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ROMANCES POPULARES DE LA SIERRA DE GATA St. D. Publio Hurtado, querido amigo: Mientras termino para nuestra Revista, el prometido y ya comenzado estudio sobre el Problema agrario én Extremadura, ah van para hacer més llevade- ra la espera, unos cuantos romances tradicionales, que en mis horas de descanso, he acopiado para el libro A través dela Sierra de Gata, también en preparacién, (tacha de espafiales, como decia Bal- tasar Gracin, gre todo se les oa en comenzar y nada acaban), y mejor estardn en las paginas de nuestra publicaci6n, archivo de extremeiterias, que no en-el cajén de sastre, en que almaceno las cosas de mi predi- leccién y afecto, porque vistos y lefdos creo han de servir de acicate al celo de nuestros folk-loristas. ZA que no'me dejan por embustero Mario Roso, Plata de Osma, Crotontilo, Gabriel y Galan y demés beneméritos del saber popular de nuestra tierra? i Como Ud. verd, no son completamente originales estos romances, fuera de dos, mejor dicho de uno, que lleva este niimero en la lista de los que le envio y no figura en las colecciones de Durén, ni en la Pri- mavera adicionada por Menéndez y Pelayo, porque el otro: titulado La Bastarda, que principia pasiones y afectos que caracterizan este pueblo tan singular como >teresante.> Dijele antes, que estos romances, con la excepciéa de que le hablé, no son complemente originales, pero esto no quiere’ decir que sean plagios 6 copias serviles de otros ya condcidos; no, son” versiones raps6dicas ¢ inéditas, de asuntos poéticos comunes 4 varias regiones dela Peninsula, con variantes dignas de atenci6n, que vienen por primera vez & acrecer el tesozo.de la poesta popular espafola, y en este sentido, aparte d2 su substantivo € individual valor, tiénenle especial para el estudio de sus congéneres ya’ publicados; porque como afirma ¢] maestro Menéndez y Pelayo, que en esta materia, como en muchas para gloria de Espafa, no hay autoridad que le iguale, «las ver- »siones tradicionales, si bien muchas veces aparézean incompletas, y >otras veces estropeadas por adiciones modernas, nacidas del ne- »fando contubernio de la poesfa vulgar con la popular, merecen alto zaprecio, lo mismo cuando son variantes: de romances -ya‘ conoci- >dos, que cuando nos conservan temas evidentemente primitivos, pe- >ro que no han dejado rastro en los romaaceros impresos». Nada més he de afladir aqui, porque mi objeto ya queda indicado; el que tenga sed de saber, no necesita afortunadam=nte ‘ir 4 Roma nj siquiera 4 nuestra alendafia Salamanca, bastale leer los tomos tercero ¥ cuarto de la coleccion de romances viejos de la Antologia de poetas liricos, en que el.gran maestro ha derramado todo el. caudal inagotable de su poligréfico saber, y en tan cristalino y abundante manantial, po- dré saciarla 4 su satisfaccién. 340 Revista pe Exreemapuea ‘Yo francamente, no me atreyo 4 espigar en campo tan agotado, en cuyo dintel mi conciencia literaria grava respetuosamente la Jeyenda caballeresca Nadie las mueva que estar no pueda con Roldan 4 prueba, Siempre suyo, tofo corde, Danret. Berjax ROMANCES 1 Ya se salié Don Alonso—ya se salié de su casa; lev6 4 Ia Reyna consigo—de siete meses prefiada; fué 4 parir 4 Zaragoza—Zaragoza la Ilamaba y en el medio del camino—Ies sucedié una desgracia. Mataron 4 Don Alonso—y 4 la gente que llevaba; : 4 la triste de la Reyna—ta han dado de pufialadas; por donde el pufial penetra—el nifio a mano saca. Tora este nifio criada—tévamelo para casa no s¢ lo des 4 soltera—d viyuda ni 4 casada; dasclo 4 una tla suya—que lo quiere mds que al alma. Si este nifio se muriese—no lo entierren en sagrado. que lo enticrren en el campo—donde lo pise el