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ss recomienda remitirse con pero en cuanto a la puesta en
confianza al Padre, que sabe lo que prctica, se sirve de intermedia-
necesitamos (Mt 6,32; Mt 10,30). rios, gobernando los seres inferio-
Pablo considera que los sufrimien- res por los seres superiores.
tos actuales no se pueden com- Esta predisposicin de la pro-
parar con la gloria que nos espe- videncia respeta la naturaleza de
ra (Rom 8,18) y tiene por seguro cada criatura: para ciertos efec-
que en todas las cosas intervie- tos ha preparado causas necesa-
ne Dios para bien de los que le rias; para otros, causas contingen-
aman (Rom 8,28). tes (ibid., a.4). El cristiano no debe
hablar de destino, porque la pro-
a su sistematizacin esco- videncia da a los seres espiritua-
lstica les un libre albedro (cf. Contra
Gentes III, 113), ni de azar porque
Este impulso de fe y confianza no puede existir nada que no sea
de la Biblia tomar forma concep- por mandato divino (I, q. 103, a.
tual en la teologa. Sigamos la tra- 5). El azar es el nombre que da-
ma propuesta en la Suma Teolgi- mos a lo que se produce fuera del
ca de Sto. Toms. La providencia orden de ciertas causalidades par-
aparece all como uno de los atri- ticulares, pero que apunta a otra
butos divinos, ligado a la omnis- causalidad que no escapa a Dios
ciencia y a la omnipotencia. Es (ibid., a. 6 et ad 2).
propio de Dios disponer para su Toda la historia est bajo la
fin los seres que ha creado (I q. mirada de Dios, para quien no hay
22 a 1), no slo de una manera ni futuro ni pasado (cf. I, q.14, a.13).
general en la universalidad de su Que el nmero de predestinados
naturaleza, sino en su singularidad, est inmutablemente fijado no se
porque la causalidad creativa se opone para nada al respeto de la
extiende a todas las criaturas, in- libertad de los hombres (cf. q. 23
cluso las libres, cuya libertad de- especialmente a. 7). En cuanto a
pende de la causa primera (ibid., los pocos predestinados, no hay
a.2 ad 4). que ver aqu una limitacin de la
Nuestro espritu distingue dos providencia, sino la manifestacin
momentos de la providencia: el de la misericordia divina que con-
que corresponde al plan de la con- cede la visin beatfica, siendo as
cepcin de las cosas para su fin y que sta excede al estado comn
el que corresponde a la puesta en de la naturaleza pecadora (q. 23,
prctica de este plan. En cuanto a. 7, ad 3). Slo queda adorar a
al plan de la concepcin, la provi- Dios en sus designios. Su modo
dencia prev y predispone cada de obrar slo puede ser sabio y
realidad hasta el mnimo detalle, bueno (q. 26, a. 6, ad.1).