer en una educación 'despolitiz~
- 183 -
tud, familia, escuela, comunidad local, comunidad autónoma,
Estado, comunidad internacional y medios de comunicación--, y
cada apartado en tres subapartados: "punto de partida - situ.!!;
ción", "referencias institucionales" y, en los seis dltimos
apartados, "al ternati vas". El primer subapartado, "punto de
partida y situación", permitiría en principio un tratamiento
no legalista ni obsesionado por la Constitución de cada uno
de los temas,pero mucho nos tememos que no sea así, por lo
que argumentaremos más adelante. En todo caso, hay que decir
que este planteamiento supone un cierto avance respecto del
"libro verde", cuyo temario era mucho más constitucionalista
y leguleyo ("l. Participación ciudadana. 11. La aproximación
del poder al ciudadano: entidades territoriales autónomas.
111. El Estado: configuraci6n y estructuras de poderes. IV.
Una Constitución de todos. V. Ciudadanos del mundo: España
en la comunidad internacional", todo ello concretado simple ... -
mente en el análisis de normativas diversas). Sin embargo,la
nueva propuesta brilla particularmente por sus notables ami -
siones. Así, la familia carece del subapartado "al ternat1vas'~
como si se siguiera aceptando la eternidad de su forma actual
o, lo que es más probable, se temiera problematizar el tema
por las posibles reacciones de los padres. En el apartado
sexto, dedicado al Estado, el epígrafe "alternativas" es sus-
ti turdo por otro, "Hacia un 'estado social y democrático de
derecho' plenos", cuyo texto reproduce elocuentemente la pri-
- 184 -
mera frase del artículo l,de la Constitución de 1.978. Con
ello se nos da a entender, primero, que lo ~nico que queda
por hacer es desarrollar el excelente régimen político que ya
tenemos, y segundo, que no existen alternativas al mismó. Sin
embargo, la dictadura militar-fascista fue una alternativa du
rante cuatro decenios,.y nuestro joven régimen democrático -
parlamentario ha sufrido ya un golpe de estado y ha conocido
pl;nes de varios otros, de manera que no sería mala cosa que
los jóvenes se enteraran de lo que fue aquello --especialmen-
te ahora, cuando con frecuencia sólo se recuerda interesada -
mente que coincidió con una época de prosperidad económica--.
Además, no se debería olvidar que la Constitución de 1.978 es
sólo una entre las muchas constituciones democráticas posi -
bIes, que hay otras formas constitucionales en el mundo y que
hubo otras propuestas de las propias fuerzas políticas españ~
- 185 -
oión para la Convivenoia?
La omisión más escandalosa, sin embargo, es la de la pr2
duooi6n y el trabajo. Una vez que dejen la esouela, la mayor
parte de la vida oonsoiente de estos j6venes transcurrirá en
los lugares de trabajo, y el oonjunto de sus oportunidades de
vida girará en torno a su empleo y las contrapa~tidas obteni-
das en ~l. Nosotros sostenemos, por añadidura, que el conju~
- 186 -
ella simplemente porque no hay empleos a su alcance; su cali-
dad de vida y las posibilidades de acceder a bienes deseables
o de satisfacer meramente sus necesidades elementales depen -
den del lugar que sus padres ocupen en la producción; durante
muchas horas al día no ven a sus padres. --incluido. tal vez.
sus madres-- porque están trabajando. y cuando los ven pueden
percibir directa o indirectamente que buena parte de sus pro-
blemas giran en torno al empleo y a sus correlatos; aunque no
produzcan todavía. en fin. sí se encuentran ya considerable -
mente inmersos en las relaciones de mercado como clientes y
consumidores. ¿Es que la escuela no tiene nada que ensefiar
sobre esto?
Pero esto no es todo. La marea alta constituc1;ona1ista
de las propuestas de objetivos para la asignatura Convivencia
se queda en nada comparada con los criterios de evaluación.
Así. en la "prueba inicial de evaluación" aplicada en octubre
de 1.983 todas las preguntas eran de índole político-adminis-
trativa. Véanse, telegráficamente resumidos. sus temas: 1)
Qué es dictadura, socialismo. república. democracia. capita -
liamo, monarquía. 2)Qué presiden los presidentes de gobierno
del Estado, la Comunidad de Madrid y la Generalitat de CatalE
fia. Quiénes son Leguina, Pujol y Gonzá1ez. 3) Definición de
lo que es un partido polítiCO. 4) Definir ún sindicato y po-
- 187 -
¿Se cumplen el derecho y el deber constitucionales de todos
los españoles en relaci6n al trabajo? 7) Comparar los artícu
los 14 de la Constitución y 2 de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, comentarlos y contestar a qué órgano
puede recurrir alguien discri~inado. 8) Cuál es la mayoría
de edad para votar. Quiénes votan en España. 9) A qué insti-
tución se refiere el arto 66 de la Constitución. 10) Cuál es
la lengua oficial del Estado. 11) Qué son los concejales,qué
es el sufragio --con la ayuda del arto 140 Const.-. 12) Ide~
- 188 -
no altera la tónica de la asignatura, pues los modas de hacer
y la creación de situaciones desde las que propiciar la adqu1
sición de aptitudes, comportamientos y destrezas giran inevi-
tablemente alrededor de los conocimientos a los que ya se ha
decidido que deben llegar los alumnos, sea por vías activas o
pasivas. Así, en las dos muestras más notables de enseñanza
activa en la materia que observamos --por supuesto, debe re -
cordarse que sólo hemos,visto una pequeña fracción de las cla
seS de Convivencia en los colegios, pero cabe preguntarse por
qu~ no encontramos otra cosa: a fin de cuentas, es una cues -
tión de probabilidades estadísticas-- la Constitución seguía
siendo el centro de todo. En uno de los casos, los alumnos
se dedicaban a hacer por sí mismos una constitución en clase
(Ap. l, l. 1~2); en el otro buscaban por sí mismos en el dic-
cionario términos como "Cortes", "Congreso", "Senado", "part!
dos políticos", "sufragio", etc. (Ap. l, 2, 564-5r. Por cier
to que, a la pr6xima clase, uno de los alumnos volvería con
las definiciones de "cortés" en vez de "Cortes" y "sufragio
por las almas" en vez de sufragio electoral", una buena indi-
cación de lo cerca de su experiencia cotidiana y sus preocup!
ciones y percepciones que queda la Educación para la Conviven
cia cuando se centra en la Constitución (Ap. 1, 2, 269-70).
No es sólo que lo relativo a actitudes, comportamientos
y destrezas no altere la carga obsesivamente constitucionall~
- 189 -
do 10 demás. En el terreno de las actitudes y destrezas, por
- 190 -
siempre en la misma materia: la Constituci6n. los
artículos •••
- 191 -
J.C. dice que J. quiere decir que hagan cosas más
activas.
- 192 -
que anoten una serie de preguntas que va a dictar.
Les dice que pongan la fecha. Comienza. Todos se
callan.
- 193 -
a la vista de los resultados de BUS primeros intentos, hayan
comprendido que vale más una retirada estratégica. Una vez
restablecido el orden tras el pequeño incidente a bordo, la
nave ya puede seguir firme hacia su puerto: ¿qué es un munici
pio?, ¿qúé es un ayuntamiento? y así sucesivamente.
Es probable que muchos de los profesores de Convivencia
sean conscientes de que algo marcha mal cuando una materia de
esta índole se reduce principalmente a la enseñanza de la
Constituci6n. Quizá pueda interpretarse así el grado compar~
- 194 -
fes: "Elementos de identificación vecinal"; "Problemas comu -
nes: urbanismo, salud, transporte, cultura, educación, ocio ,
consumo ••• n; "Población y se~vicios comunes: qué tenemos y
qué nos falta"; "Quién decide las aolucLones"; "De dónde vie-
nen los recursos para hacer frente a las necesidades". Para
empezar, existe un alto grado de probabilidades --dada la ele
vada movilidad geográfica de los profesores, en especial los
del sector público-- de que no haya nacido ni vivido mucho
tiempo en el lugar, ni piense hacerlo: o sea, de que no tenga
ni idea de sus características propias. En cualquier caso, a
nadie se le escapará que la prOblemática que se pide al profe
sor que conozca es complejísima y de difícil acceso. Si le
pidieran de repente que diera una clase sobre ecuaciones de
segundo grado y no recordara de qué se trataba, la cosa no se
ría tan grave: podría coger de la biblioteca el libro adecua-
do, estudiarlas durante una hora y explicarlas durante otra
--cualquier:profesor con el bagaje matemático mínimo que se
les supone por sus estudios, sean los que sean, podría hacer-
10-. Pero, ¿cómo familiarizarse, no ya en una hora sino en
días, o en un mes, con problemas tan amplios, imprecisos, in-
ciertos y opinables como los que ahí se enumeran: urbanismo •
salud, etc.? Cualquier arquitecto, economísta o sociólogo de-
dicado al urbanismo sabe lo difícil que resulta llegar a ha -
cerse con una visión general de la prOblemática de una peque-
ña zona. Por otra parte, ninguno o casi ninguno de los prof~
- 195 -
sores tiene una formación específica dirigida hacia este tipo
de problemática. Es posible que, lleno de buena voluntad, e~
- 196 -
ses de Educación para la Convivencia girarán forzosamente en
torno a la Constitución y otras leyes de menor rango.
Con seguridad abundan los profesores que, gracias a una
fértil imaginación y a un gran esfuerzo personal, consiguen
hacer otra cosa de sus clases, pero éstos serán los héroes y
- 197 -
pensarse en reducir o elevar a los actuales profesores de Con
vivencia a la categoría de coordinadores y animadores de una
serie de actividades encaminadas a introducir a los alumnos
en estos temas --así como en otros cuya omisi6n se ha señala-
do antes e incluso en otros que pudieran considerarse oportu-
nos--, y encargarles muy particularmente de traer a la escue-
la a los protagonistas de a pie --no hace falta en modo algu-
no que sean grande figuras-- de todas estas formas de vida
social. El cualquier lugar del país pueden encontrarse aso -
oiaciones de vecinos, entidades culturales, sindicatos, org~
- 198 -
soluto. Creemos que 10 que los jóvenes aprenden en la escue-"
la no depende fundamentalmente de 10 que digan o dejen de de-
cir los enseñantes o los libros de texto, sino sobre todo y
en primer lugar de la experiencia de la escolaridad. No del
contenido, sino de la forma. No del mensaje, sino del medio.
No, en fin, de los programas escolares sino de las condicio -
nes y relaciones sociales en cuyo marco se desarrollan. Los
educadores no solemos ver esto, porque nuestro instrumentó
aparente de trabajo es la palabra y confiamos infinitamente
en&la. Hemos visto cambiar muchas veces los libros de texto
y los programas y hemos comprobado la multiplicidad de disCu!
sos, y creemos por ello que todo cambio debe venir principal-
mente por ahí. Otras cosas tanto o más importantes de la es-
cuela, como que los profesores manden y los alumnos obedezca~
- 199 -
mos discutir es simplemente qué tipo de ciudadanos y para ~ué
- 200 -
de las necesarias para reponer el valor de su fuerza de trab!
jo y el de los medios y materiales empleados--. Este todo
formado por una circulaci6n "democrática" y una producci6n
"totalitaria,!· es el capitalismo. Si la fuerza de trabajo no
se intercambiara "libremente" por su equivalente en valor. 'l1!
taríamos ante alguna nueva versi6n del feudalismo o la escla-
vitud; si, alternativamente, no se viera sometida al poder
del capital en la producci6n, nos acercaríamos tal vez a un
socialismo autogestionario.
Una dualidad semejante encontramos entre la esfera de la
economía y la esfera del Estado. Considerada globalmente, la
esfera de la economía está dominada por la producci6n, que es
tanto como decir por los derechos de la propiedad. No ocurre
lo mismo con la esfera del Estado, que en todos los países
occidentales en alguna medida y en las democracias represent!
tivas en particular, está organizada en torno a los derechos
de la persona. Esta caracterizaci6n del Estado no concierne
sólo a los derechos civiles y politicos o al ejercicio del s~
- 201 -
tributivos y que no llega a interferir en el marco sacrosanto
de la producci6n. (Para un tratamiento más detallado de esta
temática v~ase Fernández Enguita, 1985d; Bowles y Gintis,
1983).
La misma dualidad, en fin, podemos hallar en el interior
mismo del Estado. En diversas formas, el Estado es a la vez
libertad y coerci6n, si bien no precisamente en los términos
que gustan a sus apologistas. Los ciudadanos ejercen su dere
cho al voto, pero se privan a cambio de un ejercicio de la a~
- 202 -
ra vivimos. Va de suyo ta~bién que los distintos regímenes
representativos son democráticos o autárquicos en grados muy
diversos, pero aquí sólo nos interesan sus rasgos más genera-
les.
En estos términos de generalidad, podemos afirmar que ~
- 20; -
los trabajadores ante el ca.pi tal (o de las mujeres, o de las
razas oprimidas) se expresan en la forma de defensa de los de-
rechos de la persona frente a los derechos de la propiedad (o
los del patriarca, o los de la raza dominante).
Las contradicciones de la escuela se explican también en
este terreno. Está situada dentro de la esfera. del Estado -d~
- 204 -
•
uEducación para la Convivencia"; tercero, los distintos modoa
de organización de las otras asignaturas del plan de estudios;
cuarto, en fin, la combinación entre la lla~ada "gestión demo-
crática" de los centros y la gestión de las rutinas escolares
cotidianas. El primer punto se basa simplemente en considera-
ciones generales de la escuela. Los otros tres encuentran ta~
- 205 -
chos v someterse a una autoridad a~ena. Empieza as! lo que,
tal vez con poca fortuna, pOdríamos llamar el aprendizaje del
desdoblamiento. Pero esta dualidad, que DO es sino el resulta
do de la doble función distributiva y productiva de la escuela
(distribu!r a los iñdtv.tduos, co legiti~idad, a través de la
pirámide del empleo y producir los individuos adecuados para
lo.s distintos empleos). vamos a pasarla por al to para centrar-
nos en la vida interna de las escuelas.
Es de toda evidencia que nuestras escuelas son hoy más d~
- 206 -
de manera que una metodología inadecuada puede hacer inaccesi-
bles los objetivos". "Las situaciones de enseñanza" que se re
comiendan desbordan el ámbito del aula. extendiéndose al "ambi
to escolar" y. más aún, al "ambi to social". Entre las "acti vi
dades y experiencias de aprendizaje" se recomiendan los grupos
pequeños, menores que el conjunto de la clase: los "estudios
de situaciones que requieren una rápida toma de postura". las
"discusiones orientadas", "encuestas" y "sondeos" realizados
por el propio grupo, "estudios de casos preferiblemente elegi-
dos por los propios alumnos", "grupos con proyecto de trabajo
formados por alumnos especialmente motivados que no necesiten
la asistencia del profesor". "exposiciones orales". "entrevis-
tas públicas", "foros", "mesas redondas", "dramatizaciones" ,
etc.
En general, las orientaciones posteriores del ~inisterio
- 207 -
todo caso, la imagen que ofrecen las clases de esta asigna-
tura es muy diferente de las demás: mayor libertad, más diálo-
go, mayor participación, más opcionalidad, etc. Si encontra -
mos una clase de Convivencia que no se diferencia -o lo hace
poco- de cualquier otra de matemáticas o historia, podemos di~
- 208 -
be, no hay ~ás que indios o, lo que es lo mismo, Spanish.)