ganado, ~ Con un letrero colorado—é la punta de los pies para que digan las mozuelas—jaqui murié un desdichado! no murié de calentura—ni de dolor de costado; que murié de mal de amores. Nova, Elinal de este romance es'un ejemplo de contanninaciin, muy Comin en los romances populares y esté tomado del qne publicamos con el aim. IX que 4 su vex tiene semejansa con e] as turiano »f/ mal de agmors abso. <¢ de la coleccién de Menéndez Pelayo. iu Don Alberto fué de caza—é los montes de Leén, ‘cuervos le saquen los ojos—dguilas el corazén. Al decir estas palabras—Don Alberto sc lleg6; gue din gue dou, —Baja 4 verme blanca prenda—baja 4 abrirme blanca flor, que te traigo un corzo mucrto—de los montes de Le6n;— RoMANcEs porunares DE DA SIERRA DE GATA 341 Al bajar una escalera—la color se la mudé, —Qué tienes ti, blanca prenda’—zqué tienes ti, blanca flor? (que din, et. —Se me han perdido las llaves—de mi nuevo corredor. gue din, ele. —Cillate ti, blanca prenda.—cillate ti, blanca flor; si las llaves son de hierro—de plata las haré yo: ‘gue din, ete. aCuyo es aguel caballo—que para el mio relinché? (gue din, etc. —Tuyo ¢s Alberto mio—que mi padre'lo mands para que vayas 4 la boda—de mi hermana Leonor; que din, e —Tantas gracias 4 tu padre—que caballo tengo yo que si yo no le tuviese—no me lo mandara, no; gue din, el. : Alsubir por Ia escalera—la espada que veo yo... —Tuya es Alberto mio—gue mi padre la mand6 y la cifias en la boda—de mi hermana Leonor; ge din, ete. —Al subir otra escalera—un sombrero veo yo ade quién es ese sombrero—que desde aqui veo yo? que din, et:. —Tuyo es Alberto mio—que mi padre lo mandé para que vayas 4 la boda—de mi hermena Leonor, ie din, ets. Al subir por la escalera—una capa veo yo. guy es aquella capa—que desde aqui veo yo? —Tuya es Alberto mio—que mi padre la mandé para que vayas 4 la boda—de mi hermana Leonor; que din, ete. Al subir otra escalera—una sombra veo yo, geuya es aquella sombra—que desde aqui veo yo? —Matame Alberto mio,—grande ofensa te he hecho yo. Yo no te quiero matar—que matar s¢ deja 4 Dios. gus din, tke. Ha aparejado cl caballo—y 4 su padre la entregé. Aqui le entrego su hija—con el bolso que'me did. El padre cogié el bolsillo—y en la mesa lo present al cabo de los ocho dfas—I1 hija se le murid, é. Nora, Ec como se vo, una vatiante del conocidisimo «La eghose infld» yy 4 jurgee 4ad,y la forma interrumpida dela narratién, una de las nds antiguas, con la partie srigico castigo de la adilters, que supers en fuerza deamétiea,& todas las demas versiones conocidas. : nL Getineldo, Gerineldo —Gerineldito pulido, quién te cogiera esta noche—tres horas 4 mi albedrio. 342 Revista pz Extremapura —Porque soy vuestro criado—sefiora os burldis conmigo: =No me burlo, Gerineldo,—que de veras te lo digo. : Ia sentencia que y> 0s doy—es que 4 las cuatro de la tarde sefis esposa y marido. iv Tres hijas tenia un rey,—todas tres como Ja plata, y la més pequefia de ellas—Delgadina Ia lamaban. Un dia estando comiendo,—mucho el padre la miraba; —iQué me mira usted mi padre,—padre de las mis entrafas! —Miro 4 la Delgadina—que ha de ser mi enamorada. —No lo querrd el Dios del ciclo—ni la Virgen soberana, que del padre que me engendro—sea yo su enamorada. Respondié el padre: pajes mios,—4 Delgadina encerradla en un cuarto muy obscuro—donde no haya. gota de agua, dadle la carne de un puerco—de le vera mds salada— Tanto la apreté Ja sed—que se asomé d una baranda, ‘cuando vid estar 4 su hermana—lavando patios de Holanda, —Por‘Dios te pido mi hermana—hermana de mis entrafas, que para aplacar la sed—me des un jarrito de agua. —Cémo te lo daré, perra,—cémo te lo daré, ingrata, si el Rey padre lo supiera—la cabeza me cortara.