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PARTIDO APRISTA PERUANO


JEFATURA
JULIO 5 DE 1975
QUERIDOS COMPAÑEROS APRISTAS DE TRUJILLO:

Nuestro compañero Juan Manuel Ontaneda Secretario


General Colegiado de nuestro Gran partido lleva el
fraternal saludo del Comité Ejecutivo Nacional y el mío
propio a todos ustedes hermanos trujillanos con motivo
de la gloriosa fecha del 7 de julio.
Habría deseado ser yo mismo quien
fuera portador de este mensaje. Circunstancias de
dificultad insalvable me han impedido cumplir este
vehemente deseo; pero la designación de nuestro
compañero Ontaneda para que lleve la palabra del C.E.N
me ha dado la grata oportunidad de verme dignamente
reemplazado.
En nuestra fecha conmemorativa de la heroica lucha
y del inolvidable sacrificio de nuestros hermanos
apristas, que dieron sangre y vida por la libertad y la
justicia que nuestro Gran partido abandera, la
presencia del compañero Juan Manuel Ontaneda está
ampliamente justificada, por sus insignes antecedentes
de revolucionario valeroso que dio su sangre también
por el Aprismo el 3 de octubre de 1948 y que por su
bizarría, en una contienda desigual, sufrió ocho años
de prisión sobrellevada con ejemplar lealtad.

Con ese alto título de autoridad moral, de elevada


disciplina partidaria y probada consecuencia y
fidelidad a los principios del Aprismo, el c. Juan
Manuel Ontaneda fue elegido por el XI Congreso Nacional
Aprista de julio del año pasado Secretario Nacional
Colegiado, después de haber desempeñado otros cargos
dirigentes con plena entrega de servicio por nuestra
causa.

Yo espero, que todos los compañeros de Trujillo


testigos y copartícipes de la revolución del 7 de julio
vean en nuestro c. Ontaneda un verdadero hermano de
lucha, de dolor y de victoria. Y que la juventud
aprista trujillana le saludará como a un maestro y
paradigma de la gesta épica de nuestro gran movimiento.

Con las palabras de mandato imperecedero que nos


legó nuestro Mártir Manuel Arévalo va para todos
ustedes queridos compañeros mi abrazo fraternal.

Fdo HAYA DE LA TORRE

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EL REPRESENTANTE DE LOS MARINOS DEL 3 DE OCTUBRE,
ONTANEDA MEYER SALUDA A HAYA DE LA TORRE A SU RETORNO
AL PERÚ EN 1957.

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PREFACIO

La presente publicación es el testimonio de


nuestro c. Juan Manuel Ontaneda Meyer sobre la rebelión
naval del 3 de octubre de 1948 que la oligarquía, el
comunismo y el militarismo quisieron desvirtuar en su
relación con el Aprismo y nuestro gran Partido, para
dañar su prestigio.

La palabra autorizada del c. Ontaneda Meyer es


suficiente para colocar las cosas en su exacta verdad.

La versión la recogen los c. Percy Murillo


Garaycochea y Roy Soto Rivera en su afán de recopilar
desde las propias fuentes fidedignas, material para su
monumental obra ―HISTORIA DEL APRA‖.

Antes de entrar a la entrevista misma, hemos


querido colocar una corta referencia y una declaración
del c. Ontaneda Meyer a una revista local, para que
sirva como presentación a la juventud que no ha tenido
oportunidad de conocerlo de cerca.

Es una pequeña reseña útil que indica alguno de


sus rasgos importantes.

LOS EDITORES

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EL TENIENTE JUAN MANUEL ONTANEDA MEYER
EN LA ÉPOCA DE LA REBELION

5
CURRICULUM PARTIDARIO

c. JUAN MANUEL ONTANEDA MEYER

01. Aprista Piurano, (nació en Talara).


Transcurrió su niñez y su juventud en el callao en
Chucuito y la Punta.

02 Se inicia en las luchas Sociales y Democráticas


desde su juventud; a partir de 1939 visitó las
prisiones para ver a su padre preso por defender
los ideales democráticos que abanderaba y
coordinaba Víctor Raúl Haya de la Torre.

03. Se adhirió al APRA desde 1945. Más tarde, cuando


salió de la prisión que él también tuvo que
sobrellevar por causa revolucionaria; se incorporó
a la militancia del Partido como dirigente de base
en el Callao.

04. ¡Marino abanderado de la rebelión de las Armada


Peruana del 3 de octubre de 1948 que se realizó en
el Callao en defensa de la Constitución!.

Luchó por la Democracia y la Transformación Social


lo que le valió caer herido en la brega, así como
su separación de dicha institución, y lo que le
significó además, sufrir una prisión de ocho (8)
años consecutivos (1948-56) en la entonces
Penitenciaría Central de Lima.

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05. Discípulo en la cárcel del Maestro y Filósofo c.
Antenor Orrego; juntos en prisión durante la
dictadura del ochenio.

06. Indultado por la Ley de Amnistía que dio el


Congreso en 1956, pues fue sentenciado a doce (12)
años.

07. Sindicalista desde 1961; año en que forjó la


institución gremial la Unión de Oficiales de la
Marina Marcante del Perú, siendo su Secretario
General durante seis (6) años. Cumplió una amplia
y destacada labor en la lucha sindical del área
marítima no sólo en el Callao sino en toda la
Costa Peruana y aún en las organizaciones
sindicales del trasporte a nivel latinoamericano.

Su figura de luchador social se reafirma en 1970


con su actividad en la Comunidad Industrial de su
centro de trabajo ―Molinera Santa Rosa‖. Fue su
organizador y primer Presidente.

08. Estudiante universitario entre 1945-48,


reingresando en 1956 después que salió de la
cárcel. Estudió Matemáticas, Ciencias Geográficas,
Ingeniería Industrial y Economía.

09. Profesor Universitario desde 1960, fecha en que


fue fundador de la Universidad Nacional ―Federico
Villarreal‖; actualmente es Profesor Principal de
dura Universidad. En 1966 fue fundador también de
la Universidad Nacional Técnica del Callao. Además;

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fue Profesor de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, seis (6) años; de la Universidad
Particular San Martín de Porras, dos (2) años, y
de la Universidad del Pacífico, un (1) año. En
1984 fue Decano de la Facultad de Ingeniería
Industrial de la U.N.F.V.

10. Integrante del área, técnica del PAP desde 1956.


Fue así mismo, miembro activo de las Agrupaciones
Profesionales y Universitarias del Partido.
Secretario Nacional de Asuntos Educacionales en
1967; integrante del Comité Ejecutivo Nacional.

11. Secretario General Departamental del PAP en el


callao, de 1970 hasta 1974, y de 1989 a 1991.
Integrante del Comité Ejecutivo Nacional.

12. Secretario General Colegiado a nivel nacional del


PAP, desde 1974 hasta 1979, elegido en el XI
Congreso Nacional; Integrante del Comité Ejecutivo
Nacional y de la Comisión Nacional de Política.

13. Candidato por el Partido del Pueblo a la Asamblea


Constituyente; 1978.

14. Vicepresidente primero y luego Presidente de la


Comisión Nacional de Disciplina del PAP, cargo que
ejerció hasta el XIII Congreso Nacional realizado
en Julio de 1980.

15. A raíz de su vida ejemplar y fructífera, el c.


Víctor Raúl Haya de la Torre, en pública carta
dirigida a los cc. de Trujillo, el 5 de julio de

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1975 honró al compañero Ontaneda Meyer, llamándole
entre otras afirmaciones; ―insigne revolucionario
valeroso que dio su sangre por el Aprismo‖ ... o,
en otro bello párrafo expresó el maestro Víctor
Raúl... ―todos los cc. de Trujillo testigos y
copartícipes de la revolución del 7 de Julio verán
en nuestro c. Ontaneda un verdadero hermano de
lucha, de dolor y de victoria, y la juventud
aprista trujillana le saludará como un MAESTRO Y
PARADIGMA DE LA GESTA EPICA DE NUESTRO GRAN
MOVIMIENTO‖.

16. Fiel seguidor del mensaje ideológico del c.


Víctor Raúl Haya de la Torre; tenaz defensor de
su pureza y vigencia histórica. Permanente e
incansable difusor del Magisterio y la doctrina
revolucionaria del Gran Líder Latinoamericano.
Como militante de base de nuestro Gran Partido,
ha estado empeñado siempre en forjar y orientar
nuevas juventudes apristas. Igualmente desde
la Cátedra Villarrealina, así como dirigiendo
competentes equipos profesionales, ha realizado
investigaciones económicas y socio-políticas
para enriquecer el conocimiento sobre estas
realidades, como también formar los cuadros
técnicos que el Aprismo ha requerido para poder
llevar a cabo la Gran Transformación Social que
el Perú e Indoamérica esperan.

17. Leal a las enseñanzas del Gran maestro


indoamericano, el c. Ontaneda Meyer se ha
definido desde la desaparición del Gran líder;

9
por la reafirmación de su Doctrina así como de
la siempre invicta juvenil rebeldía aprista

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JUAN MANUEL ONTANEDA MEYER
UN REBELDE CON CAUSA

Juan Manuel Ontaneda Meyer, es marino de profesión


como sus antepasados, hoy Ingeniero y profesor
principal de la Universidad Villarreal , fue llevado
por el Partido al acceder al Gobierno en 1985, a la
Presidencia, de la Compañía Peruana de Varones S.A., la
que sirvió de agosto de 1985 a mayo de 1988.

Ontaneda Meyer, cuya familia radicó en Chucuito,


discurrió su niñez y juventud entre este lugar y La
Punta, hasta graduarse de Alférez de nuestra gloriosa
Marina de Guerra. Años más tarde, en los turbulentos
años 48, tuvo parte activa y primerísima en la rebelión
de la Armada del 3 de octubre de ese año, que se
produjo en defensa de la Constitución, lo que le valió
su separación de dicha institución y lo que le
significó sufrir una prisión de ocho años consecutivos
en la entonces Penitenciaria Central de Lima,
reemplazada hoy por el majestuoso edificio del Centro
Cívico.

A Ontaneda Meyer puede calificársele como un típico


luchador social. De vuelta a la libertad en 1956 se
dedicó con pasión al activismo por la causa aprista.

Su pasión por la lucha social también la volcó


hacia las actividades laborales y sindicales. Fue uno
de los forjadores de la conocida institución gremial
con sede en el Puerto del Callao; la Unión de Oficiales
de la Marina Mercante del Perú, de la cual fue su

11
Secretario General durante seis años. Posteriormente,
en 1970, al dictarse la ley de Comunidades Industriales,
Ontaneda fue elegido como Primer Presidente de la C.I.
del Molino Santa Rosa, donde le cupo una brillante
gestión organizadora.

Ontaneda, además es profesor universitario desde


1960, siendo uno de los fundadores de la Universidad
Federico Villarreal y de la Universidad Nacional
Técnica del Callao, habiendo llegado a ser el primer
Decano de la Facultad de Ingeniería Industrial y de
Sistemas de la UNFV.

Integrante desde 1956, de las áreas Técnicas y de


Disciplina del Partido, fue a partir de 1967, miembro
del CEN del PAP como Secretario Nacional de Asuntos
Educacionales. Luego, fue Secretario General del
Partido Aprista en el Callao de 1971 a 1974 y de 1989 a
1981. A partir de 1974, fue uno de los nueve Secreta-
rios Nacionales Colegiados de esa organización política
hasta el año 1979. Pasó luego a ser hasta el Congreso,
de 1982, Vice-Presidente primero y Presidente después
de la Comisión de Disciplina del PAP. Posteriormente
fue su Secretario General de Defensa He aquí algunas
palabras de él para la juventud:

¿CÓMO VE AL PERÚ EN ESTE MONUMENTO DE SU HISTORIA?

El Perú vive un momento muy difícil; está enfren-


tado a tres retos muy bien definidos; a saber: primero
el que se refiere a su ineludible e irreversible
proceso de transformación social en su lucha contra la

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pobreza y la desnutrición; segundo, el que se relaciona
con la necesidad imperiosa de mantener el cauce
democrático y constitucional; y finalmente, el que
corresponde al desajuste de la economía nacional
aprisionada dentro del subdesarrollo. Aunque son tres
problemas bien específicos con sus propias temáticas,
están íntimamente interrelacionados entre sí. Más aún,
frente a la confrontación de lo primero con lo tercero,
la institucionalización democrática aparece como la
única vía para superar cualquier coyuntura histórica
por difícil que sea, mediante una acción que permita la
reconstrucción económica empleando métodos de
esclarecimiento, adecuación y consolidación del cambio
y la justicia sociales. Todo esto para que el país
pueda proseguir con éxito su desarrollo económico que
necesita urgentemente, dentro de un marco de progresiva
transformación social, repetimos. Así elaboraremos
nuestro destino revolucionario y la verdadera
integración de los peruanos.

¿CÓMO VE SU PARTIDO EL PROBLEMA DEL CAMBIO SOCIAL?

La Doctrina Aprista acepta el principio de devenir


dialéctico de la historia, y además emplea la
metodología marxista para la interpretación de la
historia, pero a su vez dialécticamente la supera
demostrando que es insuficiente para una completa y
cabal interpretación de la realidad indoamericana.

En cuanto a los fines del cambio social, no tiene


nada que envidiar a las doctrinas más evolucionadas, ya
sea al propio socialismo científico como a los
utopismos socialistas y anarquistas del siglo pasado,

13
de los que ha recogido principios y lemas sustantivos.
Asimismo a los movimientos modernos que siguen
surgiendo en los últimos años, como por ejemplo, los de
corte social cristiano, porque nosotros pensamos en una
sociedad superior sin clases en donde la justicia
social así como la igualdad ante la ley, y la
fraternidad y la dignidad humanas, se acerquen a la
plenitud y sean reales y no sólo palabras. Nuestra
discrepancia está en el método a seguir. No creemos en
la tiranía ni en ninguna dictadura; creemos en una
revolución de pan con libertad.

¿QUÉ NOS DICE DE SU EXPERIENCIA DE OCHO AÑOS DE PRISIÓN?

Cuando se está al servicio de un gran causa como


es el Aprismo, carecen de importancia las pérdidas
materiales de cualquier naturaleza, y las experiencias
como las que usted señala son, más bien, caminos
eficaces para vigorizar el espíritu y afirmar la fe en
los principios que se defienden y por los que se lucha.

¿ALGO MÁS QUE AGREGAR?

Sí, para todos los pueblos del Perú. Este es un


momento de nuestra historia en el cual el apoyo
irrestricto al aprismo es fundamental.

Se hace necesario que el pueblo tome conciencia


que la fórmula de Gobierno que hoy está postulando el
Aprismo, es el camino indeficiente para encauzar al
país dentro de formas seguras y firmes de revolución
social y desarrollo económico.

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Habrá recuperación económica en la medida que se
mantenga una democracia constitucional sólida, que
permita la auténtica participación multánime de los
ciudadanos y que, por ende, erradique el desconcierto,
el confucionismo y la desconfianza que generan
artificialmente los enemigos del pueblo.

Sin embargo, para lograr una revolución


antiimperialista, dinámica y enérgica si se quiere, es
imprescindible que el Gobierno aprista posea una
estructura eficaz sustentada y orientada por todos los
militantes de nuestra Organización. Este Partido grande,
señero y experimentado en las dificultades y en la
batalla, no debe dejar de lado, empero, a aquellos cc.
que hayan probado a través de sus años de trabajo
aprista, ser nobles intérpretes del mensaje de Haya de
la Torre y por ende, servidores fieles del pueblo
peruano.

La inspiración de un Gobierno en Víctor Raúl,


representa nuestra férrea unidad de acción, en este
difícil momento de la patria. La mejor garantía de
afirmación y éxito nacionales, es pues, mantener la fe
en el Aprismo y sus hombres forjados en la lucha.

Mayo de 1988.

15
JUAN MANUEL ONTANEDA MEYER EN LA PENITENCIARÍA
EN EL AÑO 1953

16
ENTREVISTA

JUAN MANUEL ONTANEDA MEYER

SOBRE LA

REBELIÓN

DEL

3 DE OCTUBRE DE 1948

Versión textual de la entrevista efectuada el domingo 3


de setiembre de 1978, por los cc. Percy Murillo
Garaycochea y Roy Soto Rivera para incrementar el
material de trabajo para el segundo tomo de la historia
del APRA.

17
ENTREVISTA A JUAN MANUEL ONTANEDA MEYER

P. PARA EMPEZAR, SERIA CONVENIENTE QUE SE REFIERA UD. A


ALGUNOS ANTECEDENTES FAMILIARES Y PERSONALES.

