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Sola, Ayape. Carlos. 2005. Aprendizaje Basado en Problemas. De la Teoria ala practica. Edit. Trillas, ITESM, Ciudad de México. FERNANDO H. SIERRA LONGEGA* No puedes ensefidrsefo toda: sélo puedes ayudarle a encontrarlo por si mismo. Gatteo Gate ‘Maestro en Administracin sie nian or el Instituto Tecnoldgica y de Estudios Supe: INTRODUCCION Independientemente de ta técnica ddéctica que se tlic, el profesor debe cuestionarse constantemente hasta qué punto resulta efectiva su prética docente. para ello, nada mejor que plantease, una y otra vez, si se est logrando una interacciOn efectiva entre la teotia y lo que se realiza a diario en el interior del aula.’ Sélo a tra- vés de este ejercicio, el docente podré alcanzar un desarrollo y una mora conta en sus cases, habids cuenta de que la constante inquietud por mejorar as cosas, sabiendo que todo esperfecble, es lo que justamente convierte a todo profesor en un investigador. En este sentido, hay que poner de relieve que el papel del edu: cador, siempre que decide poner en marcha una actividad ABP, no se reduce a un cierto nimero de fnciones nse modifica con wr ecto al modelo tradicional, sino que, por el contrario, se compl iments Existe la ea de que en ABP nuestro rol como profesores es totalmente otro, cuando en realidad responde a un abanico que se extiende tanto como lo podamos imaginar. Claro que hay una serie de roles muy bien definidlos, pero, en el fondo, ninguno de ellos nos resulta ajeno. de manera considerable cuando aplicamos una téenica como ésta, aunque las nuevas funciones vienen a ser un complemento a todo Jo que como catedraticos desarrollamos. Por poner un ejemplo, en ‘nuestra labor docente el trabajo en equipo, es decir, aquel que des- arrollamos con nuestros colegas de la misma rea académica, es y CS, Madrid, 1997, "1, Lopez, Experiencias de imovacién pedagdca, Editor pégina 97. 106 | | | | { ' 1 piso come dcr 107 ha sido siempre una constante, y nadie duda de que es una parte consustancial a nuestra rutina daria que, dicho sea de paso, enrique. ce en gran manera nuestra labor profesional. En ABP el trabajo con otros compaiieros se vuelve también fundamental, ya que el anilisis Fequerido en la materia, el disefio de los escenarios y todos los ins tumentos de evaluacién, si bien se pueden desarrollar de manera individual, el aporte del grupo resulta clave para asegurar una apli caci6n exitosa, Por supuesto que todos estos cambios ~recuérdese que a pesar de que ninguno de los roles nos es ajeno, si lo es el hecho de incon porarlos de diferente manera dentro de nuestra practica docemte. implican un reto para el profesor, ya que la comodidad cotidiana de Breparar sus clases, impartirlas y evakiarlas, son bien conocidas pata él. Sin embargo, este modelo tradicional’ es rutinario y no implica ecesariamente una mejora continua en la practica docente. EL PROFESOR COMO DISENADOR Cuando se decide disefiar una actividad desde la filosofia que encierra ABP, fa funcién del educador comienza mucho antes de su Presencia en el aula. Como ya ha sido mencionado en el capitulo edicado a los findamentos de ABP, debe existir todo un proceso de diseho previo, que va desde la revision del programa temstico hasta el disefio del escenario que se va a aplicar. Para ello, es muy recomendable, y hasta necesaria, la confeccién de mapas mentale Sobre la materia -verdadera cartografia de nuestro curso que nos Servirin para definit estratégicamente en qué parte del programa Se van a aplicar nuestras actividades ABP. Consumada esta etapa, conforme a los objetivos de aprendizaje, se diseita el escenario, ly ula tutorial, la ribrica de evaluacién y las actividades complementa. Has, aspectos que se abordan con mayor profundidad a lo largo del presente libro. Con demasiada frecuencia sucede que los profesores ubican ac- tividades ABP en aquella parte del programa tematico que mis les usta. En estos casos, la practica habitual es la confecci6n, primero, de un escenario, para ubicarlo, después, en aquel lugar que mejor encaje. Esto no propicia necesariamente una mala actividad ABP. Pero si