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PANEL PROBLEMATICAS SOCIALES CONTEMPORANEAS .

¿CÓMO PENSAR LA CLÍNICA HOY?

Ps. Norma Barbagelata

"Por lo demás, me es odioso todo lo que no hace más que instruir-


me, sin aumentar mi actividad o vivificarla inmediatamente".
Inicio esta reflexión introduciendo el tema de la alegría de vivir
para que nos ayude a pensar acerca de la producción de conoci-
mientos y los complejos desafíos que los problemas sociales con-
temporáneos producen. Sabernos que la alegría de vivir se pierde, y
el conocimiento aparece como algo que nada tiene que ver con esto.
Sin embargo, ¿puede una cultura sostenerse sin ella?
Nosotros, sujetos modernos -estudiosos, doctos con frecuen-
cia no logramos acercarnos al tema que realmente sentimos que
hay que pensar 2 , por más que trabajemos sin descanso exploran-
do textos cargados de polvo, coleccionando curiosas antigüeda-
des, deslomándonos Esta actitud, este modo de hacer las cosas,
no consigue acallar una nerviosa inquietud ya que pereza y trabajo
no se excluyen. Trabajamos mucho, estudiamos mucho y enten-
demos cada vez menos el mundo en que vivimos. Aquí la pereza
es el miedo, la angustia y la dificultad de pensar realmente''.
Atravesada por esta lejanía que introduce la experiencia de esta
dificultad de pensar -lejanía respecto de un cierto modo de en-
tender el conocimiento y sus auxilios-, se convierte en un desafío
enfrentar el tema Lo acepto sabiendo que lo entiendo a medias,
como cuando oigo hablar en una lengua extranjera 4 . Puedo tomar
la palabra, entonces, sabiendo que aquello de lo que se trata, de
lo que "se"5 -"se" anónimo y tiránico- es algo que comporta una
irreductibilidad esencial, un punto de incomprensión insoluble a
las traducciones.
De todos modos, el primer intento es hacer una traducción. Se
vuelve necesario intentarla Querer saber, con cierta exactitud,
respecto de lo que reza el título es un impulso imperioso. Pero
las significaciones de términos como "complejidad" "producción

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LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJO SOCIAL VOL. VII

de conocimientos" o "problemáticas sociales contemporáneas"


exigirían cada una un seminario para entender, en común, de qué
estamos hablando. En gran medida esto sucede por la situación
actual del conocimiento: la "congestión"6 como característica de
nuestro tiempo. Además nos encontramos con otros problemas:
la hiperinformación, su inabarcabilidad, el estatuto mismo del len-
guaje con el cual comunicamos la información y, por último, con
las coordenadas simbólicas y decodificadoras del lector que intro-
ducen los desvíos y las pérdidas que tanto se desea ignorar.
Esta congestión y "expertez", producto del desarrollo "científico
técnico", conjuntamente con el olvido del sujeto, no nos permite
pensar una revisación que va desde la epistemología de las teo-
rías de la complejidad, a las teorías del conocimiento.
Rozamos así la impotencia o la desesperación. ¿Por dónde em-
pezar? ¿Qué es lo que habría que decir? ¿Cómo proponer un
terreno común que sea significativo?
Por ejemplo, el término "producción", ¿en qué sentido entende-
mos que los conocimientos se producen? La palabra producción
tiene un universo fabril en su horizonte donde la explotación y la
plusvalía no están lejos y la producción, de algún modo, se ha
trasladado a la academia, - e n sus interesantes revistas y panfle-.
tos, los jóvenes publican que los docentes tomamos de esa plus-
valía en nuestros trabajos, en nuestras investigaciones. De hecho
sabemos que esto es cierto-, Como no podría ser de otro modo,
a la medida que el modelo capitalista y productivista se traslada a
la esfera del conocimiento se reproducen, en ella, las relaciones
de producción dominantes. Que diga dominantes, no quiere decir
que no entienda, como lo hacía el propio Marx, que en medio de
un modo de producción dominante siguen existiendo otros modos
de producción7.
Venimos de una experiencia histórica que redujo la complejidad
de las relaciones humanas a un solo rasgo: el dominio. La óptica
de dominante/dominado es la que prima en muchos de los análi-
sis que se realizan desde una perspectiva de izquierda6, incluida

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PANEL PROBLEMATICAS SOCIALES CONTEMPORANEAS .

