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Tierras de fuego,

con vientos de maíz


Tierras de fuego,
con vientos de maíz

hugo ivan cruz rosas

Azcapotzalco, México, 2010

Segunda edición, 2021. En plena crisis del calentamiento global, pandemia de


coronavirus por sars-cov2 y la luz que nace del empoderamiento feminista de
base social: todos los textos han sido revisados

Derechos liberados:
Se permite cualquier difusión o reproducción parcial o total
de los textos que aquí son expuestos, con o sin permiso del autor.
Tierras de fuego, con vientos de maíz

***
La vida brinca de un lado a otro: los vientos abrazan los polvos que cierran nuestros ojos, las lluvias
se despiden de las tierras... Tu, yo, el tiempo: ¿Qué hacer?... ¿Habremos dejado de creer en algo?
¿Habremos olvidado los temores de un mundo olvidado?... Lo descubriremos pronto y espero estar lo
más cercano a ti posible cuando eso pase.

Prologo.

Caminamos entre tierras de fuego, que con las lluvias se apagan. De esa historia escucharemos luego,
pues el viento aún camina entre los bosques y no ha dejado que las ramas y las hojas descansen por un
instante. Cuando el viento libere a este mundo de su movimiento, ni siquiera las nubes acudirán a
apagar las llamas y, entonces, ahora sí escucharemos hablar de los secretos de esta historia: de cómo es
que hemos caminado entre tierras de fuego.

De fuego son también los ríos que mojan nuestros pies, las aves que adornan el cielo y los ojos que nos
miran de vez en cuando entre tantos ojos del transporte público. Y el dulce fuego también nos domina:
plantamos nuestros corazones para que nazcan de ellos retoños de maíz, que crecen y son desbaratados
por el aire, mezclados y puestos en movimiento: así encontramos repentinamente a la vida, y el amor y
a nuestros cuerpos que integran nuestro tiempo dentro de una sociedad. Descubrimientos sorpresivos
que de alguna forma sentimos nuestros, pero nos quema el tenerlos y es el mismo viento quien siempre
los transforma, para transformarnos también a nosotros.

En las siguientes páginas se presenta esta historia, y no se espera que se olvide nuestro paso por ella...
Se muestra, de manera algo osada, un intento de cuento de lo que hacemos en este mundo para pasar al
sentimiento que intentamos dar nombre y que, al igual que las personas que son quienes lo profesan, se
encuentra ligado a esta tierra debido a nuestro inicial paso por la naturaleza del mundo para,
finalmente, poner a consideración nuestro drama sin mayor disfraz: nuestro tiempo (porque en verdad
esperamos que sea nuestro) y nuestro andar modesto por la historia del mundo.

Ojala todo fuera tan sencillo y se pudiera escribir solo del universo o del amor, olvidando que quienes
lo viven, viven también los días soleados al igual que los nublados, olvidando que en quienes se hacen
reales esas concepciones tienen cuerpos, caminan y viven en este mundo dividido en clases sociales.
Pero todo esto es más complejo de lo que se lee entre los árboles: el mundo, que nos pertenece s olo en
la medida en que le pertenecemos también, nos presenta las pasiones humanas como este algo que no
ha podido liberarse del peso de la tierra, ni del agua.

A continuación se presenta más un intento de recoger la andanza de quienes su historia es la vida


cotidiana. Una disculpa si nuestro mundo no es buen adorno para quienes le miran, sin caer en falsos
sueños que le alejan de él; pero hablar de la realidad, más que negarla con bonitas metáforas y
optimismos que nos hacen volar por senderos mágicos, es más útil para afrontar los problemas
evidenciar las fallas y plantear un cambio real, que emane de nuestra realidad y no de sueños ni
promesas infinitamente prolongadas.

¿Cómo escribir, si las palabras que se toman del mundo humano y que le dan nombre a la realidad
comprendida por los humanos, caen en manos de alguien que no ha podido encontrar el cielo como una
metáfora, mientras camina por la tierra?

Se presenta aquí, pues, la breve historia de las tierras de fuego, que siempre vienen con todo y sus
vientos de maíz.

hicr

Tercer mundo del tercer planeta del sistema solar


Ciudad de México.
julio de 2010
I
[uno]

Muchas cosas de vez en vez suelen saltar de la sartén: los frijoles, el aceite, los chapulines...
Incluso las estrellas y los números irracionales. Algunas de estas cosas suelen ser más
sencillas de limpiar, otras nomás no lo son tanto.

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CRONOBIOLOGÍA

Estimado Amigo:

He de confesarle que cuando uno retira la batería de un reloj, éste se detiene en el instante preciso en
que sucede; y eso no es todo: además lo hace señalando la hora exacta en la que esto ocurre...

¡Qué interesante suceso! ¿No lo cree así?... Pero es cierto... Sin embargo, los hechos que a continuación
parecen cumplirse son aún más extraños: Después de que uno ha retirado la batería, y el reloj se ha
detenido, efectivamente, apuntando a la hora en que se quedó estático; la vida parece seguir (extraño,
¿no?). Aún con todo y que el reloj nos diga lo contrario... Entonces, no sin sustos, nerviosamente se
coloca de nuevo la batería y acontece que vuelve a andar... Y pasa, pues, que se cree regresar a la vida
diaria, hasta que se cae en cuenta de que el reloj ha perdido unas horas y por curiosamente extraño que
parezca, son las mismas en las que estuvo sin batería.

Bien, estimado camarada (y muy estimado): ¿Cree usted posible que la vida siga aún sin un reloj que
nos diga que lo hace? Y es que tan solo nos percatamos de que el reloj ha perdido unas cuantas horas
debido a que el mundo siguió su paso sin esperar su recuperación (casi milagrosa, vale decirlo).

Mi amigo, ¿Podría explicarme cómo puedo hacer regresar a tiempo el mundo con mi reloj? Ya sabe
todo el cuidado que uno debe de tener en esta vida, por esto de las tantas cosas que pasan... Pero eso no
es lo peor: imagínese todo lo que deja de suceder a cada instante...

OCUILAN
Con motivo al Pre-congreso
de la OPC-CLETA
Entraste naturalmente,
como lo hacen los sueños:
la lluvia en tus campos,
en cada ladera...
El sol que cuida tus pasos sonrientes
con tus manos guardadas en los bolsillos.

Paseando la vista en tus casas,


tu gente
que se confunde entre los colores de tus jardines.
Yo solo
me divierto mirando cómo entra y sale tu sonrisa.

Allá, en donde abundan los gusanos,


existen días tan soleados
y otros tan nublados,
que se adornan con flores
y del calor de su gente...

Existen historias,

2
existen leyenda y memoria...
es aquí donde existe la vida,
que abraza más vida.

DIOS-DEMONIO

El proceso mediante el cual Dios se transforma en Demonio


es dependiente de calcio (Ca2+),
y catalizado por el Ser Humano
siempre en una reacción reversible
a temperatura ambiente,
en la ecuación siguiente:

3(Dios) + Ca2+←Ser Humano→[Demonio]3

Así, un Demonio se descompone en calcio (Ca2+)


y tres moléculas de Dios,
cuando una persona revive la revolución...

Dios es catalizado a Demonio para


mantener la condición fisiológica en el Humano.

De este modo,
las personas son Dios y Demonio,
al mismo tiempo que un catalizador de la reacción
a temperatura ambiente y siempre dependiente de calcio (Ca2+).

