Rutas por Español

Aragón 11
Río Jalón

Río Isuela

Río Aranda

Calatayud

Río Ribota

Monasterio
de Piedra
y Balnearios

Bajo Jiloca

Río Perejiles
11 A destacar
La tierra de los ríos

Las comarcas de Calatayud, Aranda y Valdejalón son tierras

de ríos. Frontera del tiempo pasado y del futuro. Desde la
Almunia de Doña Godina
 Museo Parroquial Celtiberia hasta nuestros días, el paisaje ha sido testigo del
 976 600 891
paso de civilizaciones que nos han dejado su huella. Romanos,
Morata de Jalón
 Colección Etnográfica Julio musulmanes, judíos y cristianos levantaron fortalezas, edificios
López
 976 605 397 religiosos o ciudades. Su legado es el nuestro.

De Valdejalón trabajo del ladrillo en forma de arcos,

de zig-zag y azulejos nos invoca la pre-

al Isuela sencia de culturas islámicas convertidas

Partiendo de Zaragoza y tomando la au-
tovía de Madrid, a unos 50 km nos en-
contramos la localidad de La Almunia
de Doña Godina.
Es villa en la que se cruzan los ca-
minos. Nos recibe la parroquial de
Nuestra Señora de la Asunción con
su cúpula y la torre mudéjar. El cuerpo
de la iglesia es del siglo XVII, mientras
que la torre arranca en el siglo XIV. El
al cristianismo.
La planta cuadrada aparece lisa en
un primer cuerpo, decorada con fajas
de ladrillos en el segundo, y con arcos
de medio punto ciegos en el tercero.
Se transforma en altura en tres cuerpos
poligonales y el sol, cuando brilla sobre
la torre, hace que los muros se desdi-
bujen, cambien en función de la luz. Un
capricho que recuerda los tapices, pero
que también invita a reflexionar sobre lo
eterno y lo cambiante.

Ricla. Chimenea y torre de la iglesia al fondo.

Existe un conjunto sanjuanista de

iglesia, hospital y palacio que bien me-
rece una visita.
Destaca por encima de todo la er-
mita de Nuestra Señora de Cabañas.
Edificación de tres naves con cabecera
semicircular, levantada en mampostería
siendo destacable su interior.
Se suceden tres etapas constructivas
entre el siglo XII y el XX, siendo lo más
interesante las pinturas del siglo XIV
La Almunia. Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. La Almunia de Doña Godina. Ermita. conservadas en su interior y la pila bau-