— Se fu de alli Delgadina--muy triste y desconsolada, las légrimas de sus ojos ~se las bebiz por agua, Se abrié después otra puerta—y tambidn otra baranda, enands vié estar alli é su hermano—jugando un juego de cartas: —Por Dios te pido mi hermano—me des un jarrito de agua. Romances POPULARES DE LA SIERRA DE GATA 343, —Cémo te lo daré perra—cémo te lo daré ingrata, si ef Rey padre lo supiera—ta cabeza nos cortara— Se fu€ de alli Delgadina—muy triste y desconsolada, Jas Légrimas de sus ojos—se las bebia por agua. Se fué de alli Delgadina—y se la abrié otra ventana, cuando vi6 estar 4 su madre—sentada en silla de plata. —Por Dios le pido mi madre—que me de un jarrito de agua. —Vate de ahi, perra china,—huye de ahi perra mala, que ya va para siete ailos—que me tienes mal casada.— Se fué de alli Delzadina—mnuy triste y deszonsolada, Jas légrimas de sus ojos—se las bebia por agua. De alli 4 poco se abrié—otra ver una baranda, cuando vid estar 4 su padre—sentado en silla de plata. —Por Dios le pido mi padre—me de usted un jarro de agua. —Yo te lo doy Delgadina,—si me cumples la palabra — Al decir estas razones—cayé una carta del cielo, diciendo de estas palabras: «Bl alma de Delgadina—para el cielo caminara; ylasde su padre y madre—los demonios las guardaran.> < vy Guerra, guerra se levanta—entre Espafa y Portugal; llamaron al conde Flores—por capitin general. —Maldita seas mujer—por medio del corazén, que de tres hijas que tengo—ninguna fuiste varén.— Ha respondido la chica—y respondié Ia menor: —Yo voy 4 12 guerra, padre,—voy 4 la guerra por vos. Yo me he de llamar D. Marcos,—hijo del emperador; lo que le pido 4 usted, padre,—un caballo corredor y un paje que me lleve—que no me sea traidor. —De amores me muero madre,—de amores me han de matar, que los ojos de Don Marcos—son de mujer riatural. —Convidala ti, hijo mio,—d tus camas 4 acostar. que como sea mujer—no se ha de querer desnudar. Convidala ti, hijo mio,—tus comercios admirar, que como fuese mujer—a los majos se ha dé tirar. —jOh, que buenos espadines—para un hombre pelear! por darle gusto 4 mi rey—estas dos he de llevar. — (Sensis ée Cilleos) —Marusifia, marusifia—mal haya tu corazén, que has tenido sicte hijoc—y ningin hombre varén. —Madrecita, la mi madre,— no me eche ese maldicién; deme usted espada y caballo—que é Ja geerra me voy yo. —Ticnes cl pecho muy alto—para ser hombre varén. —Yo me lo ocultaré madre—dentro de mi corazén —Tienes el pelo muy largo—para ser hombre varéu; Yo me lo ocultaré madre,—dentro de mi morrién.— 344 Revista pe ExXtREMADURA Siete afios anduvo por tierras—y nadie lo con y una tarde en el pasco—la espada se le cays, Por decir: sefior, pequé,—dijo, pecadora yo.— El Infante que lo oye—a su casa se volvid. —Madrecita, la mi madre—que yo me muero de amor, que el caballero Don Marcos—es hembra que no es varén. —Convidale ti, hijo mio—4 comer contigo un dia, que si ella fuera mujer—en bajo se sentaria, Los tres caballeros, madre,—en bajo me se han sentado y el caballero Don Mareos—se ha sentado en lo mas alto, —Convidale ti, hijo mid,—é correr contigo un dia, que si ella fuera mujer—cansada se sentaria. ~Los tres caballeros, madre,—cansados ya se han sentado, y el caballero Doa Marcos—no corria que volaba. —Convidale ti, hijo mio,—a coger peras un dia, s que si ella fuera mujer—las mangas se lenaria. —Les tres caballeros, madre,—las mangas ya sc han lenado y el caballero Don Marcos—se las repartié' los demas. —Convidala tt, hijo mio,—4 bafiar contigo un dia, que si ella fuera mujer—nunca se desnudaria —Los tres caballeros, madre,—se empiezan 4 desnudar y el caballero Don Marcos—en seguida se eché 4 llorar. =Madrecita, la mi madre—que yo me muero de amor, que el caballero D. Marcos—con ese me caso yo. Wersin de Hoyos) vr Guerra, guerra se levante—entre Espaiia y Portugal, ¥ la seftora condesa—no paralya de Horar. ~Por cuantos afios vas, conde?