AL ABRIR Y CERRAR

... Y así entré a la escuela:


me enseñaron a escribir y a medir...
me dijeron que todo es un ciclo,
que en la vida se nace y se muere...

Yo sabía que cuando alguien muere se va al cielo,


y ahora que también sé medir
descubrí que donde te enterraron está más cerca que las nubes,
y que es más fácil medir para arriba que debajo del suelo...

“Con la vara que midas serás medido”


... Y medir es comparar...

Y así lo hice:
descifré que mido una vara y media de pies a cabeza,
y que tú estas enterrado a casi tres varas de profundidad...

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¿Te acuerdas cuando me enseñaste a dibujar?
¿Y de todas esas cosas que me decías que algún día se realizarán?

Por ti comencé a escribir y a leer...


Y así como así se me fue la inspiración:
la enterraron en una caja negra en una esquina del panteón:
cavaron la tumba y adornaron con tu nombre el ataúd...

Así lo supe porque para ese entonces ya sabía leer...


Y hasta escribir...

Uno nunca sabe con qué se va a encontrar,


o con qué ya no al regresar...
Y es así como entré a la escuela:
con tu beso en la mañana,
y con tu adiós al regresar...

mx + b

¿Qué es de la vida de un insecto?


Si ellos no forman sociedades feudales,
no transitan por procesos históricos
a un sistema capitalista,
ni luchan heroicamente por el comunismo.

Se mueren con la basura,


encuentran su fin ahogados en el desagüe,
o conocen de cerca la hermosura de las telarañas.

¿Qué es de la vida de los insectos?


Si no conocen otra patria
más que la que les vio nacer,
no tienen elecciones presidenciales,
ni eligen diputados ni senadores,
pero se muestran decididos
a la hora de conseguir su alimento.

No hacen el mayor esfuerzo por construir dioses,


no tienen la mínima prudencia por salvarse del infierno;
y un demonio con cuernos y cuerpo de insecto
jamás ha sido seriamente planteado.

La vida de insecto es casi divina,


aún cuando no se les han construido altares,
no se recuerdan con gusto sus innumerables milagros,

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ni se celebra su día
en alguna fecha especial del calendario.

No hay,
por ellos,
ferias en las afueras de las iglesias,
no hay palo ensebado,
ni dulces de leche,
ni novios paseando entre colores de los jardines...

No hay un discurso elocuente que diga


“hoy es el día de este Santo Insecto,
que no sabe hacer otra cosa
que no sea honrarnos con sus múltiples milagros”.

La vida de insecto carece de sueños,


no cree en los cambios reales
y desde que cada adulto era pupa,
ya sabía que el mundo no se cambia:
se sale del huevo para ser larva,
con un poco de suerte se construye un capullo
(y es donde verdaderamente se reflexiona).
Cuando se es adulto, se concluye con bases sólidas
que esto no tiene ni por dónde intentase transformar.

Pero no ha de hacerse juicio sin evidencia lógica,


mientras no sepamos a ciencia cierta
qué es de la vida de un insecto,
nada justo es mirarles con algo de menosprecio.

CUICATL

Me duele la tierra,
y el pasto,
y las flores,
y las raíces que se clavan en ella.

Me duele la tierra,
y el viento,
y el agua que corre desbaratando laderas...

Cómo duele la tierra


en tus manos,
tus uñas,
Demonio de piel.

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Cómo duele la tierra,
tus labios,
tu cabello,
tu corteza empapada
que los dioses quisieran tener.

Me duele la tierra,
y las rocas,
y las aves,
y cada lombriz que es arrancada con fuerza
mientras se aferra frenéticamente por no partir.

Me duele la tierra,
y su vida,
y su muerte,
y cada pulso que le doy con mis pies...

Cómo duele la tierra,


cuando llena por completo los pulmones
y a bocanadas se le obliga a entrar.

CARTA PÓSTUMA

Querido amigo, te digo así porque te fuiste siéndolo, lo fuiste y así será por este tiempo. No se ha de
extrañar la vida como a un amigo, aunque es siempre la misma: tan impredecible.

Sabes, acá las cosas en realidad no cambian: el sol canta y se esconde aún por los mismos sitios, y yo lo
observo de vez en cuando aquí acostado, tú lo debes saber bien que llevas tiempo aquí tirado...

Aún sigue el olor a tierra mojada con ese sabor que solo una buena lluvia da al campo: cuando uno
habla parece metérsele entre los dientes; pero de eso debes saber más tú, que llevas tiempo aquí
enterrado.

Anoche pasé frente de ti, te saludé de lejos y me detuve para ver si respondías: No lo hiciste... Al
principio creí que estuvieras enojado, después entendí que no debo malinterpretar tu silencio, que se
trata solo de eso: que es que sigues sepultado. Por eso me dije que las cosas aquí no han cambiado: la
lluvia sigue cayendo del mismo modo, a veces tanto que aunque uno no se mueva se moja por todos
lados, pero eso tú lo debes saber mejor que yo, pues llevas tiempo así acomodado.

La sopa se sigue sirviendo en tu plato, las mañanitas aún se cantan en tu cumpleaños... Y cuando el frío
llega en invierno, hasta te espero con tu cobija, a veces toda la noche, despierto y sintiendo cómo se me
congelan los huesos, aunque de eso tú debes saber más que yo, que llevas tiempo siendo huesos.

Por eso estoy ahora aquí a tu lado, porque las cosas aún no han cambiado: te dejo recados con tus
vecinos, me paso las horas hablando contigo... Hasta he dejado mi número telefónico anotado aquí en
tu lápida, junto al Descanse en Paz, aunque por el momento no has respondido... Por eso ahora te

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escribo para asegurarme que recibas mi saludo, que te fuiste sin despedir; y espero te comuniques
conmigo. Tan solo es que no se ha de extrañar la vida como se extraña a un amigo... Aunque aún no sé
si el correo llegue allá abajo, me despido.

EL UNIVERSO ES DE TRIGO

Somos un viaje continuo,


orbitando entre los límites
de la calle pavimentada
y la terracería.

En algunos casos tenemos la fortuna


de escuchar a alguien más
que viaja en el mismo transporte que nosotros,
y somos capaces de romper
el duro armamento que el aire
construye a su alrededor;
pero llega tan rápido al lugar planeado
que baja en la siguiente esquina.

Seguimos en el transporte público


hasta que el costo iguale al valor
en las últimas moneditas
que hemos pagado.

Si subimos,
por descuido o voluntad,
en un autobús equivocado,
terminamos en un lugar erróneo
y preguntando cómo regresar.

Viajamos entre guajolotes y frutas,


de pie o sentados,
esperando que el transporte nos lleve a algún lado
o, por lo menos,
que choque contra otro autobús
para no sentirnos tan solos.

Somos un viaje continuo,


y una espera,
que a veces termina en calles pavimentadas
y otras tantas en medio de los caminos rurales.

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DOS Y TRES NOCHES (O NO HAY NI DOS NI TRES)

Nadie se suicida con un “punto y final”,


parecieran causar más daño
las “comas” y los “punto y seguido”;
pero nadie usa ya,
para morir tajantemente,
un “punto y final”...

Ahora hay otras causas por qué morir:


una televisión,
la partida del ser amado,
la democracia que reviste nuestro Estado
o la playera de moda,
que combina con los zapatos...

Pero nadie lo hace ya por revertir el hambre,


por las manos que se quiebran en la miseria
y mucho menos lo hacen
por un “punto y final”...

Parecen lejanos los días


donde un “punto y final”
era preciso para morir heroicamente;
ahora se usan los brazos,
las hordas de desempleados,
los seguidores de películas de acción
y a más de un funcionario...