tismal. Las iconografías utilizadas son un
viaje al medievo, un mensaje de caballe-
ros y escudos heráldicos. Una conexión
visual al pasado.
Avanzamos por la autovía de nuevo
hasta llegar a Ricla. Estamos a 58 Km de
Zaragoza. Nos da la bienvenida el cas-
tillo con un azulejo de Muel que tiene
la cita “Ave María Purísima sin pecado
concebida. 1772”.
La fortaleza nos cuenta a través de
sus muros, hechos y rehechos en mil
ocasiones, historias de los árabes, de
los Luna, y a medio camino entre lo real
y la leyenda nos aparecerán túneles que
bajaban hasta el Jalón o reconquistas
realizadas por Alfonso I.
La iglesia de la Asunción, levanta-
da entre el siglo XIV y el XVIII, presen-
ta además una esbelta torre, mudéjar,
patrimonio y herencia de la humanidad.
Posee un cuerpo inferior cuadrado y
uno superior poligonal. Realizada en la-
drillo, sus muros se articulan con esqui-
nillas, cruces y rombos que se encargan
de aligerar el peso de los muros y crear
movimientos rítmicos.
Aparte del interior de la iglesia, de-
corada en el siglo XVIII, hay que pasear
por Ricla para encontrar arcos y palacios
civiles o descubrir las huellas de la se-
paración en dos barrios, el cristiano y el
musulmán.
Abundan los restos paleontológicos
en el camino de las Conchas (cerca de la
Mesones de Isuela. Castillo.
Tierga. Iglesia de San Juan Bautista.
confluencia del Jalón y el río Grío) y son
de destacar los espacios naturales de
la Cueva de la Sima, del Muerto (para
espeleólogos) o el paseo por los azudes
del Jalón.
Nos dirigiremos, dejando atrás ro-
bles, pinos, oliveras, almendros y rapa-
ces hacia las tierras de Calatayud o del
Aranda.
El Isuela, río que nace en tierras de
Beratón, tiene en Mesones una de sus
más espectaculares fortalezas. Con un
aire mediterráneo que recuerda casti-
llos del Sur de Italia o de los cruzados,
lo estrecho del valle y lo espectacular
de la fábrica de sillería no nos dejarán
indiferentes. Perteneciente al Temple y
posteriormente a la familia de los Luna,
al exterior transmite un aire guerrero
que, intramuros, se convierte en espa-
cio palacial donde destaca la ermita de
Nuestra Señora de los Ángeles. Posee
una techumbre gótica con armazón de
madera, que bien puede considerarse
señera dentro del mudéjar aragonés.
La torre de la iglesia de la Asun-
ción posee una estructura de alminar
con machón central hueco, cuyo exte-
rior está revestido con decoración de
ladrillos acodados y rombos. La parte
inferior es cuadrada mientras que la su-
perior es poligonal.
El caserío de Tierga se concentra al-
rededor de la iglesia de San Juan Bau-
tista. Estamos en tierras mudéjares y
este estilo surge por doquier. La parro-
quial con una sola nave y cubierta con
bóveda de estrella fue levantada en el
siglo XVI, probablemente en el entorno
de lo que en un tiempo fue el yacimien- Torralba de Ribota. San Félix.
to arqueológico de Tergakom. Posee
un ábside poligonal, capillas entre los
contrafuertes y destaca por encima de Ruta del mudéjar
todo su torre. El mudéjar es patrimonio de la
Posee una planta cuadrada y tres pi- Humanidad. Este recorrido en
sos. El ladrillo en forma de esquinillas un viaje a la interculturalidad.
que fajan la torre, los hexágonos y el Desde Calatayud, con iglesias
habitual repertorio mudejarizante bien como Santa María, San Andrés
merece una visita. o San Pedro de los Francos,
hasta Belmonte de Gracián,
Torralba de Ribota, Cervera
de la Cañada, todas son
destacables.
Destacar Aniñón como ejemplo
de iglesia fortaleza. Igualmente
merece la pena visitar la iglesia
de la Virgen de Tobed por ser,
quizás, antigua mezquita,
la belleza de sus alfarjes y
su impresionante fachada.
Conocemos a dos de sus alarifes:
Mahoma Ramí y Mahoma
Calahorri.
No debe desdeñarse la ruta del
Ribota hacia Villarroya de la
Sierra, Torrelapaja o visitar
el casco urbano de Moros. Es
curioso el molino de viento de
Malanquilla, el impresionante
patrimonio de Torrijo de la
Cañada o Bijuesca y Berdejo con
sus puentes romanos.

 Aranda, Jalón
A destacar y Ribota
Illueca
Continuando nuestro recorrido por la
 Centro de Interpretación del
comarca del Aranda llegamos a Illueca,
Papa Luna
la patria de Benedicto XIII. El castillo lo
 76 821 503
preside todo, como si la presencia del
Gotor Papa de Avignon se extendiera como
 Convento de Nuestra Señora una sombra sobre la localidad.
 976 548 024 La planta rectangular del edificio se
ve reforzada por la galería de arquillos
Brea de Aragón de aire italianizante y aragonés, que da
 Museo del Calzado consistencia a la fachada principal. Uno
 976 824 141 cree que en cualquier momento este
pontífice aragonés va a aparecer por
Calcena
 Centro de Interpretación de
la Naturaleza
 976 829 230
Jarque
 Centro de Interpretación de
la Naturaleza El Guayén
 976 820 998
Oseja
 Museo de Oficios
 976 820 954
Illueca. Palacio Papa Luna.
sus balcones para mostrar su dignidad
y perseverancia.
Grandes salas, techumbres góticas y
renacentistas, escaleras monumentales
que antaño fueron patios abiertos y hoy
están cupulados nos impresionan. Edi-
ficio vivo que desde el siglo XIV no ha
parado de transformarse. Actualmente
es también una hospedería.
El centro de interpretación es muy
recomendable. La sala dorada o la alcoba
de Pedro de Luna nos trasladan a la Edad
Media. No hay que perderse la Sala de la
Corona o el mausoleo, lugar donde repo-
saron los restos de tan insigne aragonés. A
los pies del castillo, si observamos, descu-
briremos los restos de los hornos alfareros
existentes hasta hace poco en la localidad.