la concepción de la cultura como instrumento de dominación9. El


dominio10 es el modo en que la modernidad concibió el conoci-
miento: teníamos que saber, como modo de emanciparnos de
las limitaciones que nos imponían la naturaleza y lo irracional. En
esta búsqueda de liberación a través del dominio que el saber nos
daba fue apareciendo la complejidad. Esta suponía la "emancipa-
ción" sobre todo cuando la concepción del conocer, como control
sobre lo otro, dejó al propio sujeto bajo la lupa. Sin embargo, toda
una batalla se sigue realizando bajo nuestros ojos en relación a la
manera en que nos paramos frente al conocer. Esto no es menor
al momento de sostener núestras prácticas.
Es nuestro anhelo acertar, genuinamente, a decir el marco des-
de el cual situarnos.
La extranjería frente a la lengua que hablamos, para intentar
dar cuenta de algo, es una posición que considero esencial. En
los ámbitos académicos la hegemonía es la de una lengua que se
vuelve cada vez más anónima; de una lengua que debe limar el
estilo y no tener sobresaltos para el lector, de lo contrario, no pasa
los filtros administrativos que hoy pesan sobre el saber y sobre la
producción de conocimiento: el miedo a pensar".
Sabemos que para producir conocimientos importa la construc-
ción de una lengua nueva. No sólo el escritor debe inventarla12.
Para que el pensamiento freudiano tenga estatuto teórico homo-
logable al de las ciencias, Mannoni" lo adjudica a la capacidad de
Freud de inventar una lengua, volver a nombrar el mundo, construir
una nomenclatura. Aquel que intenta pensar debe intentar domesti-
car el lenguaje, hacerlo hablar de aquello que no habló nunca.
El conflicto entre la lengua instituida, y la nueva nos exige volver
sobre lo que fue su proyecto, su anhelo. Construir un saber para
dominar a la naturaleza, al cuerpo, al deseo, al otro. Este pro-
yecto de dominio cierra su campo en aquello que se adecúa a su
método, y tiene una determinada concepción de "verdad" que le
permite ignorar los síntomas que el propio proyecto produce. Son
los efectos colaterales.

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LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJO SOCIAL VOL. VII

de conocimientos" o "problemáticas sociales contemporáneas"


exigirían cada una un seminario para entender, en común, de qué
estamos hablando. En gran medida esto sucede por la situación
actual del conocimiento: la "congestión"6 como característica de
nuestro tiempo. Además nos encontramos con otros problemas:
la hiperinformación, su inabarcabilidad, el estatuto mismo del len-
guaje con el cual comunicamos la información y, por último, con
las coordenadas simbólicas y decodificadoras del lector que intro-
ducen los desvíos y las pérdidas que tanto se desea ignorar.
Esta congestión y "expertez", producto del desarrollo "científico
técnico", conjuntamente con el olvido del sujeto, no nos permite
pensar una revisación que va desde la epistemología de las teo-
rías de la complejidad, a las teorías del conocimiento.
Rozamos así la impotencia o la desesperación. ¿Por dónde em-
pezar? ¿Qué es lo que habría que decir? ¿Cómo proponer un
terreno común que sea significativo?
Por ejemplo, el término "producción", ¿en qué sentido entende-
mos que los conocimientos se producen? La palabra producción
tiene un universo fabril en su horizonte donde la explotación y la
plusvalía no están lejos y la producción, de algún modo, se ha
trasladado a la academia, - e n sus interesantes revistas y panfle-.
tos, los jóvenes publican que los docentes tomamos de esa plus-
valía en nuestros trabajos, en nuestras investigaciones. De hecho
sabemos que esto es cierto-. Como no podría ser de otro modo,
a la medida que el modelo capitalista y productivista se traslada a
la esfera del conocimiento se reproducen, en ella, las relaciones
de producción dominantes. Que diga dominantes, no quiere decir
que no entienda, como lo hacía el propio Marx, que en medio de
un modo de producción dominante siguen existiendo otros modos
de producción7.
Venirnos de una experiencia histórica que redujo la complejidad
de las relaciones humanas a un solo rasgo: el dominio. La óptica
de dominante/dominado es la que prima en muchos de los análi-
sis que se realizan desde una perspectiva de izquierda8, incluida

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PANEL PROBLEMATICAS SOCIALES CONTEMPORANEAS .

