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Digitalizado por: Biblioteca Virtual Extremefia bibliotecavirtualextremena.blogspot.com EXTREMADURA ex tas OBRAS oz CERVANTES LeMA—..u meds siendo en perjuicio de las Emperatrices yreinas del Alcarria'y Bex tremadura, D, Qouors, p. 1.4, c. tv. 's privilegio divino del genio y atributo exclusivo de los que el americano Emerson llam6 hombres 7 epresentativos, el reflejar en sus obras, mds por misteriosa intromisién de la realidad exterior y esotérica intuicién de su poderoso espiritu, que por consciente-y reflejo movimiento de su voluntad, la -vida entera de su época, como un verdadero macrocosmo, con tan esencial virtualidad y harm6nica ponderaci6n, que podemos, mediante un minucioso anilisis, reconstruir con matematica exactitud cualquiera de los elementos, que integran su compleja y sincrética composicién imaginativa, Son, por decirlo asi, verdaderos acumuladores de la elec- tricidad’ social latente en el espacio limitado por su tiempo y de don- de extraemos la fuerza que ellos condensaron, para aplicarla al estudio por nosotros perseguido. Por eso es la J/ada la biblia del pueblo griego; por eso resulté la Divina Comedia de LE! poeta jurista, tedlogo, Dante, como le lam6 micer Imperial, la enciclopedia del siglo xi, el mas culto de los medioevales; por eso es el Quijote la-verdadera epopeya de la Espafia del Renacimiento, y no es extrafio, por tanto, que los admira- dores de Cervantes, que todo lo sabe, todo lo alcanza; yo apostaria, como” dice la sobrina de D. Quijote, gue si quisiera ser albanil, que supiera pp a siempre Extremadura mas cardcter de entidad étnica, que no de unidad geogrdfica, y su territorio ha estado y esté mas determinado por el nexo de la raza, que por los lindes orograficos 6 hidrolégicos, que hanse ensanchado 6 encogido 4 comp4s de los vaivenes de las jurisdicciones que la han seforeado. La Extremadura que nos pinta Cervantes, es esta en que las personas sobresalen y obscurecen el terrufio, es la que podemos la- mar hist6rica, la que desde Talavera de la Reina hasta Guadalcanal, y desde la sierra de Gata hasta la de Aracena, se espacia y sirve de pa- “tria, @ los. que tersan y pulen sus rostros con el licor del siempre rico I dorado Tajo; y los d que su ganado apacientan en las extendidas de- hesas del tortuoso Guadiana (D. Quijote; p.1. c. xvivi), es en’ fin aquella de la que se dice en La Gitanilla «y desde alli (los términos de Toledo) se entraron en Extremadura, por ser tierra rica y caliente»; y conste, que era Cervantes en estas materias testigo de mayor .excep- cidn, si hemos de‘creer lo que de D. Quijote dice en el capitulo citado: «jValame Dios y cudntas provincias dijo, cudntas naciones nombr6, »déndole 4 cada una con maravillosa presteza los atributos que la per- »tenecian, todo absorto y empapado en lo que habia leido ‘en sus li- >bros mentirosos!» libros por-cierto, que en lo que 4 Cervantes atafie habfan sido los de la adversidad y la privaci6n, que si destruyen el cuerpo, clarividencian la mente. No es menor el elogio, que de los extremefios hace, en el suculen- to trozo de’ psicologia nacional, que campea gallardo en su historia YY ejemplar novela La Tia Fingida, poniendo en boca dé Claudia, entre los consejos practicds, que da'4 su sobrina Esperanza, los siguientes: «No pienses que estamos en Placencia, de donde eres natural, ni en Zamora donde comenzaste 4 saber qué cosa es mundo; ni ménos estamos en Toro, don- de diste el tercer esquilmo de tu fértilidad, las cuales tierras son. habitadas de gente buena y Ilana, sin malicia ni recelo, y no tan intricada ni versada en be- Haquerias y diabluras como en la que hoy estamos. Advierté, hija mia, que es- tas en Salamanca, que es llamada en todo el mundo madre de las ciencias, y que, de ordinario cursan en clla y habitan diez 6 doce mil estudiantes, gente moza. 4 DANIEL’ BERJANO ESCORAR . 