es imprescindible que el diseiio de todo escenario, y en ge. a Matin El modelo educative del Tecnolgico de Monterrey, Instituto Tecnolég- coy de Estudios Superiores de Monterrey, Monterey, 2002, p. 38 108 Cap. 7. Une vii deo lec ma etivid ABP neral de todo cuanto acarrea ARP, se establezca en funcién, y sélo en funcién, de nuestros objetivos de aprendizaje. El profesor es un estratega y su papel como disenador se vuelve fundamental, habida ‘cuenta de que con un buen disefo se incrementan las posibilidades de éxito en la aplicacién de esta técnica didéctica. La advertencia no es gratuita, y tanto el disefio como la planeacién leben ser tomados muy en cuenta como una parte esencial del proceso de ensefianza- aprendizaje en ABP, Por otro lado, no,hay nada que garantice el éxito en la aplica- 6n de una actividad ABP, algo que no sabremos hasta que ésta no haya finalizado. Sin embargo, la garantia de ver colmadas nuestras expectativas se asegura, en parte, cuando el profesor trabaja de for- ma colaborativa. Es importante que el docente consulte y, siempre que sea posible, comparta el escenario, la guia tutorial y la rabrica de evaluacion de la actividad, entre otros, con aquellos colegas que se encuentren préximos a su area de conocimiento. Por ello, la actitud del profesor hacia el fracaso debe ser siempre abierta y madura. Las riticas deben ser siempre bien recibidas, tomadas en consideracién y analizadas con el fin de introducir las mejoras oportunas. De igual ‘manera, y una vez ultimado el proceso, el maestro debe recibir retro- alimentacién, tanto de sus alumnos como de los profesores que ha- yan aplicado et mismo escenario, Todo es perfectible y actualizable. Cuando ya existe experiencia en la aplicacién de actividades de aprendizaje ABP es relativamente sencillo poder prever todas las si tuaciones que surgirdn durante el camino. Empero, cuando se emplea por primera vez resulta complicado el disefio de los instrumentos de evaluacion, ya que es necesario considerar todos y cada uno de los factores que entran en juego durante esta metodologia. De ahi la necesidad de que el profesor visite previamente otras clases donde se esté aplicando ABP. Aparte del conocimiento puntual de la técnica, Ja observacién del procedimiento le permitira adelantarse con acier- to a toda esa serie de eventualidades que, inevitablemente, se irén presentando. Ello implica la inversién de un tiempo adicional que, en Ja mayoria de las ocasiones, no se tiene contemplado. No obstante, se wuelve fundamental la observacién, ya que, paso por paso, puede apreciarse qué nos falta en la planeacién de nuestro ABP. El profesor dentro del aula Ultimado el disefto de la actividad ABP, y presentada ésta a sus alumnos, el profesor se convierte a partir de este momento en un EL paw come icador 109 estratega, tanto dentro como fuera del salén de clases, donde debe asumir el rol que de él se espera, esto es, un verdadero observa. dor del proceso. Ello no significa que simplemente se ponga a hacer otras actividades, sino que su labor se vuelve mas demandante. al tener que observar y documentar las diferentes reacciones en cada luno de fos equipos. Ademés, debe hacer multiples intervenciones de una forma muy sutil y oportuna, Recordemos que el alumno debe salir al encuentro det conocimiento, seguir la metodologta de los siete pasos y, en consecuencia, cada docente debe vigilar que las actividades transcurran en la direccién adecuada para la consecucién de los objetivos de aprendizaje _ Sin embargo, hay que tomar el proceso con mucha cautela y, en mas de una ocasidn, asumir el papel de abogado del diablo, Parta. mos del supuesto de que un equipo esta trabajando de forma exce lente, y el profesor llega al convencimiento de que realmente en ese equipo se esté resolviendo con éxito y rapidez cada uno de los pa- 508. Si se muestran excesivamente aventajados con tespecto al recto de los equipos, rio estaria nada mal que el docente formulara nuevas preguntas a estos alumnos, les proyectara algunas dudas e, incluso, Jes llegara a confundir para que revisaran el trabajo realizado hasta entonces. El propésito no es otro que