la concepción de la cultura como instrumento de dominación9. El


dominio10 es el modo en que la modernidad concibió el conoci-
miento: teníamos que saber, como modo de emanciparnos de
las limitaciones que nos imponían la naturaleza y lo irracional. En
esta búsqueda de liberación a través del dominio que el saber nos
daba fue apareciendo la complejidad. Esta suponía la "emancipa-
ción" sobre todo cuando la concepción del conocer, como control
sobre lo olro, dejó al propio sujeto bajo la lupa. Sin embargo, toda
una batalla se sigue realizando bajo nuestros ojos en relación a la
manera en que nos paramos frente al conocer. Esto no es menor
al momento de sostener nuestras prácticas.
Es nuestro anhelo acertar, genuinamente, a decir el marco des-
de el cual situamos.
La extranjería frente a la lengua que hablamos, para Intentar
dar cuenta de algo, es una posición que considero esencial. En
los ámbitos académicos la hegemonía es la de una lengua que se *
vuelve cada vez más anónima; de una lengua que debe limar el
estilo y no tener sobresaltos para el lector, de lo contrario, no pasa
los filtros administrativos que hoy pesan sobre el saber y sobre la
producción de conocimiento: el miedo a pensar11.
Sabemos que para producir conocimientos importa la construc-
ción de una lengua nueva. No sólo el escritor debe inventarla12.
Para que el pensamiento freudiano tenga estatuto teórico homo-
logable al de las ciencias, Mannoni" lo adjudica a la capacidad de
Freud de inventar una lengua, volver a nombrar el mundo, construir
una nomenclatura. Aquel que intenta pensar debe intentar domesti-
car el lenguaje, hacerlo hablar de aquello que no habló nunca.
El conflicto entre la lengua instituida, y la nueva nos exige volver
sobre lo que fue su proyecto, su anhelo. Construir un saber para
dominar a la naturaleza, al cuerpo, al deseo, al otro. Este pro-
yecto de dominio cierra su campo en aquello que se adecúa a su
método, y tiene una determinada concepción de "verdad" que le
permite ignorar los síntomas que el propio proyecto produce. Son
los efectos colaterales.

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LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJO SOCIAL VOL. VII

El psicoanálisis plantea un "indomesticable" en el corazón del


sujeto, del conocer, del actuar. Este indomestibable es la verdad
de eso que es, de eso que conoce y de eso que hace, por lo que
prefiere pensar en los efectos colaterales más que en los centra-
les. Es un intento de dar razones del síntoma; de pensar en el
reverso de la lógica del dominio. Anverso y reverso que, en cinta
de Moebius, no se excluyen.
Saber y poder quedan en disyunción para el psicoanálisis, por-
que el saber está agujereado y no recubre aquello de lo que hay
que poder. Sólo en la lógica perversa saber y poder van juntos ya
que no hay vacilaciones respecto de aquello que hay que hacer
en cada situación. Cuando esto ocurre no necesitamos convocar
un sujeto porque cualquiera puede apretar los botones que hagan
falta. Y nadie puede responder de esto. No obstante insistimos en
responder, en ser responsable de este mundo 14 en el que vivimos
y que dejamos a otros. Esta insistencia parece un delirio. Sin em-
bargo, si existen espacios como el de este encuentro, es porque
ese delirio es un delirio compartido.
Ya que intentamos explorar otros modos de conocer, de saber
y de pensar que no sean exclusivamente estos modos de some-
timiento y dominio, es decir, que no impliquen que sabemos el
"bien" de! otro y que permitan abrirnos un espacio donde se pueda
escuchar y calmar el discurso de! sufriente.

Algo sobre las prácticas


Intentamos pensar las prácticas desde esta sospecha de los
conocimientos, de lo que suponen, de los modos en que se trans-
miten. Como primera experiencia nos-encontramos con las pre-
guntas: ¿hasta qué punto podemos escuchar?, ¿hasta qué punto
podemos hablar, intervenir?, ¿qué efectos producen estas prácti-
cas en los que intervienen y en los intervenidos?, ¿con qué herra-
mientas teóricas acudimos? ¿son herramientas?
Estas reflexiones están ancladas en el trabajo en situaciones
colectivas de emergencia: la primera inundación de Santa Fe, y,

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PANEL PROBLEMATICAS SOCIALES CONTEMPORANEAS .