Mi abuelo fue el Contralmirante Juan Manuel


Ontaneda Vallejo padre de, a su vez, el
Contralmirante Pablo césar Ontaneda Mesones de
quien yo soy su hijo; y sobrino del Comandante
Víctor Manuel Ontaneda. Como hechos destacados en
la vida de mí abuelo, tenemos lo siguiente:
participó en la guerra con Chile en la Corbeta
―Unión‖ al lado del Contralmirante Villavicencio en
el bloqueo de Arica. Siendo marino fue Ministro de
Guerra. Piérola lo distinguió mucho. Participó en
la revolución ―Patria Nueva‖ del 4 de julio de 1919,
hecha para hacer respetar los resultados de las
elecciones en las que había triunfado el Presidente
Leguía. Fue Ministro de Marina, el primero en
realidad, hasta el año 1922, antes de que yo
naciera.

Mi padre, Pablo César Ontaneda y mi tío Víctor


Manuel, además de ayudar a mi abuelo en sus
actividades revolucionarias del año 1919,
participaron en la revolución del 19 de Febrero de
1939 que fue encabezada por el General Antonio
Rodríguez Ramírez para restaurar la democracia en
el país; revolución que no alcanzó éxito. En esa
oportunidad, se dio el primer contacto de nosotros
con el APRA; pues mi padre conoció en esa
oportunidad a Haya de la Torre. Trabaron amistad y
juntos participaron en los preparativos con el

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General Rodríguez. Mi padre iba a asumir la cartera
de Marina. Debido al exceso de confianza y por la
muerte del General Rodríguez, el movimiento no
prosperó por cuya razón estuvo preso hasta 1945,
fecha en la que fue restituido en sus derechos
civiles y militares a raíz de la amnistía que dio
el Congreso.

Cuando mi Padre estuvo preso yo lo visitaba en las


cárceles, al lado de mi madre de 1939 a 1945,
siendo cadete y oficial. En aquella oportunidad
tomé contacto con el mensaje del Aprismo. Eso creó
en mi inquietud por enterarme con más profundidad
de lo que significaba el ideal aprista, y lo conocí
a través de la lectura de los libros que entonces
circulaban clandestinamente.

Debo enfatizar que nosotros los Ontaneda, siempre


que hemos participado en movimientos
revolucionarios de la Marina, éstos estaban
definidos a favor de los principios democráticos.
Al igual que Miguel Grau y la más pura tradición
naval, siempre hemos asumido la defensa de la
soberanía popular; nunca la del militarismo ni la
de los usurpadores de los derechos del pueblo.

P. ¿CÓMO TOMÓ USTED CONOCIMIENTO DEL LEVANTAMIENTO DE


LA ARMADA?

Tomé conocimiento de la preparación del alzamiento


de la Armada, estando convaleciendo en el Hospital
Naval por la extracción de mis amígdalas.
Concretamente, me visitó un grupo conformado por

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elementos que por su clase militar era de lo más
representativo de la sub-oficialidad de la Marina,
quienes me manifestaron su deseo de que yo los
digiera en la organización y realización de una
rebelión que se estaba generado en la Armada, la
cual estaba motivada por el deseo de poner en
manos del pueblo la defensa de la democracia que
en ese momento estaba en peligro de desaparecer.
Entre las razones que adujeron, estaba, en primer
lugar, el hecho de que yo era un oficial de
conocida ideología aprista, de la que ellos-los
sub-oficiales- también participaban.

Por otro lado, mi padre estaba impedido por


razones de salud, de asumir una acción
revolucionaria. El conocimiento de esta situación,
los motivó a recurrir a mi persona, manifestando
que habían pensado defender la democracia que en
esos momentos estaba en peligro, e impedir por
tanto, la dictadura retrógrada que las fuerzas
reaccionarias y anti-apristas pretendían instaurar.

Mi respuesta ante este sorpresivo requerimiento,


fue que yo no podía asumir la dirección de la
Marina, pues por entonces yo era un joven teniente
que bordeaba el cuarto de siglo de vida. Recomendé,
más bien, que en aras de precaver el éxito de la
revolución; se buscara un oficial de más
graduación para conducir el movimiento y para que
estableciera la coordinación pertinente con
miembros del Partido Aprista. En la medida en que
se siguiera mis indicaciones gustoso actuaría con
ellos conforme lo solicitaban y colaboraría con

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ese jefe, para organizar la rebelión de la Marina
y participar luego en ella dentro de un marco
revolucionario integral que restituyera la
constitucionalidad del país y los fueros del
pueblo; nunca para usurpar su derecho de elegir
libremente a su gobernantes sino más bien para
deponer al gobernante quien ya se había puesto
fuera de la ley por haber transgredido la
Constitución y defraudado, por ende, al pueblo que
lo había elegido.

P. ¿CONOCÍA USTED A LOS COMANDANTES AGUILA PARDO Y


MOSTO? ¿QUÉ RELACIONES TUVO CON ELLOS ANTES DEL
MOVIMIENTO?

Conocí a Aguila Pardo a los 20 días de haber


conversado con los suboficiales. Ellos me
comunicaron, precisamente, que se habían puesto en
contacto con el Comandante Aguila Pardo, al que le
habían dicho que tenían compromiso conmigo, y así
quedaba establecido que debía contactarlo para
proseguir la organización de la rebelión de la
Marina. En aquella oportunidad recién conocí a
Aguila Pardo.

Al Comandante Mosto lo conocí después ya en la


cárcel porque a pesar de saber que estaba
comprometido con la revolución, él no asistía a las
reuniones que efectuábamos los rebeldes. Su
compromiso era dirigir la sublevación del Arsenal
en el instante que le avisara Aguila Pardo, con
quien sí mantenía contacto directo.

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P ¿ENTONCES, ESTABA USTED AFILIADO AL PARTIDO APRISTA?

No estaba afiliado al Partido, porque siendo


militar en actividad no podía tener militancia
política activa. Era muy raro que siendo oficial
activo se tuviera actividades políticas. Además,
la forma en que se desenvuelve la vida de un
joven oficial, viajando y en mi caso particular
estudiando también en la Universidad, nos
absorbía totalmente. En esa época, paralelamente
a mi condición de oficial, estudiaba en San
Marcos alcanzado el Bachillerato de Ciencias
Matemáticas y posteriormente, en el Instituto de
Geografía, de reciente creación.

Tenía muchos amigos apristas, sobre todo en la


Universidad de San Marcos. Me acuerdo de Justo
Enrique Debarbieri, Ramírez Novoa, Cruz Saco y
otros que eran líderes sanmarquinos de esa época.
Mi contacto con miembros apristas se daba en la
Universidad y en las Logias masónicas. Mi
venerable Maestro era el doctor Félix Castillo.
También alternaba en ellas con los diputados
apristas Benigno Solsol y Emiliano Haro. Sin
embargo, es bueno recalcar que no conocía
personalmente entonces, a ninguno de los líderes
apristas, de los connotados.

P. ¿CUÁL ERA SU OPINIÓN ENTONCES DEL GOBIERNO DE


BUSTAMANTE?

El gobierno de Bustamante surgió gracias al voto


mayoritario aprista, como un gobierno democrático

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auténtico que apareció en el país después de un
larga dictadura conocida por todos. Su mayor valor
estaba pues, en su origen y en su práctica
democrática, que significaba el ejercicio pleno de
principios fundamentales, que tenían por objeto
evitar que la ambiciosa oligarquía volviera a
gobernar al país. En consecuencia, lo fundamental
del gobierno de Bustamante, era conservar su
condición democrática inicial que había que
mantener y defender a como diera lugar, lo que
además, coincidía con una de los más importantes
ideales apristas, a saber: cambio social en
libertad.

Establecido el principio de la defensa de la


democracia, debe tenerse en consideración las
condiciones políticas que se daban en el año 1948.
Bustamante había caído en la trampa que le tendió
la oligarquía, cuyo propósito era liquidar la
democracia reinante. Para materializar su objetivo
había montado un plan de desprestigio del gobierno
para derrocarlo aprovechando de la debilidad y las
dudas del Presidente Bustamante que iban minando
el régimen constitucional. Paralelamente,
organizaban la subversión mediante el retorno del
militarismo antidemocrático y, por consiguiente,
antiaprista. Es decir, en 1948 cuando los sub-
oficiales de la Marina habían contactado conmigo,
ya el gobierno de Bustamante se había rendido a la
oligarquía y permitido el ausentismo parlamentario
que impidió el funcionamiento del Congreso.
Entonces ya se veían claramente las aviesas
intenciones de la oligarquía y el país se daba

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cuenta que ya no había sino una salida posible a
tan crítica situación; quien daba el golpe y
ganaba, habría de lograr su propósito: extinguir
la democracia en un caso, o salvarla como era
nuestro objetivo. No había posibilidad de buscar
otro camino, a pesar que Bustamante había
recurrido al subterfugio de convocar a una
Constituyente para neutralizar al Aprismo en el
Congreso. Nosotros, los marinos revolucionarios
rechazábamos esta posición por inconstitucional y
porque significaba, a nuestro juicio, una manera
de llevar al país a un retorno oligárquico,
quebrando la democracia. Para evitar esta
situación es que estábamos actuando en la
organización del movimiento revolucionario.

Ahora bien, la reacción oligárquica había


preparado su aparato revolucionario, de lo cual yo
tenía conocimiento fehaciente, porque me buscaban
constantemente los que conspiraban por ese lado.
Al respecto, tengo una anécdota muy interesante: A
mi me buscaban a tal punto que los oficiales
comprometidos con el General Odría para que
formara parte de su grupo, que el mismo día que me
iba a sublevar, es decir el 2 de octubre, había un
oficial de la Marina que me rogaba para que fuera
el día siguiente, el domingo 3, al Club Lawn
Tennis, porque iba a haber una reunión de
oficiales en la que se reconocería a Odría como
jefe del movimiento revolucionario contra el
régimen de Bustamante. La insistencia de este
oficial era tal que para liberarme de esa presión,
le prometí que asistiría a su reunión. O sea que

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yo tenía conocimiento fehaciente de la existencia
de un movimiento antidemocrático y antiaprista
generado contra Bustamante y en favor de Odría.

Hay, entonces, una situación que quiero recalcar,


estaban en marcha dos movimientos; uno aprista y
el otros antiaprista y oligárquico. Pero que en
último momento, surge un tercer movimiento que es
el famoso movimiento institucional de los
Generales. Este tercer movimiento, es una
tendencia que emerge del seno de la Fuerza Armada
en vista que se preveía un choque cruento entre el
pueblo aprista y el antiaprismo. Sabedores los
militares que las Fuerzas Armadas estaban
prácticamente ganadas por el Aprismo, sobre todo a
nivel de subalternos (suboficiales y clases) y en
el Ejército, oficiales subalternos inclusive, sus
altos jefes argumentaron que querían evitar que se
produjera un movimiento antiaprista comandado por
Odría o, alternativamente, un movimiento
antioligárquico que, según ellos, pudiera quebrar
a las Fuerzas Armadas debido al choque de apristas
y antiapristas en su seno. Así aparece el
movimiento de los Generales del cual hablaremos en
detalle más adelante.

p. ¿QUÉ ES LO QUE ACONTECÍA ENTRETANTO DENTRO DE LA


MARINA?

La Marina era la institución donde se presentaban


las condiciones más adecuadas para una sublevación,
es decir, para el surgimiento de un movimiento de
rebeldía institucional de los suboficiales y

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clases; es conocido que en la Marina las formas
organizativas se asemejan al modelo inglés, de
corte aristocrático, por lo que entre oficiales y
suboficiales hay muchas diferencias no sólo
funcionales sino sociales también; lógico era, por
tanto, que existieran prejuicios sociales entre
los dos cuerpos, y, en un país donde hay tantas
diferencias de carácter social y cultural estos
conflictos se acentúan. Es decir, dentro de la
Marina prevalecía una especie de divorcio entre
estas dos corporaciones, cuyas diferencias
deberían ser tan sólo de índole técnico y
jerárquico. Esto aparte del descontento que sufría
la Marina por dos causas: Primero, el olvido y la
indiferencia que se daba a los problemas de los
subalternos; el trato evidenciaba ligereza y no se
escuchaban los reclamos de tipo social y económico
que eran justificados muchos de ellos. Segundo,
existía indolencia, un dejar hacer dejar pasar por
parte de los oficiales respecto a la marcha
institucional; sobre todo por el hecho que la
institución contaba con unidades bélicas vetustas,
lo que significaba un especie de marginación con
relación a las otras Armas. O sea, resumiendo; la
Marina estaba armada con material obsoleto lo que
acarreaba desmoralización, a lo que se añadía un
divorcio entre la oficialidad y los subalternos.

Por ello la Armada constituía el lugar


institucional idóneo donde se daban con toda
lógica y claridad, las mejores condiciones para
una sublevación democrática de carácter
verdaderamente popular. No solamente para

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coadyuvar con el mensaje revolucionario del APRA,
sino también para cambiar el estado de cosas que
existía en el seno de la Marina, vale decir para
que hubiera menos injusticia y más atención a la
institución.

Esto es necesario recalcarlo porque el año 32,


dieciséis años atrás, los marineros se habían
amotinado por las mismas causas institucionales y
los clases estuvieron ligados históricamente al
Aprismo. Los oficiales, por lógicas razones
disciplinarias estuvieron en contra del movimiento,
pero es oportuno señalar que como quiera que en su
mayoría provinieran de alta clase media, salvo las
excepciones que confirmaban la regla, ellos
políticamente se encontraban más cercanos con la
oligarquía, es decir, con lo que representaban los
diarios ―El Comercio‖ y ―La Prensa‖ en ese
entonces.

En 1948, por solidaridad les correspondió a los


suboficiales, estar con las corrientes
revolucionarias que naturalmente seguían
perteneciendo al Aprismo. Este es uno de los
problemas que en ese año de 1948 tuve que afrontar
para decidir el lado en que debía estar. Si
hubiera pensado escuetamente como oficial, habría
tenido que rechazar lo que se me pedía y denunciar
la rebelión en marcha, pero no podía hacerlo
porque me sentía identificado con lo que
representaban los sub-oficiales en ese momento;
vale decir, con la Marina en su sentido
verdaderamente humano y profundo, o sea, con la

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justicia social por un lado, y por el otro con la
democracia y su defensa. En otras palabras: con el
ejemplo cimero de Miguel Grau.

Estaba porque se enarbolaran las justas banderas


reivindicatorias del pueblo, y se emergiera en
actitud de rebeldía en contra del orden
oligárquico injusto.

De allí que consideraba que era preferible que


oficiales y sub-oficiales tuvieran en ese momento,
una acción conjunta, para que no se repitiese la
historia del año 32, donde solamente los marineros
se sublevaron y toda la oficialidad resultó en
contra de la revolución, comenzando a dividirse la
Marina. Por eso la revolución de 3 de octubre de
1948, no fue una revolución de sub-oficiales y
clases contra oficiales como se ha dicho, ya que
para ello se buscó un jefe que fue un oficial de
mayor graduación. Reiteradamente le solicité al
Comandante Aguila Pardo que buscara más oficiales
que apoyaran el movimiento para que éste fuese lo
más institucional posible.

P. ¿CONVENDRÍA PRECISAR LOS OBJETIVOS DE ESA


REVOLUCIÓN?

Como he dicho antes, el movimiento del 3 de


octubre tenía por objetivo defender los fueros
democráticos del país porque teníamos conciencia
que al ponerlos a salvo estábamos defendiendo lo
que constituye el supremo derecho que tiene un
pueblo cual es el de ejercer su soberanía. Este

28
principio, por los demás, es un prístino postulado
de la revolución aprista, porque nosotros siempre
hemos planteado el cambio social dentro de la
democracia.

Nosotros teníamos que poner nuestro brazo al


servicio de la democracia que había sido puesta de
lado por el propio Bustamante al haber ido contra
el propio sustento democrático de su gobierno.
Pensábamos que para poder defender al régimen
democrático, Bustamante podía ser reemplazado por
otro personaje del mismo. Por eso, se pensó en el
Vice-Presidente José Gálvez para reemplazar a
Bustamante que se encontraba rendido a la reacción,
por haber apoyado el ausentismo parlamentario como
por haber dado el famoso Decreto que convocaba a
una Constituyente sin que nadie le hubiera dado
ese poder, pues a nuestro juicio, no significaba
otra cosa que atentar contra la mayoría
parlamentaria. Entonces como vuelvo a repetir,
nosotros teníamos el propósito de defender el
régimen democrático, no el de usurpar la soberanía
del pueblo.

p. ¿EL MOVIMIENTO FUE EXCLUSIVAMENTE DE LA MARINA?