( ••• ) Cada grupo de esta asignatura debería ser un corte tran~
- 209 -
económicas de nuestra sociedad libre"). Pero Conant quería
más. En todas las demás recomendaciones, cuando tratan de las
asignaturas, se dice simpleménte lo que los alumnos tienen que
aprender. No hay "debates", ni "comprensión 'mutua", ni "inte-
rés comunitario", ni "práctica El pequeña escala del gobierno
representativo": las autoridades y el profesor mandan, y los a
lumnos obedecen. En las demás asignaturas no hay "temas actua
les" ni "cuestiones polémicas", sino programas preestablecidos
y tan áridos y academicistas come de oostumbre.
Conant quería aún más. En las escuelas secundarias de
los Estados Unidos existe un sistema de canales (tracks) dife-
rentes en los que los alumnos se preparan para acceder a la
universidad (collese preparatory) o para incorporarse pronto a
trabajos manuales y subordinados (vocational), o bien se man -
tiene todavía indeciso BU futuro (general). Estos canales
ofrecen progra~as distintos a públicos distintos. Además,exi~
- 210 -
pa meridional, los de Europa central, etc., en general los hi-
jos de los trabajadores, que con frecuencia son ta~bién more -
nos y cat61icos. Así se constituyen en l~ escuelas subgrupos
cortados entre sí por siferencias de clase y etnia que tienden
a coincidir con las divisiones dentro de la institución esco~
- 211 -
tes de guardar -que es 10 que representan las clases de Convi-
vencia frente al resto-o Se aprende, sobre todo, que las prác-
ticas democráticas no tienen cabida en las asignaturas impar -
tan tes, aquellas que cuentan realmente en el expediente. aque-
llas que preparan para un futuro empleo o que contienen los
"conocimientos relevantes". aquellas, en definitiva, que se r~
- 212 -
ciencias experimentales (biología, física, química) y las mat~
- 213 -
timonio de unos alumnos:
- 214 -
R.- Pues "Físioa y Químioa" y "Naturales". Ahora
"Naturales" no está mal, porque hacemos trabajos en
grupo; ahora estamos con los minerales, pero es que
al prinoipio era un rollazo. Era lo de "Qulmica" •••
! joder! , no te enterabas de nada. A mí es que eso
se me da muy mal, pues me dormía en las clases.
- 215 -
pación de los alumnos en la llamada gestión democrática de los
centros y su ausencia de derechos en lo.·;que concierne a la ge!!.
tión cotidiana de las actividades en las aulas. La Ley Orgáni
ca del Derecho a la Educación, que en este terreno, y dentro
del mundo occidental, es notablemente democrática, prevé dos
tipos de órganos colegiados de gobierno en los centros públi -
cos: el consejo escolar y el claustro. Los alumnos participan
en el primero, pero no en el segundo, que está reservado a los
profesores. Las competencias respecto de la enseñanza del con
sejo se fijan en tres apartados del artículo 40: nf) Aprobar y
evaluar la programación general del centro que con carácter
anual elabore el equipo directivo. g) Elaborar las directri -
ces para la programación y desarrollo de las actividades esco-
lares complementarias, visitas y viajes, comedores y colonias
de verano. (, •• ) 1) Suf¡ervisar la actividad general del cen,-
tro en los aspectos administrativos y docentes." Las del ~
- 216 -
zan los aspectos académicos propiamente dichos; las del claus-
tro, en cambio, son mucho más precisas y ejecutivas.
Pero hay más. "Los profesores, dentro del respeto a la
Constitución y a las Leyes, tienen garantizada la libertad de
cátedra" (art.3). Esta libertad docente, por más que expurgue
mos los artículos 6 y 7~ relativos a los derechos de los alum-
nos, no tiene contrapartida en ninguna libertad discente. Por
otra parte"parece innecesario recordar que los programas edu-
cativos son fijados por las autoridades gubernamentales -cen~
- 217 -
saber acad6mico y su evaluación, o bien son de índole casi en-
teramente formal y muy poco operativas. El mensaje vuelve a
ser el mismo: pOdeis ejercer v~estros derechos, se les dice im
plícita y explícitamente a los alumnos, pero fuera de lo que
se refiere a la función de producción de la escuela. Al fin
y al cabo, se pOdría añadir, ¿no es tambi6n esa la situación
de-vuestros padres cuando entran en el proceso laboral? En lo
que los alumnos pueden incidir es en las funciones de la escue
la que no conciernen a su papel productivo, selectivo, certifi
cativo y asignativo. Esto es, en sus funciones de aparcamien-
to de niños y jóvenes y en los aspectos marginales derivados
de su organización compleja.
Hay un fenómeno muy com~n, y para muchos sorprendente, en
estos años. En el período anterior, bajo la dictadura y en la
transición, los estudiantes lucharon junto a la mayoría de los
profesores y un sector de los padres por lograr el control y
la gestión democráticos de los centros de enseñanza. Hoy,cuaE
do los profesores ya tienen asegurada una participación -mejor
o peor- y abundan directares y equipos de dirección voluntari~
- 218 -
ses, se van a ver poco o nada afectadas por lo que allí se de-
cida?
Los centros en el punto de mira de esta investigaci6n no
eran una excepción a esta regla, salvo el que hemos denominado
"Jesús del Pino", donde los delegados eran muy activos, consti
tuían un elemento de dinamizaci6n del conjunto de los estudia~
nas participaban.
Esta pasividad y renuencia a la participación es claramen
te percibida por los profesores, pero no por ello se detienen
demasiado a analizar sus causas. Véanse tres ejemplos de tres
centros distintos:
- 219 -
seis alumnos, y no es que suelan llevar muohas pro -
puestas. 11ás bien, ellos, a la nora de pronunciarse
se pronuncian, pero sobre el orden del día establee!
do, no es que ellos traigan aportaciones. Y el otro
6rgano es el Consejo de Delegados, y ah!, pues los
problemas más cotidianos: que quieren organizar la
fiesta de fin de Navidad, o el uso de la sala de
ping-pong. O bien a veoes se les convoca pues para
oonsultar1es algún tema, a ver cómo se puede resol -
ver, pero no hay otros planteamientos. Normalmente,
los planteamientos más a medio o largo plazo, de de-
cir: "pues pOdíamos hacer eso, ¿por qué no os pen -
sais este p1antea~iento?". eso, normalmente, ha ven!
do de nosotros.
- 220 -
de participación se contemplan?
- 221 -
P.- ¿Qué plantean los alumnos en estos 6rganos?
- 222 -
cos alumnos. Entonces, la experiencia es un poco ne
gativa ah!; negativa, porque les cuesta participar,
no están habituados a entrar en este tipo de diná~i
- 22' -
tor, Ap. 11, 3, 721-723.)
- 224 -
a la planificación, todavía, porque a veces, ya sa-
bes, que a veces ~ay cosas que no ••• pero vienen
luego y dicen lo que no están de acuerdo, y esto es
co~tinuo. ( ••• ) Hay que dirigirles un poco, que no
es saltarse todo sino, si hay un problema, con
quien tienen que hablarlo primero es con la profes~
- 225 -
una tómbola que hacemos una vez al. año ( ••• ). To-
das pasaron por las clases diciendo que quien qui -
siera traer una tortilla la trajera, y se lo han p!
sado muy bien. (Directora, Ap. II, 3, 952-953.)
- 226 -
ra funciones de control de sus compañeros, al menos para dar
cuenta de las ausencias. En estas circunstancias, Ber delega-
do ¿es defender los intereses de los compañeros o pasarse del
lado --y del peor lado-- de los profesores? Esta función la de
sempeñan los delegados en casi todos los colegios. ¿No es co-
mo para pensárselo dos veces antes de aceptar el cargo? CuaI
tá. aunque el director nos hable de "claustros". se trata en
realidad de los "claustros mixtos", es decir, de claustros que
se hacen de vez en cuando con les alumnos y que, en realidad ,
no desempeñan el papel de tales. quedando sin duda las cuestio
nes más relevantes para los claustros ordinarios, sin alumnos.
Las restantes declaraciones también muestran que. en los órga-
nos en que están presentes los alumnos, se tratan sie~preo"
- 227 -
Proí': nVa~os a poner en común los dos últimos temas:
buscar los temas de participación estudiantil en el
estudio de centros y participación ciudadana en la
Contitucióo".
( ...... )
Le pide a una chica que ponga el título en la piza -
rra.
la."
2. Respetando el estatuto.
3. Respetando el reglamento de régi,en interior.
4. Respetando el proyecto educativo del centro.
5. Respetando las normas de convivencia del centro
(as! se llama aquí a un documento que hace las veces
- 228 -
de reglamento de régimen interno).
6. Respetando a los profesores y a las demás perso
nas que trabajan en el centro (nótese: que trabajan).
7. Asumiendo las funciones que designen.
8. Haoerse cargo ael parte de clases respondiendo
de él ante el tutor.
9. Respetando a su ourso en la sesión de evalua -
ci6n.
10. Asumiendo las funciones que le. sean asignadas
en los órganos colegiados del centro.
- 229 -
que sus miembros, o los ae cualquier institución aemocrática,
tienen deberes en la medida en que tienen derechos. Como ex -
plican hasta la saciedad las teorías del contrato social, los
individuos tienen que respetar las normas de la comunidad en
que viven no porque éstas sean "buenas" o "justas". sino por
que han sido establecidas colectivamente por ellos mismos. Na
turalmente, el contrato social no es un momento hist6rico ini~
cial, aunque a veces se haya jugado con esa ficción, sino una
relación permanente, un acuerdo en constante reafirmación o r~
- 2:;0 -
metimiento al control. Véase el testimonio de dos profesores,
ingenuo el primero y crítico el segundo:
- 231 -
' ..
- 232 -
ces a acá, las mujeres, la gente de color y los no propieta
rios --o sea, los trabajadores--, han conseguido más o menos
su reconocimiento como sujetos de plenos derechos, pero no es
así los jóvenes. Estos son todavía vistos como gente que está
aprendiendo y que, por consiguiente, no puede elegir (Bowles
y Gintis, 1985), porque no sabe. De esta manera, aunque la es-
cuela ofrece ciertos marcos nada desdeñables de participación,
ésta está fuertemente limitada:.primero, porque, como ya hemos
visto, no afecta apenas a las cuestiones más relevantes; segu~
- 233 -
cia a medias y que las escuelas estilo Dómine CabTa de hace
veinte o treinta ~~os ~o eran muy eficaces en s~s propósitos
de socialización. Pero, como las libertades democráticas bajo
el capitalismo, la combinación de formas democráticas y totali
tarias en la escuela constituye una contradicción que encierra
en sí un potencial explosivo. 10s alumnos pueden preguntarse,
en· base a su propia experiencia positiva, por qu~ las asigpat2
Tas no se organizan según el modelo más democrático o por que•
laa competencias de los órganos colegiados en los que partici-
pan no alcanzan a los aspectos más importantes y cotidianos de
la escuela. Esas experiencias parciales de libertad son una
base material para su reivindicación en otros terrenos, igual
que la experiencia relativa de libertad e igualdad en la escue
la es ya hoy, sin duda, una fuente de descontento y, por tant~
- 234 -
escuelas. La existencia de esas parcelas de libertad en la es-
cuela introduce un cambio importante en la persecuci6n de este
prop6sito: ya no nace simplemente de una idea, sino de la base
más real y positiva de una experiencia.
- 235 -
n
.
,...,
, ,
I\
r, I
I I
r
I\
,....,
r \
I '
....,
)i
,....,
Ii
,....,
, '
i¡
n
r
!, 1
I
,.....
Ii
I:
,...,
,
I"
,...
I:
n
,
r
I'
,..,
)I
'.>
rI 1
, '
Cuando comenzó el trabajo de campo de esta investiga -
ción, en el tercer trimestre del curso académico 1.983-
1.984, tecnología y actividades artísticas constituían con-
juntamente un solo área y la idea fundamental era que los
alumnos pudieran rotar por distintos tipos de talleres para
descubrir o confirmar así su "vocación" y orientarse defini
tivamente hacia una especialidad u otra --o hacia ninguna--
en el segundo ciclo secundario. Cuando el trabajo de campo
terminaba, en el primer trimestre de 1.984-1.985 y el pri -
mer mes de 1.985, algunos centros habían asumido ya plena -
mente las nuevas orientaciones del equipo de coordinación
de la reforma y el Pdnisterio, pasando decididamente al aná
lisis de objetos y el método de proyectos, y otros lo iban
haciendo más o menos tímidamente, aunque en todos existían
formalmente un área tecnológica que se concretaba en conte-
nidos y métodos pedagógicos diversos y, separada de ella,
un área artística. No obstante, los alumnos que habían se-
guido el primer curso del Ciclo Polivalente en el año acadé
mico de 1.983-1.984 y habían promocionado a segundo para el
1.984-1.985, fueron mantenidos en la mayor parte de los ca-
sos en un sistema de rotación de talleres, afectando la nu~
- 2:57 -
parte, el entra~ado institucional propuesto previamente por
el ministerio del ramo ucedista. Un poco antes habíamos e!
crito sobre esta primera propuesta:
El Primer Ciclo, al que debería acceder la gran
mayoría de los estudiantes, serviría para evitar
ese molesto 31,99 % de exc1uídos al final de la
E.G.B. La división se daría ahora a 10 largo de
este ciclo medio inicial, pero ya no tendría la
forma de selección, sino de "orientaci6n". No ha
ce falta ser ningún sabueso para detectar el olor
a formaci6n profesional que tiene el área de "tec
nología y artes". La posibilidad de ofrecer "cu.!!:
dros de enseñanza variados" existiría tanto para
los centros públicos como para los privados,y tam
poco hay que ser un lince para prever que los dis
tintos currículos, preferentemente orientados ha-
cia el bachillerato y la universidad o hacia la
formaci6n profesional, se distribuirían por sí s2
los entre los colegios de acuerdo con la ecología
de las clases socialesj es decir, que en las zo -
nas obreras o populares predominaría la oferta de
un currículo sesgado hacia la formaci6n profesio-
nal y en las otras uno orientado hacia los estu -
dios superiores. ( ••• )
- 238 -
vería más uniformemente repartido y resultaría me
< -
- 240 -
La experiencia del primer año, efectivamente, vino a dar
nos por completo la razón. As!, en los centros de formación
profesional adheridos a la experimentación de la reforma,los
alumnos rotaban por triadas de talleres como Madera-Artes
Gráficas-Electricidad y Electrónica, Mecánica-Delineación-
Electricidad y Electrónica, Metal-Automoci6n-Químicas, Deli-
neación-Administrativa-Electrónica, etc., mientras los insti
tutos de :bachillerato ponían invariablemente en marcha la in
formática, dibujo más artístico Que industrial y materias in
formales como horticultura, cerámica, astronomía o expresión
corporal. Un colegio "chic" ofrecería informática, astrono-
mía y dibujo.
Las razones más aparentes de estas divergencias fueron
la inercia, la disparidad de las instalaciones con que cont~
- 241 -
ner de algún ordenador. FUera de esto, que no era mucho, lo
que quedaba más a su alcance era organizar actividades sus-
ceptibles de ser llevadas adelante con poca infraestructura
material y con un equipo barato, tales como fotografía, ex -
presión corporal, horticultura, etc.
