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economía participativa

§ S eri es y Art í c ul o s La economía participativa (parecon en inglés) es el


nombre de un tipo de economía propuesta como
Programa y visión de futuro alternativa deseable al capitalismo. Los "autores" de esta
propuesta son Michael Albert y Robin Hahnel. Los valores
Otros artículos
que intenta conseguir la economía participativa son:
equidad, solidaridad, diversidad y auto-gestión
"Quiero creer que la gente participativa. Las formas institucionales para conseguir
tiene un instinto por la
libertad, que quieren
esto incluyen la democracia directa, los complejos de
controlar sus vidas de trabajo equilibrados, la remuneración acorde al esfuerzo
verdad. No quieren que les y sacrificio, y la planificación participativa.
presionen, que les manden,
que les opriman, etc., y Hay mucho material en inglés sobre la economía
quieren una oportunidad participativa, incluyendo cinco libros de los autores, todo
para hacer cosas que tengan
sentido. No sé cómo probar ello en línea en ZNet [www.parecon.org]. Es nuestro
esto. En realidad es más una objetivo ir presentando este material en español poco a
esperanza de que las poco, a medida que lo vayamos traduciendo.
personas son así, de que si Empezaremos con una serie de artículos que da una
las estructuras sociales
cambian lo suficiente, esos
visión general e invita a la reflexión y la discusión.
aspectos de la naturaleza
humana saldrán a la luz."

Noam Chomsky

Once comentarios sobre el programa y la visión de futuro


de la economía participativa
por Michael Albert

I. El movimiento por una economía participativa: introducción


Introducción a la economía participativa, innovadora propuesta económica para superar tanto el capitalismo
como la planificación central dirigida.

II. Remuneración justa


¿Cuál debe ser la base de la remuneración? El autor sostiene que no debemos remunerar ni el capital ni la
productividad de cada uno sino el esfuerzo y sacrificio en el trabajo.

III. Un programa para conseguir una remuneración justa


Debemos luchar por todas aquellas medidas que redistribuyan los ingresos de arriba abajo: veamos cómo.

IV. Auto-Gestión
Qué significa auto-gestión y por qué creemos en ella.

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V. Un programa para conseguir la auto-gestión
Si creemos en la auto-gestión como objetivo, ¿por qué cosas debemos luchar?

VI. Trabajo digno


¿Cómo sería una división justa de tareas para cada persona, y cómo dividir las tareas para que nuestro
trabajo fomente la auto-gestión?

VII. Un programa para conseguir trabajo digno


Cómo hacer para que todos los trabajos sean dignos y enriquecedores, empezando por los propios
movimientos.

VIII. Asignación participativa


La asignación de recursos en economía puede hacerse de forma participativa, no es necesario ni el mercado
capitalista ni la planificación central dirigida.

IX. Un programa para conseguir la asignación participativa


Demandas a corto plazo para incrementar el poder de trabajadores y consumidores, así como limitar los
efectos nocivos del mercado capitalista.

X. La economía y el resto de la sociedad


¿Qué relación tendría la economía participativa con la sociedad? Veamos cómo encajaría con una concepción
social más justa y democrática.

XI. El programa de la economía participativa


Como colofón a la serie, se presenta un programa económico actual que sirviera para mejorar la vida de la
gente hoy y a la vez sentar las bases para mejoras futuras.

Otros artículos

Michael Albert: Larga vida a una parte del marxismo


Albert teoriza sobre los aspectos que él considera positivos y negativos de la doctrina marxista.

Michael Albert entrevista a Ezequiel Adamovsky: Argentina y


Parecon
¿Analizando la situación argentina desde el punto de vista de parecon, o el parecon desde el punto de vista
argentino?

Kate Redmon entrevista a Michael Albert: Introducción a la Economía


Participativa
¿Qué es la economía participativa?

Colectivo Mondragón: La experiencia de la librería y cafetería


Mondragón
Origen, historia, estructura organizativa y otras características de una empresa diferente

Brian Dominick: Economía participativa, anarquía y política


¿Qué papel ha de jugar el estado en una economía participativa?, ¿y en el paso de un modelo diferente hasta
llegar al modelo “parecon” de Albert y Hannel?. Brian Dominick nos da su opinión sobre estos temas,
aclarando puntos clave sobre este sistema económico.

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Michael Albert: ¿Cuba sí?
Artículo fechado en 1989 en que el autor proponía el parecon (economía participativa) como estructura
económica para Cuba en los difíciles momentos que atravesaba ésta tras la desaparición de la URSS

Michael Albert: Autonomía entre la solidaridad


M. Albert analiza los inconvenientes de la fragmentación en los movimientos de izquierdas y las ventajas de la
unión de todos ellos basada en la suma de sus enfoques. Para ello propone un nuevo tipo de unidad que
estaría basado en la solidaridad entre los grupos, al tiempo que mantienen su autonomía.

Paul Burrows: Creando instituciones alternativas


Paul Burrows nos habla de lo verdaderamente “revolucionario”, que es crear instituciones alternativas dentro
del sistema capitalista, analizando las dificultades para llevarlas a cabo, y los posibles criterios a seguir si
seguimos las directrices del modelo económico “parecon” (economía participativa).

Brian Dominick: De aquí a parecon


Dominick describe el proceso necesario para llegar a la transformación de la sociedad en todos sus aspectos,
principalmente en el económico, sentando las bases de una economía participativa.

Michael Albert: ¡¿Partidarios de los mercados?!


Albert critica a los izquierdistas que ahora alaban las ventajas del mercado, exponiendo los defectos de este y
proponiendo como alternativa la Economía Participativa.

Michael Albert: Economía participativa


Presentación de M. Albert de la Economía Participativa en el Foro Social Mundial de 2003 donde describe
este sistema económico como alternativa al capitalismo y a los sistemas de planificación centralizada.

Michael Albert: Un vacío enorme


Artículo fechado en 1997 en el que Albert critica a los movimientos de izquierdas que se limitan a hacer un
análisis de la realidad sin proporcionar ninguna alternativa a la situación.

Justin Podur entrevista a Michael Albert: Sobre Economía


Participativa
Entrevista sobre Economía Participativa en la que Justin Podur cuestiona algunos aspectos de la visión de
Albert, y a la vez intenta profundizar en temas que parecen ser secundarios para ésta, como la ecología o el
racismo.

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Curso de teoría política

Economía participativa

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Michael Albert

Economía participativa

Transcripción de un vídeo de O. Ressler,


grabado en Woods Hole, EEUU, 37 min., 2003

Me llamo Michael Albert. Vivo en los Estados Unidos y trabajo como editor para las revistas Z Magazine y
Znet, un sitio Web en línea. Además, soy coautor de libros y abogado defensor de una cierta visión
económica, la economía participativa. Me han comentado que el tema de esta película trata sobre este
tipo de economía.
La economía participativa es una alternativa al capitalismo. El interrogante "¿Qué queremos?" suele
plantearse con frecuencia a los activistas. En el ámbito económico, este tipo de economía podría
considerarse una posible respuesta. Se cimenta sobre unos valores e instituciones clave. Estos valores
son la equidad, la solidaridad, la diversidad y la autogestión. La idea de equidad consiste en analizar lo
que debemos obtener en relación al esfuerzo que realizamos por nuestro trabajo. Lo habitual sería
percibir una remuneración que fuera acorde al esfuerzo y sacrificio realizados y no a la propiedad o al
poder que tengamos. La solidaridad es una noción muy básica que se preocupa por el bienestar de los
demás, en lugar de obstaculizar su desarrollo. Cuánto mayor sea el grado de solidaridad, más óptimo
será nuestro bienestar. La diversidad denota precisamente lo que la misma palabra expresa, un abanico
de opciones. Disponer de un amplio abanico de opciones resulta mucho más acertado que homogeneizar
y reducir esta gama de opciones que se encuentra a nuestro alcance. La autogestión está íntimamente
relacionada con el control que ejercemos sobre nuestras vidas. La autogestión encarna una opinión
propia en lo que respecta a las decisiones que uno toma en relación al grado en que uno se ve afectado.
Podemos estar o no de acuerdo con todos estos valores; particularmente, yo abogo por ellos. El
desarrollo de una visión económica consiste esencialmente en entender las instituciones para, de este
modo, obtener una producción, un consumo, una distribución y unas funciones económicas derivadas de
esos valores que permitan una propuesta de los mismos en lugar de su aniquilación. Las clases de
instituciones que presento atendiendo a ese fin, son los consejos de trabajadores y consumidores, unos
vehículos democráticos directos que permiten a los trabajadores y consumidores el desarrollo,
organización y manifestación de sus preferencias, una especie de "complejos de trabajo equilibrados". El
objetivo consiste en superar la tan conocida división del trabajo. En lugar de que sean sólo un tipo de
personas (aproximadamente el 20 por ciento), las que desempeñen las tareas de mayor responsabilidad
y poder, y otro grupo de personas (aproximadamente el 80 por ciento), las que realicen las tareas más
tediosas y rutinarias, nosotros dividimos las tareas y responsabilidades laborales de forma que todos
desempeñemos tanto trabajos de responsabilidad como trabajos rutinarios y tediosos. Como resultado,
nuestro sistema abole esa división entre el 20 y el 80 por ciento, una división de clases, donde el primer
grupo sería la "clase coordinadora" y el segundo, la clase trabajadora. Esto se consigue gracias a un
"complejo de trabajo equilibrado". Este complejo dispone de un esquema de remuneración en función del
esfuerzo y sacrificio realizados, que permite determinar la renta de todo el mundo. Por último, es
necesario analizar el problema de la distribución económica. ¿Cómo se decide qué cantidad se debe
producir? ¿Quién debe decidirlo? ¿Dónde se decide? ¿A dónde se dirigen todas estas entradas? ¿Qué
consecuencias generales tiene para la economía? El procedimiento que existe en la actualidad en los
Estados Unidos es el sistema de mercados. El procedimiento que solía existir no hace mucho tiempo en la
Unión Soviética se denominaba planificación central. La economía participativa rechaza tanto el sistema
de mercados como la planificación central y propone en cambio una "planificación participativa". En esta
planificación, los elementos clave son los consejos de trabajadores y consumidores, la toma de decisión
autogestionada, la remuneración acorde al esfuerzo y sacrificio realizados, los complejos de trabajo
equilibrados y la "planificación participativa", que constituye una alternativa tanto para el capitalismo
como para las formas de socialismo previas, que en realidad encomendaban la máxima responsabilidad a
aquellos grupos que tenían el monopolio sobre el trabajo dominante.

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En cualquier economía de cualquier época, la gente desempeña sus actividades económicas, su trabajo.
Ese trabajo genera un resultado, al que denominaremos pastel o producto social. Por consiguiente, la
pregunta en este caso sería conocer el porcentaje que obtendríamos cada uno de nosotros de ese
producto. A esto es a lo que denominamos remuneración. ¿Qué principios deberían establecerse en la
economía para determinar el porcentaje que obtendríamos a cambio del trabajo que realizáramos? En
algunas economías, uno de los principios a seguir sería la obtención de una remuneración en función de
la propiedad y de los productos que se obtengan de la misma, lo que denominamos beneficio. Yo soy
particularmente contrario a esa idea. No creo, por tanto, que Bill Gates, por el hecho de tener en su
poder la escritura de Microsoft, fuera más valioso que toda la población de Guatemala, o que su valor
fuera equivalente al de la población de Noruega. En lo que a mí respecta, esto no tendría ningún sentido.
Dado que este tipo de sistema no nos beneficiaría en absoluto en un sentido económico y nos llevaría a
todo tipo de injusticias y horrores, lo rechazo por completo. Otra noción que comparte la Harvard
Business School, consiste en obtener una remuneración por aquello que podemos conseguir. Éste es un
enfoque relativamente impreciso en lo que respecta a la distribución económica, ya que siempre
intentamos negociar y utilizar nuestra influencia para conseguir más. Por tanto, otro principio sería el de
obtener una remuneración en función de la influencia que ejerciéramos. Obviamente, no estoy de
acuerdo ni con el sistema utilizado por Al Capone ni con el que emplea la Harvard Business School, ya
que no creo que ninguno de ellos sea el más acertado, tanto económica como moralmente.
El tercer principio, que defienden fervientemente algunos sujetos, sería obtener una remuneración a
cambio de los beneficios obtenidos por el trabajo desempeñado. Según parece, esta alternativa podría
ser un poco más deseable. Si realizo un trabajo y ese trabajo incrementa el tamaño del producto social o
el tamaño del pastel, ¿no debería obtener la misma cantidad a cambio? Después de todo, si recibo una
cantidad superior, estaría beneficiándome del producto que alguien más hubiera generado. Y si recibo
una cantidad inferior, estaría percibiendo menos de lo que yo habría aportado y no sería justo. Por
consiguiente, mucha gente aboga en realidad por este tercer principio.
Por supuesto, si nos basáramos en este principio, sería lógico pensar, por ejemplo, que Michael Jordan,
una figura reconocida a escala internacional, cuando ganaba con los Chicago Bulls el campeonato anual
de la NBA, debería obtener una remuneración anual de millones de dólares por el trabajo que realizaba
jugando al baloncesto. ¿Por qué? Porque ése es el valor que se le había concedido. La sociedad le ha
otorgado ese enorme valor. El objetivo de la sociedad era poder contemplar el partido y disfrutar de él.
La cuestión de que esto sea o no razonable, algo con lo que estoy de acuerdo dada mi afición a los
partidos, es completamente irrelevante. El objetivo se cumplió y, por tanto, la sociedad valora el trabajo
que Michael Jordan ha producido. Atendiendo a este principio, ¿deberían los individuos ser remunerados
por la suerte que corrieran en la lotería genética? Michael Jordan nació con determinadas capacidades
que yo no tengo. Aunque me entrenara a partir de ahora y hasta el año 4042, nunca podría jugar al
baloncesto como lo hace Michael Jordan, ni podría componer como Mozart. Michael puede considerarse
un ser afortunado ya que ha nacido con determinados talentos y atributos que el resto de los mortales
admira, disfruta y de los que se beneficia. Sin embargo, la sociedad ante esto actúa justamente al
contrario, al recompensar sus talentos con grandes sumas de dinero. Esta forma de actuar me parece
completamente errónea. No veo por qué debemos ser remunerados por la suerte que tengamos en la
lotería genética.
Tampoco creo que debamos disfrutar de una mayor remuneración por el hecho de que tengamos mejores
herramientas que los demás. Si salgo al campo y corto caña de azúcar y otra persona hace exactamente
lo mismo, ¿el hecho de que disponga de un mejor cuchillo implicaría que la cantidad de caña de azúcar
que obtuviera debería ser superior a la de la otra persona? Si tuviera todo tipo de herramientas, ¿debería
obtener más? Si soy más grande y más fuerte que otro, ¿debería obtener más? El principio derivado de la
economía participativa es que debemos percibir una remuneración acorde al esfuerzo y sacrificio
realizados en nuestro trabajo. Cuanto más oneroso sea nuestro trabajo, mayor será la remuneración.
Cuanto más intenso sea, mayor será la remuneración. Cuanto más tiempo trabajemos, mayor será la
remuneración. Debemos desarrollar nuestro trabajo de forma socialmente responsable y, por lo tanto, no
debemos obtener más en virtud del talento, del equipo o del trabajo que realicemos con sujetos más
productivos.

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Si atendiéramos a cómo sería la toma de decisión para un filósofo durante una entrevista, esta entrevista
podría prolongarse durante cuatro semanas, convirtiéndola en algo totalmente incomprensible. En
realidad, no creo que sea una cuestión tan complicada. Supongamos, desde un punto de vista
económico, que trabajo en una oficina y que deseo colocar una fotografía de la persona con la que vivo
en mi escritorio. ¿Quién debería tomar esta decisión? Si le preguntáramos a alguien su opinión al
respecto, es muy probable que mostrara su indiferencia ante este problema, ya que no lo consideraría
como tal. Manifestaría su consentimiento sin lugar a dudas. A lo que le contestaría: "¿se refiere con ello a
que debería tomar yo mismo esa decisión, del mismo modo que lo haría un dictador, y que nadie más
podría alegar nada al respecto?" Probablemente, pensaría la respuesta durante un instante y contestaría
afirmativamente. "¿Cómo Stalin?", a lo que respondería: "sí, tomaría esa decisión". A continuación,
proseguiría mi discurso diciendo: supongamos que decido colocar una boom box (término acuñado en los
Estados Unidos para hacer alusión a una especie de reproductor musical portátil) en mi escritorio para
reproducir música heavy metal a todo volumen. En este caso, su respuesta sería: "no, en ese caso no
podría tomar esa decisión como lo haría un dictador". A lo que le respondería: "¿quién más tendría que
participar en esta decisión?" Y su respuesta sería: "la gente que escucha la música. La gente que vive en
el barrio". A lo que alegaría: "¿qué ocurriría entonces con la persona que se encuentra a dos manzanas
de donde estoy y que no puede escuchar la música?" Y entonces me diría: "¿y qué ocurriría con la
persona que se encuentra justo a su lado?". A lo que tendría que responderle que lleva toda la razón.
Lo que hemos hecho en este caso es intentar desarrollar un principio. De forma implícita, un individuo
debe desarrollar su propia opinión con respecto a las decisiones que se toman de modo proporcional al
grado en que uno se ve afectado. Ésta es la clase de ideas por las que tenemos que luchar, de modo que
podamos conseguir aquello que la democracia realmente desea lograr, es decir, la autogestión. No quiero
decir con esto que todos tengamos que tener un voto, o que deba existir un 50 por ciento que nos
permita decidir si puedo o no colocar una fotografía de mi esposa en el escritorio. Eso sería ridículo. No
debería tratarse de un consenso, sino más bien de una decisión propia. Sin embargo, cuando se trata de
reproducir música a elevado volumen en mi escritorio, el individuo que se ve afectado por mi decisión,
debe manifestarse al respecto y adoptar una decisión que sea proporcional al grado en que se ve
afectado. Ello implicaría inmediatamente el rechazo de mi propuesta, dado que sería lo correcto en este
caso. Todo esto constituiría un principio. ¿Cuál sería la mejor forma de lograrlo? No existe un único
método. En el caso de la toma de algunas decisiones, se precisa únicamente la presencia de una persona,
de un voto o del 50 por ciento. En el caso de otras, sería preciso contar con las tres cuartas partes.
Algunas decisiones supondrían un consenso. Otras, por el contrario, serían literalmente dictatoriales.
Algunas decisiones serían adoptadas por un grupo pequeño en el contexto de un marco mucho más
amplio que lo hubiera definido un grupo mucho mayor. Los métodos pueden ser muy diversos. Los
métodos son precisamente eso, métodos o tácticas para conseguir el verdadero objetivo. El verdadero
objetivo no sería el consenso o el 50 por ciento, tampoco sería cualquier algoritmo ni cualquier método,
sería la autogestión.

¿Experiencias históricas?

Los antiguos mecanismos para la toma de decisión existentes en Yugoslavia se encontraban muy lejos de
todo esto, debido a motivos de gran peso relacionados con las instituciones. Es muy probable, y
asumamos el hecho de que es cierto, que cuando la economía yugoslava se estableció en el sistema de
mercados, el pueblo estaba ávido de autogestión. El pueblo quería que los trabajadores controlaran sus
propios espacios de trabajo. Al analizar la antigua constitución soviética, nos damos cuenta de lo mismo.
La función de los trabajadores debía haber sido la de actuar como un último tribunal de apelación en el
lugar de trabajo soviético. Éstos debían ejercer el poder sobre los mismos trabajadores en un lugar de
trabajo. La situación, sin embargo, era bastante distinta. Los planificadores centrales eran los encargados
de ejercer esa función. En Yugoslavia, el sistema de mercado existente para la distribución, generaba una
dinámica basada en la división del trabajo en el lugar de trabajo yugoslavo. Creaba una situación donde
los gerentes e ingenieros, así como otro tipo de actores, ejercían un marcado monopolio sobre la toma
diaria de decisiones y sobre las tareas que capacitaban, otorgaban conocimiento, generaban confianza y
desarrollaban las habilidades necesarias para la toma de decisión y la planificación del orden del día.

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Además de esto, existía un 80 por ciento de la población yugoslava dedicada a la realización de trabajos
tediosos y rutinarios durante todo el día. Ese porcentaje de individuos disfrutaba de una especie de poder
formal, pero nunca de un poder real. Siempre que el consejo de trabajadores de Yugoslavia tenía la
oportunidad de reunirse para la toma de decisión, el 20 por ciento que tenía el conocimiento, la confianza
y las habilidades necesarias, ejercía un dominio completo sobre la situación. Esta situación resultaba
insostenible y, por consiguiente, la tarea de creación de autogestión debía realizarse estructuralmente y
mediante las instituciones que la hacían viable. Estas instituciones estructurales clave son los complejos
de trabajo equilibrados y el modo de distribución.

En primer lugar, analicemos esta noción de complejo de trabajo equilibrado. En cualquier lugar de
trabajo, son miles las cosas y tareas que hay por hacer. Por tanto, la forma habitual de dividir el trabajo
consiste en analizar todas estas tareas para crear trabajos. Un trabajo es una combinación de tareas que
todos hacemos. Un trabajo es el conjunto de responsabilidades y tareas que tenemos. El método utilizado
en la combinación de todas estas tareas, consiste en crear una especie de jerarquía: distintos tipos de
trabajo a lo largo de esta jerarquía. La parte superior de esta jerarquía se caracteriza por individuos que
desempeñan tareas de gran responsabilidad. Las tareas que desempeñan estos individuos no requieren
únicamente habilidades y conocimientos, sino también la transmisión de los mismos. Deben generar
confianza y ejercer un control diario sobre cualquier fenómeno que ocurra en el lugar de trabajo.
Conforme descendemos por esta jerarquía, las tareas son cada vez más rutinarias y tediosas. Los
individuos quedan privados de sus habilidades y talentos, al tener que dedicar todos sus esfuerzos a
trabajos más onerosos, difíciles y exigentes que no requieren ningún tipo de habilidad o talento. Por
consiguiente, en ese contexto, este grupo inferior queda relegado al dominio del grupo superior. Este tipo
de división de clases es lo que yo denomino "clase coordinadora" y clase trabajadora. Si consiguiéramos
suprimir este tipo de sistemas e instaurar complejos de trabajo equilibrados, si pudiéramos dividir las
tareas en el lugar de trabajo de modo que todo el mundo tuviera un trabajo, que sería distinto en función
de las distintas inclinaciones de cada uno, pero igual de competente que el del resto de individuos,
podríamos manifestar nuestras preocupaciones, nuestras opiniones sobre lo que debería o no hacerse,
sobre cuál sería el orden del día, sobre qué decisión sería necesaria adoptar, cuando asistiéramos a los
consejos de trabajadores o las reuniones de nuestros equipos de trabajo, ya que todos podríamos
participar. Nadie podría alegar algo en contra del trabajo de otro, ni atribuir su trabajo a otro, porque
todos tendríamos un trabajo equiparable. El trabajo sería distinto pero equiparable en relación a la
competencia que ejerciera. El hecho de que ahora todo el mundo tenga que seguir el mismo patrón en su
lugar de trabajo, me parece absolutamente ridículo. Del mismo modo, si somos cuatro amigos, todos
tendremos nuestro propio punto de vista sobre la película que vayamos a ver. Las cosas se solucionan.
Aunque siempre a través de individuos que gozan de cierta influencia sobre la revolución y de modo
proporcional al grado en que se ven afectados.