Cuando nos comprometimos con Aguila Pardo, él


representando a la Marina, tomó conexiones con la
Aviación y el Ejército a través del Coronel José
Estremadoyro y del General Juan de Dios Cuadros,
respectivamente, dentro de la organización
revolucionaria antioligárquica que el partido
propiciaba. Este era el marco institucional. De

29
manera que el movimiento en el cual nosotros
entramos a tomar parte, era un movimiento
inicialmente proyectado en esta forma, pero luego
detenido en su ejecución precisamente con el
objeto de dar paso a un tercer movimiento del cual
ya hice referencia que era el de los Generales.
Este movimiento, según me enteré después, fue
gestado por Generales que decían no ser enemigos
del Partido Aprista, y tener propósitos (según
como fueron puestos en conocimiento del Partido)
de evitar un derramamiento de sangre, es decir, de
evitar un choque de consecuencias funestas, entre
el pueblo aprista y los antiapristas, inclusive
del Ejército.

El movimiento de los Generales (dentro del cual se


encontraba el General Zenón Noriega, que luego se
aliara con el General Odría para derrocar a
Bustamante), habría surgido hipotéticamente, pues
para evitar estos extremos.

Esta es la causa por la que nosotros tuvimos que


esperar. Sin embargo, esta espera con
postergaciones y plazos incumplidos, produjo un
disloque en nuestras fuerzas. Entonces Aguila se
vio constreñido a coordinar con el Comandante
Conterno de la Aviación y con el Mayor Víctor
Villanueva del Ejército para que el movimiento
fuese encabezado por el Coronel César Pardo
Mancebo como jefe de la revolución. Esto ocurrió
porque, según lo que estos últimos afirmaban, el
General Cuadros y el Coronel Estremadoyro no
participaban de la idea de tener que sublevarse de

30
inmediato a pesar de las postergaciones; más bien
opinaban que había que seguir esperando que se
definiera la conspiración iniciada por los
Generales.

Concretando; frente a esta discrepancia que había


surgido dentro del seno del comando revolucionario,
se produjo la nueva situación en la que intervino
el Coronel Pardo Mancebo que con el Comandante
Aguila Pardo, recibieron el ofrecimiento de un
presunto apoyo de la Blindada a través del Mayor
Villanueva y de Las Palmas a través del Comandante
Conterno.

Se decidió entonces, realizar el movimiento


revolucionario con los nuevos jefes mencionados
los que aseguraban repito, la participación del
Ejército y de la Aviación, posición militar ésta
que Aguila Pardo me comunicó y con la cual yo
estuve de acuerdo. En las acciones de complemento,
el movimiento -me enteré eventualmente-sería
apoyado por un grupo de jóvenes civiles
―defensistas‖ del Partido, cuya jefatura entonces
estaba teóricamente a cargo de Pedro Muñiz. Es
importante señalar, ulteriormente me enteré que
los grupos de defensa también habían sufrido
disloque de su mando central. Como conocían los
hilos de la conspiración, se pusieron al servicio
del nuevo Comando sin que Muñiz tuviera
conocimiento de ello. Esa era la realidad.

Debe considerarse que quien está narrando estos


hechos es ahora un dirigente del Partido Aprista y

31
no el joven Teniente Ontaneda cuyas actividades
revolucionarias se circunscribían entonces a
sublevar la Marina y que no conocía a la mayoría
de los personajes políticos que tuvieron que ver
después con las acciones del 3 de octubre. Por eso,
en aquella época se trataba de un oficial
revolucionario que colaboraba con el Comandante
Aguila Pardo en representación de los oficiales y
suboficiales que participaban del pensamiento
aprista en la Marina y que, por tanto estaban de
acuerdo que defendiendo la democracia se luchaba
por los derechos del pueblo y por la revolución
aprista, y que estábamos dispuestos a defender
ello a como diera lugar. Para lo cual nos habíamos
organizado en la Marina para sublevarnos en el
momento en que debiéramos hacerlo en coordinación
con otras fuerzas militares apristas, pro apristas
o filo apristas, que quisieran apoyarnos o
secundarnos en el empeño.

De otro lado, quiero mencionar algo importante con


relación a esta pregunta; yo justifico lo que hizo
Aguila Pardo (que actuó siempre con honestidad,
coraje, entereza y buena fe) y me explico
perfectamente su situación, porque la dirección
del Personal de la Marina ya lo había conminado a
dirigirse al Puerto de Paita, a tomar un nuevo
cargo al que había sido nombrado. Más adelante
volveremos sobre este particular.

P. ¿PODRÍA DECIRSE QUE EL MOVIMIENTO ESTUVO DIRIGIDO


POR EL PARTIDO APRISTA?

32
Definitivamente no, porque fue un movimiento de un
sector de las Fuerzas Armadas para restaurar la
democracia. Ahora que evidentemente el movimiento
tenía una influencia marcadamente aprista por
surgir de ese lado, dentro de su frontera; no hay
la menor duda. Nosotros mismos pertenecíamos a un
aparato aprista. O sea, desde este punto de vista,
lo máximo que se puede afirmar es que el 3 de
octubre fue un movimiento de corte aprista o
perteneciente al frente aprista, pero nada más.

En aquella época las condiciones para la


revolución se estaban dando en forma natural a
favor del Aprismo dentro y fuera de las Fuerzas
Armadas, y dentro y fuera del Partido. Nos
habíamos constituido en un frente de trabajadores
defensores de la democracia. Pero eso no permite
afirmar de ninguna manera, que el Partido dio
órdenes a Aguila Pardo y al Coronel Pardo Mancebo
para que se subleven dejando de lado a Cuadros y
Estremadoyro. Tampoco, autorizó a los defensores
para que se pusieran a órdenes del Coronel Pardo,
prescindiendo de Pedro Muñiz. Todo esto se originó
a consecuencia de la demora de los Generales para
cumplir con el compromiso de pronunciarse contra
el Gobierno... Esta demora fue aprovechada por
quienes ya estaban en contra del Partido-como es
el caso del Mayor Villanueva – propalando que el
Partido no quería de ninguna manera participar en
la revolución y que Haya de la Torre estaba contra
los intereses del pueblo. Aquí intervinieron
factores subjetivos de resentimiento personal del
Mayor Villanueva contra los dirigentes del Partido

33
que ya lo había separado de la Secretaría de
Defensa.

P. ¿CÓMO FUERON LAS ACCIONES INICIALES?

Nosotros tuvimos reuniones y actividades intensa


de organización. Podríamos dar cuenta absoluta que
la Marina iba a sublevarse y no teníamos la menor
duda del éxito en este sentido.

Personalmente me preocupaba el hecho que no


hubieran más oficiales comprometidos, pero esto
no corría bajo mi responsabilidad y funciones sino
del Comandante Aguila Pardo. Empero a tales
alturas, yo no podía hacer otra cosa que aceptar
la realidad y actuar con el personal que hubiere.
Inclusive Aguila Pardo me indicó que había
comprometido a muchos oficiales que estaban
dispuestos a participar en un segundo instante,
reservándonos los nombres, por razones obvias.
Debo dejar, sin embargo, bien en claro que mi
padre el Contralmirante Pablo César Ontaneda no
fue nunca informando por mí del empeño
revolucionario en el cual me encontraba.

La rebelión misma se inicia cuando a instancia mía


los suboficiales comprometidos, y yo, demandamos a
Águila Pardo que definiera si nos íbamos a
sublevar o no, porque no podíamos mantenernos
indefinidamente en la incertidumbre. Además se
corría el riesgo que el Gobierno se enterara de
nuestras actividades.

34
Y esto parecía inminente porque a Aguila Pardo lo
habían nombrado Capitán de Puerto de Paita y él en
esos momentos estaba desacatando las órdenes
superiores. Es así como decidimos más o menos a
fines de Setiembre- sublevarnos en la madrugada
del 3 de octubre con el apoyo de fuerzas del
Ejército y de la Aviación, antes indicadas.

Para ello tuvimos una reunión con el Mayor Víctor


Villanueva y con el Comandante Luis Conterno a fin
de decidir el compromiso con las otras Armas; así
mismo qué operaciones debían realizarse. La
reunión se efectuó en la casa de Aguila pardo,
alrededor del 30 de setiembre. Ahí se ratificó la
fecha de la sublevación así como los participantes,
y se tomó el acuerdo según el cual me encargaría
de sublevar a la Escuadra –que ya estaba lista-
que Aguila Pardo iría a bordo de ―Grau‖ a fin de
jefaturar las fuerzas de desembarco que yo pondría
a sus órdenes, para que tomara el Callao y una vez
cumplida esta operación marcharía a Lima, hacía
Palacio. Conterno, entre tanto, se iba a sublevar
en Las Palmas para poner la Aviación a disposición
del movimiento revolucionario. Él particularmente,
debería estar en contacto conmigo para lograr la
rendición de la Escuela Militar de Chorrillos
para lo cual debíamos comunicarnos por medio de un
sistema de señales y así saber si se iba o no a
bombardear dicho acantonamiento militar desde los
buques, que estarían surtos en la bahía de
Chorrillos a la espera del ―contacto‖. El Mayor
Villanueva, por su parte, se comprometió a
sublevar la Blindada, es decir lo que es todo lo

35
que comprende el Polígono ―General Muñiz‖, hoy
Fuerte ―Rímac‖. Villanueva también debía avanzar
hacía el Palacio, previa coordinación con Pardo y
con las fuerzas de Mosto que vendrían desde el
Arsenal Naval por la Avenida Argentina.

Desde el punto de vista castrense, cada uno tenía


su responsabilidad. Había, pues, el compromiso de
sublevarse con todas las fuerzas de la Marina, con
Las Palmas de la Aviación, y la Blindada del
Ejército.

P. ¿CUÁNDO Y CÓMO SE SUBLEVÓ USTED?

Tal como se había acordado con Aguila Pardo, yo me


sublevé sin esperar ninguna señal. Simplemente fui
el primero en sublevarme. Esto ocurrió el sábado 2
de octubre aproximadamente a las 9 de la noche.

Estando de guardia invité al oficial que estaba


conmigo. Cuando estábamos comiendo le dije que esa
noche me iba a sublevar. Al principio lo tomó como
una broma. Le expliqué la situación que vivía el
país y le dije que el movimiento estaba con lo que
representaba el APRA, es decir la defensa de la
democracia. El cambió su actitud y se puso serio
interesándose pero prefirió no intervenir.

De inmediato lo puse en contacto con el suboficial


Arroé que tenía a su cargo esa zona en el B.A.P
―Ferrer‖ y procedí a llamar a los demás
comprometidos para que cada uno ocupase el puesto
que se había asignado. Seguidamente indiqué al

36
Condestable Arévalo y a tres marineros que me
acompañasen y me dirigí a las otras naves para
tomarlas

P. LUEGO, ¿QUÉ SUCEDIÓ?

Nos dirigimos a los otros buques que debían estar


ya preparados. Llamábamos a la gente para
comprobar si habían adoptado las disposiciones
impartidas en días anteriores; cada uno de los
hombres tenía sus instrucciones precisas, en
algunos casos por escrito. Entonces, fui al BAP
―Palacios‖ y ayudé al Teniente Romero a que tomara
el buque; luego pasé por un remolcador que se
hallaba en la rada del Callao. Finalmente, me
dirigí al BAP ―Villar‖ para completar la operación
de la toma de los buques. Los barcos que estaban
en la rada quedaron, pues, a mi cargo: el ―Villar‖,
dos caza-submarinos, un remolcador grande y el
―Grau‖. El único barco del cual no me ocupé
personalmente fue el ―Grau‖, donde se encontraba
el núcleo principal de suboficiales rebeldes que
estaban a cargo del suboficial del Río. Serían
aproximadamente once de la noche cuando pasé por
el Grau en una lancha y Del Río, desde el
portalón, me comunicó que ―todo esta listo‖.

P. ¿CÓMO PROSIGUIERON LAS ACCIONES?

Una vez tomados los buques de la rada, nosotros


debíamos dirigirnos a Chorrillos para apoyar el
bloqueo la Escuela Militar de Chorrillos.

37
En general, los otros desplazamientos de los
marinos eran operaciones en tierra que debían
organizarse en tres grupos. Un grupo debía ir con
Aguila Pardo por la avenida Colonial, después que
fuera tomado plenamente el Real Felipe; el segundo
grupo al mando del Comandante Mosto, debía
desplazarse por la Avenida Argentina para
encontrarse con el jefe del movimiento que era el
Coronel Pardo Mancebo. El tercer grupo que estaría
al mando del Oficial Romero-debía ir por el
Malecón para apoyar la operación del bloqueo del
cuartel ―San Martín‖. Todos estos operativos no
correspondían a mi jurisdicción pues mi misión era
permanecer a bordo, a cargo de la Escuadra
mientras Aguila Pardo se dirigiera a Lima para
tomar Palacio conjuntamente con la otras Fuerzas.

Cuando navegábamos ya cerca de Chorrillos, la


Aviación lejos de apoyarnos, nos ametralló desde
el aire. Esto ocurrió entre las 6 y 7 de la mañana
del domingo 3 de octubre. Ahí comienzan los
combates. Hay un cambio de disparos de
ametralladoras con los aviones a la altura de
Chorrillos. Tuvimos que responder al fuego que
inicialmente nos cogió de sorpresa. Cogí la
primera ametralladora disparando a los aviones,
acción en la que fui secundado por los otros
suboficiales, entablándose el primer choque entre
las fuerzas rebeldes y los adictos al Gobierno.

P. ¿POR QUÉ RAZON LA AVIACIÓN NO LOS APOYÓ?

38
El comandante Conterno había tomado el local de
Las Palmas con el personal que tenía comprometido
en la Base. Pero, al enterarse, no sé a través de
qué conducto, que no se había sublevado la
Blindada, optó por retirarse de Las Palmas dejando
la Base a merced de los enemigos de la revolución.
Cuando llegaron los jefes adictos al Gobierno, no
tuvieron dificultad en movilizar la Aviación
contra nosotros.

P. ¿ES CIERTO QUE EN LA REVOLUCIÓN DEL 3 DE OCTUBRE


DESDE EL COMIENZO SE PRODUJERON HECHOS DE SANGRE?

Debo señalar que en la toma misma de los barcos de


las Armada sólo se produjeron dos hechos de sangre
y por circunstancias fortuitas que escaparon a las
órdenes impartidas a los revolucionarios. Uno fue
la muerte del Comandante Revoredo y el otro, la
herida que sufrió en el rostro el Alférez De la
Puente. No hubo ningún otro hecho de sangre que
lamentar. Sin embargo la oligarquía y el
militarismo pretendieron presentar al movimiento
como una sedición de gente perversa en la que se
había intervenido con odio, afán terrorista y
asesinando a mansalva.

La muerte del Comandante Revoredo obedeció más que


nada a la precipitación motivada por el carácter
nervioso de este oficial. Ocurrió en el BAP
―Bolognesi‖ que estaba en el área que correspondía
al Comandante Mosto. Las versiones que se
proporcionaron en el juicio señalan que el
Comandante Revoredo quiso sacar su pistola cuando

39
se le conminó a rendirse. Entonces entre los
encargados de tomarlo salió un disparo causándole
una herida de muerte. Este hecho no se aclaró
plenamente, aún cuando durante el juicio se
atribuyó el disparo al suboficial Castañón, el
cual negó enfáticamente haberlo realizado.

El caso del Alférez De la Puente fue obra de la


mala suerte y en cierta forma se debió al error de
apreciación de un marinero que custodiaba el
portalón de babor en el ―Villar‖. Retrocediendo un
poco, debo manifestar que cuando llegué a ese
barco (la noche del sábado 2) los comprometidos no
habían tomado las disposiciones previstas. Además
este barco demoraba mucho en calentar las calderas
que estaban apagadas y se encontraba delante del
―Grau‖ dificultando la misión que se le había
encomendado a esa nave de disparar al Cuartel 39
para obligarlo a rendirse. Repito que cuando
llegué, no habían actuado como se esperaba. Tuve,
por ello, que despertar yo mismo a la gente e
incluso impartir las órdenes correspondientes con
mucha energía, y como precaución ordené cerrar la
Cámara de Oficiales mientras sublevaba al personal
de a bordo. Para este fin, dejé un centinela en la
puerta de la Cámara y dos centinelas en cada lado
de la borda para evitar que alguien se arrojara al
mar y diera la voz de alarma, como ya había
ocurrido en la experiencia revolucionaria de 1932,
que, como se recordará un Cabo se arrojó al mar y
delató el movimiento. Por eso los centinelas
tenían la orden de disparar en ese caso extremo.
En el caso del Oficial De la Puente, éste asomó

40
por una lumbrera y el marinero Olaya que estaba de
vigía, declaró que creyó que esgrimía una pistola
por la ventanilla para dispararle. Debido a eso,
disparó hiriéndolo en el rostro al Alférez.

Estos fueron los únicos hechos de sangre


acontecidos durante las acciones iniciales de la
toma de la Marina. La muerte de muchos
combatientes de ambos bandos (marinos, soldados y
civiles) ocurrió posteriormente, en tierra en el
fragor de la batalla. Pero en la toma de los
barcos fue mínimo el derramamiento de sangre. Todo
se produjo en forma tal que podríamos hasta llamar
pacífica, sin que hubiera mayores daños. Los dos
señalados tienen, repito, su propia explicación.