El “punto y final” se evita:


ha sido olvidado,
hoy matamos con guerra industrial;
ya nadie se suicida con signos de puntuación:
mutilan sus manos y sacan sus ojos
con latas de frijoles
envasados al vacío...

Quien quiera seguir viviendo


se le aborrecerá hasta la muerte:
¿Es verdad que nadie muere ya
por un “punto y final”,
que desde el principio se ha evitado?

Nadie muere en paz sin que la lápida exhiba:


“Punto y Final”...

¿Nos habremos suicidado en vano?

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Nuestra vida misma:
¿alcanzará para dejarnos morir?

El “punto final”
ha llegado.

MUERTE BLANCA

De los tantos efectos


que la contaminación de la ciudad provoca,
en particular hay uno
de lo más frecuente:
algunas estrellas
que bajan más de lo debido a asomarse,
caen envueltas en la contaminación.

A causa de ésta les salen patitas


y se aferran fuertemente
a las hojas de los árboles
y son arrancadas cuando el viento arrecia.

Pasear por debajo de un árbol


supone el riesgo
de la caída de una estrella en la cabeza,
como si fueran azotadores
que se agarran y se resbalan,
y son aplastados con regular pasión...

Las estrellas:
tan pequeñitas allá arriba
y tan diminutas acá abajo,
que igual nos da si brillan o si hacen cosquillas.

Ésta condenada contaminación,


con su plomo y sus partículas suspendidas
es la que ayuda de manera prioritaria
a la extinción de las estrellas:
mientras más contaminación,
más estrellas con patitas que caen;
y a más estrellas con patitas,
más luceros aplastados por un pie.

¿Qué irá a ser de esta ciudad tan contaminada


que no nos deja saber de dónde venimos,
ni a dónde avanzamos,
o si caminamos a un árbol

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a recolectar animalitos en un frasco?

El tiempo no da respuestas
ni da manzanas podridas
para hacerlas composta.

Tampoco es cierto eso de que El Tiempo lo Dirá


porque desde pequeño (algunos segundos de edad)
trae la boca llena de metales pesados,
y así: ¿Qué nos puede decir?

PIENSO EN TI

Actualmente
las cosas han adoptado
nuevos nombres:
a los Polvos de Unicornio
se les llama Fluoruro de Sodio;
a las Escamas de Dragón,
Silica Hidratada;
y el Sorbitol
no es otra cosa
que Pestañas de Pegaso Verde
acabado de despertar.

El mercado mundial
nos oferta las más grandes maravillas,
siempre y cuando podamos pagarlas...

A la Limadura de Cuerno de Demonio


se le ha dado el nombre
de Laurilsulfato de Sodio;
así como a la Cocamidopropil Betaina
se le ha dado este extraño nombre
en lugar del común Sudor de Minotauro.

Al Aliento de Nahual
se le conoce en el argot científico
como Sacarina Sódica,
y el actual Hidroxipropil Metilcelulosa
en sus buenos tiempos
recibía el mote de Moco Nasal
de Duende de las Cavernas.

Y extrañamente
a esta mixtura mágica,

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que blanquea los dientes
y otorga un refrescante aliento,
se le llama en nuestros días
Dentífrico, o Pasta para los Dientes.

TEORÍA DE LA LLEGADA CÓSMICA DE LAS MOLÉCULAS ORGÁNICAS

Dedicado a alguien que tiene nombre,


pero que ahora le guarda el viento.
Aquella mañana
me fui a matar hormigas
debajo de un árbol,
en esa fecha en que la gente
celebra el día de
San Nadie
(un gran santo, se dice).

Llegaste
en momentos donde quizás
no debías de haberlo hecho.
Tu sonrisa y el juego de tus manos
desataron una mezcla extraña
entre el viento y el agua.

De todos esos días


consagrados a algún santo,
escogiste ése
para dar forma a tu cuerpo,
mientras que en todos lados
la gente llenaba ese jarrón de barro
que es el cielo
con sus insectos y sus ojos de agua.

Esa noche miré contigo


por un instante las estrellas.
Luego dijimos algo,
y nos olvidarnos de la finitud
de nuestro cuerpo.

Pero sigo insistiendo:


¿por qué has llegado en aquel día?
¿por qué en el día
en el que la gente celebra a San Nadie,
un gran santo, según se dice?

Los grandes Santos

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duermen en la basura,
se tiran en los vidrios
que han perdido su brillo
pero sobre todo:
se llevan tu risa escondida
entre su cabello sucio,
logrando tener con qué entretenerse
en las noches sin luna,
mientras yo repito mis oraciones,
e intento volver a soñar contigo.

*Nota importante del autor: El árbol que aquí se menciona, nunca existió. Tampoco las hormigas (ni las
vivas ni las muertas), y mucho menos el día de San Nadie. Del mismo modo que no existe el viento ni
el agua, ni sus mezclas extrañas; tampoco han existido las estrellas, ni los ojos de alguien que juega con
sus manos... Ni las manos que escribieron esto, ni el autor, y estas líneas jamás han sido en verdad
leídas. Todo es producto de un suceso extraño, que se lo debemos a San Nadie; quien desde hace
tiempo perdió todo el cabello.

A veces (y solo a veces) uno corre tal suerte que caer del cielo no es tan desastroso cuando
se tiene al menos la esperanza de ser bien recibido en el infierno. Pero cuando uno descubre
que donde el cielo tiene hoyos, el infierno ha cerrado sus sucursales, nos damos cuenta que
hemos quedado entre humanos... Y justo uno comienza a creerse dueño de sí cuando nos
damos cuenta que donde ningún dios y ningún demonio puede ayudarnos, aparecemos
solos, y ni aún así somos salvados por nosotros mismos... Y cuando la humanidad parece
aplastarnos sin que podamos hacer algo, llega alguien con los mismos pasos, con sus
manos, sus brazos, sus ojos, su sonrisa; y nos abraza, nos mira... La libertad se vuelve
mortal, y sale de uno para convertirse en alguien más: y somos salvados por un milagro que
escribe, crece y muere como todo lo vivo que nos rodea... Y se entiende así cuando dicen
que los sueños también tienen pies, y manos, y ojos, y nariz, y esos etcéteras que con el
tiempo se tendrán qué descubrir...

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II
[dos]

Hasta entendí que tu ausencia es complemento de ti: cuando te fuiste, el perfume sonoro de
tus juegos invadió poco a poco la infinidad de tu conjunto, con intersección de tu piel.

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DEL POR QUÉ DECIMOS ADIÓS,
MIENTRAS COMEMOS BOLLOS DE PAN CON MIEL

Tu corazón echa raíces sobre mi ventana


mostrando sus tiernos brotes blancuzcos
como gusanos cubiertos por nubes:
muerden las primeras hojas verdosas,
endulzan el día entre cristales.

Tu corazón echa raíces de perejil


e inunda las noches
con el aroma de tu mirada,
para que los antiguos destellos
sobre los árboles
cobijen con fuego
la ternura de la piel de la Luna.

Tu corazón echa raíces


en una maceta que es su mundo,
mientras intento explicarle
que hay más tierra que la que le nutre,
que el Sol no se pierde
cuando se aleja de la ventana,
que si en un libro sobre la mesa
mira la palabra “comunismo”,
se trata de un modo de organizar a la sociedad
sobre la base de conseguir el beneficio común.