La reacción de algunos individuos al concepto de complejos de trabajo equilibrados es la siguiente: me


parece una buena idea el hecho de que todos podamos desempeñar trabajos de responsabilidad que nos
satisfagan y que nadie desempeñe trabajos onerosos y aburridos. Pero, ¿no supondría todo esto un
problema grave? ¿No supondría (declara preguntándose acerca de la conveniencia de esta idea) una
pérdida de tiempo para aquellos sujetos que fueran más productivos? Supongamos que este sujeto
fuera... Mozart, y que le dijéramos que no solamente compusiera música como parte del complejo de
trabajo, sino que también realizara otro tipo de tareas, de forma que el complejo de trabajo estuviera
equilibrado. Cada segundo que Mozart no compusiera música, constituiría una gran pérdida, no sólo para
algunas personas, sino para toda la humanidad. Por lo tanto, no tendría sentido pedirle a Mozart que
hiciera otra cosa que no fuera componer. ¿No debería Mozart dedicarse exclusivamente a componer
música? La respuesta a esta pregunta, incluso para Mozart, sería que si organizamos la sociedad de
forma que los complejos de trabajo no estén equilibrados y se dividan, como de costumbre, en un 20 por
ciento de trabajo monopolista y competente, lo que conseguiríamos sería un gran número de Mozarts,
posiblemente uno cada cien años, o más bien un número "x" de excelentes compositores en un momento
determinado. "X" representaría un número elevado, 1,000 ó 10,000, en función de cuál fuera el baremo
aplicado en un país determinado. Sin embargo, si organizáramos la sociedad de modo distinto, si
dispusiéramos de complejos de trabajo equilibrados, ¿cuántas personas podrían componer de forma

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notable? El 80 por ciento de la sociedad no podía hacer uso de sus habilidades y talentos debido a la
opresión sufrida por la socialización, la educación y la formación. Con los complejos de trabajo
equilibrados, todo esto desaparecería. No habría motivo alguno para eludir la formación, la socialización y
todo aquello que estuviera orientado hacia una mejora del individuo, que permitiera ampliar su capacidad
y mejorar su productividad. Ningún sistema debería mermar las capacidades del individuo, para que
encajara en aquellos sectores en los que no se requiriera un tipo de habilidad especial. Esta idea estaría
muy alejada de una economía participativa. Por consiguiente, la primera respuesta a esta pregunta sería
la de tener un mayor número de Mozarts o de compositores menos aventajados. Nos sorprendería
descubrir la existencia de una gran número de individuos con esos mismos talentos. Además, en una
economía organizada como la nuestra, el talento más creativo debería estar enfocado a la venta de
productos. Con ello no me refiero a la producción de obras de arte que pudiera disfrutar la gente, sino
más bien a la producción de imágenes o palabras que convencieran a la gente para el desempeño de
tareas que no harían de otro modo. Al igual que ocurre en el sector de la publicidad o de otros medios de
manipulación. Este tipo de sectores sería el que abarcara un mayor número de talentos artísticos. Éste
es, por tanto, el primer asunto a tratar. Pero abordemos la cuestión en su totalidad. Tomemos como
ejemplo a un cirujano. Este cirujano pertenecería a un sector distinto de esta división del trabajo, el
sector de la cirugía. El interlocutor hace un inciso para preguntar: "espere un momento. ¿Está diciendo
que en una economía participativa, la persona que hubiera trabajado como cirujano en una sociedad
capitalista, dedicaría ahora parte de su tiempo a limpiar o a otro tipo de actividad como parte del
complejo de trabajo equilibrado?". - "Sí, exactamente". A lo que este interlocutor argumentaría: " eso es
totalmente imposible, no tendría ningún sentido". Esta persona representa toda la formación y
habilidades adquiridas para el desempeño de la cirugía. ¿Qué sentido tendría que invirtiera parte de su
tiempo limpiando y sin poner en práctica sus conocimientos como cirujano?" Bien, existen algunas
respuestas a este respecto. La primera sería que en el capitalismo los cirujanos no realizan su trabajo 40
horas a la semana. Pasan mucha parte de su tiempo jugando al golf y otra gran parte dirigiendo y
estableciendo jerarquías de poder en la administración de su lugar de trabajo. No obstante, supongamos
que emplean 40, 50 ó 60 horas a la semana desempeñando únicamente su trabajo como cirujanos.
Concedámosles el derecho a la crítica, un mundo que no existe, y veamos qué ocurre: ¿supondría una
pérdida para la sociedad si ese cirujano no trabajara 40 horas a la semana como cirujano, y en su lugar
trabajara 20 horas a la semana como cirujano y las otras 20 restantes haciendo algo distinto y
favoreciendo un complejo de trabajo equilibrado? Sí, ya que habríamos perdido 20 horas de cirugía de
ese cirujano. ¿Qué hemos ganado a cambio? Hemos ganado un lugar de trabajo aceptable y la abolición
de este tipo de distinción de clase. Por consiguiente, lo que hemos ganado a cambio es que el 80 por
ciento de la población sea ahora un pozo del que pueda emerger una enorme cantidad de personal
quirúrgico capacitado y con talento. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la Asociación Médica Americana
es una institución de médicos, que incluye a los cirujanos. Esta asociación no nace como una alternativa
de asistencia sanitaria adicional, sino para defender las ventajas y poder relativos de los médicos. Esta
labor la consigue en parte impidiendo que otros individuos puedan desarrollar los talentos y habilidades
necesarios para desempeñar la profesión médica. Por tanto, impide que las enfermeras hagan más de lo
que esté estipulado, lo que las deja en una situación de poder de negociación limitado para que sean los
médicos los que acumulen la riqueza. De este modo, lo que obtenemos al cambiar a un sistema de
complejos de trabajo equilibrados no es únicamente equidad, diversidad y solidaridad, o la eliminación de
estos efectos enfermizos de nuestra sociedad, sino además, en lo que respecta a la productividad,
conseguimos los potenciales y capacidades productivas de aquel 80 por ciento que se intenta anular.

Cualquier economía debe contemplar la distribución. Ésta es la parte más complicada. El resto solamente
puede considerarse relativamente complicado en el sentido de que es muy distinto a lo que estamos
acostumbrados. Pero no lo es en absoluto. La distribución puede ser en cierta medida compleja. Cada
empresa precisa de material y de entradas con las que elaborar su producción. ¿Cómo se establece el
porcentaje de entradas y de salidas que debe producir esa empresa? ¿Cómo se establece lo que yo voy a
consumir? De todas estas distintas posibilidades, ¿cuáles son las que voy a consumir y en qué
porcentaje? ¿Cómo se establecen los valores relativos de los distintos artículos que se encuentran
disponibles? ¿Por qué el precio de una silla es igual al de 14 camisas y no al de 12 camisas? ¿Qué nos
permite establecer este tipo de cosas? La respuesta a todas estas preguntas es el sistema de distribución.

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Los dos sistemas de distribución más característicos que se emplean en economía son los mercados,
donde compiten tanto los compradores como los vendedores. Fundamentalmente, lo que intentan es
estar a la cabeza para cuando el comprador se adelante al vendedor, éste experimente pérdidas y
viceversa. Es una dinámica competitiva. La planificación central es una dinámica con un grupo de
individuos, un aparato de planificadores centrales, que decide las entradas y salidas relativas de todas la
unidades. En el sistema de mercado, es precisamente esta dinámica competitiva entre compradores y
vendedores la que triunfa progresivamente tanto en las entradas como en las salidas. La economía
participativa contempla una clase distinta de sistema de distribución. El sistema de distribución se
denomina "planificación participativa". No resulta fácil describirlo de forma rápida, pero la esencia de la
idea no es nada complicada. Este sistema está constituido tanto por trabajadores (individuos, grupos,
equipos e industrias) en los consejos de trabajadores, como por consumidores (consumidores
individuales y grupos de consumidores), dado que la mayor parte del consumo se realiza de forma
colectiva. Por ejemplo, un parque, las carreteras, el aire, tanto si hay contaminación como si no, se
consumen colectivamente. Este tipo de productos son mercancías de consumo colectivo que afectan a los
grupos. Por consiguiente, existen individuos y grupos en los consejos de consumidores. Asimismo, debe
existir algún tipo de comunicación entre estos consumidores organizados en sus consejos y los
trabajadores. La comunicación de la planificación central adopta esta forma: un planificador central envía
instrucciones a los trabajadores y éstos le informan de si pueden o no llevarlas a cabo. El planificador
envía instrucciones y ellos, a cambio, comunican su cumplimiento. Es un sistema autoritario. En un
sistema de mercado, la comunicación se basa esencialmente en la propuesta que cada uno de los actores
efectúa con respecto a lo que desean hacer y a las estrategias que deben emplear para conseguir todo
cuanto puedan. El propietario intenta obtener el máximo beneficio posible, los empleados unos sueldos
más altos, los compradores intentan comprar todo lo que pueden al precio más bajo posible y así
sucesivamente. En la "planificación participativa", tanto los consumidores como los trabajadores
proponen aquello que desean hacer. Teniendo en cuenta el marco institucional, cada uno de ellos se
encuentra en posición de juzgar, ver y comprender la propuesta del otro.
Existe una segunda etapa, donde cada uno de ellos modifica su propuesta en vista de la reacción
obtenida de la economía global. Así como una tercera y cuarta etapas. Existe una planificación, es decir,
un esfuerzo consciente por determinar cuáles serán las entradas y las salidas. No obstante, esto es una
especie de planificación negociada, una planificación negociada de colaboración entre todos estos actores.
Y la dinámica consiste en…aunque no sé muy bien cómo describir todo esto: supongamos que trabaja
para una empresa capitalista y que su objetivo principal consiste en vender todo lo que pueda para
incrementar los ingresos de la misma; al trabajar de este modo, es probable que obtenga una pequeña
parte de ese incremento como trabajador por parte del propietario, dado que su finalidad última es la
obtención del máximo beneficio posible. Por consiguiente, poco importaría que vendiéramos libros y que
consiguiéramos que la gente utilizara esos libros a modo de cuña para las puertas, en lugar de leerlos. Lo
que vendemos es una lista de los libros más vendidos, no una lista de los libros más útiles o de mayor
valor. Si ideamos anuncios para que la gente compre un libro que permita mejorar su vida sexual, y el
libro trata de la pesca, ¡a quién le importa! Lo mismo ocurre con la ropa y con todo lo demás. Todo esto
no tiene ningún sentido. Esto no ocurriría en una economía cuya finalidad última no fuera únicamente la
de satisfacer sus necesidades. Lo único que realmente nos preocupa es el incremento de la producción
para satisfacer al individuo. Pero si nuestro trabajo no satisface al individuo, no hay motivo aparente
alguno para emplear nuestro tiempo trabajando. Es un efecto parecido al de padecer una indigestión, o
incluso peor, convierte a las personas en seres realmente miserables. Por consiguiente, el sistema
económico más óptimo sería aquel que explicara los verdaderos costes y beneficios sociales. ¿Cómo
podría este sistema ayudar y satisfacer a la gente y cuáles serían los costes derivados de la utilización de
recursos, o quizás de la contaminación y de otros efectos adversos?
La "planificación participativa" es un sistema que explica los verdaderos costes y beneficios sociales y que
permite a los actores, los trabajadores y los consumidores, influir y facilitar las decisiones de modo
proporcional al grado en que se ven afectados. El resultado final que se obtendría sería, por ejemplo, una
fábrica x que produjera un número determinado de libros, bicicletas, camisas, y una persona, Miguel, que
consumiera un determinado número de camisas, etcétera, y que trabajara en un complejo de trabajo
equilibrado, de forma que el resultado de la planificación se encontrara en función de los deseos, gustos y
preferencias de los individuos y respetara los efectos producidos en el entorno, grupos sociales, etcétera.

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Esto es lo que logra la "planificación participativa". Consigue una cooperativa negociada, un intercambio
de información y preferencias entre consejos.

¿Qué ocurriría si existiera una economía participativa en un país y una economía capitalista en otro? La
respuesta es muy relativa. Si existe una economía participativa en un país relativamente pequeño y una
economía capitalista en los Estados Unidos, éste último lo abatiría. Los Estados Unidos optarían por
abatirlo, impidiendo a toda costa que mostrara al mundo la posibilidad de una organización económica
que fuera humana y provechosa, que satisficiera las necesidades y el potencial desarrollado, así como los
valores a los que quisieran aspirar los individuos. Los Estados Unidos estarían completamente en contra.
Si se iniciara un movimiento que se acercara al modelo de economía participativa en Brasil, Argentina o
en cualquiera de los cientos de países que existen en el mundo, se produciría una tremenda presión
internacional que opondría resistencia a ese proceso, especialmente por parte de los Estados Unidos,
Europa y otros países. Incluso si dicho movimiento tuviera lugar en Francia o Italia, y aunque no
ocurriese simultáneamente en otras partes del mundo, la presión internacional por parte de los Estados
Unidos sería enorme. Ésta podría ser una buena definición de lo que es un imperio. La posibilidad de que
esta lucha pudiera tener algún tipo de efecto se encuentra en manos de la población estadounidense,
alemana, europea, y un largo etcétera. Los movimientos en estos países deben salvaguardar de nuestra
influencia a los movimientos procedentes de otras partes de mundo.

La economía participativa no se logrará en los Estados Unidos, Cuba, Sudáfrica o en cualquier otra parte
del mundo la semana próxima, el mes próximo o incluso el año próximo. Va a llevar mucho tiempo. Más
bien, la cuestión sería entonces plantearnos la repercusión que tendría esta visión en todos nosotros. En
mi opinión, la repercusión sería enorme.
A continuación, voy a exponer dos formas principales que expresan claramente esta diferencia. Una de
las preguntas que suele plantearnos la gente con frecuencia es: "¿qué queremos conseguir?" Creo que
detrás de este interrogante, existe un trasfondo muy verdadero. Lo que realmente implican con esa
pregunta es algo parecido a este ejemplo: si alguien intentara convencerme de que participara en un
movimiento que fuera en contra de la gravedad y yo le respondiera diciendo: "¡estás loco!, ¡anda,
piérdete!. No me entiendes", esta persona respondería a la visión. Y yo lo entendería. Si presentara un
discurso emotivo sobre cómo la gravedad nos limita, o cómo el envejecimiento nos mata y, a
continuación, dijera: "participa en un movimiento en contra de la gravedad" o "participa en un
movimiento en contra del envejecimiento", la gente empezaría a reírse y diría: "¡anda, piérdete, crece un
poco y enfréntate a los hechos!". En ese caso, tendría que admitir que llevan toda la razón. Eso es
precisamente lo que la gente diría si dijéramos: "ven y participa en un movimiento en contra de la
explotación", "participa en un movimiento en contra de la pobreza", "participa en un movimiento en
contra de la guerra", "participa en un movimiento en contra del racismo". Mucha gente respondería
diciendo: "¡crece y enfréntate a los hechos!". Nunca responderían diciendo que la guerra o la pobreza no
existen. Todo el mundo sabe que hay guerra y pobreza en el mundo. Al igual que todo el mundo sabe
que existe el envejecimiento y la gravedad. Todo el mundo conoce cuáles son sus efectos. Conocen
perfectamente cuáles son los efectos devastadores del envejecimiento, pero no participan en un
movimiento que vaya en contra del envejecimiento. Uno de los motivos por los que no participan en este
tipo de movimientos, es porque saben que tanto la gravedad como el envejecimiento son inevitables. No
hay alternativa. Todavía no se ha inventado un mundo en el que no exista la pobreza o el racismo. "No lo
podemos cambiar. Y, por consiguiente, debemos crecer observando la realidad a la que debemos
enfrentamos". La visión puede aplacar ese cinismo. Margaret Thatcher declaró una vez en el argumento
TINA: no hay alternativa. No se puede aplacar ese cinismo. Sin embargo, no podemos afirmar
simplemente que sí existe una alternativa. Esta afirmación no sería suficiente. No es convincente. Es
posible que me convenza a mí o a usted, pero no va a convencer a 150 millones de personas ni a 3
billones de personas. La gente necesita argumentos más sólidos. Necesita algo más. Por consiguiente,
necesitamos acomodar esta visión que ellos plantean, que les da esperanza y les otorga la sensación de
que algo mucho mejor es posible. Entonces, ¿por qué es tan importante? Si trabajo intensamente y tengo
poco tiempo libre y alguien viene y me dice: "únete a mi movimiento. Ven y ofrece el poco tiempo que
tienes, o al menos una pequeña parte del mismo, por una causa justa. Participa en una lucha que implica
cierto riesgo". Mi respuesta sería: "¿por qué debería hacerlo?", cuando la causa por la que lucho es

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bastante improbable que la gane, e incluso aunque la ganase, tendría un impacto mínimo, porque
conozco perfectamente todo lo que el movimiento ha intentado inculcarme durante treinta años, que el
capitalismo es poderoso, que emana este tipo de presiones que controla y lo moldea todo. De este modo,
si consigues un incremento salarial, el capitalismo tenderá a mermarlo. Si tus condiciones mejoran, el
capitalismo las hará retroceder. Si consigues más democracia, el capitalismo la limitará, y así
sucesivamente. ¿Por qué debería entonces ofrecer mi tiempo? El razonamiento de algunas personas sería
el de luchar por una buena causa. Ésta es una expresión bastante utilizada en los Estados Unidos. Es
como si le dijéramos a un boxeador: ¡vamos, pelea a ver si te dan una buena paliza! ¡Lucha por una
buena causa! Vas a perder, pero no importa. La mayoría de la gente no quiere luchar por una buena
causa, sólo por el hecho de luchar. Prefieren destinar su tiempo al cuidado de sus familias. Optan por no
sacrificar sus familias y su tiempo en pos de una lucha por una causa justa que les dejaría destrozados.
Parte del motivo por el que necesitamos acomodar este tipo de visión radica en el hecho de que esta
lucha no es sólo una lucha por una causa justa, sino más bien una lucha por algo verdadero. Necesitamos
también una estrategia. Deberíamos ser capaces de proyectar una imagen que permitiera mostrar a la
gente cómo su participación reportaría beneficios inmediatos que perdurarían en el tiempo y que se
implantarían en un mundo completamente nuevo. Una gran parte de este razonamiento estaría
fundamentado en una causa emocional o psicológica. Otro de los motivos por los que necesitamos
acomodar esta visión, sería el de encontrar un cauce para todo lo que hacemos. La búsqueda de un
nuevo mundo podría llevarnos a situaciones no deseadas en un principio. No sería la primera vez que
ocurriera. Por lo tanto, es importante analizar de antemano todo aquello que queremos obtener
realmente. Debemos conseguir que el proceso, la lucha y la estrategia que empleemos nos conduzca a
donde queremos llegar, y no a una especie de escenario terrorífico. Es muy importante tener esto en
cuenta. En una economía participativa, es esencial conocer las repercusiones que puede tener tanto el
modo de organización como el desarrollo de nuestros movimientos. Esta economía debería ser capaz de
reflejar la división interna del trabajo en nuestros movimientos, como los complejos de trabajo
equilibrados. Debería guiarnos hacia el tipo de economía que deseamos alcanzar. Esta economía no
debería reproducir las jerarquías ya existentes, ni las jerarquías de clase actuales, no debería implantar
los mismos modelos de remuneración ni considerar la forma de pago como un hecho arraigado en la
sociedad; deberíamos entender esta economía conforme a los nuevos principios que comprendemos, de
los que aprendemos y que nos permiten alcanzar el tipo de sociedad que deseamos. En el ámbito de las
relaciones internacionales, deberíamos ser capaces de afirmar que las exigencias relativas al FMI, al
Banco Mundial, etcétera, no son justas, en el sentido de que no benefician al pueblo, para poder
conseguir aquello que deseamos. En otras palabras, considero que esta visión, aparte de orientar, ofrece
motivación, esperanza y un compromiso menor. Puede ser un buen indicador que nos permita saber
dónde queremos llegar y qué queremos hacer. Es como si fuéramos al aeropuerto y la única cosa que
supiéramos fuera que queremos viajar a alguna parte, sin conocer nuestro destino final. Pediríamos un
billete, pagaríamos por él, alguien nos lo vendería y nos subiríamos a un avión, que muy probablemente
nos llevaría a un sitio mucho peor del que partimos en un principio. Ésta no es una forma inteligente de
actuar. Nuestro objetivo no sería únicamente el de viajar a otro sitio distinto, sino el de saber cuál es
nuestro destino final, o al menos conocer la zona a la que nos dirigimos.

Traducción: MediaLabMadrid, Centro Cultural Conde Duque, Madrid

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http://zinternational.zcommunications.org/Spanish/0504albert.htm

ECONOMÍA PARTICIPATIVA
Entrevista a Michael Albert
Por Justin Podur

El libro de Michael Albert Parecon: Life After Capitalism (Economía Participativa.


La vida después del capitalismo) ha sido publicado recientemente por Verso
Press. Michael Albert fue entrevistado por Justin Podur, un escritor y activista de
Toronto.

Justin Podur: Antes de ocuparnos de tu nuevo libro sobre la economía


participativa, ¿podrías resumir en pocas palabras la lógica y las características de
este modelo?

Michael Albert: La ec onomía participativa es u na n ueva visión


económica propuesta para sustituir el capitalismo. Sus valores p rincipales son l a
solidaridad, la diversidad, la equidad y la autogestión.
Solidaridad significa que la economía debería hacer que la gente se preocupe por
el b ienestar d e l os d emás en v ez de intentar pisotearlos. Diversidad significa que
la economía debería b rindar m últiples opc iones en v ez de ofrecer s oluciones
únicas. Equidad significa que l a ec onomía d ebería dar a l a gen te un s alario en
proporción al esfuerzo y al sacrificio qu e realiza en u n trabajo socialmente ú til en
vez de dep ender de los bienes q ue s e pos ea, el p oder en l a n egociación o la
productividad. Autogestión significa qu e los t rabajadores y l os c onsumidores
deberían tener influencia en las decisiones acerca de la producción, la asignación
de r ecursos y el c onsumo c on un nivel de i nfluencia proporcional al impacto
relativo d e estas d ecisiones sobre s us vidas, en lugar de qu e algunos pos ean la
capacidad de tomar decisiones y otros simplemente reciban las órdenes.
Las principales instituciones d e l a ec onomía par ticipativa p ara c onseguir e stos
objetivos son los consejos participativos de trabajadores y consumidores, basados
en métodos d e t oma de decisión q ue otorgan influencia d e modo proporcional al
grado en que uno se ve afectado por tales decisiones, una división del trabajo que
asegure
igualdad a t odos los trabajadores, r emuneración pr oporcional a l a intensidad y
duración d el t rabajo socialmente ú til y l a asignación d e r ecursos a través de una
negociación conjunta más que mediante órdenes centralizadas autoritarias o u na
competencia feroz.
Los consejos d e t rabajadores y c onsumidores no s on nada nuevo. S e t rata
simplemente del vehículo para d esarrollar y manifestar l as preferencias, ya sea a
través de equ ipos de trabajo p ertenecientes a u na división, a un lugar de t rabajo,
una i ndustria, u n h ogar, v ecindario, r egión o p aís. L os métodos de toma de
decisión son c onocidos t ambién. U na pe rsona, un voto, con gobierno de la
mayoría, o de las tres cuartas partes, y variantes de este sistema de votación que
también incluyen m ecanismos par a d ivulgar y c ompartir l a información relativa a
las decisiones, el debate, l os r etrasos y los c ierres, e tc., p ero todo e sto elegido
caso por caso para distribuir la influencia de manera proporcional al grado en que
las personas se ven afectadas por las decisiones.

