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CUALIFICACIONES
EN EL MERCADO DE TRABAJO
Mariano F. Enguita
Universidad de Salamanca
Departamento de Sociología
Mayo de 1996
INDICE
2
LA EPA Y LAS VARIABLES DE ESTE ESTUDIO
españoles, que comprenden a unas doscientas mil personas, más de ciento cincuenta
poco más de un tercio ocupadas). Constituye, por tanto, una potente base de datos,
imprescindible para todo análisis del mercado de trabajo. Sin embargo, como cual-
menor de la que sugeriría un número tan elevado de casos por tratarse de una
lar por la calidad y fiabilidad de los informantes y por posibles sesgos que penali-
gorización de los valores de diversas variables, y ello desde las definiciones más
elementales y básicas para la encuesta misma, tales como las de “actividad” o “em-
nar no tiene otro objetivo que el de advertir que, pese a que este trabajo es por
la medida en que deban traerse a colación para justificar algunas opciones adopta-
resultar obvio, que los datos que aquí se emplearán no son los resultados agregados
que ofrece el Instituto Nacional de Estadística en forma impresa, sino los micro-
los datos de la encuesta vienen marcados por la muestra y el cuestionario (más al-
gunos límites adicionales que pone el I.N.E., como no suministrar los datos sobre
zar las variables suministradas o construir sobre tal base otras nuevas, ceñirse a
mitarse al tratamiento discreto de una u otra oleada o componer con ellas series
temporales.
riables, sobre todo cuando éstas presentan un elevado número de valores y tanto
Esto sucede, por ejemplo, con las ocupaciones y las actividades a dos dígitos y con
numerosas variables que de partida sólo son aplicables a grupos pequeños, tales
con variables igualmente numerosas aunque con valores mejor distribuidos, como
otras variables, como los estudios de postgrado entre los estudios terminados o la
formación continua entre los estudios en curso; o con variables pertinentes sólo
para grupos ya de por sí pequeños, como las que concretan aspectos como la tempo-
ralidad de los contratos (aplicable sólo a los que tienen tales contratos), las causas
por las que no se busca empleo (sólo para los activos que no lo buscan), etc. Enton-
ces sería aconsejable una muestra más grande, pero, como es lógico, la muestra
original no fue pensada para estudios de detalle sobre tal o cual colectivo, sino pa-
más reciente sigue el modelo de 1992. Además, algunas de las variables más impor-
clasificación de ocupaciones lo hizo todavía un año más tarde, en 1994, con el paso
y las de la CNO-94, aun cuando algunas de ellas —pero sólo algunas— sean muy si-
milares, sea a dos dígitos o a uno. La inaccesibilidad de los datos a tres dígitos in-
algunos insalvables—. Por ello, algunas de series sólo pueden llegar, en nuestro ca-
so, de 1976 a 1991, concretamente las relacionadas con la rama de actividad; otras,
como las relacionadas con la ocupación, hasta 1993, las relacionadas con la ocupa-
ción; y otras, en fin, como las relativas a la posición global ante el mercado de tra-
rado, todas ellas atinentes al análisis del mercado de trabajo, los valores en que
cada)
Condición socioeconómica
Sector
División
Agrupación
Grandes grupos
Subgrupos
Variables territoriales:
Provincia de residencia
Comunidad Autónoma de residencia
Estudios terminados
LISTAS DE VALORES DE LAS VARIABLES EMPLEADAS
3 Ocupados subempleados
4 Resto de ocupados
7 Inactivos 1 (desanimados)
9 Inactivos 3 [otros]
(recodificada)
2 Ocupados
3 Parados
4 Inactivos
SITUACIÓN PROFESIONAL
1 Empleador
4 Ayuda familiar
7 Otra
En la EPA modelo 92:
2 Otros empleadores
en franquicia
