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EL CAMPESINO INMERSO EN EL PROCESO DE LA EMANCIPACION

PERUANA

Fredy Ricaldi Camarena

“La sierra, asiento de la gran mayoría de los


habitantes, cuna de la nacionalidad, necesaria columna
vertebral de su vida, tronco del cual parten las dos cuencas
de tierras cálidas, tiene que ser, por toda especie de
razones geográficas e históricas, la región principal del
Perú”.

José De La Riva Agüero.

1. Resumen

2. Introducción

3. Perú Y Su Contexto En El Proceso De Emancipación

3.1.La Economía En El Proceso De La Independencia

3.2.La Población En El Proceso De La Gesta Emancipadora

4. De Indio A Comunero

5. El Comunero Entre El Ejército Realista Y Libertador

5.1.El Campesino En Las Filas Del Ejercito Libertario

5.2.El Campesino En Las Filas Del Ejercito Realista

5.2.1. Organización Del Ejercito Realista Y Defensa Del Perú, 1817-1820

5.2.2. Las Partidas De Guerrillas De Los Realistas

5.3.El Campesino Entre Los Dos Ejércitos

6. La Legislación Del Comunero En El Proceso De La Independencia

7. A Modo De Conclusión

8. Bibliografía
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1. RESUMEN:

El campesino de hoy, el indio del pasado y su proceso en la gesta

emancipadora de la independencia del Perú, se reflexionará a partir de su

condición dentro del sistema colonial, se analizará su realidad dentro y fuera

del proceso independentista.

Se pone al indio en una posición entre ambos frentes realistas y libertarios;

asimismo como es su participación entre ambas, por último se deja en claro la

situación y consecuencias jurídicas de sus propias condiciones y destino que

le da la República.
3

2. INTRODUCCIÓN

La independencia del Perú, en 1821 era apreciada como un hecho incontenible, ni la

ambigua participación de los criollos y ni los ánimos de querer opacarlos por parte de los

realistas, en sus inicios, se podía hacer ante un hecho que no solo desbordaba en el

Perú, si no mas bien en toda Hispanoamérica, y por que no decirlo en la metrópoli

española, ya que en su interior se vivía la lucha y reivindicación de la constitución liberal;

los indios contaban los días para ir en pos de la independencia, desde ya hace 40 años y

en los momentos actuales pusieron gran parte de su vida para lograrlo; se va analizar el

contexto nacional e internacional del proceso de la independencia a manera de

antecedente, para ir a reflexionar sobre su condición de indio y el traslado a comunero,

asimismo como este personaje se va hacer presente en el proceso de la independencia

como guerrillero, montonero y soldado, ya sea en las filas libertarias o realistas, es

necesario saber y encontrar palabras de los horrendos crímenes que se cometieron hacia

ellos y a los pueblos de la sierra, asimismo el descuido del campo y la tierra, parte

inseparable del mimetismo del indio, por ultimo se sintetizará las consecuencias del

proceso libertario en relación al indio, campesino o ciudadano o como quiera llamársele.


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3. PERU Y SU CONTEXTO EN EL PROCESO DE EMANCIPACIÓN

Luego de la victoria lograda por los realistas en Guaqui (1811), Vilcapuquio y

Ayohuma (1813), Umachiri y Viluma (1815), alcanzaron a restablecer el prestigio del

dominio hispánico, y, por otra parte, los gobiernos independientes organizados en

Buenos Aires, Chile y Nueva Granada comprendieron que su propia seguridad los

obligaba a doblegar las reservas del poderío español existente en el Perú. Su lucha

por la independencia alcanzo así la intensidad y la gloria de la una gesta, porque

debía resolverse en tierra peruana la fundamental contradicción entre el despotismo

colonial y libertad nacional.( 1) En ese contexto, Pezuela había llegado al Perú en

reemplazo del Marqués de la Concordia Abascal, es nombrado Virrey interino,

cumpliendo sus funciones hasta 1821, (2) fecha en que es sustituido por sus propias

tropas, oficiales que se encontraban acuartelados en Aznapuquio, creyeron resolver

la situación amotinándose en rebeldía y desplazaron al Virrey Pezuela, la indisciplina,

el desconocimiento de la autoridad, estaban en plena efervescencia. ¡Qué buen

ejemplo nos dejaron estos godos y la cizaña hasta ahora esta sembrada!, (3) tras lo

cual se encarga la dirección del virreinato al general de mayor graduación, José de la

Serna e Hinojosa, siendo reconocido posteriormente por el rey Fernando VII el 9 de

agosto de 1824, después de la batalla de Junín.

1 Tauro del Pino, Alberto, Perú época republicana, t1, ed. Peisa, 1973, Lima-Perú, pag. 18.
2 Mazzeo de Vivó, Cristina, Las vicisitudes de la guerra de la independencia del Perú 1817-1824, Pontificia
Universidad católica del Perú, Instituto Riva Agüero, pag. 12.
3 Eudoxio H. Ortega , Manual de historia general del Perú-historia critica pag. 313, editorial Fenix latino
americano, 1968, Lima Perú.
5

La múltiples guerras en que la metrópoli española se vio envuelta desde mediados

del siglo XVIII debilitaron irremediablemente su vinculación con las colonias

ultramarina. Los ingleses se consolidan como la absoluta supremacía marítima,

además que provoca la destrucción de la armada español, y con la guerra interna;

haciendo mucho mas difícil que España regresara a América.

En el año 1814 con la expulsión de los franceses de España y el retorno de Fernando

VII. con el restablecimiento del absolutismo y la abolición de la constitución liberal de

1812, y llegado esta a Hispanoamérica, un grupo de criollos empiezan a tomar

conciencia de su solidez y su fuerza ante el vacio político generado en la metrópoli,

la cual establecía la libertad de prensa y la elección popular de los cabildos,

fortaleciendo el proceso de sus propios destinos; sin embargo en el Perú, la situación

fue diametralmente opuesta. No solo las juntas no se llegaron a formar, sino que

desde aquí se enviaron tropas para reprimir los ensayos realizados por los criollos de

la Paz y Quito para constituir tales juntas (centrales) .(4)

Fernando VII, en el poder, busca recuperar las colonias americanas y para ello

ordena en 1820 un ejército comandado por Rafael Riego, pero en vez de

reconquistar América el oficial vuelve sus armas contra el absolutismo e instaura la

revolución liberal, desatando una guerra social e interna en la metrópoli.