La rigidez de las plantillas también planteaba dificul-
tades similares y apuntaba hacia el mismo tipo de solucione~
- 242 -
otro; e~ los institutos de bachillerato, por otra parte, la
elecci6n de los nuevos talleres dependería en gran medida de
las aficiones particulares y personales de los profesores,es
decir, de si éste se dedicaba a la fotografía o aquél a la
expresión corporal.
Por último, las direcciones y los equipos de profesores
de los centros tenían ideas distintas de lo que pudiera ser
la tecnología según su propia experiencia profesional, de ma
nera que en los Centros de formación profesional ésta se en-
tendía más como el aprendizaje de procesos industriales,mie~
- 243 -
De haber sido éstas las ánicas razones, no obstante, la
soluci6n no habría sido difícil. El ministerio hubiera podi
do equilibrar las instalaciones y facilitar la movilidad de
los profesores entre los centros, y las viejas costumbres P2
drían te6ricamente haberse modifioado con el tiempo. Pero no
creemos que fueran las razones ~nicas, menos aún las más im-
portantes, ni que las diferencias hubieran podido solucionar
se de forma espontánea con s6lo eliminar rigideces. Detrás
de 108 factores aparentes y circunstanciales como las desi -
gualdades de plantillas, equipamiento y tradiciones estaba ,
está y seguirá estando algo más profundo: lo que en la larga
oita anterior, que en su momento fue premonitoria --gracias
a la experiencia de otros pa!ses--, denominábamos vagamente
como la "ecología de las clases sociales".
Efectiva~ente. las clases y los grupos sociales se dis-
tribuyen de manera desigual por el territorio rural y urbano
de un país, y esto, dada una estructura ourrioular flexible
en la que el pOder de decisi6n recaiga en los colegios mis -
mos, tiende a produoir diferenoias sistemáticas. Hay ba -
rrios de olase obrera tradicional en~Jlos que se oonoentran
trabajadores manuales de la industria, en llgunos casos por-
que han sido creados al efeoto y en otros porque los precios
de la vivienda corresponden a sus posibilidades econ6micas y
/0 porque se encuent~an pr6ximos a zonas industriales; hay
otros en los que se acumulan los empleados y trabajadores
- 244 -
del sector terciario; hay zonas residenciales monopolizadas
por la clase media y alta, los profesionales, los cuadros i~
- 245 -
nual, como AutomocIón, Construcciones Metálleas, etc. Los
isstitut08 de bachillerato. teóricamente iguales. se distin-
guen a primera vista unos de otros por las actividades ex -
traacad~micas que ofrecen a sus alumnos, que pueden ir desde
ninguna hasta cursos y cursillos de todo tipo, y esto es mu-
cho más cierto aún para los colegios privados que imparten
él bachillerato.
Estas diferencias acosociales se traducen, en primer l~
- 246 -
equipos de dirección, fuera 'ésta expresa o subrepticia.
Los profesores, por otra parte, tampoco son iguales en-
tre si. En un sistema de selección y promoción burocrático-
competitivo e inspirado fundamentalmeute en criterios acadé-
micos tradicionales, el profesorado tiende a dividirse en
dos o tres grandes grupos. En primer lugar, el más numeroso
es el de los que ven BU vida profesional como una carrera
que empieza, sea en centros públicos o en centros privados •
en zonas rurales o barrios periféricos de población humilde
para terminar en algÚn prestigioso colegio o instituto del
centro de "la capital" (la del Estado o la de la provincia
de referencia. tanto da). Después está el de los profesore~
- 24 7 -
aunque debe ser considerada sólo co~o un fenómeno tendencia~
- 248 -
ocupación y lo hacen normalmente como un medio de promoción,
lo que tiene como consecuencia que pese menos en sus cálcu -
los la proximidad a un puesto de trabajo que aspirarían a a-
bandonar pronto por otro mejor; finalmente. encarnan modos
de vida más individualistas y se sienten menos vinculados a
eu comunidad inmediata. manteniendo menoe lazos familiares y
- 249 -
forzadas y un nuevo »achillerato con un apéndice de activida
des prácticas.
Por otra parte, la conformaci6n del área de tecnología
sobre el modelo de taller en la antigua toraaci6n protesio -
nal habría alejado la práctica de los colegios tanto de los
fines declarados de la reforma como, en general, de una ade-
cuada comprensi6n pedagógica de su finalidad. Los talleres
propiamente diohos que hemos visitado al observar el Ciclo
POlivalente, como los de Formaci6n Profesional de primer gr!
do tradioional, tenían más de socialización para el trabajo
que de instrucción y adquisici6n de destrezas. La prtmera
cosa que oímos al pisar al pisar por primera vez un taller
fueron las habituales indicaciones a los alumnos sobre la i~
- 250 -
dad. Deben seguir sus indicaciones para evitar
accidentes. Es preferible que se rompa la pieza o
la herramienta a que ellos se accidenten.
- 251 -
ci6n del trabajo en el taller: a diferencia de una clase de
una materia académica, donde el material del centro se redu-
ce a los pupitres y poco más y el resto es aportado por los
alumnos, 'que ya se ocuparán de cuidarlo por la cuenta que
les trae, en el taller se emplea un material más variado y
- 252 -
formaci6n "integral", o simplemente "tecno16gica", el valor
de la tarea ee pr!cticamente nulo, como no sea el aprendiza-
je del sacrificio. Pero es que de eso se trata precisamente:
el joven aprende que tendrá que someterse a rutinas de traba
jo que no despiertan su interés, pero realizándolas como si
en verdad lo hicieran. Tiene que aprender a "hacer las co -
sas bien", no importa cuáles sean éstas. y a trabajar con re
gularidad.
Este aprendizaje es también el del paso del sometimien-
to de la mente --que es el propio de las asignaturas académi
cae tradicionales-- al sometimiento del cuerpo. El alumno
realiza incansablemente una tarea que mantiene en una ten -
si6n unidireccional sus energ!as, y el profesor se pasea en-
tre los bancos corrigiendo las posturas, indicando que hay
una forma de trabajar que es la adecuada y s610 una.
La organización de tareas rutinarias y sin finalidad, o
sin otra finalidad que ellas mismas, que ya domina el talle~
- 253 -
este otro fragmento, tomado de un taller de madera:
El profesor ha repartido unas fotocopias sobre los
martillos. ( ••• ) Reparte nuevas fotocopias sobre
las tenazas. ( ••• )
- 254 -
siete siguen con el trabajo. Algunos salen. Les
grita que. que mande recoger, no quiere decir que
se vayan. Los cuenta (para ver si ha escapado al-
guno). Insiste en que comprueben los bancos, que
queden limpios y ordenados.( ••• ) (Ap. I, 1, 90.)
- 255 -
y la tena~a, en el anterior de mecánica los alumnos tenían
- 256 -
ta --éstos eran alumnos de una ciudad satélite de Madrid-- ,
y la astronomía no es precisamente la rama de la ciencia que
más se aplica a la producci6n. Sabemos de otros institutoB
que llegaron a arreglos diversos con centros de formaci6n
profesional vecinos para que los alumnos entraran en contac-
to con algo más parecido a las técnicas de producci6n·... reales.
pero no por ello debe ocultársenos que el caso presentado p~
- 257 -
de proyectos. Sin embargo, hay tres comentarios que quere -
mos todavía bacer a la nueva orientación. Deben tomarse tan
sólo como unas refle~iones sueltas a hilo de las primeras im
presiones, puesto que ni hemos seguido a fondo el proceso
del área tecnológica durante el segundo> curso de experiment,!
ción ni nos parece que haya llegado todavía el momento en
que puedan sacarse conclusiones.
El primero concierne a la homogeneización radical de la
enseñanza tecnológica producida en la mayoría de los centros
por el paso al análisis de objetos y el m~todo de proyectos.
En el primer año de experimentación, la diversidad de tecno-
- 258 -
pila, el grifo, la polea, etc. Sin embargo, son ya numero,-
sos los profesores capaces de seleccionar y analizar por sí
mismos objetos o de idear y poner en marcha proyectos. Cuan
do esta capacidad se generalice y el conjunto de los profeso
res ya esté lo bastante familiarizado con ios nuevos métodos
como para no necesitar tirar de ~emplos ya aprendidos, puede
que volvamos a encontrarnos con que surja una diversidad ma-
yor de la deseada entre los centros. Puede~que unos monten
cadenas de alta fidelidad mientras otros hacen lo propio de
un compresor.
Xl segundo se refiere en particular al análisis de obj~
- 259 -
rá una curiosa contradicci6n: se establece un curso de tipo
polivalente y se termina por excluír de él a loe que han
"fracasado" en una enseñanza unilateEalmente académica. Fu~
- 260 -
can la densidad de los líquidos o la ionizaci6n es, en buena
medida, conducir a los jóvenes a engaño. La tecnología no
tiene sus raíces en la ciencia, sino en la producción mate -
rial; y las pilaB y los flotadores no son diseñados pensando
en sus bases c~entíficas. sino en su venta masiva como mer -
cancías. Entre todos los centros de enseñanza visitados so-
lamente encontramos un caso en el que el profesor del área
tecnológica (v4ase Ap.I. 2, 347-348 y 352-353) se acordase
de explicar que 10 que estaban viendo no eran sólo objetos
tecnológicos más o menos simples o sofisticados, sino tat -
bi'n y sobre todo productos sociales, mercancías que inclu -
yen una porci6n de beneficios empresariales. As!, por ejem-
plo, pOdía explicarles que se diseñan piezas de manera tal
que no puedan ser sustituídas sino por conjuntos enteros, o
que generalmente se prefieren las innovaciones que abaratan
los costes de mano de obra a las que mejoran la seguridad o
la calidad de los productos, y lo hacía con ejemplos. De m~
- 261 -
br!an echado abajo grandes ne!oelos; o que la conveniencia
patronal de doblegar a los sectores de trabajadores altamen-
te cualificados y escasos o sustitu!rlos por otros menos cu~
y as! sucesivamente.
Adem4s. tal y como lo hemos expuesto en otros lugares
(FemAnde. Enguita. 1984, 1985b, 1985c), creemos que sería
un paso adelante de la reforma en direcci6n a una formación
integral de los j6venes el conducirles a pasar por experien-
cias de trabajo real. incluIdas experiencias cortas a la al-
tura del Ciclo Polivalente.
- 262 -
.·>·,,,~.,..,,,,~~~!nU Ji ilQQ1. i!!11SiJ,Ú.(. .X&4!éJ.;!,ll',!1!II'l@. Wqc¡Ml"'.~... "i"""l\!"'~~'h""~
n I
n
¡
"i I
,.-,
n
, ,
íl
, .,
l' ,
,
r
,I I,
n
n
, 1
I ,
~
, I
I
.' !
,
1"""'
Ii !
r
i I
I ,
r
[
...,
I I
...,
II I
,..,
r
I ,
I ,
r
I
I
I n
1,
In,
No hace muchos años, la educación escolar tenía por fin
declarado, junto a la transmisión de conocimientos, la forma-
ción de la conducta y el carácter. En nuestros días, proba -
blemente como reacción frente a lo que tantas veces se ha lla
mado "escuela-cuartel" o "e.scuela-prisión u, evidencia de una
enseñanza represiva, la escuela se repliega oficialmente a
sus funciones meramente cognitivas, sean éstas la transmisión
de conocimientos o la preparación de los alumnos para su ad -
quisición activa. Sin embargo, y aunque no lo digan, la so -
ciedad y las familias siguen esperando de la escuela que jue-
gue un importante papel en la formación de la conducta. De
otro modo no pOdría entenderse el que con tanta frecuencia.se
dirijan contra ella acusaciones sobre delincuencia, drogas ,
relaciones sexuales, etc. Aunque se cometen muchos más deli-
tos contra la propiedad y las personas en las vías urbanas,
se consume más droga en los parque públicos y se registran
más abusos sexuales en los ferrocarriles suburbanos o los pa-
sos subterráneos, a nadie se le ocurriría culpar a estos equí
pamientos ni a las instituciones encargadas de crearlos y man
tenerlos por lo que ocurre en ellos, ya que nadie los conside
ra responsables al efecto; simplemente, se suele pedir, en un
alarde de imaginaci6n, más policía. Sin embargo, cuando se
trata de la escuela, no se pide más policía, sino que se res-
ponsabiliza al profesoradO o a las autoridades educativas.
Los profesores y las autoridades de los centros, de he -
- 264 -
cho, parecen compartir esta visión. Consideran que sus fun "'-
ciones van mucho más allá de la simple enseñanza y se sitúan
de muy buen grado in loco parentis. Cuando se les pide que
expresen su imagen de lo que es o debe ser un buen alumno, s~
- 265 -
R.- Yo creo que responsabilidad es el prime~o. au~
- 266 -
relaci6n instructiva contiene un importante elemento indisol~
- 267 -
'.
alumnos, las sanciones. las expulsiones, etc.-- no versan so-
bre la relaci6n pedag6gica, el contenido de la enseñanza ni
la evaluac16n, sino todavía sobre cuestiones de conducta. Las
grandes crisis o los despliegues máximos de energía institu -
cional se producen porque los alumnos escapan del colegio sal
tando la tapia (Ap. 11, l. 68), porque faltan a clase (Ap. I~
fía (Ap. 11,,2, 551), porque responden sin respeto a los pro-
fesores (Ap. 11. 2. 553) y así sucesivamente.
Los aspectos más escabrosos, como consumo de drogas, hu~
- 268 -
R.- Yo creo que, realmente, según lo que se dice
por ahí de los centros de enseñanza, hay muoho me -
nos que en general, y no es meter la cabeza bajo el
ala. Creo que hay algo de porro •••• creo que sí,
pero no, como viene la derecha diciendo, que aquí
es que se inyectan y que hay jeringuillas por todos
lados.
( ..... )
(Diez minutos más tarde:)
- 269-
supuesto. se han tomado aociones contra eso.
R.- No, no. Una cosa outiosa: yo. cuando miro flEl
País" en cosas de delincuencia, sobre todo cuando
son muy juveniles, me pregunto si será alg~n alumno
del centro, y no. (Director, Ap. 11. l. 75.)
- 270 -
fe de Estudios, Ap. 11, 1, 98-99.)
- 271 -
el día que entramos ya pudimos presenciar las quejas de un a-
lumno al que le habían robado los libros; a los pocos días de
las entrevistas aquí utilizadas nos relat6 un profesor del
centro --en absoluto sospechoso de querer presentar una ima -
gen negra de él, y sin la grabadora delante-- c6mo reciente -
mente había sido asaltado por unos j6venes para encontrarse
con que el que le ponía una navaja en el pecho era un ex alum
no suyo --que, por cierto, le perdon6 la vida y la bolaa, lo
cual podría ser un punto a favor del centro--; durante el pe-
ríodo de observaci6n, en fin, no dejamos de presenciar casos
--o sus efectos-- de alumnos que fumaban hachís o aspiraban
vapores de pegamento.
En otro centro. esta vez de dimensiones reducidas --y,di_
- 272 -
claramente • Respecto a las drogas, yo creo que es-
te año no tenemos mayores problemas.