en particular; en las supervisiones de los equipos de cárceles, de


infancias y de Atención Primaria de la Salud (A.P.S.)
La primera y fundamental enseñanza es la necesidad de un
retrabajo continuo con los participantes en las intervenciones lo
que llamamos el espacio de supervisión. Espacio que se puede
pensar como exterioridad, como circulación de angustias, place-
res y dolores diversos; espacio donde se comparten experiencias
y desalientos; donde se hace discurso e interrogan los sentidos;
donde se constituyen grupos y se hacen cuerpos. Estas nuevas
realidades muestran un ángulo de dificultad para aquel que deci-
de trabajar con ellas: la propia subjetividad del interviniente.*

Un día en Atención Primaria de la Salud' 6


' ...Un lunes más. Llego al barrio mientras amanece tímidamen-
te una mañana oscura de nubes y lluvia, lluvia como la que en
otros tiempos daban ganas de aprovechar entre mates en algún
recinto privado pero ahora, tras algún abril inundado de descon-
cierto. febreros teñidos de alarma y un marzo de réplicas, lluvia
que da miedo, miedo que pueda ser granizo, más agua, más ur-
gencia, miedo como señal de alarma que late en muchos vecinos,
"vecindades" que ponen en guardia a cualquiera. (...)
(...) Llego al centro de salud. Un centro de salud que no es mi
centro de salud, en realidad ninguno lo es pero aquel en el que
transité dos años de esta experiencia se inundó y no volvió a abrir
sus puertas; aún no pude encarpetar las historias clínicas que
desde este marzo descansan en la terraza, buscando un aire que
les devuelva el oxígeno que perdieron las casi tres semanas que
estuvieron bajo agua. (...)
(...) Hoy tengo nueve turnos programados, es una mañana lar-
ga, comienzo a las 8:30 y con suerte logro retirarme rondando las
15 horas, cuando logro retirarme. (...)
(...) Estaciono el 128 que tanto me ha acompañado (y me ha
dejado a pie también), cruzo y ahí está ella, la mamá de uno de los
pacientes qué hace tiempo no veo. Me pregunta si puedo atender-

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LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJÓ SOCIAL VOL. VIl

la, improvisamos un consultorio virtual, adentro me esperan "los


programados" y a veces, si me tardo sé enojan, y hoy quizás,
no sea un buen día para salirse de algunos programas pues el
fantasma del reservorio lleno (zanjones donde escurre gran parte
del agua de la ciudad los que se llenan y comienzan a inundar el
barrio) y la acumulación de bombas que no se activan a tiempo,
está más presente (...)
(...) Entro al consultorio y otra mamá me cuenta de uno de sus
mellizos también de doce, nunca conocieron al padre. (...)
(...) Llueve cada vez más fuerte, nos preguntamos con las en-
fermeras y el agente sanitario si la calle se inundará. (...)
(...) La Vero del CAF aparece con una tensa calma. Se "te des-
compensó" Jorge, Clarita fue a buscarme, pudo escaparse de la
casa, Zulma le dijo que busque ayuda, él le pegó mal a ella (su mujer) y al bebé y está encerra
busca a alguien los va a matar y se va a matar..." Las invito a que
entremos al consultorio a ella y a la nena que conocemos (...)

{...) Nos preguntamos: qué hacemos? Vamos, hacemos pre-


sencia, pedimos intervención policial? Decidimos acercarnos con
bastante temor por estar sobreinvolucrándonos y por otro lado,
de aquello con lo que nos podríamos encontrar. Vamos caminan-
do y viene el padre sin ánimo de reconocernos, va por la vereda,
del frente con cara de pocos amigos. Mi compañera, pregunta
qué hacemos, la niña se asusta porque él vio que nos buscó, se
esconde detrás nuestro. Lo llamo .intentado que las veredas se •
junten, 'Jorge, Jorge (como quien está convocando a un sujeto
dormido), Jorge, acercate! Cómo estás, estamos yendo para tu
casa, estás nervioso, te podemos ayudar en algo?' 'Se acerca
y explica de manera muy evasiva que la atienda a la otra que lo
tiene podrido...' dice que se va, que no quiere saber más nada.
- Pero esperá, a dónde vas? Tenés una casa donde parar, un
amigo o un pariente?"'
- No a la calle...

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PANEL: PROBLEMÁTICAS SOCIALES CONTEMPORÁNEAS .