En el Perú, El Ejército Libertador desembarcaba en la bahía de Paracas el 8 de

setiembre de 1820. Instalando su cuartel general en Pisco; San Martín y el Virrey

Pezuela buscan negociar una solución pacífica en la conferencia de Miraflores;

propuestas de ambas que no llegan a buen termino; La propuesta Sanmartiniana fue

4 Bonilla, Heraclio, Metáfora Y Realidad De La Independencia Del Perú, Fondo Editorial Del Pedagógico De San
Marcos, Lima, 2007, pag 47 )
6

exigir la independencia del Perú; mientras que la propuesta del Virrey fue el

reconocimiento del rey y el acatamiento de la Constitución de Cádiz que había vuelto

a tener vigencia en España.

3.1 La Economía En El Proceso De La Independencia

Las guerras de la metrópoli, había desgastado económicamente y el intercambio

comercial entre España y sus colonias decreció, Inglaterra asumió parte del comercio

vía el libre comercio y el contrabando, asegurando el abastecimiento a las colonias

hispanoamericanas; La expansión económica peruana estuvo exclusivamente basada

en dos sectores:

1. Las minas: inicialmente los prodigiosos yacimientos de Potosí, las minas de

mercurio de Huancavelica y otros depósitos menos importantes de oro y de

plata en el bajo Perú.

2. El monopolio comercial ejercido desde Lima por el tribunal del consulado,

único distribuidor en el interior del espacio americano de las mercancías

procedentes de Europa.

Debemos tener en cuenta que los productos agrícolas no llegaron nunca a exportarse

en una escala considerable, de ahí que estuvo básicamente destinada a dos tipos de

mercado interno: Los centros urbanos y los centros mineros.

La historia agraria colonial del Perú es aun desconocida, razón por la cual no es

posible precisar las grandes fases de expansión y contracción de la producción de la

tierra. Lo que si es cierto que con las reformas borbónicas, el comercio libre y el

sistema de aduanas, genero contrabando tanto por mar como por tierra, los

comerciantes peruanos pudieron conservar el mercado colonial solo en la medida en

que España mantuvo el monopolio. Pero la debilidad creciente de la metrópoli y la


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perdida de su control sobre el mar fueron incapacitando para sostener la posición

monopólica de los comerciantes peruanos. (5) Pero los desastres no terminaron ahí.

Así, a fines del siglo XVIII, al casi invertirse el trafico de Lima a Buenos Aires, las

mercancías europeas, que entonces se introdujeron desde puerto, determinaron la

ruina de las industrias textiles del interior (6). A esto hay que agregar el

stockeamiento de productos importados traídos por ingleses, y a precios bajos,

ocasionó el aumento del consumo y por consiguiente la merma del ahorro, (7)

llegando el Perú a sentir una depresión, del nuevo sistema liberal; a esto, se une el

costo del proceso de la emancipación e independencia, que no solo va a perjudicar a

la clase metropolitana, sino que va consigo los criollos, mestizos e indios.

3.2 La Población En El Proceso De La Gesta Emancipadora

La recuperación demográfica de la población indígena, particularmente en las

regiones mesoamericanas y andina, así como el crecimiento general de la población

en otras regiones, incrementó sensiblemente el volumen potencial de la fuerza de

trabajo, cuya escasez fue uno de los factores principales que freno la expansión

económica desde la hecatombe de fines del siglo XVI.

En el dominio colonial, básose en las diferencias entre conquistados y

conquistadores. Uno de sus primeros actos en el periodo del Virrey Gil de Taboada y

Lemos, fue el levantamiento del censo del virreinato, y cuyo total ascendía a la suma

de 1,076,122 habitantes (8); repártianse estos en 7 intendencias, exceptuando la de

Puno que se incorporo mas tarde, y 54 partidos con 483 doctrinas y 977 anexos, la

división por razas era la siguiente: Españoles con 136.031, mestizos con 244.437,

5 Bonilla, Heraclio, Ibid, pag. 52,


6 Bonilla, Heraclio, Ibid, pag 52
7 Tauro del Pino, Ibid, pag 19
8 Vargas Ugarte, Ruben, historia general del Perú, tomo V editor Carlos Milla Batres, 1966, pag 100
8

mulatos y negros libres con 41.398, e indios con 608.912; en comparación al censo

de 1755, la población iba en aumento, y Lima no era la excepción, en el gobierno del

Marques de Aviles (1801), calculaba que el aumento de la población estaba en

crecimiento de aproximadamente unas 60.000 almas, que lo obligo a reforzar el

cuerpo de policía, asimismo en el gobierno del Virrey Abascal, hace una inversión en

la obra del Panteón General de la ciudad de Lima, debido a que la población, era

calculada en un aproximado de 80.000 habitantes (1806); ya en la república en el

censo poblacional de Santa Cruz 1836, arrojaba a 1.373.736 habitantes.

Resumiendo, la población en el virreinato peruano a fines del siglo XVIII y comienzos

del XIX, a pesar de las múltiples sublevaciones y guerras declaradas en el proceso de

la independencia, ha estado en crecimiento, sin embargo es claro decir que un mejor

estudio debiera hacerse sobre este punto y así explicar la clasificación jerárquica que

existía en ese periodo.

4. DE INDIO A COMUNERO

Nuestra cultura indígena tiene su organización colectivista desde tiempos

milenarios, en el “ayllu”; pero este proceso se desarrolló en base a la organización

del Tahuantinsuyo en un primer momento; con la invasión de los españoles y la

conquista, este se reforma a una “comunidad de indígenas”(9), sin embargo debido

a la concentración de la lucha de poder interna entre los indígenas (curacas y

vasallos), aun se conservaba el termino “ayllu” como forma de control social por

parte del español colonialista.

9 Flores Galindo, Alberto, editor;, comunidades campesinas, cambios y permanencias, Bonilla: comunidades
indígenas y estado nación en el Perú, 2 ed., centro de estudios sociales Solidaridad, 1988, pag 18
9

La producción de la tierra ha sido desde mucho tiempo atrás la base de toda

organización económica. La tierra era, a no dudarlo, la fuente principal de la riqueza,

pero la riqueza no dependía de la posesión, sino de la capacidad de hacerla

productiva. Con respecto a esto la existencia de miles de hectáreas de tierra no era

sinónimo de riqueza, sino que esa riqueza solo existía gracias al trabajo en estas, y

esto lo comprendieron bien los incas, mientras que el español colonizante, lo concibió

como parte de la recaudación de tributos y su ganancia como encomendero,

corregidor u intendente.