P. ¿QUIÉNES TOMARON EL “REAL FELIPE”?

La toma de Real de Felipe estuvo programada dentro


de las operaciones de los suboficiales de la
Estación Aérea establecida allí, los mismos que
estaban comprometidos en la conspiración y
participaron en la acción. O sea, se contaba con
una organización dentro del Real Felipe y sus
miembros recibieron oportunamente las
instrucciones para actuar y cumplieron. Entiendo
que quien tomó la iniciativa para comandar el
grupo fue el suboficial Eduardo Rodríguez
Vildódola. Como complemento debe tomarse en cuenta
la participación de elementos civiles que
pertenecían a los Cuadros de Defensa del Partido
entre los cuales se encontraba Carlos Collantes.

41
La misión encomendada al grupo del Real Felipe era
de apoyo para forzar desde la retaguardia al B.I
39 ya a rendirse o a plegarse a la revolución, en
el entendido que estaría bajo el fuego de la
artillería del ―Grau‖.

Respecto a las acciones que se libraron en el Real


Felipe quien puede contestar con mayor precisión a
esta pregunta es el propio Rodríguez Vildósola. Él
fue testigo presencial de lo que ocurrió allí. A
mí no me correspondió actuar en ese escenario.
Hasta donde conozco los hechos por versiones de
terceros, parece que cuando la situación se puso
difícil, los aviadores y civiles combatientes se
quedaron sin dirección. Pienso que en el Real
Felipe se careció de una dirección competente, ya
que Aguila Pardo no llegó a desembarcar como
estaba previsto y Mosto no pudo salir del Arsenal
Naval donde se combatió fieramente. Conforme
evolucionaron los acontecimientos, a quien le pudo
haber correspondido la dirección del Real Felipe
fue al Mayor Villanueva que hubiese contado con
fuerzas cuantiosas de civiles, marineros y
avioneros a quienes hubiera podido organizar ya
sea para tomar el Cuartel 39 o para resistir. Con
una adecuada dirección, el Real Felipe hubiera
jugado un papel mucho más importante, tal vez
gravitante, en la revolución; pues un jefe militar
con ascendencia y conocimientos tácticos, habría
pedido conseguir que la tropa del 39 se plegase al
movimiento.

42
Por informes posteriores años después, el propio
Mayor Villanueva reconoce que estando en el Callao,
él se dio cuenta que en el Real Felipe no había un
jefe que dirigiera las acciones. Yo me pregunto, y
él; ¿Por qué no asumió el mando? Collantes lo
habría reconocido de inmediato.

p. ¿QUÉ ES LO QUE OCURRIÓ EN EL B.I. 39?

Los revolucionarios no llegaron a ingresar al


cuartel donde estaba acantonado el B.I. 39. Toda
la acción realizada en esa zona fue para copar la
retirada de estas tropas desde la retaguardia en
el Real Felipe. La idea que yo tenía, era que
primero debía convencerse al personal del B.I. 39
de la conveniencia de sumarse a la revolución y
sólo en caso que se negasen u ofreciesen
resistencia, reducirlos mediante la artillería del
―Grau‖. Por otro lado en el Plan se había
considerado que Aguila Pardo debía desembarcar con
marinería de los buques y una vez dominada la
plaza del Callao, se debía avanzar hacia Lima por
la Avenida Colonial, para unirse con las fuerzas
del Ejército que debían estar comandadas por el
Coronel Pardo y el Mayor Villanueva, acciones que
no ocurrieron. Así, todas las fuerzas
revolucionarias tenían como misión definitiva
tomar el Palacio de Gobierno en Lima para lo que
se necesitaba la participación de las tropas de la
Blindada. Eventualmente los civiles podrían
sumarse al movimiento, secundando la acción de los
marinos y militares rebeldes.

43
P. ¿QUÉ MISIÓN SE LE ENCOMENDÓ AL COMANDANTE MOSTO?

Mosto, después de consolidada sus fuerzas en el


Arsenal Naval, tenía que avanzar hacia Lima para
encontrarse en un determinado lugar de la Avenida
Argentina con el Coronel Pardo, a fin de marchar
ambos, sobre Palacio. Lamentablemente, el Coronel
Pardo no concurrió a la cita; presumiblemente
debido a que se enteró del no pronunciamiento de
la Blindada, situación que obligó a Mosto a
mantenerse en el Arsenal Naval y prepararse, mas
bien, a resistir el ataque de las tropas
gubernamentales, incluyendo precisamente, también
la Blindada.

Pienso ahora que este plan adolecía de fallas, por


ser demasiado optimista. Lo revela, el hecho que
se debió evitar el primer obstáculo, que fue la
resistencia del B.I. 39. En realidad, no estaba
previsto lo que aconteció, que debió haber
obligado a la adopción de mejores providencias a
fin de reducirla con fuerzas terrestres, porque
hay que tener en cuenta que contra el 39 se iba a
emplear artillería fundamentalmente naval, lo
cual de por sí, constituía un error, ya que la
artillería cumple sólo labor de ablandamiento pero
no de toma de posiciones; lo que habría tenido que
hacerse con fuerzas terrestres adecuadas.

P. ¿EN QUÉ MOMENTO SE INICIÓ LA REPRESIÓN?

La represión se inició más o menos en las primeras


horas de la mañana del domingo 3 de octubre cuando

44
esperábamos la señal convenida con la Aviación
para poder corregir el tiro con dirección a la
Escuela Militar de Chorrillos; en estas
circunstancias, apareció un grupo de aviones y nos
ametralló. Desde los buques tuvimos que responder
con fuego y dejar ya de lado el operativo contra
la Escuela Militar de Chorrillos, puesto que no
había forma de corregir el tiro. Traté, entonces
de comunicarme con el Comandante Aguila Pardo, lo
que no pude conseguir. Por esa razón decidí
dirigirme a la isla de San Lorenzo, donde pude ya
comunicarme con el jefe naval del movimiento.

P. ¿EN QUÉ CIRCUNSTANCIAS EMPEZÓ EL ATAQUE DE LAS


TROPAS DE LA DIVISIÓN BLINDADA QUE MARCHARON CON
DIRECCIÓN AL CALLAO?

La contraofensiva de las fuerzas llamadas del


―orden‖ es decir, las fuerzas leales al Gobierno,
tuvo lugar entre las 8 y las 9 de la mañana del
domingo 3 de octubre. En el ataque no sólo
participaron fuerzas del Ejército sino también de
la Guardia Civil. La resistencia de los marinos
fue valerosa, empleando artillería contra los
avances de los tanques. Los rebeldes depusieron su
resistencia solamente para evitar mayores
derramamientos de sangre.

P. ¿PODRÍA USTED DAR MÁS DETALLES SOBRE LA MUERTE DEL


COMANDANTE REVOREDO?

De acuerdo a las versiones expuestas en el juicio,


fueron tres sub-oficiales quienes se encargaron de

45
conminarlo para su rendición a bordo del buque
―Bolognesi‖. Dado su temperamento, en lugar de
entregarse, habría ido es pos de su arma. En vista
de su actitud, sus captores se vieron obligados a
disparar sus armas cayendo en consecuencia,
abaleado. Situación muy lamentable que sólo los
propios protagonistas podrían indicar hasta qué
punto se pudo haber evitado.

El Comandante Revoredo como ya se ha dicho era muy


nervioso y en cierta forma, arrebatado. Los
subalternos no le tenían simpatía. Recuerdo que en
las reuniones que efectuábamos con los sub-
oficiales, éstos siempre me preguntaban qué harían
con Revoredo en caso que se resistiese. Se les
recomendó que en todo caso actuasen con serenidad
y que de ninguna manera debieran utilizar sus
armas de fuego, salvo que se diera una situación
de fuerza mayor. La indicación general siempre
propendió a que se actuase con madurez pues
nuestro objetivo nunca fue dañar a personas, sino
cumplir con una misión revolucionaria que se
sustentaba en ideales y principios nobles y
altruistas.

Recuerdo que ante una pregunta que me hiciera


antes del 3 de octubre, el Oficial de Mar Domingo
Castañón sobre cómo debía actuar frente a la
presunta resistencia del Comandante Revoredo, le
respondí que ―debía actuar de acuerdo a las
circunstancias‖. Esta expresión consta en la
instructiva del juicio y se pretendió utilizarla
después en mi contra para tratar de vincularme con

46
la muerte del Comandante Revoredo, manifestando
que yo había dado orden que lo matasen, lo cual,
como es fácil colegir, es absolutamente falso.
Hubo quienes tenían toda la intención que se me
sentenciara a la pena capital, considerando como
agravante el falso supuesto que yo había dado
órdenes de matar por aquí y por allá.

En el ―caso Revoredo‖, su muerte fue, finalmente


atribuida al sub—oficial Castañón; por ello el
Fiscal pidió su fusilamiento. Pero no llegó a
aplicarse esta pena debido a que cuando en 1956
fuimos amnistiados nuestro proceso judicial se
encontraba en revisión ante la Corte Suprema. Por
otra parte, Castañón, siempre ha negado haber dado
muerte a Revoredo.

P. ¿CÓMO FUE HERIDO EL ALFEREZ DE LA PUENTE?

En circunstancias para mí muy desagradables debido


a la equivocación del marinero Olaya, que fue
quien lo hirió en el rostro. Este marinero adujo
en el juicio que vio una pistola a través de la
escotilla del camarote donde estaba detenido De la
Puente y creyó que éste lo estaba apuntando para
victimario. Sostuvo qué en defensa propia efectuó
el disparo. Por su parte, el Alférez De la Puente
declaró que no había sacado la pistola y que asomó
tan sólo el rostro por la escotilla para ver qué
es lo que estaba ocurriendo afuera, pues él se
encontraba detenido en el sector de oficiales.
Olaya era uno de los marineros encargados de
custodiar la borda.

47
Al tener conocimiento de este hecho, estando a
cargo del buque ―Almirante Villar‖ dispuse que
fuese liberado el Alférez De la Puente y como
quiera que él rechazó con disparos cualquier
acercamiento de persona alguna a los recintos en
donde se encontraba sin saber que iban a liberarlo,
yo personalmente me encargué de hacerlo,
llevándolo de inmediato a la enfermería para su
curación. Tenía el rostro ensangrentado y el
tabique de la nariz y un pómulo comprometidos,
pero las heridas no eran de gravedad fatal.

P. ¿CÓMO FUE EL ATAQUE DE LAS FUERZAS DEL GOBIERNO AL


ARSENAL NAVAL?

Las fuerzas del Arsenal Naval, al mando de Mosto


fueron atacadas por una fuerza muy superior de
tanques, artillería y policiales. Sé que lograron
rechazar ataques combinados y por dos frentes que
comprendían fuego graneado de las baterías de
artillería y de los tanques. La rendición se
produjo ya avanzada la tarde de aquel domingo,
cuando Mosto comprendió que ante fuerzas muy
superiores no había nada que hacer. Mosto se
rindió en el Arsenal Naval ante el Comandante León
de la Fuente.

P. ¿ES CIERTO QUE LOS SUBMARINOS EN TODO MOMENTO


PERMANECIERON LEALES AL GOBIERNO, COMO SE INFORMÓ,
EN LOS DIARIOS?

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Los submarinos en el primer momento estuvieron con
la revolución. Cuando el Arsenal Naval se rindió,
estos hombres quedaron libres y por lógica
consecuencia se pasaron al lado del Gobierno.

P. ¿QUÉ ACCIONES SE DESARROLLARON EN LA ESCUELA NAVAL


DE LA PUNTA?

En la Escuela Naval también hubo resistencia ante


el avance conjunto de tropas de la División
Blindada y de la Escuela Militar de Chorrillos. La
defensa estuvo a cargo del Maestro Condestable de
Primera Héctor Tirado, quien era uno de los más
caracterizados miembros del grupo de sub—oficiales
que contactó conmigo desde el primer momento. Era
un viejo sub—oficial de carácter muy enérgico. Fue
mi instructor práctico cuando yo fui cadete. Era
un técnico de primera calidad con gran experiencia
en artillería. Aún vive y debe tener alrededor de
80 años.

P. ¿CÓMO SE PRODUJO LA MUERTE DE AGUILA PARDO?

Las circunstancias que rodean su muerte se inician


el lunes 4 por la mañana. Águila Pardo se
encontraba en el buque ―Almirante Grau‖ fondeado
en la Isla de San Lorenzo. Me envió una
comunicación para participar en una reunión a
realizarse en el buque ―Teniente Palacios‖, para
lo cual me mandó una lancha hasta el ―Villar‖, el
mismo que estaba inmovilizado. Llegué primero al
―Palacios‖ y lo recibí en el portalón. De allí nos
dirigimos al puente del barco que, como es sabido,

49
está en la parte alta. En el camino me comunicó
que se había reunido con otros oficiales y que
habían decidido rendirse con todos los honores.
Dijo, además, que él ―asumía la responsabilidad
del movimiento‖. Yo le expresé que ―todos habíamos
participado en la conspiración y en las acciones‖.
El insistió en que su decisión estaba tomada. Y,
al advertir mi desacuerdo, me preguntó sobre lo
que yo prefería hacer. Estando ya en el puente,
recuerdo que le contesté que la ―revolución debía
proseguir‖. El adujo que ya era imposible. Insistí
en que no podíamos continuar en la Isla de San
Lorenzo y que debíamos zarpar con las fragatas
―Ferre‖ y ―Palacios‖ (que tenían defensa antiaérea)
por el ―camotal‖, que queda entre la isla de San
Lorenzo y La Punta. Esto es lo que llegamos a
conversar cuando fuimos sorprendidos por un
movimiento que se había gestado contra nosotros.

En la actualidad creo que la reunión en el ―Pala-


cios‖ fue una celada. Se trataba de algunos sub—
oficiales que ya querían rendirse y que escucharon
nuestra conversación puesto que hablábamos en voz
alta. Lamentablemente, Aguila Pardo no alcanzó a
expresar su opinión sobre lo que yo le proponía,
pues en ese momento fuimos rodeados por
aproximadamente 15 personas, entre sub—oficiales y
marineros. Recuerdo que aquel día llevaba una
pistola al cinto y que se me había corrido hacia
atrás en el cinturón, además de contar con un
fusil a la bandolera. Entonces... al propio tiempo
que nos rodearon, cogieron sorpresivamente mis
armas por la espalda procediendo a desarmarme de

50
hecho mientras otros me estaban apuntando de
frente; alguno de ellos -no recuerdo cual—me
indicaba de la conveniencia de entregar mis armas
y no oponer resistencia. Todo esto sucedió muy
rápidamente y Aguila Pardo que se encontraba a
poca distancia fue conminado por el Sub-oficial
Francisco Dávila Manrique para que se desarmara
también. En estas circunstancias, Aguila extrajo
una pistola pequeña de su bolsillo del pantalón y,
parece ser, que en el aire, en el momento de
entregar el arma, quiso acomodar su pistola ya sea
para entregarla o para defenderse, cosa que nadie
podría determinar con precisión, En ese momento,
se produjeron los dos balazos contra Aguila que
fueron ambos de necesidad mortal. Simultáneamente,
dispararon los conjurados que estaban en la parte
alta y yo sentí un fuerte impacto en el hombro
derecho que me arrojó al suelo... cuando reaccioné,
casi de inmediato, los que nos rodeaban habían
huido. Alcancé a escuchar que alguien decía:
―¡al teniente no! ¡al teniente no!. Me levanté y
sentí un fuerte dolor en el hombro ya que el
impacto del disparo de fusil me había fracturado
la clavícula. Luego de constatar el asesinato del
Comandante Aguila Pardo, por mis propios medios me
dirigí a la enfermería y cuando estaba efectuando
las primeras curaciones en mi hombro, cerraron la
puerta por fuera dejándome encerrado.

Ya muerto Aguila Pardo y estando yo encerrado en


la enfermería, los conjurados del ―Palacios‖
aceptaron las condiciones del Jefe de Estado Mayor
para su rendición y acataron las órdenes de

51
dirigirse a la rada del Callao y ponerse a
disposición del Comandante General de la Escuadra,
Almirante Maguiña, que ya se encontraba a bordo
del ―Grau

P. ¿PODRÍA USTED ACLARAR LOS PORMENORES DE LA


DECISIÓN DE RENDIRSE? ¿CUÁNDO Y CÓMO FUE TOMADA?

