Hoy día la velocidad de aparición y distribución
de los conocimientos es más rápida que la velocidad con que el ser humano puede aprenderlos. Las entidades educativas deberán orientarse cada vez más hacia la formación de habilidades que nunca venzan que sean independientes del tiempo. Para desarrollar habilidades tendrán que cambiar sus sistemas tradicionales de exposiciones teóricas por metodologías activas donde la gente aprenda haciendo. El Liderazgo no se Enseña, se Aprende (1/2)
La enseñanza tradicional de liderazgo es de estilo
bancario. Sólo los conocimientos del liderazgo se pueden enseñar de una forma teórica, pero las habilidades y actitudes necesarias para la formación de líderes requieren otro tipo de metodologías. El liderazgo requiere reemplazar hábitos anticuados de dirección por conductas modernas, y no es fácil de lograr. El Liderazgo no se Enseña, se Aprende (2/2)
La capacitación formal es útil y colabora
en la formación de líderes, pero la mejor manera de aprender liderazgo es con el ejemplo. Si se quiere formar líderes en la empresa, se debe dejar la enseñanza tradicional del liderazgo y concentrarse en que las personas lo aprendan viviéndolo. Los gerentes con su ejemplo, ellos serán los verdaderos formadores de los futuros líderes de la organización. Represando Conocimientos (1/2)
Si queremos lograr organizaciones
“aprehendientes”, tenemos que percibir el conocimiento como un activo tan importante como los equipos y crear un sistema para almacenarlo, cuidarlo y difundirlo. Hoy el conocimiento es una disciplina se renueva cada dos o tres años. La destreza más importante que debe tener un ejecutivo es “aprender a aprender”. Sólo al estudiar, aplicar y enseñar se logra el mejor aprendizaje. Represando Conocimientos (2/2)
Otro aspecto que aumenta o disminuye la
retención es la metodología del entrenamiento. Como el maestro, haga que su personal estudie, aplique y enseñe a sus compañeros; así logrará represar los conocimientos e irrigarlos por toda la organización El Verdadero Tesoro (1/2)
Los hábitos son conductas subconscientes que
determinan nuestro comportamiento. Los hábitos simplifican la vida. El primer paso para cambiar un hábito, según La escalera de conocimiento de William Howell, es subir el escalón de la “inconciencia de la incompetencia” a la “conciencia de la incompetencia”. El Verdadero Tesoro (2/2)
Todos tenemos la fortaleza interna para
cambiar, pero con frecuencia lo olvidamos. Los incentivos sólo son necesarios hasta que el personal tome conciencia de los beneficios de los nuevos hábitos.