En este contexto los indios estaban sometidos al servicio gratuito de los

encomenderos y corregidores, sufrían el permanente arrebato de sus tierras por

parte de los invasores españoles. El indio antes servidoras de los intereses colectivos

pasó a ser servidoras de los invasores en beneficio de ellos, sin importar si como

consecuencia de eso morían masivamente. Trabajaron en las minas y en los

latifundios propiedad del conquistador así como en servicios personales.

Ya, en el siglo XVIII supone el debilitamiento paulatino de las atribuciones de los

kurakas indígenas quienes desempeñaron un papel ambiguo durante todo el Periodo

Colonial: por un lado como intermediarios entre la población indígena y los

dominadores a los que representaban en calidad de recaudadores de impuestos, y

por otro como representantes de los indígenas, grupo al que se adscribían

étnicamente. (Beatriz Perez Galan cita a Spalding, 1974; O’Phelan, 1995;)(10)

Ese fue el caso de Bernardo Tambohuacso, kuraka de Pisac, que consiguió levantar a

más de tres mil indígenas de este valle contra la Corona española, tan solo unos

meses antes de la gran rebelión de Tupac Amaru II en el Cuzco ( ADC, 1779-1780,

10 Pérez Galán, Beatriz, Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos, Vol. 37, Núm. 1, 2008, pp. 245-255,
titulo, Alcaldes y Kurakas. Titulo: Origen y significado cultural de la fila de autoridades indígenas en Pisac (Calca,
Cuzco), pag 252
10

Causas Ordinarias. Leg.59, C. 12: f. 4), (11). Como consecuencia de estas

rebeliones, entre otras medidas, los funcionarios reales abolen el kurakazgo

hereditario nombrando como recaudadores de impuestos a otros indígenas, (es claro

mencionar en este punto, que surge la controversia del futuro recaudador entre la

lucha del curacazgo, si este debe ser indígena o blanco o criollo, o con el termino de

delegados), electos para el cargo, y que tuvieran gran lealtad y liderazgo entre los

suyos. En 1808 un real decreto estipula «que los alcaldes envarados de cada doctrina

sean los recaudadores de los Reales tributos» ( AGN, 1811, Derecho Indígena, C733,

citado en O’phelan, 1995: 50),NS(12) medida con la que se refuerza el papel del

Alcalde en contacto directo con las comunidades.

Ante la necesidad del invasor, era necesario cuidar sus intereses, y ya el cacicazgo

no era de fiar y como consecuencia de la revolución de Túpac Amaru II, a propuesta

del visitador Areche, el 7 de julio de 1784 se ordenó aplicar el régimen de

intendencias en el Virreinato del Perú suprimiendo los corregimientos. Fueron

aplicadas las ordenanzas del Río de la Plata con adaptaciones, siendo intendencia de

"ejército y provincia" la de Lima y el resto sólo de "provincia": Arequipa, Puno,

Cusco, Huamanga, Huancavelica, Tarma y Trujillo(13)

En ese sentido, “la revuelta de Tupac Amaru II fue la última revuelta específicamente

india, que ligo a pobres y ricos, nobles y campesinos, por medio de una tradición e

historia común”. Luego, con la represión que sufrió por su participación en las

revueltas, “la elite india perdió su identidad como india” y “la palabra indio se definió

en términos de clase” hasta ser remplazada por el término campesino (14)

11 Idem pag. 252


12 Idem pag 252
13 Idem pag 252
14 Spalding, Karen. 1974. De Indio a Campesino. Cambios en la Estructura Social del Perú Colonial. Lima, IEP, Pág. 192
11

Teresa Cañedo Arguelles (15) señala que la reivindicación y supervivencia de la

comunidad andina, (En el proceso de la colonialidad), las tierras y parte de estas

tierras adoptaron, además, la condición de «tierras comunales», circunstancias todas

ellas que, de acuerdo con el derecho castellano, otorgaron a las reducciones y/o

doctrinas – categoría jurídica de «comunidades»

El peso de este concepto de comunidad, dentro del ámbito andino, recaía

fundamentalmente en las relaciones de cooperación económica las cuales eran

ampliamente sancionadas y legitimadas en las esferas social y ceremonial. A pesar

del carácter usufructuado y vinculativo que la legislación indiana confirió a las tierras

comunales indígenas, vemos que la mayor parte de ellas se privatizó a lo largo del

periodo colonial según un largo y continuado proceso que tuvo su momento de

mayor dinamismo durante el reformismo borbónico; El fenómeno de la privatización,

que afectó tanto a las parcelas familiares como a las tierras de uso colectivo, se dio

paralelamente a la entrada de unas y otras en los circuitos mercantiles mediante

arrendamiento, compra y enfiteusis, o bien mediante usurpación y posterior

composición. Este general despojo de tierras comunales fue oficialmente constatado

por el intendente Antonio Alvarez y Jiménez con ocasión de su Visita a las

Comunidades del sur andino en 1791.

Eso explica que en el momento de la Independencia las únicas comunidades

indígenas que quedaban en el Perú eran las que se asentaban en los espacios menos

fértiles de la sierra central y sur, entre los 2.000 y 4.500 metros de altura (el 90%

del territorio que ocupaban se componía de pastizales, mientras que el 10% restante

estaba formado por terreno cultivable de muy bajo rendimiento agrícola). Allí los

15 Cañedo Arguelles , Teresa, Revista Complutense de Historia de América, 23. Servicio de Publicaciones, UCM.
Madrid, 1997. Titulo: Reivindicación Y Supervivencia De La Comunidad Andina 247 A267
12

indios disfrutaban de pequeñas parcelas familiares figurando en los padrones de

fines del XVIII con el status de «labradores propietarios»(16). Mientras tanto, las

tierras más aptas para el cultivo o para la cría de ganado se habían convertido en

haciendas o bien en estancias.

Los primeros decenios republicanos vinieron a consumar este proceso de

privatización y a dar, por fin, legitimidad jurídica a las propiedades disfrutadas hasta

entonces de facto por los indios de las comunidades en régimen familiar. Aunque el

término «comunidad» cobró fuerza y se utilizó a partir de entonces para designar de

manera oficial a las antiguas reducciones indígenas, se suprimió de manera oficial

uno de los elementos considerados como esenciales de esta institución: la tierra

comunal. El 8 de Abril de 1824, Bolívar decretó la supresión definitiva de las tierras

que aun quedaban en régimen comunal ordenando su distribución entre todos los

indios que hasta entonces las habían disfrutado como usufructuarios. (véase el

último capitulo).