—Por siete, scfiora condesa; qué la ley no manda més; 81 d los siete afios no vengo,—condesa, te casaris.— Se cumplen los siete aifos—para ocho va 4 caminas; Je aconsej6 un tio sayo—que ya se podia casar, —Callese usted, tio,—que se debe de caller, que los primeros amores—son muy malos de olvidar; yome vestiré de pobre—y me lo saldré 4 busear— Anduyo ua montén de leguas—sin saber por donde andar, yen medio del camino—se metié en un arenal, y vi6 venir un cochero—con unas mulas que tenian hierro y sefal. —Dime tu cochero: éde quién son esas mulas—que tienen hierro y seta? ~ Son del Conde Lombardo—si usted lo ha oido nombrar, —Dime ti cochero—si me quieres ensefiar @énde vive el Conde Lombardo? que puede ser que algin dfa—yo te lo pueda pagar. — Romances PoruLakes DE La Sierra pe Gara. 345 Di6 siete vueltas al palécio—sin saber por donde entrar, | cuando fe vid en un balcoi —Dame una limosna conde,—que Dios te lo pagaré. - Metis 12 mano al bolsillo—un real de plata le da. | Poca limosna das, Conde - para Io que tu solias dar. | =2Dénde ¢s usted, la Romera,—de qué pueblo y qué citidad? | —Soy de Granada, sefior,—si usted la ha ofdo nombrar— —iLa mujer de Lombardo—sabré usted cOmo estaré? —Est4 muy desconocida —y muertita de llorar; no me conoces por el brillo,—me conocerds por el brillar aquél que me regalé tu padre—cuando me fui 4 casat.— Luego que la reconoce,—d besos y abrazos la quiere tragar. alas mafias tienes, Conde,—tarde las olvidaras que en viendo una mujer guapa—tuego la vas 4 abrazar. —Cillate ti, la Romera—que te debes de callar, las arras y los anillos—vengan todos para ack; Jos besos y Ios abrazos—con ellos te quedarés. (1) vit Carmela Se paseaba—por una salita alantz con los dolores del perto—que el corazén se le parte. Fue 4 parir en ca su suegra.—Coge la ropa y vete en cade tu madre, que 4 la noche vendré Pedro —yo le tendré ropa limpia, camisa para [mudarse.) — Vino Pedro por la noche—pregunté por su Carmela, | y ella le respondié:—Se marché en ca sii stegra fe | y nos ha tratado de p.—d toda la parentela — En el medio del camino—se encontré con ta comnadre: | —Bien venido seas Pedro—ya tenemos un infante; i al infante robaremos—y 4 la madre mataremés. | —Levanta de ahi Carmela como quieres me levante? { que de tres dfas parida—no hay nadie que se levante. : —Levéintate de ahi Carmela,—no vuelvas 4 replicarme. — Ha montado en su caballo —eon dos pajes por delante, anduvieron siete leguas—uno y otro sin hablarse. — Como no mic hablas, Carmela?—¢Cémo quieres que te hable sila cole de tu caballo—va batiada con mi sangre? —D¥ la confesidn Carmela—que yo se Ia diré 4 un fraile, gue en Ilegando 4 aquella ermita—hago intencién de matarte.— Respondié el nifo tierno:——Por qué mata usted 4 mi madre? ¢por un falso testimonio—que mi abuela le levanta? Sila cama de mi madre os angeles la acompafian y la. cama de mi abuela—los demonios {a levantan. (2) Esinueresante por fp alusi6n le shiigua eostumbre referidu en la fazaba de dota Elvira, 1V del de, f Hb. V del Fuero viejo de Casilla; y de que habla yx Sénece, como existente en Cordoba antes de la conquista romana. : 346 Revista pe Exrremspura iQuién tuviera una chocita—en medio de los olivares, quien tuviera una chocita—para rezar 4 mi madre! ‘VIII Se paseaba Lisarda—por sus altos corredores. con un vestido de seda—que le arrastra 4 los talones, El conde que la miraba,—la requeria de amores: —No sehior, que soy muy joven,—y se diré por la corte — Alotro dia siguiente—por la corte se decia: Yo dorm{ con una. dama—ta flor de la maravilla— Su padre que estaba oyendo:—{Si ser mi Lisardilla? —Ven aci hija Lisarda,—ven aci hija querida, ue si no fuera contigo—serfas reina de Castilla, pero si fuera contigo—al punto te quemarfa.