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P. Diego de Jess
En ese contexto hay que recordarla a Dbora, inmensa mujer de Israel que supo hacer
frente a los aguerridos cananeos, que superaban de modo incalculable tanto en
hombres como en armamento- al frgil grupo israelita. Y lo hace bajo una consigna
escueta y aguda que devino legendario proverbio para Israel y ha de poder ser mxima
y aforismo para el Nuevo Israel. Dbora manda a un hijo de la tribu de Neftal: ve,
sube al monte Tabor y recltate all. El soldado respondi con timbre de sombras y
figuras: si vienes conmigo voy; si no vienes conmigo, no voy nada. Dbora insisti:
t ve, sube, recluta y divisa; que yo ir contigo.
El temible Ssara, rey cananeo, se organiz para el combate con sus novecientos carros
de hierro, para ese juego de nios que sera enfrentarse al puado de hirsutos israelitas,
comandados por una frgil mujer Madre de Israel-, que se limitaba a repetir a sus
hijos sube, recluta y divisa.
Y esa madrugada, Israel venci al inmenso ejrcito cananeo, sin ms estrategia que
haberlo podido divisar desde lo alto del Tabor pudiendo as descender sobre el
enemigo y enfrentarlo en escaramuzas sucesivas, despistndolo de tal modo que las
tropas de Ssara huyeron despavoridas.
Hasta ah, las sombras matutinas. Saltendonos el crstico medioda, valga citar al paso
otra sombra del misterio, ahora vespertina, ya en el ocaso final de la historia, cuando
Napolen, tras la conquista de Italia, se entusiasma con someter todo el Oriente,
cruzando a Egipto, donde ha de vrselas no slo con los ingleses sino con el temible y
descomunal ejrcito otomano. Hoy da, quien buscara en libros o en la web la batalla
del monte Tabor no encontrar las proezas de Dbora sino el astuto triunfo
napolenico en 1799. Donde apenas dos mil hombres, subiendo al Tabor, pudiendo
divisar con precisin las pertrechadas posiciones de los veinte mil turcos, logra
descolocarlos y vencerlos. Ese da el tan genial como perverso Bonaparte no olvid
citar a Dbora en su gloga post batalla. Una antigua mujer hebrea, del siglo XII antes
de Cristo, haba inspirado al ms astuto de los guerreros modernos. La legendaria
clave era sin ms: subir, reclutarse de noche en lo alto, divisar a la aurora, y atacar.
P. Diego de Jess
16/III/2014