- 273 -
resulta más común es la pura y simple indisciplina, y también
preocupa más a los profesores. El tradicional y proverbial
respeto a los profesores ya no es algo garantizado, sino que
se encuentra en la cuerda floja. La vida cotidiana en las au
las discurre salpicada por pequeños incidentes que son la ma-
teria común de las sanciones. Claro que los criterios son
muy variables, pues mientras en un centro la plantilla ve un
grave problema en que un alumno le diga a un profesor: "Tú
tienes mucho morro" (Ap. 11, 2, 553), en otro es el profesor
quien se lo dice con la mayor tranquilidad a los alumnos, si
bien nunca se admite la reciprocidad:
- 274 -
Los alumnos patinan, y son advertidos de ello, al orien-
tar su actitud de acuerdo con un criterio de reciprocidad que
los profesores no están dispuestos a admitir; los profesores
lanzan puentes de confianza e informalidad que luego tienen
que recoger aprisa y corriendo para que su autoridad no se
venga abajo. No obstante, existe un terreno de encuentro en-
tre ambos: las pequeñas faltas no trascenderán del ámbito del
grupo de clase y su relaci6n bilateral con el profesor. Así
como los pOlicías se reparten los papeles de "bueno" y "malo"
en los interrogatorios, los profesores de a pie juegan el pa-
pel de personas comprensivas y tolerantes mientras a los je -
fes de estudios y directores les cae encima el papel de fldu -
ros", de representantes intransigentes de la autoridad y las
reglas. Por eso, cuando un profesor saca un problema del ám-
bito de la clase para llevarlo a una autoridad individual o
colegiada superior, los alumnos 10 ven como una transgresi6n
del juego limpio, es decir, de un acuerdo tácito nunca expli-
citado pero siempre presente.
- 275 -
R.- Hubo un día un problema, a segunda hora, que
fue un poco grave y, en vez de ir a decirlo al jefe
de estudios, al director y todos esos, se procuró
quedar entre nosotros hasta arreglarlo. Si hubiese
sido la de Sociales, en ese momento se va al jefe
de estudios. Entonces, la tutora (la profesora con
la que tuvo lugar el incidente) dijo que no cogia
al culpable, pero de la clase no sale. CAp. 11, 1,
296. )
( .............. )
R.- Lo que pasó también es que estábamos aquí en .,.
- 276 -
tre clase y clase, estaba la puerta cerrada y pas6
una chica... ! joder, una rubia que no·veas ••• uf! ,
y aquí tO!lo el 1I1lndo~ '.'!Aaaaahhh! !Aaaahhh! 11 y •••
claro, aquí hay cuatro pibas y cientos de pibes y,
! no veas!, pasa la pi ba y ti! Aaaahhh! ", y en ese mo-
mento vino la señorita y, !yo qué sé!. yo me pongQ
a pensar y lo comprendo o intento comprenderlo. pe-
ro que ella 11eg6: "!Muy bien. al jefe de estudios!".
y el jefe de estudios viene a clase y ya empiezan
los problemas. y ya teníamos problemas ••• pues si.
encima, nos viene otro problema •••
- 277 -
R.- Es la que más tiene.
Todo esto no quiere decir que los alumnos hagan del tema
del control sobre su conducta una bandera frente a la escuel~
- 278 -
P.- ¿Cómo es su comportamiento (el de los a1umno~
- 279 -
de los cauces formales de la instituci6n. Pero los alumnos
lo saben, y prefieren --si se nos permite tomar prestada la
jerga gramsciana-- una guerra de maniobras en la que resulta
difícil cazarlos a una guerr.a de posiciones en la que los a-
vances nunca llegan o son constantemente recuperados por el
adversario. Estas formas de resistencia guardan, por cierto,
un paralelo muy estrecho con un fen6meno bien conocido en la
sociología industrial: el tortuguismo, o la pugna soterrada
de los trabajadores por rebajar o mantener bajas las normas
de producción --i.e., el ritmo de trabajo-- en las empresas
(Roy, 1952). Oomo en el trabajo por piezas en las empresas ,:
el "escaqueo" de los~alumnos en la escuela no se limita a una
elusión personal del trabajo, sino que busca establecer la
norma o cuota de productividad, en este caso los criterios de
lo que es un trabajo suficiente e, indirectamente, las pautas
de evaluaci6n del rendimiento y de control de la conducta. Es
ta es la clave del rechazo de los "pelotas", que rompen la so
lidaridad del grupo y amenazan la eficacia de su acción sote-
rrada:
- 280 -
sa que todo el mundo ha hecho, ¿no?--, o los puen -
tes, pues siempre hay los diez: "No, no nos vamos,
nos quedamos".
- 281 -
guita, 1985a). Los alumnos lo perciben muy claram~nte:
- 282 -
entonces, el otro dice: "¿ése, qué pasa, que es más
que yo?", y vas y le das un puñetazo. (Ap. 11, 1 ,
331-332.)
( ........•.• )
( ............)
R.- Al principio de curso estaban calladas. eran
de las que más trabajaban, y a nosotros nos han co-
gido manía desde el principio de curso.
-~-
curso mal, y ya se sabe, pero ellas empezaron bien
y ahora ya están racaneando. (Ap. 11, 2, 689, 690,
691.)
- 284 -
mueve la tía ••• vamos. le falta saber el color de
las bragas de la tía.
R.- Sí, pero no tiene nada que ver, porque esa tía
estudia y yo también.
- 285 -
R.- Además, que si mi madre me ve jugando en los
billares no me dice nada. Además, que no estoy me-
tido todo el día allí. Y llega el tutor y te dice:
"estuviste metido tal día a tal hora con tal y tal':
y es que era verdad. (Ap. n, 3. 927.)
- 286 -
té grupo tiene una actitud claramente instrumental ante la e~
- 287 -
cias naturales, sino a constructos sociales que no son eter
nos, ni necesarios, ni mucho menos indiscutibles--. Basta
echar un vistazo a los'cruces de la variable SEXO con las va-
riables de la serie OPES (Ap. 111) para ver que todas las a-
firmaciones que tratan de expresar distintas formas de recha-
zo de la escuela suscitan mucho menos acuerdo entre las alum-
nas que entre los alumnos. A primera vista, parece como si
las mujeres estuvieran mucho más dispuestas a aceptar sin crí
tica los valores de la escuela y sin resistencia sus preten -
siones de control. Esta es, al menos, la interpretación al
uso.
Pese a ello, queremos aventurar otra. Durante decenios
se ha pensado --los varones han pensado-- que es sexo masculi
no era inequívocamente más inteligente que el femenino, algo
que estaría sobradamente demostrado por el distinto papel de
hombre y mujeres en la sociedad y en la historia, por la divi
sión de funciones de la familia, por el mayor peso y número
de argumentos ad hoc. Lo malo fue que, al mismo tiempo que
se sostenía esto, se trataba de mantener que también las cla-
ses "altas" eran más inteligentes que las "bajas" (si eran
más altas, ¿cómo no iban a ser más listas?), y que para ello,
aparte del argumento vulgar e impresentable de que unos esta-
ban arriba y otros abajo, se intentó encontrar una evidencia
adecuada en las diferencias de rendimiento escolar, que exis-
ten y parece que seguirán existiendo --aunque en modo alguno
- 288 -
sean equiparables a las diferencias sociales, y aunque grupos
tan "altos" como los empresarios o los militares muestren re-
petidamente tener los vástagos más zoquetes--. Result6, en -
tonces, que las mujercitas arrojaban sistemáticamente mejores
resultados en la mayoría de las pruebas y obtenían por lo ge-
neral mejores notas que los hombrecitos, una evidencia bastan
te inc6moda. Entonces vino la reinterpretaci6n salvadora, s~
- 289 -
R.- Las chicas.
- 290 -
dientes ••• en suma, menos de todo lo deseable en una sociedad
dominada por los valores masculinos. En la escuela, en cam -
bio, encuentran la oportunidad de ser valoradas por un crite-
rio que no las condena inapelablemente al furgón de cola: nos
referimos a la evaluación de los conocimientos y las habilida
des cognitivas, naturalmente. En comparación con la familia,
el trabajo, los grupos de iguales, o la sociedad en general ,
la escuela es mucho más democrática e igualitaria en el trat!
miento que otorga a los dos sexos, aunque siga siendo en mu -
chos aspectos una escuela sexista (véase Spender, 1982;Walker
y Barton, 1983; Sutherland, 1981; Stanworth, 1983). En este
sentido, la escuela les ofrece la oportunidad de lograr una
identidad, una imagen y una valoración de sí, ante los demás
y ante sí mismas, que el resto de la sociedad les niega. En
definitiva, es el mismo mecanismo que lleva al trabajador so-
metido a múltiples autoridades ajenas a buscar refugio en su
papel de rey de la familia, o al joven fracasado escolar en
el miembro de una subcultura con valores alternativos. y no
es siquiera que las alumnas cedan su independencia por el éxi
to escolar, como quien vende la herencia por el plato de len-
tejas --por lo demás, ni la primera representa tanto ni el s~
- 291 -
en las aulas o tratan de detectar rechazo de la escuela (véa-
se Ap. III).
Del funcionamiento de este mecanismo daba testimonio el
jefe de estudios de un gran centro de formación profesional
en el que se impartían las especialidades tradicionalmente
consideradas "masculinas" (en general, industriales) y las mu
jeres representaban aproximadamente una venticincoava parte
del total del alumnado:
- 292 -
respetar. CAp. II, 1, 89.)
Para terminar, sugeriríamos que las modalidades de con-
trol en la escuela han seguido una larga evolución todavía no
concluída. En los gloriosos tiempos fundacionales, le escu~
las bajo la dirección de las órdenes religiosas no tenían la
menor duda respecto de su misión: debían conformar Y. por con
siguiente. controlar la conducta de sus pupilos en todos loa
ámbitos de la vida (Querrien, 1979). Esto incluía, natural-
mente. el control directo de la conducta de niftoa y jóvenes
fuera de la escuela. pero la estricta diferenciación entre
las esteras de la vida pública y la vida privada que se desa-
rrolla con la sociedad burguesa terminó dando al traste con
estas formas arcaicas. De hecho, los casos arriba mostrados
en los que las pretensiones de control de la eseuela se aleja
ban más de su propio ámbito corresponden a una con una larga
y densa tradición pedagógica: los jesuítas. Estas formas de
control directo y extramuros pueden darse hoy por prácticame~
te desaparecidas.
Más resistente es el control de la conducta de los alum-
nos dentro de las escuelas, dentro del ámbito escolar mismo,
pero también se encuentra bajo fuego cruzado. Hoyes ya poco
habitual encontrar un centro cuyos profesores o autoridades
pretendan tener una palabra que decir sobre el aspecto tísico
con que sus alumnos se presentan en las aulas, cuando todavía
no están lejos loa días en que los chicos debían llevar pelo
- 293 -
corto y corbata, mientras las chicas debían llevar faldas no
demasiado cortas y evitar los pantalones (la excepci6n son t~
- 294 -
mecanismos de control de la conducta ligados a la relación p~
maS que todo aquello que ba sido expulsado por la puerta pri~
- 295 -
..c·r"~~'~_f!';f>~.¡lWI""J$lJ. • . H t. Id LM. ..tlllll\l,'\\')':II/IJ! Ii! HLtl;4l!1t!I"!!;l'!f"~f\.\lf'ri'O~,""'d'·.·~~é,·~r" ~1
In
~ ¡ j
. I
! 1
I'
,r
"
, I
J I
....,
I '
I
I
I I
1 '
r
¡ ;I
r
I!
n
I i
r, !
I I
n!
I
,..,
I ,
n
¡i
r:
, I
! ~
-
I
I, ;
,
'
,...,,
ii
.r:
, I
I ,
\
n
,
Por ningÚn precio nos atreveríamos a intentar aquí defi
nir el significado de un concepto tan amplio y tan profusa y
distintamente utilizado como el de enseñanza activa, a pesar
de ser firmes defensores de sus ventajas tal y como logramos
entenderlas. La lista de propuestas que se vinculan a esta
expresi6n pOdría ser interminable: aprender haciendo, creati
vidad, partir de los intereses del alumno, aprendizaje no me
mor!stico, creación de situaciónes de enseñanza estimulante~
- 297 -
mo a posteriori, esto es, tanto partiendo de la evidencia a~
- 298 -
titución considera legítimos. Aunque el proceso de enseñan-
za es aparentemente una constante aportaci6n de respuestas,
en realidad es sobre todo una continua definici6n de pregun-
tas o, si se prefiere, una oontinua sustitución de las pre -
guntas espontáneamente definidas por los alumnos --espontá-
neamente o bajo la influencia de su medio, pero esto es indi
ferente desde el punto de vista de lo que estamos tratando--
por aquellas otras que la escuela decide oportunas. Cada
programa oficial, cad~ programa oficial, cada libro de texto,
cada lección magistral y cada momento de interacci6n cognit!
va entre profesor y alumno son un paso en la definici6n de
lo que éste debe preguntar o preguntarse y, por ende, de las
respuestas que recibirá o encontrará. Quizá se refiriera a
esto Miguel de Unamuno cuando dijo que la universidad tenía
por función convertir el saber en asignaturas, caracteriza -
ción que sería extensible. con mayor razón, al resto de la
institución escolar.
No vamos a hacer aquí un análisis de los programas o
los contenidos de la enseñanza. pero la observación nos ha
suministrado sabrosos ejemplos de cómo se pueden lograr el
desinterés más absoluto y hasta el hastío incluso donde pare
cía imposible. Fijémonos, por ejemplo, en las clases de MU-
sica. una materia que. aparentemente al menos, debería atraer
en principio a los alumnos, o como mínimo no suscitar su re-
chazo. Algunos colegios decidieron incorporarla al currícu-
- 299 -
lo del Ciclo Polivalente desde el principio y de buena gana,
otros lo hicieron al segundo año y de mala, forzados por la
decisión del Ministerio en cuanto al reparto de horas entre
Tecnología y Actividades Artísticas. Pudimos observar cla:-
ses de esta materia en tres colegios y nos dieron refencias
de cómo se organizaba en un cuarto.
En el colegio "Jes~s del Pino", el profesor era un mús!
ca del Ayuntamiento contratado al efecto, e impartía las cla
ses que nos parecieron más atractivas para los alumnos. Es-
tos escuchaban música y apuntaban cualquier cosa que les su-
giriera en UD cuaderno. El profesor dosificaba los tipos de
música, de manera que, cuando nosotros estábamos presentes •
dedicaban una parte del tiempo al "tecno-pop" y otra a
Beethoven. Incluso Beethoven era sometido a un cierto tamiz,
escogiéndose piezas como la sonata para piano "Claro de Lu -
na", que alcanza momentos casi de "rack sinfónico~. El pro-
fesor acompañaba las audiciones con breves explicaciones so-
bre los tipos de música, los instrumentos, etc. Además, las
audiciones alternaban con interpretaciones a cargo de los a-
lumnos que, provistos de varios y distintos instrumentos de
percusión, aprendían a seguir el ritmo. Dejando de lado di~
- 300 -
mucho más ante el desinterés de la otra parte. cuyas raíces
llegaban sin duda más hondo de 10 que allí sucedía (Ap. 1,
2, 291-295).