5. EL COMUNERO ENTRE EL EJÉRCITO REALISTA Y LIBERTADOR

La comunidad andina colonial estaba sometida a profundos cambios derivados

de su inserción asimétrica en el sistema colonial. Para la discusión que aquí interesa

basta subrayar dos situaciones fundamentales: Es en este sentido estricto que los

indios son una creación colonial, de la misma manera que el problema indígena no es

otra cosa que la relativa impotencia de los dominadores por domesticar totalmente a

la población vencida. Recíprocamente, por fragmentación y su derrota, la población

nativa no estuvo en la capacidad de proponer y desarrollar un modelo político

16 Cañedo Arguelles, Teresa, ibid, pag 254


13

alternativo y acorde a sus intereses, al mismo tiempo que el funcionamiento de la

religión y de la predicas católicas coadyuvaron eficazmente a la interiorización de su

condición colonial. Las movilizaciones indígenas, como las de Tupac Amaru

permitieron a la elite local adquirir una conciencia que se escucho en toda

hispoamerica, hay que tener en cuenta que el pensamiento de Tupa Amaru II, es

mas revindicacionista que libertario (mixta), sin embargo este pensamiento no fue

concebida de esa forma en toda Hispanoamérica, e ahí su trascendencia.

España estaba incapacitada de ocuparse de sus asuntos americanos como

consecuencia de las guerras en el propio continente europeo; el divorcio entre

España y sus colonias acentuaron más una tormenta revolucionaria que estas

mismas contribuyeron a desatar en América. Por lo mismo, para la comunidad, la

sustitución de corregidores por intendencias y subdelegados tuvo pocas

consecuencias prácticas, sino más bien descontentos entre criollos, mestizos y

caciques.

En las rebeliones afloraron, por lo general, contradicciones de carácter local que

hasta ese momento no habían encontrado una adecuada válvula de escape. En otras

palabras, en el marco general de las rebeliones las comunidades insertaron con éxito

sus demandas pendientes, aprovechando de las coyunturas de intranquilidad social

para agitar sus propias reivindicaciones (17); sin embargo es claro aclarar que ni

Lima, La paz o el Cuzco, fueron tomados durante las rebeliones, aunque si llegaron a

ser cercadas o sometidas a un aislamiento comercial, proceso que se va a repetir en

1821, en otro contexto.

17 Flores Galindo, Alberto, editor; Scarlett O’phelan Godoy : las comunidades indígenas y las rebeliones del siglo XVIII
pag 96.
14

Las comunidades campesinas jugaron un papel neurálgico durante las rebeliones, al

proporcionar víveres y contingentes, es razonable pensar que era viable obtener y

organizar este tipo de apoyo si es que los alzamientos estallaban en el contexto

rural, en vez del urbano.

5.1 El Campesino En Las Filas Del Ejercito Libertario

Dentro del periodo de las rebeliones y el proceso de la independencia 1817-

1824, vamos a ver como se configura la imagen del campesino y su transformación

el proceso de la independencia, asimismo va a ser el brazo fuerte tanto de parte del

ejercito libertario y el ejercito opresor realista; asimismo fueron los que causaron

mas bajas a los realistas, que los propios cuerpos del ejército, poniendo en zozobra y

derrotando a generales experimentados en muchas guerras, como es el caso de

Rodil y Monet, que fueron derrotados en Huampani por una partida de guerrillas,

cayendo el primero de los nombrados herido (18).

Tales cuerpos de fuerza irregular que por su orden disperso llamase guerrillas; por

andar en partidas sueltas, “partidarios”; por su falta de reglas, disciplina y ejecución,

cuerpos francos – denominados en España simplemente guerrilleros y en Francia

franco tiradores o chuanes- fueron, por los españoles que guerreaban en el Perú

bautizados con el dictado de montoneros, por su modo y manera especiales de

embestir y lidiar; sin un plan previo, a no ser el dañar al enemigo, privarlo de

recursos, dificultar su marcha, hostilizar durante esta, favorecer su deserción,

fatigarlo, abrumarlo, destruirlo, caso de ser posible; y, en todo extremo, hastiarlo,

desesperarlo, de asalto en asalto, apareciendo y desapareciendo, para reaparecer en

seguida, siempre en orden colectivo, gregario en montón. De ahí la denominación de

18 Ortega, H. Eudoxio, Ibid pag. 311


15

montoneros que le pusieron a las guerrillas peruanas en la guerra de la

emancipación y después consagrado con sello definitivo por el uso y por el tiempo.

(19) Del mismo parecer es la descripción de Miller, en sus memorias, tomo II,

agregando… se componían principalmente del hombres de cierta responsabilidad, cuyas casas o residencias

habían sido arrasadas por el insaciable espíritu de venganza del partido realista, que no pocas veces había

reducido a escombros y desiertos, sitios donde anteriormente había existido ciudades y pueblos de no poca

consideración. Cada montonero tenía padres, hijos, parientes, vecinos que vengar, victimas de la crueldad de los

españoles. (20)

Las guerrillas o montoneros fueron empleados por San Martín, en 1820 los indios ya

estaban operando en el interior del Perú, llegando incluso a sitiar Lima; en la sierra

central se manifestó un considerable movimiento a favor de la independencia, sobre

todo a través de la organización de las fuerzas guerrilleras en apoyo a San Martin. El

conocimiento de la composición social de estos grupos es fundamental para conocer

la naturaleza y su alcance de las fuerzas sociales que participaron en las luchas de la

emancipación… existe también alguna evidencia de la participación de grupos de

indios. Por lo menos uno de los lideres de la banda de guerrillas de la sierra central,

Ignacio Quispe Ninavilca, fue indio; último descendiente de los caciques de

Huarochiri (21)

Los montoneros , que posteriormente se les denomina como partidas de guerrillas

(22), surgían repentinamente para hacer frente a las fuerzas realistas, retornando

después sus integrantes a sus pueblos y a sus ocupaciones; no tenían un sentido de

continuidad, eran fuerzas irregulares; una de las ventajas de las partidas, como arma

cuya eficacia dependía del conocimiento del terreno, era su movilidad. Sus

19 Idem pag 311,


20 Ortega, H. Eudoxio, ibid pag 312
21 Bonilla, Heraclio, ibid pag. 65
22 Vergara Arias, Gustavo, montoneras y guerrillas en la etapa de la emancipación del Perú 1820-1825, lima
1973, imprenta y litografía salesiana.pag 31
16

integrantes contaban con caballos y mulas, bestias que constituían el elemento

principal para la actividad del guerrillero. De ahí el interés de los comandantes de

apoderarse de las mulas y caballos que se encontraban en las haciendas y las que

utilizaban los peones en el acarreo de la nieve y en la conducción de víveres. En el

año 1822 se editó en Lima, en la imprenta Rio, la tercera edición del “Manual de

Instrucción de Guerrilla”, de los oficiales Alfonso Balderrabano y Juan bautista de