Tu corazón echa raíces sobre mi ventana


y es difícil quitarlo,
porque cuando me acerco y lo intento,
el mío pretende hacer lo mismo.

MORDIDA DE TORTUGA

Pulverizado su cuerpo, el maíz da forma al manto de los


comentas.

Tus ojos son lo único en esta llanura:


no hay aire y la sangre permanece
inmóvil.

El cielo de tu cabello
estrellado
no deja que la noche permanezca sin
brillo

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tu cuerpo desnudo,
montaña
sobre el oleaje nace en cada parpadeo de tu
ladera:
eres el espacio en que habitan las serpientes
silbando
a las rocas para que no olviden sus colores
cetrinos.

El mundo no cesa y mueve nuestros


cuerpos
cual si fuésemos incapaces de afrontar nuestras decisiones
líquidas.

Flor que nunca se diluye: tu aullido arrojó mi existencia en tu


rocío.
Ciudad de alas que ahogan la noche: tu
calor
hizo nacer el calor de mi cuerpo clavado en los dedos de tu
corteza.

Solo así abandoné el bosque del que tanto me


hablaste
cuando el ave que une con líneas las estrellas aprisionó mi
corazón
para sacar de la tierra el agua: tu piel
envuelta en el gris de tu
brisa.

Ahora la cáscara del anfibio cierra sus


soles
como si no hubiéramos
cantado,
como si no nos hubiéramos
abrazado,
como si no hubiéramos hecho
promesas,
como si no hubieras
guardado el silencio en el azul de tus pasos
.

… Y NOS VOLVIMOS A ENCONTRAR

Éste debe de ser un escrito glorioso que hable de ti,


que muestre mi felicidad por haberte visto nuevamente;
y dejaré de lado por un momento

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eso del hambre
y de la pobreza que la genera.

Éste debe de ser un escrito visto


desde un balcón en alguna ventana,
entre sol radiante para que todos sepan
que nos hemos visto...

Aunque por este instante


deje de lado que son los terratenientes,
y los dueños de las fábricas
quienes favorecen la pobreza
del pueblo que trabaja.

Trataré de no hablar de propiedad privada


ni de lucha de clases que originan el Estado,
ese Estado que es el Estado de la clase dominante
en un momento dado de esta lucha
y legaliza el dominio de una clase sobre otra:
en su lugar escribiré de tus manos,
tu sonrisa,
tus labios
un tanto secos que se estiraban
con dificultad al hablar.

Éste tiene que ser un escrito glorioso,


que hable de ti un poco más
de lo que pueda decir de mí...
Haciendo a un lado la miseria
que la clase trabajadora resuelve
día a día
con dificultad.

Escribiré que no solo escuchaba tus palabras,


sino disfrutaba el verte a mi lado,
verte caminar,
verte acercar...

Ahora dejaré de lado los sueños de justicia,


de igualdad,
de una sociedad en
asociación libre de productores iguales
para hablar de los sueños de ti,
que de vez en vez se tornan algo pesados,
pero que disfruto igual.

No diré que somos una

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colonia económica
de los países dizque “desarrollados”,
y que sin nosotros
el primer mundo se tambalea.

No diré cosa alguna del


mercado mundial o del libre comercio,
que ponen en situación precaria a mi país;
mejor, en lugar de eso
escribiré sobre ti,
de lo tranquilo que me haces sentir,
y de lo nervioso que me siento
cuando estoy contigo...

Y terminaré escribiendo
que eres tú como
la noche de luna llena,
o como la hierba verde
que crece a mí alrededor.

¿Qué te parece la idea?

DESAYUNO DE FRUTAS

Por la mañana desayuné…

Una luz fría movía el cielo revuelto


con el perfume de tu recuerdo…

La mesa puesta para desayunos


de nostalgia y alegría:
jugo, pan y un poco de ti...

La mañana empezaba con aromas de fruta


durmiendo en el comedero de las aves
donde mi corazón bañó en jugo de caña
la certeza de tu partida...

TE SEGUIRÉ ESPERANDO
a Lucio Cabañas Barrientos
y a quienes quedaron junto a él.
Subí a la sierra
esperando que la vida
sea una existencia
con amaneceres de luciérnagas

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Me dolió alejarme
y apartarme de tu lado,
pero con el corazón en las manos,
y con la esperanza cargando un fusil
te dije adiós...

Marché escuchando el canto de las aves


entre la sorpresa de los árboles,
hasta donde llegaba tan cerca
tu tibio rostro asomado
por la pequeña casa de palos
de la que solías salir a jugar
y bajar a la escuela.

Subí y subimos,
tuvimos qué aprender a escondernos,
a no hacerlo en su debido momento,
a llorar en silencio
y a soñar a carcajadas.

Me sentaba día a día


imaginando que llegabas...

En este mismo sitio,


en este mismo lugar,
quedo a tu espera:
aún cuando una bala
me obligue a que así sea.

He recostado mi cuerpo
a falta de fuerzas,
mi corazón inerte
todavía deja salir la esperanza
para seguir marchando...

En este mismo sitio,


donde la hierba que crece
no es distinta a la que hay
en el resto del lugar,
reposa mi cuerpo con toda su fuerza.

Sabrás llegar,
aún cuando sea un poco tarde;
pero sabrás llegar:
me encontrarás
esperando...

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Habré entonces de sonreír
con mis manos rebosantes de tierra:
la espera habrá terminado,
diré
que por fin has llegado...

IZTAYOLOTL

Esta cabeza no se arranca del cuerpo,


pero se mantiene alejada de los pies.

Me gustas más que el agua


que da vida a las rocas.
Me gustas más que el cielo
que deja caer sus luceros por las escaleras.

Me gustas tanto más y tanto menos


que es difícil explicarlo...

Pero la cabeza se mantiene en su lugar.

Me gustas más que el pasto


que saca urticaria en la piel.

Me gustas más que el silencio,


más que los soles,
más que las vidas que ha tenido la Tierra...

Más que el polvo que parece infinito.

Más que los gases raros


que condensan
en espacios unidimensionales.

Me gustas mucho más,


aunque esta mi cabeza no se separe
del resto del cuerpo, mi cuerpo…

Que lo he intentado
pero no se puede.

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DULCE DE LECHE

Tú y tu amor:
tú y mi dolor...

Nostalgia,
esperanza
y un poco de sal:
todo mezclado al gusto
y condimentado con el martilleo
de la penúltima flor...

Viértase en moldes de tiempo


y decórese con un poco de ilusión.

Así, póngase a calentar a temperatura ambiente


y déjese reposar toda la noche:
hasta que los sueños lleguen
y calmen un poco el dolor...

Se debe de tener en cuenta


que esto no ayuda a olvidar,
pero calma un poco el sabor a despedida.

Así,
diga adiós en silencio,
retírese a la cama y cierre los ojos
con la certeza de que los días de mañana
volverán a ser dibujadas las elipses de los planetas...

CANCIÓN DE CUNA PARA ANTES DE DORMIR

¿Por qué somos tan complicados, camarada mía?


Si todos los días rezo mis tres padrenuestros
con sus respectivas avemarías...

¿Por qué no solo hablamos y escuchamos?


Si tenemos los barcos,
los sueños
y el mapa del tesoro...

Dos... Tres... Cuatro...


Si sigo contando,
terminaré deseando más dedos.

¿Por qué somos tan extraños, mi camarada de río?

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Si de vez en cuando llevamos como sangre lo mismo,
cuando lloro
hago cuentos de trapo y papel mojado...

¿Por qué somos tan distantes, camarada extraña?