En el segundo colegio, el centro de formaci6n profesio-
- 301 -
rechazo absoluto (s6lo algunos centros de peregrinos, poste-
riormente, parecieron suscitar cierto interés). Los alumnos
reivindicaban a "Los Chichas". "Golpes Bajos", etc., y el
profesor, como concesi6n, lleg6 a traerles un día jazz, con
10 que volvieron a aburrirse mortalmente (Ap. 1, 1, 163 ,
192ss., 223ss.). Suponemos que se comprenderá que esto, pa -
ra j6venes de esas edades y en una ciudad semi-dormitorio de
la periferia de Madrid (yen cualquier otro lugar, en el ton
do, pero hay grupos sociales que enseñan a su progenie a fin-
gir que aprecia y disfruta la música culta antes de hacerlo
realmente). se acerca bastante a la aplicaci6n de un tercer
grado. Parece que el profesor pensaba seguir el periplo his-
tórico hasta llegar a la música moderna, pec es difícil ima -
ginar una forma más segura de aburrir a los alumnos desde el
principio.
En el cuarto colegio, el "Santa Elisa". no pudimos ob
servar direotamente las clases, pero las alumnas nos canta -
ron en qué consistía (por desgracia, el registro grabado se
estrope6, de manera que aquí nos basamos en las notas toma-
das entonces), En este centro jamás tocaron un-instrumento,
y las audiciones se contaban con los dedos de una mano por-
que los aparatos "pOdían estropearse" o se estropeaban. En
lugar de ello. las alumnas eran ilustradas con la lista de
grandes compositores, sus principales obras y, quizá, algu-
nas observaciones sobre su "época". Por fin se había logra-
- 302 -
do una asignatura al vi~jo estilo.
La mayoría de los profesores, sin embargo, sabe que no
puede contar de antemano oon el interés de los alumnos, aun-
que raramente lo confiese salvo para culpabilizar a las fam!
lias o a los grupos revoltosos. El instru~ento esencial pa-
ra lograr el "interés" o sus efectos putativos es, desde lue
go, la evaluación. De ah! que algunos se muestren preocupa-
dos por la reducción del papel de ésta en el nuevo Ciclo Po-
livalente. As! lo confesaba cándidamente una tutora de un
grupo experimental:
- 303 -
te. Tal interés estaba garantizado en la enseñanza secunda-
ria cuando a ella acudía sólo un público minoritario muy
consciente de que el éxito en los estudios era un paso obli-
gado hacia posiciones de privilegio en la vida adulta, aso -
ciación propiciada y constantemente confirmada por s~ entor-
no inmediato --no importa aquí que tal éxito escolar tuviera
una función realmente instrumental o, simplemente, un valor
simb6lico y una función legitimadora--. Cuando el público
se amplia, alcanzándose cifras de matriculación que se apro-
ximan en nuestro país a la escolarización total del grúpo de
edad, este mecanismo de interés no puede ya funcionar salvo
en centros altamente selectivos, y no siempre. No obstant~
- 304 -
Reconocer esto exige un alto grado de ingenuidad o, a1-
ternativamente, estar de vuelta de un largo camino. La mayo
--
ría de los profesores no re~ne ni una ni otra condición y
piensa todavía en términos de "motivación": hay que saber m2
tivar a los alumnos. La expresión misma constituye una ~
- 305 -
bebidas alcohólicas y el jolgorio) es hacer una re
presentación del noviazgo de María y Jos'. el emb~
- 306 -
tienen unos enormes defectos de lectura, y que lo
harán varias veces durante el curso.
- 307 -
los ijudíoa desde Egipto:
gos ya ridículos.
- 308 -
R.- Luego, claro, entra la gente y se rie de noso
tros.
R.- Hacen cosas un poco ••• Claro. ya no saben qué
hacer para llamar la atención. (Ap. 11. 3, 819 -
820.)
- 309 -
do terrorista de turno, la Jornada Internacional de la Paz,
la visita de un jefe de Estado~.. Los alumnos deberán bus -
car documentación, aunque es muy probable que no lo hagan.
De cualquier manera, siempre tendrán algo que decir en clas~
- ;10 -
ces notables porciones de tiempo debido a que el profesor no
puede atender a todos los grupos a la vez; la imagen habi -
tua1 es la de un aula con un montón de brazos levantados que
van cayendo sucesivamente por efecto del cansancio. La se -
gunda parte llega cuando alguno de los grupos termina su ta-
rea antes de finalizar la clase y el profesor no sabe qué ha
cer con ellos y no hace nada. Véáse esta pequeña muestra de
una clase ce Convivencia (los alumnos trabajan por grupos 12
ca1izando en el reglamento de régimen interior del centro
los artículos que hablan de participación estudiantil y en
la Constitución los que de participación a secas):
- 311 -
12:04 La profesora se levanta a tirar unos papeles
y se acerca al grupo que ya ha terminado.Les
dice que tienen que hacer más cosas, ampliar
los puntos ••• n No me digais que habeis ter-
minado!"
- 312 -
R.- Llegaba y decía: "Bueno, a ver qu~ vamos a h~
- 31; -
dibujar! !Vaya clase! !En vez de aclararnos
dudas o algo, aquí de cachondeo!" Me comen-
ta que esto que está haciendo (se refiere
al Polivalente) no sirve para nada, que él
sabe menos que cuando e8taba en E.G.B. Di-
ce que casi todos los día.- son iguales, que
aquí no se aprende nada: sólo hacen tonte -
rías, y él viene porque se lo pasa bien con
sus amigos. Dice también que lo peor es
que su madre está pagando 8.000 pts. al mes
por esto, porque,al repetir primero, le qui
taron la subvención. "Fíjate en este día
--me dice--: media hora, porque ha sido me-
dia hora, de Inglés; luego esto, que para
mí que a este tío no le gusta mucho traba -
jaro El otro día, que teníamos clase con
él de cinco y media a seis y media, el lle-
gó a las seis menos cuarto, le dijimos que
no teníamos ganas de dar clasé y él dijo
que tampoco, así que nos dejó irnos a casa:
por eso te digo que no debe tener muchas ga
nas de trabajar. Y, las próximas dos horas,
Artística: dibujar, hacer chorraditas ••• "
( ... )
10:47 El profesor sale de clase. Los chicos rec~
- 314 -
El abandono de la simultaneidad del grupo-clase genera
también para los profesores problemas de control de la orga-
nizaci6n del trabajo a los que, oon frecuenoia, no saben re~
- 315 -
ses.
(Ap. l. 1, 184.)
Es fácil que los alumnos provoquen un ~ivel de "activi-
- 316 -
dad~ en la clase que resulte excesivo para los profesores,
por cuanto Istos han sido fOT~ados inicialmente para, y han
pasado durante años por, la experiencia contraria. Si no se
rompe enteramente con la forma tradicional de organizar las
clases, la ~actividadn s6lo será tolerable en pequeñas dosis
que no alteren la tóntca general. Así 10 reconocían en mesa
redonda los profesores de uno de los centros estudiados:
- 317 -
•••• intervenían. pero intervenían menos y los co~
- :n8 -
busco los libros ••• Cuando llego a mi casa son las
diez y no tengo ganas de nada. CAp, 11, 3, 1061 -
1062~)
- 319 -
tos perversos inicialmente no deseados. Como es sabido, al-
gunos centros de la reforma no llegaron nunca a evaluar los
objetivos no cognitivos propuestos en el primer año, o fin -
gieron simplemente que lo hacían, porque no sabían c6mo o no
se sintieron todavía capaces. Pero la cuesti6n no es tanto
~sta como lo que pueda ocurrir cuando realmen~ se evalúen.
Para empezar, la "evaluación continua" y la desaparición del
libro de texto producen un cambio radical en las posibilida-
des de control del profesor sobre el alumno y, como corola -
rio, en las probabilidades de éste de escapar al mismo. Los
efectos nocivos del sistema de exámenes no necesitan ser re-
cordados aquí: aprendizaje memorístico, dosificaci6n de la
ensefianza en unidades cuantificables y acumulables para su
evaluación, dependencia del libro texto--con los consiguien-
tes costes para la cualificación, la libertad y la profesio-
nalidad del profesor, así como para la creatividad del alum-
no--, incertidumbre de los resultados para el alumno debido
al carácter aleatorio de la prueba, generación de situacio~
- 320 -
ciÓn. pero recordamos nuestra propia experiencia). Ahora.
la evaluación continua terminaría de raíz con esta vía de e~
- 321 -
suyos de que si "tenías que haber estudiado más
••• " (AP. 11. 3. 911).
- 322 -
que no sé. no le gusta c6mo hago las cosas. En So
ciales yo tenía buenas notas y, además, tenía to -
das las cosas hechas: el caso es que, en puntua -
ción total yo tenía diecinueve y había una chica
en clase que también tenía un diecinueve, y a la
chica le subió lo que le faltaba y a mí no. (Ap.
II. 3, 930.)
- 323 -
he aprobado.
- 324 -
Como ouadra a un instrumento flexible, los efeotos que
produzoa el paso de los exámenes cognitivos a la evaluaoi6n
continua y multifocal dependerán de quién la aplique, pero
también de a qué presiones se vea sometido, y esto resulta
bastante más preocupante. Si oualquier profesor fuera envi~
- 325 -
tiempo ~nova~ por su ouenta:
- ;26 -
(Educaci6n para la Convivencia: están estudiando
las posiciones de los partidos parlamentarios so -
bre la educaci6n, con documentos de éstos.)
(Un grupo) está hablando de las camisas que se
fue a comprar uno. En ese momento se acerca la
profesora.
Proft:"¿Qué haceis?"
Ellos: "Ya hemos terminado. Es que esto es muy
largo de resumir ••• "
Prof': "Como ya he repetido varias veces que ba -
jeis el tono de voz, a partir de ahora voy
a empezar a puntuar el comportamiento de c~
- 327 -
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- 329 -
(1983): Hacia la reforma. Documentos de trabajo, M.E.C~
mimeo.
EVERHART,R. (1983): Reading. writing and resiatance, Londres,
Routledge and Kegan Paul.
FERNANDEZ ENGUITA, M. (1983): "La enseñanza media, encrucija-
da del sistema escolar", Educaci6n y Sociedad, 1.
(1984): "Escuela, trabajo y desempleo", Trabajadores de
la Enseñanza, 11.
(1985a): La enseñanza secundaria en los países indus -
trializados, informe preparado para el e.I.D.E., mimeo,
en prensa en Lala, Barcelona.
(1985b): "El ciudadano ausente", Entrej6venes, 3.
(1985c): "El estado, la economía y la reforma de la en-
señanza: algunos cambios en curso y otros necesarios" ,
ponencia presentada en los IV Cursos de Verano de San
Sebastián de la Universidad del País Vasco, mmeo.
(1985d): "¿Es tan fiero el le6n como lo pintan? Repro -
ducci6n, contradicci6n, estructura y actividad humana
en la educaci6n", Educaci6n v Sociedad, 4.
(1985e): "Valoraci6n de una reforma tímida", Traba~ado
res de la Enseñanza, 20.
FOESSA (1978): Síntesis actualizada del 111 Informe FOESSA •
Madrid, Euramérica.
(1984): IV Informe FOESSA: Informe socio168ico sobre el
cambio social en España: 1.975-1.983, Madrid, Euraméri-
ca.
FOUCAULT, M. (1976): Vigilar y castigar, Méjico, Siglo XXI.
GALLAND, O. (1984): "Precarité et entrées dans la cien, Revue
Franeaise de Socio10gie, XXV, 49-66.
HARGREAVES, D.R. (1967): Social re1ations in a secondarv
- 330 -
schoo1, Londres, Rout1edge and tegsn Paul.
HOFF~~NN,B. (1952): The tvranny of testing, Nueva York,
Crowell-Collier.
INSTITUTO DE LA JUVENTUD (1985): Informe Juventud en España:
La inserci6n de los j6venes en la sociedad, Madrid, Mi-
nisterio de Cultura.
JENCKS, Ch. (1972): Inegua1ity, Nueva York, Harper and Row.
LABOV, W. (1985): "La 16gica del ingl~s no estándar", Educa -
ci60 y Sociedad, 4.
LEVIN, R.M. (1984): "Improving productivity through education
and techno1ogy", Universidad de Stanford, Institute for
Research on Educationa1 Finanoe and Governanoe, mimeo.
McNEIL. L.M. (198:;): "Defensive tesching snd c1asaroom cctltl:d",
en M.W. Apple y L. Weis, Ideo10gy and practice in
schoo1ing, Filadelfia, Temple University Presa.
M.E.C. (Ministerio de Educaci6n y Ciencia) (1982): Las pérdi-
das en el sector educativo, M.E.C., Gabinete de Estadís
tica.
PEREZ SERRANO, G. (1981): Origen social y rendimiento escolar,
Madrid, Centro de Investigaciones Sociol6gicas.
PI ORE, M.J. y SABEL, Ch.F. (1984): The second industrial
divide, Nueva York, Basic Books.
QUERRIEN, A. (1979): Trabajos elementales sobre la escuela
p~lmaria, Madrid, La Piqueta.
- :;:n -
ROY, D. (1952): "Quota restriction and goldbricking in a
machine shop", American Journal oí Sooio1ogy, vol.LVII,
marzo.
SPENDER, D. (19B3): Invisible women, Londres, Writers and
Readers.
STANWORTH, M. (1983): Gender and Bchooling, Londres,Hattidnson.
SUTHERLAND, M.~. (1981): Sex bias ln educatlon, Oxford, Baail
B1ackwell.
TORT. M. (1977): El cociente intelectual, Madrid, Siglo XXI.
VAZQUEZ, R. (1983): Respuesta a una enouesta sobre la reforma
de las ensefianzas medias, Educaci6n y Sociedad. l.
WALKER, S. y BARTON, L., eds. (1982): Gender, class and
educatlon, Londres, The Falmer Presa.
WILLIS, P. (1981): Learning to labour, Aldershot, Gower.
YOUNG, M.F.D., ed. (1971): Know1edge and control, Londres,
Colller-Macml11an.
- 332 -
¡
! !
I !