Maortua; su publicación, en esta etapa del gobierno del protectorado, nos demuestra

el interés que tuvo para las autoridades patriotas la organización y preparación de las

partidas de guerrillas. (23)

Los integrantes de las partidas (24), la mayoría de los individuos que formaran las

partidas de guerrillas pertenecían a la población indígena y mestiza, debiendo

considerarse también numerosos negros. Ellos provenían de los pueblos y caseríos

de la región de la sierra y de los valles de la costa. Eran pobladores ganados a la

causa patriota por ejemplo de sus hermanos de raza que formaban el ejercito

libertador aunque muchas veces habían sido reclutados a la fuerza, sobre todo,

cuando se trataba de reunirlos para que integraran las filas del ejército.

En su mayor parte los integrantes de las partidas eran hombres dedicados a las

labores agrícolas, ganaderas, mineras, acarreo de la nieve y al pastoreo. Es asi como

la formación de las partidas trajo como consecuencia el abandono de casi todas

estas actividades (del campo). Además, el mismo fenómeno de la guerra, el transito

de los ejércitos y la acción de las guerrillas hizo que se descuidaran estas tareas; el

tomar por la fuerza a los indios de las haciendas y de las minas, trajo como

consecuencia protestas de los propietarios, que hacían ver a las autoridades la

23 Vergara Arias, Gustavo, ibid pag 33


24 Idem, pag 38
17

dificultad que existía para trabajar, “por que no hay un solo hombre que se atreve a

prestarle habilitación receloso de los vaivenes y acontecimientos de las armas”.(25)

5.2 El Campesino En Las Filas Del Ejército Realista

El gobierno del Virrey Pezuela, ni bien tomo contacto con la realidad,

encontró, la situación deficiente del erario y del ejército. Ello lo llevo a iniciar un

ejército sobre la base de sus necesidades y las circunstancias, integrado en su

mayoría por americanos. A partir de 1814 arribaron a América los regimientos

españoles que se fueron incorporando a los ya establecidos. De 10,000 hombres que

conformaban el ejército Real en 1824 solo eran españoles 700. No obstante ello, la

oficialidad era española.(26)

Las milicias españolas estaban organizadas, desde la época del Virrey Amat en

diferentes regimientos de pardos, blancos y morenos, y separados en la infantería,

caballería y Dragones, existía un ejército regular. Una de las acciones más

importantes llevadas a cabo por el Virrey Pezuela fue crear un verdadero ejército de

línea y a ello dedicó prácticamente todo su esfuerzo. Esto hizo que todos los sucesos,

hasta 1817, se desarrollaran a favor de las fuerzas realistas. En una palabra, (

control del Alto Perú); En ellas participan casi todas las unidades del ejército

virreinal, muy pocas unidades de milicias y, por supuesto, ninguna unidad

expedicionaria de la Península.(27)

5.2.1 Organización Del Ejército Realista Y Defensa Del Perú ·1817-1820

La perdida de Chile, determinó que el ejército realista buscara recomponerse y

25 Idem, pag 39
26 Mazzeo de Vivó, Cristina, las vicisitudes de la guerra de la independencia del peru 1817-1824, PUCP, Inst. Riva
Agüero,
27 Idem pag 13
18

afianzarse en la costa sur del Perú, a la altura de Arica, para lo cual entre 1817 y

1818 se abocaron a la formación del cuerpo de reserva que debía estar apostado en

dicha ciudad.

Todos los esfuerzos de Pezuela se concentraron en asegurar las costas y controlar

las fuerzas invasoras que debían actuar desde Chile. En las cartas escritas entre

Pezuela y el Intendente de Arequipa, quien participó activamente en la organización

de dicho ejército fundamentalmente en la provisión de hombres y obtención de

recursos económicos, se comenta lo siguiente:

Pasado mediana sale la fragata Veloz de 30 cañones, el Bergantín Pezuela de 22, con los profugos de Chile

que son unos 500nhombres y 150 oficiales, estos a Concepción con artillería pertrechos y fusiles y toda la

tropa armada y aquellos dos buques a unirse en el crucero la Mocha con la Venganza, Sebastiana y Potrillo y

la orden de bloquear todo el Reino de Chile para que no entre ni salga en sus puertos una mosca (p4

24/3/1817)

Pezuela es consciente de que los hombres son reticentes a incorporarse al ejercito,

en especial los hombres de Arequipa.(28) Pinta con meridiana claridad la resuelta

adhesión del indio a la causa independiente. En efecto escribe en una comunicación

que remite al ministro de Guerra español los siguiente (29) “los indios, en especial aquellos

que se han levantado contra la causa y derechos del rey, manifiestan bastante repugnancia para sujetarse a la

contribución, sustituida al tributo y ha sido preciso la fuerza armada para restablecerla en muchos: son

naturalmente inclinados a toda clase de maldades; la religión católica, en mi concepto, no la conocen; su aversión

a la autoridad del rey y la adhesión a sus incas, son indelebles y tan arraigadas como en los primeros años de su

conquista; por eso es que están siempre dispuestos a oír y seguir las sugestiones de los perversos, que los

inducen a la rebelión y que tan ferozmente odian a los españoles que se oponen a sus ideas. Los cholos(que son

una casta mixta) son algo menos malos que los indios puros y no se llevan generalmente entre si, aunque se

reúnen con frecuencia contra los españoles, esperanzados unos de otros, en e que si logran destruir a estos. De

cholos se componen la mayor parte de los regimientos de milicias, que siendo muchos, de alguna instrucción y

disciplina, con otras tantas reuniones formales y permanentemente prontas a obrar siempre que sus jefes los