Si hablar del mal es aun más malo que hacerlo.
Si mirar el reflejo es sumar de dos en dos
hasta comenzar de nuevo...

¿Por qué he de tirarme permanentemente


a una laguna, en otra galaxia,
cansado de respirar en este terreno contigo?

CAMPO Y CIUDAD
En memoria de Víctor Jara,
y su “Cuando voy al Trabajo”
Tener qué tocarte después de soñar
y dar vida al arado sin saber qué sembrar...

Mientras llueve,
el trabajo termina:
he ganado un tiempo
para poner mi cuerpo en un vagón del metro.

Verme surcar el arado


intentando arrancarle la vida a esta tierra
seca de recuerdos
que amenaza con vaciar los intentos...

Tener qué tocarte después de almorzar,


sentir que una risa deberá de durar hasta el fin
de la constelación sin bosque en su eclipse
y abrazar tu visión extenuante de jornada laboral.

Descubrir
que tu cuerpo es la máquina,
que tu cuerpo es la tierra,
que mi cuerpo
tan solo unas manos sin dueño.

QUÉ ES DE TU MIRADA

De montaña perdida,
de riachuelo embrujado,
pavimento quebrado:

21
¿Qué ha sido de tu vida?
¿A dónde has ido a buscar
ese mundo que era tuyo?

Le entubaron bajo tierra


y corre lejos hacia
la planta hidroeléctrica.

Tendrá que esperar


a que levante el tiempo,
o a que falle un engrane
o caiga con fuerza el concreto
sobre una flor...

De esperanza verde
que adorna la calle,
aún cuando sea
a un costado de la alcantarilla.

Tendremos qué esperar


a que levante tu nombre:
elegiste huir de mí,
y te alejas rápidamente
utilizando el drenaje
de la ciudad.

AÚN SIGUES HACIENDO LATIR MI CORAZÓN

Entre sangre y arena


el cálido bullicio de la tierra
se confunde con uno que otro gusano.

Y digo que lo hice sin que aún lo haga


pero lo intento,
pues sigue confundiéndose mi voz
aún con un vendaval.

En otros tiempos pensaba en ti,


la montaña con el árbol sin memoria
saben que lo hice.

Mientras tanto,
este descanso me sigue entreteniendo
con uno que otro gusano.

Y decía que solo era uno que otro

22
por no decir que eran más,
aunque es entre ellos que corría mi carne
y se iba a pequeñas mordidas
como de miradas que hacía en otro tiempo de ti.

Aún cuando parece haberme llegado


el momento de ya no sentirte,
todo esto se confunde entre arena
de olores mojados.

Si así lo digo no sé porqué lo haga,


pues siempre dijeron
que los muertos no dicen cosa alguna
después de darle a uno
explícitamente
la instrucción de descansar en paz.

Solo que el que extraña,


aún extraña cuando ya se ha ido;
y es que muerte así sentida,
ni es tanta muerte en realidad.

DESCUBRIMIENTO DEL POLVO

Llueve en mi ciudad.
En la que traigo dentro.
De la que no puedo
decir su nombre.

Ayer le abrazaba
mientras sus riachuelos de mugre
nacían y se alejaban de mí,
intruso vestigio de tu ventana.

Así nació tu espera,


mi encuentro,
nuestra llegada.

Otra vez eres tú


por donde deambula extraviada
la mirada de todos los días,
con su rostro de animal
soñado por el monitor:
majestuoso alebrije
de tecnología digital,
maldito avaro de tus sueños:

23
no comprendo cómo aún
retienes tu nombre.

Llueve en mi ciudad.
En la que traigo dentro.
De la que se ha perdido
el mito de su creación
en la memoria del gallo
que ha caído en la sartén.

A la que ayer abrazaba


mientras sus historias
llenaban charcas
que mañana evaporan
sin que en un libro
quede registro de sus nombres,
tan solo un relato estúpido
donde se leerá:
“Ciclo del Agua”.

Llovemos a cántaros,
sin terminar de caer algún día:
coloides en el tiempo,
en tu piel,
en tus plumajes de ciudad.

OLVIDADOS DEL LÍMITE CENTRAL

Mi mascota es una col.


Todos los días le saco a pasear
y a ella parece agradarle.

Mi mascota,
que es una col,
gusta el recordarme tu piel
cuando la encuentro
dormida sobre mi cama…

Luego la bajo a reprimendas


y se esconde detrás del sillón
donde algún día ella escribió
tomando un crayón con sus hojitas tiernas:
“Así son las cosas”

Pero yo sé que un día alguien las entenderá


y podremos añadir:

24
“Hay quien las entiende...”
En ese momento
mi col y yo
iremos a visitarle.

Mi mascota,
una col,
conoce tu nombre de memoria
y al escucharlo el corazón verdusco
le parece salir entre saltos:
¿qué sería de ella
si conociera tu sutil aroma moreno?

Mi col sabe leer los libros del estante


que está al fondo de la morada:
sabe lo básico del Comunismo,
y cree en la generación espontánea.

Para mi col
toda una vida cabe en una semana,
aunque desconoce los detalles del primer día
que resbaló de entre tus manos,
por haber llegado al día siguiente.

Si muerto mi cuerpo, reposo bajo tierra, crecerá la hierba, si se tiene suerte, llegarán algunas flores y
hasta una roca con algún nombre y una inscripción que diga: “aquí reposa” o “aquí descansa”… O una
roca nomás… Si no es mi cuerpo pero sí unas semillas bajo tierra, crecerá la hierba de todos modos,
con suerte no llegarán las flores, sino que crecerán agarradas al suelo deseando no irse a alguna otra
parte; y seguramente también habrá rocas, que no sepan de nombres ni de descansos… Si no se
encuentra mi cuerpo, ni tampoco semillas, me atrevo a decir que aún así crecerá la hierba, pero puede
que todo lo demás no pase, o pase de otra manera…

25
III
[tres]

De niño me dijeron que el amor es algo humano (y etéreo), pero nada dijeron de la
pobreza… Aprendí del amor en la escuela, y del hambre también un poco; pero entendí la
diferencia hasta el final de cursos: cuando reprobé mis materias por pasar las horas
pensando en ti y ser interrumpido de vez en cuando por los sonidos de mi panza…

26
TU Y YO

Para estos casos no hay manual escrito,


solo el sentimiento dulce de liberación...

No hay instrucciones de lavado,


solo tierra tibia que suaviza sin enjuagar...

Mi patria limpia,
mi pueblo dulce:
para estos casos no hay manual preciso,
solo el “rómpase en caso de incendio”...
e inicie la Revolución...

EL ESCRITO TRISTE

Pobrecito de mi país,
y yo con él:
que aún es normal llamar indio a alguien
y tomarlo como una ofensa,
que aún se habla de progreso
y nos avergonzamos de que existan
pueblos indígenas en nuestra sociedad...

Pobrecita de mi ciudad,
y yo con ella:
que escupe con asco a los “muertos de hambre”
que causan disgusto afuera de los
gloriosos edificios modernos,
a los que la gran mayoría de nosotros
tampoco podemos acercarnos
si no es para limosnear un empleo:
nos engañan con un desarrollo
que no es para nosotros...

Pobrecita de mi gente,
y yo con ella:
que nos encerramos
a construir guerras en casa,
que nos enemistan por televisión

Pobre patria mía,


y yo con ella:
que nos dicen que somos libres
siempre y cuando sigamos al pié de la letra
las indicaciones que nos dictan desde afuera,

27
si seguimos como dice
su plan para el desarrollo económico...