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La división de trabajo de una economía p articipativa es u n p oco más original. Las
tareas se distribuyen d e m odo q ue c ada s ujeto t enga un " complejo de t rabajo"
comparable al de todos los demás en relación con la calidad de vida o el grado de
poder. Nadie tiene sólo un trabajo aburrido y repetitivo, ni tampoco sólo un trabajo
que gener e c onfianza, des arrolle un a h abilidad o per mita el acceso al p oder. E n
vez de eso, cada uno tiene una serie de tareas, por supuesto adecuadas según la
capacidad e i nclinación, cuyo poder de i nfluencia t otal es igual al de todos los
demás. Una economía participativa tiene aún tareas administrativas, d e d irección,
de planificación, etc., p ero no t iene personas q ue s ean s ólo adm inistrativos,
directores o p lanificadores. Del m ismo m odo, una economía participativa tiene
tareas de e nsamblaje, d e l impieza, s ervicios, excavación y t ransporte, etc., per o
no tiene personas que sólo sean ensambladores, limpiadores, o transportistas.
La mayoría d e l as p ersonas d e i zquierda c omprenden por qu é l a
remuneración no debe i ncluir r éditos de c apital, per o l a economía participativa
también r echaza la remuneración s obre l a base d e l a productividad. E n vez d e
eso, se remunera a l a g ente p or su esfuerzo y sacrificio, lo qu e es diferente de l a
productividad, dado qu e las p ersonas d ifieren en sus habilidades, usan diferentes
herramientas, etc. Ya que l os t rabajos e stán e quilibrados, e n una e conomía
participativa s i t ú trabajas por más t iempo que y o, en una a ctividad s imilar,
probablemente obt endrás un m ejor s alario. Si trabajas m ás o m enos du ro,
obtendrás proporcionalmente un salario mayor o menor. Si tienes u n trabajo muy
duro o un o m ás placentero, o btendrías pr oporcionalmente un mayor o menor
salario.
Y f inalmente, c omo ú ltimo el emento institucional destacado, l a as ignación de
recursos en u na e conomía par ticipativa y a no se realiza por medio de mercados
competitivos, que d istorsionan el comportamiento, a lteran p rofundamente l os
precios, g eneran u na p lusvalía y una di stribución d e i ngreso y r emuneración
injustas, d istorsionan la i nversión p ara servir a l a acumulación de beneficios en
vez de satisfacer las n ecesidades h umanas y ocasionan d años irreparables a l a
ecología, entre otros defectos. Tampoco mediante la planificación centralizada que
es autoritaria y contraria a la autogestión, entre otros defectos. En vez de eso, l a
asignación d e r ecursos en l a ec onomía participativa s e r ealiza mediante l a
planificación participativa. Los consejos de t rabajadores y consumidores pl antean
sus c ompromisos, y f orman parte de u n p roceso n egociado p ara fijar las
inversiones y l a p roductividad e jercitando apropiadamente la toma de decisiones
para satisfacer las preferencias expresadas y desarrolladas libremente.
Mi nuevo libro, " Economía Participativa. La vida después del c apitalismo", aboga
en primer l ugar por l os valores mencionados. D espués e valúa c ríticamente, a la
luz d e estos valores, el actual mercado capitalista y el mercado y las instituciones
de la planificación centralizada socialista. Entonces presenta de una manera más
completa y, espero, más convincente, l as n uevas instituciones d e u na economía
participativa y t ambién e xamina s us propiedades individuales y c olectivas.
Finalmente, da respuesta a algunos interrogantes que los lectores puedan llegar a
tener sobre la economía participativa.

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JP: En muchos casos, los movimientos actuales no ven la opresión de clases y el
capitalismo como las únicas, o incluso las principales formas de opresión. En
cambio, se oponen al sexismo, al heterosexismo, al racismo y a todas las formas
de jerarquía. La economía participativa habla muy poco de todos estos temas.
¿Por qué?

MA: Desde l uego, l a p olítica, las relaciones i nterpersonales, la c ultura y ot ras


facetas de la vida también son importantes, no sólo lo económico. Pero supón que
estás d escribiendo nu evas instituciones políticas (digamos u n nu evo t ipo de
legislatura o s istema judicial), o nuevas f ormas de socialización o instituciones
domésticas ( quizás nuevas f ormas d e c rianza de los hijos), o nuevas f ormas
culturales ( digamos f ormas de r elacionarse e ntre c omunidades). D eberías
concentrarte en l a l ógica i ntrínseca d el á rea q ue a nalizas, per o no en t odas las
demás áreas al mismo tiempo. Te explayarías sobre las familias y la crianza de los
hijos, etc., pero no demasiado sobre los precios o el intercambio de recursos. Pero
que hables principalmente sobre la crianza de los hijos, sobre rituales religiosos e
identidad comunitaria o el sistema judicial no significa que creas que los precios o
el lugar de trabajo no sean importantes, por supuesto, y en el mismo sentido, que
yo m e c oncentre e n la e conomía cuando estoy intentando presentar una visión
económica no implica que yo crea que la raza o el género u otros factores no sean
importantes, especialmente cuando mi libro y mis escritos indican lo contrario.
Una visión económica d ebería respetar l as nor mas que s urgen de las luchas por
los derechos asociadas al género, el s exo, la r aza u otras r elaciones. Yo pienso
que la economía participativa es capaz de h acerlo, y el l ibro lo t rata. Por eso, s i
bien estoy de acuerdo e n q ue e s m uy i mportante l uchar contra l a tendencia a
exagerar la importancia de l a ec onomía y que h ay que p restar atención a otros
factores, incluyendo t anto enf oques c onceptuales y or ganizativos así como todas
las f acetas del ac tivismo, c reo que i ncluso c entrándonos en t odas l as á reas, a
veces t iene sentido t ratar m ás pr ofundamente u na par te de la sociedad y prestar
menos atención a ot ras. H ablar explícitamente s obre la visión económica m e
parece u no de e sos c asos, t anto como ha blar e xplícitamente de una visión
política, cultural o familiar supone destacar una parte de toda la sociedad.

JP: ¿Pero qué dice la economía participativa acerca de las labores domésticas,
por ejemplo, o sobre las tareas definidas por el género que las mujeres realizan en
el trabajo? ¿Qué dice sobre el aborto?

MA: La economía participativa no dice casi nada acerca d el aborto. O s obre criar
hijos, o sobre hacer el amor, o sobre un millón de otras cosas. Y lo poco que dice
sobre fenómenos extraeconómicos es muy general.
De modo q ue si h ubiera un a sociedad construida sobre l a economía participativa,
todos los aspectos de esa sociedad tendrían que ser compatibles al menos con lo
que la economía participativa pide de la gente. Esto es lo que un buen sistema de
gobierno d ebería decir sobre los aspectos q ue escapan a la pol ítica, o lo que una

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buena esfera cultural debería decir sobre aquello que escapa a lo cultural. Esto es,
si uno p ropone u na visión p ara una p arte de la sociedad -tal y como lo hago para
la economía- entonces s e s upone que el r esto d e l a s ociedad debería s er
compatible. El libro es explícito al respecto.
Si consideramos que cuidar niños o lavar platos es un trabajo doméstico y vivimos
en una economía p articipativa, entonces cuidar n iños o l avar p latos se convierten
en parte del proceso d e l os complejos de trabajo equilibrados, y se remuneran y
acuerdan según el modo d e l a economía p articipativa, c omo c ualquier c osa m ás
en la ec onomía. E n e se c aso, la e conomía participativa di ría s obre c uidar niños
exactamente el m ismo t ipo de c osas qu e diría sobre pr oducir bicicletas o realizar
una cirugía o extraer carbón. Es así en los complejos de trabajo equilibrado. Debe
organizarse s egún el p roceso d e p lanificación s ocial, t al c omo l a producción. Se
debe remunerar d e a cuerdo c on e l e sfuerzo y el sacrificio. Algunas personas -
como los integrantes de los movimientos por un salario para el trabajo doméstico
que han existido e n v arias é pocas- f avorecen este m odo de ent ender l a labor
doméstica, incluyendo la crianza de los niños. Y si u na sociedad desea entender
estas ac tividades de esa m anera, una ec onomía par ticipativa n o deb ería tener
problemas para acomodarse a esa visión.
Pero s upón que en c ambio decimos, como algunas per sonas i ncluyéndome
preferirían, que la crianza de los hijos y las tareas domésticas no son trabajo en el
mismo sentido en que l o es fabricar b icicletas, l a cirugía, o l a minería. Supón que
decidimos que hay algo más sutil y profundo implicado, primero porque el principal
beneficiario de la actividad es el qu e l a realiza en v ez d e consumidores distantes,
y s egundo porque h ay a lgo pr ofundamente di ferente e ntre las bicicletas
como producto y los niños, o incluso una sala de estar limpia y bien acondicionada
en t anto p roducto. E n es e c aso, l a ec onomía p articipativa n o d iría m ucho sobre
esas ac tividades; sólo que l as p ersonas c on un a f amilia p or l o g eneral también
trabajarán y consumirán en la economía, y por lo tanto necesitarán poder hacerlo.
¿Esto supone q ue n o h ay nada qu e decir s obre e stas ac tividades, l a n ecesaria
equidad en el las, etc.? Por s upuesto qu e no. E n l ugar d e eso, simplemente
supone qu e l o que se n ecesita decir sobre l a crianza d e los niños y el cuidado de
una casa está más cerca de los intereses de una visión centrada en la familia que
de u na visión económica. E l que la economía esté d ecidiendo l os atributos de la
crianza de los niños y de la vida doméstica sobre la base de ideas acerca de cómo
se deben hacer las bicicletas, me parece fuera de lugar.
Por otro lado, creo que es apropiado afirmar que la familia y la socialización deben
ser compatibles con una economía participativa y es análogo a lo que la economía
participativa d ice sobre el sistema escolar y otras áreas. No es razonable que una
sociedad que t iene una ec onomía par ticipativa t enga un s istema es colar qu e
produzca graduados qu e n o s ean capaces o n o d eseen par ticipar de l a t oma de
decisiones en l os complejos d e t rabajo equilibrados, ni t ampoco producir
graduados que es peren d ominar a o tros o s er dom inados p or ot ros en u na
jerarquía de clases, ya que en un a economía participativa n o hay l ugar p ara este
tipo de relaciones.

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De modo similar, en un a economía p articipativa la vida familiar n o puede p roducir
personas q ue esperen q ue haya relaciones de j erarquía entre h ombres y mujeres
en r elación c on l os resultados e conómicos o los beneficios de la actividad
comercial, ya qu e la economía p articipativa n o permite este tipo d e d esigualdad y
de jerarquías. E n u na ec onomía participativa ni los l ugares de trabajo n i el
consumo pueden reducir la influencia de las mujeres en relación con los hombres,
o r educir el s alario r elativo c on r especto a l os hom bres, y a q ue t ales j erarquías
sistemáticas de pod er, ingresos o condiciones no p ueden existir en una economía
participativa, y punto.
¿Pero n o s erían obj eto de m altrato l as mujeres si fueran iguales en la economía
pero tienen que h acerlo todo, o casi todo, en l a familia y en la vida social? Sí, por
supuesto que podría suceder, pero i magino q ue una t ransformación en l as
relaciones familiares excluiría este remanente de retraso.
Así que creo que la respuesta es que la economía participativa es muy acorde con
la eliminación de las jerarquías s exuales o de género y también c on l as
innovaciones feministas en g eneral, pero tampoco s obrepasa sus l ímites p ara
decir más de l o q ue deb ería s obre ot ras f acetas de l a vida, c omo si la economía
fuese el lugar para definir y decidir positivamente estas relaciones en su totalidad.

JP: ¿Qué pasa con la cultura? ¿Qué pasa si hay racismo en el trabajo? La
economía participativa no parece hablar de esto. ¿Niega su importancia? ¿Y qué
dice la economía participativa sobre la religión, el desarrollo cultural de las
comunidades alrededor de una ciudadanía nacional, o sobre factores étnicos?

MA: S i t enemos u na economía participativa en u na sociedad que pos ee


estructuras c ulturales racistas, és tas h arían q ue un a comunidad - digamos l os
blancos e n E EUU- esperara tener el dominio y m ayores i ngresos, y que o tra
comunidad o comunidades -digamos los negros y l os l atinos en EEUU- t uvieran
ingresos y c ondiciones s ubordinadas. P ero la economía p articipativa no d aría
satisfacción a es peranzas originadas en u na cultura r acista. E sto infringiría l a
economía participativa.
Digamos que en una economía p articipativa podría haber actitudes racistas hacia
trabajadores negros. P ero el racismo n o conduciría s istemáticamente a m ejores
salarios, mejores trabajos, o más pod er. Nadie p uede tener tales ventajas en una
economía participativa por ninguna razón, porque todo el mundo en una economía
participativa tiene u n complejo d e trabajo equilibrado, se le remunera justamente
por el esfuerzo, y tiene un a capacidad d e d ecisión proporcional en l as d ecisiones
de producción, consumo y asignación de recursos.
En o tras p alabras, e n v irtud de sus complejos de trabajo equilibrado, de su
autogestión y de s u remuneración equitativa, l a economía p articipativa el imina l as
jerarquías raciales y t odas l as ot ras jerarquías de poder e i ngresos de l a vida
económica. S implemente no hay t ales j erarquías p orque las i nstituciones
literalmente l as i mpiden. Podrían to davía e xistir a ctitudes r acistas, sí, e i ncluso
personas que d eseen infringir e l s istema de l a ec onomía p articipativa. Por
supuesto, el modelo debería tener medios para que las comunidades reprimidas o

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minoritarias p uedan ex presar y representar s us i ntereses. Y l a ec onomía
participativa, según se describe en el libro, posee esta característica.
¿Qué dice l a ec onomía participativa s obre l a r eligión? N o d ice casi nada. La
religión no es esencialmente un f enómeno económico, c omo t ampoco lo es la
sexualidad.
Dice, sin embargo, q ue en un a sociedad dond e existe una economía participativa,
una religión q ue h aga q ue sus adeptos esperen mejores condiciones económicas
en comparación con l as personas de otras religiones van a entrar en conflicto con
la economía. Esto es como el ejemplo an terior del sistema escolar q ue tiene qu e
ser acordado, o el ejemplo d e t ener un ac uerdo sobre la vida d oméstica. Y p or
supuesto lo contrario también es válido.
Supón qu e -como y o c reo que deb e s er- des arrollamos una visión poderosa,
convincente y v aliosa para l as relaciones c ulturales, de g énero y ot ras en u na
buena sociedad. Entonces tendrá rasgos y atributos q ue celebramos y deseamos
disfrutar, y esos a tributos t endrán implicaciones m ayores. La ec onomía e n un a
sociedad d onde es tas v isiones e stén e n s u l ugar tendría que cumplir con varios
requerimientos d e l as visiones. ¿ Será u na economía participativa capaz d e h acer
eso? Yo creo que sí, y el libro trata estos asuntos, aunque p or supuesto u no n o
puede estar seguro hasta que estas u otras visiones se desarrollen.
En otras palabras, yo creo que c uando l os movimientos feministas exponen u na
visión para las relaciones familiares y cuando movimientos en contra del racismo y
otros movimientos culturales y relacionados con la comunidad exponen una visión
para l a c ultura, y cuando m ovimientos an arquistas u otros que a tienden a l os
asuntos de l a ac tividad e conómica expresan una v isión p olítica, resultará que la
economía participativa es c onsistente e i ncluso que apoy a a c ada una de es tas
visiones. Y creo qu e es el criterio c orrecto p ara juzgar una v isión ec onómica
hacerlo frente a frente con las otras esferas de la vida social.
Así qu e para dej ar es to absolutamente c laro, s i y o d ije, a quí o en mi libro, aquí
está la economía participativa, esta es una visión p ara l a sociedad, implícitamente
pretendería que lo único que importa es el aspecto económico, como si una visión
económica tratara t odo l o importante de t odas l as facetas d e l a vida. Pero y o n o
digo es o, ni t ampoco el l ibro. En cambio, el l ibro y y o exigimos lo contrario, que
necesitamos una vi sión para los o tros aspectos d e l a vi da, t anto c omo la
necesitamos para l a economía, qu e son i gual de importantes y qu e u na v isión
económica tiene qu e ser c ompatible c on esas o tras v isiones, l o que t ambién es
válido para las demás. Esto no exagera el l ugar d e l a economía ni denigra otras
áreas.
Finalmente, c on r especto a l a v isión c ultural, hay esfuerzos para elaborar una
visión cultural compatible con l a economía p articipativa y su espíritu de liberación,
como p or ej emplo tu ensayo, L ife Alter R acism ( "La v ida después del racismo"),
publicado en Znet.

JP: ¿Pero qué hay acerca del estado? ¿Qué ocurre si se producen robos, actos
de violencia u otras infracciones? ¿Cómo decide la sociedad que ciertas

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actividades que en otro caso la economía realizaría no deberían hacerse, como
por ejemplo la violación de los derechos de los animales?

MA: L a e conomía participativa no i gnora el e stado del m ismo modo en que no


ignora l a familia, l a socialización, l a enseñanza, las fiestas culturales o la religión,
entre otras f uerzas dinámicas. La v isión d e l a economía participativa y el l ibro
dicen que necesitamos nuevas instituciones estatales que puedan legislar, fallar e
implementar r espetando l os valores c ompartidos. Op ino qu e tal estado h abrá d e
ser compatible con la economía participativa, y ésta con él.
No existe l a e conomía por sí sola. L a e conomía participativa nunca s e h ará
realidad sin u na política que la acompañe, eso es seguro, o s in u na cultura o un
sistema d e organización familiar, y así sucesivamente. Pero esto n o significa que
el pensar sobre la economía requiera o i ncluso nos l leve a sobrepasar los límites
de la economía i ndicando qu é carácter deb e t ener l a política ( o l a organización
familiar o la cultura). Esa no es la función de una visión económica.
¿Cómo se colocarían las limitaciones externas sobre l a economía? Tu ej emplo es
bueno. Un buen sistema d e g obierno d ebe decidir q ue existen reglas qu e deben
cumplirse e n r elación c on ciertas es pecies, o quizás incluso sobre todos los
animales. E ntonces l a e conomía t endría qu e ac atar, a l i gual que tendría que
obedecer si el sistema de gobierno establece que nadie puede poseer una pistola,
por poner otro ejemplo.
Finalmente, es interesante que haya en desarrollo esfuerzos para intentar concebir
un c amino mediante e l c ual cumplir f unciones po líticas compatibles con la
economía participativa. E l ensayo d e S tephen S halom sobre pol ítica participativa
en la sección Vida después del Capitalismo en Znet es un ejemplo.

JP: Con respecto a la propia economía, los consejos de trabajadores y


consumidores, la remuneración por el esfuerzo y sacrificio, los complejos de
trabajo equilibrados, la autogestión y la planificación participativa, ¿no son
simplemente "socialismo de base"? ¿Qué razón hay para inventar un nombre de
fantasía para algo que todo marxista entiende? ¿Por qué te consideras el
descubridor de algo ya inventado? ¿No has tomado simplemente el viejo
marxismo y le has dado un nuevo envoltorio, cambiando el nombre para intentar
engañar a la gente que no está familiarizado con él?

MA: S i c on l a pal abra s ocialismo t e r efieres a l c ontrol d e l a vida económica por


parte de los trabajadores y los consumidores sin que la división de clases reduzca
las o pciones de l as personas, ent onces, s í, p uedes decir con motivo que la
economía participativa es esa clase d e s ocialismo, m ientras qu e las f ormas de
socialismo previas n o l o f ueron en r ealidad. Y o s olía hacer eso, h ace años, per o
era como soplar contra el viento, y quizás n o sólo en vano sino contraproducente,
porque creo que puede impedir el desarrollo real de una nueva visón, mucho más
el comunicarla, co mo si decir q ue u no e s so cialista tr ansmitiera ya u na v isión
positiva.

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Millones d e p ersonas h an l lamado s ocialismo a l a combinación de la p ropiedad
pública o estatal, los m ercados o l a planificación c entralizados, l a d ivisión de l
trabajo empresarial y l a r emuneración s egún ener gía o pr oductividad. Todo texto
marxista q ue pr esenta u n m odelo e conómico s erio denominado socialismo t iene
estas i nstituciones como eje. Todo partido m arxista q ue haya o btenido un a
posición par a establecer un s istema e conómico ha incorporado estas
características a sus objetivos. C ada partido d e éstos, c uando f ormó p arte d e l a
oposición, ha utilizado estructuras y expuesto u n anál isis anticapitalista, p ero eso
también c oncuerda con es tas estructuras en vez d e aqu ellas propuestas por l a
economía participativa.
¿Cuáles s on entonces l as o pciones? ¿Llamar a la n ueva v isión e conómica
economía par ticipativa y aceptar qu e todo l o q ue se d enominaba socialismo es
socialismo y rechazarlo? ¿ O llamar a es ta n ueva v isión ec onómica s ocialismo y
negar q ue todo l o que s e d enominó en el p asado socialismo fue, en los hechos,
socialismo, y contrario a las creencias de todos sus partidarios?
Pero l a verdadera c uestión, par a poder r esponder a t u pr egunta, e s q ue la
economía par ticipativa n o es u na meta marxista. Rechaza las instituciones que el
marxismo ha a poyado c onstantemente y of rece en s u l ugar u nas instituciones
bastante diferentes. Y lo que es más, rechaza el g obierno d e l a c lase q ue
monopoliza el p oder en el trabajo, y es ta prioridad de la economía p articipativa
está completamente ausente del marxismo tal como ha existido en la historia.
De modo que l a ec onomía participativa t iene diferentes v alores, i nstituciones,
rasgos e implicaciones que las que se han denominado socialismo y que han sido
expuestas por l a mayoría de marxistas. S i n o c amina c omo un pat o, no gr azna
como una pato, y no nada como un pato, ¿cuál es la razón para llamarle pato?
En cuanto a l a originalidad, es bastante cierto q ue los consejos de trabajadores y
consumidores han sido una p arte d e cada levantamiento importante en la h istoria
moderna. La economía p articipativa es consistente c on e sa herencia, y no e s
original en es e sentido, s ino parte de u n p roceso histórico. Pero e l m arxismo
bolchevique ha de struido estas instituciones, y o tras v eces ha n s ido di sueltas
internamente debido a la necesidad d e estructuras e fectivas y c onsistentes n o
atascadas en las op ciones marxistas.
De modo similar, la pr opiedad pú blica o e statal es parte de l a p ráctica e historia
socialista y marxista y p or s upuesto e s s imilar a l a el iminación en la economía
participativa de la propiedad privada en la producción. Esto es correcto.
Por otro lado, la práctica socialista y marxista se ha basado en la remuneración de
acuerdo a la productividad o e l t rabajo, mientras que la ec onomía p articipativa
remunera según el esfuerzo y e l sacrificio. Y la práctica socialista y marxista han
incorporado l a división d el t rabajo a l es tilo em presarial elevando a un veinte por
ciento de la fuerza de trabajo para tomar las decisiones dominantes sobre el resto,
mientras que l a ec onomía participativa incorpora los c omplejos d e t rabajo
equilibrados y aleja esta forma de dominación de c lase. Y la p ráctica socialista y
marxista ha u tilizado la planificación c entral d e l os mercados, mientras q ue l a

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economía participativa rechaza es tos m odos d e a signación de los r ecursos e
incorpora en su lugar la planificación participativa.
De m odo q ue el é nfasis en l os c onsejos s e h a r enovado u n poc o aun que s ea
antiguo. Desde l uego, el esquema d e remuneración ha aparecido varias veces en
el p asado, per o n unca h a s ido explorado tan completamente, y lo mismo sucede
con l a autogestión. El complejo de t rabajo equilibrado y l a pl anificación
participativa s on en g ran p arte or iginales, aun que son el resultado de prácticas y
aspiraciones recurrentes a l o l argo d e l a h istoria. Unirlas t odas en un m odelo
económico completo y s eñalar sus propiedades es nuevo, al menos hasta donde
yo sé.

JP: En todo el mundo hay verdaderos movimientos intentando, en condiciones


muy difíciles, desarrollar alternativas al capitalismo. Pienso en las asambleas y las
fábricas recuperadas en Argentina, los "planes de vida" en Cauca, Colombia, los
avances logrados por gobiernos socialmente progresistas en lugares como Cuba,
Venezuela, Kerala y Bengala Occidental. Están las empresas de Mondragón en el
País Vasco en España. Hay una completa red de trabajo de empresas de
"economía solidaria" por todo el mundo. Y la economía participativa, sin embargo,
parece perderse en abstracciones. Hay muy pocas referencias a experiencias
específicas. Es como si no se hiciese ningún esfuerzo por aprender de los
desarrollos en el mismo campo. ¿Viene la teoría de la economía participativa de
algún sitio? ¿Procede de la experiencia? ¿Procede del estudio de algo específico?
¿O es simplemente la invención de un economista?