28 Mazzeo de Vivó, Ibid, pag 14


29 Virgilio roel, Los libertadores, grafica labor, 1971, Lima-Perú, pag 76
19

induzcan a un levantamiento. De este principio se han originado en muchas partes las explotaciones de la

insurrección, casi simultaneas, a las mayores distancia y el riesgo será mayor en adelante, porque todos, ya en

nuestros ejércitos o ya entre los rebeldes, han recibido una enseñanza militar mas completa, que puede ser

finalísima al estado. Me parece pues conveniente reducir el numero de estos cuerpos de milicias y se hace preciso

para conservar la paz restituida a los pueblos, mantener guarniciones de mas o menos fuerzas en las capitales de

provincias, porque llegarían tarde desde esta a cualquiera punto en que hubiese movimiento, por la grande

extensión de este Virreynato y la inevitable morosidad con que en estos países puede realizarse cualquier

expedición, a pesar de la mayor actividad y eficacia, por la escasez de transportes, para emprender y continuar

las marchas” (30); aun así la idea de Pezuela es que las tropas americanas recibieran

instrucción y se les enseñe disciplina en Lima y luego, una vez disciplinados,

enviarlos donde fuese necesario para servir mejor con el nombre de “veteranos”. Y

por otro lado, de esta manera, al mezclar americanos y europeos limaba asperezas

pues dejar un batallón de tropas peninsulares y llevarse el de Arica podría traer

resentimiento a uno y otro; Así, las intendencias de Puno, Arequipa y Cuzco, se

convirtieron en proveedores de todo lo necesario que necesitaba el Virrey; los

pedidos solicitados por el Virrey Pezuela , a la corona española, son escuchados, y

envía el batallón de Burgos, que llegaría por la vía de Panamá para reforzar el

ejército del Alto Perú y Arica, En una palabra el ejercito peruano comenzaba a ser un

verdadero ejercito de línea a la manera de España. Pero estas tropas nunca llegaron

y los que lo hicieron fueron tropas que desertaron “por ser hombres de mala calidad

y ninguna voluntad para servir al rey (31).

5.2.2 Las Partidas De Guerrillas De Los Realistas

Los realistas contaban con partidas de guerrillas que se desempeñaban,

principalmente, en la región del centro y los departamentos de Ica, Ayacucho,

30 Virgilio Roel, Ibid pag, 77-78


31 Mazzeo de Vivó, Ibid, pag 16
20

Hauncavelica. Al igual que las partidas patriotas, la mayor parte de ellas, carecían de

armas y de dinero para su sostenimiento.

Habiendo ocupado las tropas realistas la ciudad de Ica en el año de 1822, el

comandante del escuadrón de la Constitución, Juan Bautista de Arana va a solicitar

urgentemente a José Donayre de la Torre, presidente de Cabildo de Ica, la entrega

de cierta cantidad de dinero para el sostenimiento de su partida y la de Pedro

Nestares; olvidando de esta manera su compromiso de que para el sostenimiento de

sus hombres “se hallaba aun a ir con su partida por las haciendas y que así se

sostendría”. A Donayre de la Torre no le quedo otra alternativa que proporcionarle,

el 28 de julio de 1822, la suma de 682 pesos con 2 reales “para el suministro de la

partida”, haciendo presente que con esa “cantidad puede ser socorrida mientras

haya fondos, pues los soldados veteranos del ejército no disfrutan el dinero que los

de V” (32)

En Huancayo realizaba sus correrías el capitán Feliciano Alarcon, apodado

“Piliquinto”. Pero su mal comportamiento dio origen a que el Virrey determinara, en

su oficio del 19 de junio de 1822, “que si continuase en sus desordenes, se le quitase

el mando de dicha partida, y aun se le castigase según creyese conveniente” (33)

Los montoneros de Vivas, que para entonces han comenzado a rehacerse en sus

guaridas de Yauyos, sorprenden, en una irrupción que hace sobre Tarma, a

trescientos contramontoneros realistas, y les hacen prisioneros, entre ellos el

comandante español, J. Rodriguez (26 julio); y los vecinos de Acobamba (Jauja)

rechazan otra contramontonera del adversario que intenta forzar el puente de

Comas; la misma que , con su perdida de cincuenta hombres, aplastados por la

32 Vergara Arias, Gustavo, Ibid, pag 66


33 Idem, pag 68
21

senda por una verdadera lluvia de galgas, abandona el referido puente y se repliega

sobre Huancayo (29 de julio) (34)

Es necesario referirnos también al comportamiento de los jefes y tropas realistas.

Tanto los oficiales como los efectivos del ejército español obraron guiados por sus

sentimientos de odio y venganza. Cuando entraban a un pueblo que había prestado

servicios a los patriotas y contribuido a la formación de las guerrillas, lo saqueaban o

incendiaban, apoderándose de las provisiones, del ganado, de los caballos y mulas;

causando los mayores perjuicios a sus habitantes. A los prisioneros patriotas, sobre

todo si eran guerrilleros, los trataban con suma crueldad, recibiendo castigos

contrarios a las leyes de la guerra. Eran fusilados sin juicio alguno, muchas veces a la

vista de los demás prisioneros, tratando de amedrentar a los pobladores que en su

mayoría formaban parte de las partidas. Esta conducta fue motivo para que el jefe

patriota Pardo de Zela comunicara a José Bellido, Teniente Gobernador del partido

de Vilcashuaman, mediante oficio del 30 de diciembre de 1821, que: “prevengo a V. por

ultimo que es preciso proceder con los enemigos con retadiccion, no dando Cuartel a ninguna que no sea pasado,

fusilado a los prisioneros a vista, si es posible de los mismos enemigos, supuestos que ellos han sido los primeros

que han dado ejemplo de este procedimiento contrario a las leyes de la guerra” (35)

5.3 El Campesino Entre Los Dos Ejércitos

A partir de 1820 el Perú se dividió en dos, la costa quedo bajo el poder de los

independientes que pactaron con San Martin una salida monárquica mientras que la

sierra, dominada por las fuerzas realistas, siguió al mando de La Serna y sus

habitantes no pudieron o no tuvieron otra alternativa que acatar lo que la fuerza

militar establecía, por otro lado hay referencias de que los pueblos de la sierra no

34 Leguia Martinez, German; Historia de la Emancipación del Perú: el protectorado, tomo VI, Lima 1972, pag.
401
35 Vergara Arias, Gustavo, Ibid, pag 68-69
22

estaban a favor de los realistas: “dicen que los serranos titubean pero todo se calmara si adelantan su

movimiento las tropas del ejercito que esta en marcha (Ricafort 4/7/1819)(36)

La agricultura y la minería se hallaban paralizadas. Sobre la primera gravitaron las

requisiciones dispuestas para asegurar el aprovisionamiento del ejército o las

frecuentes interferencias de los transportes; y en muchos casos, el abandono

motivado por la falta de brazos o por las dificultades opuestas a la percepción de los

beneficios. Y la segunda fue obstruida mediante la inundación de los socavones o el

derrumbamiento de las galerías de acceso, cuando la simple aproximación del

enemigo hizo temer que la producción cayese bajo su control; de esto se puede

apreciar que el sistema tributario debió experimentar la relajación de las normas y

los procedimientos que lo rigieron durante la época colonial. Uno y otro bando

solicitaron adelantos a los contribuyentes; y cuando estos alegaban los pagos

hechos, las autoridades elevaban las tasas o les imponían cupos. (37)