oficio más tradicional de la localidad y
la comarca.
Dejamos el Aranda y penetramos en
la comarca de Calatayud. Nos acerca-
mos por la autovía a la antigua Bilbilis.
El castillo de los Ayub o las ruinas ar-
queológicas con su espectacular teatro
y termas nos dan la bienvenida.
A las faldas de la historia, la capital
del Jalón ha sabido crecer y adaptarse a
las tres culturas que han conformado lo
que hoy vemos.
El poeta romano Marcial ya cantaba a
estas tierras y sus gentes. La Bilbilis Au-
gusta sobrevivió desde el siglo I antes
de Cristo hasta el V. La ubicación de los
Illueca. Castillo del Papa Luna. principales restos se encuentra a unos 6
km de la localidad en dirección Soria-
Huérmeda.
Es conveniente, una vez llegados
hasta estas tierras, pasear y perderse
por las hoces del Jalón. La belleza del
paisaje, lo espectacular de las curvas y
Illueca. Castillo del Papa Luna.
Una vez más, quizás recordando que Brea de Aragón. Museo del calzado.
San Juan bautizó a Cristo, la advocación
de la iglesia principal de la localidad es
para San Juan Bautista. Edificio de una
nave, capillas entre los contrafuertes y
bóvedas estrelladas. Presenta decora-
ción mudéjar y barroca en sus techum-
bres. La torre también presenta elemen-
tos destacables en esta línea.
La cercana localidad de Gotor y su
convento bien vale una visita al igual
que Brea de Aragón y su parroquial de
Santa Ana. Las yeserías barrocas que
nos recuerdan motivos mudéjares nos
hacen pensar también en oficios y tra-
diciones medievales. Destaca por ello
el denominado Museo del Calzado,
centro de interpretación que muestra el Brea de Aragón. Museo del calzado.
Calatayud. Castillo de Ayub.
contracurvas del río, los azudes y el tra-
bajo de los hombres configuran un terri-
torio que, arrancando de Huérmeda o
Campiel y teniendo de fondo la sierra
de la Cocha, nos permite pasar por el
despoblado de Santos y acabar en Em-
bid de la Ribera. Os aseguramos que
no os dejará indiferentes.
Volviendo a Calatayud, un especta-
cular museo ha sabido contar y explicar
la importancia de la ciudad en la anti-
güedad romana y convertir así el patri-
monio en un recurso más del territorio.
Pero Calatayud es algo más que
Bilbilis. La rueda del tiempo
se movió. El imperio ro-
Calatayud. Puerta de Terrer.
Calatayud. Castillo de Ayub.
mano desapareció y aparecieron nuevas
culturas como musulmanes y judíos. El
Islam construyó la fortaleza que hoy co-
nocemos. Se levantaron cinco castillos
enlazados por murallas, uno de cuyos
señores, entre la historia y la leyenda,
los Ayub, darían nombre a la localidad.
Nombres como la torre del Reloj, la
Torre Mocha, Mayor, Doña Martina son
algunas de las referencias de la fortifica-
ción. El control de los caminos y caba-
ñeras, de los ríos y sus gentes eran su
principal misión.
Sefarad dejó su huella en el territorio.
Existe un barrio judío con la presencia
de uno de los edificios emblemá-
ticos de este tipo de espa-
cios urbanos: la sinagoga, con sus dos
accesos, para hombres y mujeres. Es un
auténtico regalo para los amantes de
esta cultura.
La reconquista aragonesa permitió
quedarse a las gentes de otras religio-
nes hasta su expulsión en el siglo XVII.
Sus oficios tradicionales vinculados a
la agricultura y la albañilería dejarían
su huella: el mudéjar, patrimonio de la
humanidad.
Ladrillo, cal, yeso, alfarjes de madera
y decoración geométrica son las señas
que lo identifican. San Pedro de los
Francos, lugar de Cortes de Aragón, es
un ejemplo. Posee tres naves cubiertas
por bóvedas de crucería que mezclan el
llamado gótico levantino con el mudé-
jar. Su claustro es espectacular. En ella
se nombró heredero del reino de Ara-
gón a Fernando el Católico.
Calatayud. Bílbilis.
Ruta arqueológica
Tres ubicaciones son
fundamentales en este recorrido:
Bilbilis, Mara-Segeda y
Arcobriga.
La actual Calatayud es la
sucesora de la lejana Bilbilis. La
presencia de un teatro y un foro
bien merecen una visita y, si se
pasea por la ciudad, además
del museo, podrá descubrirse
la huella romana en edificios
antiguos y modernos.
Cuando los segedensen se
enfrentaron a los romanos,
habían firmado su destrucción.
A pesar de buscar la ayuda de
Numancia, el resultado final
fue su derrota. Destacan entre
otras estancias recuperadas
del yacimiento, aparte de la
muralla, el lagar recientemente
restaurado.
La ciudad de Arcobriga,
actual Monreal de Ariza, fue
localizada en el 1907 por el
marqués de Cerralvo y desde
entonces se han localizado, entre
otros recintos, termas, teatro.