6 Ayuda familiar
9 Otra
1 Empleador
2 Pequeña burguesía
3 Asalariado
4 Otra
CONDICIÓN SOCIOECONÓMICA
cuenta ajena
SECTOR DE ACTIVIDAD
Primario
Secundario
Terciario
Otros servicios
00 Actividades agrarias
10 Energía y agua
31 Mecánica
40 Alimentación e indumentaria
50 Construcción
60 Comercio al pormayor
61 Comercio al pormenor
63 Reparaciones
70 Transportes
71 Comunicaciones
80 Finanzas
81 Servicios a empresas
90 Administración
91 Educación
92 Sanidad
93 Servicio doméstico
94 Otros servicios
AGRUPACIÓN DE ACTIVIDAD (CNAE-74 a dos dígitos)
01 Producción agrícola
02 Producción ganadera
05 Silvicultura
06 Pesca
querías
13 Refino de petróleo
y agua caliente
25 Industria química
transporte)
lación)
43 Industria textil
cas y edición
50 Construcción
62 Recuperación de productos
66 Hostelería
97 Servicios personales
67 Reparaciones
74 Transporte aéreo
76 Comunicaciones
81 Instituciones financieras
82 Seguros
93 Educación e investigación
98 Servicios domésticos
y similares;
01 Profesionales de la sanidad
03 Profesionales de la educación
04 Profesionales de la comunicación
05 Otros profesionales
20 Directivos
30 Personal administrativo
41 Dependientes
52 Personal de seguridad
60 Trabajadores agrarios
70 Supervisores industriales
73 Trabajadores de la maquinaria
74 Trabajadores de la construcción
75 Conductores
76 Peones
res
similares
farmacia
13 Profesores
res
25 Fuerzas Armadas
de viajeros
en otras rúbricas
cas
hogares y similares
milar
ca
pesca
63 Trabajadores forestales
la fabricación de papel
trabajadores asimilados
similares
milares
dera
y proyección cinematográfica
tructuras metálicas
93 Pintores
anteriores
95 Trabajadores de la construcción
te
COMUNIDADES AUTÓNOMAS
ESTUDIOS TERMINADOS
0 Analfabetos
1 Sin estudios
equivalente
9 Estudios superiores
En la EPA modelo 1992:
01 Analfabetos
02 Sin estudios
equivalente
F.P. II
la salud
jurídicas
turales
20 Tres cursos aprobados, sin derecho a titulación, de una carrera de
ciclo largo
la salud
rídicas
turales
a diplomado universitario
Valores originales
1 2 3 4
Valores recodificados
SITUACIÓN PROFESIONAL
Valores originales
1 2 3 4
Valores recodificados
RAMAS DE ACTIVIDAD
00 10 20 30 31 40 41 50 60 61
62 63 70 71 80 81 90 91 92 93 94
01 02 03 04 05 20 30 (S. Público)
31 (S. Privado) 32 40 41 50 51
52 53 60 70 71 74
98 99 82,87,93,97
75 76 77
Valores originales
Valores recodificados
GENERACIÓN
Valores originales
Valores recodificados
1976 Y 1994: UNA COMPARACIÓN DIRECTA
más cualificados. Así, por ejemplo, pasamos del 9,3 al 4,3 de analfabetos entre los
mayores de 16 años, del 16,3 al 14,7 alfabetizados pero sin estudios y del 56,6 al
35,4 por ciento con apenas la educación primaria. En contrapartida, los titulados de
secundaria pasan del 7,6 al 18,4, y los titulados superiores del 3,6 al 8,7.
ración joven. Los analfabetos descienden del 1,5 al 0,4, los sin estudios del 4,3 al
1,4 y los que no tienen otra cosa que estudios primarios del 55,3 al 11,9. En con-
traste, los titulados de educación secundaria pasan del 19,2 al 40,0, y los titulados
En el período de 1976 a 1994 el paro aumentó para todos, pero lo hizo con
más fuerza, no para los de menor nivel de cualificación, sino para diversos niveles
no consecutivos, más bien altos que bajos, en particular para los que sólo tenían
estudios primarios, para los titulados de EGB, los de BUP y los universitarios. Lo
único común a todos estos grupos es que se trata de estudios generales, quedando
fuera, entre los preuniversitarios, los de formación profesional y, entre los univer-
sitarios, los de ciclo corto, siempre más directamente profesionalizantes que los
de ciclo largo.