Lo que puedo sostener es que en lo que a mí


respecta, en la noche del 3 de octubre aún no se
había tomado decisión alguna. Prácticamente esa
noche me encontraba incomunicado y sin transporte
alguno, porque las lanchas que eran del buque no
habían regresado de la isla de San Lorenzo y no
era posible comunicarse por radio con las otras
unidades. Toda la noche del domingo 3 tuve que
esperar que Aguila Pardo se comunicase conmigo y
recién en la mañana del lunes obtuve ese contacto
sucediendo lo que ya he narrado anteriormente. En
tal situación, prácticamente no hubo oportunidad
para tomar una decisión común con el jefe de la
revolución naval, quien sí había conversado ya
sobre la rendición con los oficiales del ―Grau‖ y
con el Estado Mayor de Marina.

P. ¿PODRIA INDICAR SI EN ALGUN MOMENTO AGUILA PARDO


M4NIFESTÓ QUE HABIAN SIDO TRAICIONADOS PARA EXPLI-
CAR LA RENDICIÓN?

Sí; Aguila Pardo, durante nuestra conversación en


el ―Palacios‖ -me dijo— ―hemos sido traicionados‖.

52
No tuvo tiempo para que me explicara en detalle en
qué consistió esa traición pero supongo que se
refirió a la gente que se había comprometido con
nosotros a sublevarse militarmente, y que no
habían cumplido su palabra. Es importante recalcar
esta situación. Aguila Pardo tenía que pensar que
había habido traición desde el momento que no
recibió apoyo del Ejército ni de la Aviación,
instituciones que estaban comprometidas con la
revolución.

P. ¿QUÉ OPINA USTED SOBRE LA VERSIÓN SOSTENIDA. EN EL


JUICIO EN EL SENTIDO QUE USTED ENTREGÓ SUS ARMAS Y
QUE FUE HERIDO POR EL COMANDANTE AGUILA PARDO?

No es cierto que entregué mi fusil ni mi pistola.


Como indiqué con anterioridad; sorpresivamente por
la espalda me arrebataron mis armas. Por lo demás,
la versión de que Aguila Pardo me disparó es
absurda. Él tenía en el bolsillo posterior del
pantalón una pistola muy pequeña (Browning Baby).
Yo fui herido por una bala de mayor calibre que me
arrojó al suelo y me fracturó la clavícula. El
peritaje balístico estableció que se trataría de
un disparo de fusil, y la hipótesis de la pistola
de Aguila Pardo fue descartada hasta por el propio
Fiscal que formuló la acusación.

P. ¿CÚAL FUE EL ULTIMO REDUCTO DE LOS REVOLUCIONARIOS?

El último reducto de los revolucionarios fue la


Base Naval de San Lorenzo donde estuvimos con
Aguila Pardo. Allí sucedieron los hechos que he

53
narrado, a bordo del ―Palacios‖ y que desembocó
con la muerte del Comandante.

P. ¿APARTE DE LA MUERTE DEL COMANDANTE ENRIQUE AGUILA


PARDO, QUÉ OTRO HECHO GUARDA USTED EN LA MEMORIA
RESPECTO A LOS INSTANTES FINALES DE LA REVOLUCIÓN?

Un hecho dramático que tuvo gran significación


para mí persona es el caso del Condestable Andrés
Arévalo, que se suicidó al enterarse del fracaso
de nuestro movimiento. El suboficial Andrés
Arévalo era un Maestro Condestable de alta
jerarquía en su arma. Además era un aprista
decidido. Había participado en la sublevación de
la marinería del año 32, aún cuando no llegó a ser
procesado, posiblemente porque entonces era muy
joven. Era un hombre muy leal y que me tenía mucho
aprecio. Prácticamente fue mi lugarteniente
durante la revolución y me acompañó en todas las
peripecias, destacando por su gran serenidad y
valentía.

Efectivamente, pertenecía a la dotación del buque


―Ferre‖. Al enterarse de la traición de que
habíamos sido objeto y según lo manifestado por él
y creyendo que yo había sido muerto junto con
Aguila Pardo, se dirigió a su nave —el Ferré— y
tomó la determinación de dispararse un balazo en
la sien, en una acción que puso de manifiesto su
lealtad hasta la muerte. De esta manera, una vez
más el nombre de Arévalo quedó enlazado con los
fastos heroicos del Aprismo.

54
P. ¿PODRÍA USTED ACLARAR SI A SU JUICIO LA DECISIÓN
DE RENDIRSE FUE TOMADA POR AGUILA Y OTROS
OFICIALES EN EL “GRAU”?

Repito que yo no estuve en el ―Grau‖ y por lo


tanto desconozco si Aguila Pardo tomó esa decisión
con otros oficiales, aunque en el documento final
del proceso judicial, así se afirma.

Sin embargo recalco que en la conversación que


sostuve con él, momentos antes de su muerte, no
alcanzamos a tomar una decisión final. Tal vez
quien puede aportar alguna información adicional
es Nicolás del Río, que entonces era quien se
quedó a cargo del ―Palacios‖. El era y continúa
siendo un compañero muy, leal. No tuvo
participación en la conspiración manejada por
Moisela, Dávila y otros; en el ―Palacios‖, que
prepararon la celada.

Ya frente a un hecho consumado (la muerte de


Aguila Pardo) entiendo que Del Río también
participó en la rendición. En todo caso, estuvo
presente cuando se rindieron los buques y creo que
podría aportar una información más precisa.

P. ¿QUIÉNES FUERON LOS QUE VERDADERAMENTE


INCUMPLIERON EN LA REVOLUCIÓN DEL 3 DE OCTUBRE DE
1948?

Desde el punto de vista militar quienes no


cumplieron con su compromiso fueron los que,
representando a los otros Institutos Armados, se

55
comprometieron con Aguila Pardo y conmigo. Es
decir, en la Aviación estaba comprometido el
Comandante Luis Conterno que sublevó a la Base de
Las Palmas y que luego tuvo que desistir al
enterarse de la falta de apoyo de la Blindada. En
el Ejército, como se ha dicho antes, el Mayor
Víctor Villanueva, que tenía a su cargo y bajo su
responsabilidad sublevar a la Blindada. En
consecuencia, en la Marina nosotros considerábamos
que los otros Institutos Armados no habían
cumplido con el compromiso de sublevarse. Esta
respuesta se refiere concretamente a los jefes
militares con que nos reunimos en la casa de
Aguila Pardo, dos o tres días antes de la revolu-
ción con el objeto de establecer el compromiso de
la sublevación de nuestras respectivas Armas. Y,
al final resultó que únicamente la Marina cumplió
con ese compromiso.

P. PERO... TAMBIÉN SE DIJO QUE LOS LÍDERES APRISTAS


DIERON CONTRAÓRDENES PARA SABOTEAR EL MOVIMIENTO.

Este es un asunto que está perfectamente aclarado


porque aún los detractores del Partido han tenido
que aceptar el hecho concluyente que ni Haya de la
Torre ni los dirigentes apristas conocían el
pronunciamiento que se iba a producir en la
madrugada del 3 de octubre del 48. Y no lo
conocían simplemente porque quienes decidimos
pronunciarnos, no les habíamos comunicado esta
decisión. De modo que ni Haya de la Torre ni Pedro
Muñiz que eran quienes debían haber conocido este
asunto, recibieron ninguna comunicación de Aguila

56
Pardo, del Coronel Pardo Mancebo, ni mucho menos
del Mayor Villanueva que estaba fuera de la
organización del Partido. Por eso debo decir
terminantemente, que el Jefe del Partido no tuvo
conocimiento de la realización del movimiento que
se iba a iniciar sorpresivamente de madrugada y en
domingo. En efecto, que si el Jefe y los
dirigentes del APRA dieron ninguna orden; mal
podían por consiguiente haber dado contraórdenes,
como interesadamente se sostuvo para
desprestigiarlos. La verdad histórica es que ellos
no dieron ninguna orden a los militantes de los
sectores o a los organismos de defensa para parti-
cipar en este movimiento que era de las Fuerzas
Armadas. Ahora bien, desde el punto de vista del
Partido, hay que comprender que hubo compañeros
que eventualmente pudieron haber tenido
conocimiento de la revolución por el contacto
esporádico entre civiles y militares que
participaban en la conspiración. Entre estos
compañeros, como después llegó a establecerse,
había ―defensistas‖ que estaban actuando a
espaldas de Pedro Muñiz que era el Secretario de
Defensa, y que más bien, estaban de acuerdo con el
Mayor Villanueva que ya había sido separado del
Partido por las razones que ya se han expuesto.

De allí que como no se había dado ninguna orden


por conducto regular, los dirigentes del Partido
fueron los primeros sorprendidos con el movimiento
de cuya existencia no tenían conocimiento. En esos
primeros momentos no sabían de qué se trataba y
actuaron como cualquier otra persona que estuviese

57
en su lugar; obviamente dijeron a los compañeros
entusiasmados, que había que esperar que se
aclarase la situación que los cogió desprevenidos,
así como conocer el nombre de los sublevados para
poder decidir de manera integral, organizada y
partidaria el camino a seguir. Es decir, tuvieron
que movilizarse para evitar que el Partido se
viese arrastrado en forma parcial y desorganizada
a una situación de combate, con los consiguientes
riesgos y peligros de hombres y mujeres del pueblo,
hacia algo que ellos no conocían adecuadamente. En
otras palabras evitaron que el Partido fuese
manejado imprevistamente como un simple zoquete.

P. SIENDO EL CORONEL PARDO MANCEBO EL JEFE DE LA


REVOLUCIÓN, ¿QUÉ PAPEL DESEMPEÑÓ EN ESTOS
ACONTECIMIENTOS?

El Coronel Pardo Mancebo, Jefe de la Revolución no


cumplió con la misión específica que le hablan
asignado los conjurados. El debía encontrarse en
un lugar convenido de la Avenida Argentina con las
fuerzas del Comandante Mosto para marchar hacia
Palacio junto con las tropas de la Blindada que
debían estar a órdenes del Mayor Villanueva. Ni el
Coronel Pardo estuvo presente en el lugar
convenido, ni el Mayor Villanueva sublevó a las
tropas de la Blindada y por eso tampoco se asomó
al lugar convenido. Todo esto está relatado y
aclarado en las declaraciones hechas ante el
Consejo de Guerra por el propio Comandante Mosto.
A ellas me remito en caso necesario.

58
P. ¿BUENO... Y ENTONCES ¿QUÉ PAPEL JUGÓ EL MAYOR
VILLANUEVA EN EL PROCESO DE LA REVOLUCIÓN?

-Es interesante analizar este caso que comprende


los siguientes hechos:

1) El Mayor Víctor Villanueva Valencia formó


parte de la organización defensista del
Partido en la preparación de cuadros
revolucionarios. Este es un hecho histórico que
nadie ha negado sobre el cual no cabe discusión.

2) Fue separado del Partido en febrero de 1948


cuando, estando ausente Haya de la Torre, quiso
efectuar un movimiento subversivo que al final
él mismo lo redujo a una maniobra blanca.

A raíz de esta separación el Mayor Villanueva


quedó en una posición que podría calificarse de
no clara ya que no se apartó totalmente de la
situación ventajosa que tenía dentro del
Partido. Y digo ventajosa por cuanto conocía la
organización revolucionaria del Partido aún
cuando estaba impedido de actuar en ese carpo
por decisión del Comando Aprista.

3) Cuando un grupo de militares tomamos la deci-


sión de sublevarnos el 3 de octubre, por las
razones ya conocidas y antes expuestas, el
Mayor Villanueva estuvo en el compromiso sobre
la base de sublevar él a la Blindada. El era un
Mayor del Ejército peruano a quien se le
encomendó una misión militar específica que él

59
aceptó y que no cumplió. Este es un hecho que
no ofrece la menor duda; yo soy un testigo de
ello.

4) Las razones que él adujo posteriormente, para


justificar su actitud son —a mi juicio—
baladíes. El sostiene que mediante las
contraórdenes, los líderes desarticularon a los
grupos de defensistas que debían acantonarse a
espaldas de los cuarteles para tomarlos por
asalto. Esto es inadmisible por cuanto a nadie
se le hubiese ocurrido encomendar a grupos de
civiles mal armados la misión suicida de tomar
por asalto todo un acantonamiento militar que
comprendía una serie de cuarteles muy bien
provistos y resguardados.

Este extraño comportamiento posterior del Mayor


Villanueva contradice lo que se conversó antes
de] levantamiento, porque sostuvo puntos de
vista muy diferentes en la reunión efectuada
con los jefes militares de la revolución. En
esa reunión a nivel de los jefes militares del
movimiento, de la que yo participé, en ningún
momento se acordó que se iba a tomar la
Blindada con un grupo de civiles por asalto y
desde fuera. Nosotros entendimos perfectamente
que el Mayor Víctor Villanueva tenía que tomar
la Blindada con fuerzas militares dentro de los
cuarteles como lo hicimos nosotros en la Marina
y como procedió inicialmente-el Comandante
Conterno en la Aviación. Es decir, que nos
presentó, entonces, a Aguila Pardo y a nosotros,

60
un supuesto que siendo para él falso trataba
que no fuera así para los conjurados que al
aceptar su ofrecimiento suponíamos que él
contaba con fuerzas militares suficientes para
tomar los cuarteles. Y no que iba a depender de
un grupo de civiles mal armados de los sectores
del Partido para atacar los cuarteles en fuerte
desventaja, tratando de repetir el asalto al
Cuartel O’Donovan efectuado en 1932. 0 sea que
en el fondo él, a sabiendas, no estaba actuando
con rigor militar ya que un asalto en las
condiciones descritas resultaba suicida. Este
es un hecho que es necesario consignar como una
de las mayores responsabilidades del Mayor
Villanueva en el fracaso del movimiento.

5) El Mayor Villanueva, frente a su fracaso de no


poder sublevar a la Blindada, debió haber
buscado inmediatamente un sitio de
responsabilidad para ser útil a la revolución
que ya se habla producido. Dada su experiencia
y sus cualidades militares y su compromiso, lo
menos que se podía esperar de él es que hubiese
asumido un puesto de comando en el Callao donde
se estaba luchando. Entonces le hubiese corres-
pondido desempeñar un rol protagónico muy
importante en los combates. Y no que se dedicó,
según su propia versión, a ser una especie de
corresponsal de guerra, es decir, que empleó su
tiempo en consignar lo que estaba ocurriendo en
diversos lugares de lucha. Desde luego que ese
no era su papel, considerando sobre todo que
nosotros (los marinos) ya estábamos sublevados

61
y luchando. Este es un cargo grave desde el
punto de vista revolucionario ya que no se
puede aceptar que en el momento de la
revolución, cuando muchos hombres están
combatiendo y muriendo, uno de los jefes del
movimiento se dedique a ser observador, en
lugar de protagonista de las acciones que él
mismo había colaborado a desencadenar. Este es
un cargo histórico que difícilmente puede ser
levantado.

P. ¿CUÁL ES SU OPINIÓN SOBRE EL PROCESO JUDICIAL?

El juicio a que fuimos sometidos los


revolucionarios fue, evidentemente, político cien
por ciento. El interés del Gobierno de Odría que
ya habla asumido el poder para entonces, no era
tanto juzgar un delito de rebelión sino más bien
involucrar al Partido en estos sucesos para
mantenerlo fuera de la Ley. Jurídicamente se
trataba de una aberración porque el General Odría
había actuado en la misma forma que lo hicimos
nosotros. Él también se había sublevado contra el
Gobierno de Bustamante aduciendo las mismas
razones. Con la diferencia que él ganó y nosotros
perdimos. Por eso fuimos juzgados, sentenciados y
condenados a pesar del grave hecho que Odría -el
juzgador- no era más que un usurpador del poder
soberano del pueblo, en lo que nosotros jamás nos
habríamos convertido de haber triunfado nuestro
movimiento, porque habríamos entregado el poder
político a sus legítimos representantes.

62
Por otra parte, me parece que es importante
puntualizar también en esta pregunta, lo que se
refiere al proceso judicial dentro del ámbito
netamente naval. Al respecto debo manifestar que
durante el proceso mismo, particularmente en la
parte correspondiente a su Instrucción, los jueces
pertinentes, tal vez por un celo equivocado
producido por el impacto psicológico de un momento
tan crítico; pusieron un énfasis indebido al
aumentar innecesariamente la responsabilidad en
las acciones realizadas a personas de menor clase
militar, sin tener en cuenta que en la mayoría de
esos casos estuvieron cumpliendo con indicaciones
de Superiores. Esto hizo que el proceso judicial
exteriorizara una subversión magnificada que no
fue exactamente la real.

Este sesgo del proceso en lo tocante a lo


propiamente naval, hizo que éste (el proceso) se
presentara desviado en verdad, porque
paralelamente fue surgiendo el intento de mostrar
a la Marina que el movimiento del 3 de octubre fue
un desborde de bajas pasiones llevadas a cabo por
gente de mala índole, en vez de lo que en verdad
fue, vale decir: una rebelión efectuada por gente
valiente e idealista, que todo lo dio y arriesgó
en esa acción, porque estaba defendiendo
principios superiores.