 A destacar
Aniñón
 Casa Museo del Aceite
 976 730 532

Calatayud
 Museo de la Dolores
 976 889 055
 Museo de San Juan el Real
 976 882 030
 Centro de Interpretación
de Bilbilis
 976 886 322 Calatayud. Colegiata de Santa María. Torres mudéjares. Múdejar. San Andrés.
 Museo Municipal de
Calatayud
 976 881 673 San Andrés repite el esquema mudé- de tres naves que hoy conocemos. La Pero la riqueza de Calatayud se des-
jar. Levantada en el siglo XIV, o quizás nave central más alta, con crucero, cú- cubre paseando por sus calles. Desde
Codos antes, posee diversas modificaciones pula y pechinas. Las laterales, más bajas. los palacios del siglo XVI y anteriores,
 Museo Etnográfico de Codos posteriores. A decir de algunos, fue una El arte mueble del siglo XVII y XVIII vistió como el actual Mesón de la Dolores,
 680 115 593 - 976 628 818 mezquita a juzgar por sus arcos túmidos el edificio. hasta edificaciones civiles como el Casa
y la parte baja de la torre sería el alminar San Juan el Real es un conjunto de Consistorial, el palacio del Barón de
Munébrega desde el que el muecín llamaba a la ora- líneas curvas, sinuosas, decoraciones
 Museo parroquial Warsage, Sesé, Erlueta, Pujadas o la
ción. Los restos de un canete de rizos de yeserías que son iluminadas por el
 976 895 034 - 976 895 064 mismísima plaza de España. No olvide-
y de una antigua techumbre de madera resplandor del barroco. Construcción
mos tampoco las puertas de la muralla
apoyan estas teorías. Hipótesis seria e jesuítica, posee en sus pechinas una
imaginación libre nos ayudan a viajar en de sus mejores joyas, las pinturas de como la de Terrer o Zaragoza.
el tiempo. Goya representando a los padres de la Ermitas como Nuestra Señora de la
Es en la colegiata de Santa María iglesia. No debe perderse el viajero las Peña y monasterios como San Benito
de Calatayud donde el viajero com- dependencias de la sacristía y de nuevo terminan por crear una imagen de Ca-
prende la belleza del mudéjar. Quizás a Francisco de Goya junto a artistas del latayud que atraviesa la historia y que
su claustro formase parte, también, de siglo XVI al XVIII. invita a pasear y descubrirse.
la antigua mezquita. El estudio general
implantó la cultura en el territorio y de
nuevo Benedicto XIII nos legó un patri-
monio en forma de arcos y yeserías.
Si bien la iglesia tal y como la conoce-
mos en su mayor parte es del siglo XVII,
podemos encontrar esas huellas mudé-
jares en el ábside que pueden sobreco-
gernos. La torre, con una estructura de
alminar, levantada en ladrillo que se nos
presenta acodado, geométrico, romboi-
dal, nos permite jugar con las líneas, con
los ritmos, con los sueños.
Bebiendo de esa tradición mudejarizan-
te, traduciéndola en forma de yeserías y
detalles barrocos, aparece la colegiata
del Santo Sepulcro y San Juan el Real.
Ramón Berenguer IV inició las obras
en un estilo románico, que en el siglo
XIV fue convertido al gótico-mudéjar. El
claustro de dos plantas y las caballerizas
son el testimonio de esta transforma-
ción. El barroco se encargaría de refor-
mar la edificación y traducirla a la iglesia Calatayud. Santo Sepulcro.