La guerra por la independencia trajo contiguos enfrentamientos y movimiento de

intereses por todas partes, el país vivía en una anarquía, debido a que tanto

patriotas como realistas no podían controlar el orden, a esto se plegaban la

incapacidad de la Junta Gubernativa, como dice Basadre fue un error, se entrego el

ejecutivo a tres personas cuyas ideas no correspondían con el mundo de los

acontecimientos. La tarea fundamental del gobierno independiente consistía en

terminar la guerra y a ello no contribuía el nombramiento de tres personas

ineficientes. Lo que se necesitaba era un ejecutivo fuerte y un ejército efectivo;

mientras que los realistas, deponían a Pezuela y nombraban a La Serna, personaje

que no tenia experiencia y autoridad; en este contexto se movilizaba el pueblo,

36 Mazzeo de Vivó, Cristina, Ibid, pag 20


37 Tauro del Pino, Alberto, Ibid, pag 21
23

contribuyendo a dos administraciones en la guerra de la independencia, tanto en el

soporte material como el humano, si no era a las buenas, para eso está el fusil de

ambos ejércitos.

Un ejemplo de ello es, el 2 de diciembre de 1820, día en que se desarrollaba la

batalla. Los cerros estaban repletos de una muchedumbre de indios mandados por N.

Barrera, pues el día anterior habían sido muertos el coronel Terres y su lugarteniente

Corvera, por cuestiones de liderazgo y de diferencias en los planes operacionales; la

batalla es descrita con acertados trazos por Mariano Felipe Paz Soldan (historia del

Perú Independiente), en términos que preferimos transcribir: “según ordenes de Ricafot –

escribe Paz Soldan- el coronel Seoane ataco la izquierda de los indios, mientras que Ricafort cargaba con la

caballería que mandaba el teniente Coronel D. Valentin Ferras. No es difícil comprender que la muchedumbre de

indios, cuyo numero pasaba de 4,000, sin orden, ni disciplina, y armados solo con piedras y su entusiasmo, no

pudiesen resistir el ataque que simultáneamente hizo la caballería, y la infantería, que también cargo a la

bayoneta. Todo fue una carnicería y degüello, no perdonando la vida a quienes alcanzaban; pasaron de mil

indígenas que entregaron tan heroicamente su vida. Ricafot no perdió ningún hombre, y el número de heridos y

contusos apenas llegaba a ocho y dos caballos. Cansados de tanto degüello ocuparon la ciudad, la saquearon por

48 horas y después la incendiaron. Sus desgraciados moradores se refugiaban en los montes y cerros, y no

teniendo Ricafort mas victimas que sacrificar contramarchó sobre Huamanga, donde llego el 8 de

diciembre”(38)

Lo mismo sucedió en Cangallo, asimismo fueron del mismo pensamiento y accionar

de Carratala y Valdez; el primero de ellos había quedado en la sierra al mando de las

tropas coloniales de represión; este jefe hispano empleaba con suma prodigalidad el

terrorismo mas inaudito para mantenerse en la zona, así lo hizo en Junín, luego de

tantos actos de barbarie, por la adhesión de sus hijos a la causa de la independencia,

la incendio; en Chupaca, Carratalá mando que toda la población saliera de sus

viviendas y una vez fuera ordenó que las tropas abrieran fuego sobre ellas; a los

38 Virgilio Roel, Ibid, pag 110-111


24

sobrevivientes los azotó y dejo colgados en las torres. Luego dispuso que Chupaca

fuera saqueado. Terminada la matanza y el saque, las tropas virreinales continuaron

su marcha hasta Huancayo.(39).

El pueblo de la sierra quedo a la ultranza de los realistas, toda vez que San Martin ,

dentro de su política militar, ordeno a Alvarez de Arenales y a los montoneros que se

replegaran sobre Lima; Arenales hizo saber lo mal que se hacía, pero obedeció la

orden; asimismo advirtió que podría cambiar el concepto que se tenia de las tropas

independentistas. Muchos pueblos, protegidos hasta entonces por los montoneros,

quedaron desamparados y tuvieron que vérselas con un enemigo implacable; ya

mencionado anteriormente, sus indefensos habitantes supieron de esta forma terrible

que el nuevo régimen de Lima no era de ellos en su integridad; esta verificación

ocasionó desazón y desconcierto en algunas partidas, que vieron sus filas mermadas.

Mas el terrorismo hispano y la necesidad de defender a sus familiares obraron en el

sentido del reagrupamiento de las montoneras serranas, que propusieron su nunca

interrumpida lucha contra las tropas virreinales.(40) Mientras Lima festejaba el dia de

la independencia (41), el gobierno de la Junta Gubernativa, el protectorado, y el

congreso se daba un sueldo envidiable de todo burócrata de ahora, el pueblo con sus

montoneras arrasaban y causaban bajas a los realistas, asimismo eran diezmadas e

incendiadas sus pueblos; mas adelante Bolívar va a trasladar todo la lucha por la

Independencia en la Sierra y los pueblos de la sierra nuevamente colaboraran con el

mismo entusiasmo desde sus inicios; pues los diálogos, las conspiraciones y la época

del terror de Monteagudo, van a ser opacadas con la llegada del Gran Libertador,

decía Napoleón “en la guerra, como en el amor, para acabar es necesario verse de

39 Virgilio roel, Ibid, pag 126


40 Idem, pag 176
41 Leguia Martinez, German, Ibid, pag 57,61
25

cerca” y esa es la decisión de Bolívar para terminar la lucha por la independencia,

pues la libertad la encontraría en la sierra del Perú, al cual se enfilo luego de un

cierto tiempo del gozo de Lima; como él decía,” ..Lima es excelente, el teatro

regular, muy adornado de lindos ojos y de un porte hechicero; coches, caballos,

paseos, toros, te deums, nada falta, sino plata para el que no la tiene, que a mi me

sobra con mis ahorros pasados” (42)