MA: En realidad, hay al gunas r eferencias a c asi t odo l o que m encionas en el


nuevo l ibro, pero tienes razón de qu e no s on muchas. El libro no hace un estudio
de todas esas experiencias, o s iquiera de alguna d e ellas. P ero eso n o s ignifica
que flote en el es pacio. La ec onomía p articipativa s urge d e u n ex amen de la
historia d e v arias r evoluciones y luchas, as í como de las más recientes
experiencias prácticas, y t ambién del es tudio del pensamiento e conómico. De
hecho, m i experiencia personal a l o l argo de una década con una institución de
economía p articipativa en m edio d el capitalismo de mercado contribuyó a la visión
también.
Pero a pes ar de que, por l o t anto, podr ía desestimar l a c uestión, estando de
acuerdo con s us pr incipios o s implemente d iciendo q ue la economía participativa
coincide c on éstos, quiero r esponder algo di ferente. Supón que a lguien que
naufraga en u na isla - en vez de compañeros c on diversas experiencias activistas
que también h ubiesen leído sobre las visiones de otra gente y sobre movimientos
históricos y los hu biesen explorado y trabajado du rante déc adas, y así
sucesivamente-, se ha s entado y c ontemplado, dí a t ras día, t odo en s oledad, y
produce u na v isión ec onómica, a t ravés de la i maginación, aun que esté
completamente al margen del mundo real. No sabe n ada ni h a tomado lecciones
de l os m ovimientos de l a c lase t rabajadora, de l as c ampañas de consumidores,
del l egado de l a t eoría ec onómica, de la h istoria del capitalismo y de las
economías p oscapitalistas, de l os e scritos y e studios de otros, y a sí
sucesivamente ( a d iferencia de lo que sucede c on l os aut ores de la visión de l a

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economía participativa, Robin Hahnel y yo). Simplemente piensa. Quizás n o es n i
siquiera posible, pero supongamos que ocurrió. ¿Cuál sería nuestra reacción?
La mía sería que si oigo hablar de esto dudaría de su valor, pero leería la visión, y
si me gustase, pues genial. Me sorprendería que fuese buena, pero ¿y qué? Si es
una buena visión, me interesa, sin reparar de dónde proceda.
Por otro lado, supón qu e al guien se sumerja c ompletamente en un estudio caso
por caso de t odos l os t ipos de pr oyectos, s istemas y experiencias históricas, y
entonces crea una visión económica, un conjunto d e p ropuestas de i nstituciones.
Podría esperar q ue fuese muy b ueno e interesante. Pero si la leyera y n o es u na
buena visión, la descartaría.
Mi opi nión e s qu e c uando j uzgamos una v isión no importan la investigación, el
estudio, o las actividades que la originaron, quién es el autor, y en qué lengua está
escrita (aunque si se desea que sea compartida ampliamente, debe ser accesible).
Lo que i mporta son l as instituciones que s e p roponen y en p articular s us
propiedades, viabilidad o valor. Podemos dudar de una visión que no tenga mucho
contacto c on l a h istoria y l os s istemas económicos reales, escrita p or alguien sin
formación en e conomía o s in m ucha experiencia p ersonal r elacionada, p ero no
sabríamos si es buena hasta que no se la pusiera a prueba.
De h echo, l a e conomía par ticipativa s urge d e la historia del pensamiento radical
libertario, de la historia de l a e conomía p olítica r adical, d e l a experiencia de l as
revoluciones y l os movimientos ant icapitalistas, d e l a nueva i zquierda p olítica y
también d e diversos experimentos ec onómicos c ontemporáneos. P ero s i la
economía p articipativa hu biera surgido de un grupo de p ersonas que se puso a
charlar o fuera inventada como en un sueño, eso no importaría. La visión es la que
es, y de be ser j uzgada por l as pr opiedades de las instituciones que propone.
Digo esto por que creo qu e, c omo s ucede e n este c aso, l as v isiones políticas,
culturales, sociales o familiares para l os movimientos p robablemente derivarán en
su m ayoría d el e studio de l as e xperiencias y experimentos pasados, de la
familiaridad con la historia del pensamiento y de la experiencia. Pero si resulta que
surgió vaya u no a saber de dónde, q uerría asegurarme d e n o d esperdiciarla por
haberla excluido a priori.

JP: ¿Cuáles son los beneficios de la economía participativa? ¿Qué tiene que ver
con todas las cosas que tenemos que hacer ahora con urgencia? Describir
paraísos futuristas detallados parece menos valioso que tener planes de acción
para el presente. ¿Qué tipo de programas tiene la probabilidad de triunfar hoy? La
sanidad, la vivienda, el salario digno, las indemnizaciones, calcular los costes
económicos de estas campañas y evaluar su aspecto económico, a quién
presionar y cómo lograr estos objetivos es mucho más importante que describir
una sociedad utópica.

MA: Creo que hay d os r azones p rincipales por l as qu e desarrollar un a visión


económica (y otras visiones también) está muy relacionado con el presente.

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La primera tiene q ue ver con l a motivación o la esperanza. Me d a l a impresión d e
que un gr an obs táculo par a m uchas de las personas q ue están comprometidas
con un movimiento es la creencia de que "no hay alternativa" a lo que soportamos
ahora. Eso no quiere decir que esas personas crean que no haya una alternativa a
bombardear Irak, o una al ternativa a aprobar l a Ley Patriótica ( Patriot A ct), o
incluso que n o exista una al ternativa al FMI. E s m ás s util. Sienten, a m enudo
intuitivamente, p ero muy explícitamente otras veces, q ue no hay una alternativa a
las instituciones de esta sociedad. Y también sienten, no sólo por lo que han dicho
los movimientos durante décadas, que estas instituciones producen injusticias de
todo tipo, desde la p obreza a la g uerra, desde la hu millación a l a impotencia. De
modo q ue sienten que se pueden lograr al gunas reformas, per o a la vez que lo
ganado se perderá por el peso de las presiones que deshacen los pasos positivos.
Sienten q ue organizarse c ontra la p obreza y la g uerra, y m ucho m ás c ontra l a
desigualdad y la a lienación, es c omo or ganizarse contra l a gravedad o la vejez,
piensan que son ob jetivos ingenuos. Combatir la p obreza, en el m ejor d e l os
casos, pu ede l ograr m uy poco, y es p robable q ue l os logros se reviertan con el
tiempo. Así que, ¿por qué participar? ¿Por qué emplear parte del poco tiempo libre
que uno tiene p ara par ticipar e n un m ovimiento ac tivista? ¿ Por q ué a rriesgar l a
propia serenidad, t an difícil d e c onseguir, a f in de manifestarse, pr otestar u
organizarse?
Así que l a p rimera forma en q ue una v isión s e relaciona con l a or ganización
actual es ayudando a c ombatir la idea d e q ue no hay alternativa al capitalismo y
así contrarrestar la desesperanza.
El segundo modo en q ue una visión se relaciona con el presente es sirviendo d e
base pa ra nuestra pr áctica. S í, ne cesitamos l uchar p or l a s anidad, los s alarios
dignos, por trabajar m enos horas a l dí a y a l a s emana, por m ayor c ontrol en el
trabajo, l a r edistribución d e l os b eneficios, cambios pr esupuestarios, nuevos
patrones de i nversión y m uchos otros c ambios e conómicos, s in mencionar l os
cambios en otros facetas de l a vida. Pero, ¿cómo d ebemos luchar? ¿Qué retórica
y anál isis u saremos? ¿ Qué es tructuras organizativas? L a respuesta, creo,
depende m ucho no s ólo d e cuáles son nuestras opciones actualmente (desde
luego t enemos q ue e legir e ntre l o q ue es posible ahora), ni sólo de a qué nos
oponemos, p or supuesto, sino también d e a d ónde queremos l legar en el futuro.
Esto es, t enemos que e legir ent re l as opc iones qu e son posibles ahora para
combatir los males que rechazamos, pero también tenemos que elegir de acuerdo
con nuestros objetivos y valores fundamentales, que nos ayudarán a alcanzarlos y
no obs taculizarán el camino. P or eso, debem os c onocer c uáles son nuestros
objetivos y valores.
Creo q ue l a ec onomía par ticipativa c ontribuye mucho y es pertinente hoy dí a.
Contribuye a la esperanza. Pero t ambién contribuye, por ejemplo, c on un a
comprensión innovadora d e l as relaciones d e clase, y d e l as implicaciones de l as
estructuras or ganizativas para l a motivación d e l a g ente d entro d e nu estros
movimientos. L a e conomía p articipativa es , por ejemplo, profundamente anti-
leninista, y eso está relacionado di rectamente c on el presente. El conocimiento
que p roviene d e t ener un a v isión e conómica participativa, puede y debe

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enseñarnos c ómo construir nuestras i nstituciones, qué t ipo de estructuras
laborales debemos incorporar en nuestros proyectos y organizaciones, qué tipo de
procesos utilizaremos para l a t oma d e d ecisiones, as í como qué demandas
hacemos y c ómo h ablamos acerca de el las a f in de des arrollar u na v erdadera
conciencia p ositiva sobre cómo hac er un cambio du radero. La e conomía
participativa nos conduce a l a creación y e l e mpleo de complejos l aboral es
equilibrados, a acentuar l a autogestión, a c onseguir una r emuneración j usta, a
vincular l as relaciones entre las c lases c oordinadora y t rabajadora, tanto en
nuestros m ovimientos como en relación con nu estras dem andas s obre l as
instituciones existentes
Pero n inguno d e es tos es un argumento para p resentar lo que t u llamas
"detallados p araísos f uturísticos" o c ualquier ot ra formulación " utópica". En
cambio, es u n m otivo p ara hacer descripciones s ensatas y c omprensibles de
nuestros o bjetivos a l d efinir nu evas i nstituciones, además de prever las
perspectivas a f uturo d e e stos obj etivos c omo s ustento d e l as dec isiones que
tomamos en el presente.

JP: La economía participativa ofrece respuestas a los problemas que crean los
mercados, la propiedad privada y la organización jerárquica del trabajo. Pero hay
otros problemas en el capitalismo. ¿Qué pasa con la división global del poder y de
la riqueza? ¿Qué pasa con la división entre países ricos y pobres, en la cual los
ricos saquean a los pobres? ¿De la colonización en curso de las tierras indígenas
en el continente americano? ¿De la explotación en curso del trabajo inmigrante y
del control de inmigración en las fronteras? Las relaciones económicas capitalistas
que la economía participativa rechaza están basadas en estas divisiones. Y la
economía participativa no tiene todavía un análisis o respuestas para estos
problemas: no habla de los estados-nación, de las fronteras, de la distribución
global de la riqueza entre comunidades o naciones. Esto es el núcleo del
capitalismo, y la "vida después del capitalismo". ¿Por qué son temas que la
economía participativa no discute?

MA: Bueno, en realidad no creo que estos temas vayan al corazón del capitalismo
en sí, t an s olo r eflejan el i mpacto d el c apitalismo s obre las r elaciones
internacionales. E l c apitalismo e s un particular c onjunto d e instituciones
económicas para el manejo de l as f unciones ec onómicas en u na s ociedad. L a
economía participativa es u n c onjunto alternativo de i nstituciones par a el manejo
de las funciones económicas.
Si tienes sólo una economía participativa en el mundo, y muchos capitalismos, por
supuesto que tendrás muchos problemas del tipo que indicas. El libro habla sobre
qué hac er e ntonces, y e so no es m uy diferente d e l o que s ucede ahora. Es de
esperar qu e l a gente de bi en que vive en un país con un a economía participativa,
o en c ualquier otro país, trabajará duro para r educir y e vitar l os m ales t erribles
que i ndicas. La sociedad c on una e conomía participativa, por s upuesto, no
participará en l a ex plotación de estos males s ino que en vez de e llo es tará

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influenciada d e ac uerdo con l as e stimaciones de la economía participativa y en
modos dirigidos a reducir la disparidad entre ricos y pobres.
Si en lugar d e el lo, sólo t ienes ec onomías par ticipativas en el mundo, los males
que mencionas desaparecerán por completo, aunque, sin duda, todavía necesites
varias or ganizaciones i nternacionales... u n t ema q ue va más allá del modelo
económico.
Principalmente, no hay nad a en l a economía p articipativa, creo yo, q ue conduzca
a una sociedad a intentar explotar a otras. Y por supuesto, en el momento en que
se incorporen normas de la economía participativa a la economía mundial, incluso
la pos ibilidad de qu e t ales disparidades existan desaparecería. Lo que la
economía participativa p or l o tanto dice sobre l os males q ue describes es qu e l os
evitarías: el objetivo económico último es la solidaridad, la diversidad, la equidad y
la autogestión a nivel local e internacional. Fuera de eso, uno lucha por acercarse
a esas metas.
Sin e mbargo, e l l ibro t rata s obre s istemas e conómicos par a p aíses, y no sobre
relaciones e ntre paí ses, así q ue s ólo s e p ronuncia s obre es to brevemente, no
porque no sea importante. También es cierto q ue el l ibro no pr opone el iminar los
estados-nación. Yo mismo du do qu e t al f in s ea muy importante, o incluso
deseable, y no estoy seguro d e q ue tenga un sentido realista, en todo caso. Creo
que la eliminación de los estados-nación sería algo homogeneizador y reduciría la
diversidad -vamos a t ener una l engua, una c ultura- a n o s er qu e todo eso s ólo
pretenda, igual que hay condados dentro de un país, que haya naciones dentro del
mundo, pero e l m undo deber ía s er m ás unificado. Eso no es en n ingún modo
incompatible con l a e conomía participativa, p or supuesto, e in cluso c oincide
bastante con sus objetivos.

JP: Está claro que si una "visión económica" no toma en cuenta que los recursos
naturales son limitados, que el uso de los combustibles fósiles nos lleva al cambio
climático, que la organización de la sociedad en torno a los automóviles es
catastrófica, entonces está evitando uno de los problemas más urgentes que
enfrenta la economía. La economía participativa se ocupa de los asuntos
ecológicos de manera superficial, diciendo: "en la economía participativa, los
precios representan el coste social y ecológico completo". ¿Es realmente tan
automático? ¿No es posible que una economía participativa pueda usar todavía
muchas tecnologías inapropiadas para el medio ambiente, o cargar con una
infraestructura que nos conduzca a ese tipo de opciones? Tú rechazas las ideas
de tipo "biorregionalista", de "ecología profunda" ( deep ecology) y de "producción
a pequeña escala" como antiecológicas, pero pareces creer que una economía
participativa cuida de la naturaleza automáticamente. ¿Es esto realmente así?

MA: Los seres hu manos viven en el contexto de un entorno n atural, sobre el que
influyen y qu e los influye. Nosotros, l os ríos y l a atmósfera estamos entrelazados,
se trata de un a entidad a n ivel del medio ambiente, y l o mismo vale p or supuesto
para otras especies, que también son parte de este conjunto.

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Una economía s e oc upa d e l a p roducción, el c onsumo y la distribución s obre l a
base de los deseos humanos.
Para el capitalismo, esto significa que la economía se ocupa de los beneficios para
los pr opietarios y el estatus d e el ite para l os c oordinadores. Estas dos clases
dominan l a toma de dec isiones en el c apitalismo y l as i nstituciones e conómicas
capitalistas ha cen qu e éstos s ean los pr incipales motivos c onductores d e l a
economía.
Una ec onomía p articipativa, en c ambio, se ocupa de c onocer las necesidades
humanas y desarrollar su potencial en acuerdo con la solidaridad, la diversidad, la
equidad y la autogestión. Todas las p ersonas p articipan e n l as decisiones d e
forma proporcional y las instituciones económicas hacen de estas aspiraciones los
motivos conductores de la economía.
Toda economía, capitalista, participativa, o de cualquier otro tipo, tiene un impacto
sobre el medio ambiente p orque afecta el contexto en el q ue todas l as especies,
los r ecursos, el m undo construido y nos otros mismo "habitamos". Esto incluye el
agotamiento de los recursos o su preservación.
En relación con el m edio am biente, una economía d ebe p roporcionar a la
población tanto información p recisa sobre las c onsecuencias de l as d ecisiones
económicas t anto c omo el c onocimiento sobre sus métodos. La población
entonces deb e t omar decisiones e n las qu e todos participen de forma
proporcional.
El capitalismo no obtiene n i brinda la información, y d a u na visión sesgada de las
motivaciones, de m odo q ue los efectos sobre el medio ambiente s e o cultan,
ignoran y rechazan cada vez que entran en conflicto con las ganancias.
La economía participativa, en cambio, obtiene y brinda la mejor estimación posible
de l os costes y b eneficios sociales (incluyendo los ecológicos) reales. Al menos lo
hace en tanto que nos referimos al impacto sobre los seres humanos, y eso facilita
las d ecisiones a l a l uz d e esta información. ¿Justifica un desarrollo para los seres
humanos el agotamiento de una parte de los recursos renovables o la eliminación
de un crecimiento natural? La gente debe decidir, sobre la base de la información
apropiada, pero la economía no debería juzgar t ales as untos a p riori. E sto es lo
que hace la economía participativa.
Pero, ¿qué sucede c on las d emás es pecies ani males? Eso e s un asunto
extraeconómico. En el s istema de gobi erno, la gen te pu ede dec idir, por ejemplo,
que un a p articular r aza de m ariposa es s agrada y s implemente no puede ser
perturbada, y m ucho menos dañ ada, por d ecisiones hu manas. Entonces es a
orden se impondría a las f unciones ec onómicas. La ec onomía par ticipativa no
podría l legar a t omar es tas decisiones desde su interior, pero podría fácilmente
acomodarse a cualquiera de es tas r estricciones l legadas de l a esfera p olítica
obtenida, por ejemplo, por los esfuerzos de los movimientos por los derechos de
los animales.
¿Qué pasa con las i deas de l os desarrollos a pequeña es cala o
aquellos q ue def ienden e l bi orregionalismo? H ay dos perspectivas distintas. La
primera dice q ue a v eces l os m étodos de pr oducción a p equeña es cala t ienen

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importantes ventajas y q ue deb eríamos tomar este hecho en cuenta y elegir tales
métodos cuando t enga s entido hacerlo as í. También dice q ue a v eces l a
independencia l ocal t iene i mportantes ventajas y qu e deberíamos c onocer es to
también y elegir la independencia cuando tenga sentido. Esto no es sólo correcto y
compatible c on l a ec onomía par ticipativa, sino qu e l a ec onomía participativa
proporciona l os m edios para l levarlo a c abo. A d iferencia de l os sistemas de
economía de m ercado, q ue hacen imposible t ales e valuaciones y e starían
predispuestos en contra t anto de l o p equeño c omo d e l o l ocal p or diversas
razones.
En otras p alabras, según esta versión, al determinar l a escala d e l as operaciones
o el ámbito d e producciones (local o m ás amplio), d eberíamos es tar atentos al
total d e l os costes y beneficios s ociales, i ncluso del impacto s obre e l m edio
ambiente. La economía participativa permite hacerlo.
La ot ra per spectiva d ice que n osotros c onocemos, a pr iori, qu e lo p equeño y lo
local es s iempre l o mejor. Esta v isión, c reo y o, e s t otalmente e quivocada. D e
hecho, no sabemos si lo pequeño y lo local es siempre lo mejor.
Esta visión pasa de la recomendación sensata de estar alerta a l os b eneficios de
lo pequeño y local, a decir que es siempre un he cho que lo pequeño y lo local
serán ópt imos. Desde esta per spectiva, un a p ersona podría d ecir que, en vez de
unos pocos centros de trabajo produciendo aviones para todo un país, deberíamos
tener una planta de producción de aviones en cada biorregión; o digamos, ya que
la definición de una biorregión n unca h a estado muy clara, en cada p artido. Esto
sería terrible desde el punto de vista del medio ambiente, y también al considerar
el uso de energía h umana. Y – antes de q ue a lguien d iga, muy bi en, per o los
aviones son una excepción- lo mismo es probablemente cierto para las fábricas de
bicicletas. ¿Deberíamos tener fábricas de bicicletas de dos o tres personas con un
bajo n ivel d e p roducción, o las actuales economías de escala h acen m ás
aconsejable tener grandes fábricas?
Y lo mismo vale p ara la independencia. El p artidario d e l a versión fuerte d iría que
las personas en una biorregión desierta sólo deberían comer lo que ellos producen
localmente. Una bi orregión que n o t iene c arbón, petróleo, hierro y todo eso,
deberían v ivir s in el los, y la gent e qu e v iva e n un a b iorregión que disfruta de
vastas extensiones d e b ienes n aturales, sería m uy próspera en comparación con
otras regiones. Pero, visto d e esta manera, obviamente n o tiene sentido. Y desde
el momento en que permitimos que se produzca en un lugar para que se consuma
en otro, estamos diciendo que los problemas de la suficiencia local son un asunto
para juzgar caso por caso.
Una b uena ec onomía necesita decidir la escala de o peraciones, el ám bito de
prestaciones y l a conveniencia o no de r ecibir bienes de otros lugares, caso p or
caso, no a priori. Decir que todas las regiones d eben ser autosuficientes es decir
que l a m ayoría d el p laneta no debería t ener pet róleo, a cero, c arbón, es taño,
tungsteno, naranjas, etc. S upone q ue c ada l ugar no p uede di sfrutar de l a
diversidad del conjunto o de cualquier producto que requiera inversión más allá de

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su r egión. ¿ Por q ué s ostener e sto en casos donde una mayor diversidad puede
obtenerse a un bajo costo de transporte?
Honestamente, no creo que es tos s ean asuntos m uy c omplejos. No podemos
decir que l a p roducción a peq ueña o g ran escala es mejor en sí. No podemos
decir q ue la autosuficiencia es bu ena ni tampoco q ue l o sea compartirlo todo con
todos. Lo que podemos decir es que es bueno elegir una escala y unos niveles de
disponibilidad mutua así c omo c onocer las necesidades de la gente y desarrollar
sus p otenciales mientras i mpulsamos v alores que consideremos positivos
mientras se toma en cuenta los costes y beneficios sociales y ecológicos totales y
reales así como cumpliendo con las restricciones acordadas socialmente.

JP: Cuando te refieres a cuestiones como la ecología u otras áreas específicas, a


veces argumentas que es inútil detenerse demasiado en los detalles concretos. El
cambio social es un proceso de ensayo y error, y la verdadera prueba de las ideas
está en su aplicación. De modo que sólo es conveniente esbozar a grandes
rasgos la visión, los consejos, la planificación participativa, los complejos
equilibrados de empleo, etc. Pero tu libro sobre economía participativa tiene 300
páginas, y da algunas respuestas muy específicas a las críticas. ¿Cómo decide
uno que este nivel de especificidad es correcto, que 300 páginas están bien, que
10 son demasiado poco o que 600 son muchas? Lo que has descrito es ya muy
específico para muchos lectores, pero no es lo suficientemente específico para
muchos otros. Esto parece arbitrario.

MA: No c reo que s ea arbitrario, au nque por s upuesto p ersonas razonables


pueden no estar de acuerdo sobre qué grado de descripción tiene sentido. Supón
que a lguien es tuviese d escribiendo al capitalismo. Por supuesto, podría escoger
un país - digamos EEUU, o Tailandia, o el que s ea- y l o p odría des cribir en
cualquier extensión, en decenas d e miles d e p áginas. Pero supón qu e la idea n o
es expresar todas l as características de c ada instancia específica del capitalismo,
sino sus características generales. El objetivo es describir los rasgos principales y
definidos q ue todas las i nstancias d el c apitalismo t ienen e n c omún, no l as
características únicas y opcionales de cada uno de ellos. El objetivo es describir el
carácter que las h ace c apitalistas, n o l os d etalles específicos a dicionales q ue
pueden ser únicos para un caso u otro. Si hay 50.000 páginas sobre los EEUU en
detalle, y las mismas s obre T ailandia, Sudáfrica o J apón, l a p arte r elevante a l a
pregunta sobre el capitalismo en sí es la parte q ue coincide, l o q ue es menos de
50.000 páginas.
No t enemos m uchas economías par ticipativas par a ex aminar, pero desde luego
sabemos que si lo hiciésemos habrá una enorme cantidad de detalles de cada una
de el las, y m uchos as pectos q ue s erían únicos d e c ada un a. D el m ismo m odo,
incluso dentro d e una e conomía p articipativa - como d entro de un a capitalista-
habría grandes variaciones en tre una institución y otra, incluso para instituciones
de un mismo tipo, ta les co mo las p lantas de m ontaje, m uchas se rían
opcionales, por decirlo así, variando de un caso a otro.