Ii
r
¡ !
r
i ¡
n
INDICE
======
-Centro y Sexo .............. ,.,. ...... "...... ,. . '" ..... " ........ ,. . " .......... .. 344
-Edad .................................................. ,. ........... ~ .... " ................. .. 345
-Rama .... '" " ................ ,. .. ~ ...... " ................................ " ........ " .. ti .... .. 346
-¿Tu padre trabaja en la actualidad? . . . . . . . . . . . 11 . . . . . . . . . . . . . . .. 347
-¿Tu madre trabaja en la actualidad? .............. lO ............ .. 347
-Profesi6n del padre .... ,. ................. ,. ......................... ,. .. « .. .. 348
-Profesión de la madre •••••••.....••....••••••••••• 349
-Estudios del padre •••.•....••............•••.••••• 350
-Estudios de la madre •••..•...........•..••••.••••• 351
-Número de hermanos ••.•••..•...............•••••••• 352
-¿Dispones de una habitación para ti solola
en casa? .............. ~ ....................... ~* ............... . 353
-¿Cuántos periódicos se leen en tu casa? ••••••••••• 353
-¿Cuántas horas de televisión ves los di as de
diario? . ., .............. ., ................................................................ .. 354
-¿Cuántas horas de televisi6n ves los sábados? ••••• 355
-¿Cuántas horas de televisión ves los domingos? •••• 356
-Titulo al salir de la E.G.B. ........................ lO ................ .. 357
-La elecci6n de F.P. se debió ........ " .... 4 .......................... .. 357
-¿Preferirias haber hecho B.U.P.? •••••••••••••••••• 358
-La decisión de estudiar bachillerato se debió ••••• 358
-¿Preferirias haber hecho F.P.? ........................................ 359
-La decisión de cursar el Ciclo Polivalente en
vez de F.P. o B.U.P. fue 359
-334-
-¿G~ál es tu opinión sobre la F.P.? ••.....•..•••.... 360
-Es para quienes no les gusta estudiar •••••••••••••• 360
-Es para quienes no valen para estudiar ••••••••••••• 360
-Es para quienes quieren un trabajo manual •••••••••• 361
-335-
-Es mejor que la F.P., en todo caso ••••••••••••••••• 369
-.,ay
tI d emas~a
. da t ' y poca prac
eor~a • t'~ca ••••••••.•••••• 369
-Sirve para encontrar enseguida mejores trabajos
que con F,. P.. . ........ ,. .......... ~ ~ 9 .. 4 • ~ • 9 ................................... .. 370
-S610 es útil para ir a la Universidad .••••••••••••• 370
-Es un lugar mas apropiado para las chicas que la
F .. P .. .............. " .. "' .... ~ ....... ~~ ... '..................... .. 371
-Es aburrido ................ ~ ~ ............... ~ ~ ........... ~ .... # .. ~ ........... " 371
-Es demasiado largo, deberia ser mas corto •••••••••• 372
-Tiene mas prestigio que la F.P. ....................................... 372
-Permite llegar mas lejos en la vida •••••••••••••••• 373
-lro sirve por si mismo para encontrar trabajo ••••••• 373
-Deberia incluir materias prácticas ••••••••••••••••• 374
-Deberia estudiarse la posibilidad de estudiar unas
pOcas horas y trabajar otras pOcas (cobrandO) ............ 374
-1\0 se deberia permitir hacerlo a tanta gente....... 375
-Es s610 para quienes les gusta estudiar •.••••...••• 375
-Es s610 para quienes valen para estudiar •.••••••••• 376
-Es 5610 para quienes no valen para trabajar •••••••• 376
-¿Cuál es tu opini6n sobre el Ciclo Polivalente? •••. 377
-!~o tengo ni idea .......... " . "...................... ., ~ ............... '" .. .. .. .. . 377
-En él debe haber teoria y práctica por igual •.••••• 377
-En él debe haber mas teoria que práctica ••••••••••• 378
-En general, se trabaja ~enos ••............••••••••• 378
-336-
~
-337-
-Es fundamental para saber lo que te vas a encon-
trar cuando seas adul tola .•.................••.•.• 389
-Si no fuera por los amigos/as, seria insoportable 389
-Es el sitio donde nos tienen para que no incor-
diemos demasiado en casa ....•.•..........••••••.•• 390
-Es el sitio donde nos tienen para que no estemos
en la calle ..................................................................... "...... 390
-Aqui se prepara uno/a sobre todo para el trabajo 391
-Aquí recibes una preparación muy útil para la
vida e!'. general ...................................................................... 391
-Aqui lo que te enseñan sobre todo es a obedecer ••• 392
-De lo que haga uno/a aqui depende enteramente su
futuro .................................................................................... 392
-Los profesores nos tratan a todos/as por igual •.•• 393
-Profesores y profesoras hacen mas caso a los chi-
cos que a las chicas •........................••••. 393
-Los profesores prefieren a los chicos, las profe-
soras a las chicas ............................................................ .. 394
-Nos tratan adecuadamente, con respeto 394
-Creo que haría falta algo mas de mano dura .............. . 395
-Nos tratan, a pesar de nuestra edad, como a niños
pequenos .................................................................................... 395
-¿Cómo ves tu futuro al salir de la escuela? ....••• 396
-!ro me lo he planteado siquiera ........................................ 396
-338-
-Encontraré trabajo enseguida ••.••......••••••••••• 396
-Temo que tarde años en encontrar un trabajo
fijo ..... " ...... ".".,,~ ...... ..............
~ ~ . ............... . 397
-Trabajaré en lo que a mi me gusta ••••••••••••••••• 397
-Tendré que conformarme con cualquier trabajo ............ 398
-No se qué empleo tendré, pero es posible que !lo ten-
ga nada que ver con lo que he estudiado ••••••••••••. 398
-Encontraré trabajo, pués el que no trabaja es
porque no qUl.ere .............. ti .................... ti .. .. .. .. • .. .. .. .. .. .. .. .. .. 399
-Si estas estudiando F.F.l, ¿vas a seguir estudian-
do F .. P .. 2? ........ lO ........ "" ...... ti ............... " ......... " .. .. .. .. .. .. • .. .. .. .. 399
-¿Vas a estudiar una carrera cuando acabes la ense~
-339-
-El sistema es justo en general, aprúeba el que
sabe y el que no, no ••••..•.••...............•••••• 402
-Hay mucha arbitrariedad ••••••.............•...••••• 402
-Cada profesor utiliza un criterio distinto, deberia
haber mas uniformidad ••••••.••••..............••••• 403
-Se fijan mas en el comportamiento que tienes que en
lo que sabes ................... "....... "..... # •• ~ .. ~ • ~ •• ., .. " " .. " .. " .. 403
-Si haces la pelota, con poco que estudies
apruebas "" .. ~ . " " ., ., ,. " " " . " . " . ,. " . " ....... , ........... '" '" .. " . . .. 404
-Se deberia dar mas importáncia al trabajo regular
y menos a los exámenes ............. ,. . ~ .... " " . . .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. 404
-Es injusto que el resultado de todo un año dependa
tanto de uno o de unos pocos ex~~enes •••••••••••••• 405
-En general, el truco consiste en saber decirles a
los profesores lo que quieren oir •••...........•••• 405
-¿Qué lugar ocupa la escuela en tu vida? •••••••••••• 406
-Después de la familia, es lo mas
importante .......... '" .......... ..... ,. ...................... . . .............. . 405
-He importan l:Ias los/las amigos/as que la
escuela .............. " ... ~ ~ ......... ~ ~ ................ . . .... ,. .... " . 406
-Es el lugar donde se demuestra si uno/a vale o no
vale .............. ~ ........ ., .. . . . . . . . . . . . . . .. ............................... 407
-Estariamos mejor sin tener que venir a la
escuela .................................................................................. 407
-340-
P",
- P"
-341-
~
-342-
-Les basta con que apruebe a final de curso •••••••••. 423
-Todos los dias tenso que decirles cómo ~;e ha ido 423
-En general, no puedo hacer nada hasta después de
haber estudiado y hecho los deberes, si los hay .•.• 424
-En realidad, la que se ocupa de esto es mi madre .•• 424
-En realidad, quien se ocupa de esto es mi padre 425
-Están constantemente en contacto con el colegio •..• 425
-Si suspendo, me castigan de alguna forma •••.••••••• 426
-Si suspendo me consideran un/a inútil, o por lo
menos fingen hac erlo .... ,.. ~ . " " .. ~ " " ..... ~ .. " <# .. .. .. • .. .. .. • .. .. .. .. 426
-Si suspendo, procuran que no me preocupe en exceso
por ello............................................ 427
-Si saco buenas notas, me premian de alguna manera.. 427
-¿Dispones de un lugar donde puedas estudiar y/o
trabajar con tranquilidad? .•.........•............. 428
-343-
CENTRO n %
San Nicolás .2
Cadarso 81 13.7
Santa Elisa 67 11.3
SEXO n %
Varón 434 73.2
Hujer _'2 9_ 26.8
-'00.0
---
TOTAL 593
-344-
"-. :(W
,,' ,
...... : . ,-
t"
"'l.
., __ ,O
•
'."t. ff".t . ,~ -
-.t
,.'
. 'A "+'
.·•. t:. >.
..
- - '
'.
,.
' .. - ,~
RAMA n L
Artes Gráficas 5 .8
Construcci6n 1 .2
Delineaci6n 10 1.7
Electricidad Industrial 14 2.4
Electrónica 149 25.1
Hadera 5 .8
Automoci6n 66 11 • 1
Construcciones Metálicas 3 .5
Quimica 4 .7
Mecánica 15 2.5
Administraci6n 53 8.9
NC
TOTAL
-- -
268
-
593
_ ~5!.2_
100.0
-34ó-
¿TU PADRE TRABAJA EN LA ACTUALIDAD? n 01
....!!!....
Si, trabaja 521 87.9
Está en paro 31 5.2
Está jubilado 13 2.2
NC
TOTAL - -593.28- - _ !f·Z _
100.0
-347-
PRO FES ION DEL PADRE n
-348-
PROFEsrm: DE LA !é;'D!':E n
-349-
ESTUDIOS DEL PADRE n ~6
Ninguno 27 4.6
Primaria iacompleta 142 23.9
Primaria completa 173 29.2
Algo de FP 17 2.9
FP completa 25 4.2
Bachillerato elemental 62 10.5
Bachillerato superior 47 7.9
Peritaje, ingenieria técnica u otros
estudios superiores medios 33 5.6
Estudios superiores 26 4.4
NC _ !±1_ _ §·2 _
TOTAL 593 100.0
-350-
01
ESTUDIOS DE LA if,ADRE n ...LL
l':inguno 53 8.9
Primaria incompleta 169 28.5
Primaria completa 211 35.6
Algo de FP 4 .7
FP completa 7 1.2
Bachillerato elemental 52 10.5
Bachillerato superior 38 6.4
Peritaje, ingeniería técnica u otros
estudios superiores medios 7 1.2
Estudios superiores 8 1.3
NC _ ~4 __
2'Z
TOTAL 593 100.0
-351-
" .~
NUMERO DE HERMANOS
1
-1;n ....L
2.;
,
2 191
179
32.2
30.2
.It 123 20.7
5 .lt6 7.8
6 13 2.2
7 11 1.9
8
9 ,6 1.0
.,
13 1. .2
He
TOTAL
-'- -
_593 100.0 --.8- -
--'~' ,.
¿DIsponES DE UNA EABITACIOIT PARA n
01
SOLO/A El\ CASA? n ~
Si 290 48.9
No 300 50.6
NC
- - ¿- __ '2 _
TOTAL 593 100.0
Ninguno 84 14.2
Uno, los fines de semana 134 22.6
Uno algunos días de la semana 212 35.8
Todos los dias uno 125 21 . 1
Hás de uno diariamente __ 3§ _ - §.j -
TOTAL 593 100.0
-353-
¿CUANTAS HORAS DE TELEVISION VES LOS
DIAS DE DIARIO? ..1L ..!...
O 12 2.0
1 97 16.4
2 185 31.2
3 138 23.3
4 75 12.6
5 34 5.7
-6 9 1.5
7 1 .2
8 3 .5
9 12 2.0
__ 2Z _
NC
TOTAL 593
- ---
4.6
100.0
-354-
-J;;-
DOHINGOS? , n 1-
O 29 4.9
1 31 5.2
2 100 16.9
3 98 16.5
4 107 18.0
5 76 12.8
6 48 8.1
7 23 3.9
8 26 4.4
9 29 4.9
NC
- -26- - _4.:.4__
-356-
TITULO AL SALIR DE LA EG3 n %-
Graduado 479 80.8
Certificado 104 17.5
NC
TOTAL
-10 - -
-593 l·Z -
-100.0
LA ELECCION DE FP SE DEBIO: n %
-a tener el título de certificado y
no poder hacer otra cosa 22 3.7
-fue una elección de tus padres 11 1.9
-fue una decisión del colegio 6 1. O
-fue una decisión tuya, por conse-
jo de tus padres 81 13.7
-fue una decisión tuya, por consejo
de los profesores o los tutores 9 1.5
-fue una decisión tuya, por influen- , ,
TOTI,.L
-280
593
- !±7~2
-100.0 -
-357-
¿PREFERIRlAS HABER HECHO BUP? n %
Si 41 6.9
Ho 263 44.4
Ne _2§9_ _ !:t 8.:.7 _
TOTAL 593 100.0
-358-
¿PREFERIRlAS HABER !lECHO FP? -n ~'
0
Si 21 3.5
No 243 41.0
Ne - ,222 _ 52·2 _
-100.0
TOTAL 593
-359-
¿ :;UAL ES TU OPIl;;ION SOSEE L1i FP?
-360-
ES PARA QUIENES QUIEREN lil'; TRABAJO
HA?'UAL n
-361-
ES HAS PROPIO DE HON3RES QUE DE
HUJE'tES n
-362-
01
n -I.E-
Huyen desacuerdo 82 13.8
Sastante en desacuerdo 58 9.8
I'li de acuerdo ni en desacuerdo 135 22.8
Bastante de acuerdo 141 23.8
lSuy de acuerdo 125 21.1
__ _
-8.8
-100.0
--
5~
TOTAL 593
-363-
NO PERllITE LLEG,\R HUY LEJOS EH
n o'
EL TRABAJO ...l2-
Muy en desacuerdo 184 31.0
Bastante en desacuerdo 142 23.9
lü de acuerdo ni en desacuerdo 142 23.9
Bastante de acuerdo 60 10. 1
Huy de acuerdo 31 5.2
Ne- _ _3!!; _ _5:.7_
TOTAL 593 100.0
~uy en desacuerdo 69 11 .6
Bastante en desacuerdo 95 16.0
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 183 30.9
Bastante de acuerdo 128 21.6
Muy de acuerdo 81 13.7
-364-
APRElmES COSAS QUE LUEGO NECESITAS
EH EL TRABAJO n -1L
l!'uy en desacuerdo 17 2.9
Bastante en desacuerdo 36 6. 1
ni de acuerdo ni en desacuerdo 80 13.5
Bastante de acuerdo 230 38.8
Huy de acuerdo 211 35.6
NC _ 2'~ _
TOTAL 100.0
-365-
TIENE DEl1ASIADA TEORIA n %
Huyen desacuerdo 63 10.6
Bastante en d~sacuerdo 122 20.6
1;1 de acuerdch ni en desacuerdo 236 39.8
Bastante de acuerdo 84 14.2
Huy de acuerdo 43 7.3
NC _ ~5_ _ Z·§ _
TOTAL 593 100.0
300-
~'
-
LAS COSAS Q,UE APREtmES LUEGO ~:o
TE SIRVEN EN EL TRABAJO n %
Muy en desacuerdo 289 48.7
Bastante en desacuerdo 142 2.3.9
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 85 14 •.3
Bastante de acuerdo 22 .3.7
Huy de acuerdo 22 3.7
He _ 23_ - :2'2-
TOTAL 593 100.0
ACTUALES n
-367-
DEBERIA SER ~;AS LARGA n
(COBRlü:DO) n
-JO
,,, 8-
¿CUAL ES TU OPINION S05RE EL Bt:P?