Pobrecitos ojos tuyos,


y yo con ellos:
que derraman lágrimas
de sueños mal vividos
y no puedo más
que prestar mis dedos
para intentar calmar el llanto...

Siento no poder hacerlo.

QUERREQUE*
*de la canción popular mexicana
(que en nada se parece a este escrito)
y en memoria de José Guadalupe Posada.
Calaveras bailan en medio de la plaza,
cantan y se entonan
al son de la Muerte Alegre.

Calaveras empresarias,
obreras,
terratenientes
y trabajadoras agropecuarias
ahora comparten juntas la mesa
con solo huesos
para mostrar.

Nosotros
hacemos que caigan del techo
calaveras de azúcar y pan,
que caigan entonando rimas
que toman de las frases de El Capital.

Algunas con zarape,


otras tantas con sombrero de palma
y comiendo un agusanado tamal...
Cuentan historias de terror
que han dejado para los vivos:
hablan de deuda externa,
democracia representativa,
desregulación
y apertura al mercado mundial.

Brindan haciendo buches

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con tierrardiente y metano,
mientras guardan los chistes
entre canto y canto
para gritar que no importa
quién empiece la guerra,
aquí todos llegamos igual.

Yo por eso cuando sea grande


quiero ser calavera,
para que todos vean que tenía razón:
todos a la misma boca la de tierra van,
que nacemos y morimos iguales:
el pobre y el rico solo son momentáneos
mientras se mantengan de manera pusilánime
las clases económicas en la sociedad.

ÉSTE ES EL PAN

Ahora que pague la deuda del teléfono


lo primero que haré es hablarte.

Claro que antes tendré que pagar la renta,


el agua
y la luz...

Por supuesto que para esto


tendré que disciplinarme
en el campo laboral,
que en un país capitalista:
disciplinarse y someterse es lo mismo.

Ahora que pague el gas,


y compre la comida,
lo primero que haré es saldar
la deuda del teléfono,
para poder hablarte
y decirte lo que hasta ahora he guardado...

Claro que antes tendré que derrotarme


y cerrar la boca ante cualquier injusticia,
para así poder ganar un poco más en mi salario.

Naturalmente para esto


primero habré dejado de soñar:
poner mis pies en el mismo rumbo
y dejar que alguien más guíe mi andar...

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Ahora que este sistema me lo permita,
lo primero que haré es hablarte por teléfono:
y ahora sí sabrás de una vez por todas
lo que nunca debí callar...

Y si me sobra un poquito de dinero,


te demostraré que hasta me alcanza
para invitarte a pasear.

ES POR ESTO QUE TE ESCRIBO

No puedo hacerlo,
lo intenté pero no pude...

Y es que aceptarte, así sin más,


sin pensarlo, tan solo aceptarte:
no lo puedo hacer.

¿Qué dices?
No te creo,
simplemente no puedo creerte:
Si lo hubieras visto en esa esquina,
solo. Imaginando que él también jugaba,
mirándolos correr.

A mí no me hables de números y estadísticas,


que yo te hablo de nombres, de personas, de vidas...

Y en este caso te hablo de él:


pequeñito, sucio;
apenas un niño, hermanito también nuestro,
que según tu lógica:
a él le tocó no tener.

Tampoco deseo que te confundas:


no hablo de caridad,
tampoco hablo solo de ayudarle.
Hablo de cambiar las condiciones materiales de nuestra existencia,
para impedir que haya más como él,
y que siguen siendo números para ti.
Empezando por lograr
que cada uno participe de la apropiación común
de los medios de producción
y de su fuerza laboral.

30
LA TIERRA QUE NOS CUBRE
“Sacrificaos si fuere necesario,
que la patria dejará caer
sobre vuestras tumbas
un puñado de rosas”
Gral. Emiliano Zapata Salazar
(Ejército Libertador del Sur)
Del maíz nacieron personas,
que al maíz sus cuerpos regresan.

Sus manos son ahora


un puñado de hierbas
que en tiempos bañados de cielo,
las nubes lavaron con lluvia.

Del maíz nacieron personas,


y también murieron en él;
sus sueños no necesitaron caballos
para marchar con fuerza.
Sus pasos no han sido olvidados,
sino abrazados por el polvo del suelo.
Y así el maíz sigue naciendo.

Llegaron al mundo descalzos,


sin telefonía inalámbrica,
desnudos
con las uñas clavadas al lodo.

Las gentes del maíz


quizá no sepan de dónde han llegado,
pero sus sueños regresan a la tierra
pa´ acurrucarse en un hueco
hecho por el arado.

La tierra se levantó a balazos,


y el maíz sigue creciendo...

La gente que vino del maíz


amó tanto a la tierra
que mezcló su sangre con ella.

Y en eso andaba todo


cuando intenté decir
que te quiero;
pero tenía una tortilla
de maíz llenando mi boca.

31
DE LA INFANCIA

Desde chico siempre quise ser globero


para traer todos esos colores sobre mi cabeza,
bien sujetados a mi mano:
caminar por la plaza en las tardes soleadas.

Siempre quise traer todas esas figuras


entre sonidos y risas de los pequeños,
que como yo, hasta ese entonces
no sabíamos algo de clases sociales ni acumulación de capital:
tan solo de juegos de colores y de rodillas raspadas...

Cuando era pequeño, además pensé en pertenecer al campo:


levantarme en las mañanas
con ese aroma a tierra trabajada,
lavar mi sudor frente al arado y las mazorcas tiernas...

Arrancar la vida a la tierra,


en esos tiempos en que el mercado mundial
y las diferencias sociales aún no me arrancaban
uno a uno mis sueños de chocolate,
que por cierto:
ahora también se venden en empaques individuales...

PEQUEÑA AMIGA MÍA

Cada día se corre el riesgo de una revolución


cuando,
si todos entendieran,
el riesgo se convertiría en una sana necesidad.

Cada día se corre el riesgo de intentar cambiar los errores


cuando,
si todos entendieran,
el riesgo se convertiría en una sana necesidad.

Amo el viento,
la lluvia,
el azul del cielo y el sonido de tu risa...
Pero corro riesgos que deberían de ser una sana necesidad.

Cada día se corre el riesgo de hacer públicas las injusticias


cuando,
si todos entendieran,

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el riesgo se convertiría en una sana necesidad.

Cada día se corre el riesgo de decir verdades


cuando,
si todos entendieran,
el riesgo se convertiría en una sana verdad.

No se trata de imaginar
que la vida se resuelve de forma aislada en la mente,
nuestras vidas se relacionan con todos,
y eso es una sana necesidad.

Todos los días corro el riesgo de enamorarme


cuando,
si tú lo entendieras,
el riesgo se convertiría en una sana necesidad.

Todos los días corremos estos y más riesgos


cuando,
si ustedes entendieran,
los riesgos se convertirían en una sana necesidad.

FÁBULA DEL ÁRBOL DE AZÚCAR

Cuando desde abajo pedimos mejoras salariales,


nos dicen que no hay dinero.

Cuando marchamos por una mejor educación,


nos dicen que no hay dinero.

Cuando decimos que los servicios de salud pública


pueden ser mejores para todos,
nos dicen que se requiere de dinero,
y no lo hay.

Si no hay dinero
¿porqué reforzar con novedoso armamento al ejército?

Cuando las calles se inundan en tiempos de lluvia,


nos dicen que es porque no hay dinero para remediarlo.