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Así que la t area es d escribir los principales rasgos, las instituciones con influencia
que determinan los atributos principales de la economía.
Otra razón para esta limitación particular de lo qu e h acemos, más allá de qu e en
eso consiste la descripción de un t ipo, e s qu e c uando s e h abla d e u na v isión
futura, el ir m ás allá d e l o p robable nos l leva f uera de l os c ampos en l os que
podemos estar s eguros, y esto n o r esulta muy útil. Lo que n ecesitamos p ara el
buen d esarrollo de un a v isión ec onómica son l os t razos generales, los rasgos
principales, l os at ributos q ue p ueden d ar es peranza, i nspirarnos, y
proporcionarnos un contexto y u na di rección a l a f orma de or ganizarnos y a
nuestras exigencias e n e l p resente, y a l des arrollo de l as e structuras desde l as
que se pu ede aprender y construir el futuro. Creo q ue l o q ue hace falta es hablar
de la organización en el centro de trabajo y la división del trabajo, la remuneración,
la t oma d e d ecisiones, y l a a signación d e recursos a nivel más general, con la
suficiente atención a l os individuos y a s us interrelaciones p ara c rear un proceso
viable. A veces tiene s entido i r u n p oco más l ejos en d etalles hipotéticos par a
proporcionar un contexto que facilite la compresión. Pero cuando hacemos esto,
debemos tener claro que son posibilidades, y no especificaciones lo que estamos
ofreciendo, por decirlo así.
La economía p articipativa es u na visión económica particular. U na economía qu e
no tiene consejos de trabajadores y c onsumidores, p or m ás q ue utilizara l os
métodos de autogestión para l os pr ocesos de t oma de decisiones, complejos de
trabajo equilibrados, remuneración por el e sfuerzo y el s acrificio y la p lanificación
participativa, no es una economía participativa. Si un a d e estas características no
funciona, tendremos q ue Pero m ás allá de e stos r asgos generales hay un
tremendo espacio p ara la d iversidad y l a variación. Podríamos habl ar sobre cómo
podría ser, y proporcionar detalles y una clarificación descriptiva, pero no debemos
confundir eso con los atributos principales.
Por e so, c uando intento pr esentar los rasgos pr incipales, i ncluyendo algún
material p reparatorio y al gunas clarificaciones y ob jeciones, alcanza l as 300
páginas. O tros necesitarían más o menos; p odrían incluir más detalles o t ener un
estilo más sintético. Pero todo esto es para h ablar d e u n candidato a visión, p or
así dec irlo. Una v isión ec onómica se transforma en un a visión real, no sólo al
proponer, sino c uando es am pliamente compartida. E so des de luego no ha
sucedido con la economía participativa hasta ah ora. S ólo c uando s uceda
podremos saber lo que significa compartir una visión.

JP: La economía participativa ha cumplido ahora una década. Si tienes razón


cuando dices que esta visión es muy importante para el desarrollo del activismo y
proporciona una visión viable y estimable, ¿por qué no ha tenido una mejor
acogida? ¿Y qué esperas ahora de la economía participativa? ¿Crees que si
suficiente gente lee un libro sobre trabajos equilibrados, planificación participativa
y consejos de trabajadores y vecinos algo va a cambiar? ¿Crees que el cambio
social funciona de ese modo? ¿Alguna vez ha funcionado así?

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MA: Esta es una pregunta particularmente difícil para mí. ¿Por qué no adoptan los
anticapitalistas de una forma generalizada la economía participativa, o un sistema
similar, en todo el mundo? Pues b ien, la respuesta en concreto p ara la economía
participativa es que, desde luego, la mayoría de los activistas alrededor del mundo
prácticamente n o han o ído hablar de ella, y m ucho menos conocen
suficientemente s us pr opiedades par a t ener u na o pinión sobre ella. No ha sido
rechazada o i gnorada p or l os anticapitalistas del mundo e ntero du rante un a
década, como tú mencionas, simplemente es que no la conocen.
Pero es o plantea ot ra cuestión. ¿Por q ué ha s ido tan d ifícil durante una déc ada
obtener información acerca de este modelo? ¿Por qué la gente que podría haberlo
adoptado, o renovado para después adoptarlo, no lo hizo?
Podría ser que sólo l leve t iempo qu e las nuevas ideas s e t ornen visibles. Podría
ser que l as nuevas ideas necesiten t ener m ás at ractivo con l as audiencias
iniciales, por pequeñas que sean, para alcanzar luego audiencias mayores, y que
la economía p articipativa no t iene ese atractivo necesario, al m enos has ta ahor a.
Podría ser que h ay obstáculos di fíciles de s alvar par a al canzar aud iencias
mayores, tales como l a antipatía de muchas personas que son editores o incluso
líderes de m ovimientos a c iertos a spectos de l a e conomía participativa, lo que
conduce a reducir su audiencia potencial, su nivel de visibilidad y difusión.
Con r especto a lo que d eparará es ta visión ahora, y a v eremos. H ay algunas
señales p rometedoras, sin embargo. El nu evo l ibro está disponible desde mayo.
Hay cerca de una docena de c onvenios de d erechos extranjeros cerrados o c asi
cerrados, y muchos más en fase de estudio. Esta es la primera vez que el modelo
tendrá un amplio alcance internacional. P arece qu e hay m ás reseñas ahor a q ue
con l os ant eriores l ibros de e conomía participativa. El interés por su compra
anticipada ha sido mucho más grande q ue con cualquier libro anterior sobre este
tema, con la primera y segunda tirada en tapa dura ya vendidas antes de salir a la
venta. Así que creo que h ay interés en u na visión económica anticapitalista. Si l a
gente se da cuenta de que hay un libro que intenta proporcionar tal visión, muchos
lo leerán. Lo que ocurra entonces ya lo veremos.
En cuanto a la segunda p arte de tu pregunta, l eer, h ablar, p ensar, actuar... todo
esto forma parte de l o q ue afecta a los puntos de vista y f iliaciones políticas d e la
gente. ¿Alguien piensa de otro modo?

¿Puede tener un libro un i mpacto t an i mportante? P or supuesto, yo creo que


puede tenerlo. Muchos libros lo han tenido, así que la cuestión parece resuelta por
la evidencia. Pero t ambién es c ierto q ue cualquier libro q ue haya t enido un
impacto político importante va acompañado d e d iscusiones, d ebates, y en el caso
de una v isión, t ambién de organización. A sí qu e la cuestión e stá abi erta. S i l a
economía par ticipativa al canza un pú blico masivo, y si pasa l a p rueba c omo u na
visión r espetable, y l os m ovimientos l a encuentran útil como para ser partidarios
de ella y utilizarla para su funcionamiento y en su lucha.

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Ya que creo que una visión es muy importante, espero que todas las respuestas a
estas c uestiones sean s í. S i no lo son, ent onces espero q ue algo ocupe el vacío
que a hora e xiste c on respecto a un a visión ec onómica c omún. E stoy s eguro de
que ese vacío necesita llenarse.
__________________________
Traducido por Ricardo Jiménez y revisado por Leónidas Léipzig

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Argentina y Parecon
Michael Albert entrevista a Ezequiel Adamovsky

Albert: Me parece que si los movimientos quieren alcanzar ciertas instituciones como una
parte de sus metas, necesitarán usar nuevas formas de organización, en lugar de aquellas que
serían neutras en lo que se refiere a los objetivos buscados o que obstruirán su logro. Yo planteé
algunas pautas (se refiere a su libro Parecon, sobre la economía participativa) como, por
ejemplo, consejos de trabajadores y consumidores, democráticos y autogestionados; que la gente
reciba una paga acorde al esfuerzo y sacrificio (socialmente valiosos) que hayan puesto en su
trabajo, y no que los ingresos estén definidos por la propiedad, el poder, o incluso las cantidades
producidas; la autogestión y la planificación participativa.

Me pregunto si estos objetivos tendrían resonancia en la Argentina, tu país. ¿Podés darnos


un cuadro de los movimientos allí que tienen asambleas, tanto en los barrios como en los lugares
de trabajo? Las asambleas, ¿son formas tempranas de lo que yo llamo consejos de trabajadores y
consumidores?

Adamovsky: Cuatro movimientos surgieron en la Argentina en los últimos años, que yo


pienso se relacionan al espíritu de Parecon: los clubes de trueque, el movimiento
piquetero, las asambleas barriales y las fábricas recuperadas.

Los clubes de trueque surgieron como una idea loca de dos tipos que pusieron el
primero en su propio garaje. Básicamente, era una idea simple: las personas que habían
perdido sus trabajos y carecían de posiblidades de conseguir dinero en absoluto, pero
todavía podían intercambiar sus talentos y capacidades con otras personas en una
situación similar. Por ejemplo, un sastre podía reparar la ropa a alguien intercambiando,
digamos, pan hecho en casa, o entrenamiento para usar una computadora, etc. Usando su
propio "dinero" - al principio, bonos mal impresos llamados "créditos"- tenían la posibilidad
de intercambiar artículos y servicios con otras personas sobre una base no-recíproca, es
decir, recibiendo "créditos" de una persona, pero comprando a otra.

En el peor momento de la crisis económica, se calcula que más de 7 millones de


personas utilizaban los clubes de trueque para sobrevivir.

Desgraciadamente, los clubes de trueque empezaron a deteriorarse tiempo después,


debido principalmente a que algunas personas empezaron a usarlo como un medio para
enriquecerse, por ejemplo, falsificando los "créditos" (qué era muy fácil) o consiguiendo
créditos reales en áreas donde eran relativamente baratos, y usándolos en áreas más
ricas, donde su valor era más alto.

Este tipo de especulación logró que los clubes de trueque fueran cada vez menos
confiables. Aunque todavía están allí, su importancia no es la que era.

El movimiento piquetero es un movimiento de trabajadores desempleados que


comenzaron a organizarse a partir de 1996. No es un grupo, sino muchos y con diferentes
organizaciones (más de 15), con estrategias diferentes. Pero son todos conocidos como
"piqueteros" debido a los cortes de ruta ("piquetes"), estrategia que generalmente usan
como una manera de exponer sus demandas. Los primeros "piqueteros" se organizaron

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espontáneamente para resistir políticas neo-liberales, y lo hicieron reuniéndose en
asambleas democráticas y "horizontales" (lo que significa sin jerarquías). Después,
algunos grupos trotskistas, comunistas, maoístas y partidos populistas "copiaron" la
estrategia del movimiento piquetero, pero sin el enfoque radicalmente horizontal. Algunos
de los grupos de piqueteros, sin embargo, todavía se organizan a través de asambleas y
toman decisiones de manera horizontal.

En estos casos (el caso más notorio es el del Movimiento de Trabajadores


Desocupados Aníbal Verón) las asambleas contienen elementos de lo que usted ha
llamado consejos de trabajadores y consumidores. Por ejemplo, el MTD Aníbal Verón y
otros grupos han preparado sus propios proyectos productivos, cooperativas pequeñas que
producen pan, ladrillos, marroquinería y otros productos. Pero la producción no sigue
reglas del mercado, ni es organizada por una "clase coordinadora."

El movimiento entero apoya los proyectos productivos, y toma decisiones de nuevas


inversiones, etc. Y las "ganancias", si hay, no van solo para aquellos que trabajan en esos
emprendimientos, sino al movimiento entero. El criterio es que cada tipo de trabajo es
valioso, y entonces todos deben ser remunerados - es decir, no sólo aquellos que trabajan
y hornean pan, sino también aquellos que trabajan en los talleres de educación popular,
haciendo difusión, etc.,

Las Asambleas Barriales son un fenómeno relativamente nuevo. Aparecieron y se


desarrollaron rápida e inmediatamente después de la rebelión de diciembre del 2001. En
las principales ciudades, los vecinos comenzaron a congregarse en las esquinas
espontáneamente, para debatir y encontrarle un sentido a sus propios problemas. Después
de un período inicial de catarsis -las personas simplemente expresaban allí sus problemas,
ansiedades y frustraciones -- empezaron a deducir cuáles eran las causas de la crisis y a
discutir posibles maneras de darle una respuesta. En el caso de las asambleas, no hay
ningún elemento claro que las relacione con los consejos de trabajadores --aunque
algunas asambleas, como los piqueteros, también prepararon proyectos productivos.

Hay elementos más visibles de consejos de consumidores. Por ejemplo, muchas


asambleas organizaron compras comunitarias - es decir - comprando cantidades grandes
de artículos de los proveedores al por mayor, y distribuyéndolos entre los vecinos según
criterios diferentes. Otros ejemplos son la presión que pusieron sobre las compañías de
electricidad, gas, del teléfono, etc., para asegurar que no subieran las tarifas, y para que
no realicen los cortes del servicio a los usuarios que no podían pagar las facturas.

Finalmente, las fábricas recuperadas son el movimiento más nuevo. Consiste en


obreros de fábricas que quebraron (a veces falsamente), que se niegan a convertirse en
desempleados. Cuando los dueños de la fábrica anuncian el cierre de la planta, se niegan
a salir, ocupan la fábrica, y empiezan a hacerla producir ellos mismos. Lo curioso es que,
contrario a todas las predicciones, y a pesar de los obstáculos innumerables, lo hacen muy
bien. Los obreros pueden dirigir compañías relativamente grandes --como la de cerámicas
Zanon, por ejemplo-- y no sólo asegurar que produzcan, sino también hacerlas rentables.
Las fábricas recuperadas se organizan con diferentes criterios. Pero generalmente, se
toman las decisiones principales a través de las asambleas horizontales de obreros, y los
sueldos tienden a ser más igualitarios que bajo los jefes anteriores.

Junto con estos cuatro movimientos, hay también otros innumerables y más
pequeños. De campesinos ocupando tierras y produciendo colectivamente; artistas y
periodistas independientes encontrando maneras de producir y distribuir sus trabajos. En
los últimos años, Argentina ha sido un extraordinario laboratorio de nuevas formas
económicas y políticas de organizarse y vivir comunitariamente.

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Albert: Es triste que proyectos tan importantes, de los cuales tanto se puede aprender,
tengan tan poca atención internacional. Pero también es completamente predecible: CNN no
querría transmitir las innovaciones de la Argentina. Me pregunto, ¿pensás que grupos que
adhirieran a una visión económica participativa como Parecon, y que, por ejemplo, sostuvieran
conscientemente la idea de que las remuneraciones fueran por esfuerzo y sacrificio, y no por
rendimiento ni, por supuesto, por el poder o la propiedad, podrían haber ayudado en estos
procesos argentinos?

Adamovsky: Lo primero que necesita saber es que, antes que todos éstos
movimientos surgieran, teníamos una cultura política fuertemente jerárquica y basada en
liderazgos fuertes. No sólo estoy refiriéndome a la política "oficial" (piense en el peronismo
y los innumerables golpes militares que sufrimos), sino también a los sindicatos (que, en
general, están conducidos por una burocracia muy corrupta) y la izquierda. Casi toda la
experiencia anterior venía de la tradición leninista, o de tradiciones de la "liberación
nacionales", que son muy jerárquicas y a veces autoritarias.

Cuando los primeros piqueteros, los mercados de trueque y las asambleas barriales
surgieron, no fue fruto de años de venir haciendo campaña pacientemente (casi ninguno
defendía estos nuevos tipos de organizaciones antes de que nacieran), fue algo
espontáneo, yo diría de creación intuitiva. La economía y el sistema político se
derrumbaron, las personas no confiaban en ninguno de los partidos, líderes o sindicatos
disponibles, entonces simplemente se juntaron con otras personas como ellos y se
preguntaron "¿Tenés alguna idea de qué está pasando aquí ? ¿Qué hacemos para
proteger nuestras vidas?" Pero, a diferencia de otros países (como, quizás, los Estados
Unidos) no teníamos ninguna tradición de hablar y de escucharnos mutuamente.
Sencillamente no sabíamos cómo mantener una reunión de la comunidad. Recuerdo las
primeras reuniones de mi Asamblea barrial: la gente luchaba, literalmente, por el uso del
megáfono. En serio: peleaba físicamente.

Teniendo en cuenta esto, diría que cualquier grupo con experiencia en los
procedimientos simples de la democracia directa hubiera sido muy útil. Tuvimos que
aprender todo de la manera más dura, por nosotros mismos. Yo pienso que el grupo de
"pareconistas" que usted está imaginando habría sido sumamente útil si hubieran podido
compartir con nosotros esa experiencia. Temo, sin embargo, que habría sido imposible
exponer cualquiera de los principios más detallados de Parecon en una asamblea antes de
que nosotros nos educáramos en el ejercicio de la democracia directa.

Hoy día la situación es diferente. Después de toda la lucha que la Argentina ha


atravesado, la gente que participa en los movimientos se ha dado cuenta de que estamos
realmente experimentando un tipo diferente de política de izquierda, distinto de cualquier
otra cosa que habíamos visto en el pasado. Y ellos están generalmente ávidos por conocer
nuevas ideas basadas en los principios de democracia directa, autonomía, y organización
horizontal. Presentando una visión de un mundo organizada según esos principios,
Parecon podría inspirarnos a ganar confianza y darle un sentido más preciso a la dirección
de nuestros esfuerzos.

Con respecto a la remuneración por esfuerzo y sacrificio, creo que las experiencias de
fábricas recuperadas y, en cierta medida, también los proyectos productivos de los
piqueteros se beneficiarían con esas ideas. Sé que ellos tenían (y todavía tienen) debates
sobre la manera mejor de remunerarse, y creo hay una tendencia natural hacia la clase de
ideas que Parecon propone. Indudablemente, poner el tema práctico de la remuneración
en la perspectiva más amplia de la visión económica que el Parecon propone, habría sido
muy útil para ellos.

Albert: ¿Sabe usted los métodos que ellos están usando ahora? En las fábricas, ¿están
aplicando la estructura salarial vieja, pagando igualmente o por lo menos más igualitariamente,

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o sólo pagando por tiempo de trabajo, por rendimiento, o qué?¿Qué dificultades implicaría
cambiar hacia el pago conforme al esfuerzo y sacrificio? ¿Quién lo resistiría? ¿Quién lo
favorecería? ¿Qué pensás?

Adamovsky: Se dice que hay más de 200 empresas recuperadas ahora. La situación
en cada una de ellas es diferente. Muchas de ellas no están produciendo todavía: los
obreros todavía están construyendo las condiciones previas a eso. Otras, como Cerámicas
Zanón, están haciendo tan bien las cosas que realmente deben "contratar" nuevos obreros
(que es todavía más sorprendente considerando que sus dueños anteriores decían que
era imposible hacer rentable a Zanón). Pero en general, es necesario que sepa que las
fábricas recuperadas todavía están luchando duro simplemente para sobrevivir. Y que
esto, para ellos, supone estar luchando contra dos "enemigos" al mismo tiempo. Primero,
contra la crisis económica endémica de la Argentina. En segundo lugar, contra la policía y
el acoso judicial que siempre intenta destruir la producción.

En este contexto, me imagino que sería difícil arriesgar innovaciones radicales en el


corto plazo. Sin embargo, hasta donde yo sé, ya existen algunos cambios en estructuras
salariales, por lo menos en algunos casos. Los sueldos tienden a ser igualitarios y sólo
pagando por tiempo (no creo que ninguna de las fábricas recuperadas paguen por
rendimiento). Creo, también, que los obreros estarían de acuerdo con ese cambio hacia el
pago por esfuerzo y sacrificio, que sería más justo. Imagino, sin embargo (aunque esto es
muy hipotético) que, en este momento, no se sentirían preparados para gastar mucha
energía llevando a cabo semejante cambio que involucra encontrar maneras exactas de
medir esfuerzo, agregando reuniones extras a aquellas que ya tienen para otros problemas
(producción, estrategia judicial, defensa contra represión, estrategia política, etc.).

Albert: Bien, ¿Y qué sobre la autogestión de la producción? ¿Pensás que una clara
enunciación de objetivos -por ejemplo, que las personas deben influir en las decisiones en
proporción de cómo son afectadas por ellas-- habría ayudado a los movimientos? ¿Pensás que la
comprensión de que el consenso, las decisiones por mayoría, y otros enfoques de organización
por el estilo son tácticas, y que la clave está en decidir cuál es el mejor método que sirva para la
autogestión, habría sido útil? ¿La idea de Parecon de organizar consejos en diferentes niveles
habría sido útil? ¿Qué impacto podría haber tenido un grupo que propusiera esas ideas en las
prácticas y los programas actuales?

Adamovsky: La autogestión es una vieja aspiración de los movimientos anti-


capitalistas, en la Argentina y en todas partes. Y, naturalmente, la idea de autogestión
incluye la idea de democracia directa y la organización en consejos. Pero de nuevo en este
caso, hay poca experiencia práctica en la Argentina, y en otras partes también, según mi
opinión, en cómo organizar la autogestión. Hay mucha distancia entre los principios
generales y la organización concreta. Fíjese, por ejemplo, cómo son las decisiones a
través de asambleas o consejos. Hay mucho pensamiento mágico sobre esto: algunas
personas piensan que lo único que se necesita es conseguir a tantas personas como sea
posible para debatir y votar y, bingo!, así siempre se llegará al resultado correcto.

Pero eso no es verdad. Y lo estamos aprendiendo dolorosamente. Muchas veces en


mi asamblea, por ejemplo, enfrentamos una situación en la que todos tenemos el mismo
derecho para decidir un cierto problema (y todos defendemos ese derecho
apasionadamente), pero esas decisiones no nos afectan a todos de la misma manera. Y
ese diferencia ignorada termina afectándonos de maneras inesperadas: personas que
culpan al otro cuando las cosas salen mal, etc. Un día incluso votamos todos para decidir
si seis de nosotros -quienes estaban procesados judicialmente por ocupar sin autorización
la propiedad donde funciona la Asamblea- debían presentarse al juzgado o no. Esa era
una decisión que sólo esas seis personas debían haber tomado. Pero nadie lo objetó.

Otro ejemplo: recuerdo que hace poco tiempo tuve una conversación con un obrero de

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Grissinopolis, una de las fábricas recuperadas, que estaban enfrentando problemas
similares. El grado de compromiso de los obreros con el proyecto de autogestión era
bastante diferente - -algunos de los obreros no tenían confianza en que ellos pudieran
manejar la fábrica sin gerentes, y entonces no querían tomar ciertas responsabilidades,
mientras otros estaban trabajando el día entero para hacer su sueño realidad. Pero todos
tenían el mismo derecho a un voto, algo que para el obrero con quien yo estaba hablando
parecía injusto. Él estaba visiblemente disgustado e irritado. En suma, nosotros todavía no
hemos encontrado la manera de relacionar cómo las decisiones se toman de acuerdo a un
compromiso real o a las diferentes consecuencias que tales decisiones tendrán sobre las
distintas personas.

Es por eso que me atrajo inmediatamente una de las ideas que Parecon presenta: las
personas deben influir en las decisiones en proporción a cómo son afectados por ellas. Es
un principio muy simple, fácil de entender y comprender, pero que cambia completamente
la lógica y la práctica de la toma de las decisiones. De la misma manera, imagino que la
ingeniería política que Parecon propone --los consejos en diferentes niveles y con
funciones diferenciadas-- habría sido bastante útil para los obreros de fábricas
recuperadas y, en general, para todos los movimientos horizontales.

Nos habría ayudado a diseñar formas concretas y eficaces de traducir principios


generales (como la democracia directa y la autogestión) en realidades concretas.