el de aprovechar al maximo las Potencialidades de cada uno de los grupos ABP. En la misma linea, analicemos ahora una situacién en la que uno de los equipos no esta definiendo adecuadamente alguno de los sie fe pasos de ABP. CCémo debe comportarse el profesor en este caso? Su intervencién, como aconseja Nickerson? debe darse de tal forma que estimule el pensamiento de los participantes a través de interro- Baciones y sugerencias, con el fin de pfoporcionar a los integrantes del equipo suficiente informacién para que ellos se cuestionen hasta qué punto lo que estan proponiendo es correcto o no. Siellos formu. !an preguntas, el profesor debe contestar siempre con otra pregunta, Para evitar asi la respuesta y eliminar de esta manera la inquietud y hasta el desasosiego de los alumnos. Se trata, sin duda, de una {ctica ideal para que el alumno pueda contribuir a su propio apren- dizaje.t Nadie ha dicho hasta ahora que este papel del profesor sea se: «illo. Conforme se incremente el niimero de equipos la tarea se ira °R Nickerson, Emer opens Apc de eo inlet, Pid, are Jona, 1994, p. 369. ” Heal Faas “bir BarnigayG eminde, Eaten does pron arene sien ‘tivo, McGraw-Hill, México, 2002, pp. 5 y 6. m Et (Cap, 7, Un isin dee kon un ative ABP 110 complicando sobremanera, ya que tiene que multiplicar notable- mente su esfuerzo y dedicacién. Ademas, no debemos olvidar que el profesor debe ir tomando nota de todo lo. que acontece durante la marcha de Ia actividad, con el fin de tener més herramientas para fa evaluacién y retroalimentacidn a sus equipos. En suma, el profesor que aplique una actividad ABP: + Debe generar un ambiente de trabajo favorable. * No debe intervenir demasiado. + Leva a cabo un proceso de monitoreo de sus alumnos* + Procura ser un constante motivador. * Trata de hacer que todos los estudiantes intervengan en la dis- cusién, * Intenta mantener una disciplina adecuada que permita el tra- bajo de todos y cada uno de los equipos. Las notas que el profesor tomé durante el proceso le servirén para documentar la experienciaA su vez, resulta muy conveniente la programacién de una serie de reuniones con sus estudiantes al término de la actividad para conocer asi cual fue su sentir, asf como para detectar los aspectos positivos y negativos acumulados. Todo con tal de generar reas de oportunidad. Esta forma de enfrentar los nuevos retos de la actual ensefianza constructivista y con nuevas necesidades de los estudiantes implica no solamente un esfuerzo para el profesor, sino también para la ins- titucién. Esta debe procurar al profesorado todo lo necesario para que pueda ejercer este cambio de forma continua, especialmente, procurarle la capacitacién que se requiere para comprender la técni- cay sensibilizarse sobre sus necesidades.” El papel del estudiante en ABP Hemos hablado det rol del educador dentro de la técnica. Hasta el momento en que el profesor presenta el escenario a los equipes de trabajo, su papel ha sido activo, pero a partir de este momento inicia el del estudiante, quien se convierte por derecho propio en la figura principal de esta metodologia constructivista. De hecho, cuan- SP Eggen, Strategies for Teachers: Content and Thinking Skils, Allyn and Bacon, Boston, 1996, p. 38. 1, Lopez, op. cit, pp-88 y 89. °S, Moore, Teachers ot Work: Achieving Succes in our Schools, BasicBooks, Nueva York, 1990, pp. 339-343, El profs oma coder 11 Plane abrendizaje.y de que el profesor pareciera pasar aun segundo Er conanienm® ausente, aunque en realidad esto nunca esas lee st 2 su camino desde el momento mismo en que rario y no lo concluye hasta que cierta la fase tina de sultados obtenidos a través de la investigacion. Durante parte-de la lectura comprensiva del escenario ahestablecke ee los ubjeuos de aprendizajeloseducandosinveracieses 2.finalidad de asignar a cada uno de ellos un rol especies 1 cs permite desarrollar mucho mejor la metodologin, El alumeie n, flente mucho mis cémodo al tener un rol asignado. Todos lnc nyse lucrados participa abiertay ibremente efeciounde ae 2 una clase tradicional normalmente no reiog ae ee Como es natural, esta serie d ural, esta serie