hay ninguna asociación clara entre nivel de estudios terminado y empleo o desem-
pleo. Es algo más clara la relación entre actividad (o inactividad) y nivel de estu-
dios. La actividad aumenta con el nivel de estudios, pero se comporta como una
función con dos recorridos parecidos pero discretos: expresada como lo está en
esta variable, en cuanto inactividad, disminuye de los analfabetos a los que tienen
entre 1976 y 1994 por doquier, pero muy especialmente entre el grupo con sólo la
nivel de estudios y las tasas de actividad, ocupación y desempleo se hace más in-
consistente, lo cual probablemente se deba, más que a ninguna otra cosa, a la falta
va.
Aquí, la relación inversa entre estudios e inactividad (o, directa, entre estudios y
actividad) se vuelve más clara y consistente, y lo mismo ocurre con la relación en-
para los adultos, en la primera y la última de las categorías mencionadas. Para los
res, del 3,3 al 4,6 por cien, pero cayó fuertemente la de la pequeña burguesía (em-
presarios sin asalariados, cooperativistas y ayudas familiares). Se diría que hay dos
tipos de empleadores: los no educados, que crecen con el nivel de estudios hasta
primaria en 1976 y hasta el bachillerato en 1994, y los educados, que arrancan del
valle producido en cada caso en el nivel siguiente para crecer de modo consistente
hasta los licenciados. Ha de hacerse notar que el trabajo autónomo cae en relación
inversa con el nivel de estudios, pero sube repentinamente al llegar a los licencia-
dos, tanto en 1976 como en 1994, sin duda debido al peso de los profesionales libe-
moderado (del 4,5 al 5,2 %), y la caída de la pequeña burguesía es bastante más
fuerte (del 27,3 al 19,2). La relación entre el nivel de estudios y las probabilidades
de ser empleador se hace más inconsistente, mientras que con las de ser pequeño
tentes con el tiempo, mientras que las de ser pequeña burguesía pasan, de 1976 a
ción de los grupos menos cualificados, particularmente los analfabetos y sin estu-
zadas para la clasificación de actividades sólo hasta ese año), su grado de concen-
tración en el sector primario aumenta, como si ese fuera a ser su último reducto
muy bajos en la construcción y los servicios. En cambio, los niveles de mayor cuali-
Las cualificaciones parecen estar mucho más polarizadas (predomino de las extre-
mas sobre las intermedias) en los servicios que en la industria, pero la polarización
serva, asimismo, que estas tres últimas ramas mencionadas, aunque de cualificación
1991) una proporción menor de las altas cualificaciones. Este fenómeno es intere-
sante, pues indica que la alta cualificación va dejando de ser un fenómeno vinculado
generalizarse como la respuesta a una evolución general del sistema productivo (me
ficados por doquier, no a una mayor cualificación de todos los puestos de trabajo)
este propósito, y no nos dice nada que no supiéramos ya por la clasificación de acti-
pero creciente. Vale la pena señalar, eso sí, el aumento de la cualificación de los
plomados y licenciados que van a parar a las ocupaciones administrativas (no profe-
sionales ni directivas) en 1993 por comparación con 1976. En cambio, resulta com-
La fuerte presencia de personas con estudios primarios, EGB, etc. entre los
“profesionales y técnicos” no indica sino la laxitud de este concepto, que junto a las
este grupo, lo mismo que entre los directivos y cuadros, sólo que mucho más lenta-
namos profesionales de la gestión, los directivos y los empleados del sector públi-
co, pero también en todos los otros grupos que encabezan la clasificación. Pero vale
la pena hacer notar otro fenómeno, que es el cambio en el peso relativo de esos dos
tipos de titulados: en unos casos, los diplomados parecen ganar espacio mucho más
rápidamente los licenciados y ganan terreno proporcional a los diplomados, así en-
tre los profesionales de las ciencias y las técnicas y entre los de la sanidad.