Albert: ¿Sabés cómo están tomándose las decisiones ahora en las fábricas recuperadas?
Parece que en las asambleas barriales es una persona un voto, y la mitad más uno decide. ¿Y
cómo es en las fábricas? ¿Hay allí todavía gerentes u otros obreros "conceptuales"? En tal caso
¿tienden ellos (los gerentes) a dominar la agenda, y a tener más poder en el día a día? ¿tienen
más votos o mayor voz en decisiones importantes, etc.? ¿Pensás que el compromiso con la
autogestión podría inspirar cambios en estos temas relacionados con la toma de decisiones, que,
por otra parte, no son tan fáciles de cambiar?

Adamovsky: De nuevo en este caso, cada fábrica es un mundo diferente. En los casos
que yo conozco, las decisiones importantes son tomadas por las asambleas de obreros,
una persona un voto, cincuenta por ciento más uno decide. Esto no quiere decir, sin
embargo, que los "obreros conceptuales" no tiendan a dominar la agenda. Hasta donde yo
sé, las figuras políticas principales dentro de las fábricas, y aquéllos con más conocimiento
sobre el proceso productivo, en la práctica, tienden a tener más poder que el resto. Pero la
dinámica de la autogestión y la democracia directa a veces puede revertir esto. Por
ejemplo, hace unas semanas, la asamblea de los obreros de Brukman (textil) decidió,
contra la opinión de sus portavoces más visibles, no permitir que ninguno de los obreros se
postulase como candidato de los partidos de la izquierda en las elecciones. Y cuando las
elecciones se acercaron, los partidos trotskystas estaban haciendo lo imposible para tener
a obreros de fábricas recuperadas como candidatos. Su objetivo, por supuesto, es
beneficiarse con la legitimidad que estos obreros tienen. Celia, probablemente la cara más
activa y visible de Brukman, era simpatizante del PTS (un partido trotskysta pequeño), y
decidió que quería hacer campaña como candidata. Pero sus compañeros votaron en
contra de autorizarla, fundamentando que Brukman no debe ser el patrimonio de un
partido, porque busca el apoyo de todos. Curiosamente, el PTS "redescubrió" entonces el
valor de la libertad individual, y está defendiendo ahora que la asamblea de los obreros no
puede decidir en este problema, porque haciendo eso, ellos estarían afectando el "derecho
individual" de Celia para hacer lo que ella quiere...

En suma, todavía hay mucho por hacer en relación a la construcción de formas de


tomar decisiones que apunten a una verdadera autogestión y al igualitarismo, manteniendo
al mismo tiempo criterios de eficacia e imparcialidad. Siempre hay peligro de volver a las
viejas costumbres. Conseguir la autogestión requiere un trabajo duro y paciente, y un fuerte

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compromiso con una visión política basada en tal principio.

Albert: ¿Y qué del balance de tareas enriquecedoras y tareas desagradables? Si esa idea -de
una nueva división del trabajo para permitir y apoyar nuevos métodos de toma de decisiones-
hubiera estado presente en Argentina, y si también lo hubiera estado la idea, vinculada a la
anterior, de que las relaciones de clase no sólo refieren a lo que sucede entre obreros y dueños,
sino también entre aquéllos y la "clase coordinadora"- ¿piensas que habría ayudado a delinear
mejor las estructuras empleadas y quizás también algunas de las demandas que surgieron?

Adamovsky: En este aspecto, hay también una tendencia casi intuitiva hacia el
principio de que las personas deben compartir las tareas pesadas o desagradables.

En mi asamblea, por ejemplo, la gente trabajadora resiente inmediatamente si


aquéllos con mayor nivel educativo o extracción social más alta no ayudan a limpiar el piso,
cocinar, levantar objetos pesados, etc. Del mismo modo, sé que algunos de los grupos
piqueteros prestan gran atención a este tema, y a la capacitación de todos para hacer que
todos puedan hacer las tareas más complejas y calificadas, incluyendo las políticas.

En general, las personas que forman parte de los movimientos detestan a los
"coordinadores" o "mandones", aun si la idea de que exista semejante cosa como una
"clase coordinadora" no es todavía muy común. Sé también que obreros de las fábricas
recuperadas comparten algunas de las tareas que eran previamente sólo reservadas a
obreros especializados o a obreros sin ninguna calificación. Pero las viejas costumbres no
se mueren fácilmente, especialmente en un contexto de mercado, y con todos los
mensajes que vienen de los medios de comunicación, etc. Si los movimientos argentinos
tuvieran una comprensión más clara de los motivos para cambiar la división del trabajo, y
sobre todo, de la conveniencia del trabajo equilibrado y sin clases, de que esto no sólo
ayudaría a realizar el trabajo mejor que antes, sino que incluso serviría para eliminar todos
los tipos de jerarquías duras, esta comprensión ayudaría incluso a aquéllos que están hoy
más comprometidos con ese tipo de cambio, y ciertamente ayudaría a todos los demás, a
luchar en contra de esas viejas costumbres y también contra los individuos que quieren
conservarlas. Poner estas cuestiones en la perspectiva de una visión más abarcadora,
como propone Parecon, sería indudablemente muy útil.

Albert: Parece que estás diciendo que los trabajadores en estos movimientos verían con
simpatía la idea de eliminar el privilegio y el poder de la clase coordinadora. Pero ¿creés que
apoyarían la idea de equilibrar los trabajos agradables y desagradables? ¿Y cuánta resistencia
pensás que se puede generar entre el grupo que podemos llamar como la clase coordinadora y
entre los que tienen mayor educación, si este tipo de orientación empezara a sostenerse?

Adamovsky: Quizás eso es ir demasiado lejos... Una cosa es guardarle rencor a los
coordinadores (cosa que que la mayoría de los obreros hacen), pero de allí a proponer que
la clase de los coordinadores deba ser eliminada hay una gran distancia. Uno de los
efectos más profundos del capitalismo y de la existencia de clases "coordinadoras" es que
a los obreros los hacen sentir impotentes y les roban sus capacidades de tal manera, que
luego les cuesta creer que puedan ser sus propios "gerentes". Uno de los obreros de
Grissinopolis una vez me explicó, con una mirada triste en sus ojos, lo difícil que le
resultaba convencer a sus compañeros de que ellos realmente podían manejar su propia
empresa. Al principio, pensaron que él estaba loco. Pasó mucho tiempo hasta que algunos
de los obreros descubrieron que ellos no eran peores que ninguno de los gerentes que
habían tenido antes, y que, de hecho, conocían su trabajo mucho mejor. De hecho, la
mitad de los obreros decidió dejar "el barco" (la fábrica) e intentar encontrar un trabajo
"normal" bajo gerentes "normales."

Me imagino que la resistencia contra el principio de "equilibrar tareas agradables y


desagradables" sería bastante dura, no sólo de parte de los coordinadores que

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defenderían sus privilegios, sino también de los mismos obreros. Si las personas se
sienten impotentes, tienden a confiar en la "experiencia" y "conocimiento" de aquéllos que,
por contraste, se sienten "capaces".

Y es un hecho de la realidad que nadie puede sentirse el "gerente" de sí mismo por un


acto simple de voluntad. Todas las tareas sociales y relativamente complejas --sea
manejar una empresa u organizar un evento político, etc.-- requieren un cierto
conocimiento, confianza, y experiencia, sin los cuales es probable que la cosa entera
fracase.

Entonces, si las personas no se sienten con la capacidad de hacer algo por sí mismos,
tienden "voluntariamente" a llamar a un coordinador. Por ejemplo, esto lo viví yo mismo en
mi asamblea varias veces. Como yo soy un buen orador, mis compañeros me pedían
muchas veces, sobre todo al principio, que yo los representara cada vez que había que
hablar en público. Pero asumir esa tarea, por supuesto, me daba la oportunidad de mejorar
cada vez más como orador, de ganar más experiencia, mientras otros compañeros
permanecían callados. Y esto tendía a reproducir y reforzar la desigualdad en este campo
específico: yo acumulaba experiencia, indirectamente, "a expensas" de los demás.
Entonces, en un momento decidí negarme a cumplir ese rol todo lo posible, lo que
indirectamente "obligaba" a otras personas a animarse e intentar hacerlo ellos mismos. Lo
gracioso es que a veces tuve que resistir fuertes presiones de compañeros que querían
que siguiera desempeñando ese papel de "coordinador", y a veces se enojaban conmigo.
"Vos lo hacés mejor, entonces hacelo" me decían. Para algunos, atreverse a "tomar el
control" y asumir esa responsabilidad era doloroso, y siempre les era más fácil confiar en
que lo hiciera otro. Pero, obviamente, después de que rompés esa inercia, descubrís que
sos perfectamente capaz de hacer cosas nuevas que antes te parecían dificilísimas.
Quienes dan ese paso inmediatamente se entusiasman, y ya nunca pierden la voluntad de
ser protagonistas siempre. Es el camino inverso del capitalismo: en lugar de sumirte en la
impotencia, el protagonismo te potencia.

Este ejemplo era para decir que imagino que el principio de "equilibrar trabajos" va a
encontrar una resistencia feroz, probablemente tanto de arriba como de abajo. Va a llevar
un trabajo largo y paciente de parte de aquéllos comprometidos con la idea. Ser capaz de
compartir su especialización y capacitar a otros, sin reforzar ellos mismos su rol como
coordinadores. Lo imagino como un período riesgoso, una larga transición durante la cual
los coordinadores pueden elegir sacar provecho de las presiones de abajo que recién
describí para mantener su poder. Parecon es un hito visionario y necesario en este
aspecto, porque proporciona un análisis muy claro de los efectos negativos tanto de la
existencia de una clase propietaria como de la de una clase coordinadora.

Albert: Mencionaste la existencia de varios partidos leninistas, trotskyistas y otros del viejo
estilo, cuyos miembros interactúan dentro de los movimientos. Sin lugar a dudas han habido
conflictos serios. ¿Crees que una mayor claridad en el rechazo al "coordinadorismo", que a
veces se llama socialismo de mercado o de planificación centralizada, habría fortalecido las
partes más democráticas y participativas del movimiento contra las partes más centralizadoras?
¿Crees que la idea de que nuestros valores deben estar encarnados en nuestras estructuras ha
puesto presión en la conducta y estructuras de estos partidos y entonces ha ayudado a las
propuestas contrarias?

Adamovsky: Sin duda. En la experiencia de mi asamblea, algunas de las personas


tenían un prejuicio inicial contra los partidos de la izquierda, algunos otros no lo tenían.
Pero en ambos casos, defendieron la autonomía y la horizontalidad de la asamblea contra
el "coordinadorismo" de la izquierda, como usted lo llama. Esto era y todavía es un
problema permanente en la mayoría de las reuniones de las asambleas-- he leído recién
un email de la asamblea de otro barrio, con el anuncio que, después de los problemas
innumerables, le pidieron a los miembros del trotkysta Partido Obrero que se fueran de la
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asamblea y que nunca regresaran.

Mientras resistíamos desde la asamblea el coordinadorismo de la izquierda, fuimos


encontrando algunos textos e ideas que nos ayudaron a confiar en que las estrategias no-
jerárquicas son posibles y que, en verdad, la izquierda está bastante dividida sobre este
problema en todo el mundo. Indudablemente, Parecon tendría una influencia similar.
Ayudaría que más personas se sintieran seguras de nuestra propia política no-jerárquica y
en el principio de que la manera en que nosotros nos relacionamos hoy debe estar en
sintonía con la manera en que nosotros queremos que sea el futuro. Los medios y los fines
no pueden discrepar.

Albert: En su descripción breve de las cosas que están pasando en Argentina, no encontré
mucho sobre las luchas dentro de los lugares de trabajo que no han sido ocupados. Luchas
contra los dueños y gerentes por mejores condiciones de trabajo, sueldos, más derechos, etc.
¿También existe ese tipo de luchas dentro de las instituciones gubernamentales y corporaciones
privadas en la Argentina? ¿Están conectadas de alguna manera con los movimientos que
describiste? ¿Y crees que una militancia "pareconística" pudiera ayudar con esos esfuerzos y
también con las interconexiones?

Adamovsky: La lucha tradicional de la clase obrera, como usted bien sabe, es


particularmente difícil en momentos de crisis económica y alto índice de desempleo. En
Argentina, más del 25% de la población son desempleados, algo que indudablemente le
impide a muchos obreros declararse en huelga, o resistirse dentro de su trabajo. Agregue
a esto el hecho de que la mayoría de los sindicalistas y gremios son casi una mafia, y
usted conseguirá una imagen de qué duro es el asunto para los obreros argentinos. Y sin
embargo, algunos intentos interesantes ocurrieron en este campo.

Algunas sindicales gremiales--por ejemplo SIMECA, una nueva sindical de


mensajeros y cadetes --empezó a organizarse de manera horizontal, mientras los obreros
de algunas secciones de Telefónica (una de las dos compañías del teléfono principales en
la Argentina) llevó a cabo huelgas épicas contra los dueños y los sindicatos oficiales. Hay
muchos otros ejemplos. En la medida en que estas luchas fueron ignoradas (o incluso
atacadas) por los sindicatos oficiales, naturalmente han tendido a construir puentes con el
movimiento piquetero y asambleario. Hay muchos lazos, todos los grupos se apoyan
mutuamente y comparten ideas.

Para estas personas, y para los casos mencionados antes, Parecon proporciona tanto
ideas prácticas para el corto plazo, como la visión de un futuro deseable.

Yo creo que los motores más poderosos de la emancipación son las leyendas de las
luchas del pasado y de los futuros posibles. Parecon pertenece a la vieja tradición de
visiones utópicas, pero pone esta mirada de utopía en un contexto que parece
perfectamente posible, esperándonos a la vuelta de la esquina.

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http://zinternational.zcommunications.org/Spanish/0903adamovsky.htm

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“Métodos experimentales y participativos para el análisis de la acción colectiva y la cooperación
en el uso de recursos naturales por parte de comunidades rurales”

Versión enero, 2003


Juan Camilo Cárdenas
Diana Lucía Maya
María Claudia López

Departamento de Desarrollo Rural y Regional


Facultad de Estudios Ambientales y Rurales
Pontificia Universidad Javeriana

Correspondencia a: Juan Camilo Cárdenas (jccarden@javeriana.edu.co)


Diana Lucía Maya (diana.maya@javeriana.edu.co)
María Claudia López (mlopez@javeriana.edu.co)

Resumen:
En esta ponencia queremos explorar, a partir de nuestros resultados de investigación, posibles puentes de
complementariedad y sinergia entre la economía experimental y los métodos participativos de
investigación, para poder estudiar problemas rurales, en particular aquellos asociados al uso de recursos
naturales por parte de las comunidades. Desde el 1er semestre del 2001 hasta la fecha hemos realizado
una serie de talleres y experimentos económicos en varias comunidades del país. En esta ponencia vamos
a hacer referencia a los tres estudios de caso que se realizaron en el proyecto “Regulación de Recursos
Comunitarios: Ejercicios económicos en el campo” que se llevaron a cabo en el Neusa y la Vega en
Cundinamarca, y el Parque Sanquianga en Nariño. El propósito de estos estudios de caso era estudiar los
problemas del uso comunitario de recursos como la pesca, la piangua y o el agua en una microcuenca. En
cada comunidad se realizaron 26 sesiones de experimentos económicos con participación de 130
campesinos en cada comunidad; igualmente se llevaron a cabo talleres y ejercicios desde el Diagnóstico
Rural Participativo (DRP) para discutir con los mismos participantes tanto los resultados de los
experimentos como la problemática asociada al uso de estos recursos naturales. Dicha información fue
sistematizada con el fin de contrastar los tres casos, y las posibles consistencias entre dos aproximaciones
(economía experimental y herramientas participativas) que hasta el momento no han sido utilizadas de
manera conjunta ni para las mismas situaciones. Como se presentará, la economía experimental ofrece
potencialidades interesantes para estudiar la validez de los modelos económicos de comportamiento de
las personas frente a, por ejemplo, los dilemas del uso de recursos colectivos; igualmente puede ofrecer
información muy detallada y verificable acerca de las decisiones micro de las personas; por su parte las
metodologías participativas permiten explicar procesos y situaciones que un agente externo difícilmente
puede comprender acerca de las causalidades e interacciones de factores que afectan la problemática de
una comunidad. A través de estos instrumentos podemos mostrar cómo estas dos metodologías pueden
de una manera eficaz responder a preguntas centrales acerca del uso comunitario de recursos.

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1. Introducción.

Problemáticas en el medio rural asociadas a dilemas entre el interés individual y el interés colectivo han
sido estudiadas ampliamente por las dos metodologías que presentamos en este ensayo, a saber,
metodologías participativas como el DRP (Diagnóstico Rural Participativo) usados por diferentes
disciplinas de ciencias naturales y sociales, y los experimentos sociales usados principalmente por la
economía y la sicología social. De estos experimentos sociales se deriva la economía experimental que se
trabaja en esta ponencia. En ambos casos se trabaja en dos o mas niveles de análisis, el individual y el
grupal, para analizar posibles explicaciones de porqué se presentan resultados socialmente ineficientes
como la degradación de recursos naturales fundamentales para el bienestar en el medio rural. Los dos
conjuntos de herramientas intentan explicar estos resultados agregados mirando, por ejemplo, el papel
que las estructuras e instituciones sociales juegan en las decisiones de los diferentes agentes sociales
acerca del uso de sus propios recursos y los de uso colectivo, y la forma como se resuelven conflictos de
intereses a este respecto.

Sin embargo, el uso de herramientas participativas y la aplicación de experimentos económicos han tenido
históricamente orígenes y caminos bien distintos. Estructuralmente presentan diferencias de fondo en el
diseño. Para comenzar los experimentos tienen un carácter controlado de las variables a partir de un
modelo económico con el cual se puede observar y probar estadísticamente cambios en el
comportamiento de las personas ante situaciones específicas. Las herramientas participativas de análisis
son por definición mas flexibles y permiten una confluencia de muchas más variables alrededor del
problema. Esto implica entre otras cosas un sesgo de los experimentalistas por información cuantitativa
que permita análisis estadísticos, mientras que en los métodos participativos haya una preferencia por
variables cualitativas que permitan el análisis de procesos.

Las herramientas participativas hacen un uso mas detallado de información del contexto y la historia que
pudieran explicar la situación particular que se está analizando, mientras que los experimentos hacen un
uso mas detallado de las decisiones individuales y los posibles incentivos materiales y no materiales que
puedan explicar esas decisiones en ese momento. Estos últimos además hacen un uso más intensivo de
instrumentos estadísticos (como son las pruebas estadísticas y el análisis multivariado) mientras que los

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métodos participativos hacen un uso más intensivo de herramientas de análisis mas complejo (como los
árboles y la priorización de problemas, o matrices de análisis).

Tradicionalmente el DRP se ha utilizado para el trabajo con comunidades rurales, sin embargo el uso de
los experimentos económicos en comunidades rurales es mas bien novedoso. Esta técnica es utilizada
tradicionalmente en los Estados Unidos y Europa con estudiantes de universidades. Por lo tanto y hasta
donde hemos podido verificar, no existen experiencias de investigación en el mundo en donde se
combinen sistemáticamente estos dos paquetes de herramientas.

Dentro del proceso de investigación que venimos realizando queremos explorar las ventajas que ofrece la
posibilidad de combinar estos dos paquetes de herramientas para el análisis del uso de los recursos
comunitarios. Creemos que hemos logrado avanzar en este objetivo, y esta ponencia tiene por objeto
mostrar algunos avances frente a la aplicación de estas herramientas en diferentes comunidades rurales,
donde hemos venido trabajando alrededor del problema de los recursos naturales de uso comunitario y el
papel que cumplen las reglas formales y no formales en los niveles de cooperación que se dan en los
individuos que enfrentan la opción de sobre explotar o conservar estos recursos.

Con los resultados que aquí presentamos creemos que hemos justificado los beneficios y sinergias de
combinar los dos tipos de herramientas, por varias razones que podemos enunciar. Por una parte la
posibilidad a través de los experimentos económicos de generar modelos cuantificables que permitan el
seguimiento sistemático a las acciones individuales que se reflejan en lo colectivo, lo cual se puede
complementar muy bien con la identificación a través del trabajo participativo, de otras variables que
pueden estar explicando las anomalías observadas en los experimentos y que no se habían identificado en
el modelo inicial. Eso permitiría construir mejores modelos teóricos que pueden ser verificados
posteriormente con los mismos o nuevos datos. La combinación de métodos cuantitativos y cualitativos
permite probar hipótesis con solidez estadística, pero también permite buscar explicaciones a las raíces de
los fenómenos que generaron las diferencias estadísticamente significativas.

A continuación hacemos una presentación del problema que origina este estudio de investigación, el uso
de recursos naturales de uso comunitario y el efecto de diferentes reglas que busquen restringir la sobre

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explotación de estos. Después describimos los dos paquetes de métodos de investigación, para pasar a
los resultados de estos y los posibles puentes, paralelos, diferencias, y sinergias entre los dos, que
permitan identificar lecciones para el futuro de esta propuesta científica y de gestión, que podríamos
denominar economía participativa experimental (EPE).

2. Los Recursos de Uso Comunitario

Muchas sociedades campesinas son responsables de una u otra manera del uso y manejo de recursos
comunitarios entre los que se incluyen los bosques, los manglares, los recursos pesqueros, las
microcuencas, y todos los demás recursos ambientales a los cuales tiene acceso la comunidad y de los
que se obtienen beneficios monetarios y no monetarios en términos de los bienes y servicios ambientales
que prestan. A este tipo de bienes es a los que Elinor Ostrom en su libro “El gobierno de los bienes
comunes” llama Recursos de Uso Comunitario.

Los recursos de uso comunitario tienen dos características la excluibilidad y la sustractibilidad, por lo que
no pueden ser clasificados ni como bienes privados puros, ni como bienes públicos puros (Ostrom, 1990),
y de ahí la importancia de que sean analizados conceptual y empíricamente de manera particular. La
excluibilidad se refiere a no poder limitar el libre acceso pues esto resultaría muy costoso, es más, estos
recursos suelen ser lo suficientemente grandes como para permitir su utilización de manera simultanea por
muchos usuarios. La sustractabilidad, se explica en la medida en que cada usuario al extraer recursos
puede sustraer de bienestar a los otros usuarios, ya que cada unidad extraída de un recurso reduce la
posibilidad de otros usuarios de beneficiarse del ecosistema.

Una de las propiedades más importantes de este tipo de recursos es el tener inserto un dilema entre lo
colectivo y lo individual, ya que los usuarios de este tipo de recursos no pueden disponer de unidades de
recurso que ya han sido extraídas por otros, de la misma manera tampoco puedo excluir a otros de las
mejoras que se le hagan al recurso; todos en la comunidad se verán beneficiados por estas mejoras. Por
lo tanto muchas personas tendrían incentivos privados para disfrutar de estos beneficios sin sacrificar nada
a cambio, esta situación es la que Ostrom define como “el gorrón” y que para nosotros no es otra cosa que
el oportunismo. ¿Esto que significa? Que es más ventajoso para mí disfrutar de los beneficios del

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ecosistema gracias a los esfuerzos del resto de la comunidad por usarlo y mantenerlo de una manera
adecuada, que yo mismo hacer el esfuerzo por mantenerlo.

¿Quiénes pueden hacer un manejo adecuado de estos recursos?

El mercado en muchos casos no puede asignar derechos de propiedad sobre recursos naturales que
son indivisibles como las fuentes de agua, o ciertos componentes de servicios ambientales ofrecidos
por ciertos ecosistemas como los manglares.
El Estado tiene en la mayoría de casos, especialmente en países en vía de desarrollo, una capacidad
limitada para hacer cumplir los derechos de propiedad y las normas de uso o exclusión de los recursos
o los ecosistemas.
Las comunidades en diversas experiencias han sido capaces de manejar los recursos de uso
comunitario de manera adecuada, mientras que en otros se ha dado una sobreexplotación.