de actividades debe ser supervisa Bore profesor! peto los estudiantes saben v eben sane gs mae es el experto en la materia, no esta ahi para respond! s sd Surando siempre la interaccidn entre t : accion entre todos los integrantes del equi inn] ae Seto de ABP. Esta investigacin esta sal en fos 0 vos de aprendizaje que el estudiante, junto con sus compares motivacién para este acopio de informacidn. Posteriormene oy “auipo se reline para intercambiar informacién y, en general, aque, onesid a ener on 2a como un proceso de ayuda 4 actividad ment cia del alo, su fea come ute corn a ental 112 Cap. 6 Uae st as aes oa vided ABP los puntos de vista que permitiran encontrar la solucién o solucio nes al problema presentado, provocando en ellos un interés por su actividad y su utilidad personal y social? Esta indagacién y anilisis de la informacién no necesariamente se restringe a una biisqueda en libros o en Internet. El estudiante puede consultar a otros compafieros o piofesores para complemen- tar la informacién o confirmar sus deducciones. Una vez hecho esto, Jos alumnos se preparan para presentar sus resultados. La forma en que esto sucede puede varia, pero, en cualesquiera de los casos, los educandos tienen. que prepararse para el cierre de la actividad ABP. Dentro de todos estas elementos, es importante subrayar el fac tor motivacional. Si se genera motivacidn desde el principio, el estu- diante, por lo general, entrega toda su capacidad durante el proceso; de hecho, entrega de mas. Si el alumno trabaja motivado desde el inicio, desde que define con su equipo los objetivos de aprendizaje y los hace suyos, y, ademés, el proceso de investigacién toma un ca- acter personal, s¢ experimenta, sin duda, un mayor compromiso en el proceso. Por tanto, durante el desarrollo de esta metodologfa, el estudiante puede:!? * Desarrollar su habilidad para enfrentar problemas. + Aprender a administrar el tiempo. + Participar en discusiones de equipo. + Familiarizarse con diferentes roles (lider, secretario, represen- tante, etc.) = Relacionarse con otros estudiantes. + Generar conclusiones. * Desarrollar disposicién para trabajar en equipo. + Autoevaluarse. + Evaluar a sus compaiieros de equipo. + Hacerse responsable de su propio aprendizaje, + Desarrollar autonoma de estudio. * Familiarizarse y comprometerse con su entorno. * Hacer uso de la tecnologia. + Desarrollar su pensamiento critico. + Reflexionar individual y colaborativamente. * Aprender a tomar decisiones. “Die Barge yG. Herindes, pct pp. 6972 ; “Diecion de imestiacon y Gcsanoia Educate del Viceecora Acad sca de TESM: Los teas didi en modelo eatin del Te de Mote, hepa sistema stesnamve/aeldocumentoxintdoctecncse adele PDF>: pre some char 113 + Investigar, analizar y sintetizar informacién * Desarrollar valores como el respeto, a honestidad, el liderazgo ola tolerancia, Sin duda, serfa maravilloso que cada uno de nuestros alumnos en cada actividad ABP lograse desarrollar todo este caimulo de destre 2zas. Sin embargo, la experiencia nos dice que la realidad es diferente. En primer lugar, es muy dificil medir la mayoria de estos aspectos ‘en nuestros alumnos y, en segundo lugar, su participacién no es la misma durante el proceso de ejecucidn de la actividad. Algunos estu- diantes se encuentran més motivados que otros y se comprometen as con cada uno de los retos presentados. Por ello, la actitud del alumno debe ser el punto de arranque donde se sustente toda accién educativa, y nuestro propésito debe set que el mayor nimero de estudiantes desarrolle el mayor niime- ro de habilidades, actitudes y valores que complementen, como es natural, los conocimientos adquiridos durante el ejercicio ABP. Para lograr que nuestros estudiantes desarrollen estos roles con eficacia, €s necesario conocer las experiencias y habilidades cognitivas y so- ciales. Darles a todos la misma oportunidad de triunfo." La resistencia al cambio por parte del profesor Como ya se ha puesto de manifiesto en el capitulo que abre el libro, existe todo un camino que debe transitar todo profesor que Quiera especializarse en el uso de la técnica didéctica ABP, un