En el otro extremo, el trabajo agrícola parece, una vez más querer monopo-
Aunque sóo uno de cada diez trabajadores es analfabeto y/o carece de estudios,
entre los trabajadores agrarios éste es el caso de tres de cada diez. No obstante,
analfabetos y sin estudios se reparten más entre otras ocupaciones en 1994 que en
puede verse directamente en las tablas, pero permítasenos sólo comentar algunos
de cometido altamente cualificado (del 34,7 al 18,0 %), algo sin duda debido en
aumento de las cualificaciones educativas de los empleados del sector público (los
pasan de ser el 24,3 a suponer un 70,2 %). Estas diferencias se observan con ma-
adulta.
Al contemplar las diferencias por comunidades autónomas el patrón que sur-
ge con más claridad es el que separa al norte del sur. No necesariamente centro-
las cosas no eran muy distintas, pero algo habían cambiado. Las regiones desfavo-
recidas eran más o menos las mismas, pero entre las favorecidas ya aparecían el
País Vasco y Madrid, tal vez por haber dejado de ser receptoras de inmigraciones
masivas.
con menor analfabetismo y con menos población sin estudios son el País Vasco, en
Navarra, Cantabria y Asturias. Entre las menos favorecidas están siempre Anda-
lucía, Canarias, Extremadura y Murcia, pero las diferencias son mucho menores en
hace aparecer, por cierto, como la zona más desfavorecida a este respecto, sin
a partir de las series construidas con los datos de la EPA desde el cuarto trimes-
tre de 1976 hasta el cuarto de 1994, con oleadas separadas no por un año sino por
año y medio, o seis trimestres, que es lo que tarda en renovarse por entero la
tomados cada dos y un año naturales. Las series llegan hasta 1991 para las varia-
bles relacionadas con el tipo de actividad, hasta 1992 para las relacionadas con el
tipo de ocupación y hasta 1994 para el resto, porque esos son los tramos homoge-
da sólo desde 1987, ya que fue entonces cuando se modificó la encuesta para dar
Las primeras series del grupo muestran, como podía esperarse, una fuerte
cualquiera que sea su relación con la actividad. Sin embargo, no sucede otro tanto
con los clasificados como “sin estudios”, que se mantienen relativamente constan-
tes a todos los demás niveles de estudios terminados, y de manera especial los
y los parados, lo que sin duda se debe a que su principal motivo es la muerte paula-
ción de una caída ligera pero apreciable entre los activos (ocupados o parados) y
una subida equivalente entre los inactivos. En cuanto a la caída del porcentaje con
estudios primarios, es fuerte para todos los grupos, pero más para los activos que
para los inactivos y, entre los primeros, más para los ocupados que para los para-
dos. Sin entrar en más detalles, digamos que lo correspondiente sucede, pero en
sentido inverso, para los graduados escolares, los titulados de enseñanza secunda-
que sea su signo, es mayor para los ocupados que para los parados y los inactivos, y
por tanto que para el conjunto. Esto es coherente con la idea de la pertinencia de
las credenciales escolares a la hora de encontrar empleo, así como con el artefacto
estadístico consistente en que, por definición, los ocupados (y los parados) son un
grupo de edad más homogéneo que los inactivos. Por otra parte, la evolución de los
parados es siempre algo más errática e irregular, lo cual puede deberse a varias
causas, algunas de las cuales tienen más que ver con los instrumentos de medición
que con los fenómenos medidos: primero, a que son un grupo más pequeño en cifras
parado entraña siempre un elemento subjetivo que la hace más sensible a los movi-
mientos cíclicos del mercado de trabajo, pues las fronteras entre el paro y la inac-
del momento, especialmente entre los grupos situados en los márgenes del mercado
para la población contada aparte. Esto es lógico, pues se trata de los varones que
están realizando el servicio militar obligatorio, de modo que es, de los grupos con-
siderados, el más homogéneo en edad, el más joven y el que acaba de dejar la insti-
tución escolar o ni siquiera lo ha hecho todavía. Por lo tanto, este grupo es el mejor
del conjunto de la población, pues para ello hay que contar con la evolución diferen-
cial de las cualificaciones de las mujeres) para aquellos niveles que se alcanzan an-
tes de la edad de ser llamado a filas, si bien es un reflejo pésimo de los que se al-
canzan después o a una edad aproximada. No obstante, dado que ni tiene relación
todavía con el mercado laboral, en principio (por eso sus integrantes son “contados
entre los ocupados, así como la diferencia entre éstos y los parados, más que entre
activos e inactivos. Mientras que la media de años de estudio pasó de 4,75 a 7,97
para los ocupados, para el conjunto de los adultos sólo lo hizo del 4,22 al 6,39 y
para los parados del 5,16 al 7,77. Este dato fundamenta la idea de que las creden-
ciales escolares resultan cada vez más relevantes a la hora de la búsqueda de em-
pleo.