Elinor Ostrom ha analizado a profundidad el caso de los recursos de uso comunitario y sustenta sus
estudios no sólo en lo experimental (Ostrom Gardner and Walker, 1994) sino en la práctica (Ostrom,
2000).

Gracias a los estudios de campo, la autora ha elaborado ocho principios de diseño que caracterizan a
estas comunidades, advirtiendo que aún en muchos casos en que este diseño ha sido adoptado no ha
originado unas comunidades autogestionarias. Los principios son: (Ostrom, 2000:148).

Limites claramente definidos: Los usuarios de los recursos comunitarios y los limites del mismo son
conocidos por la comunidad.
Congruencia entre las reglas de apropiación y de provisión y las condiciones locales: Existen unas
reglas de uso y manejo de los recursos comunitarios que restringen el tiempo, el lugar, la tecnología
y/o la cantidad de unidades que pueden ser extraídas.
Acuerdos de elección colectiva: Las reglas pueden ser modificadas por los usuarios según las
situaciones.

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Supervisión: Algunos usuarios tienen que estar encargados de vigilar el cumplimiento diario de las
reglas de uso de los recursos comunitarios.
Sanciones graduales: A los usuarios que violen las reglas se les imponen sanciones que puedan ser
pagadas por los usuarios, adicionalmente la reputación de quien violó la regla se ve afectada.
Mecanismos de solución de conflictos: Los usuarios de los recursos comunitarios tienen unas
instituciones capaces de manejar los conflictos que puedan aparecer en el uso diario de estos
recursos.
Reconocimiento mínimo de los derechos de la organización: Las autoridades locales deben reconocer
las reglas impuestas por los usuarios de los recursos comunitarios.
Actividades complementarias: En los sistemas más grandes puede haber una diferenciación de reglas
de acuerdo a las características de los diferentes usuarios.

3. El proyecto “Regulación de Recursos Comunitarios: Ejercicios económicos en el campo”

Este trabajo en particular surge del proyecto de investigación “Regulación de Recursos Comunitarios:
Ejercicios económicos en el campo” desarrollado por la Universidad Javeriana y con el apoyo de la Red
de Preferencias y Normas Sociales de la Universidad de Massachusetts y la Fundación MacArthur. En el
2001 realizamos una serie de ejercicios económicos y participativos en tres comunidades rurales que
enfrentan dilemas entre la conservación y el uso de recursos naturales. El proyecto se alimenta
metodológicamente de las técnicas desarrolladas dentro de la economía experimental por una parte y del
diagnóstico rural participativo por otra.
Las preguntas de investigación del proyecto fueron:
1. ¿Qué factores hacen que las personas decidan cooperar en la conservación y aprovechamiento
sostenible de un recurso comunitario?
2. ¿Cómo se pueden balancear los intereses de todos los que se benefician de la conservación de un
recurso natural?
3. ¿Qué papel cumplen las entidades reguladoras de los recursos naturales y como pueden promover la
cooperación por parte de los usuarios y beneficiarios’

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Estas preguntas se tomaron como referencia para diseñar el experimento económico que describiremos
más adelante, y para seleccionar las herramientas de DRP que arrojaran posibles respuestas a estas
preguntas. Básicamente los experimentos y las herramientas de DRP deberán reflejar la percepción de la
comunidad del estado del recurso, de su dependencia económica del mismo y del papel que cumplen de
las entidades reguladoras del uso del recurso, para luego ser contrastadas con los resultados de los
experimentos económicos.

4. Los métodos que usamos


Como hemos mencionado anteriormente, este proyecto de investigación busca combinar dos paquetes de
herramientas, el diagnóstico rural participativo y la economía experimental.

A manera de ejemplo concreto, el recuadro a continuación muestra una aplicación concreta del análisis
realizado con las comunidades de Sanquianga (Costa Pacífica, Nariño) acerca de la extracción de la
piangua, un recurso que sale del manglar, y que genera beneficios para muchas familias de la región. Los
datos usados en el ejemplo fueron recogidos y discutidos con los mismos pescadores durante los talleres
de DRP, y reflejan el dilema que se utilizó para el modelo económico que inspiró esta investigación.

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4.1 Un modelo general de análisis y las herramientas analíticas.

Dentro de este proyecto, para la realización de los experimentos económicos se plantea un modelo en el
cual se simula el uso de recursos naturales de uso comunitario, en concreto, en el uso de la piangua en
Sanquianga, el uso del agua en la microcuenca Brujas en la Vega y la extracción de la trucha en la represa
del Neusa.

El fin del modelo y el experimento económico que diseñamos es el de simular cómo las personas usuarias

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de estos recursos tienen que decidir los niveles de uso del recurso para satisfacer sus necesidades
individuales pero con consecuencias para el bienestar colectivo, tal como sucede en la realidad de las
personas que participaron en el proyecto. En breve, es menos costoso para mí como usuario de una
microcuenca que otros hagan el esfuerzo de cuidarla y yo ser beneficiario del buen mantenimiento que
ellos hacen, pero es necesario que varios como yo asumamos un esfuerzo individual para que el beneficio
colectivo de la conservación, o la reforestación, genere los beneficios ambientales colectivos. ¿Como se
resuelve este dilema entre el interés individual y el colectivo? Esa era en gran medida la pregunta central
que la investigación buscaba contestar.

El modelo micro-económico que fundamenta el diseño del experimento económico, y sin entrar en detalles
técnicos (disponibles por parte de los autores), se basa en una función de bienestar individual que está
compuesta de una fracción de ingresos basada en la decisión individual de extraer un recurso natural que
tiene un valor por su autoconsumo o su venta en el mercado, y otra fracción de ingresos que depende de
los beneficios ambientales derivados de una extracción sostenible del recurso. En otras palabras, los
ingresos del individuo aumentan por una parte con su extracción del recurso, pero se ven reducidos por la
extracción total de él y la de los demás usuarios del ecosistema. Ahí se origina el dilema social entre el uso
y la conservación del recurso, y la búsqueda de diferentes instituciones reglas de mercado, estatales y
comunitarias para alinear el interés individual y el colectivo (Cardenas, 2001).

4.2 Una breve reseña sobre la economía experimental.

En una crítica al modelo convencional económico, Gintis (2000), explica como éste se caracteriza por la
construcción de un homo economicus que aparece en los modelos con unos bienes dados exógenamente
y unas preferencias determinadas y fijas. Estas preferencias son por bienes y servicios que se producen,
consumen e intercambian. Este homo economicus tiene un interés individual y no le interesa el bienestar
social a menos que afecte su bienestar o consumo final. Sin embargo las observaciones diarias muestran
que el hombre no se comporta de esta manera. Por lo tanto algunos economistas han empezado a trabajar
sobre estos aspectos desde la economía del comportamiento y desde la economía experimental basados
en que el hombre se mueve en un medio con información asimétrica, preferencias inusuales y en donde no
siempre prima el interés propio. Según Gintis “El modelo tradicional de donde se deriva el homo

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economicus está caracterizado por un mercado dado pero cuando se trata de sacar de esa esfera empieza
a tener problemas” (Gintis, 2000: 311).

Con base en estas nuevas tendencias se están llevando casos hipotéticos de la vida común a los
laboratorios controlando algunas variables de modo que se puedan distinguir algunos modelos de
comportamiento. La economía experimental sirve para modelar el comportamiento humano frente a estas
situaciones. Muchas de las predicciones hechas por la economía tradicional han sido revalidadas
experimentalmente. Según Gintis algunas de las conclusiones más importantes que se han logrado con
base a la economía experimental son que:

• La toma de decisiones no se hace como la teoría económica y en particular la teoría de las decisiones
prevé.
• Los actores económicos pueden ser cooperantes y prosociales de una manera que no le predice el
homo economicus.

• “En particular, los actores económicos en muchas circunstancias se comportan mas como homo
reciprocantes que como homo economicus” (Gintis, 2000: 313).

El autor termina su artículo escribiendo: “Los economistas tradicionales han partido de que la racionalidad
implica interés propio por lo tanto habría que decir que el hombre en la vida real es afortunadamente
irracional. El hombre racional del que habla la economía esta totalmente desvirtuado” (Gintis, 2000: 320).

Partiendo de este hecho y tratando de dar explicaciones sobre el comportamiento económico de las
personas son muchos los autores que vienen trabajando desde la economía experimental. Marwell y Ames
(1981),realizan un trabajo basado en el estudio de Olson “La lógica de la acción colectiva” (1965) en donde
se trata de responder a la pregunta ¿cuándo una colectividad actúa para maximizar el interés colectivo aún
cuando ese comportamiento esté en detrimento de beneficio individual?. Los autores realizan una serie de
experimentos para mostrar que las personas son oportunistas de manera general, sin embargo la mayor
conclusión de su trabajo parte de refutar la hipótesis central del estudio. Entonces se plantean una serie

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nueva de preguntas como ¿Por qué el “efecto oportunista” es tan débil? ¿Por qué las personas tienden a
comportarse de manera diferente a como los economistas nos han hecho creer?

A partir de estas y otras preguntas es que la economía experimental se ha preocupado por tratar de
comprender el comportamiento humano, que no es, como en el caso de los recursos comunitarios
administrados de manera autogestionada, el descrito por los modelos económicos del homo-economicus.
Por esta razón y por otras que explicaremos a continuación es que se hacen experimentos económicos
(Smith, 1994). En primera medida hay especificar que es un experimento económico.

Cada uno de los experimentos está enmarcado dentro de un entorno específico con dotaciones iniciales,
preferencias y costos que motivan intercambios. Adicionalmente en cada uno de los experimentos se
utiliza el dinero como método para inducir valor real a cada una de las decisiones que se toma. A esto hay
que agregar la existencia de instituciones que definen el lenguaje (si se pueden hacer ofertas o
intercambios), y las reglas que se manejan para el intercambio de información así como quien define si
otras autoridades pueden entrar en ese mercado. El último componente que se necesita para hacer
posible un experimento es el comportamiento que asuman cada una de las personas.

Conociendo todo esto puede haber 7 razones por las cuales los economistas están utilizando estos
experimentos (Smith, 1994):

Es una manera de probar las teorías o de refutarlas. De esta manera se pueden observar las
diferencias existentes entre lo que predice la economía y la teoría de juegos y los resultados observados
de los experimentos.
Explorar las causas por las que fallan las teorías. Para esto es necesario remirar el experimento para
asegurarse de que la falla es de la teoría y no de este. La economía experimental permite establecer las
causas por las cuales la teoría falla y por lo tanto brinda la posibilidad de modificar los modelos.
Establecer regulaciones empíricas como base para nuevas teorías. En muchas ciencias los
experimentos que se realizan son la base para nuevas teorías. Con los ejercicios es fácil estudiar el
cambio tan complejo que se puede dar en las instituciones. Se puede observar empíricamente cuales
serán los efectos de las regulaciones.

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Comparar los entornos. Al realizar los ejercicios cambiando los escenarios pero dejando las mismas
instituciones se puede medir la importancia de las instituciones. El objetivo es llevar las condiciones de
estos entornos hasta unos niveles extremos para así determinar en que momento las propiedades
impuestas a esas instituciones empiezan a fallar.
Comparar instituciones. Si se dejan los mismos escenarios pero se varían las reglas de intercambio de
mercado se logran identificar las diferentes propiedades de las instituciones.
Evaluar propuestas de política
El laboratorio como un test para el diseño institucional. El laboratorio viene siendo usado para
examinar las propiedades de las nuevas formas de intercambio.

4.3 Diseño del experimento económico en este estudio.

Cerca de 400 personas de las comunidades de Sanquianga, Neusa y La Vega, participaron en diferentes
experimentos durante el año 2001. Las personas que participaron se ganaron en promedio unos $15,000
de acuerdo a los puntos que obtuvieron en el experimento. Algunos ganaron un poco más, otros un poco
menos, de acuerdo a las reglas que tuvieron, y a lo que pasó en su grupo. Es importante aclarar porqué
se utiliza dinero en estos experimentos. La razón principal es que con estos ejercicios se busca que las
personas tomen decisiones económicas, como lo hacen en la realidad, y que esas decisiones tengan
consecuencias para el bolsillo, de ahí la necesidad metodológica de inducir un valor real a de las
decisiones de cada participante. En este sentido, no se trataba de un juego de azar o de suerte. Se trataba
de un ejercicio estratégico de decisiones económicas donde se analizan conjuntamente los efectos
individuales y sociales del comportamiento humano en este tipo de situaciones, y el efecto de diferentes
formas institucionales y organizacionales de resolver estos dilemas.

Cómo se tomaban las decisiones durante el experimento económico?

En la tabla de puntos (anexo 1) se puede apreciar el dilema que esta inserto en el ejercicio. La tabla tiene
un nivel óptimo social de extracción y un nivel óptimo individual (sub-óptimo de manera colectiva) y en este
mismo punto es donde se puede apreciar como el interés individual prima sobre el colectivo tal como lo
describe Hardin en su articulo La Tragedia de los Comunes de 1968.

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Las primeras 10 rondas del ejercicio son idénticas para cada uno de los grupos, sin embargo a partir de la
ronda número 11 se introduce una nueva institución1 (regla) con el fin de tratar de entender que
instituciones son mas eficientes cuando se habla del uso y manejo de los recursos naturales.

Aunque las reglas cambiaron en cada grupo, el experimento empieza para todos de la misma manera. Los
participantes están en grupos de 5 personas que comparten el uso de un recurso natural, tales como los
que se extraen de un ecosistema (e.g. agua, madera, leña, camarón, pescado, cangrejo, piangua). En
cada ronda del juego se escoge un número, entre 1 y 8, que es la cantidad del recursos que se extrae.
Ese número se llama "nivel de extracción" del recurso.

Dependiendo de la cantidad que cada participante extrae, y del total de los otros en el grupo, las
ganancias suben o bajan. La tabla de puntos que se encuentra al final del documento muestra estas
ganancias. Cada jugador debe escoger una columna de la tabla, entre 1 y 8. Y para saber cuánto son las
ganancias, necesita saber cuánto suman las decisiones de los otros 4 del grupo, es decir la fila de la tabla.
Con esa fila y la columna se saben las ganancias de cada jugador.

Como se puede observar en la tabla, si todos escogen números bajitos, las ganancias de cada participante
suben. Así, por ejemplo, si todos escogen 1 como su nivel de extracción, cada uno gana $758 en esa
ronda. Mientras, si todos escogen el 8, las ganancias de cada uno se bajan a $320. Sin embargo, si un
participante escoge el 8 y todos los demás escogen el 1, el primer participante se gana en esa ronda $880
y cada uno de los otros participantes se gana $618. Aquí esta el dilema.

Se puede entonces ver que el juego económico es muy parecido al dilema de la piangua mencionado
anteriormente en el recuadro acerca del estudio de caso de Sanquianga en el Pacífico Colombiano. Si
todos conservan el recurso las ganancias se suben porque es más fácil conseguirlo, pero cada persona
tiene siempre la oportunidad de extraer más y ganar más dinero, y cuando más y más gente hace lo
mismo, el recurso se acaba y todos pierden. Esto es lo que llamamos el dilema de los recursos de uso
comunitario, y sucede al usar muchos otros recursos como las fuentes de agua dulce, los bosques, entre

@ ,. # % # A " "

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otros.

Después de la explicación sobre como funciona la tabla de puntos es muy probable que se llegue a la
conclusión de que para el grupo es óptimo escoger 1 como nivel de extracción y no números más altos,
por lo tanto nos planteamos la pregunta ¿cómo hacer para que esto suceda? Ahí es donde entran las
reglas que se prueban a partir de la ronda 11 del experimento.

4.4 Las reglas que usamos

En la segunda parte del juego se cambian las reglas de casi todos los grupos. Sólo unos pocos grupos
siguen jugando de la misma manera en que lo venían haciendo en la primera parte para poder comparar
con los demás grupos y ver cuáles reglas son mejores para aumentar las ganancias de los participantes.
Estos grupos son los que llamamos “línea base”.

Al terminar el experimento cada uno de los participantes responde una encuesta en la cual se le pregunta
en primera instancia por sus percepciones sobre el experimento y el dilema entre el interés individual y el
colectivo, y la relación del juego con la realidad; en segundo lugar se hacen una serie de preguntas
socioeconómicas que permiten luego poder resolver nuevas preguntas de investigación sobre los paralelos
entre los ejercicios económicos y la realidad de los participantes.

Las 10 primeras rondas del experimento son iguales para todos los grupos, no hay posibilidad de
conversar con los demás, cada uno toma sus decisiones de manera individual y privada.

a. Comunicación antes de la ronda 11. En este caso se le indicó a estos grupos que antes de comenzar
la segunda parte del juego podrían tener una conversación de 5 minutos para discutir lo que quisieran del
juego, las ganancias, y las posibilidades de aumentar los puntos y por tanto la plata que se podrían ganar.
Después de los 5 minutos de diálogo, los participantes regresaban a sus puestos de trabajo y tomarían sus
decisiones por las siguientes 10 rondas. Una participante en el Pacífico dijo: : "yo me dí cuenta con el
juego, que jugando números chiquitos era como coger la concha grande y jugando números altos era
como coger la concha chiquita"

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b. Regulación Externa con Multa de $50 por cada unidad de extracción por encima de 1. Durante
toda la segunda etapa se escoge a la suerte a un jugador en cada ronda, y se le hace una inspección para
ver qué número escogió. Si su nivel de extracción era mayor a 1, le restábamos de sus ganancias $50 por
cada unidad por encima de 1. Por ejemplo, si el jugador inspeccionado había escogido 4, le restábamos 3
x $50 = $150 de sus ganancias en esa ronda. Hablando un poco con los participantes de la multa, es decir
la veeduría, un participante de los experimentos dijo "si somos entre nosotros mismos que nos estamos
haciendo al veeduría yo creo que no hay problema, porque si yo lo estoy vigilando a él, el me estará
vigilando a mi, si?, pero si solamente yo me dedico a vigilar, pues los otros esperan a que yo me descuide
y comienzan a hacer lo que se les da la gana.."

c. Regulación Externa con Multa de $175 por cada unidad de extracción por encima de 1. Esta regla
funcionaba de la misma manera que la anterior donde impusimos la multa inspeccionando a una persona a
la suerte en cada ronda. La diferencia es que la multa para estos grupos fué de $175 por cada número por
encima de 1. O sea que la misma persona que había escogido 4, le aplicábamos la multa de 3 x $175 =
$525 en esa ronda.

d. Regulación por voto con multa de $50. La multa funcionaba de la misma manera que la anterior,
escogiendo una persona a la suerte para inspeccionar, sin embargo, la decisión de si se inspeccionaba a
alguien o no en el juego la sometimos a votación entre el grupo. Al comienzo de la segunda etapa del
juego, los cinco participantes podían votar si querían que se aplicara la multa o no para los siguientes 10
rondas. Si 3 o mas votos, es decir mayoría, votaban que sí, la regulación se aplicaba de la misma manera
que se presentó anteriormente. Si no había mayoría, el juego continuaba de la misma manera que en la
primera etapa.

e. Regulación por voto con multa de $175. Esta regla funcionaba exactamente igual a la anterior,
votando si el grupo quería aplicar la multa o no para las 10 siguientes rondas, pero la multa era de $175
por cada unidad de extracción por encima de 1.

g. Regulación por voto en cada ronda con multa de $50. Finalmente en esta regla queríamos probar
una opción adicional, que la votación por la aplicación de la regulación (multa) fuese en cada ronda y no

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para la segunda etapa completa. Así que en cada ronda los participantes votaban si querían que
hiciéramos la inspección y aplicación de la multa, para esa ronda únicamente.

En el caso de las multas no se inspeccionaba a todo el grupo porque esto en la realidad no sucede ya que
inspeccionar a todo los usuarios de un recurso de uso comunitario es muy costoso para quien esta
haciendo la regulación.

¿Qué sucedió en los ejercicios para las diferentes rondas?

Como es de esperarse, los resultados varian de acuerdo a las diferentes reglas que se probaron durante
el experimento. Pero también se encontraron cosas interesantes no esperadas. Miremos entonces en
detalle cual fue el resultado de las reglas, y así derivar las lecciones derivadas de los experimentos.

a. Primera parte del juego (10 primeras rondas): Los grupos sin regla adicional (línea base) para la
segunda parte fueron los que tuvieron menores ganancias. Esta es la peor de las opciones, y así se
esperaba ya que no se permitió a los participantes coordinar las acciones de los jugadores ni en la primera
ni en la segunda parte del juego. Estos grupos nos sirven de punto de referencia para comparar que tan
efectivas son las demás reglas.

b. Comunicación entre las rondas 10 y 11. Frente a los grupos en los cuales se permitió la
comunicación se puede decir que de manera general funciono para que el grupo ganara mas, aunque no
funciono de la misma manera para todos los grupos. Este resultado de por si es importante pues la
economía predice que la comunicación no debería cambiar las decisiones de juego de los participantes al
no cambiar para nada los incentivos económicos que están plasmados en la tabla.

Sin embargo hay diferencias regionales que deben ser analizadas, en el caso de La Vega por ejemplo, la
comunicación funciono de manera sorprendente y la cooperación se mantuvo a lo largo de todas las
rondas. Fue con esta nueva regla que la gente gano mas puntos.

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En el Neusa, la comunicación logro que las personas bajaran sus promedios con respecto a lo que venían
ganando. Es importante decir que a partir de la ronda 13 los promedios de extracción se mantienen mas o
menos iguales a lo largo del resto del juego.

En el caso de Sanquianga la comunicación no funciono de manera sistemática, es mas podríamos casi


afirmar que no hay diferencias sustanciales entre la primera y la segunda parte del experimento.

¿Por qué frente a un mismo modelo la comunicación funciona en algunos casos mejor que en otros
casos? ¿Porqué la comunicación funciona? Estas son unas preguntas que algunos experimentalistas han
tratado de responder y que nosotros a partir de la realización de estos ejercicios en campo hemos estado
tratando de responder.

En primera instancia hay que decir que la comunicación funciona cuando la gente entiende la dinámica del
juego (entiende el dilema inserto entre lo colectivo y lo individual), y por lo tanto entiende para que es la
comunicación. Si la gente entiende el experimento debe lograr que lo que se acuerde en la sección de
comunicación tenga continuidad hasta el final del juego. ¿Cómo se logra esto? Es parte de lo que estamos
aún investigando.

¿Qué pasó con las multas?

Uno de los resultados más interesantes es la poca diferencia que hubo entre las multas altas (de $175) y
las bajas ($50), a pesar de que la diferencia entre estas era considerable. Por ejemplo, si una persona
escogía como nivel de extracción 8, y salía seleccionada para una inspección hubiera visto reducidas sus
ganancias en $1,225 con la multa alta, mientras que solo $350 le hubieran quitado con la multa baja.
Una de las conclusiones que podríamos discutir de esto es que los efectos de una multa, además de ser
apenas parciales debido a que no se inspecciona a todas las personas, es que no dependen del tamaño
de la multa como tal.

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¿Qué pasó cuando permitimos una votación para aplicar o no la multa?

Aquí nuevamente observamos que la multa baja fue suficiente para obtener resultados iguales o incluso
mayores que con la multa alta. También encontramos que menos de la mitad de las veces las personas
votaron que si preferían la aplicación de las multas.

En la siguiente gráfica podemos observar varios de estos resultados. En esta gráfica el eje horizontal
muestra las 20 rondas en que participaron los jugadores. El eje vertical muestra el nivel de extracción
promedio de los diferentes grupos, de acuerdo a las diferentes reglas introducidas en el experimento y
descritas anteriormente.

Recordemos que en las primeras 10 rondas todos enfrentaban las mismas condiciones e incentivos, y que
sólo a partir de la ronda 11 se aplicaban diferentes reglas. Como se observa no existieron mayores
diferencias en la primera etapa del juego, y en segundo lugar se rechaza la hipótesis de la tragedia de
Hardin en el sentido de que todos deberían escoger el nivel máximo de extracción.