5 fabricar una casa como una jaula, hayan buscado’y encontrado en sus obras materiales para estudiar el estado de las ciencias divinas y hu- manas, la religiGn, la politica, la psicologta nacional y hasta la practica culinaria de su tiempo, porque en sus libros inmortales, hay de todo como en botica, y no. es ciertamente Extremadura, la regién espafiola que menos le deba, si como bien nacida, ha de agradecer los buenos recuerdos, que de ella hace y el afecto que en toda ocasién le demos- tr6, ya haciéndola teatro de algunas de las hazafias de sus héroes, ya dandoles 4 varios de éstos origen y naturaleza extremefios. ‘Tenemos pues, una deuda y de las de preferente pago, porque es de gratitud, para con la buena memoria del manco sano, del famoso todo, del escritor alegre y finalmente, el regocijo de las musas, y para pagar nuestra prorrata, hemos espigado en la abundante senara de sus obras, en los frondosos jardines de sus poesias y en los fructiferos ver- geles de su sano pensar, formando con sus despjos este modesto ra- millete, que le ofrendamos con ocasién del tercer centenario de la pu- blicacién de su inmortal Quiyore, en cl altar, que con su certamen le levantan el Ateneo de Badajoz y el Sr. Conde de la Torre del Fresno. Pobre y desmedrado sera, no por las flores, del colector, pero. ahito va de buena voluntad ei6n. sino por deficiencias ; Sdlvele pues, la inten- «Quizd otro cantaré con mejor plectro.> sen fa “REVISTA DE.E TREMADURA, Nim. Faeroe ‘Noviembre to90q 6 DANIEL BERJANO ESCOBAR antojadiza, arrojada, libre, aficionada, gastadora, discreta, diabdlica y de humor, Esto es en lo general; pero en lo particular, como todos por la mayor parte son forasteros y de diferentes partes y provincias, no todos tienen unas mesmas condiciones. Porque los vizcainos, aunque son pocos, es gente corta en Yazones; pero si se pican de una mujer, son largos de bolsa. Los manchegos son gente avalentonada, de los de Cristo me Ileve, y llevan ellos el amor 4 mojicones. Hay aqui también una masa de aragoneses, valencianos y catalanes: ténlos por gente pulida, olorosa, bien criada, y mejor aderezada; mas no los pidas mas, y si mas quieres saber, sdbete, hija, que no ‘saben de burlas: porque son, cuando se eno- jan con una mujer, algo crueles y no de ‘buenos higados. A Jos castellanos nue- vos tenlos por nobles de pensamientos, y que si tienen dan, y por lo menos si no dan no piden. Los extremenos tienen de todo, como boticarios, y son como la alquimia, gue si llega d plata lo es, sé d cobre, cobre se queda. Para los anda- luces, hija, hay necesidad de tener quince sentidos, no que cinco; porque son agudos y perspicaces de ingenio, astutos, sagaces, yno nada miserables. Los gallegos no se colocan en predicamento, porque no son alguien. Los asturianos son buenos para el sabado, porque siempre traen 4 casa grosura y mugre. Pues ya los portugueses es cosa larga de pintarse sus condiciones y propiedades; porque como son gente enjuta de cerebro, cada loco con su tema; mas la de ca- si todos es que puedes hacer cuenta que el mismo amor vive en ellos envuelto en laceria.» Si después de estos juicios de conjunto, deseamos detalles que los documenten, demos un paseo, siquiera sea de prisa, por los amenos campos literarios del Principe de los Ingenios, y nos saldran al paso testimonios suficientes para contentar al mas escéptico. Emprende D. Quijote la bajada 4 la cueva de Montesinos y al en- trar echandole Sancho su bendicién, y haciendo sobre €1 mil cruces, dijo: «Dios te gufe y la Pefia de Franciay. Cuenta lo que en la cueva habia