Cervera de la Cañada. Iglesia parroquial.
Si ascendemos hacia la Sierra de
Armantes, siguiendo el Ribota, nos en-
contraremos un conjunto de iglesia for-
taleza y castillos que insistirán sobre uno
de los mayores momentos de esplendor
del territorio.
En Torralba de Ribota encontramos
la iglesia de San Félix, originaria del
siglo XIV, que posee en su interior un
conjunto de pintura gótica del siglo XV.
La edificación de una nave con capillas
entre los contrafuertes presenta una to-
rre con estructura de alminar. La logia
de arcos que recorre el edificio permi-
tía en su momento una doble función,
defensa y ventilación. La torre posee
frisos de esquinillas, paños de lacerías y
es de destacar un rosetón calado sobre
la portada central. El interior presenta
interesantes detalles iconográficos y
heráldicos.
Continuando por la ribera del Ribota
llegamos a Aniñón y Cervera de la Ca-
ñada. La iglesia de Nuestra Señora del
Castillo presenta las habituales trazas
mudéjares y en su interior destaca un
retablo de Gabriel Yolí.
La torre es de estructura de alminar
almohade. Con planta cuadrada, tres
cuerpos apeados sobre zócalo de sille-
ría, presenta vanos apuntados, logias de
arquillos, decoración cerámica y con un
evidente aire de fortaleza. Los muros le-
vantados en ladrillo y la decoración nos
presentan paños con fajas de esquinillas,
rombos, cruces sencillas y arcos mixtilí-
neos. No hay que perderse un centro de
interpretación vinculado al aceite.
La iglesia de Santa Tecla, en Cer-
vera de la Cañada, fue concluida en el
siglo XV por Mahoma Ramí. Posee en su
interior una de las principales joyas ar-
quitectónicas del mudéjar. Decoración
de yeserías y lacerías que juegan con las
luces y el claroscuro y que una vez más
ofrecen un aspecto exterior de fortaleza,
combinando una ubicación en promon-
torio con logias de arcos y murallas.
Volviendo al Jalón se encuentra la
localidad de Terrer. Destaca la torre
mudéjar de la iglesia de la Asunción,
en cuyo cuerpo bajo se concentra
toda la decoración, brindando
un verdadero catálogo de mo-
tivos arabizantes en forma de
rombos, ladrillos acodados,
motivos mixtilíneos y cerámi-
cas. No somos los primeros
viajeros que por aquí pa-
san. El mismísimo Mío Cid
habla de la conquista del
castillo de esta localidad.
Ateca. Iglesia de Santa María.
Aniñón. Iglesia de Ntra. Sra. del Castillo.
Igualmente fue famosa la paz de Terrer
en la época de las guerras de los Pedros
entre Castilla y Aragón.
Avanzando por tierras del Jalón lle-
gamos a Ateca. Lugar de moros y cris-
tianos desde antiguo. La Máscara por
San Blas nos recibe como en un cuento.
También Rodrigo Díaz de Vivar acampó
sus reales por estos términos para con-
quistar la fortaleza de Alcocer. Posee
castillo y una iglesia mudéjar del siglo
XI, la parroquial de Santa María en la
que destaca sobre todo su torre.
La estructura es de alminar almohade
que se alza orgulloso sobre el caserío.
Sobre la planta cuadrada medieval se
levanta un cuerpo poligonal de época
barroca. Arcos de herradura decoran los
paños de sus muros y brilla al sol en la
vajilla incrustada de la pared. También
destaca su casa consistorial del siglo
XVIII o la torre del reloj del XVI.
Terrer. Iglesia de la Asunción.
Ruta del Cid
La presente ruta propone
un recorrido por las tierras
que Rodrigo Díaz de Vivar
pisó antes de la conquista de
Valencia y relacionadas con el
Cantar.
Castillos, fortalezas y restos
de barrios medievales son la
huella en estas localidades de
la historia. Localidades como
Monreal de Ariza, con un buen
conjunto de iglesia y castillo,
son relacionables con otras como
Cetina o Ariza.
Calatayud, con su espectacular
castillo y sus barrios judíos,
moros y cristianos, Alhama de
Aragón y Ateca son señeras en
detalles medievalizantes y torres
airosas.
Torrehermosa, patria de
San Pascual Bailón, Terrer,
Munébrega o Bubierca
completan el recorrido con
estupendas vistas, pequeños
detalles y tradiciones de interés.


A destacar
Nuévalos
(Monasterio de Piedra)
 Museo del Vino
 902 196 052
 Centro de Interpretación de
la Fauna Piscícola
 902 196 052
Alhama de Aragón.
Del Monasterio
de Piedra al Jiloca
Los ríos nos llevan a otras localidades
intensamente vinculadas a las aguas y
al territorio. Ahí tiene un lugar: Alhama
de Aragón.
La torre de defensa y el trazado del
río configuran una localidad que, a tra-
vés de los balnearios, siempre ha esta-
do vinculada a las capacidades curativas
del agua. Desde los romanos, pasando
por los árabes, hasta el siglo XIX y XX.
Hablar de salud y Alhama son sinóni-
mos. La interesante tradición alfarera de
la localidad vinculada a la familia Muela
Jaraba. Hoces del río Mesa.