PRACTICA n -1L
Huyen desacuerdo 44 7.4
Bastante en desacuerdo ""3
o 10.6
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 82 13.8
Bastante de acuerdo 177 29.8
Huy de acuerdo 206 34.7
Re
-21 -
-593 _ 2·2 _
":'OTAL 100. °
-369-
SIRVE PARA E~ICONTRAR ENSEGUIDA ¡·:E-
JORES TRABAJOS QUE cm: FP n %
l1uy en desacuerdo 172 29.0
Bastante en desacuerdo 134 22.6
:rü de acuerdo ni en desacuerdo 157 26.5
Bastante de acuerdo 53 10.6
Huy de acuerdo 40 6.7
_ ~7_ - :t.§ _
TOTAL 593 100.0
-370-
ES UN LUG.L\.R HAS APROPIADO PARA LAS CHICAS
QrE LA FP n JL
Huyen desacuerdo 212 35.8
Bastante en desacuerdo 106 17.9
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 132 22.3
Bastante de acuerdo 60 10.1
Muy de acuerdo 65 11. O
_ ,z.Q _
Re
TOTAL
-18- -
-593 100.0
ES ABURIlIDO n %
Huyen desacuerdo 98 16.5
Bastante en desacuerdo 104 17.5
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 153 25.8
Bastante de acuerdo 101 17.0
Muy de acuerdo 104 17.5
,,,
r"" _ _32 _ _ 2'§ _
TOTAL 593 100.0
-371-
ES DE11ASIADO LARGO, DEBERlA
-372-
¡<my de acuerdO ';10
l~C . _ ~·2 _
TOTAL 100.0
".373-
DE3ERIA INCLUIR ~lATERlAS PREC'I'I8AS n
-374-
NO SE DEBERlA PER1HTIR HACERLO
A TAmA GENTE n 2-
Huyen desacuerdo 287 48.4
Bastante en desacuerdo 110 18.5
Ni de acuerdo n~ en desacuerdo 103 17.4
Bastante de acuerdo 32 5.4
Huy de acuerdo 31 5.2
tiC . _ 2°_ _ 2·l _
TOTAL 593 100.0
-375-
ES SOLO PARA QUIENES VALEr'; PARA
ESTUDIAR n %
Muy en desacuerdo 152 27.3
Bastante en desacuerdo 115 19.4
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 136 22.9
Bastante de acuerdo 96 16.2
Huy de acuErdo 55 9.3
Ne' _ g9_ _ !¡·2 _
TOTAL 593 100.0
-376-
¿CUAL· ES TU OPlIGON SOBRE EL CICLO POLIVAL:F1,TE?
NO TENGO NI IDEA n
Huyen desacuerdo 54 9. 1
Bastante en desacuerdo 81 '3.7
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 86 '4.5
Bastante de acuerdo 164 27.7
Huy de acuerdo 188 31. 7
!~C
- -20 - _ ,2.!.t _
TOTAL 593 100.0
-377-
En EL DEBE HABER r:AS 'IEORIA
Q.UE PRACTICA n ~
Huyen desacuerdo 269 45.4
Bastante en desacuerdo 154 26.0
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 98 16.5
Bastante de acuerdo 35 5.9
Muy de acuerdo 20 3.4
NC _ ).7_ _ ~·2 _
TOTAL 593 100.0
TOr:'AL
17 -
-593 - ~·2
100.0
_
-378-
HAY ¡'¡ii:NOS DISCIPLHH¡ y I!:AS
LIBERTAD n
-379-
ES HAS V.L'qIADO, ~m:os
HOHO'l'ONO n
SE DESAPROVECHA EL TIEl·:PO AL
NO ESPECIALIZARSE n .1L
l~uy en desacuerdo 214 36.1
Bastante en desacuerdo 149 25.1
la de acuerdo ni en desacuerdo 130 21.9
3astante de acuerdo 45 7.6
}luy de acuerdo 36 6.1
_ 2·g _
TOTAL 100. O
-380-
•• _,.¡ ....... "'..,.-~~ ~._- ---
EL TIYJLO n
-381-
1:05 HAll ¡,:AREADO DI8IEI:DO 8ADA
DIA Ul'JA COSA n ~~
-382-
ES CONO EL 3J1.CEILLERATO, PERO
CON OTRO NOMBRE n .1L
l1uy en desacuerdo 227 38.3
Bastante en desacuerdo 160 27.0
1>:1 de acuerdo ni en desacuerdo 116 19.6
Bastante de acuerdo 38 6.4
l1uy de acuerdo 24 4.0
NC
- 28
-- _ !±·Z _
TOTAL 593 100.0
TOTAL
- -
22
593
- __ 3:..7_
100.0
-383-
ES COMO LA E.G.E., PERO Cm!
-384-
CREO <tUE ES U!I ERROR EL SUSTITUI:::i
EL B.U.P. y LA F.P. POR ESTO n %
Muy en desacuerdo 261 44.0
Bastante en desacuerdo 123 20.7
Ni de acuerdo ni en desacuBrdo 122 20.6
Bastante de acuerdo 26 4.4
Muy de acuerdo 36 6.1
I~C _22 _ - ~.g -
TOTAL 593 100.0
SI'!'IOS n %
Huyen desacuerdo 77 13.0
Bastante en desacuerdo 76 12.8
Ni de acuerdo ni en desacuBrdo 153 25.8
Bastante de acuerdo 147 24.8
Huy de acuerdo 114 19.2
__ 4.:.4_
NC
TOTA1
-26-
-593 100.0
.
APRENDES COSAS Il\TERESAETES Ot;E liO
el
APRE!JDERIAS SIN ELLA n ~
SIADO CONTROL %
Muy en desacuerdo 68 11.5
Bastante en desacuerdo 127 21.4
t:i de acuerdo ni en desacuerdo 200 33.7
Bastante de acuerdo 101 17.0
Muy de acuerdo 80 13.5
NC . _ 17_ __ 2:.9 _
TOTAL 593 100.0
TOTAL
- 12
-
593
- -2.0- -
-100.0
-387-
ESTA EIEJ'\ O l"ÍAL SEGUN LOS
PROFESORES n %
Muy en desacuerdo 42 7.1
Bastante en desacuerdo 72 12.1
Ni de acuerdo ni en desac uerdo 215 36.3
Bastante de acuerdo 142 23.9
Muy de acuerdo 88 14.8
NC _ :24_ __ 5:,7 _
TOTAL 593 100.0
-20-
-593 _ Z·!± _
TOTAL 100.0
-388-
ES FU!\DAHENTAL PARA SABER LO Q.UE TE
VAS A ENCOl~TRAR CUANDO SElloS ADULTOjA n %
Huyen desacuerdo 2.6 4.4
Bastante en desacuerdo 58 9.8
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 149 25.1
Bastante de acuerdo 200 33.7
l':uy de acuerdo 139 23.4
__ 3.:.5_
NC
- 21
- - 100.0
TOTAL 593
-389-
ES EL SITIO DO¡;DE NOS TIEHE1~ PARA
01
QUE !lO INCORDIEl·iQS DU:ASIADO E1~ CASA n ~
TOTAL
-21 -
-593 _ 2'!? _
100. O
~OTAL
-
21
-593 - _ 2'!? _
100.0
-390-
AGUr
y
10 (:'U:S
..
TE EI:SK'\J'J'; SOBRE '::'000
ES fA OBEDECER n .lL
Huyen desacuerdo 119 20.1
Bastante en desacuerdo 180 30.4
Ki de acuerdo ni en desacuerdo 164 27.7
3astante de acuerdo 71 12.0
Huy de acuerdo 38 6.4
NC
TOTAL
-21 -
-593 __ 3.:.5_
100.0
EnTE.RAl·;EI'TTE SU F'JmURO n
Huyen desacuerdo 59 9.9
Bastante en desacuerdo 88 14.8
Hi de acuerdo ni en desacuerdo 140 23.6
Bastante de acuerdo 148 25.0
Huy de acuerdo 145 24.5
_ l3_ -100.0
-2.2- -
TOTAL 593
-392-
AQ,UI SE PREPARA UNOIA S03RE TO:lO
01
PlillA EL TRABAJO n -t2....
l·~uy en desacuerdo 45 7.6
Bastante en desacuerdo 77 1,3.0
ITi de acuerdo ni en desacuerdo 142 23.9
Bastante de acuerdo 182 30.7
¡·;uy de acuerdo 129 21.8
_ 2·Q _
TOTAL
-18-
-593 100. O
TOTAL
- -18- _ 2·Q _
100.0
-,391-
LOS PROFESORES ?ms TRATAN A
-393-
lOS PROFESORES PREFIERE~¡ A LOS
C~ICOS! LAS PROFESORAS A LAS CHICAS n ---2L
Muy en desacuerdo 222 37.4
Bastante en desacuerdo 106 17.9
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 150 25.3
Bastante de acuerdo 27 4.6
Muy de acuerdo 23 3.9
_ §5_
NC
TOTAL 593
-11 -.0-
-100.0
RESPETO n %
Huyen desacuerdo 40 6.7
Bastante en desacuerdo 89 15. O
I\i de acuerdo ni en desacuerdo 151 25.5
Bastante de acuerdo 182 30.7
!·:uy de acuerdo 107 18. O
_ 54_ _ !¡.º -
:;::OTAL 593 100.tj
-394-
CREO Q,rE HABlA FALTA ALGO HAS
DE HANO DURA n .1L
Huyen desacuerdo 237 40.0
Bastante en desacuerdo 146 24.6
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 105 17.7
Bastante de acuerdo 47 7.9
Muy de acuerdo 38 6.4
NC
- -59320- - _ 2'!± _
TOTAL 100. O
'2.'0 TAL
- --o - - !±.!± -
100.0
593
-395-
¿eOHO VES TU FUTURO AL SALIR DE LA ES:::VELA?
:m HE LO HE PL_,\NTEAOO SIQUIERA n
-396-
UN TRA3AJO FIJO n %
Muy en desacuerdo 80 13.5
3astante en desacuerdo 76 12.8
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 153 25.8
Bastante de acuerdo 152 25.6
Huy de acuerdo 108 18.2
_ ~4_ __ 4:.0_
TOTAL 593 100.0
-397-
TEiíDRE QUE COI':FORHARHE con
CUALQUIER TRABAJO n %
Muy en desacuerdo 99 16.7
Bastante en desacuerdo 86 14.5
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 154 26 .. 0
Bastante de acuerdo 138 23.3
Muy de acuerdo 90 15.2
__ 4;.4_
Ne
TOTAL
-593
26
-- 100.0
-398-
ENcowrRARE TRABAJO, PUES EL 01JE IW
_ S3_ _ 2·2 _
TOTAL 593 100.0
SI ESTAS ESTUDIANDO F. P. 1 ,
-399-
,
¿VAS
" ESTUDIAR UNA CA:51RERA CUAl!OO
ACA5ES LA Ei;SEi1ANZA MEDIA? n %
Si 252 42.5
No 215 36.3
He 126 21.2
?OT.4.L
- 593 -
100.0
-
-400-
l,::!UAL FUE APROXlJifLADAl·jEi:l<;:E ':!'U :(O::'A HEDIA
,/
AL IllSTE'U:'O? n -E-
~lenos de 1.5 minutos 169 28.5
De 1.5 a 30 minutos 224 37.8
De 30 a 45 minutos 107 18. O
De 45 minutos a una !lora 64 10.8
¡'~ás de una hora 2~
,0 4·4
_ ..:.3_ _ _,2 _
593 100.0
-401-
DI El\" QUE GR¡~DO ESTAS DE ACrERDO O KO cm! LAS SIGUIEl:TES
AFIRHACIOKES SOBRE EL SIS"'E1~A DE EVALIJACIOX
-402-
CADA PROFESOR U':'ILIZA tT eRI ':'E?IO
DISTINTO, DEBERlA HABER HAS Ur:IFOR-
mDAD n
57 9.6
NC
TOTAL
-593
--
20 - ;¿.~ -
100.0
-403-
SI HACES LA PELO'!'A, CON POCO Q.UE
n %
Huyen deaacuerdo 13 2.2
Bastante en desacuerdo 23 3.9
líi de acuerdo ni en desacuerdo 62 10.5
Bastante de acuerdo 153 25.8
¡'!uy de acuerdo 326 55.0
I:C
-593
-16 - _ ~·Z _
TOI'AL 100.0
-404-
ES INJUSTO QUE EL RESULTADO DE TODO
-405-
¿QUE LUGAR OCUPA LA ESC;JELA EiI '!'U VIDA?
TOTA.L
- ~.~ -
100.0
-405-
ES EL LUGAR DONDE SE DEHUESTRA
SI lINO/A VALE O NO VALE n %
Muy en desacuerdo 81 13.7
Bastante en desacuerdo 108 18.2
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 164 27.7
Bastante de acuerdo 126 21.2
r-Iuy de acuerdo 91 15.3
Ne _ ~3_ _ 2·2 _
TOTAL 593 100.0
-407-
PARA I1I NO ES MAS~E UNA OBLI-
-408-
LO QUE }lE PAR:SCE HAL ES QUE TODO
SI:\ LA ESCUELA,_APRENDrnIAI'10S
-409-
SIl\ LA ESCUELA. NO LLEGARIAHOS XUNCA
A SER RESPONSABLES n
-410-
LA ESCUERLA ES IXPORTA~¡TE! PERO
-411-
DI QUE COSAS CONSIDERAS I!1PORTANTES y POSITIVAS EN UN PROFESOR
-412-
Q.UE SEPA HACER UNA CLASE
ENTRETENIDA n .L
r
Muy en desacuerdo ti 1.0
Bastante en desacuerdo 8 1.3
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 48 8. 1
Bastante de acuerdo 176 29.7
Huy de acuerdo 342 57.7
Ne _ 1.3_
TOTAL 593
-2.2- -
-100.0
01
Q.UE SEPA l-'LANTENER EL ORDEN n ..L
Muy en desacuerdo 10 1.7
Bastante en desacuerdo 25 4.2
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 88 14.8
Bastante de acuerdo 210 35.4
Muy de acuerdo 242 40.8
HC
TOTAL
-593-18- - ¿.Q -
100.0
-413-
grE
, ro GAS'1'IGUE n %
Huyen desacuerdo 47 7.9
Bastante en desacuerdo 59 9.9
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 196 33.1
Bastante de acuerdo 106 17.9
Huy de acuerdo 169 28.5
Ne __ 2:.7
:roTAL
-593-16- 100.0
-
-4J4-
QUE ~RA~E CO!\" RESPE-rO A LOS
ALUHNOS n %
¡'1uy en desacuerdo 7 1.2
Bastante en desacuerdo 9 1.5
ni de acuerdo ni en desacuerdo 32 5.4
Bastante de acuerdo 156 26.3
Huy de acuerdo 371 62.5
_ ,2.Q _
Re
TOTAL
-593
-18- 100.0
CON Cm:FIA~:ZA n %
~¡uy en desacuerdo 12 2.0
Bastante en desacuerdo 8 1.3
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 27 4.6
Bastante de acuerdo 126 21.2
Huy de acuerdo 408 68.8
-59312
')¡ir!
.'v
TO'!:'AL
-2.0- -
-100.0
-415-
QUE SEA UN EJlliPLO DE CO?~
POR1'AHIEt:TO n ~6
-416-
QUE 1m PRETENDA QUE LE ESTEHOS
HAYOR n 1-
Muy en desacuerdo 24 4.0
Bastante en desacurdo 36 6.1
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 172 29.0
Bastante de acuerdo 178 30.0
guy de acuerdo 162 27.3
!-re __ 3.:.5_
:rOTAL
-21 -
-593 100.0
-417-
Q,UE KO RIDICULIZE AL ALUl':1l0/A QUE
NO SABE HACER ALGO n %
Muy en desacuerdo 21 3.5
Bastante en desacuerdo 16 2.7
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 20 3.4
Bastante de acuerdo 87 1~.7
-418-
POR FAVOR, DINOS EN QlJE PROVIi¡:::IA NA:::ISTE n %
Albacete .2
Alicante 2 .3
Asturias .2
Avila 3 .5
Badajoz 2 .3
Barcelona 5 .8
Bur"gos 2 .3
Caceres 5 .8
Cádiz 1 .2
Ciudad Real 5 .8
Córdoba .2
Coruña 2 .3
Cuenca 2 .3
Granada 2 .3
Guipuzcoa .2
León 1 .2
l~adrid 474 79.9
Hurcia .2
Navarra .2
Las Palmas .2
Pontevedra 2 .3
Santander 2 .3
Segovia 3 .5
Tarragona .2
Toledo 4 .7
Valencia .2
-419-
I .... ;
V1zcqa
-2n .L
.3
r--
ZaIIOra 1 .2.