— El castigo que la dicron—no s¢ lo de Dios é nadie; la tiraron para un pozo—para que sus penas pase. 1 —Quién tuviera un pajarillo—de esos que comen mi pan, para Ilevarle una carta—al Conde de Montalbin.— Ya baj6 un angel del ciclo,—que Dios le mand6 bajar. —Araiga usted pacd esa carta—que yo se la iré 4 llevar ~Término dé siete dias—en dos horas ha de estar, Si lo enenentras paseando—no le dejas pascar, si lo encuentra merendando—no le dejes acabar, ~Cuando ya iba legando—venta de pascar. Tenga usted pa ella esa carta y Iéala sin deseansar, que 4 su querida Lisarda—maiiana la quemaran, Si la queman, que la quemen,—a mi tanto se me da. Jo que sient» es lo de dentro—que de mi sangre es jeal. — Mand6 errard su caballo—to de alante para atrés, Y se cambié la su ropa—por otra ropa talar. Cuando ya iba legando—la sacaban 4 quemar, —Detengase la justicia—y la vara de mander, que esa muchacha es muy joven—y se querré confesar.— Responden su padre y madre:—Confesada ya lo esti, —Si confesada lo ¢sti,—se querr reconciliar.-- Entré por la puerta chica—salié por la principal, Ja ha montado en el caballo—y la empez6 4 preguntar: —Declérate 4 mi, Lisarda,—no te quieras condenar, No he tenido mas amores—que él Conde de Montalban, dicen que es buen eabellere—conmigo lo ha hecho muy mal. —No te querré mal, Lisarda—ctiando entre sus brazos vas, | ¥en el pueblo mds cereano—alli nos han de casar. | Nora Este somance, version como el de Calenanca de Asturias, atm 7 y 0 dele mencionada seleeciin del Sr. Menéndes Pelayo, de otro de ciclo exrolinglo esd los mis completos ¥ amtiguos 4 esr de J intervene angelica, obra sin duda de los sgl 15 auv 9 de algtaos drienon, que Goo 28 owes de los pubicados, haa sido introducidospostericrmente & su origen, | Rowances POPULARES DE La Sitkea pe Gata 347 1 Una noche muy oscu-ra—de:reldmpagos y truc-nos se pasea un caballe-ro—desde la Corte 4 su ca-sa con sombrero de tres pi-cos—y en el medio pluma blan-ca, xy en el medio de la plu-ma—el retrato de su da-ma. ‘Maria, si yo me mue-ro,—no me entierres en sagra-do. Entiérrame en un rincén—en donde nadie ms vea: y de cabecera pon—un ladrillo colora-do— con un letrero que diga:—aqui murié Juan del A. no muri6 de calentu-re—ni de dolor de costa-do; que murig de pufiala-das—que le dieron en la Pla-za. Nora Variante deel de'D- Manuel mina. 297 dela coleccion cliads: x ‘Ya viene Lucas Barros>—vaquero de gilardia, ‘Trae las vacas cansadas—y tn poco rendidas De pelear con el Moro—tres veces al dia Una vez por la mafiana—y otra vez al medio dia, ¥ otra por Ia tarde-—cuando el sol érespouia. —Echa las vacas vaquero—esas cafiadas arriba, (Que si hacen algin daflo—mi emo lo pagaria Con el mejor becerrillo—que tiene la Vaqueria, Hijo del toro Pintado~y la vaca Gilardia Tan ligero lo pinté—que volaba en las corrias. EL Camina fa Virgen pura—camina para Belén con el su nifio ¢a los brazos—pidiéndola de comer. —Calla, hijo, calla, hijo,—que alld arriba estd un verjel cargadito de manzanas—que més no puede tener. Es un viejo el que le guarda,—es un ciego que no ve. —Por Dios le pido mi viejo—que asf Dios le deje ver que me dé usted una manzana—para este —Entre usted, séfiora, al huerto—y coja las que quisiere— La Virgen como era corta—nada més cogid que tres. Una le ha dads 4 su hijo—otra le did 4 Sin José 6 en la manguera—pare su nifio después. El nifio empe76 4 morderla—y el viejo comenz6 ver: Quin seri esa Sefiora—que me ha hecho tanto bien? serd la Virgen Maria—y €l nifio de San José. jo comer. x11 En Galicia hay una nifla—que Catalina se llama: ‘Su padre es un perro malo;—su madre yna renegada, Todos los dias de fiesta—su padre la castigaba, Porque no queria hacer—lo que su madre mandaba, Le mandé hacer una rueda—de cuchillos y navajas. La rueda ya estaba hecha—Catalina: arrodillada: Ya baj6 un-angel del cielo—con su corona/y'su palma: —«Sube, sube Cataliia—que Dios del ciel te llama> due me querré Dios del ciclo—que tan aprisa me llama? —Es que quiere que le cuentes—toda tu vida pasada. Qué querrd que yo le cuente—si dimi no me pasa'nada?