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DERECHO COMERCIAL

El Libro IV del Código de Comercio intitulado “De las Quiebras” fue incorporado al
mismo compendio legal mediante la Ley 20080, publicada en el Diario Oficial el 2 de noviembre
de 2005.
Tanto las personas naturales como las jurídicas pueden ser declaradas (o declararse)
en quiebra. Dado que nos interesan las quiebras de las personas jurídicas, a ellas nos
abocaremos.
La Quiebra se origina cuando la empresa no puede pagar sus obligaciones
comerciales, laborales, previsionales y/o financieras; y así es declarado por un Tribunal. La
quiebra es en sí misma un juicio mediante el cual se enajenan los bienes de la empresa, a
efectos de pagar la mayor cantidad de sus deudas. Según el Código de Comercio, artículo 2°
“La quiebra produce para el fallido y todos sus acreedores un estado indivisible.
Comprenderá, en consecuencia, todos los bienes de aquél y todas sus obligaciones aun
cuando no sean de plazo vencido”. “La quiebra podrá ser declarada a solicitud del deudor o de
uno o varios de sus acreedores.” (Art. 39°). “El deudor podrá ser declarado en quiebra aunque
tenga un sólo acreedor” (Art. 40°) y tiene el deber de solicitar su propia quiebra cuando se haya
incurrido en una causal de cesación de pagos, derivada de una obligación mercantil.

El efecto inmediato de la declaración de quiebra es (según artículo 64): “Pronunciada la


declaración de quiebra, el fallido queda inhibido de pleno derecho de la administración de todos
sus bienes presentes, salvo aquellos que sean inembargables.
El desasimiento no transfiere la propiedad de los bienes del fallido a sus acreedores,
sino sólo la facultad de disponer de ellos y de sus frutos hasta pagarse de sus créditos”.

Por otro lado, algunas circunstancias que deben concurrir para la declaración de
quiebra son, cuando quien solicita la declaración es el propio deudor (artículo 42 del Código ce
comercio):
1. Debe presentar un inventario o relación detallada de todos sus bienes, con expresión
del lugar donde se encuentren, de su valor estimativo y de los gravámenes que los
afecten.
2. Una relación de los bienes que, en conformidad a la ley, están excluidos de la quiebra.
3. Una relación de los juicios que tuviere pendientes
4. Un estado de las deudas, con expresión del nombre y domicilio de los acreedores y de
la naturaleza de los respectivos títulos
5. Una memoria de las causas directas o inmediatas del mal estado de sus negocios,
debiendo ella dar cuenta de la inversión del producto de las deudas contraídas y de los
demás bienes adquiridos en el año último. El deudor que llevare contabilidad completa
presentará, además, su último balance y la cuenta de ganancias y pérdidas.
Si el deudor fuere una sociedad colectiva o en comandita, las piezas indicadas serán
firmadas por todos los socios colectivos que invistan esta calidad por el contrato social
y se hallen presentes en el domicilio de la sociedad.
Si el deudor fuere otra clase de persona jurídica, las piezas en referencia serán
firmadas por sus administradores.

Para el caso en que la quiebra sea solicitada por cualquiera de los acreedores (según
lo dispone el artículo 43):
1. Cuando el deudor que ejerza una actividad comercial, industrial, minera o agrícola,
cese en el pago de una obligación mercantil con el solicitante, cuyo título sea ejecutivo
2. Cuando el deudor contra el cual existieren tres o más títulos ejecutivos y vencidos,
provenientes de obligaciones diversas, y estuvieren iniciadas, a lo menos, dos
ejecuciones, no hubiere presentado en todas éstas, dentro de los cuatro días
siguientes a los respectivos requerimientos, bienes bastantes para responder a la
prestación que adeude y las costas.
3. Cuando el deudor se fugue del territorio de la República o se oculte dejando cerradas
sus oficinas o establecimientos, sin haber nombrado persona que administre sus
bienes con facultades para dar cumplimiento a sus obligaciones y contestar nuevas
demandas.
Prelación de Créditos

Se refieren a ella los artículos 2465 a 2491 del Código Civil.


La obligación confiere al acreedor la facultad de perseguir su ejecución sobre todos los
bienes del deudor, exceptuados los inembargables (artículos de alimento y combustible del
deudor, por ejemplo), con el objeto de pagarse con el producto. Es el conjunto de normas que
determinan la manera y el orden en que deben pagarse los varios acreedores de un deudor.
El orden con que se solventan las deudas a los acreedores resulta como sigue (en
resumen), en orden de privilegio, de acuerdo a los artículos 2471 a 2490 del Código Civil:

De primera clase:
Las expensas funerales necesarias del deudor difunto
Los gastos de enfermedad del deudor
Los gastos de administración de la quiebra, los préstamos contratados por el síndico
Las remuneraciones de los trabajadores y las asignaciones familiares
Las cotizaciones adeudadas a organismos de Seguridad Social o que se recauden por su
intermedio
Las indemnizaciones legales y convencionales de origen laboral que les correspondan a los
trabajadores
Los créditos del fisco por los impuestos de retención y de recargo

De segunda clase:
El posadero sobre los efectos del deudor introducidos por éste en la posada, mientras
permanezcan en ella y hasta concurrencia de lo que se deba por alojamiento, expensas y
daños
El empresario de transportes sobre los efectos acarreados

De tercera clase:
Comprende los créditos hipotecarios

De cuarta clase:

Los de los establecimientos nacionales de caridad o de educación, y los de las


municipalidades, iglesias y comunidades religiosas

De quinta clase:
Los créditos de la quinta clase se cubrirán a prorrata sobre el sobrante de la masa concursada,
sin consideración a su fecha.

Según lo señala el artículo 2490 “Los créditos preferentes que no puedan cubrirse en
su totalidad por los medios indicados en los artículos anteriores, pasarán por el déficit a la lista
de los créditos de la quinta clase, con los cuales concurrirán a prorrata”.

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