Cuando el frío llega


golpeando las paredes
de lamina de aluminio nos dicen:
¿qué se le va a hacer, si no hay dinero?

33
Pero cuando los bancos ven aproximarse
algún peligro,
el dinero aparece de todas partes
y les cae del cielo
como un verdadero milagro.

Si el Estado ve por el bien de todos,


y si es verdad que no tiene
un carácter de clase social,
¿porqué para unos no hay dinero,
y para otros la ayuda nunca falta?

ESCRITO QUE PROCLAMA LA EXISTENCIA DE UNA SUSTANCIA ETÉREA,


QUE LO ENVUELVE TODO
“tenemos enfrente a todo un sistema de poder enemigo apoyado en la fuerza;
que una exigencia sólo vale cuando tenemos un poder organizado que la respalde,
que el enemigo histórico no se va a cortar las venas
por las exigencias de quienes no tienen fuerza para obligarlo a nada que no quiera”
Héctor Gómora, 2010
Yo, nieta y nieto
de alguien a quien el universo
ha olvidado,
hija e hijo de unos seres extraños
que a nadie ha importado sus vidas ni sus muertes.

Yo, que camino con el cuerpo


cubierto de mugre
y que incluso suelo olvidar que existo,
declaro que:
la única vida que yo he conocido
es una vida de miseria...

Ahora me tiro y duermo en el piso,


y a nadie le importa.

Así siguen viviendo:


sin preguntarse por qué.
confiando en que dios nos dio el libre comercio,
para que guíe y cuide nuestros pasos.

La única vida que conozco


es la de las calles,
la del hambre,
la del asco que le causa
mi presencia a las personas.

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Y siguen viviendo el uno en el otro,
sin saberlo cabalmente.

Porque dios nos dio


capital financiero
fuerte, sólido y poderoso
para que vea por todos nosotros.

Ésta es la única vida que yo conozco:


de pequeña, mirar jugar a los niños
mientras soñaba
que yo existía entre ellos;
tener hambre y quedarme dormido
sin que un bocado llene mi boca,
olvidar el frío recordando la sed
y saber que jamás estaré contigo
mientras el concreto
escupa cuerpos tan extraños como el mío.

Pero por fortuna tenemos el Banco Mundial,


que lo perdona casi todo,
a excepción de las deudas externas.
Aunque de ese dinero nunca nos ha tocado algo,
y seguimos esperando.

Así viven los mundos que nos han olvidado:


con el mar adentro del pez,
y el pez en la panza del agua.

VIENTO TOSTADO Y GARAPIÑADO


En el año de 1910,
durante la dictadura del Gral. Porfirio Díaz,
se iniciaron los levantamientos armados
en la llamada Revolución Mexicana.
Cada 20 de noviembre
es conmemorado el inicio de esta revolución,
que fue traicionada y que no ha sido terminada
Estos son días en que se habla de festejos
y libertad,
pero bien cabría preguntarnos si la deuda externa,
las valiosas recomendaciones del Banco Mundial,
o los tratados de libre comercio
venían también en el mismo paquete
o si solo son cortesía.

Ahora se habla de los héroes que dieron su vida


para heredarnos Tierra, Justicia y Libertad;

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y también de los revoltosos de hoy
que no entienden que la Revolución
solo es el nombre con que se pide
una monografía en las papelerías,
para la tarea escolar.

Hoy son esos tiempos


en que todos se enorgullecen
de los grandes rebeldes
y se cuenta de cómo en su tiempo eran tachados
de irreverentes violentos,
peligrosos para la paz y el bienestar social
y se hace,
por supuesto,
la aclaración de que en nada se parecen
a los inconformes de hoy.

Estos son los tiempos de los ricos y de los pobres,


antes también lo eran...

Son los días para salir a las calles celebrando


que las cosas han cambiado,
aunque andemos igual.

Son tiempos de festejo


donde las balas del Pueblo son aplaudidas,
y hasta salen en televisión,
se les montan exposiciones
y todos quieren salir en la foto con ellas.

Mientras tanto:
nosotros miramos.

Hoy son estos tiempos de recuerdos


que parecen presentes,
y somos los mismos:
somos los olvidados,
los que de vez en cuando son encontrados,
los mismos de entonces,
los que recordamos el pasado
y que a veces levantamos la voz a unos oídos sordos
que se asustan si escuchan balazos.
Somos los mismos de ayer
con otros nombres;
y festejamos desde abajo,
en silencio,
entre los libros,

36
fatigados por el trabajo,
con nuestros corazones latiendo,
con nuestros presos,
nuestros muertos...

Pero estamos en estos días de festejo


y júbilo nacional,
donde parece nuevamente
que a nadie importamos.

LA ESCUELA DE LA MONTAÑA*
*Amado Nervo
Si los milagros existen,
el pasto es uno de ellos.

Corroborarlo es cosa fácil:


todo pasto
tiene la misma alegría
de tocar la tierra con sus raíces,
acariciarla
hasta meterla entre sus huesos
(si los tuviese).

Todo el pasto
nace de la misma manera:
en un instante se crea su ausencia,
después su verde cuerpo
perfuma los grillos.

Apenas y se sabe
que el pasto ha nacido
porque la lluvia le trae regalos.

El pasto,
cuyo único defecto es ser analfabeta,
no lee los letreros de propiedad privada
con los que se le adorna.

Si se le cuestiona acerca de cualquier cosa,


el pasto dirá:
Grata noche
en que me encuentro con tu sonrisa...

Y guardará silencio el resto del día.

Todo pasto

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teje las mismas canciones,
y se mese del mismo modo
cuando hay viento.

Cualquiera puede acercarse al pasto


y sentarse en él:
el paraíso está sobre la tierra fértil.

Entonces el milagro ocurre


y nada es más armonioso y dulce
que el pasto ciñéndolo todo,
porque para el pasto todo es grato.

Así, son pronunciadas


las primeras palabras
de un pasto que ha nacido,
y canta con voz tenue:
Grata noche
en que mi piel echó raíces...

Y hará cosquillas a la tierra,


con el mismo gusto
con el que nunca leerá en los letreros
"Propiedad Privada"

Porque todo el pasto


bien sabe que
la propiedad privada no existe
para las nueve décimas partes
de los miembros de la sociedad actual
(otra de sus virtudes).

LOS QUE LUCHAN POR LA IGUALDAD

Cuando 2+2 fue escrito como igual a tres (= 3)


hubo quienes no dijeron cosa alguna
y hubo quienes comenzaron a gritar.

De entre los que gritaban,


se exigía se respetara la igualdad (=);
de los que callaban,
permanecía incomprensible
la necesidad de cumplirse la equivalencia (=):
¿Qué más da si 2+2 son 3
o cualquier otro resultado más? (decían).

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Se diseñaron cursos especiales
y libros donde se enseñaba la manera correcta de sumar:
2+2 = 4 (se escribía),
y así se cumple la igualdad (=).

Entonces estos libros fueron prohibidos,


y sus autores mostrados como todo un problema social...

Y comenzaron a refugiarse en el anonimato,


mientras tanto,
en la escuela,
se seguía enseñando la desigualdad (≠)
disfrazada de Igualdad (=):
2+2 son 3 (insistían),
y no se les ocurra buscar su comprobación.

No es que estemos en contra de las matemáticas:


respetamos las sumas y las operaciones básicas,
con uno y dos signos (+ y -);
tampoco tenemos algo en contra del tres (3),
pero entendemos bien la diferencia entre
Igualdad (=) y Desigualdad (≠).