visto del escudero Guadiana_y afiade: «Fué convertido en un rio llamado de sumesmo nombre, el cual cuando llegé 4 la superficie de la tierra y vio el sol del otro cielo, fué tanto el pesar que sintid de ver que os dejaba, que se sumergi6 en las entrafias de la tierra; pero como no es posible dejar de acudir 4 su natural corriente, de cuando -en cuando sale y se muestra donde el sol y las gentes le vean. Vanle administrando de sus aguas las referidas lagunas, con las cuales y con otras muchas que se Ilegan entra pom- poso y grande en Portugal. Pero con todo esto, por donde quiera que va mues- tra su tristeza y melancolia, y no se precia de criar en sus aguas peces regala- dos y de estima, sino burdos y desabridos, bien diferentes de los del Tajo do- rado.s s Si queremos saber los deportes, entonces y ahora, mds en boga en esta region, oigémosle: g cA do guiera que legaban, él se llevaba el precio y las apuestas de corre- dor, y de saltar mas que ninguno: jugaba 4 los bolos y 4 la pelota extremada- EXTREMADURA EN LAS OBRAS DE CERVANTES 7 mente, tiraba la barra con mucha fuerza y singular destreza: finalmente, en po- co tiempo volé su fama por toda Exrremapura, y no habia lugar donde no se hablase de la gallarda disposicién del gitano Andrés Caballero, y de sus gracias y habilidades,-y al par desta fama‘corria la de la hermosura dela Gitanilla, y no habia villa, lugar ni aldea donde no Jos llamasen para regocijar las fiestas voti- yas suyas, 6 para otros particulares regocijos: desta manera iba el aduar rico, préspero y contento, y los amantes gozosos com solo mirarse. (La Gitanilla), Prosigamos en tan buena compaiiia: «No dijo otra cosa sino. que sé llamaba Alonso Hurtado y.que iba 4 ‘Nuestra Sefiora de la Peiia de Francia... decis que vais 4 la Peiia de Francia, y dejaisla 4 mano derecha mis atrés de este lugar donde estamos bien treinta leguas...* (Fdent). «habia ofrecido de ir 4 Nuestra Sefiora de Guadalupe en romeria, por la cual promesa iba ca aquel hdbito... cuando de Guadalupe vuelva lo sabréis todo... fué 4 su romeria y volvid de alli veinte dias.» (La Mlustre Fregona). «Fué que D.* Clementa fué 4 visitar unos parientes suyos 4 la ciudad de Pla- sencia y de alli fué 4 tener novenas en Nuestra Senora de Guadalupe...» (El Casamiento Enganoso). En los Trabajos de Persiles y Sigismunda, libro, segan su autor, , rociéndolo todo con é vino tras- atiejo de Guadalcanal, y.de Descargamaria dela bodega del Licencia- do Vidriera, aun cuando el primero, en opinién de la Setora Pipota, de Rinconete y Cortadillo, «tiene un es no es de yeso el seiiorico>. Sa See Rages las fuerzas y alejado el temor ‘de desvarios, por (2. @) Desde alli, embarcdronse en Ancona, fué 4 Venecia, ciudad, que d no haber. nacido Colén en el mundo, no tuviera en ¢! semejante; merced al cielo y al gran Hernando Cortés, que conquisté la gran Méjico para que la gran Venecia tu- viese ea alguna manera quien se le opusiesc. Estas dos famosas ciudades se pa- recen en las calles, que son todas de agua: la de Europa admiracién-del mundo antiguo, la de América espanto del mundo nuevo, £1 Licenciado Vidriera, EI primer libro que abrié vid que era Don Cirongilio de Tracia, y el otro felix Marte de Hircania, y el otro la Historia del Gran Capitin Gonzalo Her- udnden de Cordoba, con la vida de Diego Garcta de Paredes. Asi como el cura ley6 los dos titulos primeros, volvié el rostro al barbero y dijo: Falta nos hacen aqui ahora el ama de mi amigo y su sobrina. No hacen, respondi6 el barbero, que también sé yo Ilevarlos al corral 6 4 la chimenea, que en verdad que hay muy buen fuego en ella. (Luego quiere vuestra merced quemar mis libros? dijo el ventero. No mas, dijo el cura, que estos dos, e] de Dor Cirotigilio