R•• to de Iluropa 15 2.5
~.
Aa6r1ca Norte 1 .2
~
eeDtroaa6r1c a 2 .3
Suru6r1ca 3 .5
r- Afr1ca 1 .2.
NO _ !'- _ Z·! _
TOTAL '93 100.0
¿CUAL ES LA ACTITUD DE TL'S PADTIES AKTE LO QUE HAC~S EN
LA ESCUELA?
LA VERDAD ES QUE
, 1';0 SE PREOCUPAt!
HUCHO n ~
Si 116 19.6
No 455 76.7
NC
-593
--
22 _ ,2·Z -
TOTAL 100.0
ESTUDIE l!.AS n ~
01
Si 393 rr 3
oo.
:no 178 30.0
NC
TOTAL
-59322- 2'Z -
-100.0
-421-
CUANDO SUSPENDO (O SI SUSPE::DIERA
ALGO;' ME LLEVO UNA GRAN BROX~A n %
Si 213 35.9
No 358 60.4
NC
-22-
-593 _ ~·Z _
TOTAL 100.0
-422-
LES BASTA CON ~UE APRUEBE A
-423-
EN G:SNERAL, NO PUEDO HACER r;ADA
-424-
EN REALIDADI ~UIEN SE OCUPA DE ESTO
ES MI PADRE n %
Si 167 28.2
No 376 63.4
NC _ 20_ _ §·2 _
TOTAL 593 100.0
-425-
SI SUSPENDO I HE CASTIGAN DE
ALGUNA FORMA n .JL
Si 128 21.6
No 427 72.0
NC _ :28_ - §.~ -
TOTAL 593 100.0
-426-
SI SUSPENOO, PROCURUT QUE NO HE
DE ALGUNA MANERA n 2-
Si 308 51.9
No 253 42.7
NC _ ~2_ _ 2'!¡ _
TOTAL 593 100.0
-427-
¿DISPONES DE UN LUGAR DONDE PUEDAS
-428-
n
n "".1
..... L.'.
.-; .
11 . .
". .
.......'
. . . 41&'0...
•I
.' .
n
n
r¡
n
n
n
n
n
.............................. - ..... " ...... , ... ., "
-Colegio "San Pablo u ............................... "....................... ., . . 455
-Colegio "Santa Bárbara" ......................... "" ....... " " " .... " ...... 462
-Colegio "San Claudio" ................................... " " " .. " " .. , " . 467
-Colegio "Santa. Elisa" . "" ............. ................ ...... " . " ...... .
~ ~ 470
-430-
Centro de Formación Profeéiona1 "Virgen del Pilar"
-431-
titulación académica, al menos como condición necesaria aun -
que no suficiente.
En la actualidad, el centro tiene,.un curso por otro,
más de cuatro mil quinientos alumnos de los que algo más de
la mitad eran de Formación Profesional de 1 Grado, algo menos
de la otra mitad de F.P. de 11 Grado y C.O.U. y unos centena-
res de 1ngenier!a Técnica Industrial. La plantilla de profe-
sores -incluí das todas las categorías- asciende a casi cuatro
cientas personas, a las que todavía hay que affadir el perso -
nal de administración y servicios. En la Formación Profesio-
-432-
cuencia, el centro ha gozado durante añoa de un cierto prest!
gio local ,que atraía y sigue atrayendo hacia él a estudiantes
de todas las zonas del área metropolitana madrileña. Esto
significa, aparte de largas horas de transporte, que no exis-
te relación alguna entre el centro y su entorno inmediato. ni
en un sentido ni en o~ro. al contrario que en otros establee!
mientos.
Por otra parte, el centro es menos exigente hoy que mu -
chas de las escuelas de F.P. situadas en la periferia de Ma -
drid, de manera que pone menos impedimentos al ingreso de
alumnos que no han terminado 82 de E.G.B. o que ni siquiera
han llegado a alcanzarlo. No obstarne, el centro practica
pruebas a los aspirantes y los ordena en una cola según sus
resultados, de modo que los que los han obtenido mejores son
los primeros en elegir rama. Como la inmensa mayoría de los
aspirantes quiere cursar estudios de electricidad y electrón!
ca, automoción o mecánica, por este orden, pero el equipamien
to del centro se reparte de manera similar entre éstas y las
otras seis especialidades, una mayoría de estudiantes se ven
obligados a cursar ramas distintas a la de su predilección si
no quieren tener que buscar plaza en otros centros.
La adhesi6n del centro a la experimentación de la refor-
ma de las enseñanzas medias es, en cierto modo, el corolario
de los cambios acaecidos en los últimos años. La nueva direc
ción es socialista, y algún antiguo miembro del claustro está
-433-
integrado ahora en el equipo de la Dirección General de EE.
MM. El centro se excedió incluso en la adhesión, de acuerdo
con la apreciación del Ministerio, pues en lugar de consti
tuír uno o dos grupos experimentales formó nueve, lo que sig-
nifica que en el primer curso.de experimenlación había casi
tantos alumnos de la reforma en este centro como en todos los
demás de Madrid juntos.
Según la direcci6n, la adhesión a la reforma fue decidi-
da colectivamente, y el número de profesores aspirantes a par
ticipar en ella era tan alto que por eso hubo que formar nue-
ve grupos. En las declaraciónes de los profesores no hay na-
da que contradiga abiertamente esto, pero ta~poco se corrobo-
ra: más bien parece que algunos, al menos, ni saben si hubo o
no tal decisión colectiva ni se han hecho problema de ello,
lo que probablemente significa que la iniciativa de formar
nueve grupos fue una medida preventiva de la dirección para
evitar agravios comparativos.
También oficialmente. fueron los alumnos o sus padres
quienes eligieron formar parte de los grupos de Ciclo Poliva-
lente. Parece comprobado que se hizo una reunión con ellos
para explicarles en qué consistía, pero igualmente que los re
petidores de F.P.-l fueron prácticamente forzados a seguir el
nuevo programa, as! como que al Polivalente fueron también
los que no pudieron elegir desde el principio rama por no ha
ber obtenido las mejores marcas en las pruebas iniciales.
-434-
Las enseñanzas se organizan en dos turnos, de mañana y
-435-
llerato e incluso en algunos centros de formaci6n profesiona~
-436-
riormente a los tutores y, de inmediato, se organizaron los
grupos de discusión. Las entrevistas personales fueron gra -
badas y, .du:caron entre tres cuartos de. hora y dos horas. Los
tutores entrevistados fueron uno de cada bloque (considerando
como tal a la tarde). Los grupos de discusión se eligieron
entre los alumnos de los grupos F (primer bloque) y L (segun-
do bloque). Del primer grupo se for~aron dos mesas, de 7 y 8
participantes respectivamente, del segundo tres, de 7, 4 y 3
respectivamente. Los dos primeros fueron formados cada uno
por un alumno' elegidO previamente por el entrevistador en b~
nos uno.
Las observaciones de clase comenzaron cuando al menos
una parte importante de los alumnos del Grupo F -en el que se
centraron tanto en el curso 1.983-1.984 co~o el en 1.984-
1.985, cuando ya estaban divididos entre 22C y 12F, estos 61-
timos repet1dores- ya estaban familiarizados con los observa-
dores. Los profesores no pUSieron ninguna pega a las observa
-437-
ciones, aunque la aceptaron con distintos grados, de entusias-
mo. Los observadores tomaban notas de lo que ocurría ante
ellos y se acompafiaban de un pequeño magnetófono abierto, pa-
ra el caso de que no tuvieran tiempo de apuntar todo lo nec!
sario sobre la marcha, salvo en un caso. en el que el profe,-
sor declaró que prefería que no empleáramos el aparato. Pue-
de afirmarse que los alumnos se acostumbraron enseguida -an",-
tes que los profesores, probablemente- a la presencia del en-
trevistador. Por lo demás. como puede deducirse de lo dicho.
se contó en todo momento con la colaboración de todas las au-
toridades y el personal docente.
-438-
lnstituto Nacional de Bachillerato "Manuel Pérez"
-439-
acompañando a las autoridades ~inisteriales en el día de la
inauguración. Esto hace que una gran parte del cuadro de pr2
resores sienta una especial predilección por este centro, lo
que ha dotado a un istituto de los conocidos como "de paso"
de un mínimo cuadro estable de profesores. Algunos de éstos
alentaron y organizaron las medidas de presión sobre el Minis
terio.
Pese a su reciente construcción, el centro tiene un re -
parto especial y una arquitectura arquet!picQs de los centros
"bachilleres" en el sentido más tradicional de la palabra.
Las aulas son espaciosas, claras y confortables; amplios pasi
llos y biblioteca y sala de estudios bien provistas; en cam-
bio adolece de salas y medios para llevar a la práctica las
materias y actividades que la reforma ha venido a potenciar
las áreas tecnológica y de creatividad. Baste decir que han
debido habilitarse aulas concebidas para la clase magistral
como talleres de metalurgia, la sala de audici6n como labora-
torio de programación y manejo de computadores y la sala de
dibujo para cabida a todas las pOSibles experiencias creati -
vas de los alumnos.
El centro acoge a unos seiscientos alumnos repa~tidos en
tandas de diurno y nocturno. Todos están prOvistos de sus
respectivos títulos de graduado escolar que les acredita como
estudiantes, o aspirantes, de B.U.P. La inmensa mayoría vi-
-440-
ve en la localidad que acoge al centro y le da vida. Hay un
pequefio grupo de alumnos, muy dispar, que provenientes de un
pueblo vecino menar, se prepara para el ingreso en la escuela
de "Guardias Jóvenes", instituci6n dependiente de la Guardia
Civil. Por lo demás el colectivo de alumnos es bastante hom~
-441-
chos de los profesores vinculados a la práctica experimena1
pertenecen a los del segundo grupo, es decir, al grupo de los
profesores n6madas a la busca de un puesto en otro centro.
Para acabar con el colectivo de profesores, tan sólo de-
cir que son muy pocos los que residen en esta misma ciudad,
la mayoría vive en Madrid y se desplazan a diario para impar-
tir sus clases.
El centro, tras reunión de claustro y decisión del cons~
-442-
de 1.984, es decir, cuando el primer curso de experimental
puesto en práctica estaba cerrando su primer programa. En e!
ta primera etapa se realizaron las entrevistas en profundidad
con profesores (inclu!dos los cargos escolares) y los grupos
de discusi6n de alumnos. Estos grupos de alumnos fueron for-
mados por afinidad espontánea y por la informaci6n prestada
por los tutores al investigador.
La segunde. etapa, en', la que el trabajo funduental fue
la observaci6n directa de clases y en su caso la grabaci6n de
algunas de ellas, se llevaron a cabo en los meses de Noviem -
bre y Diciembre de este mismo año, con el segundo curso expe-
rimental en práctica. De todo ello cabe destacar el buen áni
mo y la disposici6n a colaborar de profesores y alumnos.
-443-
Instituto Nacional de Baehille~ato "Jesús del Pino"
-444-
En palabras de los más antiguos profesores del centro •
tal vez sea ésta la más grande obra particular, el baber 10 -
grado generar una dinámica de trabajo en la renovaci6n pedag6
gica y apoyados en esta corta historia impulsar a nuevos y an
tiguos profesores a ahondar en ella.
El centro de cabida a 950 alumnos que se reparten en un
total de 25 grupos en los distintos cursos. De estos veinti-
cinco s6lo dos realizaron la experiencia piloto en el primer
año y cuatr~ en el segundo, los dos del primer año más dos
grupos que iniciaron por segunda vez el primer curso poliva -
lente.
La áreas de nueva implantación se estructuraron atendie~
-445-
se consigui6 la cesi6n por parte de la Asociaci6n de Vecinos
de un local pr6ximo aLcentro, donde se organiz6 dicho taller,
con asignaciones del centro y un profesor contratado venido
de un centro de formaci6n profesional de Madrid.
Para la organizaci6n del área artística se cont6 con las
instalaciones y el profesorado de la Universidad Popular de
esta ciudad.
El claustro de profesores asumi6 la responsabilidad en
el ejercicio de la renovaci6n de lsprácticas docentes. El
claustro está formado por 54 profesores, de los que más de la
mitad son mujeres. Esta proporcionalidad no se mantiene y de
hecho se invierte en el consejo de direcci6n, al que s6lo pe~
-447-
cias de criterio casi históricas en torno a las subvenciones
para las actividades culturales. Tr.as la concesión del pre -
mio Giner de los Rios a la innovación pedagógica, parece que
esas tensiones se han suavizado hasta hacer viables practica-
mente todos aquellos proyectos que claustro y alumnado consi-
deran interesantes.
1a reforma llega en un momento en que la mayoría de los
profesores definía como crítico, un momento que se distinguía
por la falta de energía y la inviabilidad de soluciones alte~
-448-
servaciones de clase que no se incluyen en los materiales de
la investigación y que se utilizaron co~o muestreo previo a
la parte etnográfica que se desarrollaría en loe primeros me-
ses del curso 1.984-85. El trabajo de campo se realizó sobre
la base que suponían los alumnos del segundó curso polivalen-
te, es decir, con el grupo de alumnos que ya tenía la expe -
riencia de un afio en la experiencia renovadora.
La colaboración por parte de los alumnos fue decidida y
-449-
Colegio "Cadarso"
-45C-
repartidos en tandas de diurno y nocturno. El grupo más nume
roso es el de diurno, y las diferencias entre unos y otros es
tudiantes son enormes. Estan organi~ados en 28 grupos, de
los que s610 dos siguen la experiencia polivalente.
Las diferencias de alumnado entre los de diurno y noctu!
no son tales que el centro adquiere una diferente imagen. El
alumnado de los cursos nocturnos es generalmente adulto y en
su mayoría trabaja; éste fue un requisito imprescindible para
poder seguir estos cursos, aunque últimamente se han hecho
una serie de excepciones con gente que no encontraba centro
para seguir sus estudios, así como el caso curioso de un alum
no indisciplinado al que se le di6 la opción de seguir en el
nocturno o no se le renovaría la matrícula. El alu~no de los
cursos de las mañanas es un estudiante estandar, púber y de
"clase media" en palabras del director del centro. El alumno
de la tarde, para definirlo con un chiste oido en el centro ,
desanima a que los profesores aparquen sus coches junto a los
de ellos por temor a las comparaciones.
El centro es concertado y subvencionado por el Estado ;
por media, un alumno paga entre tres y cuatro mil pesetas por
mes en los cursos de B.U.P., y algo más por el curso de C.D.
U. Recibe su alumnado de una manera un tanto anárquica. Son
muy pocos los alumnos que viven en los alrededores, ya que es
un barrio poco poblado y envejecido, y hasta las aulas llegan
procedentes de los puntos más dispares de Madrid, aunque pre-
ponderan los de la zona Suroeste, es decir, Aluche, Batan,et~