ha sido un garante de esa relación entre
el hombre y el medio.
Jaraba no ha ido a la zaga. Las impre-
sionantes hoces que el río Mesa ha ido
modelando con el tiempo se han visto
acompañadas de santuarios como el de
Nuestra Señora y las paredes del diablo,
como contrapunto. La belleza del lugar
unida a las propiedades de sus aguas
permiten que los diversos balnearios
oferten además de la riqueza hídrica de
sus aguas, las virtudes de naturaleza y
tradiciones.
Pero si hay un lugar donde arte, na-
turaleza-agua y romanticismo se dan la
mano, ese es el Monasterio de Piedra.
Hay que frenar el paso. Disfrutar del en-
canto del lugar y saber apreciar la belle-
za de una cascada como la de la Cola
de Caballo, la cueva de Iris, la Fuente de
Diana o el lago del Espejo.
Los arcos apuntados del monasterio
y la sobriedad del conjunto nos permiti-
rán identificar la austeridad de aquellos
monjes cistercienses que, bajo la premi-
sa del ‘ora et labora’, levantaron edifi-
cios monacales. Salas capitulares, restos
de la iglesia, espectaculares escalinatas,
instalaciones auxiliares para los traba-
jadores medievales, los ‘conversi’, y el
museo del vino pueden ayudar a dis-
frutar al máximo, eso sí, con un placer
sosegado.
Levantado en el siglo XIII, depen-
diente del Monasterio de Poblet, con-
serva una hermosa Torre del Homenaje
Nuévalos. Gruta Iris.
de acceso y los restos del palacio del
Abad, que nos ayudan a comprender la
importancia del Císter en el desarrollo
espiritual y material del territorio.
El embalse de la Tranquera, las
salinas o la abundante y variada gas-
tronomía local de Nuévalos ayudan a
justificar una visita que, si se rodea de
leyendas, ayudará a crear una atmósfera
más sugerente, si cabe.
Dejando atrás Alhama, nos dirigire-
mos hacia Cetina. Destaca su castillo,
del siglo XIII con interesantes techum-
bres mudéjares y capillas de carácter
gótico. Fue además lugar en el que
Francisco de Quevedo y Villegas se casó
con Esperanza de Mendoza en el XVII. La
iglesia parroquial, del siglo XVII y XVIII,
está dedicada a San Juan Bautista.
Pero si por algo es conocida Ceti-
na es por sus dances en honor de San
Juan Lorenzo por un lado y, por otro, la
Contradanza de Cetina, manifestación
teatral, musical y de baile que tiene al
diablo por protagonista.
Posee el citado santo ermita propia
al igual que Nuestra Señora de Atocha.
Esta última posee interesantes pinturas
murales.
Regresamos al Jiloca. Maluenda es
mudéjar. La presencia de tres edifica-
ciones de este tipo en la localidad, jun-
to con las ruinas del castillo roquero de
Malonda, hace de ella lugar obligado
para los amantes de este estilo arqui-
tectónico.
Nuévalos. Monasterio de Piedra.

Fuentes de Jiloca. Iglesia de la Asunción.
Santa María o la Virgen de la Asun-
ción presenta una nave única con ca-
becera poligonal donde destacamos el
alfarje del coro o el de madera de la fa-
chada principal, en el que se puede ver
la heráldica de familias influyentes en el
siglo XV, Luna, Sessé o Ciria. Posee un
adarve o andador encima del acceso
principal. Es destacable su torre y las
esculturas de Damian Forment.
La iglesia de Santa Justa y Rufina,
patronas de los alfareros, es también de
nave única y cubierta por bóvedas de
crucería. Posee interesantes azulejerías
originarias de Muel. Las yeserías y púlpi-
tos son destacables dentro de la estética
mudejarizante. Sorprenden las pinturas
góticas existentes en ambas iglesias.
San Miguel está en ruinas. Fue de
características similares a las de las edi-
ficaciones comentadas y parece ser que
fue mezquita de la localidad.
Continuando nuestro recorrido por
el Jiloca llegamos a Olves. Agrupadas
las viviendas en torno a la iglesia parro-
quial, destaca el urbanismo popular y
de casas renacentistas.
Velilla de Jiloca posee con su iglesia
de San Juan Bautista un hito más en la
lista de recursos mudéjares del territo-
rio. El templo, levantado en el siglo XV,
posee una torre cuyo cuerpo inferior
responde a los modelos comentados y
el superior a los barrocos.
Morata de Jiloca presenta uno de los
mejores ejemplos de iglesia de planta
rectangular con muros decorados con
ladrillo y cerámica. La parroquial de
San Martín fue levantada en el siglo XIV
aunque posee una logia de arcos en su
piso superior del siglo XVI. Es destaca-
ble que su torre está exenta, reforzando
con ello la apariencia de antigua mez-
quita.
Su portada es espectacular. Alber-
ga en su tímpano una imagen de San
Martín de Tours repartiendo su capa
con un pobre enmarcado todo en arcos
apuntados y un alfiz, todo ello en ladri-
Olvés. Detalles decorativos.
Morata de Jiloca. Iglesia de San Martín.
llo, donde la presencia de cerámica en
forma de platos, de espiguillas, de es-
trellas, de arcos mixtilíneos y motivos
geométricos hacen de ella un ejemplar
único.
Hay que destacar en el interior el re-
tablo de la Veracruz, considerado una
obra cumbre de la pintura gótica ara-
gonesa.
La iglesia de Fuentes de Jiloca está
levantada en sillería. Podemos observar
en esta localidad cómo el vocabulario
renacentista comenzaba a imponerse.
Es la patria chica de la familia paterna
de Francisco de Goya.
Ruta del agua
El agua siempre ha sido símbolo
de vida. Desde el bautismo
cristiano hasta la pagana
sanjuanada siempre el líquido
elemento ha estado asociado al
hombre. Lo necesitamos. Forma
parte de nuestra cultura y
costumbres.
El uso de la misma como
elemento salutífero está
Jaraba. Hoces del río Mesa.
comprobado desde las antiguas
termas romanas y aun antes.
Modernamente los baños de
Paracuellos de Jiloca, Jaraba
o Alhama de Aragón son
elementos fundamentales de
nuestro desarrollo.
El Monasterio de Piedra
evidentemente es el que convierte
estos usos y tradiciones en arte
natural y en piedra. La belleza
del agua en estado sumo.
En este recorrido es
recomendable visitar Ibdes, por
su espectacular iglesia gótica
con retablos del siglo XVI, y
con paciencia escuchar y visitar
la cueva con las historias del
famoso Pelao, bandolero terrible
del lugar.