te superior entre los ocupados que entre los parados, mientras que resulta similar
para los titulados de bachiller y F.P.-II e inferior para los niveles más bajos de la
actual estructura de las titulaciones, FP-I y EGB. Sin embargo, vuelve a ser sensi-
blemente más alto el de los que poseen estudios primarios a diferencia de los que
específica del sistema anterior a la Ley General de Educación, que afectaría sobre
dignas de ser comentadas entre los empleadores, la pequeña burguesía y los asala-
riados. Lo primero que salta a la vista es que los niveles inferiores de cualificación:
la pequeña burguesía, es decir, entre el conjunto cuyo grueso está formado por los
sencia siempre es mayor entre los asalariados que entre la pequeña burguesía, y
además con una diferencia amplia que sólo se reduce levemente al llegar a los titu-
lados superiores (de ciclo largo), sin duda por la irrupción en este nivel de un grupo
en este grupo. Los bajos niveles de educación (sin estudios, estudios primarios), sin
embargo, han disminuido más lentamente en este grupo que en otros, agrandándose
así la diferencia entre unos y otros. Es de notar también el menor aumento de los
este grupo, por comparación con los otros, probablemente porque corresponden y
empujan al trabajo por cuenta propia en menor grado que a los empleos asalariados.
entre ellos, y los que carecen de estudios son infrecuentes, lo cual parece razona-
ble cualquiera que sea el mínimo necesario de destrezas para gestionar o controlar
una empresa. Sin embargo, hay más empleadores que asalariados con sólo estudios
namente hasta convertirse en ventaja de los asalariados en los últimos años. Quizá
que estudiar más allá de un cierto tiempo ya indica una menor disposición a hacer
dinero necesario para crear esos empleos . El caso es que la escolarización media
de los empleadores pasa de 6,25 a 7,94, mientras que la de los asalariados lo hace
de 5,14 a 8,54.
res asalariados del sector público, en comparación con la del sector privado. La
diferencia para los dos primeros niveles mencionados, sencillamente porque van
sector público. Pero hay que señalar que la diferencia es algo decreciente en el
los titulados superiores de ciclo corto, lo que indica que la expansión del empleo
evolución de la duración media, en años, de los estudios terminados por los emplea-
dos públicos y privados aumenta en paralelo, con intensidad similar, y con los em-
pleados públicos siempre en cabeza y con una ventaja de más de tres años: 7,63
trimestre de 1994.