y e] de /e- lix Marte. Pues por ventura, dijo el ventero, mis libros son herejes 6 flemati- Cos, que los quiere quemar? Cismdticos quereis decir, amigo, dijo el barbero, que no flematicos. Asi es. replicé e] ventero; mas si alguno quiere quemar, sca ese del Gran Capitan, y dese Diego Garcia, que antes dejaré quemar un hijo que dejar quemar ninguno desotros.’Hermano mio, dijo el cura, estos dos libros son mentirosos, y estin llenos de disparates y devancos; y este del Gran Capitan es EXTREMADURA EN LAS OBRAS DE CERVANTES IL historia verdadera, y tiene los hechos de Gonzalo Hernandez de Cordoba, el cual por sus muchas y grandes hazafias merecié ser llamado de todo el mundo el Gran Capitan, renombre famoso y claro, y dél solo merecido: y este Diego Garcia de Paredes fué un principal caballero, natural de la ciudad de Trujillo, en Extremadura, valentisimo soldado, y de tantas fuerzas naturales, que detenia con un dedo una rueda de molino en la mitad de su furia: y puesto con-un mon-| tante en la entrada de-una puente, detuvo 4 todo un-innumerable ejército que no pasase por ella, y hizo otras tales cosas, que si como él las cuenta y las es- cribe él de si mismo con la modestia de caballero y de coronista propio, las’es- cribicra otro libre y desapasionado, pusieran en olvido las de los Héctores, Aquiles y Roldanes.» 4 (D. Q) ALDANA...» En el canto de la misma ninfa, loa luego 4 los extreme- Bes D. Gutierre de Carvajal y Francisco Sanchez, «lengua del cielo. Gnica y maestra> cantando ademas en el Viaje del Parnaso entre los ot de su predilecci6n, 4 los placentinos Alonso dé Acevedo, An- a io de Monroy y D. Fernando Bermtdez, autor este dltimo de una ‘cima Jaudatoria, de las Novelas eyemplares, que sc imprimi6 con su ' Primera edici6n, al emeritense «De Vera D. Juan : Que por su espada y por su pluma | Le honran-en la cuarta y quinta esfera> 5 12 DANIEL BERJANO ESCOBAR y al pacense Cepeda; volviendo 4 encomiar en la aajunte al parnaso, entre los cuatro poctas que merecieron el renombre de divinos, al ca- pitan Francisco de Aldana ya mencionado. Siguen 4 éstos los engendrados por su fecundo espiritu, y todos ellos triscan. y brincan con exuberante y robusta hombredad, Son casi legién: Lopez Ruiz el pastor-«cabrerizo que en un lugar de Extre- madura habfa» y la rozagante y s6lida Torvalba Ja desamorada y luego su apasionada perseguidora, actores del sabrosoy no menos sim- bélico' cuento con que Sancho Panza quiere distraer 4 su amo-la noche tenebrosa de los batanes: Dofa Esperanza Torralba y Meneses de la Tia Fingida, de tan cristiana enjundia como Pagana ocupacién, y de quien = «algunos estudiantes escribieron 4 su padre la verdad del caso y la calidad de la nuera, pero clla.se habia dado con su astucia y discrecion tan buena maiia en contentar y servir al viejo suegro, que aunque mayores males le dijeran della no quisiera haber dejado de alcanzarla Por hija: tal fuerza tienen la discrecién y la hermosura.» Feliciana de la Voz, Rosanio, D, Francisco Tezorio y su enojado hijo D. Sancho: el estudiante de Jaraicejo de la Tia Fingida, «que dijo d otro que al lado tenia, con voz levantada Y sonora: jVoto 4 tal, que no. he.oido mejor estrambote en los dias de mi vida! jHa visto ust2d aquel con- cordar de versos, aquel jugar del vocablo con el nombre de la dama, y aquella invocacién-de Cupido, y aquel gallard) tan bien encajado, y los aiios de la nifia pequcha & g'g ants} Pues ya la maldicién 6 imprecacién me digan, con aquel admirable y sonoro. vocablo de 4eha! Jurod tal, que si conociera al poeta que tal soneto compuso, que le habia de enviat mafiana media docena de chorizos que me trajo esta manana el recuero de mi tierra.» Y finalmente, el inclito y nunca bastante admirado Felipe