A destacar
Villafeliche
 Centro de Interpretación de
la Pólvora
 976 891 201
Belmonte de Gracián. Ermita de la Virgen del Castillo.
Continuamos avanzando por el río.
Nos dirigimos a Villafeliche. No es difícil
viajar a la Edad Media observando el cas-
tillo de la localidad, probablemente en
origen islámico y lo hoy conservado pos-
terior al siglo XIV. Tampoco cuesta mu-
cho imaginarse a la población originaria
musulmana trabajando en la alfarería.
La pólvora era otro buen contrapunto
económico a una fértil vega y la combi-
nación de las tres actividades perduró
hasta bien entrado el siglo XIX y XX.
Hoy en día existe un centro de inter-
pretación con los molinos de pólvora
y hay que recordar que fue esta locali-
dad la que aprovisionó a Zaragoza en
la época de los Sitios de tan preciada
infraestructura armamentística.
Tampoco debe extrañarnos que la
tradición alfarera haya continuado y que
todavía hoy se pueda visitar. Manuel Gil
sigue torneando pucheros tradicionales
como hace siglos.
Es un placer caminar por sus calle-
juelas imaginando los dos barrios de
moriscos y cristianos separados por la
calle del Hospital. Y en medio de todo,
la iglesia de San Miguel.
Levantada en ladrillo y tapial, pre-
senta portada de piedra con tres naves,
cubierta por bóveda de lunetos y una
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cúpula central. Como siempre, la torre
es de dos cuerpos, el primero cuadrado
mientras que el segundo es octogonal
y terminado con un chapitel en forma
de bulbo, que nos recuerda La Seo de
Zaragoza.
Paulatinamente regresamos hacia
Calatayud. Visitaremos tres localidades
que sirven de resumen de lo viajado.
Belmonte de Gracián, poeta barroco.
Tobed, enclave mudéjar, y Segeda o
Belmonte de Gracián. Abside iglesia San Miguel.
Mara, ciudad celtíbera que se enfrentó
a Roma y le obligó a cambiar su calen-
dario anual.
Se encuentra Belmonte amorrado a
la montaña mientras el río Perejiles baña
su territorio. Ocupado desde la antigüe-
dad, a juzgar por sus restos arqueológi-
cos, hoy en día nos reciben en lo alto los
restos de una fortificación que fue usada
como lugar de protección para gentes
de Belmonte, Mara y Ruesca. Eran tiem-
pos de las guerras de los Pedros.
Destaca entre todas las edificaciones
locales la iglesia de San Miguel. De es-
tilo gótico, próxima a la casa consisto-
rial y el lugar de nacimiento de Baltasar
Gracián, tiene una sola nave con capi-
llas entre los contrafuertes y el ábside
es poligonal al exterior. Su cubrición es
con bóveda estrellada con abundantes
lazos barrocos que recuerdan lo mudé-
jar. Fue renovada en el siglo XVII.
Presenta su torre una planta cuadra-
da, levantada en piedra y ladrillo, con
una decoración de ladrillos acodados,
arcos ciegos y pucheros de cerámica.
En esta misma iglesia fue bautizado el
poeta barroco Baltasar de Gracián.
Continuando nuestro camino, nos
encontramos con Mara. En sus proximi-
dades, la ciudad celtíbera de Segeda.
Ocupa un lugar en la historia al ser la
responsable del cambio de calendario
romano para poder ganar una guerra.
Los antiguos belos decidieron for-
tificar su ciudad ante el desagrado de
Roma, que solicitó que pagaran los
impuestos, acudieran con sus hombres
Mara. Yacimiento de Segeda.
a fortalecer el ejército romano y, por
supuesto, no levantaran murallas. Ante
la negativa de estos, las elecciones con-
sulares fueron cambiadas de fecha, de
los idus de marzo como fecha de esos
cambios administrativos y militares se