pro- cceso que va desde la capacitacién hasta la aplicacién en sus cursos, Desde un principio, debe existir en el maestro una actitud abierta al cambio, a la innovacidn, Si esta disposicién no existe, es muy dificil lograr el éxito no solamente en ABP, sino en cualquier técnica didc- tica nueva que se quiera incorporar al ambito educativo. El proceso de capacitacin en una institucidn educativa tiene que ir déndose de forma gradual, de tal forma que vaya cuajando en el profesorado la inguietud, tanto por aprender cosas nuevas como por probarlas y vi- virlas. No solamente se trata de impartir un curso y luego pedirle que ponga en priictica lo ahi aprendido —esto conllevaria al fracaso segu- o-, sino que estamos ante una apuesta a mediano o largo plazo, en donde el profesor, aun ya convencido y con una actitud favorable, debe *vivir" la experiencia para asi ir asimilando la técnica, “R Segovia y J. Belin, E! aula inteligente, Nuevo horizonte educativo, Espasa Calpe, Madrid, 1999, p. 197 14 (Cap, 7. Cn ssn de as eles wet ABP El curso para la capacitacién de la técnica ABP debe ser vivencial y se tiene que dar en forma de taller para que el profesor pueda ex- perimentar adecuadamente y por completo toda la metodologia. Una vez que el docente ha tomado el curso, es fundamental que durante el proceso de disefio e implementacidn de la actividad sea apoyado por la academia de su area. Si el profesor ha aceptado la técnica como algo que favorecerd sus cursos, existe la posibilidad de que todo esto se pierda si se fracasa al ponetla en practica. De hecho, muchos aca- démicos aplican la técnica dandole el beneficio de la duda, ya que su aceptacién final queda condicionada por los logros alcanzados. De ahi la importancia de hacer un verdadero seguimiento y apoyar al pro- fesor en la aplicacién, evaluacién y documentacién de las primeras actividades que programe segiin el perfil de la técnica, Cuando las cosas se hacen bien, los resultados académicos son inmediatos, mas no asi con esa serie de habilidades, actitudes y va- lores que se pretende desarrollar con la metodologia ABP. Es sola- mente después de un tiempo, en ocasiones algunos afos, cuando se observan estos cambios en los estudiantes. Este tiempo de aprendi- 2a)e, por lo general lento, provoca en el maestro una serie de dudas sobre las bondades de la técnica. Al respecto, todo docente debe ser consciente de que, si hace las cosas como se deben hacer en ABP, la semilla, tarde o temprano, terminara por germinar. Por ello, para que una técnica didactica, como es ABP, arraigue definitivamente, debe pasar un tiempo prudencial, lo que se cono- ce como fa fase de institucionalizacién, un periodo que culmina con “la aceptaci6n colectiva y la comprensién global del cambio Cuando las técnicas didacticas que se han adoptado en instituciones como e! Tecnol6gico de Monterrey se convierten en algo comiin para el profesorado, es en ese momento cuando pasan a formar parte del modelo educativo. Esto no significa que ahi termine el proceso, ha- bida cuenta de que éste nunca termina. Siempre se esté innovando, yen todo momento hay que abogar por una mejora continua del proceso de ensefianza-aprendizaje. A este respecto, hay que ponderar la conveniencia de una ade cuada planeacién estratégica, para que cada departamento, siempre y cuando la division académica esté formada por departamentos, Proporcione el apoyo que necesita a la hora de aplicar la técnica ABP. Como ya se ha dicho, las reuniones con colegas mas experimenta- dos, el intercambio de ideas y la discusidn de resultados son funda- mentales para el éxito total. °M. Martin, op. itp. 177 as tencia al cambio por parte det estudiante Asi como existe un rechazo natural al cambio en la figura del ‘maestro, igualmente sucede en el estudiante. Como ya se ha dicho en el capitulo dedicado a los fundamentos de la técnica ABP, nuestros alumnos estan acostumbrados a la ensefianza tradicional, ya que los educandos vienen de escuelas en donde el profesor se convierte en cl principal-actor dentro y fuera de las aulas. De ahi que cuando in- sgresan a un sistema educativo donde ellos ~los estudiantes asumen