- Trata de encontrarte un lugar y el jueves vení a hablar conmi-


go para ver si podemos resolverlo de alguna manera; tu nena nos
contó que te lastimaron anoche en la cancha, estás bien?
- Sólo rasguños
(...) Le doy la mano... lo saludo, "no te pierdas"... Asombrado
por mi gesto me devuelve la mano, una para apretar, para acor-
dar, para llegar a un acuerdo y para acordarse de que hay otra
forma de hacer con las diferencias (intentos de instituir alguna
otra forma, de hacer institución, presencia)."
El trabajo de Esteban Olivieri sigue de este modo seis páginas
más y se va volviendo cada vez más sobrecogedor porque sabe-
mos que puede seguir desgranando, en ese tono casi objetivo,
lo que él llama "un día en atención primaria". Así también son los
días de los diferentes equipos de salud mental que están en los
lugares de "trinchera social" que, al igual que los trabajadores so-
ciales y los maestros, se encuentran con este tipo de situaciones
que parecen el tonel de las danaides, intentando dar respuestas.
He aquí lo que nos parece uno de los problemas fundamentales
de la dificultad de este trabajo: querer llenar el tonel agujereado.
Aquí aparece el problema del sentido en tanto orientación, finali-
dad y meta de la tarea' 7 .
Insisto, entonces, ¿hasta qué punto podemos escuchar esto?
¿Qué podemos responder frente a esto? No estoy hablando de
la angustia puntual de la situación de urgencia, de la jovencita
de 15 años que se intenta matar, del hombre atrincherado en la
casa con los menores, del mafioso que viene a apretar al centro
de salud porque atendieron a su mujer, o de las autoridades de un
hospital que niegan o dan un permiso saltando la consulta con los
terapeutas y haciendo fracasar años de transferencia y trabajos
logrados. Estoy hablando del "rosario" y del encadenamiento de
cuentas que se hacen como cuando se lo reza una y otra vez. y
otra más. ¿Y el sentido? ¿Y el para qué? ¿Hacia dónde? Escuchar
el maltrato, el silencio de las instituciones sin saber el "bien" del
otro y a la vez despojado de las pretensiones por descubrir un
conocimiento que erradique el mal, es todo un desafío.

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LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJÓ SOCIAL VOL. VIl

Esta subjetividad de los trabajadores de salud mental ya es con-


templada en nuestra ley como una subjetividad expuesta. Pero lo
que aparece en estas prácticas actuales es la necesidad de revisar
e inventar los sentidos de las prácticas mismas. Esta debilidad del
sentido se transforma en una debilidad del sujeto interviniente'8 al
mismo tiempo que las instituciones muestran su incapacidad de
adecuación a los problemas que se le presentan.
El síndrome del "bourn out"19, más allá de los limites epistémi-
cos en que es concebido, es revelador de una verdad de nuestras
prácticas. Saltando esos límites epistemológicos podemos pensar
que el "bourn out" es la propagación de lo que se inició como "neu-
rosis de guerra" y que fue lo que le permitió a Freud -gracias a lo
que pudo leer como la repetición de lo traumático- dar una nueva
versión de la pulsión: la pulsión de muerte. Esta extensión de lo
traumático a más sectores y situaciones lleva a algunos a pensar
que estamos frente a un nuevo sujeto: sujeto traumatizado. Éste
sólo puede situarse en una posición de dañado y de acreedor de un
mundo que lo daña. No como responsable sino como victima:20
Entendemos que la debilidad de sentido tiene que ver con la
debilidad de las instituciones -hechas con mandatos21 que hoy no
son completamente adecuados- y con la dificultad de tener que
reinventarse las tareas y los sentidos. Esta dificultad de realizar la
tarea primaria para la cual fueron fundadas es la causa del máxi-
mo sufrimiento psíquico y con derivaciones psicosomáticas para
sus miembros.22
Cuando las instituciones y el sentido no alcanzan fuerza, la de-
bilidad recae sobre los sujetos; cuando el sujeto no resiste, cae
sobre el cuerpo. Paradójicamente los sujetos están más débiles
que cuando las instituciones eran fuertes. "No hay más omnipo-
tencia que la del Otro"23. Por ejemplo, las maestras de principio
de siglo eran maestras que entendían su rol de un modo tan ple-
no y seguro que podían hacer frente a situaciones complejas y
resolverlas. Las maestras actuales no pueden hacerlo del mismo
modo. Existen experiencias en las cuales se pudo ver que las

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PANEL: PROBLEMÁTICAS SOCIALES CONTEMPORÁNEAS .