Si al enarbolar las nobles banderas de lucha en


defensa de la soberanía popular, se tuvo que
llevar a cabo dentro del acto material de la
rebelión, una subversión y transgresiones de

63
normas y reglamentos institucionales, éstas no
significaron en lo absoluto fines en sí mismos ni
estuvieron motivadas por ambiciones inferiores ni
deseos de venganzas ni nada cercano a lo
subalterno, como se trató de hacer notar y hasta -
en ciertos pasajes del proceso-, se dijo, tratando
de involucrarnos corno terroristas, inclusive.

Se llegó aún -en ciertos casos- al intento de


presentar a algunos de sus protagonistas más
importantes como individuos de mala catadura o
como personas disolutas que actuaron en estado de
ebriedad para significar que la rebelión naval fue
cosa de ebrios o de toda suerte de hombres
proclives a las agresiones innecesarias o a la
destrucción o saqueo del material o bienes tanto
naval como personal que existían en las diferentes
naves y reparticiones navales.

P. ¿CÚAL ES SU OPINIÓN SOBRE LA CONDENA?

—Yo fui condenado a 12 años de penitenciaría,


mientras que al Comandante Mosto que asumió la
total responsabilidad del movimiento en el juicio
por ser el marino sobreviviente de mayor
graduación, le aplicaron 14 años. A los que
estaban implicados en hechos de sangre (Castañón,
Dávila y Olaya) les aplicaron la pena máxima, Todo
esto puede verificarse en las Actas del juicio
publicadas en los diarios de esa época.

En cuanto a las condenas que se aplicaron a los


dirigentes del Partido, el Consejo de Guerra

64
pretendió justificar1as apelando argumentos
supuestamente jurídicos aunque en verdad, no
consagrados como tales. Estos eran:

a) El de responsabilidad colectiva en la comisión


de actos realizados por otros, sólo en razón a
la presunción no probada que tanto los autores
de dichos actos como las personas acusadas eran
miembros de una misma organización política.

b) El de la responsabilidad intelectual en la
comisión de actos en los que no se ha
participado materialmente pero que se presume
que se está de acuerdo con ellos en razón a
afinidades ideológicas o políticas.

Es decir, fueron puestos de lado ciertos


derechos humanos fundamentales; por ejemplo,
los relativos a que:

I. No existe delito en razón de las ideas u


opiniones;

II. La sola intención no es suficiente para


configurar un delito, y por tanto no se puede
establecer responsabilidad penal; y

III. La responsabilidad penal es personal y solamente


en razón a los actos cometidos por la propia
persona que se juzga, así como que al momento de
la comisión de los actos estuvieran previstas
específica y expresamente en la ley como delitos
penados.

65
El afán desmedido que hubo para condenar a los
dirigentes apristas aun forzando y transgrediendo
la ley, se contradijo con la sospechosa
circunstancia que el Mayor Villanueva y el
Comandante Conterno no solamente no fueron
condenados sino ni siquiera incluidos en el proceso.

P. ¿CÚAL ES SU OPINIÓN SOBRE EL INDULTO?

En cuanto al indulto, éste se produjo a raíz de la


Ley de Amnistía que dictó el Congreso en 1956. El
Gobierno de Prado cumplió con el compromiso
adquirido con el Partido en las elecciones de ese
año, y el mismo 28 de julio, a las 3 de la tarde
salimos de la Penitenciaría Central, después de
haber estado allí 8 años. Si bien el año 56 fuimos
amnistiados, nunca las autoridades aceptaron que
nosotros retornáramos al servicio, ni siquiera que
fuéramos reivindicados, de acuerdo a la ley,
situación que se mantiene hasta la fecha.

Quiero extenderme más sobre lo último que acabo de


mencionar. La amnistía es una institución jurídica
cuya significación es el perdón y el olvido, es
decir, se aplica cuando se desea poner las cosas
legalmente hablando, en el punto de partida, sobre
todo cuando se trata de actos políticos porque se
supone que aquéllos, como es el caso de una
rebelión, están motivados por razones altruistas.
Al reconocer lo anterior, la amnistía propicia la
unión y la paz social y la superación de las
pasiones negativas.

66
Desde este punto de vista la amnistía que se dio
en el año 1956 debió implicar lo anteriormente
expuesto, tal como ha sido siempre en este país
porque mediante ello se ha coadyuvado a consolidar
la concordia nacional en muchos momentos difíciles
de nuestra historia.

Sin embargo, desde que apareció el Aprismo en la


escena nacional, con la sola excepción de la
rebelión del General Rodríguez en 1939, ningún
militar que por una u otra motivación ha
participado en algún movimiento de las Fuerzas
Arpiadas, favorable al Aprismo ha sido amnistiado
plenamente con el principio de perdón y olvido que
puntualicé antes. Para ellos tan sólo ha llegado a
servir—como en el eso de los marinos— para salir
de la cárcel o para otras concesiones menores,
pero no más. Lo contrario ha sucedido., sin
embargo, cuando los movimientos no han estado
ligados al Aprismo.

Yo recuerdo que cuando recién salimos de la cárcel


en el año 1956, el Ministerio de Marina llegó
hasta dictar Resoluciones de reconocimiento de
nuestros derechos (aun cuando parcialmente), pero
fueron de inmediato derogadas por presiones
internas dentro de la Marina así como externas
también. En la actualidad, después de 30 años, los
marinos del 3 de octubre siguen siendo para el
Ministerio de Marina, réprobos expulsados de la
Armada por grave falta disciplinaria, etc., etc.

67
A veces me he puesto a pensar en lo curioso de
esta situación porque el tiempo transcurrido (30
años), es más o menos el mismo de la época en que
terminó la Segunda Guerra, después de la cual se
juzgaron a los nazis como criminales de guerra
acusados de genocidio en alta escala, es decir
convictos por el delito de lesa humanidad. Pues
bien ya todo eso ha terminado; pero acá siguen los
odios ancestrales incluso, o sea, que hasta los
hijos pueden recogerlos.

P. ¿CÚAL FUE SU EXPERIENCIA PERSONAL EN LA PRISIÓN?

En 8 años de prisión por motivos políticos, se


aprende mucho. Esta experiencia para mí fue de
mucha utilidad, aún cuando es obvio que no me
gustaría volverla a tener. La lección más
importante que aprendí en la prisión es saber
esperar y comprender que los términos en la lucha
política son muchos más lentos de lo que uno
supone cuando se deja llevar por el entusiasmo.

Desde el punto de vista de mis convicciones


ideológicas puedo decir que a mí personalmente, la
prisión me significó una total reafirmación. En
esas dramáticas circunstancias se comprende lo que
significa estar al servicio de un ideal. Además,
la prisión tuvo para mí el valor de un aprendizaje.
Yo tuve el honor de ser discípulo de Antenor
Orrego, durante varios años, Orrego era un Maestro,
un hombre muy evolucionado, muy tranquilo; más que
político era un filósofo. El había desempeñado
diversos cargos políticos y académicos por lo que

68
tal vez ya había colmado sus anhelos personales.
Era un crítico noble y leal de 1os errores propios
y ajenos. En la prisión meditaba continuamente
sobre cuestiones de gran hondura filosófica, pero
por sobre todas las cosas sabía mantener una
serenidad admirable. Debo decir además que no fue
apresado en octubre de 1948, Voluntariamente se
presentó para formar parte del Comando de Acción
del Partido en la Clandestinidad, cuando había
mucho riesgo. Después de algunos meses en este
cargo fue apresado y llegó a la Penitenciaria ya
anciano con una entereza y una hombría realmente
encomiable y excepcional

P. ¿QUÉ OTRAS EXPERIENCIAS TUVO USTED DURANTE SU


PRISIÓN

En la prisión tuve diversas experiencias, algunas


muy dolorosas. Una de ellas fue la muerte de mi
padre quien sufrió mucho por mi prisión, El era
Marino y yo también Marino, por lo tanto aparte
de los lazos familiares teníamos bastante en común
para juzgar estos acontecimientos. El estaba
enfermo y yo no le comuniqué absolutamente nada de
los planes revolucionarios, ya que, obviamente, me
hubiese aconsejado que no participara en la
revolución dados los riesgos y condición de padre
de un joven Oficial de Marina. Cuando estuve preso
fue a yerme y recuerdo que me dijo: ―Esto te pasa
por querer defender a otros cuando aún no sabes
defenderte tú; primero hay que aprender a
defenderse uno mismo para poder defender a los
demás‖. Creo que estaba un poco dolido por mis

69
actos pero demostró su solidaridad a través de sus
visitas a la prisión. Mi padre falleció el año de
1950, cuando yo estaba preso. Me enteré de su
gravedad a través de amigos de la Logia Masónica y
fui a verlo a la Clínica Lozada. Tuvimos una breve
entrevista de 15 minutos, muy emotiva… a los pocos
días murió. No pude asistir a su entierro pues no
me dieron permiso en la prisión.

Recuerdo que el duelo oficial fue presidido por


Quien había sido el presidente del Consejo de
Guerra que nos juzgó.

El año 1955 estando también en prisión, falleció


mi hermana menor Alicia. Este fue otro episodio
doloroso para mí.

A propósito de mi hermana y familia, es necesario


un homenaje a toda ella, pero principalmente a mi
madre, por todo el apoyo que me dieron velando por
mí semana a semana durante el lapso de mi prisión.
El heroísmo silencioso de las madres se plasmó en
la mía en su samaritano destino de visitar durante
catorce años las cárceles, seis para velar por mi
padre y ocho por mí. Mi hermana mayor Juanita así
como Alicia que murió, estuvieron también siempre,
a la altura de sus deberes fraternales.

En compensación por estos hechos dolorosos, a la


prisión le debo el haber conocido a quien luego
fue mi esposa, fallecida hace dos años. El año
1952 ella era Asistenta Social de los presos en la
Penitenciaría donde yo gozaba de relativa libertad

70
pues trabajaba como Regente del taller de cerámica.
Entonces nos conocimos... nos enamoramos y el año
1953 estábamos concertados. Al año siguiente ella
dejó de trabajar en la Penitenciaría para poder
visitarme junto con mis familiares. Esperó, con
gran resignación hasta que salí en libertad y en
1958 nos casamos. Ella me ayudó a reconstruir mi
vida en su momento más difícil. Conservo aún sus
cartas que me remitía a la prisión… son cartas muy
bellas, sencillas... muy tiernas. Desde este punto
de vista, debo decir que yo le guardo cierta
gratitud a la cárcel pues me permitió conocer a
Petita, mi esposa.

P. ¿DESPUÉS DE LA DOLOROSA EXPERIENCIA EN LA PRISIÓN


POR QUÉ CONTINUA USTED SIENDO APRISTA?

Debo decir, con toda claridad, que yo participé en


la revolución del 48 convencido que se trataba de
defender la democracia que el Aprismo (que había
salido de las catacumbas al cabo de 11 años de
persecución) la sostenía e interpretaba dándole
contenido social.

Estaba pues, plenamente identificado con los idea-


les del Aprismo. Ahora bien, como militar tuve que
adecuarme a las condiciones que estaban dadas por
la realidad que vivíamos en esa época. El objetivo
para nosotros era derrocar al Gobierno de
Bustamante que se había puesto al lado de la
reacción y en contra del pueblo, y por ende del
Aprismo y la democracia. Entonces, al aceptar
resuelto el compromiso con los suboficiales que me

71
buscaron -como he señalado anteriormente- fue
exclusivamente con la finalidad de salvar la
democracia, por constituir ella la libertad,
condición imprescindible para la plasmación de
verdaderos cambios sociales. Por tanto en 1948
como oficial de Marina en actividad, fueron éstos
los objetivos que me impulsaron al esfuerzo
mancomunado de carácter institucional en tanto
miembro de las Fuerzas Armadas.

Ahora bien, estando ya en la cárcel comencé a


analizar la realidad más sistemáticamente. Por
ello mis convicciones políticas se afirmaron,
sobre todo a través de las conversaciones con
Orreqo. En la cárcel tomé la decisión de cuál
debía ser mi camino. Decidí enrolarme por propia
determinación en la militancia del Partido. Al
obtener mi libertad empecé a actuar políticamente
y fui escalando posiciones a través de diferentes
funciones partidarias. Primero en los organismos
técnicos como miembro de la Agrupación de
Ingenieros Apristas y en mi base del Callao donde
luego de algunos cargos menores, alcancé a ser
Secretario General Departamental. Así, poco a poco,
he llegado ahora, hasta la Secretaría General
Colegiada del Partido, elegida en su último
Congreso.

P. ¿EN LA REVOLUCIÓN DEL 3 DE OCTUBRE USTED ACTUÓ COMO


MILITAR O COMO POLÍTICO?

-Yo estuve comprometido en la revolución dada mi


condición netamente militar.

72
Adquirí el compromiso de dirigir a la
suboficialidad en el cometido de sublevarnos. Para
ello coordiné con el Comandante Aguila Pardo a
quien ante la demora y postergación insté a que se
definiese, pues yo debía hacerlo ante los
suboficiales con los que estaba comprometido, los
que confiaban absolutamente en mi persona y
mostraban una decisión a toda prueba. Una vez que
la conspiración estuvo en marcha, no era posible
continuar manteniendo la situación de espera
indefinidamente pues en algún momento nos tenían
que descubrir. Así es como resolvimos sublevarnos
por los motivos antes señalados.

En lo que se refiere a mi persona, debo agregar que


inclusive yo pensaba retirarme de la Marina porque
cuando un oficial conspira con subalternos rompe
con una serie de principios que rigen en la vida
militar. Ya no se pueden plantear las jerarquías y
la disciplina de manera corriente, pues ya no se
trata de realizar los objetivos permanentes de la
marcha normal institucional, sino otros que
indudablemente tienen implicancias políticas, los
que deben ajustarse y plasmarse para que la
disciplina pueda encontrar un nuevo cauce sobre
también nuevos pero sólidos sustentos.

Por otra parte, ahora yo encuentro explicación a la


situación que el Partido tuvo que afrontar cuando
se le presentó la posible alternativa de
participación de los Generales quienes aducían que
no iban a defender a la oligarquía sino que se

73
manifestarían como defensores de la democracia.
Entiendo que Haya de la Torre tenía la obligación
de no desdeñar y considerar mas bien este nuevo
recurso frente al hecho que la oligarquía también
estaba conspirando y contaba a su favor con
militares antiapristas.

Esta última carta podía jugarse evitando inútiles


derramamientos de sangre. Haya, como político,
tenía dos posibilidades o alternativas: dejar, sin
emplear sus propias fuerzas para que se
pronunciaran los Generales que ofrecían defender la
democracia, o utilizar su propia fuerza que era el
último recurso que tenía; por eso prefirió no
usarla sino hasta el último momento inevitable. El
hecho concreto es, al parecer, que Haya y el
General Marín no se pudieron poner de acuerdo en
cuanto a la fecha exacta del pronunciamiento,
debido a las postergaciones de los que ofrecían
pronunciarse, y nosotros tuvimos que tomar la
decisión de sublevarnos porque ya no podíamos
continuar esperando más, dado que prácticamente nos
habían descubierto. Esto es lo que realmente
ocurrió y creo que se explica por las razones que
he mencionado.

P. ¿QUÉ OPINION LE MERECE EL LIBRO DEL MAYOR VILLA-


NUEVA?

-Se debe tener en cuenta algunos antecedentes. En


febrero de 1948, él fue separado del Partido, o sea
que se le perdió la confianza que podía habérsele
tenido para una acción revolucionaria,

74
Paralelamente, él pierde posiciones dentro del
Ejército por sus vinculaciones con el Partido
Aprista. Es un hombre que ha perdido confianza en
los cuerpos donde actúa. Obviamente tiene que
derivar hacia una situación de resentimiento. En su
libro se presenta como una víctima, pero lo cierto
es que confiesa que actuó siempre con precipitación
tomando decisiones muy personales.

La interpretación que tiene el Mayor Villanueva del


APRA es puramente castrense y, por tanto, equivo-
cada. Dada su condición de militar, el Mayor
Villanueva, me atrevo a afirmar, nunca llegó a
entender totalmente lo que es el Aprismo. Se recoge
de su libro como si pensara que el APRA es un
organismo con la exclusiva finalidad de asaltar el
Poder. Por ello, en la medida que el Aprismo, según
él, fracasa en este propósito, considera que ha
fracasado en la Historia Política del Perú y que ya
no tiene vigencia. Por esta razón piensa que la
historia del Aprismo termina el 3 de octubre de
1948 debido a que no se produce un golpe de estado
victorioso tal como -argumenta- debiera haberse
producido. El Mayor Villanueva no considera que la
vigencia de un movimiento ideológico, histórico
político y revolucionario hay que apreciarlo desde
otros puntos de vista, Desde el ángulo ideológico y
programático y de acuerdo a lo que un Partido puede
representar en la vida y conciencia de un pueblo,
en su participación, y en la historia de los
movimientos ideológicos y revolucionarios de un
continente.