una funcién diferente y se les obliga a salir a la busqueda del cono- cimiento, resienten sobremanera la transformacién. También influye el hecho de que las bondades de la técnica no las perciben los estu- diantes sino mucho tiempo después, lo que también es una causa de posible desmotivacién en ellos. Los estudiantes del Tec de Monterrey logran adaptarse a estas nuevas técnicas de estudio —unos de forma mas répida que otros-, y la gran mayoria lo hace de forma favorable. Cuando se les pregunta a los educandos que han vivido la técnica por primera vez cudles han sido sus experiencias durante todo el proceso, se escuchan todo tipo de opiniones, aunque la mayoria de ellos reconocen, entre otras cosas, lo siguiente:!? *+ Me gusta mucho porque trabajamos en equipo. * Al principio me sentia mal porque el profesor no nos ayudaba, pero al final entendia por qué actuaba asi. + Me gusta la metodologia, + Nos obliga a hacer investigacién por nuestra propia cuenta, + Me agradan las discusiones que tenemos dentro del equipo, Algunos testimonios no favorables Son: + No me gusta el trabajo colaborativo. + Prefiero que el profesor me explique. + Es mucho trabajo y a veces me pierdo en lo que tengo que hacer. + El profesor cree que es la tnica materia que tengo y la investi- gacién me quita mucho tiempo. ‘Estos testimonios han sido extraidos de la retroalimentacién recibida por parte de mis alumnos en torno al proceso de implantacién de la técnica didctica [ABP en mis cursos, 116 Gp 7. Un visi eos kes 8 marae A En esta relacién de testimonios, se puede observar que el mayor rechazo no se debe en si 2 las nuevas formas de estudio, sino que ‘ei alumno las compara con fas formas tradicionales -el profesor con Ja batuta-, en las que él estudiante ha encontrado una manere muy comoda de aprender. Es por ello que resulta muy importante hacerie wer {a importancia de experimentar con diferentes tipos de metodo- logias, dentro y fuera del salén de clases, asf como las ventajas que cada una de ellas tiene. ABP es una técnica mas de otras tantas que se vienen utifizando con éxito en nuestras catedras. El alumnado universitario, egresado de nuestras preparatorias, tiene por lo general una mejor actitud. Sin embargo, no faltan aque. llos que manifiestan un marcado rechazo hacia estas técnicas didact cas, principalmente por el mal manejo que de ella han hecho algunos profesores en cursos anteriores. Esto provoca un grave problema y, con el fin de mitigar sus efectos, el maestro tiene que comenzar su, labor por convencer a este tipo de estudiantes sobre las grandes ven. tajas que offece un adecuado uso de esta clase de instrumental meto- dolégico, En cambio, los educandos que provienen de preparatorias de enseiianza tradicional, ajenas al sistema Tec, se adaptan muy ri. pidamente, porque los mismos estudiantes, aquellos que se fan con- vencido de las ventajas de una enseanza no tradicional, se vuelven aliados del profesor. Al ver cémo éstos trabajan y aceptan esta nueva forma de estudio, se genera una manera natural de ver tas cosas y acceden de forma mas répida a efectuar el trabajo propio de ABP, Todos los esfuerzos que se hagan resultaran inatiles si no existe en el académico la conviccién del cambio, Como menciona Miguel Fernandez," si el profesor no esta decidido a cambiar, es poco proba- bie que cambie algo dentro del aula. Ademas de este convencimiens to, el maestro debe ser consciente de que técnicas diddcticas coma ABP pueden ayudarle a culminar con éxito dicho proceso y a mejorar en consecuencia su praxis docente. Si el profesor acepta esta innova- cidn, esta transformacién én su practica pedagégica, sera un ejemplo para sus estudiantes, quienes, a diferencia del maestro, atin tienen Ja posibitidad de convertirse en el centro del proceso de ensefianza- aprendizaje de una forma mucho mas natural y, por Jo tanto, acepta- da. El reto esta servido y merece Ja pena que sea afrontado, Quede constaneta, entonces, de nuestra invitacion para que asi sea “Miguel Fernindez, La profesionatizacisn del docente, Siglo XXI, México, 2000, pagina 111

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