Condición socioeconómica
mente comunes entre todos los activos agrarios, en primer término el “resto de
directivos no agrarios, los profesionales por cuenta propia o ajena, los jefes admi-
úan por encima del común en este aspecto, aunque siempre en menor medida, los
categorías con superávit, aunque más modestamente, pero a su zaga aparecen tam-
bién otras como los autónomos, los supervisores, los operarios cualificados y los
nales por cuenta ajena, muy por encima de cualquier otra categoría, y también, pe-
ro mucho menos, entre los profesionales por cuenta propia, los directivos no agra-
lares menudean prioritariamente entre los profesionales por cuenta propia, , muy
por encima de cualquier otro grupo, pero también entre los profesionales por cuen-
no agrarios, entre los que se encuentran por debajo. En comparación, las categorías
sucede con los profesionales por cuenta propia y ajena o, en menor medida, con los
1992, la Encuesta no registraba ninguna otra especificación para los titulados uni-
versitarios de ciclo largo que su condición de tales, y, aunque desde 1992 lo hace,
sionales por cuenta propia y ajena, que por definición son en su gran mayoría titu-
lados superiores, y también, en buena medida, a los directivos; o sea, a las tres
te, no hay que ignorar por esto otro probable hecho: que la educación de los menos
educados, medida en años, tiende a avanzar más rápidamente que la de los más
no es éste el lugar para entrar a discutir en detalle hasta dónde se debe el fenó-
Entre los que se sitúan por debajo de la tónica general, destacan también
por un relativo estancamiento los autónomos agrarios. Esto, dado que en este pe-
Tipo de actividad
dos por ramas de actividad confirma, en primer lugar, lo que ya es bien sabido res-
pecto del sector primario, aunque con algunos matices. Analfabetos y sin estudios
otro, y los que sólo poseen estudios primarios empiezan a la par el periodo para
destacar claramente al final del mismo. Los analfabetos caen en la agricultura más
rápidamente que en general y que en los otros dos sectores, pero es por su extra-
ordinariamente grande presencia inicial. En el caso de los analfabetos y los sin es-
tudios, su peso se sitúa bastante por debajo el sector terciario y algo el secunda-
todo el periodo por encima para terminar a la par y la industria al contrario, co-
mienza y se mantiene casi todo el periodo a la par para terminar por encima. Los
dia de los estudios terminados muestran que, aunque ha aumentado en los tres sec-
Las series por divisiones son algo más explícitas. Así, por ejemplo, permiten
ver que los analfabetos son especialmente infrecuentes, dentro del sector tercia-
servicios, aunque puede suponerse que es por estos “otros” más que por aquélla. Los
dan en todas las ramas excepto en los servicios cuaternarios, o sea, finanzas y
que su presencia aumentó fuertemente en todos los demás. Los dos niveles de for-
como es lógico, en las ramas industriales, con metal y mecánica a la cabeza, seguida
de energía y agua y de químicas, por este orden, para la FP-II, y por ambas, más o
menos a la par, para la FP-I. En cambio, es visible cómo, a pesar del fuerte peso de
la especialidad de administración, la formación profesional no ha conseguido pene-
las empresas una presencia muchísimo más alta que en cualquier otra; valga como
en 1976 y 25,71 frente a 8.95 en 1991 —lo cual denota también, no obstante, un
ligero decrecimiento relativo. Se trata, sin duda, del título modal de los oficinistas.