75
En cuanto a los hechos que precedieron a la
revolución de 1948, cabe señalar que Aguila Pardo,
presionado por nosotros, tomó contacto con su tío,
el Coronel Pardo Mancebo, quien lo vinculó con el
Mayor Villanueva. Ocurre que, mientras Aguila Pardo
tenía el apoyo nuestro en la Marina, Villanueva
carecía de similar apoyo en el Ejército. Yo he
llegado posteriormente a la conclusión, que el
Mayor Villanueva sabía, como militar que era, que
no iba a poder realizar lo que sí podía hacer e
hizo Aguila Pardo en la Marina. Como además, estaba
resentido con Haya de la Torre no tenía nada que
perder. Si el movimiento triunfaba, entonces podía
demostrar su competencia como revolucionario, y si
fracasaba, estaba cómodamente situado para lanzar
acusaciones sin haberse arriesgado mayormente pero
dando la sensación de haber querido ayudar y
participar en el intento revolucionario.

Consideremos -dentro de un terreno de conjeturas -


que la revolución pudo triunfar si se hubiese
continuado luchando 3 ó 4 días; con toda seguridad,
las cosas hubieran tomado otro cariz. Es conocido
que el domingo 3 de octubre Haya de la Torre fue en
busca del General Juan de Dios Cuadros y le dijo
que había que apoyar este movimiento pues muchos
apristas estaban combatiendo. Cuadros se dirige a
la Escuela Militar de Chorrillos, con la intención
de sublevar a las tropas, pero se encuentra con el
Ministro de Guerra que ya controlaba la situación.
Entonces el General Cuadros ya no tiene nada que
hacer allí. Sin embargo Haya de la Torre no se da
por vencido y habla con el General Marín que se

76
manifiesta contrario al movimiento porque estaba en
manos de subalternos. En ese momento y luego de
esas circunstancias es cuando recién ya no es
posible pensar en el éxito del levantamiento,
porque aparte de Haya de la Torre nadie intentó que
se plegasen al movimiento nuevas fuerzas militares.
El Mayor Villanueva brilló por su ausencia aún en
este tipo de actividad, y era lógico pues como
dijimos anteriormente, él no necesitaba arriesgarse
mayormente, si ya tenía lo que deseaba; una
rebelión fracasada para cargarla a la dirigencia
aprista.

Todo el resentimiento del Mayor Villanueva surge


cuando él se ve, antes del 3 de octubre, en una
situación lamentable es decir, él siente
malquerencia hacia los dirigentes apristas que lo
habían separado y también hacia el Ejército donde
se encontraba marginado. Entonces, es obvio que
tenía poco que arriesgar con su participación y,
debido a ello, adopta una posición cómoda y, más
bien, se convierte en un detractor, posteriormente.

Es muy distinto el comportamiento y la conducta de


Aguila Pardo que fue un hombre bien intencionado
que hizo lo que tenía que hacer; un jefe militar
que estaba comprometido con su gente que le había
pedido que encabezara la sublevación. Si él se
hubiese negado a ponerse al frente de la Marina que
nosotros, a como dé lugar, estábamos dispuestos a
sublevar, habríamos tenido una pobre impresión de
él; pero no, él escogió el segundo camino —tal vez
el más difícil y duro— y cumplió a cabalidad su

77
misión revolucionaria, y con abnegación personal,
es decir, con sacrificio.

Habiendo transcurrido 30 años de estos


acontecimientos, creo que están suficientemente
esclarecidos. De allí que el libro del Mayor
Villanueva adolece de un defecto capital. El
presenta una versión muy subjetiva y teje una trama
a su manera, de modo que resulta una cosa novelada.
Posiblemente como escritor sea un éxito, pero como
militar y revolucionario, él mismo presenta su
fracaso. Además, cuando se refiere a Haya de la
Torre, motivado por un resentimiento muy personal,
presenta una imagen totalmente distorsionada de él;
una caricatura, en realidad. El presenta un Haya de
la Torre autoritario, vengativo, que lo que quiere
es traicionar al pueblo y que está rodeado de una
serie de cómplices que participan de este engaño.
Pienso que la gigantesca figura histórica de Víctor
Raúl, está muy por encima de esa manera tan pequeña
de pretender juzgarlo. Por otro lado, toda la obra
está orientada al equivocado fin de demostrar que
el fracaso de la revolución del 3 de octubre
constituye la muerte histórica del APRA.

En este sentido, la historia, juez implacable e


insobornable, se ha encargado de dar un mentís. Los
últimos treinta años transcurridos de real y
vigorosa existencia y afirmación del movimiento
aprista, nos releva de todo comentario.

Y tenía que ser así porque las argumentaciones que


el Mayor Villanueva emplea en su libro son, en

78
verdad, muy vulnerables por las siguientes razones.
Primero: la mayoría de los hechos o situaciones que
presenta son totalmente controvertibles en cuanto a
su veracidad. Segundo: presenta los hechos y
describe a los personajes en forma completamente
subjetiva, caricaturizando a éstos últimos con el
hábil empleo del adverbio y del adjetivo, de manera
que cuando el lector termine de leer su obra; tenga
una impresión que él -Villanueva- ha querido dar,
Tercero: concediéndole el beneficio de la duda, es
decir, suponiendo que dijera la verdad respecto a
que el APRA no era un movimiento adecuado para dar
con éxito un golpe de estado, resultaría que en
esto también anda mal encaminado pues aborda algo
realmente adjetivo con respecto al Aprismo, porque,
como ya ha quedado dicho, el APRA, -dentro de un
modo objetivo y sereno de ver las cosas— tiene un
destino histórico mucho mayor y muy superior que el
de ser un simple aparato destinado al asalto del
Poder. Es bueno saber que ya en 1931, Haya, en un
discurso profético, había señalado los designios
del APRA frente al Poder.

El libro, a pesar de estar bien escrito, lo único


que se propone es ofrecer a lectores ingenuos, una
caricatura de los personajes y una distorsión de
hechos que son históricos y que por consiguiente
debieron haber sido tratados con más rigor, con
mayor respeto y de manera muy distinta, habida
cuenta que se trataba de juzgar un fenómeno
histórico de la trascendencia del Aprismo que es y
debe ser, epopeya para los corazones peruanos por
su condición de gesta peruana, popular y heroica;

79
que enaltece a todos los buenos peruanos, y por
consiguiente, los debería enorgullecer.

P. DIGA, COMPAÑERO ONTANEDA, SIENDO TAN INTERESANTE Y


ESCLARECEDOR TODO ESTO QUE HA EXPRESADO EN ESTA
ENTREVISTA: ¿CÓMO ES QUE HA ESTADO SILENCIOSO
DURANTE TREINTA AÑOS?

- El tiempo es por sí mismo esclarecedor; es como


si se transformara -él, el tiempo- en una suerte de
mirador que fuera elevándose pero contrariamente
acercándose también a través del transcurrir.., y
entonces, los hechos históricos que constituyen la
materia de observación e interpretación, aparecen
más nítidos en sus rasgos verdaderamente
importantes, pero, asimismo, su ubicación y su
panorama se definen mejor en un contorno mayor
pudiendo mirárselos y entenderlos en la dimensión
que realmente les corresponde.

Yo he preferido esperar ciñéndome al dicho aquel


que reza ―la verdad cae por su propio peso‖. Escogí
callar y dejar que hablaran porque cuando en la
vida algo se realiza, los actores y protagonistas
generalmente callan imbuidos de un pudor que de
pronto aparece, ya sea por vergüenza si se procedió
mal, o por humildad si por el contrario lo
realizado fueron actos de valor relevante.

Quienes de inmediato y en primera persona hablan


mucho de recientes temas que pertenecen a la
historia, son -creo- a los que les es connatural la
charlatanería, o en todo caso, aquellos otros que

80
tienen un especial interés en poner las cosas de
acuerdo a su propio modo, es porque algo deben o
algo temen al no hacerlo.

Por otra parte, al hablar sobre el 3 de octubre se


hacía imprescindible tocar la esfera castrense por
haber sido dicha rebelión un movimiento militar. En
otras palabras, además de estar ligado al Aprismo y
a la historia revolucionaria del Perú por razones
obvias, igualmente lo está a la historia naval y,
en general a la historia militar del Perú.

Esto que digo quiero significar que quienes se han


ocupado del 3 de octubre lo han hecho tratándolo
como una acción ligada sólo al APRA; acción a la
que se ha querido por un lado, distorsionar y mal
interpretar para dañar al Aprismo, y por otro,
minimizar como algo intrascendente en nuestra
historia política y revolucionaria (por ejemplo:
cosa estúpida y de locos). En ambos casos su
ubicación e interpretación dentro de la
problemática castrense ha brillado por su ausencia,
pues lo que se ha dicho en tales circunstancias en
lo tocante a su relación dentro de las FF, AA., es
muy poco.

Obligado entonces, a mostrar bien estas facetas del


citado movimiento revolucionario, siempre que he
querido fijar ideas sobre el 3 de octubre para
expresarlas, me he encontrado con que los
dirigentes militares no habían evolucionado todavía
lo suficiente. Ahora bien, como yo creo que lo que
vaya a decir de un modo u otro con respecto a los

81
Institutos Armados debe producir resultados
positivos para el país -no dañinos- el momento
oportuno para expresarme ha tenido que tardarse lo
más posible para dar mayores oportunidades de
evolución ideológica a nuestros hombres de armas.

Sin embargo y por otro lado, mi silencio en este


asunto ha estado coadyuvando para que se den por
ciertas grandes falsedades que los enemigos del
Aprismo siempre han fomentado sobre este hecho
histórico con relación al Partido.

Como quiera que quien calla otorga, es tiempo ya no


de callar sino lo contrario. Es decir, que se
pongan los puntos sobre las íes.

En definitiva, por las razones expuestas, cc. y


después de tan largo lapso, estamos acá conversando
sobre el 3 de octubre y su relación con la Historia
del APRA.

P. ¿Y SU RELACIÓN CON LO NAVAL Y LO MILITAR A QUE UD.


SE REFIERE EN LA PREGUNTA ANTERIOR?

Entrar a estos temas de por sí es faena ardua y las


explicaciones requieren un análisis previo que no
se da en pocas palabras. Pienso que lo que hemos
conversado ahora, debe publicarse cómo está, y
después, tal vez, ampliarlo en lo referente a lo
militar. Empero, algo puedo adelantar en algunas
palabras.

82
Con relación a lo naval creo que el 3 de octubre es
un hito de fundamental importancia para el cambio
de actitudes en dicha institución, no sólo en sus
estructuras y relaciones internas sino en cuanto al
rol que le toca cumplir dentro de la sociedad, rol
que está ligado a la significativa circunstancia de
tener un Ministerio propio que le da suficiente
autonomía política dentro de los asuntos de Estado.
Esta separación y autonomía es menester mantenerla
en el entendido que se emplee correctamente, nunca
para establecer un feudo particular que sirva para
cohonestar abusos, sino para la realización de lo
que le corresponde estratégicamente, así como en
tanto institución fundamental para los caminos de
la liberación del pueblo peruano. Para ello, la
inspiración, para mejor decir, el numen, lo tiene a
la mano y no es otro que el generoso legado que
también en materia de ejemplo cívico significa
Miguel Grau. Mirar a Grau en una nueva dimensión
que él también posee: en la dimensión que implica
convertir a sus seguidores, a los marinos, en
verdaderos defensores de la soberanía popular.
Porque Grau fue también, un demócrata que nunca
arrió esas banderas como en Angamos. Por ello el
pueblo debe tener en la Armada Peruana, y con ella,
en las otras instituciones castrenses, la garantía
que el militarismo y la usurpación del poder han de
quedar erradicados por siempre del Perú, dando
incluso ejemplo en este aspecto a los pueblos
indoamericanos hermanos.

Para iniciar este camino hay que superar primero


los odios que aún quedan en razón del 3 de octubre,

83
y comprenderlo, más bien, como un movimiento
pionero en esta lucha por la victoria definitiva de
la democracia peruana, democracia y progreso,
democracia social, pan con libertad.

En cuanto a la relación del 3 de octubre con lo


militar en general, voy a tocar someramente algunos
alcances referentes a la evolución de la
oficialidad militar del 48 a la fecha.

Quienes están gobernando ahora las FF. AA. y con


ella al país, son oficiales de mi tiempo. El
impacto del Aprismo y en particular del 3 de
octubre de 48 ha sido y es fuerte, muy fuerte en
toda la gente castrense de mi generación.

A través del Aprismo las FF. AA. han aprendido


(duramente, quizá, pero han aprendido) que no
podían continuar al servicio de una oligarquía
perezosa, ambiciosa y egoísta, que mantenía al
pueblo diezmado y atrasado; pues así es la
plutocracia-feudal peruana. Entendieron que su rol
era estar al lado del pueblo, porque la palabra
Patria (con mayúsculas) pierde sentido si deja de
tener contenido y calor real, humano y popular.

Pero, la dictadura última deja ver, sin embargo,


que el vicio militarista todavía está, en cambio,
intacto. Peor aún, descarnado, descarado y cínico;
más agresivo que nunca, más frustrante que antes.
En otros términos; si bien el militarismo peruano
se ha salvado de la primera enfermedad, es decir,
de portarse como mayordomo de la oligarquía feudal,

84
el segundo mal, el militarismo se ha convertido
dentro de nuestras Fuerzas Armadas, en un terrible
cáncer que ha hecho que nada valga su evolución en
lo primero, pues nuestros Institutos Militares,
durante estos últimos diez años han demostrado ser
entes enfermos de militarismo, porque los aqueja el
mal terrible de sentirse dueños del país que tienen
mayores derechos como peruanos que el resto de los
peruanos. La arbitrariedad, el privilegio y la
soberbia han hecho carne trágica en su propia carne
en tal grado superlativo que supera los linderos de
la sensatez y de 1o tolerante.

¿Qué hacer, qué creer?, ¡Esa es la cuestión!

85
EL C. VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE Y EL C. VILLANUEVA DEL CAMPO CON EL C. JUAN MANUEL
ONTANEDA MEYER, EN 1979 CUANDO ESTE ÚLTIMO PERTENECÍA A LA SECRETARIA GENERAL COLEGIADA
DEL PARTIDO CON EL C. VILLANUEVA Y OTROS DISTINGUIDOS COMPAÑEROS

86
POST SCRIPTUM

Hemos querido agregar a la segunda edición de este


trabajo histórico de los cc. Murillo y Roy Soto, datos de
incuestionable valor histórico, también.

Nos referimos a la relación nominal de los cc. procesados


judicialmente por el Consejo de Guerra Naval que juzgó los
hechos revolucionarios del 3 de octubre de 1948, desde el
punto de vista de las trasgresiones legales del Código de
Justicia Militar.

Como es de vuestro conocimiento, los cc. dirigentes del


Partido sin haber participado en la preparación y en los
actos de rebelión, fueron injustamente involucrados dentro
del proceso judicial, desconociendo principios jurídicos
fundamentales, los mismos que están puntualizados en este
documento histórico. Solamente debieron estar incluidos en
el juicio los marinos, militares y civiles que
participaron en la rebelión militar.

Por esta razón es que la primera lista que hemos querido


colocar es la de aquellos cc. que encabezados por el c.
Jefe, Víctor Raúl Haya de la Torre, se encontraron
ausentes en el momento del juicio por encontrarse
perseguidos por la policía luchando contra la tiranía de
ese entonces. El c. jefe estaba siendo víctima de un
público encierro en la Embajada de Colombia por negativa
del gobierno de Odría de otorgarle el salvoconducto para
que cumpliera el asilo concedido por el Gobierno
colombiano.

En la segunda lista se encuentran los cc. procesados y


sentenciados, con inclusión de sus respectivas sentencias.
La mayoría de ellos miembros de la Armada Nacional.
Finalmente están los cc. sobreseídos.

Quiero aprovechar la oportunidad de este Post Scriptum


para agradecer al distinguido y brillante abogado, y
dirigente del Partido, compañero Alfonso Orrego Moreno,
su fraterna colaboración para hacer posible la segunda
edición de ―Vivencias Revolucionarias‖.

Lima, junio de 1998.