"maestras de antes" tienen más recursos subjetivos para resolver


situaciones de hoy.
En su nombre la institución autoriza24. Hoy los sujetos tienen
que autorizarse desde un lugar de extrema debilidad institucional.
Actuar en nombre de..., reprimir en nombre de..., creer..., solici-
tar... En educación esta falta de autorización permite que nos ex-
pliquen cualquier tema de un modo mortificante tanto para el que
enseña como para el que aprende. No se detiene el aburrimiento
y el vacío de las palabras, de las fórmulas. Enseñar se transforma
en dar "la misa en latín"25. La omnipotencia es siempre del Otro.
Cuando estamos en los tiempos de la inexistencia del Otro no. es
que desaparezca la omnipotencia sino que la potencia queda muy
menguada.26
El practicante se pregunta sobre la orientación de su prácti-
ca, sobre los modos y las razones para soportar y sostenerse
frente a tanto sufrimiento. ¿Espíritu de sacrificio? ¿Solidaridad?
¿Masoquismo? ¿Un sueldo? Los "trabajadores del lazo" ponen en
juego un "plus" de "sentido" en su tarea, pues de no hacerlo, se
produce la desintegración de ese lazo27. La idea de "trabajador"
no alcanza para soportar estos trabajos dado que el universo pro-
ductivista de los últimos siglos, donador de sentido, desembocó
en la entronización de la mercancía.
Nietzsche, condenó su época porque veía la salvación en la "opi-
nión pública" -pereza privada a la cual condenaba a muerte. Hoy
dudamos que lo público contenga lo que ha sido llamado "opiniones".
Asistimos al vaciamiento de la doxa producido por la erección del
objeto que satisface en fetiche. Ya no estamos comandados por
la opinión pública, sino por los objetos mercancías, esa especie
de goce masturbatorio que impide el lazo con otros.
El debilitamiento de la cultura, de la palabra, se produce también
en la ¡mago paterna; alejamiento de los dioses y de los ideales.
Freud se pregunta si, en esas condiciones28, será posible seguir
produciendo una renuncia a las pulsiones hostiles a la sociedad.
Estas condiciones excluyen a la religión lo cual arrastra el pro-

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LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJÓ SOCIAL VOL. VIl

blema de la legitimidad de la ley y del castigo a la trasgresión,


¿Quién puede legítimamente castigar hoy? Alguien que cree en
un orden exterior a él, se autoriza en ese orden y no goza en ese
lugar.
Para nosotros, "homo sapiens", no hay un saber instintivo que
nos sostenga en la vida. El saber instintivo se llama cultura: la
que humaniza, la que vive y se disfruta, la que tiene un mandato
vivificante, la que anuda lo mortal de la pulsión de muerte en la
erótica de la vida, la "gaya ciencia". Cultura que con sus saberes,
sus ritos y con símbolos ofrece y prohibe objetos que producen
satisfacción; promueve modos de acercamiento y alejamiento
como aquellos a través de los cuales la satisfacción se realiza sin
saberlo en el camino hacia el objeto. Esa satisfacción permite el
olvido de lo insoportable que toda cultura aloja en su interior, el
agujero que la muerte instaura en toda comunidad, ese agujero
alrededor del cual se erigen pirámides, se escriben poemas y se
construyen debates teológicos.
Ese es el agujero que cada comunidad vela y cubre para sos-
tener la vida propia y la de los otros. Donde el placer de sostener
la cultura y las razones de su sostenimiento van más allá de la
dialéctica de dominios y controles, sin olvidar que, el dominio y
el control, se inscriben en todas las culturas -las pirámides no se
erigían en honor de los esclavos.
El consumo y el sometimiento a la cultura actual toman formas
de una extraña crueldad invisible, reduplicada29. La invisibilidad
del poder lleva a las explosiones de violencia. Frente a un amo,
a un tirano, a un acto de injusticia, donde alguien surge como el
responsable, la violencia se dirige a ese alguien. Cuando la falta
de un sujeto que responda es total no hay a quién, genuinamen-
te, dirigirla por lo que no queda más que el estallido sin sentido.
Hacemos una ecuación de esta lógica: "Tolerancia cero y riesgo
cero", igual, "sujeto cero".
Podemos pensar nuestras prácticas sólo si tenemos el cuidado
de no producir, al mismo tiempo, un movimiento desapropiador