El cambio es claro a partir de la ronda 11 -excepto por los grupos de control o “Línea Base” quienes no
debían mostrar diferencias ya que no tuvieron cambios en las reglas. Las diferentes reglas, todas
orientadas a mejorar las ganancias del grupo a partir de una reducción de la extracción individual, no
tuvieron el mismo efecto como se discutió anteriormente y como se ve en la gráfica, y mas aún, en muchos
casos no confirman las predicciones teóricas, por ejemplo, acerca del efecto que las multas tienen sobre
las decisiones individuales.

Conclusiones: Entre los juegos y las decisiones en la realidad.

Una de las primeras lecciones, a partir de los resultados con los grupos que no tuvieron nuevas reglas, es
que cuando faltan reglas para coordinar las acciones de quienes usan los recursos, las personas tienden a
extraer un poco más de lo que el bosque o el manglar o la microcuenca pueden producir, y se pone en
riesgo la posibilidad de seguir produciendo recursos para la comunidad. Las reglas que probamos fueron
de varios tipos. Cuando permitimos que las personas del grupo se pusieran de acuerdo observamos que

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se pudieron mejorar las ganancias sustancialmente en las primeras rondas, pero que ante la imposibilidad
de seguir conversando como grupo la extracción de los recursos aumentó y se bajaron las ganancias. En
otras partes del país hemos probado esta misma regla pero repitiendo la discusión entre el grupo en cada
ronda, y lógicamente el efecto de la comunicación, es decir el ponerse de acuerdo perdura durante todo el
juego.

En cuanto a las multas, los resultados sugieren que el tamaño de la multa no generó muchas diferencias.
Si tenemos en cuenta que cuando se permitió a la gente votar a favor o en contra, la mayoría de gente
votó en contra de la regulación más veces por la multa alta que por la baja, y que los resultados de las
multas son similares, una multa baja pareciera generar el mismo o muy similar efecto en el
comportamiento de la gente.

Este resultado se confirma con los grupos que pudieron votar en cada ronda, y que en promedio votaron
apenas un 13% a favor, y sin embargo redujeron sus niveles de extracción sustancialmente, aumentando
las ganancias sin necesidad de restar ganancias de los participantes.

Con estos resultados, y con las conclusiones de los demás ejercicios que hicimos en los talleres, podemos
comenzar a analizar, por ejemplo, que tipo de reglas tenemos hoy en día con relación a la extracción de
recursos como la madera, el agua, la leña, la piangua, el camarón o el pescado, y cuáles creemos que son
más efectivas para mantener el recurso en buen estado y que alcance para todos los que viven en la zona.
Una de las lecciones que tenemos de estos juegos es que una conversación en grupo puede ser tan
efectiva como la aplicación de una multa, y que la aplicación de una multa, si votamos en cada ronda de
acuerdo a como va el juego nos permite con muy pocas inspecciones, obtener resultados positivos, si
comparamos con multas impuestas desde afuera, y por último, que multas muy altas no solo generan
reacciones negativas en la gente, sino que son tan efectivas como las bajas.

La siguiente sección hace referencia al segundo paquete metodológico que usamos en el campo, el
Diagnóstico Rural Participativo- DRP, para discutir los problemas de acción colectiva asociados al uso de
recursos naturales de acceso comunitario.

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4.5 El Diagnóstico Rural Participativo

El Diagnóstico Rural Participativo ha sido definido como "una actividad sistemática, semiestructurada,
realizada sobre el terreno por un equipo multidisciplinario y enfocada a la obtención rápida y eficiente de
informaciones e hipótesis nuevas sobre los recursos y la vida en ámbitos rurales" (Schonhuth, 1994). El
DRP está influenciado directa o indirectamente por referentes teóricos y metodológicos de diferentes
campos del conocimiento, entre ellos: la etnografía aplicada, la antropología social, la antropología del
desarrollo, la investigación acción y la investigación participativa.

Aunque el DRP surge en los años 80, como posible respuesta metodológica para abordar procesos de
extensión rural y transferencia de tecnología, se ha convertido en la práctica, en una metodología que
permite abordar las diferentes fases del ciclo de proyecto promoviendo y permitiendo la participación real
de las comunidades locales en la formulación y ejecución de propuestas de desarrollo, ya no sólo en el
ámbito rural, sino en espacios urbanos.

Según María Salas los métodos participativos deberían tienen cuatro funciones básicas: cognitiva, social,
instrumental y política (Salas 1994). Estas funciones apuntan hacia la apropiación por parte de las
comunidades de sus propuestas de desarrollo, partiendo de la premisa de que el conocimiento de las
comunidades y de los actores locales es de vital importancia para entender dinámicas de relacionamiento
entre la población y su entorno económico, social, cultural, político y ambiental. La función política
pretende articular las estrategias propuestas por las comunidades con las propuestas del Estado, esto
implica la toma conjunta de decisiones y la concertación entre actores con intereses diversos.
Metodologías como el DRP permiten la concertación entre los actores, la reflexión sobre la problemática
existente y la definición de estrategias de desarrollo.

El DRP tiene una serie de conceptos claves que lo caracterizan, entre ellos tenemos (Schonhuth, 1994):

“Triangulación: hace referencia a la necesidad de tener diversas fuentes de información:


diversidad de actores: profesionales, técnicos, comunidades, hombres, mujeres y jóvenes. A recursos

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escritos (fuentes secundarias) sobre un mismo tema, con el fin de realizar un análisis detallado y desde
distintas visiones de la realidad que se estudia o se aborda en un momento determinado”.

Para los casos del Neusa, la Vega y Sanquianga la triangulación se hizo tomando como referencia los
resultados de los juegos, las percepciones que sobre el recurso tienen los participantes de diferentes
veredas y de diferentes regiones y los resultados de las encuestas.

“Aprender de la comunidad: Estar abierto al aprendizaje mutuo reconociendo el saber popular. El


DRP significa aprender de, con y a través de los miembros de la comunidad”. En el caso del uso y manejo
de un recurso comunitario es importante tener interacción con el actor que cotidianamente depende del
mismo para sobrevivir o para complementar sus ingresos familiares. Su percepción individual y grupal del
estado del recurso, de su problemática, de las normas existentes para regular su uso, de la actitud de las
entidades públicas frente a quienes los extraen y las alternativas para hacer un uso racional del mismo son
importantes a la hora de definir planes de manejo y propuestas de desarrollo.

“Ignorancia óptima: El equipo de DRP debe evitar buscar una exactitud innecesaria. El
levantamiento de datos debe responder a las necesidades específicas del estudio o la investigación”. En
este caso la recolección y análisis de la información mediante las herramientas de DRP se concentro, en
el uso de los recursos comunitarios, en la problemática ambiental y en la situación socioeconómica general
de los participantes.

“Instrumentos apropiados: El DRP ha compilado una amplia gama de instrumentos cualitativos de


investigación que se complementan entre sí y que permiten la participación de las comunidades en el
proceso”. Los instrumentos deben ser seleccionados con rigor metodológico, es decir, deben tener
secuencias lógicas en su implementación y deben ser presentados de manera clara, sencilla, siendo
comprensibles y adaptados a las condiciones locales. La mayoría de instrumentos utilizados son visuales
lo cual permite la discusión y retroalimentación permanente de los resultados obtenidos en campo.

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En este contexto las herramientas de DRP utilizadas fueron:

Gráfico histórico de la comunidad: en el que se tomaron como referencia para el análisis en


grupo, factores como: población, estado del recurso natural ( en el caso del Neusa la pesca, en el caso de
La Vega el agua y la microcuenca y en Sanquianga la piangua y el manglar), producción y dinámica de las
organizaciones comunitarias.
Diagrama de Venn: que permite recoger visualmente la percepción que los participantes tienen de
las diferentes entidades y organizaciones presentes en la zona. El diagrama permite identificar las
organizaciones de apoyo y control, las organizaciones propias de la comunidad y su relación entre ellas y
con la población.
Perfil Productivo del Grupo: En el que se visualizan las principales actividades económicas de la
zona, las que mayores ingresos generan, los precios, y las dinámicas de comercialización. Este perfil
permite identificar la dependencia económica del grupo frente a los recursos de uso comunitario.
Matriz de Priorización de Problemas: En la que se identifican y priorizan los principales
problemas ambientales o del recurso de uso común que se está analizando.
Arbol de problemas: En el que identifican las causas, consecuencias y posibles estrategias de
solución a los problemas priorizados en el ejercicio anterior.

Todas las herramientas se trabajan en pequeños grupos con debates finales en sesiones plenarias con el
fin de cualificar la información obtenida durante el taller. Las herramientas permiten una memoria visual
inmediata del evento lo que permitió en todos los casos hacer comparaciones inmediatas con los
resultados obtenidos en los juegos de cooperación, su relación y su articulación con la realidad de la
población (sus dinámicas cotidianas).

El DRP y la información frente al Estado, las regulaciones y las multas

Las herramientas de DRP que mayor información arrojaron frente a la percepción de las comunidades
sobre la acción de las instancias estatales de control, a la necesidad o no de multas y las regulaciones
para el manejo de los recursos de uso comunitario fueron: el Diagrama de Venn y los Arboles de
Problemas.

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El Diagrama de Venn

En el caso de los Diagramas de Venn se observa como las comunidades, en los tres casos a los que
hacemos referencia en esta ponencia, perciben la acción de las entidades reguladoras del Estado lejanas
a la comunidad, no como instancias de apoyo sino como aquellas que imponen normas sobre la
explotación del recurso sin contar con las necesidades de las comunidades y con su dependencia
económica, social y cultural del recurso.

En las veredas de Tausa y Cogua del municipio de Neusa, el resultado del diagrama fue:

Diagrama de Venn

Club de
CAR
Cafeteros
Empresa de
Vigilancia
FAC
Alcaldías
JAC
Policía
Cogua
Junta de Tausa
Acueducto
UMATA
Cooperativa
de pescadores
Pispesca

conflictos

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Según la opinión de los participantes, los principales conflictos se presentan entre:
CAR - Comunidad: Por la regulación y el manejo del área de recursos naturales. “La CAR no permite a
la comunidad el aprovechamiento de los recursos de pesca y madera (árboles caídos)”. “No se
contrata gente de la región en los diferentes trabajos de celaduría, aprovechamiento del bosque etc”.
Cooperativa de pescadores - CAR: vedas y no apoyan la gestión de la cooperativa.
Cooperativa de pescadores - Comunidad

Para los participantes en los talleres de DRP la CAR (Corporación Autónoma Regional) impone las normas
y regulaciones sin contar con la comunidad o con sus organizaciones. Podemos observar en el diagrama
que la relación de esta Corporación aparece más cercana a la Empresa de Vigilancia que a las
comunidades e incluso lejana a la Cooperativa de Pescadores de zona. Esta cooperativa de pescadores
estableció un convenio con la Corporación para regular por medio de vedas la extracción de trucha de la
represa, sin embargo la gestión de dicho proyecto se vio interrumpida por el cambio de director en el
Parque y el proceso quedó nuevamente truncado. Para los pobladores la CAR debería además utilizar la
mano de obra de la zona para los diferentes trabajos de cuidado y manejo del Parque. Se considera que la
administración del Parque, los costos por la utilización del área de recreación y otros factores han
disminuido las opciones de mejoramiento de ingresos de la población de la zona.

En Sanquianga la comunidad de concheras (población dedicada a la extracción de piangua) de la zona de


Satinga, La Tola y Mosquera Norte, tienen conflictos con el Parque Nacional Natural de Sanquianga por
los límites del mismo y las regulaciones impuestas para la extracción de la piangua y el uso del manglar.

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CORPONARIÑ
O

Grupo
Grupo de
2 de
Mujeres
Mujere ODEM
Aguacatal
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Grupo de
Mujeres COMUNIDAD Consejo
Pangamosa DE Comunitari
Consejo CONCHERAS o Playas -::
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Grupo Asociación de
de Grupo Cooncheras de ?? .
Mujeres de Mosquera
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Según el diagrama, el conflicto entre la comunidad y el Parque Natural Sanquianga se presentó en 1995
cuando se definen los límites del Parque Natural, este conflicto aún existe y no se han dado espacios para
la concertación o discusión. Para la comunidad los límites del Parque ocupan zonas que tradicionalmente
han sido habitadas por las comunidades negras del pacifico nariñense. El Parque aparece entonces con
entidad reguladora, “apropiándose” del territorio. Aunque la comunidad reconoce el trabajo de capacitación
de los funcionarios del Parque en algunas áreas no comparte las reglas y normas que éste impone.

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En las veredas aledañas a la zona de la microcenca de la Quebrada Brujas en el municipio de la Vega se
observa en los diagramas de Venn que las comunidades ni siquiera reconocen a la CAR como autoridad
ambiental de la zona, la relación con otras entidades es buena y se da gran relevancia a la acción del
Comité de Cafeteros de Cundinamarca con sus programas de educación ambiental y asistencia técnica.

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Los árboles de problemas

Los árboles de problemas también expresan la percepción que las comunidades tienen de la problemática
ambiental y sus propuestas de solución a dicho problema. Por ejemplo: en la zona de manglar del pacífico
colombiano (Sanquianga), en las cuatro zonas de trabajo, las comunidades perciben un agotamiento de
los recursos naturales sobre todo del Manglar, de la piangua ,del camarón, los peces, la jaiba y los
cangrejos, entre otros. La presión sobre los recursos naturales y el agotamiento del mismo, tiene como
causas según los participantes:

• El derrame de crudo y la contaminación del agua.


• El aumento de la población y las pocas alternativas de ingresos, lo que ha generado que mayor
número de personas dependan económicamente de la piangua o de la pesca.
• La construcción del Canal Naranjo y la erosión que provocó en las tierras dedicadas a la agricultura y
en el ecosistema del manglar.
• La escasa capacitación que reciben las comunidades sobre el uso y manejo apropiado de los recursos
naturales.
• La débil acción de las entidades de control y apoyo para evitar las prácticas como la pesca con
dinamita o con instrumentos no adecuados y la extracción de piangua, peces y camarón en épocas de
veda.
• La poca presencia de organizaciones de productores para que manejen directamente la
comercialización de los productos, apoyen a sus miembros y gestionen propuestas (proyectos) con
diferentes entidades.

Las consecuencias de estos problemas son múltiples, entre ellas se destacan en las cuatro zonas de
trabajo:
• Incremento de la pobreza.
• Disminución de los ingresos.
• Desaparición de especies.
• Debilitamiento de las organizaciones de productores.
• Erosión de los suelos y agotamiento de todos los recursos naturales.

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Las estrategias de solución que proponen las comunidades son:

• Creación y fortalecimiento de las organizaciones de productores.


• Búsqueda de nuevas alternativas económicas (agrícolas, pecuarias, de transformación, etc.) que
disminuyan la presión sobre los recursos naturales.
• Mejoramiento de los canales de comercialización de la piangua y otros productos, buscando mercados
nacionales e internacionales, mejorando la infraestructura de los centros de acopio, capacitando a la
población para que ofrezca buenos productos (talla y peso adecuados).
• Concientización de la población para que cumpla con reglas y normas: selección de tamaños de
piangua, vedas y uso de instrumentos adecuados para la pesca, entre otros.
• Mayor presencia de las entidades del estado y de organizaciones no gubernamentales para apoyar el
trabajo de las comunidades con recursos económicos, capacitación, acompañamiento y asesoría.

Las comunidades no reaccionan negativamente a la existencia de reglas y normas, al contrario reconocen


su importancia, lo que no se acepta fácilmente es la imposición de las mismas por parte de las entidades
de control sin ninguna concertación y a veces, sin mayor información sobre las dinámicas propias de las
comunidades.

Es más, las comunidades reconocen su responsabilidad frente al agotamiento del recurso (individualismo,
desorganización) pero también consideran necesario tener mayores oportunidades de capacitación,
información precisa, apoyo a actividades productivas sostenibles, entre otras.

En el caso del Neusa las comunidades plantean como principal problema el desempleo generalizado en la
zona y consideran que le manejo administrativo que la CAR le da a la represa excluye a los habitantes de
cualquier beneficio. Para los habitantes de las veredas cercanas a la represa la CAR no genera empleo,
no tienen programas claros de turismo y las reglas que impone para la pesca de trucha no han sido
concertadas. Frente al recurso mismo, la comunidad reconoce la disminución de la trucha en la represa, la
conformación de la Cooperativa de Pescadores pretendía regular la pesca en la represa generando
acuerdos para las épocas de veda y la repoblación de esta especie, sin embargo las relaciones entre la
CAR y la cooperativa han tenido múltiples dificultades. Para la comunidad las soluciones deben centrarse

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en una mejor coordinación institucional, en mayor participación de la gente de las veredas en los empleos
que genera la CAR directamente para el manejo de la Represa y en mayor información y capacitación a la
comunidad sobre el manejo de los recursos naturales.

En el caso de La Vega Cundinamarca, los principales problemas que menciona la comunidad son:

La tala indiscriminada del bosque


La contaminación del agua
La poca concientización de la comunidad sobre la importancia del cuidado de la microcuenca.

Las causas de estos problemas, según la comunidad es la poca información y capacitación de la


comunidad, el individualismo y la poca atención y presencia de las entidades encargadas del manejo del
recurso (CAR). Para los habitantes de La Vega las multas y reglas impuestas por agentes externos no son
eficientes para disminuir el problema de tala o contaminación en la microcuenca, para ellos el diseño e
implementación de incentivos para su cuidado darían mayores resultados: “Disminuir impuestos al finquero
que mejor cuide el área de microcuenca que pasa por su propiedad” esta es una de las propuestas que se
hacen. Además consideran que la capacitación y los programas de concientización son muy importantes
para generar mayor solidaridad y cooperación entre la gente para el manejo del recurso.

6. Complementariedades y paralelos: Buscando puentes.

La conciencia de la gente frente al agotamiento del recurso. En la priorización y análisis de problemas


que se realizó con las diferentes comunidades se vio que éstas hablan del tema de la escasez del
producto. En los grupos en los cuales se permite la comunicación, la gente se refiere a su recurso natural y
como éste se está agotando.

Particularmente en el caso de Sanquianga en el taller se expresaba la preocupación en torno a la dificultad


de encontrar la piangua, se decía que cada vez había que ir más lejos y hacer más esfuerzo en tiempo
para recoger un número de pianguas con las cuales sobrevivir.

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En la Vega pasaba algo similar con el cuidado de la microcuenca la gente relacionaba el juego con el agua
en particular con las quemas que se hacían y como al realizar esas quemas el caudal del agua baja. En
los DRP estas quemas salen como un problema.

Por su parte en el Neusa, la gente es consiente de que las truchas se están acabando y eso lo expresaron
en el DRP. Sin embargo en el juego relacionaban mas la situación al mercado de la papa y como por no
ponerse de acuerdo entre todos los campesinos no lograban conseguir buenos precios en el comercio.

El papel del Estado se ve a partir de los diagramas de Venn y los árboles de problemas en los DRP y de
las regulaciones externas en los experimentos económicos. En los tres casos el Estado o el ente
regulador de los recursos naturales se percibe lejano a las comunidades, no ejerce funciones de
conciliación ni realiza acciones concretas para la conservación y/o manejo de los recursos. En las
estrategias de solución la comunidad exige mayor presencia y apoyo del Estado hacia acciones como la
capacitación y la financiación de proyectos y programas de manejo ambiental y sugiere que las distintas
normas y reglas sean discutidas con las organizaciones comunitarias e incluso proponen la creación de
incentivos “para los campesinos que cuiden los recursos”.

En los experimentos, en el momento de hacer la regulación externa la gente cumple la norma por unas
rondas pero cuando se da cuenta de que la multa no le cae a todo el mundo y que se puede saltar la
norma dejan de extraer poco y se vuelve a los mismos niveles de extracción previos a la regla.

En el caso del Neusa la cosa es un poco distinta, podemos presumir que el hecho de que la CAR tenga
alrededor de la represa una acción policiva permanente, hace que la gente sienta que las normas externas
deben ser cumplidas (así no se compartan) y por eso en el experimento cumplen con la norma.

La solución autogestionada puede ser viable. A esta conclusión se llega mediante el uso de los árboles
de problemas y de la regulación endógena. Cuando se utilizan los árboles de problemas y se plantean
soluciones, la gente considera en muchos casos, que ellos mismos pueden ser los protagonistas. Como?
Organizándose y cooperando por ejemplo.
Al remitirse a los experimentos se puede ver que en algunos casos cuando las comunidades tienen la

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opción de escoger o no una multa, votan que no a la multa y sin embargo bajan su nivel de extracción.

Para conocer el estado del recurso se disponen de dos herramientas que lo hacen desde dos ángulos
distintos y que por lo tanto generan información complementaria. En la encuesta que se hace al final del
juego, las preguntas indagan acerca de cómo la gente percibe la calidad y cantidad de recurso en el futuro.
Por su parte el gráfico histórico permite mostrar como ha cambiado en el tiempo el recurso.

En el caso de Sanquianga por ejemplo la encuesta nos permitió conocer las especies que las
comunidades extraían del manglar, nos permitió también ver como percibían ellos el manglar en el futuro.
Por su parte el gráfico histórico nos permitió comprender todo lo que había sucedido con el manglar antes
de que nosotros estuviéramos allá

La dependencia económica del recurso aparece reflejada en el perfil productivo. Cada persona indica
con dos puntos los dos productos que mayor ingresos le generan, esto nos permite comparar esta
información con la obtenida en las encuestas y determinar si la dependencia económica que la gente tiene
de un recurso determinado puede afectar o no su deterioro y si el grado de dependencia se promueve o no
la cooperación del grupo para el uso y manejo adecuado del recurso.

7. Hacia la Construcción de nuevos paradigmas

El diagrama de la siguiente página sintetiza la búsqueda en que estamos para re-encontrar los niveles
micro y macro de los problemas, y entre el análisis teórico y de campo, en este caso asociados al dilema
colectivo del uso de recursos naturales. Creemos que en la medida en que se puedan aprovechar las
ventajas comparativas de los extremos superiores e inferiores, y a la derecha e izquierda del diagrama, se
podrán construir esos puentes en que se puedan diseñar modelos y políticas más efectivas, mas
democráticas y mas apropiadas a la realidad en que se está trabajando. Sólo si se logra entender la lógica
de la acción individual y colectiva (mediada por elementos económicos, sociales y culturales), de los
usuarios de los recursos naturales se podrán diseñar políticas coherentes y eficaces para el uso y manejo
de los mismos.

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MI NIVEL DE EXTRACCION DEL RECURSO

Total de Ellos 1 2 3 4 5 6 7 8 Promedio de Ellos

4 758 790 818 840 858 870 878 880 1

5 738 770 798 820 838 850 858 860 1

6 718 750 778 800 818 830 838 840 2

7 698 730 758 780 798 810 818 820 2

8 678 710 738 760 778 790 798 800 2

9 658 690 718 740 758 770 778 780 2

10 638 670 698 720 738 750 758 760 3

11 618 650 678 700 718 730 738 740 3

12 598 630 658 680 698 710 718 720 3

13 578 610 638 660 678 690 698 700 3

14 558 590 618 640 658 670 678 680 4


EL NIVEL DE EXTRACCION DE ELLOS

15 538 570 598 620 638 650 658 660 4

16 518 550 578 600 618 630 638 640 4

17 498 530 558 580 598 610 618 620 4

18 478 510 538 560 578 590 598 600 5

19 458 490 518 540 558 570 578 580 5

20 438 470 498 520 538 550 558 560 5

21 418 450 478 500 518 530 538 540 5

22 398 430 458 480 498 510 518 520 6

23 378 410 438 460 478 490 498 500 6

24 358 390 418 440 458 470 478 480 6

25 338 370 398 420 438 450 458 460 6

26 318 350 378 400 418 430 438 440 7

27 298 330 358 380 398 410 418 420 7

28 278 310 338 360 378 390 398 400 7

29 258 290 318 340 358 370 378 380 7

30 238 270 298 320 338 350 358 360 8

31 218 250 278 300 318 330 338 340 8

32 198 230 258 280 298 310 318 320 8

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