En estas circunstancias la suerte de los españoles estaba echada; Escribe la Mar:

todo esta preparado para completar la destrucción de los enemigos … nosotros no

dejaremos de llevar 9,000 hombres, contando con las guerrillas, que en mi opinión

valen mucho para todo, (9/7/1824), a ello hay que agregarle las palabras de Gran

Libertador de América, quien reconoce el esfuerzo del pueblo peruano en pro de la

independencia de la patria. En carta a su amigo Restrepo, al darle cuenta de la

triunfal marcha cumplida hasta noviembre de 1824, concluye en estos términos:

“estos prodigios se han logrado con el patriotismo de los pueblos y el

crédito del ejercito” (43)

6. LA LEGISLACIÓN DEL COMUNERO EN EL PROCESO DE LA

INDPENDENCIA

La República debió reivindicar al indio. Esta es una verdad irrefutable si se considera,

como lo ha señalado Emilio Romero, que “si en el pasado pudo ser el indígena un

problema, hoy significa la solución”. Nada, en efecto es posible sin él: la agricultura,

minería, ejército, industria. Sin embargo, como con acierto lo sostuvo Mariátegui; los

42 La independencia nacional, comisión nacional del sesquicentenario de la independencia del Perú, artes graficas ed.
Jurídica s.a, 1971, Lima Perú Pag 147
43 Comisión nacional del sesquicentenario de la independencia del Perú, Pag 137
26

regímenes republicanos han sido, en medidas de protección al indio, inferiores al

virreinato.(44)

La corona española, desde la promulgación del codicilo de 1504 por Isabel La

Católica y a partir del reconocimiento de la calidad humana del aborigen americano

por Alejandro VI evidenció una auténtica preocupación por el nuevo hombre

descubierto por el occidente.

Durante la colonia, pasado el momento del botín de la conquista –a diferencia de la

República tras el botín de la emancipación- España organizó y protegió el Ayllu

incaiko, con miras a una organizada tributación, dado que la posesión agraria era

condición indispensable para el pago de los impuestos entre los indios. Respetó

asimismo el cacicazgo – que pese a sus defectos era una supervivencia de lo antiguo

como demostraron los posteriores levantamientos-- aunque adaptándolo a la nueva

forma de gobierno, tal cual se hizo con tantas instituciones qeshwas.

El gran acierto jurídico indiano del coloniaje fue el partir en su legislación de un

supuesto innegable: la inferioridad socio-económica del indio. Al advenimiento de la

República, en cambio, se dictaron, por buena fe de algunos e interés de los demás,

leyes igualitarias. Es decir, se dieron leyes iguales para individuos desiguales (con la

dualidad de la legislación: la suerte del indígena es la suerte del Perú). Felipe II

había dispuesto, por ejemplo, el respeto de los usos y costumbres en los pleitos, en

otras palabras el respeto por las normas consuetudinarias no opuestas al buen

sentido, con lo cual, la tradición ancestral andina adquiría el carácter de fuente

supletoria de derecho indiano. La República, no pudiendo liquidarlas, ignoró

gravemente dichas normas. Durante el coloniaje el Virrey Príncipe de Esquilache, en

44 Vega, Juan José, tesis para optar el grado de bachiller en derecho en la UNMSM, Lima 1951, cap 2, La
emancipación frente al indio peruano, pag 66
27

su Relación al Sucesor Márquez de Guadalcazar, escribió, resumiendo el notable

criterio imperante: “.. una de las cosas que mas rigurosamente se les defiende y

prohíbe (a los indios) es la venta de sus tierras, porque solo sirven de que las que

valen diez compra el español por dos y una vez introducido entre los indios los

consume poco apoco” (45). La república concedió, la igualdad y la libertad. El indio

fue libre de vender sus tierras, incluso las comunitarias. La consecuencia lógica de

esa libertad fue la opresión ya que se produjo una marejada de fraude legal y de

despojo ante la cual poco o nada podían hacer los ignaros, impotentes, campesino

queswas, ajeno a las leyes, reglamentos y jueces. Como bien ha señalado

Bustamante Santisteban, ”La república falseo la igualdad real implantando la legal,

con resultados que no tardaron en hacerse sentir”. (46)

Decir que el indio fue liberado con la emancipación es hacer una frase, muy repetida

además, para los manuales escolares de historia del Perú. Lo real es que con ella se

le despojó de las leyes protectoras establecidas por el derecho indiano colonial,

entregándole a la avidez de sus compatriotas, los nuevos ciudadanos. La república

quería tierras y riqueza para sus prohombres. Y la austeridad de unos pocos no basto

para frenar las ambiciones. En resumidas cuentas la legislación del periodo inicial

republicano, desordenada y confusa, “fue contraproducente para los intereses del

indio y si bien fue sincera, en armonía con los principios generales que se preconizan

era empero impremeditada, inaparente, para las especiales condiciones y situación

de las comunidades indígenas. (47)

45 Vega, Juan Jose, Ibid, pag 68


46 Idem, pag 68
47 Idem, pag 70
28

7. A MODO DE CONCLUSIÓN

A quedado demostrado, que el indio en el proceso de la guerra por la independencia

y aunque haya ganado la libertad de su País , el Perú, y que con esta emancipación

los haya beneficiado con la supresión de la mita y los corregimientos, estas

instituciones establecidas en época colonial continuaban pagando el tributo personal

en la República, soportando duras condiciones de trabajo en las minas y los

latifundios serranos, y pareciese ilusorio que pudieran superar la ignorancia y el

abatimiento en que se hallaban sumidos; asimismo, a quedado claro su participación,

en el paso de indio a campesino, a guerrillero e libertario, transformación que se

hace a través de las circunstancias en que se vivía. Si bien es cierto que San Martin,

reconoce y enfatiza que todo ciudadano tiene igual derecho a conservar y defender

su honor, su libertad, su seguridad, su propiedad y su existencia, y no podrá ser

privado de ninguno de estos derechos sino por el pronunciamiento de la autoridad

competente, dado conforme a las leyes; sin embargo el romanticismo de la

independencia, es opacada cuando se decreta el 4 de octubre de 1821, que la edad

para el ejercicio de la ciudadanía es de 21 años y además se debía saber leer y

escribir, asimismo tener una propiedad u ejercer cualquier profesión u arte; la

incansables muertes y participaciones del indio en el campo y la ciudad, su sangre no

solo esta derramada en esos lugares, sino que además el sudor de su frente siguen

siendo utilizadas para seguir con el progreso de nuestra sociedad, ya se ha hablado

de su suerte del indio, pero debemos, si aun nos sentimos patriotas, pagar la deuda,

es hora de poner en practica todo lo relegado que se ha dejado desde 1821 hasta

nuestros días.

Racaf
29

9. BIBLIOGRAFIA

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