cios (incluidos educación y sanidad), pero hay que hacer notar que la presencia de
diplomaturas y otros títulos de ciclo corto es mucho más elevada, durante todo el
fino. Sin entrar en todos los detalles, que resultarían ya demasiado prolijos y están
agricultura, del sector servicios destaca sobre todas las demás una rama por la
porque lo es, y por que lo es en medida mucho mayor; la disminución de los sin estu-
dios, en cambio, sigue ya una evolución similar a la general, y los siguientes niveles,
en concreto los que poseen estudios primarios y los graduados de EGB, crecen más
rápidamente en ese sector que en otros y que en el conjunto. Los trabajadores sin
pero decadente agricultura, vemos cómo las ramas industriales corren todas algo
por encima, pero no lejos de la media, y las comerciales pegadas a ésta. Pero vemos
por el trabajo manual: reparaciones, hostelería y transporte, todas las cuales co-
rren en paralelo por encima de la curva del conjunto. Son particularmente escasos
lógicamente, en las ramas en las cuales la mayoría de los empleos presentan ya re-
quisitos de entrada superiores, como educación y sanidad, pero también en los ser-
le claramente, así como en la Administración, los servicios a las empresas y las co-
sanidad y en la educación, ante todo. Las licenciaturas lo son también en estas ra-
mas, y tienden a serlo más, y también en los servicios a las empresas; aunque en
zas y los otros servicios. Los sectores en los que su presencia crece más rápida-
mente son las finanzas y, sobre todo, la educación, que parece reclamarse insacia-
blemente a sí misma; en los servicios a las empresas y los otros servicios, sin em-
el conjunto, a pesar de ser la rama con el nivel más bajo. Por el contrario, no se
función de los anteriores elimina los años debidos a estudios de postgrado (docto-
El tipo de ocupación
esperar, y los “otros” trabajadores de los servicios. Otro tanto sucede con los tra-
bajadores sin estudios, sólo que, en este caso, la proporción decrece poco en gene-
ral, menos que poco entre los “otros” trabajadores de los servicios y aumenta, in-
cluso, entre los trabajadores agrarios. Dicho esto, evitaremos ya insistir sobre
rama de actividad, aunque no sin antes recordar que esta categoría ocupacional es
corpora a los trabajadores agrarios en otras actividades (por ejemplo, los jardine-
trabajadores del comercio, cuya curva se presenta por debajo de la global al co-
mienzo del periodo pero a la par, o casi, al final del mismo. [** Gráfico primarios
sobre todo de este último, si bien la rapidez de este aumento no significa que se
acerquen siquiera a las cotas de los bachilleres. El bachiller resulta ser una titula-
ción harto frecuente también entre los directivos y cuadros, a lo largo de todo el
también una importante caída de los titulados de FP-II y similares entre estos
últimos, si bien esto podría deberse en gran medida a la absorción por la universi-
liferan, como no podía ser menos, entre los profesionales y técnicos, con gran dife-
rencia en ambos casos, y entre los directivos menos en todo caso y más las prime-
dios terminados muestra una tónica general ascendente, seguida más o menos es-
par, y por los “otros” trabajadores de los servicios y los industriales, ambos gran-
des grupos sensiblemente por debajo. En cambio, los directivos y cuadros y los
muestran un ascenso más leve en su escolarización. Por último, en los dos extremos
del arco, los trabajadores agrarios, que son los que menos han estudiado, y los pro-
fesionales y técnicos, que son quienes más lo han hecho, ven aumentar mucho me-
nos sus estudios, que se mantienen casi constantes —pero, como ya se advirtió con
en buena parte a las limitaciones del instrumento de medida, que es ciego más allá
ocupacionales permite, una vez más, afinar mejor. Así vemos que el analfabetismo
caída demográfica, claro está). La carencia de estudios está también muy extendi-
da entre los grupos mencionados y el del personal de seguridad., y los estudios pri-
cia de los oficinistas, pero más en las oficinas públicas, o sea, entre los funciona-
rios, que en las privadas, así como que, siendo menos importante entre ellos, au-
menta con mayor rapidez en el cajón sastre de los “otros profesionales”, entre los
contramaestres. Cae, en cambio, entre los científicos y técnicos y entre los profe-
y amplían su campo especialmente, como parece razonable, entre los grupos ocupa-
cionales más cualificados, como los maquinistas, o con responsabilidad, como los
bien habría que calificar como técnicos y en los empleos de oficina. En general,
puede notarse un despegue a partir de la segunda mitad de los ochenta, sobre todo
les de la educación y la sanidad y entre los científicos y técnicos, pero lo que des-
los cuales hay un fuerte ascenso hasta el primer tercio de los ochenta y una esta-
bién, en consonancia con datos anteriores, que son bastante más frecuentes entre
los empleados de oficina del sector público que entre los del privado. En contrapar-
tida, están prácticamente ausentes entre los trabajadores agrarios, los industria-
de la escolarización, suave pero firmemente ascendente para todos los grupos ex-
cepto para los que ya estaban cerca del nivel de saturación (para el nivel de medi-
do de la educación del personal de seguridad (que incluye las fuerzas de orden pú-
lización, en sentido estricto. Algo parecido hay que decir de los peones, que siguen
por debajo de la media global pero reducen sensiblemente distancias, lo que expre-
farolillo rojo, sino que se rezagan más, pero también hemos explicado ya que esto
adulta analfabeta es, lógicamente, más pronunciada cuanto mayor era su presencia.