JUAN MANUEL ONTANEDA MAYER

87
PROCESADOS EN AUSENCIA

1. - Víctor Raúl Haya de la Torre


2. - Luis Alberto Sánchez
3. - Manuel Seoane Corrales
4. - Fernando León de Vivero
5. - Jorge Idiaquez Ríos
6. - Hipólito Alfaro Romero
7. - Antenor Orrego Espinoza
8. - Pedro A. Muñiz Luna
9. - Andrés Townsend Ezcurra
10.- Luis Rodríguez Vildozola
11.- Carlos Alberto Izaguirre
12.- Julio Garrido Malaver
13.- Manuel Gutiérrez Aliaga
14.- Juan Villavicencio
15.- Ismael Idiáquez Ríos
16.- Guillermo Vega León
17.- Luis Alberto Barrios Llona
18.- Carlos Boado Távara
19.- Javier Pulgar Vidal
20.- Luís Ríos Idiáquez
21.- Santiago Ríos Idiáquez
22.- Augusto Ramírez Figueroa
23.- Isaac Espinoza Recavarren
24.- Andrés Yafac
25.- Oscar A. Idiáquez Ríos
26.- Hugo Otero La Torre
27.- Julio Aldana Pacheco
28.- Ramón Albertini
29.- Alejandro Carrillo Rocha
30.- Gerardo Alania Robles
31.- Edmundo Haya de la Torre
32.- Alfredo Saco Miró Quesada
33.- Luis Negreiros Vega
34.- Eduardo Jibaja Campos
35.- Leonidas Villafana
36.- Jorge Muñiz Luna
37.- Miguel Villafana
38.- Hilda Gadea Acosta
39,- Guillermo Morón Ayllón
40.- Guillermo Carnero Hccke
41.- Máximo Gonzáles Castillo
42.- Abraham Peña Herrera
43.- Roberto Costello
44.- Elías Carnero
45.- N. Collantes
46.- Juan Lino
47.- Emilio Cahuas Ananías
48.- Mario Chiabra Albera
49.- Luis López Aliaga
50.- Humberto Ugolotti Dansay
51.- Manuel Vásquez Díaz
52.- Virginia León de Izaguirre
53.- Alberto Héctor Miranda Fernández

88
OFICIALES DE MAR

54.- Demetrio Neciosup Salazar


55.- Andrés Casas Pichillingue
56.- Manuel Rodríguez Vacalla
57.- César Zevallos García
58.- Rolando Cornejo Becerra
59.- Humberto Farías Cobeñas
60.- Alberto Ra Gómez
61.- Roberto Morales Meneses

SUB OFICIAL FAP

62.- Pedro Rodríguez

CORONEL EP

63.- César Pardo Mancebo

89
PROCESADOS Y SENTENCIADOS

1.-José Estremadoyro 03 años Coronel de Aeronáutica


2.-Jasé Mosto y Mosto 14 años Capitán de Corbeta Ar. Nac.
3.-Víctor Romero Dávila 06 años Tnte. 1ro. Armada Nac.
4.-Juan Manuel Ontaneda Meyer 12 años tnte. 2do. Armada Nac.
5.-Héctor Tirado Fernández 12 años Maestro de 2da.
6.-Narciso Núñez Nuñovero 12 años Maestro de 1ra.
7.-Nicolás Del Río Loayza 12 años Maestro de 2da.
8.-Eduardo Rodríguez Vildosóla 12 años Sub Oficial Aviación 1ra.
9.-Domingo Gastaron Rivera Pena de Muerte Oficial de la Mar 2da
10.-Francisco Dávila Manrique Pena de Internamiento Oficial de Mar
11.-Diego Miranda Estrada 10 años Oficial de la Mar de 1ra.
12.-Washington Córdova Díaz 09 años Sub oficial Aviación 3ra.
13.-Gregorio Vargas Garay 08 años maestro de 2da
14.-Jesús Yañez Soto 08 años Oficial de Mar 2da
15.-Francisco López Yarlequé 08 años Oficial de Mar 2da
16.-Maximo Zegarra Lazaro 08 años Oficial de Mar 3era
17.-Roberto Vergara Rojas 08 años oficial de Mar 3ra.
18.-Hipólito Recavarren Valdivia 08 años Oficial de Mar 3ra.
19.-francisco Ortega Vásquez 08 años Oficial de Mar 3ra.
20.-Edilberto Rivera Cornejo 08 años Oficial de Mar 3ra.
21.-Emilio Herrera Goméz 08 años Oficial de Mar de 3ra.
22.-Tomás Núñez Soria 08 años Oficial de Mar de 3ra.
23.-Manuel Flores Guillen 07 años Oficial de Mar de 3ra.
24.-Alfonso Chávez Flores 07 años Oficial de Mar 2da.
25.-José Elías Erazo Reateguí 07 años Oficial de Mar 2da.
26.-Timoteo Huamán Torres 07 años Oficial de Mar de 1ra.
27.-Isaac Ramírez Díaz 07 años Oficial de Mar de 1ra.
28.-Pedro Beltran Andrade 07 años Marinero
29.-Ricardo Olaya Mgollón Pena de Internamiento Marinero
30.-Cosme Mimbela Díaz 06 años Marinero
31.-Pedro Mogollón Alan 06 años Marinero
32.-Domingo Bautista Anicama 06 años Oficial de Mar de 2da.
33.-Desiderio García Yesquen 06 años Marinero
34.-Teodoro Álvarez Herrera 06 años Marinero
35.-Guilberto Aguirre Hanza 06 años Marinero
36.-Fernando Calvo Alvarez 06 años Oficial de Mar de 3ra.
37.-Rigoberto Bella Sáenz 06 años Oficial de Mar de 2da.
38.-Víctor Gran López 06 años Oficial de Mar da 3ra,
39.-José Sánchez Palacios 05 años Oficial de Mar de 2da.
40.-José Arroé Franco 05 años Oficial de Mar 3ra.
41.-Carlos Herrera Herrada 05 años Oficial de Mar 3ra.
42.-Constante Ramírez Tamayo 05 años Oficial de Mar 3ra.
43.-Teodulo Paiva Minbela 05 años Oficial de Mar 3ra.
44.-Juan Farias Atoche 05 años Oficial de Mar 3ra.
45.-Juan Gonzáles Rodríguez 05 años
46.-Carlos Foncken Gallardo 05 años Sub Oficial Aviación 3ra.
47.-Edmundo Dante Pacheco 05 años Cabo 1ra. Ejército
48.-Antonio Tamayo Leturia 05 años Oficial de Mar 3ra.
49.-José Cubas Hernández 05 años Oficial de Mar 2da.
5O.-Manuel Vásquez Murguia 05 años Oficial de Mar 3ra.
51.—Lizardo Vásquez Saboya 05 años Oficial de Mar de 2da.
52.-Enrique Gonzáles Villafuerte 05 años Maestro de 2da.
53.—Eugenio Meza Rondón 05 años Oficial de Mar de 2da.
54.-Juan Abad Gutiérrez 05 años Oficial de Mar 3ra.
55.-Héctor Ramírez Peña 05 años Oficial de Mar 3ra.
56.-Juan da Dios Cavero Canales 05 años Oficial de Mar 3ra.

90
57.-Santiago Tellez Toledo 05 años Oficial de Mar 3ra.
58.-Humberto Moreno Alva 05 años Oficial de Mar 3ra.
59.-Timoteo Contreras Arriola 05 años Oficial de Mar de 1ra.
60.-Francisco Arroyo Piminchumo 05 años Cabo 1ra.
61.-Néstor Barrantes Enriquez 05 años
62.-Norberto Ramos Vergara 04 años Cabo de 1ra.
63.-Lorenzo Reyes Bracamonte 04 años Oficial de Mar de 2da.
64.-Félix Thais Ecas 04 años Oficial de Mar de 3ra.
65.-Fidel Gutiérrez Pajuelo 04 años Oficial de Mar de 3ra.
66.-Humberto Percovich Ruiz 04 años Oficial de Mar de 1ra.
67.-Teodoro Agurto Ramírez 04 años Oficial de Mar de 3ra.
68.-Lorgio Ortega Sandoval 04 años Oficial de Mar de 3ra.
69.—Elias Chacón Chacón 04 años Oficial de Mar de 3ra.
70.—José Sabalú 0laya 04 años Oficial de Mar de 3ra.
71.—Amador Valdivia Escobar 04 años Oficial de Mar de 2da.
72.-Avelino Torres Cuadros 04 años Marinero.
73.—Eusebio Heredia Flores 04 años Caro 1ro.
74.-Dado Trasmonte Cruz 04 años Cairo 1ro.
75.-Teófilo Monzon Santillan 04 años
76.-Mamerto Flores Piña 04 años Oficial de Mar 3ra.
77.-Miguel Cortéz Tayman 04 años Marinero
78.—Ramiro Priale Priale 04 años
79.-Antonio Torres Frias 03 y medio años Marinero
80.—Percy Santos Arnejo 03 y medio años Marinero
81.—Luis Heysen Incháustegui 03 años
82.-Carlos Manuel Cox 03 años
83.-Armando Villanueva del Campo 03 años
84.-Francisco Coronel Mandujano 03 años
85.—Fortunato Guajardo Carrillo 03 años
86.-Enrique Diaz Caballero 03 años
87.—Francisco Fernández Gutiérrez 03 años
88.—Jesús linares Rivera 03 años
89.-Florentino López Tenorio 03 años
90.-Manuel Orejuela Cajo 03 años
91.-Juan Patino Moreno 03 años
92.-Agripino Lira Moramendi 03 años
93.-Julio Córdova Torres 03 años Oficial de Mar de 3ra.
94.-Bernardo García Campos 03 años Oficial de Mar de 3ra.
95.-Marcos Chávez Tarazona 03 años Oficial de Mar de 3ra.
96.-Mario Tantalean Zárate 03 años Oficial de Mar de 3ra.
97.-Carlos Flores Flores 03 años Oficial de Mar de 3ra.
98.-Maximo Zenosain Caballero 03 años Oficial de Mar de 3ra.
99.-Marcial Cruzado Rodríguez 03 años Oficial de Mar de 3ra.
100.-Toribio Cobeñas Vinces 03 años Oficial de Mar de 3ra.
101.-Manuel Vera Fspinoza 03 años Oficial de Mar de 3ra.
102.-Oscar Ascuña Ortiz 03 años Marinero
103.-Víctor Cutti Santos 03 años Marinero
104.-Simón Miranda Saenz 03 años Marinero
105.-Cecilio Sichez Jacobo 03 años Marinero
106.-Julio Talledo Preciado 03 años
107.-Carlos Sanjinez Liza 03 años
108.-Alfredo Becerra Mesarina 03 años
101.-Roberto Ruiz Navarro 03 años
110.-Roberto Kan Cuellar 03 años
111.—Juan Augusto Montoya García 03 años

91
112.-Antonio Moreno Sobero 03 años
113.-Carlos Pinto Macedo 03 años Oficial da Mar da 2da.
114.—Pedro Díaz Banco 02 y medio años Oficial da Mar 1ra.
115.-Roberto Lizagarra Gonzáles 02 y medio años cabo de 1ra.
116.-Manuel Alvarez Escobedo 02 y medio años
117.-Francisco Hidalgo Jiménez 02 y medio años
118.-Domingo Izabeta Carrión 02 y medio años
119.-Antonio Benites Vilchez 02 y medio años
120.-Octavio Toledo De la Cruz 02 y medio años
121.-Gregorio Vásquez Trejo 02 y medio años Oficial de Mar 3ra.
122.-Carlos Luján Sánchez 02 y medio años
123.-Avelino Martínez Salinas 02 y medio años Oficial de Mar 1ra.
124 -César Sánchez Leyno 02 y medio años
125.-Miguel Castillo Castillo 02 y medio años
126.—Adolfo Murijhan Ríos 02 y medio años Avionero

DIECIOCHO MESES DE RECLUSION

127.-Esteban López De la Cruz Oficial de Mar 3ra.


128.–Augusto Vicente Custano Oficial de Mar 2da.
129.—Arsernio Aquino Angeles Oficial de Mar 3ra.
130.-Luis Salazar Champa
131.-Eugenio Chuna Sajinez Oficial de Mar 3ra.
132.-Calestino Mejía Rivera Oficial de Mar 3ra.
133.-Armando Baldeón Guerra Oficial de Mar 3ra.
134. Andrés Olivos Quiñónez
135.-Pablo Arias Da Silva Oficial de Mar 2da.
138.-Carlos Vargas Valencia
137.-Pedro Estrella Sánchez Maestro de 1ra.
138.-Alejandro Huamanchumo Venegas Maestro de 3ra,
139.-Víctor Pari Velarde Cabo
14O.-Herbert Olivaras Peña
141.—Demetrio Ramos Alarico
142.-Augusto Mori Montalvo Marinero
143.-Jaime Jemen Silva Marinero
144.-Pablo Pérez Pelaez
145.—Jerónimo Limas Galarza
146.-Braulio Rodríguez Huapaya
147.-Guillermo Rosenckran Azatedo
148.-Ascanio Montes Gutarra
149.-Luis Montoya García
150.-Sinfronio Nuñez
151.—Justiniano Gastaman Gaytan
152.-Víctor Sánchez Sanjines
153.-Gregorio Rivera
154.-Pedro Jáuregui Camacho
155.-Juan López Mestas
156.—Isabel Chávez Cu
157.—Jorge Reyes Ibarra
158.-Padro Abregu Manrique
159.-Francisco Alzadora Moscol
160.—Felix Zamalloa Domingo
161.-Fermín Vela Atahualpa
162.-Pedro Vargas Narro
163.—Juan Vargas Narro
164.-Julio Ramírez Cavero

92
165.-Serapio Rodríguez Infantes
166.-Alberto Pacheco
167.-Paulino Morales Payco
168.-Ismael Medina Jiménez
169.-Damaso Lecca Alvarado
170.-Rogelio Jáuregui Pastor
171.-Antonio Guerrero Cuadros
172.-Gregorio Aguilar Aguayo
173.-Fernando Cedillo Astocondor
174.-Edmundo Carpio Lira Oficial de Mar de 3ra,
175.-Segundo Carbajal Reyes
176.-Segundo Bonilla Abanto
177.-Juan De la Cruz Floras
178.-Augusto Castillo Salazar
179.-Juan Torres Madrid
180.-Teofilo Sernaque Ipanaque
181.-Segundo Sánchez Ramos
182.-César Reategui Angulo
183.-Encarnación Ponce Estrada
184.—Juan Noles Jaen
185.-David Mendoza Mendez
186.-Dionisio Morales Payco
187.-Jorge Gamarra Rodriguez
188.-Francisco Gonzales Urbina
189.-Alfonso Flores Cárdenas
190.-Alejandro Callirgos Miranda
191.-Víctor Gálvez Pastor
192.-Ladislao Yanac Guerrero Cabo de 2da.
193.-Manuel Esquerre Atoche
194.-Sixto Medina Pantigoso
195.-Alejandro Nuñez Velasco
196.-Víctor Arana Zavalaga
197.-Miguel Pizarro Talavera
198.-Eliseo Arteaga Valdivia
199.-Antonio Gómez Lucas
200.-Antonio Laguna Dueñas
201.-Valentín Gamboa Chunga
202.—Pedro Mena Córdova
203.—Damian Zapata Agurto
204.—Javier Cisneros Benavides
205.-Jorge Castillo Avalos
206.-Teofílo Castro Castro
207.-Erasmo Ratos Alfaro
208.-Manuel Bemedio Villanueva
209.-Ricardo saldarriaga Zapata
210.-Mauro Escudero López
211.-Moisés Ramos García
212.-Alfredo Rubio Cordero
213.-Alejandro Chafloque Calle
214.-Jeronimo Contreras Cornejo
215.-Pedro José Conde Chinga
216.-Damian Campona Campona
217.-Martín Bustinza Peco
218.-Julio Infantes Herrera
219.-Guzmán Mitima Bultron
220.-Víctor Graciano Mayta

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DOCE MESES DE RECLUSION

221.-Luis F. Solis Rosas


222.-Justo Enrique Debarbieri
223.-Alcides Spelucin Vega
224.-Gustavo Lanata Lujan
225.-Moises Rubiños Rioja Oficial de Mar de 1ra.
226.—Carlos Valencia Valencia Marinero
227.-Tulio Fiestas Quevedo
228.-Hemogenes Flores Derassin
229.-Ramón Reyes Valdivia
230.-Rufino castro Ulloa
231.-Elías Chávez Guevara
232.-Jorge Wong Chávez
233.-Juan calderón Sandoval

ABSUELTOS

235.-Magda Portal Moreno


236.-Eduardo Goyochea De la Reguerra
237.-Fortunato Jara Rondón
238.-Gumercindo Calderón Casas
239.-Arturo Sabroso Montoya
240.-José Sandoval Morales
241.-Eddy Chaney
242.-Leopoldo Pitta Verde
243.-Ulises Colina Lozano
244.-Efigenio Zamudio Loyaga

SE DAN POR SUFIENTES LAS PENAS IMPUESTAS A:

245.-Luis F. De las Casas Grieve


246.-Cirilo Cornejo

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Esta reedición se hizo con la colaboración
desinteresada de Felipe Cook Dañino como
muestra de admiración y respeto por su amigo y
compañero Juan Manuel.

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