de Ca- rrizales, el celoso extremefio, figura altamente simpatica y ~honda- mente buena, gue es una de las_més bellas y geniales creaciones de la literatura €spfola, tan real, que parece, y debi6 serlo, arrancad:i de la historia y es en si resumen y compendio de la extremeferia caba- Herosa y aventurera de los siglos dé oro. ie ae ee es-el arquetipo de #08 ‘hidalgos ‘del siglo. xvi; » Soldado y Mujeriego; prédigo de su sangre y de log keen SSCOiS. los dominios espafioles, sino dejando a croak dos ei si, levandoselos él ae las malaventuras en que y acometividad insana ‘le ‘métieran. «Viéndose pues, lleno Deste ordinario veneno Poca hacienda Y mucho honor» OBRAS DE CERVANTES 13 EXIREMADURA EN LAS tema, de D. Antonio como dice el protagonista de Cada loco con su Hurtado de Mendoza, «Se acogié al remedio que otros mucho: sarse 4 las Indias, refugio y ampato de los Jos alzados, salvoconducto de los homicidas, quien Ilaman ciertos los peritos en el arte); engafio comun de muchos y remedio particula ca de los setenta de edad, regresa s perdidos se acogen, que es el pa- desesperados de Espatia, iglesia de pala cubierta de Jos jugadores (4 afiagaza general de mujeres libres, ir de pocos.> Al cabo de veinte afios y cer hecho un indiano. «(Jue su riqueza ninguna Es hacienda en la piscina Que Ie viene 4 faltar hombre» como asevera el mismo autor, y encontrandose solo en el mundo cAsase al fin con una muchacha de progenic hidalga, 4 la que conoce- dor por experiencia de los peligros y asechanzas que el mundo pone Ala frégil hermosura femenina, ais!a en dorada jaula,con el esmero que su recelosa conciencia Ie sugiere, trayéndole 4 la memoria lances de su vida pasada, sin que al final todos ios esmeros del practico y ex- perimentado sitvan de nada contra la realidad del humano vivir, que en mitad del Ictérgico suefio le _sorprende, presenténdole como pre- térito, lo que en los hechos no tenfa mas que la categoria de.tentativa en el séductor, é imprudente temeridad en la ignorante avecilla, avi-- zorada y fascinada por el apicarado gavil4n, con el traidor concurso de una proxenética duefia y 1a colaboracién inconsciente de una na- turaleza juvenil en plena florescencia. Como troncha y derrumba el rayo las seculares encinas de las la- nuras extremefias y siembra la desolacién en los ‘pastoriles apriscos, - convirtiendo instantaneamente las apacibles églogas en luctuosas ele- gias, asf hiri el sibito despertar al valeroso Carrizales, quien con la visi6n sobrenatural de Ja eterna verdad, aceptando el dantesco castigo y venciéndose 4 si propio y 4su historia, muere como el justo, no sélo perdonado, sino también; y es ya lo’ sublime de lo més alto, di ‘iendo. 3 ames viene tomar desta afrenta no es niha de ser de las que ie que lies ar ose a es pues quiero que asi como yo fui extremado en mas culpado en este aelito, aes ee veanene = i odian “cata a compadecerse en uno los quince aiios dest: 4 sah a a tbs oi wheats mios, y yo fui el. que como el gusano d ef ae Ta i oe eae ricsbiy Guts Sales ab at e aa le-seda me fabriqu Ja casa donde mu- i i aconsejada! (Y diciendo esto se incliné y besé ef sth ee de la desmayada Leonora.) No te culpo, digo, por que persuasio- Jas taimiadas, y requiebros de mozos enamorados, facilmente -vencen 14 DANIEL BERJANO ESCOBAR y triunfan del poco ingenio que los pocos afios encierran; mas porque todo el mundo vea cl valor de los quilates de la voluntad y fe con que te quis¢, en este ultimo trance de mi vida quiero mostrarlo de modo que quede en ¢l mundo por ejemplo, sino de bondad, al menos de simplicidad jamds oida ni vista: yasi quiero que se traiga luego aquiun escribano para hacer de nuevo mi testa~ mento, en el cual mandaré doblar {fa dote 4 Leonora, y le