Desde ese entonces


decir que 2+2 son 3 es aplaudido;
y si quieres decir que 2+2 son 4
te hacen ser incomprendido.

Y se dijo que quienes escriban:


2+2 = 4
son enemigos de todos,
que no respetan las matemáticas,
no aman las sumas entre números naturales (N)
y aborrecen el tres (3).

Y hubo quienes respondieron diciendo que


el problema se resuelve
simplemente respetando la igualdad (=).

Y de entre ellos surgió alguien que escribió


un texto de lo más subversivo y violento,
mismo que a continuación se reproduce,
respetando el anonimato de su autora:

¡Oh! Querido 3:
que te han ensuciado con sus sumas
que solo benefician a unos cuantos.

39
Querido 4:
Si pudiéramos llegar a ti
dándonos cuenta que son
2+2 lo que sumamos.

Amigas y Amigos míos,


estimados hermanos y hermanas:
¿A caso no se dan cuenta que
2+2 es igual a 4?
¿Y que 2+2 = 3
es una desigualdad?

Atrévanse a cuestionar la suma,


que no les dé miedo despertar:
tomemos nuestro futuro en las manos
y escribamos dignamente:
¡Por una Patria Libre!
¡2+2 ≠ 3!
¡2+2 = 4!

CARTA A LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS

Inspirado en el texto de
Martín Martínez Rodríguez,
y dedicado a
Esteban, Ameyaltzin, Xocoyotl, Mateo
Compañeritas,
hermanitos:
sus juegos serán mis anhelos de libertad.

Trataré con todas mis fuerzas de preparar una tierra más justa
junto a los míos: junto a los nuestros...
Tierra que no sepa a frustración,
sino a trabajo hermano
y leche caliente...

Compañeritos:

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sabrán comprender que
cuando uno grita, no pasa algo,
pero si un Pueblo lo hace:
la tierra entera se levanta.

Por eso ahora,


hermanitas,
con sus ojitos de ilusiones nuevas,
con sus pisadas firmes a pesar de su corta edad...
Sabrán escucharnos
compañeritos:
jueguen tranquilos,
que aquí tratamos de construir
la tierra libre y un Pueblo hermano
siempre con igualdad.

HUIPIL DE ESTRELLAS

Comió carne con piel, mariposa amarilla…


¡Extraño color para animales así!
Mariposas amarillas no las hay.

Son esos colores


que detienen las lágrimas, mujer:
son tiempos de guerra y tu batalla
es en contra de esta sociedad que te ha ignorado, te ha culpado,
responsabilizado por las agresiones que sufres,
por el peligro con el que recorres las calles,
por disfrutar tu vida.

Sol refulgente: hundes tu cabeza en la piel


de la serpiente que te eructa entre fuego
de los cometas…
No hay más montaña sin lengua.

Y en respuesta a esta sociedad hipócrita


rompe sus vidrios, quema sus puertas, destruye sus monumentos
porque nunca se ha alarmado de igual manera
cuando tu cuerpo ha sido ultrajado, desmembrado,
asfixiado, muerto, abandonado…

¡¡Muéstranos tus colores


con el brillo de tu política violencia: solo así
será posible darnos a luz en este
viejo océano sin insectos luminiscentes!!

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Y ahora que pintas nuestras calles, mujer,
ésta sociedad voltea a verte, habla de ti, te señala,
le importa lo que haces… ¡Tienes nuestra atención!
¡Muéstranos tu cuerpo tantas veces golpeado!
¡Grítanos de frente todo el temor que sientes por salir a existir!
Porque el riesgo lo corremos todos pero tú, mujer,
has sido objeto de menosprecio y violencia por ser poderosamente
mujer.

Comió carne con piel, la que fuera tierra,


flamenco rosado rosa...¡Extraño color para animales así!
Flamencos rosados rosa no los hay.

Son tiempos de guerra y tu batalla es por humanizar


a esta sociedad que ha sido indiferente ante tu cuerpo inerte,
desgarrado, tu rostro deformado;
pero se ha indignado profundamente por sus monumentos dañados:
que arda todo lo que tenga qué arder,
que estalle todo lo que tenga qué estallar y tu vida
sea la base para una nueva convivencia.

Es éste tiempo de guerra y no hay guerra que no sea violenta:


mucho tiempo has sido atacada, mujer, y soportaste…
Ahora atacas: que tu ataque nos lleve a una nueva realidad
donde sea la vida la que importe más que los edificios.

Comió carne con piel, la que es tu vida, tu nombre…


Y se erigió majestuosa como la mar que da de beber a la flor.

Tu violencia no es violencia en sí misma, sino un arte


para mostrarnos las causas evitables
de la barbarie contra tu existencia.
Una sociedad que se aferra a un modelo económico
que transforma todo en mercancía:
nuestras vidas tu vida, mujer, un objeto que se puede remplazar…

Construye un nuevo firmamento para nosotros,


donde sea escuchada con portento la danza que eleva las raíces de la luna,
conviértenos en esa esfera que se viste con fuego,
cuando tu sonrisa colorea las calles.

Era uno de esos días en los que uno pierde un poco más que la paciencia… Mientras que
aquella pequeña parecía guardarla entre sus piecitos descalzos, solo por tocar una vez más
los rayos del sol que caen en picada sobre el pavimento mojado de esta calle…

42
Aquí termina lo que ha intentado mostrar la historia de las tierras de fuego, con vientos de
maíz. Nada de lo que aquí se encuentre olvida las manos de quienes se han quedado sin
ellas. Si aún hubiese quien requiriera de algún mapa, baste tan solo el Sol como guía durante
el día, y la Luna durante la noche, para que las tierras de fuego emerjan andando con
nosotros, y nosotros con ellas.

Julio, 2010.
(Marzo, 2021)

43
Agradecimientos.

Al Lic. Eduardo Francisco Coiro (Argentina), editor de Inventiva Social: por haberle dado una
oportunidad a estos escritos; habiéndose publicado todos ellos, en su momento cada uno, en las
numerosas ediciones de Inventiva Social desde el año 2006; apareciendo también el primer intento de
este libro en la edición titulada “Cómo Duele la Tierra”, publicada el 2 de marzo de 2010.

A los poetas mexicanos Martín Martínez Rodríguez y Juan Carlos Castrillón Soto quienes, sin saberlo y
sin que les haya pedido permiso, son mis maestros.

A la OPC-CLETA (México) y a la Escuela de Cultura Popular: por mostrar cada día, junto a las
combatientes y dignas organizaciones sociales que emergen del pueblo y con el pueblo, que este mundo
verdaderamente puede cambiar y ser mejor.

A todas y todos quienes me regalen el favor de leer este libro: ojalá la vida nos ponga en mejores
caminos, y la mayor parte de lo que aquí se escribe llegue a carecer de sentido y sea tan solo un
recuerdo lejano.

Finalmente, a todas y todos quienes habitan en mi corazón y le dan calor con las numerosas fogatas que
encienden durante la noche, y que mantienen, sin que quemen, también durante el día... Gracias.

La hierba húmeda de la vereda,


Un trago frío de la montaña,
Tres pasos firmes y echar a andar.

Las lluvias de toda la noche


Que acurrucan tus pasos,
Que alimentan tu piel...

Los vientos con sus rocas,


Tus manos con las mías,
Los árboles y los animales,
La luz,
Con la oscuridad gorda que se la traga...

Tu mirada tierna,
El retraso a la hora de la llagada,
Las pulgas que también han sido invitadas
Y el paso nuevo de quienes caminan desde atrás…

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