— Al subir por la escalera—eayd un marinero al azua, —Qué me dis marinerito—porque te saque del agua? —Yo te daté mis navios—catgaditos de oro y plata, —Yo no qiiero tus navios—ni tu oro ni tu plata, Lo que quiero ¢s cuando mueras—que me entregues la tu alma, =Revélate mal demonfo—y de esa. mala palabra, Que mi alma es para Dios—que para Dios fué criada, ¥ el cuerpo para los peces—que en la mar estén salada. | 348 Revista ve Exrrestapvra ! ' | | | | Nora En evte romance hagiogrisco, se presenia otro nuevo, caso de contaminacti, 6 acopla siento cou el conocido en Asturias con el nombre de Laz Tentecior. UL Estaba el setior Don Gato—sentadito en su tejado. Ha recibido una carta—que si queria ser casado, Con una gatita blanca—hije de un gato pardo. El gato por ver la novia—se ha caido del tejado, Se-ha roto siete costillas—y el espinazo ¥ el rao. Han llamado al médico—y el médico le receta una tacita de caldo—y si no la quiere tomar doscientos cincuenta palos. Ya le llevan 4 enterrar—por Ia plaza del mercado, ¥ al olor de las sardinas—cl gato ha resucitado, Por eso dice la gente—siete vidas tiene un gato, APENDICE Aun cuando consideramos mas moderno y sobre todo vu(gar el si- guiente romange, no queremos dejar de publicarlo para muestra del + donaire popular, y- porque acusa por su factura y lenguaje, la mano de un babil pugley del siglo xvi. Un francés vino de Francia—cn busea de una mujer se encontrs con una nifla—que le supo responder, Site vinieras eonmigo—por el término de un aio, te calzara y te vistiera~y te regalara un sayo. e ; Rowances POPULARES DE La Sierra DE Gata 349 —Una nifia como yo—no se vende por un sayo, ni por dos ni tres doblones—que reconozco mi aafio. Caballero, si usted quiere—de mi hermosura gozar, Me ha de dar cuanto yo pida—y nada me ha de faltar. Lo primero es una casa—que valga diez mil doblones, que caigan para la calle—ciento cincuenta balcones. La sala donde yo habite—ha de estar calada de oro, ¥ las fachwras de plata—para darme gusto en todo. La cama donde yo duerma—ha de ser de carmesi, con las sdbanas de holanda—para darme gusto 4 mi. Desde mi casa 4 la iglesia—me has de poner una parra pata cuando vaya 4 misa—no me dé el sol en Ia cara. Desde mi casa 4 Ia iglesia—me has de poner un guindal, para cuando vaya 4 misa—almorzar guindas con pan. Desde mi casa 4 Ie iglesia—has de poner una alfombra, para cuando vaya 4 misa—no se me ensucie la cola, = Desde mi casa 4 la iglesia—me has de poner un tablado, para cuando vaya 4 misa—no'se me ensucie el calzado. ‘A la puerta dela iglesia— me haSde porier dos leonés, para cuando vaya 4 misa—que ime respeten:los hombres, =-Quede usted con Dios, Sefiora—que maiiana volveré, . que es mucho lo que usted pide;—busque usted quien se lo dé., te BURBUdAS { 2 La experiencia maldita St entre verdades mil, todas de 4 folio, 3 me ha demostrado que de ciertos seres es preferible 4 la amistad el odio. 2 = St hg! Dices que ya el confesor te perdon6 tu pecado. Qué sabe él lo que-es amor, ni lo que es ser engafiado? Juanote es.el criado, de Juan elrico. Trueque usted los papeles: { total... lo ‘mismo, Raméy Barco.

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