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PANEL: PROBLEMÁTICAS SOCIALES CONTEMPORÁNEAS .

del saber que ellas producen. Los modos objetivantes del conoci-
miento reproducen la misma expoliación que se realiza en la na-
turaleza30 tanto para los intervinientes como para los que reciben
nuestra intervención. La práctica se transforma en un rito, en el
seguir las instrucciones de un "manual de uso" sobre lo que "se
debe" hacer en tal situación: queda claro el punto de cierre que
de este modo se produce respecto del sujeto y su libertad. Este
movimiento de control sobre las prácticas deja a los trabajadores
en situaciones de inhibición y parálisis, dado que la legislación se
vuelve cada vez más fina y los juicios de mala praxis amenazan
constantemente todas las áreas de trabajo.31
Un manual de instrucciones se dirige a un ser obediente capaz
de decodificar las órdenes que le permiten apretar los botones co-
rrectos. Convierten al otro en la misma máquina cartesiana que,
de no responder como era de esperar, recibirá su merecido cas-
tigo: lo que no se puede poner en cuestión son precisamente los
conocimientos, los modos de uso, de producción y de transmisión
de los mismos, pero si a los sujetos que los aplican y que los reci-
ben. En definitiva, somos todos culpables.
En la inundación se esperaba que los equipos fueran a capaci-
tar, a dar los conocimientos acerca de qué hacer con la catástrofe
hídrica. Todos pedimos a gritos capacitación, los psicólogos, las
maestras. Paradójicamente nunca hemos estado tan capacitados
-amplia oferta de estudios de post-formación- y, sin embargo pa-
rece que no alcanza; porque cuanto más capacitados estamos,
más adelgazamos el saber hacer inconsciente, más adelgazamos
el sujeto ¿Dónde está el Otro que no contesta?
Hoy la representación que compartimos deja a la ciencia -y so-
bre todo al orden jurídico que de ella se deriva- como dueña anó-
nima del único saber verdadero y nos despoja de cualquier saber
hacer frente al mundo.
Sartre32 nos recordaba que sin burguesía no hay proletariado, y
Ranciere33 nos da una versión sobrecogedora de los límites que
impone una representación inconsciente produciendo el someti-

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LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJÓ SOCIAL VOL. VIl

miento de un pueblo. Las representaciones están para permitir una


apropiación de las propias posibilidades o para obstaculizarla.
Ese lugar del guardianes del sentido o de la cultura que tene-
mos como docentes o terapeutas, puede poner controles y trabas
en el acceso al sentido, a las representaciones de sí y del otro
que cada sujeto posee y que permiten la transformaciones de las
instituciones. Estas trabas pueden ser por no perder el goce del
control, el ser "dueño de", pero también y fundamentalmente para
evitar el abismo de sin sentido que todo sentido oculta, para no
saber de la angustia y vacilación que produce la suspensión de
las certezas sobre las que sostenemos nuestra idea de mundo.
Debemos ser capaces de escuchar y dejar oír la mudez de la
pulsión en las resonancias de lo dicho, para poder así mantenerla
en nuestro rodeo. Pero también debemos decir que el ataque a
todo lo instituido -efecto en gran medida de no poder reconfigurar
lo instituido-, y también a sus jerarquías por su costado de injus-
ticia, conduce peligrosamente a aumentar la anomia que hace el
mismo juego que sostienen el noecapitalismo actual y la desim-
bolización del mundo.34
Voy a concluir con Nietzsche. Empezamos con "la gaya cien-
cia", con la alegría del saber, y finalizamos con una respuesta que
Lacan da a Nietzsche y que nos parece una orientación:
"Si no hacemos de la muerte de Dios una gran renuncia y una
perpetua victoria sobre nosotros mismos, tendremos que pagar
por esta pérdida" (LACAN, Seminario VII).
Este duelo fundamental se transforma en perpetua victoria en
la medida en que la apertura (del inconsciente como alojamiento
de lo extranjero) se pueda mantener. Así entendemos la frase de
Lacan que dice que el verdadero ateísmo no es decir que Dios ha
muerto, sino que Dios es inconsciente.
Es en este sentido que surge el psicoanálisis como una causa,
que es y será una causa... perdida.
Intentamos mantenernos en el horizonte de esta pérdida... 35

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