el País Vasco.
A estos efectos tienen más interés los datos relativos a la duración media
tencial, de 4,22 años en 1976 a 6,39 en 1994. La comunidad con una educación me-
dia más prolongada era y sigue siendo Madrid, pero en el periodo considerado ha
Otro tanto parece suceder con Ceuta y Melilla, pero para estas “plazas africanas”
sólo hay datos desde 1987, por lo que sería más aventurado sacar conclusiones.
LA FUERZA DE LA ASOCIACIÓN A TRAVÉS DE LOS ESTADÍSTICOS
otra la fuerza de la asociación existente entre los estudios terminados por los in-
variables como las que expresan su relación con el mercado de trabajo (actividad,
Las tablas presentan, en todos los casos, trece estadísticos sucesivos que son los
dios terminados (ESTUDR) con la variable elegida para las sucesivas oleadas de la
Los estadíscos presentados son los más típicos entre los adecuados para variables
y Tau de Goodman-Kruskal.
nominales o de orden superior, pero no tiene límite y depende también del número
ginales. Por consiguiente, sirve como aproximación para ver la evolución de la fuer-
za de la asociación a lo largo del tiempo, pero deben tenerse en cuenta los cambios,
muestra no es estable, con un ligero aumento a lo largo del tiempo) y en los grados
de libertad (en las variables cuya codificación ha cambiado hemos completado, para
estas tablas de estadísticos, la serie hasta el año 1994, pero, si el número de valo-
que sea el tamaño de la muestra y de las tablas, aunque tampoco puede interpre-
Kruskal, ambas medidas de reducción proporcional del error (PRE), lo que las hace
menos sensible a este aspecto, que la primera. Siendo Landa una medida simétrica
opción.
Lo que las series de estadísticos reflejan es algo bastante sencillo. En primer lu-
gar, todos los estadísticos muestran una tendencia más o menos consistente al
que ésta se mida con mayor o menor detalle (es decir, tanto para grandes grupos
como para grupos y subgrupos ocupacionales). Para las demás variables, las evolu-
ciones son más diversas y erráticas, sin que pueda señalarse una tendencia clara.
Para el tipo actividad, en particular, las tendencias son erráticas para los niveles
muestran también con un claro predominio del descenso para el nivel de mayor des-
Si esto es así, nos encontraríamos con lo siguiente: 1) con que la conexión entre el
senta cambios relevantes en el período; 2) con que tampoco lo hace a primera vista
la conexión con el tipo de actividad, si bien parece perder importancia cuando des-
cendemos al nivel de mayor desagregación; y 3) con que, en todo caso, la conexión
pierde fuerza cuando trata del tipo de ocupación, cualquiera que sea el nivel de
medición de ésta.
sexo y la edad. Por otra parte, puede suceder que la asociación entre el destino
unos empleos mientras la gana para otros. Finalmente, fenómenos de fuerte asocia-
la educación ganara importancia para las mujeres pero la perdiera para los hom-
bres, y en el mismo grado, pero siendo aquéllos más en la fuerza de trabajo, el re-
sultado global sería una pérdida de intensidad de la asociación). Pero todo eso sería
ya otra investigación.
TIPO DE ACTIVIDAD DE LA EMPRESA: DIVISIÓN -1976-1991- O SECCIÓN -1993-1994- (ACT1)
GENERACIÓN JOVEN (16 A 29 AÑOS)
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