rogoré que después de mis dias, que serdn bien breves, disponga su voluntad, pues lo podrd hacer sin fuerza, 4 casarse con aquel mozo, 4 quien nunca ofendieron’las canas deste lastimado viejo; y asi verd que si viviendo jamds sali un punto de lo que pude pensar ser su gusto, en la muerte hago lo mism9, y quiero que le tenga con el que ella debe de querer tanto; la demas hacienda mandaré 4 otras obras pias, y-4 vosotros,, seiiores mios, dejaré con que podidis vivir honradamente Jo que de la vida os queda.» Compirese la cristiana solucién que al pavoroso problema del ho- nor conyugal, da el segdar Micue.. pe Cervantes, con la tradicional y sanguinaria del Romancero, quintaesenciada en los dramas de su con~ tempordneo ¢/ eclesidstico D. Pepro CALDERON DE LA Barca, A secrete agravio, secreta venganza, El médico de su honra, y Fl pintor dé su @eshonra, afirmando en ‘el segundo: «...que el honor con sangre, Sefior, sé lava> y haciendo exclamar en él Gltimo, al padre de Serafina: «...Que 4 mi, Aunque 'mi sangre derrame, - Mas que ofendido, obligado Me deja, y he de ampararle» yal.de D, Alvaro: «Lo mismo digo yo, puesto Que aunque mi hijo me mate ‘Quien venga su honor no ofende> Y entonces resaltar4é mds y més la_grandeza moral, por nadie supera- a Celoso evtremeno, y se -ver4 con cudnta razon afirm4bamos que ae ace Ja opr nas estética del eximio autor del D. Quijote, sie eets inico ea el ingenio... y. finalmente, primero en todo lo que eno, y sin segundo en todo lo que fué ser desdichado. > a pe Si nombrarla expresamente, vive también poderosa Extremadura en la obra més. excelsa de Cervantes, como ambiente y localidad, y perdura en forma tal, que el viajero que por primera vez recorre sus serenos y melancélicos campos, créese transportado por arte mdgica 4 los tiempos y comarcas que sirvieron de teatro 4 las aventuras del Ingenioso Hidalgo. Hoy como entonces, hay que viajar en acémilas y las sefioras 4 las ancas de sus escuderos, como lo hacia la 4 quien sirvi6 de duefia D.* Rodriguez, y-vadear Jos rios 6 pasarlos en barcas; y hey como entonces hay, que aposentarse en ventas y mesones en las que, «si vuestra. merced, sefior caballero, busca posada amén del lecho, (porque en-esta venta no hay ninguno) todo lo dem4s lo hallaré en ella en mucha abundancia» sin que falten como las armas de D. Quijote. En ellos encontrar4 el curioso observador la misma hete- : rogeneidad de viajeros y la misma promiscuidad y familiar trato, que tanta animacién pintoresca prestan 4 las escenas de la primera parte de las aventuras del Caballero de la Triste Figura y para que la visién resulte verdadera reproducci6n de lo le(do, también al sentarse «a la mesa que le pondran.a la puerta de la venta-por el fresco» le pasara lo que 4 D. Quijote: «En esto sucedié acaso que un porquero que anda- »ba recogiendo de unos rastrojos una manada de cerdos (que sin per= »d6n asi se aman) tocé un cuerno, a cuya sefial ellos se recogen> 6 «ileg6, soné un silbato de cafias cuatro 6 cinco veces». 16 DANIEL BERJANO ESCOBAR Es esta.una belleza, que solo en esta regién puede gozar el sutil- mente enamorado del hermoso mito cervantino, y para que resilte mayor la analogfa, también encontrara aqui los malos encantadores dela actualidad, que han convertido 4 la quijotesca civilizadora de América, como 4 Dulcinea, en una zafia y sucia aldeana, cuyo desen- canto solo pueden Ilevar 4 cabo sus hijos:con los azotes sanchi pances- cos, y entonces reaparecerd «Bien como la iudosa Carrasca en alto risco desmochada Con hacha roderosa, Del ser despedazada Del hierro torna rica y esforzada.» Digitalizado por: _ Biblioteca Virtual Extremenia bibliotecavirtualextremena.blogspot.com

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