traspasó el momento electoral al 1 de
enero, que se convirtió en comienzo del
año. Nuestro moderno calendario había
nacido.
Pero Roma no iba a quedarse quieta.
Puso en marcha su formidable ejército
que sorprendentemente iba a ser derro-
tado el 23 de agosto, fiesta en honor de
Vulcano, por las tropas celtíberas. Roma
declaró este día como nefasto. El final de
toda esta epopeya es conocido, perte-
nece a la leyenda: se llamaba Numancia.
El río Perejiles volvió a ser testigo
de todos estos acontecimientos y años
después se levantó, ya en la localidad de
Mara, la iglesia de San Andrés, donde
destaca la torre mudéjar del siglo XVI.
Finalizamos nuestro recorrido entre
la Sierra de Vicort y la de la Virgen. En
Tobed encontraremos una de las princi-
pales obras mudéjares de nuestro reco-
rrido. Cuenta la leyenda que ya existía
un antiguo hospital visigodo en el mis-
mo lugar que hoy se levanta la iglesia
de la Virgen y que en ella apareció la
imagen sagrada.
El aire de mezquita, la impresionante
fachada, el juego habitual de materia-
les constructivos y la importancia de la
decoración la convierten en un monu-
mento único. Su interior con alfarjes y
detalles anecdóticos como la aparición
de cabezas de diablillos añaden interés
al edificio. Un epílogo sorprendente.
Tobed. Iglesia de la Virgen.
Velilla de Jiloca. Iglesia de San Juan Bautista.
Tobed. Iglesia de la Virgen. Tobed. Paño mudéjar de la iglesia de la Virgen.
Ruta del Jiloca
Es evidente que la cultura mudéjar
dejó su huella en este recorrido.
Teléfono de información turística 902 477 000
Sobresale Maluenda, con las iglesias www.turismodearagon.com
de Santa Justa y Rufina y la de
Santa María. Morata de Jiloca, con
su iglesia de San Martín de Tours,
es otro de esos ejemplos notables
del mudéjar aragonés, auténtico Oficinas de turismo
compendio de conocimientos y oficios
hecho barro, yeso y madera. Aranda de Moncayo (Comarcal) La Muela
Destaca Villafeliche por su tradición  Escuelas, s/n.  La Balsa, 1
con la pólvora, existe un centro de  976 548 090  976 149 965
interpretación, y por su continuidad Sólo verano
en el mundo de la alfarería. Manuel Zaragoza
Ateca  Avda. César Augusto, 25
Gil continua torneando pucheros tal  Plaza de España, 5, bajos
y como los hacían los antepasados  976 282 181
 976 842 705
islámicos. Sólo verano  Eduardo Ibarra, 3 (Auditorio)
Otras localidades que pueden merecer  976 721 333
la pena son Paracuellos de Jiloca o Calatayud  Glorieta Pío XII, s/n.
Fuentes de Jiloca.  Plaza del Fuerte, s/n. (Torreón de la Zuda)
 976 886 322  976 201 200
Illueca  Plaza de España, 2
 Plaza del Castillo, s/n. (El Cuarto Espacio)
 976 820 055  976 212 032
Verano, fines de semana y festivos  Plaza del Pilar, s/n.
 976 393 537
Jaraba
 Plaza Afán de Rivera, 3  Torre, 28, bajo (SIPA)
 976 872 823  976 298 438
w
Rutas interactivas en www.turismodearagon.com
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Fotografías: Patronato Provincial de Turismo de la Diputación de
Zaragoza, Comarca de Calatayud y Ayuntamiento de Jaraba.
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Ateca Tobed
TERUEL
09
Cetina Alhama de
Aragón Belmonte de
Gracián

Maluenda
Villafeliche
Jaraba Monasterio de
Piedra

Fotos de portada
n Nuévalos. Lago del Espejo.

Arriba, de izquierda a derecha:

n Cervera de la Cañada. Iglesia.
n Jaraba. Balneario Serón.

A la derecha, de arriba a abajo:

n Jaraba. Balneario de Sicilia.
n Calatayud.
n Cetina. Contradanza.